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Taller – Instrumentos de investigación

Laura María Cano Montoya


21 de agosto de 2018

Taller III: explique el significado de operación historiográfica citando al menos a dos


autores que la expliquen en extenso.

En las conferencias “George Macaulay Trevelyan” dictadas en la Universidad de Cambridge


en 1961, E.H. Carr definió la historia como “una concepción particular de lo que constituye
la racionalidad humana: todo historiador, lo sepa o no, tiene tal concepción. (…) La historia
requiere la selección y el ordenamiento de los hechos referidos al pasado, a la luz de algún
principio o norma de objetividad aceptado por el historiador, que necesariamente incluye
elementos de interpretación. Sin esto, el pasado se disuelve en un informe montón de
innumerables incidentes aislados e insignificantes, y no es en modo alguno posible escribir
la historia. (…) La función del historiador no es ni amar el pasado ni emanciparse de él, sino
dominarlo y comprenderlo, como clave para la comprensión del presente” (Carr, 1961,
pp.19-22 y p.71).

En ese sentido, la historia es la experiencia del historiador, que implica diferentes puntos
de vista y percepción de los hechos1, así como el modo en el que se decide contarlos. La
única forma de hacer historia es escribirla y documentarla. Así como nos cuenta Carr, “la
condición de hecho histórico dependerá de una cuestión de interpretación. Este elemento
interpretativo interviene en todos los hechos históricos”. (Carr, 1961, p. 56)

En este marco de relaciones entre principios de objetividad e interpretación del historiador,


se propone lo que, quince años después, Michel De Certeau definió como “La operación
historiográfica” y explica en su libro La escritura de la historia, como una manera de teorizar
sobre la práctica de la historia. Según él, “una teoría que, por una parte, da apertura a la
práctica en el espacio de una sociedad, y por otra, organiza los procedimientos propios de
una disciplina” (De Certeau, 1975, p. 68). En ese sentido, considera la historia como una
operación que relaciona el lugar social (el medio), el procedimiento de análisis (la práctica)
y la construcción del texto (la escritura) como los instrumentos que tiene el historiador para
comprender e interpretar los hechos históricos y por ende explicar el presente.

1. Un lugar social: La historia escrita y la investigación historiográfica está relacionada


estrictamente con las condiciones del entorno individual y social del autor
(socioeconómicas, políticas y culturales). Así, el discurso y la escritura “se halla
sometida a presiones, ligada a privilegios, enraizada en una particularidad (…) Toda
interpretación histórica depende de un sistema de referencia.” (De Certeau, 1975,

1
“De esta manera, al presente del historiador no llega el hecho ‘en sí’, ‘en estado puro’, sino interpretaciones
o percepciones del hecho, distintas caras de una realidad abarcable y limitada en el espacio y en el tiempo. La
percepción del hecho genera el acontecimiento histórico.” (Pinilla García, 2005, p. 246)
p. 69). De esta forma, el lector puede identificar las huellas en una escritura,
relacionada con instituciones de poder que le prohiben o permiten al historiador el
trato de ciertos temas y delimitan la manera en que se va a hacer. La mirada del
historiador depende de su medio social (Carr, 1961, p. 35) y define el discurso y la
mirada de su interpretación.

2. Una práctica: Para Carr, “La historia consiste en un cuerpo de hechos verificados.
Los hechos los encuentra el historiador en los documentos, en las inscripciones, etc.
El historiador los reune, se los lleva a la casa, donde los guisa y los sirve como a él
más le apetece” (…) “él es quien decide a qué hechos se da paso y en qué orden y
contexto hacerlo” y en ese sentido “El historiador es necesariamente selectivo”
(Carr, 1961, pp. 52, 54 y 55). Define la técnica, es decir el metodo a seguir y la manera
de trabajar e interpretar documentos. Es necesario aclarar que la práctica trabaja
con lo dicho sobre los hechos históricos, no con ellos en sí, lo que hace esencial el
papel crítico del historiador.

3. Una escritura: Es la representación sobre la reflexión, ya que se presenta el pasado


como un acercamiento a lo que se cree que pasó y no tal cual. “La representación
-escenificación literaria- no es ‘histórica’ sino cuando se apoya en un lugar social de
la operación científica, y cuando está, institucional y técnicamente, ligada a una
práctica de la desviación referente a modelos culturales o teóricos
contemporáneos.” (De Certeau, 1975, p. 101). Es así como la escritura se presenta
como una “arquitectura estable de elementos, de reglas y de conceptos históricos
que forman sistema entre ellos, y cuya coherencia depende de una unidad
designada por el nombre propio del autor.” (De Certeau, 1975, p. 102). Es en otras
palabras el resultado de la práctica del historiador y la representación de su reflexión
sobre el pasado.

Paul Ricoeur también está relacionado con la idea de “operación historiográfica” y con De
Certeau como el autor que la presenta. Se refiere a este, como un trabajo que radica en la
sociología de la historia ya que “ya no es el objeto o el método de la historia los que son
problematizados, sino el propio historiador, en cuanto a su operación.”2 Ricoeur transforma
el discurso y lo trata de cierta manera con fuente de inspiración en De Certeau, pero no más
que eso. Es así, como se establece la relación entre los dos autores en los siguientes
términos: “En tanto que De Certeau se mueve en el ámbito de la sociología de la escritura
de la historia, Ricoeur hace epistemología. Lo que en De Certeau es lugar / prácticas /
escritura, en Ricoeur es fase documental / explicación-comprensión / representación;
cualquier intento por establecer correspondencias, salvo, quizá, en lo relativo a los terceros
elementos, resultaría un tanto forzado” (Vergara, 2009, p. 111).

Finalmente, lo importante de esta reflexión sobre “operación historiográfica” es lo que


significó para la historia como disciplina y lo que sigue indicando. El historiador Alfonso

2
Paul Ricoeur, Tiempo y narración III. El tiempo narrado. México, Siglo XXI, 1996, p. 851.
Mendiola denomina un “giro historiográfico” al decisivo e importante aporte de De Certeau,
esto lo explica como “la inclusión reflexiva de la práctica de la escritura de la historia del
historiador dentro de esa misma práctica. La realización de este acto reflexivo específico
desdibuja la distinción entre el teorizar sobre la historia y la escritura de la historia.”
(Vergara, 2009, p. 105). Es así como se muestra de manera concisa la teorización y
explicación del trabajo del historiador.

Fuentes bibliográficas

- De Certeau, Michel. 1975. La escritura de la historia. México: Universidad


Iberoamericana.

- Carr, E. H. 1961. ¿Qué es la historia?. Conferencias “George Macaulay Trevelyan”


dictadas en la Universidad de Cambridge, enero-marzo de 1961. España: Editorial
Ariel.

- Vergara, Luis. 2009. El orfebre y el arquitecto. De Certeau, Ricoeur y sus prácticas


discursivas. En Michel De Certeau, un pensador de la diferencia, coord. Perla
Chinchilla. 101-119. México: Universidad Iberoamericana.

- Pinilla García, Alfonso. 2005. El acontecimiento histórico. Hacia una categorización.


Revista de Historia, Vol 18, 243-260.

- Mendiola, Alfonso. 2000. El giro historiográfico. La observación de observaciones


del pasado. En Historia y Grafía, publicación semestral del Departamento de
Historia. México: Universidad Iberoamericana. 8: núm. 15, 181-208.

- Rivero, Francisco J. 2013. El devenir del acontecimiento en la operación


historiográfica. En Historia y Grafía. México: Universidad Iberoamericana. 21, núm.
41, julio-diciembre 2013, 43-77.

- http://tallerinvestigacionhistorica.blogspot.com/2008/08/de-certeau.html Taller
de Investigación Histórica. De Certeau. Por: Sofía Delgado Remírez. (consultada el
18 de agosto de 2018)

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