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GINECOLOGÍA
Dr. Germán Barón Castañeda, M.D.
TABLA DE CONTENIDO
PROLOGO
INTRODUCCION
PRÓLOGO
Fue a mediados del siglo XIX cuando Claude Bernard enunció el concepto de
secreción interna para sustancias que sintetizadas en algunas células y
vertidas en la circulación producían efectos fisiológicos a distancia sobre
diferentes órganos. En 1848 Berthold indujo experimentalmente involución de
los caracteres sexuales practicando la exéresis de las gónadas en animales.
En 1989 Brown - Sequard describió los andrógenos y en 1898 Prenant atribuyo
al ovario funciones como órgano de secreción interna.
INTRODUCCIÓN
Desde tiempos remotos la humanidad ha tenido muchos interrogantes con
respecto al proceso reproductivo sin lograr hasta el momento la explicación
total de este enigma. Por muchos siglos se trató de interpretar con teorías algo
mágicas, como los "homúnculos" de los griegos. Ya hace parte de la historia
moderna la magistral descripción anatómica que De Graaf hace del folículo
ovárico. Gracias a los avances tecnológicos del presente siglo la ciencia ha
podido progresar de una manera vertiginosa. Parece mentira que cosas que
hoy nos parecen muy obvias tengan pocos años de haber sido descubiertas. El
área de la endocrinología ginecológica no escapa a este avance; se describen
las primeras hormonas, se reconocen factores liberadores hipotalámicos, se
asilan receptores; el auge del radioinmunoanálisis en la década de los setenta
permite correlacionar las alteraciones patológicas con los hallazgos
bioquímicos.
Son muchas las personas que han contribuido en la elaboración de este libro.
En primer lugar, los residentes de nuestro departamento quienes se han
encargado de mantener viva la llama de lectura y actualización y a quienes va
dirigido especialmente este texto. En segundo lugar, pero por ello no menos
importante, el profesor Jesús Alberto Gómez Palacino, pionero de la
ginecobstetricia en Colombia, quien no sólo me ha apoyado como docente y
amigo, sino quien tuvo a su cargo la corrección de mis escritos. Al doctor Leon
Speroff a quien sin haber tenido la oportunidad de conocer personalmente, lo
he considerado como un maestro; los conocimientos que he adquirido en su
libro han sido fundamento de mi práctica diaria, de ahí que muchos de los
enfoques sean similares a los planteados por él. Y por último, siendo las más
importantes, a todas mis pacientes quienes me han brindado la oportunidad y
paciencia de aprender y adquirir experiencia de sus problemas.
PRIMERA PARTE
FUNDAMENTOS DE
FISIOLOGÍA
RIMERA PARTE
FUNDAMENTOS DE
FISIOLOGÍA
Metabolismo
Este sistema está ligado a la función del receptor hormonal a través de una
enzima específica, la fosfolipasa C que catalisa la hidrólisis de los
polifosfatidilinositoles, fosfolípidos específicos en la membrana celular. La unión
de la hormona a su receptor lleva a la liberación de dos mensajeros
intracelulares, el trifosfato de inositol y el diacilglicerol, que inician la función de
las dos partes del sistema del calcio; la primera incluye la activación de la
protein-quinasa responsable de respuestas celulares sostenidas y la segunda,
compromete la calmodulina, regulador responsable de respuestas agudas.
Heterogeneidad
Las glicoproteínas tales como FSH y LH no son proteínas únicas sino una
familia de formas heterogéneas (isoformas) con diversa actividad biológica e
inmunológica. Las isoformas tienen variación en la vida media y peso
molecular.
Esta familia de glicopéptidos incluye la FSH, LH, TSH y HCG. Todas son
dímeros compuestos de dos subunidades polipeptídicas glicosiladas, las
subunidades a y b. Todas comparten la subunidad a que es idéntica,
conformada por 92 aminoácidos. Las cadenas b difieren tanto en los
aminoácidos como en el contenido de carbohidratos, lo cual les confiere
especificidad.
Poco se conoce sobre la regulación hacia arriba, pero se sabe que hormonas
como la prolactina y la GnRH pueden aumentar la concentración de sus
propios receptores en la membrana.
Los receptores de membrana han sido divididos en dos clases. Los de clase I
son utilizados para modificar el comportamiento celular por regulación hacia
abajo; son ocupados por FSH, LH, HCG, GnRH, TSH, TRH e insulina. Los
receptores de clase II son utilizados para ingreso de sustancias indispensables
para la célula y para remover noxas; por ejemplo son usados por la LDL para el
transporte de colesterol a las células esteroidogénicas.
Regulación de la adenil-ciclasa
La adenil ciclasa está compuesta por tres unidades proteicas: el receptor, una
unidad reguladora y una unidad catalítica. La unidad reguladora es controlada
por el GTP; por lo tanto es llamada la proteína de unión a GTP o proteína G.
La unidad catalítica es la enzima encargada de convertir el ATP a AMPc.
Después de la unión de la hormona, el complejo hormona-receptor se liga a su
unidad reguladora y ejerce la acción; el GTP rápidamente es convertido a GDP,
con lo cual la enzima regresa a su estado inactivo.
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CAPITULO II
NEUROENDOCRINOLOGIA
SECRECION DE PROLACTINA
Hay varios factores que aumentan su secreción, entre los cuales se pueden
nombrar el estrés, la succión, la TRH, la vasopresina, la oxitocina y los ritmos
circadianos. El efecto del estrés puede estar mediado a través del péptido
intestinal vasoactivo, mientras que la TRH tiene su propio receptor en la
superficie del lactotropo.
Dentro del hipotálamo hay células nerviosas peptidérgicas que secretan las
hormonas liberadoras e inhibitorias. Estas células comparten características de
neuronas y de células endocrinas. Responden tanto a señales del torrente
circulatorio como a neurotransmisores.
El tracto dopaminérgico
El tracto noradrenérgico
PRIMERA PARTE
FUNDAMENTOS DE
FISIOLOGÍA
Péptidos cerebrales
Los opioides tienen variación a lo largo del ciclo menstrual, siendo sus niveles
más bajos en la época menstrual y aumentando progresivamente hasta la fase
lútea. Una reducción en la frecuencia de los pulsos de LH está asociada con
aumento en la secreción de endorfina. Por lo tanto, los opioides endógenos
inhiben la secreción de gonadotropinas al suprimir la liberación hipotalámica de
GnRH. Los esteroides sexuales actúan por retroalimentación sobre los
opioides, frenando de esta manera la liberación de gonadotropinas. Tanto los
estrógenos como la progesterona en forma aislada aumentan los opioides
endógenos, pero los estrógenos facilitan la acción de la progesterona, lo cual
explica la máxima supresión de GnRH durante la fase lútea.
Tanicitos
La liberación de CRH y por ende de ACTH está regulada por los niveles de
cortisol plasmático. En condiciones de estrés llegan estímulos adrenérgicos al
núcleo paraventricular a través de vías ascendentes del tronco del encéfalo. La
interleuquina-1 puede actuar como intermediario entre el sistema inmune y la
liberación de CRH.
SISTEMA TRH/TSH
EL SISTEMA NEUROHIPOFISIARIO
LA GLANDULA PINEAL
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CAPITULO III
FISIOLOGIA DEL CICLO MENSTRUAL
Para poder entender los trastornos del ciclo menstrual debemos inicialmente
comprender algunos aspectos básicos de su fisiología. Los folículos empiezan
su desarrollo desde la sexta a séptima semana de vida intrauterina; aumentan
en número hasta la semana 20 alcanzando un máximo variable entre 6 y 7
millones, a partir de ese momento una gran proporción de ellos está condenada
a sufrir el proceso de atresia. En el momento del nacimiento quedan reducidos
a 300.000; estos folículos son los destinados a crecer o involucionar a lo largo
de la vida reproductiva de la mujer. Solo 300 o 400 de ellos alcanzan su
madurez completa llegando a la ovulación. La mayoría sufren el proceso de
crecimiento inicial y luego van hacia la atresia; estas modificaciones ocurren
continuamente hasta la menopausia sin parar incluso en el embarazo o los
períodos anovulatorios.
Para su estudio el ciclo menstrual ha sido dividido en 3 fases: folicular, de
ovulación y lútea.
1. FASE FOLICULAR
Durante la fase folicular hay una serie de eventos ordenados que hacen que el
número apropiado de folículos esté listo para la ovulación. Generalmente la
consecuencia es la supervivencia de un folículo maduro. Dura 10 a 14 días
gracias a la acción secuencial de una serie de hormonas y péptidos paracrinos
y autocrinos. En ella deben analizarse los siguientes elementos.
Folículo primordial
Folículo preantral
Folículo antral
La selección adecuada del folículo dominante ocurre hacia los días 5 a 7 del
ciclo y depende de dos acciones estrogénicas: interacción local entre
estrógenos y FSH en el folículo y efecto de los estrógenos en la secreción
hipofisiaria de FSH.
Mientras que los estrógenos ejercen un efecto positivo sobre el folículo que
madura, su retroalimentación negativa sobre la hipófisis le quita soporte
gonadotrópico al resto de folículos; esto disminuye la actividad de aromatasa,
permitiendo que en ellos prime un ambiente androgénico. El folículo dominante
debe escapar a esta supresión de FSH; tiene la ventaja de poseer un mayor
número de receptores.
Folículo Preovulatorio
OVULACION
El pico de FSH tiene varias funciones, entre ellas la estimulación del activador
de plasminógeno. Tiene importancia en asegurar un número adecuado de
receptores para LH. La dispersión de las células del cúmulo permite que el
oocito quede flotando en el líquido antral previo a su expulsión lo cual requiere
la formación de una matriz de ácido hialurónico, efecto posiblemente mediado
por la FSH.
FASE LUTEA
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PRIMERA PARTE
FUNDAMENTOS DE
FISIOLOGÍA
CAPITULO IV
EFECTOS DE LAS HORMONAS SOBRE EL UTERO
El endometrio menstrual
En las áreas que han sido completamente denudadas hay síntesis de DNA en
la capa basal. La proliferación rápida de estas células resulta en la
reepitelización. En este tejido hay un soporte de fibroblastos que forman una
masa compacta a través de la cual pueden migrar las células. Esta reparación
es rápida, estando cubiertas dos terceras partes para el día 4 del ciclo y en su
totalidad hacia el día 6.
Fase Proliferativa
Todos estos componentes demuestran gran proliferación con un pico hacia los
días 8 a 10 del ciclo. Este cambio está caracterizado por una gran cantidad de
mitosis, aumento en el contenido de DNA nuclear y en la síntesis de RNA
citoplasmático. La concentración intranuclear de receptores para estrógenos y
progesterona alcanza un pico hacia la mitad del ciclo, antes del momento
ovulatorio.
Fase Secretora
Fase de implantación
La Menstruación Normal
El útero es un órgano compuesto por tejidos complejos que sirven como fuente
de productos autocrinos y paracrinos que no solo actúan sobre sus propias
células, sino también sobre la unidad feto-placentaria durante el embarazo. La
presencia de receptores es variable a lo largo del ciclo.
La mayor parte de las acciones endocrinas del útero no está aún bien definida.
Se postula que uno de sus papeles fundamentales es alterar la respuesta
inmune dentro del útero gestante.
Las prostaglandinas son producidas por las células epiteliales y del estroma,
alcanzando un pico máximo en la fase secretora tardía; la que se produce en
mayor cantidad es la F2a que es un estimulador potente de la contracción
miometrial. Su cantidad se reduce en forma significativa después de la
implantación, lo cual sugiere que hay un mecanismo importante de control para
su supresión. La producción de prostaglandinas requiere un soporte
estrogénico, posiblemente aumentado por la progesterona; la supresión aguda
de progesterona promueve su incremento. El miometrio produce principalmente
prostaciclina utilizando precursores derivados del endometrio.
TABLA 4.1
Proteínas de la fase secretora
Estudios recientes en ratas han mostrado que una de las proteínas necesarias
para la implantación es el factor inhibidor de la leucemia (LIF). Aún es
desconocido su papel en el embarazo humano, pero se sugiere que puede ser
requisito indispensable para que exista implantación.
La Decidua
Las células de la decidua se derivan de las células del estroma del endometrio
bajo el estímulo de la progesterona. Aparecen al final de la fase lútea y
comienzo del embarazo y llegan a tapizar toda la superficie de la pared uterina.
Su principal característica histológica es la presencia de pliegues en el epitelio
y la distensión de las células con un citoplasma claro; las células desarrollan
núcleos agrandados e hipercromáticos; estos cambios son conocidos como la
reacción de Arias-Stella. La función de las células deciduales consiste en
acumular glucógeno y vacuolas lipídicas, además de ser el sitio de expresión
de varias sustancias entre las cuales se encuentran la prolactina, la relaxina, la
renina y los factores de crecimiento similares a la insulina. Estos péptidos no
son liberados hacia la circulación y su efecto es local.
REFERENCIAS
CAPITULO V
SINDROME DE ANOVULACION CRONICA
DEFECTOS CENTRALES
Las alteraciones centrales pueden ser subdivididas en dos grandes grupos: las
disfunciones hipotálamo-hipofisiarias y las del sistema nervioso central -
hipotálamo.
TABLA 5.1
Causas de hipopituitarismo hipotalámico
DEFECTOS PERIFERICOS
Para que los estrógenos disminuyan en forma adecuada al final del ciclo, se
requiere una reducción en su secreción, un metabolismo y depuración
adecuados y la ausencia de una fuente extragonadal de la hormona.
El balance estrecho puede ser roto por procesos como secuelas de infección o
endometriosis. Los receptores pueden tener alteraciones cualitativas o
cuantitativas que impidan el adecuado reconocimiento de las hormonas
trópicas. Por los rasgos heterogéneos que presentan las hormonas
glicopeptídicas, los efectos pueden ser bloqueados por cambios en su
constitución molecular.
Sobrepeso
El sobrepeso se asocia con tres condiciones específicas que conducen a la
anovulación y que pueden ser corregidas con la disminución de la masa
corporal:
FISIOPATOLOGIA
Sin embargo hay una serie de cambios hormonales típicos de este síndrome.
La producción total de estrógenos y andrógenos está aumentada y es
dependiente de la secreción de LH. Esto se refleja en una aumento de los
niveles circulantes de testosterona, androstendiona, dehidroepiandrosterona
(DHEA), sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEAS), 17-hidroxiprogesterona
(17-OHP) y estrona. La testosterona, androstendiona y DHEA provienen del
ovario, mientras que la DHEA-S es contribución exclusiva de la suprarrenal.
Hay estudios que indican que los andrógenos pueden inducir hiperinsulinemia,
pero la mayoría de datos muestra lo contrario: la hiperinsulinemia es el factor
primario. Hay varios factores que apoyan este concepto. Se sabe que la
administración de insulina a pacientes con ovario poliquístico aumenta los
niveles de andrógenos circulantes, mientras que al administrar glucosa a
mujeres hiperandrogénicas se aumentan tanto los niveles de insulina como los
de andrógenos. Por el contrario, la reducción de peso disminuye la insulina y
los andrógenos. Los cultivos de células tecales en presencia de insulina
producen mayor cantidad de andrógenos. Tratamientos experimentales han
demostrado que al reducir los niveles de insulina en mujeres con ovario
poliquístico, se disminuye la producción de andrógenos; por otro lado, al
suprimir la función ovárica con análogos de GnRH la respuesta de la insulina al
administrar glucosa sigue siendo igual.
Tanto el IGF-I como el IGF-II tienen la posibilidad de actuar sobre las células de
la granulosa; a su vez, estas células son productoras de las proteínas fijadoras.
El IGF-I tiene la capacidad de aumentar la inducción de receptores para LH por
la FSH, la síntesis de progesterona, la actividad de la aromatasa y la síntesis
de inhibina. Estas acciones en el ovario son similares a las de la insulina y se
traducen en una mayor producción de andrógenos en las células de la teca,
estimuladas por la LH. En condiciones normales forman un asa de
retroalimentación que busca una concentración adecuada de andrógenos para
la conversión a estrógenos en el folículo en crecimiento.
Se puede concluir que una paciente sin tratamiento puede tener consecuencias
graves. Por lo tanto, siempre que se hace el diagnóstico de anovulación se
debe hacer un manejo terapéutico adecuado.
EVALUACION CLINICA
La paciente generalmente se presenta con algún trastorno del ciclo. Si hay
amenorrea se inicia el estudio indicado de acuerdo a las pautas expuestas en
el capítulo correspondiente. Si se sospecha que el problema anovulatorio es de
un tiempo largo de evolución, siempre se recomienda practicar una biopsia de
endometrio con el fin de descartar la hiperplasia. Si no hay signos de
androgenización como hirsutismo o virilismo, no es necesario medir los niveles
séricos de andrógenos.
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SEGUNDA PARTE
TRASTORNOS
OVULATORIOS
CAPITULO VI
AMENORREA
DEFINICION
Toda paciente que cumpla una de las siguientes características debe ser
incluida en el capítulo:
EVALUACION DE LA AMENORREA
Como en todo acto médico se debe partir de una historia clínica cuidadosa y
examen físico completo; deben buscarse evidencias de disfunción psicológica o
estrés emocional, historia familiar de anomalías genéticas aparentes, signos de
algún problema físico con énfasis en el estado nutricional, crecimiento y
desarrollo, características del tracto reproductivo normal y la posibilidad de
enfermedades del sistema nervioso central. El estudio de la amenorrea debe
seguir los pasos que se enumeran a continuación.
PASO I
PASO II
PASO III
Para que se produzcan estrógenos, los ovarios con aparato folicular normal
deben tener un estímulo por parte de las gonadotropinas. Este paso está
diseñado para determinar cual de estos dos componentes está alterado. Con
este fin se hace la medición de los niveles séricos de las gonadotropinas. Si se
ha realizado el paso II se pueden alterar los niveles de gonadotropinas, por lo
tanto se debe esperar por lo menos dos semanas después del estímulo
estrógeno-progestacional. Siempre se debe tener en cuenta el pico
preovulatorio de la LH, ya que es alrededor de tres veces superior al nivel
basal; si no hay sangrado después de dos semanas de haber practicado el
examen, cualquier nivel elevado de LH se puede asumir como anormal. E l
resultado de las gonadotropinas en una mujer con amenorrea que no sangra
después de la prueba progestacional puede ser anormalmente alto,
anormalmente bajo o en el rango normal.
Gonadotropinas elevadas
En los últimos años se han descrito varios casos en los cuales mujeres con
diagnóstico de falla ovárica han reanudado sus ciclos ovulatorios; siempre ha
existido la asociación con la suplencia estrogénica, lo cual sugiere que los
estrógenos pueden inducir la formación de receptores en los folículos y las
mismas gonadotropinas elevadas llevar al crecimiento y desarrollo folicular.
Aunque no hay reportes en la literatura, hemos observado que otra causa que
puede llevar a la falla ovárica prematura es la cirugía, especialmente la ligadura
de trompas en la cual puede haber compromiso vascular que altere la función
ovárica. Este es un tema que amerita una investigación más detallada en el
futuro.
Gonadotropinas normales
El punto básico es que cuando están normales la FSH y LH con una prueba
progestacional negativa se debe sospechar una disfunción hipófisis - sistema
nervioso central. Esta es la situación clínica encontrada con mayor frecuencia.
El estudio se hace de la misma forma que para las pacientes con
gonadotropinas bajas.
Gonadotropinas bajas
Hipogonadismo Hipogonadotrópico
TABLA 6.1
Trastornos específicos en los compartimientos
COMPARTIMIENTOENTIDAD %
I Síndrome de7.0
Asherman
II Cromosomas 0.5
normales
Cromosomas 10.0
anormales
III Prolactinomas 7.5
IV Anovulación 28.0
Pérdida de10.0
peso/anorexia
Supresión 10.0
hipotalámica
Hipotiroidismo 1.0
COMPARTIMIENTO I
Síndrome de Asherman
Anomalías Müllerianas
1. en niñas con "hernias inguinales", ya que pueden ser más bien testículos
parcialmente descendidos. 2. en pacientes con amenorrea primaria y ausencia
de útero.
3. cuando no hay vello corporal.
COMPARTIMIENTO II
50% 45,X
25% Mosaicos
25% 46,XX
Sus características clínicas son baja estatura, cuello corto, desviación cubital
del antebrazo y amenorrea hipergonadotrópica, hipoestrogénica. Cuando se
sospecha se deben descartar trastornos autoinmunes, anomalías cardíacas y
renales.
Mosaicos
Disgenesia gonadal XY
Agenesia gonadal
No se acompaña de problemas clínicos asociados fuera del hipogonadismo
hipergonadotrópico. Se puede sospechar que hubo alguna alteración del
desarrollo embrionario secundaria a trastornos metabólicos o virales. Las
gónadas deben retirarse para evitar la transformación neoplásica.
COMPARTIMIENTO III
En esta condición hay una alteración congénita con ausencia parcial del
diafragma selar, permitiendo la extensión del espacio subaracnoideo hacia la
fosa hipofisiaria. La glándula hipófisis es separada del hipotálamo y se
encuentra aplanada. El piso de la silla turca puede estar desmineralizado por la
presión que ejerce el líquido céfaloraquídeo. La imagen radiológica es similar a
la de un tumor. El síndrome de silla turca vacía puede ser secundario a cirugía,
radioterapia o infarto de un tumor hipofisiario.
COMPARTIMIENTO IV
Amenorrea y ejercicio
Esta relación fue descrita desde el siglo I a.C. por Soranus de Efesus en su
tratado "Sobre las enfermedades de la mujer". La incidencia de este problema
posiblemente no es bien estimada por falta de atención a los ciclos
anovulatorios. Las dos terceras partes de las atletas que tienen menstruaciones
regulares pueden tener fase lútea corta o son anovulatorias. Cuando el
entrenamiento empieza antes de la menarquia, esta puede retrasarse hasta 3
años y la incidencia de irregularidades menstruales posteriores es elevada. En
los hombres el ejercicio no tiene tanto efecto sobre la pubertad y la función
testicular.
Síndrome de Kallman
Amenorrea post-píldora
TRATAMIENTO HORMONAL
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SEGUNDA PARTE
TRASTORNOS
OVULATORIOS
CAPITULO VII
HEMORRAGIA UTERINA DISFUNCIONAL
TABLA 7.1
Frecuencia de la hemorragia uterina disfuncional
Se cree que en gran parte los mecanismos que inician la ruptura endometrial y
su reestructuración son gobernados por las hormonas esteroideas que actúan
sobre los lisosomas de las células endometriales. Cuando baja la cantidad de
los esteroides, las membranas de los lisosomas pierden su estabilidad y
permiten la salida de prostaglandin-sintetasa, proteasas y colagenasas. Esto
lleva a ruptura de las estructuras endometriales, disolución de la matriz de
soporte y paredes celulares y vasoconstricción. La licuefacción de este tejido
permite una absorción eficiente y posiblemente algo de reciclaje de los
componentes proteicos.
DEFINICIONES
Diagnóstico diferencial
TRATAMIENTO
Hemorragia ovulatoria
No hay duda que las prostaglandinas tienen acciones importantes en los vasos
sanguíneos y posiblemente en los mecanismos hemostáticos que actúan en el
endometrio. Las concentraciones de prostaglandina E2 y F2a aumentan
progresivamente en el endometrio durante el ciclo menstrual. Las drogas
antiprostaglandínicas disminuyen el sangrado menstrual posiblemente por
alteración en el balance entre el factor proagregante plaquetario, tromboxano
A2 y el vasodilatador antiagregante, prostaciclina.
Hay pacientes que tienen sangrado persistente a pesar del adecuado manejo
médico, o mujeres que presentan sangrado disfuncional sin evidencia de
patología uterina o endometrial. Con frecuencia estas mujeres son
anovulatorias y se ha tratado de hacer la manipulación hormonal previa sin que
exista una respuesta adecuada. En estos casos o en aquellos en los cuales
hay contraindicación para la terapia hormonal una buena posibilidad es la
histerectomía, pero existen pacientes en las cuales el riesgo quirúrgico es
elevado. En estas mujeres una buena alternativa es la ablación endometrial
por vía histeroscópica. Esta se puede hacer con láser, con un resectoscopio de
asa, con un electrodo de bola o con el uso de la radiofrecuencia. El éxito
reportado en pacientes con menorragia es cercano al 90%; únicamente en el
50% de los casos se produce la amenorrea. El resultado es mejor cuando se
ha suprimido previamente el endometrio por 4 a 6 semanas con dosis altas de
progestágenos, agonistas de la GnRH o danazol.
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SEGUNDA PARTE
TRASTORNOS
OVULATORIOS
CAPITULO VIII
HIRSUTISMO
El crecimiento del pelo no se hace en forma continua sino cíclica, con fases
alternativas de actividad e inactividad. Estas fases son:
1. Anágena o de crecimiento
2. Catágena o de involución rápida
3. Telógena o de reposo
Los eventos que controlan el crecimiento del pelo están determinados por la
papila dérmica. Aunque haya lesión, mientras esté presente la papila dérmica,
el folículo se regenera y crece.
El vello sexual es aquel que responde a los esteroides sexuales. Crece hacia la
línea media del cuerpo en la cara, el abdomen inferior, la cara anterior de los
muslos, el tronco, los senos, el área púbica y las axilas. Las hormonas pueden
actuar sobre la iniciación de la fase anágena, adelantándola o retrasándola
varias semanas. La piel y los folículos pilosos tienen receptores específicos
para andrógenos y estrógenos. La unidad pilo-sebácea posee la capacidad
enzimática de convertir la dehidroepiandrosterona, la androstendiona y la
testosterona en dihidrotestosterona y de transformar la androstendiona en
estrona. La actividad de la unidad pilo-sebácea refleja el equilibrio de las
acciones androgénicas y estrogénicas y puede diferenciarse hacia folículos
pilosos terminales o en folículos sebáceos en los cuales predomina el
componente sebáceo y la textura del pelo continúa siendo fina.
Una vez que los andrógenos han actuado sobre los folículos, hace que los
vellos se vuelvan más largos y pigmentados. Estas características finales
recurren en ciclos típicos de actividad e inactividad, incluso en ausencia de los
andrógenos que las sostengan. Los andrógenos, especialmente la
testosterona, inician el crecimiento; incrementan el diámetro y la pigmentación
de la columna de queratina, probablemente aumentan la tasa de mitosis en la
matriz celular en todos los folículos, excepto en el cuero cabelludo. Los
estrógenos actúan en forma opuesta a los andrógenos, retardando la tasa de
crecimiento, produciendo vello más delgado y menos pigmentado. Los
progestágenos tienen efecto mínimo sobre el folículo piloso. El embarazo
puede aumentar la sincronía del crecimiento del vello, llevando a la caída.
PRODUCCION DE ANDROGENOS
La tasa de producción de testosterona en la mujer normal es de 0.2 a 0.3 mg
diarios. La conversión periférica de la androstendiona aporta cerca del 50% de
la concentración total de testosterona; la glándula suprarrenal y el ovario
contribuyen cada uno con el 25%. A mitad del ciclo la contribución ovárica
aumenta en un 10 o 15%. La mayor parte de la producción de la
dehidroepiandrosterona sulfato (DHEAS), así como 90% de la
dehidroepiandrosterona (DHEA) son de origen suprarrenal.
TABLA 8.1
Indice de Ferriman y Gallway
LOCALIZACION VALORDEFINICION
1 Algunos pelos en márgenes externos
Labio superior 2 Bigote en margen externo
3 Bigote hasta cerca de la línea media
4 Bigote que llega a la línea media
1 Vellos escasos
Mentón 2 Algunas concentraciones de vellos
3 Vello delgado que cubre toda la barbilla
4 Vello grueso que cubre toda la barbilla
1 Vello periareolar
Tórax 2 Vello periareolar y en línea media
3 Cubiertas las ¾ partes
4 Completamente cubierto
1 Escasos vellos dispersos
Espalda superior 2 Más vello, disperso
3 Cubierta totalmente, vello delgado
4 Cubierta totalmente, vello grueso
1 Zona pequeña, limitada al sacro
Espalda inferior 2 Algo de extensión lateral
3 Cubiertas las ¾ partes
4 Cubierta totalmente
1 Escaso vellos en línea media
Abdomen 2 Banda definida en línea media
superior
3 Con alguna extensión lateral
4 Totalmente cubierto
1 Escaso vello en línea media
Abdomen inferior 2 Banda definida en línea media
3 Extensión lateral
4 Distribución romboidal
1 Vello disperso, afecta menos de ¼ parte
Brazos 2 Más de ¼ parte sin cubrir totalmente
3 Completamente cubierto, vello delgado
4 Totalmente cubierto, vello grueso
1 Superficie dorsal parcialmente cubierta, vello
delgado
Antebrazos 2 Superficie dorsal parcialmente cubierta, vello
grueso
3 Superficie dorsal totalmente cubierta, vello
delgado
4 Superficie dorsal totalmente cubierta, vello grueso
Muslos Igual al brazo
Piernas Igual al antebrazo
La adecuada historia clínica debe servir como base para enfocar el diagnóstico
de la posible etiología del hirsutismo, así como para sospechar posibles causas
poco frecuentes: factores ambientales que producen irritación crónica o
hiperemia reactiva de la piel, uso de drogas, cambios asociados con el
síndrome de Cushing, acromegalia o la presencia de embarazo; las drogas que
pueden inducir un aumento del vello son la metiltestosterona, los agentes
anabólicos, la fenitoina, el diasóxido y el danazol. En la historia clínica es muy
importante preguntar sobre el tiempo de evolución del hirsutismo, ya que si ha
aparecido después de los 25 años y su progresión ha sido rápida hacia la
masculinización, generalmente es secundario a un tumor productor de
andrógenos. La hiperplasia suprarrenal de comienzo tardío es rara; las
alteraciones genéticas con presencia de mosaicos asociados al cromosoma Y
o insensibilidad parcial a los andrógenos pueden producir virilización en la
pubertad. La virilización durante el embarazo hace pensar en la posibilidad de
un luteoma, que no es propiamente un tumor sino una reacción exagerada del
estroma ovárico a la gonadotropina coriónica.
DIAGNOSTICO
Síndrome de Cushing
Hiperandrogenismo e hiperinsulinemia
La 17-OHP debe medirse en las horas de la mañana para evitar las variaciones
de la secreción diurna de ACTH. El nivel basal debe ser inferior a 200 ng/dl.
Niveles entre 200 y 800 ng/dl requieren de la prueba de estimulación con
ACTH; niveles superiores a 800 ng/dl confirman el diagnóstico de deficiencia de
21-hidroxilasa. El nivel de DHEAS generalmente es normal. La ACTH sintética
se administra en dosis de 250 mg intravenosos; se mide luego el nivel de 17-
OHP una hora después; en pacientes portadores de la deficiencia, los valores
pueden llegar a 1000 ng/dl; en la hiperplasia de comienzo tardío están por
encima de 1200 ng/dl. Para el diagnóstico de la deficiencia de 3b-
hidroxiesteoride deshidrogenasa se realiza la estimulación con ACTH de forma
similar, midiendo y haciendo la relación 17-hidroxipregnenolona/17-OHP; se
sospecha la enfermedad cuando la relación es superior a 6; en estos casos
puede haber una elevación marcada de la DHEAS, con niveles de testosterona
normales o ligeramente aumentados.
TABLA 8.2
Causas neoplásicas de hiperandrogenismo
OVÁRICAS
Tumores de la granulosa-teca corresponden a
15-20%
Tumores gonadales estromales
(arrenoblastomas)
Tumores de Sertoli-Leydig
Tumores de células del hilio
Tumores de restos adrenales
Disgerminomas
Gonadoblastomas
Luteoma del embarazo
No funcionales
Metastásicos
ADRENALES
Adenoma: produce DHEA-S
Adenoma "puro": secretor de testosterona
Adenoma-ganglioneuroma
OTROS
Hirsutismo idiopático
Hay un grupo de pacientes en las cuales hay hirsutismo pero tienen ovulación
regular, no hay tumores ni alteraciones suprarrenales. Se ha llamado el
hirsutismo idiopático familiar, siendo más marcado en algunas zonas
geográficas. La única explicación hasta el momento es el aumento en la
actividad de la 5a-reductasa. Incluso en estos casos el hirsutismo responde a la
supresión ovárica con anticonceptivos orales o al uso de espironolactona. La
respuesta clínica al tratamiento se ha relacionado con los niveles de 3a-
androstenediol glucorónido, la cual confirma el diagnóstico del problema a nivel
del órgano blanco.
TRATAMIENTO
Espironolactona
Acetato de ciproterona
Dexametasona
Agonistas de la GnRH
Como la producción de andrógenos en el ovario es dependiente de la LH, la
supresión de las gonadotropinas con estos agonistas mejora el hirsutismo. Hay
resultados inconsistentes en la literatura, de manera que no se ha podido
establecer la dosis necesaria para lograr una supresión efectiva y una
respuesta clínica.
Flutamide
Otras drogas
Las cremas con progesterona son efectivas pero deben aplicarse en forma
frecuente. Su acción es muy concentrada en el lugar de aplicación.
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SEGUNDA PARTE
TRASTORNOS
OVULATORIOS
CAPITULO IX
HIPERPROLACTINEMIA
FISIOLOGIA DE LA PROLACTINA
Estudios tanto in vivo como in vitro sugieren que el ácido gamma-amino butírico
(GABA) puede actuar también como factor inhibidor de prolactina. Su actividad
es mucho menor que la de la dopamina. Una diferencia importante es que la
dopamina permite que los lactotropos almacenen la prolactina recién
sintetizada, la cual puede ser liberada con rapidez cuando cede el efecto
supresor de la dopamina; esto no se observa con el GABA. Se ha propuesto
que el GABA puede actuar de forma episódica en respuesta a ciertos estímulos
en lugar de ser secretado de manera constante hacia la sangre portal.
Las mujeres que lactan en forma regular, incluyendo la noche, tienen una
protección anticonceptiva por tres a seis meses. Cuando están aumentados los
niveles de prolactina por el efecto de la succión, se encuentran niveles de FSH
en el rango normal pero abolición de los picos de LH. La secreción de
estrógenos en el aparato folicular es muy baja. El efecto puede no solo ser
central sino ovárico, afectando la función de las células de la granulosa
disminuyendo la síntesis de progesterona. También puede alterar la relación
testosterona/dihidrotestosterona, disminuyendo el sustrato androgénico para la
aromatización. En todo caso, parece que la acción central es la más
importante; los niveles elevados de prolactina inhiben la secreción pulsátil de
GnRH, por el asa corta de retroalimentación sobre la dopamina.
HIPEPROLACTINEMIA
Iatrogénica
Las drogas pueden dividirse en dos grandes grupos: las que actúan sobre el
hipotálamo alterando el metabolismo de la dopamina y las que actúan
directamente sobre la hipófisis. Estas últimas son las más potentes y su
mecanismo de acción es como antagonistas de la dopamina, desplazándola de
su receptor en la célula lactotropa; ejemplos de ellas son la metoclopramida, el
sulpiride y la domperidona. Los antihipertensivos del tipo de la reserpina y la
metildopa actúan en el hipotálamo. La cimetidina y sustancias afines estimulan
el receptor H2 y provocan de esa manera la hiperprolactinemia.
TABLA 9.1
Drogas que producen hiperprolactinemia
Refleja
Idiopática o funcional
Orgánica o tumoral
La hiperprolactinemia hipotalámica incluye la interrupción del aporte de
dopamina a la hipófisis por la sección del tallo o por la presencia de tumores
intraselares expansivos que se incrustan en el tallo de la hipófisis. En estos
casos el aumento de la prolactina se presenta por pérdida del efecto supresor
de la dopamina.
TRATAMIENTO
Otros autores están a favor del manejo conservador de los pequeños tumores
secretores de prolactina porque la mayoría de ellos no sufren cambios con el
tiempo. Este tipo de manejo conservador se hace únicamente con seguimiento
periódico. El manejo médico se reservaría para aquellos tumores que muestran
crecimiento rápido y a los que son macroadenomas desde el comienzo. El
manejo quirúrgico se deja solo para aquellos tumores que no responden al
tratamiento médico.
El tratamiento se debe empezar con dosis bajas de 1.25 a 2.5 mg diarios en las
horas de la noche, idealmente con la cena. El efecto máximo se logra 2 horas
después de su ingesta y la vida media biológica es cercana a las 3 horas. Una
semana después de la dosis inicial se puede aumentar a 2.5 o 5 mg. La
administración por vía vaginal es una alternativa excelente para disminuir los
efectos secundarios; se hace con las mismas tabletas y en la misma dosis con
resultados clínicos bastante satisfactorios; tiene la ventaja que esta ruta evita el
primer paso por el hígado, por lo cual la dosis requerida puede ser menor.
PROLACTINOMAS Y EMBARAZO
REFERENCIAS
SEGUNDA PARTE
TRASTORNOS
OVULATORIOS
CAPITULO X
ALTERACIONES TIROIDEAS Y REPRODUCCION
En los adultos, las calorías de los carbohidratos parecen ser el principal factor
determinante que regula el nivel de T3. Cuando hay bajo aporte calórico
aumenta la síntesis de rT3 y disminuye la de T3.
Aproximadamente del 75 al 80% de las hormonas tiroideas se encuentran
unidas a la globulina transportadora de tiroxina (TBG). El 20 a 25% se
encuentran unidas a la prealbúmina fijadora de tiroxina y a la albúmina. Estas
proteínas fijadoras tienen mayor afinidad por la T4. La TBG es producida en el
hígado y su síntesis es estimulada por los estrógenos. Las hormonas pueden
ser desplazadas de su proteína transportadora por drogas como la
difenilhidantoína y los salicilatos. La T3 es liberada en forma más rápida de las
proteínas fijadoras que la T4. Las hormonas tiroideas afectan procesos como la
gluconeogénesis y la lipogénesis, el consumo de oxígeno en el corazón, el
hígado y el riñón, el metabolismo del colesterol, el comienzo de la pubertad, la
termogénesis y el desarrollo del sistema nervioso central. Parece que en la
célula actúan en múltiples sitios: en la superficie, en la mitocondria y en el
núcleo. La T3 posiblemente modula la tasa de metabolismo basal, lo cual se
manifiesta por mayor actividad de las mitocondrias y aumento del consumo de
oxígeno por los tejidos.
La producción de TRH y GnRH se puede ver alterada por las mismas causas.
El papel de la TRH en la secreción de gonadotropinas no es bien entendido. Se
cree que puede estimular levemente la secreción de LH. En general en el
hipotiroidismo se encuentran niveles basales más bajos de FSH y LH; por el
contrario en el hipertiroidismo se encuentran elevados. Varios estudios han
sugerido que en el hipotiroidismo hay disminución en la reserva de
gonadotropinas.
Diagnóstico
Se confirma con el índice de T4 libre bajo con una T4 normal o baja. La TSH se
encuentra elevada en forma compensatoria. Los niveles de T3 pueden ser
normales o bajos. La TSH sirve para discriminar entre el hipotiroidismo primario
y los defectos centrales.
Tratamiento
Se cree que las mujeres en suplencia con hormona tiroidea tienen una
aumento en la resorción ósea por lo cual se debe vigilar la aparición de
osteoporosis.
HIPERTIROIDISMO
Aunque se sabe que hay alteraciones del ciclo y mayor incidencia de aborto
espontáneo, no es claro el mecanismo por el cual se produce. Se han
encontrado niveles aumentados de FSH y LH. Los niveles de LH son mayores
tanto en la fase folicular como en la lútea. Los picos de LH se encuentran
disminuidos en mujeres con menstruaciones escasas pero regulares y
ausentes en aquellas con amenorrea.
Se pueden utilizar resinas que captan las hormonas tiroideas y de una forma
indirecta reflejan su capacidad de unión a las proteínas fijadoras. Se conocen
con las siglas RT3U y RT4U. Con base en esta captación por resinas se puede
calcular el índice de tiroxina libre (FT4I), que tiene una adecuada correlación
con la medición de T4 libre.
En los últimos años se dispone de TRH sintética que permite hacer pruebas de
estimulación que ayudan a diferenciar trastornos centrales y periféricos.
REFERENCIAS
TERCERA PARTE
LAS HORMONAS A LO LARGO DE
LA VIDA
CAPITULO XI
ENDOCRINOLOGIA DEL EMBARAZO
PROGESTERONA
ESTROGENOS
LA SUPRARRENAL FETAL
La placenta posee una gran cantidad de sulfatasa, lo cual le permite clivar los
sulfatos de esteroides, dejando el esteroide libre. Cuando hay deficiencia de la
sulfatasa placentaria hay disminución marcada de la excreción de estriol. Este
trastorno es más frecuente en hombres, ya que se transmite como una
característica recesiva ligada al X. Puede asociarse con la aparición de ictiosis.
La evolución de los recién nacidos es satisfactoria, por lo cual se cree que no
constituye una amenaza para la salud del lactante.
LA TIROIDES FETAL
GnRH
Su presencia en la placenta humana fue reportada por primera vez en 1975 por
Gibbons y cols. Este péptido similar a la GnRH aumenta la secreción de HCG,
estimula la producción de las subunidades a y b. Su liberación está bajo el
control de las prostaglandinas E2 y F2 y la adrenalina que la aumentan,
probablemente actuando a través del AMPc. La insulina y el péptido intestinal
vasoactivo también pueden estimular la GnRH placentaria en forma
dependiente de la dosis. A su vez, la GnRH regula la esteroidogénesis
placentaria y la liberación de prostaglandinas.
Somatostatina
En el embarazo temprano también se ha detectado una sustancia similar a la
somatostatina localizada en el citotrofoblasto, pero no en el sincitio. Esta
disminuye a medida que progresa la gestación. Se cree que puede tener un
efecto inhibidor sobre el lactógeno placentario.
TRH
HCG
Lactógeno placentario
TSH coriónica
Alfafeto proteína
Es una glicoproteína única con 590 aminoácidos derivada en gran parte del
hígado fetal y parcialmente del saco vitelino. Su función es desconocida, pero
su tamaño es similar y su secuencia guarda homología con la albúmina, por lo
cual se postula que puede actuar como una proteína transportadora de
hormonas esteroideas en la sangre fetal. Puede ser un modulador de la
proliferación celular, teniendo una acción sinérgica con varios factores de
crecimiento.
Los niveles pico de esta proteína en sangre fetal se alcanzan al final del primer
trimestre y luego disminuyen gradualmente hasta las 32 semanas cuando caen
en forma rápida. Los niveles maternos son mucho más bajos que los fetales,
aumentado en forma constante hasta la semana 32. Su concentración en el
sistema nervioso fetal es muy elevada, y se incrementa en forma importante en
los casos en los cuales hay defectos del tubo neural.
Relaxina
Prolactina
Inhibina y activina
Es una sustancia que puede ser detectada en la circulación materna uno o dos
días después del coito que ha resultado en embarazo; desaparece antes del
parto. Antes de la implantación posiblemente es producido como respuesta del
ovario a una señal ovular; después de la implantación es derivado del mismo
embrión. Se trata de una proteína asociada con la proliferación celular y el
crecimiento; además posee propiedades inmunosupresoras y se encuentra en
concentración abundante en las plaquetas.
Estudios recientes han demostrado que estas estructuras no solo son capaces
de producir y metabolizar hormonas, sino que también contienen receptores
hormonales. Una de las principales hormonas producidas en la decidua es la
prolactina, responsable de su alta concentración presente en el líquido
amniótico. La decidua también produce relaxina que a diferencia de la
prolactina, inhibe la contractilidad uterina; también aumenta la distensibilidad
del cuello.
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TERCERA PARTE
LAS HORMONAS A LO LARGO DE
LA VIDA
CAPITULO XII
EL CLIMATERIO
MENOPAUSIA Y ENVEJECIMIENTO
EPIDEMIOLOGIA DE LA MENOPAUSIA
Se ha calculado que para el año 2.000 puede haber en el mundo más de 700
millones de mujeres por encima de los 45 años. Los rápidos avances de la
ciencia y la tecnología en los últimos 50 años han permitido que la expectativa
de vida haya aumentado en forma progresiva, siendo ésta de 75 años para la
mujer colombiana. Esto lleva a concluir que la mujer actual pasa cerca de la
tercera parte de su vida en un estado de deficiencia de estrógenos.
Son pocos los estudios epidemiológicos que se han realizado en nuestro país
referentes a la menopausia. Se ha calculado que ésta ocurre en promedio a los
51 años y que hay factores que predisponen a que sea más precoz; los más
estudiados son el tabaquismo, el vivir a grandes alturas y la cirugía previa,
especialmente la histerectomía por el posible compromiso vascular del ovario.
Dentro de los datos curiosos se puede mencionar que se ha correlacionado el
hecho de ser diestro con una menopausia más tardía. La mayoría de los
trabajos ha demostrado que la edad de la menopausia, a diferencia de la de la
menarquia, no ha sufrido mayor variación desde la época griega, así como no
hay correlación entre la edad de las dos. Tampoco se ha podido comprobar
una relación entre la edad de la menopausia y longevidad. Se ha demostrado
también que no existe ninguna relación con el uso previo de anticonceptivos
orales. Se calcula que menos del 1% de las mujeres tienen la menopausia
antes de los 40 años.
Según los datos del último censo de 1993, se calculó que en el país hay cerca
de 2.900.000 mujeres mayores de 45 años, lo cual representa el 9% de la
población general. En la ciudad de Santafé de Bogotá el total de mujeres con
esta edad es de aproximadamente 525.000. Estas cifras revelan la importancia
de este problema, ya que indican un número importante de mujeres que son
posibles candidatas a recibir terapia de reemplazo hormonal durante esta etapa
de la vida. Además, mientras que el 60% de las mujeres postmenopáusicas
habitantes en el año 1990 en los países en vías de desarrollo, se calcula que
para el 2030 la cifra ascenderá a 76%.
Figura 12.1
Pirámide poblacional de Colombia, 1993
Después de los 40 años los ciclos anovulatorios van siendo más frecuentes,
estos cambios se hacen evidentes dos a ocho antes de que aparezca la
menopausia. De la misma manera, en cada ciclo hay un menor número de
folículos que inicia su crecimiento. Poco a poco el "pool" de folículos residuales
es agotado. Varios años antes de la menopausia la producción de estradiol y
progesterona declina, incluso en presencia de ciclos ovulatorios.
Los posibles mecanismos por medio de los cuales se pierden los receptores en
las células blanco incluyen su síntesis anormal y la degradación o la presencia
de receptores en estado no funcional. Una teoría vigente actualmente habla
acerca de las modificaciones que sufren las proteínas citoplasmáticas
necesarias para la acción de los estrógenos.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Son muchos los síntomas que se han atribuido a la menopausia; pero es difícil
establecer de ellos cuáles ocurren en este período; probablemente se
encuentran relacionados con la disminución en la esteroidogénesis ovárica.
Entre ellos se pueden citar:
• Alteraciones en el patrón menstrual, incluyendo la hipomenorrea, la
hipermenorrea y la frecuencia irregular.
• Disminución de la fertilidad
• Inestabilidad vasomotora, evidenciada por oleadas de calor y
sudoración.
• Síntomas psicológicos que pueden incluir ansiedad, depresión e
irritabilidad.
• Dispareunia y prurito vulvar
• Atrofia de la piel
• Alteraciones urinarias como urgencia y cistitis.
Hemorragia disfuncional
Síntomas vasomotores
Siempre se ha creído que las oleadas de calor son el síntoma cardinal del
climaterio. Se presentan en alrededor de 85% de las mujeres durante esta
etapa; pueden aparecer desde varios años antes de la menopausia y continuar
por 3 a 5 años después de ella. Las mujeres que no han estado expuestas a
los niveles de estrógenos circulantes que normales de la edad fértil, como por
ejemplo las que padecen de disgenesia gonadal, no experimentan los síntomas
de inestabilidad vasomotora. Se sabe que el tratamiento con estrógenos o
progestágenos los controla adecuadamente.
Una teoría alternativa habla que el efecto de los estrógenos puede ser mediado
por neurotransmisores como la norepinefrina. Estudios en animales sugieren
que el envejecimiento puede estar asociado con una alteración en el
metabolismo de las catecolaminas, ya sea por disminución en la actividad de la
dopamina hidroxilasa, el aumento en la actividad de la mono-amino-oxidasa
(MAO) o la catecol-o-metil-transferasa y por disminución en la recaptación
neuronal de las catecolaminas. En ratas sometidas a ooforectomía se ha
observado que la concentración de dopamina en el hipotálamo disminuye
mientras que la de noradrenalina aumenta, así como la actividad de la tirosina-
hidroxilasa y la tasa de recambio de la noradrenalina en el hipotálamo.
Las oleadas de calor son menos frecuentes en las mujeres obesas ya que ellas
tienen una mayor conversión periférica de andrógenos adrenales a estrógenos
y disminución en los niveles de SHBG, lo cual permite que haya una mayor
concentración de estrógenos libres.
TABLA12.1
Oleadas de calor
Cambios atróficos
Los cambios atróficos son marcados en los tractos genital y urinario, llevando a
infecciones urinarias a repetición, aumentando la incidencia del prolapso genital
y dispareunia. Además se presenta disminución en el contenido del colágeno
de la piel y de la fuerza muscular. Todos estos cambios revierten de manera
adecuada después de 6 a 12 meses de suplencia estrogénica.
Los tejidos de la vagina inferior, los labios, la uretra y el trígono tienen un origen
embrionario común, derivados del seno urogenital y son estrógeno -
dependientes. La deficiencia de estrógenos en la post-menopausia altera las
paredes vaginales, tornándose pálidas por disminución en su vascularización;
son más delgadas con sólo tres a cuatro células de espesor. Las células
epiteliales de la vagina tienen menor contenido de glucógeno, llevando a la
disminución de los lactobacilos; como consecuencia el pH es menos ácido
permitiendo el sobrecrecimiento bacteriano. La vagina pierde sus pliegues y se
vuelve más corta y menos elástica. En la vulva hay pérdida significativa del
vello púbico; los labios mayores disminuyen de tamaño y pierden elasticidad y
tejido graso subcutáneo. Las glándulas del introito responden en forma menos
activa al estímulo sexual, contribuyendo a la aparición de dispareunia.
Efectos psicofisiológicos
Los estudios realizados han sugerido una posible acción de los estrógenos
sobre la depresión, efecto logrado a través del aumento de la serotonina como
fruto del aumento en la degradación de la monoamino-oxidasa, incremento en
la cantidad de triptófano que llega al cerebro y mayor transporte de la
serotonina. Por el contrario los progestágenos tienen efecto anestésico y
aumentan la actividad de la monoamino-oxidasa, predisponiendo a la
depresión. Los estudios clínicos sugieren que la terapia de suplencia
estrogénica mejora el estado de ánimo en las mujeres pero que son ineficaces
en aquellas pacientes que presentan depresión clínicamente manifiesta.
OSTEOPOROSIS
La masa ósea es mayor en las mujeres negras y en las obesas; hay factores
predisponentes para la aparición de osteoporosis, tales como el
hiperparatiroidismo, el hipertiroidismo, el uso de corticoides, el abuso de
alcohol y tabaco y el antecedente de gastrectomía. La historia familiar de
osteoporosis también ha sido reconocida como un factor de riesgo;
recientemente se ha descrito un marcador genético que posiblemente está
relacionado con variaciones alélilcas en el gene que codifica el receptor de la
vitamina D.
ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
Se han descrito por lo menos dos mecanismos a través de los cuales los
estrógenos aumentan los niveles de HDL: en primer lugar la supresión de la
lipasa hepática que resulta en una menor degradación de las partículas de
HDL, y en segundo, una mayor síntesis de esta lipoproteína.
Figura 12.4 Cambio porcentual de los lípidos sanguíneos
posterior al uso de estrógenos conjugados
Varios estudios epidemiológicos grandes sugieren que las mujeres que reciben
estrógenos tienen una reducción del 50% en la mortalidad por accidentes
cerebro-vasculares. Se sabe que hasta la menopausia el flujo sanguíneo
cerebral es mayor en las mujeres que en los hombres, diferencia que
disminuye después de la menopausia. Se ha demostrado que los estrógenos
disminuyen la resistencia en las arterias carótida interna y cerebral media, así
como también alteran la reactividad de las arterias cerebrales a estímulos
vasoactivos como la serotonina.
Neoplasia endometrial
Todos los estudios han llegado a la misma conclusión: a pesar de que puede
existir un aumento ligero en la incidencia de cáncer de seno, en las mujeres
que estaban tomando estrógenos en el momento de hacer el diagnóstico del
carcinoma la mortalidad es menor. Esto probablemente no es más que el
reflejo de un diagnóstico más precoz, ya que estas pacientes tienen
seguimiento más estrecho. En todo caso los riesgos relativos en todos los
trabajos han estado cercanos a 1. A diferencia del endometrio, los
progestágenos no parecen tener ningún efecto protector sobre el seno.
Desde hace muchos años se comprobó que los estrógenos disminuyen los
síntomas vasomotores de la menopausia. En este momento todos los estudios
llegan a la misma conclusión: los beneficios de la terapia estrogénica sobre
reducción de enfermedades cardiovasculares e incidencia de fracturas
sobrepasan los riesgos potenciales de carcinoma de seno y endometrio. Los
metanálisis recientes sugieren que en mujeres usuarias de estrógenos hay una
disminución de por lo menos 50% en enfermedad coronaria y de 70 a 90% en
la mortalidad cardiovascular, además de su efecto benéfico sobre la incidencia
de fracturas.
Las formas orales han sido las más utilizadas, especialmente las conjugadas o
esterificadas; se hicieron pruebas con el 17-b-estradiol, pero su absorción
intestinal es muy pobre incluso en forma micronizada. Al utilizar estrógenos
solos se vio un aumento en la incidencia de carcinoma de endometrio, efecto
que se evita al adicionar progestágeno.
Los esquemas con los cuales tenemos experiencia y que se recomiendan son
los siguientes.
2. Pacientes histerectomizadas
En todos los tipos de esquemas se asocia fosfato de calcio una tableta diaria.
Los efectos benéficos de los estrógenos han sido demostrados por encima de
los 65 años, disminuyendo la incidencia de fracturas de cadera. De esto surge
el interrogante si a las mujeres mayores que no han recibido suplencia se les
debe iniciar sin tener en cuenta su edad. Se cree que las mujeres con
osteoporosis o alteración del perfil de lipoproteínas sí se benefician de este
régimen.
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