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no siempre deben leerse como .sig- nalistas dentro de la laberíntica hu-
nos reveladores de ese slntoma. manidad. Esa humanidad en descom-
Otras veces, como es el caso de In- posición contra la cual traté de lu-
char en el espacio de algunas pá?i- respeto al mismo tiempo. Yo, conde-
nas, atado por mi propia jnente, In- nado a ser absuelto irremediable-
tentando romper las barreras que el mente por la Maga que juzga sin sa-
autor elevaba entre mí y la Maga pa~a berlo. Ah, déjame entrar, déjame ver
impedirme la lucidez o la locura. A fI- algún día 'co mo ven tus ojos ."
nal de cuentas no pude evitar ésta Escúchame Morelli, ya sé que todo
aunque la situara, para mi gran desi- eso te fastidia pero déjame decirlo:
'lusión, entre las paredes concretas de todo hasta el final. ¿Sabes cómo in-
un manicomio, allí, en alguna parte terpreto ahora, 17 años después de
de Argentina. Algo me im~edía lan- haberla pronunciado, está últ ima fra-.
zarme definitivamente hacia la Ma- se que salió de mi obligada boca
ga, algo ... como un veneno que escupía como"
- ¿Te acuerdas de las mujeres vam- ahora escupo mi necedad?
piresas de Edgar Allan Poe? . -No me sorprendería, aunque
'¿Te acuerdas de la Berenice de Ara- tengo cierta curiosidad por saberlo
gon? -replicó M..orelli que se iba relajan -
-Mira, parece que mi creador ha- do poco a poco, viendo a Oliveira
bía elaborado, algún tiempo antes de encaminarse cada vez más por el pa-
mi nacimiento literario, una teoría tierna de la Maga. Bueno, me debatía sillo de las confesiones tardías.
poética so b re e 1 " cama Ieorusrno
. ". en una tormentosa relación con ella - Pues, mi deseo era aceptar vivir
Esa idea de la ausencia de identidad y conmigo mismo pues estaba empe- lo que me atraía tanto en la Maga.
que define al poeta, no era tan mala, ñado en taparme los oídos con una Deseaba su feminitud, mi feminitud
aunque no tan suya - John K~ats ya I~ cera cerebral. Yo, con mucho orgullo que ella me reflejaba como un espe-
había soplado algunas ideas al prl~~I le digo en la página 95: jo implacable. Sentía a la Maga como
pio y su encierro con la traducción "- ¿y no se te ha ocurrido sospe- una cosa pegajosa, inseparable .de
de Edgar A. Poe acabó de edificar- char que detrás de ese Mondrian mí; la Maga estaba en cada disco de
la- pero me parece una lástima que puede empezar una realidad Vieira jazz, en cada vaso de whisky, en cada
no 'la haya ensayado conmigo sino da Silva?" noche y en cada terreno baldío de
con la Maga. En su Imagen de John Ella me contesta con una implaca- París. Era como el canto de las sirenas
Keats, Cortázar había ideado que el ble visión de mi ser fantoche: en el jazz nocturno, empapado de
conocimiento poético opera "por sudor y del alcohol, de miradas tur-
"-Oh sí. Pero vos hasta ahora no bias que no resisten la luz de cierta
irrupción, por asalto e ingreso afecti- te has salido de la realidad Mondrian.
vo a la cosa, cediendo en ese acto su verdad porque está precisamente ahí
Tenés miedo, querés estar seguro. donde no están las palabras.
conciencia de ser sujeto cognoscen- No sé qué ... Sos como un médico, no
te y renunciando a ser 'ese alguien - ¿Otra vez vas a repetir las mismas
como un poeta."
que conoce' para sumir~e e~ la ~osa cosas de siempre? Pensaba que real-
- ¿Qué pretendes decir con eso? mente tenías algo novedoso que
deseada y ser en ella. Mas aun: sien - ¿No crees que ya has tenido suficien-
do -la cosa misma mientras dura el contarme. Si no es así, mira, me voyy
tes oportunidades de hablar de la te quedarás rumiando tus angustias
acto del conocimiento poético". Ve- Maga?
rás, Morelli, éste fue en cierta medi- sólo .. .
-No, pocas veces he hablado de -No, espérate. Te digo que desea-
da su ' proceder con la Maga y su ne-
ella porque una novela, según mi au- ba ver con los ojos de la Maga por-
gación conmigo. Esole impidió.hacer
surgir el verdadero reto de mi rela- tor, debe saber pensar sobre sí mis- que estaba cansado de mi gesto tan-
ción con la Maga . Tratándome como ma. A mí me hizo pensar sobre lo tas veces repetido de rechazarla para
un representante -a veces caricatu- que vivía pero cómo me cansó este instalarla frente a mí e intentar obser-
resco- de la gran batalla contra la papel forzoso que me atribuía. Mo- var, gracias a la d istancia del espejo
Razón desde dentro de la razón, salí relli, ¿te acuerdas que en la página que asemeja pero no fusiona, su
arrastrando mis harapientas ideas, los 116, hice unas declaraciones sobre la manera de percibir el mundo y las -
andrajos de mi saber trastornado. No Maga que hoy me parecen revelado- cosas. Por eso en esa novela se habla
me dejó descubrir la alternativa qu~ ras, sobre todo ahora que las leo des- tanto de espejos o de espejismos. No
me desesperaba por encontrar en mi pués de tanto tiempo? Por aquel en- sé bien hasta qué punto sabía de lo
recorrido por la humanidad. En reali- tonces, en mi tono había admiración que se trataba. Creo más bien qu~ lo
dad, . si la Maga sigue presente en y desesperanza: intuía, que algún caparazón me .Im-
Buenos Aires, en el manicomio, es "Hay ríos metafísicos, ella los nada pedía lanzarme a descubrir la ternble
porque representa la nostalgia de como esa golondrina está nadando incertidumbre que representaba la
ser, del ser que yo había intu ido asu- en el aire, girando alucinada en tor- Maga. Aceptar que la Maga era otra
mir en París. no al campanario, dejándose caer parte mía, en cierta medid.a alguna
-Dilo más explícitamente -gritó para levantarse mejor con el impulso. tentación de mi ser o de mi querer-
Morelli sintiendo que Oliveira, con Yo describo y defino y deseo esos ser que mi autor no se atrevió (o no
los hombros bajos y las lágrimas en los ríos, ella los nada. Yo los busco, los se le ocurrió) fusionar en una sola vo-
ojos, estaba a punto de confesar qué encuentro, los miro desde el puente, luntad. No quiero decir que yo y la
lo había llevado a ese triste descenso ella los nada. Yno lo sabe, igualita a la Maga formáramos un sólo ente, no,
parlas infiernos, rayuela abajo. golondrina. No necesita saber come, eso está descartado de antemano;
yo, puede vivir en el desorden sin sino dejar que la Maga fluya en míy
-Mira, mi retorcimiento se debía que ninguna conciencia de orden la me devele aquella parte mía que tan-
en parte a una terrible resistencia a retenga. Ese desorden que es su or- to se le parece. Quizá necesitaba dar -
escuchar la voz lacerante, cuerda y
den misterioso, esa bohemia del algún paso intermedio, eso es, que
cuerpo y del alma que le abre de par pudiera yo descubrir en una "otre-
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Cortázar, dile que no voy el buscar como crítico. Acostumbrados a su
más a la Maga por las calles, absurda- habitual perspicacia, su contundente I
mente, aunque la desee más que talento y su arrogante método ex-
"ü- -- miasmática, y más que nada como el
'"
F, gurú más sobresaliente del país de la
I jodienda. Por supuesto, la conducta
sexuada de Mailer sólo puede ser
comparada con la de Miller.
Como antólogo Mailer resulta me-
jor. Laclasificación del material reco- -
gido en Gemio y lujuria es excelente;
corresponde a lo mejor de la obra de
Miller y nos proporciona un panora-
ma muy completo y atractivo que ,
constituye un verdadero estimulante .
para adentrarnos más en la obra yen
,
,,,
la vida del autor antologado.
Es Genio y lujuria una plataforma
haportante para el conocimiento de
...
,. ............L."-W>N""""""',v\N\MMN,,,,,,,,,,,,,,,"""'_ _..L.
~~...::::;; ""':L...""_ _-=:::;"'l-..J la literatura americana conternporá-
nea, para entender el desarrollismo
preslvo, nos sorprende la flojedad, para el cual el sexo tiene una pre- castrante del sistema y para tener la
condescendencia y cortedad con ponderancia singular, pero también más completa alegoría de sus fijacio-
que Mailer sitúa a Miller dentro del la tiene la conflictiva social en que nes, mutaciones y aberraciones.
universo literario. Nos parece que al vive y en la que se va deteriorando la también lo es para observar la in-
viejo león se le comienzan a caer los imagen de su patria. Basta con aden- fluencia de los movimientos surrea-
dientes y que, como típico hijo pró- trarnos en Trópico de Capricornio lista y Dada en los escritores nortea-
digo, retorna a la matriz que le ha ve- para entender que, abiertamente y mericanos, su feliz aceptación e in-
nid óalimentando: la putrefacta Nor- . entre líneas, Miller está criticando al terpretación dentro de un marco
tearnérica O" Amúrrica", usando un sistema americano, está berreando idiosincrásico ajeno pero receptivo .
vocablo de Miller. . contra la explotación capitalista, y, sobre todo, para vivir intensamen-
'Su entusiasmo por la obra de Mi- aunque paradójicamente no se com- te los amargos sinsabores del oficio
Iler lo lleva a consecuencias falsas y prometa con ninguna ideología polí- de escritor.
parciales, a afirmaciones tales como tica. Está muy lejos de ser un lohn
, equiparar el lenguaje de éste con los Reed, quizás debido a que su sexua-
- de Marlciwe y Shakespeare; a situar- lidad y mach ismo le proporcionan ES UN AGRESTE OBOE
lo por encima de Hemingway, Stein- una tercera opción que lo encasilla
beck, Dos Passos, Faulkner; a equi- en una carcomida caja de cristal que
, pararlo con Balzac, y lo más aberran- podríamos denominar como indivi- Savia modern a, pr ime ra e dició n facsimilar, '
te, por tratarse de un hombre obvia- dualismo marginado, carente de Colección de Revistas Litera rias Mexicanas
mente erudito, a decir: "Los perso- conciencia proletaria. Sin embargo, Modernas. F.C.E., Mé xico , 1980.
najes de Miller llegan a crear un París Miller es un escritor que .cuestiona a
más real que sus adoquines, hasta la sociedad, la critica y la sacude; no POR GUILLERMO SHERIDAN
.despertar en nosotros una recelosa en valde Mailer se atreve a decir que
sorpresa; ningún escritor francés, cada vez que Miller fornica, lo hace, Usted puede comprar al crédito UN
por importante que sea, Rabelais, ni más ni menos que con América; y PIANO U ORGANO de la Cable
Proust, Maupassant, Hugo, Huys- vaya si Miller fornica sucio y con de- Company. La fotografía más artística
mans, Zolá, o incluso Balzac o Céli- sesperación. de la República es la de José María
ne, ha logrado pintar a nuestros ojos Al mismo tiempo y en una forma Lupercio Gudadalajara Ja/. Savia mo-
un París tan vívido. ¿Dónde se ha vis- paralela, Miller va anticipándose a derna, escuela y reafirmación de la
to que un escritor extranjero descri- los problemas sociales de su país me- Revista Moderna (sobre la cual versó,
ba un país mejor que los nativos?" diante una posición visionaria que le por cierto, el discurso de entrada a la
Esto suena a la babeante relación de permite conceptuar lo que será, ape- Academia de Julio Torri) tiene, por lo
un turista gringo que compara a la nas veinte años después, el enaje- menos, el mérito de poseer uno de
Alhambra con el Empire State, res- nante comportamiento urbano, el los nombres más ridículos jamás
pecto de la.arquitectura mudéjar. El desarrollo industrial, la mecaniza- otorgados a empresa literaria alguna.
magnífico escritor de Los desnudos y ción y sus repercusiones en el indivi- La pretendidad cordialidad entre ese
los muertos, de Los ejércitos de la duo como entidad receptora de los jugo c1orofilado y una modernidad
noche, de Un fuego en la luna, etc., descalabros del sistema. En estos te- empeñosa y, por lo mismo, imposta-
se ciega ante el resplandor de plásti- mas Mailer lo entiende" está de da, cuaja muy a fuerzas y bautiza el
ca y de neón de sus valores naciona- acuerdo con su perspectiva y, al cap- empeño de Alfonso Cravioto y Luis
les. Si su deformación crítica, frente a tar el objetivo crítico de sus metáfo- Castillo Ledón. Llamada "Revista
los escritores europeos, es deplora- ras sexuales, sabe traducirlo con un Mensual de Arte", Savia moderna
ble, más lo es su absoluta ignorancia lenguaje inteligente. aparece en marzo de 1906 en la Clu-'
. respecto de la narrativa latinoameri- Resulta curioso observar cómo dad de México con una portada bas-
cana contemporánea Miller, a la que Mailer, aunque insista en el hecho tante siniestra debida al inquieto pin-
ni siquiera menciona. de que él es mejor escritor que Mi- cel de un Diego Rivera apenas fuga-
Por otro lado, Mailer clasifica a Mi- lIer y le repruebe sus defectos de es- do de la adolescencia, que, según
lIer como "un escritor sexual" y lo tructuración sintáctica en algunos de Monterde, representa a "un corre-'
descalifica como escritor social. Sí, sus libros (Big Sur), lo reconoce dor indígena". Monterde recordaba
efectivamente Miller es -un escritor como maestro y lo sigue en algunos esto varios años despues (en 1963), y
de sus trazos singulares, sobre todo por eso confunde a una rara criatura .