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HISTORIA
Curso: 4º 1º
1. LEYES DE PUNTO FINAL Y OBEDIENCIA DEBIDA
Otro cambio importante fue el caudal electoral que obtuvo la UCR. Un conjunto
de factores contribuyeron a dar al radicalismo esta nueva fuerza electoral: las
dificultades del peronismo para presentar una propuesta coherente y el temor
popular de volver a los años de enfrentamientos violentos entre peronistas y
radicales; el liderazgo de Alfonsín como jefe de un partido que practicaba la
democracia interna, a diferencia del verticalista movimiento peronista; la
imagen de previsibilidad que el radicalismo proyectaba sobre su futura gestión
de gobierno, aún cuando no presentó una propuesta programática sólida.
La derrota en las elecciones para renovar el Parlamento en 1987 inició el
declive del alfonsinismo y contribuyó a acentuar las diferencias y los
realineamientos de los distintos sectores que componían el partido. Las
propuestas de reformar la Constitución y de trasladar la Capital Federal a la
ciudad rionegrina de Viedma - dos ambiciosos proyectos que revelaban la
pretensión del alfonsinismo de refundar la República - no lo lograron atraer al
electoral que, cada vez más, ubicaba los problemas económicos en el centro
de sus preocupaciones.
. El Alfonsinismo
. CRISIS ECONÓMICA
El año concluyó con una inflación del 688%, que obligó a Alfonsín a destruir al
ministro de economía, Grispum, nombrando a Sourouille, para sustituirlo.
2. LUCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS
"Con la democracia se come, se educa y se cura", esa fue la frase del cierre de
campaña de Raúl Alfonsín. El radical había recorrido innumerables actos
recitando el preámbulo de la Constitución Nacional, todo un símbolo del
regreso a la democracia, tras siete años de la dictadura más sangrienta de la
historia argentina. El 30 de octubre de 1983, se impuso en las elecciones
presidenciales con el 51,75% de los votos sobre el justicialista Italo Luder, que
obtuvo el 40,16.
Entre logros de Raúl Alfonsín hay uno que nunca nadie puso en discusión: su
lucha por los Derechos Humanos. Impulsor del juicio a las juntas militares, fue
en 1985, cuando al mando del Poder Ejecutivo dispuso, mediante el decreto
158/83, la instrucción por parte del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas
de una causa contra los miembros de las tres primeras Juntas Militares del
llamado Proceso de Reorganización Nacional. Es decir, al Teniente General
Jorge Rafael Videla, al Almirante Emilio Eduardo Massera y al Brigadier
General Orlando Ramón Agosti.
Lo hizo sobre la base de que "... entre los años 1976 y 1979,
aproximadamente, miles de personas fueron privadas ilegalmente de su
libertad, torturadas y muertas como resultado de la aplicación de esos
procedimientos de lucha, inspirados en la totalitaria 'doctrina de la seguridad
nacional'..." Como se dijo anteriormente en estas líneas, Alfonsín fundó, junto a
otras personalidades la Asamblea Permanente por lo Derechos Humanos, el 18
de diciembre de 1975. La APDH luego apoyó el trabajo que realizó la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), también creada por el
ex presidente, con el objetivo de investigar las graves, reiteradas y planificadas
violaciones a los derechos humanos. De la investigación que realizó la
comisión, surgió el libro Nunca Más.
Al año siguiente del histórico juicio a los principales jefes militares (entre los
que se encontraban el gral. Jorge Rafael Videla y el almirante Emilio Massera
que fueron condenados a cadena perpetua), el gobierno de Raúl Alfonsín
promovió la ley de Punto Final que fijaba un plazo de 30 días para receptar las
acusaciones contra militares en la Justicia por violación de los derechos
humanos. Esta ley fue sancionada el 23 de diciembre de 1986, y su contenido
está resumido en los siguientes puntos:
Existía un gran malestar militar debido a que antes que terminaran los plazos
fijados por la ley de Punto Final, la Justicia federal dictó el procesamiento de
unos 500 militares, esto desencadenó la rebelión "carapintada" en Semana
Santa del año 1987. Ante esta presión el gobierno de Raúl Alfonsín promovió la
ley de Obediencia Debida que absolvía a los militares de rango intermedio y
menor, así dio lugar al desprocesamiento de la mayoría de oficiales y
suboficiales involucrados en la represión porque se consideró que obraban bajo
subordinación a la autoridad superior (algunos de los beneficiados por esta ley
fueron Antonio Bussi y el destituido capitán Alfredo Astiz). Esta ley fue
promulgada el 4 de junio de 1987, y su contenido esencial es el siguiente:
El pueblo argentino opina que es positivo para el país que se sepa y haga
público lo sucedido durante la represión y el destino de los desaparecidos, y
que cada sector de la sociedad asuma sus responsabilidades. No es exclusivo
de los familiares de las víctimas llegar a conocer la verdad sobre lo ocurrido,
sino que corresponde a toda la comunidad como un derecho a conocer su
pasado, entre otras razones como una forma de resguardarse para el futuro.
Los primeros años del periodo entre 1983 y 1999 que correspondieron a los
gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Saúl Menem estuvieron marcados por la
vuelta a la democracia con la presidencia justamente del candidato Radical
Alfonsin, luego de la dictadura militar más sangrienta que tuvo nuestro país en
su historia.
. LA GESTION DE GRINSPUN
En relación con el pago de la deuda externa, el gobierno no considero
adecuadamente el escaso margen de autonomía que dejaba a los países
deudores, como Argentina, la estrategia acordaba entre los bancos acreedores
y el FMI. Según esta estrategia, cualquier refinanciación tenía como condición
que el país solicitante acordase el pago de la deuda externa como absoluta
prioridad y, al mismo tiempo, iniciara un ajuste profundo de su
economía. Bernardo Grinspun intento dividir el frente de los acreedores. Al
mismo tiempo, Alfonsin y el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Dante
Caputo, se esforzaron por consolidar un frente de deudores. Sin embargo, solo
consiguieron demorar el momento de enfrentar la verdad mientras avanzaba el
deterioro de la economía. Finalmente, en septiembre de 1984, el gobierno
suscribió un acuerdo con el FMI. En un contexto de alta inflación, el aumento
de los salarios y otras medidas orientadas a reactivar la economía a través de
un aumento de la demanda agregada agudizaron viejos problemas. La inflación
comenzó a crecer y la especulación financiera cobro un renovado impulso. En
Abril de 1985, Alfonsin anuncio que el país entraba en una “economía de
guerra”.
. LA GESTION DE SOURROUILLE
En Enero de 1985, Grinspun fue remplazado por Juan V. Sourrouile quien se
dispuso a llevar adelante el ajuste de la economía argentina y anuncio que las
metas eran la apertura de la economía, el aumento de las exportaciones, la
disminución del déficit fiscal, del gasto público y del papel del Estado como
agente económico y la decisión de no emitir moneda para resolver el déficit
fiscal.
. EL PLAN AUSTRAL
Hacia principios de 1985, la situación económica era de extrema gravedad, y el
síntoma mas claro era una altísima inflación. El cambio de ministro fue la
primera señal de un cambio de orientación, que se consolido con el
lanzamiento del Plan Austral, en Mayo. El Plan Austral fue un plan de
estabilización con rasgos originales que tuvo como finalidad principal reducir la
inflación manteniendo los niveles de actividad económica y empleo. El plan
tuvo un fuerte éxito inicial en el cumplimiento de sus objetivos. Un conjunto de
circunstancias tanto de carácter externo como de carácter interno fueron
debilitando el plan. La inflación volvió a crecer. El gobierno intento una
concentración con sectores del empresariado y del sindicalismos sin embargo
los problemas económicos continuaron.
. ÉXITOS Y FALENCIAS
En el año 1986 la política tuvo resultados exitosos: en ese año el PBI había
crecido un 5,3%; el déficit fiscal disminuía desde un 8,3% del PBI en 1984 y
4,1% en 1985 a un 2,7% en 1986; la inversión interna había crecido un 18.2%;
la inflación había caído a un 81,9% para los precios minoristas y a 57,8% para
los mayoristas; y el salario real industrial había aumentado un 2%. El plan
también tuvo sus problemas. La inflación se mantenía con un riesgo latente; la
inversión y los salarios seguían muy por debajo de los niveles de la década
anterior y la caída de los precios internacionales para las exportaciones
agropecuarias mas la suma de la deuda externa complicaba el desarrollo
económico.
Uno de los problemas que provocó el cambio de la moneda era que existían
contratos firmados con anterioridad al lanzamiento del Plan, con cláusulas de
indexación automática fijadas sobre la base de las tasas de inflación previas al
congelamiento. Mantener esas cláusulas hubiera implicado la transferencia de
ingresos a favor de acreedores, contratistas y locatarios, en tanto los deudores
deberían seguir pagando como si la inflación mantuviera el mismo ritmo.
El Plan Austral funcionó durante el resto del año, pero las metas acordadas con
el FMI causaron serios desequilibrios en el presupuesto sólo en lo concerniente
al pago de los intereses de una deuda externa abismal. Resultó imposible
controlar el gasto de las provincias (la mayoría en manos peronistas) y de las
empresas públicas. La gestión económica también se vio entorpecida por la
oposición de los oligopolios, los monopolios y el sindicalismo.
El plan Primavera
En agosto de 1988, el plan Austral estaba agotado, por lo cual el gobierno
lanzó el plan Primavera. El nuevo plan económico impulsaba la apertura de la
economía y la privatización de empresas estatales, un punto que fue
duramente atacado por el justicialismo en ambas Cámaras. El gobierno, en
medio de la campaña electoral y limitado en su acción política, pudo sostener la
propuesta económica, Careció de respaldo: tuvo la decidida oposición del
sector rural y escaso apoyo de los sectores industriales. En pocas semanas, el
plan había fracasado. En febrero de 1989, en medio de un clima de ebullición
político y social, el gobierno dispuso una devaluación de la moneda. Esta
medida produjo un alza de precios que se fue acelerando -hasta producir
hiperinflación. Los precios, que en enero se habían incrementado en un 9.: en
mayo treparon hasta el 80% y la cotización del dólar se octuplicó.