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10. lokak. 2018
¿Por que triunfoé el cristianismo frente al paganismo del poderoso Imperio romano?
En tres siglos el cristianismo, que empezoé para los romanos como una pequenñ a secta
de herejes del judaíésmo, se convirtioé en la religioé n dominante del todopoderoso
Imperio romano, sobreviviendo a persecuciones y marcando la vida en Occidente
durante siglos. Siguiendo las huellas de autores como Aldobrando Vals o Rodney Stark,
analizamos tan interesante proceso.
Javier Navascueé s Peé rez – 10/10/18 11:57 AM
Cuando estalloé la devastadora peste del anñ o 165, el ceé lebre medico Galeno,
considerado la mayor eminencia de la eé poca (aué n hoy a veces se llama «galenos» a los
meé dicos) huyoé de Roma, mientras los cristianos se quedaron y atendieron a los
enfermos, no soé lo cristianos sino paganos. De hecho dos siglos maé s tarde el
emperador anticristiano Juliano el Apoé stata se lamentaríéa ante sacerdotes paganos del
hecho de que una de las claves del eé xito cristiano fue el mal ejemplo dados por los
sacerdotes paganos no soé lo durante las plagas sino en la atencioé n a los pobres
mientras los «impíéos galileos atendíéan no soé lo a sus pobres sino a los nuestros». De
hecho Juliano intentoé , sin eé xito, crear una red asistencial pagana para competir con la
cristiana.
El comportamiento tan heroico de los maé rtires cristianos en las persecuciones ante las
que no respondieron con la guerra ni con la violencia fue, sin duda un factor que a la
larga convencioé a muchos de la moralidad de la religioé n cristiana.
El hecho mismo de la comparacioé n entre la conducta y el excelso ejemplo moral de
Jesucristo por un lado y el comportamiento immoral y depravado de los supuestos
dioses griegos y romanos, cuya conducta estaba llena, segué n sus propios relatos
mitoloé gicos de crueldad y arbitrariedad por un lado y depravacioé n sexual por el otro,
tuvo que impresionar a los romanos maé s sensibles y morales.Jesucristo, ademaé s, se
sacrificoé a síé mismo por la redencioé n de la humanidad mientras los dioses paganos
frecuentemente, segué n sus relatos, sacrificaban a la humanidad en beneficio de sus
propios intereses y caprichos. Tambieé n la figura femenina maé s importante del
cristianismo, la Santíésima Virgen Maríéa era incomparablemente superior moralmente
a las igualmente depravadas y crueles deidades femeninas grecorromanas.
La esperanza de una vida eterna de plena felicidad en la companñ íéa de Dios era un
componente fundamental del Cristianismo, mientras que los paganos soé lo teníéan en
comparacioé n un impreciso Hades o reino de los muertos muy poco atractivo.
Pero al margen de este tipo de cuestiones morales y doctrinales hay una serie de
motivos sociales, culturales, demograé ficos y econoé micos que resultan
extremadamente interesantes porque nos traen a la mente maé s que inquietantes
parecidos con el mundo occidental apoé stata y cuasi pagano de nuestros díéas.
En los ué ltimos siglos de su existencia el Imperio romano padecioé una terrible crisis
demograé fica hasta tal punto que apartir del siglo III d C numerosas ciudades quedaron
praé cticamente abandonadas y deasparecieron. Todo ello llevoé al Imperio a verse
obligado a pactar con los pueblos baé rbaros cuya fecundidad era mucho mayor para
que eé stos se asentaran en el interior del Imperio. De hecho las incursiones baé rbaras
violentas fueron la excepcioé n. Lo normal fue la penetracioé n lenta, pacíéfica, legal y
gradual de los baé rbaros dentro del mundo romano.
Todo esto estaba relacionado con las egoíéstas praé cticas reproductivas, (o mejor dicho,
antirreproductivas) y «bioeé ticas» de los romanos paganos. El infanticidio era
frecuente, sobretodo el femenino. El aborto era muy frecuente, aunque se practicase
con medios y herramientas que hoy nos pareceríéan de carnicero y fuera una praé ctica
de altíésimo riesgo para la madre. Aué n asíé muchas romanas llevadas del mismo espíéritu
egoíésta que el de muchas mujeres de hoy en díéa, se sometíéan al aborto, que aunque en
teoríéa estaba prohibido gozaba de una amplia tolerancia por el poder romano. (De
hecho las crueles praé cticas de extraccioé n del feto eran las mismas que hoy en díéa
aunque hoy se hagan con material esterilizado)
Todo esto son evidencias histoé ricas frente al sectarismo anticristiano políéticamente
correcto que hoy nos quiere vender como «el cristianismo destruyoé la cultura claé sica»
y otras falacias similares que intentan ocultar y tergiversar la verdad histoé rica.
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