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Evangelismo Bíblico

Introducción
Éste es un entrenamiento básico, sencillo y práctico, sin complejidades ni
necesidad de leer libros enormes. Estos principios básicos son fáciles de
aprender, y los beneficios se harán muy evidentes al adentrarse en este
curso. Descubrirás que no hay mayor gozo que hacer la voluntad de Dios.
Sin duda, tienes tus temores y preocupaciones cuando se trata de
compartir tu fe, pero a través del material presentado aquí, descubrirás un
valor nuevo. Quizá has tratado de compartir tu fe y te has desanimado o
desilusionado por la respuesta de la gente.
El uso de estos principios bíblicos revolucionará tu vida y testimonio.
Al seguir estos principios, aprenderás a compartir tu fe de manera sencilla,
eficaz y bíblica... como lo hizo Jesús. Esto se logra primordialmente por
dirigirse a la conciencia del pecador (el lugar del conocimiento del bien y
del mal), en lugar de su intelecto (el lugar de argumento). Esto significa
que no tienes que ser un experto en teología, apologética, o griego.
Nunca más tendrás que sentirte intimidado por intelectuales, ateos, o
religiosos con justicia propia. Todo que necesitas es el deseo de obedecer
a Dios... y seguir en los pasos de Jesús.

- ¿Qué esperas lograr al tomar este curso?

- ¿Quieres vencer tu temor a la hora de compartir tu fe o sencillamente


quieres afinar tus habilidades de evangelismo?

- ¿Estás aquí porque te preocupa la salvación de alguien, o porque quieres


desarrollar una preocupación?

- ¿Cuál es tu motivación?
Lección 1: ¿Qué es el evangelismo bíblico?

En realidad, no todo el mundo entiende la importancia del evangelismo.


Muchos cristianos no tienen idea de cómo comunicar su fe. Incluso hay un
poco de confusión acerca de en qué consiste el mensaje del evangelio.
Además, gran parte del énfasis en el evangelismo últimamente ha estado
en los métodos más que en el mensaje. Y algunos evangelistas han sido
culpables de manipular a sus audiencias a la sumisión en lugar de limitarse
a entregarles la buena noticia. Por lo tanto, el evangelismo es un tema
importante a entender.

Definiciones: Evangelismo, testimonio, testificar; estas palabras se usan


indistintamente. Sin embargo, existen diferencias marcadas en los
significados de estas palabras.

- Testificar: dar testimonio, dar cuenta de la verdad. Testificar se produce


cada vez que un creyente presenta los hechos del evangelio a un oyente
incrédulo. El estilo de vida del creyente también da testimonio verbal de
su entrega a Cristo como Señor y Salvador. Tanto la vida
(comportamiento) y los labios (comunicación verbal) deben ser
coherentes entre sí. Es decir, los cristianos deben respaldar lo que dicen
por la forma en que viven.

- Testimonio: un relato de cómo llegó a ser salvo, la reputación de uno.


Cuando uno está llamado a dar testimonio, dice acerca de cómo llegó a
ser salvó. Cuando uno tiene un buen testimonio ante los demás, significa
que uno tiene una buena reputación o es un cristiano ejemplar. Mientras
que testificar está estrictamente limitado a comunicar el contenido del
Evangelio, dar un testimonio por lo general hace hincapié en la propia
experiencia personal de fe de uno.

Nota: los testimonios personales pueden o no ser útiles al comunicar el


evangelio. Si se hace insistencia en el contenido del Evangelio, y cómo
respondiste al mismo, el testimonio puede ser efectivo. Pero si se hace
insistencia en los aspectos más personales y emocionales de la salvación,
al que le estás testificando puede que vea la salvación como una
experiencia interesante que te pasó, pero una que no tiene que ver con él.
El objetivo de dar un testimonio no es centrarse en tu propia experiencia
Personal, sino el de ayudar a comunicar el mensaje del evangelio.

- Evangelismo: La palabra en español para “evangelizar” viene del latín


Evangelium. La palabra griega es en sí mismo un compuesto de eu, y
angelos. La primera quiere decir “buen” y la segunda, “mensajero”, por lo
que la palabra “evangelizar” significa tener un buen mensaje. En términos
generales, el evangelismo es prácticamente lo mismo que testificar
comunicar las buenas noticias acerca de Jesucristo. Pero en cierto sentido,
evangelismo es el proceso de comunicar el mensaje del evangelio a un
incrédulo, seguido por la conversión de esa persona, su bautismo,
añadirse a la iglesia, y el crecimiento en la fe. El evangelismo como un
proceso no termina en una profesión de fe. En realidad, el evangelismo
acaba de comenzar cuando un alma es nacida de nuevo. La carga de
Mateo 28:19 es “discipular”, no sólo decirle a alguien el evangelio.

¿Qué es un evangelista?

En 2 Timoteo 4:5, Pablo exhorta a Timoteo a “hacer el trabajo de


evangelista.” Un evangelista es, literalmente, un “predicador de la buena
noticia”, es decir, un misionero que predica el Evangelio (Efesios 4:11 Y él
mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,).
Por lo tanto, un evangelista de verdad se centra en alcanzar a los perdidos
con el evangelio.

Nota: el hecho de que algunos son evangelistas vocacionales no reduce la


responsabilidad de todo creyente para evangelizar. Algunos lo hacen
profesionalmente, otros voluntariamente, pero todos los creyentes tienen
la obligación de evangelizar.

Base bíblica para la Evangelización

Mateo 28:18-20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me


es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén.

El verbo principal aquí es el mandato a “hacer discípulos.” Discipular a una


persona hacia Cristo es traerlo a una relación de alumno a maestro. Los
discípulos son los que escuchan, entienden y obedecen las enseñanzas de
Jesús (Mateo 12:46-50).

Las palabras “bautizar” y “enseñar” describen lo que le sucede a los


discípulos: son bautizados y enseñados. En el Nuevo Testamento casi no
puede concebirse un discípulo que no haya sido bautizado o no haya sido
instruido. El bautismo es una señal tanto de entrada a la comunidad del
pacto del Mesías como de compromiso y sumisión a su señorío. La fuerza
de este comando implica que los discípulos de Jesús son responsables de
hacer discípulos de los demás, una tarea caracterizada por el bautismo y
la enseñanza.

Hechos 1:8 Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria, y hasta lo último de la tierra.

El mandato de testificar se presenta como una comisión directa de Jesús


mismo de hecho, como la última palabra de Jesús antes de su ascensión y,
por tanto, como uno que es definitivo y concluyente. Todo lo que sigue en
Hechos es el resultado de la intención de Jesús y el cumplimiento de su
palabra expresada. Esta comisión establece una obligación a todos los
cristianos.

El comando incluye:

- Una persona: la persona de Jesús, en cuya autoridad la iglesia actúa y la


cual es objeto de su testimonio.

- Un poder: el poder del Espíritu Santo, que es la motivación para la


misión.

- Un programa: comienza en Jerusalén, se mueve a “toda Judea y


Samaria”, y se extiende “hasta los confines de la tierra.”
Lucas 24:46-47…y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en
su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las
naciones, comenzando desde Jerusalén.

En este texto, Jesús mismo afirma que el mensaje “debe ser predicado. . .
entre todas las naciones.” La iglesia es responsable de cumplir este
mandato. Como la iglesia se compone de personas, cada creyente debe
hacer su parte en la proclamación del evangelio, tanto a nivel personal y
en conjunto con su iglesia.

Evaluación: El éxito o el fracaso del evangelismo, el testimonio, y el


testificar, es algo difícil de medir. Estamos tentados a pensar que a menos
que la gente responda positivamente al mensaje, hemos fallado. Pero
recuerde que nuestro deber es sembrar la semilla y regarla. Dios es
responsable por el crecimiento, no nosotros. Si los resultados fueran el
indicador de éxito, muchos misioneros hubiesen sido fracasos absolutos.

Así que el éxito o el fracaso en la evangelización no se basan en el número


de conversos. Además, está mal de nuestra parte el forzar, manipular, o
asustar a nadie a aceptar a Cristo. El trabajo del Espíritu Santo es traer
convicción, reprobar y reprender a los pecadores de su necesidad de
arrepentirse. Simplemente, en oración, y, naturalmente, confrontar a la
gente con el mensaje. No podemos controlar cómo la gente va a
responder. En última instancia, quien hace o no aceptar a Cristo depende
de Dios, no de nosotros. “La salvación es de Jehová” (Jonás 2:9).

Motivación: Podríamos seguir evangelizando por varios propósitos; por


obligación, por fama, por orgullo, por culpa, por compasión, para llenar la
iglesia, por complacer al pastor, etc., pero el objeto supremo en el
evangelismo es glorificar a Dios, no para salvar almas o para hacernos
sentir mejor. La única motivación real para el evangelismo es un celo por
Dios y un amor por los demás. Servimos y honramos a Dios por medio de
la evangelización.
Sesión 1: Cultivando Compasión por los perdidos

Mateo 9:35-38 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en


las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda
enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo
compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como
ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la
mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies,
que envíe obreros a su mies.

El rico y Lázaro (Lucas 16:19-31)

Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada
día banquete con esplendidez.

Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta


de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la
mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.

Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus
ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su
seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de
mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y
refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y
Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú
atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre
nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a
vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi


padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que
no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A
Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre
los muertos, se arrepentirán.
Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se
persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

Reflexión: Piensa en la historia atemorizante que contó Jesús en Lucas 16


acerca de Lázaro y el hombre rico. Algunos creen que fue simplemente
una parábola, mas Jesús habló de Lázaro por nombre, así que parecería
que verdaderamente sí había un hombre llamado Lázaro y
verdaderamente había un hombre rico quién terminó en los tormentos de
un infierno muy real.

Sea real o parábola la realidad del infierno debe motivarnos a clamar en


oración por los perdidos, y luego, con la ayuda de Dios, hacer
desesperadamente todo en nuestro poder para alcanzarlos.

La triste ironía es que el rico que había dejado que un mendigo muriera de
hambre en su puerta, de repente, estando en el infierno, desarrolló una
preocupación por el destino de su familia inconversa. Su corazón de
piedra finalmente halló compasión, y fue la realidad del fuego del infierno
que lo cambió. Desafortunadamente, fue demasiado tarde para poder
poner en acción la compasión, pero no es demasiado tarde para nosotros.

¿Cuál fue el gran pecado del rico?

Dejar morir de hambre al mendigo, no ayudarlo, de mostrarse indiferente.

Piensa en la iglesia. ¿Cuál sería su gran pecado?

Dejar morir al pecador sin hablarles de Cristo, no ayudarlo, mostrarse


indiferente.

Ahora piensa en ti, como creyente, ¿Que estás haciendo para rescatar a
los perdidos? ¿Eres tú como el hombre rico que no le importaba la
condición de Lázaro? ¿Qué estás haciendo con tus amigos que andan
desamparados como ovejas sin pastor? ¿Qué haces con tu tiempo libre?
El infierno debe ser tan real para nosotros que sus llamas quemen la
apatía y nos motiven para advertir a los perdidos.
¿Vemos los inconversos como el futuro combustible del infierno?
¿Entendemos que la humanidad pecadora es el yunque de la justicia de
Dios? ¿Alguna vez nos ha horrorizado o llorar porque tenemos miedo de
su destino?

La profundidad de nuestro celo evangelizador será en proporción directa


con el amor que tenemos.

Si usted no está preocupado por la salvación de su prójimo, estoy


preocupado por la tuya. Ray Comfort

A la luz de la realidad del infierno, nosotros podemos tener compasión de


aquellos por los cuales tenemos cuidado.

Principios de Evangelismo al aire libre

Principal: Tener una vida santa delante de Dios en oración y estudio de su


palabra. (2Corintios 10:4) porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 10
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo,

Amar a Dios con toda tu alma corazón, mente y fuerzas, y a tu prójimo


como a ti mismo (Marcos 12:30) Y amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

No ser vencidos por el temor: (1Corintios 2:1) Así que, hermanos, cuando
fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia
de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa
alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con
debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue
con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del
Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría
de los hombres, sino en el poder de Dios.
Aplicando principios

¿Quiénes son las personas por las cuales más te preocupas en cuanto a su
salvación? ¿Qué estás haciendo al respecto?
¿Con quién se te hace más difícil compartir el evangelio: con la familia y
los amigos, o con un total desconocido? ¿Por qué?

Actividad de grupo

- Escribe una carta a Dios. Dile algo como:

“Dios, estas son mis esperanzas y deseos para este curso. Esto es lo que
me da miedo, y esto es lo que espero que hagas en mí.” Entonces, escribe
lo que quieres ver a Dios hacer en tu vida por medio de estas lecciones.

Preguntas y objeciones

- 1 ¿Y que de los que nunca han oído de la ley de Dios y de los Diez
Mandamientos? ¿Se perderán también?

Todos los que sin la Ley han pecado, sin la Ley también perecerán; y todos
los que bajo la Ley han pecado, por la Ley serán juzgados, pues no son los
oidores de la Ley los justos ante Dios, sino que los que obedecen la Ley
serán justificados. Cuando los gentiles que no tienen la Ley hacen por
naturaleza lo que es de la Ley, estos, aunque no tengan la Ley, son ley para
sí mismos, mostrando la obra de la Ley escrita en sus corazones, dando
testimonio su conciencia y acusándolos o defendiéndolos sus
razonamientos en el día en que Dios juzgará por medio de Jesucristo los
secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. (Romanos 2:12-16) Ver
también Juan 15:22 y Hechos 17:30.

Además ¿Por qué te preocupas tanto por los que nunca han oído de la ley
de Dios? Preocúpate tú que los conoces y sabes que la has violado.
Arrepiéntete y conviértete hoy para que sean perdonados tus pecados.
(Hechos 3:19) Jesús dijo: Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado,
no serían culpables de pecado. Pero ahora no tienen excusa por su
pecado. (Juan 15:22)

- 2 “Me siento que soy demasiado pecador.”

El sacrificio de Jesús es suficiente para limpiar el peor de los pecados. Por


tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el
Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno
que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4: 14-6)
pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado (1 Juan
1:7) El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y
se aparta alcanzará misericordia. (Proverbios 28:13).

- 3 “Todos de una forma u otra hemos violado la ley… Si el hombre ha de


ser juzgado por ese estándar entonces nadie se salvará”

Es cierto. La Biblia lo dice en Romanos 6:23, por cuanto todos pecaron, y


están destituidos de la gloria de Dios. También en Proverbios 5:20 dice:
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca
peque. Por eso debemos acudir a Dios en una actitud humildad y
arrepentimiento y más que solo creer debemos depositar nuestra
confianza en aquel que murió por nosotros. (Romanos 5:8) (Juan 3:16)
(Hechos 3:19).

- 4 “¿Qué te da el derecho de juzgarme?”

No trato de juzgarte, yo también soy culpable de haber violado los


mandamientos. Dios solo quiere mostrarte que has violado la ley y que no
eres tan buena persona como crees. (Romanos 3:20) La ley está escrita en
tu corazón, y da testimonio a tu conciencia de que has pecado. (Romanos
2:12-16) Jesús dijo: Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le
juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El
que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra
que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. Juan 12:47-48 Pero Dios,
habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a
todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha
establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel
varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los
muertos. Hechos 17:30.

- 5 “Reconozco que he violado muchos de los mandamientos pero hago


más cosas buenas que malas, y ayudo a otros.”

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9.
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias
como trapo de inmundicia. Isaías 64:6. Concluimos, pues, que el hombre
es justificado por fe sin las obras de la ley. Romanos 3:28. Mucha gente
trata de acallar su conciencia haciendo cosas buenas, sin embargo sus
corazones no son rectos delante de Dios, un continúan robándole a su
empleador, usándoles los útiles de oficina, etc..., o mintiendo en sus
impuestos. Entonces dan una donación de caridad u ofrecen algún trabajo
voluntario.

El tratar de sobornar al Juez del Universo o tratar de equilibrar la balanza


con EL no te ayudará porque este Juez no será un juez corrupto. Él debe
castigar a todos los pecadores. Las buenas obras no pueden ganar el favor
de Dios, la misericordia de Dios viene solo por su gracia. Para que Dios
haga una excepción con nosotros debemos arrepentirnos de corazón y
confiar en el sacrificio de Cristo. Solo de esa manera Dios pasará por alto
nuestro caso en el Día del Juicio final.

Posibles Ilustraciones

- 1 El Juez en la Corte

Al testificar de uno a uno podrás encontrarte a más de uno que te diga: Sé


que soy culpable pero creo que iré al cielo.

Normalmente es así porque él piensa que Dios es “bueno” y que Él pasará


por alto el pecado en su caso.
Dile algo así. Imagina que estas ante un juez en un caso criminal, y el juez
tiene todas las evidencias en tu contra. Él sabe que eres un asesino, y que
has mentido para evadir la justicia. Si él es un buen juez no puede dejarle
ir. Él debe asegurarse de que si eres culpable seas condenado.

Aplicación: Así también si Dios es bueno, Él debe (por naturaleza) castigar


a asesinos, violadores, ladrones, mentirosos, adúlteros, fornicarios, y
todos aquellos que viven en rebelión a la luz interior que Dios ha dado a
cada hombre.

- 2 Las Leyes Naturales.

Al testificar de uno a uno podrás encontrarte a más de uno que te diga: Yo


no creo en Dios.

Dile algo así. ¿Dime, estás de acuerdo que existen leyes físicas que
gobiernan el universo, por ejemplo, la ley de la gravedad?

Observa, tengo en mi mano un lapicero. Yo puedo decir que no estoy de


acuerdo con la ley de la gravedad. También puedo sentir profundamente
que no me gusta tal ley y que de aquí en adelante no voy a poner atención
a esa ley.

Basado en eso, puedo insistir que cuando suelte el lapicero de mi mano, él


quedará en el aire en donde la estoy dejando. Pero cuando lo suelte,
ciertamente caerá.

Ves, no importa mi opinión. La ley universal de la gravedad va continuar.

Aplicación: Es lo mismo con respecto a las leyes espirituales, ósea Los Diez
Mandamientos. Si piensas que violar los mandamientos no tiene
consecuencias eso no cambiará para nada la opinión de Dios, pues Dios se
asegurará de que todos los violadores de la ley paguen por su
desobediencia.

Independientemente de cuál sea tu opinión respecto a Dios o como creas


en El, en el día del juicio, Dios se asegurará de que la Ley se aplique en su
totalidad y se haga justicia en tu caso.
- 3 No Solo “Se Cree” en un paracaídas te lo debes de poner y confiar en
él.

Una persona que asiste a la iglesia tal vez necesita ayuda en entender la
diferencia entre solamente “creer en Jesús” y “ser nacido de nuevo”
Digamos algo así:

“Si tú y yo estuviéramos en un avión, y supiéramos que el avión está al


caerse, y yo tuviera puesto mi paracaídas y tú no, ¿qué es la cosa más
amorosa que podría hacer por ti? ¡Sería decirte que te pongas el
paracaídas!... ¿verdad?

Si me dijeras que ya crees en el paracaídas que está debajo de tu asiento,


pero no te lo pones, te suplicaría ponértelo en seguida porque sé lo que te
sucederá si saltas sin el paracaídas. Simplemente creer en el paracaídas no
te ayudará; te lo tienes que poner para que te sirva de algo.

Aplicación: “Eso es lo que dice la Biblia que debes hacer con Jesús. No
basta solo “creer” en Jesús (los demonios también “creen” y “tiemblan”);
debes “vestirte del Señor Jesucristo” para ser salvo. Esto lo haces por
medio del arrepentimiento y de poner tu confianza en Jesús como Señor y
Salvador. Esto es ser nacido de nuevo.” No te engañes, Dios no puede ser
burlado.

- 4 El Valor de los ojos

Al testificar de uno a uno también podrás encontrar a alguien que aun no


entienda la gravedad de ir al infierno o de procurar ponerse a cuentas con
Dios y tal vez te diga: Ah…sé que soy culpable y que voy a ir al infierno.

Pregúntale si esto le preocupa o si le importa o no. Háblale acerca de


cuánto valora sus ojos, y cuanto más debe valorar la salvación de su alma.

Dile algo así: ¿Me venderías uno de tus ojos por $10 mil pesos? ¿Qué tal
ambos por $20 mil pesos?

¿Nadie en su sano juicio lo haría verdad? Tus ojos no tienen precio para ti,
sin embargo ellos son solamente las ventanas de tu alma. Jesús dijo que
tus ojos no valen nada comparado al valor de tu alma; él dijo: "Y si tu ojo
te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un
solo ojo, que teniendo dos ojos y ser echado al infierno" (Marcos 9:47). El
preguntó, "¿Qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero,
pero pierde su alma?” (Mateo 16:26). No hay nada tan importante como
tu salvación.

Aplicación: Cuando Jesús dijo esto estaba diciendo una hipérbole, ósea,
una exageración para mostrarnos una gran verdad. Jesús subestima el
valor de la vista en comparación al valor de tu alma y destino eterno. Para
Dios es de más valor el destino eterno que aun la propia vista de uno. Si
no vacilamos en ponerle precio a existe nada más importante que tu
salvación. El comparar el valor de tus ojos al valor de tu destino eterno es
algo digno de considerar.

- 5 No Creo en camiones

En muchas ocasiones al testificar de uno a uno podrás encontrarte a


alguien que te diga: “Yo no creo en el infierno, o,…yo no creo que todo sea
blanco y negro como dices.

Dile algo así: “Eso no importa. Igual tendrás que enfrentar a Dios en el Día
del Juicio, sea que creas en él o no, eso no importa. Si camino en una
autopista cuando un enorme camión está dirigiéndose hacia mí y digo
“ah...no creo en los camiones” mi falta de fe no cambiará la realidad.

Aplicación: Amablemente dile que él ha admitido que ha mentido,


robado, y cometido adulterio en su corazón, y que Dios le dio una
conciencia para que pudiera distinguir lo que está bien de lo que está mal
y que independientemente de lo que crea Dios lo juzgará rectamente en el
Día del Juicio.

También puedes decirle: Además ¿Sabes lo que acabas de hacer? Has


violado el segundo mandamiento que dice: No te harás imagen ni ninguna
semejanza. No debes de hacerte un Dios el cual se adapte a ti.

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