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Carlazara Julieta

ACTIVIDAD OBLIGATORIA DEL BLOQUE I: LAS POLÍTICAS EN MI ESCUELA


Las políticas que me propongo analizar se llevan adelante en la Escuela Secundaria N.º 24 “Cabildo Abierto”,
localizada en la ciudad de Concordia, en la Provincia de Entre Ríos. La institución se halla inmersa en un
contexto de alta vulnerabilidad social. A ella asisten alrededor de cuatrocientos estudiantes que, en su
mayoría, residen en un barrio que nació al calor de la crisis del 2001 llamado “El silencio”. Es uno de los
asentamientos más postergados por lo que los chicos suelen abandonar la escolaridad para contribuir a la
economía familiar. La institución se ve atravesada, además, por otras problemáticas complejas como la
violencia, la estigmatización social y el embarazo adolescente, factores que inciden en el incremento de la
deserción e interrupción de las trayectorias educativas de los estudiantes.
La escuela cuenta con un plantel de cincuenta docentes y un equipo directivo conformado por Rector,
secretario, Asesor Pedagógico, Preceptores y Tutor. Mi función es la de Tutora del Plan Mejora Institucional
y me desempeño articuladamente con el equipo directivo, actuando como interlocutora entre los estudiantes,
docentes y familias; desarrollando proyectos destinados a fortalecer y acompañar integralmente las
trayectorias educativas de los estudiantes para potenciar su acceso, permanencia y egreso y generar un
vínculo óptimo entre escuela y comunidad.
Como he mencionado, la política que impacta en nuestra institución es el Plan Mejora Institucional, iniciativa
extensiva y de gran escala, que surge en el año 2009 en el marco del Plan Nacional de Educación
Obligatoria. Esta política busca renovar las tradiciones pedagógicas que históricamente caracterizaron la
enseñanza del nivel secundario, con el objetivo de tornarla más accesible frente a la diversidad de
estudiantes que ingresaron en las escuelas con la expansión de la cobertura. “Esta iniciativa reconoce como
problema actual el abandono escolar, proponiendo intervenciones orientadas a mejorar la inclusión y la
permanencia de los alumnos en la escuela”.1 En función de este marco, el PMI promueve y financia
proyectos de trabajo, dando la posibilidad a cada institución de recuperar las experiencias previas, así como
la de ajustar el proyecto a las particularidades del escenario escolar. Para ello, proporciona recursos que
permiten solventar tiempos de trabajo de los profesores para acciones de docencia directa e indirecta. PMI
trabaja atendiendo a las dimensiones académica y vincular, en función de las necesidades, conflictos y
problemáticas que atraviesan a la institución, con la finalidad de brindar contención, fortalecer aprendizajes
y contribuir a la convivencia y la aceptación de la diversidad. Se llevan adelante clases de apoyo y técnicas
de estudio, articulación entre nivel primario y secundario y talleres que abordan diversas temáticas como la
sexualidad, el trabajo infantil y la violencia. Uno de los ejes prioritarios del PMI es el desarrollo de propuestas
curriculares que atiendan a las necesidades, intereses y potencialidades de los estudiantes y a las
transformaciones socioculturales contemporáneas; haciendo foco en temas de importancia en la experiencia
vital de adolescentes y jóvenes.
Es por ello que luego de hacer un diagnóstico de situación se plantearon líneas de acción en este sentido y,
desde el año 2017, se desarrollan talleres acerca de la violencia de género, denominados “Por un amor sin
violencia”. Esta problemática se ha detectado en el contexto familiar y escolar, atravesando las trayectorias
educativas de los estudiantes. Dada la complejidad de este emergente, hemos decidido intervenir desde el
PMI para la prevención de violencia, desde una perspectiva de género y construcción de derechos. Como
se refleja en la imagen, en los talleres se impulsa la participación y concientización de los estudiantes y las
familias. Los objetivos básicos de la propuesta apuntan a la promoción de la salud sexual; a ofrecer
instancias que fomenten el reconocimiento y la expresión de sentimientos y emociones; a propiciar el cambio
de conductas que naturalizan o suscitan la violencia en el noviazgo; a favorecer actitudes críticas frente a
los estereotipos de género y promover el desarrollo de actitudes empáticas y de igualdad.

1 Anexo Resolución CFE 88/09


Carlazara Julieta
El desarrollo de este proyecto de PMI nos remite a la concepción del planeamiento como una “herramienta
de construcción histórico contextual que intenta promover cambios en un terreno en particular a partir de
elementos o dispositivos que se ponen en juego”.2 En efecto, el proyecto constituye estrategia diseñada en
función de un contexto que pone de relieve las problemáticas de la heterogeneidad estudiantil, enlazando la
realidad sociocultural de la escuela y las familias para impulsar transformaciones tendientes a prevenir la
violencia en sus vínculos. Esto se logra a través de la articulación de recursos, actividades y propuestas,
adoptando la metodología de talleres que se formulan atendiendo a un objeto de trabajo y a sus destinatarios
que son los jóvenes de la institución; de este modo las acciones de intervención se imbrican y procuran
transformar las estructuras existentes. Por supuesto, que esta tarea no es neutral, sino que se fundamenta
en una concepción política e ideológica, es decir, se cimienta en un marco teórico referencial. El modelo de
intervención que se impulsa desde PMI sostiene una intencionalidad política fuertemente inclusiva que
procura producir cambios profundos en las concepciones y prácticas, a partir de una perspectiva de género
igualitaria para reconocer y garantizar de los derechos de todos los chicos y chicas, “superando la mera
lógica compensatoria”3. En este sentido el planeamiento de este proyecto se concibe como “herramienta
política en pos de un horizonte común”4: la inclusión y acompañamiento integral de las trayectorias
educativas.
Podemos reconocer, además, en este proyecto otros aspectos como la dimensión contextual, que implica la
realización de una lectura política del problema del escenario escolar de intervención. Este enfoque
situacional permite dialogar con las necesidades y problemáticas que inciden en las trayectorias de los
estudiantes. En este caso la violencia de género constituye un factor que es necesario abordar de forma
integral. Otra dimensión característica es la sistematización, en efecto “Un movimiento que es liberador en
tanto puede transformar lo dado, lo establecido, mediante un hacer sistemático.”5 En este sentido, la
planificación de los talleres pone en juego acciones programadas que establecen diversas actividades para
abordar la violencia de género desde múltiples aristas (legales, culturales, simbólicas, económicas,
psicológicas, familiares) en un periodo bianual, estipulando etapas y tiempos y recursos; articulando el
trabajo con otros entes e instituciones en el contexto escolar, familiar y barrial en pos de lograr una meta.
Cabe destacar, que este proyecto impulsa la participación y el involucramiento de todos los actores de la
comunidad educativa, por lo que el planeamiento es una responsabilidad y compromiso de todos para lograr
escenarios superadores. Dado que el PMI es una política nacional que se encuadra en la LEN N.º 26206 y
en el Plan Nacional de Educación Obligatoria, podemos afirmar su planificación se inscribe en un proyecto
político y, por tanto, en un proyecto educativo. Inferimos, entonces, que el el planeamiento constituye una
“categoría política y una actividad propia de la acción estatal”6 y nosotros, como agentes estatales, somos
co- constructores de dichas políticas en la especificidad de nuestros territorios.
El proyecto de PMI trabaja para atender las problemáticas que interfieren en las trayectorias de los
estudiantes, siendo la violencia una de las más relevantes, se procura repensar las formas de construir
vínculos, repensando sentidos y representaciones socio-culturales, promover la educación sexual integral y
fortalecer la convivencia. Se busca potenciar a la escuela en su conjunto, siendo los estudiantes los
principales destinatarios de esta política, incluyendo a toda la comunidad educativa y las familias. Sus
horizontes o alcances son la educación en la igualdad para la prevención de la violencia de género,
revirtiendo aquellas concepciones y prácticas que se reproducen a través de las matrices simbólicas, la
promoción de iniciativas orientadas a generar condiciones para la igualdad de derechos y el
acompañamiento e intervención ante la vulneración de los derechos de los estudiantes. En este sentido,
podemos reconocer que el proyecto político y educativo en el que se imbrica PMI define mandatos políticos
y la experiencia analizada busca viabilizarlos a partir de un problema (incidencia de la violencia) que requiere
de un trazado que se materializa en lineamientos políticos. Podemos identificar en nuestra experiencia los
siguientes mandatos: la igualdad e inclusión en la diferencia; la democratización de la escuela secundaria;
el fortalecimiento y acompañamiento de las trayectorias de educativas de los estudiantes, en especial de
aquellos en situaciones de vulnerabilidad; la promoción de una educación para una sexualidad responsable
desde una perspectiva de género; y la prevención y erradicación de todas las formas de violencia. Todos
ellos se resumen en un mandato central: “el derecho universal de una educación común para todos y la
obligatoriedad como apertura de un espacio de pertenencia a la comunidad política.”7

2
Escudero, H, Díaz, M. (2015). Clase Nº1. El planeamiento como acción política. Módulo: Análisis de la gestión, diseño, implementación y evaluación de
programas y proyectos socioeducativos.
3 Dubet, F. (2004). “Mutaciones institucionales y/o neoliberalismo”. En Gobernabilidad de los sistemas educativos en América Latina. Buenos Aires: Unesco IIPE
4 Escudero, H, Díaz, M. (2015). Clase Nº1, Óp. Cit.
5
Ibidem
6 Escudero, H, Díaz, M. (2015). Clase Nº2. El planeamiento como acción política. Módulo: Análisis de la gestión, diseño, implementación y evaluación de

programas y proyectos socioeducativos.


7 Abad, S.; Amador, E.; Cantarelli, M. y Escudero, H. “El sentido político de la Obligatoriedad de la escuela secundaria”. En “Proyecto educativo y comunidad

política. Notas para agentes y funcionarios del sistema educativo”, Ministerio de Educación de la Nación.

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