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Alumna: Milagros Castro

Matricula: 11530
Carrera: Contaduría
Semestre: 2do.
Turno: Nocturno

La Oratoria.
Son técnicas especializadas que permiten a una persona expresarse eficazmente ante un
individuo o grupo determinado, para trasmitir sus conocimientos, con el fin de: informar,
convencer o persuadir.
En los negocios o cualquier otra actividad de interrelación, la forma en que hablamos, en que
nos comunicamos, será el patrón por el cual se nos juzgará, se nos aceptará o rechazará.

Hablar con orden, con claridad, con entusiasmo, con persuasión; en resumidas cuentas, con
eficacia, no es un lujo sino una necesidad. El 90% de nuestra vida de relación consiste en
hablar o escuchar; sólo el 10% en leer o escribir.

Si la imagen que quieres dar de ti mismo/a es la de una persona que sabe dónde va, que tiene
una actitud positiva hacia la vida, ideas dinámicas y don de gentes, el lenguaje es el principal
instrumento que deberás utilizar para transmitir esa imagen a quienes te rodean. En la oratoria
también hay que saber hablar para ser escuchado. Lo notable es que el hecho de tener que
hablar ante extraños, o en una simple reunión de trabajo, no parece ser una tarea sencilla, y
que la mayoría de las personas considere como fácil. Cuando hablamos de la oratoria estamos
hablando del arte de la palabra, de cómo una persona es capaz de transmitir un mensaje
hablando, comunicando a un público, a un grupo de personas o un individuo. La clave está
en la capacidad del emisor para convencer a un receptor.

En la oratoria, la pretensión final es la de contar una historia, exaltar o motivar a un auditorio,


transmitiendo un mensaje, etc. Lo importante de esto es la capacidad del orador para hacer
llegar aquello de lo que habla. Para ello existen varios elementos que son fundamentales para
que lo que se dice cale en el público.

Por un lado son importantes los conocimientos que tenga la persona sobre el tema o mensaje
que se quiere transmitir. Hay que pensar que la oratoria viene ya de la tradición griega y que
esta era estudiada, trabajada y puesta en práctica por verdaderos eruditos en la materia, que
en la mayoría de los casos eran políticos, filósofos, etc. Es más, el dominar este arte era
motivo de prestigio en la sociedad en la sociedad de aquel tiempo.

Pero centrándonos en el tema, la técnica de la oratoria se basa en cierto tipo de técnicas para
que el auditorio centre la atención en la persona que habla. Por un lado el orador ha de
transmitir su mensaje utilizando siempre la segunda persona, lo que hace que quien escucha
se sienta más cercano a quien habla.

Por otro lado, otro de los elementos que se usa mucho son las frases hechas, que hacen que
la persona se sienta más identificada no sólo con el orador, si no lo que se dice, asociándola
con la cultura popular, muy importante en cualquier sociedad. A esto también hay que añadir
que el orador ha de utilizar un buen tono de voz, modularla de manera inteligente, etc., es
decir utilizar todos los recursos que le aporta la lengua, la lingüística y la dicción.

Así mismo, se debe tener siempre en cuenta al auditorio, a su público y, sobre todo a las
personas como individuos únicos. Esto es importante ya que, en muchas ocasiones del
discurso, se dirigirá a una persona en concreto para realizar preguntas de tipo retórico,
llamada de atención, guiños, etc., lo que conseguirá mantener la atención del espectador.

La oratoria, como dijimos antes, el arte de la palabra, tiene la facultad de que el mensaje que
se quiere transmitir no siempre tiene que ser verdad. Lo importante es que el mensaje que se
transmita sea creíble para el auditorio que lo escucha y que éste sea convencido.

Géneros de la Oratoria
Genero Judicial: Se ocupa de acciones pasadas y lo califica un juez o tribunal que
establecerá conclusiones aceptando lo que el orador presente como justo rechazando lo que
presenta como injusto.

Genero Deliberativo o Político: Se ocupa de acciones futuras y lo califica el


juicio de una asamblea política que acepta lo que el orador propone como útil o provechoso
o rechaza lo que propone como dañino o perjudicial.

Genero Demostrativo o Epidíctico: Se ocupa de hechos pasados y se dirige al


publico que no tiene capacidad para influir sobre hechos, sino tan solo de asentir, o disentir
sobre la manera de presentarlos que tiene el orador alabándolos o vituperándolos.

Tipos de Oradores
Estos son los 4 tipos principales de oradores:

1. El Orador Reservado.
¿Has escuchado personas que dicen sólo lo más esencial con mucha cautela en sus palabras y no
comparten nada personal con el público? Así es el orador reservado.

Una persona introvertida tiende a caer dentro de este estilo de orador. Aunque también se puede
dar que el miedo a hablar en público y los nervios, juegan un papel importante para que esta
persona se sienta cohibida.
Pros: Transmite información confiable, está seguro de lo que dice y tiene mucha capacidad de
razonamiento.

Contras: Sólo comparte información e ideas lógicas, no usa ejemplos y no logra mantener la
atención del público.

2. El Orador Agresivo.
Desde el momento en que se pone de pie en el estrado, toda la gente le presta atención
porque impone autoridad y hasta transmite temor. Por lo general basa sus argumentos en
los aspectos negativos que no le gustan, y enfoca todos sus esfuerzos en provocar cambios.
Pros: Es capaz de propiciar cambios drásticos, transmite lo que siente y despierta
emociones.
Contras: Le falta sensibilidad para comprender a su auditorio, puede provocar una
reacción negativa.

3. El Orador Simpático.
Al ver su gran sonrisa y percibir su manera de hablar, las personas sienten una reacción
muy positiva casi de inmediato. Es el tipo de orador que todo el tiempo está haciendo reír a
las personas y transmite mucha empatía y energía que inspiran.
Pros: Inspira con su carisma, es humorista, entretiene a su auditorio y los mantiene atentos.
Contras: No suele transmitir un mensaje claro, no persuade fácilmente y tiende a perder el
objetivo del discurso.

4. El Orador Práctico.
No se anda con rodeos y busca siempre la mejor manera de transmitir directamente su
mensaje para que sea comprendido. A veces puede incluir un poco de humor, pero sólo si
es necesario.
Siempre trata de compartir su experiencia personal y genera empatía gracias a todas
las historias, anécdotas y ejemplos que usa para aclarar su punto. Al final suele hacer un
llamado a la acción que cierra la venta.
En Mi rol de estudiante de las áreas contable y financieras, así como de los renglones
comunicacionales, el poder combinar ambas disciplinas en el ejercicio profesional es de suma
importancia para transmitir a los discentes las puntualizaciones para ayudarles a construir sus
conocimientos.

Justo en la necesidad de que el profesional de la contabilidad y toda el área financiera maneje


las técnicas de la oratoria quiero enfocar este escrito y para ello debo destacar que en la
actualidad un contador ya no puede ser un ente frío que solo maneje números, cifras,
registros, interpretaciones y análisis de las actividades financiera, quedándose anónimo tras
un escritorio o en la comodidad de una oficina.

El contador que quiere trascender ha de entender que al momento de tomar decisiones la alta
gerencia, los inversionistas y los clientes de la entidad que él representa, nada harían con
tener las estadísticas y datos fríos de los resultados y proyecciones de manera digital o en un
papel y nadie mejor que el experto en finanzas para explicarles en primera persona de sus
hallazgos, balances, proyecciones y ponderaciones, antes, durante y después de la toma de
decisiones.

Es justo por ello que el Contador ha de esmerarse en lograr un buen dominio del lenguaje
gestual, corporal y oral en el más amplio sentido de la palabra, pues en su eficiencia en el
arte del buen hablar ha de significar la diferencia en que su ejercicio laboral pase sin penas
ni gloria o que muy por el contrario vaya en rápido ascenso y es por ello que desde mis
prácticas universitarias motivos a mis alumnos de las materias contables a que hagan de la
oratoria su columna vertebral, pues ya no basta realizar con eficacia sus roles financieras sino
que se impone bien comunicarlos.

De lo anterior se intuye que una buena cátedra universitaria en un mundo globalizado y


multipolar como el actual, contemple incentivar a los futuros contadores a despegarse del
papel donde ponen todo el contenido, para dar paso a diapositivas con poco texto y alguna
imagen sin mucha saturación, así como exposiciones creativas en las que la tecnología, la
capacidad de resumen, la correcta entonación y empatía con el público receptor han de ser
clave.

En síntesis, contador y/o profesional de las finanzas exitoso ya no es señal de mutismo y


anonimato, pues las empresas invertirían mucho más contratando a otro con buen manejo
locuaz para que interprete lo que logró el perito financiero, que dando a éste el rol de presentar
sus hallazgos, por lo cual insto a todos los contadores a dar un paso al frente y hacer de la
palabra bien hablada su arma de batalla y herramienta hacia el éxito.

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