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Informe N°4
Texto: Habermas, J. (1999). Teoría de la acción comunicativa. Tomo I. Racionalidad de la acción y racionalización
social, Introducción, pp. 9-69 y 110-146. Madrid: Editorial Taurus.
Pero para poder entender la propuesta de Habermas, es necesario hacer una revisión de tres conceptos
que son fundamentales y se relacionan entre sí. Dichos conceptos son los de acción comunicativa,
racionalidad comunicativa y mundo de la vida.
Para explicar el concepto de acción comunicativa, Habermas propone tres complejos temáticos que
se relacionan y articulan entre sí: el concepto de racionalidad comunicativa, la sociedad analizada desde
dos niveles (paradigma del mundo de la vida y paradigma de los sistemas sociales), y la teoría de
modernidad.
La categoría de Acción comunicativa, parte de la teoría weberiana de la acción, donde Weber concibe la
modernidad como la racionalidad de la vida social. Habermas critica la teoría de Weber de la acción,
que plantea que todo comportamiento tiene sentido y se basa en el concepto de acción estructurado
monológicamente, donde lo único que le interesa es el fin de la acción (es teleológica) pero no se
interesa por las dinámicas de los actores. En ese sentido Habermas examina la tipología de las formas
de acción que plantea Weber y a partir de ello va a explorar el concepto de acción, no monológica o
con arreglo a los fines, sino desde una perspectiva interactiva o comunicativa. Según la tipología de
Weber, un actor utiliza determinados medios para alcanzar determinados fines de acuerdo a
determinados valores y ello genera determinadas consecuencias. La tipología planteada por Weber es la
siguiente:
Habermas establece una nueva tipología: donde el concepto de acción tiene en cuenta al otro, por tanto
es dialógica, esta es la llamada acción orientada al entendimiento. Asimismo, para establecer los tipos de
acción tienen en cuenta la coordinación de la acción. Plantea dos tipos de interacción:
-Acción orientada al éxito: se busca conseguir un fin determinado (instrumental) es la que caracteriza a la
racionalidad con arreglo a fines, esta se subdivide en dos categorías, la acción instrumental (no social) y
la acción estratégica, donde la interacción se da en el mundo social.
acciones lingüísticas. Por tanto, para Habermas habría dos tipos de acciones, las lingüísticas y las no
lingüísticas. Las primeras se llevan adelante mediante el lenguaje verbal y no verbal, y en su dinámica se
produce intercomprensión, entendimiento a partir del lenguaje. Las no lingüísticas vendrían a equivaler
a las constatativas o actos locucionarios. En ese sentido existen tres mundos el objetivo, el subjetivo y el
intersubjetivo.
Entonces podemos decir según lo anteriormente planteado que para Habermas acción comunicativa
son las manifestaciones simbólicas lingüísticas y no lingüísticas en las que los sujetos entablan acciones
para así entenderse y realizar dichas acciones. Asimismo, el concepto de acción comunicativa se
relaciona directamente con el de racionalidad comunicativa, dado que esta encierra una racionalidad en
sí misma, pero es una racionalidad que se diferencia de la racionalidad instrumental. Para examinar
detenidamente este argumento revisaremos el concepto de racionalidad comunicativa.
Según Weber existen dos nociones de racionalidad, la racionalidad teórica relacionada con el
conocimiento; y la racionalidad práctica o de la acción, está es entendida como la racionalidad
instrumental, ya que se basa en la consecución de fines. La idea de razón se vincula, para Weber, con el
cálculo, la fundamentación, argumentación, en ese sentido es lo contrario a la fe.
Ante esta propuesta, Habermas plantea otro tipo de racionalidad, definiéndola como la disposición de
los sujetos capaces de lenguaje y de acción, que se manifiesta en el comportamiento y puede
fundamentarse. Habermas distingue en su tipología de la acción dos formas de racionalidad que se
corresponden con las formas de acción. La racionalidad orientada al éxito y la orientada al
entendimiento.
Finalmente esta categoría, racionalidad comunicativa, se relaciona con el siguiente concepto que
analizaremos mundo de la vida. Dado que aquella es la forma racional que se maneja en este nivel de
la sociedad.
Habermas plantea el análisis de la sociedad en dos niveles, el primero plantea el concepto de sociedad
desde el paradigma del mundo de la vida y el segundo desde el paradigma de los sistemas sociales.
El estudio del mundo de la vida, solo es posible desde el participante, es un mundo intersubjetivo
simbólicamente estructurado. Asimismo, los componentes estructurales funcionales de este mundo, que
permiten su reproducción son la intercomprensión, la interacción y la socialización.
Según Habermas, las estructuras básicas del mundo de la vida moderno son la cultura, que se constituye
como la reserva del saber, como los conocimientos y procedimientos prácticos que hacen posible la
interacción. La sociedad, constituida por los ordenes considerados legítimos, las normas o reglas de las
instituciones, en donde los participantes regulan su pertinencia en base a estas reglas. Y finalmente la
personalidad, que organiza los motivos de un sujeto para hablar y actuar de una manera socialmente
aceptable. En ese sentido la patología se genera cuando no se reproducen las estructuras básicas del
mundo de la vida (cultura, sociedad y personalidad). En su lugar se genera, con respecto a la cultura la
pérdida de sentido, con respecto a la sociedad la anomia o incapacidad de las instituciones para regular
la interacción social, y las psicopatologías que se configuran como la desorganización de la
personalidad.
Por otro lado, el Mundo de los sistemas se basa en la perspectiva del observador, quien observa
desde afuera los sistemas. Esta perspectiva reivindica a Parsons, porque acentúa no tanto la función
sino el sistema, se basa en la acción con arreglo a fines. Asimismo, en la sociedad moderna existen dos
sistemas que se autorregulan a través sus medios; estos son el Sistema económico, cuyo medio es el dinero,
configura el capitalismo y se fundamente en la racionalidad instrumental. Y el Sistema político, cuyo
medio es el poder, y se fundamenta en la racionalidad estratégica. Ambas se basan en una idea de
racionalidad teleológica, es decir, de los fines. Los sistemas se autorregulan en base al dinero y al poder.
Ante esta situación Habermas propone un republicanismo radical, esto quiere decir, que si bien no se
puede eliminar el Capitalismo y el Estado, hay que someter estos sistemas al mundo de la vida. Esta
postura sería la más clara argumentación de “humanizar el capitalismo”.