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Causalidad y Mecánica Cuántica

La explicación causal de Salmon funciona bien en el mundo


determinista, pero al nivel cuántico hay un gran número de fenómenos que
no están regidos por leyes deterministas, sino probabilistas, e incluso
algunos casos de fenómenos «incausados» y aleatorios, de tal modo que
este modelo de explicación científica se queda corto. En concreto, Salmon
consideraba que su modelo fallaba a la hora de explicar ciertas
correlaciones estadísticas entre conjuntos de fenómenos individuales, pero
tal vez esto no sea tan problemático como veremos. Pero primero veremos
con cierto detalle la explicación causal de Salmon.

El modelo Mecánico Causal Estadístico


Ya vimos que en un primer momento Salmon propone el modelo de
relevancia estadística, pero que acaba reconociendo que es insuficiente con
establecer una relación de relevancia estadística para considerar que una
explicación es suficiente, sino que hace falta establecer de qué manera unos
fenómenos, las causas, son responsables de la aparición de otros
fenómenos, los efectos.
Para resolverlo introduce el requisito de establecer que los
fenómenos que entendemos como causas son de hecho las causas. De este
modo, los factores estadísticamente relevantes son razones necesarias, ya
que eliminan la posibilidad de que la correlación sea accidental (por
ejemplo, que todas las monedas de mi bolsillo sean de cobre). Por otro
lado, las conexiones causales entre los fenómenos son razones suficientes
para las explicaciones estadísticas.
En esta teoría, la causalidad se entiende principalmente como una
propiedad de procesos individuales, y de hecho, Salmon adopta una
ontología de procesos. Según su definición, un intervalo es cualquier
entidad que pueda exhibir persistencia de estructura en un intervalo
espacio-temporal. También un objeto normal y corriente en reposo cuenta
como proceso según esta definición, ya que presenta «persistencia de
estructura» a través del tiempo (y evidentemente del espacio, ya que está
quieto). Si un par de procesos se encuentran en un punto del espacio-
tiempo, ambos sufren modificaciones en su estructura, lo que Salmon llama
interacción causal. Estos «encuentros» en los que se produce una
modificación de la estructura en los procesos causales son llamados
bifurcaciones interactivas. La modificación es casi siempre dada por un
cambio de magnitudes físicas (masa, velocidad, etc.). Según esta

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definición, también los fenómenos probabilistas tendrían causas, aunque la
probabilidad de los resultados no sea la misma, estos serían fruto de una
bifurcación interactiva.
Este modelo funciona bien para aquellos casos en que los encuentros
producen una transición entre estados del mismo proceso causal (por
ejemplo un cambio de posición en el espacio-tiempo), pero fallan cuando el
fruto del encuentro es una transmutación, es decir, un cambio en la
estructura (que, recordemos, es el criterio que usa Salmon para caracterizar
los procesos causales). Ejemplos de esto son la fisión o la fusión nucleares,
así como la descomposición de ciertos átomos radioactivos, que es
aleatoria. Este último caso, además de suponer una transformación de la
estructura (transmutación), sucede de manera espontánea, sin una causa que
lo dispare.

Noción de causalidad indeterminista


La idea es, aproximadamente, extender el modelo de Salmon para
que pueda dar cuenta de los fenómenos indeterministas (no ya sólo proba-
bilistas). Si en lugar del requisito de persistencia de estructura ponemos el
de continuidad espaciotemporal, sería más adecuado para los fenómenos
aleatorios como la fisión, pero aún quedarían los efectos sin causa, como la
descomposición.
Podemos distinguir tres tipos de proceso causal dentro del mundo
cuántico. El primero es una transición entre estados de un sistema, causado
por interacción. El segundo sería aquel que transmuta el sistema original,
también a través de factores externos. Por último, tenemos la transmutación
de un sistema de manera espontánea, cuyo origen sería el inicio mismo del
proceso (no habría intervención externa).

El caso de los sistemas EPR


Este es el tipo de sistemas que llevó a Salmon a considerar su modelo
como insuficiente para la mecánica cuántica. Este tipo de sistemas recibe
su nombre debido a un artículo que publicarion A. Einstein, B. Podolsy y
N. Rosen, viniendo su nombre de las iniciales de sus apellidos. En dicho ar-
tículo, los autores proponían que la mecánica cuántica estaba incompleta, y
que para explicar cierto comportamiento de las partículas debía recurrir a

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variables ocultas, si no quería entrar en contradicción con la física relativis-
ta, por entonces bastante aceptada.
La dificultad viene por el principio de incertidumbre de Heisenberg,
que a grandes rasgos establece un límite a la precisión con la que podemos
conocer la posición y el momento de una partícula, de modo que saber con
más precisión la posición implica menos precisión en el momento y vice-
versa. En los sistemas EPR un par de partículas se comporta de manera
muy similar, de tal modo que parece que ambas se hubieran puesto de
acuerdo en lo que iban a hacer: cuando se miden las dos, se obtienen los
mismos datos de momento o posición. Esto se conoce como entrelazamien-
to cuántico, y violaría la velocidad de la luz, ya que para que se diera un in-
tercambio de información entre ambas partículas, dicha información tendría
que viajar más rápido que la velocidad de la luz (los experimentos están di-
señados precisamente para que este intercambio fuera imposible). La cues-
tión es que a pesar de esto, existe una paridad de valores entre dichas par-
tículas, y la paradoja que proponen los autores que se da es que si miramos
el sistema en su totalidad, la cosa tiene sentido, pero si nos centramos en
cada una de las partículas en concreto, deja de tenerlo.
Esto se relaciona con la teoría de Salmon y la causalidad del siguiente
modo. Para cada experimento individual se puede aplicar la versión «exten-
dida» del modelo de Salmon, que recoge los fenómenos aleatorios, de los
cuáles estos son un ejemplo. Pero la cuestión es que, subiendo un nivel, se
establecen correlaciones entre conjuntos de mediciones1, que no casan con
los valores de los experimentos individuales. Esta diferencia entre las medi-
ciones individuales y los conjuntos de mediciones implica que la teoría de
Salmon no es aplicable a estos fenómenos.
Respecto de los sistemas EPR, existen diversas interpretaciones de
este entrelazamiento cuántico. La primera es que existe un acuerdo entre
partículas, previo al inicio del experimento; la cuestión es que por la natu-
raleza propia del experimento, si de verdad esto fuera así, en el momento
de la medición el acuerdo sería indiferente, habría dejado de tener efecto.
Otra interpretación, y la que fundamenta la crítica de Einstein y demás, es

1 Quiere decir que, por ejemplo, hoy hacemos 20 experimentos y anotamos los valo-
res, mañana otros 15...y entre estos conjuntos hay una serie de correlaciones estadís-
ticas.

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que entran en acción variables ocultas, que desconocemos todavía y que
son las que faltan para ver estos fenómenos como totalmente deterministas,
en lugar de aleatorios. Por último, está la interpretación holista, que toma
los sistemas EPR como un todo distinto de la suma de sus partes. Eso quie-
re decir que el entrelazamiento cuántico no sería una propiedad de que cada
partícula entrelazada, sino del sistema completo que constituyen dichas
partículas. Esta interpretación es la más compatible con la teoría de la rela-
tividad.
Respecto de la teoría de Salmon, tenemos que en realidad se aplica a
fenómenos individuales, y no a correlaciones de estos fenómenos, de tal
modo que en realidad no hay (al menos en principio) ningún problema con
este tipo de sistemas.

Anotaciones sobre la descripción


Una de las cuestiones que hizo que Salmon tomase su modelo como
insuficiente fue el llamado dualismo onda-partícula, descubierto con el
famoso experimento de la doble rendija. Dicho experimento muestra que la
materia se comporta como onda y como partícula, siendo ambas
descripciones incompatibles entre sí. Esto muestra que podemos hacer
referencia a los objetos, sistemas, etc., de diferentes maneras, los podemos
describir tomando en cuenta diversos aspectos y tal vez estas descripciones
no sean compatibles.

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