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PANORAMA DEL SECTOR MINEROENERGÉTICO EN COLOMBIA Y EL

DEPARTAMENTO DEL CESAR

AMAT DAVID ZULUAGA GUERRA


Geólogo
Magister en Petroleum and Gas Engineering

La dinámica de la exploración minera está controlada por muchas situaciones


exógenas, como la oferta – demanda, precios del mineral, ambiente político,
estímulos tributarios, aspectos ambientales y aceptación social. En Colombia,
durante los últimos diez años, la actividad minera ha ocupado uno de los
primeros escalafones para el desarrollo económico y social.

Según datos de la ANDI, el sector minero energético ha sido una de las


actividades más afectadas de la economía colombiana en el 2017. Esto se
evidencia en la contracción que ha tenido minas y canteras los tres primeros
trimestres del año, la cual equivale a - 5.7% frente al mismo periodo del año
anterior. Si bien la extracción de minerales metalíferos es el subsector con menor
participación en el PIB de minas y canteras, este ha sido el rubro con mayor
decrecimiento con -15.3%.

Sector Minero-Energético: Desempeño 2016 y Perspectivas 2017, Sergio Clavijo Director ANIF.
Sector Minero-Energético: Desempeño 2017 y Perspectivas 2018, Sergio Clavijo Director ANIF.

Sin embargo y pese a la contracción del sector, la inversión extranjera directa en


minería y petróleo se ha venido recuperando. El flujo de divisas en los tres
primeros trimestres del año ascendió a US$441 millones para la actividad minera
y a US$2.113 millones en el caso del sector petrolero. Aunque en minería no se
tienen las mismas cifras de años pasados, la situación mejora significativamente
frente al 2016 donde presentaron cifras negativas.

Además, La producción de hidrocarburos es la actividad que más aporta en el


PIB de minas y canteras con casi el 70%. En el 2017 el precio del petróleo de
referencia Brent ha tenido un comportamiento positivo y en promedio en los 11
primeros meses del año se ha cotizado en US$ 54.25 por barril.
Desafortunadamente esta industria ha empezado a sufrir de la negativa de las
comunidades al desarrollo de sus proyectos, esto se ha tornado preocupante
para el desarrollo económico del país ya que, según datos de la Agencia
Nacional de Hidrocarburos (ANH) esta industria genera el 31% de los ingresos
totales del país, el 55% del total de todas las exportaciones, 30% de la inversión
extranjera y representa un 5,5% del PIB nacional.

En una coyuntura de recuperación en precios, la producción se ha venido


reduciendo al pasar de 900 mil barriles diarios en promedio en 2016 a 851 mil en
el 2017. Sin embargo, las perspectivas son alentadoras en la medida que la
exploración de pozos aumentó 100% y alcanzó los 50 pozos explorados. Aún no
se alcanzan los niveles previos al 2014 cuando duplicaban esa cifra, pero si es
un avance importante para mantener la producción y más importante aún,
incrementar las reservas. Al respecto, la Agencia Nacional de Hidrocarburos –
ANH calcula que este año aumentaron las reservas de 4.5 años a 6 años. Para
el 2018 la ANH pronostica que la producción aumente a 900 mil barriles diarios.

En exportaciones, el país redujo la cantidad de barriles exportados en 15%. No


obstante, ante el incremento del 20% en el precio de referencia Brent (pasó de
US$ 45 en el 2016 a US$ 54 en el 2017), las exportaciones aumentaron de 8.482
millones de dólares a 9.889 millones de dólares, con variación de 17%. Para el
2018, gracias a un incremento en la producción y previendo que el precio se
mantenga en niveles similares a los de este año, las exportaciones finalizarían
en el orden de los 12.000 millones de dólares.
El repunte de las exportaciones en el 2017 se generaliza a todas las actividades
económicas: las exportaciones del sector industrial crecen 2,3%, en el sector
minero aumentan 30,3% y las ventas externas del sector agropecuario alcanzan
tasas del 6,3%.

Por sectores, el que presentó mayor crecimiento durante el 2017 fue el sector
minero. Es así como las ventas externas de carbón y petróleo aumentaron 49,2%
y 20,6%, respectivamente.

De acuerdo con todo lo anterior y la importancia del sector minero en la economía


nacional, el gobierno a través de la Unidad de Planeación Minero Energético
UPME, ha planteado un plan nacional para el desarrollo minero 2018-2025 en el
cual plantea 4 grandes compromisos a realizar en tema minero:

1. Promover la industria como un sector que afianza progresivamente


(mayor seguridad jurídica), SOSTENIBILIDAD Y CONFIANZA EN LOS
TERRITORIOS.
2. Consolidar la minería como una actividad empresarial, REGULADA,
RESPONSABLE Y COMPETITIVA con proyección nacional e
internacional.
3. Posesionar la industria minera como un sector que APORTA AL
DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL.
4. Promover las BUENAS PRÁCTICAS en todos los temas de la actividad
minera.

El departamento del cesar es reconocido por su potencial minero-energético,


enfocado especialmente hacia el carbón como impulsador de la economía;
Según los datos del Sistema de Información Minero Colombiano (SIMCO) el
Cesar cuenta con unas reservas de 3.123 Millones de Toneladas,
correspondiendo a 2.748 Millones de Toneladas Medidas y 600 Millones de
Toneladas de reservas Indicadas, lo que equivale al 32% de las reservas totales
de este mineral en Colombia (datos del SIMCO).

Según el DANE en su informe del PIB departamentos 2017, el sector Minas y


Canteras ha sido en materia económica el más importante en el departamento
del Cesar, este ha significado de 2011 a 2017 un promedio del 40% del producto
interno bruto del departamento, históricamente ningún otro sector en el
departamento ha sido igual de relevante, por ello esta actividad productiva es
fundamental para desarrollar nuestra economía, permitiendo (entre otras)
potenciar economías alternativas para aumentar nuestras opciones de
actividades económicas.

En el caso específico de los hidrocarburos, el departamento del Cesar es hoy, la


región de mayor interés en la explotación de los yacimientos nos convencionales
a partir de la técnica del fracturamiento hidráulico, un tema que ha sido muy
controversial y que ha generado todo tipo de rechazos. Sin embargo, un tema
que es extremadamente técnico lo han convertido de interés político y de
decisiones políticas sin tener en cuenta lo más importante en el desarrollo de
este tipo de yacimientos. Si bien es cierto, existen riesgos asociados a la
exploración y producción de hidrocarburos (como cualquier actividad humana) y
eso no exime la ocurrencia de algún accidente, pero las actividades de
fracturamiento hidráulico hoy día son extremadamente estudiadas y realizadas
con la mayor tecnología que permita SIEMPRE salvaguardar los ecosistemas, el
agua y las comunidades. Los riesgos asociados a estas operaciones son muy
bien conocidos a los cuales se le han realizado procedimientos rigurosos que
permiten la realización de la actividad sin que ninguno de estos riesgos pueda
materializarse.

El país se encuentra en una encrucijada de perder suficiencia energética con


respecto a la producción de los hidrocarburos y todo lo que esto representa
también en materia económica y déficit fiscal, conociendo que nuestras reservas
alcanzarían 6 años más de producción (ANH, 2017) o de explorar y explotar los
yacimientos no convencionales que nos aumentarían las reservas de 2 MMbo a
6 MMbo, garantizando la suficiencia energética y el desarrollo económico de
otros sectores productivos que requieren de inversión.

Se hace entonces imperativo potenciar el desarrollo del sector, SOLAMENTE


bajo el cumplimiento de 5 premisas de suma importancia:

1. Que toda actividad extractiva sea sostenible, es decir, que se haga bajo
las mejores prácticas sin escatimar recursos humanos ni económicos que
permitan desarrollar la minería sin impactos negativos a las fuentes
hídricas y al medio ambiente en general.

2. Que la actividad minera se vea reflejada en el verdadero desarrollo


económico y social de las comunidades que habitan las áreas de
influencia y en el mejoramiento de su calidad de vida.
3. Exista siempre un diálogo Social Minero-Energético que involucre a todos
los actores.

4. Potencializar el desarrollo de los Territorios – Fortalezas –Economías


alternativas.

5. Que el desarrollo de estos proyectos potencie las nuevas economías y se


pueda tener una transición económica más eficiente y menos extractiva.

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