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Anamnesis Alimentaria

Resulta básico y fundamental para lograr personalizar el consejo nutricional interrogar


adecuadamente al paciente. Para obtener dicha información se cuenta con una herramienta rápida,
económica y elemental que es la anamnesis alimentaria.

Esta herramienta permite evaluar la ingesta del individuo, si cumple con las pautas establecidas o
no. También brinda información cualitativa, por ejemplo: gustos o rechazos, tipo de dieta citando
vegetariana, Kosher, hiperproteica como ejemplos.

Elementos a incluir en toda anamnesis alimentaria

Datos sobre la ingesta Historia Datos sobre el estilo de vida Datos sobre la enfermedad y
Nutricional y Alimentaria otros tratamientos
1. Registro de la ingesta Realizar preguntas como: Tener en cuenta:
2. Recordatorio de 24 hs • Tabaquismo Antecedentes familiares
3. Frecuencia de consumo • Actividad física: tipo, Cirugías previas
horas semanales Enfermedades crónicas
↓↓↓ • Sueño: horas Medicación  Tratami
os
• Influencia de los previos
Conocer gustos y aversiones, antecedentes étnicos y Síntomas gastrointestinales
intolerancias, rechazos, preferencias del Tratamientos actuales sugeridos
preferencias, horarios y lugar de paciente en los hábitos por otro especialista
la ingesta, quién compra los alimentarios Cambios recientes en el peso:
alimentos, quién cocina, etc • Situación aumento o descenso
socioeconómica
↓↓↓ • Situación familiar:
detectar estados
Adecuar en función de dicha emocionales, angustia,
información. depresión, ira, que
puedan alterar la
alimentación
• Actitud hacia la comida
Ingesta de líquidos
Tránsito intestinal
El rol del profesional de la salud en la asesoría nutricional
En este nuevo enfoque, resulta fundamental comenzar a delinear el rol que debe cumplir el profesional de la
salud.

a) Facilitar que el paciente se posicione hacia el deseo de cambio. Promover la intención de cambio.

Es poco probable que una persona logre iniciar un cambio profundo y duradero en su conducta sin una razón
aparente; es decir, promover un cambio, como por ejemplo dejar de fumar, no se determina de un día para
el otro, sin un procesamiento previo, o simplemente por casualidad. El profesional de la salud, tiene como rol
fundamental facilitar al paciente el deseo de cambio, brindándole al paciente una serie de argumentos,
justificaciones que logren movilizarlo y desear un nuevo estilo de vida. Sin embargo, no siempre resulta
suficiente, para ello deberá realizar un diagnóstico de la disposición que hay ante el cambio, los motivos y las
dificultades.

b) Aplicar en la consulta el principio de autonomía.

El principio de autonomía, que es un reconocimiento explícito de la igual dignidad de las personas, pone su
acento en el respeto a la voluntad del paciente frente a la del profesional de la salud.
Ello implica:
• Brindar toda la información relevante en un lenguaje comprensible.
• Saber escuchar durante la entrevista.
• Adoptar actitud empática (intentando comprender sus emociones, situación, expectativas y
deseos).
• Procurar respetar las preferencias del paciente en lo que respecta a su enfermedad, contemplando
las implicaciones personales y socio-familiares de sus problemas de salud.
• Proporcionar información veraz y ajustada a las demandas de información del propio paciente.
• Respetar la confidencialidad de lo que se cuenta en la consulta.

c) Apoyar y fomentar el sentido de autoeficacia o autoconfianza.

Es fundamental partir de la certeza que es el paciente el responsable de decidir y realizar el cambio. Si una
persona cree que puede cambiar, será más fácil que lo consiga.
La autoeficacia tiene gran influencia en la capacidad para iniciar un cambio y mantenerlo como hábito.
Convencionalmente el rol del paciente se fijaba en la obediencia de las directrices y normas presentadas por
el médico/nutricionista. Sin embargo, cuando se trata de enfermedades crónicas como sobrepeso, obesidad,
hipertensión arterial (HTA), dislipemia (DLP) ente otras, la situación cambia. Mantener cambios por largos
períodos resulta complicado para el paciente, quien al ver que pequeñas transgresiones no modifican su salud,
vuelve lentamente a sus antiguos hábitos y sin percibirlo nuevamente fracasa en el tratamiento. Surge así la
decepción, el enojo y el abandono total del tratamiento. Una de las estrategias es justamente motivar al
paciente y favorecer el sentido de la autoeficacia (estimular la confianza en sus capacidades) en su
tratamiento. Reconocer e identificar estas etapas por las cuales puede atravesar el tratamiento le permitirán
resolver las recaídas más rápidamente y no abandonar su tratamiento.

d) Educar al paciente.

Para lograr en el paciente el sentido de autoeficacia que se menciona en el punto anterior, resulta prioritario
contar con una herramienta básica, simple y económica: la educación del paciente. El punto de partida de
cualquier tratamiento debe estar focalizado en la educación, aunque como veremos más adelante tal vez no
resulte suficiente. Cuando nos referimos a educar hablamos no sólo de que el paciente esté al tanto de las
implicancias que tiene su enfermedad, sino que sepa cómo puede resolverlo.

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