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La Tirana ayer

Cada vez que se habla de La Tirana -ya sea en referencia al pueblo o a la festividad- no se
puede evitar evocar el pasado. Todos los años, en julio, miles de tarapaqueños nos
congregamos para venerar a la Chinita del Carmen, tal como fue enseñado por nuestros
padres, abuelos y bisabuelos, quienes alcanzaron a vivir la fiesta de una forma distinta a la
que se conoce hoy.

En 1898, el periódico El Nacional señala en su artículo La fiesta de La Tirana que en esa


época no existían más de 10 cuerpos de bailes (cifra que contrasta con los 200 de la
actualidad) -incluyendo chunchos, morenos, quillacas, cambas y lacas- que veneraban a la
Virgen por tres días (hoy son diez días), iniciando la víspera a las 20:00 hrs., tras reunir a
una gran parte de la población peruana y boliviana.

Los cuerpos de baile, como los Camba de la Oficina Josefina, Morenos de la Of. Progreso y
Chunchos de la Of. Cala-Cala, entre otros, correspondían a los grupos donde el caporal
financiaba todo, incluyendo la imagen, los instrumentos y los trajes. Este tipo de cofradías
dejó de existir debido a los procesos migratorios hacia las ciudades, post crisis del salitre.
Pero, en este contexto, paulatinamente comienzan a surgir las Sociedades Religiosas,
siendo un tipo de organización donde el baile está constituido por una directiva, con socios
y bailarines. A su vez, nuevas tradiciones nacen al alero de aquellos bailes religiosos, como
la Tirana Chica, originada a causa de la epidemia de tifus y viruela ocurrida en 1934, que
obligó a los fieles a desarrollar la Fiesta de la Virgen del Carmen en Iquique.

Durante el mes de julio se reactualiza la fiesta en la pampa, con la entrada de los bailes y
músicos, entre vísperas, procesiones y despedidas. También, festejaremos la Tirana Chica
dando paso a un nuevo ciclo para retornar al Santuario.

Nicole Cortés Aliaga, historiadora UTA Iquique

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