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Interculturalidad

La interculturalidad se puede definir como el proceso de comunicación e interacción


entre personas y grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que
las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro,
favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y, con ello, la integración y
convivencia enriquecida entre culturas.
Sin embargo, su significado es polisémico y se ha interpretado desde varias miradas, en
especial en las políticas lingüisticas de México, que si bien transformaron la visión en la
educación indígena, no han logrado integrar de una manera consistente a los estudiantes
indígenas en el proceso educativo. Este problema ha sido trabajado de manera
transdiciplinar como autores como Rebeca Barriga Villanueva, María Bertely, Yolanda
Jiménez Naranjo, y Bruno Baronnet.
Las relaciones interculturales se emplean en el respeto a la diversidad y el
enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso exento de conflictos. Estos
pueden resolverse mediante el respeto, la generación de contextos de horizontalidad para
la comunicación, el diálogo, la escucha mutua, el acceso equitativo y oportuno a la
información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia.
La interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico
sino más bien, en cada una de las situaciones en las que se presentan diferencias. Hay
que tener en cuenta que la interculturalidad depende de múltiples factores, como las
distintas concepciones de cultura, los obstáculos comunicativos, la carencia de políticas
estatales, las jerarquías sociales y las diferencias económicas. Además de acuerdo a la
perspectiva con la que sea observada puede entenderse de una u otra forma. Por
ejemplo, si se analiza el concepto desde la ética podemos descubrir que la forma en la
que se involucra en el enraizamiento de los valores sociales es a través de la promoción
del respeto de la diversidad, donde cada persona tiene derecho a ser como desea y el
mismo paradigma vale para los colectivos. La ética intenta inculcar valores afines para
construir sociedades democráticas, integradas y donde la armonía sea protagonista de la
interacción social.
La interculturalidad está sujeta a muchos conceptos visibles como también variables
como: cultura, diversidad, hegemonía cultural, política y económica de países y regiones,
obstáculos comunicativos como el idioma y la diversidad lingüística, políticas integradoras
e integracionistas de los Estados, jerarquizaciones sociales, sistemas económicos
exclusionistas y que sustentan hegemonías ideológicas mediante la discriminación y la
acción política de menoscabo de las identidades nacionales, así como diferentes niveles
de desconocimiento entre grupos culturales de los mecanismos sociales y políticos para el
ejercicio de derechos civiles y diferencias en el ejercicio pleno de las personas, de los
derechos humanos y de género.
El concepto de interculturalidad apunta a describir la interacción entre dos o más culturas
de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos sociales
que establecen un contacto intercultural, se encuentra por encima de otro, en condiciones
de supremacía en relación con el otro, como condición que favorece la integración y la
convivencia armónica de todos los individuos. Cabe resaltar que este tipo de relaciones
interculturales supone el respeto hacia la diversidad; aunque es inevitable el desarrollo de
conflictos, éstos se resuelven a través del respeto, el diálogo y la concertación.
Endoculturalidad
La endoculturación (<< en griego: ἐνδο [endo], ‘dentro’ +
en latín: cultūra, ‘cuidado’ + en castellano: ción, ‘acción’?) o enculturación,1 es
una experiencia de aprendizaje parcialmente consciente y parcialmente
inconsciente, a través de la cual la generación de más edad invita, induce y obliga
a la generación más joven a adoptar los modos de pensar y de comportarse
tradicionales.2 Cada generación es programada no sólo para replicar la conducta
de la generación anterior, sino también para premiar la conducta que se adecue a
las pautas de su propia experiencia de endoculturación y castigar, o al menos no
premiar, la conducta que se desvía de estas.
Equilibrio que alcanza un individuo a nivel social. La endoculturación del individuo
en los primeros años de su vida, es el mecanismo dominante para la formación de
su estabilidad cultural, en tanto que el proceso tal como opera en gente más
madura es importante para la producción de campo. Algunos autores matizan el
papel de la generación adulta en el proceso de endoculturación, y señalan que
otros niños y jóvenes un poco mayores que el niño en cuestión ejercen una
poderosa influencia cultural.2 Eso explicaría la existencia de saltos generacionales,
y que los jóvenes tengan a tener usos lingüísticos más cercanos a otros jóvenes
que sus propios padres. Se ha señalado que las diferencias generacionales en
la adquisición del lenguaje es lo que se esconde tras el cambio lingüístico gradual,
más que la evolución del uso de la lengua a lo largo de la vida del individuo.
En el proceso de apropiación cultural el receptor de la cultura (sujeto) recibe esas
pautas y las decodifica. Por lo tanto, la cultura recibida puede ser modificada. La
modificación de esas pautas puede relacionarse con el abismo generacional y
factores socioeconómicos y políticos coyunturales.
Multicultural
Hace referencia a la presencia en el mismo lugar de culturas diferentes que no
tienen relación entre ellas o que pueden tener una relación o no de convivencia.

Como pensamiento social, surgió en oposición a la tendencia de las sociedades


modernas de unificar y universalizar la cultura, centrándose sobre las frecuentes
relaciones de desigualdad de las minorías respecto a las culturas mayoritarias. En
su desarrollo, se han sumado importantes consideraciones desde las propuestas
latinoamericanas en relación con la autonomía y autodeterminación de los pueblos
indígenas.

Ricard Zapata señala que la multiculturalidad “ni es un problema ni un ideal. La


multiculturalidad es simplemente una realidad”. El concepto puede ser entendido
como hecho (realidad observable) y como valor (un ideal). Como hecho, la
multiculturalidad describe la evidencia de “la coexistencia dentro de un mismo
territorio (estatal) de culturas diferentes”. Y, como valor, se le asigna a esa
realidad juicios en donde el modelo de sociedad es aquel en donde la relación
entre todas las culturas existentes es de igualdad y donde todas ellas tienen un
mismo reconocimiento en la esfera pública

Multiculturalidad es la existencia de varias culturas conviviendo en un mismo


espacio físico, geográfico o social.

La multiculturalidad abarca todas las diferencias que se enmarcan dentro de la


cultura, ya sea, religiosa, lingüística, racial, étnica o de género.

La multiculturalidad reconoce la diversidad cultural que existe en todos los ámbitos


y promueve el derecho a esta diversidad.

Según la sociología o antropología cultural, la multiculturalidad es la constatación


de que coexisten varias culturas en un mismo espacio geográfico o social pero no
existe una influencia o intercambio importante entre ellas. Es por ello que la
multiculturalidad puede crear comunidades aisladas como, por ejemplo, los barrios
italianos, chinos, palestinos, etc. que existen en algunas grandes ciudades sin o
con muy poco contacto con la comunidad local.

Cuando las comunidades logran mantener un intercambio en respeto y tolerancia


los expertos lo llaman de multiculturalismo.

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