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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0443/2014

Sucre, 25 de febrero de 2014

SALA PLENA
Magistrado Relator: Efren Choque Capuma
Acción de inconstitucionalidad abstracta

Expediente: 03935-2013-08-AIA
Departamento: Chuquisaca

En la acción de inconstitucionalidad abstracta interpuesta por Juan Luis Gantier Zelada, Diputado
de la Asamblea Legislativa Plurinacional, demandando la inconstitucionalidad de los arts. 1, 2, 3 y 4
de la Ley 4026 de 15 de abril de 2009, por ser presuntamente contrarios a los arts. 8.II, 9 núm. 1, 2
y 4; 13.IV, 14, 56, 57, 123; 180.III, 186, 256 y 410.II de la Constitución Política del Estado (CPE);
1.1, 2,

13.IV, 21.I y II de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y 17 de la


Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la acción

Mediante memorial presentado el 18 de junio de 2013, cursante de fs. 62 a 70 el accionante en


su condición de Diputado de la Asamblea Legislativa Plurinacional, demanda la
inconstitucionalidad del texto total de la Ley 4026, exponiendo los siguientes fundamentos de
hecho y de derecho:

I.1.1. Relación sintética de la acción

La acción de inconstitucionalidad abstracta tiene la finalidad de verificar si la Ley 4026 puede


ser aplicada dentro del radio urbano, o solo rige para el agro, por ser contraria a los arts. 56 y
57 de la CPE, que garantizan la propiedad privada y la sucesión hereditaria, normando a su
vez el aludido art. 57.I de la Ley Fundamental, que la propiedad inmueble urbana no está
sujeta a reversión; por su parte los art. 180 y 186 de la CPE, determinan la jurisdicción y
competencia de la jurisdicción ordinaria y agroambiental, y la Ley 4026, en su artículo segundo
especifica que “…su aplicación es y rige para el agro” (sic).

Según los artículos mencionados se garantiza la propiedad privada, además de manifestar que
la propiedad inmueble urbana no está sujeta a reversión; sin embargo la Ley 4026, va contra lo
establecido en la Constitución; además, el artículo 17 de la Ley 3545 de 28 de noviembre de
2006, determina su aplicación sólo en el agro, concordante con el Decreto Ley (DL) 7189 de 26
de mayo de 1965, al disponer que los tribunales ordinarios no tienen jurisdicción ni
competencia en el orden agrario.

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La Ley 4026, borró todo lo pronunciado por la anterior “Corte Suprema de Justicia”, como ser el
“Auto Supremo 34” que revierte títulos ejecutoriales, indicando que esas tierras se encontraban
dentro del radio urbano de Sucre, y que el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), no
puede revertir tierras dentro del radio urbano, conforme establece el art. 57 de la CPE.

El artículo primero cuestionado de inconstitucional incurre en el mismo error que se viene


objetando ya que dichas resoluciones supremas; es decir, las cuestionadas en su momento,
fueron objeto de nulidad de títulos ejecutoriales porque el INRA, entregó los indicados títulos
dentro del radio urbano que fue ampliado por una ordenanza municipal en cumplimiento del DL
3819 de 27 de agosto de 1954, y que fue elevada a rango de Ley el 5 de febrero de 1956.

Las dos primeras resoluciones supremas de la Ley 4026, fueron dejadas sin efecto por
Resolución Suprema (RS) 188111 de 20 de julio de 1978, al determinar: “…quedan sin
efectos y sin valor legal algunos títulos ejecutoriales de conformidad a lo previsto por el D.S.
N° 3819 de 27 de agosto de 1954 elevado a rango de ley el 20 de octubre de 1956…” (sic).
El Auto Supremo 34 de 16 de diciembre de 1985, dejó sin efecto alguno la RS 197856 de 3
de marzo de 1983, que también pretender validar.

El segundo artículo de la Ley 4026, al derogar todas las disposiciones contrarias a dicha
disposición, “…también se estaría derogando la propia CPE…” (sic), que es clara al determinar que
la propiedad inmueble urbana no puede ser revertida, además, debe tomarse en cuenta que la
propia Ley manifiesta que rige para el agro y en ese entendido no puede tener injerencia en tierras
de carácter urbano y sobre resoluciones que fueron dejadas sin efecto legal por autoridades
competentes.

Con esta ley, se pretende incluir su aplicación en la jurisdicción ordinaria, no obstante que la
misma disposición legal determina que está regida para el agro; al respecto es la propia Ley del
Servicio Nacional de Reforma Agraria, que “…se ocupa del tema agrario como también
determina en el decreto supremo 7189 de 24 de mayo de 1963, (…) que la jurisdicción agraria
no tiene porqué tratarse dentro de la jurisdicción ordinaria, cual es la situación de la presente
ley que está queriendo mezclar dos jurisdicciones distintas” (sic).

Existe injerencia de la jurisdicción ordinaria, puesto que otorgó injustificadamente a


campesinos dotación de terrenos dentro del área urbana, título de dotación que fue anulado
por la entonces Corte Suprema de Justicia; al establecer que el INRA, no tiene potestad
dentro del radio urbano de una ciudad.

El tercer artículo demandado de inconstitucional, a través del cual se declara usucapión


masiva, es una clara injerencia de la jurisdicción agraria en la jurisdicción ordinaria, porque en
la primera no puede darse la usucapión, con esto se pretende dar valor a títulos ejecutoriales
que ya están con autoridad de cosa juzgada, nombrando una ley que se aplica dentro del radio
urbano cual es la Ley 2372 de 14 de mayo de 2002, sobre regularización del derecho
propietario dentro del radio urbano. El cuarto artículo ordenó a las oficinas de Derechos Reales
(DD.RR.), la inscripción de títulos; sin embargo, los mismos son nulos, carentes de valor,
porque dichos títulos ya no existen.

Indica que vulnera el derecho a la propiedad privada previsto en los arts. 56 y 57 de la CPE, donde
se consigna que la propiedad inmueble urbana no está sujeta a reversión; asimismo al anular
Resoluciones Supremas, el Auto Supremo 34 y ordenanzas municipales con rango de ley está
prohibiendo dicho derecho, ocasionando inestabilidad en la ley y con la propia Constitución Política
del Estado; en consecuencia, al querer aplicar una ley del agro dentro del radio urbano, se vulneran
los artículos indicados en todos sus párrafos, art. 8.II, 9.4 y 180.III de la CPE, previniendo el último
como fines y funciones esenciales del Estado el de garantizar el cumplimiento de los principios,
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valores y derechos consagrados en la Constitución y las ordenanzas municipales dictadas desde
1954 en adelante, además de los tratados internacionales.
La propiedad privada no puede quedar sujeta a la Ley 4026, porque está tomando atribuciones
y dando las mismas, a una Institución que no tiene injerencia en la propiedad privada dentro del
radio urbano, además crea un conflicto de aplicación, porque la jurisdicción agroambiental es
diferente de la ordinaria, la primera ocupada del agro mediante la Ley del Servicio Nacional de
Reforma Agraria, y la segunda de lo que existe dentro del radio urbano; por otro lado, se
ordena se “realice” usucapión, que no es aplicable en el agro.

Se vulnera el principio de igualdad porque la Ley cuestionada otorga un trato diferenciado a


favor de un grupo de personas en perjuicio del ciudadano común, asimismo se conculcan los
arts. 8.II y 9.1, 2 y 4 de la CPE.

I.2. Admisión y citaciones

Por Auto Constitucional 0262/2013-CA de 5 de julio, la Comisión de Admisión del Tribunal


Constitucional Plurinacional, admitió la acción de inconstitucionalidad abstracta y ordenó poner
en conocimiento de Álvaro Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea Legislativa
Plurinacional, como personero del Órgano que generó la norma impugnada (fs. 71 a 74),
diligencia que se cumplió el 26 de agosto de 2013 (fs. 94).

I.3. Alegaciones del órgano que generó la norma impugnada

El Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, por memorial de 17 de septiembre de


2013, presentó alegatos en los siguientes términos: a) El derecho propietario individual y
colectivo no es absoluto estando limitada por el interés social y que su uso no sea perjudicial; y
en ese sentido la Ley 4026 acusada de inconstitucional al elevar a rango de ley las
Resoluciones Supremas (RRSS) 163250 de 7 de julio de 1972 , 105287 de 13 de julio de 1961
y la 197856 de 3 de marzo de 1983, procedió a dar vigencia a las dotaciones efectuadas según
los procedimientos especiales establecidos, aplicando el art. 393 de la CPE; b) El INRA
conforme lo estableció el art. 404 de la CPE es la Institución que resuelve las causas en materia
agraria, siendo sus determinaciones definitivas, sin recurso ulterior ante otros Tribunales de
Justicia, sustentado en el art. 8 y ss. de la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria
(LSNRA), como en su Reglamento; c) Las Resoluciones Supremas a las que hace referencia la
Ley 4026, se refieren a títulos ejecutoriales definitivos, con calidad de cosa juzgada, así la SC
020/2002 de 10 de abril, haciendo referencia a los arts. 64 y ss. de la (LSNRA), expresa que el
proceso de saneamiento regulariza y perfecciona el derecho de propiedad agraria, resolviendo
todos los conflictos, vicios de nulidad absoluta o relativa, superposiciones, ocupaciones de
hecho sobre tierras que no tienen título, aspectos que no fueron evidenciados en los casos
referidos por las RRSS 105287, 163250 y 197856, señaladas en la Ley objeto de la presente
acción; d) Sobre el control de constitucionalidad del Tribunal Constitucional Plurinacional la
“SCP 0532/2012 de 9 de julio”, explica los caracteres y alcances de la acción de
inconstitucionalidad abstracta, que es la verificación de la compatibilidad o incompatibilidad de
las leyes promulgadas, con los principios, valores, derechos fundamentales y normas de la
Constitución Política del Estado, con un fin depurativo, existiendo requisitos en la interposición
de la acción de inconstitucionalidad abstracta, especificados en el art. 24 del Código Procesal
Constitucional (CPCo), debiendo identificarse la norma impugnada y las constitucionales
infringidas, fundamentando el por qué se considera contraria a la Ley Fundamental,
evidenciándose en el caso presente la ausencia de fundamentos legales, juicios suficientes
para alegar la inconstitucionalidad, debiendo declarar su procedencia por omisión y falta de
objeto procesal; e) Respecto a la indebida violación y errada interpretación de la Ley 4026, que
eleva a rango de Ley las RRSS 163250, 105287 y 197856, que se acusan de

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inconstitucionales, es obligatorio aclarar que la misma no vulnera las Resoluciones dictadas y la
finalidad de la Ley 4026, es aplicar a
hechos acontecidos en tiempos pasados, a través de los cuales se dotó a los campesinos de
tierras, otorgando a las Resoluciones Supremas cuestionadas la calidad de leyes; es decir,
jerarquizando las mismas; porque las Resoluciones Supremas contenidas en la Ley 4026,
fueron decisiones en trámites agrarios, teniendo la calidad de cosa juzgada y se hallan
protegidas por el artículo primero la Ley 4026; f) Respecto a la nulidad de los títulos
ejecutoriales por encontrarse dentro del radio urbano, alegado y defendido por el accionante,
cabe aclarar que el Decreto Supremo (DS) 7189 de 24 de mayo de 1963, fue posterior y no
refiere a lo justificado por el accionante; g) Con referencia a la irretroactividad, la norma
cuestionada no deja sin efecto ninguna ley, sino que aplica a hechos acontecidos en tiempo
pasado, otorgando mayor jerarquía a las Resoluciones Supremas que resolvieron derechos,
confundiendo el accionante los efectos de la retroactividad con los de la derogatoria, esta última
deja sin efecto disposiciones contrarias, en este caso contrarias al contenido de las
Resoluciones Supremas que ahora tienen rango de ley; h) En cuanto a la usucapión masiva de
todos los terrenos que tenían títulos ejecutoriales, tiene su precedente en la Ley 2372 de
regularización de derecho propietario urbano y “…debe ser aplicada en forma complementaria
con la Ley de 28 de mayo de 2004, que en su artículo único dispone: 'Compleméntese la Ley
2372, de Regularización del Derecho Propietario Urbano, incorporando a toda la zona de
Tucsupaya de la ciudad de Sucre y reconociendo los Títulos Ejecutoriales de la Reforma
Agraria del año 1972” (sic), retroactivamente que no es el caso porque las Resoluciones
Supremas estaban vigentes en el momento de la promulgación de la Ley 4026, y lo que se hizo
fue otorgarles rango de ley; e, i) Los argumentos desarrollados por el accionante son válidos
para efectuar un control de legalidad, no correspondiendo al control de constitucionalidad,
porque no se advierte el cumplimiento de lo establecido por el art. 24.4 del CPCo, y los
fundamentos legales esgrimidos son insuficientes para alegar la inconstitucionalidad,
correspondiendo declarar la improcedencia de la acción por omisión y falta de objeto procesal.

1.4. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

En el marco de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, se procedió al sorteo de la


presente acción el 9 de octubre de 2013; sin embargo, a efectos de emitir un fallo imparcial, se
solicitó a requerir documentación complementaria; consecuentemente, se suspendió el plazo
procesal mediante Decreto Constitucional de 30 de igual mes y año; sin embargo, por el
tiempo transcurrido y pese a que no se recibió la literal pedida, se reanudó el mismo por
Decreto Constitucional de 7 de febrero de 2014; por lo que, la presente Resolución se
pronuncia dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES

II.1. La Ley 4026 de 15 de abril de 2009, impugnada en todo su texto señala:

“Artículo 1.- Elevase a rango de Ley de la República las Resoluciones Supremas 105287 de 13
de julio de 1961, 163250 de 7 de julio de 1972; y N° 197856 de 3 de marzo de 1983, por
constituirse en definitiva e irrevisable la tramitación agraria.

Artículo 2.- Quedan derogadas todas las disposiciones contrarias a la presente Ley, siendo esta
Ley la que rija y determine las acciones en favor del agro.

Artículo 3.- De acuerdo a la Ley N° 2372, se declara usucapión masiva a todos los
propietarios de terrenos enmarcados en los títulos ejecutoriales a que se refiere el artículo 1
de esta Ley.

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Artículo 4.- La oficina de Registro de Derechos Reales de Chuquisaca, dará prioridad en sus
registros y sin costo alguno la inscripción correspondiente a los beneficiados con esta Ley, sin
necesidad de orden judicial”.

II.2. Los preceptos constitucionales cuya vulneración se alega son los contenidos en los
arts. 8.II, 9 núm. 1, 2 y 4; 13.IV, 14, 56, 57, 123; 180.III, 186, 256 y 410.II de la Constitución
Política del Estado (CPE); 1.1, 2, 13.IV, 21.I y II de la CADH; y 17 de la DUDH, que en su
orden establecen:

“Artículo 8.

II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad libertad,
solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio,
igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común,
responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales,
para vivir bien.

Artículo 9.

1. Constituir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la descolonización,


sin discriminación ni explotación, con plena justicia social, para consolidar las
identidades plurinacionales.

2. Garantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y la protección e igual dignidad


de las personas, las naciones, los pueblos y las comunidades, y fomentar el respeto mutuo
y el dialogo intracultural, intercultural y plurilingüe.

4. Garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes


reconocidos y consagrados en la esta Constitución.

Artículo 13.

IV Los tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa


Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los
Estados de Excepción prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes consagrados en
esta Constitución se interpretarán de conformidad con los Tratados internacionales de
derechos humanos ratificados por Bolivia.

Artículo 14.

Todo ser humano tiene personalidad y capacidad jurídica con arreglo a las leyes y goza
de los derechos reconocidos por esta Constitución, sin distinción alguna.

Artículo 56.

I. Toda persona tiene derecho a la propiedad privada individual o colectiva, siempre que
ésta cumpla una función social.

II. Se garantiza la propiedad privada siempre que el uso que se haga de ella no sea
perjudicial al interés colectivo.

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III. Se garantiza el derecho a la sucesión hereditaria

Artículo 57.- La expropiación se impondrá por causa de necesidad o utilidad pública,


calificada conforme con la ley y previa indemnización justa. La propiedad inmueble urbana
no está sujeta a reversión.

Artículo 180.

III. La jurisdicción ordinaria no reconocerá fueros, privilegios ni tribunales de


excepción. La jurisdicción militar juzgará los delitos de naturaleza militar regulados por la
ley.

Artículo 186. El Tribunal Agroambiental es el máximo tribunal especializado de la jurisdicción


agroambiental. Se rige en particular por los principios de función social, integralidad,
inmediatez, sustentabilidad e interculturalidad.

Artículo 256. Los tratados e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos


que hayan sido firmados, ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, que declaren
derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, se aplicarán de manera
preferente sobre ésta.

II. Los derechos reconocidos en la Constitución serán interpretados de acuerdo a los


tratados internacionales de derechos humanos cuando éstos prevean normas más
favorables.

Artículo 410.

I. Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos, funciones
públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución.

II. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de


primacía frente a cualquier otra disposición normativa. El bloque de constitucionalidad está
integrado por los Tratados y Convenios internacionales en materia de Derechos Humanos y las
normas de Derecho Comunitario, ratificados por el país. La aplicación de las normas jurídicas
se regirá por la siguiente jerarquía, de acuerdo a las competencias de las entidades
territoriales:

1. Constitución Política del Estado.


2. Los tratados internacionales.

3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de
legislación departamental, municipal e indígena.

4. Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos


ejecutivos correspondientes”.

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

En la presente acción de inconstitucionalidad abstracta se demanda la inconstitucionalidad de todo


el texto de la Ley 4026 por ser presuntamente contrarios a los arts. 8.II, 9 núm. 1, 2 y 4; 13.IV, 14,
56, 57, 123; 180.III, 186, 256 y 410.II de la Constitución Política del Estado (CPE); 1.1, 2, 13.IV,
21.I y II de la CADH; y 17 de la DUDH.

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Corresponde determinar si los extremos alegados como fundamentos de la pretendida
inconstitucionalidad que le encomienda al Tribunal Constitucional Plurinacional el art. 202.1
de la CPE.
III.1. Naturaleza jurídica y finalidad del control de constitucionalidad

El art. 179.III de la CPE, establece que: “La justicia Constitucional se ejerce por el Tribunal
Constitucional Plurinacional”; por su parte, el art. 196.I de la Norma Fundamental prevé que:
“El Tribunal Constitucional Plurinacional vela por la supremacía de la Constitución, ejerce el
control de constitucionalidad y precautela el respeto y la vigencia de los derechos y las
garantías constitucionales”.

Dicho control de constitucionalidad se da a través de varios recursos instituidos en la


Constitución Política del Estado, siendo uno de ellos la acción de inconstitucionalidad
abstracta, que se instituye en un sistema a través del cual se somete a control disposiciones
legales, para establecer la compatibilidad o incompatibilidad de sus disposiciones con las de la
Constitución, con la finalidad de depurar el ordenamiento jurídico respecto a toda norma que
sea contraria a los valores supremos, principios fundamentales, derechos fundamentales y
preceptos de la Ley Fundamental.

La acción de inconstitucionalidad abstracta tal y como lo señala José Antonio Rivera, se


articula dentro del sistema de control correctivo de las disposiciones legales, constituyéndose
en una acción abstracta porque no está vinculada a la solución de un caso concreto o dicho de
otro modo a un conflicto de intereses, desentrañándose dicha característica de lo previsto en el
artículo 73.1 del CPCo, que especifica, los tipos de acción de inconstitucionalidad señalando
que podrán ser: “Acción de inconstitucionalidad de carácter abstracto contra leyes, estatutos
autonómicos, cartas orgánicas, decretos, ordenanzas y todo género de resoluciones no
judiciales”.

Consiguientemente, esta clase de control se hace efectivo con posterioridad a la emisión de la


norma, cuya constitucionalidad se cuestiona, con la finalidad de retirarla del ordenamiento
jurídico previa verificación de su incompatibilidad con el texto constitucional -principios, valores,
derechos y garantías y normas orgánicas-; constituyendo un elemento que distingue a este
control la extensión a las resoluciones no judiciales con carácter normativo, que doctrinalmente
son aquellas disposiciones jurídicas emanadas de autoridades gubernativas o públicas que
contienen las características materiales de una norma jurídica, como es el de la generalidad,
aplicable a todos los sujetos cuya conducta se adecua a los presupuestos de hechos previstos
en la norma; es decir, debe aplicarse en un número indeterminado de casos en los que
concurren los supuestos establecidos; auténtica, al haber sido dictada por autoridad legítima y
competente; y obligatoria en su cumplimiento, pues impera aún en contra de la voluntad de las
personas; consiguientemente, el control de constitucionalidad solo será posible o tendrá
alcance respecto a disposiciones legales de contenido normativo. (En esa orientación se puede
citar los Autos Constitucionales (AACC) 0219/2012-CA, 0627/2012-CA y Sentencia
Constitucional 0033/2005 de 20 de mayo, último entendimiento que en forma textual adujo: “…
se entiende que el Constituyente incluyó como parte de las normas objeto del control de
constitucionalidad, por esta vía, a las resoluciones normativas caracterizadas
precedentemente, conforme lo ha determinado este Tribunal al señalar que: “teniendo en
cuenta la naturaleza jurídica del recurso de inconstitucionalidad que es de control normativo,
sólo pueden ser impugnadas por esta vía aquellas resoluciones que tienen carácter normativo,
es decir, aquellas que establezcan normas jurídicas, pues las resoluciones de carácter
administrativo que resuelven casos concretos no forman parte de las normas objeto de control

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normativo de constitucionalidad por la vía del recurso de inconstitucionalidad (AACC 342/2004,
307/2004, 306/2004 y 305/2004, entre otros)”.

Otro de sus elementos que identifica es la abstracción de la norma definida como: “La acción
de inconstitucionalidad abstracta, es una acción constitucional de control correctivo o a
posteriori, de las disposiciones legales vigentes, acción a través de la cual el Tribunal
Constitucional Plurinacional, verifica la compatibilidad o incompatibilidad de las disposiciones
legales promulgadas, con los principios, valores, derechos fundamentales y normas orgánicas
de la Constitución Política del Estado Plurinacional, con el objetivo de depurarla del
ordenamiento jurídico, en caso de comprobarse su incompatibilidad. A su vez, se constituye
en una acción directa, porque a través de ella la autoridad legitimada efectúa la impugnación
sin que la supuesta incompatibilidad esté vinculada a la solución de un caso concreto” (SCP
0532/2012 de 9 de julio) (resaltado agregado).

Citando nuevamente al Constitucionalista estableció que la naturaleza jurídica de esta acción:


“forma parte del sistema de control de constitucionalidad de carácter normativo, éste sólo
procede contra aquellas resoluciones que tengan el carácter normativo de alcance general
(…) en consecuencia resulta lógico inferir que esta acción no procede contra aquellas
resoluciones administrativas emitidas para resolver situaciones o hechos concretos que
pueden vulnerar los derechos fundamentales o garantías constitucionales consagrados en la
Constitución…”.

De lo relacionado se establece que la acción de inconstitucionalidad abstracta ha sido


instituida para:

1° El control correctivo o posterior de estas disposiciones legales para la verificación de la


compatibilidad con los preceptos de la Constitución Política del Estado;

2° La finalidad es corregir el acto normativo, depurando el ordenamiento jurídico;

3° Debe ser planteada como una acción no vinculada a un caso concreto; es decir sin
injerencia alguna de intereses subjetivos;

4° Es directa o abstracta porque las personas impugnan la disposición legal sin


condicionamiento alguno; es decir, sin que esté vinculado a un caso concreto o
supeditado a la solución de un conflicto particular;

III.2. Análisis del caso concreto

La Ley 4026, cuestionada de inconstitucional tuvo su origen en la iniciativa de un Diputado


Nacional que presentó el Proyecto de Ley el año 2005, bajo el número 835/2004-2005, siendo
objeto de consulta al Alcalde Municipal a.i. de Sucre y siguiendo su curso en su elaboración se
dictó la Resolución Camaral 130/2004-2005 de 15 de junio de 2005, de conformidad con el art.
179 del Reglamento General de la Cámara de Diputados, sobre dispensación de tramites de
varios proyectos de ley, entre ellas la Ley 835 de 7 de abril de 1986, objeto de la presente
acción; datos extractados de la documentación complementaria solicitada a la Asamblea
Legislativa Plurinacional.

En el caso que motiva la interposición de esta acción, se demanda la inconstitucionalidad del


texto total de la Ley 4026, estableciéndose de su contenido que la disposición legal se refiere a
casos concretos, y en tal sentido, no reúne los elementos de abstracción y generalidad, que

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permita a este Tribunal efectuar el control de constitucionalidad verificando la compatibilidad o
incompatibilidad de la norma con los preceptos alegados de inconstitucionales.

Lo afirmado es evidente porque efectuado el análisis de la disposición legal impugnada de


inconstitucionalidad se establece que el artículo primero de la Ley 4026, elevó a rango de
ley tres Resoluciones Supremas, de cuyo contenido se establece lo siguiente:

La RS 105287, es emergente de un trámite agrario de afectación, calificando a la propiedad


“Tucsupaya” ubicada en el cantón San Sebastián de la provincia Oropeza, dentro del trámite
agrario seguido por Manuel Bejarano contra Telmo Dávalos, como fundo afectable en su
integridad, asignando a cada campesino determinadas hectáreas, asimismo otras asignaciones
para área escolar y central campesina, haciendo incidencia sobre la dotación de 900 m2 a cada
campesino en la zona urbana que devino en esa calidad por una Ordenanza Municipal de 8 de
mayo de 1959, que amplió el radio urbano.

La indicada Resolución Suprema también facultó a la Alcaldía realizar el trámite en uso de la


facultad otorgada por el DL 3819, elevado a rango de Ley el 29 de octubre de 1956, en sujeción
al art. 7 del mismo Decreto que a la letra señala: “Los campesinos que ocupaban con dos años
de anterioridad al presente Decreto Ley, Sayañas, pegujales o arriendos, podrán conservar
previo pago del valor del terreno hasta 900 m2 como dotación de vivienda, y tendrán derecho a
una indemnización equivalente al perjuicio que sufran por la pérdida de sus cultivos e
instalaciones, y una suma por concepto de desahucio por el lucro cesante, equivalente al
promedio anual de su renta calculada sobre sus ingresos obtenidos con su trabajo, en los dos
últimos años sobre el terreno que revierta a razón de una renta anual por año que hubiese
ocupado el terreno, hasta el límite de cinco rentas”.
La segunda RS 163250, complementa el contenido de la primera (RS 105287), en sentido de
que, la Alcaldía Municipal de Sucre, dictará las determinaciones pertinentes sobre los terrenos
que devinieron como urbanos, en razón de la Ordenanza Municipal de 8 de mayo de 1959.
Los cuarenta y seis campesinos quedan como propietarios de sus asentamientos donde
poseían y trabajaban al 2 de agosto de 1953. Se mantienen sin modificación los incisos b), c) y
d); es decir, el inc. b) es la asignación para área escolar, el inc. c) la asignación para central
campesina; y el inc. d) se refiere a los terrenos que devinieron a ser urbanos dentro de los
cuales los campesinos tienen 900 m2 cada uno.

La tercera RS 197856, resolvió una demanda de nulidad de la Resolución Suprema 188111 de


20 de julio de 1978, que declaró nulos y sin efecto los títulos ejecutoriales otorgados sobre el
área que fue incorporada al radio urbano, fundamentando en sentido de que las RRSS 105287
y 163250, en cuyo cumplimiento se expidieron títulos ejecutoriales adquirieron la calidad de
cosa juzgada e inamovible a tenor de los arts. 175 de la CPE, y art. 1 y 2 del DS 7189, y la
revisión y dictación de una nueva Resolución es arbitraria y discrecional del art. 164 de la “Ley
Fundamental de Reforma Agraria”; resolviendo: “anular la Resolución Suprema 188111 de 20
de julio de 1978 y se declaran con todo el valor legal las Resoluciones Supremas 105287 y
163250 de 13 de julio de 1961 y 7 de julio de 1972, respectivamente, así como los títulos
ejecutoriales expedidos en su cumplimiento”.

Hasta aquí, analizados los contenidos y alcances de las Resoluciones Supremas, inmersas en
el contenido de la Ley, se evidencia que las mismas resolvieron el trámite agrario sobre
afectación del fundo Tucsupaya que por Decreto Ley (DL) 3464, elevado a rango de ley, por Ley
de 29 de octubre de 1956, fue afectada, así el art. 1 declara: “El suelo, el subsuelo y las aguas
del territorio de la República pertenecen por derecho originario a la Nación Boliviana”.

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A su vez los arts. 12 del señalado DL determina: “El Estado no reconoce el latifundio que es
la propiedad rural de gran extensión (…) quedando el mismo extinguido en toda su extensión;
por su parte el art. 30 explicita queda extinguido el latifundio…” (sic); y el art. 34 que: “La
propiedad territorial definida como latifundio conforme al artículo 12 queda afectada en toda
su extensión”.

Asimismo, respecto a las dotaciones de tierras efectuadas por el Servicio Nacional de Reforma
Agraria el DS 7260 de 2 de agosto de 1965, en su artículo primero señala: “Las dotaciones de
tierras efectuadas por el Servicio Nacional de Reforma Agraria constituyen para los campesinos
beneficiarios o adjudicatarios derecho absoluto de propiedad, debiendo ser inscritos
definitivamente en el Registro de Derechos Reales, títulos ejecutoriales”.

A su vez el DL 7189, en su art.1 expresa: “Los tribunales de la Justicia ordinaria de la


República no podrán anular ni revisar las decisiones de los trámites agrarios, que constituyen
verdades jurídicas comprobadas, inamovibles y definitivas, que no admiten ulteriores
recursos ordinarios, extraordinarios de nulidad ni contenciosos administrativos, cobrando
autoridad de cosa juzgada”.

El art. 2 complementa explicando: “En todos los trámites ordinarios y extraordinarios ante
cualquiera organismo judicial o administrativo, los títulos ejecutoriales de reforma agraria
expedidos por la Presidencia de la República y las Resoluciones Supremas con que concluyen
los procedimientos agrarios, constituyen pruebas plenas que no admiten otras en contrario”.

Hasta este punto precisadas las disposiciones legales cabe incidir que a través de la RS
105287, se calificó a la heredad Tucsupaya dentro del trámite agrario como afectable en su
integridad, siendo dotados los campesinos además de otras distribuciones para distintas
áreas.

Cursa en el expediente testimonio remitido ante este Tribunal por el INRA del departamento de
Chuquisaca, dentro del proceso de afectación del fundo rústico denominado Tucsupaya Alta
seguido por Manuel Bejarano, contra Telmo Dávalos se evidencia:

Según Resolución de 29 de noviembre de 1958, se declaró probada la afectación del


predio “Tucsupaya Alta”, calificando como propiedad mediana en virtud de un acuerdo
entre partes, propietario y campesinos.

La Sentencia del Juez Agrario hace referencia al reclamo del propietario sobre la
inafectabilidad del predio, apoyada en que la Municipalidad de Sucre, el 8 de mayo de 1994,
amplió el radio urbano incluyendo el fundo “Tucsupaya Alta”, motivo por el cual debe regirse
por el Decreto Supremo (DS) de 27 de agosto de 1954; sin embargo, el Auto de Vista del
Consejo Nacional de Reforma Agraria de 6 de noviembre de 1957, señala que: “La Ordenanza
Municipal por la que se amplía el radio urbano de la ciudad de Sucre fue posterior al DL
03464, habiéndose dictado jurisprudencia por el Consejo Nacional de Reforma Agraria en
sentido de no declarar válidas las referidas ordenanzas posteriores al ya citado Decreto”.

Elevado el expediente ante el Consejo Nacional de Reforma Agraria en grado de apelación,


se dictó el Auto de Vista que “confirma en todas sus partes la sentencia del inferior”.

Por imperio del art. 164 del DL 3464, el Presidente del Estado tiene la facultad de fiscalizar la
aplicación de las disposiciones agrarias; en cuyo mérito, revoca el Auto de Vista y califica a
Tucsupaya afectable en su integridad y conforme al detalle que sigue; para cuarenta y seis
campesinos asentados en el lugar y que hacen un total 414 ha y otras asignaciones para

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distintas áreas. Esta resolución se halla firmada por el Presidente, en ese entonces de la
República, Víctor Paz Estenssoro el 18 de julio de 1968.

Queda establecido que se dictó la Ordenanza Municipal de 8 de marzo de 1956, aprobada por
Ley del senado en 25 de enero de 1957, ampliando el radio urbano de Sucre, mancha urbana
que se extendió y abarcó el fundo Tucsupaya, el que a esa fecha ya se hallaba revertido en
favor del Estado y por ende inmerso en la jurisdicción agraria.

Queda también determinado que la RS 105287, otorgó a cada campesino 900 m2 dentro del
radio urbano del ex fundo Tucsupaya que devino en tal calidad, en virtud de la Ordenanza
Municipal aludida y para efectivizar y materializar lo determinado se facultó a la Alcaldía
Municipal realizar el trámite en sujeción al DL 3819, elevado a rango de ley en 29 de octubre
de 1956.

Dicho DL 3819 de 27 de agosto de 1954, contiene disposiciones que se refieren a extensiones


urbanas o radio urbano de las capitales de Departamento que no cumplen función social,
especificando el artículo primero: “Todas las propiedades no edificadas comprendidas en los
radios urbanos de las capitales de Departamento, mayores de 10.000 mts2. Quedan sujetas al
régimen legal establecido por el presente decreto”.

A su vez el art. 7 dice: “Los campesinos que ocupaban con dos años de anterioridad al
presente Decreto Ley, Sayañas, pegujales o arriendos podrán conservar previo pago del
valor del terreno hasta 900 m2 como dotación de vivienda y tendrían derecho a una
indemnización equivalente al perjuicio que sufran por la pérdida de sus cultivos e
instalaciones…”.

El art. 10 especifica que: “Las propiedades cuya extensión esté parte en el radio urbano y parte
en el suburbano, se afectan de acuerdo al presente Decreto Ley, parte urbana y de acuerdo a
los Decretos Ley N° 03464 y 03471”, la parte sub urbana, decreto último que fue derogado por
la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria de 18 de octubre de 1996.

A su vez el DL 7189, elevado a rango de Ley el 26 de octubre de 1967, en su art. 2 dispone:


“En todos los trámites ordinarios y extraordinarios ante cualesquiera organismo judicial o
administrativo, los títulos ejecutoriales de reforma agraria expedidos por la Presidencia de la
República y las Resoluciones Supremas con que concluyen los procedimientos agrarios,
constituyen pruebas plenas que no admiten otras en contrario”.

De esta relación normativa necesaria para determinar la vinculación directa a casos concretos,
se desprende irrefutablemente que las Resoluciones Supremas elevadas a rango de ley por la
Ley 4026, demandada de inconstitucional, lo que hizo fue otorgar y definir derechos
propietarios a favor de personas que fueron dotadas con tierras, aseveración que al margen de
establecerse por la cita de disposiciones legales es extractar de las expresiones del accionante
al momento de invocar como vulnerada la igualdad indicando que dicho derecho fue
menoscabado porque la Ley cuestionada favoreció a un grupo de personas en desmedro de
otras, refiriéndose, naturalmente, a los campesinos dotados de tierras.

Consecuentemente, la acción de inconstitucionalidad abstracta incoada si bien explícitamente


no señala ni especifica el alcance y la operatividad que tiene la norma impugnada a
determinadas situaciones y derechos, del contenido de la acción se concluye que se refiere a
las dotaciones con las que fueron beneficiados los campesinos del fundo Tucsupaya, las que
tienen sus particularidades porque su origen fue rural y luego urbano y precisamente la Ley
tachada de inconstitucional norma esos casos concretos.

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De toda esta relación se concluye que la Ley demandada de inconstitucional no reúne las
características de generalidad y abstracción que permita a este Tribunal ingresar a su
consideración, porque de ser así, se desconocería la naturaleza y alcances de este Instituto
creado para sanear el ordenamiento jurídico a través de la verificación de la compatibilidad de
disposiciones legales con el texto constitucional en abstracto; es decir, sin vinculación a
intereses particulares; situación que al no concurrir en este caso inviabiliza su consideración.

Finalmente, el art. 78 del CPCo, señala que la sentencia podrá declarar la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de la norma impugnada, no haciendo referencia a aquellos casos en los
cuales habiendo superado la etapa de admisión se denoten aspectos por los cuales el Tribunal
Constitucional Plurinacional, no pueda ingresar al análisis del fondo, como ocurre en el
presente caso, en el cual, conforme se analizó la Ley demandada de inconstitucional no reúne
las condiciones de abstracción y generalidad que permitan su análisis; en tal sentido
corresponde se declare la acción improcedente, sin ingresar al fondo.

POR TANTO

La Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, en virtud de la jurisdicción y


competencia que le confieren los arts. 202.1 de la CPE; 74 y ss. del CPCo, resuelve: declarar
IMPROCEDENTE la acción de inconstitucionalidad abstracta interpuesta por Juan Luis Gantier
Zelada, Diputado de la Asamblea Legislativa Plurinacional contra los arts. 1, 2, 3 y 4 de la Ley
4026 de 15 de abril de 2009.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

No intervienen las Magistradas Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños, por ser de voto
disidente.

Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey

PRESIDENTE

Fdo. Efren Choque Capuma


MAGISTRADO

Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez


MAGISTRADA

Fdo. Soraida Rosario Chánez Chire

MAGISTRADA

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

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