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(En relación con el documento “La educación encierra un tesoro” Págs. 11-31)
Presentado por: Jahirton Johan Mazo Jiménez (000128771)
Asignatura: Construcción de identidad y procesos de subjetivación (I)
Ahora bien, la labor del docente en el siglo XXI desde mi punto de vista y en
relación con el documento es directo y sencillo, ya que el docente por ser parte
vital en los procesos de inculturación y eje que vincula la familia con la sociedad
se presenta como un líder capaz de reconocer, leer y realizar un diagnostico de
las dinámica social para enriquecer su misión como guia, como referente en el
espacio y etapa de formación en la que se desempeñe, por lo que más que un
transmisor de datos o una figura de discursos o saberes específicos en el contexto
de actual ha de ser un líder que debe conjugar talento humano y disciplina
Queda claro que el siglo XXI más que en anteriores siglos ha tenido un incremento
de revoluciones tecnológicas, científicas, y entre ellas también aparece la
educación como un pilar fundamental para construir la civilización humana,
potenciando sus talentos y capacidades y con la misión clara de superación de
barreras culturales, porque hoy más que nunca el docente brinda apoyo a las
comunidades donde hay guerra, crimen y subdesarrollo en las formas que sean
posibles, por lo que el docente en este punto se le agrega es la capacidad de ser
conciliador y creador de propuestas para que la sociedad sea autocritica, de
reflexión y conocimiento, una sociedad cognoscitiva, siendo de esta manera ético
por excelencia y promotor de una cultura de ciencia, bajo las componentes de
flexibilidad, diversidad y accesibilidad del saber a niños, jóvenes y adultos.
En este punto queda claro que la familia, los docentes y el estado como un todo
de la formación de la sociedad han de estar orientadas al dialogo, la capacitación,
siendo el motivo de unidad el deseo de aprender y capacitar tanto en lo técnico
como en lo humano, ya que la calidad de la educación acompañada de recursos
físicos (pero sin ser el centro de la solución educativa de los países) es un medio
que proporciona reafirmar a la educación como un bien colectivo y patrimonio
estatal, atravesado por una cultura de pertenencia y calidad científica y humana.
Cabe decir que, el docente en las estrategias de la reforma es un administrador de
los bienes y recursos que sean proporcionados para la formación de niños y
jóvenes, quedando claro que desde el docente más joven hasta el más experto
hacen parte fundamental del respeto de los bienes y con más razón de los que
aprovechan esos bienes (estudiantes) a favor del aprendizaje sano, sea desde la
información que se use de forma critica en los medios virtuales o físicos, porque
ambas hacen parte de la dinámica actual del docente y su lugar de enseñanza,
sea escuela, Institución educativa, Normal Superior o Universidad.
A modo de conclusión, el siglo XXI ofrece una serie de recursos que son válidos
para formar, especialmente desde los medios virtuales, pero en esencia la
capacidad de liderazgo, gusto por el aprendizaje y en cierto grado la capacidad de
liderazgo de docentes de épocas anteriores (y que dejaron grandes aportes a la
educación) deben ser tomados en cuenta para la actualidad, porque en cierto
modo en ellos los pilares de la educación se construyeron o se empezaron a
moldear, sea desde el punto de vista critico de la educación o pedagógico que se
quiera ver su labor es de rescatar , por lo que mi posición frente a docentes con el
rotulo de “vieja escuela” es más de admiración por motivos de método, disciplina y
hasta creatividad con los pocos recursos que de los cuales en la actualidad en
cierta manera son diversos, por lo que el docente o el perfil del docente del siglo
XXI es de: liderazgo, con capacidad de afrontar de forma sabia situaciones
adversas en el aula de clases y con sus colegas profesores, con testimonio ético y
moral dentro y fuera del aula de clases, que sea autocritico, que ame su propio
discurso en relación con la preparación de sus clases, que sea moderado en el
pensar y en el hablar y por supuesto, lo más importante, la convicción de amar su
profesión, sea en el lugar o circunstancia que le corresponda.