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“ES SOLAMENTE QUE SE HAN CANSADO

UNO DEL OTRO, Y DESEAN


UN CAMBIO?”
Joseph Fielding Smith

LA SALVACIÓN SE PIERDE POR CAUSA DEL DIVORCIO

Nunca habría un divorcio en esta Iglesia si el esposo y la esposa guardaran los


mandamientos de Dios. Durante la semana, me llamó la atención el caso de un
hombre y una mujer, casados en el templo por el tiempo y eternidad, que se
habían cansado uno del otro. Habían criado una familia y ahora él quería seguir su
propio camino, y ella el suyo. ¡Pero además, aún quieren seguir siendo amigos!
No hay resentimientos entre ellos, es solamente que se han cansado uno del otro,
y desean un cambio.

¿Tienen ellos el espíritu del evangelio en su corazón? Os digo que no, o no se


habrían cansado uno del otro; eso no podría haber sucedido. Se cansaron de vivir
los principios de verdad eternos. Un hombre no se cansaría de su esposa si
tuviera el amor de Dios en su corazón. Una mujer no se cansaría de su esposo si
tuviera en su corazón el amor de Dios, el primero de todos los mandamientos. ¡No,
no lo hubieran podido hacer!

Y luego pensemos en los hijos. Estamos hablando de un hogar destruido. Estas


personas obtienen el divorcio, y quizás después quieran anular su sellamiento
porque desean casarse con alguna otra persona; he ahí un hogar destruido. ¿Qué
va a ser de los padres? ¿Qué va a pasar con los hijos? ¿Acaso ellos no tienen
derechos?

Los padres se han separado, y cada uno sigue un camino diferente, ¡pero quieren
seguir siendo amigos! ¡Y además esperan casarse nuevamente por tiempo y
eternidad y entrar en el reino celestial de Dios para recibir todas las bendiciones
de la exaltación! ¿Tienen derecho a ello? No, según yo leo en las Escrituras, ellos
no tienen derecho. (Doctrina de salvación tomo II Págs.74-75)

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