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Hoja de tareas Unidad 3

HISTORIA DEL
PENSAMIENTO LUTERANO
PROFESOR: JOSÉ RAMÓN ALCÁNTARA MEJÍA

UNIDAD 3
LA ESPIRITUALIDAD PIETISTA
Hoja de Tareas
(Elaborada por el Prof. David Brondos)

Escribe tus respuestas después de cada pregunta en este mismo documento de Word.
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Contesta las siguientes preguntas, escribiendo tu respuesta en el cuadro de texto


azul después de la pregunta.
1. Comparte tu reacción al material de esta unidad sobre la espiritualidad pietista. ¿A qué
reflexiones te llevó con respecto a nuestros contextos actuales?

Me pareció muy interesante todo lo acontecido alrededor del pietismo, en especial me


sorprendió mucho la similitud que este tiene con algún tipo de pentecostalismo y como aún
hoy se nota en algunas iglesias “históricas”, o de corte ortodoxo, la presencia de grupos que
responden al concepto de “ecclesiolae in Ecclesia”.
Algo que me gusto fue lo que en la ultima lectura se presenta como el sincretismo de
Zinzedorf, porque, aunque se presenta en un tono negativo, bajo el concepto de sincretismo,
me parece que establece las pautas para un dialogo ecuménico que busca rescatar lo mejor
de cada confesión para emprender la misión. Creo que estas cosas son vigentes ya que al día
de hoy es necesario rescatar lo vivencial del pietismo sin abandonar lo doctrinal, pero sin
absolutizarlo, para entonces valorar la diversidad que Dios muestra en las diferentes
confesiones y denominaciones.

2. Tanto la Presentación como la Lectura de esta Unidad mencionan la Guerra de los Treinta
Años, que duró de 1618 a 1648. Esta guerra fue devastadora para Alemania, pues en
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muchas regiones la población se redujo en más de la mitad y algunas regiones perdieron
hasta dos terceras partes de su población. Al principio, los motivos de la guerra eran en
gran parte religiosos.

En base a lo que has sabido de los efectos de las guerras y los conflictos violentos, ¿qué
relación crees que hubo entre esa guerra y el surgimiento del pietismo unos 20 años
después del fin de la guerra? ¿Cómo sería el pietismo una respuesta a esa realidad?

Creo que el pietismo responde a esa realidad en cuanto busca la transformación del
individuo. Así que cualquier persona que entienda la necesidad de una vida moral y
éticamente sana, sabrá que no es posible ser cristiano y hacer violencia al mismo tiempo, en
ese sentido creo que un movimiento como el pietismo ofrece respuesta a las victimas de la
posguerra.

3. En la parte de la Lectura que habla de Jacob Boehme, se menciona que él llegó a darle más
importancia a lo que el Espíritu Santo supuestamente le comunicaba personalmente a su corazón
que a la Biblia, al grado de decir que los cristianos debían ser guiados por el Espíritu Santo más
que por la Biblia. Según él, así como el Espíritu Santo había inspirado a los autores divinos, debe
inspirarnos a nosotros hoy. Evalúa tú esa postura de Boehme desde una perspectiva crítica,
señalando hasta qué punto estarías de acuerdo o no.

Creo que es importante el tema del espíritu y su obrar en el creyente. Sin embargo, esto debe
hacerse con mucha precaución y cuidado porque puede derivar en abusos y manipulaciones
por parte de aquellos que dicen estar más íntimamente ligados al Espíritu de Dios.
El tema de fondo es que la revelación personal, no puede ser comprobada, en tanto que es
personal, privada. Por otro lado, las escrituras, por estar alcance de todos, pueden ser
sometidas a estudio y a una observación más o menos objetiva y comunitaria que puede
establecer parámetros de interpretación creando así una reserva de sentido en el texto
mismo.

4. Entre los pietistas, se afirmaba que lo importante era tener una experiencia de la presencia de
Dios en el corazón. Aun cuando se afirmaba que no tenía que ser precisamente el mismo tipo de
experiencia de conversión que tuvo Francke, que se sintió de repente lleno de gozo y paz al estar
orando (ver p. 8 de la Lectura), sin duda muchos de los que escuchaban ese tipo de historia
podían sentir que, si ellos no tenían una experiencia parecida, algo estaba mal en ellos y que
todavía no tenían una fe verdadera. Esta fue una de las razones por la oposición al pietismo en
algunos círculos, pues muchos creían que nuestra confianza en Dios y nuestra seguridad de ser
salvos no debe descansar en esa clase de experiencia personal.

Hoy día, sigue existiendo esta problemática entre creyentes. Algunos dicen que cada cristiano
debe sentir la presencia del amor y la paz de Dios en su corazón y debe vivir constantemente
lleno de gozo. Si no ocurre esto en ellos y no tienen una experiencia más inmediata de la
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presencia de Dios en su vida, algo supuestamente anda mal y su fe no es lo que debe ser. Otros
cristianos critican esta postura, diciendo que no debemos ver ese tipo de experiencias o
sentimientos como normativo para todo cristiano, porque no todos experimentan a Dios y la fe de
esa manera.

¿Cuál es tu perspectiva sobre esta problemática?

Ciertamente la creencia sobre la necesidad de una “experiencia” de la presencia de Dios en el


corazón, es problemática cuando llega a ser una imposición un requisito indispensable para
poder identificarse como cristiano, y ser recibido en la comunidad de fe. Cuando la
experiencia mencionada se vuelve requisito comienzan los señalamientos, las acusaciones,
la marginación, etc. Ante este panorama la pregunta obligada es ¿Cómo se manifiesta esta
experiencia en la práctica? ¿Como se manifiesta en las relaciones interpersonales, en el amor
que debemos tener unos con otros? Es necesario ejercitar la empatía, y el corazón abierto
hacia la acción multiforme del Espíritu, que obra de manera distinta en cada uno de sus hijos
e hijas.

5. La Lectura comenta que entre los pietistas se practicaba mucho la oración y el estudio bíblico e
inclusive que entre todos se ponían a reflexionar sobre el sermón que se había predicado ese
domingo. De esta forma, compartían constantemente su fe, sus experiencias del amor de Dios, y
su vida a través del diálogo y la reflexión comunitaria. Todo esto era hasta cierto punto novedoso
en la iglesia luterana.

Hoy día, en muchas iglesias de tradición luterana, no se acostumbra esto, ya sea porque no se
organizan actividades de este tipo o porque, cuando se organizan, son pocas las personas que
asisten. A muchos miembros de iglesias luteranas les cuesta mucho trabajo hablar de su fe y orar
en voz alta en presencia de los demás, y sus conocimientos de la Biblia son muy limitados. Su
participación en la iglesia tiende a ser pasiva, pues simplemente asisten al culto y escuchan el
sermón sin hablar de ello. Raras veces, por ejemplo, se organizan espacios para discutir lo que
se predicó en el sermón, y cuando la iglesia ofrece estudios bíblicos, los que participan son
pocos. Lo mismo ocurre en muchas otras tradiciones cristianas.

En tu opinión, ¿por qué sucede esto? ¿Y qué se podría hacer para cambiar esta situación?

El tema tratado en este apartado y la pregunta que plantea son bastante complejos, según mi
experiencia las razones pueden ser muy diversas por lo cual me limitare a dos de ellas:
1. Poca o nula asistencia a grupos de estudio bíblico: En este punto me gustaría
primeramente mencionar que en ocasiones esta problemática se da por razones muy
sencillas como la mala organización con respecto a los horarios ya que muchas veces
los organizadores no se toman el tiempo para dialogar y ajustar los horarios de
acuerdo con las necesidades de los creyentes. Sin embargo, el factor en cuanto a las
prioridades e intereses esta presente, en ese sentido se puede decir que gran parte de
los cristianos no considera la comunión, entendida como la convivencia y mutua
edificación en grupos de estudio, como una prioridad o imperativo.
En ambos casos creo yo, influye el factor sociolaboral moderno en el cual las personas
cada vez tienen menos tiempo libre.
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2. El nominalismo evangélico imperante en las congregaciones apegado a un tipo de
espiritualidad desconectada de la reflexión bíblica. Hoy en día es muy común encontrar
congregaciones e iglesias donde los miembros responden a un tipo de cristianismo
tradicional en el sentido más amplio, es decir personas cuya fe esta basada en
presupuestos doctrinales propios de lo que se podría llamar una tradición evangélica,
anticatólica, y moralista con énfasis en el ámbito sexual y reproductivo.
Pensando en las características mencionadas y su resultado es importante destacar
que, para los creyentes en esta línea de pensamiento, la vida cristiana consiste en tres
cosas a) creer en las doctrinas base de la fe cristiana, como la salvación o el bautismo;
b) abandonar las practicas de la fe católica, en especial la devoción a los santos c)
declararse en contra de los derechos sexuales y reproductivos propios de las teorías
de género. Para este grupo de creyentes no es necesario estudiar las escrituras en una
manera de dialogo y renovación pues ya todo está dicho, tampoco es necesario
cuestionarse acerca de la teología y su consecuencia practica porque comparado a lo
que ellos llaman inmoral, están bien y no hace falta renovarse.
En conclusión, para mí las dos cosas mencionadas son los principales impedimentos
para la realización de grupos de estudio comunitarios, donde se motive el dialogo, la
reflexión comunitaria o la edificación mutua fruto del amor que deberíamos tener unos
por otros.

6. La Presentación y la Lectura comentan que los pietistas fueron muy activos en obras
sociales (como el orfanato en Halle) y en la labor misionera. También enfatizaban mucho
la obediencia a Dios y una “fe viva” que se expresaba en obras de amor.

Una de las críticas de la tradición luterana es que, cuando se enfatiza mucho la gracia de
Dios, la gente se vuelve pasiva. En otras palabras, si insistimos que el amor, la
misericordia y el perdón de Dios son un don gratuito y que no tenemos que hacer nada
para ganar o merecer ese don, terminamos con una iglesia llena de personas pasivas que
no se preocupan por servir a los demás o por hacer misión. Sin embargo, si se insiste en
la necesidad de la obediencia y la misión, como hacían los pietistas, muchos piensan que
terminamos con un ambiente legalista y pesado en la iglesia, pues siempre se está
presionando a la gente a ser más activa y se pierde el énfasis en la gracia.

¿Cuál es tu perspectiva sobre este problema? ¿Cómo crees que podemos enfatizar la
gracia de Dios en la iglesia sin caer en la pasividad?

En mi opinión este problema debe ser atendido en términos de un pasaje que alude a la
misión y que invita a saber que debemos servir a los demás y cumplir con la misión, porque
precisamente los beneficios de la misión y el servicio de Jesús los recibimos gratuitamente
(Mt 10:8). En ese sentido se puede enfatizar en que la gracia lejos de llevaron a una actividad
pasiva debemos participar en la misión, el amor y las buenas obras, en una actitud de
reciprocidad.
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7. En la historia de casi todas las iglesias en general, así como cada congregación en
particular, vemos un ciclo que se repite: hay un primer momento caracterizado por mucho
fervor y entusiasmo, gran convicción y compromiso, y mucho gozo y creatividad, pero con
el tiempo todo esto se va perdiendo y la iglesia o congregación se vuelve más fría,
apática, legalista y rígida en su vida y sus prácticas. Después surge un grupo o
movimiento que pretende cambiar esto, y se repite el ciclo, o si no, la iglesia se muere.
Parecería que en cada generación se necesita una renovación y reforma nueva.

Esto lo vemos con respecto a la Reforma Protestante: en los tiempos de Lutero, había
mucho favor, entusiasmo y creatividad, pero para la época del pietismo esto había
desaparecido. El mismo pietismo pretendió renovar y reformar una iglesia fría y rígida otra
vez, pero con el tiempo también cayó nuevamente en los legalismos, la formalidad y la
rigidez, hasta que por fin desapareció como un movimiento definido.

Desde tu perspectiva, ¿por qué ocurre esto en la gran mayoría de iglesias y


congregaciones, y qué se podría hacer al respecto?

Creo que el ciclo descrito sucede cuando se pierde el sentido de comunidad dando paso a la
institucionalidad. No que la institución sea mala en si misma, sino que cuando la institución y
todo lo que ella implica (reglas y estatutos) toman el lugar del amor y la buena convivencia,
se llega al tipo de legalismo que encuentra su fundamento en la legislación escrita, en el
dogmatismo confesional (ortodoxia), y por ende la buena práctica (orto praxis) pasa a un
segundo termino o se olvida.
En esa línea de pensamiento, mi propuesta seria trabajar en marcar la diferencia que existe
entre comunidad e institución, enfatizando que la institución es subordinada a la comunidad.
Y la comunidad debe estar regida por relaciones basadas en amor donde el imperativo es
amar a mi prójimo como a mi mismo, confiando en que ese amor moverá a cada uno para no
caer en las actitudes descritas.

8. Si tienes alguna duda o pregunta para el profesor con respecto al material de esta unidad,
puedes escribirla aquí:

Por favor, escribe aquí tu nombre:

Nombre: Alejandro Melo García.

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