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 IDONEIDAD ACADÉMICA Y LA FUNCIÓN DOCENTE, ASPECTOS LEGALES Y NORMATIVOS

Me formulan la siguiente pregunta:

“En la institución donde trabajo se presenta la siguiente situación: un docente del 2277 licenciado
en sociales, se especializó en informática y desde ese momento fue reubicado como profesor del
área de especialización; con la reestructuración de la planta el Rector lo volvió a sociales y una
supervisora de sed magdalena llamó a la institución para decir que lo debían dejar en el área donde
había sido reubicado para no perjudicar a la docente que lo reemplazó y que había obtenido el
título en sociales estando en BP. Qué hacemos en este caso? Cuál es la normatividad o los dejamos
como venían desempeñándose”
Esta pregunta me brinda la oportunidad para reflexionar sobre un tema que está presente en todas
las Entidades Territoriales y que incide profundamente en la calidad de la formación que brindamos
a los estudiantes de nuestros establecimientos educativos:
El tema es precisamente la determinación de la idoneidad académica y profesional del docente y su
desempeño en cumplimiento de la función docente, pues en general hemos encontrado múltiples
casos en que, a pesar de ser nombrados en un nivel y área especifica y de tener formación
profesional en tal área, los Rectores, por necesidades del servicio pero sin ser su competencia legal,
han cambiado de área de desempeño al docente partiendo, bien de sus formación pos gradual o de
sus inclinaciones cognitivas o por mera necesidad del Establecimiento Educativo.
Abordemos esto desde dos aspectos generales: el primero lo que tiene que ver con la idoneidad
profesional del docente definida legalmente y el segundo desde la competencias legales del Rector
para cambiar de nivel o área a un docente, dadas las necesidades del servicio:

Ya en textos anteriores habíamos tocado el tema del área de formación y área de desempeño de
profesionales no docentes: http://patrickalfonsocaicedo.blogspot.com/2012/02/el-area-de-
desempeno-en-educacion-de.html , y allí habíamos mencionado que existe una normativa de la
CNSC que define en qué áreas se pueden desempeñar tanto los profesionales no licenciados como
los profesionales licenciados, esto en el marco del concurso docente; ahora bien, la Entidad
Territorial certificada en educación produce o emite un acto administrativo de vinculación de un
docente, en donde debe especificar claramente el nivel y área de vinculación del docente según su
formación profesional y el concurso para el cual se presento; cambiar a un docente de nivel y área
de desempeño implica, como lo podemos ver, modificar de facto, el acto administrativo de
nombramiento de un docente, función que no es competencia del Rector del Establecimiento
Educativo, si no exclusivamente del nominador; en ese sentido no es dado al Rector cambiar a un
docente del área de sociales al área de informática, tanto por que no es su competencia legal,
porque implicaría un cambio o modificación en el acto administrativo de nombramiento, como que
este cambio de área no se compadece con la formación profesional, es decir que el licenciado en
ciencias social , a pesar de haber realizado en postgrado en informática (habría que ver que tipo de
postgrado y a que lo habilita), no es idóneo, ni está formado profesionalmente en las bases
teóricas, científicas, técnicas y tecnológicas que le permita asumir el área de tecnología e
informática, tal cual esta definida en los estándares y normas de competencia.

Aquí entonces queremos introducir el tema de la idoneidad profesional tal cual la definen nuestras
normas.

De acuerdo a la Constitución Nacional:

“Artículo 26. Toda persona es libre de escoger profesión u oficio. La ley podrá exigir títulos de
idoneidad. Las autoridades competentes inspeccionaran y vigilaran el ejercicio de las profesiones.
Las ocupaciones, artes y oficios que no exijan formación académica son de libre ejercicio, salvo
aquellas que impliquen un riesgo social.
Las profesiones legalmente reconocidas pueden organizarse en colegios. La estructura interna y el
funcionamiento de estos deberán ser democráticos.
La ley podrá asignarles funciones públicas y establecer los debidos controles.”
De igual manera:

“Artículo 68. Los particulares podrán fundar establecimientos educativos. La Ley


establecerá las condiciones para su creación y gestión.
La comunidad educativa participará en la dirección de las instituciones de educación.
La enseñanza estará a cargo de personas de reconocida idoneidad ética y pedagógica.
La Ley garantiza la profesionalización y dignificación de la actividad docente.”

Así mismo, la Honorable Corte Constitucional se ha pronunciado de fondo frente a la idoneidad


profesional y su relación con el título profesional en la sentencia 069 de 1996 en los siguientes
términos:

“La exigencia de títulos de idoneidad para el ejercicio de las profesiones, en forma independiente o
a través del desempeño de un empleo o cargo, obedece a razones superiores del interés público o
social, fincadas en la necesidad de asegurar que el desarrollo de las actividades profesionales o de
las funciones anejas al empleo se cumplan por personas que posean unos acendrados valores
éticos, idóneas intelectualmente y suficientemente capacitadas y calificadas con base en una
formación académica, pues de este modo se protegen los derechos de la comunidad, contra los
posibles riesgos que puede implicar el desarrollo de sus actividades por los profesionales de las
diferentes ramas, y se atiende a la eficiencia, eficacia y moralidad del servicio público.
De acuerdo con ello, entonces, la exigencia de títulos de idoneidad para el ejercicio de las
profesiones es legítima cuando se orienta a la protección de bienes constitucionales pues permite
asegurar la protección de los derechos de las personas relacionadas con su ejercicio y evitar riesgos
sociales.”

Corte Constitucional. Sentencia 069-96. M. P. Antonio Barrera Carbonell.

Así, la idoneidad profesional en el terreno académico la da en nuestro país, el titulo de formación


académica profesional, es decir el titulo pre gradual y no el titulo pos gradual que se convierte en
una profundización o especialización en el área de formación del profesional.

Pero, adentrándonos en las definiciones referidas al sistema educativo, la Ley General de


Educación, aborda el tema en cuestión en los siguientes artículos:

“ARTÍCULO 110. MEJORAMIENTO PROFESIONAL. La enseñanza estará a cargo de personas de


reconocida idoneidad moral, ética, pedagógica y profesional. El Gobierno Nacional creará las
condiciones necesarias para facilitar a los educadores su mejoramiento profesional, con el fin de
ofrecer un servicio educativo de calidad.

La responsabilidad de dicho mejoramiento será de los propios educadores, de la Nación, de las


entidades territoriales y de las instituciones educativas.

ARTÍCULO 116. TÍTULO EXIGIDO PARA EJERCICIO DE LA DOCENCIA. Para ejercer la docencia en
el servicio educativo estatal se requiere título de licenciado en educación o de posgrado en
educación, expedido por una universidad o por una institución de educación superior nacional o
extranjera, o el título de normalista superior expedido por las normales reestructuradas,
expresamente autorizadas por el Ministerio de Educación Nacional, y además estar inscrito en el
Escalafón Nacional Docente, salvo las excepciones contempladas en la presente Ley y en el Estatuto
Docente.
PARÁGRAFO 1o. Para ejercer la docencia en educación primaria, el título de educación a que se
refiere el presente artículo, deberá indicar, además, el énfasis en un área del conocimiento de las
establecidas en el artículo 23 de la presente Ley.
PARÁGRAFO 2o. Quienes en el momento de entrar en vigencia la presente Ley, se encuentren
cursando estudios en programas ofrecidos por instituciones de educación superior conducentes al
título de Tecnólogo en educación, podrán ejercer la docencia en los establecimientos educativos
estatales al término de sus estudios, previa obtención del título e inscripción en el Escalafón
Nacional Docente.

ARTÍCULO 117. CORRESPONDENCIA ENTRE LA FORMACIÓN Y EL EJERCICIO


PROFESIONAL DE EDUCADOR. El ejercicio de la profesión de educador corresponderá a la
formación por él recibida. Para el efecto, las instituciones de educación superior certificarán el nivel
y área del conocimiento en que hizo énfasis el programa académico.
PARÁGRAFO. El título de normalista superior sólo acredita para ejercer la docencia en el nivel de
preescolar y en el ciclo de educación básica primaria, en los términos de la presente Ley.

ARTÍCULO 118. EJERCICIO DE LA DOCENCIA POR OTROS PROFESIONALES. Por necesidades del
servicio, quienes posean título expedido por las instituciones de educación superior, distinto al de
profesional en educación o licenciado, podrán ejercer la docencia en la educación por niveles y
grados, en el área de su especialidad o en un área afín. Estos profesionales podrán también ser
inscritos en el Escalafón Nacional Docente, siempre y cuando acrediten estudios pedagógicos en el
país o en el extranjero, en una facultad de
educación o en otra unidad académica responsable de la formación de educadores, con una
duración no menor de un año.

PARÁGRAFO. El personal actualmente vinculado en las anteriores condiciones, tiene derecho a que
se le respete la estabilidad laboral y a incorporarse al Escalafón Nacional Docente, siempre y
cuando llene los requisitos indicados en este artículo.

ARTÍCULO 119. IDONEIDAD PROFESIONAL. Para los educadores, el título, el ejercicio eficiente de
la profesión y el cumplimiento de la Ley serán prueba de idoneidad profesional.
El cumplimiento de los deberes y obligaciones, la no violación de las prohibiciones y el no incurrir
en las causales de mala conducta establecidas en el Estatuto Docente, darán lugar a presunción de
idoneidad ética.

ARTÍCULO 209. DOCENTES VINCULADOS EN LA ACTUALIDAD. En los establecimientos educativos


estatales, los bachilleres pedagógicos y demás educadores escalafonados que en la fecha de la
promulgación de la presente Ley, no posean el título de licenciado, podrán seguir ejerciendo la
docencia, con el solo requisito del Escalafón Nacional Docente.
En los establecimientos educativos privados, los docentes que a la promulgación de la presente Ley
no posean el título exigido, podrán continuar ejerciendo la docencia, mientras permanezcan
vinculados a la misma institución.”

En esencia, se deduce nuevamente del articulado citado que la idoneidad profesional del docente
en cuanto a sus aspectos académicos se refiere, es otorgada por el título de formación profesional,
haciendo la salvedad como lo hace en efecto la Ley, de los normalistas y bachilleres pedagógicos
vinculados con anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley 115 de 1994.

En conclusión y para responder la pregunta que nos formulan, un Rector no puede cambiar de nivel
y área de formación a un docente pues esto implica un cambio o modificación del acto
administrativo de nombramiento del Docente, que es facultad exclusiva del nominador; y por otro
lado, en el caso especifico que nos consultan, un docente licenciado en sociales tiene un área de
fundamentación y formación profesional referido a las ciencias sociales y humanas, y un postgrado
en informática, recalcando que los posgrados en edumática, ofertados por ciertas universidades, se
concentran en desarrollar conocimientos de ofimática y ayudan al docente a aplicar estas
herramientas informáticas en el desarrollo de su cátedra, no habilitan al docente a impartir
formación en el área de tecnología e informática, que requiere de un basamento conceptual y
metodológico en por lo menos la formulación y construcción de algoritmos lógicos y la
programación avanzada en sistemas de información. Para tomar un ejemplo y en la misma lógica
que nos plantea la pregunta: un licenciado en básica primaria que realice un postgrado en
problemas del aprendizaje, bien podría realizar consultas de psicología y fungir en su consultorio
privado; no, para despachar y atender en la clínica como psicólogo, se requiere títulos académico
en el área y además tarjeta profesional.

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