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Fortaleza Mental?
• Escrito por Carlos Nava Condarco
• 15 febrero 2019
La Fortaleza Mental se sustenta en hábitos. Una publicación del World Economic
Forum sobre “Los 10 hábitos (comprobados) que te hacen mentalmente fuerte” lo
afirma así.
Los 10 factores tratados resumen muy bien algunos temas que el autor del presente
artículo viene tratando hace algún tiempo.
Estos son los 10 elementos que la persona que desee construir Fortaleza Mental debe
convertir en hábitos:
La Vida solo respeta a quien lucha en todo momento, con el mayor esfuerzo y
compromiso, como quien no tiene puentes tendidos tras de sí.
La pelea permanente por “vivir bien” o “no vivir mal” es uno de los pocos factores
comunes a esa porción del género humano que no se ha incluido entre las víctimas.
Esa acción contenciosa otorga la primera y única profesión común: precisamente la de
“luchador en la vida”, todas las otras habilidades y conocimientos cumplen con
sumarse a ésta.
Se mistifican los aciertos al costo de cometer los menores errores posibles, por lo
tanto son pocos los errores y escasos los aciertos.
La virtud del error es que precisamente crea el vehículo por medio del cual se llega al
acierto. Este vehículo es el aprendizaje.
En la lid cotidiana con las contrariedades, la razón debe imponer buenos argumentos.
Sin ello no existe posibilidad de victoria. La convocatoria se dirige a la razón porque
la lid está plagada de emotividad. Y si bien el objetivo no es eliminar emociones o
desconocerlas, es imperativo impedir que dominen las circunstancias. Los conflictos
están revestidos de sentimientos intensos, las emociones se filtran por todas partes,
por cada resquicio que establece la adversidad.
(VALORES HUMANOS: Fundamento para la buena Vida)
El hombre tiene pocos enemigos más poderosos que el miedo y el temor, y con
ninguno se comporta con tanta indiferencia y desinterés. Las personas cohabitan con
el temor, al punto que su calidad de vida se mide en términos de los temores que
hayan podido superar, y su propia Libertad como consecuencia de la victoria que
eventualmente alcanzan sobre ellos.
Los problemas importan, los temores no; todos los problemas tienen solución, pero
los temores son carga muerta. Cada problema trae consigo un mundo de
oportunidades, el temor solo sufrimiento, frustración y derrota. Los problemas son,
muchas veces, efecto de errores o productos del azar; los temores son siempre
vástagos del equívoco. Todo temor conduce a un error, a una equivocación, a un paso
en falso. Los problemas obligan a las personas a encontrarse con lo mejor que tienen:
convicciones profundas, fe, reservas de energía y creatividad; los temores succionan
todo lo positivo. Los problemas colocan al hombre en un estado de tensión dinámica,
la misma que un tigre tiene el momento de atacar a su presa, los temores en cambio, lo
dejan en estado de laxitud. Esta es la triste comparación que existe entre un tigre y
una babosa. Y mientras la naturaleza nunca permite que el tigre que se comporte
como una babosa sobreviva, sí permite que el hombre lo haga.
¡Hay momentos que la única seguridad que no abandona al hombre es la que tiene en
su interior, la que posee en sí mismo!
Estas son las situaciones más preciosas que existen, pues si las pruebas se superan, la
experiencia se recuerda para siempre. Ningún hombre es el mismo después de
superar circunstancias en las que solo le quedó la Confianza en sí mismo. De ésas
pruebas se sale con enorme satisfacción, sano orgullo y amor propio.
Para bien o para mal, para fortuna o infortunio, aquello que se deba hacer, hay que
hacerlo con total Confianza.
Los Resultados importan menos que el respeto que el hombre se debe a sí mismo, a su
capacidad, a su instinto, a la fuerza que lo mantiene activo y al deseo que lo anima
hacia los propósitos que tiene.
“Es fácil establecer una dirección y creer en ti mismo cuando tienes apoyo, pero la
verdadera prueba de fortaleza es lo bien que resuelves cuando nadie más cree en lo
que estás haciendo. Las personas con fuerza mental creen en sí mismas y mantienen el
curso hasta que ganan a la gente y su forma de pensar” (World Economic Forum).
Es cierto que cuando “la aptitud mengua, la actitud reina”. Y la Actitud es simplemente
producto del Desarrollo Personal, del crecimiento interno, del equilibrio emocional
que emerge de quien se cultiva internamente con igual o mayor énfasis del que adopta
para sus capacidades intelectuales y técnicas.
Y es que Éxito se escribe en realidad con “e” minúscula. Si existe la gran victoria, el
triunfo final o el Éxito grandioso, éste no es nada más que una suma delicada de éxitos
con “e” minúscula: logros pequeños, concretas victorias.
El éxito es, en realidad, un pequeño detalle. ¡Pero a no olvidar que de Detalles están
hechas las cosas importantes!, cómo de átomos el universo.
Las personas que se conducen bajo premisas racionales para dirimir conflictos,
triunfan siempre sobre personas que hacen prevalecer factores emocionales en sus
acciones.
Una Reacción, en tanto no constituya parte concreta de una respuesta, pocas veces
alcanza efectividad y ventaja en las interacciones. Bien se trate de una relación
personal mundana o una negociación importante, quién simplemente reacciona desde
la compulsión que activa el entramado emocional, pierde o se debilita siempre.
Cuando una persona depende de las cosas que suceden en su exterior para calificar
sus resultados en la vida, siempre engrosa las filas de los perdedores. Es necesario
vivir en función de lo Interno, de lo que se tiene “adentro”, allá están los parámetros
que importan y que garantizan la estabilidad emocional, que a su vez tiene valor
incomparable para un desempeño altamente competitivo.