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DESDE EL FONDO CUADERNILLO TEMATICO N° 22 TENDENCIAS DEL

TRABAJO SOCIAL EN EL MARCO DE UN CURRICULUM

Por Margarita Rozas Pagaza

Introducción

Para poder analizar las diversas tendencias del trabajo social en el marco de un currículum es
fundamental recurrir a algunas características que asume la cuestión social contemporánea
como núcleo constitutivo de la institucionalización de la disciplina, de Trabajo Social. En tal
sentido, es necesario explicitar el concepto de tendencia que según el diccionario de la Real
Academia, quiere decir una fuerza que impulsa un cuerpo hacía un punto. Consideramos para
el caso que nos ocupa, que es una fuerza teórico política y ética que imprime como tal una
hegemonía en el pensamiento respecto, a la formación. En tal sentido, cabe preguntarnos a
los fines de esta exposición: ¿existen diversas tendencias en el trabajo social argentino?, ¿se
visualizan como bloques articulados que disputan un espacio?. Si así fuera, ¿cuáles son sus
características fundamentales? A nuestro juicio existen tendencias que emergen con grados
diversos de explicitación y, en algunos casos, con un interés por reactualizar una perspectiva
teórica y metodológica vinculada a las diversas concepciones sobre la cuestión social. Por
ello, en primera instancia la caracterización de dicha cuestión social está tensionada, por un
lado, por la necesidad de mantener el carácter emancipatorio de lo social y, por otro, los
términos en los cuales el neoliberalismo antepone un proceso de prescindencia y
fragmentación de dicha cuestión, justificado, por un pensamiento neoconservador que influye
en la forma como se resuelve dicha tensión.
No intento en absoluto reducir la disciplina a una relación mecánica con la cuestión social en
una especie de círculo, ¿ reproductivo, por el contrario, analizaré de manera relacional las
vinculaciones que ella asume con las diversas dimensiones sociopolíticas que las define, en
tanto considero que el trabajo social, como disciplina es parte de las relaciones -sociales así
como de los mecanismos institucionales que se definen para operacionalizar las decisiones y
prioridades respecto a la cuestión social.

Opiniones sobre las tendencias de trabajo social

La mayoría de los profesionales que opinaron sobre las tendencias actuales de la intervención
plantean que se pueden esbozar tres tendencias; algunos señalan que es difícil definir de
manera clara cómo se expresan dichas tendencias. Hemos tratado de articular las respuestas
para caracterizar dichas tendencias.

Una tendencia tecnicista, basada fundamentalmente en el gerenciamiento social.

Esta postura empezó a perfilarse en la Argentina junto con el modelo neoliberal y viene de la
mano de los organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano
de Desarrollo, quienes después de los resultados de las políticas de ajuste, respecto al
crecimiento de la pobreza, empezaron a orientar políticas para "combatir la pobreza". Para
ello se propuso buscar la efectividad de los programas sociales en relación con el parámetro
costo beneficio. En esta dirección se plantea la necesidad de ser rigurosos en definir la
población-objetivo, elaborar diagnósticos más exactos y proyectar el éxito de los programas
para garantizar su efectividad.
Los programas sociales deben ir acompañados de la participación de la población y
articulados en lo posible con actividades productivas. Un trabajador social considera que el
Gerenciamiento Social es una propuesta superadora de formas de intervención anteriores.
Luego de realizar un análisis sobre la situación de pobreza y reflexionar sobre las propuestas
de los organismos internacionales, nos señala que "El Gerenciamiento Social es un marco
amplio desde el cual podemos enfrentar el desafío (se refiere a no quedarnos en una situación
de perplejidad frente a la desestructuración del Estado de Bienestar Social), es la oportunidad
histórica para ejercer el protagonismo donde no estemos alejados de la gente y, sin respuestas
que dar (nosotros tenemos), salvo hacer más de lo mismo (...) El Gerenciamiento Social nos
propone aprender de la gente, que en la lucha por la sobrevivencia ha desarrollado múltiples
estrategias (...).

En definitiva, según el autor, el gerenciamiento social propone:

"Una gerencia social adaptativa que vaya acompañando los cambios que la realidad genera,
tener en cuenta dichos cambios para absorberla y generar un modo de organización que
permita el uso de organigramas y manuales de procedimiento; los gerentes sociales deben
cumplir menos horas de oficina y tener más contacto con la gente para entender y captar
señales de la realidad, aprender de los pobres sus estrategias de sobrevivencia y estimular su
creación artesanal" (Calarco: 1995, 50-56)

Otros profesionales y desde otra perspectiva teórica consideran la-existencia de una tendencia
tecnicista: “Una firme tendencia al pensamiento tecnocrático opera como cemento de las
perspectivas más conservadoras y se liga con las concepciones néófilantrópicas, que
naturaliza a la pobreza e intenta simplemente "¿elevar la productividad de los pobres".

Por otro lado, otro camino que se abrió para la profesión, incluyendo sobre todo a abogados,
es la "mediación" que consiste en estrategias de acción que tratan de acercar a las partes en
situación de conflicto, sin la intervención de la Justicia. Esta forma de intervención, en cierto
modo, intentaría aliviar dichas situaciones de conflicto sin acudir al aparato burocrático del
Poder Judicial, abaratando el costo del procedimiento.

Considero que estas formas de intervención pueden ser interesantes como ampliación socio-
ocupacional del trabajador social y como incorporación de instrumentos de intervención;
cabe señalar quilo que está en discusión no es si se usan más y modernas formas de
instrumentos de intervención sino los fundamentos y los objetivos con los que se encaran
dichas formas. Por ejemplo, el objetivo de "combatir la pobreza" es un objetivo importante en
tanto no sea desde la misma perspectiva del neoliberalismo sobre la cuestión social, tal como
hemos explicado, existen perspectivas diferenciadas y algunas nos alejan del sentido ético-
político de la profesión.

Junto a la tendencia anterior coexiste la del Trabajo Social "eclecticismo”.

Entendemos este concepto, en términos generales, en el sentido de un método que consiste en


reunir lo mejor de la doctrina de varios sistemas. Desde el punto de vista filosófico es una
mezcla que no obedece a principios determinados de un punto de vista, concepciones
filosóficas, premisas teóricas, valoraciones políticas. distintas y a menudo contrapuestas. El
principal defecto metodológico del eclecticismo estriba en su incapacidad para delimitar, en
la suma de. nexos y relaciones de los lazos fundamentales del objeto. Ello incide en la
imposibilidad de hallar el eslabón principal en la cadena de acontecimientos y establecer una
estrategia adecuada. En tai sentido, se plantea para el trabajo social una apropiación
indiscriminada de teorías contrapuestas o una mezcla de corrientes teórico-metodológicas,
"acompañada de modismos que, en definitiva no permiten que el trabajador social argentino
se consolide (en su heterogeneidad de tendencias o propuestas), la carencia de una formación
teórica sólida (y su actualización permanente) hace que los profesionales realicen una
incorporación "indiscriminada" de referencias teórico-metodológicas, de tal manera que al
intervenir reproducen este eclecticismo sin generar tendencias e intervenciones'
fundamentales en cada perspectiva teórico-metodológica."

Otros profesionales parten de una concepción de intervención vinculada a la salud: la definen


como "clínica de lo social donde se busca transformar, modificar o aminorar el padecimiento
del sujeto que llega a un servicio social, ... las tendencias teórico-metodológicas se adaptan a
las mutaciones anteriores (a la clínica social); pasan por acceder a la subjetividad de la
persona que sé acerca a un servicio social, un conocimiento en profundidad del caso. De ahí
el aporte de las teorías sociales que se relacionan con el interpretativismo y el
comprensivísimo.

A esta postura ecléctica agregamos la de aquellos profesionales que incorporan las llamadas
teorías posmodernas las cuales confunden aún más la explicitación de un campo problemático
que direcciones la intervención profesional. Todas estas posturas, a mi juicio, ayudan a
encubrir la gravedad de la actual cuestión social a nivel de la intervención y crean, una gran
confusión respecto al posicionamiento que el profesional debe tener en el marco de las reglas
de juego establecidas para direccionar la cuestión social, desde la esfera política del Estado.

En esta dirección otro profesional opina: "Creo que se mantiene la tendencia funcionalista
que sé manifiesta en el campo de abordaje individual. También hay cierto eclecticismo en
algunos sectores que combinan inescrupulosamente diferentes matrices, con estricto sentido
coyuntural y sin demasiada reflexión al respecto. Por otro lado no puedo dejar de señalar que
sobrevive y en algunos casos se incrementa, empujada por la refilantropización de la
asistencia pero también porque en las unidades académicas no ha perdido espacio, la
concepción "comunitarista". de origen pre-modemo con fuerte peso del pensamiento de la
Iglesia católica. Algunas características de esta línea son: fuerte peso de la de la misión de
control social, por una parte; y apelación al carácter solidario de las acciones. Lo
comunitarista manifiesta además un posicionamiento anti-estado que termina siendo
funcional al modelo neoliberal!" .

Es importante señalar que el eclecticismo se inscribe en el debate teórico iniciado en los años
ochenta en torno a la condición post-moderna o, lo que es lo mismo, a la crítica de la
modernidad. El núcleo de este debate se encuentra "en la conciencia generalizada del
agotamiento de la razón, tanto por su incapacidad para abrir nuevas vías de progreso humano
como por su debilidad teórica para otear lo que se avecina” (Picó, J: 1-994, .13)

El mismo autor señala que esta constatación se observa en las diversas dimensiones de la vida
social: en la política por la finalización del -Estado, de- Bienestar y. la vuelta a posiciones
conservadoras de economía monetarista, en el ámbito de la ciencia asistimos al "boom de las
tecnologías (la cibernética,. la robótica, la informática) que abren un horizonte incalculable a
la capacidad humana; en el arte, se ha, llegado a la imposibilidad de establecer normas
estéticas válidas y se difunde el eclecticismo que en el campo de lo moral, se traduce en la
secularización sin fronteras de los valores, constituyéndose éste en una fuerza subversiva
incalculable. Del mismo modo en las ciencias sociales las orientaciones epistemológicas y
enfoques privilegian el excesivo pluralismo y fragmentación como la propia postmodernidad
plantea.
La tendencia critica

Es denominada así por los profesionales que presentaron, una visión basada en .cierta actitud
"crítica" y que no siempre se sustenta, en la teoría marxiste, o en todo caso, un. sector de
profesionales hace una interpretación libre de los marxismos, teniendo como base, la
influencia de los pensadores franceses como Bourdieu, Rosanvallon, Castel o Castoriadis;
asimismo se observa la influencia de Giddens y Habermas, en un sector muy reducido de los
profesionales. Por último, en esta postura estarían aquellos colegas que vienen de la
izquierda, peronista, la izquierda radical y actualmente del FREPASO (Frente País
Solidario); o aquellos profesionales que vienen de los grupos de izquierda de los años setenta.
Muchos de estos profesionales han tomado posturas posmodernas y están preocupados por el
estudio de la subjetividad.
En definitiva podemos decir que esta tendencia está en construcción; algunos profesionales
opinan que "existe una tendencia que podemos denominar crítica, ligada al pensamiento
crítico de las ciencias sociales que reconoce la relación ineludible entre conocimiento e
interés y que se sigue preguntando por las posibilidades de un mundo más inclusivo, para
todos, y por las implicancias que esta interrogación tiene en el campo de nuestra profesión.
En este sentido y en lo personal, no creo que sea una postura hegemónica. Estoy trabajando el
anclaje entre trabajo social y la ciudadanía, en tanto noción y la condición de ciudadanos, es
un arma poderosa de inclusión en un espacio común -y en tanto la génesis- y yo diría el
destino de nuestra profesión está ineludiblemente ligado al ensanchamiento o restricción de la
ciudadanía social y además es condición primera para la ciudadanía plena."

En esta misma dirección otros profesionales entienden que existe, "una tendencia, crítica (en
el sentido amplio del término) en cuyo interior se mezclan diferentes análisis y puntos de
vista teórico-metodológicos. Esta perspectiva intenta generar una visión crítica de la
intervención profesional, retomando categorías como ciudadanía, derechos sociales, espacio
público y contradicciones del sistema.
Asimismo otro profesional define que la postura crítica implica "trascender sustancialmente
el "logro cercano, inmediato", en nuestros objetivos profesionales, sin duda en muchas
oportunidades de ellos depende la condición de estar vivos; sin embargo es intrínseco a
nuestra condición de trabajadores sociales trabajar para garantizar los derechos humanos, tan
enunciados como poco respetados, a una vida digna, al trabajo, a educación adecuada, a
recibir justicia, salud y seguridad social. Este es el eje ético-político en la cual se traza la
divisoria, entre la intervención profesional en trabajo social de las propuestas profesionales
técnico-administrativas".
Es significativo que en esta postura crítica aquellos que toman la cuestión social por sólo
enunciarla formarían parte de esta tendencia; sabemos que hay diversas lecturas sobre la
cuestión social que no necesariamente son críticas; esto nos muestra que hay poca reflexión
sobre esta temática: “Existe, una tendencia centrada en la cuestión social cómo ámbito de
intervención y que se pone a tono con el debate de las ciencias sociales, creo que va ganando
terreno."

Me parece útil haber mostrado esta gama de perspectivas sobre la intervención y sus
tendencias ya que permite conocer, al menos, como una primera exploración las opiniones de
algunos profesionales que tienen la responsabilidad de conducir sus organizaciones gremiales
y de aquellos que tienen la tarea de formar futuros trabajadores sociales.

Las manifestaciones de la cuestión social contemporánea, a nuestro juicio, no pueden ser


leídas al margen del problema central que las origina: los modos de organización de la
sociedad a partir de la relación entre capital y trabajo. Las transformaciones que se han
generado en los sistemas producción y en la rotación y velocidad de recuperación del capital,
gracias al desarrollo de la tecnología y el avance de la informática, han cambiado sin duda las
condiciones del trabajo y la reproducción del capital. Como producto de ese proceso de
reestructuración se han generado niveles de precarización laboral, desocupación,
vulnerabilidad, marginalización, empobrecimiento y exclusión.
Estas manifestaciones están complejizadas porque traen aparejadas un conjunto de
contradicciones instaladas en el registro de la sociedad capitalista. Vera :Da Silva Telles
explora sobre esas contradicciones a partir del concepto de "aporía" que usa Castel; ella las
analiza desde la perspectiva de "disyuntiva" de las diversas dimensiones de la actual cuestión
social: "la cuestión social es una aporía que pone en el centro una disyunción, siempre
renovada, entre lógica de mercado y dinámica societaria, entre la exigencia ética de los
derechos y los imperativos de eficacia de la economía, entre el orden legal que pretende
igualdad y la realidad de las desigualdades y exclusiones tramadas en la dinámica de
relaciones de poder y dominación’. Aporía que en los tiempos que corren se refiere también a
la disyunción entre las esperanzas de un mundo que valga la pena ser vivido, inscriptas en las
reivindicaciones por derechos y el bloqueó dé perspectivas de futuro para las mayorías
afligidas por una modernidad salvaje que desestructura formas de vida y hace de la
vulnerabilidad y la precariedad formas de existencia que tienden a ser cristalizadas como
único destino posible" (1999:85).

En esta perspectiva la misma autora señala que discutir sobre la cuestión social es
"problematizar" la sociedad en su "historia" y en su perspectiva de "futuro"; es pensar, a
nuestro juicio, sobre la fractura que ha generado el cambio de un proceso de acumulación
hacia otro. Esta "gran transformación", al decir de Polanyi tensiona todos los aspectos de la
vida social; además imprime una dinámica diferente a los mecanismos de funcionamiento de
la sociedad.

Las transformaciones de la vida social y las contradicciones que marcaron su constitución no


se remiten a las políticas neoliberales que se aplican hoy; tienen su raíz en un hecho
fundacional, la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, basado en el liberalismo
económico que fue capaz de reducir todos los elementos de la producción al estado de
mercancías. En ese sentido Polanyi señala: "los pioneros del absolutismo económico soñaron
con una sociedad sin trabas para el comercio de modo que viviese al ritmo marcado por el
desarrollo de un mercado autorregulador. Pero este pilar central del credo liberal -que
proporciona refuerzo y sentido a otras piezas fundamentales del sistema de mercado del siglo
XIX tales como el patrón oro, el equilibrio entre las potencias y el propio Estado liberal dejó
a las sociedades a merced de los vaivenes imprevisibles provocados por la especulación, el
afán de lucro y la doble competencia en los negocios. Por primera vez en la historia de la
humanidad, la sociedad se convertía en una simple función del sistema económico y flotaba
sin rumbo en un mar agitado por las pasiones y los intereses, como un corcho en medio del
océano. La tierra, los hombres, y el dinero se vieron fagocitados por el mercado convertidos
en simples mercancías para ser compradas y vendidas. La naturaleza y el hombre, corno
cualquier otro objeto de compra-venta sometidos a !a ley de la oferta y la demanda...
(Polanyi, 1997:15)

Esta descripción de Polanyi respecto a lo. que significó la Revolución industrial, por la cual
se instaló una lógica de organización de la sociedad en función de un sistema económico, a
nuestro juicio acentúa el disloque social que implicó una inversión de los principios
fundacionales del proyecto transhistórico de la Ilustración, tales como libertad y autonomía
del hombre sobre la basé del conocimiento que le permitiría controlar la naturaleza según sus
deseos y necesidades. Este proyecto encarnado por el capitalismo se convirtió, por el
contrario,.en un sistema de-explotación y alienación del hombre generado por un conjunto de
contradicciones que dilematizaron la relación entre Ioeconómico y lo social; lo político y lo
económico y lo público y lo privado. Asimismo se observa la existencia de pobres y ricos, la
de desigualdades étnicas y de minorías, las contradicciones entre ciudad y campo y entre
derechos sociales e individuales, constituyendo las marcas de un sistema de injusticia social
que hoy aparecen de manera agravada.

Dichas contradicciones y disyuntivas para Vera Da Silva Telles, disloque para Polanyi,
dinamizaron |a vida social considerando los momentos de desarrollo y cierta equidad que se
establecieron en la "edad de oro" del capitalismo; ellos son los pilares fundamentales que
sostuvieron el funcionamiento de ¡a sociedad en !a dirección del mercado. Desde esta
perspectiva la estructura de las reglas de juego y decisiones políticas en la esfera del Estado
definieron el lugar de ¡o social entrampado en esta lógica que es funcional al sistema. A partir
de este hecho fundacional es necesario analizar el desenvolvimiento de la cuestión social-
contemporánea y pasada; dicho desenvolvimiento no es lineal y adquiere su particularidad en
cada momento histórico. La comprensión de este proceso es la base fundamental e ineludible
para definir la intervención en tanto campo problemático.

El campo problemático implica, por lo tanto, la lectura del proceso de la sociedad en tanto
lógica invertida en la cual se genérala-cuestión"social; la misma debe ser
resignificada~en~eí~ccmtéxto~~h~feforico particular/ Este proceso de resignificación
jsermTfefiñstalar las bases sobre las cuales se define el campo problemático; a su turno dicho
campo se nutre de las manifestaciones de la cuestión social expresadas por los sujetos como
demandas que constituyen el punto de partida de la intervención. Esta demanda siempre fue
un componente necesario; con ello no estaríamos diciendo nada nuevo, pero cambia, el marco
de explicación en la que se dan dichas demandas. Las mismas constituyen apenas una
expresión inicial de la complejidad de la cuestión social generada a partir de la inversión de la
lógica en el funcionamiento de la sociedad. Esta posición teórica tiene como base la
comprensión de lós términos sobre las cuales se estructuró la intervención profesional y su
relación con los llamados "problemas sociales".
En tal sentido dicho proceso de coiTiprensión de las demandas como expresión de
necesidades no resueltas es una lógica invertida-, que genera la cuestión.social, marca la
diferencia con.las tendencias pragmáticas e ¡nstru-meníalistas.de.Ja-intervención. A . su turno
la orientación de las decisiones sobre la comprensión y solución de esas demandas, ,
operacionalizadas.desde. ías instituciones, tiene el sello de su origen, en .tanto inversión de
esa. lógica producto de dicha cuestión social.
Ello se contrapone a la lectura de las decisiones políticas como inquebrantables y
naturalizadas respecto al funcionamiento de la sociedad e inamovibles respecto a las
funciones que se je adjudican a los agentes profesionales. En tal sentido nuestra perspectiva
teórica sobre la intervención reposiciona al profesional, .en tanto este debe incorporar una
lectura teórica y crítica eme, le posibilita resignificar la demanda en. el plano analítico, .en
sus dimensiones no sólo materiales, sino sobre todo, en la comprensión de la degradación
humana aja que se ha sometido la vida de los sujetos. Está mirada significa justamente la
construcción de una perspectiva autónoma y emancipatoria de la intervención.

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