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República Bolivariana De Venezuela.

Universidad Experimental Pedagógica Libertador.


Instituto Pedagógico Barquisimeto.
“Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa”

Diáspora Venezolana
Fundamento sociopolítico de Venezuela

Autor
José Guerrero

LARA-BARQUISIMETO, UPEL- IPB, MARZO DEL 2019.


Venezuela fue durante un largo tiempo un tema ajeno a la preocupación
académica y al tratamiento periodístico. En líneas generales, el venezolano
no migró masivamente de su país durante el siglo XX, pese a que fueron
décadas en las que predominó el autoritarismo con dos largas dictaduras, la
de Juan Vicente Gómez (1908-1935) y Marcos Pérez Jiménez (a partir de
1948, como parte de una junta y en el lapso 1952-1958, ejerciendo el poder
en solitario). Al contrario, en el imaginario del venezolano estaba pensar a su
país como una tierra que acogió a extranjeros por la llegada de europeos
principalmente españoles, italianos y portugueses, después de la segunda
guerra mundial y, además, por la política de acogida que tenía el régimen de
Pérez Jiménez.

La decisión oficial de acoger masivamente a inmigrantes en Venezuela a


mitad del siglo pasado, según autores como Froilán Ramos Rodríguez
(2010), tuvo un claro sesgo racista ya que se hablaba de “puertas abiertas” al
extranjero, pero, en realidad, tal apertura estaba limitada a personas
provenientes de Europa. Detrás de esa decisión, y ya desde los años 30,
destacadas figuras de la intelectualidad de entonces, como Alberto Adriani y
Arturo Uslar Pietri, asumían que el venezolano común estaba necesitado de
la presencia europea para adquirir técnicas de trabajo y buenas costumbres.
De esa forma, la idea de que miles de europeos llegaran a Venezuela no fue
una sorpresa.

Ramos Rodríguez contextualiza la magnitud de aquel arribo masivo de


europeos a una aún principalmente rural Venezuela: “Entre 1948 y 1961,
Venezuela tuvo una experiencia de inmigración masiva cuando 614.425
extranjeros recibieron cédula por primera vez”, se trata del documento de
identidad emitido por Venezuela. Para este autor, si se agregaran a aquéllos
que no se documentaron y a los infantes (que no requerían tal documento),
se podría aseverar que “la inmigración durante este periodo debió haber
alcanzado la cifra de 800.000 personas”. Y, como hemos señalado, el 78%
del total estaba compuesta por españoles, italianos y portugueses. El resto
provenía de otros países europeos.

Para ubicar adecuadamente la magnitud de aquella migración debe


precisarse que, según las cifras oficiales compiladas por la Universidad de
Los Andes sobre la población venezolana, en 1961 Venezuela estaba
habitada por 7,7 millones de personas. De aquella llegada masiva de
extranjeros a mitad del siglo XX, con el pasar de los años se reconstruyeron
historias. La Fundación de la Cultura Urbana, por ejemplo, compiló diversos
testimonios en una serie de libros que estuvieron centrados en el aporte y los
lazos tejidos dentro del país por aquellos migrantes y sus descendientes. Así
surgieron volúmenes como “Italia y Venezuela: 20 testimonios” de Guadalupe
Burelli, en 2009, y “España y Venezuela: 20 testimonios” de Rafael Arráiz
Lucca, en 2006.

La historia de Venezuela como país receptor de migrantes, a partir del boom


petrolero de los años 70 del siglo pasado, tuvo otros capítulos. A tierras
venezolanas llegaron chilenos, argentinos y uruguayos tras la implantación
de dictaduras militares en sus países, así como peruanos, ecuatorianos,
dominicanos y colombianos en busca de oportunidades de trabajo cuando en
sus países apretaba la situación económica.

En 1977, cuando Venezuela contaba con 13 millones de habitantes, un 10%


eran extranjeros con cédula y residencia legal dentro del país, según reseña
Raquel Álvarez de Flores. Sin embargo, existía una población numerosa (y
no cuantificada) de extranjeros en diversos ámbitos de la economía informal.
Desde mediados de los 80, con el crack económico que vive Venezuela a
partir del llamado “viernes negro” la primera gran devaluación de la moneda
en décadas y una severa contracción económica comienza, como señala la
autora, una “migración de retorno”. Este proceso, a su vez, se ve alimentado
al final de aquella década con las transiciones a la democracia en la mayoría
de países del cono sur, con lo cual muchos exiliados políticos deciden
regresar a sus respectivas naciones. Esa Venezuela abierta a la recepción
de extranjeros y sin volúmenes significativos de sus habitantes saliendo
hacia otros países, en buena parte de su historia contemporánea, pasó a ser
al final de la segunda década del siglo XXI la principal preocupación de
países vecinos y de organismos especializados por el flujo de venezolanos
que ahora, de forma masiva, abandonan la nación. 25 años atrás, el tema
migratorio, aunque interesaba, era lejano. En 1993, comienza en la época
de del 2005 aproximadamente cuando el país petrolero comienza tener
ingresos en sus ciudadanos pero no una modernización ni nueva
estructuración en la nación e infraestructura.

Venezuela comienza a entrar en el año 2013 en un problema económico que


genera un menor ingreso y deterioro de los ingresos de sus ciudadanos, a la
muerte de Hugo Chávez y posterior elección de Nicolás Maduro como
presidente de la república, comienza un deterioro económico derivado a la
falta de ingresos petroleros y la mala gestión anterior basada en
expropiaciones y no producción de sectores afectados, haciendo así que en
su mayoría se use la exportación de productos para el sostén del
abastecimiento y debido a la alta demanda de productos y poca fabricación
el alza del costo de producción y costo de producto final. Generando así un
caos dentro del territorio que fueron sumando a problemas existentes los
cuales no se resolvieron y acumularon pasando factura los siguientes años,
comenzando una migración en pequeñas cantidades los cuales preveían
cierta situación dentro del país. Para el año 2015 la baja entrada de recursos
al país por parte de la baja de los precios del petróleo comienza a verse en
una inflación que se agudiza y empobrece cada día más a los ciudadanos
genera una migración en cantidad buscando una estabilidad social propia,
para el año 2017 se entra en hiperinflación debido a las políticas económicas
herradas por parte del gobierno nacional que afectan a todo el sector
productor.

Los venezolanos comienzan a ver lucrativos otros trabajos fuera del país y
así comienza una diáspora masiva peligrosa para el Estado debido a la fuga
de capital humano valioso que regía o dirigía sectores primordiales ya que
contaban con la capacidad técnica y especializaciones referentes a ciertas
áreas. Hoy fuera de Venezuela según ONG y ONU entre el año 2017 y 2019
hasta el mes de febrero han migrado aproximadamente 4 millones de
venezolanos sin incluir años anteriores, que, según datos oficiales por países
suman a un total de 6 millones de manera legal y estiman que hay al menos
de 1 a 2 millones de indocumentados venezolanos. Sumando un total de
entre 5 y 6 millones lo cual a la última base de registrada en Venezuela de
28.5 millones de habitantes, esto arroja un estimado 25% de la población
general que allí habita. Se estima en el transcurso del 2019 salgan
aproximadamente otro 600 mil habitantes a 1 millón, 40% de ellos
indocumentados por el difícil acceso a los documentos migratorios por parte
de las autoridades venezolanas.

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