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TUTOR
NEGOCIOS
CEAD VALLEDUPAR
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Introducción
A continuación, se da a conocer en qué consisten estas tres teorías de localización que tienen
mayor relevancia y los antecedentes de un problema de regionalización de la integración de los
departamentos de la guajira y Cesar.
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Objetivo general
Identificar las diversas teorías y enfoques de geografía económica para determinar los
factores de localización en la decisión de establecer un proyecto mediante el estudio
comparativo de las mismas, para determinar los factores de localización en las problemáticas
económicas de las regiones colombianas.
Objetivos específicos
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Cuerpo del trabajo (cuadros 1, 2 y 3)
Introducción que contiene dos párrafos uno con el recuento de la parte teórica (mínimo 3
teorías) y otro con el análisis de antecedentes regional)
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productivos, no hay agricultura.
Consiste en que la ubicación de una planta
Teorías de localización industrial debe estar relacionada con cuatro
industrial, por Alfred factores fundamentales: la distancia a los
Weber recursos naturales, la distancia al mercado,
los costes de la mano de obra y las
economías de aglomeración. Estos dos
últimos factores están modificados por
decisiones políticas
Temáticas a desarrollar
Documento
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formalización y regularización de los derechos de propiedad y conflicto (económico, social y
ecológico) en el uso del suelo; 2) el bajo desarrollo humano de los pobladores rurales y la falta
de movilidad social que incrementan las brechas urbano - rurales; 3) la imposibilidad de generar
ingresos de manera sostenible y de acceder a activos productivos; 4) la deficiencia en la
provisión de bienes y servicios públicos sectoriales para la competitividad agropecuaria; y, 5) la
limitada institucionalidad nacional y regional para la gestión del desarrollo rural y agropecuario.
Adicionalmente, tales limitantes se presentan en un contexto nacional de grandes desequilibrios
regionales y brechas entre zonas rurales.
Aunque la pobreza por ingresos y multidimensional se ha reducido en las zonas rurales, las
brechas entre la población urbana y la rural se han acentuado. La incidencia de la pobreza
extrema rural es 3,5 veces mayor que la urbana en ingresos (DANE, 2015b) y 2,9 mayor en
pobreza multidimensional (DANE, 2015a). Esta situación se hace evidente cuando, a nivel
territorial, los quintiles más pobres de la población tienden a ubicarse en la periferia
Adicionalmente, el 75,3 % de la población ocupada del área rural tiene un ingreso mensual
inferior a un salario mínimo mensual legal vigente (SMMLV), mientras en el área urbana esta
proporción es del 42,0 %. Las actividades agropecuarias son las menos remuneradas, en
promedio representan el 69,8 % de un SMMLV. Además, se observa que las áreas rurales
dispersas los ingresos de las actividades agropecuarias representan solo el 61,0 % de un
SMMLV (DANE, 2015b). La baja remuneración laboral se relaciona con la limitada capacidad
de los hogares rurales para acumular activos y generar ingresos. El 63,6 % no posee ningún
activo y sólo el 3,9 % logra acumular al menos tres de estos, entre tierra, asistencia técnica,
riego y crédito. Particularmente, solo el 5,2 % de los hogares rurales accede a crédito para
actividades agropecuarias (DANE, 2011). Sin embargo, se debe aclarar que de los hogares que
tienen acceso a tierra solo el 14,3 % acceden a crédito. Así mismo, del total de los recursos de
crédito agropecuario colocados en 2014, sólo el 28,3 % se destinó a municipios rurales y rurales
dispersos (FINAGRO, 2014).
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dualidades. En ella coexisten estructuras productivas modernas y a la vez rezagadas. Se
evidencian procesos productivos dinámicos muy propios de las economías más desarrolladas
asociados con procesos ineficientes por fuera de los circuitos y las dinámicas de los mercados.
Ello ha generado un modelo de desarrollo territorial caracterizado por bajos vínculos con el
Estado nacional en una frontera difusa y con los mercados, reflejando una estructura económica,
en donde prima la producción de baja escala y la informalidad.
Los cultivos agroindustriales, como el café, el cacao y la palma africana, no se han podido
desarrollar suficientemente y uno de los motivos fundamentales es la existencia de las brechas
tecnológicas.
Así mismo, el departamento del Cesar debido a su ubicación geográfica, la buena calidad de
los suelos y a las potencialidades de adecuación de las tierras mediante el riego, el departamento
del Cesar se cataloga como uno de los departamentos con mayores ventajas y beneficios del
país. La agricultura presenta unos de los principales focos de desarrollo, especialmente en el
valle del río Cesar. Los principales productos agrícolas son: algodón, arroz, maíz, palma
africana, plátano, caña de azúcar, cacao, soya, yuca y millo. Pero que ha tenido en los últimos
años un detrimento en sus cultivos agropecuarios debido a la ausencia de maquinaria de
maquinarias y distritos de riego que han traído para el departamento poco nivel de desarrollo
económico y desempleo y también el bajo nivel de ahorro de ingreso. Por otro lado, la ganadería
se ha visto afectada, por la misma razón, de esta manera viéndose afectada la producción de
leche y carnes.
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Los atributos ambientales y las riquezas naturales de la región le permiten tener una vocación
económico-productiva hacia las actividades agropecuarias, forestales y de acuicultura que
representan el 7,7 % del PIB del Caribe colombiano (DANE, 2014). No obstante, aunque el 42
% de las tierras de la región tiene vocación agrícola, solo el 16 % es utilizado para esta actividad
y, aun así, representa el 21 % del área sembrada del país (IGAC, 2014). Este hecho hace
evidente el potencial por desarrollar en este sector y las dificultades de la región en términos de
aprovechamiento del suelo, las cuales se traducen en subutilización del recurso (40,6 %),
prácticas inadecuadas para su explotación y conflictos de uso.7 Dificultades que ponen de
manifiesto las falencias en la dotación de bienes públicos para el desarrollo rural y en la
planeación del uso del suelo que impiden maximizar su aprovechamiento de forma eficiente y
responsable.
El Estado requiere ampliar sus campos de actividad en algunos aspectos del sector rural, de
igual manera que los puede reducir en otros. El problema no es más o menos Estado, o más o
menos mercado. Se trata de concertar el desarrollo y definir dónde el Estado es indispensable
para las estrategias que se acuerden, y dónde debe reducir su intervención, hacerla más eficiente
o compartirla con el sector privado. Es muy claro que en nuestra sociedad el mercado no
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resuelve todos los problemas –como lo pretenden los neoliberales–, y que el Estado debe tener
una alta y calificada intervención para tratar los problemas estructurales que impiden el
desarrollo, la creación y legitimación de reglas de juego para la acción humana; es decir, en el
impulso a la consolidación de instituciones para el cambio y el desarrollo; ni qué decir de su
función en la formación de capital social y recursos humanos para el desarrollo. El Estado, a fin
de cuentas, necesita contribuir significativamente a resolver las fallas de mercado y las públicas,
así como a crear una institucionalidad adecuada para el desarrollo. No estamos de acuerdo con
quienes dicen que la reforma agraria es un asunto del pasado, mientras mencionan que ahora la
preocupación fundamental es la competitividad de la agricultura y la participación en los
mercados. Precisamente, si no se resuelven los problemas estructurales que impiden una
contribución significativa del sector rural al desarrollo de toda la sociedad, a su convivencia y
equidad, difícilmente se puede decir que estamos construyendo una sociedad sostenible donde
las generaciones actuales y futuras tengan además de una raíz y un espacio seminal, y puedan
permanecer como sociedades respetables en el concierto mundial. El problema agrario no lo
resuelve el mercado sino la acción conjunta del Estado, la sociedad y el mercado, ninguno de
ellos por sí solo pueden hacerlo, se requiere concertación y claridad de propósitos para poder
construir democracia. La reforma agraria es un instrumento para ello, tal como la utilizaron los
países asiáticos y europeos a su tiempo. Pero también permite llegar a la definición de
responsabilidades y contribuciones de los entes territoriales a estos procesos de cambio. Los
municipios por ejemplo, tendrían que reestructurar su régimen tributario para gravar la mediana
y gran propiedad que presente un manifiesto mal uso del suelo, abandono o no explotación. El
ordenamiento territorial debe ser un instrumento útil para conducir a un uso más adecuado de las
tierras, recomponer estructuras de tenencia muy desiguales y conflictivas, zonificar el uso de los
recursos naturales y conservarlos, además de buscar programas alternativos en cooperación con
las entidades centrales para los pobladores rurales que no puedan acceder a la propiedad de la
tierra, o que por determinadas circunstancias no estén habilitados para ello.
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Conclusiones
La geografía económica en la teoría de la localización nos ubica en tres macro conceptos
a saber:
las actividades económicas y el mercado como producto de la relación de equilibrio entre oferta
y demanda.
competencias necesarias para reconocer los procesos de localización espacial de las actividades
económicas en un entorno globalizado y las distintas dinámicas económicas y sociales que ello
implica.
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Entendimos que la localización de las actividades económicas dentro de un territorio específico
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Bibliografía
Departamento Nacional de Planeación, DNP. (2014). Bases del Plan Nacional de Desarrollo
2014-2018. Página 574. Recuperado de:https://www.minagricultura.gov.co/planeacion-control-
gestion/Gestin/Plan%20de%20Acci%C3%B3n/PLAN%20NACIONAL%20DE%20DESARRO
LLO%202014%20-%202018%20TODOS%20POR%20UN%20NUEVO%20PAIS.pdf
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