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LA ECONOMÍA DEL CRIMEN ORGANIZADO

Falsificación
Como se puede constatar a nivel mundial que la falsificación o piratería conocido comúnmente,
es de 1,3 billones de dólares según el estudio realizado en el 2014 es la primera economía del
nivel organizado es la falsificación.

Los estudios que se encontraron fueron en el país de España como se puede ver en la imagen
en donde se observa artículos de ropa.

Es un negocio ilegal más rentable que la droga y en el que las condenas son mucho menores.
Los consumidores españoles gastan un total de 3.000 millones de euros al año en
falsificaciones, un hábito que no solo es peligroso para su salud, sino que provoca unas pérdidas
fiscales y económicas de gran tamaño. Desde cosméticos a ropa, pasando por componentes
electrónicos; la tecnología ha permitido que todo producto pueda ser sensible a una
falsificación. Con este amplio catálogo y un usuario tan entregado, no es de extrañar que una
gran cantidad de mafias hayan entrado con fuerza en este mercado negro.
Año a año, distintas organizaciones de consumidores avisan del grave agravio que supone un
producto falsificado para nuestro país. Así, en 2011 Facua alertó de que España era el tercer
país europeos que más falsificaciones intercepta, mientras que la Asociación General de
Consumidores (ASGECO), lanzó el año pasado la campaña «Consume Original, sé auténtico»
en la que reflejaba el «crecimiento exponencial» de los productos falsificados en los últimos
años.

Este año ha sido la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) la que ha dado a


conocer, mediante la campaña #VerdaderoOFalso, las preocupantes cifras de esta industria
fraudulenta. Además del gasto de los españoles en este tipo de productos, CECU refleja a través
de una encuesta que, aunque el 69% de los consumidores españoles percibe como negativa la
falsificación, el 37% de los mismos admite haber adquirido este tipo de producto sabiendo que
no era auténtico.
«Muchos consumidores no son conscientes de que las falsificaciones suponen una pérdida de
empleo y competitividad, además de que imposibilitar la innovación y el desarrollo de nuevas
empresas», asegura Fernando Móner, presidente de CECU.

Según la encuesta realizada por la asociación de consumidores, el mercado de las


falsificaciones destruye unos 50.000 puestos de trabajo al año en España. Andalucía, Madrid,
Cataluña y la Comunidad Valenciana son las regiones donde más incautaciones se realizan,
mientras que los textiles, juguetes, componentes electrónicos y el calzado son los productos
«estrella» de esta industria sumergida.

MEDICINAS FALSAS, MERCADO DE MUERTE

Según una denuncia mundial, que circula a través de internet, uno de cada diez medicamentos
vendidos en el mundo es una falsificación que no produce ningún efecto, pero que en el peor
de los casos puede provocar hasta la muerte.

Este informe, que se basa en los estudios de autoridades médicas estadounidenses señala que
las falsificaciones representan un diez por ciento del mercado farmacéutico mundial y hacen
ganar 32 mil millones de dólares anuales a los traficantes.
En los países pobres, la proporción de los medicamentos falsos, a veces vendidos en la calle
por unidad, alcanzaría el 25 por ciento.

En los países desarrollados, la falsificación concierne a los productos caros: hormonas,


corticoides, vendidos por internet o mediante infiltración de los circuitos de distribución.

No es muy diferente hacer comprimidos de medicamentos falsificados y hacer comprimidos


de éxtasis, señala Yves Juillet, presidente del comité contra la falsificación de la asociación de
industrias farmacéuticas.

El problema es mucho más serio en África, en el sudeste de Asia y en América Latina, donde
los jarabes para la tos elaborados a base de líquido anticongelante o los remedios antipalúdicos
sin ningún contenido medicinal matan cada año a cientos de personas.

UNA DENUNCIA VERDADERA

Al trasladar el problema dentro de las fronteras ecuatorianas José Meythaler, asesor jurídico de
la Asociación de Productores Farmacéuticos (Asoprofar), dijo que conceptualmente la
denuncia es verdadera.
Meythaler sostiene que existen dos clases de medicinas que pueden ser nocivas para la salud
humana.

El primer segmento, según el abogado, tiene que ver con los medicamentos que son producidos
en lugares que no tienen las condiciones adecuadas para la producción de fármacos.

"Esta falsificación abusa del consumidor y de las legislaciones nacionales", dijo Meythaler,
quien aseguró que esto se combate con un estricto control y manejo de las buenas prácticas de
manufactura.

"Si esto no se cumple estaríamos permitiendo que el mercado de fármacos se contamine",


apuntó el experto.

"El consumidor cree que gastando poco adquiere salud, pero obtiene más enfermedades y, en
casos extraordinarios, la muerte", acotó Meythaler, quien hizo un llamado para que el
Ministerio de Salud Pública exija buenas prácticas de manufactura a los laboratorios
nacionales e internacionales.

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