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SISTEMA HIPOTALAMO ADENOHIPOFISIARIO 

La hipófisis se origina por la diferenciación de dos brotes embrionarios. Uno de ellos es una evaginación 
del techo de la faringe, la bolsa de Rathke la cual crece dorsalmente hasta alcanzar la cavidad craneana y 
se ubica en lo que será la silla turca del esfenoides. El otro brote es una evaginación del piso del 
diencéfalo que crece ventralmente hasta ponerse en contacto con la bolsa de Rathke. La bolsa de Rathke 
da origen a las tres regiones de la hipófisis epitelial glandular o adenohipófisis. Ellas son la pars 
intermedia, la pars distalis y la pars tuberalis (Fig. 1). El brote diencefálico da origen a la hipófisis 
nerviosa o neurohipófisis, la cual se diferencia en tres regiones estructural y funcionalmente distintas: la 
eminencia media, el tallo y el lóbulo neural (Fig. 1). 
Adenohipófisis. 
Pars intermedia. Esta porción de la adenohipófisis está en íntimo contacto con el lóbulo neural. Está 
constituida por un tipo celular virtualmente único, organizado como una masa celular sólida pobre en 
vasos sanguíneos. Sería la glándula endocrina menos vascularizada. Sus células sintetizan 
pro-opiomelanocortina (POMC). Esta molécula precursora es procesada en estas células para dar origen a 
α-MSH y β-endorfina. La α-MSH (hormona melanóforo estimulante) se libera a la sangre y es 
considerada la hormona propia de la pars intermedia. No hay evidencias claras respecto de la liberación a 
la sangre de la β-endorfina de la pars intermedia. Las células secretorias de la pars intermedia están bajo 
control inhibitorio del hipotálamo. Este control se ejerce por medio de fibras nerviosas que establecen 
contactos directos (sinaptoídeos) con las células de la pars intermedia. Las fibras que ejercen este control 
inhibitorio se originan en neuronas del núcleo arcuato del hipotálamo, las cuales proyectan sus axones a 
través del lóbulo neural para alcanzar la pars intermedia. El neurotransmisor de estas neuronas es la 
dopamina. Esta amina biogénica es la que finalmente inhibe la secreción de α-MSH. En ciertas 
condiciones, tales como la oscuridad ambiental, las neuronas dopaminérgicas son inhibidas, lo cual 
resulta en una desinhibición de la pars intermedia y la consecuente liberación de α-MSH a la sangre. 
Pars tuberalis. Está localizada en íntima relación con la eminencia media y los vasos del plexo primario 
 
del sistema porta hipofisiario (ver más adelante) (Figs. 1, 2, 5). En ella se pueden encontrar algunos de los 
tipos celulares propios de la pars distalis. Sin embargo, la mayor población de células son propias de la 
pars tuberalis, las cuales tienen características ultraestructurales de células glandulares. Sin embargo, 
hasta hoy se desconoce la naturaleza y función de la o las hormonas que secretaría la pars tuberalis. 
Pars distalis. Es la región más voluminosa de la hipófisis, está constituida por grupos y cordones de 
células epiteliales de tamaño variable. Entre esta red epitelial se encuentra un plexo vascular muy rico en 
capilares sanguíneos. Las células glandulares se pueden clasificar de acuerdo a su afinidad citoplasmática 
por colorantes básicos o ácidos. Las células acidófilas representan alrededor del 40% de las células 
secretorias de la pars distalis. Son las productoras de prolactina (PRL) y de hormona de crecimiento (GH). 
Ambas de naturaleza proteica. Estos tipos celulares son los que poseen los gránulos más grandes (PRL = 
300-500 nm; GH = 150-400 nm). En condiciones fisiológicas basales las células GH son las más 
abundantes. Sin embargo, durante el embarazo y la lactancia las células PRL son las más numerosas. 
Las  células  basófilas  incluyen  a  las  productoras  de  tirotrofina  (TSH),  de  hormona  folículo  estimulante 
(FSH)  y  hormona  luteinizante  (LH).  Las  tres  son  de  naturaleza  glicoproteica  y  por  ello  estas  células  son 
PAS-positivas.  Las  células  TSH  son  escasas  (1-2%)  y  tienen gránulos secretorios pequeños (40-150 nm). 
Las  células  FSH  son  abundantes  y  poseen  una  población  de  gránulos  secretorios  de  tamaño  heterogéneo 
(75-200 nm). Las células LH poseen una población más homogénea de gránulos. 
Las  células  que  no  muestran  afinidad  ni  por  colorantes  básicos  ni  ácidos  se  denominan "cromófobas". A 
este  grupo  pertenecen  las  células  intersticiales  no  secretorias  (de  reserva)  y  un  sexto  tipo  secretor,  el 
productor de la hormona adrenocorticotrofina (ACTH). Estas células poseen gránulos secretorios 
 
pequeños  (100-200  nm).  A  pesar  de  que  el  precursor  de  la  ACTH  (POMC)  es  una  glicoproteína,  los 
gránulos  secretorios  son  cromófobos  y  no  muestran  afinidad  por  el  PAS.  Similares  características 
tintoriales  se  encuentran  en  las  células  de  la  pars  intermedia.  Tanto  las  células  ACTH  de  la  pars  distalis 
como  las  de  la  pars  intermedia  se  caracterizan  por  sintetizar  la  misma  pro-hormona  (POMC).  La 
diferencia  está  en  el  procesamiento  de  este  precursor  y  por  lo  tanto  en  la  expresión  de  los  genes  que 
codifican  para  las  enzimas  procesadoras.  Mientras  en  la  pars  intermedia  el  resultado  es  la  formación  de 
α-MSH  y  β-endorfina;  en  las  células ACTH el resultado es ACTH y β-endorfina, ambas liberadas a la 
sangre como hormonas. 
Sistema porta hipotálamo-hipofisiario. Un sistema vascular porta se caracteriza porque hay una 
capilarización extra respecto de la circulación sistémica clásica. En esta última la secuencia de vasos es: 
arteria → arteriolas → capilares → venas → aurícula derecha. En cambio, el orden en un sistema porta 
es: arteria → arteriolas → capilares → venas → capilares → venas → aurícula derecha. Por lo tanto, un 
sistema porta consiste de dos plexos capilares unidos por venas. El plexo capilar próximo a la arteria se 
denomina plexo primario y el que está próximo a la vena de drenaje se conoce como plexo secundario. El 
sentido de la circulación es desde el plexo primario al plexo secundario. Un sistema porta posibilita el 
transporte directo de sustancias desde un órgano "A", donde está el plexo primario, hasta un órgano "B", 
donde está el plexo secundario. Estas sustancias pueden llegar desde "A" hasta "B" en forma rápida y en 
altas concentraciones ya que no se diluyen en la sangre de todo el sistema circulatorio sino que sólo en el 
volumen de la sangre del sistema portal. 
En  el  sistema  porta  hipotálamo-hipofisiario  el  plexo  primario  se  ubica  en  la  eminencia  media y parte del 
tallo  neural  (Fig.  2,  No  4)  y  el  plexo  secundario  en  la  pars  distalis.  Las  venas  portales  (Fig.  2,  No  3) 
corren  a  lo  largo  del  tallo  neural.  El  plexo  primario  se  origina  por  la  capilarización  de  la  arteria 
hipofisiaria  superior  (Fig.  2,  No  1).  La  mayor  parte  de  la  sangre  que  llega  a  la  pars  distalis  es  sangre 
portal.  La  arteria  hipofisiaria  inferior  (Fig.  2,  No  2), que provee la vascularización al lóbulo neural, envía 
algunos vasos que se comunican con los capilares de la pars distalis. 
 
Este  sería  el  único  aporte  de  sangre  arterial  a  la  pars  distalis.  Los  capilares  de  la  pars  distalis  drenan 
finalmente  en  la  vena  hipofisiaria  y  ésta  en  la  vena  yugular.  La  sangre  de  la  vena  hipofisiaria  es  la  que 
lleva al organismo todas las hormonas secretadas por la pars distalis. 
En  el  hipotálamo  se  encuentran  varios  grupos  de  neuronas  formando  núcleos  o  áreas  (Fig.  3).  Las áreas, 
formadas  por  neuronas  laxamente  dispuestas  y  sin  límites  definidos,  son  las  siguientes:  a)  preóptica,  b) 
hipotalámica  anterior,  c)  hipotalámica  dorsal,  d)  hipotalámica  posterior,  e)  hipotalámica  lateral.  Los 
núcleos,  de  límites  más definidos y formados por neuronas densamente agrupadas, son: 1) paraventricular 
(NPV);  2)  periventricular  (Nper);  3)  supraóptico  (NSO);  4)  núcleo  supraquiasmático  (NSC);  5)  arcuato 
(NAr); 6) ventromediano (NVM) y 7) dorsomediano (NDM). 
En  gran  parte  de  los  núcleos  hipotalámicos  y  en  ciertas  áreas  hipotalámicas  se  encuentran  neuronas 
secretoras  de  péptidos  o  aminas  biogénicas,  cuyos  axones  terminan  en  la  eminencia  media  y  liberan  su 
contenido  al  plexo  portal  primario  (Fig.  4,  5).  Por  lo  tanto,  pueden  ser  consideradas  como  neuronas 
neurosecretorias.  Las  neuronas  neurosecretorias  del  sistema  hipotálamo-neurohipofisiario  y  las  del 
sistema  hipotálamo-adenohipofisiario  se  diferencian  en  que  las  primeras  liberan  sus  secreciones  (OXY y 
AVP)  a  la  circulación  sistémica,  las  cuales  llegan  así  a  sus  efectores  que  no  son  células  glandulares, 
mientras  que  las  segundas  liberan  su  secreción  a  una  circulación  portal  y  sus  efectores  son  células 
glandulares  (pars  distalis),  las  cuales  a  su  vez  responden  liberando  hormonas  a  la  circulación  sistémica 
(Fig. 8). 
Las neurohormonas peptídicas o aminas biogénicas liberadas por neuronas secretorias del sistema 
hipotálamo- adenohipofisiario controlan la liberación de cada una de las hormonas sintetizadas en la pars 
distalis (Fig. 6). La primera hormona hipotalámica reguladora de una función de la pars distalis que se 
descubrió es la (TRH) (thyrotropin-releasing hormone), un tripéptido que regula la liberación de 
tirotrofina (Fig. 7). El uso de anticuerpos contra TRH en técnicas de inmunocitoquímica permitió 
determinar que las neuronas que lo producen se localizan en el núcleo dorsomediano y sus axones 
terminan en el tercio medio de la eminencia media (Fig. 5). 
La  segunda  hormona  hipotalámica  en  descubrirse  fue  la  hormona  liberadora  de  LH  y  FSH.  Es  un 
decapéptido y se denominó LH-RH 
 
(luteinizing  hormone-releasing  hormone)  o  Gn-RH  (gonadotropin  releasing  hormone).  La  LH-RH  se 
sintetiza  en  neuronas  ubicadas  en  el  área  preóptica  y  sus  axones  contactan  los  capilares  portales  de  las 
zonas  laterales  de  la  eminencia  media  (Fig.  5). Según la cantidad y tiempo en el que se libere la Gn-RH a 
la  sangre  portal,  se estimula la liberación de LH o de FSH a nivel de la pars distalis (Fig. 6). La liberación 
de  la  hormona  de  crecimiento  (GH)  de  la  pars  distalis  está  bajo  un  doble  control  hormonal  por  parte del 
hipotálamo.  La  somatostatina  (SRIF)  que  la  inhibe  y  GH-RH  (growth  hormone-releasing  hormone)  que 
estimula  la liberación de GH. La somatostatina tiene 14 aminoácidos (Fig. 7) y se sintetiza en neuronas de 
los  núcleos  periventriculares  y  arcuato,  sus  axones  terminan  en  la  región  media  de  la  eminencia  media 
(Fig.  5).  En  condiciones  basales  el  control  inhibitorio  que  ejerce  la  somatostatina  predomina  sobre  el 
control  estimulatorio  del  GH-RH.  Cuando la hipófisis se desconecta del control hipotalámico (accidentes, 
tumores  o  cirugía),  las  células  GH  se  desinhiben  e  hipersecretan  GH.  La  hormona  hipotalámica  que 
controla  la  liberación  de  ACTH  es  conocida  como  CRH  (corticotropin-  releasing  hormone).  La  CRH 
posee  41  aminoácidos  (Fig.  7)  y  se  sintetiza  en numerosos núcleos neuronales del SNC. Sin embargo, las 
únicas  neuronas  productoras  de  CRH  cuyos  axones  proyectan  a  la  eminencia,  y  liberan  al  sistema  porta, 
están localizadas en la región parvocelular del NPV. 
En  el  NPV  existen  neuronas  que  son  capaces  de co-sintetizar dos péptidos derivados de genes diferentes: 
AVP  y  CRH.  Estas  neuronas  productoras  de  AVP  proyectan  a  la  eminencia  media  y no al lóbulo neural. 
Si  bien  la  CRH  es  la  hormona  específica  para  la  liberación  de  ACTH,  la  acción  de  la  CRH  se  potencia 
considerablemente  si  simultáneamente  se  libera  AVP  a  la  sangre  portal.  Por  lo  tanto,  ambas  hormonas 
pueden ser consideradas como liberadoras de ACTH. 
 
En  la  Fig.  8  la  neurona  productora  de  CRH  corresponde  a  la  célula  No  3.  Ante  un  estímulo  doloroso 
estresante  las  neuronas  dibujadas  en  negro  estimulan  las  neuronas CRH del NPV. Estas liberan CRH a la 
sangre portal (No 4 y 5). A nivel de la pars distalis (No 6) la CRH estimula a las células corticotropas para 
que  liberen  ACTH  a  la  sangre  sistémica  (No  7).  La  ACTH  al  llegar  a  la  glándula  adrenal  estimula  las 
células  de  la  corteza  (No  8)  para  que  liberen  glucocorticoides  a  la  sangre.  Los  glucocorticoides  a  su  vez 
ejercerán  su  efecto  a  nivel  del  hígado  (No  10)  para  que  éste  libere  glucosa  a  la  sangre.  La hiperglicemia 
favorece  la  función  muscular  y  con  ello  la  respuesta  ante  el  estímulo  que  causó  el  estrés.  Pero  los 
glucocorticoides  en  la  sangre  también  pueden  actuar  sobre  las  neuronas  productoras  de  CRH  (No  11) 
ejerciendo un efecto inhibitorio y constituyendo el mecanismo de retroalimentación (feed-back) largo. 
Los  aumentos  en  la  sangre  periférica  de  los niveles de algunos de las hormonas de la pars distalis, ACTH 
en  el  ejemplo  anterior,  hacen  que  dicha  hormona  pueda  actuar  frenando  la  acción  de  la  neurona 
hipotalámica  correspondiente  (en  el  ejemplo  la  neurona  CRH).  Esto  constituye  el  mecanismo  de 
retroalimentación (feed-back) corto (Fig. 8, No 13). 
La  existencia  de  hormonas  peptídicas  hipotalámicas  que estimulen (PRF) o inhiban (PIF), la secreción de 
prolactina  (Fig.  6),  no  ha  podido  ser  confirmada.  El  factor  hipotalámico  que  sin  duda  ejerce  un  control 
sobre la secreción de PRL no es un péptido sino una catecolamina, la dopamina (DA). En el SNC existen 
 
numerosos  núcleos  productores de DA. El que controla la PRL es el núcleo arcuato (Fig. 4). Las neuronas 
DA  de  este  núcleo  proyectan  sus  axones  a  la  eminencia  media donde la DA es liberada a la sangre portal 
(Fig.  5)  para  ejercer  un  control  inhibitorio  sobre  la  síntesis  y  liberación  de  PRL.  Cualquier  factor  que 
interfiera  con  este  control  inhibitorio  (disfunción  o  degeneración  de  neuronas  DA,  tumores  que 
comprimen  el  tallo  hipofisiario,  accidentes,  etc.)  resultará  en  una  desinhibición  de  las  células 
prolactotropas  y  la  consiguiente  hipersecreción  de  prolactina.  Una  hiperprolactinemia  crónica  puede 
llevar  a  trastornos  del  ciclo  menstrual  (galactorrea  y  amenorrea)  y probablemente también participe en la 
génesis de cáncer en la glándula mamaria. 

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