You are on page 1of 2

¿QUIERES APRENDER A ESCUCHAR MEJOR?

POR EL COACH CARLOS


GRAU B.

Por oec

El sentido del oído es el hermano pequeño de la vista. No es necesario


recurrir a estudio alguno para afirmarlo, basta con analizar detenidamente
nuestro entorno para ser conscientes de ello. Pese a que sea ese el orden
natural, nada impide que ese hermano pequeño sea atendido y mimado para
que pueda desarrollar todo su
potencial. ¿Qué puede decirnos?

Ver consiste en percibir por los


ojos los objetos mediante la acción
de la luz. En cambio, mirar es
Observar las acciones de alguien,
revisar, tener en cuenta, atender.
Del mismo modo, oír consiste en
percibir con el oído los sonidos y
escuchar implica Prestar atención
a lo que se oye. La similitud entre
ambos sentidos es inversamente proporcional a la atención que suscitan. ¿A
qué se debe esta marginación auditiva?

El 80 % de la información percibida llega al cerebro a través de los ojos.


Imaginemos una autopista de cinco carriles. Un policía indica que cuatro de
esos cinco son sólo para vehículos visuales, el carril restante para el resto de
sentidos. ¿Qué podemos conseguir si cambiamos las órdenes del policía? No
oiríamos las voces de nuestros compañeros de trabajo o nuestros familiares,
sino que las escucharíamos y seríamos totalmente conscientes no de qué nos
dicen, sino de cómo lo están diciendo. Ahí está el comienzo de la escucha
activa.

Hemos iniciado el viaje y nos trasladamos a un partido de tenis. Rafa Nadal y


Federer están sobre la pista. Rafa acaba de golpear la pelota. Va muy deprisa,
casi no la vemos. ¿Cómo suena esa pelota cuando pasa cerca? ¿Nos fijamos
en eso? Pues ese es precisamente el objetivo. Las voces de quienes nos
hablan son como los impactos en las raquetas. Te invito a que no mires la
pelota que viene. En cambio, escucha su sonido. no el qué, sino el cómo. su
textura, su tono, Hay agobio en esa voz? ¿Alegría? ¿Tristeza? ¿Desasosiego?
¿Tensión? ¿Emoción contenida?

¿Cómo lo hago? Es una carrera de fondo, y cualquier momento es bueno para


comenzar. Tu intención es lograrlo y sólo por eso ya estás corriendo. Vas a
conseguir desprenderte de la capa de tus emociones y percepciones,
concentrándote única y exclusivamente en quien tienes enfrente. Se sentirá
arropado y atendido. ¿Cómo te sientes cuando alguien te escucha? Te
propongo unos ejercicios para convertirte en un maestro de la escucha activa.
Ejercicio de escucha activa

Para empezar el ejercicio acude a un lugar animado. Puede ser un parque, la


terraza de un bar, una estación de tren o un aeropuerto. Cierra los ojos y
respira profundamente concentrándote en tu respiración. Intenta escucharla.
Mientras la sientes, expande el foco de tu atención a los sonidos de tu entorno
más cercano. Escúchalos y analízalos. ¿Qué te dicen? Recuerda mantener los
ojos cerrados.

Presta atención a las capas de sonido que te rodean. Date cuenta que hay
algunas que atraen tu inmediata atención y otras son casi ignoradas.
Concéntrate en aquellos estímulos más cercanos y amplía poco a poco tu radio
de acción hacia los más distantes. ¿Los identificas? Concéntrate luego en los
sonidos más fuertes, seguidos de los más suaves o sutiles que escuches
normalmente. Repite estos pasos hasta que seas capaz de concentrarte en un
sonido determinado mientras deliberadamente excluyes
otros de tu entorno inmediato.

Trata de que el ejercicio se mantenga alrededor de una hora. A lo largo de


la misma, puedes abrir los ojos en algunos momentos, reduciéndose estos de
forma paulatina hasta que seas capaz de mantener la atención en los estímulos
auditivos sin interferencias visuales. Además, para complementar esta práctica,
en otros momentos puedes escuchar música con auriculares tratando de
diferenciar claramente unos instrumentos de otros y aislarlos entre sí.

Cuando alcances dominio de la técnica, el último paso consiste en llevar


a cabo el ejercicio anterior no con sonidos, sino con voces. Cierra los ojos o no
mires directamente las caras de las personas con quienes vas a practicar.
Puedes escuchar qué se dice, fijándote en cómo se dice. Atiende primero a los
estímulos auditivos, hazte una imagen mental a cerca de qué te dice la voz de
aquel en quien estás practicando y una vez hecho esto, mírale directamente
para saber si tu imagen mental se corresponde con la que perciben tus ojos.

Con estas habilidades adquiridas aumentarás tu percepción,


entendiéndola como el proceso cognoscitivo mediante el cuál las personas
somos capaces de comprender nuestro entorno y actuar en consecuencia con
los impulsos que recibimos. No será posible ignorar a ese policía que nos limita
los carriles de la autovía de los estímulos, aunque sí hacer que mire hacia otra
parte mientras variamos la distribución establecida.

Por Carlos Grau Belda.


@coachingcarlos es Coach Personal y ejecutivo de Valencia.
www.coachingcarlosgrau.com

You might also like