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Texto de Consejería Ministerial

LAS EMOCIONES
La alegría, tristeza, cólera, miedo, el rencor y la vergüenza, entre otras, son
emociones. La emoción, es un proceso complejo de desadaptación y de
readaptación que experimenta el ser humano, desarrollado en dos partes: La
emoción-choque, definida en psicología como trastorno o perturbación de la vida
física y fisiológica, constituida por las emociones desagradables (odio, rencor, ira,
dolor) y la emoción-sentimiento, que es un estado afectivo caracterizado -según
sean las circunstancias y los individuos- donde se ubican las emociones
agradables, como la alegría y el amor.

Hay quienes señalan que se manifiesta una emoción sólo cuando lo


experimentado por el individuo es desagradable, es decir, cuando se hacen
presente el odio, la ira, el rencor, la vergüenza, etc. En el caso de las sensaciones
agradables se habla de sentimiento. Sentimos amor, alegría, paz, tranquilidad. No
podemos estar seguros de que esta diferenciación sea cierta. Es por ello que, al
hablar aquí de emociones lo haremos de forma generalizada incluyendo las
agradables y desagradables por igual.

Las emociones se caracterizan por una serie de trastornos fisiológicos y


psicológicos. En el momento inicial, es decir, en el momento mismo en que se está
experimentando emoción, las reacciones del individuo son las mismas para todas
las emociones.

Es por ello que vemos como se puede llorar de alegría y de tristeza, inclusive
hasta de rabia. Temblamos cuando sentimos miedo y cuando estamos
encolerizados y también cuando nos abraza el ser querido. En todos los casos, se
observan iguales cambios en la respiración y en la circulación, por nombrar sólo
algunos.

En la segunda fase, ya las reacciones fisiológicas están más diferenciadas y cada


emoción comienza a tener su cuadro de síntomas muy particulares a cada una de
ellas, clasificándose en dos categorías: Los que afectan a la mímica, como la
palidez o el rubor del rostro, o algunas actitudes de escape o de lucha ante
determinada situación. Igual, los fenómenos viscerales como los cambios en la
respiración, en la circulación de la sangre, alteraciones digestivas y otras.

Aún cuando se ha avanzado mucho en materia de definir las emociones, hasta


hoy, la psicología continúa estudiando si alguna reacción en particular se identifica
con una emoción específica. Por ejemplo, si los escalofríos son una reacción
exclusiva del miedo.

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Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva


al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y
endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen
una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado
que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y
más o menos pasajeras.

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un


conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos
para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se
percibe dicha situación.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes
y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano.
Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales,
motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil
saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos
puede ayudar a intuirla.

Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el


miedo, el enfado o la alegría. Algunos animales comparten con nosotros esas
emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas
gracias al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados.

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus


experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas
de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las
emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

Existen 6 categorías básicas de emociones.

 MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad,


incertidumbre, inseguridad.
 SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede
dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
 AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce
aversión.
 IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
 ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de
bienestar, de seguridad.
 TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.

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Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir


que tienen diferentes funciones:

 MIEDO: Tendemos hacia la protección.


 SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
 AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
 IRA: Nos induce hacia la destrucción.
 ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel
suceso que nos hace sentir bien).
 TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo


los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas
diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar
lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras.
Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un
grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por
excelencia.

Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes


culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar como en los niños ciegos o
sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida
a las demás personas, tienen la misma expresión facial.

Posiblemente existan unas bases genéticas, hereditarias, ya que un niño que no


ve no puede imitar las expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones
también varían un poco en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc. Las
mujeres tienen más sensibilidad para captar mejor las expresiones faciales o las
señales emotivas y esta sensibilidad aumenta con la edad. Otro ejemplo son los
rostros de los orientales, especialmente los japoneses, son bastante inexpresivos,
pero es de cara a los demás, porque a nivel íntimo expresan mejor sus
emociones.

Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando
alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos
tristes o serio e incluso podemos llegar a llorar como esa persona.

Por otro lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las
personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la
aversión.

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Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la


manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida
controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo:

 Expresiones faciales.
 Acciones y gestos.
 Distancia entre personas.
 Componentes no lingüísticos de la expresión verbal (comunicación no
verbal).

Los otros componentes de las emociones son fisiológicos e involuntarios, iguales


para todos:

 Temblor
 Sonrojarse
 Sudoración
 Respiración agitada
 Dilatación pupilar
 Aumento del ritmo cardíaco

Estos componentes son los que están en la base del polígrafo o del "detector de
mentiras". Se supone que cuando una persona miente siente o no puede controlar
sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí pueden
llegar a controlarlo.

¿Qué es lo que nos produce el miedo a nivel fisiológico?

Cuando nos encontramos ante un estímulo que nos provoca miedo o temor,
nuestro cuerpo reacciona activándose, de manera que estemos a punto para
cualquier reacción de lucha o huída que sea preciso a fin de protegernos, ya que
nuestro impulso más básico es el de la supervivencia.

La activación se produce de la siguiente manera:

1. El lóbulo frontal de la corteza cerebral por la acción del hipotálamo activa la


glándula suprarrenal.
2. La glándula suprarrenal descarga adrenalina.
3. Las pupilas se dilatan.
4. El tórax se ensancha.
5. El corazón se dilata, aumenta la provisión de sangre.
6. Se produce un aumento de la tensión arterial.
7. Los músculos se contraen.
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8. El hígado libera glucosa, el combustible de los músculos.


9. La piel palidece.
10. Los bronquios se dilatan para aumentar el volumen de oxigeno.
11. En casos extremos la vejiga urinaria se vaciará.

¿Qué es la Inteligencia Emocional?

De la misma manera que se reconoce el CI (cociente intelectual), se puede


reconocer la Inteligencia Emocional. Se trata de conectar las emociones con uno
mismo; saber qué es lo que siento, poder verme a mi y ver a los demás de forma
positiva y objetiva. La Inteligencia Emocional es la capacidad de interactuar con el
mundo de forma receptiva y adecuada.

Características básicas y propias de la persona emocionalmente inteligente:

 Poseer suficiente grado de autoestima


 Ser personas positivas
 Saber dar y recibir
 Empatía (entender los sentimientos de los otros)
 Reconocer los propios sentimientos
 Ser capaz de expresar los sentimientos positivos como los negativos
 Ser capaz también de controlar estos sentimientos
 Motivación, ilusión, interés
 Tener valores alternativos
 Superación de las dificultades y de las frustraciones
 Encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.

La Inteligencia Emocional es el conjunto de habilidades que sirven para expresar y


controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y
social. Incluye, por tanto, un buen manejo de los sentimientos, motivación,
perseverancia, empatía o agilidad mental. Justo las cualidades que configuran un
carácter con una buena adaptación social.

Todas las personas nacemos con unas características especiales y diferentes,


pero muchas veces la manera que tenemos de comportarnos o de enfrentarnos a
los retos de la vida son aprendidos.

Desde pequeños podemos ver como para un niño no está tan bien visto llorar y
expresar sus emociones como en una niña, además a los varones se les exige ser
más valientes, seguros de sí mismos. También podemos observar cómo, según

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las culturas, las mujeres son menos valoradas, tanto en el ámbito personal como
en el laboral, lo cual es el origen de opresiones y malos tratos.

Todo esto lo adquirimos sin darnos cuenta ya desde el momento en que venimos
al mundo: nos comportamos como nos han "enseñado" a comportarnos. Quererse
a uno mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los fracasos, no todo
depende de lo que hemos heredado, por lo que hemos de ser capaces de seguir
aprendiendo y mejorando nuestras actitudes día a día, aprender a ser más
inteligentes emocionalmente, en definitiva a ser más felices.

La emoción ¿Un hecho de conciencia?

En general toda emoción tiene su punto de partida en la representación. Una


representación es la percepción actual que tenemos, una idea o recuerdo de una
situación a la que le atribuimos cierta importancia, como los momentos de peligro,
júbilo, vergüenza o desgracia.

Esta representación, genera un estado afectivo (la emoción), que produce como
efectos, toda una serie de trastornos orgánicos. Es por ello que se considera que
los elementos intelectuales son los causantes de la emoción y los elementos
fisiológicos, sus efectos.

Emociones y sentimientos

El límite entre los sentimientos y las emociones es muy sutil y es difícil detectar
cuando pasamos de unos a otras. Sin embargo, existen características
particulares en ambos que los diferencian.

Los sentimientos se mueven entre extremos opuestos (placer-dolor, amor-odio,


esperanza-desesperanza), son profundos o superficiales y perdurables en el
tiempo. Esta última característica los separa por completo de las emociones, que
se distinguen por sus notas de gran intensidad y momentaneidad.

Existen sentimientos inferiores relacionados con las funciones vitales como la


alimentación, el crecimiento, la reproducción y sentimientos superiores que son los
que nos inspiran la compresión de una teoría, la contemplación de una obra de
arte, una acción heroica, la lealtad, fraternidad, amistad y religiosidad. Los
primeros son cualidades elementales o primarias. Los segundos se refieren a
situaciones más complicadas que tienen que ver más con el intelecto.

Otra categoría, habla de los sentimientos personales que pueden ser de


estimación propia o egocéntricos como el orgullo, la vanidad, el narcisismo, la

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vergüenza, la humildad, y de estimación ajena que se refieren a los que


experimentamos en el trato con los demás: Simpatía, amor, compasión, envidia,
odio y antipatía.

Las emociones, por su parte, son un estado de ánimo caracterizado por una
conmoción orgánica consiguiente a impresiones de los sentidos, ideas o
recuerdos. Un emoción viene acompañada de una respuesta afectiva de gran
intensidad, que sobreviene bruscamente e invade la psiquis de una persona y
suele estar acompañada de reacciones neurovegetativas. En su fase inicial, las
emociones se asemejan entre sí, independientemente de las circunstancias que
las generen (una mala noticia, un momento de intensa alegría, etc.). Las
reacciones son más o menos similares: Sudor frío, temblores, respiración rápida,
palpitaciones, secreciones hormonales internas como el aumento en la producción
de adrenalina.

Se producen también fenómenos expresivos como gritos y sollozos. Se perturba el


tono afectivo habitual, se altera el ritmo de los pensamientos y se pierde, en
algunos casos, el control de los actos. En las emociones muy violentas, se liberan
los sentimientos reprimidos, reaparecen modos primitivos donde el sujeto puede
expresar palabrotas y hasta realizar gestos brutales.

Y... ¿Qué es la pasión?

La pasión es una inclinación, una tendencia desarrollada, exaltada y sobretodo


hecha exclusiva, que anula todas las demás. Es una inclinación afectiva
privilegiada, que se impone y llega a ser el centro de atracción de nuestra vida
psicológica. La pasión es un sentimiento en donde se presenta una gran
construcción imaginativa muy bien descrita con el nombre de cristalización.

Este fenómeno se caracteriza por la tendencia del espíritu de descubrir, entre


todas las cosas, que el objeto amado posee todas las perfecciones. Así, la pasión
consiste en una creación, proseguida, sin descanso y frecuente de un objeto o
persona perfecta, que muere cuando la imaginación cesa y ya no tiene fuerzas
para realizar la imagen ideal.

La inteligencia emocional se aprende.

A grandes rasgos, primero que todo, la persona tiene que descubrir y aceptar que
existe otro mundo que proporciona herramientas para asumir la vida, para luego, a
través de la terapia, comenzar a interconectar los sistemas emocional y racional
que posee. Debe quedar claro que esta técnica no es milagrosa y los terapeutas

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buscan ayudar al paciente a resolver su situación más sensible o riesgosa, ya que


algunas personas son tremendamente exitosas en ambientes laborales y sociales,
mientras que en las relaciones familiares y personales presentas graves
deficiencias.

Con las herramientas que proporciona la inteligencia emocional se le facilita al


individuo el ser un ente creativo dentro de la avalancha de sucesos que pueden
afectarlo, con el fin último de ser libre basándose en la creatividad desarrollada en
el mundo social, afectivo y laboral.

La Felicidad

Existen cinco componentes claves en la conducta humana que nutren la felicidad.


Estos son: La Autoestima, el control emocional, la socialización, la
planificación de objetivos y el optimismo.

Comencemos por la autoestima: Las personas que se aprecian a si mismas son


más resistentes a las presiones de la vida cotidiana y son más perseverantes en
las tareas que requieren mayores esfuerzos, que los que poseen baja autoestima.

Investigadores de la conducta han demostrado que las personas que poseen


control personal toman mejores decisiones que aquellas que se dejan llevar por
las emociones.

Otro factor que nos ayuda a ser felices es la definición de metas de vida, con
objetivos diarios razonables que nos permitan obtener mini-logros, y disfrutar, día
a día, la plena satisfacción que provoca el éxito alcanzado.

De igual forma, investigaciones nos señalan que las personas optimistas no sólo
son más saludables que las pesimistas, sino que se definen más felices.

La socialización, representa otro factor asociado a la felicidad. En efecto, se ha


encontrado que las personas extrovertidas tienden a estar más contentas y
satisfechas que las introvertidas.

Por su parte, las personas cordiales, entablan amistades con facilidad y consiguen
mejores empleos y oportunidades de trabajo.

De manera que si hasta ahora no lo hace, cultive la amistad, la autoestima, fíjese


metas claras y alcanzables, sea optimista, crea en usted mismo, y mantenga un
adecuado control emocional.

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