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El

trabajo de fin de grado y de máster


El trabajo de fin de grado y de máster

Redacción, defensa y publicación


Iria da Cunha

Prólogo de Mª Teresa Cabré


Director de la colección Manuales (Lingüística y Traducción): Antoni Oliver


Diseño de la colección: Editorial UOC
Diseño de la cubierta: Natàlia Serrano

Primera edición en lengua castellana: mayo 2016
Primera edición digital: noviembre 2016

© Iria da Cunha, del texto

© Editorial UOC (Oberta UOC Publishing, SL), de esta edición, 2016
Rambla del Poblenou 156, 08018 Barcelona
http://www.editorialuoc.com

Realización editorial: Oberta UOC Publishing, SL
M aquetación: Sònia Poch M asfarré

ISBN: 978-84-9116-376-3

Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño general y de la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de
ninguna forma ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación, de fotocopia o por otros métodos, sin la
autorización previa por escrito de los titulares del copyright.
Autora

Iria da Cunha

Se licenció en Filología Hispánica en la Universidade de Santiago de Compostela en el 2001, y se doctoró en Ciencias del
Lenguaje y Lingüística Aplicada en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) en el 2008. Ha realizado estancias posdoctorales en
varias universidades internacionales, como la Université d’Avignon et des Pays de Vaucluse (UAPV), la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y la Universidade de São Paulo (USP). En el 2012, se reincorporó al Institut Universitari de
Lingüística Aplicada (IULA) de la UPF con un contrato de investigación Juan de la Cierva. En el 2015, se incorporó al
Departamento de Filologías Extranjeras y sus Lingüísticas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) con
un contrato de investigación Ramón y Cajal.

Actualmente es docente de diferentes materias de grado y posgrado relacionadas con el discurso especializado, la terminología,
la lingüística, y la creación de aplicaciones y recursos lingüísticos en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en la UPF y en
la UNED. En estas universidades, ha participado en proyectos de innovación docente y en la creación de materiales docentes
de varias asignaturas. También ha dirigido trabajos finales de grado y de máster, proyectos de tesis doctorales y tesis de
doctorado. Asimismo, ha participado como miembro de varios tribunales de grado y posgrado.

Desde el 2001, es miembro del grupo de investigación IULATERM de la UPF y, desde el 2015, es miembro del grupo
ACTUALing de la UNED. Hasta el 2015 ha participado en 16 proyectos de investigación nacionales e internacionales, y es
autora o coautora de más de sesenta publicaciones que incluyen artículos en revistas internacionales de alto impacto, otras
revistas indexadas, capítulos de libros de editoriales de prestigio, actas de congresos tanto nacionales como internacionales, etc.
Ha hecho ponencias en más de treinta congresos alrededor del mundo (Estados Unidos, Canadá, Japón, India, Nepal, Grecia,
Francia, Reino Unido, México, Argentina, Cuba, etc.), y ha impartido conferencias y seminarios por invitación en múltiples
instituciones nacionales e internacionales.

Del 2010 al 2014 fue miembro del Comité Ejecutivo de la Red Iberoamericana de Terminología. Ha sido miembro del Comité
Científico y del Comité Organizador de varios congresos internacionales y nacionales. Actualmente es miembro del Comité
Editorial de varias revistas científicas.

A Hugo y a Max
Prólogo. Redactar un proyecto,una capacidad adquirida
M. Teresa Cabré

Una de las tareas importantes que los estudiantes universitarios deben aprender a realizar en
el ámbito académico es la investigación. Ninguna carrera de estudio puede permitirse que sus
estudiantes acaben sin haber realizado un proyecto. Para ello, los profesores deben
proporcionarles las herramientas necesarias para llevarlo a cabo.
Investigar supone indagar sobre un determinado tema, buscar y analizar sobre determinado
objeto. Pero este proceso de exploración no es un camino totalmente abierto a la subjetividad
personal, sino que debe acoplarse a un determinado esquema, a un esquema que el método
científico, sea inductivo o deductivo, ha establecido. Solo siguiendo el proceso establecido se
pueden conseguir los resultados que un proyecto se propone lograr, coincidan o no con las
expectativas iniciales.
Así pues, aprender a investigar supone, en primer lugar, saber cómo se selecciona un objeto
de observación y se sitúa en un campo determinado. Una vez centrado el objeto del proyecto
de investigación, cabe aprender a observarlo. La observación no es una operación sencilla,
sino un camino que también hay que aprender: el objeto que se va a observar se explora a
partir del contexto en el que aparece, distinguiéndolo de otros objetos y comparándolo con los
objetos que parecen ser el mismo. Solo así se pueden establecer las características comunes a
un mismo objeto y las que lo distinguen de otros, teniendo en cuenta que hay propiedades
inherentes que aparecen siempre asociadas al objeto, pero otras que aparecen en función de
las circunstancias en las que este objeto se mueve.
Pero si un objeto hay que observarlo de modo que tengamos una visión completa de este,
deberemos seleccionar muestras de material en las que este objeto aparezca. En un proyecto
de tema lingüístico, por ejemplo, cuando nuestro objeto de observación es, pongamos por
caso, un conector discursivo, estas muestras son fragmentos de discurso en las que este
conector aparece. El conjunto de estas muestras, que debe reunir algunas condiciones (entre
ellas la más importante es la de representatividad), solemos denominarlo corpus.
La observación de distintos ejemplares del mismo objeto permite inferir las características
comunes que comparten y las características diferentes que los separan, así como observar sus
comportamientos. Así, de constatar lo que siempre permanece, se puede llegar a formular una
o varias generalizaciones, que es uno de los primeros peldaños del trabajo científico. Y del
conjunto de generalizaciones que pueden llegar a hacerse, podemos llegar a conclusiones
sobre uno o varios aspectos del objeto. Y así, una vez más, y sucesivamente hasta llegar al
final al que deseamos llegar.
Pero el dominio de la técnica de investigación no es visible si el estudiante no domina las
reglas expresivas que permiten hacerlo visible, es decir si no sabe explicar oralmente y por
escrito su proyecto de investigación.
La lingüística aplicada a la redacción de textos especializados es una de las ramas del
estudio de la lengua que enseña cómo estructurar y describir un proyecto. Esta descripción,
aplicada al proceso investigador, constituye un género textual denominado proyecto de
investigación, que se encuadra en el ámbito de los géneros académicos.
Los géneros especializados por ámbitos de comunicación son convenciones socio-
pragmáticas que requieren ser aprendidas y que persiguen el objetivo de producir textos que,
además de ser informativos, sean estructural, cognitiva, gramatical y estilísticamente
adecuados. Sin estos cuatro tipos de condiciones, el texto de presentación de un proyecto de
investigación no podrá ser considerado de calidad. Y tan importante es la calidad de la
investigación como la calidad de su presentación.
El género de proyecto de investigación debe poseer una estructura determinada, normalmente
uniforme aunque admita algunas variantes. Debe iniciarse con la presentación del tema y su
ubicación en un ámbito del conocimiento, presentar los objetivos del trabajo, exponer el
estado de conocimiento de este, especificar los materiales y métodos y presentar los
resultados. Este esquema le da al texto adecuación estructural.
El proyecto debe ser, además, cognitivamente adecuado, en el sentido de que debe presentar
su contenido de manera precisa, y especificar muy nítidamente cuál es el objeto de trabajo y a
qué objetivos se propone llegar, siempre sobre la base del nivel de conocimiento previo al
que se haya llegado sobre el mismo tema.
El proyecto debe ser, asimismo, gramaticalmente adecuado, en el sentido de usar la lengua
de redacción de manera correcta y presentar la terminología más habitual sobre el tema y el
proceso de investigación.
Finalmente, como todo texto especializado, el texto del proyecto debe ser también
estilísticamente adecuado, de manera que la redacción respete factores como la precisión, la
concisión y la sistematicidad, al lado de la objetividad y la máxima distancia subjetiva en
relación con los datos.
La habilidad de redactar un proyecto de investigación no es una destreza que el estudiante
posea de manera natural, sino que se adquiere mediante el aprendizaje. El presente volumen se
propone enseñar al estudiante las reglas necesarias para redactar un proyecto de investigación
y lo hace de manera clara, didáctica y simple, pero al mismo tiempo estricta y rigurosa. Su
autora es una persona idónea para acompañar al estudiante por esta senda de aprendizaje, y no
solo porque ella también ha adquirido esta destreza y la ha puesto en práctica en numerosos
casos, sino porque su capacidad de reflexión sobre su propia habilidad, junto con su
competencia didáctica, ha dado pie a este libro tan útil y necesario.
Introducción

La redacción y defensa de un trabajo de fin de grado o de fin de máster (TFG y TFM,


respectivamente) supone el punto final del camino hacia la consecución de un grado
académico en cualquier ámbito especializado (derecho, medicina, economía, traducción,
biología, química, tecnología, comunicación, etc.). Este trabajo es uno de los elementos más
relevantes a la hora de obtener la calificación final del estudiante y, por lo tanto, redactarlo y
defenderlo adecuadamente es fundamental. En los diversos grados y másteres de las
universidades españolas, no se imparten suficientes asignaturas o cursos destinados a esta
cuestión y, por este motivo, muchos estudiantes se sienten perdidos y desmotivados cuando
llega el momento de elaborar su trabajo final, llegando incluso a fracasar o a obtener una nota
inferior a la esperada.
En este libro se ofrecen contenidos que ayudarán al estudiante (de cualquier ámbito y
especialidad) a tener éxito en la elaboración de un trabajo académico, principalmente de final
de grado o de máster. Estos contenidos también pueden ser útiles para estudiantes de grado
que deban realizar trabajos académicos de asignaturas y también para estudiantes de
doctorado. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que un trabajo de una asignatura no deberá
pasar por todas las etapas que aquí se mencionan, y una tesis de doctorado será mucho más
completa, extensa y compleja que los trabajos académicos que se analizan en este libro.
A partir de mi trayectoria académica, relacionada con la docencia y la investigación sobre
discurso especializado y géneros textuales, he recogido en esta obra los aspectos que
considero más relevantes para que el estudiante pueda llegar al final de su camino
adecuadamente. Además de explicar las cuestiones formales básicas para redactar este tipo de
trabajos, se detallan también las etapas que incluye su proceso de elaboración, que van desde
la selección del tema y la asignación del director, hasta la defensa oral del trabajo y su
posterior publicación.
En el primer capítulo, se ubica este tipo de trabajos en el contexto de la comunicación
especializada, y se reflexiona sobre el emisor y los receptores del trabajo académico, el
mensaje que se quiere transmitir, el canal de comunicación, los géneros textuales que se
derivan del trabajo, etc. También se exponen algunas cuestiones relevantes que el estudiante
tendría que tener en cuenta antes de empezar el trabajo, para lograr obtener el éxito
académico.
En el segundo capítulo, se detallan las diferentes etapas incluidas en el proceso de
elaboración de un trabajo académico de fin de grado o de máster. Como ya he mencionado,
este proceso comienza con la selección del tema y la asignación del director pero, a
continuación, pasa por muchas otras, como son la elaboración de un cronograma realista y
adecuado; la delimitación de los objetivos generales y/o específicos del trabajo; la revisión
crítica de la literatura; la preparación de la metodología que se utilizará; la realización del
trabajo de campo, del análisis o de los experimentos (en función del tipo de trabajo que se
realice); la obtención de resultados y conclusiones; la redacción del manuscrito final; la
defensa oral en caso de que sea un requisito para la obtención del título, y la publicación del
trabajo, si el estudiante considera pertinente realizarla (ya sea en formato libro, artículo de
revista o artículo para un congreso).
En el tercer capítulo, se ofrecen pautas y consejos para la redacción del trabajo académico,
que tienen que ver con diferentes elementos relevantes. Algunos de estos elementos son el
procesador de textos seleccionado para trabajar; el formato del trabajo; la estructura y los
contenidos prototípicos; la portada y el título; el índice; el resumen (abstract) y las palabras
clave (keywords); las tablas, las figuras y los gráficos; los anexos, y los criterios de citación
bibliográfica estándares, tanto de las citas en el texto como de las referencias bibliográficas
en la sección de bibliografía. Asimismo, se incluye un apartado que ayudará a evitar errores
lingüísticos frecuentes.
El cuarto capítulo se centra en la defensa oral del trabajo académico. Concretamente, se
tratarán varios temas, como los sistemas de creación de presentaciones, el formato de la
presentación y la estructura y los contenidos prototípicos. También en este capítulo se incluyen
algunas indicaciones para evitar errores lingüísticos frecuentes en las presentaciones orales y
consejos prácticos para el acto de la defensa.
El quinto capítulo se dedica a la publicación del trabajo académico. Como se ha dicho, el
estudiante puede decidir publicar su trabajo académico en formato libro, como un artículo de
revista o como un artículo para un congreso. Estos tres géneros textuales tienen características
diferentes que deben tenerse en cuenta si quiere adaptarse el texto de un trabajo académico de
fin de grado o de máster a cualquiera de ellos. Además, en este capítulo se ofrecen
indicaciones para seleccionar la revista o el congreso más adecuados al trabajo, y para enviar
correctamente el artículo a los editores u organizadores del congreso (desde las normas que
deben seguir los autores y las plantillas empleadas para redactar artículo, hasta las interfaces
de envíos en línea). También se explica brevemente qué son los índices de impacto de las
revistas científicas, un tema clave y polémico en la carrera académica universitaria.
Finalmente, se incluye una selección de bibliografía en la que se recogen obras relacionadas
con el tema de este libro, que pueden servir como apoyo al estudiante en determinados
aspectos.

Capítulo I
Cuestiones preliminares

Aunque este capítulo se titule «Cuestiones preliminares», el adjetivo preliminares no debe


llevar a confusión, ya que no por ser preliminares estas cuestiones son menos importantes a la
hora de realizar un trabajo académico, concretamente de fin de grado o de fin de máster. En
primer lugar, este capítulo es necesario para ubicar este tipo de trabajos en el contexto de la
comunicación especializada. En segundo lugar, en este capítulo se exponen algunas cuestiones
importantes que el estudiante tiene que tener en cuenta antes de empezar el trabajo, para lograr
obtener el éxito académico (en inglés, academic success).

1. La comunicación especializada
Como se explica en Cabré (1992, 1999), la comunicación especializada tiene ciertas
particularidades que la distinguen de la comunicación general, según los elementos del
esquema comunicativo de Jakobson (1963). Estas particularidades se refieren principalmente
a tres elementos: el emisor, el mensaje y el receptor. En primer lugar, el emisor ha de ser un
especialista del domino o ámbito especializado sobre el que trata el texto, como por ejemplo
la medicina, la economía, la lingüística, la informática, la química, el derecho, el teatro, el
medio ambiente, etc. El especialista puede serlo porque ha adquirido sus conocimientos sobre
el ámbito mediante una formación específica o porque ha desempeñado una profesión durante
un periodo temporal prolongado que avala los conocimientos que ha adquirido sobre dicho
ámbito. En el caso de un trabajo académico, el estudiante debe situarse en el lugar del
especialista como emisor. En segundo lugar, en el caso de la comunicación especializada, el
mensaje es el mismo texto especializado (ya sea oral o escrito) que se transmite. El estudiante
no debe olvidar que un trabajo académico es un producto textual que debe cumplir los
requisitos que se esperan de este tipo de textos especializados. En tercer lugar, en el contexto
de la comunicación especializada, el receptor puede ser de naturaleza diversa. Concretamente
suelen mencionarse tres tipologías de receptores posibles: otros especialistas o expertos del
ámbito especializado del que trata el texto, estudiantes o aprendices interesados en aprender
sobre dicho ámbito, o el público general o lego en la materia, que simplemente tiene un interés
puntual o esporádico sobre el ámbito, pero no tiene formación sobre él. En el caso de los
trabajos académicos, los receptores principales serán otros especialistas del mismo ámbito
(principalmente los directores del trabajo, los miembros del tribunal que lo evaluará y otros
especialistas que investiguen sobre temas afines al del trabajo), y estudiantes que se
encuentren en la fase de elaboración de su propio trabajo académico de grado o de fin de
máster y necesiten adquirir información sobre dicho tema.
La elaboración de un trabajo académico o trabajo de investigación se sitúa, pues, en el
contexto de la comunicación especializada, en la cual se transmite un conocimiento
especializado por parte del estudiante (en su rol ahora de especialista) en una situación
formal. En este contexto, el trabajo académico se materializa en varios productos textuales que
serán evaluados por un tribunal y que se corresponden con tres géneros textuales concretos
que se transmiten por canales de comunicación distintos (escrito u oral): el trabajo académico
escrito, la presentación oral para la defensa del trabajo y la presentación con diapositivas que
apoya la presentación oral de la defensa. Entendemos «género» como una forma textual
convencional reconocida socialmente, como podría ser una noticia periodística, un editorial,
una receta de cocina, un informe, una nota clínica, una ley, etc. En muchos casos, existen
géneros textuales que se corresponden con ámbitos especializados determinados. Sería el
caso, por ejemplo, de una ley en el ámbito del derecho o de una nota clínica en el ámbito de la
medicina. En cambio, los géneros «trabajo académico escrito», «presentación oral para la
defensa del trabajo académico» y «presentación escrita con diapositivas para la defensa»
trascienden el ámbito especializado, de la misma manera que lo hacen otros géneros como el
«artículo científico», la «conferencia» o la «clase magistral». En otras palabras, la principal
variación entre diferentes trabajos académicos es el ámbito en el cual se circunscriben y el
tema concreto desarrollado, pero las características globales del género en sí (sea escrito u
oral) no son variables, es decir, deben seguirse unas pautas o criterios determinados para su
elaboración. Por ejemplo, es imprescindible que la estructura de un trabajo académico incluya
unos apartados prototípicos que a su vez reflejen unos contenidos determinados, como son los
objetivos del trabajo, la metodología, los resultados, las conclusiones, etc. (este tema se trata
con detalle en el apartado 3 del capítulo 3). De todas maneras, es cierto que los trabajos
académicos que se realizan en algunos ámbitos especializados (como la medicina o la
informática, por ejemplo) pueden adquirir ciertas particularidades, como se irá observando en
los siguientes capítulos.
Como se indica en Seghezzi (2011), los textos especializados escritos y orales tienen
ciertas similitudes, pero también existen diferencias entre ellos. En el caso de los tres géneros
textuales (escrito y oral) en los que deriva un trabajo académico, estos comparten la necesidad
de planificación previa y el elevado grado de formalidad que deben reflejar. En cuanto a las
diferencias entre ambos, en el caso del género escrito «trabajo académico» existe la
posibilidad (más bien la obligatoriedad) de revisión del texto final, mientras que en el género
oral «presentación para la defensa del trabajo académico», aunque las diapositivas empleadas
para realizar la presentación sí pueden (y deben) revisarse, el texto oral se produce en tiempo
real y, por lo tanto, no hay opción de revisión. Es por este motivo que la presentación oral
debe prepararse muy bien, de cara a no cometer errores inoportunos. Asimismo, un trabajo
académico escrito implica un distanciamiento con el receptor del texto, lo cual debe traducirse
en una necesidad de claridad conceptual y en ausencia de ambigüedad, para que las
interpretaciones del lector sean las adecuadas. En cambio, en la defensa oral, existe un
contexto compartido entre el emisor (el estudiante) y el receptor (el tribunal), en el cual
incluso hay interacción entre ellos. Estas diferencias tienen implicaciones importantes que
deben tenerse en cuenta a la hora de elaborar un trabajo académico.
La figura 1 muestra de manera esquemática al emisor, el mensaje y al receptor de un trabajo
académico contextualizado en la comunicación especializada.

Figura 1. Emisor, mensaje y receptor de un trabajo académico

2. Academic success
En este apartado se exponen algunas cuestiones importantes que el estudiante debe tener en
cuenta antes de empezar el trabajo, para lograr obtener el éxito académico (en inglés,
academic success). Me referiré a cuestiones muy diversas, pero que son relevantes en el
contexto de un trabajo académico y que están relacionadas. En la figura 2 se observan de
forma visual y esquemática estas cuestiones a las que me refiero.

Figura 2. Cuestiones que el estudiante debe tener en cuenta para lograr el éxito académico

La realización de un trabajo académico de grado o de máster supone el punto final de un
proceso de formación largo. Por tanto, el estudiante suele estar cansado y, en ocasiones,
desmotivado. Habrá días en los que todo se verá positivo y el trabajo será algo creativo y
estimulante, pero, siendo realistas, también habrá otros días en los que las ganas de tirarlo
todo por la borda aflorarán, ya sea por falta de tiempo, de interés, de motivación, etc. En estos
momentos tener una autoestima elevada (en cuanto al plano académico) es fundamental. La
seguridad en las capacidades de uno mismo para desarrollar un trabajo determinado son
determinantes en este proceso. El estudiante debe estar convencido de que puede acabar su
trabajo académico y poner todos sus recursos para lograrlo. Es fundamental el esfuerzo del
estudiante durante todo el camino y la constancia de su trabajo día a día para no abandonar el
trabajo. Es importante también tener cierta estructuración mental, para poder gestionar el
tiempo adecuadamente y seguir un calendario realista y adecuado.
Sin embargo, para realizar un trabajo académico es necesario algo más que la autoestima, la
seguridad, el esfuerzo, la constancia y la estructuración: los conocimientos sobre el tema son
imprescindibles. Para adquirirlos el estudiante debe saber cómo acceder a fuentes
especializadas para obtener bibliografía adecuada sobre el tema y, posteriormente, leer dichas
referencias de manera crítica, es decir, asimilando los contenidos y siendo capaz de aplicarlos
al trabajo académico planteado. Asimismo, aunque la autoestima es necesaria en ciertos
momentos del proceso de elaboración de un trabajo académico, también es indispensable tener
cierta capacidad de autocrítica durante todo el proceso. Es normal equivocarse en algunas
cuestiones, que pueden tener que ver con el planteamiento de los objetivos, con la metodología
seguida, con la interpretación de resultados, etc. Es importante que el estudiante reconozca sus
propios errores o limitaciones, e intente ponerles remedio sin sentirse mal por ello. En este
proceso es normal que surjan infinidad de dudas. Es más, si no surgen dudas, desconfiemos.
Un trabajo académico supone, por ejemplo, plantearse un tema, unos objetivos o una
metodología, y es totalmente lógico dudar inicialmente sobre todos estos aspectos. ¿Es
pertinente el tema propuesto? ¿Los objetivos están planteados de manera correcta? ¿La
metodología diseñada es adecuada para lograr los objetivos? Estas preguntas o dudas son
necesarias en una investigación y el estudiante debe saber responderlas con un cierto grado de
madurez. De todos modos, no ha de olvidarse que en un trabajo académico es vital la
supervisión por parte de un director o tutor, quien debe ayudar al estudiante a resolver estas
dudas. Sin embargo, es cierto también que la función del director o tutor es guiar el proceso de
elaboración del trabajo académico, pero es el estudiante quien debe realizarlo y el producto
final es su responsabilidad. Otra de las funciones del director o tutor es dar un «ultimátum» al
estudiante cuando este no sea capaz de cerrar el trabajo. Ha de tenerse en cuenta que en un
trabajo de investigación siempre quedarán cuestiones que al estudiante le gustaría abordar
pero que no le es posible tratar, ya sea por falta de tiempo (siempre existe un deadline para la
entrega y defensa del trabajo académico) o por la magnitud estipulada del trabajo
(normalmente la extensión máxima exigida por la institución académica no debe superar un
cierto número de páginas).
Asimismo, con respecto al planteamiento del trabajo académico, deben tenerse en cuenta dos
cuestiones fundamentales: la innovación y la creatividad. Un trabajo académico debe ser
innovador, en el sentido de que debe tratar un tema nuevo o, al menos, algún aspecto nuevo de
un tema ya tratado previamente. Este aspecto innovador puede referirse, por ejemplo, a un
objetivo diferente, a una nueva metodología propuesta o a un nuevo marco teórico empleado
para alcanzar un objetivo determinado. Además, el estudiante no debe tener miedo de ser
creativo, tanto en el planteamiento del trabajo como en su propia realización. La creatividad
siempre está bien valorada por un tribunal y aporta un valor añadido al trabajo.
En relación con el contenido del trabajo académico, si anteriormente me refería a la
estructuración mental para poder gestionar el tiempo adecuadamente, ahora retomo el término,
pero en esta ocasión para referirme a la estructuración que debe reflejarse en el trabajo
académico en sí. El trabajo debe estar correctamente organizado y dividido en apartados
coherentes que sigan la estructura prototípica de este tipo de trabajos. Además, otra de las
características indispensables en un trabajo académico es la claridad. El estudiante no ha de
olvidar que el lector debe entender fácilmente todos los contenidos del texto y, para ello, este
debe estar redactado de una manera concisa, precisa, clara, etc., es decir, siguiendo las
características generales que deben mantener los textos especializados.
Finalmente, una cuestión imprescindible para que la investigación llegue a buen puerto es el
sentimiento que el estudiante le pone a su trabajo académico. Puede parecer un tópico, pero
la realidad es que, cuando un estudiante está motivado y contento con el tema de su trabajo,
obtiene mejores resultados. Estoy segura de que, con ilusión por la investigación y con la
lectura de los siguientes capítulos, cualquier estudiante logrará obtener el éxito académico.
Capítulo II
Las etapas del proceso de elaboración del trabajo académico

En este capítulo se explican las diversas etapas que supone el proceso de elaboración de un
trabajo académico de fin de grado o de máster. Estas etapas están relacionadas con diferentes
elementos, como son: el tema y el director; el cronograma; los objetivos; la revisión de la
literatura; la metodología; el trabajo de campo, el análisis o los experimentos; los resultados y
las conclusiones; el manuscrito final; la defensa oral, y la publicación. A continuación se
tratará cada una de las etapas por separado.

1. Selección del tema y asignación del director


La primera cuestión relevante sobre la que el estudiante debe reflexionar antes de comenzar
su investigación es la ubicación de su trabajo en un ámbito y subámbito concretos. Por
ejemplo, un estudiante del grado de Medicina tendrá claro que su ámbito es la medicina, pero
deberá seleccionar un subámbito específico, como podría ser la medicina clínica o la
oncología. Un estudiante del grado de Lenguas Aplicadas podría seleccionar como ámbito
general la lingüística y como subámbito la lingüística computacional o la lexicografía. Una vez
el estudiante ha ubicado su investigación, debe seleccionar un tema concreto sobre el que
trabajar. En el caso de un estudiante que ha seleccionado la medicina como ámbito y la
medicina clínica como subámbito, un posible tema sería la hipertensión; en el caso de un
estudiante que ha seleccionado la lingüística como ámbito y la lingüística computacional como
subámbito, un posible tema sería la traducción automática. Así, la elección del ámbito, del
subámbito y del tema debe realizarse desde lo más general a lo más específico.
La selección del tema y la asignación del director son cuestiones que dependen de cada
institución académica. Generalmente, existen dos vías. Por un lado, el estudiante puede tener
previamente un tema muy claro y definido sobre el que quiere realizar su trabajo. En este caso,
ha de encontrar o solicitar a los responsables de su programa académico un profesor
responsable, tutor o director (el término depende de la institución académica pero, en todo
caso, se refiere a la figura del profesor o investigador responsable del trabajo académico del
estudiante; a partir de ahora, por una cuestión de economía lingüística, se utilizará el término
director). Idealmente, el director asignado debería ser especialista en el tema propuesto por el
estudiante o, al menos, en temas afines a este. Por otro lado, quizás el estudiante no tiene en
mente un tema concreto sobre el cual investigar (aunque sí tenga claro el ámbito y el
subámbito donde ubicar su trabajo). En este caso, los directores disponibles en el programa
académico correspondiente suelen ofrecer una lista de temas posibles que se adecuan a sus
líneas de investigación o proyectos en curso. Una buena estrategia es consultar las páginas
web de estos profesores para conocer sus líneas de investigación, sus proyectos de
investigación pasados y en curso, los temas de los trabajos académicos de sus estudiantes (de
grado, de máster o de doctorado), etc. Una vez revisadas las diferentes páginas web, se
recomienda al estudiante concertar citas personales con los profesores que investigan sobre
temas que le resulten interesantes, para tener una idea de las diferentes posibilidades
existentes. En general, cuanta más información previa se obtenga antes de decidir el tema del
trabajo, más sencilla resultará la elección final, que por supuesto debe consensuarse con el
director escogido. Como ya apuntaba en el capítulo anterior, el tema del trabajo debe ser
innovador e interesante, y debe motivar tanto al estudiante como al director.
En algunas instituciones se permite contar con la figura del codirector. Este puede ser un
investigador vinculado a la misma institución a la cual está adscrito el trabajo académico o
puede ser un investigador de otra institución nacional o internacional. La figura del codirector
es más habitual en las tesis de doctorado y no tanto en los trabajos académicos de fin de grado
o de máster. No obstante, puede ser que alguna institución permita contar con el apoyo de esta
figura en caso de ser necesaria por cuestiones académicas. Normalmente, la motivación de una
codirección se deriva de trabajos interdisciplinares que requieren el conocimiento de
especialistas en dos ámbitos diferentes. Por ejemplo, si un estudiante realiza un trabajo sobre
lingüística computacional, quizás necesite la supervisión de un especialista en lingüística y de
un especialista en informática; si el trabajo plantea un estudio estadístico en el ámbito médico,
quizás necesite un especialista en estadística y un especialista en medicina.

2. Elaboración del cronograma


Ya se avanzaba en el capítulo anterior que el estudiante debe tener cierta estructuración
mental, para poder gestionar el tiempo adecuadamente, y seguir un calendario realista y
adecuado. Para ello, resulta muy útil elaborar un calendario que incluya las diferentes tareas
que se prevén realizar durante el proceso de elaboración del trabajo académico.
Un recurso muy habitual empleado en la gestión de trabajos, orientado a esta necesidad, es el
diagrama de Gantt. Este tipo de diagrama consta de dos ejes. Por un lado, consta de un eje
vertical, que debe reflejar las diferentes tareas y actividades que constituyen el trabajo que se
va a realizar. Por otro lado, consta de un eje horizontal, que debe incluir una previsión
estimada del tiempo que transcurrirá entre la fecha de inicio del trabajo y la fecha de su
defensa. Esta previsión puede realizarse en semanas, meses, trimestres, cuatrimestres,
semestres, etc., siempre dependiendo de las necesidades del proyecto y del espacio temporal
total del que se disponga. En el caso de un trabajo académico de grado o de fin de máster, lo
más habitual es realizar la previsión en meses. Cada tarea y actividad debe asociarse con un
período concreto dentro de esta estimación temporal.
Para que un diagrama de Gantt sea efectivo, es muy importante saber detallar las diferentes
tareas y actividades de una manera coherente y realista. En un trabajo académico, las tareas
suelen corresponderse con las diferentes fases y subfases de la metodología propuesta para el
trabajo. Algunos ejemplos serían la revisión de la bibliografía, el trabajo de campo (por
ejemplo, a través de la realización de encuestas), el análisis estadístico, etc. Las actividades
tendrían que ver más con cuestiones complementarias que pueden desarrollarse durante el
proceso de elaboración del trabajo, como la asistencia a congresos, seminarios u otros
eventos científicos; la redacción del manuscrito final de la tesis; la preparación de las
diapositivas para la defensa oral; la redacción de artículos científicos o de divulgación
derivados del trabajo académico, etc. En una situación ideal, el estudiante debería ceñirse a
este calendario, que él mismo debe proponer pero que debe ser validado por el director del
trabajo, quien seguramente cuenta con una amplia experiencia en este tipo de estimaciones
temporales y que, por tanto, puede corroborar la adecuación inicial de la propuesta. De todas
maneras, también es cierto que pocas veces el estudiante logra ceñirse totalmente al plan
inicial, por diferentes motivos, como cambios no previstos en los objetivos o en la
metodología, dificultades en el análisis o en el trabajo de campo, cuestiones personales, etc.
En este caso, es importante no bloquearse, ser realista y realizar los ajustes oportunos en el
diagrama de Gannt, siempre de manera consensuada con el director.
Las figuras 3, 4 y 5 muestran ejemplos de diagramas de Gantt extraídos de proyectos de
investigación de tesis doctorales de diferentes ámbitos presentados en universidades
españolas. El diagrama de Gantt realizado para la organización del plan de un trabajo de final
de grado o de máster no será tan completo y detallado como los aquí ofrecidos, ya que su
magnitud no es comparable a la de una tesis doctoral. Sin embargo, constituyen ejemplos
representativos que pueden ayudar al estudiante a hacerse una idea preliminar.

Figura 3. Ejemplo de diagrama de Gantt extraído de un proyecto de tesis en el ámbito de la administración y la dirección de
empresas (Cano, 2009)

Figura 4. Ejemplo de diagrama de Gantt extraído de un proyecto de tesis en el ámbito de la lingüística aplicada (Montané, 2007;
se ha traducido el contenido original en catalán al castellano)
2007

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Ampliación del corpus textual

Establecimiento del corpus terminológico (casos normalizados)

Análisis de casos normalizados (factores de implantación)

Implementación de la base de datos

2008

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Establecimiento del grado de implantación de los casos normalizados

Análisis estadístico de los datos

Análisis cualitativo y cuantitativo de resultados

Propuesta de una metodología de seguimiento de la implantación terminológica

2009

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Redacción de la tesis doctoral


Defensa de la tesis doctoral

Figura 5. Ejemplo de diagrama de Gantt extraído de un proyecto de tesis en el ámbito de la tecnología de la arquitectura, la
edificación y el urbanismo (Genís, 2012)

3. Delimitación de los objetivos


Una de las etapas iniciales más relevantes en el proceso de elaboración de un trabajo
académico es la delimitación de los objetivos, que deben ser originales y novedosos. Es muy
importante comprobar exhaustivamente que ningún trabajo de investigación previo se haya
fijado antes los mismos objetivos. Por ello, la etapa de revisión de la literatura, explicada en
el apartado 4 del capítulo 2, es clave. Después de esta revisión bibliográfica, quizás el
estudiante se planteará modificar los objetivos ligeramente o, directamente, replanteárselos en
su totalidad. Esta situación ocurre con mucha frecuencia y es habitual en el mundo de la
investigación. En este caso, el estudiante debe exponer claramente la información a su
director, para entre los dos tomar una decisión sobre la reformulación de los objetivos.
Los objetivos pueden dividirse en generales y específicos. Esta diferenciación no siempre
se realiza y dependerá del tipo de trabajo. También pueden incluirse únicamente varios
objetivos generales. Es el estudiante quien debe decidir si esta división es pertinente en su
trabajo académico, siempre de manera consensuada con su director.
La redacción de los objetivos (tanto generales como específicos) no es un tema trivial, pues
debe lograrse que sean precisos, concisos y reflejen realmente los objetivos del trabajo, y no,
por ejemplo, alguna de las fases de la metodología (lo cual es un error frecuente). Una
elección adecuada de los verbos iniciales que incluyen los objetivos es también fundamental,
así como también lo son las unidades terminológicas seleccionadas. Dada la relevancia de
este tema, el apartado 3.2 del capítulo 3 se dedica íntegramente a la redacción de los
objetivos: se ofrecen pautas para su redacción y ejemplos ilustrativos extraídos de trabajos
académicos.
En las tesis de doctorado, además de delimitarse los objetivos, habitualmente se incluyen
unas hipótesis que suelen estar ligadas a los objetivos. Es decir, el estudiante debe plantearse
unas hipótesis de partida y, para validarlas, fijarse unos objetivos concretos. Hay trabajos de
carácter aplicado o tecnológico que no tienen por qué incluir hipótesis, y, en cambio, existen
otros trabajos de carácter más teórico en los que la inclusión de hipótesis es fundamental. En
el caso de un trabajo académico de final de grado o de máster, no es estrictamente necesario
incluir hipótesis (aunque, si son realmente pertinentes y se explicitan, el trabajo queda más
completo), pero, en cualquier caso, los objetivos sí son obligatorios.

4. Revisión de la literatura
La etapa de la revisión de la literatura en un trabajo académico es clave y sirve para cubrir
dos necesidades importantes del trabajo. Por un lado, como ya se apuntaba en el apartado 3
del capítulo 2, es necesaria para realizar el estado de la cuestión del trabajo y, por otro, si el
trabajo requiere un marco teórico para llevarse a cabo, esta será la etapa en la que se
encontrará.
En relación con el estado de la cuestión, la revisión de las referencias bibliográficas
relacionadas directamente con el tema del trabajo académico es fundamental para no repetir el
trabajo ya realizado por otros. Si el estudiante no lleva a cabo esta revisión bibliográfica de
manera adecuada y exhaustiva, puede darse cuenta al final del proceso de elaboración de su
trabajo de que su propuesta no es original y de que la investigación realizada ya había sido
llevada a cabo (total o parcialmente) por otros investigadores. El estudiante también puede
encontrarse en la (desagradable) situación de que sea el propio tribunal que evalúa el trabajo
el que le haga darse cuenta de ello el día de la defensa oral. Así pues, esta etapa es útil para
validar la adecuación de los objetivos planteados en el trabajo académico.
Asimismo, esta revisión bibliográfica sirve para detectar vacíos en el conocimiento. Quizás
el estudiante tiene claros el ámbito, el subámbito y el tema de su trabajo académico, pero no
acaba de ser capaz de delimitar claramente los objetivos de su investigación. Mediante una
revisión y lectura exhaustiva de la bibliografía existente relacionada con el tema propuesto, el
estudiante puede obtener información muy valiosa sobre las cuestiones que podría abordar y
que supondrían un avance en el conocimiento de un determinado ámbito. En otras palabras,
esta etapa es útil no solo para validar la adecuación de los objetivos sino también para
delimitar dichos objetivos.
Para realizar una revisión de la literatura de manera adecuada, en primer lugar, el estudiante
debe buscar las referencias bibliográficas que estén directamente relacionadas con el tema de
su trabajo académico. Estas referencias deben ser textos especializados que se correspondan
con diferentes géneros textuales, como tesis doctorales, artículos científicos de revistas
especializadas, artículos científicos publicados en actas de congresos, libros o capítulos de
libros sobre el tema en cuestión, etc.
Para encontrar estas referencias, el estudiante puede acudir a diferentes fuentes. Algunas
fuentes de información muy útiles son:
• El buscador en línea Google Académico,1 que permite recuperar textos especializados
de cualquier ámbito y género textual, a partir de búsquedas avanzadas en las que pueden
utilizarse diversos parámetros. La figura 6 muestra la interfaz de búsqueda de este buscador
especializado.

Figura 6. Captura de pantalla del sistema de búsqueda avanzada del buscador Google Académico

• Las páginas web de las bibliotecas de las diferentes universidades nacionales e
internacionales. Para acceder a los documentos de estas bibliotecas, suele ser necesario
contar con un usuario y una clave de acceso. Por tanto, se recomienda al estudiante consultar
la biblioteca de la universidad en la que tiene adscrito su trabajo académico. Si en la
biblioteca no se encuentra un documento concreto, siempre puede solicitarse a otra
biblioteca a través del préstamo interbibliotecario. Un ejemplo es la Biblioteca Virtual de la
Universitat Oberta de Catalunya (UOC),2 que contiene múltiples recursos y servicios, y
además cuenta con un sistema de búsqueda avanzada de documentos (figura 7) que permite al
usuario buscar textos a partir de diferentes parámetros de búsqueda combinados.

Figura 7. Captura de pantalla del sistema de búsqueda avanzada de documentos de la Biblioteca Virtual de la UOC

• Repositorios institucionales de universidades nacionales e internacionales, que incluyen
trabajos académicos de otros estudiantes (trabajos de asignaturas, trabajos de final de grado
o de máster, proyectos de tesis doctoral, etc.), que normalmente no se encuentran en otros
medios. Dos ejemplos son el e-Repositori de la Universitat Pompeu Fabra (UPF),3 que
incluye trabajos de fin de grado, de máster y de algunas asignaturas, realizados por
estudiantes de esta universidad (figura 8), y el Portal de Trabajos académicos Universitat
Politècnica de Catalunya (UPC),4 que contiene trabajos académicos finales (proyectos y
trabajos de final de carrera, tesinas, etc.) elaborados por estudiantes de esta universidad
(figura 9).

Figura 8. Captura de pantalla de la página web del e-Repositori de la UPF


Figura 9. Captura de pantalla de la página web del Portal de Trabajos académicos UPC


• Repositorios cooperativos. Dos ejemplos representativos son Tesis Doctorales en Red,5
que incluye tesis doctorales en formato digital leídas en diferentes universidades españolas
(figura 10), y RECERCAT (Dipòsit de la Recerca de Catalunya),6 que incluye diferentes
documentos generados en universidades y centros de investigación de Cataluña, como
artículos, trabajos de investigación, trabajos de fin de máster, proyectos de fin de carrera,
ponencias de congresos, informes, documentos de trabajo, etc. (figura 11).

Figura 10. Captura de pantalla de la página web del repositorio cooperativo Tesis Doctorales en Red

Figura 11. Captura de pantalla de la página web del repositorio cooperativo RECERCAT

Para buscar referencias bibliográficas en estos recursos en línea, es necesario realizar
búsquedas a través de palabras clave (keywords). Estas palabras clave suelen corresponderse
con las unidades terminológicas más representativas del tema tratado en el trabajo académico.
En el marco de la Teoría Comunicativa de la Terminología (TCT) formulada por M. Teresa
Cabré (Cabré, 1999), se explica que las unidades terminológicas o términos son unidades
léxicas que activan un sentido preciso en un contexto especializado determinado. Son unidades
que vehiculan el conocimiento especializado en un determinado ámbito y, por tanto, son
especialmente útiles para realizar búsquedas bibliográficas. Los términos pueden ser
monoléxicos (si incluyen una única unidad léxica, como por ejemplo «cáncer») o poliléxicos
(si contienen más de una unidad léxica, como por ejemplo «cáncer de mama» o «cáncer
cerebral»). La tabla 1 incluye algunos ejemplos de términos que son a su vez palabras clave
extraídas de trabajos académicos de diferentes ámbitos.

Tabla 1. Ejemplos de palabras clave extraídas de trabajos académicos de diferentes ámbitos


Palabra clave
Ámbito Fuente
Término monoléxico Término poliléxico

gestión de recursos
clúster Informática Ferreira (2010)
planificación del trabajo aplicaciones bioinformáticas

iPad dispositivos móviles


maquetación periodismo en tabletas Periodismo Lisboa (2011)
CSS satisfacción del cliente
CzSS satisfacción ciudadana
marketing político Publicidad y relaciones públicas Busquets (2008)
comunicación
Perú investigación de mercados
administración pública

Mediterráneo
sanciones
Egipto Política Europea de Vecindad Política Boneta (2011)
Túnez
Libia

tipología estructural
edificación
asientos diferenciales
sensibilidad Arquitectura Chirino (2011)
daño estructural
clustering
análisis estadístico

relativismo
psicología humanista
virtud Psicología Franco (2010)
Carl Rogers
persona


En el trabajo académico escrito, las palabras clave deben incluirse junto al resumen del
trabajo. En el apartado 6 del capítulo 3 se trata este tema con detalle y se ofrecen recursos
para seleccionar adecuadamente las palabras clave, además de ejemplos ilustrativos.
En segundo lugar, una vez seleccionadas las referencias bibliográficas, el estudiante debe
realizar una lectura crítica de estas. Es decir, además de entender el contenido del texto, debe
tener la madurez necesaria para poder detectar los puntos positivos y «aprovechables» de los
trabajos revisados en relación con los objetivos de su trabajo académico. Asimismo, debe ser
capaz de detectar las limitaciones o problemáticas de los trabajos analizados.
Con respecto al número de referencias que se deben tratar para realizar un estado de la
cuestión adecuado, es difícil ofrecer cifras concretas, pues depende de cada trabajo. Sin
embargo, podría decirse que, en el caso de un trabajo académico de final de grado o de
máster, el número de referencias analizadas estaría entre diez y veinte. Lo importante no es
leer y referenciar una gran cantidad de publicaciones, sino saber elegirlas muy bien (siempre
en relación con el tema del trabajo) y saber analizarlas de manera crítica.
El producto final de esta etapa es el capítulo «Estado de la cuestión» que todo trabajo
académico debe incluir. En este capítulo debe reflejarse toda la información recabada durante
esta etapa, siempre teniendo en cuenta que un estado de la cuestión no puede limitarse
simplemente a resumir las referencias leídas, sino que debe incluir un análisis crítico de estas.
Una manera de hacerlo es redactar un resumen de los contenidos principales de cada una de
las lecturas realizadas (los objetivos propuestos, la metodología aplicada, los resultados
obtenidos, etc.), junto con una valoración tanto de los logros más relevantes de cada una como
de las principales limitaciones detectadas. Es igualmente importante relacionar el contenido
de cada lectura con el trabajo académico que se plantea.
En el blog divulgativo del especialista en comunicación de la UPF Lluís Codina (Codina,
2015), titulado Información y Documentación. Análisis y Métodos, se incluye una entrada
muy interesante que ofrece información sobre el papel que tienen los estados de la cuestión a
la hora de convertir una buena tesis en una tesis excelente. Aunque está dirigido
principalmente a las tesis de doctorado, mucha de la información en él recogida podría
aplicarse a otros tipos de trabajos académicos, como un trabajo de fin de grado o de máster.
En este blog también se ofrecen algunas referencias bibliográficas útiles de trabajos que se
han realizado en los últimos años sobre la elaboración de estados de la cuestión. Recomiendo
al estudiante que desee profundizar sobre este tema la lectura de las siguientes referencias:
Oliver (2012) y Ridley (2012), que son, respectivamente, un manual y una guía muy completos
sobre la revisión bibliográfica en los trabajos de académicos, dirigidos específicamente a
estudiantes. Para estudiantes que deseen indagar incluso más sobre esta cuestión, sugiero la
lectura de Boote y Belle (2009), Booth, Papaioannou y Sutton (2013), Fink (2013) y Gray
(2009).
En cuanto al marco teórico, en esta etapa debe realizarse una revisión bibliográfica
exhaustiva que permita al estudiante decidir cuáles serán las bases teóricas (teorías, modelos,
paradigmas, etc.) en las que sustentar su trabajo académico. Es imprescindible que el
estudiante justifique adecuadamente la elección del marco teórico poniéndolo en relación con
el trabajo que está desarrollando.
No todos los trabajos académicos utilizan un marco teórico determinado, sino que debe
tenerse en cuenta el ámbito especializado en el que se enmarca la investigación. Por ejemplo,
en ámbitos tecnológicos no es indispensable contar con un marco teórico, mientras que en
ámbitos humanísticos suele ser habitual. El hecho de emplear un marco teórico también
depende de si el trabajo académico que se plantea es de índole más aplicada (y, en este caso,
quizás no es necesario seguir un marco teórico concreto) o de índole más teórica.
Veamos algunos ejemplos de fragmentos de trabajos académicos de diferentes ámbitos en los
que se menciona expresamente el marco teórico del que parten, ya sea para tomarlo como base
o para realizar una crítica de este:
Esta tesis tiene por objeto analizar el tratamiento de la Teoría de la Relatividad en la ciencia española, en concreto por los
físicos, matemáticos y astrónomos.
(Ejemplo extraído de una tesis doctoral del ámbito de la física: Soler, 2009).

Las definiciones de competencia propuestas se nutren de las teorías de la Psicología Industrial (o Psicología del Trabajo
[...]), una rama de la disciplina psicológica especializada en estudiar el comportamiento de las personas en el entorno laboral.
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la traducción: Kuznik, 2007).

Adoptamos los postulados teóricos y aplicados de la Teoría Comunicativa de la Terminología (Cabré 1999, 2003 y 2008),
que defiende la naturaleza lingüística de los términos, la triple vertiente cognitiva, comunicativa y lingüística de la terminología
y la existencia de variación.
(Ejemplo extraído de una tesis doctoral del ámbito de la lingüística aplicada: Fernández, 2010).

La Psicología Humanista y la teoría de Carl Rogers [...]. En los puntos que a continuación se exponen, pretendemos
realizar un análisis del relativismo psicológico que se esconde tras las propuestas de Rogers, particularmente por lo que se
refiere a su valoración negativa de la educación moral, especialmente en la familia.
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la psicología: Franco, 2010).
5. Preparación de la metodología
La preparación de la metodología es una etapa fundamental en el proceso de elaboración de
un trabajo académico. La metodología debe incluir los pasos, etapas o fases que se seguirán en
el trabajo para alcanzar los objetivos propuestos y validar (en su caso) las hipótesis
planteadas. La metodología debe aportar también las técnicas, los métodos, las estrategias, las
medidas, las herramientas, los recursos, etc., empleados en el trabajo. Estos, por supuesto,
variarán en función del ámbito especializado en el que se enmarque el trabajo académico.
El estudiante puede tomar una metodología existente, aplicada previamente en otros trabajos
similares del ámbito, y emplearla en su trabajo, o bien puede plantear una metodología nueva
adaptada específicamente a su trabajo. En cualquiera de los dos casos, es necesario explicarla
con detalle para que pueda ser replicable, es decir, para que cualquier investigador pueda
aplicarla en trabajos futuros si lo necesita.
Veamos algunos ejemplos de fragmentos de trabajos académicos de distintos ámbitos, en los
que se explica parte de su metodología. En el siguiente trabajo de final de carrera se emplea
como recurso el CzSS (Citizen Satisfaction Survey) para aplicarlo al marketing político:
[…] Para realizar un CzSS se pueden seguir las directrices trazadas en los estudios de CSS. Primero debemos definir el
universo de estudio y el tipo de información que se desea obtener. Se incluirán todos aquellos aspectos de interés general que
afecten a la vida política y social, como por ejemplo: seguridad, vivienda o economía. Los aspectos a analizar, llamados
factores fidelizantes en los estudios de CSS, serán tanto aspectos generales de interés ciudadano como aspectos específicos
para cada población particular. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la publicidad: Busquets, 2008).
A continuación se muestra un fragmento de un trabajo de fin de máster en el que se explica
con detalle la metodología para calcular el impacto ambiental de diferentes tipologías de
viviendas:
[…] El cálculo del impacto ambiental en emisiones de CO2 equivalente se dará mediante la suma de los impactos ambientales
asociados a la construcción, al uso y a la movilidad de cada conjunto de viviendas de interés social seleccionadas. Cada uno
de estos impactos tendrá lugar con una multiplicación sencilla de los consumos anuales por sus respectivos factores de
emisión de CO2 equivalente.

Para el cálculo del impacto ambiental asociado a la construcción se deberá hacer una multiplicación sencilla de las cantidades
de materiales, en Kg, utilizados en la fase inicial de construcción de las viviendas y de las infraestructuras y en la fase de
mantenimiento, en las reformas, por los correspondientes factores de emisión de CO2 equivalente de cada material, en
KgCO2eq/Kg. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de la arquitectura: Martins, 2011).

Finalmente, en el siguiente ejemplo, se detallan y justifican los recursos tecnológicos


empleados para desarrollar e implementar geoservicios en un parque natural, en el marco de
un proyecto de fin de máster:
[…] La solución tomada para el sistema gestor de la base de datos ha sido el software de PostgreSQL y su extensión
espacial PostGIS porque, a pesar de que MySQL era el entorno más conocido por los técnicos del parque, se ha considerado
que era la solución que añadía mejores funcionalidades y sobre todo porque es accesible desde un mayor número de
programas SIG gratuitos […].
La solución tomada para el servidor de mapas ha sido el software de GeoServer, porque a pesar de que también la otra
alternativa, MapServer, era el entorno más conocido por los técnicos del parque ha sido definitiva la interfaz gráfica que
ofrece Geoserver para la carga, administración y actualización de los datos, lo cual facilita enormemente estas tareas y sobre
todo ahorra una cantidad importante de tiempo y esfuerzo puesto que en el caso de MapServer dichas tareas se han de
realizar mediante programación […].
(Ejemplo extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de la geografía: Salas, 2013).
Para realizar el trabajo, puede optarse por una metodología cuantitativa, una metodología
cualitativa o una combinación de ambas. La metodología cuantitativa permite analizar los
datos de manera numérica y está relacionada con el ámbito de la estadística. En este tipo de
investigación se recogen y analizan datos cuantitativos sobre variables concretas, que se
relacionan entre sí, con el objetivo de generalizar y objetivar los resultados por medio de una
muestra representativa, a partir de la cual se puedan realizar inferencias a una población
global. En cambio, en la investigación cualitativa no se realiza una cuantificación, sino una
descripción de los fenómenos estudiados a través de diferentes estrategias o técnicas, como
podrían ser la observación o las entrevistas. En palabras de Hurtado (2001, pág. 175),
basadas en Noguerol (1998):
Los métodos de investigación pueden ser cualitativos y cuantitativos. Los métodos cualitativos se centran en la cualidad
(naturaleza, esencia, interpretación), su objetivo es la comprensión, la descripción y el descubrimiento (siendo generadores de
hipótesis) y el investigador efectúa análisis inductivos. El centro de interés de los métodos cuantitativos es la cantidad (cuánto,
cuántos), su objetivo es la predicción, el control, la descripción, la confirmación y la comprobación de hipótesis, y se utilizan
análisis deductivos mediante métodos estadísticos.

Los métodos cuantitativos y cualitativos pueden ser complementarios en una investigación.


De hecho, esta combinación se da con mucha frecuencia hoy en día. Para elegir un tipo de
metodología, también debe tenerse en cuenta el ámbito especializado en el cual se enmarca el
trabajo. Hay ámbitos que tradicionalmente emplean en mayor medida métodos cuantitativos
(como la ingeniería o las matemáticas) y otros que utilizan métodos cualitativos (como la
sociología o el derecho). También hay ámbitos que habitualmente combinan ambos métodos.
Por ejemplo, dentro del ámbito de la lingüística, en los subámbitos de la lingüística
computacional o de la lingüística forense, los investigadores suelen aplicar ambos métodos en
sus trabajos.
Para el estudiante interesado en profundizar en los métodos cualitativos y cuantitativos en
investigación en general, recomiendo la lectura de Cook y Reichardt (2005). En este libro se
ofrece un panorama muy completo de estos dos tipos de métodos, con el objetivo de buscar su
complementariedad, ya que, como se ha mencionado, este es el punto de vista más actual hoy
en día.
Para saber más sobre las diferencias y similitudes entre ambos métodos en algunos ámbitos
especializados concretos, sugiero la lectura de las siguientes referencias, por orden
cronológico: el trabajo clásico de Alvira (1983) en el ámbito de la sociología; Calero (2000)
en el ámbito de las ciencias sociales aplicadas a la salud; Silvia (2005) en el ámbito de la
enseñanza de lenguas; González y Ruiz (2011) en el ámbito de las ciencias de la salud, y Rojo
(2013) en el ámbito de la traducción. Este último trabajo está específicamente dirigido a
estudiantes que estén realizando un trabajo de fin de grado, un trabajo de fin de máster o una
tesis doctoral en el ámbito de la traducción, ya que aporta herramientas metodológicas tanto
cualitativas como cuantitativas específicas de este campo. Concretamente, en el capítulo 2 la
autora explica diferentes tipos de modelos cualitativos, para investigaciones cuyo objeto de
estudio sea de tipo teórico, teórico con aplicaciones prácticas, didáctico o profesional. En los
capítulos 3 y 4, en cambio, propone diversos modelos cuantitativos para realizar
investigaciones traductológicas empíricas o descriptivas, basadas por ejemplo en corpus,
encuestas y/o experimentos.
Una vez decidida la metodología empleada en el trabajo, es muy útil elaborar una figura o
esquema para ilustrarla, tanto para ayudar al estudiante a interiorizarla como para ayudar al
lector a entenderla. Veamos algunos ejemplos. En la tabla 2 se incluye una tabla extraída de un
trabajo de fin de grado en el ámbito de la traducción, en donde se expone una metodología que
previamente había sido propuesta por otros autores. La figura muestra concretamente «la
organización en fases del procedimiento para identificar las competencias, adaptada del
método de Spencer, McClelland y Spencer (1994) a la Traductología por Rothe-Neves (2005:
95)». Esta metodología incluye seis etapas.

Tabla 2. Tabla que muestra una metodología existente (ejemplo extraído de Kuznik, 2007; se ha realizado la traducción del
contenido de la tabla al castellano, que originalmente estaba en portugués)
Procedimientos para estudios de identificación de competencias

• Datos brutos: medidas de productividad


• Trabajos realizados: credenciales, indicaciones, publicaciones, etc.
DEFINIR criterios de efectividad del
1. • Evaluación por pares
desempeño
• Evaluación por funcionarios
• Evaluación por clientes
• Profesionales por encima de la media
2. IDENTIFICAR las muestras de criterio
• Profesionales en la media

• Entrevistas de eventos comportamentales (BEI)


• Paneles de especialistas
3. RECOPILAR datos • Cuestionarios
• Observación
• Otros
• Elementos del trabajo que debe hacerse
4. IDENTIFICAR tareas y requisitos • Características de la persona que hace bien el trabajo: «modelo de
competencia»
5. VALIDAR el modelo de competencia • Repetir el paso 3 en una segunda muestra

• Selección
• Entrenamiento
6. APLICAR la profesión
• Desarrollo
• Evaluación

En cambio, en la figura 12 se incluye una figura que muestra una nueva metodología
propuesta en un trabajo de investigación, para definir funciones profesionales en el ámbito de
los servicios de la salud. Esta metodología incluye tres etapas.

Figura 12. Figura que muestra una metodología nueva (ejemplo extraído de Torres, 2008)

También puede darse el caso de que el estudiante se base en una metodología existente, pero
que realice ciertas modificaciones en función de sus objetivos. Por ejemplo, en la figura 13,
extraída de un artículo de revista científica derivado de una tesis doctoral en el ámbito del
urbanismo, los autores reflejan el proceso metodológico que emplean para el desarrollo
práctico de la calidad visual del paisaje urbano, dividido en cuatro fases. Con respecto a la
autoría de la metodología, especifican la siguiente información: «Fuente: Elaboración propia a
partir de Steiner, 2008, p.11».

Figura 13. Figura que muestra una metodología adaptada en un trabajo de investigación (ejemplo extraído de Briceno,
Contreras y Owen, 2012)

6. Realización del trabajo de campo, análisis o experimentos


Una vez establecida la metodología de trabajo, llega el momento de realizar el trabajo en sí,
ya sea por medio de trabajo de campo, de análisis y/o de experimentos, en función de los
objetivos del trabajo académico y del ámbito especializado en el cual se enmarque. Esta es
una de las etapas más largas, tediosas y a la vez apasionantes en el proceso de elaboración de
un trabajo académico, ya que sin ella no podrían obtenerse los resultados de los cuales se
derivarán las aportaciones y conclusiones del trabajo. Es importante describir y explicar
detalladamente el trabajo de campo, los análisis y/o los experimentos realizados en el trabajo
académico, incluyendo incluso las dificultades encontradas en el proceso.
Veamos algunos ejemplos de fragmentos de trabajos académicos de distintos ámbitos en los
que se explica el trabajo de campo, el análisis o los experimentos realizados,
respectivamente:
[…] La cuarta fase es la que comprende la realización del estudio, el trabajo de campo. Se realiza a partir de un estudio
aleatorio, estratificado mediante un muestreo estratificado polietápico con rutas aleatorias, por entrevista personal mediante
entrevistadores formados para la ocasión. Las características del estudio serán: universo, muestra, margen de error […] y,
por último, la tabulación y análisis de la información. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo final de carrera del ámbito de la publicidad: Busquets, 2008).

[…] Los casos de estudio anteriormente presentados pretenden ejemplificar parámetros y conceptos lumínicos aplicados a
cada plan de iluminación. A continuación señalaremos los elementos urbanos intervenidos en cada caso y analizaremos los
sistemas de iluminación empleados y sus características, con el objetivo de determinar los principales elementos que son
consistentes en el desarrollo de los planes de luz de los cuatro casos de estudio y las estrategias planteadas en cada caso de
acuerdo a la intención de diseño. […]
(Ejemplo extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de la arquitectura: Santana, 2014).

[…] Hemos realizado la prueba sobre las 946 variantes validadas y los 13.936 contextos del corpus. A fin de garantizar la
fiabilidad del resultado hemos replicado el experimento 100 veces, ordenando cada vez los registros de forma aleatoria y
aplicando el test binomial para medir el efecto de la casualidad. […]
(Ejemplo extraído de una tesis doctoral del ámbito de la lingüística aplicada: Fernández, 2010).

7. Obtención de resultados y conclusiones


Una vez finalizado el trabajo de campo, los análisis y/o los experimentos, llega el momento
de obtener los resultados definitivos y extraer las conclusiones derivadas de estos. En función
del tipo de trabajo, de los objetivos iniciales planteados y, especialmente, de la metodología
aplicada, los resultados de un trabajo académico pueden ser de dos tipos, no excluyentes
entre ellos: cualitativos y cuantitativos. Es obligatorio explicar ambos resultados en el cuerpo
de texto del trabajo académico, pero también es muy recomendable incluir tablas o gráficos
para mostrar los mismos resultados de manera más visual. En el siguiente ejemplo, extraído de
un trabajo de fin de máster del ámbito de la salud, se explican los resultados en el cuerpo del
texto de la manera siguiente:
[…] En cuanto a la preocupación de los efectos nocivos del tabaco sobre su salud contestaron estar muy y bastante
preocupados en un 67% frente a un no mucho y en absoluto de 33%., ver gráfico 2.
(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).

Y a continuación se ofrece el gráfico que muestra la figura 14, junto a su correspondiente


título («Gráfico 2. Preocupación […]»).

Figura 14. Gráfico de resultados (ejemplo extraído de Serrano, 2012)



En el apartado 7 del capítulo 3 se incluye información sobre la elaboración de tablas y
gráficos, junto con más ejemplos que pueden ser útiles en esta etapa.
A partir de los resultados obtenidos, es indispensable realizar una interpretación de estos. Es
decir, no es suficiente con ofrecer listas o tablas de resultados cualitativos y/o cuantitativos,
sino que el estudiante debe tener la madurez para ir más allá, interpretar lo que quieren decir y
expresarlo de manera clara en su trabajo. Veamos un ejemplo muy simple. En el siguiente
fragmento, extraído de una tesis doctoral del ámbito de la lingüística aplicada, se introduce en
el cuerpo del texto una tabla de resultados:
Una vez comparadas las preferencias denominativas entre lenguas para cada clase, resumimos los resultados para el conjunto
de clases (tabla 118). En la columna de la derecha, indicamos si las diferencias en la distribución de los patrones son
significativas entre los subcorpus de gallego y francés. En la columna de la izquierda, indicamos si los resultados por lenguas
difieren con respecto a los resultados obtenidos para el corpus completo.
(Ejemplo extraído de Fernández, 2010).

Y a continuación se ofrece la tabla en cuestión, incluida en la figura 15.

Figura 15. Tabla de resultados (ejemplo extraído de Fernández, 2010)




Justo después, la autora resume los resultados principales que se incluyen en dicha tabla,
pero además realiza una interpretación de estos (destacada en negrita en el fragmento
siguiente):
La distribución de los patrones denominativos entre lenguas presenta diferencias significativas en 6 de las 10 subclases
analizadas. A pesar de ello, en 8 de 10 casos el patrón denominativo más prominente coincide entre lenguas y coincide
además con el resultado obtenido para el corpus completo. Este dato podría indicar que, si bien la lengua determina en
cierta medida la elección denominativa, la clase conceptual ejerce una mayor influencia en la configuración
conceptual de las denominaciones.
(Ejemplo extraído de Fernández, 2010).

Precisamente, a partir de esta interpretación de resultados, se obtendrán las conclusiones del


trabajo académico. Es recomendable que las conclusiones estén ligadas a los objetivos
iniciales planteados en el trabajo (o, en su caso, las hipótesis), para corroborar que,
efectivamente, el estudiante ha logrado alcanzarlos de la manera prevista. Esta información
debería estar indicada de manera explícita en el capítulo de conclusiones del trabajo
académico, como por ejemplo ocurre en los siguientes casos (en los que se ha destacado en
negrita):
En relación con los objetivos que nos habíamos planteado, pensamos que estos han sido cumplidos. Gracias a la
investigación teórica realizada, hemos sentado las bases conceptuales y metodológicas para nuestra investigación empírica
futura.
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

Mediante el estudio tipológico y estadístico de las estructuras afectadas por los trabajos de tunelación para la Línea 9 del
metro de Barcelona, ubicadas en el tramo Sagrera-Carrer de Mandri, se pudo cumplir el objetivo especifico de esta
tesina final de máster, clasificando y seleccionando las tipologías estructurales y de fachada representativas para los
edificios de algunos barrios de la ciudad de Barcelona.
(Ejemplo extraído de Chirino, 2011).

El proyecto se ha desarrollado satisfactoriamente y el resultado final cumple de forma general con los objetivos
inicialmente planteados tanto por parte de la alumna como de los técnicos del parque, puesto que se ha conseguido la
puesta en marcha del Geoservicio y se ha implementado la aplicación web que permite a cualquier tipo de usuario explorar y
visualizar la información geográfica del parque.
(Ejemplo extraído de Salas, 2013).

A la vista de nuestros resultados, hemos confirmado nuestra hipótesis de investigación acerca del papel de la lengua en
la proyección del concepto especializado.
(Ejemplo extraído de Fernández, 2010).
En todos estos casos, a continuación se ofrece una justificación detallada de las razones por
las que los estudiantes consideran que los objetivos del trabajo han sido cumplidos o las
hipótesis han sido validadas.
También en esta etapa el estudiante debe plantearse cuáles son los aspectos que han quedado
pendientes o no ha podido abarcar, y las cuestiones relacionadas con el trabajo que le gustaría
tratar en el futuro o que deja abiertas para que otros investigadores trabajen sobre ellas (las
denominadas «líneas de trabajo futuro»).

8. Redacción final del trabajo académico


Después de superar con éxito todas las etapas del proceso de elaboración de un trabajo
académico mencionadas hasta aquí, llega el momento de redactar el trabajo final.
Seguramente, el estudiante ya ha ido documentando o redactando algunas partes por separado,
pero es ahora cuando debe aunarse toda la información en un único documento, estructurado de
manera coherente y redactado con precisión y claridad. El capítulo 3 se dedica íntegramente a
la redacción del manuscrito del trabajo académico. En él se tratan temas como el procesador
de textos seleccionado para trabajar; el formato del trabajo; la estructura y los contenidos
prototípicos; la portada y el título; el índice; el resumen (abstract) y las palabras clave
(keywords); las tablas, las figuras y los gráficos; los anexos, y los criterios de citación
bibliográfica estándares, tanto de las citas en el texto como de las referencias bibliográficas
en la sección de bibliografía. Asimismo, se incluye una sección que ayudará a evitar errores
lingüísticos frecuentes.
Una vez redactado el trabajo, es importante llevar a cabo una etapa de revisión final. Antes
de realizar esta revisión, es recomendable, tal como indica Garachana (2014), que pasen unos
días, para dejar reposar las ideas y que el tiempo transcurrido permita al estudiante acercarse
al trabajo de una manera más crítica. En esta etapa de revisión, el estudiante debe releer el
manuscrito desde el principio hasta el final, para evitar posibles incoherencias o
ambigüedades con respecto al contenido, al léxico, a la sintaxis, etc. Asimismo, debe revisar
cuidadosamente todos los aspectos formales del trabajo, tales como los márgenes, los números
de página, el tipo y tamaño de letra, etc. También debe comprobar tanto que todas las
referencias bibliográficas mencionadas en el cuerpo del texto aparecen en la sección de
bibliografía como que todas las referencias de esta sección se hallan referenciadas en el
manuscrito.
Una vez finalizada esta etapa de revisión, se recomienda realizar una impresión previa (a
doble cara, con papel reciclado, y en blanco y negro) para corroborar que la paginación y la
maquetación del trabajo son correctas. Confirmada esta cuestión, ya se puede proceder a
imprimir y encuadernar las copias necesarias del trabajo definitivo.

9. Defensa oral del trabajo académico


En la mayor parte de las universidades españolas, uno de los requisitos para obtener un
título académico (ya sea de grado, de máster o de doctorado) es la defensa oral del trabajo
académico frente a un tribunal formado por profesores y/o investigadores especialistas en el
ámbito del trabajo. Como ya se avanzó en el apartado 1 del capítulo 1, el trabajo académico
se materializa en tres productos textuales que serán evaluados por el tribunal: el trabajo
académico escrito, la presentación oral para la defensa del trabajo y la presentación con
diapositivas que apoya la presentación oral de la defensa. Cada miembro del tribunal lee
previamente el trabajo académico escrito, anota sus comentarios o preguntas, y asigna
mentalmente una calificación preliminar al trabajo. En el acto de la defensa, el estudiante debe
exponer su trabajo con la ayuda de una presentación de diapositivas para que, a continuación,
el tribunal ofrezca sus reflexiones y realice preguntas concretas, que el estudiante debe
responder de manera clara y sin ambigüedades. La nota final que cada miembro del tribunal
asignará al estudiante el día de la defensa puede ser diferente a la calificación preliminar
asignada mentalmente. Todo dependerá de la calidad de la exposición realizada por el
estudiante y de la madurez demostrada al responder las preguntas del tribunal. Es por este
motivo que la presentación oral no debe tomarse como un mero trámite, sino que debe
prepararse concienzudamente.
El capítulo 4 se dedica íntegramente a la defensa del trabajo académico y, por tanto, trata
tanto el tema de la presentación oral para la defensa del trabajo, como el tema de la
presentación con diapositivas que apoya la presentación oral. Concretamente, se trabajan
aspectos como la selección del sistema de creación de presentaciones, el formato de la
presentación, y la estructura y los contenidos prototípicos de la defensa de un trabajo
académico. También en este capítulo se incluyen algunas indicaciones para evitar errores
lingüísticos frecuentes en las presentaciones orales y consejos prácticos para el acto de la
defensa.

10. Publicación del trabajo académico


Una vez defendido el trabajo académico con éxito, el estudiante puede plantearse publicarlo
en otro formato diferente al de trabajo académico en sí. Existen diferentes opciones, que
dependerán del tipo de trabajo, de la magnitud que este tenga y de los intereses, ganas y/o
recursos del estudiante. Por ejemplo, una posibilidad es adaptar el contenido del trabajo
académico para transformarlo en un artículo de investigación o en un artículo de divulgación
para alguna revista de su ámbito. También podría enviarse en forma de artículo para presentar
oralmente en algún congreso nacional o internacional del ámbito, y publicarlo posteriormente
en las actas de dicho congreso. Otra opción, si el trabajo tiene la magnitud necesaria y el
estudiante cuenta con recursos suficientes, es publicarlo en formato libro (con un ISBN).
El capítulo 5 se dedica a la publicación del trabajo académico. Se tratan las características
que deben tenerse en cuenta si quiere adaptarse el texto de un trabajo académico de fin de
grado o de máster a otro género textual (como los mencionados). También se ofrecen
indicaciones para seleccionar la revista o el congreso más adecuados al trabajo, y para enviar
correctamente el artículo a los editores u organizadores del congreso (desde las normas que
deben seguir los autores y las plantillas empleadas para redactar el artículo, hasta las
interfaces de envíos en línea). Finalmente, se explica brevemente qué son los índices de
impacto de las revistas científicas, un tema clave y polémico en la carrera académica
universitaria.

1. http://scholar.google.es.

2. http://biblioteca.uoc.edu/es.

3. http://repositori.upf.edu.

4. https://upcommons.upc.edu/pfc.

5. http://www.tdx.cat.

6. http://www.recercat.cat.
Capítulo III
La redacción del trabajo académico

En este capítulo, se ofrecen pautas y consejos para redactar el trabajo académico,


relacionados con algunos elementos relevantes, como por ejemplo el procesador de texto
empleado en el trabajo; el formato; la estructura y los contenidos; la portada y el título; el
índice; el resumen (abstract) y las palabras clave (keywords); las tablas, las figuras y los
gráficos; los anexos, y los criterios de citación bibliográfica. Asimismo, se incluye una
sección que ayudará a evitar errores lingüísticos frecuentes en este tipo de trabajos.

1. Procesadores de texto
Una de las primeras decisiones prácticas que debe tomar el estudiante a la hora de redactar
un trabajo académico es el procesador de texto que empleará. Las opciones principales son
las siguientes: a) Microsoft Office Word de Windows, b) Writer del LibreOffice,1 c) Writer
del OpenOffice2 y d) LaTeX. El procesador Microsoft Office Word de Windows, aunque es
de pago, se emplea con mucha frecuencia desde hace años y es con el que más familiarizados
suelen estar los estudiantes. Sin embargo, en los últimos tiempos, se están utilizando cada vez
más los procesadores de texto del LibreOffice y del OpenOffice, ya que tienen prácticamente
las mismas funcionalidades y son de código abierto. Pueden descargarse gratuitamente desde
su página web en cualquier ordenador y utilizarse desde Windows, Mac OS o Linux, entre
otros sistemas operativos.
Otra opción interesante es LaTeX, un sistema de composición de textos escritos que está
especialmente orientado a la generación de trabajos académicos, artículos, libros, etc. Con
este sistema se obtienen documentos con una calidad tipográfica muy alta y, una vez se
comprende su funcionamiento, puede ahorrar mucho trabajo. Comenzar a trabajar con LaTeX
desde cero requiere un cierto esfuerzo de aprendizaje, ya que es necesario interiorizar ciertos
códigos. No obstante, una vez asimilados estos conceptos, merece la pena, porque se obtienen
unos resultados excelentes. Este sistema puede utilizarse desde Windows, Mac OS y Linux. En
la página web LaTeX fácil3 se incluyen varias guías, información, paquetes y plantillas que
pueden ayudar a los estudiantes que quieran iniciarse en el uso de este sistema. También en la
página web de Wikilibros puede accederse a un Manual de LaTeX4 muy detallado. Asimismo,
recomiendo el manual de Valiente (1996) para aprender cómo elaborar textos científicos con
LaTeX.
Existen varios sistemas en línea que permiten editar y compilar textos en LaTeX, como son
ShareLatex5 y Overleaf6 (llamado WriteLatex antes del año 2014). Estos sistemas permiten
elaborar documentos de manera colaborativa entre varios autores, ofrecen diferentes plantillas
y pueden utilizarse desde cualquier ordenador. Es decir, con solo crear una cuenta
gratuitamente (la versión de pago incluye más espacio, pero las funcionalidades son las
mismas), pueden obtenerse documentos con una configuración idéntica desde cualquier lugar,
ya que el ambiente LaTeX que incorporan estos sistemas se ejecuta en sus ordenadores en
tiempo real. La figura 16 incluye un ejemplo de visualización de un texto fuente en LaTeX (a la
izquierda) y el texto generado en pdf (a la derecha) en línea con Overleaf.

Figura 16. Ejemplo de visualización del texto fuente y el texto generado en LaTeX con Overleaf

2. Formato
Una vez seleccionado el procesador de texto, el estudiante debe decidir el formato de su
trabajo académico. Antes de nada, debe comprobar si su institución ofrece indicaciones al
respecto. Hay algunas instituciones que ofrecen una plantilla modelo para realizar el trabajo
académico, pero normalmente, en un trabajo de fin de grado o de fin de máster, se deja
libertad al estudiante en esta cuestión. Sin embargo, sí es habitual que se especifiquen algunos
requisitos en cuanto al tipo y el tamaño de letra, el interlineado, los márgenes y,
especialmente, el número de páginas. Saber la extensión con la que se cuenta para realizar el
trabajo es fundamental para poder estructurarlo adecuadamente y realizar una previsión
ajustada. Es importante fijarse si el número máximo de páginas exigido incluye la bibliografía
y los anexos, ya que esto puede cambiar bastante la previsión de contenido.
En caso de que la institución no disponga de unos requisitos concretos en relación con el
formato del trabajo académico, el estudiante deberá tomar una decisión al respecto. Una vez
decidido el formato, es importante que este se aplique en todo el trabajo de manera
sistemática. Es decir, por ejemplo, si el estudiante decide emplear un tipo de letra Arial,
Times o Calibrí (que son los más empleados y recomendables en trabajos académicos), debe
utilizar el mismo en todo el trabajo.
Es muy recomendable utilizar las funcionalidades de asignación de estilos que se incluyen
en los procesadores de texto. De esta manera, es más sencillo garantizar la sistematicidad del
formato en todo el trabajo. En el procesador Microsoft Office Word de Windows, por
ejemplo, la ruta que debe seguirse es: Inicio > Estilos. En esta sección es posible determinar
el estilo de los diferentes fragmentos del trabajo académico (texto normal, títulos, citas,
ejemplos, etc.). En la figura 17, por ejemplo, se observa que, para el texto normal del trabajo,
se ha seleccionado un formato de letra Calibrí con un tamaño de 11 puntos, justificado en
ambos márgenes y con un interlineado de 1,5.

Figura 17. Ejemplo de asignación de estilos con el procesador de texto Microsoft Office Word

El apartado 5 del capítulo 3 trata sobre la elaboración automática del índice y allí se ofrece
información sobre el estilo de los títulos y los subtítulos.
Otros elementos que tienen que ver con el formato del trabajo académico son las notas. En
trabajos académicos se recomienda que las notas se incluyan a pie de página y no al final del
trabajo, para favorecer la lectura del documento. En el procesador Microsoft Office Word de
Windows, por ejemplo, la ruta que debe seguirse para insertar una nota es: Referencias >
Insertar nota al pie.
Sobre el resaltado de algunas partes del texto en trabajos académicos, debe evitarse el
subrayado y la negrita en la medida de lo posible, en favor de la cursiva. También debe
evitarse el doble resaltado (por ejemplo, el empleo de la negrita y de las comillas
simultáneamente en una misma palabra o fragmento).

3. Estructura y contenidos
En este apartado se introducen dos temas de gran importancia en la elaboración de un trabajo
académico. En primer lugar, se explica la estructura prototípica de un trabajo académico y los
contenidos que habitualmente se asocian a cada parte de la estructura. En segundo lugar, se
ofrecen pautas y recomendaciones para redactar los objetivos del trabajo adecuadamente.
3.1. Estructura y contenidos prototípicos
Normalmente, tal como ocurre con el formato del trabajo (apartado 2 del capítulo 3), la
institución en la que está inscrito el trabajo académico ofrece unas pautas o indicaciones en
relación con la estructura que este debe seguir, es decir, especifica los apartados que el
estudiante ha de incluir en su manuscrito. Antes de comenzar a trabajar, el estudiante debe
informarse sobre esta cuestión. Si la institución exige seguir una estructura concreta, el
estudiante debe ser coherente con dicha estructura (que probablemente sea muy similar a la
estructura que se explica en este apartado). Si, por el contrario, la institución no ofrece unas
pautas determinadas sobre la estructura, el estudiante puede seguir la estructura que aquí se
explica; eso sí, siempre adaptándola al tipo de trabajo concreto que esté realizando y a las
especificidades del ámbito en el que se enmarque el trabajo.
En la figura 18 se muestra a modo de ejemplo un fragmento de las indicaciones para la
redacción del trabajo de fin de máster del máster de Lingüística teórica y aplicada de la UPF,
en el que se especifica la estructura que debe seguir el trabajo.7 Como puede observarse, se
solicita la inclusión de determinados apartados (Resumen, Introducción, Conclusión, etc.),
pero se deja cierta libertad en cuanto a otros, ya que se indica que en el cuerpo del trabajo se
pueden añadir los apartados que el estudiante considere oportunos.

Figura 18. Ejemplo de indicaciones sobre la estructura del trabajo de fin de máster ofrecidas por el máster de Lingüística
teórica y aplicada de la UPF
ORIENTACIONES PARA LA ELABORACIÓN Y PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE FIN DE MÁSTER (de investigación y académico)

Es importante que incluyan los siguientes elementos, en el siguiente orden:
• Portada: título, autor, denominación del máster, director/a del TFM y fecha de entrega (vg. Formato preestablecido en la web del MLTA)
• Resumen/abstract de una extensión máxima de 150 palabras, redactado en la misma lengua del documento
• Lista de palabras clave (keywords) en inglés sobre el contenido del trabajo (con una extensión máxima de 200 caracteres)
• Introducción
• Cuerpo del trabajo (con los apartados que se consideren oportunos)
• Conclusión
• Bibliografía

Sin embargo, cada programa académico tiene su propia manera de solicitar la estructura del
trabajo académico. En la figura 19 se incluyen las indicaciones sobre la estructura del trabajo
de fin de grado de Administración y Dirección de Empresas de la UOC.8

Figura 19. Ejemplo de indicaciones sobre la estructura del trabajo de fin de grado ofrecidas por el grado de Administración y
Dirección de Empresas de la UOC
Administración y Dirección de Empresas. Trabajo final de grado
A. Presentación de un estudio del ámbito de la gestión contable y financiera, la gestión fiscal, la dirección general, la empresa y los
mercados globales, el análisis económico o de innovación empresarial. Este trabajo se estructura alrededor de una pequeña
investigación sobre un problema o cuestión económica dentro de los campos descritos que implicará el trabajo de las siguientes
unidades diferenciadas:
1. Análisis inicial sobre la pre-propuesta
En esta primera unidad, el estudiante, a partir de la pre-propuesta planteada, deberá avanzar en el conocimiento teórico del ámbito
elegido, mediante la recogida inicial de información y su análisis para la elaboración de conclusiones sobre la hipótesis que quiere
trabajar en el trabajo final. [..]
2. Análisis empírico de la propuesta
En la segunda unidad, el estudiante deberá realizar un análisis empírico, desde un punto de vista cuantitativo y/o cualitativo, para
abordar la hipótesis planteada. [...]
Datos para el análisis, valorar los datos, esbozar conclusiones, compararlas con el estado del arte de la subdisciplina y aplicar el
conocimiento adquirido al problema.
3. Elaboración de conclusiones
Finalmente, y basándose en el trabajo realizado en las unidades anteriores, el estudiante elaborará un análisis de resultados,
mostrará las conclusiones del trabajo final realizado y planteará posibles propuestas de futuro con relación a la propuesta abordada.
[...]

En la tabla 3 se incluyen los apartados prototípicos de la estructura de un trabajo


académico en la primera columna, junto con los contenidos que suelen insertarse en cada uno
de estos apartados.

Tabla 3. Apartados y contenidos prototípicos de la estructura de un trabajo académico


Apartados prototípicos Contenidos prototípicos

• Título.
• Datos académicos: nombre y logo de la institución, nombre del programa académico, tipo de trabajo
Portada académico (de grado, de máster, etc.), nombre y apellidos del autor, nombre y apellidos del director
(y, en su caso, del codirector), ciudad, fecha, etc.
(Más información en el apartado 4 del capítulo 3).

• Reconocimiento al apoyo de la institución académica, grupo de investigación, programa de


Agradecimientos estudios, becas recibidas, etc.
(opcional) • Reconocimiento al apoyo de personas concretas, tanto del ámbito académico como del familiar o
personal.

• Títulos de cada apartado numerados, con indicación de la página donde comienza cada uno.
Índice
(Más información en el apartado 5 del capítulo 3).

• Resumen en la lengua del trabajo que incluye los contenidos principales del trabajo.
Resumen + abstract • Abstract (resumen traducido al inglés).
(Más información en el apartado 6 del capítulo 3).

• Términos en la lengua del trabajo que mejor representan el tema tratado.


Palabras clave + keywords • Keywords (palabras clave equivalentes en inglés).
(Más información en el apartado 6 del capítulo 3).

• Contexto del trabajo.


• Motivación.
• Objetivos.
Introducción • Hipótesis o ideas de partida.
• Aplicaciones posibles.
• Estructura del trabajo.
(Más información en el apartado 3 del capítulo 2 y en el apartado 3.2 del capítulo 3).

• Síntesis crítica de los trabajos previos de otros autores relacionados con el tema del trabajo:
– Explicación de sus propuestas, modelos, estrategias, etc.
– Resultados positivos obtenidos.
Estado de la cuestión
– Limitaciones y carencias detectadas.
– Relación de estos trabajos con el que se está desarrollando.
(Más información en el apartado 4 del capítulo 2).

• Bases teóricas en las que se sustenta el trabajo (teorías, modelos, paradigmas, etc.).
Marco teórico • Justificación de la elección en relación con el trabajo que se está desarrollando.
(Más información en el apartado 4 del capítulo 2).

• Pasos/fases/etapas seguidos en el trabajo para alcanzar los objetivos.


Metodología • Técnicas/métodos/estrategias/medidas/herramientas/recursos empleados.
(Más información en el apartado 5 del capítulo 2).

Análisis y resultados, • Explicación del análisis, descripción, experimentación, etc., realizados, con sus correspondientes
experimentación, resultados (cualitativos y/o cuantitativos) y/o interpretación.
interpretación de los * Especialmente sujetos a variaciones en función del tipo de trabajo y del ámbito especializado.
resultados, etc.* (Más información en el apartado 6 del capítulo 2).
Conclusiones y líneas de • Principales conclusiones del trabajo ligadas con los objetivos i/o hipótesis, aspectos que han
trabajo futuro quedado pendientes y se prevé trabajar en el futuro.
(Más información en el apartado 7 del capítulo 2).

• Referencias bibliográficas de todos los trabajos citados en el texto siguiendo criterios de citación
Bibliografía bibliográfica sistemáticos.
(Más información en el apartado 9 del capítulo 3).

• Contenidos que no se pueden insertar en el cuerpo del texto por ser demasiado largos o
ANEXOS secundarios, en formato papel o en CD-ROM.
(Más información en el apartado 8 del capítulo 3).

Estos apartados y contenidos están sujetos a variaciones posibles. Por un lado, estas
variaciones tienen que ver con el tipo de trabajo (trabajo de fin de grado, trabajo de fin de
máster, tesis doctoral, etc.). Por ejemplo, como ya se ha visto en el apartado 3 del capítulo 2,
no es estrictamente necesario que un trabajo de fin de grado o de máster incluya hipótesis y, en
cambio, una tesis de doctorado sí suele incluirlas. Por otro lado, las posibles variaciones
dependen del ámbito especializado en el que se trabaje (traducción, ciencias de la salud,
tecnología, derecho, etc.). Por ejemplo, en un trabajo del ámbito de las ciencias de la salud en
que se haga un estudio de casos, seguramente se incluirá un apartado específico con un título
similar a «Materiales y métodos» o «Pacientes y métodos», que contendrá diferentes
subapartados muy recurrentes en este ámbito (que tengan que ver, por ejemplo, con la
población y la muestra, el análisis estadístico, las implicaciones éticas, etc.). En el siguiente
caso, extraído del índice de un trabajo de fin de máster del ámbito de la salud, se observa un
ejemplo que ilustra esta situación:
2. Materiales y métodos
2.1. Diseño del estudio
2.2. Población de referencia y tamaño muestral
2.3. Variables
2.4. Análisis estadístico de los datos
2.5. Implicaciones éticas

(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).

Otro ejemplo sería el ámbito del turismo. En la página web del grado de Turismo de la
UOC,9 por ejemplo, se explicita que el estudiante puede optar por realizar un trabajo de fin de
grado que suponga un trabajo de investigación o un plan de empresa. En función de la
modalidad elegida, se especifica que los contenidos del trabajo serán diferentes. Si el
estudiante decide realizar un trabajo de investigación, los contenidos serán muy similares a los
que muestra la tabla 3. Sin embargo, si selecciona la modalidad de plan de empresa, los
contenidos deberán adaptarse a esta opción, tal como se indica en la figura 20.

Figura 20. Ejemplo de indicaciones sobre la estructura del trabajo de fin de grado (modalidad de plan de empresa) ofrecidas
por el grado de Turismo de la UOC

Grado en Turismo. Trabajo final de grado-Plan de empresa


1. Presentación del modelo de negocio en que el estudiante tiene que sintetizar su idea de negocio y su modelo. Principalmente
tiene que dar respuesta a qué hará (necesidad que satisface), a quién se dirigirá (segmento de mercado) y cómo lo realizará
(solución). En general, para llegar a este punto y si no se tiene una idea previa, se desarrollarán técnicas de creatividad para que el
estudiante pueda tener una idea para realizar su plan de empresa.
2. Análisis del entorno general y específico (sector) donde operará la nueva empresa o proyecto emprendedor en que se utilizarán
varias herramientas de análisis que se han trabajo durante el transcurso del Grado.
3. Análisis del mercado y plan de marketing
En que el estudiante tendrá que describir y cuantificar el segmento o segmentos de mercado a los que se dirige así como comentar
la estrategia de posicionamiento y establecer un plan de marketing coherente con las necesidades del segmento y el análisis del
entorno realizado.
4. Plan de operaciones
El plan de operaciones recoge todas aquellas decisiones relacionadas con la producción y distribución del producto o servicio.
5. Organización y Recursos Humanos
En esta fase se trabajan todos aquellos aspectos relacionados con la organización (estructura organizativa) y los recursos
humanos necesarios para poder sacar adelante la idea de negocio propuesta. Aspectos como el número de personas que
trabajarán en la nueva empresa, su posición y funciones, remuneración y perfil se tendrán que tener en cuenta.
6. Viabilidad económica: Plan económico-financiero
Todas las decisiones tomadas anteriormente se tienen que reflejar en un plan económico-financiero que justifica cuantitativamente
que la idea propuesta es viable y sostenible. Para poder confeccionar este plan, el estudiante contará con un aplicativo web que le
facilitará la confección de la previsión de la cuenta de pérdidas y ganancias, el balance, y la previsión de tesorería.

El estudiante es el responsable último de la adopción de la estructura adecuada al tipo de


trabajo que debe realizar, y de seguir tanto las especificaciones requeridas o habituales en su
ámbito especializado como las indicaciones ofrecidas por la institución en la que realiza el
trabajo académico.
Como ya he ido avanzando, algunos de estos apartados prototípicos pueden dividirse a su
vez en subapartados. Por ejemplo, el apartado «Introducción» podría dividirse en
subapartados como «Contexto y motivación del trabajo», «Objetivos e hipótesis»,
«Aplicaciones» y «Estructura del trabajo». Es solo una posibilidad, pues la decisión final
debe tomarla el estudiante de manera consensuada con el director de su trabajo. Cuanta mayor
envergadura tenga un trabajo académico (por ejemplo, una tesis doctoral), mayor número de
apartados y subapartados contendrá. Los trabajos de fin de grado o de fin de máster no suelen
dividirse en tantos subapartados, principalmente por una cuestión de extensión.
La estructura prototípica de un trabajo académico incluye, por lo general, los apartados
mencionados en la tabla 3. Sin embargo, los títulos de los apartados (y de los subapartados)
pueden variar. Esta variación puede ser fruto, como ya se ha visto, del ámbito especializado
del trabajo. Sin embargo, también puede existir variación en función de la creatividad del
estudiante. Por ejemplo, el título del apartado «Estado de la cuestión» puede ser directamente
este, o puede buscarse otro que refleje la temática de las referencias analizadas en el capítulo,
como por ejemplo:
Aplicaciones bioinformáticas
(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).

La evolución de los dispositivos móviles


(Ejemplo extraído de Lisboa, 2011).

Los aspectos profesionales como subcampo de estudio en Traductología


(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

Problemática ambiental: las emisiones de gases del efecto invernadero y el cambio climático
(Ejemplo extraído de Martins, 2011).

Los apartados y los subapartados deben aparecer numerados correctamente de manera


consecutiva. En la figura 21 se muestra un ejemplo de numeración correcta y de numeración
incorrecta. En un trabajo académico, puede haber varios niveles de subapartados, pero no se
recomienda que la estructura sea muy profunda, ya que se corre el riesgo de confundir al
lector. En un trabajo de fin de grado o de máster, se recomienda una profundidad máxima de
tres niveles, como se observa en la numeración correcta del apartado 2 de la figura 21. Un
error frecuente es crear un único subapartado dentro de un apartado, como ocurre con los
apartados 1.1. y 2.1.1. de la numeración incorrecta de la figura. Los subapartados solo son
pertinentes en caso de que haya un mínimo de dos al mismo nivel, como sucede, por ejemplo,
en los apartados 1.1. y 1.2. de la numeración correcta reflejada en la figura.

Figura 21. Ejemplo de numeración correcta y de numeración incorrecta de los apartados


El apartado 5 del capítulo 3 trata sobre la elaboración automática del índice y allí se ofrece
más información sobre el tema de la numeración de los apartados.

3.2. La importancia de la redacción de los objetivos


En el apartado 3 del capítulo 2 ya se avanzó la importancia que tiene la correcta
delimitación de los objetivos en un trabajo académico, para que estos sean originales y
novedosos, y para no repetir el trabajo realizado previamente por otros investigadores. En
este apartado se ofrecen pautas para la redacción de los objetivos, junto a ejemplos
ilustrativos extraídos de trabajos de investigación de diferentes universidades.
Como también se indicó en el apartado 3 del capítulo 2, en función del trabajo académico
que se esté realizando pueden incluirse objetivos generales y objetivos específicos. Así, el
autor tiene dos opciones. Por un lado, el trabajo puede tener un único objetivo general o, si el
autor considera que su trabajo incluye varios objetivos que tienen la misma importancia,
puede ofrecer una lista de objetivos generales o principales que se encuentren al mismo nivel.
Por otro lado, si el autor considera que en su trabajo existe una diferencia entre la relevancia o
envergadura de los objetivos, puede optar por redactar uno o varios objetivos generales o
principales, y otros objetivos específicos a continuación. Para ilustrar esta idea, se ofrecen
algunos ejemplos. En los siguientes trabajos de fin de máster del ámbito de la ingeniería
eléctrica, del ámbito de la astrofísica y del ámbito de la traducción y la interpretación,
respectivamente, se incluye un único objetivo general:
El objetivo de este trabajo de máster es realizar el modelado, simulación y desarrollo de una plataforma de ensayos de un
sistema de propulsión híbrido, formado por una pila de combustible tipo PEM (pila de combustible de intercambio protónico,
por sus siglas en inglés) y baterías de plomo-ácido.
(Ejemplo extraído de Gauchía, 2008).

El objetivo de este trabajo es el de confeccionar una lista de probables estrellas jóvenes (i.e., en grupos cinemáticos jóvenes)
con sistemas planetarios.
(Ejemplo extraído de Rojas, 2011).

Partiendo de los proyectos de formación en interpretación asistida por ordenador (CAIT en inglés), el objetivo de este trabajo
es formular una propuesta de plataforma CAIT, que denominamos Interpretarium, que aúne las ventajas y supere las
debilidades tanto tecnológicas como pedagógicas de cada uno de los proyectos CAIT que han visto la luz estos últimos años
en el campo de la interpretación.
(Ejemplo extraído de Monbet, 2011).

En el siguiente caso, se observan dos objetivos que están redactados al mismo nivel,
extraídos de un trabajo de fin de máster del ámbito de la biblioteconomía y la información
digital:
La presente investigación persigue un doble objetivo:
1. Por un lado, realizar una revisión de cómo se ha venido planteando la gestión de los documentos audiovisuales en un
entorno analógico, para compararla con la gestión documental digital, reflejando la evolución de la infraestructura del archivo
(soportes en los que se registran las imágenes, almacenamiento), de los sistemas de gestión, de los criterios organizativos, del
análisis documental y de la recuperación de las imágenes.
2. Por otro lado, examinar las ventajas y dificultades y en general, la incidencia que la nueva tecnología digital y los nuevos
modelos empresariales tienen sobre la documentación y los documentalistas, tratando de identificar las futuras tendencias en
la documentación audiovisual y, haciendo hincapié en la necesidad de adaptación de los profesionales del medio, a estos
cambios.
(Ejemplo extraído de Noriega, 2014).

La lista de objetivos generales también puede ser más extensa, como ocurre en el siguiente
trabajo de fin de máster del ámbito de la formación de profesorado:
En este trabajo se pretende:
1. Explorar las posibilidades que ofrecen los dispositivos móviles para el aprendizaje en el área de las Ciencias Sociales.
2. Promocionar el buen uso de las TIC que están presentes en la vida cotidiana del alumnado, creando conciencia y hábitos
de actuación ciudadana positiva adquiriendo una cultura científica y tecnológica que permita un mejor aprendizaje.
3. Incluir el uso pedagógico de contenidos educativos digitales que complementen las actividades de la enseñanza y el
aprendizaje.
4. Impulsar el conocimiento territorial y espacial, mediante la correspondiente observación, análisis y reflexión, para una
correcta interpretación de la realidad, ayudados por las tecnologías móviles.
5. Realizar un ejemplo concreto de aplicación de dispositivos móviles extrapolable a diversas situaciones y niveles educativos.
6. Fomentar diversas competencias a través del empleo de los dispositivos móviles.
(Ejemplo extraído de Bernabé, 2013).

En cambio, en el ejemplo siguiente, extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de la


odontología, la autora incluye un único objetivo general y varios objetivos específicos:
OBJETIVO GENERAL
Determinar si existen diferencias en la posición e inclinación de los incisivos en pacientes con maloclusión esquelética de
clase III tratados con cirugía ortognática o con ortodoncia de camuflaje.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Determinar si existen parámetros cefalométricos estadísticamente significativos para las diferentes medidas dentarias en el
grupo I y grupo II antes y después del tratamiento.
2. Analizar si existen diferencias estadísticamente significativas entre el grupo I y grupo II para las variables estudiadas antes
o después del tratamiento, así como a lo largo del estudio.
3. Comparar los valores cefalométricos obtenidos a nivel de los incisivos superiores e inferiores entre el grupo I y el grupo II
antes y después del tratamiento.
(Ejemplo extraído de Ortega, 2014).

Esta estrategia es muy frecuente en trabajos académicos de todos los ámbitos especializados.
A continuación se ofrece otro ejemplo, extraído de un trabajo de fin de máster del ámbito de
los estudios feministas:
El objetivo general del TFM consiste en analizar el uso que la prensa diaria realiza de la imagen del cuerpo de las mujeres
como forma de control sobre sus comportamientos, promoviendo la reproducción de estereotipos. […]
Además del objetivo general, los objetivos específicos más relevantes que nos planteamos conseguir en el término de esta
investigación son los siguientes:
• Revisar la Historia del Periodismo con una perspectiva feminista. Denunciar la invisibilización de las mujeres en la profesión,
bien como productoras bien protagonistas de los hechos noticiosos.
• Periodismo como herramienta transmisora del patriarcado.
• Visibilizar cómo, a pesar de los inconvenientes, algunas mujeres desarrollaron la profesión, llegando a editar y dirigir
publicaciones.
• Analizar el género «prensa femenina» como forma de exclusión de las mujeres de la prensa generalista de debate político.
• Comprender la responsabilidad de los medios de comunicación como transmisores de la cultura.
• Observar la importancia histórica y actual que tienen en la transmisión de la imagen del cuerpo de las mujeres.
• Analizar los grupos comunicativos de España y Costa Rica.
• Mostrar la violencia que desde la prensa escrita se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres a través de sus imágenes y sus
textos, con los ejemplos de Karina Bolaños y Olvido Hormigos.
• Construir una mirada feminista alejada de la visión masculina de los medios, donde las mujeres se empoderen en el proceso
de construcción de sus propios cuerpos.
(Ejemplo extraído de Tena, 2013).

Tanto los objetivos generales como los específicos deben ser concisos y precisos. Por un
lado, la concisión se refiere a la brevedad o economía lingüística. Es más adecuada una
redacción con un menor número de palabras, pero que refleje exactamente el objetivo del
trabajo, que una redacción con demasiadas oraciones subordinadas, adjetivos o adverbios
innecesarios, información entre paréntesis, ejemplos, etc. Asimismo, cada objetivo debería
incluir una única oración. Por otro lado, la precisión tiene que ver con la condición de
exactitud. Un objetivo debe incluir únicamente la información realmente necesaria para que el
lector entienda qué se propone realizar el investigador en su trabajo. Para ello, debe
eliminarse toda información superflua de los objetivos y toda aquella que pueda resultar
ambigua.
Una elección adecuada de los verbos iniciales que incluyen los objetivos es fundamental
para lograr que estos sean precisos. Los verbos seleccionados deben ayudar a especificar qué
se ha hecho concretamente en el trabajo: ¿analizar?, ¿definir?, ¿diseñar?, ¿comprobar? Es
indispensable una reflexión preliminar por parte del estudiante para delimitar adecuadamente
la contribución que propone realizar en su trabajo. Esta reflexión le ayudará a escoger los
verbos correctos para la redacción de los objetivos. En la tabla 4 se incluyen algunos verbos
habituales en los objetivos de trabajos académicos, aunque existen muchos otros y su elección
siempre variará dependiendo del trabajo.

Tabla 4. Algunos verbos habituales incluidos en los objetivos de trabajos académicos


Algunos verbos habituales en los objetivos de trabajos académicos

analizar

contabilizar

contrastar

definir

desarrollar

describir

determinar

diseñar

establecer

estudiar

implementar

medir

realizar

Asimismo, se recomienda la redacción de los objetivos con verbos en infinitivo, como


puede observarse en los ejemplos de objetivos de trabajos académicos mostrados hasta ahora:
«realizar», «confeccionar», «formular», «examinar», «explorar», «promocionar», «incluir»,
«impulsar», «fomentar», «determinar», «analizar», «comparar», «revisar», «observar»,
«construir», etc.
Otro aspecto clave en la redacción de los objetivos es una selección adecuada de los
términos introducidos. Como se avanzó el apartado 4 del capítulo 2, los términos son las
unidades léxicas que vehiculan el conocimiento especializado en un ámbito (Cabré, 1999) y,
por lo tanto, los términos incluidos en los objetivos son especialmente relevantes. Veamos el
siguiente ejemplo de una tesis doctoral del ámbito de la empresa y las ciencias sociales:
Nuestro objetivo general es comprobar si existen diferencias en las trasferencias realizadas por los diferentes grupos
competitivos de empresas de su estrategia a uno de sus principales stakeholders –los clientes–, distinguiendo además si la
transferencia de la estrategia es distinta entre los e-clientes y los clientes off-line.
(Ejemplo extraído de Pelegrín, 2013).

Este objetivo incluye términos representativos (tanto en singular como en plural) del ámbito
y del tema de la tesis, como «transferencia», «grupo competitivo», «empresa», «estrategia»,
«stakeholder», «cliente», «e-cliente» y «cliente off-line». Estos son algunos de los términos
clave del trabajo que aparecerán en un gran número de ocasiones en el cuerpo del texto.
Asimismo, suele ser frecuente que algunos de los términos que se introducen en los objetivos
aparezcan también en el título del trabajo, como se verá en el apartado 4 del capítulo 3. En
este caso, el trabajo se titula «Análisis comparativo de la estrategia de los grupos
competitivos: e-clientes vs. clientes off-line». De los términos incluidos en el objetivo
general, cuatro de ellos aparecen en el título: «grupo competitivo», «estrategia», «e-cliente» y
«cliente off-line».
Veamos otro ejemplo, en este caso de una tesis doctoral del ámbito de la biología:
El principal objetivo planteado en esta Tesis Doctoral fue el de determinar los mecanismos moleculares mediante los cuales
PrPC podía estar ejerciendo una función neuroprotectura y reguladora del ciclo celular.
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).

Este objetivo principal también incluye varios términos específicos del tema que trata, como
«mecanismo molecular», «PrPC», «función neuroprotectora y reguladora» (unidad que en
realidad puede desplegarse en dos términos poliléxicos: «función neuroprotectora» y «función
reguladora») y «ciclo celular». Esta tesis se titula «La proteína priónica celular: análisis de su
función neuroprotectora y reguladora del ciclo celular». En este caso, dos de los términos
recogidos en el objetivo principal del trabajo se reflejan literalmente en el título de la tesis:
«función neuroprotectora y reguladora» y «ciclo celular». En este caso aparece también un
fenómeno habitual este tipo de trabajos. En el objetivo observamos la abreviación «PrPC»,
que equivale al término poliléxico «proteína priónica celular», que aparece en el título.
Ambas unidades se refieren al mismo concepto y, por este motivo, aparecen tanto en el
objetivo como en el título, aunque con formas diferentes. La razón es que en el título
normalmente se suelen evitar las abreviaciones, como las siglas o los acrónimos (a no ser que
se trate de unidades ya lexicalizadas, como «sida», que proviene originalmente de «síndrome
de inmunodeficiencia adquirida»). En cambio, en el cuerpo del trabajo, la norma indica que, la
primera vez que aparece un término poliléxico al cual va asociado una abreviación, es
obligatorio ofrecer el término completo y a continuación su abreviación entre paréntesis. De
esta manera, en el resto del texto ya bastará con emplear únicamente la abreviación. Por
ejemplo, en la página 1 de la tesis de la cual se ha extraído el ejemplo anterior, se encuentra
mencionado el término «proteína priónica celular» por primera vez en el cuerpo del texto:
Forma parte de una de las líneas de investigación del grupo, centrada en conocer el posible rol fisiológico de la proteína
priónica celular (PrPC) en el sistema nervioso central.
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).

Por este motivo el autor ya no incluye el término completo en el objetivo principal del
trabajo, sino que inserta directamente la abreviación «PrPC».
El autor de un trabajo académico puede ser creativo a la hora de redactar los objetivos, pero
habitualmente suelen seguirse unas estructuras concretas. La introducción de los objetivos en
un trabajo de este tipo suele ir precedida por una entradilla, del tipo «El objetivo de este
trabajo es». Esta fórmula tiene múltiples variantes posibles, en función de varios factores, que
tienen que ver sobre todo con el número de objetivos, y su división entre generales y
específicos. Por ejemplo, si el trabajo incluye un objetivo general y varios específicos, sería
necesario introducir dos entradillas diferentes justo antes de cada tipo de objetivo:
«El objetivo general de este trabajo es» [objetivo general 1]
«Los objetivos específicos de este trabajo son:»
• [objetivo específico 1]
• [objetivo específico 2]
• [objetivo específico 3]
• [objetivo específico n]
En caso de que hubiese más de un objetivo general, la entradilla debería adaptarse a esta
situación:
«Los objetivos generales de este trabajo son:»
• [objetivo general 1]
• [objetivo general 2]
• [objetivo general 3]
• [objetivo general n]

En la entradilla, los adjetivos «general» y «específico» podrían sustituirse por otros, como
por ejemplo «principal» o «particular». También el sustantivo genérico «trabajo» podría
reemplazarse por «trabajo académico», «trabajo de fin de grado», «trabajo de fin de máster»,
«investigación», «tesis», etc., en función del tipo de trabajo. Sobre la sintaxis de la fórmula,
puede haber otras múltiples alternativas, como «Este trabajo recoge los siguientes objetivos»,
«En este trabajo se incluyen los objetivos siguientes», «Este trabajo persigue los objetivos que
se indican a continuación», etc.
Veamos algunos ejemplos de entradillas más elaboradas para los objetivos específicos, en
este caso de trabajos académicos de ámbitos tan diferentes como la biología, los estudios
feministas y la espeleología, respectivamente:
Alcanzar este objetivo implicaba dirigir o enfocar nuestra línea de investigación a objetivos más específicos, los cuales se
indican a continuación:
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).

Además del objetivo general, los objetivos específicos más relevantes que nos planteamos conseguir en el término de esta
investigación son los siguientes:
(Ejemplo extraído de Tena, 2013).

Las aplicaciones llevadas a cabo para el área del macizo de Cotiella se concretan en una serie de objetivos específicos:
(Ejemplo extraído de Martín, 2012).
Cada uno de los objetivos generales y específicos indicados en los ejemplos anteriores entre
corchetes y en cursiva deben seguir los principios explicados hasta ahora, es decir, han de ser
precisos y concisos, deben constar de una única oración, incluir verbos adecuados y en
infinitivo, y mostrar términos que reflejen el contenido especializado que se quiere transmitir.
La estructura más habitual que siguen los objetivos está formada por:
• Como ya se ha comentado, un verbo en infinitivo, que refleje cuál es la acción que se
realiza en el trabajo. Por ejemplo, «analizar», «diseñar».
• Un complemento directo (o varios), que debe incluir los términos clave del trabajo.
Para redactar este complemento directo, el estudiante debe preguntarse: «¿Qué analizo?»,
«¿Qué diseño?», utilizando el verbo seleccionado en el paso anterior.
• Complementos de modo, finalidad, etc. Estos complementos son opcionales, pero
suelen ser importantes para reflejar de manera sucinta información sobre cómo se logrará el
objetivo en cuestión o cuál es la finalidad última de este. Algunas unidades que ayudan a
reflejarlos son: «para», «por medio de», «mediante», «a través de», etc. Estos
complementos también suelen incluir términos clave del trabajo.
Dentro de la oración que incluye el objetivo puede darse la situación de que haya dos frases
coordinadas (con una conjunción como «y» que funcione como nexo). En este caso, puede
emplearse igualmente la estructura explicada en cada una de las dos frases coordinadas.
La figura 22 incluye de forma esquemática la estructura prototípica que siguen los objetivos
de trabajos académicos.

Figura 22. Estructura prototípica de los objetivos de trabajos académicos



Veamos ahora algunos ejemplos. A continuación se muestran los objetivos principales de dos
trabajos académicos de ámbitos diferentes (biología y psicología). En ambos se ha subrayado
la entradilla, se ha destacado en negrita el verbo principal en infinitivo y se han marcado en
cursiva los complementos, que incluyen términos prototípicos del ámbito y tema del trabajo.
El principal objetivo planteado en esta tesis doctoral fue el de determinar los mecanismos moleculares mediante los cuales
PrPC podía estar ejerciendo una función neuroprotectura y reguladora del ciclo celular.
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).

El objetivo general de esta parte de la investigación es adaptar la versión española de la Escala Barratt de Impulsividad
de para niños de Cosi et al. (2008b) a las características culturales y lingüísticas propias de los niños colombianos.
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).

En estos trabajos académicos pueden observarse también objetivos específicos con


diferentes grados de elaboración. En todos ellos se ha marcado el verbo principal en infinitivo
en negrita. En el ejemplo siguiente, se ha indicado el complemento directo en cursiva, que en
este caso se ha redactado de manera sencilla e incluye varios términos del ámbito de la
psicología, como por ejemplo «impulsividad motora» o «impulsividad cognitiva».
Determinar la consistencia interna de las escalas impulsividad motora, impulsividad cognitiva e impulsividad no
planificadora.
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).

El objetivo específico siguiente, extraído del mismo trabajo, tiene una estructura similar (de
hecho, incluye el mismo verbo inicial, «determinar»), pero en este caso el complemento
directo está dividido en dos partes, unidas por la conjunción «y», ya que el objetivo busca
«determinar» dos aspectos relacionados entre sí: «la relación existente entre las tres escalas
(impulsividad motora, impulsividad cognitiva e impulsividad no planificadora)» y «en qué
casos esta es positiva o negativa». De nuevo, este doble complemento directo incluye términos
propios del ámbito, como por ejemplo «escala», «impulsividad motora», «positiva» o
«negativa».
Determinar la relación existente entre las tres escalas (impulsividad motora, impulsividad cognitiva e impulsividad no
planificadora), y en qué casos esta es positiva o negativa.
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).
En el siguiente objetivo específico, además del verbo en infinitivo (en negrita) y el
complemento directo (en cursiva), se incluye al final de la oración un complemento de
finalidad que comienza con la preposición «para» (subrayado). En este complemento de
finalidad también se observan unidades terminológicas, en este caso del ámbito de la biología,
como por ejemplo «PrP» o «proceso fisiológico».
Analizar los resultados de perfil de expresión génica descritos en diferentes modelos celulares y animales para
determinar la implicación de PrP en diferentes procesos fisiológicos.
(ejemplo extraído de Carulla, 2013)

Lo mismo ocurre en el ejemplo que se muestra a continuación, pero en este caso el


complemento no es de finalidad, sino de modo. Este complemento comienza por la
preposición «mediante» e incluye términos como «epilepsia del lóbulo temporal» y «TLE».
Profundizar en el rol de PrPC como regulador de la transmisión sináptica y la excitabilidad neuronal mediante
modelos in vivo de epilepsia del lóbulo temporal (TLE).
(Ejemplo extraído de Carulla, 2013).

También puede darse el caso (menos frecuente) de que el complemento de finalidad o de


modo preceda al complemento directo, como ocurre a continuación, donde el complemento de
modo incluye la locución preposicional «a través de»:
Contrastar a través del análisis confirmatorio si la solución factorial obtenida de la muestra colombiana replica los
cuatro factores propuestos por Buss y Perry (1992).
(Ejemplo extraído de Chahín, 2013).
En resumen, en este apartado se han ofrecido pautas para la redacción de los objetivos de un
trabajo académico, haciéndose hincapié en algunos conceptos importantes que deben tenerse
en cuenta, como la división entre objetivos generales y específicos, la precisión y la
concisión, la importancia de la elección de los verbos y de los términos, y las estructuras
prototípicas que suelen emplearse. Si el estudiante tiene en cuenta estos aspectos, la redacción
de los objetivos, que supone una de las etapas clave en el proceso de elaboración de un
trabajo académico, supondrá menos esfuerzo y se convertirá en una tarea más sencilla.

4. La portada y el título
La portada de un trabajo académico, que incluye, entre otros datos, su título, es la primera
información a la que accede un lector. Por ello, es importante ofrecer una portada adecuada, y
un título interesante, que llame la atención.
Habitualmente, la institución académica a la cual está adscrito el trabajo académico del
estudiante ofrece una plantilla de la portada o las pautas para realizarla, que incluyen varios
datos, como pueden ser: el nombre y el logo de la institución, el nombre del programa
académico, el tipo de trabajo académico (de grado, de máster, etc.), el título del trabajo, el
nombre y apellidos del autor, el nombre y apellidos del director (y, en su caso, del
codirector), la ciudad, la fecha, etc. Estos datos pueden ser más o menos completos en función
de la institución y del tipo de trabajo.
Veamos algunos ejemplos. La figura 23 muestra la plantilla de la portada para los trabajos
de fin de grado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alicante:10

Figura 23. Plantilla de la portada del trabajo de fin de grado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alicante

La figura 24 incluye la plantilla interactiva de la portada para los trabajos de fin de máster
del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la UPF:11

Figura 24. Plantilla de la portada del trabajo de fin de máster del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la
UPF

Existen otras instituciones que no ofrecen una plantilla, sino que únicamente indican los
datos que el estudiante debe incluir en la portada. No obstante, hoy en día, la mayor parte de
las universidades o instituciones académicas disponen de una plantilla específica que es
obligatorio emplear.
Redactar el título de un trabajo académico no es una tarea fácil, ya que este debe sintetizar
la idea principal del trabajo (es decir, podría decirse que sería el resumen más reducido
posible del trabajo) y, a la vez, debe llamar la atención del lector (esto es, ha de ser sugerente
pero a la vez profesional). Normalmente, los títulos de trabajos académicos son frases
nominales y no suelen incluir verbos (o al menos verbos conjugados), sino nominalizaciones
verbales. Veamos algunos ejemplos:
La aplicación de las TIG en el campo de la espeleología
(Ejemplo extraído de Martín, 2012).

Gestión de recursos en nodos multi-core de memoria compartida


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).

Desarrollo, implementación y publicación de los geoservicios WMS y WFS del Parc Natural de Collserola
(Ejemplo extraído de Salas, 2013).

En estos casos, los tres títulos son frases nominales, que incluyen a su vez diferentes
nominalizaciones verbales, como por ejemplo «aplicación», «gestión», «implementación» o
«publicación».
En cuanto a la extensión del título, no hay un número de palabras predefinido. Eso sí, no se
recomiendan los títulos excesivamente largos, de más de veinte palabras (a no ser que sea
realmente necesario). La longitud a veces tiene que ver con el ámbito en el que se circunscribe
el trabajo académico, pero también depende del estilo del autor. A continuación se ofrece un
ejemplo de título muy breve (6 palabras) y otro de un título largo (22 palabras):
Adaptación del CSS al marketing político
(Ejemplo extraído de Busquets, 2009).

La Política sancionadora de la Unión Europea en el Norte de África. Estudios de caso a la luz de la Primavera Árabe
(Ejemplo extraído de Boneta, 2011).
Pueden seguirse múltiples estructuras para la redacción de un título. Por este motivo, es
difícil ofrecer unas pautas concretas en este sentido. La estructura más sencilla es una única
frase nominal larga, como en los casos siguientes:
Los dispositivos móviles en el aprendizaje de las ciencias sociales
(Ejemplo extraído de Bernabé, 2013).

Gestión de recursos en nodos multi-core de memoria compartida


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).

Si en el título se quieren reflejar dos o más temas correlacionados entre sí, una opción
posible es unir frases nominales mediante una conjunción, como podría ser «y»:
Periodismo y dispositivos móviles de lecto-escritura. Introducción al diseño de contenidos para tabletas
(Ejemplo extraído de Lisboa, 2011).

Desarrollo, implementación y publicación de los geoservicios WMS y WFS del Parc Natural de Collserola
(Ejemplo extraído de Salas, 2013).

Otra posibilidad es dividir el título en dos frases nominales separadas por un punto, como
ocurre en los títulos siguientes:
Política sancionadora de la Unión Europea en el Norte de África. Estudios de caso a la luz de la Primavera Árabe
(Ejemplo extraído de Boneta, 2011).

Cuerpos construidos, cuerpos mediatizados. Imágenes y textos de España y Costa Rica


(Ejemplo extraído de Tena, 2013).

Esta división también puede realizarse mediante los dos puntos:


El futuro de los archivos audiovisuales en España: un reto para la documentación de los programas de televisión
(Ejemplo extraído de Noriega, 2014).

Una estrategia muy productiva es redactar el título a partir del objetivo principal del trabajo.
En el apartado 3.2 del capítulo 3 se vio que muchos de los términos incluidos en los objetivos
del trabajo aparecen también en el propio título. También pueden aparecer variantes
sinonímicas de los términos, hiperónimos, términos relacionados semánticamente,
nominalizaciones de los verbos incluidos en los objetivos, paráfrasis, etc. En las tablas 5, 6 y
7 se muestran algunos ejemplos de objetivos principales extraídos de trabajos académicos y
su correlación con los títulos de dichos trabajos.

Tabla 5. Ejemplo de correlación entre el objetivo y el título de un trabajo de fin de máster en el ámbito de la formación de
profesorado
Objetivo Explorar las posibilidades que ofrecen los dispositivos móviles para el aprendizaje en el área de las ciencias sociales.

Título Los dispositivos móviles en el aprendizaje de las ciencias sociales

Fuente Bernabé (2013)

Correlación de elementos entre el título y el objetivo Tipo de correlación

dispositivos móviles ó dispositivos móviles términos exactos

aprendizaje ó aprendizaje términos exactos

área de las ciencias sociales ó ciencias sociales sinónimos

Tabla 6. Ejemplo de correlación entre el objetivo y el título de un trabajo de fin de máster en el ámbito de la informática
El objetivo general de esta investigación es analizar el problema de la planificación de los nodos de cómputo multi-thread,
Objetivo
multi-core y multi-procesador de memoria compartida.

Título Gestión de recursos en nodos multi-core de memoria compartida

Fuente Ferreira (2010)

Correlación de elementos entre el título y el objetivo Tipo de correlación

planificación ó gestión términos relacionados

nodos de cómputo multi-thread, multi-core y multi-procesador ó nodos multi-core hipónimos-hiperónimo

memoria compartida ó memoria compartida términos exactos


Tabla 7. Ejemplo de correlación entre el objetivo y el título de un trabajo de fin de máster en el ámbito de la geografía
Diseñar e implementar los servicios de publicación en internet de la información geográfica del Parc Natural de la Serra de
Objetivo Collserola incorporándose así a la comunidad de entidades públicas o privadas productoras de datos espaciales que
publican su información geográfica.

Título Desarrollo, implementación y publicación de los geoservicios WMS y WFS del Parc Natural de Collserola

Fuente Salas (2013)

Correlación de elementos entre el título y el objetivo Tipo de correlación

términos relacionados +
diseñar ó desarrollo
nominalización

implementar ó implementación nominalización

publican ó publicación nominalización

servicios de publicación en internet de la información geográfica ó geoservicios


WMS y WFS
paráfrasis

Parc Natural de la Serra de Collserola ó Parc Natural de Collserola sinónimos

Si el estudiante tiene dificultades para tomar una decisión final con respecto al título de su
trabajo académico, una estrategia es escribir todas las opciones en un documento para después
debatirlas con el director del trabajo y, entre ambos, decidir cuál es el título «ganador».

5. Elaboración automática del índice


En el apartado 3.1 del capítulo 3 se explicó que, en un trabajo académico, los apartados y
los subapartados deben aparecer numerados correctamente de manera consecutiva y que,
concretamente en los trabajos de fin de grado o de máster, no se recomienda una gradación
mayor de tres niveles en la estructura de apartados.
La información que debe aparecer obligatoriamente en un índice es la siguiente:
• La palabra «Índice» (o algún sinónimo).
• La numeración de los apartados y los subapartados.
• El título de los apartados y los subapartados.
• El número de página donde empieza cada apartado y subapartado.
Hoy en día existen herramientas automáticas que facilitan la tarea de elaboración del índice.
Con cualquiera de los procesadores de textos mencionados en el apartado 1 del capítulo 3 es
posible crear índices automáticamente, si se ha trabajado con estilos durante el proceso de
elaboración del texto (como se indicó en el apartado 2 del capítulo 3). Solo es necesario
marcar los títulos y los subtítulos de los diferentes apartados en el texto con los estilos que
ofrecen estos procesadores (aplicando el formato deseado), para después realizar el índice de
manera automática.
En el momento en que se desee generar el índice, es necesario situarse en el punto del texto
en donde se quiera insertar (se recomienda hacerlo cuando se haya acabado el trabajo, para
que los títulos de los apartados y los números de página sean los definitivos). Debe
seleccionarse el formato que se quiera dar al índice, sobre todo en relación con los números
de página y la profundidad de los niveles. En la figura 25, por ejemplo, en el Office Word de
Windows se ha seleccionado mostrar los números de página y alinearlos a la derecha, e incluir
tres niveles en la estructura del índice.

Figura 25. Selección del formato del índice automático en el procesador de texto del Office Word


El resultado obtenido debería ser similar al reflejado en la figura 26.

Figura 26. Ejemplo de índice automático realizado con el procesador de texto del Office Word

En caso de que posteriormente se realice alguna modificación en el cuerpo del texto del
trabajo académico, es necesario actualizar el índice, para que los números de página y los
títulos se correspondan con la versión final del trabajo.

6. El resumen (abstract) y las palabras clave (keywords)


A lo largo de la historia se han ofrecido distintas definiciones del término «resumen»,
muchas de las cuales aparecen recogidas en mi tesis doctoral (da Cunha, 2008). En este
apartado reproduzco algunas de ellas porque considero que pueden resultar ilustrativas para el
estudiante. Por ejemplo, van Dijk (1989, pág. 71) define resumen en general como «la
manifestación textual de la macroestructura de un texto», entendiendo como macroestructura de
un texto «una representación abstracta de este que tiende a la aprehensión global de su
significado» (van Dijk, 1989, pág. 55). Para este mismo autor, resumir es la operación por la
que se abrevia el contenido de un documento y se le representa por un cierto número de
oraciones que expresan la sustancia (van Dijk, 1989). Por su parte, Pinto Molina (1992)
afirma que el resumen es un nuevo documento representativo del original, que debe incluir
todos los aspectos destacados del documento original siguiendo el estilo y la ordenación del
documento original, y evitando cualquier apreciación y juicio crítico. Desde el ámbito de la
documentación, López Yepes (1977) indica que resumir supone una técnica documental que
nace de la ciencia moderna y cuyo resultado es el resumen, es decir, un documento secundario
que se desarrolla sobre un vehículo informativo, como es la publicación de carácter científico.
El American National Standards Institute (ANSI) ofrece una definición técnica de resumen en
el ámbito científico: «an abbreviated, accurate representation of the contents of a document,
preferably prepared by its author(s) for publication with it». Finalmente, la definición incluida
en la norma ISO 214-1976 (E), equivalente a la norma UNE 50-103-90, es la siguiente: «an
abbreviated, accurate representation of the contents of a document, without added
interpretation or criticism and without distinction as to who wrote the abstract».
El resumen de un trabajo académico tiene carácter científico y, por lo tanto, partiendo de
estas definiciones, se trata de un texto que refleja de manera fiel los contenidos del texto
original, pero de manera más breve y sucinta, y que es preparado por el mismo autor del texto
original para publicar conjuntamente. Además, si el resumen debe seguir la macroestructura
del texto original, la estructura y los contenidos de ambos documentos deben ser muy
similares. Como ya se ha visto, en el caso de un trabajo académico, este incluye unos
contenidos prototípicos en un orden determinado, como motivación, objetivos, estado de la
cuestión, marco teórico, metodología, análisis, resultados y conclusión. Así, el resumen de
este género textual debe reflejar también los contenidos principales del trabajo, de manera
muy breve (quizás dos oraciones para cada uno de estos contenidos) y en el mismo orden. Por
ejemplo, una posible estructura para un resumen de un trabajo de fin de grado o de fin de
máster sería:
• Una oración de motivación y contextualización en el ámbito y subámbito.
• Una oración con el objetivo (u objetivos).
• Breve explicación de la metodología (quizás no es suficiente con una oración).
• Una oración o dos con los resultados principales.
• Una oración a modo de conclusión.
Todo depende también de la extensión del resumen. En trabajos académicos de fin de grado
o de máster, la extensión habitual fluctúa entre media página y una página. Es importante que el
estudiante consulte previamente si su institución académica ofrece pautas en este sentido.
También es recomendable realizar el resumen cuando el trabajo esté finalizado y revisado,
para evitar realizar modificaciones innecesarias en este durante el proceso de elaboración del
trabajo académico.
Veamos algunos ejemplos de resúmenes extraídos de trabajos de fin de máster, de los
ámbitos de la arquitectura y de la traducción, respectivamente:
El siguiente Trabajo de Fin de Máster propone el desarrollo de un método de intervención urbana en el que se propone la
iluminación como elemento regenerador del espacio a través de la implementación de planes de luz destinados a intervenir los
elementos que componen el espacio urbano creando una imagen nocturna característica de la ciudad y estableciendo una
relación entre el ciudadano y el espacio urbano. Se estudiarán antecedentes, ejemplos de intervenciones realizadas en
elementos urbanos y cómo la iluminación ha ido evolucionando más allá de una necesidad de seguridad en horas nocturnas a
un componente transformador del espacio. Mediante el análisis de diversos casos de estudio comprobaremos la
implementación de los planes de luz y su impacto dentro de los espacios intervenidos para finalmente plantear una propuesta
dentro de un espacio marginado y determinar los principales parámetros que concretan el papel de la luz como un elemento
que valoriza y caracteriza el paisaje de la ciudad.
(Ejemplo extraído de Santana, 2014).

Dentro del Espacio Europeo de Educación Superior, las nuevas tecnologías se han convertido en la herramienta por
excelencia del aprendizaje, como lo demuestra la multiplicación de los campus virtuales. Los programas informáticos para la
formación en interpretación, si bien ofrecen cursos valiosos para la práctica, siguen siendo escasos y su acceso muy
restringido. El propósito de nuestro proyecto es proponer un dispositivo que una todos los recursos necesarios para formarse
en interpretación y saque mayor provecho del desarrollo reciente de plataformas educativas. Así, planteamos la creación de
Interpretarium mediante la plataforma Moodle, cuyas funcionalidades permiten no sólo subsanar las carencias de los
proyectos anteriores sino también potenciar una enseñanza-aprendizaje reflexiva y cooperativa en línea. El diseño de la
versión test de Intepretarium constituye el primer paso de un proceso de innovación docente para el que la colaboración de
sus usuarios (docentes, estudiantes y profesionales de la interpretación) es esencial.
(Ejemplo extraído de Monbet, 2011).

También debe tenerse en cuenta que, de la misma manera que hay determinados ámbitos que
solicitan apartados o contenidos específicos en los trabajos académicos, también hay ámbitos
que exigen ciertas particularidades en los resúmenes de estos trabajos. El estudiante es el
responsable de seguir las pautas de elaboración de resúmenes adecuadas a su ámbito de
investigación. Por ejemplo, en el ámbito de la salud, el resumen suele dividirse en secciones,
como se observa en el siguiente caso, extraído de un trabajo de fin de máster:
Introducción
[…]
Objetivos
[…]
Material y métodos
[…]
Resultados
[…]
Discusión
[…]
Utilidad y aplicabilidad del estudio
[…]
Conclusión
[…]
(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).

Para saber más sobre cómo escribir un buen resumen, recomiendo la lectura de las recientes
obras de Parodi, Ibáñez y Venegas (2014) y Bondi y Lorés (2014).
En un trabajo académico, además del resumen en la lengua original del trabajo, es habitual
incluir un abstract, es decir, la traducción del resumen al inglés. Actualmente, el inglés es la
lengua de comunicación científica internacional y es por este motivo que suele solicitarse la
inclusión del abstract en trabajos académicos, para fines de difusión e indexación. El
estudiante debe confirmar si su institución académica exige incluir el abstract en el trabajo.
De todas maneras, aunque no lo indique explícitamente, si es posible, es recomendable
añadirlo.
Se sugiere también elaborar el abstract una vez el resumen en la lengua original del trabajo
esté finalizado y revisado, para no realizar modificaciones constantes. También se
recomienda, siempre que sea posible, la revisión del abstract por alguna persona que domine
el inglés. Algunas herramientas útiles que pueden ayudar a realizar la traducción son:
• Diccionarios incluidos en WordReference: http://www.wordreference.com.
• Traductor automático de Google: https://translate.google.es.
• Traductor automático LucySoftware: http://www.lucysoftware.com.
No debe olvidarse que los traductores automáticos aún tienen muchas limitaciones y, en
ningún caso, una traducción automática puede tomarse como una traducción definitiva. Estos
sistemas de traducción suponen solo una herramienta de ayuda al estudiante y su resultado
debe ser revisado exhaustivamente por el autor del trabajo y/o por un revisor externo.
Veamos algunos ejemplos de abstracts de trabajos de fin de máster, del ámbito de la
astrofísica y la ingeniería eléctrica, respectivamente:
In this work we have conducted a detailed study of kinematics of stars with exoplanets. The study focused on the stars with
exoplanet confirmed by radial velocity and distance determined by Hipparcos. We have collected all the necessary
parameters for calculating the Galactic space velocities (U, V, W), have identified the stars that are potential kinematics
members in young moving groups in the Galactic disk […] and, last, analysed their actual membership and youth after
gathering all available information in the literature (lithium, abundance of lithium, rotation, magnetic activity).
(Ejemplo extraído de Rojas, 2011).

The current and future energetic situation is conditioned by the limited fossil fuel reserves. This energetic situation affects
specially the transportation sector, due to its higher energy consumption. This fact, as well as the increasing environmental
concern impulses the research and development of alternative energy sources.
In the transportation sector, the internal combustion engine propelled by fossil fuel can be substituted by electrochemical
systems, such as the fuel cell, batteries or ultracapacitors. The success for carrying out the implementation at large scale
depends on the ability to solve current problems of hydrogen storage and supply, cost and range.
In this Master Thesis, the dynamic model and simulation of a low temperature fuel cell PEM and a lead acid battery VRLA is
accomplished. The modelling of both systems can be tackled from different points of view, such as fluid thermal,
electrochemical, electric, etc. due to the multi disciplinary nature of these technologies. In this thesis, an electric model based
on experimental work is presented for both systems. The tests carried out are current interruption and electrochemical
impedance spectroscopy tests.
Apart from the modelling and simulation of fuel cell and battery, a test bench for energy sources is developed. This test bench
is a hardware in the loop (HIL) simulation. This methodology is extensively used in the aero spatial and automotive sectors to
carry out test on electronic control units or fault simulations, reducing cost, simplifying the installation required and allowing a
greater flexibility.
Therefore, a HIL simulation is performed, taking the battery as the hardware system and the fuel cell and vehicle dynamics
as the simulated systems. These two simulated systems interact through power signals with the real battery as the simulation
of these systems are done through other equipments which simulate the behaviour of the fuel cell and the vehicle dynamics.
(Ejemplo extraído de Gauchía, 2008).

Además del resumen y del abstract, en un trabajo académico suelen incluirse las llamadas
palabras clave. En el apartado 4 del capítulo 2 ya se avanzó que estas palabras clave se
corresponden con los términos más representativos del tema tratado en el trabajo académico,
que pueden ser tanto monoléxicos como poliléxicos. En la tabla 1 se incluyeron asimismo
algunas palabras clave de trabajos académicos de ámbitos diferentes. No existe un número
concreto de palabras clave, pero suelen ofrecerse entre tres y seis, en función del trabajo. Hay
algunas instituciones académicas que solicitan un número concreto. El estudiante debe
informarse de ello.
De la misma manera que el resumen, las palabras clave deben seleccionarse al finalizar el
proceso de elaboración del trabajo académico, para que estas reflejen adecuadamente el
contenido definitivo de este. Una estrategia útil es extraerlas del título o del objetivo (u
objetivos) general del trabajo. Las palabras clave deben aparecer también en el resumen.
Veamos algunos ejemplos. En el siguiente trabajo de fin de máster del ámbito de la
arquitectura, las palabras clave que acompañan al resumen coinciden con varios de los
términos exactos que aparecen en los objetivos (en negrita) o son términos relacionados
semánticamente (subrayados):
Palabras clave: Edificación, tipología estructural, asientos diferenciales, daño estructural, sensibilidad, análisis
estadístico, clustering.
Objetivos generales:
1. Clasificación y selección de las tipologías estructurales representativas de los edificios de la ciudad de Barcelona.
2. Clasificación de los efectos producidos por los asientos, para cada uno de los tipos representativos de edificios.
3. Desarrollo de modelos numéricos para la simulación del comportamiento de los edificios ante asientos. Comprobación y
validación de dichos modelos a partir datos reales.
4. Elaboración y ensayo de una herramienta predictiva del Nivel de afectación, mediante redes neuronales. Comprobación y
verificación con datos reales.
5. Clasificación de la sensibilidad de los distintos tipos de edificios ante asientos.
(Ejemplo extraído de Chirino, 2011).

En el siguiente trabajo de fin de grado, del ámbito de la publicidad y las relaciones públicas,
los dos términos principales del título aparecen a su vez como palabras clave del trabajo:
Palabras clave: CSS, CzSS, satisfacción del cliente, satisfacción ciudadana, marketing político, investigación de mercados,
Administración pública, comunicación, Perú.
Título: Adaptación del CSS al marketing político
(Ejemplo extraído de Busquets, 2008).

En el caso de que se incluya el abstract en el trabajo académico, también es necesario


incluir las keywords, es decir, los términos equivalentes en inglés a las palabras clave
seleccionadas. Las keywords no son simplemente traducciones literales de las palabras clave,
sino que son las unidades terminológicas empleadas en inglés para referirse a una misma
realidad. Por este motivo, es indispensable consultar bases de datos terminológicos o textos
especializados del ámbito, que permitan al estudiante seleccionar adecuadamente estas
unidades. Dos recursos son útiles para ello:
• La base de datos terminológicos multilingüe de la Unión Europea (IATE):
http://iate.europa.eu.
• La base de datos terminológicos multilingüe del centro de terminología de la lengua
catalana (TERMCAT): http://www.termcat.cat.
Las palabras clave en castellano deben incluirse con minúscula inicial (a no ser que se trate
de nombres propios o siglas), mientras que las keywords en inglés pueden aparecer con
mayúscula. Algunos ejemplos de keywords de trabajos académicos del ámbito del periodismo,
la informática y la formación del profesorado son, respectivamente:
Keywords: iPad, design, mobile device, journalism in tablets.
(Ejemplo extraído de Lisboa, 2011).

Keywords: TIC, web, Social science, teenagers, interactive generation, digital age, tablets smartphones, Apps.
(Ejemplo extraído de Bernabé, 2013).

Keywords: Resource Management, Scheduler, Cluster, Bioinformatics Applications.


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010).

7. Tablas, gráficos y figuras


En un trabajo académico es habitual añadir elementos visuales para ayudar al lector a seguir
el contenido del texto. Estos elementos pueden ser tablas, gráficos, figuras e incluso
fotografías. El tipo de elementos visuales incluidos en un trabajo académico depende del
ámbito especializado en el que este se enmarca. Por ejemplo, en el ámbito de la arquitectura o
del diseño suelen incorporarse muchas figuras y fotografías, mientras que en el ámbito de la
economía o de las ciencias sociales es más habitual añadir tablas y gráficos.
Hay algunos apartados del trabajo académico en los que es más frecuente incluir este tipo de
elementos. Por ejemplo, son poco habituales en los apartados de Introducción o Conclusiones,
mientras que son muy frecuentes en los apartados de Metodología (como ya se indicó en el
apartado 5 del capítulo 2) y de Resultados (como se vio en el apartado 7 del capítulo 2).
Con respecto a los elementos visuales en el apartado de la Metodología, estos suelen ser
tablas esquemáticas (tabla 2) o figuras, que pueden ser más o menos complejas (por ejemplo,
la figura 12 tiene un nivel de complejidad medio, mientras que la figura 13 tiene un nivel de
complejidad muy alto). La complejidad depende de las fases y subfases de la metodología y
de la información que el estudiante considere pertinente añadir. Las figuras deben ayudar al
lector a entender el contenido del texto. No es mejor la figura más compleja, sino la figura más
clara e informativa.
En el apartado de Resultados es muy frecuente incluir tablas y gráficos que reflejen los
hallazgos del trabajo de campo, de los análisis y/o de los experimentos del trabajo académico.
Es obligatorio referenciar en el cuerpo del texto cualquier tabla, figura, gráfico, etc., y también
explicar los resultados. Es decir, no basta con incluir los resultados en el interior de un
elemento gráfico, sino que hay que redactarlos (todos o, al menos, los más importantes). En el
apartado 7 del capítulo 2 se mostraron algunos ejemplos de explicaciones de resultados en el
cuerpo del trabajo, con sus correspondientes gráficos o tablas (figuras 14 y 15).
Todas las tablas, gráficos, figuras y fotografías deben estar numeradas consecutivamente y
han de incluir un título representativo (normalmente debajo, pero también puede ubicarse
encima). Se recomienda que este título sea una frase nominal y que no supere las dos líneas. El
tamaño de letra del título suele ser un punto o dos inferior al tamaño de la letra del cuerpo del
texto. El punto final en el título no es obligatorio, pero sí es obligatorio ser sistemático en todo
el trabajo.
Algunos ejemplos de títulos de figuras y de tablas de trabajos académicos de ámbitos tan
diferentes como la biblioteconomía, la traducción, la informática, la astrofísica o la
espeleología, que se corresponden con frases nominales, son, respectivamente:
Figura 3. Esquema del sistema de archivo basado en librerías de cintas de Telecinco (elaboración propia, basado en gráfico de
José Ramón Luján)
(Ejemplo extraído de Noriega, 2014).

Figura 24. Dimensiones metodológicas de la investigación social (Bericat, 1998:62)


(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

Figura 7. Esquema de un sistema multi-core con dos dominios de memoria


(Ejemplo extraído de Ferreira, 2010)

Tabla 2. Velocidades Radiales para estrellas Hipparcos con Exoplanetas


(Ejemplo extraído de Rojas, 2011).

Tabla 1. Características y procedencia de las capas de datos de información de partida


(Ejemplo extraído de Tena, 2013).

Las tablas pueden incluir contenido cualitativo o contenido cuantitativo, en función de los
resultados obtenidos, como ya se avanzó en el apartado 7 del capítulo 2. Veamos un par de
ejemplos de tablas, ambas extraídas de un trabajo de fin de máster del ámbito de la
arquitectura. La figura 27 muestra una tabla cualitativa y la figura 28 una tabla cuantitativa. En
ambos casos, el estudiante ha ubicado los títulos encima de las tablas.

Figura 27. Ejemplo de tabla cualitativa (extraída de Chirino, 2011)


Figura 28. Ejemplo de tabla cuantitativa (extraída de Chirino, 2011)



Veamos ahora algunos ejemplos de figuras extraídas del mismo trabajo de fin de máster. En
la figura 29 se observa un diagrama que muestra el resultado de uno de los experimentos
realizados en el trabajo académico. En la figura 30 se muestra un gráfico que refleja otro de
los resultados obtenidos. En este caso, el estudiante opta por ubicar los títulos de las figuras
debajo y no encima.

Figura 29. Ejemplo de figura (extraída de Chirino, 2011)


Figura 30. Ejemplo de gráfico (extraído de Chirino, 2011)


Obtener diferentes tipos de gráficos a partir de tablas cuantitativas realizadas en hojas de
cálculo es muy sencillo. Por ejemplo, pueden realizarse con el sistema Excel de Microsoft
Office (Windows) o con el sistema Calc del LibreOffice, que tienen funcionalidades muy
similares. Grosso modo, los pasos para realizar un gráfico en Excel son:
• Paso 1. Insertar los datos numéricos en un fichero Excel
• Paso 2. Seleccionar la tabla creada con el cursor
• Paso 3. Seleccionar el tipo de gráfico (Insertar > Gráficos): columna, circular, barra,
etc.
A continuación, el gráfico aparecerá automáticamente en el fichero de cálculo, como puede
verse en la figura 31.

Figura 31. Ejemplo de gráfico realizado a partir de una tabla en una hoja de cálculo Excel


Un último apunte con respecto a las imágenes: todas las tablas, figuras, gráficos, fotografías,
etc. que se extraigan de otras publicaciones tanto electrónicas como en papel (trabajos
académicos, libros, artículos, manuales, etc.) o de Google Imágenes deben incluir su fuente
correspondiente de manera explícita. En caso contrario, el estudiante estará cometiendo un
plagio.

8. Anexos
Los anexos son las páginas finales de un trabajo académico e incluyen contenidos que, ya sea
por su tamaño o por su menor relevancia, no son susceptibles de ser incorporados en el cuerpo
del texto. Los anexos deben incluir un título representativo al inicio y su formato puede ser en
papel o en versión electrónica (por ejemplo, se pueden grabar en un CD-ROM). Algunos
contenidos que podrían aparecer en los anexos son, por ejemplo, textos que forman parte de un
corpus (en el ámbito de la lingüística o de la traducción), planos (en el ámbito de la
arquitectura), código de programación (en el ámbito de la informática), fotografías o imágenes
(en el ámbito del diseño), leyes (en el ámbito del derecho), noticias de medios de
comunicación (en el ámbito del periodismo), etc.
Los anexos deben aparecer referenciados en el índice del trabajo. Veamos algunos ejemplos
de anexos de trabajos académicos del ámbito de la arquitectura y de la salud:
ANEXO I. TABLA DE FRECUENCIAS GENERAL
ANEXO II. TABLA CONGLOMERADOS CLASIFICACIONES
ANEXO III. TABLA INVENTARIO GENERAL EDIFICACIONES (Incluido en CD)
ANEXO IV. BASE DE DATOS (Valores)
ANEXO V. BASE DE DATOS (Conglomerados)
(Ejemplo extraído de Chirino, 2011).

Anexo 1: Encuesta de recogida de datos FRCV


Anexo 2: IMC Clasificación
Anexo 3: Tablas
(Ejemplo extraído de Serrano, 2012).

9. Criterios de citación bibliográfica


Todo trabajo académico debe incluir un apartado de referencias bibliográficas. En este
apartado, es imprescindible referenciar todas las publicaciones mencionadas en el cuerpo del
texto. Asimismo, todas las referencias incluidas en este apartado deberían aparecer
mencionadas en el cuerpo del trabajo (a no ser que se añada un subapartado de «Bibliografía
consultada», que no tiene por qué estar citada en el texto; sin embargo, habitualmente en
trabajos de fin de grado o de máster no se recomienda esta opción).
Para organizar el trabajo y ahorrar tiempo, se recomienda al estudiante emplear un gestor de
referencias bibliográficas. Se trata de herramientas que permiten elaborar, mantener,
organizar y compartir referencias bibliográficas de cualquier género textual, como artículos de
revista, libros, manuales, etc. También permiten crear citas y listados de bibliografía en
documentos de trabajo con diferentes formatos de citación. Casi todas las universidades dan
acceso a sus estudiantes a algún gestor comercial, como por ejemplo el sistema Mendely12 o el
sistema RefWorks13. Existen otros gestores de referencias bibliográficos de código abierto,
como Zotero14, que tienen las mismas funcionalidades. Si se trabaja en LaTeX, será de utilidad
el empleo de BibTeX15, una herramienta para dar formato a listas de referencias, que facilita
la realización de citas bibliográficas mediante la separación de la información bibliográfica
del cuerpo del texto, mediante un fichero independiente que incluye las referencias y tiene una
extensión .bib.
El objetivo de los siguientes apartados no es ofrecer al estudiante una guía exhaustiva de
cómo realizar las referencias de su trabajo académico, ya que existen multitud de
publicaciones muy completas sobre este tema, sino ofrecer algunas recomendaciones e
información para realizar citaciones bibliográficas en el cuerpo del texto y en el apartado de
bibliografía, así como recursos y materiales de consulta.

9.1. En el texto
En algunas instituciones académicas y en función del ámbito especializado del trabajo, se
utiliza un modelo concreto de citas bibliográficas. Por este motivo, el estudiante debe
informarse sobre las pautas de citación exigidas por su institución o ámbito, tanto en el cuerpo
del texto como en el apartado de bibliografía. En el caso de que la institución no especifique
esta cuestión, el estudiante debe seleccionar un formato y emplearlo de manera sistemática en
todo el trabajo.
Algunas recomendaciones para realizar citas en el cuerpo del texto son:
• Siempre debe citarse al autor de una afirmación, idea, propuesta, estrategia,
metodología, etc., en caso de que se utilice en el trabajo académico. En caso contrario, el
estudiante estará cometiendo un plagio.
• Para citar en el cuerpo del texto, debe indicarse el autor o autores del trabajo más el
año entre paréntesis. Por ejemplo: García (2004); García, Pérez y Sánchez (2004).
• Si hay más de tres autores de un trabajo suele incluirse únicamente el primer autor más
la indicación «et al.». Por ejemplo: García et al. (2004).
• Si se mencionan varios autores de trabajos diferentes, suelen incluirse entre paréntesis
separados por punto y coma. Por ejemplo: (Barratt, 1994; Parker y Bagby, 1997).
• Si se realiza una cita literal, el texto citado debe aparecer entre comillas. Asimismo, es
obligatorio incluir el número de página en la cita, después del año de publicación. Esta
información se suele separar con un punto y coma o dos puntos, o incluso con una coma y la
abreviatura de página. Por ejemplo: García (2004; 30), García (2004: 30) o García (2004,
pág. 30), en función del modelo de cita empleado. El siguiente ejemplo ilustra una cita literal
en el cuerpo del texto:
Según Hurtado Albir (Hurtado Albir, 2001:643) la traducción se puede definir como un «proceso interpretativo y comunicativo
que consiste en la reformulación de un texto con los medios de otra lengua y que se desarrolla en un contexto social y con
una finalidad determinada».
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

• Si no se cita literalmente, sino que se realiza una reformulación o paráfrasis de una idea
de otro autor, el texto no debe aparecer entre comillas y tampoco se incluye el número de
página en la referencia, como ocurre en el ejemplo siguiente.
A continuación, en los epígrafes que siguen, presentamos el modelo del proceso de ejecución de las traducciones de Gouadec
(2005) donde veremos el concepto de tarea como operación en una secuencia productiva.
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

• Normalmente, las citas literales de menos de tres líneas aparecen insertadas en el


mismo párrafo. En cambio, las citas que superan las tres líneas suelen separarse del texto
principal con un salto de línea y destacarse con un tamaño de letra, tipo de letra, interlineado
o sangría diferente, como ocurre en el siguiente ejemplo:
La definición de proceso de trabajo (productivo) que adoptamos en esta investigación es la que proponen Verd et al. (2007)
en el campo de la Sociología del Trabajo:
«De este modo, el concepto de proceso de trabajo por el que optamos lo entiende como (i) un conjunto de interacciones (de
diferente naturaleza, fácticas, cognitivas...), (ii) entre sujetos sociales (individuos o grupos) e instrumentos, (iii) llevadas a
cabo en una situación determinada espacio-temporal y (iv) en contextos (de orden más o menos limitado desde los más
inmediatos hasta los más genéricos y de naturaleza diversa, económico, organización productiva, etc.), (v) en vistas a la
modificación material o simbólica de un producto.» (Verd et al. 2007:150)
(Ejemplo extraído de Kuznik, 2007).

9.2. En la sección de bibliografía


En el blog de la bibliotecaria M.ª Luisa Álvarez titulado Infobiblio (Álvarez, 2012), se
incluye una sección muy completa sobre los principales estilos de citas bibliográficas, que
recomiendo a cualquier estudiante interesado en el tema. Aquí ofrezco un resumen de la
información sobre estilos que aparece en este blog especializado:
• Estilo Harvard referencing. La lista de referencias se incluye al final del documento y
se ubica a los autores por orden alfabético. Si un autor tiene varias citas, sus referencias se
ordenan cronológicamente. Este estilo de citación se aplicó a la mayoría de los posteriores
estilos bibliográficos, como MLA y APA.
• Estilo Chicago (CMS) (CMOS). Usado especialmente en los ámbitos de la historia, las
ciencias sociales, el arte, la musicología y la literatura.
• Estilo Turabian. Usado especialmente en el ámbito de las humanidades.
• Estilo MLA. Es el estilo de la Modern Language Association. Usado especialmente en
el ámbito de las humanidades.
• Estilo Vancouver (URM). Usado especialmente por las principales revistas del ámbito
de la medicina.
• Estilo APA. Usado especialmente en el ámbito de la psicología y las ciencias sociales.
• Estilo AMA. Es el estilo de la American Medical Association.
• Estilo ACS. Es el estilo de la American Chemical Society.
• Estilo IEEE. Usado especialmente en el ámbito de la ingeniería y de la informática.
• Estilo CSE-CBE. Usado especialmente en el ámbito de la biología, la biomedicina y la
bioquímica.
• Estilo MHRA. Usado especialmente en el ámbito de las humanidades.
También en muchas universidades se ofrecen recursos y materiales sobre criterios de
citación de referencias bibliográficas. Un ejemplo es el Servei Lingüístic de la UOC (en
línea): http://www.uoc.edu/serveilinguistic/home/index.html.
El estudiante debe seleccionar un estilo de citación y ser sistemático a la hora de emplearlo
en la redacción de sus citas bibliográficas. Asimismo, no debe olvidar que, dentro de cada
estilo, cada género textual tiene su propio formato de citación. Es decir, no se cita del mismo
modo un libro, un capítulo de libro, un artículo de revista, un artículo de unas actas de un
congreso, una tesis doctoral, un trabajo de fin de grado o de máster, un informe, etc.

10. Errores lingüísticos frecuentes: recomendaciones para evitarlos


A partir de mi experiencia como profesora de materias relacionadas con la elaboración de
textos especializados y como directora de trabajos académicos, he realizado una selección de
los errores más frecuentes que los estudiantes suelen cometer en este tipo de trabajos. Así
pues, el objetivo de este apartado no es ofrecer una recopilación exhaustiva de normas de
redacción, sino realizar una selección de los errores más frecuentes que he encontrado en
trabajos de estudiantes y que pueden ser útiles para otros estudiantes que se encuentren en el
proceso de redacción de un trabajo académico, especialmente de fin de grado o de máster.
Para ilustrar cada recomendación, ofrezco varios ejemplos de errores extraídos de trabajos
académicos (anonimizados). Estos trabajos se realizaron en el marco de la asignatura Gestión
de Empresas Turísticas de la Escuela de Turismo Sant Ignasi (ESADE) de la Universitat
Ramon Llull en Barcelona, durante tres años académicos en los que participé como profesora
invitada con la sesión «Saber escribir es saber comunicarse». La lista que se ofrece a
continuación incluye simplemente algunas recomendaciones, pero existen muchas otras, que
pueden consultarse en manuales de redacción especializados. Para el estudiante interesado en
mejorar sus habilidades en escritura en general recomiendo las obras de Cassany (1989, 1995)
y, para aquel que quiera profundizar más sobre escritura académica, recomiendo
especialmente el manual de escritura académica y profesional de Montolío (2014a, 2014b).
Antes de comenzar, sugiero al estudiante que durante el proceso de elaboración de su trabajo
académico utilice diccionarios, bases de datos terminológicos, correctores automáticos, etc.
Por ejemplo:
• Corrector ortográfico y gramatical incluido en el procesador de texto del Word.
• Corrector ortográfico y gramatical LanguageTool: https://www.languagetool.org.
• Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): http://buscon.rae.es/drae.
• Diccionario Clave: http://clave.librosvivos.net.
• Diccionarios incluidos en WordReference: http://www.wordreference.com.
• Base de datos terminológicos multilingüe de la Unión Europea (IATE):
http://iate.europa.eu.
Un trabajo académico de cualquier tipo es a su vez un texto especializado y, por tanto, debe
cumplir las características globales de este tipo de textos: precisión, concisión,
sistematicidad, impersonalidad y objetividad (Cabré, 1999). Las siguientes recomendaciones
se encuentran en esta línea:
1. Mantener la coherencia con respecto al sujeto del trabajo. Este error es muy frecuente
en trabajos académicos: el estudiante combina de manera aleatoria la primera persona del
singular (por ejemplo, «yo») con la primera persona del plural (por ejemplo, «nosotros»).
Esto por supuesto tiene repercusión en las formas verbales empleadas, que también aparecerán
combinadas aleatoriamente, como ocurre en los ejemplos siguientes:
En este trabajo presento una propuesta relacionada con la oferta hotelera en Barcelona. Ofreceremos una panorámica de
los hoteles vacacionales […].
En este hotel haremos que el cliente se sienta como en casa. […] En la propuesta económica desgloso los gastos asociados
al proyecto.

Para evitar este error, antes de comenzar a escribir el trabajo académico, el estudiante debe
reflexionar sobre qué posición adoptar en su trabajo:
a) El estudiante es el autor único del trabajo académico ð En este caso, deben emplearse los
verbos en primera persona del singular (por ejemplo, «analizo», «estudio»).
b) Aunque el estudiante es el autor principal del trabajo académico, por deferencia a su/s
director/es o por modestia académica, decide emplear el plural mayestático ð En este caso,
deben utilizarse los verbos en primera persona del plural (por ejemplo, «analizamos»,
«estudiamos»).
Una vez adoptada una posición, esta debe conservarse a lo largo de todo el trabajo de
manera sistemática. No obstante, también puede combinarse la opción elegida con formas
verbales impersonales, muy habituales para favorecer el tono impersonal que debe mantenerse
en textos especializados (por ejemplo, «se ha analizado», «se ha estudiado»).
2. Mantener la coherencia de los tiempos verbales. También es frecuente observar en
trabajos académicos que el estudiante no ha sido sistemático en cuanto a los tiempos verbales,
es decir, que ha combinado aleatoriamente tiempos en presente, pasado o futuro. Veamos los
ejemplos siguientes:
En este estudio se muestra un resumen de los principales factores que deben tenerse en cuenta. Se ofrecerán también
pautas para el diseño de nuevos planes de actuación.
En esta sección indicamos las características que el camping debería incluir. También hemos destacado las limitaciones
que hemos encontrado.

En el primer caso se observa una combinación de verbos en presente y futuro, mientras que
en el segundo caso la combinación se realiza entre un verbo en presente y uno en pasado. Para
evitar esta falta de sistematicidad, el estudiante debe reflexionar antes de comenzar a redactar
su trabajo académico sobre la posición temporal que quiere adoptar. Si elige los tiempos en
pasado, hace más hincapié en el hecho de que el trabajo ya ha sido realizado y que ahora lo
está dejando por escrito. Si elige los tiempos en futuro, se pone más en la piel del lector, que
irá conociendo el trabajo a medida que vaya leyendo el texto. El presente es el tiempo verbal
más neutro y el más sencillo de utilizar en un trabajo académico; por lo tanto es el que
recomiendo. De todas maneras, la posición temporal adoptada es un rasgo estilístico del autor
sin mayores consecuencias. Lo que es realmente relevante es que, una vez adoptada dicha
posición, se mantenga en todo el trabajo de manera coherente.
3. Evitar oraciones demasiado largas. A no ser que el estudiante sea un experto en
redacción, se recomienda no abusar de las frases subordinadas o coordinadas dentro de una
misma oración, ya que con mucha frecuencia se inserta este tipo de frases de manera
incorrecta. Esto genera oraciones largas e incoherentes que provocan que el mensaje que se
quiere transmitir no llegue al receptor adecuadamente. En los ejemplos siguientes, de 63 y 41
palabras respectivamente, se observa esta situación:
Se intenta crear un ambiente en el que todos puedan ganar, ya que los turistas que se hospeden en los hoteles de la cercanía
pueden visitar nuestras instalaciones y disfrutar de nuestros servicios, así como turistas que deseen venir un fin de semana a
disfrutar de nuestros servicios pueden hacer uso de los servicios de los hoteles de la zona para mayor comodidad.
Se entiende que Club Thalasso desarrollará un centro de última generación, para dar un servicio único y exclusivo para dar un
valor añadido a nuestro público objetivo, el cual está enfocado a parejas, hombres y mujeres con un poder adquisitivo alto.
4. No separar el sujeto del verbo por signos de puntuación. La estructura sintáctica más
habitual en castellano es «sujeto + verbo + complementos» y es la más recomendable en textos
académicos. Sin embargo, uno de los errores más frecuentes es separar el sujeto y el verbo
por una coma. En los ejemplos siguientes se ha marcado en negrita el sujeto y se ha marcado el
verbo en cursiva. Como puede observarse, entre ambos elementos se ha añadido una coma, lo
cual es incorrecto:
Los diferentes espacios gustosamente diseñados, tendrán un aire vanguardista dentro de un entorno histórico-
modernista [...].
Los 12.671 m2 de superficie que poseemos, nos permitirán crear un entorno idílico rodeado de agradables zonas
ajardinadas y con amplios espacios [...].
Un factor que añade valor a nuestro establecimiento, es el edificio en el que nos localizamos.
5. Insertar la puntuación adecuadamente. Un error muy frecuente en este sentido está
relacionado con la ausencia o la inserción incorrecta de las comas. Veamos los siguientes
ejemplos:
Este club estará situado al lado de la zona comercial Diagonal Mar, y por lo tanto, muy cercano a los hoteles de lujo situados
por esta zona [...].
[...] por un lado, las vistas al mar, la playa, etc. y por el otro, las vistas a la ciudad cosmopolita.
Resumiendo la misión del Nightlifecruise sería la creación de una ruta en crucero dedicada a la fiesta nocturna por el
Mediterráneo para un segmento específico.
Por otro lado, consideramos que para nuestra propuesta de establecimiento hotelero, la calidad en el servicio no es
suficiente.

Cuando se introduce un conector, como los que se han destacado en negrita en los dos
primeros ejemplos, es necesario insertar dos comas: una justo antes del conector y otra justo
después. Es decir, en estos casos, la puntuación correcta sería: «[…] y, por lo tanto, […]» y
«[…] y, por el otro, […]». Un caso similar es el de los incisos. Cuando se incluyen incisos en
una oración, es necesario situarlos entre comas. En el tercer ejemplo es necesario insertar una
coma después del inciso marcado en negrita (por ejemplo, «Resumiendo, […]») para que la
oración no lleve a confusión. En el cuarto ejemplo, como el inciso se encuentra en el interior
de una oración en vez de al inicio, es obligatorio ubicarlo entre comas (por ejemplo, «[…],
para nuestra propuesta de establecimiento hotelero, […]).»
6. Utilizar los conectores adecuados. La inserción de conectores discursivos es
fundamental para mantener la coherencia y la cohesión del texto. Sin embargo, si se insertan,
debe hacerse de manera adecuada. En los siguientes ejemplos se observan algunos fallos
habituales (se han destacado los conectores en negrita):
La posible competencia más cercana geográficamente es el Hotel Sansi Diputación de 4 estrellas. Por otro lado el
competidor más importante es el Hotel Casa Fuster [...].
En primer lugar, nuestro establecimiento se encuentra en un espacio excepcional en la ciudad. […] Por otro lado,
consideramos que para nuestra propuesta de establecimiento hotelero, la calidad en el servicio no es suficiente.
No es únicamente un lugar vacacional de sol y playa, es una combinación de productos y servicios que diferencian nuestro
camping del resto de la competencia, minimizando riesgos y maximizando oportunidades.
Analizar los diferentes espacios del edificio con tal de ordenar, ubicar y diseñar las diferentes estancias del futuro hotel […].

Los dos primeros errores tienen que ver con los conectores dobles. En el primer caso, el
estudiante ha insertado el conector «Por otro lado» en la segunda oración, pero no ha insertado
«Por un lado» en la primera, lo cual no es adecuado, ya que este conector sirve para indicar
una correlación entre dos elementos y es necesario marcarlos explícitamente para mantener la
coherencia del texto. En el segundo caso, el estudiante sí ha incluido un marcador en cada una
de las oraciones para marcar esta correlación, pero no lo ha hecho adecuadamente, ya que los
dos marcadores introducidos, «En primer lugar» y «Por otro lado», no se correlacionan entre
ellos. La correlación adecuada sería «En primer lugar» y «En segundo lugar», o bien «Por un
lado» y «Por otro lado» (dependiendo de si se quiere hacer más hincapié simplemente en un
lista de elementos o en una contraposición). En el tercer ejemplo, el estudiante ha insertado en
una misma oración dos oraciones con verbo principal pero las ha unido simplemente por una
coma, lo cual no es del todo adecuado. Y más teniendo en cuenta que en la primera de ellas
indica «No es únicamente […]». En este caso, al inicio de la segunda oración sería
conveniente insertar el conector «sino que», para reflejar la correlación entre ambas oraciones
(por ejemplo, «No es únicamente […], sino que es […]»). Finalmente, en el cuarto ejemplo, el
estudiante buscaba reflejar una finalidad o un objetivo, pero ha errado en el conector
empleado, ya que «con tal de» no tiene esta función. Debería haber empleado otro conector,
como «para», «con el objetivo de», «con la intención de», etc.
Para saber más sobre mecanismos de cohesión y conectores discursivos recomiendo la
lectura de Montolío (2001, 2014c) y Portolés (2001).
7. Mantener la coherencia en las correferencias. Las correferencias deben mantener una
concordancia en género y en número, ya que, de otra manera, el resultado resulta incoherente,
como ocurre en los ejemplos siguientes, en los que se han destacado en negrita los elementos
correlacionados inadecuadamente en cada oración:
El resultado de esta idea dará lugar a un producto turístico ideal para gente joven, de 18 a 30 años, nacional e internacional,
atraídos por la belleza de la Costa Brava, así como también por la fiesta y la diversión.
Catamaranes a disposición de alquiler para nuestros clientes, lo que le permitirá cierta privacidad.
Personas de nivel adquisitivo alto, nacional pero especialmente se esperan turistas extranjeros.
8. Utilizar las preposiciones adecuadas. Otro error muy frecuente tiene que ver con las
preposiciones utilizadas en las oraciones. A continuación pueden verse algunos ejemplos
incorrectos:
Además, este complejo consta con una zona de restauración y comercios náuticos destinados a las necesidades del cliente.
El Club Thalasso quiere crear un centro de Talasoterapia a primera línea de playa en la ciudad de Barcelona.
Los objetivos generales y estratégicos de nuestra empresa con relación con el desarrollo de este tipo de actividades [...].
En el primero, la preposición asociada al verbo «constar» es «de» y no «con». En el
segundo, la frase que introduce la preposición debe comenzar por «en» (por ejemplo, «en
primera línea de playa»), en vez de por «a». En el tercero, el conector discursivo adecuado
sería «en relación con» o «con relación a», pero nunca «con relación con».
9. Evitar palabras o construcciones «literarias». En ocasiones, el estudiante que se
enfrenta al reto de escribir un trabajo académico incluye elementos que no utiliza en su vida
diaria, pensando que dan un toque más especializado o literario a su texto. Sin embargo, esta
estrategia no es muy conveniente, porque puede llevar a casos que suenan extraños o que
causen confusión al lector, como ocurre en los ejemplos siguientes:
Encontrar un «hueco» en el mercado barcelonés, sin competir fuertemente con otros establecimientos del mismo tipo, ya
que Club Thalasso es el primero en Barcelona.
Aparte, se dispondrá primeramente de una nave tipo catamarán, para realizar excursiones por la zona.
Los diferentes espacios gustosamente diseñados, tendrán un aire vanguardista dentro de un entorno histórico-modernista
[...].
Este camping será una propuesta vacacional diferente y de gran valor añadido que de bien seguro que va a atraer a gran
cantidad de público gay y gayfriendly.

10. Evitar el uso incorrecto o abusivo de las formas verbales en gerundio. En castellano,
el gerundio únicamente se puede utilizar en casos de simultaneidad de dos acciones (por
ejemplo, «Me ducho cantando»; es decir, «A la vez que me ducho, canto»). Sin embargo, por
influencia del inglés, donde el gerundio se emplea en muchas otras situaciones, se ha
observado una tendencia de los estudiantes a usarlo con mucha frecuencia en funciones que no
le corresponden, como por ejemplo para indicar un resultado o la manera de realizar una
acción, o para sustituir una frase de relativo (por ejemplo, «abarcando» en vez de «que
abarca»), como se observa en los ejemplos siguientes:
El producto se dirige a un segmento de mercado principalmente joven abarcando a clientes entre los 18 y 28 años.
Será un público aficionado a salir de noche disfrutando de las discotecas y los locales con más renombre en el momento
actual.
El objetivo es crear una identidad propia, cuidando la estética de nuestro camping siendo coherente con la arquitectura de
los pueblos costeros del Mediterráneo.
Dar la máxima calidad de servicio a través de las más modernas y avanzadas instalaciones, con los mejores profesionales del
sector, personalizando todos los servicios que ofrecemos e innovando en todo momento.

11. Mantener la sistematicidad en todos los elementos del texto. La sistematicidad es uno
de los rasgos clave en un texto especializado y debe mantenerse en todos los elementos del
texto. Aunque ya se ha mencionado la sistematicidad en relación con el sujeto y los tiempos
verbales del trabajo académico, esta debe mantenerse también en cualquier otro elemento del
texto, como por ejemplo en la ortografía, las mayúsculas, la numeración, la puntuación, etc. En
los ejemplos siguientes se observan casos de falta de sistematicidad en estos elementos,
destacados en negrita:
Al estar situado en un lugar de gran afluencia hotelera, nuestros clientes serán tanto residentes de Barcelona como turistas
que vienen solo para desconectar y hacerse un tratamiento de Talasoterapia. Club Thalasso es un centro dedicado
exclusivamente a la Thalasoterapia [...].
La posible competencia más cercana geográficamente es el hotel Sansi Diputación de 4 estrellas. Por otro lado el
competidor más importante es el Hotel Casa Fuster [...].
[…] tours y excursiones, 1 supermercado y un parque infantil.
Los componentes principales de nuestro producto son:
• Atención personalizada y esmerada
• Entorno arquitectónico modernista, histórico y lujoso
• Paz y tranquilidad en espacios acogedores para un descanso físico y mental.
12. Evitar repeticiones en una misma oración o en oraciones contiguas. En ocasiones es
inevitable repetir ciertos elementos en una misma oración o en oraciones muy próximas en el
texto, especialmente si se trata de términos clave en el ámbito que no tengan posibilidad de
sustitución por un sinónimo. Sin embargo, es recomendable evitar repeticiones innecesarias de
conectores, verbos, determinantes, etc., por medio de sinónimos o paráfrasis. En los ejemplos
siguientes se muestran casos en que las repeticiones (marcadas en negrita) son innecesarias y
se podrían haber evitado fácilmente:
Se intenta crear un ambiente en el que todos puedan ganar, ya que los turistas que se hospeden en los hoteles de la cercanía
pueden visitar nuestras instalaciones y disfrutar de nuestros servicios, así como turistas que deseen venir un fin de
semana a disfrutar de nuestros servicios pueden hacer uso de los servicios de los hoteles de la zona para mayor
comodidad.
Por encima de todo es una empresa que busca mostrar una imagen joven y fresca, que quiere por encima de todo la
diversión del cliente.
Algunas de nuestras premisas principales para nuestra empresa son:
Se entiende que Club Thalasso desarrollará un centro de última generación, para dar un servicio único y exclusivo para dar
un valor añadido a nuestro público objetivo, el cual está enfocado a parejas, hombres y mujeres con un poder adquisitivo alto.

13. Diferenciar entre «deber + tener» y «deber + de + tener». Es muy habitual la


confusión entre estas dos estructuras. La primera indica obligatoriedad, mientras que la
segunda refleja una suposición. En los siguientes ejemplos se han seleccionado estructuras
incorrectas:
El camping debe de tener las siguientes características: […].
En esta temporada, la ciudad debe tener unos 200.000 turistas aproximadamente […].
En el primer ejemplo, el estudiante quería hacer hincapié en unas características específicas
que necesitaba tener el camping detallado en su trabajo académico; por tanto, la opción
correcta sería «debe tener». En el segundo ejemplo, el estudiante hace un cálculo aproximado
de turistas en una temporada determinada, es decir, realiza una suposición que nada tiene que
ver con una obligación; por tanto, la opción adecuada sería «debe de tener».
14. No cometer errores de acentuación o de ortografía. Aunque esta recomendación
parezca banal, es increíble la cantidad de errores de este tipo que se encuentran en trabajos
académicos. Es imprescindible que el estudiante revise cuidadosamente estas cuestiones, que
restan calidad al producto final de su trabajo. Ya se han mostrado algunos recursos y
herramientas para revisar el texto, como los correctores ortográficos y gramaticales del
procesador de textos (Word, Writer, etc.) y del LanguageTool, pero es necesario tener en
cuenta que estos correctores no son capaces de corregirlo todo. Veamos algunos ejemplos:
Formula urbana
Va a atraer a gran cantidad de publico gay.
Nightlifecruise propone un recorrido por el mediterráneo haciendo escala en las ciudades más famosas por su vida
nocturna.
Hoteles en la costa Brava

En los cuatro casos destacados con negrita hay errores que un corrector automático quizás no
puede detectar, ya que esas palabras sí existen con esta forma y pueden utilizarse en otros
contextos. En los dos primeros, se trata de casos de falta de acentuación. Son errores que se
producen porque algunas palabras pueden ser verbos o nombres en función del contexto:
«formula» (verbo) versus «fórmula» (nombre), y «publico» (verbo) versus «público»
(nombre). Los dos últimos ejemplos son casos de ausencia de mayúscula inicial. La confusión
proviene del hecho de ser palabras que pueden emplearse tanto en mayúscula como en
minúscula, en función del contexto: «mediterráneo» (adjetivo) versus «Mediterráneo» (nombre
propio), y «costa» (nombre común) versus «Costa» (parte del nombre propio «Costa Brava»).
15. Restringir el uso de mayúscula inicial. Solo debe emplearse la mayúscula inicial en
palabras que realmente lo necesiten, como nombres propios de personas, establecimientos,
ciudades, países, ríos, técnicas, instituciones, organismos, etc. Existe la tendencia entre
algunos estudiantes de utilizar la mayúscula inicial para destacar alguna palabra del texto, lo
cual es incorrecto, como ocurre en los ejemplos siguientes:
Al estar situado en un lugar de gran afluencia hotelera, nuestros clientes serán tanto residentes de Barcelona como turistas
que vienen sólo para desconectar y hacerse un tratamiento de Talasoterapia.
Se trata de una fórmula Urbana.
Pueblo de Sitges, Playa, Golf, ambiente nocturno.
Camping Multiproducto con una segmentación de mercado muy concreta.
16. Acentuar las letras en mayúscula. En un trabajo académico, se recomienda evitar
fragmentos de texto escritos en mayúscula. De todas maneras, en caso de hacerlo (por ejemplo,
en los títulos de los apartados), estos deben acentuarse normalmente, es decir, no pueden
obviarse los acentos gráficos, como ocurre en los ejemplos siguientes, marcados en negrita:
GESTION DE UNA EMPRESA TURISTICA
CONFLICTO Y FILOSOFIA DEL CAMPING

17. Asignar la misma categoría gramatical y el mismo tiempo verbal (en caso de ser
verbos) a todos los elementos de una lista. En un trabajo académico suele haber multitud de
listas y es muy frecuente que los estudiantes olviden este principio básico. En los ejemplos
siguientes se muestran casos incorrectos y propuestas de solución:
Incorrecto:
Los objetivos generales y estratégicos del Club Thalasso son los siguientes:
Posicionamiento en el mercado
Lograr atraer al público objetivo
Conseguir fidelización de los clientes

Correcto:
Los objetivos generales y estratégicos del Club Thalasso son los siguientes:
Obtener posicionamiento en el mercado
Lograr atraer al público objetivo
Conseguir fidelización de los clientes

Incorrecto:
Los objetivos generales o estratégicos de Rainbow Sitges en relación con el desarrollo de un camping en la costa
mediterránea son los siguientes:
• Asegurará el éxito del lanzamiento del camping a corto plazo.
• Generar y retener el máximo valor posible en el menor plazo posible.
• Realizar una importante estrategia de Marketing [...].
• Asegurar un equilibrio y una rentabilidad a medio y largo plazo [...].
• Crear un destino vacacional (gay).
• Fidelización del cliente.
• Innovación en nuestros productos y servicios.
Correcto:
Los objetivos generales o estratégicos de Rainbow Sitges en relación con el desarrollo de un camping en la costa
mediterránea son los siguientes:
• Asegurar el éxito del lanzamiento del camping a corto plazo.
• Generar y retener el máximo valor posible en el menor plazo posible.
• Realizar una importante estrategia de Marketing [...].
• Asegurar un equilibrio y una rentabilidad a medio y largo plazo [...].
• Crear un destino vacacional (gay).
• Conseguir fidelización de clientes.
• Innovar en nuestros productos y servicios.

Incorrecto:
Planes de actuación previos para conseguir los objetivos:
• Analizar los diferentes espacios del edificio [...].
• Adecuación del edificio, reformas y acondicionamiento de los diferentes espacios respetando la arquitectura del mismo.
• Elaboración de un proyecto técnico [...].
• Ofrecer servicios y espacios complementarios que generen valor añadido.
• Desarrollar actividades de promoción y publicidad.

Correcto:
Planes de actuación previos para conseguir los objetivos:
• Analizar los diferentes espacios del edificio [...].
• Llevar a cabo la adecuación del edificio, reformas y acondicionamiento de los diferentes espacios respetando la
arquitectura del mismo.
• Elaborar un proyecto técnico [...].
• Ofrecer servicios y espacios complementarios que generen valor añadido.
• Desarrollar actividades de promoción y publicidad.

18. Acentuar correctamente los pares «dónde/donde», «cuándo/cuando», «qué/que»,


«cómo/como», «sólo/solo», «éste/este», etc. Los correctores ortográficos también tienen
dificultades para detectar si estas palabras deben aparecer acentuadas, así que es importante
que el estudiante las revise en su trabajo final. «Dónde», «cuándo», «qué» y «cómo» solo se
acentúan en caso de interrogación (directa o indirecta). Aunque mucha gente aún se resiste a
seguir esta norma, según las indicaciones actuales de la Real Academia Española, los
pronombres «este», «ese», «estos», etc. solo deben acentuarse en caso de que lleven a
confusión entre el pronombre y el determinante demostrativo. Lo mismo ocurre con «solo»,
que únicamente debe acentuarse si en el texto puede existir algún tipo de confusión entre sus
dos significados (solamente versus sin compañía). En los ejemplos siguientes se observan
algunos casos de errores:
El local constará de un pequeño front-office para la atención al público y de un almacén dónde se guardarán todas las
herramientas que quieran ser alquiladas para las actividades.
Al estar situado en un lugar de gran afluencia hotelera, nuestros clientes serán tanto residentes de Barcelona como turistas
que vienen sólo para desconectar y hacerse un tratamiento de talasoterapia.
Existen cuatro puntos de referencia importantes en el camping: el mar, su localización cercana al pueblo de Sitges, las
actividades de ocio y la imagen gay que éste tiene.
Considerando el producto que se ofrece a los clientes, se adaptarán los camarotes y las instalaciones para mejorar el confort
de éstos.

En resumen, es importante que el estudiante revise cuidadosamente la redacción de su


trabajo académico, para que los errores de forma no resten calidad al producto final escrito.
Para ello, es muy útil emplear herramientas y recursos como diccionarios, traductores,
correctores, etc., pero también seguir las recomendaciones ofrecidas en este apartado, las
normas básicas de redacción en castellano y otras indicaciones incluidas en obras
especializadas en redacción académica. Es evidente que el contenido del trabajo es lo más
importante pero, sin duda, una redacción adecuada, fluida y sin errores le aportará un plus de
calidad, que ya se espera de antemano en trabajos académicos de fin de grado o de fin de
máster.

1. https://es.libreoffice.org.

2. https://www.openoffice.org.

3. http://nokyotsu.com/latex.

4. http://es.wikibooks.org/wiki/Manual_de_LaTeX.

5. https://es.sharelatex.com.

6. https://www.overleaf.com.

7. http://www.upf.edu/masterlinguistica/es/research.

8. http://estudios.uoc.edu/es/grados.

9. http://estudios.uoc.edu/es/grados.

10. http://derecho.ua.es/es/documentos/estudios/portada-tfg.docx.

11. http://www.upf.edu/dtcl/formacio/informacio/PORTADA_TFM.pdf.

12. http://www.mendeley.com.

13. https://www.refworks.com.

14. https://www.zotero.org.

15. http://es.wikipedia.org/wiki/BibTeX.
Capítulo IV
La defensa oral del trabajo académico

Como ya se avanzó en el apartado 9 del capítulo 2, en la mayor parte de universidades


españolas, uno de los requisitos para obtener un título académico (ya sea de grado, de máster
o de doctorado) es la defensa oral del trabajo académico final frente a un tribunal formado por
profesores y/o investigadores especialistas en el ámbito del trabajo. Normalmente, este
tribunal evalúa, por un lado, el trabajo académico escrito y, por otro, la defensa oral, para
otorgar una calificación final al estudiante. En la defensa oral, el tribunal tiene en cuenta tanto
la presentación oral para la defensa del trabajo como la presentación con diapositivas que
apoya la presentación oral.
Este capítulo se centra, precisamente, en la defensa oral del trabajo académico. Se tratan
varios temas, como los sistemas de creación de presentaciones, el formato de la presentación
con diapositivas, las características básicas que deben mantener dichas diapositivas, y la
estructura y los contenidos prototípicos de la presentación. También en este capítulo se
incluyen algunas indicaciones para evitar errores lingüísticos frecuentes en las presentaciones
orales y consejos prácticos para el acto de la defensa.

1. Sistemas de creación de presentaciones


La primera decisión que debe tomar el estudiante a la hora de preparar una presentación de
diapositivas para la defensa oral de su trabajo es el sistema informático que utilizará. Las
opciones principales son las siguientes: a) Microsoft Office PowerPoint de Windows, b)
Impress del LibreOffice,1 c) Impress del OpenOffice2 y d) Prezi.3 Tal como ocurre en el caso
de los procesadores de texto, el Microsoft Office PowerPoint de Windows es el más
empleado, aun siendo de pago. No obstante, los sistemas de creación de presentaciones del
LibreOffice y del OpenOffice tienen prácticamente las mismas funcionalidades, y son
gratuitos y de código abierto, por lo que están ganando cada vez más usuarios. Todos estos
sistemas deben descargarse en el ordenador para trabajar en local y disponen de diferentes
plantillas.
En las figuras 32 y 33 se muestra la pantalla inicial del sistema de creación de
presentaciones de Windows y del LibreOffice, respectivamente. Como puede observarse, el
formato y la estructura son muy similares.

Figura 32. Pantalla principal del Microsoft Office PowerPoint de Windows


Figura 33. Pantalla principal del Impress del LibreOffice


Otra opción interesante es Prezi, un sistema de creación de diapositivas menos tradicional y
en línea, que ayuda a diseñar presentaciones más dinámicas, originales y artísticas. Parte de la
idea de que realizar una presentación es como contar una historia e integra varias plantillas
para ofrecer al usuario la posibilidad de expresar sus ideas como una «metáfora visual».
Permite mostrar la imagen general de cada diapositiva para después hacer fijarse en los
diferentes detalles del contenido. Con respecto al acceso, dispone de varias modalidades en
función de diferentes factores, como el nivel de privacidad de las presentaciones o el espacio
de almacenamiento. Tiene una versión gratuita que permite realizar presentaciones en línea y
cuenta con 100 Mb de almacenamiento, con la única condición de que la presentación sea
visible públicamente. En la figura 34 se muestra la pantalla de selección de plantillas del
sistema Prezi.

Figura 34. Pantalla de selección de plantillas del sistema de creación de presentaciones Prezi

2. Formato de la presentación
Una vez seleccionado el sistema de creación de presentaciones, el estudiante debe averiguar
si su institución académica exige algún tipo de requisito con respecto al formato de la
presentación. En caso de que la institución no ofrezca pautas en este sentido, el estudiante
debe tomar decisiones al respecto.
En este apartado, me centraré sobre todo en los sistemas de creación de presentaciones más
tradicionales. En ellos, antes de comenzar a trabajar, es fundamental crear un patrón de
diapositivas, para determinar el formato de las diapositivas en relación con varias cuestiones,
como el tipo de letra, el interlineado, los márgenes, el formato de los títulos de los apartados y
los subapartados, etc. Se pueden utilizar las plantillas predeterminadas incluidas en estos
sistemas, pero se recomienda al estudiante crear un formato propio para la presentación de su
trabajo académico, para diferenciarse de los demás.
Este patrón debe incluir, asimismo, los elementos fijos que el estudiante quiere mantener en
cada diapositiva, como por ejemplo:
• el fondo,
• el título del trabajo,
• los datos de la defensa (fecha y lugar),
• el logo o logos de su institución, programa académico, grupo de investigación, etc.,
• el número de diapositiva.
El formato y los elementos agregados en el patrón de diapositivas se visualizan
automáticamente en todas las diapositivas creadas y no pueden eliminarse ni modificarse
desde las diapositivas individuales. Trabajar con un patrón de diapositivas es muy útil para
ahorrar tiempo y esfuerzo, y para mantener una imagen corporativa y profesional en la
presentación.
En las figuras 35 y 36 se muestra el patrón de diapositivas del sistema de creación de
presentaciones de Windows y del LibreOffice, respectivamente. De nuevo, puede observarse
que son muy similares.

Figura 35. Patrón de diapositivas del Microsoft Office PowerPoint de Windows


Figura 36. Patrón de diapositivas del Impress del LibreOffice


En cuanto al formato de las diapositivas, es recomendable evitar el tipo de tipo de letra
Times New Roman (que se usa con más frecuencia en el trabajo escrito) y decantarse por tipos
de letra más sencillos, como por ejemplo Arial o Calibrí. Sobre el interlineado, ha de tenerse
en cuenta que la información no puede quedar demasiado junta, sino que el texto debe
«respirar». En este sentido, también es necesario dejar los márgenes pertinentes, tanto los
laterales como los superiores e inferiores.
El tamaño de los títulos de los apartados y los subapartados debe ser idéntico en todas las
diapositivas y debe tener un tamaño superior al cuerpo del texto. El tamaño de la letra del
cuerpo del texto también ha de ser constante en toda la presentación, aunque, si hay varios
niveles (como se observa en las figuras 35 y 36), este puede disminuir de manera
proporcional. Con respecto al tamaño de letra, es imprescindible garantizar la legibilidad al
tribunal y al resto del público. Por lo tanto, si se dispone de información sobre el aula en la
que tendrá lugar el acto de defensa, será de gran ayuda para determinar el tamaño de letra. Por
regla general, se recomienda un tamaño superior a los 30 puntos, tanto para garantizar la
visualización como para evitar introducir demasiado contenido en las diapositivas, lo cual es
un error muy frecuente.
En este tipo de presentaciones de trabajos académicos, la información suele aparecer en
forma de listas o esquemas. Es necesario que el formato de estos elementos sea sistemático en
todas las diapositivas. Por ejemplo, puede decidirse que todos los elementos principales de
una lista incluyan un punto y que los elementos del segundo nivel de la lista contengan un guión
(como se muestra en las figuras 35 y 36).
En cuanto a los elementos fijos del patrón de diapositivas, en una presentación de un trabajo
académico, se recomienda utilizar un fondo discreto, poco recargado y sin imágenes. De
hecho, un simpe fondo blanco suele resultar muy efectivo en este tipo de presentaciones
académicas. El título debe ubicarse en la parte superior (izquierda o derecha) de la
diapositiva y debe coincidir exactamente con el título del trabajo académico que se vaya a
defender. También se sugiere incluir los datos de la defensa (fecha y lugar), así como el logo o
logos de la institución, el programa académico, el grupo de investigación, etc. en el cual se
enmarca el trabajo. Estos últimos elementos pueden ubicarse en la parte inferior de la
diapositiva. Concretamente, los logos se sitúan habitualmente en una de las esquinas
inferiores. El tamaño de letra de los elementos del patrón de diapositivas debe ser reducido
(aunque legible por parte del público), para que no interfieran con el texto de cada diapositiva
individual.
Es necesario que las presentaciones incluyan el número de diapositivas. De este modo,
cuando los miembros del tribunal formulen sus preguntas, podrán referirse explícitamente al
número de la diapositiva sobre la cual quieren realizar su aportación; así, para el estudiante
será más fácil y rápido proyectar la diapositiva y, de esta manera, agilizar el acto de
presentación. También es muy útil, tanto para el estudiante como para el público, que, además
del número de diapositiva individual, se indique el número total de diapositivas, para hacerse
una idea de la progresión temporal de la presentación. Por ejemplo, 1/15, 2/15, 3/15, etc., en
caso de que el número total de diapositivas sea 15.
3. Estructura y contenidos
La presentación de diapositivas empleada en la defensa oral de un trabajo académico debe
incluir una estructura y unos contenidos muy similares a los del trabajo académico escrito, ya
que, precisamente, en este acto es donde se expone el trabajo realizado para que el tribunal lo
evalúe. Sin embargo, los contenidos de la presentación de diapositivas deben reflejarse de una
manera mucho más sintética y esquemática en comparación con el trabajo escrito.
En la tabla 3 del apartado 3.1 del capítulo 3 se mostraron los apartados prototípicos que
debe contener el trabajo escrito. De estos, se enuncian a continuación los que se recomienda
incluir en la presentación de la defensa oral:
• Portada
• Índice
• Introducción
• Estado de la cuestión
• Marco teórico
• Metodología
• Análisis y resultados, Experimentación, Interpretación de los resultados, etc.
• Conclusiones y líneas de trabajo futuro
Como puede observarse, se han dejado de lado apartados como los agradecimientos, el
resumen y el abstract, las palabras clave y las keywords, la bibliografía y los anexos.
En el caso de la portada, que se corresponde con la diapositiva inicial de la presentación,
debe incluir el título del trabajo, el nombre y apellidos del estudiante, el nombre y apellidos
del director o directores del trabajo, el nombre de la institución académica y del programa de
estudios, etc.
En cuanto al índice, que suele mostrarse en la segunda diapositiva, debe estar numerado y
reflejar la estructura seguida en la presentación. Así como en el trabajo escrito de fin de grado
o de máster no se recomienda una profundidad en la estructura de más de tres niveles, en la
presentación oral no se recomienda, de ser posible, una estructura mayor de dos niveles, ya
que sería difícil de seguir por parte del tribunal y del resto de público asistente al acto.
En cuanto al resto de apartados, pueden ocupar una o más diapositivas en función de la
cantidad de información que incluyan. La diapositiva en la que comience un apartado o un
subapartado debe incluir el título de este y su numeración (que deben corresponderse con la
información previamente mostrada en el índice). De hecho, es recomendable que cada
diapositiva contenga un título para seguir mejor la estructura de la presentación.
Las diapositivas han de recoger la información correspondiente extraída del trabajo
académico escrito, pero solo la más relevante y necesaria para que pueda entenderse la
presentación. No es adecuado copiar párrafos literales del trabajo escrito en las diapositivas,
sino que debe reformularse la información para adecuarla a una presentación de diapositivas.
No debe olvidarse que las diapositivas suponen simplemente una ayuda o herramienta visual
para guiar o apoyar la presentación oral del estudiante. Por eso, el estudiante tampoco puede
leer el contenido de las diapositivas de manera literal, ya que esto, con toda seguridad, será
penalizado por el tribunal. En este sentido, es importante no sobrecargarlas de texto y utilizar,
en la medida de lo posible, esquemas, listas, imágenes, fotografías, gráficos, figuras, tablas,
etc. Por supuesto, debe revisarse que estos elementos visuales tengan la calidad suficiente
para que no aparezcan pixelados al proyectar las diapositivas en el acto de defensa. A
diferencia del trabajo académico escrito, no es necesario que estos elementos incluyan
numeración ni pies con títulos.
Con respecto al tiempo asignado para referirse a cada diapositiva, se sugiere emplear dos
minutos para cada una, aunque esto siempre depende de la importancia o cantidad de
contenido de la diapositiva. Por ejemplo, si el tiempo asignado para la presentación oral del
estudiante es de 30 minutos, no debería emplear más de 15 diapositivas.
Los sistemas de creación de presentaciones suelen incluir una sección de notas, donde el
estudiante puede añadir información relacionada con cada una de las diapositivas. Esta
información no se proyectará, y resulta útil a la hora de preparar y practicar la presentación.
En los sistemas de creación de presentaciones que se utilizan en local se recomienda evitar
las animaciones y transiciones de diapositivas muy sofisticadas (excepto en casos
imprescindibles), ya que en el momento del acto de defensa pueden causar problemas
inesperados. Las diapositivas pueden incorporar sonido y vídeos en caso de ser necesario. En
estos casos, es necesario que el estudiante acuda previamente al aula para comprobar que
estos elementos se escuchan o se visualizan correctamente.

4. Errores lingüísticos frecuentes: consejos para evitarlos


Después de participar como miembro del tribunal de diferentes trabajos académicos de fin
de grado, máster y doctorado, y de mi experiencia como directora de trabajos académicos en
general, he observado algunas cuestiones puntuales en las que los estudiantes suelen fallar.
Recojo aquí algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para evitar este tipo de
errores frecuentes y mejorar la presentación de diapositivas elaborada para la defensa oral.
En general, los consejos y recursos lingüísticos recomendados para elaborar las diapositivas
para la defensa del trabajo son muy similares a los ofrecidos para el trabajo académico
escrito (apartado 10 del capítulo 3). Sin embargo, hay algunas cuestiones que deben tenerse en
cuenta específicamente en las diapositivas:
• Deben evitarse las oraciones de más de dos o tres líneas.
• Deben evitarse las oraciones subordinadas complejas.
• Deben priorizarse las frases nominales en vez de las oraciones.
• Deben evitarse los verbos, y priorizar los sustantivos y las nominalizaciones.
• Deben evitarse los puntos finales.
• Deben evitarse los conectores discursivos.
• Como una presentación de este tipo contiene un gran número de listas, es especialmente
relevante la recomendación 17 del apartado 10 del capítulo 3: asignar la misma categoría
gramatical y el mismo tiempo verbal (en caso de ser verbos) a todos los elementos de una
lista.

5. Consejos prácticos para la defensa


En las universidades españolas, existen varios tipos de actos de defensa del trabajo
académico (tanto de grado como de máster). Sin embargo, en las universidades de enseñanza
presencial, el acto de defensa del trabajo académico de grado o de máster suele ser público y
tiene lugar en persona frente a un tribunal. En la figura 37 se muestra a modo de ejemplo un
fragmento de las indicaciones para la defensa oral del trabajo de fin de máster del máster de
Lingüística teórica y aplicada de la UPF.4

Figura 37. Ejemplo de indicaciones sobre el acto de defensa del trabajo de fin de máster ofrecidas por el máster de Lingüística
teórica y aplicada de la UPF
ORIENTACIONES PARA LA ELABORACIÓN Y PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE FIN DE MÁSTER (de investigación y académico)
6. ¿Cómo es y cuándo se realiza el acto de defensa?
El TFM se presenta en una defensa pública ante un tribunal compuesto por tres profesores doctores.
[…]
El acto de defensa no debe durar más de una hora, de la que un máximo de 20 minutos es para la presentación oral por parte del
estudiante. Una vez terminada la presentación, el tribunal puede formular preguntas al estudiante y hacer observaciones sobre el
TFM, que el estudiante debe responder de manera adecuada. Al finalizar el debate, el tribunal delibera y acuerda una calificación, que
se hace constar en el acta correspondiente. La calificación del TFM, al igual que la de cualquier otra asignatura, se realiza mediante
una valoración cuantitativa del 0 al 10 (con un decimal) y el correspondiente equivalente cualitativo (suspenso, aprobado, notable,
sobresaliente).

En las universidades virtuales o en línea, en cambio, suele dejarse cierta libertad en este
sentido. En la figura 38, por ejemplo, se incluyen las indicaciones sobre el acto de defensa del
trabajo de fin de grado del grado de Criminología de la UOC. En principio, se indica que la
5

defensa del trabajo debe realizarse de manera presencial en un acto público en el que el
estudiante debe defender su trabajo y, posteriormente, responder las preguntas tanto del
tribunal como de sus propios compañeros. Sin embargo, también se especifica (subrayado en
la figura 38) que, si el estudiante no puede realizar la defensa de su trabajo de manera
presencial por alguna razón justificada, puede solicitar hacerla mediante una
videoconferencia. Esta estrategia es habitual hoy en día, dados los actuales avances
tecnológicos, que permiten una interacción de manera virtual en caso de ser necesario.
Figura 38. Ejemplo de indicaciones sobre el acto de defensa del trabajo de fin de grado ofrecidas por el grado de Criminología
de la UOC
Grado de Criminología UOC, Trabajo Final de Grado
METODOLOGÍA
El desarrollo del TFG está constituido por las siguientes etapas, que deberán ser validadas bien por el consultor del aula bien por el
director del TFG.
1) Elección del tema […]
2) Planificación del trabajo […]
3) Desarrollo del trabajo […]
4) Entrega y presentación escrita y oral: comunicarse de manera correcta la información, presentando el trabajo de manera clara,
estructurada y comprensible, expresando y justificando las motivaciones personales que le han conducido a la selección del tema.
Evidenciar y fundamentar sus aportaciones principales señalando su interés y su importancia, ajustándose a los criterios
establecidos para una correcta comunicación de la información. El estudiante deberá dar respuesta a las cuestiones que le pueda
plantear el profesor ante el que presentará o las preguntas que formulen sus propios compañeros en el marco del acto de defensa
oral y público.
El director del TFG será la persona encargada de realizar el seguimiento del trabajo y guiar al estudiante durante todo el proceso.
Una vez finalizado, el director decidirá si el trabajo es considerado apto para pasar a la fase de defensa oral. Los trabajos que sean
considerados por los directores como no aptos para pasar a la fase de defensa serán calificados con un suspenso. La evaluación
de los TFG que sí pasan a la fase de defensa se articulará en un 40% con la calificación del director del trabajo y en un 60% con la
calificación que uno de los profesores del Grado en Criminología efectuará en el acto de defensa oral y público del TFG.
[…] Si por un motivo justificado un estudiante no puede hacer la defensa del trabajo presencialmente, podrá solicitar que le sea
admitido hacerlo por videoconferencia dentro del mismo plazo establecido para el depósito del trabajo. […]

No obstante, cada programa académico tiene sus propias normas para la defensa de los
trabajos de fin de grado o de máster. Por ejemplo, en la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), otra de las 6

universidades españolas no presenciales, no se exige realizar una defensa oral del trabajo de
fin de grado. En cambio, se solicita que el estudiante elabore, de manera presencial, un
ejercicio escrito para justificar los aspectos fundamentales de su trabajo. La figura 39 incluye
las indicaciones ofrecidas al respecto por el programa académico.

Figura 39. Ejemplo de indicaciones sobre el acto de defensa del trabajo de fin de grado ofrecidas por la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociología de la UNED

NORMATIVA SOBRE LA REALIZACIÓN DE LOS TRABAJOS DE FIN DE GRADO EN LA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y
SOCIOLOGÍA
7. PRESENTACIÓN Y DEFENSA
7.1 Como criterio general la decisión sobre la entrega y defensa (esta última tras ser autorizada por el tutor académico) de los TFG
corresponde al estudiante […].
7.2 Una vez finalizado el trabajo, el estudiante deberá enviarlo a su tutor académico para obtener, en su caso, la autorización que le
permita realizar el ejercicio de defensa.
7.3 La defensa de los TFG será escrita y consistirá en la realización de un ejercicio en el que el estudiante tendrá la oportunidad de
justificar los aspectos fundamentales del trabajo realizado. El equipo docente se encargará de gestionar su inclusión para que se
realice en las pruebas presenciales.
7.4 El ejercicio de defensa por escrito se llevará a cabo en las fechas establecidas en el calendario de pruebas presenciales,
funcionando a estos efectos como una asignatura más del plan de estudios. Su valoración corresponderá al tutor académico.


Así, dada la diversidad de tipologías de actos de defensa del trabajo académico en las
universidades españolas (tanto de grado como de máster), es necesario que el estudiante se
informe previamente sobre este tema y prepare su defensa concienzudamente sin perder de
vista los requisitos exigidos en su institución académica.
En cuanto a la defensa pública frente a un tribunal, que como ya se ha comentado es la más
frecuente en el contexto universitario, el estudiante debe recordar que la producción oral se
realiza en tiempo real y, por lo tanto, no hay opción de revisión. Es por este motivo que la
exposición oral debe prepararse muy bien, para evitar nervios y errores inoportunos. En
cambio, las diapositivas que se emplean como apoyo a la presentación sí pueden y deben
revisarse, ya que el tribunal evaluará muy negativamente los errores detectados en ellas.
Asimismo, después de la exposición oral del estudiante, existirá una interacción con el
tribunal (e incluso en ocasiones con el público presente en el acto), en la que el estudiante
debe responder a las preguntas que se le formulen. Es importante estar preparado para este
momento. Una buena estrategia es elaborar previamente un listado de preguntas posibles, con
sus correspondientes respuestas. Es cierto que muchas de las preguntas del tribunal no pueden
preverse con anticipación, pero muchas otras sí pueden intuirse y el estudiante juega con
ventaja si prepara de antemano posibles argumentaciones válidas que justifiquen las
decisiones tomadas en el trabajo o los resultados obtenidos.
El estudiante debe informarse previamente de la dinámica de la presentación oral oficial,
haciendo hincapié en los siguientes aspectos:
• Cuáles serán el día y la hora exactos del acto de defensa.
• En qué aula se realizará el evento.
• Cuál será la estructura del acto de defensa y el orden de los intervinientes.
• Cuánto tiempo debe durar la exposición oral del estudiante (suele exigirse un mínimo y
un máximo de minutos). Aunque siempre depende de la institución académica en la que se
presente el trabajo, normalmente, en el caso de un trabajo de fin de grado, el tiempo exigido
suele oscilar entre 10 y 15 minutos, y en un trabajo de fin de máster entre 20 y 30 minutos.
• Cuánto tiempo se ofrecerá para las preguntas del tribunal y las respuestas del estudiante.
• Quiénes serán los miembros del tribunal y cuáles son sus ámbitos de especialidad (para
prever la orientación de posibles preguntas).
Con respecto a la evaluación, en el caso de los trabajos de fin de grado o de máster,
normalmente, la institución ofrece una rúbrica de evaluación a los miembros del tribunal, es
decir, una plantilla con las cuestiones que deben ser observadas y el modo de evaluación. Sin
embargo, el estudiante no suele tener acceso a esta información. Algunos aspectos que suelen
incluir las rúbricas de los trabajos de fin de grado o de máster son:
• Exposición sintética de las ideas principales del trabajo académico.
• Utilización adecuada de los medios audiovisuales requeridos en la defensa oral.
• Administración correcta del tiempo asignado para la exposición.
• Adecuación comunicativa y lingüística.
• Registro adecuado a la situación académica.
• Estructura adecuada a un trabajo académico.
• Comunicación verbal correcta.
• Respuestas maduras y coherentes a las preguntas formuladas por el tribunal.
Finalmente, ofrezco aquí algunos consejos no estrictamente académicos pero que suelen
resultar de utilidad al estudiante:
• Practicar previamente la presentación oral varias veces. Puede practicarse solo en casa
delante del espejo, pero también es muy útil realizar la presentación con público. Para ello
puede servir la familia o amigos, y también compañeros de la universidad (que además
podrán hacer preguntas pertinentes si han estudiado la misma especialidad). Estas pruebas
previas servirán, además de para evitar nervios el día de la defensa, para calcular el tiempo
de la presentación y ajustarlo al que exige la institución.
• Guardar la presentación de diapositivas tanto en el formato original (por ejemplo,
PowerPoint) como en formato pdf, para evitar posibles problemas de desconfiguración en el
ordenador que se empleará para realizar la defensa, que suele ser el PC ubicado en la sala
asignada para el acto (a no ser que el estudiante lleve su propio ordenador portátil, lo cual
también es posible en algunas universidades).
• El día de la defensa hay que llevar la presentación de diapositivas en diferentes
soportes electrónicos, como por ejemplo en un lápiz USB, en un disco externo, en algún
sistema de almacenamiento en la nube (por ejemplo, Dropbox), como adjunto en el correo
electrónico, etc. Esto ayudará a evitar posibles disgustos en caso de que falle alguno de
estos soportes.
• Llevar materiales de apoyo impresos, como por ejemplo una copia de las diapositivas
con anotaciones que ayuden a explicar el contenido de cada diapositiva o que ofrezcan
información adicional que el estudiante solo ofrecerá oralmente. Se recomienda imprimir
seis diapositivas en cada cara (si hay pocas anotaciones) o tres diapositivas (si hay muchas
anotaciones), tal como se muestra en la figura 40.

Figura 40. Ejemplo de impresión de diapositivas



• Llevar un botellín de agua para evitar la boca seca, en caso de que no lo ofrezca la
universidad.
• Llegar a la sala donde tendrá lugar el acto de defensa 20 minutos antes de la hora
establecida, para probar que la presentación de diapositivas se visualiza correctamente en el
ordenador asignado.
• Respirar, vocalizar, hacer pausas en los momentos necesarios y no hablar
excesivamente rápido ni despacio durante la exposición oral. Tiene que haber energía y
cierta gesticulación (sin exagerar) en la presentación.
• Antes de contestar las preguntas del tribunal, pensar la respuesta, reflexionar unos
segundos y no responder automáticamente lo primero que se pase por la cabeza.
Si el estudiante sigue todas las recomendaciones, pautas y consejos ofrecidos en este
capítulo, estoy segura de que realizará una presentación oral excelente y sabrá responder de
manera adecuada las preguntas que se le formulen. En definitiva, logrará defender su trabajo
académico con éxito.

1. https://es.libreoffice.org.

2. https://www.openoffice.org.

3. http://prezi.com.

4. http://www.upf.edu/masterlinguistica/es/research.

5. http://estudios.uoc.edu/es/grados.

6. http://portal.uned.es.
Capítulo V
La publicación del trabajo académico

Este capítulo se dedica a la publicación del trabajo académico. Aunque no es obligatorio


para obtener el título de grado o de máster, si el estudiante está satisfecho del resultado de su
trabajo académico, puede decidir publicarlo como un artículo de revista, como un artículo
para un congreso o en formato libro. Estos tres géneros textuales tienen características
diferentes que deben tenerse en cuenta para adaptar el texto de un trabajo académico de fin de
grado o de máster a cualquiera de ellos. Además, en este capítulo se ofrecen indicaciones para
seleccionar la revista o el congreso más adecuados al trabajo, y para enviar correctamente el
artículo a los editores de la revista o a los organizadores del congreso. También se explica
brevemente cuáles son los índices de impacto de las revistas científicas, un tema clave y
polémico en la carrera académica universitaria.

1. Publicación como artículo de revista


Antes de nada, el estudiante debe pensar a qué tipo de revista quiere enviar su trabajo. Las
revistas especializadas pueden ser divulgativas o de investigación. Hoy en día, ambos tipos de
revistas se publican en formato electrónico, aunque algunas de ellas todavía conservan la
publicación en formato papel. Las revistas tienen asignado un ISSN (International Standard
Serial Number), es decir, un número internacional que permite su identificación.
En el caso de los artículos de divulgación, el destinatario suele ser el público en general o
personas interesadas en el tema del artículo, pero que no necesariamente han de contar con una
formación previa en el ámbito. En estos artículos el estilo es libre y depende del autor, no
existe una estructura predefinida de apartados, se incluye una gran cantidad de ejemplos para
ilustrar la información expuesta, se reformula la información constantemente mediante
paráfrasis, se introducen definiciones o explicaciones de términos, existe una gran variación
terminológica (sobre todo a través de sinónimos), se incorporan fotos y/o gráficos sencillos
pero a la vez atractivos, se utilizan metáforas y otros recursos literarios, se ofrecen títulos
llamativos que atraigan la atención del lector, etc. En este tipo de artículos, no suelen
requerirse resultados específicos obtenidos de una investigación, ni tampoco una sección final
de referencias bibliográficas. Con respecto a la extensión, suelen ser breves, es decir,
habitualmente no superan las cuatro o cinco páginas, aunque esto siempre depende de los
requisitos exigidos por el medio de publicación correspondiente.
Las revistas de divulgación científica pueden ser interdisciplinares o específicas de un
ámbito especializado concreto. Con respecto a las primeras, algunos ejemplos son:
• Investigación y Ciencia, la edición española de Scientific American, que publica
artículos de diferentes ámbitos científicos, como la psiquiatría, la astronomía, la física
cuántica, la farmacología, etc.: http://www.investigacionyciencia.es.
• Uciencia, de la Universidad de Málaga, que también publica artículos de diferentes
ámbitos, como las energías sostenibles, la arquitectura, las nuevas tecnologías, la
biodiversidad, etc.: http://www.uciencia.uma.es/Revista-Uciencia.
Algunos ejemplos de revistas específicas de ámbitos especializados concretos son:
• Iuris, en el ámbito del derecho: http://www.revistaiuris.com.
• Astronomía, en el ámbito de la astronomía: http://www.astronomia-mag.com.
• Stilus, en el ámbito de la historia antigua: http://issuu.com/pastranar.
• El Trujamán, en el ámbito de la traducción: http://cvc.cervantes.es/trujaman.
A modo de ejemplo, en la figura 41 se muestra un fragmento de un artículo de divulgación
extraído de la revista Iuris, en el que se exponen algunas recomendaciones para mejorar la
argumentación en textos jurídicos, por lo que se trata de un texto que aúna dos ámbitos, la
lingüística y el derecho. Aunque la figura solo refleja la página inicial del artículo, es
suficiente para observar algunos elementos que permiten detectar que se trata de un artículo de
divulgación y no de investigación. Por ejemplo, el artículo incluye un título y una entradilla, el
lenguaje es sencillo, se incorporan referencias a nuestro día a día (por ejemplo, la pareja o los
hijos), se ofrecen ejemplos (por ejemplo, argumentamos al poner una reclamación), se
introducen definiciones de términos (por ejemplo, la definición de «argumento» recogida en el
DRAE), se incluyen fotografías y elementos visuales, etc.

Figura 41. Ejemplo de un fragmento de un artículo de divulgación extraído de la revista Iuris



En cambio, en el caso de los artículos de investigación, los destinatarios son expertos del
ámbito interesados en obtener información sobre una investigación realizada por otro
especialista, que necesariamente contendrá datos y resultados. Además, en estos artículos el
estilo ya no es tan libre como en el caso de los artículos de divulgación. Las revistas de
investigación suelen solicitar a los autores una estructura específica que incluye ciertos
apartados, el objetivo del trabajo, la metodología empleada, los resultados obtenidos, las
conclusiones extraídas, etc. Es lo que Swales (1990) denomina «estructura IMRD»
(introducción, métodos, resultados y discusión).
En algunos ámbitos, incluso, la estructura de los artículos de investigación refleja algunas
particularidades, de la misma forma que ocurre en los trabajos académicos, como se vio en el
apartado 3.1 del capítulo 3. Por ejemplo, en el ámbito de las ciencias de la salud, el apartado
relacionado con la metodología suele titularse «Materiales y métodos» o «Pacientes y
métodos», y debe incluir información específica sobre los pacientes o materiales empleados
en la investigación, además de los métodos utilizados. La figura 42 refleja la estructura textual
de los artículos de investigación publicados en revistas médicas españolas.
Figura 42. Estructura textual de los artículos de investigación publicados en revistas médicas españolas (extraída de da Cunha,
2008)


Las revistas científicas también exigen la inclusión del resumen y/o el abstract, y de las
palabras clave y/o keywords en el artículo. Swales (1990) menciona que la mayor parte de los
resúmenes publicados en este tipo de revistas reflejan la mencionada estructura IMRD. Por
ejemplo, como se explica en da Cunha (2008), en el caso de las directrices de publicación
marcadas por la revista de investigación Medicina Clínica,1 se indica explícitamente que el
resumen que acompaña al artículo debe adjuntarse en español y en inglés, y que el contenido
de ambos también debe dividirse en cuatro apartados y mantener la estructura IMRD del texto
original: Introducción, Pacientes y métodos, Resultados y Discusión, para expresar de forma
más breve pero con igual eficacia el proceso lógico del pensamiento científico. En cada
apartado debe mencionarse, respectivamente, el problema motivo de la investigación, la
manera de llevarla a cabo, los resultados más destacados y las conclusiones que se derivan de
los resultados. En la figura 43 se muestra el resumen y el abstract de un artículo científico de
la revista Medicina Clínica (Pousada et al., 2015).

Figura 43. Resumen y abstract de un artículo científico de la revista Medicina Clínica

ESTUDIO DEL POLIMORFISMO K198N EN EL GEN EDN1 EN PACIENTES AFECTADOS


CON HIPERTENSIÓN ARTERIAL PULMONAR
K198N POLYMORPHISM IN THE EDN1 GENE IN PATIENTS WITH PULMONARY ARTERIAL HYPERTENSION
RESUMEN
Fundamento y objetivo
En la hipertensión arterial pulmonar (HAP) se ha demostrado la asociación de un polimorfismo en el gen de la endotelina (EDN1)
con un incremento de la acción de esta proteína favoreciendo la aparición de HAP. El objetivo de este estudio ha sido analizar el
polimorfismo K198N del gen EDN1 en pacientes con HAP, correlacionando los resultados con parámetros clínicos y
hemodinámicos.
Pacientes y métodos
Se compararon 41 pacientes diagnosticados de HAP idiopática y asociada del grupo i con 50 individuos sanos. Se utilizaron los
métodos de reacción en cadena de la polimerasa y secuenciación directa para estudiar el polimorfismo K198N. Se comparó la
distribución de los genotipos y se correlacionaron con parámetros clínicos, hemodinámicos y de respuesta terapéutica.


Resultados
El genotipo GG estaba presente en el 42% de los pacientes estudiados y en el 65% de los individuos control. Los genotipos GT + TT
aparecieron en el 58% de los pacientes y en el 35% de los controles. Las diferencias fueron estadísticamente significativas (p =
0,032), siendo el riesgo relativo de desarrollar HAP en portadores del alelo T de 2,51 (intervalo de confianza del
95% [IC 95%] 1,07-5,86). El análisis mediante el software PolyPhen definió el cambio K198N como patogénico. No se encontraron
diferencias significativas en aspectos clínicos ni en respuesta al tratamiento a medio plazo en función del genotipo.
Conclusiones
El análisis genotípico para el polimorfismo K198N muestra diferencias estadísticamente significativas en pacientes con HAP
respecto a individuos sanos. Los portadores de al menos un alelo T presentan un riesgo relativo significativamente mayor de
padecer HAP.
ABSTRACT
Background and objective
In pulmonary arterial hypertension (PAH) an association with a polymorphism in the endothelin gene (EDN1) has been described.
The main objective of this study was to analyze the polymorphism K198N in the gene EDN1 in patients with PAH, correlating the
results with clinical and hemodynamic parameters.
Patients and methods
We compared 41 patients diagnosed with idiopathic and associated PAH of group i with 50 healthy controls. Polymerase chain
reaction and direct sequencing were used to analyze the polymorphism K198N. We compared the genotype distribution and
searched for a correlation with clinical, hemodynamic and therapeutic response.
Results
Genotype GG was present in 42% of patients in this study and 65% of controls. The GT + TT genotypes appeared in 58% of patients
and in 35% of controls. Statistically significant differences between patients and controls (P =.032) were detected, with a relative risk
in carriers of having the T allele of 2.51 (95% CI 1.07 to 5.86). The analysis by PolyPhen software defined K198N change as
pathogenic. No significant differences in the response to treatment at medium term were found.
Conclusions
The genotype analysis of the EDN1 gene polymorphism shows statistically significant differences in patients with PAH compared to
healthy individuals. Individuals carrying at least one T allele exhibit a higher relative significant risk to develop HAP.

En cambio, en otras revistas científicas, los requisitos sobre el resumen que debe acompañar
al artículo no son tan rígidos. Un ejemplo es la revista Tradumática,2 del ámbito de las
tecnologías de la traducción, que simplemente indica en su página web que el artículo debe
comenzar con un resumen de no más de 50 palabras y que debe adjuntarse su traducción al
inglés.
De la misma forma que en los trabajos de fin de grado o de fin de máster, en los artículos de
investigación siempre se exige un apartado final de bibliografía, en donde deben citarse las
referencias bibliográficas empleadas en el trabajo. En el caso de las revistas, son estas
quienes estipulan los criterios de citación bibliográfica que debe emplear el autor (que suelen
depender del ámbito especializado en el que se enmarque la revista, como ya se comentó en el
apartado 9.2 del capítulo 3). En algunos casos, las revistas remiten a un estilo de citación
concreto. Por ejemplo, la Revista Española de Cardiología,3 del ámbito de la medicina, exige
el estilo Vancouver; la revista Debate Terminológico,4 del ámbito de la terminología, solicita
seguir las normas ISO 690 1987 (referencias bibliográficas) e ISO 690-2 1997 (documentos
electrónicos). En otros casos, la revista ofrece sus propios criterios de citación bibliográfica
(normalmente acompañados de ejemplos), como ocurre en el caso de la revista
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa,5 del ámbito de la
economía (figura 44).

Figura 44. Criterios de citación bibliográfica de la revista Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la
Empresa
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa
Normas de publicación
[…]
10. Al final del trabajo se debe incluir una sección de referencias bibliográficas que contendrá las obras citadas en el texto
ordenadas alfabéticamente por el apellido del autor, siguiendo cada una de ellas el siguiente orden: apellidos e iniciales de los
nombres de cada autor, año de publicación, título, editorial y lugar de publicación (para libros); apellidos e iniciales de cada autor del
capítulo o sección, año de publicación, título del capítulo o sección, iniciales de los nombres y apellidos de cada autor del libro,
editorial, lugar de publicación y páginas (para contribuciones en libros); o apellidos e iniciales de los nombres de cada autor, año de
publicación, título, nombre de la revista, volumen y número de la revista, y páginas (para artículos en revistas). En caso de que se
citen varios trabajos del mismo autor y año se deben marcar con las mismas letras que en el texto a continuación del año. Los títulos
de libros, revistas, etc. se deben destacar utilizando letra cursiva. Ejemplos:
Libros:
Guillén, M.F. y García-Canal, E. (2010). The new multinationals. Spanish firms in a global context. Cambridge University Press,
Cambridge.
Trabajos en libros colectivos:
Camisón, C. (2009a). Factores determinantes de la competitividad empresarial: revisión del estado de la cuestión y propuesta de un
modelo integrador. En: M. Menguzzato, (Ed.), La dirección de empresas ante los retos del siglo XXI. Homenaje al profesor Juan José
Renau Piqueras. Universidad de Valencia, Valencia, pp. 47-59.
Artículos:
Bolívar-Cruz, A. y Hormiga, E. (2012). La influencia del proceso de migración en la percepción del riesgo de crear una empresa,
Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la Empresa, 18 (1), 69-85.
[…]

El estilo de los artículos de investigación también es diferente al de los artículos de


divulgación. Por ejemplo, la variación terminológica es menor (es decir, el autor suele
seleccionar un término y emplearlo a lo largo de todo el artículo), aunque la frecuencia de
aparición de siglas es mucho más alta; no suelen incluirse ejemplos, sino datos; se incorporan
tablas, gráficos y figuras de gran complejidad con sus respectivos pies con títulos; se evitan
los recursos literarios; no suelen introducirse definiciones ni explicaciones de términos; no se
reformula la información, sino que se ofrece de una manera mucho más directa, etc.
Para enviar un artículo a una revista deben seguirse tres pasos fundamentales:
• Paso 1. Selección de la revista.
• Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas de la revista seleccionada.
• Paso 3. Envío del artículo.
A continuación profundizo en cada uno de estos tres pasos.
Paso 1. Selección de la revista.
Para seleccionar la revista más adecuada al trabajo, en primer lugar, como ya se ha
explicado, el estudiante debe decidir si quiere publicar su artículo en una revista de
divulgación o de investigación. En segundo lugar, debe realizar una búsqueda de las revistas
existentes que tengan relación con el ámbito de su trabajo. Para ello, puede consultar
bibliotecas, bases de datos, repositorios bibliográficos, etc. En tercer lugar, debe revisar los
criterios editoriales de las revistas encontradas, para determinar las que mejor se adaptan al
trabajo. Es decir, no es suficiente con que la revista se enmarque en el ámbito general del
trabajo, sino que debe existir una correspondencia entre el tema específico del trabajo y los
temas priorizados por la revista. Por ejemplo, en la sección «Objetivos y Alcance» (Aims &
Scope), incluida en la página web la revista Discourse Studies,6 del ámbito de los estudios
del discurso, se especifica que su foco está en las estructuras y estrategias empleadas en el
discurso escrito y oral, y que prestará especial atención a estudios lingüísticos
multidisciplinares relacionados con la lingüística, la antropología, la etnometodología, la
psicología social y cognitiva, la comunicación y el derecho. En la sección «Enfoque y
alcance» de la página web de la revista Procesamiento del Lenguaje Natural,7 del ámbito de
la lingüística computacional, se especifica que uno de sus focos es «reflexionar y debatir en
profundidad sobre temas concretos de máxima actualidad tales como la extracción de
información, la recuperación de información o la evaluación de sistemas de procesamiento del
lenguaje natural».
En cuanto a las revistas de investigación, un aspecto que puede ayudar en la selección es el
llamado factor o índice de impacto. Este factor de impacto mide la importancia de las revistas
científicas, y tiene una gran influencia en la evaluación de su calidad y repercusión. El Instituto
para la Información Científica (Institute for Scientific Information [ISI]) calcula este factor
para las revistas que tiene registradas y lo publica en el Journal Citation Reports,
perteneciente a la empresa Thomson Reuters.8 Se calculan dos índices para las revistas
indexadas en su base de datos, en función de si tratan ámbitos relacionados con la ciencia o
con las ciencias sociales: JCR Science Edition y JCR Social Science Edition. También
existen otras bases de datos de revistas científicas con sus propios factores o indicadores de
impacto, que han surgido en los últimos años. Algunos ejemplos son la base de datos
internacional Scopus,9 la base de datos europea ERIH (European Reference Index for the
Humanities),10 la base de datos española MIAR (Information Matrix for the Analysis of
Journals)11 o la base de datos catalana CARHUS+,12 entre otras.
La evaluación de las revistas de investigación mediante el factor de impacto es un tema
clave y polémico en el mundo científico, ya que existen voces críticas que afirman que se ha
convertido en un negocio. Un ejemplo es Randy Schekman, un biólogo estadounidense ganador
del premio Nobel de Medicina en 2013. En ese mismo año publicó un artículo titulado «Por
qué revistas como Nature, Science y Cell hacen daño a la ciencia» (Schekman, 2013), donde
reflexiona sobre el papel de las revistas de investigación y el factor de impacto en el contexto
científico actual. A continuación reproduzco un fragmento de su artículo, que se publicó
traducido al español en el diario El País:
Estas revistas promocionan de forma agresiva sus marcas, de una manera que conduce más a la venta de suscripciones que
a fomentar las investigaciones más importantes. Al igual que los diseñadores de moda que crean bolsos o trajes de edición
limitada, saben que la escasez hace que aumente la demanda, de modo que restringen artificialmente el número de artículos
que aceptan. Luego, estas marcas exclusivas se comercializan empleando un ardid llamado «factor de impacto», una
puntuación otorgada a cada revista que mide el número de veces que los trabajos de investigación posteriores citan sus
artículos. La teoría es que los mejores artículos se citan con más frecuencia, de modo que las mejores publicaciones obtienen
las puntuaciones más altas. Pero se trata de una medida tremendamente viciada, que persigue algo que se ha convertido en
un fin en sí mismo, y es tan perjudicial para la ciencia como la cultura de las primas lo es para la banca (Schekman, 2013).

En el caso de estudiantes de grado o de máster que no deseen continuar en el ámbito


académico y se decanten por una trayectoria de carácter profesional, este tema no es
especialmente relevante. Sin embargo, sí lo es en el caso de estudiantes que tengan previsto
realizar el doctorado y adentrarse en el mundo de la investigación.
Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas de la revista seleccionada.
Cada revista suele exigir un formato determinado para el envío de artículos. Las revistas de
divulgación suelen tener unos criterios más laxos, mientras que las revistas de investigación
requieren unas pautas más concretas en este sentido, por ejemplo en relación con la extensión
del texto, los apartados, el tipo y tamaño de letra, el interlineado, los márgenes, las figuras, las
tablas, etc. Este formato puede explicitarse a través de unas normas detalladas que deben
seguir los autores o de una plantilla específica que debe emplearse como modelo para
elaborar el artículo. Veamos algunos ejemplos de ambos casos.
En la figura 45 se muestra un fragmento de las normas que solicita la Revista Española de
Cardiología para el envío de artículos y en la figura 46 se muestra la primera página de la
plantilla que la revista Procesamiento del Lenguaje Natural pone a disposición de los autores
para el envío de manuscritos.

Figura 45. Fragmento de las normas que la Revista Española de Cardiología exige a los autores para el envío de artículos
NORMAS DE PUBLICACIÓN EN Revista Española de Cardiología
INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES
[…]
Todos los manuscritos se adecuarán a las normas de publicación. Se entiende que el autor de correspondencia de la publicación se
responsabiliza de la normativa y que el resto de los autores conoce, participa y está de acuerdo con el contenido del manuscrito.
1. Artículos originales
Presentación del documento:
A doble espacio, con márgenes de 2,5 cm y páginas numeradas.
Tiene una extensión máxima de 5.000 palabras, contando desde la página frontal hasta el final y excluyendo únicamente las tablas.
Consta de dos documentos: primera página y manuscrito.
El manuscrito sigue el siguiente orden: a) resumen estructurado en español y palabras clave; b) resumen estructurado en inglés y
palabras clave; c) cuadro de abreviaturas en español e inglés; d) texto; e) bibliografía; f) pies de figuras; g) tablas (opcional), y h)
figuras (opcional).
Primera página
Título completo en español e inglés (menos de 150 caracteres incluyendo espacios).
Nombre y apellido de los autores. Este tipo de artículos tiene un límite de diez autores. Para los artículos multicéntricos, el Comité
Editorial valorará individualmente esta limitación, previa petición y justificación por parte de los autores.
Centro de procedencia (departamento, institución, ciudad y país) y fuente de financiación, en su caso.
Dirección postal completa del autor a quien debe dirigirse la correspondencia, teléfono, fax y dirección electrónica.
Se especifica el número total de palabras del manuscrito (excluyendo únicamente las tablas).
Resumen estructurado […]
Texto […]
Bibliografía […]
Figuras
Las figuras correspondientes a gráficos y dibujos se envían en formato TIFF o JPEG preferentemente, con una resolución no inferior a
300 dpi y utilizando el color negro para líneas y texto. Están ordenadas con números arábigos de acuerdo con su orden de aparición
en el texto.
Las gráficas, símbolos, letras, etc., son de tamaño suficiente para poderse identificar claramente al ser reducidas. Los detalles
especiales se señalan con flechas, utilizando para estos y para cualquier otro tipo de símbolos el trazado de máximo contraste
respecto a la figura.

Los pies de figuras se incluyen en hoja aparte. Al final se identifican las abreviaturas empleadas, por orden alfabético.
Las figuras no incluyen datos que permitan conocer la procedencia del trabajo o la identidad del paciente. Las fotografías de
personas deben realizarse de manera que no sean identificables o se adjuntará el consentimiento de su uso por parte de la persona
fotografiada.
Tablas
Se numeran con números arábigos de acuerdo con su orden de aparición en el texto.
Cada tabla se escribirá a doble espacio en una hoja aparte.
Incluyen un título en su parte superior y en la parte inferior se describen las abreviaturas empleadas por orden alfabético.
El contenido es autoexplicativo y los datos que incluyen no figuran en el texto ni en las figuras.
[…]

Figura 46. Primera página de la plantilla que la revista Procesamiento del Lenguaje Natural ofrece a los autores para el
envío de artículos


En este capítulo, como se ha visto, ofrezco principalmente ejemplos de revistas españolas
que solicitan los artículos en castellano. Sin embargo, no debe olvidarse que, en la actualidad,
el inglés es la lengua vehicular de la comunicación científica internacional. Por este motivo, la
mayor parte de revistas internacionales únicamente publican artículos en inglés. Si algún
estudiante está interesado en publicar un artículo científico en esta lengua, le recomiendo el
libro de Norman (1999), en el que encontrará pautas y consejos muy útiles sobre este tema.
Paso 3. Envío del artículo.
Una vez redactado el artículo siguiendo los requisitos solicitados por la revista
seleccionada, llega el momento de realizar el envío. Hoy en día, existen dos opciones
principales para hacerlo, que dependen de la revista. Por un lado, hay revistas que
simplemente solicitan el envío del manuscrito y de la información asociada mediante un
correo electrónico al editor. Sería el caso por ejemplo de la revista Discourse Studies, que en
su página web indica:
Papers should be sent by email only, in one file (including abstract, biographical note, figures, tables, and
appendices) preferably in WORD (formats .doc or .rtf), to the editor at the following address:
journals@discourses.org.
[Los artículos deben enviarse únicamente por correo electrónico, en un documento (que incluya el resumen, una nota
biográfica, figuras, tablas y anexos) preferiblemente en WORD (formato .doc o .rtf) al editor a la siguiente dirección:
journals@discourses.org.]

Por otro lado, la mayor parte de revistas utilizan diferentes interfaces informáticas de envíos
en línea. Por ejemplo, la revista Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de la
Empresa utiliza la interfaz de Elsevier, como indica en su página web:
Los trabajos deben enviarse a la revista a través del sistema de gestión editorial de Elsevier (http://ees.elsevier.com/iedee).
Para ello, los autores deben seguir las instrucciones del sis​tema, disponibles en la misma web, y los artículos enviados deben
cumplir los requisitos de formato que se detallan a continuación.

También la Revista Española de Cardiología emplea la misma interfaz:


Los manuscritos para Rev. Esp. Cardiol. se enviarán a través de la página web http://ees.elsevier.com/rec. Para enviar un
manuscrito sólo tiene que entrar en dicha página y seguir las instrucciones de la pantalla. En caso de duda, ponerse en
contacto con rec@revespcardiol.org.
En cambio, otras revistas como Tradumática o Debate Terminológico, que son de acceso
abierto, disponen de sus propios sistemas de envío electrónico integrados en el Open Journal
Systems, un programa de publicación de código abierto para la gestión de revistas que el
Public Knowledge Project desarrolla, financia y distribuye de manera gratuita con la Licencia
Pública general GNU.
Una vez enviado el artículo, este pasa por un proceso de evaluación llamado «por pares»
(peer review), en el que la revista asigna al menos a dos especialistas sobre el tema del
artículo para evaluarlo tanto cualitativa como cuantitativamente. En función de la evaluación
realizada por estos expertos, los editores de la revista deciden si publicar el artículo o
descartarlo. Este proceso de evaluación es largo y suele demorarse unos meses, en función de
la dinámica de cada revista. En muchas ocasiones, los editores se ponen en contacto con el
autor para solicitarle que realice los cambios (mayores o menores) exigidos por los
evaluadores, quienes reevalúan el artículo una vez introducidos dichos cambios. Este
mecanismo favorece la calidad final de los artículos publicados, pero también ralentiza el
proceso de publicación en gran medida.

2. Publicación como artículo en un congreso


En el caso de los artículos enviados a congresos, simposios, jornadas, workshops, etc., los
organizadores pueden publicarlos mediante su recopilación en unas actas de congreso, en un
libro monográfico (en cuyo caso tendrá asignado un ISBN [International Standard Book
Number] para su identificación), en una revista de investigación, etc. Puede publicarse el
artículo completo, el resumen o ambos. Es responsabilidad del estudiante informarse sobre la
política de publicación del evento al que planea enviar su trabajo.
Por lo general, los artículos enviados a este tipo de eventos científicos no son de
divulgación, sino únicamente de investigación. Así, del mismo modo que en los artículos de
investigación publicados en revistas científicas, los destinatarios de los artículos presentados
en congresos son expertos del ámbito y no el público general. Por este motivo, ambos tipos de
artículos comparten la mayor parte de sus características en cuanto al estilo, la estructura
IMRD, el resumen y/o el abstract, las palabras clave y/o keywords, la bibliografía, etc.
Para enviar un artículo a un congreso deben seguirse los mismos tres pasos que en el caso
de las revistas:
• Paso 1. Selección del congreso.
• Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas del congreso seleccionado.
• Paso 3. Envío del artículo.
A continuación me refiero a algunos detalles que pueden variar en el caso de los congresos.
Paso 1. Selección del congreso.
El estudiante puede decidir el congreso al que desea enviar su trabajo teniendo en cuenta
diferentes factores:
• Temática del congreso. Esta debe adaptarse a la del artículo perfectamente para que sea
aceptado.
• Calidad del congreso. A diferencia del caso de las revistas, no existen bases de datos
únicas con información sobre la calidad de los congresos. Sin embargo, para algunos
ámbitos especializados sí existen diferentes clasificaciones. Por ejemplo, en el ámbito de la
informática, se encuentra el conocido «Ranking CORE»,13 una clasificación desarrollada por
la Computing Research and Education Association of Australasia (CORE).
• Internacionalidad. Puede tratarse de un congreso nacional o internacional, lo cual tiene
ciertas consecuencias. Por ejemplo, si se trata de un congreso internacional, por lo general
se desarrollará íntegramente en inglés. Por tanto, el estudiante deberá realizar su
presentación y contestar las preguntas que le formulen en esta lengua, lo cual requiere una
preparación previa adicional.
• Magnitud del evento. Puede tratarse de un congreso multitudinario con diversas sesiones
temáticas paralelas, de un congreso más reducido, de un workshop con una temática muy
específica, etc.
• Lugar de celebración. Quizás el país o ciudad donde tiene lugar el evento puede tener
alguna influencia en la decisión.
• Presencialidad. En la mayor parte de congresos se exige que el trabajo se exponga de
manera presencial, aunque en los últimos años están comenzando a proliferar también los
congresos en los que los trabajos pueden presentarse virtualmente mediante
videoconferencia.
• Modo de presentación del trabajo. Por lo general, existen dos modos principales para
presentar el trabajo de manera presencial. Por un lado, puede realizarse una comunicación
oral en una sala de conferencias o en un aula ante el público del congreso. Esta
comunicación suele dividirse en una exposición oral de unos 20 minutos y una ronda de
preguntas del público de unos 5-10 minutos. Por otro lado, puede presentarse el trabajo
mediante un póster científico, que muestre los aspectos principales de la investigación. En
este caso, el estudiante deberá estar al lado de su póster durante la llamada «sesión de
pósters» e interactuar con las personas interesadas en su trabajo de manera más cercana:
tendrá que explicarles brevemente el trabajo y responder a las preguntas que le formulen.
Los organizadores del congreso son quienes suelen decidir el modo de presentación de los
trabajos aceptados.
Algunos ejemplos de congresos de diferentes ámbitos son, entre muchos otros:14
• En el ámbito del derecho, Congreso Internet, Derecho y Política:
http://edcp.uoc.edu/symposia.
• En el ámbito de la economía, Congreso Internacional de Economía Consciente:
http://www.economiaconsciente.org.
• En el ámbito de la medicina, Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina
Interna (SEMI): http://www.congresosemi.org.
• En el ámbito de la informática, Congreso Español de Informática (CEDI):
http://www.congresocedi.es.
• En el ámbito de la lingüística computacional, Congreso de la Sociedad Española para
el Procesamiento del Lenguaje Natural (SEPLN):
http://www.sepln.org/category/congresos/.
• En el ámbito de la historia, Congreso Internacional de Historia Oral (IOHA):
http://www.ub.edu/historiaoral.barcelona2014/congreso.html.
• En el ámbito de la traducción, Congreso Internacional Traducción, Texto e
Interferencias: http://www.uco.es/congresotraduccion.
• En el ámbito de la arquitectura, Congreso Internacional Arquitectura Necesaria:
http://arquitecturaysociedad.org/congreso-arquitectura-necesaria.
• En el ámbito del teatro, Jornadas Navarras de Teatro Clásico:
http://www.unav.edu/congreso/jornadas-navarras-teatro-2014.
• En el ámbito de la terminología, Simposio Iberoamericano de terminología RITerm:
http://www.simposioriterm2014.com.
También existen congresos científicos dirigidos específicamente a estudiantes de distintos
ámbitos. Estos eventos suponen un foro excelente para exponer artículos derivados de trabajos
de fin de grado o de máster, e interactuar con otros estudiantes y profesores del ámbito del
trabajo. Algunos ejemplos son, entre otros:
• En el ámbito de la historia, Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia
Contemporánea: http://historiabcn2015.net.
• En el ámbito de las matemáticas, Congreso de Jóvenes Investigadores de la Real
Sociedad Matemática Española (RSME): http://www.um.es/jovenesrsme2015.
• En el ámbito de la química, Simposio de Investigadores Jóvenes de la Real Sociedad
Española de Química (RSEQ): http://www.ehu.eus/es/web/xi-sij.
• En el ámbito de la lengua, Congreso Internacional de la Asociación de Jóvenes
Investigadores de Historiografía e Historia de la Lengua Española (AJIHLE):
http://ajihle.net.
Paso 2. Redacción del artículo siguiendo las normas del congreso seleccionado.
Como en el caso de las revistas, cada congreso exige un formato concreto para el envío de
artículos, mediante unas normas o una plantilla. Es imprescindible que el estudiante siga el
formato solicitado. Una diferencia con respecto a las revistas es la extensión del artículo, que
en el caso de los congresos es inferior. Algunos congresos permiten enviar tanto artículos
largos (8-12 páginas) como artículos cortos (4-5 páginas).
Paso 3. Envío del artículo.
Una vez redactado el artículo siguiendo los requisitos solicitados por el congreso
seleccionado, debe realizarse el envío. Como en el caso de las revistas, existen dos
posibilidades en función del congreso: envío por correo electrónico convencional o mediante
una interfaz en línea. En el segundo caso, el sistema más utilizado actualmente es EasyChair15
(figura 47).

Figura 47. Pantalla inicial de la interfaz de envío de artículos a congresos EasyChair



En el caso de los congresos, el artículo también pasa por un proceso de evaluación, similar
al explicado para las revistas de investigación. Sin embargo, la duración del proceso de
evaluación suele ser inferior.

3. Publicación en formato libro


Publicar un libro derivado del trabajo de fin de grado o de máster es la opción más
complicada, aunque es factible si el trabajo tiene la magnitud y calidad suficientes,
especialmente en el caso de trabajos de fin de máster. Debido a su tamaño y envergadura, es
más habitual publicar un libro a partir de una tesis doctoral. De todas maneras, creo
conveniente ofrecer en este apartado alguna información sobre el tema por si algún estudiante
se decanta por esta opción.
En la actualidad, el mercado editorial es un mundo complicado. Las editoriales realizan una
selección muy rigurosa de los manuscritos, que muchas veces se basa en criterios comerciales.
Existen múltiples editoriales clásicas, tanto nacionales como internacionales, que publican
trabajos académicos y científicos. Es el caso, por ejemplo, de las editoriales nacionales
Alianza, Ariel o Cátedra, y de las editoriales internacionales Springer, Peter Lang o John
Benjamins, entre muchas otras. También existen editoriales asociadas a universidades que
publican trabajos de este tipo. Algunos ejemplos relevantes son la editorial de la Universidad
de Granada, la editorial de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y la editorial de
la Universitat Oberta de Catalunya.
Del mismo modo que existen clasificaciones que evalúan la calidad de las revistas
científicas y de los congresos, también existen clasificaciones sobre las editoriales. Un buen
ejemplo es SPI-Scholarly Publishers Indicators,16 una clasificación que ofrece indicadores
sobre la relevancia de las editoriales científicas nacionales e internacionales en ámbitos
relacionados con las humanidades y las ciencias sociales, como, por ejemplo, bellas artes,
antropología, biblioteconomía, comunicación, economía, educación, derecho, filosofía,
historia, filología, ciencias políticas, psicología, etc. En la figura 48 se muestra una captura de
pantalla de la sección en la que se evalúan las editoriales nacionales e internacionales en el
2014.

Figura 48. Captura de pantalla de la sección de la clasificación SPI-Scholarly Publishers Indicators en la que se evalúan
editoriales nacionales e internacionales


El estudiante debe buscar la editorial que mejor se adapte a la temática de su libro. Una
opción interesante es comprobar si la universidad en la que se ha realizado el trabajo
académico dispone de editorial. Además, debe decidir si prefiere publicarlo en formato papel
o como libro electrónico (esta segunda opción es mucho más económica). Entonces, debe
ponerse en contacto con los responsables de la editorial o editoriales seleccionadas para
exponer su proyecto. Habitualmente, los editores solicitan el envío del manuscrito completo
por correo electrónico, para leerlo y tomar una decisión sobre su posible publicación.
A diferencia de los artículos redactados para enviar a revistas científicas o congresos, en el
caso de un libro, la extensión no suele suponer un problema. No es necesario resumir la
información, sino que puede ofrecerse todo el contenido necesario. Asimismo, con el objetivo
de hacerlo más accesible al lector, el estudiante puede variar ligeramente la estructura y los
apartados; puede añadir, modificar o eliminar contenidos; puede cambiar el título; puede
eliminar el resumen y/o el abstract, y las palabras clave y/o keywords, etc. En cambio, otros
apartados como el índice y la bibliografía son indispensables. También es habitual solicitar a
algún especialista en el tema del libro que redacte un prólogo. Con respecto a cuestiones de
formato y maquetación, es la editorial quien tiene la última palabra. También es
responsabilidad de la editorial asignar un ISBN al libro.
1. http://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-2.

2. http://revistes.uab.cat/tradumatica.

3. http://www.revespcardiol.org/es.

4. http://seer.ufrgs.br/riterm.

5. http://www.elsevier.es/es-revista-investigaciones-europeas-direccion-economia-empresa-345.

6. http://dis.sagepub.com.

7. http://journal.sepln.org.

8. http://thomsonreuters.com/en.html.

9. http://www.scopus.com.

10. http://erihplus.nsd.no.

11. http://miar.ub.edu.

12. http://www10.gencat.net/agaur_web.

13. http://core.edu.au/index.php.

14. Se ofrece la URL de la página general de información del congreso o, en su defecto, la URL de la última edición
celebrada (última consulta: 09/04/2015).

15. http://wwww.easychair.org.

16. http://ilia.cchs.csic.es/SPI.
Capítulo VI
Reflexiones finales

La idea de este libro se ha ido gestando durante los más de diez años que llevo en el ámbito
de la investigación. En el año 2002, cuando tuve que realizar los trabajos académicos de las
asignaturas del máster de Ciencias del lenguaje y lingüística aplicada en el que me matriculé
en la UPF en Barcelona, me di cuenta de que, durante la licenciatura en Filología Hispánica
que había estudiado en la Universidade de Santiago de Compostela, no había cursado ninguna
asignatura sobre la elaboración de trabajos académicos. Por tanto, a pesar de cursar la
asignatura obligatoria del máster sobre la metodología de la investigación y de encontrar
algunos recursos didácticos de apoyo que trataban cuestiones puntuales sobre la elaboración
de trabajos académicos, tuve que esforzarme mucho para sacar adelante los trabajos
solicitados por los profesores. Una vez superado el máster, me encontré en la misma situación
al enfrentarme a la elaboración de mi proyecto de tesis doctoral (en aquel entonces, el llamado
Diploma de Estudios Avanzados). Poco a poco, con el transcurso de los años, y a base de
prueba y error (y también de mucha paciencia por parte de los directores de mi trabajo, he de
reconocer), fui aprendiendo e interiorizando la metodología de elaboración de trabajos de
investigación, lo que finalmente derivó en la defensa de mi tesis doctoral en el año 2008.
Durante este período, tanto mis compañeros como yo comentábamos lo útil que habría sido
contar con más información o recursos sobre las etapas del proceso de realización de una
investigación de este tipo, sobre la elaboración de un cronograma adecuado y realista para
organizar el tiempo adecuadamente, sobre el formato y las características del trabajo
académico escrito, sobre la redacción de los objetivos y las hipótesis de la investigación,
sobre la defensa oral del trabajo ante un tribunal, sobre las presentaciones con diapositivas
para presentar el trabajo (en la misma defensa, en seminarios, en congresos, etc.), sobre las
posibilidades de adaptación del trabajo académico para publicarlo en otros foros (como en
revistas de divulgación o de investigación, en congresos, en workshops, etc.) y sobre otras
muchas cuestiones relacionadas.
Durante los últimos años, he sido profesora en varias universidades de asignaturas que
tienen que ver con la elaboración de textos especializados, con los géneros textuales, con la
terminología, con los recursos informáticos aplicados a la lengua, etc. Además, he tenido la
oportunidad de dirigir (y codirigir) diferentes trabajos académicos (tanto de grado y de
máster, como de doctorado), y de participar como miembro del tribunal de otros. En este
contexto, he podido observar de primera mano cómo los estudiantes tienen exactamente los
mismos problemas que yo tuve en su momento a la hora de realizar trabajos académicos (ya
sean trabajos de asignaturas, trabajos de fin de grado, trabajos de fin de máster, proyectos de
tesis o tesis doctorales).
En conversaciones informales en la universidad, muchos alumnos me han confesado que se
sienten perdidos cuando han de enfrentarse a un trabajo académico, especialmente de fin de
grado o de máster. Esto es así porque, en los distintos grados y másteres de las universidades
españolas, no se imparten suficientes asignaturas o cursos destinados a esta cuestión. Y,
precisamente, esta cuestión es fundamental, ya que este tipo de trabajos suponen el punto final
de una trayectoria académica que lleva a la obtención de un título universitario. Con esta idea
en mente, durante el curso académico 2013-2014, impartí un curso de verano intensivo en la
UPF titulado «Cómo redactar y defender un trabajo académico: las claves del éxito». El curso
tuvo una gran aceptación por parte de los estudiantes participantes (principalmente de grado y
de máster), y muchos de ellos me preguntaron si era posible disponer de los materiales y
recursos ofrecidos en el curso en forma de libro o manual. Es ahora en el 2016 cuando la
Editorial de la UOC me ha dado la oportunidad de publicar este libro, colaboración que ha
surgido a partir de la experiencia de diseñar e impartir la asignatura «Trabajo de fin de
máster» del máster de Traducción especializada de la UOC, dirigido por el Dr. Antoni Oliver.
Por tanto, esta es la principal motivación del presente libro: servir de ayuda a estudiantes de
cualquier ámbito especializado del contexto universitario español actual que deban afrontar la
redacción, defensa y publicación de su trabajo académico, especialmente a aquellos que se
encuentren en el proceso de elaboración de su trabajo de fin de grado o de fin de máster.
Existen otros recursos bibliográficos en castellano que pueden resultar complementarios a
este libro. Por ejemplo, la guía de Walker (2001) trata varias cuestiones (como la selección
del tema del trabajo o las fuentes bibliográficas, principalmente) relacionadas con la
redacción de trabajos de investigación en general. El breve manual de Icart, Fuentelsaz y
Pulpón (2001) presenta recomendaciones específicas para la elaboración y presentación de
proyectos de tesis. El libro de Rigo y Genescà (2002) supone una fuente de información
interesante sobre las normas formales que suelen seguirse en tesis y trabajos de investigación
en general. El manual de Tolchinsky, Rubio y Escofet (2002) incluye recomendaciones y
consejos de diversa índole dirigidos a estudiantes que quieran iniciarse en el mundo de la
investigación. En el manual coordinado por Pantoja (2009), cada capítulo ofrece de manera
muy detallada algunos temas concretos relevantes sobre la realización de tesinas, tesis y
trabajos de investigación (como documentación y búsqueda de información, aspectos formales,
análisis de datos cuantitativos, elaboración de cuestionarios, etc.), redactados por parte de
especialistas. Finalmente, la guía práctica para la realización de los trabajos fin de grado y de
fin de máster de la Universidad de Murcia, coordinada por García y Martínez (2012), incluye
muchos aspectos que pueden extrapolarse a trabajos académicos de otras universidades
españolas.
También algunas universidades o estudios específicos han publicado en línea recursos o
guías para ayudar a sus estudiantes a elaborar trabajos académicos, lo cual considero una
excelente práctica. Es el caso de la guía redactada por Anduiza y Méndez (en línea) en el área
de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Murcia; de las sugerencias
para la realización de trabajos académicos y científicos propuestas por Sánchez Herrera (en
línea) del Departamento de Sociología de la Universidad de La Laguna; o de la guía de buenas
prácticas para la elaboración de los trabajos de fin de grado de los diferentes grados de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, coordinada por Rodríguez-Piñeiro
(2014).
Todas estas obras suponen, como he mencionado, un complemento al libro que está en manos
del estudiante ahora mismo, ya que toda información es bienvenida a la hora de aprender a
elaborar trabajos académicos. Cada una de estas obras trata aspectos concretos que pueden
resultar de utilidad a quien desee iniciarse en el mundo de la investigación. Sin embargo, en
los cinco capítulos que conforman el contenido de este libro, se ha intentado mostrar el
proceso de elaboración de este tipo de trabajos como un todo, desde su contextualización en la
comunicación especializada y su ubicación en los géneros textuales correspondientes, pasando
por las diferentes etapas del proceso de elaboración de un trabajo de final de grado o de
máster y por la redacción del trabajo académico escrito, hasta la defensa oral del trabajo
frente a un tribunal y su publicación en otros formatos. No se trata de una obra que se refiera
únicamente a aspectos formales (que también se explican, aunque no exhaustivamente, ya que
no pretende ser un manual de escritura científica), ni trata de trabajos científicos en general, ni
se centra en la elaboración de trabajos académicos de especialidades o ámbitos concretos.
Busca ser una obra clara y didáctica que integra cuestiones generales de todo tipo
relacionadas con el proceso de elaboración de trabajos académicos de cualquier ámbito,
centrada especialmente en el trabajo de fin de grado y de fin de máster en el contexto
universitario actual. Por este motivo, junto con los contenidos teóricos, se han ofrecido
múltiples ejemplos extraídos de trabajos publicados en los últimos años en varias instituciones
académicas españolas, así como las referencias y los recursos documentales y bibliográficos
más actuales.
Así, espero que este libro haya sido de utilidad a todos los estudiantes que lo hayan leído y
haya logrado resolver (al menos) algunas de las dudas que yo tuve en su momento. ¡Os deseo
mucho éxito!

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