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7ma.

Semana: Convenio sobre alta mar

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CDM, o


también CONVEMAR o CNUDM) es considerada uno de los tratados multilaterales más
importantes de la historia, desde la aprobación de la Carta de las Naciones Unidas, siendo
calificada como la Constitución de los océanos.
Fue aprobada, tras nueve años de trabajo, el 30 de abril de 1982 en Nueva York (Estados
Unidos) y abierta a su firma por parte de los Estados, el 10 de diciembre de 1982, en Bahía
Montego (Jamaica), en la 182.º sesión plenaria de la III Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar. Entró en vigor el 16 de noviembre de 1994,3 un año después de la
60.º ratificación (realizada por Guyana).
Antecedentes

A inicios del siglo XVII, basado en principios de derecho romano, Hugo Grocio postuló la
«doctrina del mar libre» en su obra Mare liberum (Mar libre), según la cual los mares no
podían ser sujetos de apropiación, porque no eran susceptibles de ocupación, como
las tierras, y por ello debían ser libres para todos («libertad de los mares»).
Sin embargo, en el siglo XVIII Cornelius van Bynkershoek logró sentar el principio según el
cual el mar adyacente a las costas de un país quedaban bajo su soberanía. La extensión de
esta franja marina cercana al borde costero quedó entregada, en general, a la capacidad de
control que el Estado podía ejercer sobre ella. Por ello, el criterio utilizado para fijar su anchura
fue la posibilidad de control desde la costa, que permitió el surgimiento de la norma de las
tres millas marinas, basada en la tesis «del alcance de la bala de cañón» (de Ferdinando
Galiani).
En el siglo XX muchos Estados expresaron la necesidad de extender el mar territorial, con el
fin de proteger los recursos pesqueros y mineros y aplicar medidas de control y fiscalización
para evitar contaminación del área.
Esta situación fue reconocida por la Sociedad de Naciones y por la Conferencia de La
Haya sobre codificación del derecho internacional de 1930. En esta conferencia no se logró
ningún acuerdo para establecer la anchura para el mar territorial, aunque se reconoció la
existencia de una zona contigua, de una extensión máxima de 12 millas marinas (22 km).
El ámbito latinoamericano surge la «tesis de las 200 millas marinas» que se vio precedida,
entre otras, por la Declaración de Panamá de 1939, que establecía un mar territorial de 300
millas marinas (555 km) de extensión; la Resolución VIII sobre Extensión del mar territorial, de
la Segunda Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores de La
Habana en 1940; la recomendación del Comité Jurídico Interamericano de 1941 de extender
el mar territorial hasta las 12 millas marinas y las declaraciones de 1945 del presidente de los
Estados Unidos Harry Truman.
El 28 de septiembre de 1945, el presidente Harry Truman declaró que «el Gobierno
de Estados Unidos de América considera los recursos naturales del subsuelo y del fondo del
mar de la plataforma continental por debajo de la alta mar próxima a las costas de Estados
Unidos, como pertenecientes a este y sometidos a su jurisdicción y control» y que se
reservaba el derecho a establecer «zonas de conservación en ciertas áreas de alta
mar contiguas a las costas de Estados Unidos cuando las actividades pesqueras han sido
desarrolladas y mantenidas o pueden serlo en el futuro en una escala sustancial».
Las declaraciones del presidente Truman constituyeron un detonante para diversas
declaraciones unilaterales latinoamericanas, emitidas al concluir la Segunda Guerra Mundial:
 Declaración del presidente de México Manuel Ávila Camacho, de 29 de octubre de 1945.
 Decreto del presidente de Argentina Juan Domingo Perón, de 11 de octubre de 1946.
 Decreto de Panamá, de 17 de diciembre de 1946.
 Declaración del presidente de Chile Gabriel González Videla, de 23 de junio de 1947. Que
por primera vez establece una límite preciso (200 millas marinas, 370 km).
 Declaración del presidente del Perú José Luis Bustamante y Rivero, de 1 de agosto de
1947 (200 millas marinas).
 Declaración de la Junta Fundadora de la Segunda República de Costa Rica, de 27 de
julio de 1948 (200 millas marinas).
 Constitución Política de El Salvador, de 14 de septiembre de 1950 (200 millas marinas).
 Leyes de Honduras, de enero y marzo de 1950 (200 millas marinas).
El Comité Jurídico Interamericano, el 30 de julio de 1952, presentó un Proyecto de
Convención sobre Mar Territorial y Cuestiones Afines, basando en la tesis de las 200 millas
marinas.
Durante el mismo año, Chile, Ecuador y el Perú celebraron una Conferencia sobre Explotación
y Conservación de las Riquezas Marítimas del Pacífico Sur en Santiago de Chile,
subscribiendo la Declaración sobre Zona Marítima (o Declaración de Santiago de Chile) el 18
de agosto de 1952, en la que proclamaron «la soberanía y jurisdicción exclusivas que a cada
uno de ellos corresponde sobre el mar que baña las costas de sus respectivos países, hasta
una distancia mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas». Mientras otros países
extendieron sus mares territoriales a 12 millas marinas.
Hacia 1967 solo 25 Estados mantenían el límite de la 3 millas marinas, 66 habían fijado un
mar territorial de 12 millas marinas y 8 habían fijado un límite de 200 millas marinas.
Tras la Declaración de Santo Domingo, en junio de 1972, los Estados del Caribe adhieren a la
tesis de las 200 millas de soberanía marítima. En tanto, el Consejo de Ministros de
la Organización para la Unidad Africana, en mayo de 1973, declara como «zona económica de
cada Estado» a las 200 millas marinas contiguas a sus costas y, en septiembre del mismo
año, durante la Conferencia de Argel cerca de 75 Estados se suman a esta posición.

I Conferencia
En 1956, las Naciones Unidas convocaron a la I Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Derecho del Mar en Ginebra (Suiza). Dicha conferencia concluyó, en 1958, con la elaboración
de cuatro convenciones relativas a la regulación del mar, a partir de proyectos elaborados por
la Comisión de Derecho internacional de la ONU:

 Convención sobre Mar Territorial y Zona Contigua, que entró en vigor el 10 de


septiembre de 1964;
 Convención sobre Alta Mar, que entró en vigor el 30 de septiembre de 1962;
 Convención sobre Plataforma Continental, que entró en vigor el 10 de junio de 1964, y
 Convención sobre Pesca y Conservación de los Recursos Vivos de la Alta Mar, que entró
en vigor el 20 de marzo de 1966.
Si bien, en su momento, fueron considerados un éxito histórico y lograron entrar en vigencia,
su aplicación fue bastante reducida, por el limitado número de Estadospartes.
II Conferencia
En 1960 se convocó a la II Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que
no produjo ningún acuerdo internacional, pues ninguna de las proposiciones relativas a la
anchura del mar territorial alcanzó el cuórum necesario de dos tercios.

III Conferencia
En 1967, la Asamblea General de Naciones Unidas crea el Comité para la Utilización con
Fines Pacíficos de los Fondos Marinos y Oceánicos más allá de los Límites de la Jurisdicción
Nacional (o Comité de Fondos Marinos), que se transformaría más tarde en el Comité de
las Naciones Unidas que prepararía la III Conferencia sobre el Derecho del Mar.
En diciembre de 1970, la Asamblea General de Naciones Unidas convoca a la III Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que se realizaría
desde diciembre de 1973 hasta 1982.
La III Conferencia se desarrolló en 11 períodos de sesiones. El primero se realizó
en Caracas (Venezuela) y el último en Jamaica, en el cual se aprobó la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar por 130 votos a favor, 4 en contra y 17
abstenciones, el 30 de abril de 1982.
El 10 de diciembre de 1982 establecimos un nuevo hito en la historia del derecho. Por primera vez en
los anales del derecho internacional una Convención fue firmada por 119 países el mismo día en que
fue abierta a la firma. No sólo el número de signatarios constituye un hecho notable; es igualmente
importante que la Convención haya sido firmada por Estados pertenecientes a todas las regiones del
mundo, de Norte a Sur y de Este a Oeste, por Estados ribereños, Estados sin litoral y Estados en
situación geográfica "desventajosa"

8va. Semana: Convenio sobre la plataforma continental

La plataforma continental es la superficie de un fondo submarino próximo a la costa y con


profundidades inferiores a 200 metros. Su amplitud desde la costa es variable, desde escasos
metros hasta cientos de kilómetros. Es la continuación submarina de los continentes,1 es
decir, su basamento geológico está constituido por corteza continental.2 En ella abunda la vida
animal y vegetal por lo que es de gran importancia económica.
El Convenio de Ginebra de 1958 sobre plataforma continental, en su artículo 1, entendía por
plataforma continental:
La plataforma continental circunda a los continentes hasta una profundidad media de 200 m, lo cual,
dada su escasa pendiente, representa una anchura de cerca de 90 km en promedio. Su límite exterior
se caracteriza precisamente por un cambio brusco de esta pendiente: el fondo se inclina en forma
de talud continental, en cuya base se halla el fondo del océano.
Artículo 1 del Convenio de Ginebra de 1958

Este concepto, a efectos de derecho internacional, fue modificado por la Convención sobre el
Derecho del Mar de 1982, que estableció:
La plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las áreas
submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural
de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas
marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial,
en los casos en que el borde exterior del margen continental no llegue a esa distancia.
Artículo 76.1 f de la Convención sobre el Derecho del Mar (1982)

El margen continental comprende la prolongación sumergida de la masa continental del


Estado ribereño y está constituido por el lecho y el subsuelo de la plataforma, el talud y la
emersión continental. No comprende el fondo oceánico profundo con sus crestas oceánicas ni
su subsuelo. Los puntos fijos que constituyen la línea del límite exterior de la plataforma
continental en el lecho del mar, deben estar situados a una distancia que no exceda de 350
millas marinas contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del
mar territorial o de 100 millas marinas contadas desde la isóbata de 2500 metros, que es una
línea que une profundidades de 2500 metros.
El agua que la cubre suele contener vida marina en abundancia y la mayor parte de
la pesca se realiza en esta zona. Aquí se encuentra la cuarta parte de la producción mundial
de petróleo y gas procedente de las rocas que se encuentran debajo de estas plataformas.

Convenio sobre la «plataforma continental» hecho en


Ginebra el 29 de abril de 1958.
Los Estados Partes en la Convención han convenido en lo siguiente:

Artículo 1

Para los efectos de estos artículos, la expresión «plataforma continental» designa: a)el
lecho del mar y el subsuelo de las zonas submarinas adyacentes a las costas pero situadas
fuera de la zona del mar territorial, hasta una profundidad de 200 metros o, más allá de
este límite, hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes, permita la
explotación de los recursos naturales de dichas zonas: b)el lecho del mar y el subsuelo de
las regiones submarinas análogas, adyacentes a las costas de islas.

Artículo 2

1. El Estado ribereño ejerce derechos de soberana sobre la plataforma continental a los


efectos de su exploración y de la explotación de sus recursos naturales.

2. Los derechos a que se refiere el párr. 1 de este artículo son exclusivos en el sentido de
que, si el Estado ribereño no explora la plataforma continental o no explota los recursos
naturales de éste, nadie podrá emprender estas actividades o reivindicar la plataforma
continental sin expreso consentimiento de dicho Estado.

3. Los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental son independientes
de su ocupación real o ficticia, así como de toda declaración expresa.

4. A los efectos de estos artículos, se entiende por «recursos naturales» los recursos
minerales y otros recursos no vivos del lecho del mar y del subsuelo. Dicha expresión
comprende, asimismo, los organismos vivos, pertenecientes a especies sedentarias, es
decir, aquellos que en el período de explotación están inmóviles en el lecho del mar o en
su subsuelo, o sólo pueden moverse en constante contacto físico con dichos lecho y
subsuelo.
Artículo 3

Los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental no afectan al régimen de
las aguas suprayacentes como alta mar, ni al del espacio aéreo situado sobre dichas
aguas.

Artículo 4

A reserva de su derecho a tomar medidas razonables para la exploración de la plataforma


continental y la explotación de sus recursos naturales, el Estado ribereño no puede
impedir el tendido ni la conservación de cables o tuberías submarinos en la plataforma
continental.

Artículo 5

1. La explotación de la plataforma continental y la explotación de sus recursos naturales


no deben causar un entorpecimiento injustificado de la navegación, la pesca o la
conservación de los recursos vivos del mar, ni entorpecer las investigaciones
oceanográficas fundamentales u otras investigaciones científicas, que se realicen con
intención de publicar los resultados.

2. A reserva de lo dispuesto en los párrs. 1 y 6 de este artículo, el Estado ribereño tiene


derecho a construir, mantener y hacer funcionar en la plataforma continental las
instalaciones y otros dispositivos necesarios para explorarla y para explotar sus recursos
naturales, así como a establecer zonas de seguridad alrededor de tales instalaciones y
dispositivos, y a adoptar en dichas zonas las disposiciones necesarias para proteger las
referidas instalaciones y dispositivos.

3. Las zonas de seguridad mencionadas en el párr. 2 del presente artículo podrán


extenderse hasta una distancia de 500 metros alrededor de las instalaciones y otros
dispositivos que se hayan construido, medida desde cada uno de los puntos de su limite
exterior. Los buques de todas las nacionalidades respetarán estas zonas de seguridad.

4. Aunque dichas instalaciones y dispositivos se hallen bajo la jurisdicción del Estado


ribereño, no tendrán la condición jurídica de islas. No tendrán mar territorial propio y su
presencia no afectará a la delimitación del mar territorial del Estado ribereño.

5. La construcción de cualquiera de dichas instalaciones será debidamente notificada y se


mantendrán medios permanentes para señalar su presencia. Todas las instalaciones
abandonadas o en desuso serán completamente suprimidas.

6. Las instalaciones o dispositivos y las zonas de seguridad circundante no se


establecerán en lugares donde puedan entorpecer la utilización de rutas marítimas
ordinarias que sean indispensables para la navegación internacional,

7. El Estado ribereño está obligado a adoptar, en las zonas de seguridad, todas las
medidas adecuadas para proteger los recursos vivos del mar contra agentes nocivos.
8. Para toda investigación que se relacione con la plataforma continental y que se realice
allí, deberá obtenerse el consentimiento del Estado ribereño. Sin embargo, el Estado
ribereño no negará normalmente su consentimiento cuando la petición sea presentada por
una institución competente, en orden a efectuar investigaciones de naturaleza puramente
científica referentes a las características físicas o biológicas de la plataforma continental,
siempre que el Estado ribereño pueda, si lo desea, tomar parte en esas investigaciones o
hacerse representar en ellas y que, de todos modos, se publiquen los resultados.

Artículo 6

1. Cuando una misma plataforma continental sea adyacente al territorio de dos o más
Estados cuyas costas estén situadas una frente a otra, su delimitación se efectuará por
acuerdo entre ellos. A falta de acuerdo, y salvo que circunstancias especiales justifiquen
otra delimitación, ésta se determinará por la línea media cuyos puntos sean todos
equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base desde donde se mide la
extensión del mar territorial de cada Estado.

2. Cuando una misma plataforma continental sea adyácente al territorio de dos Estados
limítrofes, su delimitación se efectuará por acuerdo entre ellos. A falta de acuerdo, y salvo
que circunstancias especiales justifiquen otra delimitación, ésta se efectuará aplicando el
principio de equidistancia de los puntos más próximos de las líneas de base desde donde
se mide la extensión del mar territorial de cada Estado.

3. Al efectuar la delimitación de la plataforma continental, todas las líneas que se tracen,


de conformidad con los principios establecidos en los párrs. 1 y 2 de este artículo se
determinarán con arreglo a las cartas marinas y características geográficas existentes en
determinada fecha, debiendo mencionarse, como referencia, puntos fijos permanentes e
identificables de la tierra firme.

Las disposiciones de estos artículos no menoscabarán el derecho del Estado ribereño a


explotar el subsuelo mediante túneles, cualquiera que sea la profundidad de las aguas
sobre dicho subsuelo.

Artículo 8

Esta Convención quedará abierta hasta el 31 de octubre de 1958 a la firma de todos los
Estados Miembros de las Naciones Unidas o de cualquiera de los organismos
especializados y de cualquier otro Estado invitado por la Asamblea General de las
Naciones Unidas a suscribir la Convención.

Artículo 9

Esta Convención está sujeta a ratificación. Los instrumentos de ratificación se depositarán


en poder del Secretario general de las Naciones Unidas.

Artículo 10
Esta Convención estará abierta a la adhesión de los Estados incluidos en cualquier
categoría mencionada en el artículo 8. Los instrumentos de adhesión se depositarán en
poder del Secretario general de las Naciones Unidas.

Artículo 11

1. Esta Convención entrará en vigor el trigésimo día que siga a la fecha en que se haya
depositado en poder del Secretario general de las Naciones Unidas el vigésimo segundo
instrumento de ratificación o de adhesión.

2. Para cada uno de los Estados que ratifiquen la Convención o se adhieran a ella después
de haberse depositado el vigésimo segundo instrumento de ratificación o de adhesión, la
Convención entrará en vigor el trigésimo día después de que dicho Estado haya
depositado su instrumento de ratificación o de adhesión.

Artículo 12

1. En el momento de la firma, de la ratificación o de la adhesión, un Estado podrá formular


reservas respecto de los artículos de la Convención, con excepción de los artículos 1 a 3
inclusive.

2. Un Estado contratante que haya formulado reservas de acuerdo con lo dispuesto en el


párrafo anterior, podrá anularlas en cualquier momento mediante una comunicación a tal
efecto dirigida al Secretario general de las Naciones Unidas.
Véase el apartado G.A. de la Res. 19 febrero 2007, de la Secretaría General Técnica, sobre aplicación del
artículo 32 del D. 801/1972, de 24 de marzo, relativo a la ordenación de la actividad de la Administración del
Estado en materia de Tratados Internacionales («B.O.E.» 2 marzo), por el que se publica la sucesión por parte
de Montenegro, con efecto desde el 3 de junio de 2006 y con la formulación de reserva.
Artículo 13

1. Una vez expirado el plazo de 5 años a partir de la fecha de entrada en vigor de esta
Convención, las Partes Contratantes podrán pedir en todo momento, mediante una
comunicación escrita dirigida al Secretario general de las Naciones Unidas, que se revise
esta Convención.

2. La Asamblea General de las Naciones Unidas decidirá las medidas que corresponde
tomar acerca de esta petición.

Artículo 14

El Secretario general de las Naciones Unidas comunicará a todos los Estados Miembros de
las Naciones Unidas y a todos los demás Estados mencionados en el artículo 8:


 a) Cuáles son los países que han firmado esta Convención y los que han
depositado los instrumentos de ratificación o de adhesión, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 8, 9 y 10;

 b) En qué fecha entrará en vigor esta Convención, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 11;

 c) Las peticiones de revisión hechas, de conformidad con el artículo 13;

 d) Las reservas formuladas respecto de esta Convención, de conformidad con el
artículo 12.
Artículo 15

El original de esta Convención, cuyos textos chino, español, francés, inglés y ruso son
igualmente auténticos, será depositado en poder del Secretario general de las Naciones
Unidas, quien remitirá copias certificadas a todos los Estados mencionados en el artículo
8.

En testimonio de lo cual los Plenipotenciarios infrascritos, debidamente autorizados por


sus respectivos Gobiernos, han firmado esta Convención.

Hecho en Ginebra,

a los veintinueve días del mes de abril de 1958.

El Instrumento de Adhesión de España a la presente Convención fue depositado en poder


del Secretario general de las Naciones Unidas el día 25 de febrero de 1971, de acuerdo
con lo dispuesto en su artículo 10,

y entró en vigor para España el 27 de marzo de 1971, de conformidad con lo estipulado


en el párrafo 2 de su artículo 11.

El referido Instrumento de Adhesión de España contiene la siguiente declaración:


 «Sin embargo, su adhesión no puede ser interpretada como reconocimiento de
cualesquiera derechos o situaciones relativos a los espacios marítimos de
Gibraltar, que no estén comprendidos en el artículo 10 del Tratado de Utrecht, de
13 de julio de 1713, entre las Coronas de España y Gran Bretaña.
Asimismo, declara, en relación con el artículo 1.º de la Convención, que la
existencia de un accidente del terreno, tal como una depresión o un canal en una
zona sumergida, no ha de ser considerado como constitutiva de una interrupción
de la prolongación natural del territorio costero en el mar o bajo él.

Al mismo tiempo declara lo siguiente:

o
o 1.º Que reserva su posición sobre la declaración hecha por el Gobierno de
la República francesa en relación con el artículo 1.º.
o
o 2.º Que no estima aceptable la reserva hecha por el Gobierno de la
República francesa al apartado 2 del artículo 6 y especialmente en lo que se
refiere al Golfo de Vizcaya. »
Lo que se hace público para conocimiento general.

Madrid,

7 de diciembre de 1971.-

El Secretario general técnico,

Jose Aragonés Vila.

9na. Semana: Convenio sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de
desechos y otras materias

La Convención sobre la Prevención de la Contaminación del Mar por Vertimientos de


Desechos y otros materiales de 1972, comúnmente llamado el "Convenio de Londres" o
"LC72" , es un acuerdo para controlar la contaminación del mar por vertimiento y fomentar
acuerdos suplementarios regionales de la Convención. Cubre el hundimiento deliberado en el
mar de desechos u otras materias desde buques, aeronaves y plataformas. No cubre los
vertidos procedentes de fuentes terrestres, tales como tuberías y desagües, residuos
generados relacionados con el funcionamiento normal de los buques, o la colocación de
materiales para fines distintos de su mera evacuación, proporcionando dicha eliminación no es
contrario a los objetivos de la Convención. Entró en vigor en 1975. A partir de 2013, había 87
países que la ratificaron.

La Convención fue convocada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
ambiente (junio de 1972, Estocolmo), el tratado fue redactado en la Conferencia
Intergubernamental de Expertos sobre la Convención sobre el vertimiento de desechos en el
mar (13 de noviembre de 1972, Londres) y fue abierto a la firma el 29 de diciembre de 1972.
Entró en vigor el 30 de agosto de 1975 y 15 naciones lo han ratificado. El 1 de octubre de
2001, había 78 Partes Contratantes del Convenio.
El Convenio de Londres consta de 22 artículos y tres anexos. El objetivo principal del
Convenio de Londres es evitar la eliminación indiscriminada de desechos en el mar que podría
ser responsable por la creación de riesgos para la salud humana, dañar los recursos vivos
marinos y la vida; dañar servicios o interferir con otros usos legítimos del mar. El Convenio de
1972 extiende su ámbito de aplicación sobre "todas las aguas marinas de las aguas interiores"
de los Estados y prohíbe el vertimiento de ciertos materiales peligrosos. Además, requiere un
permiso especial previo para el vertimiento de una serie de otros materiales identificados y un
permiso general previo para otros desechos o materia.
El Convenio de Londres tiene como finalidad promover el control efectivo de todas las fuentes de
contaminación del medio marino y la adopción de todas las medidas posibles para impedir la contaminación
del mar por vertimiento de desechos y otras materias. En la actualidad son 87 los Estados Parte en el
Convenio, entre ellos España, y la Secretaría del Convenio es albergada por la Organización Marítima
Internacional, con sede en Londres.
A diferencia de los Convenios OSPAR y de Barcelona, el Convenio de Londres se ocupa, únicamente, de los
vertidos realizados desde buques y no de aquellos que llegan al mar desde tierra.
En 1996 se aprobó el “Protocolo relativo al Convenio de Londres”, con el objetivo de modernizar el Convenio,
cuya entrada en vigor se produjo en marzo de 2006. El Convenio del 72 establece una lista de sustancias y
productos que no pueden ser vertidos al mar pero, de conformidad con el nuevo Protocolo, se establece el
procedimiento denominado como “lista inversa”, es decir, se prohíbe el vertimiento al mar de todos los
desechos con la única excepción de los que se incluyen en la lista que constituye el anejo I del Protocolo. Por
lo tanto, únicamente son susceptibles de vertido los siguientes materiales:

1. Material de dragado
2. Lodos de depuradoras
3. Vertido de descartes de pesca o materiales resultantes de las operaciones de manipulación de
pescado
4. Buques y plataformas, u otras construcciones en el mar
5. Materiales geológicos inorgánicos inertes
6. Materia orgánica de origen natural
7. Objetos voluminosos inocuos generados en instalaciones aisladas (como pequeñas islas) sin
posibilidad de otras opciones de eliminación

Con posterioridad, en 2007, se aprobaron las enmiendas para incluir una nueva categoría de material
susceptible para su vertido al mar, los flujos de CO2 para su secuestro en estructuras geológicas submarinas.
Este protocolo de enmienda, recoge además los avances y prescripciones que tienen su origen en la
Conferencia de Río de Janeiro (1992) y los principios de cautela y de quien contamina paga, además de
prohibir la incineración en el mar y la exportación de residuos.
Dentro del ámbito del Protocolo, se han redactado unas “Directrices generales” y “Directrices específicas” para
algunos de los desechos cuyo vertimiento está permitido. En ellas se detallan pormenorizadamente los
procedimientos para la evaluación de los desechos, la selección de la zona de vertido, los procedimientos de
vigilancia, de caracterización, etc.
El Convenio de Londres y su Protocolo de 1996, también se van adaptando al progreso científico mediante el
denominado “Grupo Científico” que es el que, en reuniones anuales, prepara desde el punto de vista técnico
los diferentes documentos que se adoptan en las reuniones de Partes Contratantes. España, a través del
MAGRAMA participa en las reuniones del grupo científico.

10ma. Semana: Convenio Centroamericano para la protección del ambiente y constitutivo de


la comisión centroamericana de ambiente y desarrollo –CCAD

CONVENIO CONSTITUTIVO DE LA

COMISIÓN CENTROAMERICANA DE AMBIENTE Y DESARROLLO


(CCAD)

PROPUESTA DE REFORMA

AGOSTO DE 2012

Antecedentes Históricos

En la Cumbre Presidencial en Costa del Sol, El Salvador, los días 13 y 14 de febrero de 1989, los
Presidentes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua convinieron en crear la
Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo.

Reunidos los Presidentes en la Ciudad de Tela, Honduras, los días 5, 6 y 7 de agosto de 1989,
acordaron en sentar una organización pro-tempore de la Comisión, en la cual la Presidencia
estaría en Costa Rica y la Secretaría Ejecutiva en Guatemala, con oficinas de apoyo en cada uno
de los países miembro.

En la siguiente Cumbre Presidencial realizada en San Isidro Coronado, Costa Rica, los días 10, 11
y 12 de diciembre, 1989, los Presidentes firmaron el Convenio Centroamericano para la
Protección del Ambiente, y así constituir la Comisión Centroamericana de Ambiente y
Desarrollo, CCAD. Una vez ratificado, entró en vigencia el 14 de junio de 1990; y,

En la Cumbre Presidencial realizada en___________ , en fecha___ del mes de____________ de


2012, los Presidentes de la Región del Sistema de la

Integración Centroamericana –SICA-, atendiendo a la necesidad de darle cumplimiento a la


renovación de dicho Cuerpo Normativo, aprobaron y firmaron la primera renovación del citado
Convenio Constitutivo de la Comisión

Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD).

POR TANTO:

Los Presidentes de las Repúblicas de Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua

Costa Rica, Panamá y República Dominicana:

Conscientes de la necesidad de establecer mecanismos regionales de cooperación para la


utilización racional de los recursos naturales, el control de la contaminación y el
restablecimiento del equilibrio ecológico;

Convencidos de que para asegurar una mejor calidad de vida a los pueblos centroamericanos, es
preciso propiciar el respeto al medio ambiente en el marco de un modelo de desarrollo
sostenible, a fin de evitar los efectos perniciosos que anteriores modelos han tenido sobre los
recursos naturales de la región.
Conscientes que la cooperación regional debe constituir un instrumento fundamental para la
solución de los problemas ecológicos, en razón de la profunda interdependencia entre los países
del istmo; y,

Seguros de que el ordenamiento regional del uso de los recursos naturales y el medio ambiente
constituye un factor fundamental para el logro de una paz duradera.

Hemos decidido suscribir el presente Convenio

d) Gestionar la obtención de los recursos financieros regionales e internacionales necesarios


para alcanzar los objetivos del presente régimen;

e) Fortalecer las instancias nacionales que tengan a su cargo la gestión de los recursos naturales
y del Medio Ambiente;

f) Auspiciar la compatibilización de los grandes lineamientos de política y legislación nacionales


con las estrategias para un desarrollo sostenible en la región, particularmente incorporar las
consideraciones y parámetros ambientales en los procesos de planificación nacional del
desarrollo.

g) Determinar las áreas prioritarias de acción, entre otras. Educación y capacitación ambientales,
protección de cuencas hidrográficas y ecosistemas compartidos, manejo de bosques tropicales,
control de la contaminación en centros urbanos, importación y manejo de sustancias y residuos
tóxicos y peligrosos y otros aspectos del deterioro ambiental que afecten la salud y la calidad de
vida de la población.

h) Promover en los países de la región una gestión ambiental participativa, democrática y


descentralizada.

CAPITULO II: DISPOSICIONES INSTITUCIONALES

Artículo 3: DE LA CREACIÓN

Se crea la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo la cual estará encargada de


dirigir y administrar el régimen a que se refiere este Convenio.

La Comisión estará integrada por los representantes nombrados por los gobiernos de cada país.
Cada gobierno designará un delegado titular ante la Comisión.

La Comisión será auxiliada en sus funciones por las siguientes instancias:

a) La Presidencia de la Comisión

b) La Secretaría Ejecutiva; y,

c) Las Comisiones Técnicas permanentes y/o Ad-hoc que establezca la Comisión para el
cumplimiento de sus funciones.
Artículo 4: DE LA VISIÓN

La CCAD es el órgano ambiental regional caracterizado por la efectividad, transparencia y


equidad en la gestión de acciones ambientales participativas, que aseguren el desarrollo
sostenible en los Estados Miembros.

Artículo 5: DE LA MISIÓN

Desarrollar un sistema regional de cooperación e integración ambiental que contribuya a


mejorar la calidad de vida de los Estados Miembros de la CCAD.

Artículo 6: DE LAS ATRIBUCIONES DE LA COMISIÓN Corresponde a la Comisión:

a) La formulación de estrategias para promover el desarrollo ambientalmente sustentable de los


países del área;

b) La elaboración de un Plan de Acción que ponga en práctica dichas estrategias;

c) La aprobación de su Reglamento Interno, así como las regulaciones financieras y


administrativas necesarias;

d) La dirección superior de la Secretaría y la supervigilancia de la administración del fondo


establecido por el Convenio; y,

e) Delegar en el Presidente Pro-Témpore la Representación Legal de la Comisión quien, para la


consecución de los fines de la misma podrá delegarla al Secretario

Ejecutivo.

Artículo 7: LA PRESIDENCIA

El Presidente representará a la Comisión ante terceros, convocará las reuniones de la

Comisión, y las presidirá. Tendrá la facultad de delegar en el Secretario las atribuciones que
considere convenientes. La Presidencia será ejercida por períodos de seis meses y se alternará
de conformidad con el orden geográfico centroamericano.

Artículo 8: LA SECRETARIA

Es la dependencia ejecutiva con la responsabilidad de cumplir las resoluciones que le asigne la


Comisión y su Presidente.

Artículo 9: DE LAS FUNCIONES

Corresponde a la Secretaría:

a) Ejecutar los Acuerdos de la Comisión y especialmente instrumentar el Plan de


Acción que establezca;

b) Asesorar técnicamente a la Comisión en los asuntos que son de su competencia y formular


propuestas para el mejor cumplimiento de los objetivos de este Convenio;

c) Coordinar y dirigir a los Comités Técnicos que establezca la Comisión;

d) Coordinar la cooperación técnica entre los países miembros y Organismos

Multilaterales;

e) Administrar el Fondo previsto en el Convenio de acuerdo con las regulaciones establecidas


por la Comisión;

f) Administrar al personal de la Secretaría de acuerdo a lo que dispongan las regulaciones que


formule la Comisión;

g) Representar a la Comisión en los asuntos que ésta le encomiende;

h) Coordinar las acciones a nivel nacional con el delegado titular o con el representante técnico
nacional que éste designe.

Artículo 10: DE LAS COMISIONES TÉCNICAS

Corresponde a las Comisiones Técnicas asesorar a la Comisión y ejecutar tareas específicas que
le sean encomendadas por la misma. Serán coordinadas por el Secretario

Ejecutivo de la CCAD.

CAPÍTULO III: RECURSOS Y PATRIMONIO

Artículo 11: DE LOS RECURSOS

La Comisión promoverá la asignación de recursos humanos, materiales y financieros a los


programas y proyectos que sean auspiciados por ella. Para ello, realizará las gestiones que
estime oportunas ante los Gobiernos de los Estados Contratantes y ante los Gobiernos y

Organizaciones Internacionales, los Organismos de Desarrollo Regionales y Mundiales, y las


Entidades Nacionales e Internacionales de cualquier naturaleza.

Artículo 12: DEL PATRIMONIO

La Comisión contará con un patrimonio propio para el desempeño de sus funciones, que
consistirá en un fondo a integrarse con:

a) Los aportes que hagan los Estados Contratantes;

b) Los ingresos provenientes de las donaciones y otras contribuciones que reciba la


Comisión;

c) Los bienes que la Comisión adquiera a cualquier título;

d) Los ingresos que se deriven de los bienes y recursos financieros de la misma

Comisión.

CAPÍTULO IV: DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 13: DE LOS BENEFICIOS

La Comisión velará porque los beneficios en recursos materiales, humanos y financieros que se
deriven de la aplicación de este Convenio se extiendan en forma equitativa a todos los países
parte del mismo.

Artículo 14: DE LA RATIFICACIÓN

Este Convenio será sometido a la ratificación de los Estados signatarios de conformidad con las
normas internas de cada país.

Artículo 15: DEL DEPOSITO DE LOS INSTRUMENTOS DE RATIFICACIÓN

Los instrumentos de ratificación del presente Convenio, serán depositados en la Secretaría

General del SICA.

Artículo 16: DE LA VIGENCIA

Para los tres primeros depositantes el Convenio entrará en vigor ocho días después de la fecha
en que se deposite el tercer instrumento de ratificación, y para los demás, en la fecha de
depósito de sus respectivos instrumentos de ratificación.

Artículo 17: DEL CAMPO DE APLICACIÓN

Los programas y proyectos a los que se refiere el presente Convenio podrán comprender zonas
geográficas diferentes a la centroamericana que tengan relevancia para la protección de los
ecosistemas del área.

Artículo 18: DE LA RESOLUCIÓN DE DIFERENCIAS

Las diferencias que surgieren sobre la aplicación o interpretación de este Convenio, serán
resueltas en primera instancia y por la vía de la negociación, por una comisión nombrada por los
mismos Estados a petición de cualquiera de ellos. Si la Comisión no pudiere resolver las
diferencias, se recurrirá a los mecanismos establecidos en el Derecho

Internacional para la solución de diferendos.


Artículo 19: DEL PLAZO.

El Convenio tendrá una duración de diez años, contados desde la fecha de vigencia y se renovará
tácita o en forma expresa mediante escrito una vez transcurrido dicho período. El presente
Convenio podrá ser denunciado por cualquiera de los Estados signatarios. La denuncia surtirá
efectos para el Estado denunciante, seis meses después de depositada, y el Convenio continuará
en vigor entre las demás partes, en tanto permanezcan adheridas a él, por lo menos tres de
ellas.

En testimonio de lo cual, los Presidentes de la Región del SICA suscribimos el presente

Convenio, en la Ciudad de XXXXXX, XXXXX, el día XXX del mes de XXXX de dos mil doce. Dean
Barrow Primer Ministro de Belice Otto Pérez Molina Presidente de la República de Guatemala
Mauricio Funes Cartagena Presidente de la República de El Salvador Porfirio Lovo Presidente de
la República de Honduras Daniel Ortega Saavedra Presidente de la República de Nicaragua Laura
Chinchilla Miranda Presidente de la República de Costa Rica Ricardo Martinelli Presidente de la
República de Panamá Danilo Medina Presidente de República Dominicana

11va. Semana: Convenio para la conservación de la biodiversidad y protección de áreas


silvestres prioritarias en América Central.

XII CUMBRE DE PRESIDENTES CENTROAMERICANOS

Managua, Nicaragua, 5 de Junio de 1992

CONVENIO PARA LA CONSERVACION DE LA

BIODIVERSIDAD Y PROTECCION DE AREAS

SILVESTRES PRIORITARIAS EN AMERICA CENTRAL

Los Presidentes de las Repúblicas de Costa Rica, El Salvador, Guatemala,

Honduras, Nicaragua y Panamá,

PREAMBULO

CONSCIENTES de la necesidad de establecer mecanismos regionales de integración económica, y


de cooperación para la utilización racional del medio ambiente del istmo, en razón de la íntima
interdependencia entre nuestros países;

DESEOSOS de proteger y conservar las regiones naturales de interés estético, valor histórico e
importancia científica, que representen ecosistemas únicos de importancia regional y mundial, y
que tengan el potencial de brindar opciones de desarrollo sustentable para nuestras sociedades;
AFIRMANDO que la conservación de la biodiversidad es un asunto que concierne a todas las
personas y Estados;

NOTANDO que la diversidad biológica ha estado siendo seriamente reducida y que algunas
especies y ecosistemas están amenazados de extinción;

ENFATIZANDO que la conservación de los habitats naturales y el mantenimiento de poblaciones de


especies de flora y fauna debe realizarse tanto in situ como ex situ;

CONSCIENTES de la relación existente entre conservación y desarrollo sustentable, y reafirmando


su decisión de enfrentar con acciones enérgicas, la preservación, rescate, restauración y utilización
racional de nuestros ecosistemas, incluyendo especies de flora y fauna amenazada;

CONVENCIDOS de que para mejorar la calidad de vida a los pueblos del istmo es preciso propiciar
el respeto a la naturaleza y a la ley, fomentar la consolidación de la paz, y la utilización sustentable
y el rescate de los recursos naturales;

DESTACANDO que para garantizar el desarrollo sustentable, la creación manejo y fortalecimiento


de las Áreas Protegidas, juega un papel relevante para garantizar la reproducción de los procesos
ecológicos esenciales y el desarrollo rural;

RECONOCIENDO a la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo,

CCAD, como la instancia idónea para formular las estrategias y planes de acción que pongan en
práctica las decisiones sobre el cuidado del ambiente;

APOYANDO la búsqueda de mecanismos financieros para respaldar concretamente todas las


iniciativas en el campo de la conservación de recursos naturales, incluyendo aquellas en las que los
países amigos contribuyan adecuadamente;

Hemos decidido suscribir el presente Convenio que se denominará:

CONVENIO PARA LA CONSERVACION DE LA BIODIVERSIDAD Y

PROTECCION DE AREAS SILVESTRES PRIORITARIAS EN AMERICA

CENTRAL

Capítulo I

Principios Fundamentales
Artículo 1. Objetivo. El objetivo de este Convenio es conservar al máximo posible la diversidad
biológica, terrestre y costero-marina, de la región centroamericana, para el beneficio de las
presentes y futuras generaciones.

Artículo 2. Los Estados firmantes de este Convenio reafirman su derecho soberano de conservar y
aprovechar sus propios recursos biológicos de acuerdo a sus propias políticas y reglamentaciones
en función de:

a. Conservar y usar sosteniblemente en función social, sus recursos biológicos; y

b. Asegurar que las actividades dentro de sus jurisdicciones o control, no causen daños a la
diversidad biológica de sus Estados o áreas que limitan su jurisdicción nacional.

Artículo 3. La conservación de la biodiversidad en habitats o aguas fronterizas, requiere de la


voluntad de todos, y de la cooperación externa, regional y global, en adición a los esfuerzos que
las naciones desarrollen, por lo que se invita a la comunidad internacional a participar, técnica y
financieramente, en nuestro esfuerzo.

Artículo 4. Los requerimientos fundamentales para la conservación de los recursos biológicos son
la conservación in situ de ecosistemas y habitats naturales y, las medidas ex situ que se puedan
desarrollar en cada país, origen de dichos recursos.

Artículo 5. El valor de la contribución de los recursos biológicos y el mantenimiento de la


diversidad biológica al desarrollo económico y social, debe ser reconocido y reflejado en los
arreglos económicos y financieros entre los países de la región, y entre estos, y otros que
cooperen en su conservación y aprovechamiento.

Artículo 6. Debe estimularse en la región, el conocimiento de la diversidad biológica y el manejo


eficiente de las áreas protegidas. El beneficio de la investigación y el desarrollo derivado de
biomateriales, o el derivado del manejo de las áreas protegidas, debe hacerse disponible a la
sociedad en su conjunto.

Artículo 7. El conocimiento, las prácticas y, las innovaciones tecnológicas desarrolladas por grupos
nativos en la región, que contribuyan al uso sostenible de los recursos biológicos, y a su
conservación, debe ser reconocidos y rescatados.

Artículo 8. El acceso al material genético, sustancias, productos derivados de ellos, la tecnología


relacionada, y su conservación estará abierto, bajo la jurisdicción y control de los Estados, dentro
de convenios mutuos establecidos con organismos reconocidos.

Artículo 9. Definiciones. Para el propósito de este Convenio regional, los términos más
importantes serán usados con los significados siguientes: Area Protegida: es un área geográfica
definida, terrestre o costero-marina, la cual es designada, regulada y manejada, para cumplir
determinados objetivos de conservación, es decir producir una serie de bienes y servicios
determinados (conservación in situ).
Biodiversidad o Diversidad Biológica: todas las especies de flora, fauna u otros organismos vivos,
su variabilidad genética, y los complejos ecológicos de los cuales forman parte.

Conservación: preservación, mantenimiento, restauración, y uso sostenible de los elementos de la


biodiversidad.

Conservación ex situ: es la conservación de componentes de la diversidad biológica (material


genético u organismos), fuera de su ambiente natural.

Ecosistema: complejo de comunidades de plantas, animales y microorganismos y su ambiente no


vivo interactuando como una unidad ecológica.

Especie en peligro: especie que esta amenazada o en peligro de extinguirse, la cual no sobrevivirá
si los factores causales continúan operando.

Material genético: cualquier material de plantas, animales o microorganismos u otro origen, que
contenga unidades funcionales de información hereditaria.

Hábitat: lugar o sitio donde un organismo o población ocurre naturalmente.

Capítulo II

Obligaciones Generales

Artículo 10. Cada Estado miembro de este marco regional, se compromete de acuerdo a sus
capacidades, programas nacionales y prioridades, a tomar todas las medidas posibles para
asegurar la conservación de la biodiversidad, y su uso sostenible, así como del desarrollo de sus
componentes dentro de su jurisdicción nacional, y a cooperar en la medida de sus posibilidades en
las acciones fronterizas y regionales.

Artículo 11. Los Estados miembros tomarán las acciones pertinentes para incorporar a las
respectivos políticas y planes de desarrollo, los lineamientos para y el valor socioeconómico de, la
conservación de los recursos biológicos.

Artículo 12. Las instituciones en los países de la región centroamericana, cooperarán tanto como
sea apropiado, con las instituciones regionales e internacionales, para apoyarse mutuamente en el
cumplimiento de las obligaciones contraídas por el presente Convenio, incluso relacionadas con
aspectos de biotecnología, salud, y seguridad alimentaria.

Artículo 13. Con el propósito de cumplir a cabalidad con el presente Convenio, se deberá:

a. Cooperar con la Comisión Centroamericana de Ambiente y

Desarrollo, CCAD, para el desarrollo de medidas, procedimientos, tecnologías, prácticas y


estándares, para la implementación regional del presente Convenio.
b. Implementar medidas económicas y legales para favorecer el uso sustentable y el desarrollo de
los componentes de la diversidad biológica.

c. Asegurar el establecimiento de medidas que contribuyan a conservar los habitats naturales y sus
poblaciones de especies naturales.

d. Proveer individualmente o en cooperación con otros Estados y organismos internacionales,


fondos nuevos y adicionales, para apoyar la implementación de programas y actividades,
nacionales y regionales, relacionadas con la conservación de la biodiversidad.

e. Promover y apoyar la investigación científica dentro de las universidades nacionales y centros


de investigación regional, en conjunto con los organismos internacionales interesados.

f. Promover la conciencia pública en cada Nación, de la necesidad de conservar, usar


sustentablemente y desarrollar la riqueza biológica de la región.

g. Facilitar el intercambio de información entre las instituciones nacionales, entre los países de la
región centroamericana, y otras organizaciones internacionales.

Capítulo III

Medidas de Ejecución

Artículo 14. Cada país de la región deberá desarrollar sus propias estrategias de conservación y
desarrollo, entre las cuales la conservación de la biodiversidad y la creación y manejo de áreas
protegidas sea prioridad.

Artículo 15. Se deberá integrar tan rápido como sea posible y apropiado, la conservación y el uso
sostenible de los recursos biológicos en las políticas y programas relevantes de otros sectores.

Artículo 16. Se estimulará en cada país de la región centroamericana, la elaboración de una ley
nacional para la conservación y uso sustentable de los componentes de la biodiversidad.

Artículo 17. Se deberá identificar, seleccionar, crear, administrar y fortalecer, a la mayor brevedad
posible, dentro de los respectivos países, a través de las instituciones encargadas, los parques
nacionales, monumentos naturales y culturales, refugios de vida silvestre, u otras áreas
protegidas, como instrumentos para garantizar la conservación de muestras representativas de los
principales ecosistemas del istmo, y prioritariamente aquellas que contengan bosques productores
de agua.

Artículo 18. Se desarrollarán y fortalecerán, dentro de este Convenio, como prioridad, las áreas
protegidas fronterizas en las regiones terrestres y costeras siguientes, conocidas como: - Reserva
de la Biosfera Maya. - Reserva de la Biosfera Fraternidad o Trifinio. - Golfo de Honduras. - Golfo de
Fonseca - Reserva Río Coco o Solidaridad. – Cayos Miskitos. - Sistema Internacional de Areas
Protegidas para la Paz, SIAPAZ. - Reserva Bahía Salinas. - Reserva de la Biosfera La Amistad. -
Reserva del Sixaola. - Región del Darien.
Artículo 19. Se deberán desarrollar estrategias nacionales para estimular los

Planes de Sistemas de Areas Silvestres Protegidas, siendo garantes de funciones económicas


básicas para el desarrollo local, regional y global, y del fortalecimiento de la presencia institucional
en las áreas mencionadas, para lo cual se gestionará financiamiento nacional e internacional para
su efectiva ejecución.

Artículo 20. Se responsabiliza a la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo, CCAD, de


tomar la iniciativa de actualizar y estimular la ejecución adecuada del "Plan de Acción 1989-2000
para la creación y fortalecimiento del Sistema Centroamericano de Areas Protegidas, SICAP, así
como las acciones de Conservación del "Plan de Acción Forestal de los Trópicos para la Región
Centroamericana", para lo cual deberá incrementar sus nexos con la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza, UICN, como con otras instituciones regionales, en coordinación con
las instituciones nacionales y de los gobiernos del istmo.

Artículo 21. Se deberá crear asociado a la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo,


CCAD, el Consejo Centroamericano de Areas Protegidas con personas e instituciones relacionadas
a la Comisión Mundial de Areas Protegidas, CNPPA, y financiado por el Fondo Regional de
Ambiente y Desarrollo, como encargado de coordinar esfuerzos regionales para uniformizar las
políticas vinculadas con y el desarrollo del Sistema Regional de Areas Protegidas como un efectivo
corredor biológico mesoamericano.

Artículo 22. Se deberá promover a través de todos los medios posibles, prácticas de desarrollo
ambientalmente compatibles en las áreas circunvecinas a las áreas protegidas, no sólo para apoyar
la conservación de los recursos biológicos, sino para contribuir a un desarrollo rural sustentable.

Artículo 23. Se promoverá la rehabilitación y restauración ambiental, tanto de tierras como de


especies, a través de la ejecución de planes y otras estrategias de manejo.

Artículo 24. Se deberán establecer mecanismos para el control o erradicación, de todas las
especies exóticas que amenacen ecosistemas, habitats y especies silvestres.

Artículo 25. Se deberán desarrollar mayores esfuerzos para que cada uno de los Estados de la
región, ratifiquen lo antes posible, las convenciones internacionales sobre Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la Convención sobre Conservación de
Humedales de Importancia Internacional y Sitios para Aves Migratorias (RAMSAR), y la Convención
para la Protección del Patrimonio Natural y Cultural de la (UNESCO), prestándoles todas las
garantías para su cumplimiento interno.

Artículo 26. Se estudiarán, desarrollarán y unificarán, en coordinación con la Comisión


Centroamericana de Ambiente y Desarrollo, CCAD, los mecanismos que permitan fortalecer el
control, y detener el tráfico ilegal de Fauna y Flora Silvestre entre los países de la región, así como
el de Basuras o Substancias Tóxicas.
Artículo 27. Cada país de la región hará los esfuerzos más apropiados para completar las acciones
de conservación in situ a través de: a. Establecer y fortalecer facilidades para la conservación ex
situ de plantas, animales y microorganismos, tales como Jardines Botánicos, Bancos de
Germoplasma, Viveros, Zoocriaderos y Granjas experimentales.

b. Regular y controlar la recolección de recursos biológicas de hábitats naturales para propósitos


de conservación ex-situ, para no afectar la conservación in-situ de los mismos.

c. Regular con su propia legislación, la comercialización nacional de recursos biológicos.

Artículo 28. Se apoyan las acciones para estimular el ecoturismo en la región, como un mecanismo
por el cual se valore el potencial económico de las Areas

Protegidas; se garantice parte de su financiamiento, y se contribuya a mejorar la calidad de vida de


las poblaciones adyacentes a dichas regiones. Para ello, se deberán implementar facilidades
migratorias y de infraestructura para favorecer el

Ecoturismo en zonas fronterizas.

Artículo 29. Se deben introducir procedimientos apropiados en cada uno de los países de la región,
para evaluar los efectos ambientales de políticas, programas, proyectos y acciones propuestas de
desarrollo, con el propósito de minimizarlos.

Artículo 30. Se apoyan las iniciativas para el manejo socioambiental y los estudios de impacto
ambiental de los procesos de colonización, repatriación y asentamiento de desplazados en las
regiones afectadas por dichos procesos. Además, se deben desarrollar proyectos de restauración
ecológica en aquellas zonas afectadas por los conflictos armados.

Artículo 31. Se debe promover y estimular el desarrollo y difusión de nuevas tecnologías para la
conservación y uso sustentable de los recursos biológicos, y el correcto uso de la tierra y sus
cuencas hidrográficas, con el propósito de crear y consolidar opciones para una agricultura
sustentable y una seguridad alimentaria regional.

Artículo 32. Solicitar a la comunidad internacional un trato preferencial y concesional para


favorecer el acceso y la transferencia de tecnología, entre los países desarrollados y los
centroamericanos, así como facilitar estos entre los países de la región.

Artículo 33. Se debe promover, sobre la base de la reciprocidad, el intercambio de información


sobre acciones potencialmente dañinas a los recursos biológicos que se pudieran desarrollar en los
territorios bajo su jurisdicción, para evaluar entre los países afectados, las medidas bilaterales o
regionales más apropiadas.

Artículo 34. Se reconoce como impostergable la necesidad de enfatizar la importancia de contar


con recursos humanos adecuadamente capacitados para incrementar la calidad y cantidad de
acciones tendientes a restaurar el equilibrio ecológico en la región, a la vez que invitar y apoyar a
las Instituciones CientíficoTecnológicas y Universidades, nacionales, regionales y extranjeras, a
aumentar sus esfuerzos en el estudio y valoración de la biodiversidad, así como en la actualización
de la información sobre especies amenazadas de extinción en cada uno de los países de la región.

Artículo 35. Se reconoce la importancia de la participación ciudadana en las acciones de


conservación de la biodiversidad, por lo tanto, promover el desarrollo de materiales educativos
para ser difundidos por los medios de comunicación, así como su inclusión en los programas
educativos públicos y privados vigentes.

Artículo 36. La Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo, CCAD, tiene el mandato de


solicitar apoyo a organismos internacionales o gobiernos de países amigos, para desarrollar
listados actualizados sobre áreas protegidas, especies y habitats amenazados, instituciones
vinculadas a la conservación de la biodiversidad, y proyectos prioritarios en este campo.

Artículo 37. Todo lo señalado en el presente Convenio no debe afectar los derechos y obligaciones
que tienen los Estados Centroamericanos derivados de la existencia de convenciones
internacionales previos, relacionados con conservación de recursos biológicos y áreas protegidas.

Artículo 38. Se señala como responsable de vigilar la implementación del presente Convenio a las
instituciones nacionales que conforman la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo,
CCAD, quedando esta última responsabilizada de brindar informes anuales de avance a la Cumbre
de Presidentes de Centroamérica.

Capítulo IV

Disposiciones General

Artículo 39. Ratificación. El presente Convenio será sometido a la ratificación de los Estados
miembros, de conformidad con las normas internas de cada país.

Artículo 40. Adhesión. El presente Convenio queda abierto a la adhesión de los Estados de la
región Mesoamericana.

Artículo 41. Depósito. Los instrumentos de ratificación o de adhesión y de denuncia, del presente
Convenio y de sus enmiendas, serán depositadas en el

Ministerio de Relaciones Exteriores de la

República de Guatemala, el que enviará copia certificada de los mismos a las

Cancillerías de los demás Estados miembros.


Artículo 42. Vigencia. Para los tres primeros Estados depositantes, el presente Convenio entrará en
vigor ocho días después de la fecha en que se deposite el tercer instrumento de ratificación, y para
los demás países signatarios o adherentes, en la fecha de depósito de sus respectivos
instrumentos.

Artículo 43. Registro. Al entrar en vigor este Convenio y sus enmiendas, la

Cancillería de Guatemala, procederá a enviar copia certificada de los mismos a la Secretaría


General de la Organización de las Naciones Unidas, para los fines de registro que señala el artículo
102 de la Carta de dicha Organización.

Artículo 44. Plazo. Este Convenio tendrá una duración de diez años contados desde la fecha de
vigencia y se renovará por períodos sucesivos de diez años.

Artículo 45. Denuncia. El presente Convenio podrá ser denunciado por cualquier

Estado parte. La denuncia surtirá efectos para el país denunciante 6 meses después de depositada,
y el Convenio continuará en vigor para los demás Estados en tanto permanezcan adheridos a él
por lo menos tres de ellos.

Dado en celebración del Día Internacional del Medio Ambiente, a los cinco días del mes de Junio
de 1992, durante la XII Cumbre de Presidentes Centroamericanos, en Managua, República de
Nicaragua.

Rafael A.

Calderón Fournier Alfredo Cristiani Burkard

Presidente de la República de Presidente de la República de Costa Rica El Salvador

Jorge A. Serrano Elías Rafael L. Callejas Romero

Presidente de la República de Presidente de la República de

Guatemala Honduras

Violeta Barrios de Chamorro Guillermo Endara Galimany

Presidente de la República de Presidente de la República de

Nicaragua Panamá

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