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TEORIA ATOMICA
La palabra átomo proviene del adjetivo en griego antiguo atomos, que significa
«indivisible». Los químicos del siglo xix empezaron a utilizar el término en relación
con el número creciente de elementos químicos irreducibles.1 cerca del cambio al
siguiente siglo, a través de varios experimentos
con electromagnetismo y radiactividad, los físicos descubrieron que los "átomos
indivisibles" eran de hecho un conglomerado de varias partículas
subatómicas (principalmente, electrones, protones y neutrones), las que pueden
existir separadas unas de otras. De hecho, en ciertos entornos extremos, como
las estrellas de neutrones, la presión y la temperatura extremas impiden que los
átomos puedan existir en absoluto.
Ya que se descubrió que los átomos podían dividirse, los físicos inventaron el
término «partículas elementales» para describir las partes "indivisibles", aunque no
indestructibles, de un átomo. El campo de ciencia que estudia las partículas
subatómicas es la física de partículas y es en este campo donde los físicos
esperan descubrir la auténtica naturaleza fundamental de la materia.
La idea de que la materia está hecha de unidades discretas es una muy antigua y
surge en muchas culturas antiguas como Grecia (Demócrito, Leucipo de Mileto),
Roma (Lucrecio) e India (los jainistas Ajivika y Cārvākay las
escuelas Nyaya y Vaisheshika). No obstante, estas ideas estuvieron fundadas en
el razonamiento filosófico y teológico más que en la evidencia y la
experimentación. Debido a ello, no podían convencer a todos y el atomismo era
una entre varias teorías rivales sobre la naturaleza de materia. No fue hasta el
siglo XIX cuando los científicos abrazaron y refinaron la idea, ya que la floreciente
ciencia de la química produjeron descubrimientos que podían explicarse
fácilmente utilizando el concepto del átomo. También, resalta la influencia del
científico serbio Ruđer Bošković (1711-1787), primero en bosquejar una teoría
atómica moderna de fundamento newtoniano que establece fuerzas de cohesión y
de repulsión.2
EL ATOMO
El término átomo proviene del griego ἄτομον («átomon»), unión de dos vocablos: α
(a), que significa "sin", y τομον (tomon), que significa "división" ("indivisible", algo
que no se puede dividir),1 y fue el nombre que se dice les dio Demócrito de
Abdera, discípulo de Leucipo de Mileto, a las partículas que él concebía como las
de menor tamaño posible.2 Un átomo es la unidad constituyente más pequeña de
la materia que tiene las propiedades de un elemento químico.3
Cada sólido, líquido, gas y plasma se compone de átomos neutros o ionizados.
Los átomos son muy pequeños; los tamaños típicos son alrededor de
100 pm (diez mil millonésima parte de un metro).4 No obstante, los átomos no
tienen límites bien definidos y hay diferentes formas de definir su tamaño que dan
valores diferentes pero cercanos. Los átomos son lo suficientemente pequeños
para que la física clásica dé resultados notablemente incorrectos. A través del
desarrollo de la física, los modelos atómicos han incorporado principios cuánticos
para explicar y predecir mejor su comportamiento.
Los electrones de un átomo son atraídos por los protones en un núcleo atómico
por la fuerza electromagnética. Los protones y los neutrones en el núcleo son
atraídos el uno al otro por una fuerza diferente, la fuerza nuclear, que es
generalmente más fuerte que la fuerza electromagnética que repele los protones
cargados positivamente entre sí. Bajo ciertas circunstancias, más acentuado
cuanto mayor número de protones tenga el átomo, la fuerza electromagnética
repelente se vuelve más fuerte que la fuerza nuclear y los nucleones pueden ser
expulsados o desechados del núcleo, dejando tras de sí un elemento
diferente: desintegración nuclear que resulta en transmutación nuclear.
ORBITALES
Un orbital atómico es la región del espacio definido por una determinada solución
particular, espacial e independiente del tiempo, a la ecuación de Schrödinger para
el caso de un electrón sometido a un potencial coulombiano. La elección de tres
números cuánticos en la solución general señalan unívocamente a un estado
monoelectrónico posible.
Estos tres números cuánticos hacen referencia a la energía total del electrón,
el momento angular orbital y la proyección del mismo sobre el eje z del sistema del
laboratorio y se denotan por:
LEY DE HUND
Realmente son tres las reglas de Hund aplicadas en química cuántica; sin
embargo, la primera de ellas es la más simple para el entendimiento básico de
cómo estructurar electrónicamente un átomo.
Aunque no se haga mención de las otras dos reglas de Hund, con ejecutar
correctamente el orden de llenado se está implícitamente aplicando estas tres
reglas al mismo tiempo.
Apareamiento de espines
Cada caja de la primera serie posee una flecha apuntando hacia arriba, lo cual
simboliza tres electrones con espines de un mismo sentido. Al apuntar hacia
arriba, significa que sus espines tienen un valor de +1/2, y si apuntan hacia abajo,
sus espines tendrán valores de -1/2.
Nótese que los tres electrones ocupan orbitales diferentes, pero con espines
desapareados.
Y así, los dos electrones, al igual que los del primer orbital, tendrán sus espines
apareados(uno con espín +1/2 y otro con espín -1/2).
Por lo tanto, deben colocarse las flechas de tal manera que queden desapareadas
hasta que ocupen todas las cajas; y acto seguido, se terminan de llenar con las
flechas apuntando en sentido contrario.
No basta con que los electrones tengan sus espines apareados: también debe ser
paralelos. Esto en la representación de cajas y flechas se garantiza colocando
estas últimas con sus extremos de forma paralelas entre ellas.
La base teórica y experimental afirma que cuando un átomo tiene electrones con
un mayor número de espines desapareados y paralelos, se estabiliza a raíz de un
incremento de las interacciones electrostáticas entre el núcleo y los electrones;
incremento que se debe a la disminución del efecto apantallante.
Multiplicidad
2S + 1
TEORIA CUANTICA
El físico alemán Max Planck fue el primero en hablar sobre ella en 1900. Postuló
que la materia solo puede emitir o absorber energía en pequeñas cantidades
llamadas cuantos. Por otro lado, el físico Werner Heisenberg, desarrolló el
principio de incertidumbre, que sería clave para entender mejor el mundo
subatómico.
Esta fue su gran aportación a la ciencia en el siglo XX. Ofreció una nueva visión
más amplia sobre la estructura de la materia y sirvió de base para la comprensión
de la estructura atómica.
Para la teoría cuántica no deja de ser una teoría que, a pesar de haber servido
para explicar muchos fenómenos, también tiene sus errores. Es lo que trató de
explicar la paradoja EPR, postulada por el mismísimo Eisntein junto a Boris
Podolsky y Nathan Rosen. Estos tres científicos explicaron a través del
entrelazamiento cuántico cómo la teoría cuántica era errónea. Este experimento,
que no deja de ser otro planteamiento teórico, afirma que puedes conocer el
posicionamiento de la otra partícula.
SEMANA 9
LA TABLA PERIODICA
Dmitri Mendeléyev publicó en 1869 la primera versión de tabla periódica que fue
ampliamente reconocida. La desarrolló para ilustrar tendencias periódicas en las
propiedades de los elementos entonces conocidos, al ordenar los elementos
basándose en sus propiedades químicas,7 si bien Julius Lothar Meyer, trabajando
por separado, llevó a cabo un ordenamiento a partir de las propiedades físicas de
los átomos.8 Mendeléyev también pronosticó algunas propiedades de elementos
entonces desconocidos que anticipó que ocuparían los lugares vacíos en su tabla.
Posteriormente se demostró que la mayoría de sus predicciones eran correctas
cuando se descubrieron los elementos en cuestión.
FAMILIA Y PERIODOS
Familia VI A: calcógenos
Otro criterio utilizado para organizar elementos corresponde a los períodos que se
encuentran en las líneas horizontales de la tabla. En este caso, reciben la
numeración de 1 a 7 correspondiente a las siete capas electrónicas (K, L, M, N, O,
P, Q), siendo que en el periodo 1 la distribución de electrones va hasta la capa K, y
en el periodo 2 los electrones ocupan la capa L, y así sucesivamente.
K 1 s2
L 2 s1 2p
M 3s 3p 3d
SEMANA 10
ENLACE QUIMICO
Una definición más sencilla es que un enlace químico es la fuerza existente entre
los átomos una vez que se ha formado un sistema estable.2
Las moléculas, cristales, metales y gases diatómicos (que forman la mayor parte
del ambiente físico que nos rodea) están unidos por enlaces químicos, que
determinan las propiedades físicas y químicas de la materia.
Las cargas opuestas se atraen porque al estar unidas adquieren una situación
más estable que cuando estaban separadas. Esta situación de mayor estabilidad
suele darse cuando el número de electrones que poseen los átomos en su último
nivel es igual a ocho, estructura que coincide con la de los gases nobles ya que
los electrones que orbitan el núcleo están cargados negativamente, y que
los protones en el núcleo lo están positivamente, la configuración más estable del
núcleo y los electrones es una en la que los electrones pasan la mayor parte del
tiempo "entre" los núcleos, que en otro lugar del espacio. Estos electrones hacen
que los núcleos se atraigan mutuamente.
Todos los enlaces pueden ser explicados por la teoría cuántica, pero, en la
práctica, algunas reglas de simplificación les permiten a los químicos predecir la
fuerza de enlace, direccionalidad y polaridad de los enlaces. La regla del octeto y
la (TREPEV) teoría de repulsión de pares de electrones de la capa de
valencia son dos ejemplos.
Existen teorías más sofisticadas, como la teoría del enlace de valencia, que
incluye la hibridación de orbitales y la resonancia, y el método de combinación
lineal de orbitales atómicos dentro de la teoría de los orbitales moleculares, que
incluye a la teoría del campo de los ligantes. La electrostática es usada para
describir polaridades de enlace y los efectos que ejerce en las sustancias
químicas.
SEMANA 11
ENLACE Y VALENCIA
ENLACE COVALENTE
Un enlace covalente entre dos átomos se produce cuando estos átomos se unen,
para alcanzar el octeto estable, compartiendo electrones del último nivel (excepto
el hidrógeno que alcanza la estabilidad cuando tiene 2 electrones). La diferencia
de electronegatividad entre los átomos no es lo suficientemente grande como para
que se produzca una unión de tipo iónica. Para que un enlace covalente se genere
es necesario que la diferencia de electronegatividad entre átomos sea menor a
1,7.
De esta forma, los dos átomos comparten uno o más pares electrónicos en un
nuevo tipo de orbital, denominado orbital molecular. Los enlaces covalentes se
producen entre átomos de un mismo elemento no metal, entre distintos no metales
y entre un no metal y el hidrógeno.
Cuando átomos distintos de no metales se unen en una forma covalente, uno de
ellos resultará más electronegativo que el otro, por lo que tenderá a atraer la nube
electrónica del enlace hacia su núcleo, generando un dipolo eléctrico.5 Esta
polarización permite que las moléculas del mismo compuesto se atraigan entre sí
por fuerzas electrostáticas de distinta intensidad.
ENLACE IONICO
Cabe resaltar que ningún enlace es totalmente iónico, siempre habrá una
contribución en el enlace que se le pueda atribuir a la compartición de los
electrones en el mismo enlace (covalencia).3 El modelo del enlace iónico es una
exageración que resulta conveniente ya que muchos datos termodinámicos se
pueden obtener con muy buena precisión si se piensa que los átomos son iones y
no hay compartición de electrones.
Los compuestos iónicos forman redes cristalinas constituidas por N iones de carga
opuesta, unidos por fuerzas electrostáticas. Este tipo de atracción determina las
propiedades observadas. Si la atracción electrostática es fuerte, se forman sólidos
cristalinos de elevado punto de fusión e insolubles en agua; si la atracción es
menor, como en el caso del NaCl, el punto de fusión también es menor y, en
general, son solubles en agua e insolubles en líquidos apolares, como
el benceno o el disulfuro de carbono.7
ELECTRONEGATIVIDAD