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MEDICINA CHINA Y LA APUCUNTURA


Posted on septiembre 22, 2003 by francisco calvet

En plena era de la información y superadas


las distancias geográficas, el arte de curar
practicado tradicionalmente en China se va
extendiendo por Occidente sin dejar por ello
de ser un enigma. Para acercarnos a la
Medicina Tradicional China no tan sólo tenemos que desplazarnos por
el espacio, sino también por el tiempo.
La medicina tradicional china cuenta con miles de años de existencia y
ha cambiado poco en los últimos siglos. Como sistema de cuidado para
la salud completo, el concepto básico de la medicina china es que una
fuerza vital corre a través del cuerpo (también llamada Qi). Cualquier
desequilibrio en esta fuerza puede ocasionar enfermedades y dolencias,
de acuerdo con la medicina china. El desequilibrio, a su vez, es causado
por un desequilibrio en las fuerzas opuestas y complementarias que
constituyen la fuerza de la vida, llamadas Yin y Yan
Para recobrar el balance, la creencia es que el balance entre los órganos
internos del cuerpo y los elementos externos de la tierra, el fuego, el
agua, la madera y el metal deben ser ajustados.
El tratamiento para recobrar el balance puede incluir lo siguiente:
· La acupuntura.
· La moxibustión (la quema de hojas herbales en o cerca del cuerpo).
· La terapia de la ventosa (el uso de jarras tibias para crear succión en
ciertos puntos del cuerpo).
· El masaje.
· Los remedios herbales.
· El movimiento y los ejercicios de concentración (como el Tai Chi).
La acupuntura es la práctica de punzar la piel con agujas en ciertos
puntos anatómicos del cuerpo para aliviar ciertos síntomas asociados
con muchas enfermedades. Se cree que los puntos anatómicos (puntos
de la acupuntura) tienen ciertas propiedades eléctricas, las cuales
afectan los neurotransmisores químicos en el cuerpo.

La medicina tradicional China es una ciencia milenaria, que actúa


sobre las energías del cuerpo, en principio para regularlas y que la
persona no enferme, y cuando enferma es porque ese organismo tiene
una alteración de las energías, la M.T.C. en estos casos lo que hace es
regular las energías de ese organismo para quitar la enfermedad.
Las energías, tienen dos polaridades, que se complementan, que es el
yin y el yang, tienen que estar en equilibrio, que ellos, lo representan
con una esfera dividida internamente en dos mitades iguales, y
también dicen que dentro del yin hay yang, y dentro del yang también
hay yin, y por eso dibujan un pequeño circulo dentro de una mitad con
el color del la otra mitad.
La M.T.C. consta de cinco métodos, la acupuntura, los masajes, el
ejercicio, la moxibustión y las medicinas naturales.
Los Chinos explican como actúan las energías en el organismo
regulandose unas a otras y lo representan con un circulo con las 5
energías (pentacoordinación): fuego, tierra, metal, agua y madera, y
ellos dicen que:
- El fuego es la única energía que controlar el metal
- El metal es la única energía que controlar la madera
- La madera es la única energía que controla la tierra
- La tierra es la única energía que controla el agua
- El agua es la única energía que controlar el fuego
El hombre es un microcosmos inserto en el macrocosmos. El hombre
es un ser bipolar alternante, sujeto de forma determinante a las
influencias de dos fuerzas antagónicas y complementarias. Estas
fuerzas son el cosmos (yang) y la tierra (yin).
El hombre adquiere del medio esas energías y lo hace por dos vías:
1º) A través de la respiración recibe la energía del cosmos, yang (+),
esto es, el oxigeno.
2º) A través de la digestión recibe la energía de los alimentos de la
tierra, yin (-).
De ello se desprende, en parte, el principio básico de las medicinas
vitalistas t de la filosofía taoísta: <>.
El hombre, según la concepción oriental, ocupa como hemos visto, el
lugar central entre el cielo y la tierra, respondiendo al principio
cosmológico . Ello choca con el concepto antropocéntrico occidental,
manifestado en la frase pitagórica: <>. Esta divergencia de principios
explica que para el occidental resulte difícil entender las bases médicas
Chinas que relacionan al hombre con los elementos constitutivos de la
tierra (pentacoordonación) y con la realidad cosmológica de tierra y
cosmos, dialéctica que explica la dualidad integracionista del yang y del
yin.
La armonía de estas energías es lo que va a permitir que se desarrolle la
vida en un orden estable.
Estos dos aspectos o fuerzas forman parte íntima de la materia y lo
podemos observar en las energías electromagnéticas: por muchas
divisiones que hagamos en un imán siempre se manifiesta dos polos,
un (+) y un (-), hasta llegar a la propia estructura atómica, en donde
encontraremos un equilibrio entre las fuerzas centrífugas de expansión
(electrones) y una fuerza centrípeta de cohesión (neutrones y
protones).
De esta estructura atómica de la materia parte toda la fisiopatogenia
energética del organismo humano. <>
En fisiología observaremos estos principios, pues toda acción
fisiológica se realizará por el concurso de sistemas antagónicos: de una
forma macro fisiológica por el Simpático y Parasimpatico; de formas
parciales por acción de feed-back en el sistema endocrino, por sístole y
diástole cardíaco, por los antagonismos Potasio y Sodio en el S.N.C., los
equilibrios ácido-basicos, el hombre no posee sólo andrógenos y demás
hormonas masculinas, también hay estrógenos en el torrente
sanguíneo. El mismo fenómeno, pero de carácter opuesto, se produce
en la mujer.
Para curar las enfermedades hay que saber las causas Yin y Yang. Hay
que examinar minuciosamente el yin y el yang y regularizarlos. En
definitiva, toda iniciativa terapéutica puede resumirse en una sola
regla: recuperación del equilibrio Yin y Yang.
Los Chinos dicen que no hay enfermedades, sino enfermos, y que el
organismo es un ente indivisible (estando íntimamente relacionadas
todas sus partes, de tal manera que la acción en una va a provocar
reacción en el resto, a través de la pentacoordinación), por tanto,
tenemos que tratar al paciente con un concepto individualizado.
El hombre tiene relaciones muy estrechas con el medio en el cual
evoluciona. Es por lo que debe adaptarse a las evoluciones del Yin y del
Yang del mundo exterior, para conservar su propio equilibrio.
Hay que seguir armoniosamente las cuatro estaciones. Las cuatro
estaciones son el origen de todos los seres y de todas las cosas. En
primavera y verano, el prudente ( juicioso ) conserva cuidadosamente
su Yang; en otoño y en invierno, su Yin.

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