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PROPOSICIÓN:
Cuando vemos la cruz erguida, podemos recordar que en la eternidad pasada Dios planeo
mostrar allí toda su ira y todo su amor por la creación.
INTRODUCCIÓN:
La cruz, un símbolo que produce en unos, admiración y en otros, repulsión. La cruz ha venido
a ser el símbolo del cristianismo, pero es mucho más que una joya que algunos llevan en su
cuello. La crucifixión de Cristo es una doctrina muy importante, pues al comprenderla
correctamente se determina si tendremos o no vida eterna. No sólo fue la ejecución de un
judío que fue colgado en una cruz. Ya que antes del Señor Jesús miles de hombres, judíos y
gentiles habían sido levantados en una cruz para ejecutar un juicio. Por ello debemos
comprender como Jesús cambia el sentido del símbolo, de ser un instrumento de ira y juicio a
ser la señal más grande del amor. Pues lo que realmente sucedió en ese evento, fue que Dios
mismo ofreció la solución al problema más grande que enfrenta la humanidad. Es decir, al
pecado y a la muerte espiritual.
PASAJE CLAVE:
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. (2)
Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. (3) Y estuve entre vosotros con
debilidad, y mucho temor y temblor; (4) y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con
demostración del Espíritu y de poder, (5) para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de
Dios”. 1ª Corintios 2:1-5.
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desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, (21) y mediante el cual
creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios ”.
Pablo también lo expresó en Efesios 1:4-5. “Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”. Mucho antes de la creación y de que el pecado hiciera
su entrada, ya Dios tenía un plan trazado para nuestra redención. La cruz fue el medio que
usó para cumplir su plan de salvación.
EL PLAN DE DIOS PARA LA CRUCIFIXIÓN DE SU HIJO FUE MOTIVADO POR TRES ASPECTOS:
1.- Nuestra pecaminosidad. El pecado de cada miembro de la familia humana a
ofendido la santidad de Dios, y su Santidad y justicia, requieren reparación del daño
moral; y solo al ejecutar el juicio y la ira de Dios se hace posible, por ello Pablo escribió:
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios ”. Romanos 3:23.
2.- Su justicia. El Señor ha decretado en Ezequiel 18.4 que “el alma que pecare, esa morirá”.
Aunque nos ama y desea que seamos salvos. “Porque la paga del pecado es muerte”. Romanos
6.23. Dios no puede ignorar nuestro pecado, pues no sería justo, ni tampoco puede
actuar en contra de su propia naturaleza.
3.- Su amor. Aun cuando su amor es imposible conceptualizarlo, como Pablo mismo lo
expresa (Efesios 3:14-19). Si podemos ver su amor expresado y la imagen que nos
muestra la dimensión de su amor es la cruz de Jesús: “Más Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros ”. Romanos 5:8.
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En los tiempos del Antiguo Testamento, el sacerdote entraba al templo cada año para ofrecer
la sangre de animales. Pero Jesús sólo entró una vez en el lugar santo celestial para llegar ante
Dios “por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” (v. 26).
El pecado es malo y no podemos ignorarlo o tratar de excusarlo. Aquellos que mueren en
pecado sin Jesucristo pagarán la condenación de pasar la eternidad separados de Dios.
Nuestro pecado fue la razón por la que Dios envió a su Hijo a morir por nosotros, y así fuésemos
justificados por su sangre.
1.- La crucifixión fue el único momento en toda la eternidad en el que una de las
personas de la Trinidad se vio separada de su divinidad.
Mientras Jesús estaba en la cruz, clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ” (Mt
27.46). Fue en ese instante en el que el pecado de toda la humanidad fue puesto sobre
Él. Y no solo tuvo que llevar toda esa carga sobre sí, sino que por primera vez fue
separado de su Padre celestial.
2.- La crucifixión fue un suceso que nunca podrá ser duplicado y nunca necesitará ser
repetido.
La muerte expiatoria de Cristo sucedió en un día y en un momento en la historia. Fue
más que suficiente para pagar los pecados de toda la humanidad. El Señor no tendrá
que sufrir o morir nuevamente.
3.- La muerte de Cristo cubrió el pecado de todos.
Nada se puede comparar con lo que Cristo alcanzó en la cruz, y nada más es requerido
para que seamos salvos. Su crucifixión hizo posible que aquellos que creen en Él sean
perdonados. Y aquellos que lo hacen, reciben la seguridad de la vida eterna, pues sus
nombres son escritos en el libro de la vida del Cordero.
Ese día se levantaron tres cruces en el Calvario. En una de ellas estaba un criminal incrédulo.
En la del medio se hallaba el Hijo de Dios, quien pagaba con su vida la salvación de la
humanidad. Y en la otra, estaba un pecador arrepentido, quien le dijo a Jesús: “acuérdate de mí
cuando vengas en tu reino”. Lucas 23:42. No había nada que pudiera hacer, sino solo creer que Jesús
era el Mesías. Y el Señor le respondió: “hoy estarás conmigo en el paraíso” (v. 43). La única manera de
ser salvos es por medio de la fe en Jesucristo.
CONCLUSIÓN: En un mismo monte, se levantaron tres cruces, colgaban tres hombres, pero
sólo había un salvador. El inocente pagando por los culpables. En la cruz el único hombre que
cabalmente cumplió toda la ley de Dios, agradándole; pero sobre Él toda la ira de Dios, sobre
sus hombros todos los pecados de la humanidad; ahí mismo, se muestra todo el amor de Dios,
tan grande, tan profunda, tan amplia e incluyente. Por ello al mirar la cruz debemos ser
movidos a la más profunda adoración.