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REPRESENTANTES
INTRODUCCIÓN
Se suele decir que la sinfonía es una “sonata escrita para orquesta”. Es una
composición de grandes proporciones que tiende a utilizar prácticamente todas las
posibilidades de la orquesta. Su planteamiento suele ser similar al de la sonata,
aunque en vez de los tres movimientos que normalmente tiene ésta, la sinfonía
suele tener cuatro: un movimiento inicial más o menos rápido (allegro) seguido de
un segundo movimiento más lento (adagio o andante). El tercer movimiento suele
ser algo más rápido de nuevo (generalmente un minuetto) y el cuarto movimiento
es mucho más rápido (presto o vivo). El hecho de que la orquesta puede generar
multitud de timbres, da lugar a que cada uno de los movimientos resulte más
largo, ya que los desarrollos pueden ser más extensos. Esto dio lugar a finales del
siglo XIX a composiciones mastodónticas que necesitaban orquestas sinfónicas de
grandes proporciones. Es frecuente añadirle algún apelativo o nombre a la
sinfonía, delimitando algún lugar, o algún carácter definido. Un apelativo usado en
ciertas ocasiones es el de Sinfonía concertante. Este término define a una sinfonía
donde existen ciertos solistas; es decir, es una sinfonía que se comporta casi
como un concierto, ya que posee dichos solistas que interpretan sus cadencias
facultativas. El término lo utilizó Mozart en su obra Sinfonía concertante para violín
y viola en Mi bemol mayor
LA SINFONÍA Y SUSMAYORES REPRESENTANTES
Sinfonía
Hay una larga lista de compositores que han abordado el género sinfónico. De
entre ellos destacan unos cuantos cuyo valor se caracteriza por ofrecer un ciclo
sinfónico completo de alta calidad, coherente con su línea vital y en el que, aunque
puedan destacarse algunas sinfonías, todo el ciclo es de elevada calidad. Los
compositores que han frecuentado con más fortuna el género han sido:
La obertura de las óperas nació al principio del siglo XVII, como preludio para
reclamar la atención del público, anunciando que el espectáculo iba a comenzar.
Por ello utilizaba los instrumentos de metal. Encontramos un ejemplo primitivo en
la toccata que se encuentra al principio del “Orfeo” de Monteverdi (1607).
La Suite
En las óperas era costumbre intercalar secciones de ballet. Las suites tomaban la
obertura de la ópera y luego una serie de danzas del ballet. Estas suites
separadas del ballet se interpretaban como obras individuales. Más tarde se
compusieron suites independientes, sin relación con ninguna ópera. Recordemos
las suites de J. S. Bach.
De la Serenata a la Sinfonía
La serenata, del italiano sera, que significa al sereno o sea al aire libre, proviene
de la antigua suite, pierde el carácter de secuencia de danzas, quedando como
una serie de movimientos de música con carácter alegre, para interpretar al aire
libre. Es música de entretenimiento como nos indica su otro nombre en italiano,
divertimento.
El fin del Barroco y comienzo del Clasicismo se sitúa a mediados del siglo XVIII.
La muerte de J. S. Bach en 1750 es un hecho fortuito, pero que no deja de ser
simbólico. Haendel muere nueve años más tarde. Durante estos años se produce
una total renovación en la música. Para el género Sinfonía será el principio de su
apogeo. La música vocal sería superada por la orquestal, por primera vez en la
historia.
Se llama sinfonía a una composición creada para ser interpretada por una
orquesta. Lo habitual es que una sinfonía se divida en cuatro movimientos que se
diferencian entre sí por la estructura y el tiempo. Existen, sin embargo, sinfonías
con otra cantidad de movimientos. Término que literalmente significa “sonar
juntos”; primitivamente indicó (1) una obertura, por ejemplo para una ópera y (2) la
sección instrumental de introducción o colocada entre los versos de una obra
coral. Desde la época de Haydn (llamado con cierta simplificación “el padre de la
sinfonía”) el término significa una obra orquestal, de carácter serio y longitud
correspondiente – con la forma de una sonata – para orquesta. La mayoría de las
sinfonías tienen 4 movimientos, otras son en 3; incluso en uno solo (pero
enlazando diferentes movimientos juntos) o bien en 5. Las sinfonías pueden tener
un nombre (por ejemplo, la Pastoral de Beethoven) o incluir partes vocales (como
la Coral, también de Beethoven). Las sinfonías, por otra parte, pueden ser
interpretadas por distintos tipos de orquestas. Hay algunas que son interpretadas
por más de un centenar de músicos, mientras que otras pueden ser ejecutadas
por apenas una decena.