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Los grupos dirigentes liberales se constituyeron en una minoría de notables que acaparó
el poder político y económico durante todo el periodo 1880-1916. Esta minoría
privilegiada legitimó su poder político en su poder económico, su educación y
preparación para el ejercicio del gobierno. En este sentido constituyeron una verdadera
oligarquía (del griego: gobierno de unos pocos), es decir, una forma de gobierno en la que
una minoría concentra el poder político y económico. En Argentina, se trataba de un
reducido grupo de terratenientes que ejercieron el gobierno de manera exclusiva,
montando un aparato político que aseguraba el acceso a los cargos de gobierno y de la
administración pública a los integrantes del Partido Autonomista Nacional (PAN).
Los miembros del PAN en general compartían el ideario liberal y estaban convencidos de
que el orden político y el poder del Estado constituían los requisitos indispensables para
lograr el desarrollo del país. Influenciados por las corrientes ideológicas extranjeras, en
espe ial el positivis o, te ía o fia za e el progreso indefi ido que veían plasmado
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Al grupo de funcionarios que ocuparon los principales cargos del estado se los conoció
con el nombre generación del ochenta puesto que compartieron principios
fundamentales del positivismo1. El lema de Julio Argentino Roca (jefe del PAN y
presidente entre 1880-1886 y entre 1898-1904) era paz y administración. Proponía
controlar todo conflicto político y detener los intentos revolucionarios, además de llevar
adelante los ideales de progreso y enriquecimiento que habían sido delineados años
atrás.
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El Positivismo como paradigma expresaba la confianza en el progreso indefinido en los avances técnico, tecnológico
y científico para controlar la naturaleza. La creencia en que el orden capitalista generaría un progreso continuo para la
humanidad.
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En el régimen de gobierno oligárquico los electores eran los gobernantes y no los gobernados. El poder electoral
esidía e los e u sos oe itivos o e o ó i os de los go ie os o e el pue lo so e a o . Las ele io es
consistían en la designación de sucesor por parte del funcionario saliente. (AAVV, Aique)
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Alberdi propuso una fórmula para la organización y distribución del poder que tuvo su
traducción institucional con la sanción de la constitución nacional de 1853. Allí propuso
conciliar los valores igualitarios de una república abierta a todos, con los valores jerárquicos de
una república restrictiva, circunscrita a unos poco. Para esto era necesario dar una capacidad
de decisión dominate al poder político central; otorgar el ejercicio del gobierno a una minoría
privilegiada; limitar la participación política del resto de la población; y asegurar a todos los
habitantes, sin distinción de nacionalidad, el máximo de garantías para su actividad civil. (...) la
fórmula alberdiana prescribía la coexistencia de dos tipos de república: la república abierta
(regida por la libertada civil integrada por toda la población que no intervenían en la
designación de los gobernantes) y la república restrictiva (conformada por un núcleo político
capacitado para ser gobierno y ejercer el control). Diría Alberdi: Elegi es dis e i y deli e ar;
la ignorancia no discierne: busca un tribuno y toma un tirano. La miseria no delibera; se vende.
Aleja el suf agio de las a os de la ig o a ia es asegu a la pu eza y a ie to de su eje i io.
Tomado de: Botana, Natalio. El orden conservador. La política Argentina entre 1880 y 1916, 1977.
Tomado de: Botana, Natalio. El orden conservador. La política Argentina entre 1880 y 1916, 1977.
Las leyes laicas: continuando con la política de robustecimiento de la autoridad del Gobierno
Nacional iniciado en 1862, Roca y sus sucesores ampliaron la esfera del poder del Estado
Nacional interviniendo de manera directa en la vida social de la población. Esto supuso el
desplazamiento de la Iglesia Católica de funciones en las que hasta ese momento había tenido
un control casi exclusivo. En efecto, la Ley de Registro Civil (1883) y la Ley 1420 de Educación
Común, (1884)sancionada con posterioridad al Congreso Pedagógico Internacional (1882) que
sesionó en Buenos Aires y que estableció la enseñanza primaria, laica, gratuita y obligatoria,
quitaron a la Iglesia importantes atribuciones. Este proceso, conocido como secularización,
ocasionó encendidas luchas y debates entre el gobierno y la jerarquía eclesiástica, apoyada por
grupos católicos contrarios a las determinaciones estatales. La enseñanza laica y el matrimonio
civil implantados por el Estado, entraba en conflicto con la Iglesia.
LA ARGENTINA AGROEXPORTADORA
Grandes cambios
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La integración de la economía argentina al mercado internacional no sólo se consolidó por el modelo productivo
agroexportador sino también porque el país se transformó en un receptor de excedentes de capital extranjero,
principalmente británico y luego de Estados Unidos, en Inversiones directas y préstamos al Estado.
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También se desarrolló la región conocida como pampa gringa (que ocupaba parte de
Santa Fé, Córdoba y Entre Ríos) que fue la zona de ocupación de los inmigrantes.Esta
región producía cereales, trigo y maíz. La cría de ganado lechero permitió que la zona se
convirtiera también en productora de leche. Con el ferrocarril, Córdoba recobraría su
posición de nudo de caminos porque comunica el noroeste y el oeste del país con el
puerto de Buenos Aires. La producción de cereales creció hasta 1920, Argentina era el
primer exportador de lino y maíz del mundo y el segundo de trigo, por esta razón se la
denominaría g a e o del u do .
En este contexto, la región más dinámica fue la pampa. Buenos Aires se convirtió en el
punto de conexión con el exterior y a partir de allí se estructuró una red de intercambio
donde los beneficios comerciales quedaban sólo en ese sector. El esquema
agroexportador, valorizó la parte de las provincias que tenían condiciones aptas para el
tipo de producción requerida por el mercado internacional. La otra Argentina, la del
Interior, quedó desarticulada, estancada y en decadencia económica. Ocupó un papel
muy secundario dentro de este esquema, sus producciones, que antes se canalizaban en
los mercados regionales, se vieron arrasadas por la competencia de los productos
extranjeros. En este modelo económico, solo mantuvieron un desarrollo estable: la
planicie tucumana y cuyo, que se insertaron con cultivos industriales como la vid y la
caña de azúcar.
Hacia fines del siglo XIX en los principales centros urbanos de Buenos Aires y el litoral se
instalaron nuevas industrias procesadoras de materias primas y destinadas a la
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exportación, tales como: molinos harineros y los frigoríficos que se sumaron a los
antiguos saladeros y curtiembres. Además, la llegada de inmigrantes, produjo un
crecimiento urbano considerable que hizo que se generen algunas pequeñas ramas
industriales para el consumo interno como la alimenticia, indumentaria, calzado,
muebles y vajilla. Hacia 1887 este pequeño grupo de Industriales nucleados en el Club
Industrial van a fundar la Unión Industrial Argentina, para la promoción de la Industria
nacional.
El problema monetario
El gasto pú li o fue e alza, desti ado al a te i ie to del o de al ava e e
áreas de educación, salud, higiene, servicio militar e infraestructura. El Estado fue
prestatario, constructor y garante de los servicios públicos además de activo promotor
de diversas iniciativas económicas como el Banco Nacional, los ferrocarriles y las
comunicaciones. Sin embargo, a pesar del crecimiento económico generado por el
odelo ag oe po tado , hasta fi es del siglo XIX pe sistió u a a a uía o eta ia .
Esta situación se hallaba ligada a la escasez de reservas en oro, a la deficiente estructura
productiva y a las desigualdades que se daban en el desarrollo regional. Esta última
cuestión dificultaba el arraigo de una moneda nacional en las provincias debido al déficit
comercial que las provincias del Interior arrastraban con el Litoral. Antes de 1881, año
en que se sancionó la Ley de Unidad Monetaria, circulaban en el país varias monedas,
situación que empezó a revertirse en el transcurso de esa década. En 1884 se adopta el
patrón oro (papel moneda convertible). Desde aquel año y hasta 1899 existió un sistema
o eta io dual. Po u lado esta a el peso fue te el peso o o , ue se vía pa a el
o e io e te io . Po ot o lado, los pagos i te os se ealiza a po edio del peso
papel , o eda o ie te, ue se valo iza a e fu ió del peso o o.
EL ALUVIÓN INMIGRATORIO
Existió una activa política migratoria que llevó a cabo el Estado nacional argentino, los
inmigrantes eran atraídos por promesas de acceso a la tierra que no se cumplieron. La
mayoría se quedó en las ciudades, en este contexto Buenos Aire vio crecer su población
de manera espectacular, pasando de 180.000 habitantes en 1869 a cerca de un millón en
1900 y a más de un millón y medio en 1914. Casi la mitad de ellos eran extranjeros. La
mayoría de los inmigrantes que se incorporaron al sector rural se convirtieron en peones
o arrendatarios. Para muchos europeos sin trabajo, sin tierra y sin futuro, América se
mostraba ante sus ojos como la tierra de la esperanza. No sólo la pobreza los hacía
emigrar, en muchos casos debieron hacerlo por razones políticas y religiosas o porque
sus países estaban en guerra. Este aporte inmigratorio europeo, llamada la gran
inmigración, puede considerarse comprendido entre 1857 y 1939, año en que se desató
la segunda guerra mundial.
Hacia 1904 el ministro del interior, Joaquín V González, elevó el informe del médico higienista Bialett
Massé, al presidente Roca, acerca de la situación de la clase obrera argentina. Allí denunciaba la situación
de los sectores populares, convencido de que las malas condiciones de vida y laborales eran causas
directas de lo que la clase dominante definía como la cuestión social.
Una de las características más significativas de las casas de inquilinato era el elevado índice de
hacinamiento, ligado a las notorias deficiencias sanitarias. Si ie las if as p opo io adas po las
estadísticas censales señalan una media de tres a cuatro personas por cuarto, éstas no expresan las
diversas gamas de situaciones que se dieron en la realidad cotidiana de los conventillos. Los numerosos
informes realizados por los médicos higienistas en las décadas del setenta y el ochenta y las publicaciones
del diario La Prensa ilustran acerca de habitaciones sin aire y sin luz por carecer de ventanas, de cuatro o
cinco metros por lado, ocupadas por más de media docena de personas; o como la situación que
denunció un inspector del Departamento Nacional de Trabajo, que en 1907 encontró una pieza habitada
por una familia de once miembros: los padres y sus nueve hijos.
Esas mismas habitaciones en donde vivían -comían y dormían- amontonados, casi sin lugar para moverse,
se convertían en improvisados talleres en los que costureras, planchadoras, armadoras y sastres se
integraban al tan mal remunerado sistema de "trabajo a domicilio". El hacinamiento se vio agravado por
el precario y a veces inexistente servicio sanitario de los conventillos, lo cual generó que estas casas se
convirtieran en verdaderos focos de irradiación de las enfermedades infectocontagiosas. La instalación de
agua corriente y redes cloacales a partir de los años ochenta benefició sin duda a los inquilinatos. No
obstante, en 1904, el censo municipal registró un dato revelador de la precariedad en que vivía un gran
número de inquilinos: el 22% de los conventillos de la ciudad de Buenos Aires no poseían baños -duchas y
letrinas- de ninguna clase. (...) La carencia de cocinas obligaba a los inquilinos a usar braseros, que se
encendían en los patios junto a las puertas de las piezas; de esta manera no era difícil que a la hora del
almuerzo o de la cena estuvieran encendidos en el mismo patio 25 o 30 braseros. Los problemas se
acrecentaban los días de lluvia, pues los inquilinos, violando las reglamentaciones no tenían otra
alte ativa ue o i a de t o de los ua tos. (Tomado de: Juan Suriano, "El conventillo". En Movimiento
sociales. La huelga de los inquilinos lié 1907. Prólogo. Buenos Aires, CEAL-Historia testimonial argentina.
Documentos vivos de nuestro pasado, n° 2, 1983.)
A principios de siglo XX Buenos Aires tenía la reputación de ser una de las ciudades más
caras del mundo en relación con la vivienda. Los alquileres de cuarto en conventillos eran
realmente elevado y no guardaban relación con la poca habitabilidad de los mismo.
La falta de integración social de la enorme masa de inmigrantes extranjeros que residían en las
p i ipales iudades del país ha ia fi es de la dé ada del ‘ o stitu ó u a p eo upa ió
fundamental del gobierno, que se propuso captar su atención y despertar en ellos el sentido de
la nacionalidad argentina.
Por otra parte, el Estado impuso el requisito de la nacionalización para acceder a los empleos
públicos y desplegó una política de construcción de plazas y museos, creación de monumentos
que recordaban próceres o gestas patrias, colocación de banderas y escudos en los espacios
públicos y la realización de manifestaciones patrióticas.
También el Ejército (Ley del servicio militar obligatorio, 1901) se convirtió en foco irradiador
de a ge ti idad , a t avés del ado t i a ie to desti ado a ea u a o ie ia o ú ,
lograr la adhesió a los sí olos pat ios o st ui u dis ipli ado osot os . El papel
cumplido por el Ejército en este cometido se volvió aún más importante a partir de la
instauración del servicio militar obligatorio.
Hacia mediados de la década del ochenta, las políticas liberales impulsadas por los
gobiernos nacionales, acarrearon serios problemas económicos y financieros para el país:
el progresivo aumento de la deuda externa por los empréstitos contraídos en el
extranjero, la desvalorización del peso argentino frente al oro que era el medio de pago
internacional, el desarrollo de un proceso inflacionario y un constante aumento del costo
de vida. La inflación favorecía a los terratenientes exportadores, que recibían oro como
pago por sus productos, pero perjudicaba a los sectores que tenían una remuneración fija
en pesos como los asalariados, los empleados públicos y los obreros. Hacia principios de
1890, a la crisis económica se unieron los desajustes en el sector financiero provocados
por una desenfrenada especulación con las tierras y los valores de la bolsa, la
descontrolada emisión de moneda sin respaldo, la imposibilidad de hacer frente a las
obligaciones crediticias contraídas en el exterior y la creciente inflación.
Entre 1887 y 1890, el país conoció las primeras huelgas y protestas, protagonizadas por
trabajadores ferroviarios, zapateros, albañiles y carpinteros. Esta profunda crisis sacudió
a la población y la oposición al régimen imperante se organizó en un nuevo movimiento
con el propósito de cooperar con el restablecimiento de las prácticas constitucionales en
el país y combatir el orden de cosas existente. En ese entonces la presidencia del país
estaba ocupada por Miguel Juárez Celman, quien había sucedido a Roca en 1886 y cuyo
go ie o e a o o ido o o el unicato , po ue el p eside te e a el jefe ú i o del ú i o
partido que existía y que controlaba el gobierno.
Surgen por este tiempo varias vertientes opositoras al régimen político y económico
oligárquico. Por un lado, el movimiento opositor se organizó en una agrupación que se
denominó Unión Cívica, que aglutinaba a hombres de la más variadas ideologías
(Leandro N. Alem, Lisandro de la Torre, Bartolomé Mitre, Juan B. Justo) que se unían en
repudio al régimen político fraudulento imperante. En su programa político reformista
proponían: terminar con el fraude electoral, la inmoralidad administrativa, la
insensibilidad social y generar una distribución equitativa de la riqueza proveniente del
modelo agroexportador.
Otra nueva fuerza política surgió en 1895, cuando Juan B. Justo fundó el Partido
Socialista (PS), con el propósito de impulsar cambios a través del Parlamento para llegar
al Socialismo de acuerdo con la doctrina marxista y proletaria. Su poder electoral residía
en la clase obrera, aunque sus dirigentes provenían principalmente de los sectores
medios urbanos. En materia económica, no se oponía a la expansión del modelo
agroexportador, pero sus dirigentes proponían una reforma en la distribución de la
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El 26 de julio de 1890 estalló en Buenos Aires una revolución provocada por la Unión Cívica, que
contaba con el apoyo de un sector del ejército. Aunque los rebeldes fueron derrotados por las
fuerzas gubernamentales, la presión de los acontecimientos provocó la renuncia de Juárez
Celman. El vicepresidente Pellegrini se hizo cargo del gobierno hasta 1892, restableciendo el
control oligárquico. La Revolución de 1890, conocida como La Revolución del Parque, no cambió
la orientación política del país, sólo produjo el reemplazo de un sector de la oligarquía por otro.
Con motivo de la sucesión presidencial de Pellegrini, la Unión Cívica reveló sus disidencias internas
y se fragmentó en dos líneas opuestas: los objetivos de Alem y Mitre eran notablemente
diferentes. Sólo coincidían en expulsar a Juárez Celman del gobierno. Pero mientras Alem luchaba
por elecciones libres y transparencia gubernativa, el mitrismo, aliado con el roquismo, pretendía
recuperar el poder para colocarlo en manos confiables que aseguraran que nada cambiaría.
La Unión Cívica Radical, conducida por Alem, se orientó hacia la intransigencia. Sus dirigentes
negaron la legitimidad del acuerdo entre mitristas y roquistas y decidieron pasar a la resistencia.
Leandro Alem declaraba: "No derrocamos al gobierno de Juárez Celman para separar hombres y
sustituirlos en el mando; lo derrocamos para devolverlo al pueblo a fin de que el pueblo lo
reconstituya sobre la base de la voluntad nacional".
Entre 1891 y 1893 se produjo un fuerte debate al interior de la UCR entre abstencionistas, que
planteaban no participar en las elecciones mientras subsista el fraude, y la concurrencistas que
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proponía no abandonar la lucha electoral. Las elecciones de 1892 que llevaron a la presidencia a
Luis Sáenz Peña, en las que se perpetró un fraude monumental, volcaron la balanza a favor de los
abstencionistas.
En Rosario el movimiento fue dirigido por Lisandro de la Torre. En Buenos Aires, la revolución
estalló el 30 de julio y fue dirigida por Hipólito Yrigoyen y su hermano el coronel Martín Yrigoyen.
Los revolucionarios recibieron la adhesión de los habitantes de 88 municipios y nombraron al
sobrino de Alem gobernador de la provincia. Yrigoyen, siguió al frente del movimiento,
coordinando las distintas acciones militares de su ejército de 3.000 hombres acantonado en
Temperley, pero no quiso asumir la gobernación provincial y designó en el cargo a su
correligionario Juan Carlos Belgrano. El joven Marcelo T. De Alvear fue designado Ministro de
Obras Públicas del gobierno revolucionario. Los hechos estaban tomando una magnitud nunca
imaginada por los dueños del poder. El 10 de agosto la Cámara de Diputados de la Nación aprobó
un proyecto que recomendaba la intervención a la provincia. Pero el conflicto estaba lejos de
terminar. El 14 de agosto estalló en Corrientes otro movimiento revolucionario del partido liberal
con apoyo radical. En septiembre los radicales de Tucumán se sublevan contra el gobierno de
Próspero García. Los movimientos revolucionarios de 1893 coincidieron con una aguda crisis
económica. El movimiento comenzó a extenderse por todo el país, pero la falta de coordinación
entre los distintos focos rebeldes y la eficaz acción represiva llevada adelante por el General Julio
A. Roca y el ministro de Guerra y Marina, Benjamín Victorica, llevaron a la derrota de la
sublevación, a la detención de Alem y al exilio de Yrigoyen en Montevideo.
La frustrada revolución del 93 traerá múltiples consecuencias dentro y fuera del radicalismo. En el
seno del partido, durante los episodios revolucionarios se pusieron de manifiesto las notables
diferencias entre el fundador y conductor indiscutido, Leandro Alem y su sobrino, Hipólito
Yrigoyen. Las disidencias tenían que ver fundamentalmente con la profunda desconfianza que
sentía Alem por las convicciones revolucionarias de Yrigoyen. Lo sentía proclive a los pactos
espurios y a rodearse de los peores hombres con tal de lograr sus objetivos. Por su parte su
natural heredero, acusaba a Alem de ejercer una conducción demasiado principista, intransigente
y personalista que no dejaba lugar a ningún tipo de negociación, ni siquiera con las figuras
más "progresistas" del régimen conservador, como Roque Sáenz Peña o José Figueroa Alcorta.
Decía Alem en una carta a un amigo en 1895: "Los radicales conservadores se irán con Don
Bernardo de Irigoyen; otros radicales se harán socialistas o anarquistas; la canalla de Buenos
Aires, dirigida por el pérfido traidor de mi sobrino Hipólito Yrigoyen, se irá con Roque Sáenz Peña y
los radicales intransigentes nos iremos a la mismísima mierda".
Alem estaba pasando un momento muy difícil. Con gravísimos problemas económicos, porque
había aportado todo su capital para financiar la acción partidaria y las fallidas revoluciones; se lo
veía muy deprimido y decepcionado por las actitudes de sus correligionarios y convencido de que
su famoso lema partidario "que se rompa pero que no se doble" estaba entrando en desuso.
Asqueado de la corrupción y el fraude del modelo conservador y sintiéndose impotente para
enfrentarlo, decidió suicidarse el 1 de julio de 1896. En su testamento político decía: "Para vivir
estéril, inútil y deprimido, es preferible morir. Sí, que se rompa pero que no se doble. He luchado
de una manera indecible en estos últimos tiempos. ¡Cuánto bien ha podido hacer este partido, si
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En 1901 se fundó la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) bajo los preceptos del
anarquismo. En 1902, un sector de la FORA de tendencia socialista se separó y fundó la
Unión General de Trabajadores (UGT). La corriente anarquista, introducida por los
grupos inmigrantes, tuvo una gran difusión y agrupó a los obreros de pequeños talleres y
de servicios urbanos, como los portuarios, mecánicos, albañiles, panaderos, zapateros,
etc. Su principal órgano de difusión fue el diario La Protesta. Los anarquistas o
libertarios, que emergieron a fines de 1890 al calor de huelgas obreras. Estaban
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Natalio Botana funda en 1913 el mítico diario Crítica, muy cercano a los conservadores y
miembros del PAN en sus comienzos. Desde sus líneas fustigó duramente el gobierno
radical de Hipólito Yrigoyen y al de Juan Domingo Perón más adelante. En la década del
20 llegó a vender 900 mil ejemplares, llegando a ser el diario más vendido del país. Fue
tan polémico como innovador, supo mezclar en sus diferentes secciones el
sensacionalismo de las crónicas policiales más sangrientas con el refinamiento, a Roberto
Arlt con Jorge Luis Borges, a Raúl González Tuñón con Alfonsina Storni. Botana,
comprendiendo la apertura que se iniciaba con la Ley Sáenz Peña hacia las masas, creó
un diario dirigido a todas las clases sociales, masivo y comercial.
La Argentina era, para fines del siglo XIX, la tierra de la gran promesa. Hacia aquí venían en
tercera clase, miles de seres humanos, familias cargadas de ilusiones. (...) Muchos, con gran
dolor y algo de resignación decidieron quedarse en Buenos Aires a trabajar en lo que pudieran.
La mayoría rumbeó para el norte de la provincia de Buenos Aires, Sur de Santa Fe y Córdoba,
consolidando la Pampa Gringa que había empezado a tomar forma a partir de las colonias
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aconsejaba la fijación por escrito de contratos de arriendos justos y previsibles en los que los
gastos de embolsado y acarreo corriera por cuenta de los propietarios y se liberara a los
arrendatarios del pago de garantías de calidad de cultivos.
La comisión entendió que había que ir un poco más allá y que el Estado tenía un rol
fundamental en facilitar el acceso a la propiedad de la tierra para los verdaderos agricultores y
en otorgarles ventajas impositivas, subsidios para fletes y créditos blandos para comprar
elementos de labranza y semillas.
Para fines de julio la huelga comenzó a obtener sus primeros triunfos: en la mayoría de los
campos comenzaron a aceptarse las condiciones de los huelguistas y se firmaron nuevos
contratos de arrendamiento.
El 15 de agosto de aquel 1912 los chacareros se reunieron en la Sociedad Italiana Giuseppe
Verdi de Rosario dando nacimiento a la Federación Agraria Argentina bajo la presidencia del
dirigente socialista Francisco Noguera y la asesoría letrada de Francisco Netri. Poco después,
Netri pasaría a ocupar la presidencia. El triunfo parcial de la huelga y la conformación de la
primera entidad gremial del campo que reunía a los pequeños y medianos propietarios fue un
trago amargo para aquellos que estaban acostumbrados a que el campo fuera un territorio
exclusivo donde sólo imperaban su voluntad y sus intereses.
Netri fue perseguido por todos los medios desde que ocupó la presidencia de la FAA. Se lo
acusó falsamente de agraviar los símbolos patrios, mientras los que nunca tuvieron problemas
en agraviar uno de los símbolos de la democracia, la Constitución Nacional, que garantiza los
derechos de los ciudadanos, lo detuvieron y enjuiciaron en abril de 1913.(...) La persecución fue
tomando otros caracteres hasta que el 5 de octubre de 1916, Netri fue asesinado por un matón
a sueldo. En los bolsillos del saco del Dr. Netri se encontró un papel, probablemente el borrador
de u dis u so ue u a llegó a p o u ia do de soña a: Unámonos para excluir de las
poblaciones de este país el inquilinaje y el proletariado, estas dos especies de esclavatura que
son la lepra de las viejas sociedades, y que darían a las nuevas un aspecto enfermizo de
a ia idad e edio de los esple do es de la atu aleza ue os odea .
Tomado de: http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/republica_liberal/el_grito_de_alcorta.php
LA REFORMA POLÍTICA
Frente a la amenaza que representaban los movimientos revolucionarios de la UCR y la
creciente movilización y protesta de los sectores populares, urbanos y rurales la clase
dominante se dividió en dos grupos con diversas opiniones respecto de cuál debía ser la
respuesta frente a los reclamos de la sociedad organizada. El grupo liderado por Roca
era partidario de mantener el orden vigente mediante la represión. Mientras otro
sector, liderado por Figueroa Alcorta, fue partidario de promover una reforma política
para lograr un orden representativo.
En 1902, durante su segunda presidencia, Roca impulsó la sanción de una nueva ley
electoral, que permitía la incorporación al Congreso de una minoría opositora, o sea
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En Buenos Aires no existían mecanismos para proteger a las mujeres pobres de la autoridad arbitraria
ejercida por sus familias. Muchas eran obligadas a prostituirse y hacia 1875 la Municipalidad de la
Ciudad de Buenos Aires convirtió a la prostitución en un negocio legal. Las mujeres mayores de 18 años
con o sin permiso paterno que estuvieran inscriptas en el registro del Dispensario de Salubridad
podían realizar este tipo de trabajo. También muchas ciudades del interior legalizaron la prostitución
más adelante. A principios de siglo el desarrollo industrial incipiente generó algunas modificaciones al
Código Civil dada la necesidad de trabajo femenino en las industrias como las de zapatos, fósforos y
vestido.
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Guía de Lectura
1) Explicar por qué el régimen implementado por la generación del ´80 es a la vez liberal y
conservador ¿Por qué se puede definir la convivencia de dos repúblicas según el paradigma
alberdiano?
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2)¿Cuáles eran los mecanismos que desarrolló la oligarquía nucleada en el PAN para perpetuarse
en el poder?
3) ¿Cómo se incorpora la Argentina a la división internacional del trabajo y con qué modelo?
Explicar cómo funcionaba.
4) ¿A qué regiones beneficiaba el modelo económico adoptado por la clase dominante? ¿Por
qué?
5) Explicar las causas del aluvión inmigratorio ¿Cuáles son las principales transformaciones
sociales y culturales que devienen del proceso migratorio a la Argentina? ¿Cómo se organizaron
los inmigrantes y que instituciones generaron? ¿Cuáles eran las condiciones de vida y trabajo que
tuvieron en el país? ¿Cuáles fueron las principales preocupaciones de las clases dominantes
respecto de los inmigrantes?
6) ¿Cuáles fueron las principales oposiciones al régimen oligárquico? ¿Qué reclamaban y
proponían cada vertiente y cuál es su estrategia de lucha?
7) ¿Qué fue la cuestión social para la clase dominante? ¿Qué respuestas da frente a los conflictos
sociales y obreros?
8) ¿Cuáles fueron las causas de la reforma electoral de 1912?
Bibliografía:
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