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AstroMía.

Tierra, Sistema Solar y Universo

Un viaje por la Astronomía. Las Ciencias del Espacio al alcance de todos

El Universo
Nociones elementales sobre estrellas, galaxias, nebulosas, quásares, púlsares, agujeros negros ... las leyes
del Universo, sus medidas, su observación, su origen y su evolución.

El Sistema Solar
Esta sección trata sobre el Sol, los planetas y sus satélites, cometas, asteroides, meteoritos y la
exploración del espacio. Contiene explicaciones sencillas, imágenes y tablas de datos.

La Tierra y la Luna
Un poco de geografía física para conocer mejor nuestro planeta y su satélite, desde su formación y
movimientos hasta los procesos (pliegues, volcanes, erosión) que le dan su aspecto.

Historia de la Astronomía
Desde el principio, los humanos hemos mirado al cielo. Aquí se explica, a grandes rasgos, cómo se ha
visto en cada época y cultura, desde los monolitos de piedra a las naves espaciales.

Artículos astronómicos
Una serie de artículos monográficos sobre diversos aspectos interesantes relacionados con la astronomía:
hechos, fenómenos, teorías, opiniones y comentarios variados.

Personajes famosos
Las biografías de algunos personajes que han sido y son los protagonistas de la historia astronómica, que
han hecho posibles los avances y el conocimiento actual del Cosmos.

Glosario de Astronomía
En toda ciencia hay muchos términos, conceptos y definiciones que conviene entender. En esta sección se
da un repaso a palabras y expresiones relacionadas con la Astronomía.

La astronomía es una ciencia antigua y moderna a la vez. Antigua porque empezó, prácticamente, con la humanidad.
Moderna porque nos proporciona uno de los campos de estudio e investigación más avanzados. Ese sitio se propone
acercar la astronomía a la gente y hacerla comprensible.

La web se organiza como material para un curso de astronomía, con sus secciones bien definidas y cuatro colecciones
de fotografías, cada una de las cuales contiene diversas galerias de fotos.
Astronomía: El Universo
Una de las preguntas que se hace el ser humano desde que empezó la evolución se refiere al mundo que nos
rodea. A medida que aumentan los conocimientos, este mundo se va ampliando. La educación en Astronomía
contribuye a un mejor conocimiento sobre el Universo. Los cursos sobre esta materia se imparten desde hace
muchos siglos.

El Universo ha sido un misterio hasta hace pocos años, de hecho, todavía lo es, aunque sabemos muchas
cosas. Desde las explicaciones mitológicas o religiosas del pasado, hasta los actuales medios científicos y
técnicos de que disponen los astrónomos, hay un gran salto qualitativo que se ha desarrollado, sobre todo, a
partir de la segunda mitad del siglo XX.

Quedan muchísimas cosas por descubrir, pero es que el Universo es enorme, o nosotros demasiado pequeños.
En todo caso, vamos a hacer un viaje, en lenguaje sencillo y sin alardes, por lo más significativo que nos
ofrece el conocimiento actual del Universo.

En esta sección...
• Universo Básico
• ¿Qué es el Universo?
• Observación del Cosmos
• Las constelaciones
• Medidas del Universo
• Las leyes del Universo

• Las Estrellas
• Estrellas del Universo
• Clasificación de las Estrellas
• Estrellas visibles A-L
• Estrellas visibles M-Z
• Evolución de las Estrellas
• Estrellas dobles
• Estrellas variables
• Novas y supernovas
• Cuásares
• Púlsares
• Agujeros negros

• Las Galaxias
• Las Galaxias del Universo
• Clases de Galaxias
• La Vía Láctea
• Cúmulos de estrellas
• Las nebulosas
• Tipos de nebulosas

• Evolución del Universo


• Origen del Universo
• Materiales y radiación
• Fuerzas y movimientos
• La expansión del Universo
Universo Básico

"Universo" (del latín universus), se define como el conjunto de todas las cosas creadas (si se
cree en la creación) o de todas las cosas que existen.

Utilizamos palabras como "universal" o "universalidad" para referirnos a un hecho o idea que
lo abarca todo aunque, a menudo, hacemos referencia a algo que no va más allá de nuestro
planeta, como cuando nombramos un artista "universal" o nos referimos a la "universalidad"
de leyes, fenómenos o hechos culturales. En estos casos, aunque obviamente nos referimos al
ámbito de nuestro planeta, seguimos expresando una idea de totalidad.

Cuando hablamos del Universo astronómico parece más adecuado referirnos a él con la
palabra griega "Cosmos". Aunque en muchos diccionarios podemos encontrar exactamente
las mismas definiciones para ámbos términos, hay una diferencia de matíz: "Cosmos" parece
limitado a la materia y al espacio, mientras que el concepto de "Universo" incluye también la
energia y el tiempo.

En este capítulo vamos a tratar los aspectos básicos del Universo: qué es, cómo se observa y
cuales son sus leyes fundamentales.
Qué es el Universo?

El Universo es todo, sin excepciones.

Materia, energía, espacio y tiempo, todo lo que existe forma parte del Universo. Es muy grande, pero no
infinito. Si lo fuera, habría infinita materia en infinitas estrellas, y no es así. En cuanto a la materia, el
universo es, sobre todo, espacio vacío.

El Universo contiene galaxias, cúmulos de galaxias y estructuras de mayor tamaño llamadas supercúmulos,
además de materia intergaláctica. Todavía no sabemos con exactitud la magnitud del Universo, a pesar de la
avanzada tecnología disponible en la actualidad.

La materia no se distribuye de manera uniforme, sino que se concentra en lugares concretos: galaxias,
estrellas, planetas ... Sin embargo, el 90% del Universo es una masa oscura, que no podemos observar. Por
cada millón de átomos de hidrógeno los 10 elementos más abundantes son:

Símbolo Elemento químico Átomos


H Hidrógeno 1.000.000
He Helio 63.000
O Oxígeno 690
C Carbono 420
N Nitrógeno 87
Si Silicio 45
Mg Magnesio 40
Ne Neón 37
Fe Hierro 32
S Azufre 16

Nuestro lugar en el Universo


Nuestro mundo, la Tierra, es minúsculo comparado con el Universo. Formamos parte del Sistema Solar,
perdido en un brazo de una galaxia que tiene 100.000 millones de estrellas, pero sólo es una entre los
centenares de miles de millones de galaxias que forman el Universo.

La teoría del Big Bang explica cómo se formó.


Dice que hace unos 15.000 millones de años la materia tenía una densidad y una temperatura infinitas. Hubo
una explosión violenta y, desde entonces, el universo va perdiendo densidad y temperatura.

El Big Bang es una singularidad, una excepción que no pueden explicar las leyes de la física. Podemos saber
qué pasó desde el primer instante, pero el momento y tamaño cero todavía no tienen explicación científica.
Observación del Cosmos
Desde sus orígenes, la especie
humana ha observado el cielo.
Primero, directamente, después
con instrumentos cada vez más
potentes.

Las antiguas civilizaciones


agrupaban las estrellas formando
figuras. Nuestras constelaciones
se inventaron en el Mediterráneo
oriental hace unos 2.500 años.
Representan animales y mitos del lugar y la época. La gente
creía que los cuerpos del cielo influían la vida de reyes y súbditos. El estudio de los astros se mezclaba con
supersticiones y rituales.

Las constelaciones que acompañan la trayectoria del Sol, la Luna y los planetas, en la franja llamada zodíaco,
nos resultan familiares: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio,
Acuario y Piscis.

A principios del siglo XVII se inventó el telescopio. Primero se


utilizaron lentes, después espejos, también combinaciones de
ambos. Actualmente hay telescopios de muy alta resolución,
como el VLT, formado por cuatro telescopios sincronizados.

El telescopio espacial Hubble (HST), situado en órbita, captura y


envía imágenes y datos sin la distorsión provocada por la
atmósfera.

Los radiotelescopios detectan radiaciones de muy diferentes


longitudes de onda. Trabajan en grupos utilizando una técnica
llamada interferometría.

La fotografía, la informática, las comunicaciones y, en general,


los avances técnicos de los últimos años han ayudado
muchísimo a la astronomía.

Gracias a los espectros (descomposición de la luz) podemos


conocer información detallada sobre la composición química de
un objeto. También se aplica al conocimiento del Universo.

Un hallazgo reciente, las lentes gravitacionales, aprovechan el hecho de que los objetos con masa pueden
desviar los rayos de luz. Si se localiza un grupo de cuerpos con la configuración apropiada, actúa como una
lente potentísima y muestra, en el centro, objetos distantes que no podríamos ver.
Las constelaciones
Las estrellas que se pueden observar en una noche clara forman
determinadas figuras que llamamos "constelaciones", y que sirven para
localizar más fácilmente la posición de los astros. En total, hay 88
agrupaciones de estrellas que aparecen en la esfera celeste y que toman su
nombre de figuras religiosas o mitológicas, animales u objetos. Este
término también se refiere a áreas delimitadas de la esfera celeste que
comprenden los grupos de estrellas con nombre.

Los dibujos de constelaciones más antiguos que se conocen señalan que las
constelaciones ya habían sido establecidas el 4000 a.C. Los sumerios le
dieron el nombre a la constelación Acuario, en honor a su dios An, que
derrama el agua de la inmortalidad sobre la Tierra. Los babilonios ya habían
dividido el zodíaco en 12 signos iguales hacia el 450 a.C.

Las actuales constelaciones del hemisferio norte se diferencian poco de las que conocían los caldeos y los
antiguos egipcios. Homero y Hesíodo mencionaron las constelaciones y el poeta griego Arato de Soli, dio
una descripción en verso de 44 constelaciones en su Phaenomena. Tolomeo, astrónomo y matemático griego,
en el Almagesto, describió 48 constelaciones, de las cuales, 47 se siguen conociendo por el mismo nombre.

Muchos otras culturas agruparon las estrellas en constelaciones, aunque no siempres se corresponden con las
de Occidente. Sin embargo, algunas constelaciones chinas se parecen a las occidentales, lo que induce a
pensar en la posibilidad de un origen común.

A finales del siglo XVI, los primeros exploradores europeos de los mares
del Sur trazaron mapas del hemisferio austral. El navegante holandés Pieter
Dirckz Keyser, que participó en la exploración de las Indias orientales en
1595 añadió nuevas constelaciones. Más tarde fueron añadidas otras
constelaciones del hemisferio sur por el astrónomo alemán Johann
Bayer,que publicó el primer atlas celeste extenso.

Muchos otros propusieron nuevas constelaciones, pero los astrónomos


acordaron finalmente una lista de 88. No obstante, los límites de las
constelaciones siguieron siendo tema de discusión hasta 1930, cuando la
Unión Astronómica Internacional fijó dichos límites.

Para designar las aproximadamente 1.300 estrellas brillantes, se utiliza el genitivo del nombre de las
constelaciones, precedido por una letra griega; este sistema fue introducido por Johann Bayer. Por ejemplo, a
la famosa estrella Algol, en la constelación Perseo, se le llama Beta Persei.

Entre las constelaciones más conocidas se hallan las que se encuentran en el plano de la órbita de la Tierra
sobre el fondo de las estrellas fijas. Son las constelaciones del Zodíaco. Ademas de estas, algunas muy
conocidas son Cruz del Sur, visible desde el hemisferiosur, y Osa Mayor, visible desde el hemisferio Norte.
Estas y otras constelaciones permiten ubicar la posición de importantes puntos de referencia como, por
ejemplo, los polos celestes.

La mayor constelación de la esfera celeste es la de Hydra, que contiene 68 estrellas visibles a simple vista. La
Cruz del Sur, por su parte, es la constelación más pequeña.
Medidas del Universo
Conceptos básicos
Masa: es la cantidad de materia de un objeto.

Volumen: es el espacio ocupado por un objeto.

Densidad: se calcula dividiendo la masa de un objeto por su


volumen.

Temperatura: la cantidad de calor de un objeto. La temperatura más baja posible en el Universo es de 273
ºC bajo cero (0º Kelvin), que es no tener ningún tipo de energía.

Unidades para medir distancias


Medir el Universo es complicado. A menudo no sirven las unidades habituales. Las distancias, el tiempo y
las fuerzas son enormes y, como es evidente, no se pueden medir directamente.

Para medir la distancia hasta las estrellas próximas se utiliza la técnica del paralaje. Se trata de medir el
ángulo que forman los objetos lejanos, la estrella que se observa y la Tierra, en los dos puntos opuestos de su
órbita alrededor del Sol.

El diámetro de la órbita terrestre es de 300 millones de kms. Utilizando la trigonometría se puede calcular la
distancia hasta la estrella. Esta técnica, sin embargo, no sirve para los objetos lejanos, perque el ángulo es
demasiado pequeño y el margen de error, muy grande.

Unidad Concepto equivalencia


Distancia media entre la Tierra
Unidad
y el Sol. No se utiliza fuera del 149.600.000 km
astronómica (ua)
Sistema Solar.
Distancia que recorre la luz en
un año. Si una estrella está a 10 9.46 billones de km
Año luz
años luz, la vemos tal como era 63.235,3 ua
hace 10 años. Es la más práctica.
Distancia de un cuerpo que tiene 30,86 billones de km
Pársec
una paralaje de 2 segmentos 3,26 años luz
(paralaje-segundo)
de arco. La más "científica". 206.265 ua

El brillo de los astros


El brillo (magnitud estelar) es un sistema de medida en que cada
magnitud es 2,512 veces más brillante que la siguiente. Una
estrella de magnitud 1 es 100 veces más brillante que una de
magnitud 6. Las más brillantes tienen magnitudes negativas.

Únicamente hay 20 estrellas de magnitud igual o inferior a 1. La


estrella más débil que se ha podido observar tiene una magnitud
de 23.

Declinación:
La declinación es la medida, en grados, del ángulo de un objeto del cielo por encima o por debajo del
ecuador celeste.

Cada objeto describe un "círculo de declinación" aparente. La distancia, en horas, desde éste hasta el círculo
de referencia (que pasa por los polos y la posición de la Tierra al inicio de la primavera) es la ascensión del
objeto.

Combinando la ascensión, la declinación y la distancia se determina la posición relativa a la Tierra de un


objecto.
Longitud de onda
La longitud de onda es la distancia entre dos crestas de ondas
luminosas, electromagnéticas o similares. A menor longitud,
mayor frecuencia. Su estudio aporta muchos datos sobre el
espacio.
Las leyes del Universo
Leyes de Kepler
Se trata de tres leyes acerca de los movimientos de los planetas formuladas
por el astrónomo alemán Johannes Kepler a principios del siglo XVII.
Kepler basó sus leyes en los datos planetarios reunidos por el astrónomo
danés Tycho Brahe, de quien fue ayudante. Sus propuestas rompieron con
una vieja creencia de siglos de que los planetas se movían en órbitas
circulares.

Primera ley: Los planetas giran alrededor del Sol en órbitas elípticas en
las que el Sol ocupa uno de los focos de la elipse.

Segunda ley: Las áreas barridas por el segmento que une al Sol con el planeta (radio vector) son
proporcionales a los tiempos empleados para describirlas. Como consecuencia, cuanto más cerca está el
planeta del Sol con más rapidez se mueve.

Tercera ley: Los cuadrados de los periodos siderales de revolución de los planetas alrededor del Sol son
proporcionales a los cubos de los semiejes mayores de sus órbitas elípticas. Esto permite deducir que los
planetas más lejanos al Sol orbitan a menor velocidad que los cercanos; dice que el período de revolución
depende de la distancia al Sol.

Estas leyes desempeñaron un papel importante en el trabajo del astrónomo, matemático y físico inglés del
siglo XVII Isaac Newton, y son fundamentales para comprender las trayectorias orbitales de la Luna y de los
satélites artificiales.

Gravitación universal
La gravitación es la propiedad de atracción mutua que poseen todos los
objetos compuestos de materia. A veces se usa como el término "gravedad",
aunque este se refiere únicamente a la fuerza gravitacional que ejerce la
Tierra

La gravitación es una de las cuatro fuerzas básicas que controlan las


interacciones de la materia. Hasta ahora no han tenido los intentos de
detectar las ondas gravitacionales que, según sugiere la teoría de la
relatividad, podrían observarse cuando se perturba el campo gravitacional
de un objeto de gran masa.

La ley de la gravitación, formulada por Isaac Newton en 1684, afirma que la atracción gravitatoria entre dos
cuerpos es directamente proporcional al producto sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia entre ellos.

El efecto Doppler

La variación de la longitud de onda de la luz, radiación electromagnética y sonido de los cuerpos informa
sobre su movimiento.

Cuando un vehículo se acerca oímos su motor más agudo que cuando se aleja. Igualmente, cuando una
estrella o una galaxia se acercan, su espectro se desplaza hacia el azul y, si se alejan, hacia el rojo.

De momento, todas las galaxias observadas se desplazan hacia el rojo, es decir, se alejan de aquí.
Las Estrellas

Aunque la mayor parte del espacio que podemos observar está vacío, es inevitable que nos
fijemos en esos puntitos que brillan. No es que el espacio vacío carezca de interés.
Simplemente, las estrellas llaman la atención.

A causa de la atracción gravitatoria, la materia de las estrellas tiende a concentrarse en su


centro. Pero eso hace que aumente su temperatura y presión. A partir de ciertos límites, este
aumento provoca reacciones nucleares que liberan energia y equilibran la fuerza de la
gravedad, con lo que el tamaño de la estrella se mantiene más o menos estable durante un
tiempo, emitiendo al espacio grandes cantidades de radiación, entre ellas, por supuesto, la
luminosa.

Sin embargo, dependiendo de la cantidad de materia reunida en un astro y del momento del
ciclo en el que se encuentra, se pueden dar fenómenos y comportamientos muy diversos.
Enanas, gigantes, dobles, variables, cuásares, púlsares, agujeros negros, ... En este capítulo
vamos a dar una visión general sobre las estrellas, sus tipos, sus comportamientos y su
evolución.
Estrellas del Universo
Las estrellas son masas de gases, principalmente hidrógeno y helio, que
emiten luz. Se encuentran a temperaturas muy elevadas. En su interior hay
reacciones nucleares.

El Sol es una estrella. Vemos las estrellas, excepto el Sol, como puntos
luminosos muy pequeños, y sólo de noche, porque están a enormes distancias
de nosotros. Parecen estar fijas, manteniendo la misma posición relativa en
los cielos año tras año. En realidad, las estrellas están en rápido movimiento,
pero a distancias tan grandes que sus cambios de posición se perciben sólo a
través de los siglos.

El número de estrellas observables a simple vista desde la Tierra se ha calculado en unas 8.000, la mitad en
cada hemisferio. Durante la noche no se pueden ver más de 2.000 al mismo tiempo, el resto quedan ocultas
por la neblina atmosférica, sobre todo cerca del horizonte, y la pálida luz del cielo.

Los astrónomos han calculado que el número de estrellas de la Vía Láctea, la galaxia a la que pertenece el
Sol, asciende a cientos de miles de millones.

Como nuestro Sol, una estrella típica tiene una superficie visible llamada fotosfera, una atmósfera llena de
gases calientes y, por encima de ellas, una corona más difusa y una corriente de partículas denominada viento
estelar. Las áreas más frías de la fotosfera, que en el Sol se llaman manchas solares, probablemente se
encuentren en otras estrellas comunes. Esto se ha podido comprobar en algunas grandes estrellas próximas
mediante interferometría.

La estructura interna de las estrellas no se puede observar de forma directa, pero hay estudios que indican
corrientes de convección y una densidad y una temperatura que aumentan hasta alcanzar el núcleo, donde
tienen lugar reacciones termonucleares.

Las estrellas se componen sobre todo de hidrógeno y helio, con cantidad variable de elementos más pesados.

La estrella más cercana al Sistema Solar es Alfa


Centauro
Las estrellas individuales visibles en el cielo son las que están más cerca del
Sistema Solar en la Vía Láctea. La más cercana es Proxima Centauri, uno de
los componentes de la estrella triple Alpha Centauri, que está a unos 40
billones de kilómetros de la Tierra.

Se trata de un sistema de tres estrellas situado a 4,3 años luz de La Tierra, que
sólo es visible desde el hemisferio sur. La más cercana (Alpha Centauro A)
tiene un brillo real igual al de nuestro Sol.

Alpha Centauri, también llamada Rigil Kentaurus, está en la constelación de Centauro. A simple vista, Alpha
Centauri aparece como una única estrella con una magnitud aparente de -0,3, que la convierte en la tercera
estrella más brillante del cielo sur.

Cuando se observa a través de un telescopio se advierte que las dos estrellas más brillantes, Alpha Centauri A
y B, tienen magnitudes aparentes de -0,01 y 1,33 y giran una alrededor de la otra en un periodo de 80 años.

La estrella más débil, Alpha Centauri C, tiene una magnitud aparente de 11,05 y gira alrededor de sus
compañeras durante un periodo aproximado de un millón de años. Alpha Centauri C también recibe el
nombre de Proxima Centauri, ya que es la estrella más cercana al Sistema Solar.
Clasificación de las Estrellas
El estudio fotográfico de los espectros estelares lo inició en 1885 el astrónomo
Edward Pickering en el observatorio del Harvard College y lo concluyó su
colega Annie J. Cannon. Esta investigación condujo al descubrimiento de que
los espectros de las estrella están dispuestos en una secuencia continua según la
intensidad de ciertas líneas de absorción. Las observaciones proporcionan datos
de las edades de las diferentes estrellas y de sus grados de desarrollo.

Las diversas etapas en la secuencia de los espectros, designadas con las letras
O, B, A, F, G, K y M, permiten una clasificación completa de todos los tipos de
estrellas. Los subíndices del 0 al 9 se utilizan para indicar las sucesiones en el
modelo dentro de cada clase.

Clase O: Líneas del helio, el oxígeno y el nitrógeno, además de las del hidrógeno. Comprende estrellas muy
calientes, e incluye tanto las que muestran espectros de línea brillante del hidrógeno y el helio como las que
muestran líneas oscuras de los mismos elementos.

Clase B: Líneas del helio alcanzan la máxima intensidad en la subdivisión B2 y palidecen progresivamente
en subdivisiones más altas. La intensidad de las líneas del hidrógeno aumenta de forma constante en todas las
subdivisiones. Este grupo está representado por la estrella Epsilon Orionis.

Clase A: Comprende las llamadas estrellas de hidrógeno con espectros dominados por las líneas de absorción
del hidrógeno. Una estrella típica de este grupo es Sirio.

Clase F: En este grupo destacan las llamadas líneas H y K del calcio y las líneas características del
hidrógeno. Una estrella notable en esta categoría es Delta Aquilae.

Clase G: Comprende estrellas con fuertes líneas H y K del calcio y líneas del hidrógeno menos fuertes.
También están presentes los espectros de muchos metales, en especial el del hierro. El Sol pertenece a este
grupo y por ello a las estrellas G se les denomina "estrellas de tipo solar".

Clase K: Estrellas que tienen fuertes líneas del calcio y otras que indican la presencia de otros metales. Este
grupo está tipificado por Arturo.

Clase M; Espectros dominados por bandas que indican la presencia de óxidos metálicos, sobre todo las del
óxido de titanio. El final violeta del espectro es menos intenso que el de las estrellas K. La estrella Betelgeuse
es típica de este grupo.

Las estrellas más grandes que se conocen son las supergigantes, con
diámetros unas 400 veces mayores que el del Sol, en tanto que las estrellas
conocidas como "enanas blancas" pueden tener diámetros de sólo una
centésima del Sol. Sin embargo, las estrellas gigantes suelen ser difusas y
pueden tener una masa apenas unas 40 veces mayor que la del Sol, mientras
que las enanas blancas son muy densas a pesar de su pequeño tamaño.

Puede haber estrellas con una masa 1.000 veces mayor que la del Sol y, a
escala menor, bolas de gas caliente demasiado pequeñas para desencadenar
reacciones nucleares. Un objeto que puede ser de este tipo (una enana
marrón) fue observado por primera vez en 1987, y desde entonces se han detectado otros.

El brillo de las estrellas se describe en términos de magnitud. Las estrellas más brillantes pueden ser hasta
1.000.000 de veces más brillantes que el Sol; las enanas blancas son unas 1.000 veces menos brillantes.

Las clases establecidas por Annie Jump Cannon se identifican con colores:

- Color azul, como la estrella I Cephei


- Color blanco-azul, como la estrella Spica
- Color blanco, como la estrella Vega
- Color blanco-amarillo, como la estrella Proción
- Color amarillo, como el Sol
- Color naranja, como Arcturus
- Color rojo, como la estrella Betelgeuse.

A menudo las estrellas se nombran usando la referencia a su tamaño y a su color: enanas blancas, gigantes
rojas, ...
Estrellas visibles A-L
Alcor: Estrella poco brillante perteneciente a la Osa Mayor, que forma, junto con
Mizar, un sistema doble visible a simple vista.

Aldebarán: Estrella a de la constelación de Tauro que, con una magnitud aparente de


1,1, es una de las más brillantes del cielo. También conocida como ojo o corazón del
Toro, se encuentra a 53 años luz de la Tierra y tiene una luminosidad 90 veces
superior a la del Sol.

Algol: Estrella b de la constelación de Perseo. Con un período de rotación de 69


horas, es un sistema doble que ofrece aspecto de variable, pero en realidad es una
binaria eclipsante, es decir, sus variaciones periódicas de luminosidad se deben a la
interposición mutua de sus componentes.

Arturo: Estrella a de Boyero, situada en la prolongación de la cola de la Osa Mayor. De tipo espectral K0 y magnitud
visual 0,2, tiene un diámetro 22 veces superior al del Sol.

Betelgeuse:Estrella a de la constelación de Orión, la más brillante y roja, cuya magnitud oscila entre 0,2 y 0,9. Se
trata de una variable semirregular, con un período de 2,07 días.

Cabra: Estrella más brillante de la constelación del Cochero, del tipo espectral G, y la cuarta del cielo por su
luminosidad aparente de 0,2.

Cabrillas: Estrellas visibles del grupo de las Pléyades.

Canícula.: Estrella más brillante del Can Mayor, llamada Sirio en la actualidad.

Capella o Capela: Estrella principal de la constelación del Cochero, de magnitud 1.

Cástor: Estrella a de la constelación de Géminis. Es una estrella doble, con un período de 350 años, y sus
componentes tienen magnitudes de 2 y 2,9, respectivamente.

Deneb: Estrella a de la constelación del Cisne. Es una supergigante, de magnitud 1,3, situada a 1.000 a.l. de la Tierra.

Denébola: Segunda estrella más importante (b) de la constelación de Leo, de magnitud 2.

Espiga: Estrella principal de la constelación de Virgo. Se trata de un sistema doble con un periodo de 4 días. Situada
a unos 160 a.l. de la Tierra, presenta una magnitud de 1,21 y pertenece al tipo espectral B2.

Estrella Polar: Estrella situada a menos de 1° del polo celeste boreal y que constituye una referencia útil para
localizar la dirección del norte. En la actualidad es una estrella de magnitud 2 situada en la constelación de la Osa
Menor. Sin embargo, a causa de la precesión, hacia el año 13.000 esta posición estará ocupada por la estrella Vega.

Formalhaut: Estrella principal de la constelación del Pez Austral. Situada a 23 a.l., tiene una magnitud de 1,3 y
pertenece a la clase espectral A3. Es visible desde el hemisferio norte en otoño.

Lince o Lynx: (Alpha Lyncis) Estrella de tercera magnitud, la más brillante de la constelación del mismo nombre,
situada en el hemisferio norte, entre las del Cochero y la Osa Mayor, al sur de la Jirafa y al norte de Cáncer
Estrellas visibles M-Z
Markab: Estrella a de la constelación de Perseo, perteneciente al tipo
espectral A y cuya magnitud tiene un valor de 2,6.

Menkar: Estrella a de la constelación de la Ballena, que tiene una magnitud 2


y forma una figura triangular con Aldebarán y Rigel.

Mira Ceti: Estrella de tipo espectral M, perteneciente a la constelación de la


Ballena. Constituye el prototipo de las estrellas variables de largo período,
con amplitudes y períodos irregulares.

Mirach o Mirak: Estrella de tipo espectral M y de magnitud 2,4, perteneciente a la constelación de


Andrómeda.

Mirfak: Estrella a de la constelación de Perseo. Pertenece a la clase espectral F y tiene una magnitud de 1,9.

Mizar: Estrella doble zeta de la Osa Mayor, que junto con Alcor forma una pareja visible a simple vista.
Pertenece al tipo espectral A y tiene una magnitud de 2,4. Está formada por dos componentes desiguales con
una separación de 14,5°.

Perla: Estrella a de la constelación de la Corona Boreal, situada a 72 años luz de la Tierra. Posee una
compañera que gira a su alrededor con un período de 17,4 días.

Pollux o Pólux: Estrella perteneciente a la constelación de Géminis, situada a 35 años luz, con una magnitud
de 1,2 y una luminosidad unas 34 veces mayor que la del Sol.

Proción: Estrella a de la constelación del Can Menor, situada a 11 años luz de la Tierra y perteneciente al
tipo espectral F. Con una magnitud de 0,5, presenta un movimiento propio notable (1,25" por año) y forma
un sistema binario con una compañera de magnitud 13,5.

Régulo: Estrella a de la constelación de Leo, situada a 67 años luz de la Tierra. Tiene una magnitud de 1,3 y
pertenece al tipo espectral B.

Rigel: Estrella b de la constelación de Orión, situada a 540 años luz de la Tierra. Tiene una magnitud de 0,34
y pertenece al tipo espectral B.

RR Lira: Estrella variable, prototipo de la clase de estrellas cefeidas pulsantes.

Rukbah: Estrella de magnitud 2,8 perteneciente a la constelación de Casiopea.

Scheat: Estrella b de la constelación de Pegaso, de magnitud 2,6 y perteneciente al tipo espectral M.

Schédir, Shédar o Shédir.: Estrella a de la constelación de Casiopea. Es una variable perteneciente al tipo
espectral K, cuya magnitud oscila entre 2,1 y 2,6.

Sirio: Estrella a del Can Mayor, la más brillante del cielo (magnitud 1,58). Pertenece al tipo espectral A y
forma un sistema doble con otra estrella enana blanca (Sirio B), de período 50 años.

Sirrah: Estrella a de la constelación de Andrómeda, de magnitud 2,2 y perteneciente al tipo espectral A.

Tolimán: Estrella a de la constelación de Centauro. Se trata de un sistema doble, en que una de las
componentes es muy semejante al Sol.

Trapecio: Estrella q múltiple de la constelación de Orión, cuyas cuatro componentes principales tienen
magnitudes 6, 7, 7 y 7,5, inmersa en la Gran Nebulosa de Orión (M 42).
Vega: Estrella a de la constelación de la Lira, la más brillante del cielo boreal. Situada a 26 años luz de la
Tierra, pertenece al tipo espectral A y tiene una magnitud de 0,14. Fue estrella polar hace 14.000 años y lo
será nuevamente dentro de 12.000.
Evolución de las Estrellas
Las estrellas evolucionan durante millones de años. Nacen cuando se acumula
una gran cantidad de materia en un lugar del espacio. Se comprime y se
calienta hasta que empieza una reacción nuclear, que consume la materia,
convirtiéndola en energía. Las estrellas pequeñas la gastan lentamente y duran
más que las grandes.

Las teorías sobre la evolución de las estrellas se basan en pruebas obtenidas de


estudios de los espectros relacionados con la luminosidad. Las observaciones
demuestran que muchas estrellas se pueden clasificar en una secuencia regular
en la que las más brillantes son las más calientes y las más pequeñas, las más
frías.

Esta serie de estrellas forma una banda conocida como la secuencia principal
en el diagrama temperatura-luminosidad conocido como diagrama
Hertzsprung-Russell. Otros grupos de estrellas que aparecen en el diagrama incluyen a las estrellas gigantes y
enanas antes mencionadas.

La vida de una estrella


El ciclo de vida de una estrella empieza como una gran masa de gas
relativamente fría. La contracción del gas eleva la temperatura hasta que el
interior de la estrella alcanza 1.000.000 °C. En este punto tienen lugar
reacciones nucleares, cuyo resultado es que los núcleos de los átomos de
hidrógeno se combinan con los de deuteriopara formar núcleos de helio. Esta
reacción libera grandes cantidades de energía, y se detiene la contracción de
la estrella.

Cuando finaliza la liberación de energía, la contracción comienza de nuevo y


la temperatura de la estrella vuelve a aumentar. En un momento dado
empieza una reacción entre el hidrógeno, el litio y otros metales ligeros
presentes en el cuerpo de la estrella. De nuevo se libera energía y la
contracción se detiene.

Cuando el litio y otros materiales ligeros se consumen, la contracción se


reanuda y la estrella entra en la etapa final del desarrollo en la cual el
hidrógeno se transforma en helio a temperaturas muy altas gracias a la acción catalítica del carbono y el
nitrógeno. Esta reacción termonuclear es característica de la secuencia principal de estrellas y continúa hasta
que se consume todo el hidrógeno que hay.

La estrella se convierte en una gigante roja y alcanza su mayor tamaño cuando todo su hidrógeno central se
ha convertido en helio. Si sigue brillando, la temperatura del núcleo debe subir lo suficiente como para
producir la fusión de los núcleos de helio. Durante este proceso es probable que la estrella se haga mucho
más pequeña y más densa.

Cuando ha gastado todas las posibles fuentes de energía nuclear, se contrae de nuevo y se convierte en una
enana blanca. Esta etapa final puede estar marcada por explosiones conocidas como "novas". Cuando una
estrella se libera de su cubierta exterior explotando como nova o supernova, devuelve al medio interestelar
elementos más pesados que el hidrógeno que ha sintetizado en su interior.

Las generaciones futuras de estrellas formadas a partir de este material comenzarán su vida con un surtido
más rico de elementos pesados que las anteriores generaciones. Las estrellas que se despojan de sus capas
exteriores de una forma no explosiva se convierten en nebulosas planetarias, estrellas viejas rodeadas por
esferas de gas que irradian en una gama múltiple de longitudes de onda.

De estrella a Agujero Negro


Las estrellas con una masa mucho mayor que la del Sol sufren una evolución más rápida, de unos pocos
millones de años desde su nacimiento hasta la explosión de una supernova. Los restos de la estrella pueden
ser una estrella de neutrones.

Sin embargo, existe un límite para el tamaño de las estrellas de neutrones, más allá del cual estos cuerpos se
ven obligados a contraerse hasta que se convierten en un agujero negro, del que no puede escapar ninguna
radiación.

Estrellas típicas como el Sol pueden persistir durante muchos miles de millones de años. El destino final de
las enanas de masa baja es desconocido, excepto que cesan de irradiar de forma apreciable. Lo más probable
es que se conviertan en cenizas o enanas negras.
Estrellas dobles
Las estrellas dobles (o binarias) son muy frecuentes. Una estrella doble es una
pareja de estrellas que se mantienen unidas por la fuerza de la gravitación y
giran en torno a su centro común.

Los periodos orbitales, que van desde minutos en el caso de parejas muy
cercanas hasta miles de años en el caso de parejas distantes, dependen de la
separación entre las estrellas y de sus respectivas masas.

También hay estrellas múltiples, sistemas en que tres o cuatro estrellas giran en
trayectorias complejas. Lira parece una estrella doble, pero a través de un
telescopio se ve como cada uno de los dos componentes es un sistema binario.

La observación de las órbitas de estrellas dobles es el único método directo que tienen los astrónomos para
pesar las estrellas.

En el caso de parejas muy próximas, su atracción gravitatoria puede distorsionar la forma de las estrellas, y
es posible que fluya gas de una estrella a otra en un proceso llamado "transferencia de masas".

A través del telescopio se detectean muchas estrellas dobles que parecían simples. Sin embargo, cuando están
muy próximas, sólo se detectan si se estudia su luz mediante espectroscopia. Entonces se ven los espectros de
dos estrellas, y su movimiento se puede deducir por el efecto Doppler en ambos espectros. Estas parejas se
denominan binarias espectroscópicas.

La mayoría de las estrellas que vemos en el cielo son dobles o incluso múltiples. Ocasionalmente, una de las
estrellas de un sistema doble puede ocultar a la otra al ser observadas desde la Tierra, lo que da lugar a una
binaria eclipsante.

En la mayoría de los casos, se cree que las componentes de un sistema doble se han originado
simultáneamente, aunque otras veces, una estrella puede ser capturada por el campo gravitatorio de otra en
zonas de gran densidad estelar, como los cúmulos de estrellas, dando lugar al sistema doble.
Estrellas variables
Este concepto engloba cualquier estrella cuyo brillo, visto desde la Tierra, no
es constante. Pueden ser estrellas cuya emisión de luz fluctúa realmente -
intrínsexas -, o estrellas cuya luz se ve interrumpida en su trayectoria hacia la
Tierra, por otra estrella o una nube de polvo interestelar, llamadas variables
extrínsecas.

Los cambios en la intensidad luminosa en las variables intrínsecas se deben a


pulsaciones en el tamaño de la estrella (variables pulsantes) o a interacciones
entre las componentes de una estrella doble. Algunas otras variables
intrínsecas no encajan en ninguna de estas dos categorías.

El único tipo frecuente de variable extrínseca es la llamada "binaria eclipsante". Se trata de una estrella doble
formada por dos estrellas próximas que pasan periódicamente una por delante de la otra. Algol es el ejemplo
más conocido. Las binarias eclipsantes constituyen casi el 20% de las estrellas variables conocidas.

Variables cefeidas
Las cefeidas son parejas orientadas de manera que, periódicamente, se eclipsan una a otra. Probablemente,
los ejemplos más conocidos sean las variables cefeidas, cuyas pulsaciones periódicas indicacan su brillo, por
lo que constituyen una importante referencia para la medición de distancias en el espacio.

Sus periodos de pulsación varían entre un día y unos cuatro meses, y sus variaciones de luminosidad pueden
ser de entre un 50 y un 600% entre el máximo y el mínimo. Su nombre proviene de su prototipo o estrella
representativa, Delta Cefei.

La relación entre su luminosidad media y el periodo de pulsación fue descubierta en 1912 por Henrietta S.
Leavitt, y se conoce como relación periodo-luminosidad. Leavitt encontró que la luminosidad de una cefeida
aumenta de manera proporcional a su periodo de pulsación.

Así, los astrónomos pueden determinar la luminosidad intrínseca de una cefeida simplemente midiendo el
periodo de pulsación. La luminosidad aparente de una estrella en el cielo depende de su distancia a la Tierra;
comparando esta luminosidad con su luminosidad intrínseca se puede determinar la distancia a la que se
encuentra. De este modo, las cefeidas pueden utilizarse como indicadores de distancias tanto dentro como
fuera de la Vía Láctea.

Existen dos tipos de cefeidas. Las más comunes se llaman cefeidas clásicas y las otras, más viejas y débiles,
se conocen como estrellas W Virginis. Los dos tipos poseen distintas relaciones periodo-luminosidad.
Novas y supernovas
Son estrellas que explotan liberando en el espacio parte de su material. Durante
un tiempo variable, su brillo aumenta de forma espectacular. Parece que ha
nacido una estrella nueva.

Una nova es una estrella que aumenta enormemente su brillo de forma súbita y
después palidece lentamente, pero puede continuar existiendo durante cierto
tiempo. Una supernova también, pero la explosión destruye o altera a la
estrella. Las supernovas son mucho más raras que las novas, que se observan
con bastante frecuencia en las fotos.

Las novas y las supernovas aportan materiales al Universo que servirán para formar nuevas estrellas.

Novas, ¿estrellas nuevas?


Antiguamente, a una estrella que aparecía de golpe donde no había nada, se le
llamaba nova, o ‘estrella nueva’. Pero este nombre no es correcto, ya que estas
estrellas existían mucho antes de que se pudieran ver a simple vista.

Quizá aparezcan 10 o 12 novas por año en la Vía Láctea, pero algunas están
demasiado lejos para poder verlas o las oscurece la materia interestelar.

A las novas se las observa con más facilidad en otras galaxias cercanas que en
la nuestra. Una nova incrementa en varios miles de veces su brillo original en
cuestión de días o de horas. Después entra en un periodo de transición, durante
el cual palidece, y cobra brillo de nuevo; a partir de ahí palidece poco a poco
hasta llegar a su nivel original de brillo.

Las novas son estrellas en un periodo tardío de evolución. Explotan porque sus capas exteriores han formado
un exceso de helio mediante reacciones nucleares y se expande con demasiada velocidad como para ser
contenida. La estrella despide de forma explosiva una pequeña fracción de su masa como una capa de gas,
aumenta su brillo y, después se normaliza.

La estrella que queda es una enana blanca, el miembro más pequeño de un sistema binario, sujeto a una
continua disminución de materia en favor de la estrella más grande. Este fenómeno sucede con las novas
enanas, que surgen una y otra vez a intervalos regulares.

Supernovas
La explosión de una supernova es más destructiva y espectacular que la de una
nova, y mucho más rara. Esto es poco frecuente en nuestra galaxia, y a pesar de
su increible aumento de brillo, pocas se pueden observar a simple vista.

Hasta 1987 sólo se habían identificado tres a lo largo de la historia. La más


conocida es la que surgió en 1054 y cuyos restos se conocen como la nebulosa
del Cangrejo.

Las supernovas, al igual que las novas, se ven con más frecuencia en otras
galaxias. Así pues, la supernova más reciente, que apareció en el hemisferio sur
el 24 de febrero de 1987, surgió en una galaxia satélite, la Gran Nube de
Magallanes. Esta supernova, que tiene rasgos insólitos, es objeto de un intenso estudio astronómico.
Las estrellas muy grandes explotan en las últimas etapas de su rápida evolución, como resultado de un
colapso gravitacional. Cuando la presión creada por los procesos nucleares, ya no puede soportar el peso de
las capas exteriores y la estrella explota. Se le denomina supernova de Tipo II.
Una supernova de Tipo I se origina de modo similar a una nova. Es un miembro de un sistema binario que
recibe el flujo de combustible al capturar material de su compañero.
De la explosión de una supernova quedan pocos restos, salvo la capa de gases que se expande. Un ejemplo
famoso es la nebulosa del Cangrejo; en su centro hay un púlsar, o estrella de neutrones que gira a gran
velocidad.
Cuásares
Los Cuásares son objetos lejanos que emiten grandes cantidades de energía, con
radiaciones similares a las de las estrellas. Los cuásares son centenares de miles
de millones de veces más brillantes que las estrellas. Posiblemente, son agujeros
negros que emiten intensa radiación cuando capturan estrellas o gas interestelar.

La luz que percibimos ocupa un rango muy estrecho en el espectro


electromagnético y no todos los cuerpos cósmicos emiten la mayor parte de su
radiación en forma de luz visible. Con el estudio de las ondas de radio, los
radioastrónomos empezaron a localizar fuentes muy potentes de radio que no
siempre correspondían a objeto visibles.

La palabra Cuásar es un acrónimo de quasi stellar radio source (fuentes de radio casi estelares).

Identificación de cuásares

Se identificaron en la década de 1950. Más tarde se vió que mostraban un desplazamiento al rojo más grande
que cualquier otro objeto conocido. La causa era el efecto Dopler, que mueve el espectro hacia el rojo cuando
los objetos se alejan.

El primer Cuásar estudiado, 3C 273 está a 1.500 millones de años luz de la Tierra. A partir de 1980 se han
identificado miles de cuásares. Algunos se alejan de nosotros a velocidades del 90% de la de la luz.

Se han descubierto cuásares a 12.000 millones de años luz de la Tierra. Ésta es, aproximadamente, la edad
del Universo. A pesar de las enormes distancias, la energía que llega en algunos casos es muy grande. Como
ejemplo, el s50014+81 es unas 60.000 veces más brillante que toda la Vía Láctea.

Lo más espectacular de los cuasares no es su lejanía, sino que puedan ser visibles. Un cuasar deber ser tan
brillante como 1.000 galaxias juntas para que pueda aparecer como una débil estrella, si se encuentra a varios
miles de millones de años luz. Pero aún más sorprendente es el hecho de que esa enorme energía proviene de
una región cuyo tamaño no excede un año luz (menos de una cienmilésima parte del tamaño de una galaxia
normal). El brillo de los cuasares oscila con periodos de unos meses, por tanto, su tamaño debe ser menor
que la distancia que recorre la luz en ese tiempo.

Al principio, los astrónomos no veían ninguna relación entre los cuasares y las galaxias, pero la brecha entre
estos dos tipos de objetos cósmicos se ha ido llenando poco a poco al descubrirse galaxias cuyos núcleos
presentan semejanzas con los cuasares. Hoy en día, se piensa que los cuasares son los núcleos de galaxias
muy jóvenes, y que la actividad en el núcleo de una galaxia disminuye con el tiempo, aunque no desaparece
del todo.
Púlsares
La palabra Púlsar es un acrónimo de "pulsating radio source", fuente de radio
pulsante. Se requieren relojes de extraordinaria precisión para detectar cambios de
ritmo, y sólo en algunos casos.

Los Púlsares son fuentes de ondas de radio que vibran con periodos regulares. Se
detectan mediante radiotelescopios.

Los estudios indican que un púlsar es una estrella de neutrones pequeña que gira a gran velocidad. El más
conocido está en la nebulosa de Cangrejo.

Su densidad es tan grande que, en ellos, la materia de la medida de una bola de bolígrafo tiene una masa de
cerca de 100.000 toneladas. Emiten una gran cantidad de energía.

El campo magnético, muy intenso, se concentra en un espacio reducido. Esto lo acelera y lo hace emitir un
haz de radiaciones que aquí recibimos como ondas de radio.

Las pulsares fueron descubiertas en 1967 por Anthony Hewish y


Jocelyn Bell en el observatorio de radio astronomía en
Cambridge. Se conocen más de 300, pero sólo dos, la Pulsar del
Cangrejo, y la Pulsar de la Vela, emiten pulsos visibles
detectables. Se sabe que estas dos también emiten pulsos de
rayos gamma, y una, la del Cangrejo, también emite pulsos de
rayos-X.

La regularidad de los pulsos es fenomenal: los observadores pueden ahora predecir los tiempos de llegada de
los pulsos con antelación de un año, con una precisión mejor que un milisegundo.

Las pulsares son estrellas de neutrones fuertemente magnetizadas. La rápida rotación, por tanto, las hace
poderosos generadores eléctricos, capaces de acelerar las partículas cargadas hasta energías de mil millones
de millones de Voltios.

Estas partículas cargadas son responsables del haz de radiación en radio, luz, rayos-X, y rayos gamma. Su
energía proviene de la rotación de la estrella, que tiene por tanto que estar bajando de velocidad. Esta
disminución de velocidad puede ser detectada como un alargamiento del período de los pulsos.

Los pulsares se han encontrado principalmente en la Vía Láctea. Un escrutinio completo es imposible, ya que
los pulsares débiles solo pueden ser detectados si están cercanos.

Los sondeos de radio ya han cubierto casi todo el cielo. Sus distancias pueden medirse a partir de un retardo
en los tiempos de llegada de los pulsos observados en las radio frecuencias bajas; el retardo depende de la
densidad de los electrones en el gas interestelar, y de la distancia recorrida.

Extrapolando a partir de esta pequeña muestra de pulsares detectables, se estima que hay al menos 200.000
pulsares en toda nuestra Galaxia. Considerando aquellos pulsares cuyos haces de faro no barren en nuestra
dirección, la población total debería alcanzar un millón.

Cada pulsar emite durante cerca de cuatro millones de años; después de este tiempo ha perdido tanta energía
rotacional que no puede producir pulsos de radio detectables. Si conocemos la población total (1.000.000), y
el tiempo de vida (4.000.000 de años), podemos deducir que un nuevo pulsar debe nacer cada cuatro años,
asumiendo que la población permanece estable.

Recientemente se han encontrado pulsares en cúmulos globulares. Se piensa que han sido formados allí por la
acreción de materia en estrellas enanas blancas en sistemas binarios.

Otros pulsares nacen en explosiones de supernovas. Si todos los pulsares fuesen nacidos en explosiones de
supernovas, podríamos predecir que debería haber una supernova en nuestra Galaxia cada cuatro años, pero
esto no está todavía claro.
Agujeros negros
Son cuerpos con un campo gravitatorio
extraordinariamente grande.

No puede escapar ninguna radiación electromagnética ni


luminosa, por eso son negros. Están rodeados de una
"frontera" esférica que permite que la luz entre pero no
salga.

Hay dos tipos de agujeros negros: cuerpos de alta densidad


y poca masa concentrada en un espacio muy pequeño, y
cuerpos de densidad baja pero masa muy grande, como
pasa en los centros de las galaxias.

Si la masa de una estrella es más de dos veces la del Sol, llega un momento en su ciclo en que ni tan solo los
neutrones pueden soportar la gravedad. La estrella se colapsa y se convierte en agujero negro.

Conos luminosos

El científico británico Stephen W. Hawking ha dedicado buena parte de su trabajo al estudio de los agujeros
negros.

En su libro "Historia del Tiempo" explica cómo, en una estrella que se está colapsando, los conos luminosos
que emite empiezan a curvarse en la superficie de la estrella.

Al hacerse pequeña, el campo gravitatorio crece y los conos de luz se inclinan cada vez más, hasta que ya no
pueden escapar. La luz se apaga y se vuelve negro.

Si un componente de una estrella binaria se convierte en


agujero negro, toma material de su compañera. Cuando el
remolino se acerca al agujero, se mueve tan deprisa que
emite rayos X. Así, aunque no se puede ver, se puede
detectar por sus efectos sobre la materia cercana

Los agujeros negros no son eternos. Aunque no se escape


ninguna radiación, parece que pueden hacerlo algunas
partículas atómicas y subatómicas.

Alguien que
observase la
formación de un agujero negro desde el exterior, vería una estrella
cada vez más pequeña y roja hasta que, finalmente, desaparecería. Su
influencia gravitatoria, sin embargo, seguiría intacta.

Como en el Big Bang, en los agujeros negros se da una singularidad,


es decir, las leyes físicas y la capacidad de predicción fallan. En
consecuencia, ningún observador externo puede ver qué pasa dentro.

Las ecuaciones que intentan explicar una singularidad de los agujeros


negros han de tener en cuenta el espacio y el tiempo. Las
singularidades se situarán siempre en el pasado del observador (como el Big Bang) o en su futuro (como los
colapsos gravitatorios). Esta hipótesis se conoce con el nombre de "censura cósmica".
Las Galaxias

Durante la mayor parte de nuestra historia, los seres humanos sólo pudimos observar las
galaxias como manchas difusas en el cielo nocturno. Sin embargo, hoy sabemos que son
enormes agrupaciones de estrellas y otros materiales.

De hecho, nuestro Sistema Solar forma parte de una galaxia, la única que hemos visto desde
dentro: La Vía Láctea. Desde siempre hemos conocido su existencia aunque, naturalmente, en
la antiguedad nadie sabía de qué se trataba. Aparece como una franja blanquecina que cruza
el cielo y, de ahí, toma su nombre: camino de leche.

Dentro de la Vía Láctea podemos encontrar diversas formaciones de estrellas y polvo


interestelar. Las más destacables son las nebulosas y los cúmulos estelares. Es de suponer que
también existen en otras galaxias.
Las Galaxias del Universo
Las galaxias son acumulaciones enormes de estrellas, gases y polvo.

En el Universo hay centenares de miles de millones. Cada galaxia puede


estar formada por centenares de miles de millones de estrellas y otros
astros. En el centro de las galaxias es donde se concentran más estrellas.

Cada cuerpo de una galaxia se mueve a causa de la atracción de los otros.


En general hay, además, un movimiento más amplio que hace que todo
junto gire alrededor del centro.

Galaxias vecinas Distancia (Años luz)


Nubes de Magallanes 200.000
El Dragón 300.000
Osa Menor 300.000
El Escultor 300.000
El Fogón 400.000
Leo 700.000
NGC 6822 1.700.000
NGC 221 (M32) 2.100.000
Andrómeda (M31) 2.200.000
El Triángulo (M33) 2.700.000

Tamaños y formas de las galaxias


Hay galaxias enormes como Andrómeda, o pequeñas como su vecina
M32. Las hay en forma de globo, de lente, planas, elípticas, espirales
(como la nuestra) o formas irregulares. Las galaxias se agrupan formando
"cúmulos de galaxias".

La galaxia grande más cercana es Andrómeda.

Se puede observar a simple vista y parece una mancha luminosa de


aspecto brumoso. Los astrónomos árabes ya la habían observado.
Actualmente se la conoce con la denominación M31. Está a unos
2.200.000 años luz de nosotros. Es el doble de grande que la Via Láctea.

Las galaxias tienen un origen y una evolución


Las primeras galaxias se empezaron a formar 1.000 millones de años después del Big-Bang. Las estrellas que
las forman tienen un nacimiento, una vida y una muerte. El Sol, por ejemplo, es una estrella formada por
elementos de estrellas anteriores muertas.

Muchos nucleos de galaxias emiten una fuerte radiación, cosa que indica la probable presencia de un agujero
negro.

Los movimientos de las galaxias provocan, a veces, choques violentos. Pero, en general, las galaxias se
alejan las unas de las otras, como puntos dibujados sobre la superficie de un globo que se infla.
Clases de Galaxias
Cuando se utilizan telescopios potentes, en la mayor parte de las galaxias sólo
se detecta la luz mezclada de todas las estrellas; sin embargo, las más cercanas
muestran estrellas individuales. Las galaxias presentan una gran variedad de
formas.

En 1930 Hubble clasificó las galaxias en elípticas, espirales e irregulares,


siendo las dos primeras las más frecuentes.

Galaxias elípticas
Algunas galaxias tienen un perfil globular completo con un núcleo brillante.
Estas galaxias, llamadas elípticas, contienen una gran población de estrellas
viejas, normalmente poco gas y polvo, y algunas estrellas de nueva formación.
Las galaxias elípticas tienen gran variedad de tamaños, desde gigantes a enanas.

Hubble simbolizó las galaxias elípticas con la letra E y las subdividió en ocho clases, desde la E0,
prácticamente esféricas, hasta la E7, usiformes. En las galaxias elípticas la concentración de estrellas va
disminuyendo desde el núcleo, que es pequeño y muy brillante, hacia sus bordes.

Galaxias espirales
Las galaxias espirales son discos achatados que contienen no sólo algunas
estrellas viejas sino también una gran población de estrellas jóvenes, bastante
gas y polvo, y nubes moleculares que son el lugar de nacimiento de las
estrellas. Generalmente, un halo de débiles estrellas viejas rodea el disco, y
suele existir una protuberancia nuclear más pequeña que emite dos chorros de
materia energética en direcciones opuestas.

Las galaxias espirales se designan con la letra S. Dependiendo del menor o


mayor desarrollo que posea cada brazo, se le asigna una letra a, b ó c (Sa, Sb,
Sc, SBa, SBb,SBc).

Existen otras galaxias intermedias entre elípticas y espirales, llamadas


lenticulares o lenticulares normales, identificadas como SO y clasificadas en los grupos SO1, SO2 y SO3. A
su vez, se distinguen las lenticulares barradas (SBO) que se clasifican en tres grupos, según presenten la barra
más o menos definida y brillante.

Galaxias irregulares
Las galaxias irregulares se simbolizan con la letra I ó IR, aunque suelen ser enanas o poco comunes. Se
engloban en este grupo aquellas galaxias que no tienen estructura y simetría bien definidas. Se clasifican en
irregulares de tipo 1 o magallánico, que contienen gran cantidad de estrellas jóvenes y materia interestelar, y
galaxias irregulares de tipo 2, menos frecuentes y cuyo contenido es dificil de identificar.

Las galaxias irregulares se sitúan generalmente próximas a galaxias más grandes, y suelen contener grandes
cantidades de estrellas jóvenes, gas y polvo cósmico.
La Vía Láctea

Un camino en el cielo
En noches serenas podemos ver una franja blanca que atraviesa el cielo de lado a lado, con muchas estrellas.

Son sólo una pequeña parte de nuestros vecinos. Entre todos formamos la Vía Láctea. Los romanos la
llamaron "Camino de Leche", que es lo que significa via lactea en latín.

La Vía Láctea es nuestra galaxia


El Sistema Solar está en uno de los brazos de la espiral, a unos 30.000
años luz del centro y unos 20.000 del extremo.

La Via Láctea és una galaxia grande, espiral y puede tener unos 100.000
millones de estrellas, entre ellas, el Sol. En total wide unos 100.000 años
luz de diámetro y tiene una masa de más de dos billones de veces la del
Sol.

Cada 225 millones de años el Sistema Solar completa un giro alrededor


del centro de la galaxia. Se mueve a unos 270 km. por segundo.

No podemos ver el brillante centro porque se interponen materiales opacos, polvo cósmico y gases fríos, que
no dejan pasar la luz. Se cree que contiene un poderoso agujero negro.

La Vía Láctea tiene forma de lente convexa. El núcleo tiene una zona central de forma elíptica y unos 8.000
años luz de diámetro. Las estrellas del núcleo están más agrupadas que las de los brazos. A su alrededor hay
una nube de hidrógeno, algunas estrellas y cúmulos estelares.

La Vía Láctea forma parte del Grupo Local


Junto con las galaxias de Andrómeda (M31) y del Triángulo (M33), las
Nubes de Magallanes (satélites de la Vía Láctea), las galaxias M32 y M110
(satélites de Andrómeda), galaxias y nebulosas más pequeñas y otros
sistemas menores, forman un grupo vinculado por la gravedad.

En total hay unas 30 galaxias que ocupan un área de unos 4 millones de


años luz de diámetro.

Todo el gupo orbita alrededor del gran cúmulo de galaxias de Virgo, a unos
50 millones de años luz.
Cúmulos de estrellas
Las estrellas no aparecen de forma aislada, sinó formando grupos que
llamamos "cúmulos". Un cúmulo de estrellas, es un grupo de estrellas
relacionadas que se mantienen juntas por efecto de la gravitación.

Los cúmulos de estrellas se clasifican en dos grupos: cúmulos abiertos, que no


poseen forma definida, y cúmulos globulares, que son esféricos o casi
esféricos. Los abiertos están formados por unos cientos estrellas jóvenes,
mientras que los cúmulos globulares contienen más de mil veces esa cantidad,
y generalmente son estrellas muy viejas.

Los cúmulos globulares forman un halo alrededor de nuestra galaxia, la Vía


Láctea, mientras que los abiertos se sitúan en los brazos de la espiral.

Los cúmulos abiertos son mucho más numerosos que los globulares: se conocen unos 1.000 en nuestra
galaxia mientras que sólo hay 140 globulares.

Cúmulos abiertos
Los dos cúmulos abiertos más conocidos son las Pléyades y las Hiadas,
ambos observables a simple vista, en la constelación Tauro. El cúmulo de las
Hiadas se encuentra a unos 150 años luz de la Tierra y posee un diámetro de
unos 15 años luz. El cúmulo de las Pléyades tiene un diámetro similar, pero
está a unos 400 años luz, por lo que se ve más pequeño.

Los cúmulos abiertos se forman a partir de nubes de gas y polvo en los brazos
de una galaxia espiral. Las regiones más densas se contraen bajo su propia
gravedad, dando lugar a estrellas individuales.

La nebulosa de Orión es un ejemplo de una región en la que todavía se están formando estrellas. En el centro
de la nebulosa se encuentra un grupo de estrellas viejas, el "Trapecio de Orión". La nebulosa contiene
suficiente gas como para formar otros cientos de estrellas del mismo tipo.

Se conoce como "asociación estelar" a una agrupación de estrellas parecida a un cúmulo, pero distribuidas
sobre un área mayor. A menudo se encuentran cúmulos abiertos en el interior de una asociación, en zonas
donde la densidad del gas a partir del cual se formó la asociación es mayor.

Los miembros de un cúmulo nacen juntos y continúan moviéndose juntos por el espacio. Esto sirve para
hallar sus distancias. Midiendo el movimiento de las estrellas a lo largo de la línea de visión y a través de la
línea de visión, se pueden calcular las distancias que las separan del Sistema Solar. Esta técnica se conoce
como el método del cúmulo móvil.

Cúmulos globulares
Los dos cúmulos globulares más brillantes son Omega Centauri y 47 Tucanae,
ambos observables a simple vista desde el hemisferio austral. El cúmulo
globular más destacable del hemisferio boreal es M13, en la constelación
Hércules, también observable a simple vista.

En los cúmulos globulares, la concentración de estrellas en la parte central


puede ser 100.000 veces mayor que en la región del espacio ocupada por
nosotros, y desde la perspectiva terrestre puede parecer que las estrellas se
fusionan entre sí.

Los cúmulos globulares contienen algunas de las estrellas más viejas de la Vía Láctea, con edades de 10.000
millones de años, el doble que el Sol.

La edad de un cúmulo se calcula poniendo sus estrellas en un diagrama de Hertzsprung-Russell. Como la


velocidad de evolución de una estrella depende de su masa, el punto en el que la estrella comienza a salirse
de la secuencia principal para convertirse en una gigante, muestra la edad del cúmulo.
Los cúmulos globulares se formaron cuando la inmensa nube de polvo y gas que dio lugar a nuestra galaxia
se estaba colapsando. Como el Sol está en la zona exterior de la galaxia, la mayoría de los cúmulos se
encuentra en una mitad del cielo hacia el centro de la galaxia.
Las nebulosas
Las nebulosas son estructuras de gas y polvo interestelar. Según sean más o
menos densas, son visibles, o no, desde la Tierra.

Las nebulosas se puede encontrar en cualquier lugar del espacio interestelar.


Antes de la invención del telescopio, el término nebulosa se aplicaba a todos
los objetos celestes de apariencia difusa. Como consecuencia de esto, a
muchos objetos que ahora sabemos que son cúmulos de estrellas o galaxias
se les llamaba nebulosas.

Se han detectado nebulosas en casi todas las galaxias, incluida la nuestra, la


Vía Láctea. Dependiendo de la edad de las estrellas asociadas, se pueden
clasificar en dos grandes grupos:

1.- Asociadas a estrellas evolucionadas, como las nebulosas planetarias y los remanentes de supernovas.

2.- Asociadas a estrellas muy jóvenes, algunas incluso todavía en proceso de formación, como los objetos
Herbig-Haro y las nubes moleculares.

Clasificación de las nebulosas según su luz


Si se atiende al proceso que origina la luz que emiten, las nebulosas se pueden clasificar en:

Las nebulosas de emisión, cuya radiación proviene del polvo y los gases ionizados como consecuencia del
calentamiento a que se ven sometidas por estrellas cercanas muy calientes. Algunos de los objetos más
sorprendentes del cielo, como la nebulosa de Orión, son nebulosas de este tipo.

Las nebulosas de reflexión reflejan y dispersan la luz de estrellas poco calientes de sus cercanías. Las
Pléyades de Tauro son un ejemplo de estrellas brillantes en una nebulosa de reflexión.

Las nebulosas oscuras son nubes poco o nada luminosas, que se representan como una mancha oscura, a
veces rodeada por un halo de luz. La razón por la que no emiten luz por sí mismas es que las estrellas se
encuentran a demasiada distancia para calentar la nube. Una de las más famosas es la nebulosa de la Cabeza
de Caballo, en Orión. Toda la franja oscura que se observa en el cielo cuando miramos el disco de nuestra
galaxia es una sucesión de nebulosas oscuras.
Tipos de nebulosas
Uno de los aspectos más notables de las nebulosas es su variedad de formas
y estructuras. Gracias a los modernos telescopios y al uso de ordenadores, se
han podido elaborar fotos digitales detalladas que, mediante los programas
informáticos adecuados, se pueden colorear para obtener imágenes
espectaculares.

Nebulosas planetarias
Las nebulosas planetarias se parecen a los planetas cuando son observadas a
través de un telescopio. En realidad son capas de material desprendidas de
una estrella evolucionada de masa media, al pasar de gigante roja a enana
blanca.

La nebulosa del Anillo, en la constelación de Lira, es una planetaria típica que tiene un periodo de rotación
de 132.900 años y una masa de unas 14 veces la masa del Sol. En la Vía Láctea se han descubierto varios
miles de planetarias.

Más espectaculares, pero menores en número, son los remanentes de supernovas, cuta representante más
significativa es la nebulosa del Cangrejo, en Tauro, que se desvanece a razón de un 0,4% anual. Las
nebulosas de este tipo son radiofuentes intensas, a causa de las explosiones que las formaron y losrestos de
púlsares en que se convirtieron las estrellas.

Objetos Herbig-Haro
Los objetos Herbig-Haro, que deben su nombre al astrónomo mexicano
Guillermo Haro y a al estadounidense G. Herbig, son pequeñas nebulosas
muy brillantes que se encuentran dentro de dnubes interestelares muy densas

Son, probablemente, el producto de chorros de gas expelidos por estrellas en


proceso de formación. Las nubes moleculares son, por su parte,
extremadamente grandes, de un ancho de muchos años luz, con un perfil
indefinido y una apariencia tenue y neblinosa.

Los objetos Herbig-Haro se pueden estudiar en el infrarrojo. Estos objetos


varían de tamaño y brillo en pocos años. Se encuentran en regiones de formación estelar activa. Se cree que
estas nebulosas corresponden a flujos de gas de alta velocidad expulsado por estrellas jóvenes al chocar
contra nubes interestelares. El estudio de los objetos Herbig-Haro ayuda a comprender los detalles de cómo
se forman las estrellas.
Evolución del Universo

Los astrónomos están convencidos en su gran mayoría de que el Universo surgió a partir de
una gran explosión (Big Bang), entre 13.500 y 15.500 millones de años antes del momento
actual.

Los primeros indicios de este hecho fueron descubiertos por el astrónomo estadounidense
Edwin Hubble, en la década de 1920, cuando expuso que el Universo se está expandiendo y
los cúmulos de galaxias se alejan entre sí. La teoría de la relatividad general propuesta por
Albert Einstein también predice esta expansión.

Si hacemos una "foto del Universo" en un momento dado, no vemos su estado actual, sinó su
historia. La luz viaja a 300.000 km. por segundo. Incluso cuando miramos la Luna (el objeto
celeste más cercano), la vemos como era hace algo más de un segundo.

En este capítulo veremos cómo se ha formado el Universo y cómo evoluciona. También


daremos un repaso a los materiales que lo forman, las fuerzas que lo dirigen y los
movimientos que originan.
Origen del Universo
Rebobinar
Edwin Hubble descubrió que el Universo se expande. La teoría de la
relatividad general de Albert Einstein ya lo había previsto.

Se ha comprobado que las galaxias se alejan, todavía hoy, las unas de las
otras. Si pasamos la película al revés, ¿dónde llegaremos?

Los científicos intentan explicar el origen del Universo con diversas teorías.
Las más aceptadas son la del Big Bang y la teoría Inflacionaria, que se
complementan.

Momento Suceso
Big Bang Densidad infinita, volumen cero.
10 e-43 segs. Fuerzas no diferenciadas
10 e-34 segs. Sopa de partículas elementales
10 e-10 segs. Se forman protones y neutrones
1 seg. 10.000.000.000 º. Universo tamaño Sol
3 minutos 1.000.000.000 º. Nucleos de átomos
30 minutos 300.000.000 º. Plasma
300.000 años Átomos. Universo transparente
1.000.000 años Gérmenes de galaxias
100 millones de años Primeras galaxias
1.000 millones de años Estrellas. El resto, se enfría
5.000 millones de años Formación de la Vía Láctea
10.000 millones de años Sistema Solar y Tierra

Teoría del Big Bang

La teoría del Big Bang o gran explosión, supone que, hace entre 12.000 y 15.000 millones de años, toda la
materia del Universo estaba concentrada en una zona extraordinariamente pequeña del espacio, y explotó. La
materia salió impulsada con gran energía en todas direcciones.

Los choques y un cierto desorden hicieron que la materia se agrupara y se concentrase más en algunos
lugares del espacio, y se formaron las primeras estrellas y las primeras galaxias. Desde entonces, el Universo
continúa en constante movimiento y evolución.

Esta teoría sobre el origen del Universo se basa en observaciones rigurosas y es matemáticamente correcta
desde un instante después de la explosión, pero no tiene una explicación para el momento cero del origen del
Universo, llamado "singularidad".

Teoría inflacionaria

La teoría inflacionaria de Alan Guth intenta explicar el origen y los primeros instantes del Universo. Se basa
en estudios sobre campos gravitatorios fortísimos, como los que hay cerca de un agujero negro.

Supone que una fuerza única se dividió en las cuatro que ahora conocemos, produciendo el origen al
Universo.

El empuje inicial duró un tiempo prácticamente inapreciable, pero fue tan violenta que, a pesar de que la
atracción de la gravedad frena las galaxias, el Universo todavía crece.

No se puede imaginar el Big Bang como la explosión de un punto de materia en el vacío, porque en este
punto se concentraban toda la materia, la energía, el espacio y el tiempo. No había ni "fuera" ni "antes". El
espacio y el tiempo también se expanden con el Universo.
Materiales y radiación
En el Universo hay materiales dispersos, dentro y fuera de
las galaxias.

Hablamos de la materia interestelar, la luz, la radiación de fondo


y la materia oscura.

Materia interestelar
Está formada los gases y partículas de polvo que hay entre las
estrellas y las galaxias. La mayor parte no es visible, pero se puede detectar a través de sus efectos
gravitatorios y de sus emisiones electromagnéticas.

Está formada, sobre todo, por hidrógeno, pero también hay pequeñas cantidades de helio, nitrógeno, oxígeno,
carbono y moléculas simples de agua, alcoholes y amoníaco.

Astro-bio-química
Un átomo de hidrógeno y uno de oxígeno pueden combinarse para formar un grupo OH (hidroxílico), muy
activo, capaz de unirse con casi cualquier material. Si se encuentra con un átomo de hidrógeno, forma una
molécula de agua.

A partir de la década de 1970 se han localizado moléculas cada vez más complejas, formadas por decenas de
átomos.

Algunas podrían, en condiciones favorables, formar materia orgánica, que es la base de los organismos vivos.

La luz, ¿ondas o partículas?


Las ondas de luz, como las de los rayos X, no se pueden emitir de
una en una, sino sólo en paquetes llamados "cuantos". La ciencia
que lo estudia es la mecánica cuántica.

Estos tipos de radiación de alta frecuencia, según cómo se


observan, se comportan como partículas y, al mismo tiempo,
como ondas. Las partículas de la luz son los fotones. No tienen
masa y viajan a cerca de 300.000 km/s.

La radiación cósmica de fondo


En 1965 se encontró la prueba "tangible" del Big Bang.
Comprobando un detector de microondas muy sensible, dos
científicos descubrieron una radiación estraña que provenía por
igual de todos los puntos del espacio.

Otros teóricos ya habían predicho que se habría de observar,


procediendo de todo el universo, un "resplandor" testimonio del
Big Bang, y que esta luz, debido a la expansión del Universo, se
presentaría en forma de microondas.

Materia oscura
Se cree que la materia oscura es un material que no emite ninguna radiación electromagnética. Su existencia
se basa en consideraciones teóricas y es, por ahora, uno de los principales problemas que tiene planteados la
astrofísica.

Estudiando las fuerzas en el Universo, se calcula que la materia total es mucha más que la detectada por
nuestros instrumentos. Como no sabemos nada de ella, la llamamos materia oscura.
Fuerzas y movimientos
La gravedad es la fuerza de atracción entre objectos.

En el Universo toda la materia se mueve a causa de ésta y otras


fuerzas.

La gravedad depende de la masa de los objectos y de la distancia


que los separa. Cuanto más masa tienen y más cerca están, mayor
es la fuerza. Cuando se separan el doble, la fuerza se reduce a un
cuarto.

La gravedad actúa como si toda la masa de un cuerpo se


concentrase en un único punto, el centro de gravedad. La zona esférica alrededor de un cuerpo donde actúa
su gravedad es el campo gravitacional.

La ley de la gravitación universal fue formulada por el físico británico Isaac Newton en el año 1684.

Si dejáramos dos cuerpos con masa y en reposo, sin que actuase ninguna otra fuerza salvo su atracción,
inevitablemente, chocarían. Pero en el Universo hay muchas "gravedades", actúan otras fuerzas y los cuerpos
están en movimiento.

Colapso
Un colapso gravitacional es cuando un cuerpo se hace más
pequeño como resultado de su propia gravedad, por ejemplo,
una nube de gas para formar una estrella, o una estrella para
formar un agujero negro. Se rompen los átomos y el edificio se
desmorona.

Los átomos son cajas vacías donde una fuerza mantiene la


estructura. Pero, si la gravedad supera esta fuerza, la estructura
central no aguanta y la materia inicia una reacción en cadena.

La densidad aumenta (el cuerpo se hace pequeño sin perder


masa), el campo gravitatorio se intensifica y se produce el
colapso.

Fuerzas fundamentales del Universo


Hay cuatro fuerzas fundamentales, que determinan todas las formas de interacción de la materia:

- interacciones nucleares fuertes,


- interacciones nucleares débiles,
- electromagnetismo y
- gravitación.

La gravedad es la más débil de las cuatro y la única que sólo actúa en un sentido. Los científicos especulan
sobre si existe la complementaria.

Movimientos
Las estrellas, las galaxias y todo el Universo se mueven. Otra
cosa es detectar el movimiento de algunos cuerpos, sobre todo,
de los más lejanos.

Se ha medido el movimiento de muchos objetos del Universo.


Así sabemos que, para desplazarse una distancia aparente igual
al diámetro de la luna, la estrella más cercana Alpha Centauro,
necesita 506 años. Arturo necesita 815; Sirio, 1.410; Altair,
2.830; Capella, 4270 y Fomalhaut, más de 5.000.
Se llama órbita la trayectoria de un objeto que gira alrededor de otro. El periodo orbital es el tiempo que el
objeto tarda en completar una órbita. Parece que todos los objetos, en el espacio, orbitan alrededor de otros
con más masa.
La expansión del Universo
El descubrimiento de la expansión del Universo empieza en 1912, con los
trabajos del astrónomo norteamericano Vesto M. Slipher. Mientras estudiaba
los espectros de las galaxias observó que, excepto en las más próximas, las
líneas del espectro se desplazan hacia el rojo.

Esto significa que la mayoría de las galaxias se alejan de la Vía Láctea ya que,
corrigiendo este efecto en los espectros de las galaxias, se demuestra que las
estrellas que las integran están compuestas de elementos químicos conocidos.
Este desplazamiento al rojo se debe al efecto Doppler.

Si medimos el corrimiento del espectro de una estrella, podemos saber si se


acerca o se aleja de nosotros. En la mayoría este desplazamiento es hacia el
rojo, lo que indica que el foco de la radiación se aleja. Esto es interpretado como una confirmación de la
expansión del Universo.

En principio parece que las galaxias se alejan de la Vía Láctea en todas direcciones, dando la sensación de
que nuestra galaxia es el centro del Universo. Este efecto es consecuencia de la forma en que se expande el
Universo. Es como si la Vía Láctea y el resto de galaxias fuesen punto situados sobre la superficie de un
globo. Al inflar el globo todos los puntos se alejan de nosotros. Si cambiásemos nuestra posición a cualquiera
de los otros puntos y realizásemos la misma operación, observaríamos exactamente lo mismo.

La Ley de Hubble
El astrónomo estadounidense Edwin Powell Hubble relacionó, en 1929, el
desplazamiento hacia el rojo observado en los espectros de las galaxias con la
expansión del Universo. Sugirió que este desplazamiento hacia el rojo,
llamado desplazamiento hacia el rojo cosmológico, es provocado por el efecto
Doppler y, como consecuencia, indica la velocidad de retroceso de las
galaxias.

Hubble también observó que la velocidad de recesión de las galaxias era


mayor cuanto más lejos se encontraban. Este descubrimiento le llevó a
enunciar su ley de la velocidad de recesión de las galaxias, conocida como la
"ley de Hubble", la cual establece que la velocidad de una galaxia es proporcional a su distancia.

La constante de Hubble o de proporcionalidad es el cociente entre la distancia de una galaxia a la Tierra y la


velocidad con que se aleja de ella. Se calcula que esa constante está entre los 50 y 100 Km/s por megaparsec.
El Sistema Solar
Entre los miles de estrellas que forman nuestra galaxia hay una de tamaño mediano, situada en uno de los
brazos de la espiral de la Vía Láctea, que tiene un interés especial para nosotros, ya que vinimos cerca de ella
y, en cierto modo, vivimos de ella. Se trata, naturalmente, del Sol.

Esta estrella singular, junto con los planetas y otros cuerpos que giran en órbitas a su alrededor, constituyen
lo que llamamos "El Sistema Solar". Se formó hace unos 4.650 millones de años y, lejos de permanecer
estable, se trata de un sistema dinámico que cambia y evoluciona constantemente.

Los cursos sobre astronomía fueron al principio sólo para sacerdotes y "sabios". Afortunadamente, la
educación sobre este tema se ha popularizado, aunque todavía el "gran público" desconoce muchos aspectos
de nuestro entorno espacial más póximo.

En esta sección ...


• El Sistema Solar
• Características del Sistema Solar
• Formación del Sistema Solar
• El Sol
• Estructura y composición del Sol
• Actividad solar
• Los Planetas

• Los planetas rocosos


• Mercurio
• Venus
• La Tierra
• Estructura de la Tierra
• Movimientos de la Tierra
• Meteoritos
• La Luna
• La Luna, fases y eclipses
• Marte
• Las lunas de Marte
• Asteroides
• El cinturón de asteroides

• Planetas gigantes gaseosos


• Júpiter
• Las lunas de Júpiter
• Saturno
• Las lunas de Saturno
• Urano
• Las lunas de Urano
• Neptuno
• Las lunas de Neptuno

• Plutón y más allá


• Plutón
• El cinturón de Kuiper
• Candidatos a planetas
• Cometas
• Cometas famosos
• La nube de Oort
• Exploración del espacio
El Sistema Solar

El Sistema Solar es un conjunto formado por el Sol y los cuerpos celestes que orbitan a su
alrededor. Está integrado el Sol y una serie de cuerpos que están ligados gravitacionalmente
con este astro: nueve grandes planetas (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno,
Urano, Neptuno, y Plutón), junto con sus satélites, planetas menores y asteroides, los
cometas, polvo y gas interestelar.

Pertenece a la galaxia llamada Vía Láctea, que esta formada por unos cientos de miles de
millones de estrellas que se extienden a lo largo de un disco plano de 100.000 años luz.

El Sistema Solar está situado en uno de los tres brazos en espiral de esta galaxia llamado
Orión, a unos 32.000 años luz del núcleo, alrededor del cual gira a la velocidad de 250 km
por segundo, empleando 225 millones de años en dar una vuelta completa, lo que se
denomina año cósmico.
Características del Sistema Solar
El Sistema Solar está formado por una estrella central, el Sol, los cuerpos
que le acompañan y el espacio que queda entre ellos.

Nueve planetas giran alrededor del Sol: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte,
Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. La Tierra es nuestro planeta y
tiene un satélite, la Luna. Algunos planetas tienen satélites, otros no.

Los asteroides son rocas más pequeñas que también giran, la mayoría entre
Marte y Júpiter. Además, están los cometas que se acercan y se alejan
mucho del Sol.

A veces llega a la Tierra un fragmento de materia extraterrestre. La mayoría


se encienden y se desintegran cuando entran en la atmosfera. Son los meteoritos.

Los planetas, muchos de los satélites de los planetas y los asteroides giran alrededor del Sol en la misma
dirección, en órbitas casi circulares. Cuando se observa desde lo alto del polo norte del Sol, los planetas
orbitan en una dirección contraria al movimiento de las agujas del reloj.

Casi todos los planetas orbitan alrededor del Sol en el mismo plano, llamado eclíptica. Plutón es un caso
especial ya que su órbita es la más inclinada y la más elíptica de todos los planetas.El eje de rotación de
muchos de los planetas es casi perpendicular al eclíptico. Las excepciones son Urano y Plutón, los cuales
están inclinados hacia sus lados.

El Sol contiene el 99.85% de toda la materia en el Sistema Solar. Los planetas


están condensados del mismo material del que está formado el Sol, contienen
sólo el 0.135% de la masa del sistema solar. Júpiter contiene más de dos
veces la materia de todos los otros planetas juntos.

Los satélites de los planetas, cometas, asteroides, meteoroides, y el medio


interplanetario constituyen el restante 0.015%.

Casi todo el sistema solar por volumen parece ser un espacio vacío que
llamamos "medio interplanetario". Incluye varias formas de energía y se
contiene, sobre todo, polvo y gas interplanetarios.

Desde siempre los humanos hemos observado el cielo. Hace 300 años se inventaron los telescopios. Pero la
auténtica exploración del espacio no comenzó hasta la segunda mitad del siglo XX.

Desde entonces se han lanzado muchisimas naves. Los astronautas se han paseado por la Luna. Vehículos
equipados con instrumentos han visitado algunos planetas y han atravesado el Sistema Solar.

Más allá, la estrella más cercana es Alfa Centauro. Su luz tarda 4,3 años en llegar hasta aquí. Ella y el Sol son
sólo dos entre los 200 billones de estrellas que forman la Via Láctea, nuestra Galaxia.

Hay millones de galaxias que se mueven por el espacio intergaláctico. Entre todas forman el Universo, cuyos
límites todavía no conocemos. Pero los astrónomos continúan investigando ...
Formación del Sistema Solar

Es difícil precisar el origen del Sistema Solar. Los científicos creen que puede situarse hace unos 4.650
millones de años. Según la teoría de Laplace, una inmensa nube de gas y polvo se contrajo a causa de la
fuerza de la gravedad y comenzó a girar a gran velocidad, probablemente, debido a la explosión de una
supernova cercana.

Origen del Sol

La mayor parte de la materia se acumuló en el centro. La presión era tan elevada que los átomos comenzaron
a partirse, liberando energia y formando una estrella.Al mismo tiempo se iban definiendo algunos remolinos
que, al crecer, aumentaban su gravedad y recogían más materiales en cada vuelta.

Origen de los Planetas

También había muchas colisiones. Millones de objetos se acercaban y se unían o chocaban con violencia y se
partían en trozos. Los encuentros constructivos predominaron y, en sólo 100 millones de años, adquirió un
aspecto semejante al actual. Después cada cuerpo continuó su propia evolución.

Cualquier teoría que pretenda explicar la formación del Sistema Solar deberá tener en cuenta que el Sol gira
lentamente y sólo tiene 1 por ciento del momento angular, pero tiene el 99,9% de su masa, mientras que los
planetas tienen el 99% del momento angular y sólo un 0,1% de la masa.

Hay cinco teorías consideradas razonables:

La teoría de Acreción asume que el Sol pasó a través de una densa nube interestelar, y emergió rodeado de un
envoltorio de polvo y gas.

La teoría de los Proto-planetas dice que inicialmente hubo una densa nube interestelar que formó un cúmulo.
Las estrellas resultantes, por ser grandes, tenian bajas velocidades de rotación, en cambio los planetas,
formados en la misma nube, tenían velocidades mayores cuando fueron capturados por las estrellas, incluido
el Sol

La teoría de Captura explica que el Sol interactuó con una proto-estrella cercana, sacando materia de esta. La
baja velocidad de rotación del Sol, se explica como debida a su formación anterior a la de los planetas.

La teoría Laplaciana Moderna asume que la condensación del Sol contenía granos de polvo sólido que, a
causa del roce en el centro, frenaron la rotación solar. Después la temperatura del Sol aumentó y el polvo se
evaporó.

La teoría de la Nebulosa Moderna se basa en la observación de estrellas jóvenes, rodeadas de densos discos
de polvo que se van frenando. Al concentrarse la mayor parte de la masa en el centro, los trozos exteriores,
ya separados, reciben más enrgía y se frenan menos, con lo que aumenta la diferencia de velocidades.
El Sol
Es la estrella más cercana a la Tierra y el mayor elemento del Sistema Solar.
Las estrellas son los únicos cuerpos del Universo que emiten luz. El Sol es
también nuestra principal fuente de energía, que se manifesta, sobre todo, en
forma de luz y calor.

El Sol contiene más del 99% de toda la materia del Sistema Solar. Ejerce una
fuerte atracción gravitatoria sobre los planetas y los hace girar a su alrededor.

El Sol se formó hace 4.650 millones de años y tiene combustible para 5.000
millones más. Después, comenzará a hacerse más y más grande, hasta
convertirse en una gigante roja. Finalmente, se hundirá por su propio peso y
se convertirá en una enana blanca, que puede tardar un trillón de años en
enfriarse.

Datos básicos El Sol La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 695.000 km. 6.378 km.
Periodo de rotación sobre el eje de 25 a 36 días * 23,93 horas
Masa comparada con la Tierra 332.830 1
Temperatura media superficial 6000 º C 15 º C
Gravedad superficial en la fotosfera 274 m/s2 9,78 m/s2

* El periodo de rotación de la superficie del Sol va desde los 25 dias en el


ecuador hasta los 36 dias cerca de los polos. Más adentro parece que todo gira
cada 27 días.

El Sol (todo el Sistema Solar) gira alrededor del centro de la Via Láctea,
nuestra galaxia. Da una vuelta cada 200 millones de años. Ahora se mueve
hacia la constelación de Hércules a 19 Km./s.

Actualmente el Sol se estudia desde satélites, como el Observatorio


Heliosférico y Solar (SOHO), dotados de instrumentos que permiten apreciar
aspectos que, hasta ahora, no se habían podido estudiar.

Además de la observación con telescopios convencionales, se utilizan: el coronógrafo, que analiza la corona
solar, el telescopio ultravioleta extremo, capaz de detectar el campo magnético, y los radiotelescopios, que
detectan diversos tipos de radiación que resultan imperceptibles para el ojo humano
Estructura y composición del Sol
Desde la Tierra sólo vemos la capa exterior. Se llama fotosfera y tiene una
temperatura de unos 6.000 ºC, con zonas más frías (4.000 ºC) que llamamos
manchas solares. El Sol es una bola que puede dividirse en capas concéntricas.
De dentro a fuera son:

Núcleo: es la zona del Sol donde se produce la fusión nuclear debido a la alta
temperatura, es decir, el generador de la energía del Sol.

Zona Radiativa:: las partículas que transportan la energía (fotones) intentan


escapar al exterior en un viaje que puede durar unos 100.000 años debido a
que éstos fotones son absorbidos continuamente y reemitidos en otra dirección
distinta a la que tenían.

Zona Convectiva: en ésta zona se produce el fenómeno de la convección, es decir, columnas de gas caliente
ascienden hasta la superficie, se enfrían y vuelven a descender.

Fotosfera: es una capa delgada, de unos 300 Km, que es la parte del Sol que nosotros vemos, la superfície.
Desde aquí se irradia luz y calor al espacio. La temperatura es de unos 5.000°C. En la fotosfera aparecen las
manchas oscuras y las fáculas que son regiones brillantes alrededor de las manchas, con una temperatura
superior a la normal de la fotosfera y que están relacionadas con los campos magnéticos del Sol.

Cromosfera: sólo puede ser vista en la totalidad de un eclipse de Sol. Es de color rojizo, de densidad muy
baja y de temperatura altísima, de medio millon de grados. Esta formada por gases enrarecidos y en ella
existen fortísimos campos magnéticos.

Corona: capa de gran extensión, temperaturas altas y de bajísima densidad. Está formada por gases
enrarecidos y gigantescos campos magnéticos que varían su forma de hora en hora. Ésta capa es
impresionante vista durante la fase de totalidad de un eclipse de Sol.

Componentes químicos Símbolo %


Hidrógeno H 92,1
Helio He 7,8
Oxígeno O 0,061
Carbono C 0,03
Nitrógeno N 0,0084
Neón Ne 0,0076
Hierro Fe 0,0037
Silicio Si 0,0031
Magnesio Mg 0,0024
Azufre S 0,0015
Otros 0,0015
La Energía Solar

La energía solar se crea en el interior del Sol, donde la temperatura llega a los 15 millones de grados, con una
presión altísima, que provoca reacciones nucleares. Se liberan protones (núcleos de hidrógeno), que se
funden en grupos de cuatro para formar partículas alfa (núcleos de helio).

Cada partícula alfa pesa menos que los cuatro protones juntos. La diferencia se expulsa hacia la superficie del
Sol en forma de energía. Un gramo de materia solar libera tanta energía como la combustión de 2,5 millones
de litros de gasolina.

La energía generada en el centro del Sol tarda un millón de años para alcanzar la superficie solar. Cada
segundo se convierten 700 millones de toneladas de hidrógeno en cenizas de helio. En el proceso se liberan 5
millones de toneladas de energía pura; por lo cual, el Sol cada vez se vuelve más ligero.

El Sol también absorbe materia. Es tan grande y tiene tal fueza que a menudo atrae a los asteroides y cometas
que pasan cerca. Naturalmente, cuando caen al Sol, se desintegran y pasan a formar parte de la estrella.
Actividad solar
Manchas Solares
Las manchas solares tienen una parte central obscura conocida como umbra,
rodeada de una región más clara llamada penumbra. Las manchas solares son
obscuras ya que son más frías que la fotosfera que las rodea.

Las manchas son el lugar de fuertes campos magnéticos. La razón por la cual las
manchas solares son frías no se entiende todavía, pero una posibilidad es que el
campo magnético en las manchas no permite la convección debajo de ellas.

Las manchas solares generalmente crecen y duran desde varios días hasta varios
meses. Las observaciones de las manchas solares reveló primero que el Sol rota
en un período de 27 días (visto desde la Tierra).

El número de manchas solares en el Sol no es constante, y cambia en un período de 11 años conocido como
el ciclo solar. La actividad solar está directamente relacionada con este ciclo.

Protuberancias solares
Las protuberancias solares son enormes chorros de gas caliente expulsados
desde la superficie del Sol, que se extienden a muchos miles de kilómetros.
Las mayores llamaradas pueden durar varios meses.

El campo magnético del Sol desvia algunas protuberancias que forman así un
gigantesco arco. Se producen en la cromosfera que está a unos 100.000
grados de temperatura.

Las protuberancias son fenómenos espectaculares. Aparecen en el limbo del


Sol como nubes flameantes en la alta atmósfera y corona inferior y están
constituidas por nubes de materia a temperatura más baja y densidad más alta que la de su alrededor.

Las temperaturas en su parte central son, aproximadamente, una centésima parte de la temperatura de la
corona, mientras que su densidad es unas 100 veces la de la corona ambiente. Por lo tanto, la presión del gas
dentro de una protuberancia es aproximadamente igual a la de su alrededor.

El viento solar

El viento solar es un flujo de partículas cargadas, principalmente protones y electrones, que escapan de la
atmósfera externa del sol a altas velocidades y penetran en el Sistema Solar.

Algunas de estas partículas cargadas quedan atrapadas en el campo magnético terrestre girando en espiral a
lo largo de las líneas de fuerza de uno a otro polo magnético. Las auroras boreales y australes son el resultado
de las interacciones de estas partículas con las moléculas de aire.

La velocidad del viento solar es de cerca de 400 kilómetros por segundo en las cercanías de la órbita de la
Tierra. El punto donde el viento solar se encuentra que proviene de otras estrellas se llama heliopausa, y es el
límite teórico del Sistema Solar. Se encuantra a unas 100 UA del Sol. El espacio dentro del límite de la
heliopausa, conteniendo al Sol y al sistema solar, se denomina heliosfera.
Los Planetas

Los planetas giran alrededor del Sol. No tienen luz propia, sino que reflejan la luz solar.

Los planetas tienen diversos movimientos. Los más importantes son dos: el de rotación y el de translación.
Por el de rotación, giran sobre sí mismos alrededor del eje. Ésto determina la duración del día del planeta.
Por el de translación, los planetas describen órbitas alrededor del Sol. Cada órbita es el año del planeta. Cada
planeta tarda un tiempo diferente para completarla. Cuanto más lejos, más tiempo. Giran casi en el mismo
plano, excepto Plutón, que tiene la órbita más inclinada, excéntrica y alargada.

Forma y tamaño de los planetas

Los planetas tienen forma casi esférica, como una pelota un poco aplanada por los polos.

Los materiales compactos están en el núcleo. Los gases, si hay, forman una atmosfera sobre la superficie.
Mercurio, Venus, la Tierra, Marte y Plutón son planetas pequeños y rocosos, con densidad alta. Tienen un
movimiento de rotación lento, pocas lunas (o ninguna) y forma bastante redonda. Júpiter, Saturno, Urano y
Neptuno, los gigantes gaseosos, son enormes y ligeros, hechos de gas y hielo. Estos planetas giran deprisa y
tienen muchos satélites, más abultamiento ecuatorial y anillos.

Radio Distancia Periodo de Inclinación Inclin.


Planetas ecuatorial al Sol (km.) Lunas Rotación Órbita del eje orbital
Mercurio 2.440 km. 57.910.000 0 58,6 dias 87,97 dias 0,00 º 7,00 º
Venus 6.052 km. 108.200.000 0 -243 dias 224,7 dias 177,36 º 3,39 º
La Tierra 6.378 km. 149.600.000 1 23,93 horas 365,256 dias 23,45 º 0,00 º
Marte 3.397 km. 227.940.000 2 24,62 horas 686,98 dias 25,19 º 1,85 º
Júpiter 71.492 km. 778.330.000 63 9,84 horas 11,86 años 3,13 º 1,31 º
Saturno 60.268 km. 1.429.400.000 33 10,23 horas 29,46 años 25,33 º 2,49 º
Urano 25.559 km. 2.870.990.000 27 17,9 horas 84,01 años 97,86 º 0,77 º
Neptuno 24.746 km. 4.504.300.000 13 16,11 horas 164,8 años 28,31 º 1,77 º
Plutón 1.160 km. 5.913.520.000 1 -6,39 días 248,54 años 122,72 º 17,15 º
Formación de los planetas

Los planetas se formaron hace unos 4.650 millones de años, al mismo tiempo que el Sol.

En general, los materiales ligeros que no se quedaron en el Sol se alejaron más que los pesados. En la nube
de gas y polvo original, que giraba en espirales, había zonas más densas, proyectos de lo que más tarde
formarían los planetas. La gravedad y las colisiones llevaron más materia a estas zonas y el movimiento
rotatorio las redondeó. Después, los materiales y las fuerzas de cada planeta se fueron reajustando, y todavía
lo hacen. Los planetas y todo el Sistema Solar continúan cambiando de aspecto. Sin prisa, pero sin pausa.
Los planetas rocosos

Los planetas rocosos son los cuatro más interiores en el Sistema Solar: Mercurio, Venus, la
Tierra y Marte. Se les llama rocosos o terrestres porque tienen una superficie rocosa
compacta, como la de la Tierra. Venus, Tierra, y Marte tienen atmósferas más o menos
significativas, mientras que Mercurio casi no tiene.

Se ha producido una selección muy alta de la materia, dando lugar a productos como uranio,
torio, y potasio, con núcleos inestables que acompañan fenómenos de fisión radiactiva. Estos
elementos han desarrollado el suficiente calor como para generar vulcanismo y procesos
tectónicos importantes. Algunos son todavía activos y han borrado los rasgos de su superficie
original.

Más allá de Marte se extiende una enorme distancia hasta Júpiter, ocupada por miles de
fragmentos rocosos (asteroides) que forman una especie de cinturón, como si se tratase de un
planeta fragmentado o los trozos que nunca se llegaron a unir para formarlo.
Mercurio
Es el planeta más cercano al Sol y el segundo más pequeño del Sistema Solar.
Mercurio es menor que la Tierra, pero más grande que la Luna.

Si nos situásemos sobre Mercurio, el Sol nos parecería dos veces y media más
grande. El cielo, sin embargo, lo veríamos siempre negro, porque no tiene
atmósfera que pueda dispersar la luz.

Los romanos le pusieron el nombre del mensajero de los dioses porque se


movía más rápido que los demás planetas. Da la vuelta al Sol en menos de
tres meses. En cambio, Mercurio gira lentamente sobre su eje, una vez cada
58 días y medio. Antes lo hacía más rápido, pero la influencia del Sol le ha
ido frenando.

Datos básicos Mercurio La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 2.440 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 57.910.000 km. 149.600.000 km.
Dia: periodo de rotación sobre el eje 1.404 horas 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 87,97 dias 365,256 dias
Temperatura media superficial 179 º C 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 2,78 m/s2 9,78 m/s2

Cuando un lado de Mercurio está de cara al Sol, llega a temperaturas superiores a los 425 ºC. Las zonas en
sombra bajan hasta los 170 bajo cero. Los polos se mantienen siempre muy fríos. Esto lleva a pensar que
puede haber agua (congelada, claro).

La superficie de Mercurio es semejante a la de la Luna. El paisaje está lleno de cráteres y grietas, en medio
de marcas ocasionadas por los impactos de los meteoritos.

La presencia de campo magnético indica que Mercurio tiene un núcleo metálico, parcialmente líquido. Su
alta densidad, la misma que la de la Tierra, indica que este núcleo ocupa casi la mitad del volumen del
planeta.
Venus
Es el segundo planeta del Sistema Solar y el más semejante a La Tierra por su
tamaño, masa, densidad y volumen. Los dos se formaron en la misma época, a
partir de la misma nebulosa.

Sin embargo, es diferente de la Tierra. No tiene océanos y su densa atmósfera


provoca un efecto invernadero que eleva la temperatura hasta los 480 ºC. Es
abrasador.

Los primeros astrónomos pensaban que Venus eran dos cuerpos diferentes
porque, unas veces se ve un poco antes de salir el Sol y, otras, justo después
de la puesta.

Venus gira sobre su eje muy lentamente y en sentido contrario al de los otros planetas. El Sol sale por el
oeste y se pone por el este, al revés de lo que ocurre en La Tierra. Además, el día en Venus dura más que el
año.

Datos básicos Venus La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 6.052 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 108.200.000 km. 149.600.000 km.
Dia: periodo de rotación sobre el eje -243 días 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 224,7 días 365,256 días
Temperatura media superficial 482 º C 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 8,87 m/s2 9,78 m/s2

La superficie de Venus es relativamente joven, entre 300 y 500 millones de años. Tiene amplísimas llanuras,
atravesadas por enormes rios de lava, y algunas montañas.

Venus tiene muchos volcanes. El 85% del planeta está cubierto por roca volcánica. La lava ha creado surcos,
algunos muy largos. Hay uno de 7.000 km.

En Venus también hay cráteres de los impactos de los meteoritos. Sólo de los grandes, porque los pequeños
se deshacen en la espesa atmósfera.

Las fotos muestran el terreno brillante, como si estuviera mojado. Pero Venus no puede tener agua líquida, a
causa de la elevada temperatura. El brillo lo provocan compuestos metálicos.

En marzo de 1982, la nave rusa Venera 13 resistió durante dos horas, enviando imágenes como ésta. En la
parte inferior derecha se ve un trozo de la nave sobre el planeta Venus.
La Tierra
Es nuestro planeta y el único habitado. Está en la ecosfera, un espacio que
rodea al Sol y que tiene las condiciones necesarias para que exista vida.

La Tierra es el mayor de los planetas rocosos. Eso hace que pueda retener una
capa de gases, la atmósfera, que dispersa la luz y absorbe calor. De día evita
que la Tierra se caliente demasiado y, de noche, que se enfríe.

Siete de cada diez partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua. Los
mares y océanos también ayudan a regular la temperatura. El agua que se
evapora forma nubes y cae en forma de lluvia o nieve, formando rios y lagos.
En los polos, que reciben poca energía solar, el agua se hiela y forma los
casquetes polares. El del sur és más grande y concentra la mayor reserva de agua dulce.

La Tierra no es una esfera perfecta, sino que tiene forma de pera. Cálculos basados en las perturbaciones de
las órbitas de los satélites artificiales revelan que el ecuador se engrosa 21 km; el polo norte está dilatado 10
m y el polo sur está hundido unos 31 metros.

Datos básicos La Tierra Orden


Tamaño: radio ecuatorial 6.378 km. 5º
Distancia media al Sol 149.600.000 km. 3º.
Dia: periodo de rotación sobre el eje 23,93 horas 5º.
Año: órbita alrededor del Sol 365,256 dias 3º.
Temperatura media superficial 15 º C 7º.
Gravedad superficial en el ecuador 9,78 m/s2 5º.

Formación de la Tierra
La Tierra se formó hace unos 4.650 millones de años, junto con todo el Sistema Solar. Aunque las piedras
más antiguas de la Tierra no tienen más de 4.000 millones de años, los meteoritos, que se corresponden
geológicamente con el núcleo de la Tierra, dan fechas de unos 4.500 millones de años, y la cristalización del
núcleo y de los cuerpos precursores de los meteoritos, se cree que ocurrió al mismo tiempo, unos 150
millones de años después de formarse la Tierra y el Sistema Solar.

Después de condensarse a partir del polvo cósmico y del gas mediante la atracción gravitacional, la Tierra era
casi homogénea y bastante fría. Pero la continuada contracción de materiales y la radiactividad de algunos de
los elementos más pesados hizo que se calentara.

Después, comenzó a fundirse bajo la influencia de la gravedad, produciendo la diferenciación entre la


corteza, el manto y el núcleo, con los silicatos más ligeros moviéndose hacia arriba para formar la corteza y
el manto y los elementos más pesados, sobre todo el hierro y el níquel, cayendo hacia el centro de la Tierra
para formar el núcleo.

Al mismo tiempo, la erupción de los numerosos volcanes, provocó la salida de vapores y gases volátiles y
ligeros. Algunos eran atrapados por la gravedad de la Tierra y formaron la atmósfera primitiva, mientras que
el vapor de agua condensado formó los primeros océanos.

Magnetismo de la Tierra
El magnetismo terrestre significa que la Tierra se comporta como un enorme imán. El físico inglés William
Gilbert fue el primero que lo señaló, en 1600, aunque los efectos del magnetismo terrestre se habían utilizado
mucho antes en las brújulas primitivas.

La Tierra está rodeada por un potente campo magnético, como si el planeta tuviera un enorme imán en su
interior cuyo polo sur estuviera cerca del polo norte geográfico y viceversa. Por paralelismo con los polos
geográficos, los polos magnéticos terrestres reciben el nombre de polo norte magnético y polo sur magnético,
aunque su magnetismo real sea opuesto al que indican sus nombres.

El polo norte magnético se sitúa hoy cerca de la costa oeste de la isla Bathurst en los Territorios del Noroeste
en Canadá. El polo sur magnético está en el extremo del continente antártico en Tierra Adelia.

Las posiciones de los polos magnéticos no son constantes y muestran notables cambios de año en año. Las
variaciones en el campo magnético de la Tierra incluyen el cambio en la dirección del campo provocado por
el desplazamiento de los polos. Esta es una variación periódica que se repite cada 960 años. También existe
una variación anual más pequeña.
Estructura de la Tierra
La corteza del planeta Tierra está formada por placas que flotan sobre el
manto, una capa de materiales calientes y pastosos que, a veces, salen por una
grieta formando volcanes.

La densidad y la presión aumentan hacia el centro de la Tierra. En el núcleo


están los materiales más pesados, los metales. El calor los mantiene en estado
líquido, con fuertes movimientos. El núcleo interno es sólido.

Las fuerzas internas de la Tierra se notan en el exterior. Los movimientos


rápidos originan terremotos. Los lentos forman plegamientos, como los que
crearon las montañas.

El rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan un campo magnético que, junto a la atmosfera,
nos protege de las radiaciones nocivas del Sol y de las otras estrellas.

Capas de la Tierra
Desde el exterior hacia el interior podemos dividir la Tierra en cinco partes:

Atmósfera: Es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Tiene un grosor de más de 1.100
km, aunque la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más bajos.

Hidrosfera: Se compone principalmente de océanos, pero en sentido estricto comprende todas las superficies
acuáticas del mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La profundidad media de los
océanos es de 3.794 m, más de cinco veces la altura media de los continentes.

Litosfera: Compuesta sobre todo por la corteza terrestre, se extiende hasta los 100 km de profundidad. Las
rocas de la litosfera tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se componen casi por completo de
11 elementos, que juntos forman el 99,5% de su masa. El más abundante es el oxígeno, seguido por el silicio,
aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio, titanio, hidrógeno y fósforo. Además, aparecen otros 11
elementos en cantidades menores del 0,1: carbono, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio,
níquel, estroncio y vanadio. Los elementos están presentes en la litosfera casi por completo en forma de
compuestos más que en su estado libre.

La litosfera comprende dos capas, la corteza y el manto superior, que se dividen en unas doce placas
tectónicas rígidas. El manto superior está separado de la corteza por una discontinuidad sísmica, la
discontinuidad de Mohorovicic, y del manto inferior por una zona débil conocida como astenosfera. Las
rocas plásticas y parcialmente fundidas de la astenosfera, de 100 km de grosor, permiten a los continentes
trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y cerrarse.

Manto: Se extiende desde la base de la corteza hasta una profundidad de unos 2.900 km. Excepto en la zona
conocida como astenosfera, es sólido y su densidad, que aumenta con la profundidad, oscila de 3,3 a 6. El
manto superior se compone de hierro y silicatos de magnesio como el olivino y el inferior de una mezcla de
óxidos de magnesio, hierro y silicio.

Núcleo: Tiene una capa exterior de unos 2.225 km de grosor con una densidad relativa media de 10. Esta
capa es probablemente rígida y su superficie exterior tiene depresiones y picos. Por el contrario, el núcleo
interior, cuyo radio es de unos 1.275 km, es sólido. Ambas capas del núcleo se componen de hierro con un
pequeño porcentaje de níquel y de otros elementos. Las temperaturas del núcleo interior pueden llegar a los
6.650 °C y su densidad media es de 13.

El núcleo interno irradia continuamente un calor intenso hacia afuera, a través de las diversas capas
concéntricas que forman la porción sólida del planeta. La fuente de este calor es la energía liberada por la
desintegración del uranio y otros elementos radiactivos. Las corrientes de convección dentro del manto
trasladan la mayor parte de la energía térmica de la Tierra hasta la superficie.
Movimientos de la Tierra
La órbita de la Tierra es elíptica: hay momentos en que se encuentra más cerca del
Sol y otros en que está más lejos. Además, el eje de rotación del planeta está un
poco inclinado respecto al plano de la órbita. Al cabo del año parece que el Sol sube
y baja.

El camino aparente del Sol se llama eclíptica, y pasa sobre el ecuador de la Tierra a
principios de la primavera y del otoño. Estos puntos son los equinocios. En ellos el
día y la noche duran igual. Los puntos de la eclíptica más alejados del ecuador se
llaman solsticios, y señalan el principio del invierno y del verano.

Cerca de los solsticios, los rayos solares caen más verticales sobre uno de los dos hemisferios y lo calientan
más. Es el verano. Mientras, el otro hemisferio de la Tierra recibe los rayos más inclinados, han de atravesar
más trozo de atmosfera y se enfrían antes de llegar a tierra. Es el invierno.

Al igual que todo el Sistema Solar, la Tierra se mueve por el espacio a unos 20,1 km/s o 72,360 km/h hacia la
constelación de Hércules. Sin embargo, la Vía Láctea como un todo, se mueve hacia la constelación de Leo a
600 km/s.

Traslación: La Tierra y la Luna giran juntas en una órbita elíptica alrededor del Sol. La excentricidad de la
órbita es pequeña, tanto que la órbita es prácticamente un círculo. La circunferencia aproximada de la órbita
de la Tierra es de 938.900.000 km y nuestro planeta viaja a lo largo de ella a una velocidad de unos 106.000
km/h.

Rotación: La Tierra gira sobre su eje una vez cada 23 horas, 56 minutos y 4,1 segundos. Por lo tanto, un
punto del ecuador gira a poco más de 1.600 km/h y un punto de la Tierra a 45° de altitud N, gira a unos 1.073
km/h.

Otros movimientos: Además de estos movimientos primarios, hay otros componentes en el movimiento
total de la Tierra como la precesión de los equinoccios y la nutación, una variación periódica en la
inclinación del eje de la Tierra provocada por la atracción gravitacional del Sol y de la Luna.
Meteoritos
La palabra meteorito significa fenómeno del cielo y describe la luz que se
produce cuando un fragmento de materia extraterrestre entra a la atmosfera de
la Tierra y se desintegra.

La palabra meteoroide se aplica a la propia partícula, sin hacer referencia al


fenómeno que se produce cuando entra a la atmosfera. Hay muchísimos
meteoroides y pocos meteoritos. Algunos de los meteoritos que se han
estudiado parece que venían de la Luna y otros de Marte. La mayoría, sin
embargo, son fragmentos de asteroides o de cometas.

También hay corrientes de meteoroides, que se han formado por la desintegración de núcleos de cometas.
Cuando coinciden con la Tierra se origina una lluvia de meteoritos (o, si es muy intensa, una tempestad) que
puede durar unos cuantos días.

Cada día entran en la atmósfera terrestre una gran cantidad de meteoroides,


varios cientos de toneladas de materia. Pero la mayoría son muy pequeños.
Sólo los grandes alcanzan la superficie para convertirse en meteoritos. El
mayor meteorito encontrado (Hoba, en Namibia) pesa 60 toneladas.

Los meteoroides entran en la atmósfera a una velocidad media que oscila


entre 10 y 70 km/s. Los pequeños y medianos se frenan rápidamente hasta
unos cientos de km/hora debido a la fricción, y cuando caen a tierra (si
llegan) lo hacen con poca fuerza. Solamente los grandes conservan la
velocidad suficiente para dejar un cráter.

Hay tres clases de meteoritos: los litosideritos estan formados por materiales rocosos y hierro. Constituyen
apenas un uno por ciento de los meteoritos. Los meteoritos rocosos, formados solamente por rocas, son los
más abundantes. Los meteoritos ferrosos, un 6% del total, contienen gran cantidad de hierro.

El estudio de meteoritos revela datos interesantes. Son buenos ejemplos de la materia primitiva del Sistema
Solar, aunque en algunos casos sus propiedades han sido alteradas.

El único hierro que conocían los humanos antes de inventar la forja provenía de los meteoritos. Los
minerales terrestres que contienen hierro no tienen resistencia. El hierro extraterrestre nos puso en la pista de
la metalúrgia.

Algunas catástrofes del pasado pueden haber sido causadas por meteoritos, como la extinción de los
dinosaurios del Cretaceo, hace 65 millones de años, provocada por la caída de un meteorito de unos 10 Km.
de diámetro. O, al menos, así lo creen algunos astrónomos.
La Luna
La luna es el único satélite natural de la Tierra y el único cuerpo del Sistema
Solar que podemos ver en detalle a simple vista o con instrumentos sencillos.

La Luna refleja la luz solar de manera diferente según donde se encuentre. Gira
alrededor de la Tierra y sobre su eje en el mismo tiempo: 27 dias, 7 horas y 43
minutos. Esto hace que nos muestre siempre la misma cara.

No tiene atmosfera ni agua, por eso su superficie no se deteriora con el tiempo,


si no es por el impacto ocasional de algún meteorito. La Luna se considera
fosilizada.

El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre que pisaba la Luna, formando parte
de la misión Apollo XI. Los proyectos lunares han recogido cerca de 400 kg. de muestras que los científicos
analizan.

Datos básicos La Luna La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 1.737 km. 6.378 km.
Distancia media a La Tierra 384.403 km. -
Día: periodo de rotación sobre el eje 27,32 días 23,93 horas
Órbita alrededor de La Tierra 27,32 días -
Temperatura media superficial (dia) 107 º C 15 º C
Temperatura media superficial (noche) -153 º C
Gravedad superficial en el ecuador 1,62 m/s2 9,78 m/s2

Características de la Luna
La Luna describe su órbita alrrededor de la Tierra a una distancia media de 384.403 km y a una velocidad
media de 3.700 km/h. Aunque aparece brillante a simple vista, sólo refleja en el espacio alrededor del 7% de
la luz que recibe del Sol. Este poder de reflexión, o albedo, es similar al del polvo de carbón.

Los observadores antiguos creían que las regiones oscuras de su superficie eran océanos, dándole el nombre
latino de "mare", que todavía usamos. Las regiones más brillantes se consideraban continentes.

Desde el renacimiento, los telescopios han revelado numerosos detalles de la superficie lunar, y las naves
espaciales han contribuido todavía más a este conocimiento. Hoy sabemos que la Luna tiene cráteres,
cadenas de montañas, llanuras o mares, fracturas, cimas, fisuras lunares y radios.

El mayor cráter es el llamado Bailly, de 295 km de diámetro y 3.960 m de profundidad. El mar más grande es
el Mare Imbrium (mar de las Lluvias), de 1.200 km de diámetro. Las montañas más altas, en las cordilleras
Leibniz y Doerfel, cerca del polo sur, tienen cimas de hasta 6.100 m de altura, comparables a la cordillera del
Himalaya.

El origen de los cráteres lunares se ha debatido durante mucho tiempo. Los estudios muestran que la mayor
parte se formaron por impactos de meteoritos que viajaban a gran velocidad o de pequeños asteroides, sobre
todo durante la era primaria de la historia lunar, cuando el Sistema Solar contenía todavía muchos de estos
fragmentos. Sin embargo, algunos cráteres, fisuras lunares y cimas presentan características que son
indiscutiblemente de origen volcánico.
La Luna, fases y eclipses
El movimiento de la Luna en su órbita alrededor de la Tierra hace que el Sol la ilumine de distinta forma,
según la posición. En algunas ocasiones, el Sol, la Tierra y la Luna se encuentran alineados. Las fases de la
luna determinaron, desde la antigüedad, la medida del tiempo, mientras que los eclipses se tomaron como
acontecimientos espectaculares y trascendentes.

Las fases de la Luna

Dado que la Luna gira alrededor de la Tierra, la luz del Sol le llega desde posiciones diferentes, que se
repiten en cada vuelta. Cuando ilumina toda la cara que vemos se llama luna llena. Cuando no la vemos es la
luna nueva. Entre estas dos fases sólo se ve un trozo de la luna, un cuarto, creciente o menguante.

Las primeras civilizaciones ya medían el tiempo contando las fases de la Luna. Una semana es lo que dura
cada fase, y un mes, aproximadamente, todo el ciclo.

Eclipse de Sol, eclipse de Luna

A veces, el Sol, la Luna y la Tierra se sitúan formando una línea recta. Entonces se producen sombras, de
forma que la de la Tierra cae sobre la Luna o al revés. Son los eclipses.

Cuando la Luna pasa por detrás y se sitúa a la sombra de la Tierra, se produce un Eclipse Lunar (dibujo,
izquierda). Cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol, lo tapa y se produce un Eclipse Solar (dibujo,
derecha).

Si un astro llega a ocultar totalmente al otro, el eclipse es total, si no, es parcial. Algunes veces la Luna se
pone delante del Sol, pero únicamente oculta el centro. Entonces el eclipse tiene forma anular, de anillo.
Marte
Es el cuarto planeta del Sistema Solar. Conocido como el planeta rojo por sus
tonos rosados, los romanos lo identificaban con la sangre y le pusieron el
nombre de su dios de la guerra.

El planeta Marte tiene una atmósfera muy fina, formada principalmente por
dióxido de carbono, que se congela alternativamente en cada uno de los polos.
Contiene sólo un 0,03% de agua, mil veces menos que la Tierra.

Los estudios demuestran que Marte tuvo una atmósfera más compacta, con
nubes y precipitaciones que formaban rios. Sobre la superficie se adivinan
surcos, islas y costas. Las grandes diferencias de temperatura provocan
vientos fuertes. La erosión del suelo ayuda a formar tempestades de polvo y arena que degradan todavía más
la superficie.

Datos básicos Marte La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 3.397 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 227.940.000 km. 149.600.000 km.
Dia: periodo de rotación sobre el eje 24,62 horas 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 686,98 días 365,256 días
Temperatura media superficial -63 º C 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 3,72 m/s2 9,78 m/s2

Antes de la exploración espacial, se pensaba que podía haber vida en Marte. Las observaciones demuestran
que no tiene, aunque podría haberla tenido en el pasado.

En las condiciones actuales, Marte es estéril, no puede tener vida. Su suelo es seco y oxidante, y recibe del
Sol demasiados rayos ultravioletas.

Cuando se halla más cerca de la Tierra, a unos 55 millones de kilómetros, Marte es, después de Venus, el
objeto más brillante en el cielo nocturno. Puede observarse más fácilmente cuando se forma la línea Sol-
Tierra-Marte (cuando está en oposición) y se encuentra cerca de la Tierra, cosa que ocurre cada 15 años.

El tono rojizo de su superficie se debe a la oxidación o corrosión. Las zonas oscuras están formadas por rocas
similares al basalto terrestre, cuya superficie se ha erosionado y oxidado. Las regiones más brillantes parecen
estar compuestas por material semejante, pero contienen partículas más finas, como el polvo.

A causa de la inclinación de su eje y la excentricidad de su órbita, los veranos son cortos y calurosos y los
inviernos largos y fríos. Enormes casquetes brillantes, en apariencia formados por escarcha o hielo, señalan
las regiones polares del planeta.

Se ha seguido el ciclo estacional de Marte durante casi dos siglos. En el otoño marciano se forman nubes
brillantes sobre el polo correspondiente. Una fina capa de dióxido de carbono se deposita sobre el casquete
polar durante el otoño y el invierno, al final del cual el casquete polar puede descender a latitudes de 45°. En
primavera y al final de la larga noche polar, la parte estacional se va deshaciendo y muestra el casquete
helado del invierno, que es permanente.

Además de las nubes de dióxido de carbono helado, en el planeta hay otros tipos de nubes. Se observan
neblinas y nubes de hielo a gran altitud. Estas últimas son el resultado del enfriamiento asociado con las
masas de aire que se alzan por encima de obstáculos elevados. Durante los veranos del sur son especialmente
notables extensas nubes amarillas compuestas de polvo levantado por los vientos.
Las lunas de Marte
Marte tiene dos satélites, Fobos y Deimos. Son pequeños y giran rápido cerca del
planeta. Esto dificultó su descubrimiento a través del telescopio.

Fobos tiene poco más de 27 Km. por el lado más largo. Gira a 9.380 Km. del centro,
es decir, a menos de 6.000 Km. de la superficie de Marte, cada 7 horas y media.
Deimos es la mitad de Fobos y gira a 23.460 Km. del centro en poco más de 30 horas.

La caracteristica mas sobresaliente de Fobos es el cráter Stickney, que mide 10 km de


diámetro. Su superficie está plagada de surcos de poca profundidad, que tienen una
anchura entre 100 y 200 metros, y una profundidad de 20 o 30 metros.

Los pequeños fosos con bordes levantados, aliniados en formaciones paralelas, podrían ser puntos en que el
gas escapó del hielo subterraneo a través de fisuras. Fobos pudo haberse manifestado entonces como un
cometa.

El enorme cráter de Fobos fue producido por un choque que estuvo a punto de destruirlo por completo. El
periodo orbital de Fobos se está reduciendo paulatinamente. Por eso, desciende hacia la superficie marciana 9
metros por siglo, lo que significa que terminará colisionando con Marte dentro de unos 40 millones de años.

Deimos parece ser relativamente liso cuando se contempla a distancia. Sin embargo,
en la realidad está salpicado de pequeños cráteres rellenos de materiales finos. Sus
dimensiones son de 16x12x10 km. A diferencia de Fobos,Deimos no tiene ni un solo
cráter mayor de 2,3 km de diámetro.

El gran parecidoentre Fobos y Deimos con un determindo tipo de asteroides hace


pensar que Marte ha captado dos de ellos, y más si tenemos en cuenta que el cinturón
principal de planetoides está un poco más allá de la orbita de Marte.

Pertubaciones generadas en Júpiter podrían haber empujado algunos cuerpos menores hacia las regiones
interiores del sistema solar, favoreciendo así el proceso de atracción. Sin embargo la forma de las órbitas de
Fobos y Deimos son muy regulares y casi coincidentes con el plano ecuatorial de Marte, por lo que hacen
improbable esta explicación.

Otra hipótesis es que ambos satélites hayan nacido de la ruptura de un único satétlite orbital alrededor de
Marte, como testimonia su forma. Pero aún en el caso de que hubieran surgido de un solo objeto partido por
un impacto, sus orígenes se remontan a miles de millones de años.
Asteroides
Son una serie de objetos rocosos o metálicos que orbitan alrededor del Sol, la
mayoría en el cinturón principal, entre Marte y Júpiter.

Algunos asteroides, sin embargo, tienen órbitas que van más allá de Saturno, otros
se acercan más al Sol que la Tierra. Algunos han chocado contra nuestro planeta.
Cuando entran en la atmosfera, se encienden y se transforman en meteoritos.

A los asteroides también se les llama planetas menores. El más grande es Ceres,
con 1.000 Km. de diámetro. Después, Vesta y Pallas, con 525. Se han encontrado
16 que superan los 240 Km., y muchos pequeños. Gaspra, el de la foto lateral, no
llega a los 35 km de punta a punta, mientras que Ida, abajo, tiene unos 115 Km.

Asteroides Radio Distancia media al Sol Descubrimiento


Ceres 457 km. 413.900.000 km. 1801
Pallas 261 km. 414.500.000 km. 1802
Vesta 262 km. 353.400.000 km. 1807
Hygíea 215 km. 470.300.000 km. 1849
Eunomia 136 km. 395.500.000 km. 1851
Psyche 132 km. 437.100.000 km. 1852
Europa 156 km. 436.300.000 km. 1858
Silvia 136 km. 512.500.000 km. 1866
Ida 58 x 23 km. 270.000.000 km. 1884
Davida 168 km. 475.400.000 km. 1903
Interamnia 167 km. 458.100.000 km. 1910
Gaspra 17 x 10 km. 205.000.000 km. 1916

La masa total de todos los asteroides del Sistema Solar es mucho menor que
la de la Luna. Los cuerpos más grandes son más o menos esféricos, pero los
que tienen diámetros menores de 160 km tienen formas alargadas e
irregulares. La mayoría, independientemente de su tamaño, tardan de 5 a 20
horas en completar un giro sobre su eje. Algunos asteroides tienen
compañeros.

Pocos científicos creen que los asteroides sean los restos de un planeta que
resultó destruido. Lo más probable es que ocupen el lugar en el Sistema Solar
en donde se podría haber formado un planeta de tamaño considerable, lo que no ocurrió por las influencias
disruptivas de Júpiter.

Se cree que la mayoría de los meteoritos recuperados en la Tierra son fragmentos de asteroides. LLos
científicos creen que los asteroides, al igual que los meteoritos, se pueden clasificar en varios tipos:

Las tres cuartas partes de los asteroides visibles desde la Tierra, incluido Ceres, pertenecen al tipo C, y
parecen estar relacionados con una clase de meteoritos conocidos como condritos carbonáceos, que son los
materiales más antiguos del Sistema Solar, con una composición que refleja la de las primitivas nebulosas
solares.

Los asteroides del tipo S, relacionados con los meteoritos pétreos-ferrosos, constituyen aproximadamente el
15% del total.
Mucho más raros son los objetos del tipo M, que corresponden por su composición a los meteoritos ferrosos.
Compuestos de una aleación de hierro y níquel, representan los núcleos de los cuerpos planetarios, a los que
los impactos despojaron de sus capas externas.
Unos pocos asteroides, entre ellos Vesta, quizá estén relacionados con la clase más extraña de meteoritos: los
acondritos. Parecen tener en su superficie una composición semejante a la lava terrestre. Por ello, los
astrónomos están razonablemente seguros de que Vesta, en algún momento de su historia, se reblandeció de
forma parcial.
El cinturón de asteroides
Entre las órbitas de Marte y Júpiter hay una región de 550 millones de
kilómetros en la que orbitan más de 18.000 asteroides. Algunos sateroides
tienen incluso satélites que orbitan a su alrededor. Los asteroides fueron
descubiertos primero teóricamente, tal como sucedió con el descubrimiento de
Neptuno y Plutón. En 1776, el astrónomo alemán Johann D. Titius predijo la
existencia de un planeta entre Marte y Júpiter.

En 1801 Giuseppe Piazi descubrió un cuerpo celeste orbitando a la distancia


predicha anteriormente. El tamaño del objeto, bautizado como Ceres, era
menor de lo esperado (1025 kilómetros), por lo que no se ajustaba
completamente al modelo propuesto. Un año Heinrich Olbers (1758-1840)
descubrió otro asteroide de similares características: Palas.

En 1807, Heinrich Olbers sugirió que, en lugar de un planeta intermedio, existiesen más cuerpos residuales
de un planeta mucho mayor. Hoy sabemos que esto no fue así, sino que estos asteroides son cuerpos que no
llegaron a agregarse durante los comienzos del Sistema Solar para formar un planeta, posiblemente debido a
la enorme fuerza gravitatoria del cercano Júpiter.

Las naves que han navegado a través del cinturón de asteroides han demostrado que está prácticamente vacío
y que las distancias que separan los unos de los otros son enormes.

Los asteroides del cinturón se formaron, según una teoría, a partir de la destrucción de un planeta, un
pequeño planeta. Habría que juntar 2.500 veces los asteroides conocidos para tener la masa de la Tierra.

Según otra teoría, un grupo de unos 50 asteroides se formaron con el resto del Sistema Solar. Después, las
colisiones los han ido fragmentando.

Dentro del cinturón hay lagunas, zonas donde no gira ningún asteroide, a causa de la influencia de Júpiter, el
planeta gigante más cercano.

Los llamados asteroides Troyanos están situados en dos nubes, una que gira 60° por delante de Júpiter, en el
plano de su órbita, y la otra 60° por detrás.

La distribución espacial de los asteroides está condicionada por la presencia de Júpiter. La gravedad de este
planeta gigante crea zonas resonantes en las que se acumulan los asteroides, como los troyanos.

En la imagen se puede ver el asteroide Castalia fotografiado por el Telescopio Espacial Hubble en 12
posiciones
Planetas gigantes gaseosos
Los planetas ligeros o gigantes se localizan en la parte externa del
Sistema Solar. Son planetas constituidos básicamente por
hidrógeno y helio, reflejo de la composición de la nebulosa solar
primigenia. Tienen importantes actividades meteorológicas y
procesos de tipo gravitacional, con un pequeño núcleo y una gran
masa de gas en convección permanente.

A Júpiter, Saturno, Urano, y Neptuno se les conoce como los


planetas Jovianos (relativos a Júpiter), puesto que son gigantescos
comparados con la Tierra, y tienen naturaleza gaseosa como la de
Júpiter. Los planetas Jovianos son también llamados los gigantes
de gas, sin embargo algunos de ellos tienen el centro sólido.

Los grandes planetas, Júpiter y Saturno, poseen sistemas de satélites, que en cierto modo, son
modelos en miniatura del Sistema Solar. Aunque no disponen de fuentes termonucleares de
energía, siguen liberando energía gravitatoria en cantidad superior a la radiación solar que
reciben. Otra característica común, es el poseer anillos formados por pequeñas partículas en
órbitas más cercanas que las de sus satélites.
Júpiter
Es el planeta más grande del Sistema Solar, tiene más materia que todos los
otros planetas juntos y su volumen es mil veces el de la Tierra.

Júpiter tiene un tenue sistema de anillos, invisible desde la Tierra. También


tiene 16 satélites. Cuatro de ellos fueron descubiertos por Galileo en 1610. Era
la primera vez que alguien observaba el cielo con un telescopio.

Júpiter tiene una composición semejante a la del Sol, formada por hidrógeno,
helio y pequeñas cantidades de amoníaco, metano, vapor de agua y otros
compuestos.

La rotación de Jupiter es la más rápida entre todos los planetas y tiene una atmósfera compleja, con nubes y
tempestades. Por ello muestra franjas de diversos colores y algunas manchas.

Datos básicos Júpiter La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 71.492 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 778.330.000 km. 149.600.000 km.
Día: periodo de rotación sobre el eje 9,84 horas 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 11,86 años 1 año
Temperatura media superficial -120 º C 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 22,88 m/s2 9,78 m/s2

La Gran Mancha Roja de Jupiter es una tormenta mayor que el diámetro de la


Terra. Dura desde hace 300 años y provoca vientos de 400 Km/h.

Los anillos de Jupiter son más simples que los de Saturno. Están formados
por partículas de polvo lanzadas al espacio cuando los meteoritos chocan con
las lunas interiores de Júpiter.

Tanto los anillos como las lunas de Júpiter se mueven dentro de un enorme
globo de radiación atrapado en la magnetosfera, el campo magnético del
planeta.

Este enorme campo magnético, que sólo alcanza entre los 3 y 7 millones de
km. en dirección al Sol, se proyecta en dirección contraria más de 750 millones de km., hasta llegar a la
órbita de Saturno.
Las lunas de Júpiter
Hace 400 años, Galileo dirigió su telescopio rudimentario hacia Júpiter y vió que lo acompañaban
tres puntitos. Continuó mirando y, cuatro días más tarde, descubrió otro. No podian ser estrellas,
porque había observado que giraban alrededor del planeta. Eran satélites y, hasta entonces, no se
conocía ningún otro planeta que los tuviera (salvo el nuestro, claro).

Después se han descubierto 12 lunas más, todas pequeñas, hasta completar un total de 16. Las naves Voyager
estudiaron y fotografiaron el sistema de Júpiter en 1979. Después, en 1996 se puso en marcha un nuevo
proyecto que permitiria observar Júpiter y sus lunas una buena temporada. Al proyecto, naturalmente, se le
llamó Galileo.

Las observaciones realizadas por las sondas que se han acercado a Júpiter han permitido localizar otros
muchos perqueños satélites de Júpiter. Hasta un total de 63 se habían descubierto en agosto de 2004.

Satélites de Júpiter Radio (km) Distancia (km)


Metis 20 127,969
Adrastea 12.5x10x7.5 128,971
Amaltea 135x84x75 181,300
Tebe 55x45 221,895
Io 1,815 421,600
Europa 1,569 670,900
Ganimedes 2,631 1,070,000
Calisto 2,400 1,883,000
Leda 8 11,094,000
Himalia 93 11,480,000
Lisitea 18 11,720,000
Elara 38 11,737,000
Ananke 15 21,200,000
Carm 20 22,600,000
Pasifae 25 23,500,000
Sinope 18 23,700,000

Ganímedes: Es el satélite más grande de Júpiter y también del Sistema Solar, con 5.262 Km. de diámetro,
mayor que Plutón y que Mercurio. Gira a unos 1.070.000 Km. del planeta en poco más de siete días.

Parece que tiene un núcleo rocoso, un manto de agua helada y una corteza de roca y hielo, con montañas,
valles, cráteres y rios de lava.

Calisto: Tiene un diámetro de 4.800 km., casi igual que Mercurio, y gira a 1.883.000 Km. de Júpiter, cada 17
días. Es el satélite con más cráteres del Sistema Solar.

Está formado, a partes iguales, por roca y agua helada. El océano helado disimula los cráteres. Es el que tiene
la densidad más baja de los cuatro satélites de Galileo.

Io: Io tiene 3.630 Km. de diámetro y gira a 421.000 Km. de Júpiter en poco más de un día y medio. Su órbita
se ve afectada por el campo magnético de Júpiter y por la proximidad de Europa y Ganímedes.

Es rocoso, con mucha actividad volcánica. Su temperatura global es de -143ºC, pero hay una zona, un lago de
lava, con 17ºC.

Europa: Tiene 3.138 Km. de diámetro. Su órbita se sitúa entre Io y Ganímedes, a 671.000 Km. de Jupiter.
Da una vuelta cada tres días y medio.

El aspecto de Europa es el de una bola helada con líneas marcadas sobre la superficie del satélite.
Probablemente son fracturas de la corteza que se han vuelto a llenar de agua y se han helado.
Saturno
Saturno es el segundo planeta más grande del Sistema Solar y el único con
anillos visibles desde la Tierra. Se ve claramente achatado por los polos a
causa de la rápida rotación.

La atmósfera es de hidrógeno, con un poco de helio y metano. Es el único


planeta que tiene una densidad menor que el agua. Si encontrásemos un
océano suficientemente grande, Saturno flotaría.

El color amarillento de las nubes tiene bandas de otros colores, como Júpiter,
pero no tan marcadas. Cerca del ecuador de Saturno el viento sopla a 500
Km/h.

Los anillos le dan un aspecto muy bonito. Tiene dos brillantes, A y B, y uno más suave, el C. Entre ellos hay
aberturas. La mayor es la División de Cassini.

Datos básicos Saturno La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 60.268 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 1.429.400.000 km. 149.600.000 km.
Día: periodo de rotación sobre el eje 10,23 horas 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 29,46 años 1 año
Temperatura media superficial -125 º C 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 9,05 m/s2 9,78 m/s2

Cada anillo principal está formado por muchos anillos estrechos. Su composición es dudosa, pero sabemos
que contienen agua. Podrían ser icebergs o bolas de nieve, mezcladas con polvo.

En 1850, el astrónomo Edouard Roche estudiaba el efecto de la gravedad de los planetas sobre sus satélites, y
calculó que, cualquier materia situada a menos de 2,44 veces el radio del planeta, no se podría aglutinar para
formar un cuerpo, y, si ya era un cuerpo, se rompería.

El anillo interior de Saturno, C, está a 1,28 veces el radio, y el exterior, el A, a 2,27. Los dos están dentro del
límite de Roche, pero su origen todavía no se ha determinado. Con la materia que contienen se podría formar
una esfera de un tamaño parecido al de la Luna.

El origen de los anillos de Saturno no se conoce con exactitud. Podrían haberse formado a partir de satélites
que sufrieron impactos de cometas y meteoroides. Cuatrocientos años después de su descubrimiento, los
impresionantes anillos de Saturno siguen siendo un misterio.

La elaborada estructura de los anillos se debe a la fuerza de gravedad de los satélites cercanos, en
combinación con la fuerza centrífuga que genera la propia rotación de Saturno.

Las partículas que forman los anillos de Saturno tienen tamaños que van desde la medida microscópica hasta
trozos como una casa. Con el tiempo, van recogiendo restos de cometas y asteroides. Si fuesen muy viejos,
estarían oscuros por la acumulación de polvo. El hecho que sean brillantes indica que son jóvenes.
Las lunas de Saturno
Saturno tiene, oficialmente, 33 satélites. Las recientes observaciones a través del Telescopio
Espacial Hubble (HST) y las fotos enviadas por el Voyager han mostrado cuatro o cinco cuerpos
cerca de Saturno que podrían ser nuevas lunas, pero todavía no se ha confirmado. Los siete años
de viaje de la sonda Cassini también han dado sus frutos. La NASA informó en agosto de 2004
que la sonda había descubierto dos nuevas lunas en los anillos de Saturno, con lo cual, suman 33, de
momento.

La densidad de los satélites de Saturno es muy baja y, además, reflejan mucha luz. Esto hace pensar que la
meteria más abundante es el agua congelada, casi un 70%, y el resto son rocas.

Satélites de Saturno Radio (km) Distancia (km)


Pan 9.655 133,583
Atlas 20x15 137,640
Prometeo 72.5x42.5x32.5 139,350
Pandora 57x42x31 141,700
Epimeteo 72x54x49 151,422
Jano 98x96x75 151,472
Mimas 196 185,520
Encélado 250 238,020
Tetis 530 294,660
Telesto 17x14x13 294,660
Calipso 17x11x11 294,660
Dione 560 377,400
Helena 18x16x15 377,400
Rea 765 527,040
Titán 2,575 1,221,850
Hiperión 205x130x110 1,481,000
Japeto 730 3,561,300
Febe 110 12,952,000

Titán: Es el mayor de los satélites de Saturno y el segundo del Sistema Solar, con un diámetro de 5.150 Km.

Tiene una atmósfera más densa que la de La Tierra, formada por nitrógeno e hidrocarburos que le dan un
color naranja. Gira alrededor de Saturno a 1.222.000 Km., en poco menos de 16 días.

Rea: Tiene 1.530 Km. de diámetro y gira a 527.000 Km. de Saturno cada cuatro días y medio. Tiene un
pequeño núcleo rocoso. El resto es un océano de agua helada, con temperaturas que van de los 174 a los 220
ºC bajo cero.

Los cráteres provocados por los meteoritos duran poco, porque el agua se vuelve a helar y los borra.

Japeto: Es uno de los satélites más estraños. Tiene una densidad semejante a la de Rea, pero su aspecto es
muy diferente, porque tiene una cara oscura y otra clara.

La cara oscura es, probablemente, material de un antiguo meteorito. Su diámetro es de 1.435 Km. y gira muy
lejos, a 3.561.000 Km. de Saturno en 79 días y un tercio.

Dione y Tetis son otros dos grandes satélites de Saturno que tienen órbitas cercanas y tamaños similares.
Dione, a la izquierda, tiene 1.120 Km. de diámetro, mientras que Tetis a la derecha, tiene 1.048. La primera
gira a 377.000 Km. y la segunda a 295.000.
Urano
Es el septimo planeta desde el Sol y el tercero más grande del Sistema Solar.
Urano es también el primero que se descubrió grcias al telescopio.

La atmósfera de Urano está formada por hidrógeno, metano y otros


hidrocarburos. El metano absorbe la luz roja, por eso refleja los tonos azules y
verdes.

Urano está inclinado de manera que el ecuador hace casi ángulo recto, 98 º,
con la trayectoria de la órbita. Esto hace que en algunos momentos la parte
más caliente, encarada al Sol, sea uno de los polos.

Su distancia al Sol es el doble que la de Saturno. Está tan lejos que, desde Urano, el Sol parece una estrella
más. Aunque, mucho más brillante que las otras.

Datos básicos Urano La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 25.559 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 2.870.990.000 km. 149.600.000 km.
Dia: periodo de rotación sobre el eje 17,9 horas 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 84,01 años 1 año
Temperatura media superficial -210 º C 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 7,77 m/s2 9,78 m/s2

Urano, descubierto por William Herschel en 1781, es visible sin telescopio. Seguro que alguien lo había visto
antes, pero la enorme distancia hace que brille poco y se mueva lentamente. Además, hay más de 5.000
estrellas más brillantes que él.

La inclinación sorprendente de Urano provoca un efecto curioso: su campo magnético se inclina 60 º en


relación al eje y la cola tiene forma de tirabuzón, a causa de la rotación del planeta.

En 1977 se descubrieron los 9 primeros anillos de Urano. En 1986, la visita de la nave Voyager permitió
medir y fotografiar los anillos, y descubrir dos nuevos.

Los anillos de Urano son distintos de los de Júpiter y Saturno. El exterior, Epsilon está formado por grandes
rocas de hielo y tiene color gris. Parece que hay otros anillos, o fragmentos, no muy amplios, de unos 50
metros.
Las lunas de Urano
En el cielo de Urano no hay planetas brillantes. Saturno, el más cercano, parece una estrella pálida
(Saturno está tan lejos de Urano como de la Tierra).

Pero hay cinco objetos que brillan más que Saturno. Son las cinco lunas grandes.

Además, Urano tiene otros 10 satélites con diámetros por debajo de los 170 Km, que giran cerca del planeta
entre 25.000 y 60.000 Km de la superficie. Los últimos descubrimientos (agosto 2004) revelan la existencia
de otros pequeños satélites, hasta un total de 27.

Satélites de Urano Radio (km) Distancia (km)


Cordelia 13 49,750
Ofelia 16 53,760
Bianca 22 59,160
Crésida 33 61,770
Desdémona 29 62,660
Julieta 42 64,360V
Porcia 55 66,100
Rosalinda 27 69,930
Belinda 34 75,260
Puck 77 86,010
Miranda 235.8 129,780
Ariel 578.9 191,240
Umbriel 584.7 265,970
Titania 788.9 435,840
Oberón 761.4 582,600

Titania: Es la luna más grande de Urano, con 1.580 Km. de diámetro. Está cubierta por pequeños cráteres y
rocas muy rugosas, con fallas que indican que las fuerzas internas han moldeado su superficie.

Su órbita pasa a 436.000 Km. del centro de Urano. Da una vuelta cada 8 días y 17 horas.

Oberón: Se caracteriza por una superficie helada, cubierta de cráteres, algunos de un tamaño considerable.
Tiene reflejos brillantes en algunos lugares, igual que Calisto, la luna de Júpiter.

Su diámetro es de 1.523 Km. y gira alrededor de Urano a una distancia media de 582.600 Km. en 13 días y
11 horas.
Neptuno
Es el planeta más exterior de los gigantes gaseosos y el primero que fue
descubierto gracias a predicciones matemáticas.

El interior de Neptuno es roca fundida con agua, metano y amoníaco líquidos.


El exterior es hidrógeno, helio, vapor de agua y metano, que le da el color
azul.

Neptuno es un planeta dinámico, con manchas que recuerdan las tempestades


de Júpiter. La más grande, la Gran Mancha Oscura, tenía un tamaño similar al
de la Tierra, pero en 1994 desapareció y se ha formado otra.

Los vientos más fuertes de cualquier planeta del Sistema Solar son los de Neptuno. Muchos de ellos soplan
en sentido contrario al de rotación. Cerca de la Gran Mancha Oscura se han medido vientos de 2.000 Km/h.

Datos básicos Neptuno La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 24.746 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 4.504.300.000 km. 149.600.000 km.
Día: periodo de rotación sobre el eje 16,11 horas 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 164,8 años 1 año
Temperatura media superficial -200 º C 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 11 m/s2 9,78 m/s2

La nave Voyager II se acercó a Neptuno el año 1989 y lo fotografió. Descubrió seis de las ocho lunas que
tiene y confirmó la existencia de anillos.

Neptuno tiene un sistema de cuatro anillos estrechos, delgados y muy tenues, difíciles de distingir con los
telescopios terrestres. Se han formado a partir de partículas de polvo, arrancadas de las lunas interiores por
los impactos de meteoritos pequeños.

En la atmósfera de Neptuno se llega a temperaturas cercanas a los 260 ºC bajo cero. Las nubes, de metano
congelado, cambian con rapidez. La foto de la derecha muestra los cambios que detectó el Voyager II en un
periodo de sólo 18 horas.

La distancia que nos separa de Neptuno se puede entender mejor con dos datos: una nave ha de hacer un
viaje de doce años para llegar y, desde allí, sus mensajes tardan más de cuatro horas para volver a la Tierra.
Las lunas de Neptuno
Desde Neptuno, el Sol está muy lejos, 30 veces más que la Tierra, y sólo parece un puntito muy
brillante. Todos los demás planetas están entre él y el Sol, a distancias enormes, de manera que no
se ven.

Pero Neptuno guardaba una sorpresa. El 10 de octubre de 1846, menos de tres semanas después del
descubrimiento de Neptuno, el astrónomo William Lassell descubrió que tenía un satélite, y brillaba más que
los dos satélites de Urano conocidos hasta entonces.

Hasta agosto de 2004 se habían descubierto un total de 13 satélites de Neptuno.

Satélites de Neptuno Radio (km) Distancia (km)


Náyade 29 48,000
Thalassa 40 50,000
Despina 74 52,500
Galatea 79 62,000
Larisa 104x89 73,600
Proteo 200 117,600
Tritón 1,350 354,800
Nereida 170 5,513,400

Tritón: Tiene un diámetro de 2.700 Km. y gira a 355.000 Km. de Neptuno en poco
menos de 6 días.

Dos características lo hacen especial: es el único satélite grande que gira en dirección
contraria a la rotación de su planeta y es el objecto del Sistema Solar donde se ha
medido la temperatura media más fría, 235 ºC bajo cero.

Su órbita está inclinada unos 30º con respecto al plano de la órbita de Neptuno
alrededor del Sol. Se cree que se compone aproximadamente en una cuarta parte por hielo y en tres cuartas
partes por roca.

Cuando fue capturado por la gravedad de Neptuno y forzado a describir una órbita elíptica en torno al
planeta, Tritón rotaba sobre su eje a mucha más velocidad de lo que lo hace actualmente. Durante unos mil
millones de años, la gravedad de Neptuno frenó la rotación de Tritón y lo llevó a describir una órbita circular.

Su superficie tiene pocos cráteres, pero abundantes grietas. También presenta llanuras heladas y accidentes
geográficos semejantes a volcanes con diámetros de hasta 200 km. Hay géiseres que arrojan chorros oscuros
a la tenue atmósfera. Esto puede deberse a que la luz del Sol vaporiza nitrógeno líquido situado bajo la
superficie.
Plutón y más allá
A casi 6.000 millones de km del Sol se encuentra el noveno
planeta del Sistema Solar, Plutón, descubierto en 1930, invisible a
simple vista. En 1978 se descubrió que Plutón tenía un satélite de
1.186 km de diámetro, Caronte, cuya masa es alrededor del 15%
de la del planeta.

Plutón es el menor de los planetas del Sistema Solar (dos tercios


del tamaño de la Luna) y su órbita está inclinada 17° respecto del
plano de la órbita terrestre (eclíptica), es decir, una inclinación
superior a la de cualquier otro planeta.

El estudio del Sistema Solar más allá de Plutón resulta complicado debido a las enormes
distancias. Se sabe que hay cuerpos relativamente grandes. Quaoar y Sedna, descubiertos
recientemente, tienen tamaños considerables.

El Cinturón de Kuiper es a una zona del Sistema Solar situada más allá de Neptuno en la que
se encuentran una gran cantidad de asteroides, algunos de ellos de hasta 100 km de diámetro.
Por las observaciones realizadas, puede haber mas de 30.000 objetos concentrados en un
anillo situado entre las distancias mencionadas y con un espesor de unos pocos grados
alrededor de la eclíptica.

Finalmente, más allá de Plutón se encuentra la nube de Oort, un gigantesco espacio poblado
eventualmente por asteroides y cometas, algunos de los cuales son impulsados hacia el
Sistema Solar interior.
Plutón
Es el planeta más pequeño y el que se aleja más del Sol. Se descubrió en
1930, pero está tan lejos que, de momento, tenemos poca información. Es el
único que todavía no ha sido visitado por una nave terrestre.

Generalmente, Plutón es el planeta más lejano. Pero su órbita es muy


excéntrica y, durante 20 de los 249 años que tarda en hacerla, está más cerca
del Sol que Neptuno.

La órbita de Plutón también es la más inclinada, 17º. Por eso no hay peligro
de que se encuentre con Neptuno. Cuando las órbitas se cruzan lo hacen cerca
de los extremos. En vertical, les separa una distancia enorme.

Hizo la máxima aproximación en septiembre de 1989 y siguió en la órbita de Neptuno hasta marzo de 1999.
Ahora se aleja y no volverá a cruzar esta órbita hasta septiembre del 2226.

Datos básicos Plutón La Tierra


Tamaño: radio ecuatorial 1.160 km. 6.378 km.
Distancia media al Sol 5.913.520.000 km. 149.600.000 km.
Día: periodo de rotación sobre el eje 153 horas 23,93 horas
Año: órbita alrededor del Sol 248,54 años 1 año
Temperatura media superficial -230 º C * 15 º C
Gravedad superficial en el ecuador 0,4 m/s2 9,78 m/s2

Plutón tiene un satélite muy especial: Caronte. Mide 1.172 Km. de diámetro y está a menos de 20.000 Km.
del planeta. Con el tiempo, la gravedad ha frenado sus rotaciones y ahora se presentan siempre la misma cara.

De hecho, la rotación de esta pareja es única en el Sistema Solar. Parece que estuviesen unidos por una barra
invisible y girasen alrededor de un centro situado en la barra, más cercano a Plutón, que tiene 7 veces más
masa que Caronte.

Por su densidad, Plutón parece hecho de rocas y hielo. En cambio, su satélite es mucho más ligero. Esta
diferencia hace pensar que se formaron separadamente y, después, se juntaron.

Plutón tiene una fina atmósfera, formada por nitrógeno, metano y monóxido de carbono, que se congela y cae
sobre la superficie a medida que se aleja del Sol. La NASA prepara la misión Plutón Express para que llegue
a Plutón en el 2008, antes que la atmósfera se congele. Serán un par de naves pequeñas y rápidas que pasarán
a menos de 15.000 Km. del planeta.

La temperatura de Pluton puede variar mucho entre el punto de la órbita más cercano al Sol y el más lejano.
La diferencia es de más de 2.500 millones de Km.
El cinturón de Kuiper
En 1951 el astrónomo Gerard Kuiper postuló que debía existir una especie
de disco de proto-cometas en el plano del sistema solar, pasada la órbita de
Neptuno, aproximadamente entre las 30 y 100 unidades astronómicas. De
este cinturón provendrían los cometas de corto período.

A partir de 1992, con el descubrimiento de 1992 QB1 y los otros muchos


que le han seguido, se tuvo constancia real de la existencia de una enorme
población de pequeños cuerpos helados que orbitán más allá de la órbita de
Neptuno.

Aunque los valores de las estimaciones son bastante variables, se calcula que existen al menos 70.000
"transneptunianos" entre las 30 y 50 unidades astronómicas, con diámetros superiores a los 100 km.

Más allá de las 50 UA es posible que existan más cuerpos de este tipo, pero en todo caso están fuera del
alcance de las actuales técnicas de detección. Las observaciones muestran también que se hallan confinados
dentro de unos pocos grados por encima o por debajo del plano de la eclíptica. Estos objetos se les conoce
como KBOs (Kuiper Belt Objects).

El estudio del cinturón de Kuiper es muy interesante porque contiene objetos muy primitivos, de las primeras
fases de acreción del sistema solar, y porque parece ser la fuente de los cometas de corto período, del mismo
modo que la nube de Oort lo es para los de largo período.

El cinturón de Kuiper dejó de ser una simple hipótesis cuando a fines de agosto de 1992, con el telescopio de
2,2 metros de la Universidad de Hawaii, David Jewitt y Jane Luu descubrían un lejano objeto de unos 280
km de diámetro denominado 1992 QB1. A este, siguió toda una serie de descubrimientos similares.

Tras el descubrimiento de 1992 QB1, el estudio de los objetos transneptunianos se ha convertido en un


campo de la astronomía de muy rápida evolución, con grandes avances en el campo teórico en los últimos
años. El número de objetos descubiertos cada vez es mayor y poco a poco se van obteniendo nuevos
conocimientos sobre su significado y características físicas.
Candidatos a planetas
Los científicos continuan la búsqueda de un hipotético planeta X, que
ocuparía el lugar diez (X en números romanos) el cual no se ha
conseguido localizar, pero cuya presencia justificaría ciertas anomalías
en la órbita de Plutón. De esta forma se descubrieron los Plutinos.

Se denominan Plutinos a los objetos del Sistema Solar que, girando


alrededor del Sol, se encuentran en resonancia orbital 3:2 con Neptuno,
es decir, que completan dos órbitas alrededor del Sol en el tiempo en
que Neptuno realiza exactamente tres. Se aplica este nombre por el
planeta Pluton que también se encuentra en resonancia orbital 3:2 con
Neptuno.

Al igual que Pluton, estos objetos suelen tener órbitas bastante elípticas que a menudo cruzan el camino de
Neptuno, aunque nunca se encuentran lo suficientemente cerca del planeta para que pueda llegar a existir un
peligro de colisión. La razón radica en que, debido a la resonancia orbital, las posiciones entre ambos cuerpos
se repiten cíclicamente.

Los plutinos son asteroides compuestos principalmente por hielo y un núcleo de materiales rocosos. Se
calcula que aproximadamente el 40% de los objetos que se encuentran más allá de Neptuno son Plutinos,
entre ellos el propio planeta Pluton. Basándose en extrapolaciones sobre la superficie explorada, se estima
que existen más de 10.000 plutinos con diámetro superior a los 100 km.

Desde Plutón hasta la heliopausa hay muchísima distancia, ocupada por cuerpos de distintos tamaños, muy
difíciles de detectar. Sin embargo, los intrumentos cada vez más precisos permiten el avance de las
investigaciones.

Quaoar
En 2002 se identificó, dentro del cinturón de Kuiper, un cuerpo celeste (bautizado provisionalmente como
Quaoar) de unos 1.300 km de diámetro, el más grande hallado orbitando el Sol desde que se descubrió Plutón
en 1930.

Quaoar está orbitando a una distancia apenas un poco mayor que la del planeta más distante del Sistema
Solar. El gran asteroide se mueve en relación a las estrellas del fondo en las imágenes del descubrimiento,
tomadas por el Telescopio Oschin en Palomar, California.

Quaoar, el nombre sugerido por los descubridores de la roca cósmica, es uno de varios asteroides grandes que
recientemente se han descubierto vagando en el distante Cinturón de Kuiper. El tamaño de Quaoar fue
resuelto a partir de imágenes del Telescopio Espacial Hubble. Quaoar es probablemente un mundo frío
cubierto de hielo, desde el cual el Sol parece una estrella particularmente brillante, nada más.

¿Sedna, El décimo planeta del Sistema Solar?

Sedna gira alrededor del Sol a una distancia mucho mayor que otros astros del sistema. Aunque su tamaño
aún es incierto, Sedna es el mayor de los planetas localizados alrededor del Sol desde el descubrimiento de
Plutón en 1930.

Está a más de 10,000 millones de kilómetros de la Tierra en la región llamada Cinturón de Kuiper, que tiene
cientos de objetos conocidos, pequeños mundos de roca y hielo, aunque algunos pueden ser tan o más
grandes que Plutón.
Sedna es más rojo que cualquier otro cuerpo del Sistema Solar, excepto Marte, y sigue una órbita muy
elíptica, que en su punto más alejado le sitúa a 135,000 millones de kilómetros del Sol. Por ello, Sedna
necesita 11,500 años terrestres para completar una órbita.
Cometas
Los hombres primitivos ya conocían los cometas. Los más brillantes se ven
muy bien y no se parecen a ningún otro objeto del cielo.

Parecen manchas de luz, a menudo borrosas, que van dejando un rastro o


cabellera. Esto los hace atractivos y los rodea de magia y misterio. Los
cometas son cuerpos frágiles y pequeños, de forma irregular, formados por
una mezcla de substancias duras y gases congelados.

Un cometa consta de un núcleo, de hielo y roca, rodeado de una atmósfera


nebulosa llamada cabellera o coma. El astrónomo estadounidense Fred
Whipple describió en 1949 el núcleo, que contiene casi toda la masa del
cometa, como una "bola de nieve sucia" compuesta por una mezcla de hielo y
polvo.

La mayor parte de los gases que se expulsan para formar la cabellera son moléculas fragmentarias o radicales
de los elementos más comunes en el espacio: hidrógeno, carbono, nitrógeno y oxígeno.

La cabeza de un cometa, incluida su difusa cabellera, puede ser mayor que el planeta Júpiter. Sin embargo, la
parte sólida de la mayoría de los cometas tiene un volumen de algunos kilómetros cúbicos solamente. Por
ejemplo, el núcleo oscurecido por el polvo del cometa Halley tiene un tamaño aproximado de 15 por 4
kilómetros.

Las órbitas de los cometas se desvían bastante de las previstas por las leyes de
Newton. Esto puede ser debido a que el escape de gases produce una
propulsión a chorro que desplaza ligeramente el núcleo de un cometa fuera de
su trayectoria.

Los cometas de periodos cortos, observados a lo largo de muchas órbitas,


tienden a desvanecerse con el tiempo como podría esperarse. Por último, la
existencia de grupos de cometas demuestra que los núcleos cometarios son
unidades sólidas.

En general, la órbita de los cometas es mucho más alargada que la de los planetas. En una punta los pueden
acercar al Sol y, en la otra, alejarlos más allá de la órbita de Plutón.

Cuando los cometas se acercan al Sol y se calientan, los gases se evaporan, desprenden partículas sólidas y
forman la cabellera. Cuando se vuelven a alejar, se enfrían, los gases se hielan y la cola desaparece.

En cada pasada pierden materia. Finalmente, sólo queda el núcleo rocoso. Se cree que hay asteroides que son
nucleos pelados de cometas.

Hay cometas con periodos orbitales cortos y, otros, largos. Los hay que no
superan nunca la órbita de Júpiter y otros que se alejan mucho, hasta que
abandonan el Sistema Solar y ya no vuelven.

La foto de la derecha es el cometa Kohouotek, que pasó cerca de la Tierra en


enero de 1974. Había sido detectado muy lejos, cuando atravesaba la órbita
de Júpiter.

El cometa Encke, de órbita corta, se acerca cada tres años y tres meses. Únicamente se ve con un buen
telescopio. En cambio, el cometa Halley, que nos visita cada 76 años, y el Rigollet, que lo hace cada 156, son
aún brillantes.
Cometas famosos
Halley
En 1705 Edmond Halley predijo, usando las leyes del movimiento de
Newton, que el cometa visto en 1531, 1607 y 1682 volvería en 1758. El
cometa volvió tal y como predijo, y posteriormente se le dio nombre en su
honor.

El periodo medio de la órbita del Halley es de 76 años, pero no se pueden


calcular las fechas de sus reapariciones con exactitud. La fuerza gravitacional
de los planetas mayores altera el periodo del cometa en cada órbita. Otros
efectos, como la reacción de los gases eyectados durante el paso cerca del
Sol, también desempeñan un papel importante en la alteración de la órbita.

La órbita del Halley es retrógrada e inclinada 18º respecto de la eclíptica. Y, como la de todos los cometas,
altamente excéntrica. El núcleo del cometa Halley mide aproximadamente 16x8x8 kilómetros.

Contrariamente a las suposiciones previas, el núcleo del Halley es muy oscuro, más negro que el carbón y
uno de los objetos más oscuros del sistema solar.

La densidad del núcleo del Halley es muy baja: unos 0.1 gramos/cm3, indicando que probablemente es
poroso, quizá debido a la gran cantidad de polvo que queda después de que los hielos se hayan sublimado.

El Halley es casi único entre los cometas, ya que es a la vez grande y activo, y tiene una órbita regular y bien
definida, pero puede no ser representativo de los cometas en general.

El cometa Halley volverá al sistema solar interior el año 2061.

Hale-Bopp
El Hale-Bopp es un cometa periódico que regresa cada 3.000 años y que se
acercó a la Tierra en 1997, causando gran espectación. Alan Hale en Nuevo
México e, independientemente, Thomas Bopp de Arizona, descubrieron el
cometa que ahora lleva el nombre de ambos. Al poco tiempo del
descubrimiento quedó claro que este cometa podría ser de los mas brillantes
en los últimos años.

El cometa Hale-Bopp fue en ese momento uno de los astros mas brillantes en
el cielo, alcanzando unna magnitud -0.8, lo cual significa que el cometa era mas brillante que cualquier
objeto en el cielo nocturno en esas fechas, con la excepción de la Luna, Sirio y Marte.

A pesar de su brillo, el cometa Hale-Bopp no se acercó mucho a la Tierra. En su máximo acercamiento


estuvo a 194 millones de kilómetros de distancia, es decir un poco mas lejos de nosotros que el Sol.

Se cree que el núcleo del cometa es relativamente grande, de unos 40 kilómetros de acuerdo a las
estimaciones, ya que no es posible ver directamente el núcleo. Sin embargo, mas que el núcleo, el factor
determinante en cuanto al brillo del cometa es la coma, la envolvente de gas y polvo que rodea al núcleo del
cometa.

Al acercarse al Sol parte del cometa se sublima. Algunos cometas desarrollan varias colas, y en particular en
el Hale-Bopp fue posible observar dos colas, una de gas y otra de polvo. La cola del cometa Hale-Bopp,
dificil de observar desde las ciudades, alcanzó varios millones de kilómetros de longitud.
La nube de Oort
La nube de Oort es un hipotético conjunto de pequeños cuerpos
astronómicos, sobre todo asteroides y cometas, situados más allá de Plutón
en el extremo del sistema Solar.

En 1950 el astrónomo holandés Jan Oort, basado en cuidadosos estudios


orbitales y análisis estadísticos de las trayectorias de los cometas, formuló
una hipótesis, hoy comúnmente aceptada, según la cual, los núcleos de los
cometas de largo periodo proceden de una nube esférica que rodea el
Sistema solar mas allá de la órbita de Plutón, desde unas 30.000 Unidades
astronómicas has unos 3 años luz.

Estos objetos se habrían formado en las primeras fases de acrección del


Sistema Solar en las proximidades del Sol, pero habrían sido expelidos hacia sus confines por el efecto de las
fuerzas de la gravedad. Los que no escaparon totalmente a éstas habrían formado la nube de Oort.

Algunos de los objetos de esta nube, a causa de la iteración con alguna estrella próxima, serían impulsados de
cuando en cuando en dirección al Sol, hacia el cual se desplazarían en un viaje de cientos de miles de años
hasta que se comenzase a alterar su órbita por el efecto de la gravedad de los grandes planetas Júpiter y
Saturno, de manera que algunos se transforman en cometas de largo periodo, aunque otros después de su
paso por el Sistema Solar cercano pueden perderse para siempre en el espacio exterior.

Se estima, sin que se tengan datos que corroboren estas hipótesis, que existen en la nube de Oort más de un
billón de objetos de diámetro pequeño, cuya masa total puede ser equivalente a la del planeta Júpiter.
Exploración del espacio
Hasta el siglo XX, la idea de viajar por el espacio era cosa de científicos
demasiado avanzados o de escritores con mucha imaginación.

El conocimiento del espacio, cuando sólo se podía observar a simple vista,


era limitado y a menudo se basaba más en creencias mágicas o religiosas que
en la realidad.

A partir del año 1600 los estudios de Kepler, la invención del telescopio y las
observaciones de Galileo cambiaron el panorama. Pero, a pesar de que los
instrumentos de observación mejoraron, continuaban enganchados a tierra.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, la carrera hacia el espacio se intensificó. Los
alemanes habían perfeccionado los cohetes y sus conocimientos fueron fundamentales para los rusos y
norteamericanos.

Cuando se consiguió traspasar la atmosfera de la Tierra comenzó la era espacial, primero con satélites y
sondas, después, con naves tripuladas.

Los soviéticos (ahora se les llama rusos) lanzaron el primer satélite artificial, el Sputnik I, el 4 de octubre de
1957. Un mes después, el 3 de noviembre, enviaron el primer ser vivo, la perra Laika, a bordo del Sputnik II.

En febrero de 1958, los Estados Unidos pusieron en órbita el Explorer I, su primer satélite. El 12 de abril de
1961 los soviéticos hicieron el primer vuelo tripulado y Yuri Gagarin fue el primer astronauta. Después el
norteamericano Alan B. Shepard salió un cuarto de hora fuera de su cápsula. Era el primer paseo espacial.

A partir de 1966 el objectivo era la Luna y los americanos llegaron antes. El 21 de julio de 1969 la cápsula
Apollo XI se quedó en órbita lunar mientras el módulo Eagle bajaba hasta la superficie. Neil Armstrong se
convirtió en el primer humano que pisaba la Luna.

También los rusos llegaron a la Luna y, además, a partir del 1971 dedicaron sus esfuerzos a construir una
estación espacial. Después lo hicieron los americanos. Europa y Japón crearon sus propias Agencias del
espacio y comenzaron a participar. La exploración del espacio se convirtió así en un proyecto internacional.

Además de los viajes tripulados, se han enviado al espacio naves con instrumentos que exploran el Sistema
Solar: El Voyager, que ha fotografiado de cerca casi todos los planetas; la Mars Pathfinder, que se ha
paseado por Marte; o el Hubble, un telescopio situado en órbita y que, desde fuera de la atmosfera, fotografía
el universo como nunca lo habíamos visto.
La Tierra y la Luna
Si la astronomía estudia los cuerpos y fenómenos del Universo, es indudable que
tenemos la primera "materia prima" para este estudio en nuestro propio planeta,
la Tierra y (en menor grado) en su único satélite, la Luna.

Los conocimientos sobre nuestro planeta superan en mucho a los que tenemos
sobre el resto del Sistema Solar y el universo. De hecho, el estudio de la Tierra
supera los límites de la astronomía y abarca muchas otras ciencias, como la
geología, geografía, física, meteorologia, biología, ... El estudio de todas estas
ciencias se llama, a menudo, educación ambiental.

Esta sección no pretende abarcar todos los frentes, pero sí ofrecer una visión
suficientemente ámplia de la Tierra como planeta. Este es un sitio sobre astronomía y, simplemente, vamos a
estudiar un planeta y un satélite con cierta profundidad. ¿Alguno mejor que los nuestros? Como mínimo, de
estos, conocemos más detalles ...

• La Tierra
• Movimientos de la Tierra
• Precesión y nutación
• La Tierra, un planeta azul
• Las capas de la Tierra
• El manto y el núcleo
• Magnetismo y electricidad en la Tierra
• Los mapas de la Tierra

• Origen y evolución de la Tierra


• Formación de la Tierra
• Historia geológica de la Tierra
• Historia geológica: el Precámbrico
• Historia geológica: el Paleozoico
• El Paleozoico: Devónico, Carbonífero y Pérmico
• Historia geológica: el Mesozoico
• El Mesozoico: Jurásico y Cretáceo
• Historia geológica: el Cenozoico
• El Cenozoico: Oligoceno, Mioceno y Plioceno
• Historia geológica: el Cuaternario

• La corteza terrestre
• Las placas de la corteza terrestre
• La deriva continental
• El movimiento contínuo
• Tectónica de placas
• Expansión oceánica
• Formación de montañas: los plegamientos
• Fallas de la corteza terrestre
• Los volcanes
• Tipos de volcanes
• Los terremotos
• Terremotos en el mar

• Minerales y rocas
• Sedimentos y estratos
• Los minerales
• Propiedades físicas de los minerales
• Tipos de minerales
• Cristales y piedras preciosas
• Rocas de la corteza terrestre
• Rocas sedimentarias y metamórficas

• El agua de la superficie terrestre


• El agua y el relieve marino
• Movimientos en mares y océanos
• Las corrientes marinas
• Mares y océanos de la Tierra
• Las islas
• Islas: oceánicas, continentales, volcánicas, coralinas
• Las aguas superficiales: Rios
• Aguas subterráneas
• Las aguas superficiales: Lagos
• Los glaciares

• La capa de aire que rodea la Tierra


• La atmósfera de la Tierra
• Capas de la atmósfera
• La circulación de la atmósfera
• Contaminación atmosférica

• El tiempo y el clima
• Meteorología y Climatología
• Las cuatro estaciones del año
• Temperatura, humedad, presión
• Vientos y precipitaciones
• Las nubes
• Frentes, borrascas y anticiclones
• Climas del mundo: lluviosos
• Climas del mundo: secos y frios

• La erosión de la superfície terrestre


• La meteorización
• La meteorización química
• Tipos de suelos
• La erosión fluvial
• La erosión eólica
• La erosión glacial
• Erosión marina
• Erosión biológica
• El impacto humano en el medio

• La Luna
• El origen de la luna
• Movimientos de la Luna
• Las fases de la luna
• Los eclipses
• La superficie lunar
• La observación de la Luna
• Humanos en la Luna
La Tierra

La Tierra es el tercer planeta desde el Sol y quinto en cuanto a tamaño. Gira describiendo una
órbita elíptica alrededor del Sol, a unos 150 millones de km, en, aproximadamente, un año.
Al mismo tiempo gira sobre su propio eje cada día. Es el único planeta conocido que tiene
vida, aunque algunos de los otros planetas tienen atmósferas y contienen agua.

La Tierra no es una esfera perfecta, ya que el ecuador se engrosa 21 km, el polo norte está
dilatado 10 m y el polo sur está hundido unos 31 metros.

La Tierra posee una atmósfera rica en oxígeno, temperaturas moderadas, agua abundante y
una composición química variada. El planeta se compone de rocas y metales, sólidos en el
exterior, pero fundidos en el interior.

Desde la antigüedad se han elaborado mapas pera representar la Tierra. Con la llegada de la
fotografía, los ordenadores y la astronáutica, la superfície terrestre ha sido estudiada con
detalle, aunque todavía queda mucho por descubrir.
Movimientos de la Tierra
La Tierra está en contínuo movimiento. Se desplaza, con el resto de planetas y cuerpos del Sistema Solar,
girando alrededor del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Sin embargo, este movimiento afecta poco
nuestra vida cotidiana.

Más importante, para nosotros, es el movimiento que efectua describiendo su órbita alrededor del Sol, ya que
determina el año y el cambio de estaciones. Y, aún más, la rotación de la Tierra alrededor de su propio eje,
que provoca el día y la noche, que determina nuestros horarios y biorritmos y que, en definitiva, forma parte
inexcusable de nuestras vidas.

El movimiento de traslación: el año


Por el movimiento de traslación la Tierra se mueve alrededor del Sol,
impulsada por la gravitación, en 365 días, 5 horas y 57 minutos, equivalente a
365,2422 días, que es la duración del año. Nuestro planeta describe una
trayectoria elíptica de 930 millones de kilómetros, a una distancia media del
Sol de 150 millones de kilómetros. El Sol se encuentra en uno de los focos de
la elipse. La distancia media Sol-Tierra es 1 U.A. (Unidad Astronómica), que
equivale a 149.675.000 km.

Como resultado de ese larguísimo camino, la Tierra viaja a una velocidad de


29,5 kilómetros por segundo, recorriendo en una hora 106.000 kilómetros, o
2.544.000 kilómetros al día.

La excentricidad de la órbita terrestre hace variar la distancia entre la Tierra y el Sol en el transcurso de un
año. A primeros de enero la Tierra alcanza su máxima proximidad al Sol y se dice que pasa por el perihelio.
A principios de julio llega a su máxima lejanía y está en afelio. La distancia Tierra-Sol en el perihelio es de
142.700.000 kilómetros y la distancia Tierra-Sol en el afelio es de 151.800.000 kilómetros.

El movimiento de rotación: el día


Cada 24 horas (cada 23 h 56 minutos), la Tierra da una vuelta completa
alrededor de un eje ideal que pasa por los polos. Gira en dirección Oeste-Este,
en sentido directo (contrario al de las agujas del reloj), produciendo la
impresión de que es el cielo el que gira alrededor de nuestro planeta.

A este movimiento, denominado rotación, se debe la sucesión de días y


noches, siendo de día el tiempo en que nuestro horizonte aparece iluminado
por el Sol, y de noche cuando el horizonte permanece oculto a los rayos
solares. La mitad del globo terrestre quedará iluminada, en dicha mitad es de
día mientras que en el lado oscuro es de noche. En su movimiento de
rotación, los distintos continentes pasan del día a la noche y de la noche al
día.
Precesión y nutación
Los equinoccios no son fijos porque el plano del ecuador gira en relación al plano de la eclíptica; completa
un giro cada 25.868 años. El movimiento de los equinoccios en la eclíptica se llama precesión de los
equinoccios. Para establecer la posición real de las estrellas en un momento determinado tiene que aplicarse
una corrección de precesión a las cartas celestes.

Por su parte, la nutación es un leve balanceo que experimenta la Tierra a causa de la atracció gravitacional de
la Luna

Precesión
La Tierra es un elipsoide de forma irregular, aplastado por los polos y
deformado por la atracción gravitacional del Sol, la Luna y, en menor
medida, de los planetas. Esto provoca una especie de lentísimo balanceo en la
Tierra durante su movimiento de traslación llamado "precesión de los
equinoccios", que se efectúa en sentido inverso al de rotación, es decir en
sentido retrógrado (sentido de las agujas del reloj).

Bajo la influencia de dichas atracciones, el eje va describiendo un doble cono


de 47º de abertura, cuyo vértice está en el centro de la Tierra. Debido a la
precesión de los equinoccios, la posición del polo celeste va cambiando a
través de los siglos. Actualmente la estrella Polar no coincide exactamente
con el Polo Norte Celeste.

Nutación
Hay otro movimiento que se superpone con la precesión, es la nutación, un pequeño vaivén del eje de la
Tierra. Como la Tierra no es esférica, la atracción de la Luna sobre el abultamiento ecuatorial de la Tierra
provoca el fenómeno de nutación. Para hacernos una idea de este movimiento, imaginemos que, mientras el
eje de rotación describe el movimiento cónico de precesión, recorre a su vez una pequeña elipse o bucle en
un periodo de 18,6 años.

En una vuelta completa de precesión (25.767 años) la Tierra realiza más de 1.300 bucles de nutación. El
movimiento de nutación de la Tierra fue descubierto por el astrónomo británico James Bradley.
La Tierra, un planeta azul
Los astronautas siempre describen la Tierra como "El Planeta Azul", debido a
su color, y las fotos captadas desde el espacio lo demuestran. Los
responsables de estas tonalidades son los océanos y los gases de la atmósfera,
es decir, los dos componentes "externos" a la corteza terrestre.

Es en estas tres capas - corteza, hidrosfera, atmósfera -, donde se dan las


condiciones adecuadas para que se desarrolle y mantenga la vida. Tanto la
cobertura de agua como la de aire son únicas en todo el Sistema Solar.

La Hidrosfera
Llamamos hidrosfera al conjunto de toda el agua que hay sobre la superficie
de la Tierra: océanos, mares, rios, lagos, pantanos, glaciares, polos, ... Se formó en una época temprana de la
evolución terrestre, a partir del vapor producido por lae serupciones volcánicas, cuando eran más frecuentes
que en la actualidad. El vapor se condensó formando nubes que luego provocaron lluvias torrenciales a lo
largo de millones de años. Puede que la historia bíblica de Noé pretenda explicar este fenómeno aunque,
evidentemente, cuando ocurrió no había humanos.

La mayor parte del agua se encuentra en los océanos, que cubren casi las tres cuartas partes de la superfície
terrestre. En el hemisferio norte, las aguas ocupan unos 154 millones de km. cuadrados, frente a los 100 de
las tierras emergidas. En ell hemisferio sur, en cambio, los mares ocupan 206 millones de km. cuadrados,
frente a los sólo 48 millones de km. cuadrados de tierra firme.

En la Tierra hay unos 1.400 millones de km. cúbicos de agua, de los cuales, sólo el 3,5 % es agua dulce y, de
esta, la mayoria se encuentra en forma de hielo, en los polos. Esta enorme cantidad de agua ayuda a
amortiguar las diferencias de temperatura que se producirían en las distintas estaciones del año o entre el día
y la noche.

La Atmósfera
Inicialmente, la Tierra tenía una atmósfera muy distinta de la actual. Las erupciones volcánicas constantes
emitieron enormes cantidades de vapor de agua que, al precipitarse, formó mares y océanos. Allí surgieron
las primeras algas que empezaron a consumir dióxido de carbono y fabricar oxígeno. Como el primero
abundaba y, sin embargo, no había animales que consumiesen el segundo, las algas proliferaron y, al cabo de
millones de años, habían conseguido transformar la atmófera inicial en otra de composición parecida a la
actual.

La atmósfera no es uniforme. La mayoria del aire se concentra en los 15 km. más próximos a la superficie
terrestre. Desde el suelo, la atmósfera tiene diversas capas: troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera,
exosfera y magnetosfera. Debido a la diferencia de densidades, presión y temperatura entre las diversas
capas, o entre distintas zonas del planeta, la atmósfera presenta cambios constantes que determinan lo que
llamamos "tiempo atmosférico" o clima.

La atmósfera mantiene la temperatura del planeta relativamente estable y actua como escudo protector contra
diversos tipos de radiaciones que resultarían letales para los seres vivos. También protege la superficie
terrestre del impacto de los meteoritos, la mayoria de los cuales, se desintegran al chocar con las capas altas
de la atmósfera, a altísimas velocidades.
Las capas de la Tierra
Si hacemos un corte que atraviese la Tierra por el centro encontraremos que,
bajo la corteza, hay diversas capas cuya estructura y composición varía
mucho. La Tierra es uno de los planetas sólidos o, al menos, de corteza
sólida, ya que no todas las capas lo son.

Por encima tenemos la atmósfera, una capa de gases a los que llamamos aire,
formada a su vez por una serie de capas, que funciona como escudo protector
del planeta, mantiene la temperatura y permite la vida. En las hendiduras y
zonas bajas de la corteza, agua, mucha agua líquida y, en los polos, helada.
Por debajo de la corteza, una serie de capas en estado pastoso, muy calientes,
y con una densidad creciente hasta llegar al núcleo de la Tierra, de nuevo,
sólido, metálico, denso, ...

La corteza terrestre
La corteza terrestre tiene un grosor variable que alcanza un máximo de 75 km bajo la cordillera del Himalaya
y se reduce a menos de 7 km en la mayor parte de las zonas profundas de los océanos. La corteza continental
es distinta de la oceánica.

La capa superficial está formada por un conjunto de rocas sedimentarias, con un grosor máximo de 20-25
km, que se forma en el fondo del mar en distintas etapas de la historia geológica. La edad más antigua de
estas rocas es de hasta 3 800 millones de años. Por debajo existen rocas del tipo del granito, formadas por
enfriamiento de magma. Se calcula que, bajo los sistemas montañosos, el grosor de esta capa es de más de 30
km. La tercera capa rocosaestá formada por basaltos y teniene un grosor 15-20 km, con incrementos de hasta
40 km.

A diferencia de la corteza continental, la oceánica es geológicamente joven en su totalidad, con una edad
máxima de 180 millones de años. Aquí también encontramos tres capas de rocas: la dedimentaria, de anchura
variable, formada por las acumulaciones constantes de fragmentos de roca y organismos en los océanos; la
del basalto de 1.5 a 2 km de grosor, mezclada con sedimentos y con rocas de la capa inferior y una tercera
capa constituida por rocas del tipo del gabro, semejante al basalto en composición, pero de origen profundo,
que tiene unos 5 kilómetros de grosor. Parece que la corteza oceánica se debe al enfriamiento de magma
proveniente del manto superior.

Capa interna Espesor aproximado Estado físico


Corteza 7-70 km Sólido
Manto superior 650-670 km Plástico
Manto inferior 2.230 km Sólido
Núcleo externo 2.220 km Líquido
Núcleo interno 1250 km Sólido
El manto y el núcleo
La corteza terrestre es una fina capa si la comparamos con el resto del
planeta. Esta formada por placas más o menos rígidas que se apoyan o flotan
sobre un material viscoso a alta temperatura que, a veces, sale a la superficie
a través de volcanes y que contínuamente fluye en las dorsales oceánicas para
formar nueva corteza.

A unos 3.000 km de profundidad se encuentra el núcleo de la Tierra, una zona


donde predominan los metales y que, lejos de resultarnos indiferente, influye
sobre la vida en la Tierra ya que se le considera el responsable de la mayoria
de fenómenos magnéticos y electricos que caracterizan nuestro planeta.

El manto y el núcleo son el pesado interior de la Tierra y constituyen la mayor parte de su masa.

El manto terrestre
El manto es una capa de 2.900 km de grosor, constituida por rocas más densas, donde predominan los
silicatos. A unos 650-670 km de profundidad se produce una especial aceleración de las ondas sísmicas, lo
que ha permitido definir un límite entre el manto superior y el inferior. Este fenómeno de debe a un cambio
de estructura, que pasa de un medio plástico a otro rígido, donde es posible que se conserve la composición
química en general.

La corteza continental creció por una diferenciación química del manto superior que se inició hace unos
3.800 millones de años. En la base del manto superior la densidad es de unos 5.5. En la zona superior se
producen corrientes de convección, semejantes al agua que hierve en una olla, desplazándose de la porción
inferior, más caliente, a la superior, más fría. Estas corrientes de convección son el motor que mueve las
placas litosféricas.

El núcleo de la Tierra
Se trata de una gigantesca esfera metálica que tiene un radio de 3.485 km, es decir, un tamaño semejante al
planeta Marte. La densidad varía, de cerca de 9 en el borde exterior a 12 en la parte interna. Está formado
principalmente por hierro y níquel, con agregados de cobre, oxígeno y azufre.

El núcleo externo es líquido, con un radio de 2.300 km. La diferencia con el núcleo interno se manifiesta por
un aumento brusco en la velocidad de las ondas p a una profundidad entre 5.000 y 5.200 km

El núcleo interno tiene un radio de 1.220 km. Se cree que es sólido y tiene una temperatura entre 4.000 y
5.000° C. Es posible que el núcleo interno sea resultado de la cristalización de lo que fue una masa líquida de
mayor magnitud y que continúe este proceso de crecimiento. Su energía calorífica influye en el manto, en
particular en las corrientes de convección. Actualmente se considera que el núcleo interno posee un
movimiento de rotación y es posible que se encuentre en crecimiento a costa del externo que se reduce.

Muchos científicos creen que hace 4.000 millones de años la Tierra ya tenía un campo magnético causado
por un un núcleo metálico. Su formación marcó la frontera entre el proceso de consolidación y el
enfriamiento de la superficie.
Magnetismo y electricidad en la Tierra
La Tierra se comporta como un enorme imán. El físico y filósofo natural
inglés William Gilbert fue el primero que señaló esta similitud en 1600,
aunque los efectos del magnetismo terrestre se habían utilizado mucho antes
en las brújulas primitivas.

El magnetismo de la Tierra es el resultado de una dinámica, ya que su núcleo


de hierro de la Tierra no es sólido.

Por otra parte, en la superficie terrestre y en la atmósfera se generan diversas


corrientes eléctricas producidas por diversas causas, además de un
intercambio constante de electricidad entre el aire y la Tierra.

El campo magnético terrestre


La Tierra posee un poderoso campo magnético, como si el planeta tuviera un enorme imán en su interior
cuyo polo sur estuviera cerca del polo norte geográfico y viceversa. Aunque los polos magnéticos terrestres
reciben el nombre de polo norte magnético (próximo al polo norte geográfico) y polo sur magnético
(próximo al polo sur geográfico), su magnetismo real es el opuesto al que indican sus nombres.

Las posiciones de los polos magnéticos no son constantes y muestran notables cambios de año en año. Cada
960 años, las variaciones en el campo magnético de la Tierra incluyen el cambio en la dirección del campo
provocado por el desplazamiento de los polos. El campo magnético de la Tierra tiene tendencia a trasladarse
hacia el Oeste a razón de 19 a 24 km por año.

Electricidad terrestre
Se conocen tres sistemas eléctricos generados por procesos naturales. Uno está
en la atmósfera. otro está dentro de la Tierra, fluyendo paralelo a la superficie,
y el tercero, que traslada carga eléctrica entre la atmósfera y la Tierra, fluye en
vertical.

La electricidad atmosférica es el resultado de la ionización de la atmósfera por


la radiación solar y a partir del movimiento de nubes de iones. Estas nubes son
desplazadas por mareas atmosféricas, que se producen por la atracción del Sol
y la Luna sobre la atmósfera. Suben y bajan a diario, como ocurre en el mar.
La ionosfera constituye una capa esférica casi perfectamente conductora.

Las corrientes de la Tierra constituyen un sistema mundial de ocho circuitos


cerrados de corriente eléctrica distribuidos de una forma bastante uniforme a ambos lados del ecuador,
además de una serie de circuitos más pequeños cerca de los polos. La superficie de la Tierra tiene carga
eléctrica negativa. La carga negativa se consumiría con rapidez si no se repusiera de alguna forma.

Se ha observado un flujo de electricidad positiva que se mueve hacia abajo desde la atmósfera hacia la Tierra.
La causa es la carga negativa de la Tierra, que atrae iones positivos de la atmósfera. Al parecer, la carga
negativa se traslada a la Tierra durante las tormentas y el flujo descendente de corriente positiva durante el
buen tiempo se contrarresta con un flujo de regreso de la corriente positiva desde zonas de la Tierra con
tormentas.
Los mapas de la Tierra
El ser humano siempre ha tenido la necesidad de desplazarse de un lugar a otro. A veces, en busca de
alimentos, territorios nuevos o climas más benignos. Otras, para extender sus actividades comerciales o
arrebatar territorios y ciudades a otros humanos. Últimamente, viajar por placer, en vacaciones, hacer
turismo.

Desde antiguo, antes de emprender un viaje, nos gusta saber qué vamos a encontrar, cuales son las formas del
terreno. Para representarlo, empezamos con unos simples trazos que indicaban las principales características
o accidentes geográficos de un territorio y hemos llegado hasta los sofisticados mapas actuales.

Con la ayuda de los datos que se obtienen gracias a la topografía es posible elaborar mapas. El principal
problema consiste en tener que representar sobre una superficie plana aquello que está, en la realidad, sobre
la superficie de una esfera. Desde la antigüedad sa han hecho deversos intentos de solucionarlo. Actualmente
se emplean las proyecciones topográficas, que consisten en transformar los datos topográficos en valores
sobre un plano, haciendo pequeñas correcciones.

Para ello, se divide la superficie terrestre en secciones llamadas retículos geográficos y se trasladan sobre un
plano por medio de un sistema de coordenadas.

El resultado es un mapa en que las coordenadas forman una


cuadrícula. Las líneas verticales se llaman meridianos y cada una
representa un grado de longitud. Las horizontales, llamadas paralelos
representan un grado de latitud.

Desde que se lanzaron al espacio los primeros satélites artificiales, se


han usado para conseguir mapas de la superficie de la Tierra cada vez
más precisos. Desde estos satélites se toman distancias con la ayuda de
ondas de radio y también se hacen fotografías de pequeñas secciones
de la superficie, que luego hay que unir. Por primera vez, estos
métodos han permitido tener una imagen real del planeta.

Todo el conjunto de técnicas destinadas a la elaboración de mapas de la superficie terrestre recibe el nombre
de cartografía.
Origen y evolución de la Tierra

No podemos decir gran cosa de lo que ocurrió durante los dos primeros tercios de la historia
del Universo, sólo que, en algún momento, se formó una galaxia espiral que llamamos Vía
Láctea. En uno de sus brazos se condensó una estrella, nuestro Sol, hace unos 4.500 millones
de años. A su alrededor quedaron, girando, diversos cuerpos, entre ellos, la Tierra.

Al principio era una masa incandescente que, lentamente, se fue enfriando y adquiriendo una
forma similar a la que hoy conocemos. Aunque los cambios en esas primeras épocas debieron
ser más bruscos y abundantes, la Tierra no ha dejado de evolucionar, y lo sigue haciendo.

La vida apareció cuando se dieron las condiciones apropiadas. Primero, simples compuestos
orgànicos, después, organismos unicelulares; más tarde lo hicieron los pluricelulares,
vegetales y animales. Los humanos evolucionamos de otros mamíferos hace apenas unos
segundos.

Tanto las religiones como las ciencias han dividido la "creación" en diversas fases. Algunas
más poéticas (como los siete días de la Biblia), otras más rigurosas, como las eras geológicas
que acepta la ciencia. Vamos a centrarnos en estas últimas.
Formación de la Tierra
La tierra que hoy conocemos tiene un aspecto muy distinto del que tenía poco después de su nacimiento, hece
unos 4.500 millones de años. Entonces era un amasijo de rocas conglomeradas cuyo interior se calentó y
fundió todo el planeta. Con el tiempo la corteza se secó y se volvió sólida. En las partes mas bajas se
acumuló el agua mientras que, por encima de la corteza terrestre, se formava una capa de gases, la atmósfera.

Agua, tierra y aire empezaron a inteactuar de forma bastante violenta ya que, mientras tanto, la lava manava
en abundancia por múltiples grietas de la corteza, que se enriquecía y transformaba gracias a toda esta
actividad.

Formación del Sol y los planetas


Según los científicos, hace unos 15.000 millones de años se produjo
una gran explosión, el Big Bang. La fuerza desencadenada impulsó la
materia, extraordinariamente densa, en todas direcciones, a una
velocidad próxima a la de la luz. Con el tiempo, y a medida que se
alejaban del centro y reducían su velocidad, masas de esta materia se
quedaron más próximas para formar, más tarde, las galaxias.

No sabemos qué ocurrió en el lugar que ahora ocupamos durante los


primeros 10.000 millones de años, si hubo otros soles, otros planetas,
espacio vacio o, simplemente, nada. Hacia la mitad de este periodo, o
quizás antes, debió formarse una galaxia.

Cerca del límite de esta galaxia, que hoy llamamos Vía Láctea, una porción de materia se condensó en una
nube más densa hace unos 5.000 millones de años. Esto ocurría en muchas partes, pero esta nos interesa
especialmente. Las fuerzas gravitatorias hicieron que la mayor parte de esta masa formase una esfera central
y, a su alrededor, quedasen girando masas mucho más pequeñas.

La masa central se convirtió eu una esfera incandescente, una estrella, nuestro Sol. Las pequeñas también se
condensaron mientras describían órbitas alrededor del Sol, formando los planetas y algunos satélites. Entre
ellos, uno quedó a la distancia justa y con el tamaño adecuado para tener agua en estado líquido y retener una
importante envoltura gaseosa. Naturalmente, este planeta es la Tierra.

Sólido, líquido y gaseoso


Después de un periodo inicial en que la Tierra era una masa incandescente,
las capas exteriores empezaron a solidificarse, pero el calor procedente del
interior las fundía de nuevo. Finalmente, la temperatura bajó lo suficiente
como para permitir la formación de una corteza terrestre estable. Al principio
no tenía atmósfera, y recibia muchos impactos de meteoritos. La actividad
volcánica era intensa, lo que motivaba que grandes masas de lava saliesen al
exterior y aumentasen el espesor de la corteza, al enfriarse y solidificarse.

Esta actividad de los volcanes generó una gran cantidad de gases que
acabaron formando una capa sobre la corteza. Su composición era muy distinta de la actual, pero fue la
primera capa protectora y permitió la aparición del agua líquida. Algunos autores la llaman "Atmósfera I".

En las erupciones, a partir del oxígeno y del hidrógeno se generaba vapor de agua, que al ascender por la
atmósfera se condensaba, dando origen a las primeras lluvias. Al cabo del tiempo, con la corteza más fría, el
agua de las precipitaciones se pudo mantener líquida en las zonas más profundas de la corteza, formando
mares y océanos, es decir, la hidrosfera.
Historia geológica de la Tierra
Desde su formación hasta la actualidad, la Tierra ha experimentado muchos cambios. Las primeras etapas,
desde que empezó la solidificación de la masa incandescente hasta la aparición de una corteza permanente,
no dejaron evidencias de su paso, ya que las rocas que se iban generando, se volvían a fundir o, simplemente,
eran "tragadas" por una nueva erupción.

Estas etapas primitivas son todavía un misterio para la ciencia. Además, el paso del tiempo, la erosión, los
distintos cambios ... han ido borrando las señales, por lo que, cuanto más antiguo es el periodo que se
pretenda analizar, mayores dificultades vamos a encontrar. La Tierra, no lo olvidemos, sigue evolucionando
y cambiando.

Eones, Eras, Periodos y Épocas geológicas


El eón es la unidad más grande de tiempo geológico. Se divide en diversas
eras geológicas. Cada era comprende algunos periodos, divididos en épocas.

Cuanto más reciente es un periodo geológico, más datos podemos tener y,


en consecuencia, se hace necesario dividirlo en grupos más pequeños.

Se obtienen registros de la geología de la Tierra de cuatro clases principales


de roca, cada una producida en un tipo distinto de actividad cortical:

1.- erosión y transporte que posibilitan la posterior sedimentación que, por


compactación y litificación, produce capas sucesivas de rocas sedimentarias.

2.- expulsión, desde cámaras profundas de magma, de roca fundida que se enfría en la superficie de la
corteza terrestre, dando lugar a las rocas volcánicas.

3.- estructuras geológicas formadas en rocas preexistentes que sufrieron deformaciones.

4.- actividad plutónica o magmática en el interior de la Tierra.

Datación, las fechas del pasado


Las divisiones de la escala de tiempos geológicos resultante se basan, en primer lugar, en las variaciones de
las formas fósiles encontradas en los estratos sucesivos. Sin embargo, los primeros 4.000 a 600 millones de
años de la corteza terrestre están registrados en rocas que no contienen casi ningún fósil, es decir, sólo
existen fósiles adecuados de los últimos 600 millones de años. Por esta razón, los científicos dividen la
extensa existencia de la Tierra en dos grandes divisiones de tiempo: el precámbrico (que incluye los eones
arcaico y proterozoico) y el fanerozoico, que comienza en el cámbrico y llega hasta la época actual.

El descubrimiento de la radiactividad permitió a los geólogos del siglo XX idear métodos de datación
nuevos, pudiendo así asignar edades absolutas, en millones de años, a las divisiones de la escala de tiempos.
Edad (años) Eon Era Periodo Época
4.500.000.000 Precámbrico Azoica
3.800.000.000 Arcaica
2.500.000.000 Proterozoica
560.000.000 Fanerozoico Paleozoica Cámbrico
510.000.000 Ordovícico
438.000.000 Silúrico
408.000.000 Devónico
360.000.000 Carbonífero
286.000.000 Pérmico
248.000.000 Mesozoica Triásico
213.000.000 Jurásico
144.000.000 Cretáceo
65.000.000 Cenozoica Terciaria Paleoceno
56.500.000 Eoceno
35.400.000 Oligoceno
24.000.000 Mioceno
5.200.000 Plioceno
1.600.000 Cuaternaria Pleistoceno
10.000 Holoceno
Historia geológica: el Precámbrico
Este larguísimo periodo de la historia de la Tierra abarca desde su formación,
hace unos 4.500 millones de años, hasta hace unos 580 millones de años, es
decir, casi 4.000 años de historia del planeta. Ocupa el 88% de la historia de la
Tierra. Mucho parece.

Bueno, no todo el mundo está de acuerdo. Algunos autores llaman "Azoico" al


periodo en que la Tierra estaba todavía en formación y sitúan el inicio del
Precámbrico alrededor de hace 3.800 millones de años, cuando la corteza
estaba ya (más o menos) consolidada y se empezaron a formar las primeras
sustancias orgánicas. Del mismo modo, otros sitúan el final del periodo entre
590-540 millones de años atrás, cuando aparecen las primeras algas.

Sea como fuere, dos cosas estaán claras: que es el periodo geológico más
largo y que, en él, la Tierra se estabilizó y aparecieron los primeros
organismos vivos, muy simples, por cierto.

De bola incandescente a casa de la vida


El periodo en el que la tierra se estaba transformando desde una bola incandescente hasta un planeta con
corteza, se conoce como "Azoico" o "Catarqueano". Este proceso se suele dar por terminado hace unos 3.800
millones de años, cuando la Tierra quedó "un poco más" estabilizada. La corteza terrestre, al final de este
periodo, era muy frágil, más delgada que ahora y con una enorme cantidad de movimientos provocados por
terremotos y erupciones volcánicas.

En lo que sí están de acuerdo casi todos es en que, aproximadamente por estas fechas, la superficie terrestre
quedó establecida. Se inicia la era (o eón, sgún algunos) Arcaica. La corteza se fue enfriando y se formaron
las primeras rocas ígneas y metamórficas. Las abundantes lluvias generaron los océanos y mares, mientras la
temperatura a nivel de superfície seguía descendiendo.

Hace unos 2.500 millones de años se inició el Proteozoico, palabra que significa "tiempo de vida inicial". En
efecto, algunas moléculas complejas consiguieron unirse, en ese ambiente càlido y húmedo, para formar los
primeros organismos orgánicos, principio de la vida.

Estos primeros organismos unicelulares necesitaron casi 2.000 millones de años para conseguir organizarse
en formas más complejas. Mientras tanto, la corteza siguió enfriándose, la atmósfera inició una
transformación (todavía lo hace) y los océanos se estabilizaron, relativamente. Hace unos 560 millones de
años aparecieron los primeros organismos pluricelulares. A partir de aquí se da por terminado el Poteozoico
y, con él, el Precámbrico.

A lo largo del oscuro Precámbrico se formaron una buena parte de la base material que constituye la corteza
de la Tierra, en la cual se producen los fenómenos geológicos que más nos afectan. Con la aparición de los
organismos pluricelulares se inicia el Fanerozoico, época que se caracteriza por un gran número de fósiles
que demuestran la presencia de vida pluricelular en un planeta habitable.
Historia geológica: el Paleozoico
Esta era antigua duró unos 315 millones de años. El planeta era muy distinto del actual. Las tierras emergidas
tenían el aspecto de islas más o menos disperas alrededor del ecuador terrestre. Algunas de estas islas eran
América del Sur, Laurentia y Gondwana.

Durante esta época se produjeron numerosos plegamientos. El clima era todavía cálido y húmedo. Esto
favoreció la proliferación de los organismos pluricelulares y su posterior evolución.

La vida en el agua y en la tierra


En un principio, la vida en el mar se hizo muy rica. Los fósiles de la primera
mitad del Paleozoico son algunos invertebrados como trilobites, graptolitos, y
crinoideos. Los correspondientes a la segunda mitad de esta era, comprenden
algunos fósiles de plantas y de vertebrados, como peces y reptiles.

En el periodo Cámbrico, iniciado hace 560 millones de años, la vida, vegetal


y animal, estaba confinada a los mares. Aparecen los primeros caracoles, así
como los moluscos cefalópodos. En el reino vegetal las plantas
predominantes eran las algas en los océanos y los líquenes en la tierra. Su
enorme proliferación contribuyo al aumento de oxígeno en la atmósfera
terrestre.

En el siguiente periodo, Ordovícico, iniciado hace 510 millones de años, aparecieron animales que poseían
una estructura anatómica precursora de la espina dorsal. Aparecen los primeros vertebrados, unos peces
primitivos, y los corales. Los animales más grandes fueron unos cefalópodos (moluscos), que tenían un
caparazón de unos 3 m de largo. Las plantas de este periodo eran similares a las del periodo anterior.

Hace 438 millones de años se inicia el Silúrico. El avance evolutivo más importante fue la aparición del
primer animal de respiración aérea, un escorpión. También pertenece a este periodo el primer fósil
clasificado de una planta vascular (plantas terrestres con tejidos que transportan el alimento), aunque los
tallos y las hojas todavía no estaban diferenciados. La aparición de estos organismos hace creer que la
composición de la atmósfera empezaba a parecerse a la actual.

En la siguiente página de sete capítulo se tratan los tres periodos restantes en que se divide el Paleozoico:
Devónico, Carbonífero y Pérmico.
El Paleozoico: Devónico, Carbonífero y Pérmico
El periodo Devónico, que comenzó hace 408 millones de años, se caracteriza por la aparición de varios tipos
de peces, que abarcaban tiburones, dipnoos, peces acorazados y una forma primitiva de peces con escamas
duras, de los cuales evolucionaron probablemente los antepasados de los anfibios.

También había corales, estrellas de mar, esponjas y trilobites, así como el primer insecto conocido. Se
desarrollaron las plantas leñosas y, a finales del Devónico, lo hicieron otras plantas terrestres tales como los
helechos y helechos con semillas, colas de caballo y unos árboles escamosos relacionados con los actuales
selagos. Aparecen los primeros bosques.

La diversidad de la vida
El periodo Carbonífero comenzó hace unos 360 millones de años. Un grupo
de tiburones, los cestraciontes, predominaron entre todos los grandes
organismos marinos. Los animales terrestres más notables fueron una especie
de lagartijas anfibias que provenían de los dipnoos. Diversas plantas terrestres
comenzaron a diversificarse y a aumentar de tamaño, sobre todo en zonas
pantanosas.

En la segunda parte del carbonífero surgieron los reptiles, que evolucionaron


a partir de los anfibios y que eran ya terrestres en su totalidad. Otros animales
de este periodo fueron los arácnidos, las serpientes, los escorpiones, más de
800 especies de ranas y los insectos más grandes que han existido. Los
vegetales mayores eran unos árboles escamosos, cuyos troncos medían más de 1,8 m en la base y tenían una
altura de 30 metros.

También abundaron en este periodo unas gimnospermas primitivas y la primera conífera verdadera, una
forma avanzada de gimnosperma, que consiste en una planta vascular con semillas, pero sin flores.

De las antiguas masas terrestres, sólo el protocontinente de Siberia se encontraba al norte de los trópicos,
llegando casi hasta el polo norte. El supercontinente de Gondwana, que comprendía lo que llegaría a ser
Sudamérica, África, India, Australia y Antártida, se encontraba en su totalidad en el hemisferio sur; abarcaba
una vasta superficie centrada en las inmediaciones del polo sur.

El último periodo del Paleozoico, el Pérmico, comenzó hace 286 millones de años. Ocurrieron sucesos tan
relevantes como la desaparición de gran parte de los organismos marinos y la rápida evolución y expansión
de los reptiles, que eran de dos tipos: reptiles semejantes a los lagartos, completamente terrestres, y reptiles
semiacuáticos lentos. De entre todos los reptiles, fueron un pequeño grupo, los Theriodontia, los que dieron
lugar a los mamíferos. La vegetación de este periodo, muy abundante, estaba constituida sobre todo por
helechos y coníferas.

La parte final del paleozoico fue un periodo de agitación generalizada de la corteza terrestre. Emergieron
continentes de debajo de los mares poco profundos del carbonífero precedente. Los depósitos acumulados en
fosas geosinclinales fueron sometidos a presión y elevados en forma de sistemas montañosos: los Apalaches
del centro y del sur en Norteamérica, y los Urales en Rusia. Europa y Asia se unieron mientras que al oeste
una colisión entre placas continentales unía Norteamérica con el continente de Gondwana. De este modo,
todas las masas continentales de la tierra se reunieron en una sola, llamada Pangea.
Historia geológica: el Mesozoico
Esta era intermedia duró unos 160 millones de años. En sus inicios todos los continentes, o islas, del periodo
anterior se habían reunido en un único continente gigantesco al que llamamos Pangea, es decir, toda la
Tierra.

Los principales plegamientos se produjeron en la vertiente oeste de América, las Montañas Rocosas en el
norte y los Andes en el Sur.

El clima siguió siendo cálido, pero algo más seco. La Tierra estaba dominada por enormes coníferas por lo
que su aspecto, desde el espacio, debería ser mucho más verde que el actual. :-(( Entre los animales
aparecieron y, al final, se extinguieron los famosos dinosaurios.

Aparición de los dinosaurios


Durante estos 160 millones de años no se produjeron grandes movimientos
orogénicos. En esta era desaparecieron grandes grupos de animales como los
trilobites, graptolites y peces acorazados. Se desarrollaron ampliamente los
vertebrados, sobre todo los reptiles, por lo que a la Era Secundaria se le
llama también la Era de los Reptiles o era de los dinosaurios. También se
desarrollan plantas angiospermas, de flores vistosas.

El mesozoico se divide en tres periodos: Triásico, Jurásico y Cretáceo. En


esta página nos centramos en el primero y dejamos los otros dos para la
siguiente.

El Triásico fue un periodo geológico que se extendió desde alrededor de 248 a 213 millones de años atrás.
Se caracteriza fundamentalmente por la aparición de los grandes dinosaurios. Los continentes Africa y
América del Sur estaban juntos, con una actividad magmática al límite de los dos continentes.

Durante el triásico, el supercontinente Pangea empezó a desmembrarse. Al ir estirándose la corteza terrestre,


se hundieron grandes bloques, creando cuencas. El clima era cálido en general. En tierra dominaban los
árboles perennifolios, en su mayor parte coníferas, y ginkgos.

El triásico marca la aparición de los primeros mamíferos verdaderos, pero poco se sabe acerca de su
fisiología. Entre los invertebrados, los insectos estaban representados por la primera especie en experimentar
una metamorfosis completa, atravesando las fases de larva, pupa y adulto. En los mares había belemnites
similares a calamares, ammonites y crustáceos.

El 75% de las especies de invertebrados desaparecieron en una extinción en masa a finales del cretácico, que
veremos en la próxima página.
El Mesozoico: Jurásico y Cretáceo
El Jurásico se ha hecho famoso en nuestros dias gracias al cine. Fue la época del esplendor de los
dinosaurios, cuando estos dominaban la Tierra.

Aunque menos famoso, el Cretáceo es un periodo crucial en la historia geológica de la Tierra. Veremos por
qué.

Esplendor y fin de los dinosaurios


El Jurásico abarca desde alrededor de 213 a 144 millones de años atrás y toma
su nombre de los estratos de roca de la cordillera del Jura. Se caracteriza por la
hegemonía de los grandes dinosaurios y por la escisión de Pangea en los
continentes Norteamérica, Eurasia y Gondwana. De este último se escindió
Australia (en el jurásico superior y principios de cretáceo), dando origen a nuevas
especies de mamíferos.

Mientras que los mares crecían y se unían, zonas de agua marina poco profundas
y cálidas se extendieron por gran parte de Europa y de otras masas continentales
que bordeaban el mar de Tetis.

Hacia el final del jurásico, estos mares bajos empezaron a secarse, dejando depósitos gruesos de caliza en
donde se formaron algunas de las más ricas acumulaciones de petróleo y de gas.

El Cretáceo o Cretácico empezo hace unos 145 y duró hasta 65 millones de años atrás. La datación del final
de la era es muy precisa, pues ésta se hace coincidir con la de una capa geológica con fuerte presencia de
Iridio, en la península del Yucatán y el golfo de México, y que se supone coincide con la caída de un enorme
meteorito que pudo provocar la extinción de los dinosaurios. Este acontecimiento marca el fin de la Era
Mesozoica. Al final de esta era aparecen los mamíferos y las aves primitivas.

Durante el cretácico tardío, el nivel del mar subió en todo el mundo, inundando casi un tercio de la superficie
terrestre actual. Así, el calor del sol pudo distribuirse más hacia el norte gracias a las corrientes marinas,
dando lugar a un clima global cálido y suave, sin casquetes de hielo en los polos y una temperatura en las
aguas del Ártico de 14 ºC o más.

A finales del cretácico, la flora había adoptado ya una apariencia moderna e incluía muchos de los géneros
actuales de árboles, como aquellos a los que pertenecen el roble, la haya y el arce.
Historia geológica: el Cenozoico
La última y más reciente era geológica abarca los últimos 65 millones de
años. Los continentes adquieren, paulatinamente, el aspecto y situación
actuales aunque, al principio, el océano Atlántico era bastante más estrecho y
lo que ahora es la península india se encontraba "viajando" desde el sureste de
África hasta su ubicación actual.

En esta época se produce el plegamiento Alpino, creador de grandes cadenas


montañosas como los Alpes, el Atlas y el Himalaya. El clima se enfría y
aparecen las glaciaciones. Entre los animales destaca la evolución de los
mamíferos, siendo el más conocido el imponente mamut, una especie de
elefante especialmente preparado para los climas helados.

La Era Terciaria se divide en varios periodos que son:

El Paleoceno abarca el intervalo transcurrido entre 65 y 56,5 millones de años atrás. Marca el paso final en la
desmembración del supercontinente Pangea que empezó a separarse en los comienzos del mesozoico
temprano. Los movimientos de la tectónica de placas separaron finalmente la Antártida de Australia; en el
hemisferio norte, el fondo marino en expansión del Atlántico norte ensanchado alejó Norteamérica de
Groenlandia.

Al haber desaparecido los dinosaurios al final del cretácico, el periodo precedente, la vida mamífera empezó
a dominar en la Tierra. Los principales mamíferos que aparecieron fueron los marsupiales, los insectívoros,
los lemures, los creodontos (ancestro carnívoro común de todos los félidos y los cánidos) y animales
ungulados primitivos a partir de los cuales fueron evolucionando diversos grupos como los caballos, los
rinocerontes, los cerdos y los camellos.

El Eoceno comenzó hace unos 56,5 millones de años y finalizó hace unos 35,4 millones de años. En el
hemisferio occidental, el eoceno supuso el alzamiento de las grandes cadenas montañosas que se extienden
hacia el norte y el sur en el oeste de América. El supercontinente de Laurasia siguió desgajándose. Las
fuerzas generadas por las colisiones continentales que habían comenzado al principio de la era precedente, el
mesozoico, condujeron al alzamiento de los sistemas montañosos alpino e himalayo.

Mientras tanto, sobre las llanuras del noreste de la India corrieron ingentes cantidades de basalto fundido al
unirse este subcontinente recién formado, desgajado de África durante el cretácico, a Asia. En el hemisferio
sur, la Antártida y Australia, que habían estado unidas después de separarse de Gondwana en el mesozoico,
se separaron a su vez y se alejaron la una de la otra.

La rápida evolución de nuevos órdenes de mamíferos, iniciada en el paleoceno, siguió adelante. En Europa y
Norteamérica aparecieron al mismo tiempo formas ancestrales del caballo, el rinoceronte, el camello y otros
grupos modernos, como los murciélagos, los primates y roedores similares a las ardillas. Muchos de ellos
eran muy pequeños en comparación con las formas actuales. Los carnívoros de aquel entonces, llamados
creodontos, fueron el tronco del que evolucionarían los perros y los gatos modernos. El final de esta época
fue testigo de la primera adaptación de los mamíferos a la vida marina.

En el próximo capítulo se comentan los otros tres periodos la Era Terciaria: Oligoceno, Mioceno y Plioceno.
El Cenozoico: Oligoceno, Mioceno y Plioceno
El Oligoceno se inició hace unos 35,4 millones de años y finalizó hace unos 23,3 millones de años. Las
colisiones entre las placas de la corteza terrestre continuaron sin pausa desde el eoceno. En el hemisferio
oriental, los restos afroárabes e indios del anterior supercontinente de Gondwana chocaron con Eurasia al
norte, cerrando el extremo oriental del mar de Tetis y dejando en su lugar un residuo muy mermado, el
Mediterráneo.

Las fuerzas de compresión generadas por la colisión contribuyeron a elevar un extenso sistema de cadenas de
montañas, desde los Alpes en el Oeste hasta el Himalaya en el Este.

Mientras tanto, la placa australiana chocaba contra la indonesia, y la norteamericana había empezado a
solaparse sobre la del Pacífico. El clima siguió siendo subtropical y húmedo en toda Norteamérica y Europa,
pero había comenzado una tendencia al enfriamiento global a largo plazo, que culminaría en los periodos
glaciales del pleistoceno.

Los mamíferos estaban ya establecidos como forma de vida terrestre dominante. Équidos antecesores de los
actuales caballos, rinocerontes (un subgrupo, el Baluchitherium de Asia central, es el mamífero terrestre más
grande de todos los tiempos),

Los camellos del tamaño de ovejas, y los primeros elefantes, carentes tanto de
colmillos como de trompa. Los creodontos se habían diferenciado ya para dar
lugar a los antecesores de los actuales perros y gatos. Los roedores estaban
muy extendidos, y entre los primates se encontraban el tarsero y el lémur. De
los estratos del oligoceno se han extraído huesos de los primeros monos del
Viejo Mundo, así como los de una única especie de gran simio.

El Mioceno comenzó hace 23,3 millones de años y finalizó hace 5,2 millones
de años. La elevación de las grandes cordilleras montañosas que había
comenzado durante el oligoceno, siguió adelante, acabando de forma los
Alpes en Europa, el Himalaya en Asia y las cadenas montañosas del continente americano. Los sedimentos
producidos por la erosión de estos sistemas se depositaron en cuencas marinas poco profundas, para terminar
convirtiéndose en la localización de ricos depósitos petrolíferos en California, Rumania y la costa oeste del
mar Caspio.

El clima del mioceno era más fresco que el de la época precedente. En el hemisferio sur se había establecido
ya un sistema circumplanetario de corrientes oceánicas, que aislaba a la Antártida de las corrientes más
cálidas del resto del mundo. Esto favoreció la aparición de un gran casquete de hielo antártico. En el
hemisferio norte, grandes áreas antes cubiertas por espesos bosques se convirtieron en grandes praderas. La
fauna del mioceno contempla la aparición del mastodonte, al igual que el mapache y la comadreja. Durante
esta época, los grandes simios, relacionados con el orangután, vivían en Asia y en la parte sur de Europa.

El Plioceno se extiende desde hace 5,2 millones de años hasta 1,6 millones de años atrás. En el oeste de
Norteamérica, la subducción de la placa tectónica del Pacífico contribuyó a la elevación de sierra Nevada y
de la cordillera volcánica de las Cascadas. En Europa, los Alpes continuaron su ascensión apoyados por el
movimiento de la tectónica de placas que empujaba y combaba la corteza en una región amplia de este
continente. Al final del mioceno, la colisión de las placas africana e ibérica había formado el sistema bético-
rifeño y cortado la comunicación entre el Mediterráneo y el Atlántico, con lo que se produjo la desecación
del primero, en cuya cuenca se instaló un clima árido depositándose grandes cantidades de sales. Al iniciarse
el plioceno se volvió a abrir el paso y el Mediterráneo se llenó de nuevo.
El clima se hizo más frío y seco. Los mamíferos se habían establecido desde hacía tiempo como la forma de
vida vertebrada dominante y es durante el plioceno cuando se produce la evolución de un grupo de primates,
los homínidos, con diversas especies, desde los Australopitecinos al Homo habilis y al Homo erectus,
consideradas antepasados directos del Homo sapiens.

El próximo capítulo trata sobre los últimos periodos del Cenozoico, conocidos como Era Cuaternaria.
Historia geológica: el Cuaternario
El Cuaternario es el periodo del Cenozoico que empezó 1,64 millones de años, y comprende hasta nuestros
días. El cuaternario se divide en pleistoceno, la primera y más larga parte del periodo, que incluye los
periodos glaciales, y la época reciente o postglacial, también llamada holoceno, que llega hasta nuestros días.

El pleistoceno es llamado a veces "la era del Hombre", porque los seres humanos evolucionaron en este
periodo. En el siguiente periodo, el Holoceno, los seres humanos fueron capaces de desarrollar una vida
organizada en grupos sociales a la que llamamos civilización.

El Pleistoceno
En la primera parte del Cuaternario, llamada Pleistoceno, el hielo se extendió
en forma de glaciares sobre más de una cuarta parte de la superficie terrestre.
En las regiones libres de hielo, la flora y la fauna dominantes eran
esencialmente las mismas que las del plioceno.

Un sistema glaciar estaba centrado sobre Escandinavia, y se extendía hacia el


sur y hacia el este a través del norte de Alemania y el oeste de Rusia, y hacia
el suroeste sobre las islas Británicas. El segundo gran sistema glaciar del
hemisferio norte cubría la mayor parte de Siberia. Otro sistema glaciar cubrió
Canadá y se extendió hasta Estados Unidos.

Las regiones ártica y antártica estaban también cubiertas de hielo, al igual que
la mayoría de los picos de las montañas altas de todo el mundo. Los efectos
topográficos de la acción de los glaciares durante el pleistoceno son perceptibles en buena parte del mundo.

A finales del pleistoceno, no obstante, en Norteamérica se habían extinguido muchas especies de mamíferos,
incluidos la llama, el camello, el tapir, el caballo y el yak. Otros grandes mamíferos, como el mastodonte, el
tigre dientes de sable y el perezoso terrestre, se extinguieron en todo el mundo.

Mientras se acumulaba hielo y nieve en las latitudes altas, en las más bajas aumentaban las lluvias, lo que
permitió que la vida vegetal y animal floreciera en áreas del norte y el este de África que hoy son yermas y
áridas. Se han descubierto pruebas de que el Sahara estuvo ocupado por cazadores nómadas, así como por
jirafas y otros rumiantes durante el pleistoceno tardío.

El Holoceno
Durante la época reciente, el Holoceno, que comenzó hace unos 10.000 años, el
deshielo hizo subir treinta o más metros el nivel del mar, inundando grandes
superficies de tierra y ensanchando la plataforma continental del oeste de Europa y
el este de Norteamérica. En general, es una época de clima cálido, en el que se
asientan las actuales distribuciones geográficas de la fauna y la flora.

Los seres humanos empezaron a organizarse en grupos sociales que se


concentraban en "ciudades" (de ahí proviene la palabra "civilización").
Paulatinamente empezaron a compaginar la caza y la pesca con la agricultura y la
ganadería, lo que provocó el asentamiento en lugares estables y el abandono de la
vida nómada.

A pesar de que, como periodo geológico, se extiende hasta nuestros días, el estudio del Holoceno se extiende
hasta la invención de la escritura. El primer escrito que se conoce se atribuye a los sumerios de Mesopotamia,
hace unos 5.000 años. A partir de este momento empieza lo que llamamos "historia".
La corteza terrestre

Desde sus orígenes, nuestro planeta está compuesto de diversas capas que se formaron
mientras los materiales pesados caían hacia el centro y los más ligeros salían a la superficie.
Entre algunas de las capas se producen cambios químicos o estructurales que provocan
discontinuidades. Los elementos menos pesados, como silicio, aluminio, calcio, potasio,
sodio y oxígeno, componen la corteza exterior.

Las placas que forman la corteza terrestre se encuentran flotando sobre materiales pastosos
sometidos a fuertes presiones. Se desplazan lentamente las unas con respecto a las otras. En el
pasado estuvieron unidas, después se separaron formando los actuales continentes.

Debido a estos movimientos y a la presión sobre los materiales internos, se producen diversos
fenómenos: plegamientos del terreno, fallas, grietas, volcanes y terremotos. Vivimos sobre
una superficie que, lejos de permanecer estable, va cambiando a lo largo del tiempo.
Las placas de la corteza terrestre
La superfície terrestre, la litosfera, está dividida en placas que se mueven a
razón de unos 2 a 20 cm por año, impulsadas por corrientes de convección
que tienen lugar bajo ella, en la astenosfera.

Hay siete grandes placas principales además de otras secundarias de menor


tamaño. Algunas de las placas son exclusivamente oceánicas, como la de
Nazca, en el fondo del océano Pacífico. Otras, la mayoría, incluyen corteza
continental que sobresale del nivel del mar formando un continente.

Placas de la litosfera
La parte sólida más externa del planeta es una capa de unos 100 km de espesor denominada litosfera que está
formada por la corteza más la parte superior del manto. En las zonas oceánicas la corteza es más delgada, de
0 a 12 km y formada por rocas de tipo basáltico. La corteza que forma los continentes es más gruesa, hasta de
40 o 50 km y compuesta por rocas cristalinas, similares al granito. La corteza continental es la capa más fría
y más rígida de la Tierra, por lo que se deforma con dificultad.

La astenosfera, situada inmediatamente por debajo de la litosfera está formada por materiales en estado
semifluido que se desplazan lentamente. Las diferencias de temperatura ente un interior cálido y una zona
externa más fría producen corrientes de convección que mueven las placas.

Estas placas se forman en las dorsales oceánicas y se hunden en las zonas de subducción. En estos dos
bordes, y en las zonas de roce entre placas (fallas), se producen grandes tensiones y salida de magma que
originan terremotos y volcanes.

Los continentes, al estar incrustados en placas móviles, no tienen una posición y forma fijas, sino que se
están desplazando sobre la placa a la que pertenecen.

La parte oceánica puede introducirse por debajo de otra placa hasta desaparecer en el manto. Pero la porción
continental de una placa no, porque es demasiado rígida y gruesa. Cuando dos continentes arrastrados por sus
placas colisionan entre sí, acaban fusionándose uno con el otro, mientras se levanta una gran cordillera en la
zona de choque.

Pangea y las movimientos de placas


En la historia de la Tierra hubo épocas en que la mayor parte de los
continentes estaban reunidos, después de chocar unos con otros, formando
el gran supercontinente Pangea. La última vez que sucedió esto fue a
finales del Paleozoico y principios del Mesozoico.

Durante el Mesozoico, Pangea fue disgregándose. Primero se dividió en


dos grandes masas continentales: Laurasia al norte y Gondwana al sur,
separadas por un océano ecuatorial llamado Tethys. Durante el Mesozoico,
hace unos 135 millones de años, empezó a formarse el océano Atlántico al
ir separándose América de Europa y Africa.

Los desplazamientos de los continentes y los cambios climáticos y de nivel del mar que han provocado, han
tenido una gran influencia en la evolución que han seguido los seres vivos en nuestro planeta. En lugares que
han permanecido aislados del resto de las tierras firmes mucho tiempo, como Australia o Madagascar,
rodeadas por mar desde hace más de 65 millones de años, han evolucionado formas de vida muy especiales.
Otro ejemplo es la diferencia de flora y fauna entre América del Norte y América del Sur, aislados durante
decenas de millones de años y uniedos hace sólo unos 3 millones de años.
La deriva continental
Se llama así al fenómeno por el cual las placas que sustentan los continentes
se desplazan a lo largo de millones de años de la historia geológica de la
Tierra.

Este movimiento se debe a que contínuamente sale material del manto por
debajo de la corteza oceánica y se crea una fuerza que empuja las zonas
ocupadas por los continentes (las placas continentales) y, en consecuencia, les
hace cambiar de posición.

La teoría de Wegener
En 1620, el filósofo inglés Francis Bacon se fijó en la similitud que presentan las formas de la costa
occidental de África y oriental de Sudamérica, aunque no sugirió que los dos continentes hubiesen estado
unidos antes. La propuesta de que los continentes podrían moverse la hizo por primera vez en 1858 Antonio
Snider, un estadounidense que vivía en París. En 1915 el meteorólogo alemán Alfred Wegener publicó el
libro "El origen de los continentes y océanos", donde desarrollaba esta teoria, por lo que se le suele
considerar como autor de la teoría de la deriva continental.

Según esta teoría, los continentes de la Tierra habían estado unidos en algún momento en un único
‘supercontinente’ al que llamó Pangea. Más tarde Pangea se había escindido en fragmentos que fueran
alejándose lentamente de sus posiciones de partida hasta alcanzar las que ahora ocupan. Al principio, pocos
le creyeron.

Lo que volvió aceptable esta idea fue un fenómeno llamado paleomagnetismo. Muchas rocas adquieren en el
momento de formarse una carga magnética cuya orientación coincide con la que tenía el campo magnético
terrestre en el momento de su formación. A finales de la década de 1950 se logró medir este magnetismo
antiguo y muy débil (paleomagnetismo) con instrumentos muy sensibles; el análisis de estas mediciones
permitió determinar dónde se encontraban los continentes cuando se formaron las rocas. Se demostró así que
todos habían estado unidos en algún momento.

Por otra parte, desconcierta el hecho de que algunas especies botánicas y animales se encuentren en varios
continentes. Es impensable que estas especies puedan ir de un continente a otro a través de los océanos, pero
sí podían haberse dispersado fácilmente en el momento en que todas las tierras estaban unidas. Además, en el
oeste de África y el este de Sudamérica se encuentran formaciones rocosas del mismo tipo y edad.
El movimiento contínuo
Lo que ha ocurrido, por lo menos, una vez, puede volver a ocurrir. Y ocurrirá.
El movimiento de las placas que forman la corteza terrestre deslizandose
sobre una capa viscosa, sometida a fuertes tensiones, no puede detenerse.

¿Por qué no lo notamos? Bueno, es un movimiento muy lento, o nuestra


visión muy rápida. Pero la deriva de los continentes es imparable, como lo es
la salida al exterior de nuevos materiales en las dorsales oceànicas y el
hundimiento en las zonas de subducción.

Recordemos que los continentes no son más que las tierras emergidas de
algunas placas y, de buen seguro, en el futuro cambiarán de forma y posición
muchas veces, como lo hicieron en el pasado.

Pangea es sólo un paso


Antes de la deriva de Pangea se sabe que hubo periodos de deriva anteriores. Pangea sólo había durado unos
pocos cientos de millones de años y se había formado inicialmente a partir de la unión de un conjunto de
masas de tierra distintas de los continentes actuales, que eran a su vez fragmentos de otro supercontinente.
Por lo que parece, la rotura, dispersión y reunión de supercontinentes es un proceso continuo.

De hecho, no son los continentes, sino el propio fondo oceánico el que se mueve y arrastra de este modo los
continentes. El proceso continúa, y los continentes siguen su deriva, por lo general a razón de unos pocos
centímetros al año. Por tanto, su actual disposición no es permanente.

El océano Atlántico se está ensanchando a medida que África y América se separan; en cambio, el océano
Pacífico se está empequeñeciendo. También el mar Mediterráneo se estrecha, y terminará por desaparecer,
pues África avanza hacia el norte, al encuentro de Europa.

Cuando Pangea se escindió en Gondwana y Laurasia, la India formaba parte de Gondwana. Más tarde se
rompió y se desplazó rápidamente hacia el norte a la velocidad inusualmente elevada de 17 cm anuales, hasta
chocar con Asia e unirse a este continente. La presión de la India contra Asia provocó el plegamiento de la
corteza y la formación de la cordillera del Himalaya, fenómeno que aún prosigue.

Se cree que la unión o sutura de masas de tierra continuará repitiéndose una y otra vez en el futuro y que
todos los continentes volverán a reunirse de nuevo en un supercontinente.
Tectónica de placas
Durante miles de millones de años se ha ido sucediendo un lento pero continuo desplazamiento de las placas
que forman la corteza del planeta Tierra, originando la llamana "tectónica de placas", una teoría que
complementa y explica la deriva continental.

Los continentes se unen entre sí o se fragmentan, los océanos se abren, se levantan montañas, se modifica el
clima, influyendo todo esto, de forma muy importante en la evolución y desarrollo de los seres vivos. Se crea
nueva corteza en los fondos marinos, se destruye corteza en la trincheras oceánicas y se producen colisiones
entre continentes que modifican el relieve.

Las bases de la teoría


Según la teoría de la tectónica de placas, la corteza terrestre está compuesta al
menos por una docena de placas rígidas que se mueven a su aire. Estos
bloques descansan sobre una capa de roca caliente y flexible, llamada
astenosfera, que fluye lentamente a modo de alquitrán caliente.

Los geólogos todavía no han determinado con exactitud como interactúan


estas dos capas, pero las teorías más vanguardistas afirman que el
movimiento del material espeso y fundido de la astenosfera fuerza a las
placas superiores a moverse, hundirse o levantarse.

El concepto básico de la teoría de la tectónica de placas es simple: el calor asciende. El aire caliente asciende
por encima del aire frío y las corrientes de agua caliente flotan por encima de las de agua fría. El mismo
principio se aplica a las rocas calientes que están bajo la superficie terrestre: el material fundido de la
astenosfera, o magma, sube hacia arriba, mientras que la materia fría y endurecida se hunde cada vez más
hacia al fondo, dentro del manto. La roca que se hunde finalmente alcanza las elevadas temperaturas de la
astenosfera inferior, se calienta y comienza a ascender otra vez.

Este movimiento continuo y, en cierta forma circular, se denomina convección. En los bordes de la placa
divergente y en las zonas calientes de la litosfera sólida, el material fundido fluye hacia la superficie,
formando una nueva corteza.
Expansión oceánica
En los fondos oceánicos las placas se alejan y queda entre ellas un hueco que se llena con material
proveniente del manto, roca fundida (magma) de la astenósfera, que puede fluir por encontrarse muy caliente.
En cuanto llega a la superficie sufre cambios físicos y químicos al perder gases y entrar en contacto con el
agua del fondo del mar. Al descender su temperatura se convierte en nueva corteza oceánica.

Al continuar separándose las placas, esta nueva corteza oceánica es arrastrada hacia los lados de la cresta y
deja lugar para que ascienda más material del manto. El material que asciende está muy caliente, y transmite
parte de este calor al material que tiene cerca, el cual empuja el material que tiene encima, dando lugar a las
grandes elevaciones sobre el nivel medio del fondo marino que presentan las cordilleras oceánicas.

Las placas siguen separándose y el nuevo fondo, cada vez más frío, pasa el punto más alto y comienza un
descenso muy rápido, se rompe y se crean nuevas fallas normales, pero ahora el movimiento relativo de las
paredes es en sentido contrario al que ocurre del mismo lado dentro del valle. Conforme se aleja del centro de
expansión, la nueva corteza oceánica se va enfriando, lo cual la vuelve más densa y, por tanto, más pesada.
Al pesar más, hace más presión sobre el material de la astenósfera y lo hace descender. El resultado de esto
es que el fondo oceánico se encuentra apoyado sobre una superficie inclinada, y la fuerza de gravedad hace
que resbale sobre esta superficie alejándose del centro de expansión y por tanto de la placa que se encuentra
del otro lado.

Zonas de subducción
Si se está creando continuamente nuevo fondo oceánico y la Tierra no está creciendo, la creación de nueva
superficie debe ser compensada mediante la destrucción de superficie antigua. Por otro lado, si dos placas se
alejan una de otra, esto significa que se acercan a otras placas que se encuentren en su camino, y si éstas no
se alejan lo suficientemente rápido tienen que competir por la superficie que ocupan.

En los extremos de dos placas, una continental y otra oceánica, el extremo de la placa oceánica tiende a
hundirse, porque es más pesada que la astenósfera, mientras que la placa continental flota por ser más ligera.
En consecuencia, la placa oceánica se hunde bajo la continental y regresa al manto donde las altas
temperaturas la funden. Las trincheras oceánicas son, por tanto, zonas de subducción donde se consume la
placa oceánica.

El hueco entre la placa subducida y la subducente forma una trinchera oceánica, donde se deposita gran
cantidad de sedimentos, aportados, sobre todo, por la continental. Algunas veces parte de estos sedimentos se
une al continente y, de esta manera, crecen los continentes.
Formación de montañas: los plegamientos
La corteza terrestre es sólida, pero como constantemente se generan nuevas porciones y se destruyen otras,
en su zona interior se producen enormes fuerzas que acaban por deformarla.

Estas fuerzas, actuando durante millones de años, hacen que la corteza se ondule y forme pliegues, en un
lugar se levanta el terreno, en otro se hunde. A veces, estas fuerzas son tan potentes que la elasticidad de los
materiales no pueden soportarlas y el priegue se rompe.

Las fuerzas que doblan la Tierra


Los materiales rocosos que forman la corteza terrestre tienen un grado de
elasticidad determinado, que es máximo en las rocas blandas de tipo
sedimentario y mínimo en las rocas metamórficas. Cuando actuan fuerzas
intensas, como las producidas en el choque entre continentes, la roca cede
elásticamente y se dobla adoptando una forma que depende de su elasticidad y
de la intensidad de la fuerza.

Estos procesos de plegamiento pueden producirse a poc profundidad y son los


responsables de la formación de las grandes cordilleras de la Tierra. Si la
fuerza supera la elasticidad, la roca se rompe y se forma una falla.

La mayoría de las rocas estratificadas visibles en ríos, canteras o costas eran,


en su origen, sedimentos depositados en capas o lechos horizontales. Hoy
suelen estar inclinados en una u otra dirección. En ocasiones, cuando los
estratos afloran a la superficie se puede ver cómo suben hasta un arco o
descienden hacia un seno.

Pliegues, anticlinales y sinclinales


Cada unidad de plegamiento se llama pliegue. Los pliegues superiores con forma abovedada se llaman
anticlinales y tienen una cresta y dos ramas inclinadas que descienden hacia senos contiguos, donde pueden
formarse los pliegues inversos en forma de cuenco, o sinclinales.

Los monoclinales tienen una rama inclinada y otra horizontal, mientras que las de los isoclinales se hunden
en la misma dirección y el mismo ángulo. Los periclinales son pliegues como cuencas (inclinación interna) o
cúpulas (inclinación externa). Los pliegues se miden en términos de longitud de onda (de cresta a cresta o de
seno a seno) y altura (de cresta a seno). Pueden ser microscópicos o tener longitudes de kilómetros.

Los rocas de la superficie son tan duras y quebradizas que parece imposible que se doblen de manera plástica
durante una deformación, y menos que fluyan entre las grietas a la vez que se produce el plegamiento. El
calor es un factor importante en las profundidades del manto terrestre y puede convertir las rocas de rígidas a
dúctiles.

La cantidad de tiempo en que las rocas están sometidas a tensión es también importante. La diferencia de
comportamiento se puede explicar si se considera el ejemplo del alquitrán: al golpearlo con un martillo se
rompe, pero con el efecto de la gravedad se desparrama. De igual forma, las rocas que sufren procesos de
deformación rápida se fracturan y producen un terremoto, mientras que las mismas rocas se pliegan si se
someten a tensiones largas y continuas.

A veces el terreno sufre una ligera deformación que no llega a formar un pliegue. El fenómeno se llama
"flexión" del terreno. Por otra parte, algunos pliegues tienen zonas de pendiente menor en medio de una
superficie uniformemente inclinada, llamadas "terrazas".
Fallas de la corteza terrestre
Uno de los accidentes del terreno que se puede observar más fácilmente son las
fallas o rupturas de un plegamiento, especialmente si el terreno es de tipo
sefimentario. Las fallas son un tipo de deformación de la corteza terrestre que
finaliza en ruptura, dando lugar a una gran variedad de estructuras geológicas.

Cuando esta ruptura se produce de forma brusca, se produce un terremoto. En


ocasiones, la línea de falla permite que, en ciertos puntos, aflore el magma de
las capas inferiores y se forme un volcán.

Partes de una falla


El plano de falla es la superficie sobre la que se ha producido el movimiento,
horizontal, vertical u oblicuo. Si las fracturas son frágiles, tienen superficies
lisas y pulidas por efecto de la abrasión. Durante el desplazamiento de las rocas fracturadas se pueden
desprender fragmentos de diferentes tamaños.

Los labios de falla son los dos bordes o bloques que se han desplazado. Cuando se produce un
desplazamiento vertical, los bordes reciben los nombres de labio hundido (o interior) y labio elevado (o
superior), dependiendo de la ubicación de cada uno de ellos con respecto a la horizontal relativa. Cuando está
inclinado, uno de los bloques se desliza sobre el otro. El bloque que queda por encima del plano de falla se
llama "techo" y el que queda por debajo, "muro".

El salto de falla es la distancia vertical entre dos estratos que originalmente formaban una unidad, medida
entre los bordes del bloque elevado y el hundido. Esta distancia puede ser de tan sólo unos pocos milímetros
(cuando se produce la ruptura), hasta varios kilómetros. Éste último caso suele ser resultado de un largo
proceso geológico en el tiempo.

Tipos de fallas
En una falla normal, producida por tensiones, la inclinación del plano de falla
coincide con la dirección del labio hundido. El resultado es un estiramiento o
alargamiento de los materiales, al desplazarse el labio hundido por efecto de la
fuerza de la gravedad.

En las fallas de desgarre, además del movimiento ascendente también se


desplazan los bloques horizontalmente. Si pasa tiempo suficiente, la erosión puede
allanar las paredes destruyendo cualquier traza de ruptura, pero si el movimiento es
reciente o muy grande, puede dejar una cicatriz visible o un escarpe de falla con
forma de precipicio. Un ejemplo especial de este tipo de fallas son aquellas
transformadoras que desplazan a las dorsales oceánicas.

En una falla inversa, producida por las fuerzas que comprimen la corteza terrestre,
el labio hundido en la falla normal, asciende sobre el plano de falla y, de esta
forma, las rocas de los estratos más antiguos aparecen colocadas sobre los estratos
más modernos, dando lugar así a los cabalgamientos.

Las fallas de rotación o de tijera se forman por efecto del basculado de los bloques
sobre el plano de falla, es decir, un bloque presenta movimiento de rotación con
respecto al otro. Mientras que una parte del plano de falla aparenta una falla
normal, en la otra parece una falla inversa.

Un macizo tectónico o pilar tectónico, también llamado "Horst", es una región


elevada limitada por dos fallas normales, paralelas. Puede ocurrir que a los lados
del horst haya series de fallas normales; en este caso, las vertientes de las montañas
estarán formadas por una sucesión de niveles escalonados. En general, los macizos
tectónicos son cadenas montañosas alargadas, que no aparecen aisladas, sino que
están asociadas a fosas tectónicas. Por ejemlo, el centro de la península Ibérica está ocupada por los macizos
tectónicos que forman las sierras de Gredos y Guadarrama.
Por último, una fosa tectónica o Graben es una asociación de fallas que da lugar a una región deprimida
entre dos bloques levantados. Las fosas tectónicas se producen en áreas en las que se agrupan al menos dos
fallas normales. Las fosas forman valles que pueden medir decenas de kilómetros de ancho y varios miles de
kilómetros de longitud. Los valles se rellenan con sedimentos que pueden alcanzar cientos de metros de
espesor. Así sucede, por ejemplo, en el valle del río Tajo, en la península Ibérica.
Los volcanes
Una de las manifestaciones más espectaculares de la actividad geológica de la
Tierra son, sin duda, los volcanes. Los hay de diferentes tipos, según la
manera en que sale la lava, y se encuentran distribuidos por regiones
concretas del planata mientras que, en otras, no hay.

Los volcanes son también los únicos lugares donde podemos entrar en
contacto con los materiales del interior de la corteza o del manto, por lo que
suscitan un gran interes para las ciencias.

Erupciones volcánicas
Un volcán es una fisura de la corteza terrestre sobre la cual se acumula un
cono de materia fundida y sólida que es lanzada a través de la chimenea desde
el interior de la Tierra. En la cima de este cono hay una formación cóncava
llamada cráter. Cuando se produce actividad en un volcán se dice que está en erupción.

Los volcanes son por lo general estructuras compuestas de material fragmentado y corrientes de lava. A
través de la chimenea sale la lava que escurre por las laderas del cono, que se va formando por sucesivas
capas solidificadas, todas inclinadas hacia el exterior de la chimenea.

El material rocoso expulsado se encuentras entre 4 a 200 kilómetros de profundidad, donde pueden alcanzar
temperaturas superiores a los 1000°C. Habitualmente la lava recién emitida bordea temperaturas entre 700 °C
y 1200 °C, dependiendo de su composición química.

Las rocas que se forman a partir del enfriamiento del magma se llaman rocas ígneas. Si el enfriamiento tuvo
lugar en el interior de la tierra, y las rocas fundidas no llegaron a emerger a la superficie, se llaman rocas
ígneas intrusivas. Cuando la roca se ha formado a partir del enfriamiento de lava en la superficie, se
denomina roca ígnea extrusiva. También existen rocas ígneas enfriadas a gran profundidad que se llamas
plutónicas.

Magma y lava
El magma, masa espesa y viscosa, es la roca fundida que se encuentra en la
parte interna del volcán sometida a grandes presiones, y está constituido por
gases que se encuentran disueltos, pero en el momento de llegar a la
superficie, la presión disminuye, lo que provoca su liberación explosiva y
espontánea. El material fundido que se arroja fuera del volcán contiene
menos gases y, para diferenciarlo del magma, se le llama lava.

La lava en una erupción está cargada de vapor y de gases como el dióxido


de carbono, el hidrógeno, el monóxido de carbono y el dióxido de azufre. Estos gases al salir violentamente
ascienden a la atmósfera formando una nube turbia que descarga, a veces, copiosas lluvias.

Los fragmentos de lava se clasifican en bombas, brasas y cenizas, que son arrojadas fuera del volcán y
dispersadas por todas partes. Algunas partículas, grandes, vuelven a caer dentro del cráter. La velocidad de la
lava depende en gran parte de la pendiente de la ladera del volcán.

Muchos volcanes nacen en el fondo marino, como lo hicieron los famosos Etna y Vesubio, las islas de Hawai
y otras muchas islas volcánicas del Océano Pacífico.

Enormes cuencas, muy parecidas a los cráteres, reciben el nombre de calderas y están ubicadas en la cumbre
de volcanes extintos o inactivos y son ocupadas por profundos lagos. Algunas calderas se formaron después
de explosiones cataclísmicas que destruyeron completamente el volcán, o cuando, después de sucesivas
erupciones, la cono vacio no soporta el peso de las paredes y se hunde.
Tipos de volcanes
La lava no sale siempre al exterior de la misma forma. A veces lo hace de
forma violenta, con grandes explosiones y enormes masas de gases, humo,
cenizas y rocas incandescentes que se pueden proyectar a varios kilómetros de
altura. Otras veces se derrama con suavidad, como cuando hierve la leche en el
cazo y no apagamos el fuego a tiempo.

Se han clasificado los volcanes en cuatro grandes grupos o tipos: hawaiano,


estromboliano, vulcaniano y peleano, aunque los hay que no encajan
exactamente en ninguno de ellos.

Los cuatro tipos comunes


Dependiendo de la temperatura de los magmas, de la cantidad de productos volátiles que acompañan a las
lavas y de su fluidez o viscosidad, los tipos de erupciones pueden ser:

Hawaiano, de lavas muy fluidas y sin desprendimientos gaseosos explosivos. La lava se desborda cuando
rebasa el cráter y se desliza con facilidad, formando verdaderas corrientes a grandes distancias.

Estromboliano. La lava es fluida, con desprendimientos gaseosos abundantes y violentos. Debido a que los
gases pueden desprenderse con facilidad, no se producen pulverizaciones o cenizas. Cuando la lava rebosa
por los bordes del cráter, desciende por sus laderas y barrancos, pero no alcanza tanta extensión como en las
erupciones de tipo hawaiano.

Vulcaniano, tipo de volcán se desprende grandes cantidades de gases de un magma poco fluido que se
consolida con rapidez. Las explosiones son muy fuertes y pulverizan la lava, produciendo gran cantidad de
cenizas que son lanzadas al aire acompañadas de otros materiales. Cuando la lava sale al exterior se
consolida rápidamente, pero los gases que se desprenden rompen y resquebrajan su superficie, que por ello
resulta áspera e irregular.

Peleano. Entre los volcanes de las Antillas es célebre el de la Montaña Pelada de la isla Martinica por su
erupción de 1902, que ocasionó la destrucción de su capital, San Pedro. Su lava es extremadamente viscosa y
se consolida con gran rapidez, llegando a tapar por completo el cráter. La enorme presión de los gases, que
no encuentran salida, levanta este tapón que se eleva formando una gran aguja.

Erupciones especiales
No todas las erupciones volcánicas encajan en uno de los cuatro tipos
comunes. Algunas merecen especial atención.

La explosión volcánica más formidable de las conocidas hasta la fecha fue la


del volcán Krakatoa. Originó una tremenda explosión y enormes maremotos.
Se cree que este tipo de erupciones son debidas a la entrada en contacto de la
lava ascendente con el agua o con rocas mojadas, por ello se denominan
erupciones freáticas.

Por otra parte, en los fondos oceánicos se producen erupciones volcánicas


cuyas lavas, si llegan a la superficie, pueden formar islas volcánicas. Éstas suelen ser de corta duración en la
mayoría de los casos, debido al equilibrio isostático de las lavas al enfriarse y por la erosión marina. Algunas
islas actuales como las Cícladas (Grecia), tienen este origen.

Hay volcanes que ocasionan gran número de víctimas, debido a que sus cráteres están ocupados por lagos o
cubiertos de nieve. Al recobrar su actividad, el agua mezclada con cenizas y otros restos, es lanzada
formando torrentes y avalanchas de barro, que destruyen, todo lo que encuentran a su paso. Un ejemplo
actual fue la erupción del Nevado de Ruiz (Colombia) en 1985. La cumbre estaba recubierta por un casquete
de hielo y, al ascender la lava, se recalentaron las capas, formando unas coladas de barro que invadieron el
valle del río Lagunilla y sepultaron la ciudad de Armero.

Por último, las erupciones fisurales son las que se originan a lo largo de una dislocación de la corteza
terrestre, que puede tener varios kilómetros. Las lavas que fluyen a lo largo de la rotura son fluidas y recorren
grandes extensiones formando amplias mesetas o traps, con un kilómetro o más de espesor y miles de
kilómetros cuadrados de superficie. Ejemplos de vulcanismo fisural es la meseta del Deccan (India).
Los terremotos
Los terremotos, sismos, seismos, temblores de tierra, ... son reajustes de la corteza terrestres causados por los
movimientos de grandes fragmentos. Por sí mismos, son fenómenos naturales que no afectan demasiado al
hombre. El movimiento de la superficie terrestre que provoca un terremoto no representa un riesgo, salvo en
casos excepcionales, pero sí nos afectan sus consecuencias, ocasionando catástrofes: caída de construcciones,
incendio de ciudades, avalanchas y tsunamis.

Aunque todos los días se registran una buena cantidad de terremotos en el mundo, la inmensa mayoría son de
poca magnitud. Sin embargo, se suelen producir dos o tres terremotos de garn magnitud cada año, con
consecuencias imprevisibles.

Movimientos sísmicos
Las placas de la corteza terrestre están sometidas a tensiones. En la
zona de roce (falla), la tensión es muy alta y, a veces, supera a la
fuerza de sujeción entre las placas. Entonces, las placas se mueven
violentamente, provocando ondulaciones y liberando una enorme
cantidad de energía. Este proceso se llama movimiento sísmico o
terremoto.

La intensidad o magnitud de un sismo, en la escala de Richter,


representa la energía liberada y se mide en forma logarítmica, del uno
al nueve. La ciencia que estudia los sismos es la sismologia y los
científicos que la practican, sismólogos.

La estadística sobre los sismos a través de la historia es más bien pobre.Se tiene información de desastres
desde hace más de tres mil años, pero además de ser incompleta, los instrumentos de precisión para registrar
sismos datan de principios del siglo XX y la Escala de Richter fue ideada en 1935.

Un terremoto de gran magnitud puede afectar más la superficie terrestre si el epifoco u origen del mismo se
encuentra a menor profundidad. La destrucción de ciudades no depende únicamente de la magnitud del
fenómeno, sino también de la distancia a que se encuentren del mismo, de la constitución geológica del
subsuelo y de otros factores, entre los cuales hay que destacar las técnicas de construcción empleadas.

Los intentos de predecir cuándo y dónde se producirán los terremotos han tenido cierto éxito en los últimos
años. En la actualidad, China, Japón, Rusia y Estados Unidos son los países que apoyan más estas
investigaciones. En 1975, sismólogos chinos predijeron el sismo de magnitud 7,3 de Haicheng, y lograron
evacuar a 90.000 residentes sólo dos días antes de que destruyera el 90% de los edificios de la ciudad. Una de
las pistas que llevaron a esta predicción fue una serie de temblores de baja intensidad, llamados sacudidas
precursoras, que empezaron a notarse cinco años antes.

Otras pistas potenciales son la inclinación o el pandeo de las superficies de tierra y los cambios en el campo
magnético terrestre, en los niveles de agua de los pozos e incluso en el comportamiento de los animales.
También hay un nuevo método en estudio basado en la medida del cambio de las tensiones sobre la corteza
terrestre. Basándose en estos métodos, es posible pronosticar muchos terremotos, aunque estas predicciones
no sean siempre acertadas.
Año Magnitud Lugar Víctimas
1960 9.5 Sur de Chile 5.700
1964 9.4 Alaska 131
1933 8.9 Sanriku, Japón 2.990
1906 8.9 Colombia 1.000
1950 8.7 India/Assam/Tibet 1.530
1897 8.7 Assam, India 1.500
1906 8.6 Santiago/Valparaiso, Chile 20.000
1905 8.6 Kangra, India 19.000
1950 8.6 Assam, India 1.526
1899 8.6 Yakutat Bay, Alaska
1920 8.5 Kansu, China 180.000
1934 8.4 India/Nepal 10.700
1946 8.4 Tonankai, Japón 1.330
1927 8.3 Xining, China 200.000
1939 8.3 Chillan, Chile 28.000
1976 8.2 Tangshan, China 240.000
1923 8.2 Kwanto,Yokohama, Japón 143.000
1906 8.2 San Francisco, California 700
1907 8.1 Asia cnetral 12.000
1939 8.0 Ezrican, Turquía 23.000
Terremotos en el mar
Un maremoto es una invasión súbita de la franja costera por las aguas oceánicas
debido a un tsunami, una gran ola marítima originada por un temblor de tierra
submarino. Cuando esto ocurre, suele causar graves daños en el área afectada.

Los maremotos son más comunes en los litorales de los océanos Pacífico e Índico,
en las zonas sísmicamente activas.

Los términos maremoto y tsunami se consideran sinónimos.

Tsunamis
Los terremotos submarinos provocan movimientos del agua del mar (maremotos o tsunamis). Los tsunamis son olas
enormes con longitudes de onda de hasta 100 kilómetros que viajan a velocidades de 700 a 1000 km/h. En alta mar la
altura de la ola es pequeña, sin superar el metro; pero cuando llegan a la costa, al rodar sobre el fondo marino
alcanzan alturas mucho mayores, de hasta 30 y más metros.

El tsunami está formado por varias olas que llegan separadas entre sí unos 15 o 20 minutos. La primera que llega no
suele ser la más alta, sino que es muy parecida a las normales. Después se produce un impresionante descenso del
nivel del mar seguido por la primera ola gigantesca y a continuación por varias más.

La falsa seguridad que suele dar el descenso del nivel del mar ha ocasionado muchas víctimas entre las personas que,
imprudentemente, se acercan por curiosidad u otros motivos, a la línea de costa.

España puede sufrir tsunamis catastróficos, como quedó comprobado en el terremoto de Lisboa en 1755. Como
consecuencia de este sismo varias grandes olas arrasaron el golfo de Cádiz causando más de 2.000 muertos y muchos
heridos.

En 1946 se creó la red de alerta de tsunamis después del maremoto que arrasó la ciudad de Hilo (Hawaii) y varios
puertos más del Pacífico. Hawaii es afectado por un tsunami catastrófico cada 25 años, aproximadamente, y EEUU,
junto con otros países, han puesto estaciones de vigilancia y detectores que avisan de la aparición de olas producidas
por sismos.
Minerales y rocas

La mineralogía es la ciencia encargada de la identificación de minerales y el estudio de sus


propiedades, origen y clasificación.

Los minerales aparecen con una amplia variedadde colores y estructuras, incluyendo tipos tan
diversos como la obsidiana negra vítrea, el jaspe joya, los diamantes claros y duros y el talco
blando y blanquecino. Los minerales son la fuente de los metales valiosos, extraídos como
menas.

Entre los minerales se encuentran algunos con estructuras internas que siguen patrones
geométricos. Se les denomina cristales. Por su brillo, color y propiedades algunos son
considerados como piedras preciosas.

Por su parte, una roca es cualquier agregado mineral formado de modo natural. El término se
aplica a agregados de distintos tamaños, desde la roca sólida del manto terrestre hasta la arena
y la arcilla o barro.
Sedimentos y estratos
El resultado de la actividad interna del planeta modifica la superficie terrestre. Estos son los llamados
"agentes geológicos internos". La nueva corteza pronto recibe el "ataque" de otros agentes, los externos, que
la erosionan.

La erosión produce residuos de material rocoso de diversos tamaños que, con el tiempo, se van fragmentando
en trozos más pequeños. La gravedad y el transporte por la acción del agua o del viento los deposita y
acumula en las zonas más bajas del relieve terrestre. Esto da lugar a la aparición de sedimentos que se
depositan en capas, que llamamos "estratos". Más adelante, las capas inferiores, que soportan más peso, se
transforman en nuevas rocas, las rocas sedimentarias.

Formación de estratos y rocas sedimentarias


La superficie del planeta se rompe, a causa de la erosión, en trozos más o menos grandes, desde los bloques
de roca hasta el finísimo limo, pasando por todos loa tamañoa de gravas y arenas. La fuerza de la gravedad y
el arrastre del agua tienden a depositar estos fragmentos en las zonas bajas donde, a veces, se acumulan
enormes cantidades.

Estos materiales van formando sucesivas capas que llamamos "estratos". El tipo de estrato depende del clima
y de la erosión que se produce en cada época. Esto hace que su estudio sea interesante para conocer las
condiciones de épocas pasadas. La rama de la geología que estudia los sedimentos y estratos se llama
"estratigrafía".

Los estratos superficiales de las zonas sedimentarias suelen tener consstencia blanda siendo, a menudo,
ideales para la agricultura. Pero a lo largo del tiempo, a medida que se van acumulando nuevas capas, las
inferiores tienen que soportar más peso y sus partículas, sometidas a mayor presión, se compactan. Esto,
unido al aumento de temperatura, provocan cambios químicos que, finalmente, convierten el sedimento en
roca dura.

La edad de los fósiles


Los procesos sedimentarios pueden ocurrir en cualquier lugar de la superficie
terrestre donde haya erosión, pero no todo el material depositado se convierte
en roca sedimentaris. ya que la propia erosión puede arrastrar los sedimentos
antes de que se endurezcan. Básicamente, los procesos sedimentarios son de
tres tipos:

Marinos, se forman depósitos en la plataforma continental y en las zonas


abisales.

Continentales, se acumulan materiales a los pies de las cadenas montañosas,


en los glaciares, a lo largo de las cuencas de los ríos y en los desiertos.

De transición, que es la sedimentación que tiene lugar en puntos de contacto entre el mar y los continentes,
como las zonas pantanosas y los deltas.

Los restos orgánicos atrapados en los sedimentos se pueden fosilizar si estos se convierten en rocas
metamórficas. Al conjunto de los diversos estratos que contienen los mismos tipos de fósiles se le llama
"unidad estratigráfica".

El grosor de un sedimento permite deducir el tiempo que tardó en formarse, si se conoce la velocidad de
sedimentación. Cada tipo de sedimento indica algunas características de le época en que se formó, tales como
lluvias, glaciaciones, desertización, ... Todo esto permite conocer a los geólogos la edad del sedimento y, por
tanto, también la edad de los fósiles que contine, resultando un buen método de datación.
Los minerales
Los minerales son cuerpos de materia sólida del suelo que pueden aparecer de formas muy diversas, ya sea
de forma aislada o como componentes fundamentales de las rocas.

Se pueden estudiar los minerales a partir de las distintas propiedades que presentan, como la dureza,
geometria (en cristales), composición química, densidad, ... La mayor parte de los objetos que usamos en
nuestra vida cotidiana proceden de uno o varios minerales.

Características de los minerales


El cristal de una ventana no es un crital, aunque está hecho con minerales
cristalinos. Del mismo modo, una roca no es un mineral, sinó un material
formado por minerales diversos.

Para comprender que es un mineral, podemos estudiar algunas de sus


características:

1.- Se encuentra en la naturaleza, es decir, no está fabricado.


2.- Tiene una estructura geométrica fija, por tanto, és sólido.
3.- Es de naturaleza inorgánica, por eso, la concha de un molusco no es un
mineral, aunque contenga minerales.
4.- Tiene una composición química fija, aunque, a veces, pueda contener
una sustancia contaminante que modifique su color.

A menudo, los minerales se encuentran en la naturaleza formando masas dentro de las rocas. Entonces se
habla de una veta o filón de un determinado mineral. Su descubrimiento y explotación determina la actividad
de la mineria. Desde la prehistoria los humanos hemos usado los minerales para fabricar utensilios,
herramientas, máquinas y armas.

La apariencia de los minerales


Para clasificar los minerales es importante observar una serie de propiedades fisiológicas:

1.- Color: algunos minerales pueden tener un color cuando son puros y otros provocados por impurezas.
2.- Color pulverizado: si se raya un mineral con un objeto más duro, se obtiene un polvo de un color
característico.
3.- Brillo: puede ser un brillo metálico, como el hierro, o no metálico, como los sedosos o nacarados.
4.- Índice de refracción: (sólo si se trata de un mineral cristalino) un rayo de luz que atraviesa un cristal se
desvía un ángulo característico de cada mineral.
5.- Birefringencia: algunos minerales cristalinos dividen en dos un rayo de luz que les atraviese.
6.- Luminiscencia: algunos minerales emiten luz cuando se les ilumina.

Estas son algunas de las características de los minerales que se pueden observar con cierta facilidad. Se
puede ver un listado completo de las propiedades físicas de los minerales en la siguiente página.
Propiedades físicas de los minerales
Podemos clasificar los minerales por sus propiedades físicas, ópticas,
eléctricas, magnéticas y por su composición química, aunque este último no es
el método habitual, ya la mayoría pueden ser identificados mediante
observación espectroscópica e incluso visual. Aún así, el análisis químico es la
única forma de identificar con exactitud la naturaleza de un mineral.

Las propiedades físicas son de gran importancia en el estudio de los minerales.


Muchas se pueden observar fácilmente, o recurrir a un espectroscopio.

Dureza de un mineral
La dureza de un mineral es la resistencia que presenta a ser rayado. Un mineral posee una dureza mayor que
otro, cuando el primero es capaz de rayar al segundo.

El mineralogista alemán Mohs estableció en 1822 una escala de medidas que lleva su nombre, y que se
utiliza en la actualidad, en la que cada mineral puede ser rayado por los que le siguen. Se toman 10 minerales
comparativos de más blando a más duro, que son: talco, yeso, calcita, fluorita, apatito, ortosa (feldespato),
cuarzo, topacio, corindón y diamante.

Tenacidad o cohesión
La tenacidad o cohesión es el mayor o menor grado de resistencia que ofrece un mineral a la rotura,
deformación, aplastamiento, curvatura o pulverización. Se distinguen las siguientes clases de tenacidad:
- Frágil: es el mineral que se rompe o pulveriza con facilidad. Ejemplos: cuarzo y el azufre.
- Maleable: el que puede ser batido y extendido en láminas o planchas. Ejemplos: oro, plata, platino, cobre,
estaño.
- Dúctil: el que puede ser reducido a hilos o alambres delgados. Ejemplos: oro, plata y cobre.
- Flexible: si se dobla fácilmente pero, una vez deja de recibir presión, no es capaz de recobrar su forma
original. Ejemplos: yeso y talco.
- Elástico: el que puede ser doblado y, una vez deja de recibir presión, recupera su forma original. Ejemplo:
la mica.

Fractura de un mineral
Cuando un mineral se rompe lo puede hacer de diversas formas:
- Exfoliación: significa que el mineral se puede separar por superficies planas y
paralelas a las caras reales. Ejemplos: mica, galena, fluorita y yeso.
- Laminar o fibrosa: cuando presenta una superficie irregular en forma de astillas o
fibras. Ejemplo: la actinolita.
- Concoidea: la fractura presenta una superficie lisa y de suave curva, como la que
muestra una concha por su parte interior. Ejemplos: sílex y obsidiana.
- Ganchuda: cuando se produce una superficie tosca e irregular, con bordes agudos y
dentados. Ejemplos: magnetita y cobre nativo.
- Lisa: es la que presenta una superficie lisa y regular.
- Terrosa: es la que se fractura dejando una superficie con aspecto granuloso o
pulverulento.

Electricidad y magnetismo
Muchos minerales conducen bien la electricidad (conductores), mientras que se oponen a su paso (aislantes).
Unos pocos la conducen medianamente (semiconductores). Gracias a estos últimos se han desarrollado
semiconductores que permitien al ser humano conseguir un alto nivel tecnológico. Pero hay más
comportamientos de los minerales en relación con las fuerzas electromagnéticas:
- Magnetismo: consiste en atraer el hierro y sus derivados. Los imanes naturales son permanentes. La
magnetita es un imán natural conocido desde tiempos muy remotos.
- Piezoelectricidad: es la capacidad para producir corrientes eléctricas cuando se les aplica presión. Si se
aplica una fuerza a las caras de un cristal, genera cargas eléctricas y, si se aplican cargas eléctricas, entonces
se produce una deformación de las caras del cristal. Ejemplo: el cuarzo.
- Piroelectricidad: se producen corrientes eléctricas en el extremo de las caras cuando el mineral se somete a
un cambio de temperatura. Ejemplos: cuarzo y turmalina.
- Radiactividad: es la propiedad que poseen determinados minerales para emitir partículas de forma natural
y espontánea.La radiactividad natural tiene muchas aplicaciones científicas, médicas e industriales, y los
minerales que la poseen raramente alcanzan niveles peligrosos. Ejemplo: la uraninita.
Tipos de minerales
Los minerales que constituyen la corteza terrestre se han formado a partir de los elementos químicos que
originaron el planeta, gracias a reacciones ocurridas en su interior. Por este motivo, la cantidad de
combinaciones es inmensa.

Para poner un poco de orden, se clasifican los minerales atendiendo a la forma en que se originan, a sus
caracteríticas cristalográficas, a su composición química, ... Mención aparte merecen los cristales y, entre
ellos, los llamados "piedras preciosas" que siempre han cautivado a la humanidad.

Clasificación química
La clasificación química divide los minerales en grupos según sus compuestos
químicos. Cualquier mineral conocido puede ser integrado dentro de estos
grupos, pues la práctica totalidad de ellos incluyen alguno de estos compuestos.

1.- Elementos nativos: son los que se encuentran en la naturaleza en estado


libre, puro o nativo, sin combinar o formar compuestos químicos. Ejemplos:
oro, plata, azufre, diamante.

2.- Sulfuros: compuestos de diversos minerales combinados con el azufre.


Ejemplos: pirita, galena, blenda, cinabrio.

3.- Sulfosales: minerales compuestos de plomo, plata y cobre combinados con azufre y algún otro mineral
como el arsénico, bismuto o antimonio. Ejemplos: pirargirita, proustita.

4.- Óxidos: producto de la combinación del oxígeno con un elemento. Ejemplos: oligisto, corindón,
casiterita, bauxita.

5.- Haluros: compuestos de un halógeno con otro elemento, como el cloro, flúor, yodo o bromo. Ejemplos:
sal común, halita.

6.- Carbonatos: sales derivadas de la combinación del ácido carbónico y un metal. Ejemplos: calcita, azurita,
marmol, malaquita.

7.- Nitratos: sales derivadas del ácido nítrico. Ejemplos: nitrato sódico (o de
Chile), salitre o nitrato potásico.

8.- Boratos: constituidos por sales minerales o ésteres del ácido bórico.
Ejemplos: borax, rasorita.

9.- Fosfatos, arseniatos y vanadatos: sales o ésteres del ácido fosfórico,


arsénico y vanadio. Ejemplos: apatita, turquesa, piromorfita.

10.- Sulfatos: sales o ésteres del ácido sulfúrico. Ejemplos: yeso, anhidrita, barita.

11.- Cromatos, volframatos y molibdatos: compuestos de cromo, molibeno o wolframio. Ejemplos:


wolframita, crocoita.

12.- Silicatos: sales de ácido silícico, los compuestos fundamentales de la litosfera, formando el 95% de la
corteza terrestre. Ejemplos: sílice, feldespato, mica, cuarzo, piroxeno, talco, arcilla.

13.- Minerales radioactivos: compuestos de elementos emisores de radiación. Ejemplos: uraninita, torianita,
torita.
Cristales y piedras preciosas
Los minerales pueden aparecer en la naturaleza, básicamente, de dos maneras: sin una
forma definida (amorfos) o bien con una disposición geométrica bien definida. A estos
les llamamos minerales cristalinos o, símplemente, cristales.

Para que en un lugar se formen cristales se necesita espacio. Poe eso, suelen aparecer
en las grietas o en las cavidades vacías de las rocas. También aparecen formando parte
de rocas blandas, que facilitan su crecimiento.

Cristales
Muchos minerales adoptan formas cristalinas cuando las condiciones de formación son
favorables. La cristalografía es el estudio del crecimiento, la forma y el carácter
geométrico de los cristales. La disposición de los átomos en un cristal puede
determinarse por medio del análisis por difracción de los rayos X. La química cristalográfica estudia la relación entre
la composición química, la disposición de los átomos y las fuerzas de enlace entre éstos.

La mayoría de los cristales de la tierra se formaron hace millones de años. Los cristales se forman cuando la roca
líquida del interior de la Tierra se enfría y endurece. A veces los cristales se forman cuando los líquidos subterráneos
recorren su camino entre las grietas y depositan lentamente los minerales.

Hay muchos cristales que reaccionan ante una acción física de forma distinta según la dirección en que se produce la
fuerza. Se llaman cristales anisótropos. Los minerales amorfos, en cambio, reaccionan ante una acción física siempre
de la misma forma, independientemente de la dirección, por esos son isótropos.

Ley de la constancia de los ángulos diedros


Cuando las condiciones de temperatura son las mismas, los cristales de un mismo tipo tienen los mismos ángulos
diedros.

Gemas o piedras preciosas


Se llaman así diversos minerales duros, transparentes, muy valiosos por su rareza i
que, después de haber sido convenientemente tallados, se usan en joyeria y en artes
decorativas. Se suelen distinguir dos tipos:

Piedras preciosas, consideradas objetos de lujo desde la antigüedad: diamante, rubí,


esmeralda, zafiro, ...

Piedras finas, cuyo precio en el mercado no es tan elevado: topacio, amatista,


granate, turmalina, ...

La ciencia, utilizando medios analíticos cada vez más sensibles, va descubriendo las
substancias que colorean los minerales alocromáticos. Así la amatista tiene color
violeta debido a trazas de manganeso y la fluorina es verde a causa de pequeñísimas cantidades de hierro y
manganeso que contiene.

La belleza de las gemas depende en gran medida de sus propiedades ópticas. Las más importantes son el grado de
refracción y el color. Otras propiedades incluyen: el fuego, la exhibición de colores prismáticos; el dicroísmo,
habilidad de algunas piedras para mostrar dos colores distintos según la dirección con que se observan, y la
transparencia.

El diamante es muy apreciado por su fuego y brillo, el rubí y la esmeralda por la intensidad y belleza de sus colores, y
el zafiro estrellado por el asterismo (propiedad que provoca la aparición de inclusiones con forma de estrella), tanto
como por su color.
Rocas de la corteza terrestre
Las rocas son agregados de diversos minerales, auque, en ocasiones, pueden
estar formadas por un único mineral. Las rocas se pueden formar de muy
diversas maneras y a distintas profundidades. Una vez formadas, afloran. S
elas encuentra por toda la superficie terrestre.

Para estudiarlas, dividimos las rocas en tres grandes grupos, según como se
han formado: ígneas, formadas por la solidificación del magma;
metamórficas, formadas por transformación de otros tipos y sedimentarias,
originadas a partir de los materiales de la erosión acumulados en una zona
concreta.

Rocas ígneas
Las rocas ígneas se forman por el enfriamiento y la solidificación de materia rocosa fundida, el magma.
Según las condiciones bajo las que el magma se enfríe, las rocas que resultan pueden tener granulado grueso
o fino.

Las rocas ígneas se subdividen en dos grandes grupos:

Las rocas plutónicas o intrusivas fueron formadas a partir de un enfriamiento lento y en profundidad del
magma. Las rocas se enfriaron muy despacio, permitiendo así el crecimiento de grandes cristales de
minerales puros. Ejemplos: granito y sienita.

Las rocas volcánicas o extrusivas, se forman por el enfriamiento rápido y en


superficie, o cerca de ella, del magma. se formaron al ascender magma
fundido desde las profundidades llenando grietas próximas a la superficie, o
al emerger magma a través de los volcanes. El enfriamiento y la
solidificación posteriores fueron muy rápidas, dando como resultado la
formación de minerales con grano fino o de rocas parecidas al vidrio.
Ejemplos: basalto y riolita.

Existe una correspondencia mineralógica entre las rocas plutónicas y


volcánicas, de forma que la riolita y el granito tienen la misma composición,
así como el gabro y el basalto. Sin embargo, la textura y el aspecto de las rocas plutónicas y volcánicas son
diferentes.

Las rocas ígneas, compuestas casi en su totalidad por silicatos, pueden clasificarse según su contenido de
sílice. Las principales categorías son ácidas o básicas. En el extremo de las rocas ácidas o silíceas están el
granito y la riolita, mientras que entre las básicas se encuentran el gabro y el basalto. Son de tipo intermedio
las dioritas y andesitas
Rocas sedimentarias y metamórficas
Una vez que las rocas se han formado a partir del magma que asciende y sale a la superficie, pueden sufrir
diversos procesos que las transforman. Por una parte, pueden ser pulverizadas por la erosión y, sus
fragmentos, dar origen a rocas sedimentarias. Por otra, pueden hundirse - o no haber llegado a la superficie -
y ser transformada por el calor y la presión, dando lugar a rocas metamórficas.

Rocas sedimentarias
Las rocas sedimentarias están compuestas por materiales transformados,
formadas por la acumulación y consolidación de materia mineral pulverizada,
depositada por la erosión.

Las rocas sedimentarias se clasifican según su origen:

Las rocas detríticas, o fragmentarias, se componen de partículas minerales


producidas por la desintegración mecánica de otras rocas y transportadas, sin
deterioro químico, gracias al agua. Son acarreadas hasta masas mayores de
agua, donde se depositan en capas. Ejemplos: lutitas y arenisca.

Las rocas sedimentarias químicas se forman por sedimentación química de materiales que han estado en
disolución durante su fase de transporte. En estos procesos de sedimentación también puede influir la
actividad de organismos vivos, en cuyo caso se puede hablar de origen bioquímico u orgánico. Ejemplos:
yeso, anhidrita y calizas.

Rocas metamórficas
Las rocas metamórficas son aquellas cuya composición y textura originales
han sido alteradas por calor y presión. A este proceso se le llama
metamorfosis de la roca. Los ambientes con calor y presión suficientes para
causar metamorfismo se encuentran frecuentemente donde las placas
tectónicas de la Tierra se están uniendo. Allí, las placas que chocan entre sí,
trituran las rocas y son calentadas a grandes profundidades por el magma.

Las rocas pueden ser alteradas en pequeñas áreas de metamorfismo por


contacto, o en grandes áreas por el metamorfismo regional.

El metamorfismo de contacto se produce cuando un magma intruye una roca


más fría. En la roca madre o de caja (la mas fría) se forma una zona de alteración llamada aureola de
contacto.La aureola puede estar dividida en varias zonas metamórficas, ya que cerca del intrusivo se
formaran minerales de altas temperaturas como el granate mientras que mas lejos se formaran minerales de
bajo grado como la clorita.

El metamorfismo regional ocurre cuando grandes regiones de la corteza son comprimidos y se deforman.
Cuando los rios acumulan sedimentos sobre las rocas en cuencas sedimentarias por cientos de millones de
años, la presión sobre esas rocas va aumentando y la cuenca se hunde lentamente. Con el tiempo la
temperatura y presión en las capas inferiores mas antiguas aumentara hasta que comience el metamorfismo.

Otra forma de metamorfismo regional ocurre cuando las placas tectónicas convergen. Una placa se sumerge
bajo la otra hacia el manto. En estas zonas de subducción se produce magma que asciende por la corteza,
provocando metamorfismo en grandes regiones de la corteza continental cercana a las zonas de subducción.
El agua de la superficie terrestre

El agua pura es un líquido inodoro e insípido. Tiene un matiz azul, que sólo puede detectarse
en capas de gran profundidad, por lo que, en principio, se la considera incolora. A la presión
atmosférica normal, el punto de congelación del agua es de 0 °C y su punto de ebullición de
100 °C. El agua alcanza su densidad máxima a una temperatura de 4 °C y se expande al
congelarse.

En la Tierra, el agua es la única sustancia que existe a temperaturas ordinarias en los tres
estados de la materia, o sea, sólido, líquido y gas. Se encuentra en estado sólido en los
glaciares y los casquetes polares. Existe en estado líquido en las nubes de lluvia y en forma
de rocío en la vegetación. Además, cubre las tres cuartas partes de la superficie terrestre en
forma de pantanos, lagos, ríos, mares y océanos. Como gas, o vapor de agua, existe en forma
de niebla, vapor y nubes.

Por influencia de la gravedad, el agua se acumula en los intersticios de las rocas debajo de la
superficie terrestre formando depósitos de agua subterránea que abastecen a pozos y
manantiales, y mantienen el flujo de algunos arroyos durante los periodos de sequía.
agua y el relieve marino
Es mayor la superficie del globo terráqueo cubierta por el agua que la correspondiente a tierras emergidas.
Hasta el siglo XX el interior de esta enorme masa líquida era un misterio y, aún hoy, sabemos muy poco de
ella.

Bajo la superficie del mar se extiende un paisaje de relieve muy acentuado, donde se forma constantemente
nueva corteza terrestre y que alberga muchas incógnitas para la ciencia. El fondo oceánico sigue siendo el
gran desconocido.

La profundidad media de los océanos es de unos cuatro o cinco kilómetros que, comparados con los miles de
km que abarcan, nos hacen ver que son delgadas capas de agua sobre la superficie del planeta. Pero la
profundidad es muy variable dependiendo de la zona. Podemos diferenciar cinco zonas:

La plataforma continental es la continuación de los continentes bajo las aguas, con profundidades que van
desde 0 metros en la línea de costa hasta unos 200 m. Ocupa alrededor del 10% del área océanica. Es una
zona de gran explotación de recursos petrolíferos y pesqueros.

El Talud es la zona de pendiente acentuada que lleva desde el límite de la plataforma continental hasta los
fondos oceánicos. Aparecen hendidos, de vez en cuando, por cañones submarinos tallados por sedimentos
que resbalan en grandes corrientes que caen desde la plataforma al fondo oceánico.

El fondo oceánico tiene una profundidad de entre 2.000 y 6.000 metros y


ocupa alrededor del 80% del área oceánica.

Las cadenas dorsales oceánicas son levantamientos alargados del fondo


oceánico que corren a lo largo de más de 60.000 km. En ellas abunda la
actividad volcánica y sísmica porque corresponden a las zonas de formación
de las placas litosféricas en las que se está expandiendo el fondo oceánico.

Las fosas abisales son zonas estrechas y alargadas en las que el fondo
oceánico desciende hasta más de 10.000 m de profundidad, en algunos
puntos. Son especialmente frecuentes en los bordes del Océano Pacífico y
tienen gran actividad volcánica y sísmica porque corresponden a las zonas donde las placas se hunden hacia
el manto.
Movimientos en mares y océanos
La enorme masa de agua que forma los mares y océanos de la Tierra está sometida a movimientos de diversa
naturaleza, de forma parecida a como sucede en la atmósfera. El agua tiene menos densidad que el aire, pero
más que la tierra.

Se pueden resumir estos movimientos en tres grupos: las olas y las mareas, que se perciben en la superficie, y
las correientes marinas, que discurren por el interior y que son de una gran importancia en la determinación
del clima.

Desplazamiento vertical: olas y mareas


Las olas son producidas por los vientos que barren la superficie de las aguas.
Mueven al agua en cilindro, sin desplazarla hacia adelante pero, cuando
llegan a la costa y el cilindro roza con el fondo, inician una rodadura que
acaba desequilibrando la masa de agua, produciéndose la rotura de la ola.

Los movimientos sísmicos en el fondo marino producen, en ocasiones


gigantescas olas llamadas tsunamis.

Las mareas tienen una gran influencia en los organismos costeros, que tienen que adaptarse a cambios muy
bruscos en toda la zona intermareal: unas horas cubiertas por las aguas marinas y azotadas por las olas,
seguidas de otras horas sin agua o, incluso en contacto con aguas dulces, si llueve.

Además, en algunas costas, por la forma que tienen, se forman fuertes corrientes de marea, cuando suben y
bajan las aguas, que arrastran arena y sedimentos y remueven los fondos en los que viven los seres vivos.

En la cercanía del litoral se suelen producir corrientes costeras de deriva, muy variables según la forma de la
costa y las profundidades del fondo, que tienen mucho interés en la formación de playas, estuarios y otros
formas de modelado costero.

La energía liberada por las olas en el choque continuo con la costa, las mareas y las corrientes tienen una
gran importancia porque erosionan y transportan los materiales costeros, hasta dejarlos sedimentados en las
zonas más protegidas. En la formación de los distintos tipos de ecosistemas costeros: marismas, playas, rasas
mareales, dunas, etc. también influyen de forma importante los ríos que desemboquen en el lugar y la
naturaleza de las rocas que formen la costa
Las corrientes marinas
Las mayores corrientes superficiales oceánicas en el mundo están causadas por los vientos dominantes. Las
corrientes pueden ser frías, como la corriente de deriva del viento del oeste, o cálidas, como la corriente del
Golfo. Las corrientes circulan en trayectorias llamadas giros, moviéndose como las agujas de un reloj en el
hemisferio norte y al contrario en el sur.

El giro de la Tierra hacia el Este influye en las corrientes marinas, porque tiende a acumular el agua contra
las costas situadas al oeste de los océanos, como cuando movemos un recipiente con agua en una dirección y
el agua sufre un cierto retraso en el movimiento y se levanta contra la pared de atrás del recipiente. Así se
explica, según algunas teorías, que las corrientes más intensas como las del Golfo en el Atlántico y la de
Kuroshio en el Pacífico se localicen en esas zonas.

Este mismo efecto del giro de la Tierra explicaría las zonas de afloramiento que hay en las costas este del
Pacífico y del Atlántico en las que sale agua fría del fondo hacia la superficie. Este fenómeno es muy
importante desde el punto de vista económico, porque el agua ascendente arrastra nutrientes a la superficie y
en estas zonas prolifera la pesca.

En los océanos hay también, corrientes profundas. En estas el agua se desplaza por las diferencias de
densidad. Las aguas más frías o con más salinidad son más densas y tienden a hundirse, mientras que las
aguas algo más cálidas o menos salinas tienden a ascender. De esta forma se generan corrientes verticales
unidas por desplazamientos horizontales para reemplazar el agua movida. En algunas zonas las corrientes
profundas coinciden con las superficiales, mientras en otras van en contracorriente.

Las corrientes oceánicas trasladan grandes cantidades de calor de las zonas ecuatoriales a las polares. Unidas
a las corrientes atmosféricas son las responsables de que las diferencias térmicas en la Tierra no sean tan
fuertes como las que se darían en un planeta sin atmósfera ni hidrosfera.
Las islas
Se las suele definir como porciones de tierra firme rodeadas por agua, aunque
bien es verdad que en esta definición encajarían también los continentes.

Sin embargo, se diferencian de estos porque aparecen rodeadas de agua por


todas partes y por sus dimensiones, ya que son mucho más pequeñas.

Una de sus características comunes de las islas es que el clima está


fuertemente condicionado por la proximidad del mar.

Desde el punto de vista biológico, las islas se diferencian de los continentes


porque su aislamiento limita el número y la variedad de especies animales y
vegetales que se pueden encontrar en ellas. A menudo, dos islas, que se hallan bastante próximas entre sí,
tienen una flora y una fauna muy diferente.

El clima de las islas


Excepto en el interior de unas pocas, muy grandes, el clima de las islas está determinado por los vientos
marinos y de ésto depende su grado de humedad, sus precipitaciones y su temperatura. Cuando la isla tiene
montañas que provocan el ascenso del aire humedo, se suelen producir lluvias, a veces, constantes.

El clima de las islas también suele estar influido por las corrientes marinas. Estas aportan aire más càlido,
puesto que las corrientes frias se desplazan sumergidas y, por tanto, las afectan menos. Por este motivo, en
islas de diversas latitudes se pueden encontrar climas similares.

La isla más grande es Australia, con una extensión de casi 7,6 millones de kilometros cuadrados. Sin
embargo, Australia suele considerarse un continente, por sus características cuasi continentales.

Las 10 mayores islas de la Tierra


Isla Océano País Superficie (km2)
Groenlandia Atlántico Dinamarca 3.175.600
Nueva Guinea Pacífico Papua-Nueva Guinea 791.439
Borneo Pacífico Indonesia-Malaisia-Brunei 725.472
Madagascar Índico Madagascar 587.037
Baffin Ártico Canadá 507.451
Sumatra Pacífico Indonesia 473.604
Honshu (Hondo) Pacífico Japón 227.411
Gran Bretaña Atlántico Reino Unido 218.040
Victoria Ártico Canadá 212.197
Ellesmere Ártico Canadá 196.236
Islas: oceánicas, continentales, volcánicas,
coralinas
Hay islas de varios tipos, según su origen. Pueden ser volcánicas, coralinas, prolongaciones de un continente
o cimas de montañas submarinas. Las islas se encuentran a veces agrupadas, formando una unidad geográfica
llamada archipiélago. Cuando las islas son muy pequeñas se les suele llamar "islotes".

Islas oceánicas
Son islas alejadas de los continentes y que tienen un origen distinto de estos. Pueden aparecer cuando una
montaña o dorsal submarina se eleva sobre la superfície del mar. Por este motivo, suelen tener un relieve
abrupto. Otras veces son el resultado de grandes plegamientos o porciones del supercontinente original
(pangea) que no se fusionaron con los actuales.

Madagascar y Nueva Zelanda son dos ejemplos de grandes islas oceánicas.

Islas continentales
Son islas que se encuentran en las proximidades de un continente, separadas por un estrecho poco profundo
que en algunas época geológicas pudo estar emergido. Estas islas son una prolongación del continente, como
lo demuestran los fósiles y tipos de rocas que contienen.

Las Islas Británicas son un archipiélago que forma parte de la plataforma continental europea.

Islas volcánicas
Este tipo de islas es el resultado de la actividad volcánica que tiene lugar en
las dorsales oceánicas o en otros centros de este tipo dispersos por los
océanos. A menudo aparecen en grupo. Estas islas se siguen formando o
desapareciendo en la actualidad, como la isla de Surtsey, en Islandia, nacida
en una erupción en 1963. El Pacífico contiene un gran número de islas
volcánicas.

Las Islas Canarias, nacidas durante las últimas etapas del plegamiento de la
dorsal Atlántica, son otro ejemplo de archipiélago volcánico.

Islas coralinas
Son formaciones de origen biológico, debidas a la intensa actividad de los corales que, al morir, dejan sus
esqueletos calcáreos formando una estructura que sirve de base para el desarrollo de nuevos corales. Así se
pueden llegar a formar grandes estructuras, cuyas partes más profundas se hunden, permitiendo el
crecimiento por la zona superior, donde hay más luz.

Las zonas emergidas sufren los efectos de la erosión, creando suelos donde pueden desarrollarse las plantas.
Evidentemente, alcanzan poca altura sobre el nivel del mar. Suelen aparecer formando círculos, con una
laguna central que se comunica con el mar. Si la estructura sigue creciendo, esta laguna puede secarse,
uniendo los distintos islotes en una única isla.

La Gran Barrera de Arrecifes, frente a las costas de Australia, es un ejemplo de islas coralinas.
Las aguas superficiales: Rios
Las aguas que discurren por la superficie de las tierras emergidas son muy
importantes para los seres vivos, a pesar de que suponen una ínfima parte del
total de agua que hay en el planeta. Su importancia reside en la proporción de
sales que llevan disueltas, muy pequeña en comparación con las aguas marinas.
Por eso decimos que se trata de agua dulce.

En general proceden directamente de las precipitaciones que caen desde las


nubes o de los depósitos que estas forman. Siguiendo la fuerza de la gravedad,
los rios discurren hasta desembocar en el mar o en zonas sin salida que
llamamos lagos.

El curso de los rios


Los ríos nacen en manantiales a partir de aguas subterráneas que salen a la superficie o en lugares en los que
se funden los glaciares. A partir de su nacimiento siguen la pendiente del terreno hasta llegar al mar. Un río
con sus afluentes drena una zona llamada "cuenca hidrográfica".

Desde su nacimiento en una zona montañosa y alta hasta su desembocadura en el mar, el río suele ir
disminuyendo su pendiente. Normalmente la pendiente es fuerte en el primer tramo del río (curso alto), y
muy suave cuando se acerca a la desembocadura (curso bajo). Entre las dos suele haber una pendiente
moderada (curso medio).

Los ríos sufren variaciones en su caudal, que aumenta en las estaciones lluviosas o de deshielo y disminuye
en las secas. Las crecidas pueden ser graduales o muy bruscas, dando lugar a inundaciones catastróficas.

Régimen hidrológico
Las variaciones de cuadal definen el régimen hidrológico de un río. Las
variaciones temporales se dan durante o después de las tormentas. En casos
extremos se puede producir la crecida cuando el aporte de agua es mayor que la
capacidad del río para evacuarla, desbordándose y cubriendo las zonas llanas
próximas. El agua que circula bajo tierra (caudal basal) tarda mucho más en
alimentar el caudal del río y puede llegar a él días, semanas o meses después de
la lluvia que generó la escorrentía.

Si no llueve en absoluto o la media de las precipitaciones es inferior a lo


normal durante largos periodos de tiempo, el río puede llegar a secarse cuando
el aporte de agua de lluvia acumulada en el suelo y el subsuelo reduzca el
caudal basal a cero. Esto puede tener consecuencias desastrosas para la vida del
río y sus riberas y para la gente que dependa de éste para su suministro de agua.

La variación espacial se da porque el caudal del río aumenta aguas abajo, a medida que se van recogiendo las
aguas de la cuenca de drenaje y los aportes de las cuencas de otros ríos que se unen a él como afluentes.
Debido a esto, el río suele ser pequeño en las montañas, cerca de su nacimiento, y mucho mayor en las tierras
bajas, próximas a su desembocadura.

La excepción son los desiertos, en los que la cantidad de agua que se pierde por la filtración o evaporación en
la atmósfera supera la cantidad que aportan las corrientes superficiales. Por ejemplo, el caudal del Nilo, que
es el río más largo del mundo, disminuye notablemente cuando desciende desde las montañas del Sudán y
Etiopía, a través del desierto de Nubia y de Sahara, hasta el mar Mediterráneo.
Top 15 Rios Continente Longitud (km) Cuenca (km2)
Amazonas América del Sur 7.025 7.050.000
Nilo África 6.670 3.350.000
Mississipí América del Norte 6.418 3.221.000
Iang-Tsé Asia 5.980 1.722.000
Yenisei Asia 5.390 2.500.000
Paraná América del Sur 4.700 3.140.000
Mecong Asia 4.700 860.000
Congo África 4.371 3.690.000
Lena Asia 4.260 2.310.000
Mackenzie América del Norte 4.240 1.710.000
Niger África 4.200 2.270.000
Huang Ho Asia 4.150 950.000
Obi Asia 4.040 3.000.000
Volga Europa 3.700 1.500.000
Murray-Darling Australia 3.500 1.050.000
Aguas subterráneas
Antiguamente se creía que las aguas subterráneas procedían del mar y habían
perdido su salinidad al filtrarse entre las rocas. Hoy se sabe que es agua
procedente de la lluvia.

Las aguas subterránas forman grandes depósitos que en muchos lugares


constituyen la única fuente de agua potable disponible. A veces, cuando
circulan bajo tierra, forman grandes sistemas de cuevas y galerías. En algunos
lugares regresan a la superficie, brotando de la tierra en forma de fuentes o
manantiales. Otras, hay que ir a recogerlas a distintas profundidades
excavando pozos.

Acuíferos
La diferencia entre la cantidad de precipitación y la cantidad de agua arrastrada por los rios se filtra bajo el
suelo y forma los acuíferos. La filtración depende de las características físicas de las rocas. La porosidad no
es sinónimo de permeabilidad, pues determinadas rocas como las arcillosas, aunque tienen una gran
porosidad, son prácticamente impermeables ya que no disponen de conductos que se comuniquen.

Si la capa impermeable forma una depresión, puede aparecer un lago subterráneo. En cambio, si la capa
impermeable está inclinada se puede formar un rio subterráneo.

Cuando una capa permeable está dispuesta entre dos capas impermeable, forma lo que se denomina acuífero
cautivo o confinado. En estas condiciones el agua está sujeta a una presión considerable. Si por cualquier
circunstancia se crea una fisura en la capa impermeable, entonces el agua asciende rápidamente hasta el nivel
freático para equilibrar las diferencias de presión.

Por su parte, si la capa permeable no encuentra límite más que en profundidad, entonces se denomina
acuífero libre.

Pozos y manantiales
Un manantial es un flujo natural de agua que surge del interior de la tierra
desde un solo punto o por un área pequeña. Pueden aparecer en tierra firme o ir
a dar a cursos de agua, lagunas o lagos. Los manantiales pueden ser
permanentes o intermitentes, y tener su origen en el agua de lluvia que se filtra
o tener un origen ígneo, dando lugar a manantiales de agua caliente.

La composición del agua de los manantiales varía según la naturaleza del suelo
o la roca de su lecho. El caudal de los manantiales depende de la estación del
año y del volumen de las precipitaciones. Los manantiales de filtración se
secan a menudo en periodos secos o de escasas precipitaciones; sin embargo,
otros tienen un caudal copioso y constante que proporciona un importante
suministro de agua local.

Los pozos artesianos, donde el agua brota superficialmente como un surtidor, son el resultado de perforar un
acuífero confinado cuyo nivel freático es superior al nivel del suelo. Cuando estas fuentes son termales (de
agua caliente), se denominan caldas o termas. A las sales minerales que llevan disueltas las caldas se le
reconocen propiedades medicinales, motivo por el cual se han construido en esas zonas muchos balnearios.
Esta práctica es antigua, y ya en tiempos de los romanos eran muy apreciados los baños públicos con aguas
minerales.
Las aguas superficiales: Lagos
A veces sa ha considerado los lagos como mares en miniatura y, de hecho,
tienen algunas semejanzas. Los lagos son masas de agua dulce o salada que
se encuentran rodeados de tierras.

Generalmente, los lagos están conectados con un sistema fluvial que les
provee de agua. Los hay que son una extraordinaria fuente de mantenimiento
para las poblaciones vegetales, animales y humanas de sus riberas.
Constituyen una buena reserva de agua dulce por lo que los humanos, desde
los inicis de la civilización, hemos aprendido a construir lagos artificiales,
que llamamos embalses o pantanos.

Características de los lagos


Los lagos son formas del paisaje que dependen de la región en que aparecen y que, a menudo, poseen una
flora y fauna muy importantes. Si ocupan grandes extensiones de terreno se definen como mares interiores.

Los lagos pueden ser alimentados por uno o más ríos llamados inmisarios. Por su parte, el río por donde
desagua se le llama emisario. Si carece de emisario, entonces tanto al lago como a su cuenca se le reconocen
con el término endorréico. Los lagos no suelen ser estructuras estables y por ello tienden a desaparecer.
Generalmente reciben alimentación de agua de las precipitaciones, manantiales o afluentes.

En las regiones áridas, donde las precipitaciones son insignificantes y la evaporación intensa, el nivel de agua
de los lagos varía según las estaciones y éstos llegan a secarse durante largos periodos de tiempo.

Los lagos pueden formarse a cualquier altitud y están distribuidos por todo el mundo, aunque más de la mitad
de ellos se sitúan en Canadá. Son numerosos en latitudes altas, especialmente si además se trata de zonas de
montaña sujetas a la influencia de los glaciares.

Tipos de lagos
Tectónicos: Son los lagos que rellenan las depresiones originadas por fallas y
plegamientos. Son lagos formados por un movimiento del suelo que impide el
libre curso de un río.

De barrera: Se forman cuando las morrenas glaciares u otras materias, como


coladas volcánicas o desprendimientos de tierras, taponan los valles y
permiten la acumulación de las aguas e impiden su desagüe.

Glaciares: Los glaciares excavan amplias cuencas al pulir el lecho de roca y


redistribuir los materiales arrancados. Un lago glaciar se forma cuando las
aguas ocupan el hueco erosionado por las masas glaciares.

De cráter: Se pueden dar tras la explosión del cráter de un volcán, el cual forma una caldera volcánica o un
hundimiento circular que puede ser inundado tras la extinción formando un lago. Si el cráter no tiene fisuras
y está formado por materiales de escasa porosidad, puede convertirse en un lago permanente si recibe
suficiente agua de la lluvia.

Endorréicos: Los lagos de cuencas endorreicas son depresiones en la corteza terrestre que no poseen salida
hacia el mar. Contienen aguas generalmente algo saladas, debido a la progresiva concentración de sales por
efecto de la evaporación.

Pelágicos: Los lagos pelágicos no son más que vestigios de antiguos mares que quedaron rodeados de tierras.
Lago Continente Superficie (km2) Profundidad (m)
Mar Caspio Asia 371.000 1.025
Superior Norteamérica 82.000 406
Victoria África 70.000 82
Hurón Norteamérica 60.000 229
Michigan Norteamérica 58.000 281
Mar de Aral Asia 34.000 65
Tanganica África 33.000 1.470
Baikal Asia 31.500 1.620
Gran Lago del Oso Norteamérica 31.000 446
Malawi África 29.000 695
Los glaciares
Las grandes masas de hielo que cubren los polos del planeta y las zonas altas de grandes cadenas montañosas
del mundo se llaman glaciares, a pesar de que son de dos tipos distintos.

Los glaciares son los restos de la gran cobertura de hielo que se extendió sobre una buena parte de las
latitudes altas de la Tierra durante las últimas glaciaciones del cuternario. Tienen una gran importancia como
agentes erosivos de primer orden y constituyen una gran reserva de agua dulce del planeta.

Formación y estructura de los glaciares


Los glaciares se forman al acumularse la nieve caída en los fondos y laderas
de los valles, en zonas de alta montaña. Los espesores pueden alcanzar
grandes proporciones, si la nieve perdida en los deshielos es inferior a la que
se acumula durante las nevadas. Su masa compacta se producie porque cada
nevada comprime las nieves caídas con anterioridad. Si el calor no logran
fusionar el hielo, va aumentando de grosor y comienza a desplazarse hacia el
fondo del valle.

La densidad de la nieve aumenta con la profundidad. En la base del glaciar se


produce la mayor densidad por efecto del peso del hielo que tiene que
soportar. Pero este hielo de la base del glaciar fluye como si fuera líquido. El
centro del glaciar se mueve más rápidamente que las masas laterales, por ello se producen roturas, tensiones
y estiramientos que se manifiestan en enormes y profundas grietas en las capas superiores.

El glaciar se va desplazando y arrancando las rocas salientes que encuentra a su paso. A estos fragmentos de
rocas se les llama Morrenas. En la zona final del glaciar, donde se produce el deshielo, se forman pequeñas
colinas cuyo conjunto recibe el nombre de Morrena terminal.

Mientras el glaciar sigue manteniendo alimentación de nieve en la parte alta, se mantiene el deslizamiento
valle abajo. Ffinalmente el glaciar se derrite o desmiembra formando arroyos.

Existen ocasiones en que varios glaciares fluyen por un valle al pie de un sistema montañoso, en su unión
suelen formar un extenso glaciar más ancho que largo; a estos glaciares se les denomina de Piedemonte.

Los casquetes polares y la capa de hielo continental

Cuando un glaciar cubre mesetas e islas de latitudes altas se le denomina Casquete polar.De estos Casquetes
polares suelen nacer glaciares alpinos, que descienden por los valles llegando incluso a alcanzar el mar.

Cuando el glaciar es tan extenso y antiguo que cubre la superficie de un continente, se le denomina Capa de
hielo continental. Suelen fluir lentamente hacia el exterior y alcanzar los océanos, donde se se fragmentan en
diversos tamaños durante el verano formando los icebergs.

Normalmente, el término se utiliza para describir las masas de hielo que cubren la Antártida y Groenlandia,
así como aquellas que cubrieron la mayor parte del hemisferio norte durante la edad de hielo del pleistoceno,
en el periodo cuaternario.

Un gran manto glaciar, de más de 1,8 millones de km2 de superficie y que supera los 2.700 m de grosor
máximo, cubre casi toda la superficie de Groenlandia. La roca sólo aflora cerca de la costa, donde el glaciar
se fragmenta en lenguas de hielo que recuerdan a los glaciares de valle. Desde el lugar donde estas lenguas
alcanzan el mar, se desgajan pedazos de hielo de diversos tamaños durante el verano y forman icebergs.

Un tipo de glaciar parecido cubre toda la Antártida, con una superficie de 13 millones de kilómetros
cuadrados
La capa de aire que rodea la Tierra

Llamamos atmósfera a una mezcla de varios gases que rodea cualquier objeto celeste, como
la Tierra, cuando éste posee un campo gravitatorio suficiente para impedir que escapen.

En la Tierra, la actual mezcla de gases se ha desarrollado a lo largo de 4.500 millones de


años. La atmósfera primigenia debió estar compuesta únicamente de emanaciones volcánicas,
es decir, una mezcla de vapor de agua, dióxido de carbono, dióxido de azufre y nitrógeno, sin
rastro apenas de oxígeno. A lo largo de este tiempo, diversos procesos físicos, químicos y
biológicos transformaron esa atmósfera primitiva hasta dejarla tal como ahora la conocemos.

Además de proteger el planeta y proporcionar los gases que necesitan los seres vivos, la
atmósfera determina el tiempo y el clima.
La atmósfera de la Tierra
La capa exterior de la Tierra es gaseosa, de composición y densidad muy distintas de las capas sólidas y
líquidas que tiene debajo. Pero es la zona en la que se desarrolla la vida y, además, tiene una importancia
trascendental en los procesos de erosión que son los que han formado el paisaje actual.

Los cambios que se producen el la atmósfera contribuyen decisivamente en los procesos de formación y
sustento de los seres vivos y determinan el clima.

Composición del aire


Los gases fundamentales que forman la atmósfera son: Nitrógeno (78.084%),
Oxígeno (20.946%), Argón (0.934%) y Dióxido de Carbono (0.033%). Otros
gases de interés presentes en la atmósfera son el vapor de agua, el ozono y
diferentes óxidos.

También hay partículas de polvo en suspensión como, por ejemplo, partículas


inorgánicas, pequeños organismos o restos de ellos y sal marina. Muchas
veces estas partículas pueden servir de núcleos de condensación en la
formación de nieblas muy contaminantes.

Los volcanes y la actividad humana son responsables de la emisión a la atmósfera de diferentes gases y
partículas contaminantes que tienen una gran influencia en los cambios climáticos y en el funcionamiento de
los ecosistemas.

El aire se encuentra concentrado cerca de la superficie, comprimido por la atracción de la gravedad y,


conforme aumenta la altura, la densidad de la atmósfera disminuye con gran rapidez. En los 5,5 kilómetros
más cercanos a la superficie se encuentra la mitad de la masa total y antes de los 15 kilómetros de altura está
el 95% de toda la materia atmosférica.

La mezcla de gases que llamamos aire mantiene la proporción de sus distintos componentes casi invariable
hasta los 80 km, aunque cada vez más enrarecido (menos denso) conforme vamos ascendiendo. A partir de
los 80 km la composición se hace más variable.

Formación de la atmósfera
La mezcla de gases que forma el aire actual se ha desarrollado a lo largo de 4.500 millones de años. La
atmósfera primigenia debió estar compuesta únicamente de emanaciones volcánicas, es decir, vapor de agua,
dióxido de carbono, dióxido de azufre y nitrógeno, sin rastro apenas de oxígeno.

Para lograr la transformación han tenido que desarrollarse una serie de procesos. Uno de ellos fue la
condensación. Al enfriarse, la mayor parte del vapor de agua de origen volcánico se condensó, dando lugar a
los antiguos océanos. También se produjeron reacciones químicas. Parte del dióxido de carbono debió
reaccionar con las rocas de la corteza terrestre para formar carbonatos, algunos de los cuales se disolverían en
los nuevos océanos.

Más tarde, cuando evolucionó la vida primitiva capaz de realizar la fotosíntesis, empezó a producir oxígeno.
Hace unos 570 millones de años, el contenido en oxígeno de la atmósfera y los océanos aumentó lo bastante
como para permitir la existencia de la vida marina. Más tarde, hace unos 400 millones de años, la atmósfera
contenía el oxígeno suficiente para permitir la evolución de animales terrestres capaces de respirar aire.
Capas de la atmósfera
La atmósfera se divide en diversas capas:

La troposfera llega hasta un límite superior (tropopausa) situado a 9 Km de


altura en los polos y los 18 km en el ecuador. En ella se producen
importantes movimientos verticales y horizontales de las masas de aire
(vientos) y hay relativa abundancia de agua. Es la zona de las nubes y los
fenómenos climáticos: lluvias, vientos, cambios de temperatura, ... y la capa
de más interés para la ecología. La temperatura va disminuyendo conforme
se va subiendo, hasta llegar a -70ºC en su límite superior.

La estratosfera comienza a partir de la tropopausa y llega hasta un límite


superior (estratopausa), a 50 km de altitud. La temperatura cambia su
tendencia y va aumentando hasta llegar a ser de alrededor de 0ºC en la
estratopausa. Casi no hay movimiento en dirección vertical del aire, pero los vientos horizontales llegan a
alcanzar frecuentemente los 200 km/h, lo que facilita el que cualquier sustancia que llega a la estratosfera se
difunda por todo el globo con rapidez. Por ejemplo, esto es lo que ocurre con los CFC que destruyen el
ozono. En esta parte de la atmósfera, entre los 30 y los 50 kilómetros, se encuentra el ozono, importante
porque absorbe las dañinas radiaciones de onda corta.

La mesosfera, que se extiende entre los 50 y 80 km de altura, contiene sólo cerca del 0,1% de la masa total
de laire. Es importante por la ionización y las reacciones químicas que ocurren en ella. La disminución de la
temperatura combinada con la baja densidad del aire en la mesosfera determinan la formación de turbulencias
y ondas atmosféricas que actúan a escalas espaciales y temporales muy grandes. La mesosfera es la región
donde las naves espaciales que vuelven a la Tierra empiezan a notar la estructura de los vientos de fondo, y
no sólo el freno aerodinámico.

La ionosfera se extiende desde una altura de casi 80 km sobre la superficie terrestre hasta 640 km o más. A
estas distancias, el aire está enrarecido en extremo. Cuando las partículas de la atmósfera experimentan una
ionización por radiación ultravioleta, tienden a permanecer ionizadas debido a las mínimas colisiones que se
producen entre los iones. La ionosfera tiene una gran influencia sobre la propagación de las señales de radio.
Una parte de la energía radiada por un transmisor hacia la ionosfera es absorbida por el aire ionizado y otra
es refractada, o desviada, de nuevo hacia la superficie de la Tierra. Este último efecto permite la recepción de
señales de radio a distancias mucho mayores de lo que sería posible con ondas que viajan por la superficie
terrestre.

La región que hay más allá de la ionosfera recibe el nombre de exosfera y se extiende hasta los 9.600 km, lo
que constituye el límite exterior de la atmósfera. Más allá se extiende la magnetosfera, espacio situado
alrededor de la Tierra en el cual, el campo magnético del planeta domina sobre el campo magnético del
medio interplanetario.

Altura (m) Presión (mb) Densidad Temperatura (ºC)


0 1013 1,226 15
1.000 898,6 1,112 8,5
2.000 794,8 1,007 2
3.000 700,9 0,910 -4,5
4.000 616,2 0,820 -11
5.000 540 0,736 -17,5
10.000 264,1 0,413 -50
15.000 120,3 0,194 -56,5
La circulación de la atmósfera
La atmósfera es la capa de gases que rodea la Tierra y que, gracias a su baja
densidad, puede desplazarse fácilmente sobre su superficie. Como ocurre
con todos los gases, el aire modifica su densidad en función de la
temperatura y esto hace que pueda ascender y descender.

Dado que hay constantes variaciones de temperatura entre unos puntos y


otros de la Tierra, el aire está en contínuo movimiento. Su ascenso o
descenso no se efectua en línea recta, y esto origina los vientos. Además, el
vapor de agua que contiene se convierte en líquido (se condensa) al ascender
a capas más frias, por lo que se producen las precipitaciones.

El calor
La energía del Sol que atraviesa la atmósfera de la Tierra, al calienta. Pero al llegar a la superficie terrestre se
puede encontrar con agua o con roca, según caiga sobre el mar o un continente. La roca tiene tendencia a
calenterse y enfriarse más rápidamente que el agua. Por tanto, los continentes se enfrían y calientat antes que
los océanos, creando zonas con distintas temperaturas.

La cantidad de energía que recibe cada porción de la Tierra depende también de la inclinación de los rayos
solares, cuanto más verticales, más energía. Por esto, las regiones cercanas a los polos son mucho más frias
que las que se encuentran cerca del ecuador. Además, en el hemisferio norte la proporción de tierras
emergidas es mucho mayor que en el sur.

Latitud y altitud
La latitud determina la posición de un punto determinado de la Tierra con relación al ecuador. Se mide
dividiendo el hipotético cuadrante terrestre en 90 paralelos, cada uno de los cuales corresponde a un grado
del ángulo recto. El ecuador tiene latitud 0º y los polos, 90º. Como se ha dicho, las latitudes altas reciben
mucho menos calor que las bajas.

La altitud se refiere a la altura de un punto determinado en relación al nivel del mar. A medida que aumenta
la altitud, disminuye la densidad de la atmósfera y, por tanto, su capacidad de absorción del calor. Por esto,
cuanto más alto esté un lugar, menor temperatura tendrá.

El aire en movimiento
A causa de las diferencias entre agua y tierra, de la latitud y de la altitud, se crean zonas en las que el aire
más caliente y ligero tiende a ascender, mientras que el aire más pesado y frio desciende. Estas diferencias de
presión son las causantes de los vientos.

Pero se ha observado que la atmósfera sigue un movimiento más o menos regular llamado circulación
general, debido a que hay zonas del planeta con unas condiciones características. A lo largo del ecuador se
extiende una zona de bajas presiones, después siguen dos zonas subtropicales con presiones altas, dos zonas
templadas de baja presión y, finalmente, las zonas polares, de nuevo, con altas presiones. Las masas de aire
se mueven entre estas zonas con presiones distintas.

La rotación de la Tierra
La tierra, al girar sobre su eje, produce fuerzas centrífugas y de inercia que arrastran el aire. Además, al estar
en contacto con la superficie, se originan también fuerzas de rozamiento. Todas estas fuerzas tienen una
enorme influenxia sobre la forma en que se mueve el aire.

Cuando por diferencias de presión el aire se pone en movimiento, la rotación de la Tierra lo desvía según la
dirección de marcha: hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur. Todo
este complejo sistema de fuerzas hace que el viento se desplace describiendo ámplios círculos o espirales.

Se llama fuerza de Coriolis a la inercia que actua sobre un cuerpo o masa de aire a causa de la rotación de la
Tierra. Por ejemplo, los vientos alisios y los ponientes se originan a causa de la fuerza de Coriolis.
Contaminación atmosférica
Los astronautas vuelven de sus viajes con una nueva mentalidad que les hace sentir más respeto por la Tierra
y entender mejor la necesidad de cuidarla. Desde el espacio no se ven las fronteras y, mucho menos, los
intereses económicos, pero sí algunos de sus devastadores efectos, como la contaminación de la atmósfera.

El 85% del aire está cerca de la Tierra, en la troposfera, una finísima capa de sólo 15 Km. Las capas más
elevadas de la atmosfera tienen poco aire, pero nos protegen de los rayos ultravioletas (capa de ozono) y de
los meteoritos (ionosfera). Los gases que hemos vertido a la atmosfera han dejado la Tierra en un estado
lamentable.

Las fotos que hicieron los primeros astronautas son mucho más claras que las actuales, a pesar de que ahora
tenemos aparatos más sofisticados. Los humanos somos capaces de destruir en poco tiempo lo que a la
naturaleza le ha costado miles de años crear.

Cada año, los países industriales generan millones de toneladas de


contaminantes. Los contaminantes atmosféricos más frecuentes y más
ampliamente dispersos son el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, los
óxidos de nitrógeno, el ozono, el dióxido de carbono o las partículas en
suspensión.

El nivel suele expresarse en términos de concentración atmosférica


(microgramos de contaminantes por metro cúbico de aire) o, en el caso de los
gases, en partes por millón, es decir, el número de moléculas de
contaminantes por millón de moléculas de aire.

Muchos contaminantes proceden de fuentes fácilmente identificables; el dióxido de azufre, por ejemplo,
procede de las centrales energéticas que queman carbón o petróleo. Otros se forman por la acción de la luz
solar sobre materiales reactivos previamente emitidos a la atmósfera (los llamados precursores). Por ejemplo,
el ozono, un peligroso contaminante que forma parte del smog, se produce por la interacción de
hidrocarburos y óxidos de nitrógeno bajo la influencia de la luz solar. El ozono ha producido también graves
daños en las cosechas.

Por otra parte, el descubrimiento en la década de 1980 de que algunos contaminantes atmosféricos, como los
clorofluorocarbonos (CFC), están produciendo una disminución de la capa de ozono protectora del planeta ha
conducido a una supresión paulatina de estos productos.

La contaminación atmosférica es uno de los problemas medioambientales que se extiende con mayor rapidez
ya que las corrientes atmosféricas pueden transportar el aire contaminado a todos los rincones del globo. Los
gases que se liberan en la atmósfera producen efectos nocivos sobre los patrones atmosféricos y afectan a la
salud de las personas, animales y plantas.
El tiempo y el clima

A diferencia de los procesos geológicos, que ocurren con lentitud, la atmósfera de la Tierra se
transforma constantemente, a veces, incluso, en cuestión de minutos. Estos cambios afectan
directamente nuestra salud y bienestar. Es muy lógico que hayamos desarrollado la
meteorología.

Pero el tiempo atmosférico depende de muchos factores que lo hacen distinto de un lugar a
otro. Aunque el tiempo puntual, en un momento dado, pueda ser parecido en dos lugares de la
Tierra (por ejemplo, una tormenta), a lo largo del tiempo cada zona tiene su clima,
determinado por sus "estadísticas del tiempo". De su estudio se encarga otra ciencia, la
climatología.

En este capítulo intentaremos comprender los aspectos fundamentales de estos procesos que,
por otra parte, son verdaderamente complejos.
Meteorología y Climatología
La meteorología es la ciencia que se ocupa de los fenomenos que ocurren a corto plazo en las capas bajas de
la atmósfera, o sea, donde se desarrolla la vida de plantas y animales.

La meteorología estudia los cambios atmosféricos que se producen a cada momento, utilizando parámetros
como la temperatura del aire, su humedad, la presión atmosférica, el viento o las precipitaciones. El objetivo
de la meteorología es predecir el tiempo que va a hacer en 24 o 48 horas y, en menor medida, elaborar un
pronóstico del tiempo a medio plazo.

La climatología es la ciencia que estudia el clima y sus variaciones a lo largo del tiempo. Aunque utiliza los
mismos parámetros que la meteorología, su objetivo es distinto, ya que no pretende hacer previsiones
inmediatas, sinó estudiar las características climáticas a largo plazo.

El clima es el conjunto de fenómenos meteorológicos que caracterizan las condiciones habituales o más
probables de un punto determinado de la superficie terrestre. Es, por tanto, una serie de valores estadísticos.
Por ejemplo, aunque en un desierto se pueda producir, eventualmente, una tormenta con precipitación
abundante, su clima sigue siendo desertico, ya que la probabilidad de que esto ocurra es muy baja.

La predicción del tiempo atmosférico


La meteorología y la climatología estudian la atmósfera desde varias
perspectivas. Por un lado, describen las condiciones generales del tiempo
atmosférico en una zona y época concretas. Por otro, investigan el
comportamiento de las grandes masas de aire con el fin de establecer leyes
generales respecto a su influencia sobre otros factores. Finalmente, analizan
cada uno de estos factores particulares (temperatura, presión, humedad, ... )
con el fin de descubrir las leyes que los gobiernan y poder hacer una previsión
del tiempo acertada.

La meteorología tiene diversas aplicaciones prácticas, además de las evidentes.


Por ejemplo, la meteorología aeronáutica se especializa en todo lo que afecta
al tráfico aéreo; la meteorología agraria pretende predecir las condiciones
adecuadas para las distintas labores agrícolas; la meteorología médica estudia
la influencia de los factores atmosféricos sobre la salud humana.

Los mapas del tiempo


El mapa del tiempo que podemos ver en el periódico o la televisión es el resultado de siglos de experiencia.
Inicialmente se trataba de simples anotaciones sobre fenómenos meteorológicos observados en distintos
lugares.

Con el tiempo se fueron perfeccionando. La invención de diversos aparatos de medición (higrómetro,


termómetro, barómetro, anemómetro, ... ) hizo proliferar la aparición de estaciones meteorológicas y de
organismos, a nivel regional, nacional e internacional, encargados de recopilar los datos y organizarlos.

El verdadero avance llegó, sin embargo, en el siglo XX, con la puesta en órbita de satélites meteorológicos
dotados de instrumentos fotográficos y analíticos cada vez más sofisticados. La informática ha contribuido
enormemente a este avance, ya que los ordenadores son capaces de procesar muchos datos en poco tiempo y
de elaborar modelos climàticos y de previsiones.
Las cuatro estaciones del año
Dependiendo de la latitud y de la altura, los cambios meteorológicos a lo largo del año pueden ser mínimos,
como en las zonas tropicales bajas, o máximos, como en las zonas de latitudes medias.

En estas zonas se pueden distinguir periodos, que llamamos estaciones, con características más o menos
parecidas, que afectan a los seres vivos. En general, se habla de cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e
invierno, aunque hay zonas de la Tierra donde sólo existen dos, la húmeda y la seca (zonas monzónicas).

Causas y efectos de las estaciones


A causa de las variaciones climáticas que sufre la Tierra, el año está dividido
en cuatro períodos o estaciones. Estas variaciones en el clima son más
acusadas en las zonas frias y templadas, y más suaves o impercentibles entre
los trópicos. Las cuatro estaciones son: primavera, verano, otoño e invierno.
Las dos primeras componen el medio año en que los días duran más que las
noches, mientras que en las otras dos las noches son más largas que los días.

Las variaciones se deben a la inclinación del eje terrestre. Por tanto, no se


producen al mismo tiempo en el hemisferio Norte (Boreal) que en el
hemisferio Sur (Austral), sino que están invertidos el uno con relación al
otro.

Mientras la Tierra se mueve con el eje del Polo Norte inclinado hacia el Sol,
el del Polo Sur lo está en sentido contrario y las regiones del primero reciben
más radiación solar que las del segundo. Posteriormente se invierte este
proceso y son las zonas del hemisferio boreal las que reciben menos calor.

Solsticios y equinoccios
Las cuatro estaciones están determinadas por cuatro posiciones principales
en la órbita terrestre, opuestas dos a dos, que reciben el nombre de solsticios
y equinoccios. Solsticio de invierno, equinoccio de primavera, solsticio de
verano y equinoccio de otoño.

En los equinoccios, el eje de rotación de la Tierra es perpendicular a los


rayos del Sol, que caen verticalmente sobre el ecuador. En los solsticios, el
eje se encuentra inclinado 23,5º, por lo que los rayos solares caen
verticalmente sobre el trópico de Cáncer (verano en el hemisferio norte) o de
Capricornio (verano en el hemisferio sur).

A causa de la excentricidad de la órbita terrestre, las estaciones no tienen la


misma duración, ya que la Tierra recorre su trayectoria con velocidad
variable. Va más deprisa cuanto más cerca está del Sol y más despacio
cuanto más alejada.

Por esto, el rigor de cada estación no es el mismo para ambos hemisferios. Nuestro planeta está más cerca del
Sol a principios de enero (perihelio) que a principios de julio (afelio), lo que hace que reciba un 7% más de
calor en el primer mes del año que no a la mitad de él. Por este motivo, en conjunto, además de otros
factores, el invierno boreal es menos frío que el austral, y el verano austral es más caluroso que el boreal.

A causa de perturbaciones que experimenta la Tierra mientras gira en torno al Sol, no pasa por los solsticios
y equinoccios con exactitud, lo que motiva que las diferentes estaciones no comiencen siempre en el mismo
preciso momento.

Inicio H. norte H. sur Días duración Inclinación


20-21 Marzo Primavera Otoño 92,9 0º
21-22 Junio Verano Invierno 93,7 23,5º Norte
23-24 Septiembre Otoño Primavera 89,6 0º
21-22 Diciembre Invierno Verano 89,0 23,5º Sur
Temperatura, humedad, presión
El clima es el resultado de numerosos factores que actúan conjuntamente. Los accidentes geográficos, como
montañas y mares, influyen decisivamente en sus cvaracterísticas.

Para determinar estas características podemos considerar como esenciales un reducido grupo de elementos: la
temperatura, la humedad y la presión del aire. Sus combinaciones definen tanto el tiempo meteorológico de
un momento concreto como el clima de una zona de la Tierra.

La temperatura y la sensación térmica


La temperatura atmosférica es el indicador de la cantidad de energía calorífica acumulada
en el aire. Aunque existen otras escalas para otros usos, la temperatura del aire se suele
medir en grados centígrados (ºC) y, para ello, se usa un instrumento llamado "termómetro".

La temperatura depende de diversos factores, por ejemplo, la inclinación de los rayos


solares. También depende del tipo de sustratos (la roca amsorbe energía, el hielo la refleja),
la dirección y fyerza del viento, la latitud, la altura sobre el nivel del mar, la proximidad de
masas de agua, ...

Sin embargo, hay que distinguir entre temperatura y sensación térmica. Aunque el
termómetro marque la misma temperatura, la sensación que percibimos depende de factores
como la humedad del aire y la fuerza del viento. Por ejemplo, se puede estar a 15º en manga
corta en un lugar soleado y sin viento. Sin embargo, a esta misma temperatura a la sombra o
con un viento de 80 km/h, sentimos una sensación de frio intenso.

La humedad del aire


La humedad indica la cantidad de vapor de agua presente en el aire. Depende, en parte, de la temperatura, ya
que el aire caliente contiene más humedad que el frio.

La humedad relativa se expresa en forma de tanto por ciento (%) de agua en el aire. La humedad absoluta se
refiere a la cantidad de vapor de agua presente en una unidad de volumen de aire y se expresa en gramos por
centímetro cúbico (gr/cm3).

La seturación es el punto a partir del cual una cantidad de vapor de agua no puede seguir creciendo y
mantenerse en estado gaseoso, sinó que se convierte en líquido y se precipita.

Para medir la humedad se utiliza un instrumento llamado "higómetro".

Presión atmosférica
La presión atmosférica es el peso de la masa de aire por cada unidad de superficie. Por este motivo, la
presión suele ser mayor a nivel del mar que en las cumbres de las montañas, aunque no depende únicamente
de la altitud.

Las grandes diferencias de presión se pueden percibir con cierta facilidad. Con una presión alta nos sentimos
más cansados, por ejemplo, en un bochornoso día de verano. Con una presión demasiado baja (por ejemplo,
por encima de los 3.000 metros) nos sentimos más ligeros, pero también respiramos con mayor dificultad.

La presión "normal" a nivel del mar es de unos 1.013 milibares y disminuye progresivamente a medida que
se asciende. Para medir la presión utilizamos el "barómetro".

Las diferencias de presión atmosférica entre distintos puntos de la corteza terrestre hacen que el aire se
deplace de un lugar a otro, originando los vientos. En los mapas del tiempo, los distintos puntos con
presiones similares se unen formando unas líneas que llamamos "isobaras".
Vientos y precipitaciones
Si la temperatura, la humedad y la presión son los elementos que determinan el
clima, el viento y las precipitaciones son sus más evidentes (y perceptibles)
consecuencias.

El viento es la circulación del aire de un lugar a otro, con más o menos fuerza.
Su principal efecto es el de mezclar distintas capas o bolsas de aire. Cuando se
concentra la humedad en una zona y esta asciende hasta una capa de aire más
fría, se producen las precipitaciones.

Vientos y brisas
El viento se produce cuando una masa de aire se vuelve menos densa, al
aumentar su temperatura, asciende y entonces, otra masa de aire más densa y fria se mueve para ocupar el
espacio que la primera ha dejado.

Hay vientod generales y permanentes que recorren todo el globo terráqueo como consecuencia de la
circulación general de la atmósfera, y otros vientos que se desencadenan a causa de los cambios
meteorológicos locales. Algunos de estos últimos son periódicos, otros no; algunos afectan grandes regiones
de la tierra, otros tienen un ámbito de actuación muy limitado.

Las condiciones topográficas de la Tierra hacen que haya vientos producidos por pequeñas alteraciones
regionales. Por ejemplo, las brisas de tierra, aire fresco del mar hacia tierra durante el día, y las brisas de mar,
aire fresco que viaja de la tierra al mar durante la noche.

Algo parecido ocurre en las zonas de montaña. Durante el dia, la brisa de montaña del valle asciende hacia
las cumbres, y la brisa de valle, que desciende desde las cumbres por la noche.

Lluvia, nieve, granizo, tormentas


Cuando la humedad del aire supera el punto de saturación, se condensa
alrededor de pequeñas partículas sólidas que flotan en la atmósfera y se
forman las nubes. Algunas de ellas se desarrollan en vertical, corrientes
internas hacen que el aire ascienda hacia zonas más frías, mientras las gotas
aumentan de tamaño ya que, al descender la temperatura, el agua en estado
gaseoso tiende a convertirse en líquida.

Si las gotas de agua o hielo superan en peso a las fuerzas que las sostienen,
caen por la fuerza de la gravedad y forman lo que llamamos una
"precipitación".

Dependiendo de la temperatura y el grado de condensación, el agua se puede precipitar en forma de lluvia


líquida, pero también puede hacerlo en forma de cristales de hielo (nieve) o de masas densas de hielo de
diverso tamaño (granizo).

Cuando las diferencias de temperatura entre dos masas de aire son muy grandes, la condensación se produce
con enorme repidez y abundancia, hay precipitaciones intensas, acompañadas de movimientos bruscos del
aire y de intercambio eléctrico entre las masas (rayos y relámpagos). Es lo que llamamos "tormentas" y, en
algunos casos, pueden llegar muy violentas.
Las nubes
Las nubes se forma por el enfriamiento del aire. Esto provoca la condensación
del vapor de agua, invisible, en gotitas o partículas de hielo visibles. Las
partículas son tan pequeñas que las sostienen en el aire corrientes verticales
leves.

Las diferencias entre formaciones nubosas se deben, en parte, a las diferentes


temperaturas de condensación. Cuando se produce a temperaturas inferiores a
la de congelación, las nubes suelen estar formadas por cristales de hielo; las
que se forman en aire más cálido suelen contener gotitas de agua.

El movimiento de aire asociado al desarrollo de las nubes también afecta a su


formación. Las nubes que se crean en aire en reposo tienden a aparecer en
capas o estratos, mientras que las que se forman entre vientos o aire con fuertes corrientes verticales
presentan un gran desarrollo vertical.

Hay varias clases de nubes, que podemos clasificar en tres grupos: nubes altas, nubes medias y nubes bajas.

Nubes altas
Cirros: Son nubes blancas, transparentes y sin sombras internas que presentan un aspecto de filamentos
largos y delgados. Estos filamentos pueden presentar una distribución regular en forma de líneas paralelas, ya
sean rectas o sinuosas. Ocasionalmente los filamentos tienen una forma embrollada. La apariencia general es
como si el cielo hubiera sido cubierto a brochazos. Cuando los cirros invaden el cielo puede estimarse que en
las próximas 24 h. habrá un cambio brusco del tiempo; con descenso de la temperatura.

Cirrocúmulos: Forman una capa casi continua que presenta el aspecto de una superficie con arrugas finas y
formas redondeadas como pequeños copos de algodón. Estas nubes son totalmente blancas y no presentan
sombras. Cuando el cielo está cubierto de Cirrocúmulos suele decirse que está aborregado. Los Cirrocúmulos
frecuentemente aparecen junto a los Cirros y suelen indicar un cambio en el estado del tiempo en las
próximas 12 h. Este tipo de nubes suele preceder a las tormentas.

Cirrostratos: Tienen la apariencia de un velo, siendo difícil distinguir detalles de estructura, presentando
ocasionalmente un estriado largo y ancho. Sus bordes tienen límites definidos y regulares. Este tipo de nubes
suele producir un halo en el cielo alrededor del Sol o de la Luna. Los Cirrostratos suelen suceder a los Cirros
y preludian la llegada de mal tiempo por tormentas o frentes cálidos.

Nubes medias
Altocúmulos: Parecen copos de tamaño mediano y estructura irregular, con sombras entre los copos.
Presentan ondulaciones o estrías anchas en su parte inferior. Los Altocúmulos suelen preceder al mal tiempo
producido por lluvias o tormentas.

Altostratos: Capas delgadas de nubes con algunas zonas densas. En la mayoría de los casos es posible
visualizar el Sol a través de la capa de nubes. El aspecto que presentan los Altostratos es el de una capa
uniforme de nubes con manchones irregulares. Los Altostratos generalmente presagian lluvia fina y pertinaz
con descenso de la temperatura.

Nubes bajas
Nimbostratos: Tienen el aspecto de una capa regular de color gris oscuro con
diversos grados de opacidad. Con cierta frecuencia es posible observar un
aspecto ligeramente estriado que corresponde a diversos grados de opacidad y
variaciones del color gris. Son nubes típicas de lluvia de primavera y verano y
de nieve durante el invierno.

Estratocúmulos: Presentan ondulaciones amplias parecidas a cilindros


alargados, pudiendo presentarse como bancos de gran extensión. Estas nubes
presentan zonas con diferentes intensidades de gris. Los Estratocúmulos rara
vez aportan lluvia, salvo cuando se transforman en Nimbostratos.

Estratos: Tienen la apariencia de un banco de neblina grisáceo sin que se


pueda observar una estructura definida o regular. Presentan manchones de diferente grado de opacidad y
variaciones de la coloración gris. Durante el otoño e invierno los Estratos pueden permanecer en el cielo
durante todo el día dando un aspecto triste al cielo. Durante la primavera y principios del verano aparecen
durante la madrugada dispersándose durante el día, lo que indica buen tiempo.

Nubes de desarrollo vertical


Cúmulos: Presentan un gran tamaño con un aspecto masivo y de sombras muy marcadas cuando se
encuentran entre el Sol y el observador, es decir, son nubes grises. Presentan una base horizontal y en la parte
superior protuberancias verticales de gran tamaño que se deforman continuamente, presentando un aspecto
semejante a una coliflor de gran tamaño. Los Cúmulos corresponden al buen tiempo cuando hay poca
humedad ambiental y poco movimiento vertical del aire. En el caso de existir una alta humedad y fuertes
corrientes ascendentes, los Cúmulos pueden adquirir un gran tamaño llegando a originar tormentas y
aguaceros intensos.

Cumulonimbos: De gran tamaño y apariencia masiva con un desarrollo vertical muy marcado que da la
impresión de farallones montañosos y cuya cúspide puede tener la forma de un hongo de grandes
dimensiones; y que presenta una estructura lisa o ligeramente fibrosa donde se observan diferentes
intensidades del color gris o cerúleo. Estas nubes pueden tener en su parte superior cristales de hielo de gran
tamaño. Los Cumulonimbos son las nubes típicas de las tormentas intensas pudiendo llegar a producir
granizo.
Frentes, borrascas y anticiclones
Una de las secciones de los medios de comunicación que más interesan al
publico (que tienen más audiencia) son las previsiones meteorológicas. El
interés radica en la gran infuencia que tiene el tiempo sobre nuestras
actividades cotidianas.

La meteorologia se vale de diversos instrumentos que miden temperatura,


humedad y presión en distintos lugares y a diversas alturas. Con ellos se
elaboran los mapas del tiempo. Los elementos básicos de estos mapas son
los frentes, las borrascas (o depresiones) y los anticiclones. Con ellos se
puede explicar hacia donde irán las nubes, en que lugar se dan las
condiciones para que descarguen su humedad y que dirección tomarán los vientos.

Frentes
Cuando dos grandes masas de aire con temperaturas distintas y uniformes se encuentran, se produce un
choque que genera una variación brusca de la humedad y de la temperatura. La línea de choque se llama
"frente"

Se llama frente frio cuando el aire frio avanza hacia el caliente y frente cálido si el aire caliente se abre paso
hacia el frio. La zona alterada como consecuencia del choque se llama ciclón, borrasca o depresión. Por el
contrario, la zona donde la atmósfera es más estable, con altas presiones, se llama anticiclón.

Las isobaras son las líneas que unen los puntos en que la presión atmosférica al nivel del mar es la misma.
Suelen expresarse en milibares y son muy útiles para la predicción meteorológica. En ocasiones las isobaras
forman familias de curvas encerradas unas en otras alrededor de una región donde la presión es más alta o
más baja que en los puntos de su alrededor. En el primer caso constituye un anticiclón y en el segundo un
ciclón.

Se llama sistema frontal a un par de frentes, el primero cálido y el segundo frío, que van con unidoa a una
depresión o borrasca.

Borrascas y anticiclones
Una borrasca o ciclón es una zona de baja presión atmosférica rodeada por un
sistema de vientos que en el hemisferio norte se mueven en sentido opuesto a
las agujas del reloj, y en sentido contrario en el hemisferio sur. El término
ciclón se ha utilizado con un sentido más amplio aplicándolo a las tormentas
y perturbaciones que acompañan a estos sistemas de baja presión, en
particular a los violentos huracanes tropicales y a los tifones, centrados en
zonas de presión extraordinariamente baja.

Un anticiclón es una zona donde la presión atmosférica es más alta que en las
zonas circundantes. Las isobaras suelen estar muy separadas, mostrando la
presencia de vientos suaves que llegan a desaparecer en las proximidades del
centro.

El aire se mueve en la dirección de las agujas del reloj en el hemisferio Norte y en sentido contrario en el
hemisferio Sur. El movimiento del aire en los anticiclones se caracteriza por los fenómenos de convergencia
en los niveles superiores y divergencia en los inferiores. El aire que baja se va secando y calentando, por lo
que trae consigo estabilidad y buen tiempo, con escasa probabilidad de lluvia. En invierno, sin embargo, el
aire que desciende puede atrapar nieblas y elementos contaminantes bajo una inversión térmica y llegar a
formar el denominado "smog".
Climas del mundo: lluviosos
Aunque la variedad de climas locales en la Tierra es enorme, como siempre, los científicos se han encargado
de clasificarlos. De esta forma podemos hacernos una idea aproximada de qué tiempo hace en los diversos
lugares del planeta y, en consecuencia, entender mejor cómo viven sus habitantes, animales y plantas, ya que
el clima determina su forma de vida.

Hay para todos los gustos, desde climas extremadamente secos a otros demasiado húmedos o, incluso, otros
que reparten el año entre los dos extremos. Hay climas muy calidos, otros muy frios, otros suaves y algunos,
en zonas altas, con variaciones drásticas al cabo del día.

Climas tropicales lluviosos


Son climas con temperaturas del mes más frío por encima de 18º C. Se
localizan en áreas que se extienden desde el Ecuador hasta los Trópicos a
alturas inferiores a unos 800 a 1000 m, con lluvias superiores a 750 mm
anuales, también son llamados climas megatermicos o cálidos con bosques.
Dentro de este grupo de climas pueden reconocerse tres tipos:

Ecuatorial: Caliente y húmedo, con precipitaciones abundantes todo el año


(selva tropical). Se da en las zonas de las calmas ecuatoriales, entre 10º S y
10º N. La temperatura todos los meses está entre 20 y 27º C. La amplitud
térmica anual es inferior a los 5º C. La humedad relativa es muy alta. La
precipitación supera los 2000 mm anuales, con un máximo en los equinoccios
y un mínimo en los solsticios.

Tropical: Caliente subhúmedo con lluvias en verano (sabana). Se da entre la zona ecuatorial y en los
desiertos cálidos (entre 10 y 25º de latitud Norte y Sur). Estación invernal seca que aumenta a medida que
nos alejamos del Ecuador. Precipitación mínima superior a 100 mm.

Monzónico: Caliente, húmedo, con lluvias abundantes en verano, con in-fluencia del monzón. Se da en el
sudeste asiático. Es el clima más húmedo del planeta, aunque tiene una corta estación seca invernal.
Contraste esta-cional muy fuerte. Verano cálido y húmedo e invierno seco. La precipita-ción mínima supera
los 400 mm en pocos meses.

Climas templados lluviosos


Son climas donde la temperatura media del mes más frío esta comprendida entre 18º C y -3º C y la
temperatura media del mes más cálido es superior a 10º C. La temperatura del mes más frío de -3º C coincide
con el límite de las zonas cubiertas de nieve por un mes o más. En este grupo hay tres regímenes
pluviométricos diferentes que dan origen a los tres tipos principales de clima:

Oceánico: Se extiende entre los 35 y 60º de latitud, en la zona de influencia de los sistemas ciclónicos.
Carecen de estación seca propiamente dicha, aunque tienen un mínimo estival. Las estaciones están marcadas
por las temperaturas. Hacia el interior de los continentes y hacia el norte y el sur, se modifica sensiblemente.

Chino: Clima subtropical de las fachadas orientales de los continentes en la zona templada. Clima de
transición entre el tropical lluvioso y el templado continental. La influencia continental se manifiesta en las
olas de frío invernales. Su verano es cálido y húmedo de tipo tropical, el invierno suave y lluvioso, de tipo
mediterráneo.

Mediterráneo: Clima subtropical de la zona templada, entre los 30 y los 45º de latitud norte y sur.
Caracterizado por una marcada sequía estival. Se encuentra en la zona de transición entre los climas húmedos
y secos. La sequía estival está motivada por la permanencia del anticiclón subtropical. Precipitación mínima
de 30 mm.
Climas del mundo: secos y frios
En algunos lugares de la Tierra el aire contiene poca humedad de forma que las precipitaciones son escasa.
En otros, la temperatura es tan baja que pasan buena parte del año helados o cubiertos de nieve. En el caso
extremo, en los climas polares, el hielo se mantiene todo el año.

Finalmente, hay un tipo especial de clima que depende en gran medida de la altitud más que de la latitud. Se
trata del clima de montaña, donde le contraste entre las temperaturas diurnas y nocturnas suele ser acusado y
donde las precipitaciones tienen un régimen especial.

Climas secos
Son climas en los que la evaporación excede a la precipitación, por lo que ésta no es suficiente para alimentar
corrientes de agua permanentes. Hay dos subdivisiones principales:

Semiárido: En las estepas cálida o en los límites de los grandes desiertos cálidos. Sus precipitaciones son
escasas e irregulares, entre 250 y 500 mm anuales, en forma de chaparrones. Las temperaturas son elevadas
durante todo el año. Gran amplitud térmica diaria. Otro tipo de clima semiárido se da en las estepas frías, en
latitudes medias del interior de los continentes más grandes. Sus precipitaciones son muy escasas e
irregulares, en forma de chaparrones. Las temperaturas similares a las continentales. Inviernos fríos y fuerte
amplitud térmica anual.

Árido: Es el clima del desierto, ya sea cálido o frio. La aridez es extrema y las precipitaciones escasas e
irregulares, inferiores a los 250 mm anuales, con una sequedad extrema del aire. Humedad relativa muy baja.
Excepto en Europa, se presentan en todos los continentes. Los desiertos fríos son degradaciones del clima
continental, mediterráneo o de vertientes a sotavento.

Climas frios
Son los climas subantárticos y subárticos húmedos con inviernos rigurosos,
donde la temperatura media del mes más frío es inferior a -3º C y la
temperatura media del mes más cálido mayor a 10º C. Estos límites de
temperatura coinciden aproximadamente con los de bosques hacia los polos.
Los lugares con este clima se caracterizan por estar cubiertos de nieve uno o
más meses. Hay dos tipos fundamentales:

Continental húmedo: Ocupa la mayor parte de la zona templada


propiamente dicha. Es muy contrastado. A un invierno muy frío y seco se
opone un verano cálido y lluvioso. La oscilación térmica anual es muy
elevada. En los bordes del clima continental las precipitaciones, aunque no
muy abundantes, son regulares.
Continental suave: A diferencia del anterior, tiene una estación seca en invierno.

Climas polares
La temperatura media del mes más cálido es menor que 10º C. Se localizan en las latitudes altas y poseen
precipitaciones menores a 300 mm anuales. Hay dos tipos fundamentales de este clima:

Tundra: Zona de altas presiones polares entre el polo y la isoterma de los 10º C estivales. Frío intenso y
constante, ningún mes supera los 10º C debido a la oblicuidad de los rayos solares. Precipitaciones escasas y
disminuyendo a medida que nos acercamos a los polos, en forma de nieve la mayoría. Hay una breve
estación de crecimiento de las plantas, esencialmente helechos, líquenes, musgos y algunas gramíneas.

Clima Polar: Zona de altas presiones polares entre el polo y la isoterma de 0º C. Frío intenso y constante.
Precipitaciones escasas y disminuyendo a medida que nos acercamos a los polos, en forma de nieve la
mayoría. En este clima ya no es posible que haya vegetación.

Clima de alta montaña


En las altas montañas se dan climas de tipo polar, donde la latitud no influye, solo afecta la altura sobre los
3000 m y la exposición, considerados los factores que determinan un clima de montaña. La vegetación es
muy variable, de acuerdo a la latitud en que se encuentren ubicadas las montañas. Este tipo de clima, que
normalmente es húmedo, lo podemos encontrar alrededor del mundo en zonas de grandes cordilleras,
pudiendo ser frescos a fríos
La erosión de la superficie terrestre

Llamamos "erosión" a una serie de procesos naturales de naturaleza física y química que
desgastan y destruyen los suelos y rocas de la corteza de un planeta, en este caso, de la Tierra.

La erosión terrestre es el resultado de la acción combinada de varios factores, como la


temperatura, los gases, el agua, el viento, la gravedad y la vida vegetal y animal. En algunas
regiones predomina alguno de estos factores, como el viento en las zonas áridas.

También, y mucho más en los últimos tiempos, se produce una erosión acelerada como el
resultado de la acción humana, cuyos efectos se perciben en un periodo de tiempo mucho
menor. Sin la intervención humana, estas pérdidas de suelo debidas a la erosión se verían
compensadas por la formación de nuevos suelos en la mayor parte de la Tierra.

En este capítulo vamos a ver qué es la erosión y cómo se produce.


La meteorización
La corteza terrestre sufrió numerosas alteraciones causadas por las fuerzas
internas del planeta, por lo que se rompió y se formó de nuevo. Una gran parte
de estos procesos continua actuando.

Pero desde que existe la atmósfera hay otros agentes que han contribuido a
transformarla lentamente hasta tener el aspecto que ahora nos presenta. Todos
estos procesos se denominan "meteorización" o, genéricamente, "erosión" y
los agentes causantes (agentes geológicos externos) pueden ser de tipo físico
(mecánico), químico y biológico.

La meteorización produce fragmentos de rocas y minerales, así como otros


productos residuales y solubles, que pueden ser transportados y depositados a
otros niveles, lo que deja nuevas superficies expuestas a la meteorización.

Erosión mecánica
La meteorización mecánica es la disgregación física de las rocas en fragmentos, a causa de los cambios de
temperatura, humedad y actividad biológica.

Temperatura Al calentarse las rocas y minerales se producen diferencias de tensión en su estructura. Los
materiales oscuros absorben más calor que los claros y están expuestos. Las altas variaciones de temperatura
entre el día y la noche imprimen a las rocas fuertes contracciones y dilataciones, que provocan fisuras y, con
el tiempo, su fragmentación.

Agua: El agua líquida influye en la meteorización mecánica de las rocas, y aún más cuando se trata de hielo.
En pocas horas el hielo puede abrir fisuras en las rocas y exponerlas a una acción acelerada de otros agentes.
Las rocas de las capas más superficiales de la corteza terrestre, presentan grietas o fisuras. Cuando el agua de
lluvia o procedente de los deshielos penetra en el interior de estas grietas y la temperatura desciende por
debajo de los 0 grados, se expande. Si la roca es muy porosa, su disgregación puede llegar a tener
consistencia granular.

Actividad biológica: Cuando las rocas ya presentan fisuras pueden ser colonizadas por las raíces de los
árboles, que imprimen presión conforme crecen y aumentan de volumen. La presión ejercida por las raíces no
es comparable a la del hielo, pero puede ser suficiente para generar rotura y desprendimiento de rocas, que
quedan así expuestas a la acción otros agentes.
La meteorización química
La meteorización química es el conjunto de los procesos llevados a cabo por
medio del agua o por los agentes gaseosos de la atmósfera como el oxígeno y
el dióxido de carbono.

Las rocas se disgregan más fácilmente gracias a este tipo de meteorización,


ya que los granos de minerales pierden adherencia y se disuelven o
desprenden mejor ante la acción de los agentes físicos.

Disolución: Consiste en la incorporación de las moléculas de un cuerpo


sólido a un disolvente como es el agua. Mediante este sistema se disuelven
muchas rocas sedimentarias compuestas por las sales que quedaron al
evaporarse el agua que las contenía en solución.

Hidratación: Es el proceso por el cual el agua se combina químicamente con un compuesto. Cuando las
moléculas de agua se introducen a través de las redes cristalinas de las rocas se produce una presión que
causa un aumento de volumen, que en algunos casos puede llegar al 50%. Cuando estos materiales
transformados se secan se produce el efecto contrario, se genera una contracción y se resquebrajan.

Oxidación: La oxidación se produce por la acción del oxígeno, generalmente cuando es liberado en el agua.
En la oxidación existe una reducción simultánea, ya que la sustancia oxidante se reduce al adueñarse de los
electrones que pierde la que se oxida. Los sustratos rocosos de tonalidades rojizas, ocres o parduzcas, tan
abundantes, se producen por la oxidación del hierro contenido en las rocas.

Hidrólisis: Es la descomposición química de una sustancia por el agua, que a su vez también se descompone.
En este proceso el agua se transforma en iones que pueden reaccionar con determinados minerales, a los
cuales rompen sus redes cristalinas. Este es el proceso que ha originado la mayoria de materiales arcillosos
que conocemos.

Carbonatación: Consiste en la capacidad del dióxido de carbono para actuar por si mismo, o para disolverse
en el agua y formar ácido carbónico en pequeñas cantidades. El agua carbonatada reacciona con rocas cuyos
minerales predominantes sean calcio, magnesio, sodio o potasio, dando lugar a los carbonatos y bicarbonatos.

Acción biológica: Los componentes minerales de las rocas pueden ser descompuestos por la acción de
sustancias liberadas por organismos vivos, tales como ácidos nítricos, amoniacos y dióxido de carbono, que
potencian la acción erosionadora del agua.
Tipos de suelos
Gracias a la erosión y a la actividad de los seres vivos, la porción externa de
la corteza rocosa terrestre, su superficie, se convierte en aquello que
conocemos como "suelos".

Sin el suelo sería imposible la existencia se plantas superiores y, sin ellas, ni


nosotros ni el resto de los animales podríamos vivir. A pesar de que forma
una capa muy delgada, es esencial para la vida en tierra firme. Cada región
del planeta tiene unos suelos que la caracterizan, según el tipo de roca de la
que se ha formado y los agentes que lo han modificado.

Formación del suelo


El suelo procede de la interacción entre la atmósfera, y biosfera. El suelo se forma a parir de la
descomposición de la roca madre, por factores climáticos y la acción de los seres vivos. Esto implica que el
suelo tiene una parte mineral y otra biológica, lo que le permite ser el sustento de multitud de especies
vegetales y animales.

La descomposición de la roca madre puede deberse a factores físicos y mecánicos, o por alteración, o
descomposición química. En este proceso se forman unos elementos muy pequeños que conforman el suelo,
los coloides y los iones. Dependiendo del porcentaje de coloides e iones, y de su origen, el suelo tendrá unas
determinadas características.

La materia orgánica procede, fundamentalmente, de la vegetación que coloniza la roca madre. La


descomposición de estos aportes forma el humus bruto. A estos restos orgánicos vegetales se añaden los
procedentes de la descomposición de los aportes de la fauna, aunque en el porcentaje total de estos son de
menor importancia.

La descomposición de la materia orgánica aporta al suelo diferentes minerales y gases: amoniaco, nitratos,
fosfatos, ... Estos son elementos esenciales para el metabolismo de los seres vivos y conforman la reserva
trófica del suelo para las plantas, además de garantizar su estabilidad.

Clasificación de los suelos


El suelo se clasificar según su textura: fina o gruesa, y por su estructura: floculada, agregada o dispersa, lo
que define su porosidad que permite una mayor o menor circulación del agua, y por lo tanto la existencia de
especies vegetales que necesitan concentraciones más o menos elevadas de agua o de gases.

El suelo también se puede clasificar por sus características químicas, por su poder de absorción de coloides y
por su grado de acidez (pH), que permite la existencia de una vegetación más o menos necesitada de ciertos
compuestos.

Los suelos no evolucionados son suelos brutos, muy próximos a la roca madre y apenas tienen aporte de
materia orgánica. Son resultado de fenómenos erosivos o de la acumulación reciente de aportes aluviales. De
este tipo son los suelos polares y los desiertos, tanto de roca como de arena, así como las playas.

Los suelos poco evolucionados dependen en gran medida de la naturaleza de la roca madre. Existen tres
tipos básicos: ránker, rendzina y los suelos de estepa. Los suelos ránker son más o menos ácidos, como los
suelos de tundra y los alpinos. Los suelos rendzina se forman sobre una roca madre carbonatada, como la
caliza, suelen ser fruto de la erosión y son suelos básicos. Los suelos de estepa se desarrollan en climas
continentales y mediterráneo subárido. El aporte de materia orgánica es muy alto. Según sea la aridez del
clima pueden ser desde castaños hasta rojos.

En los suelos evolucionados encontramos todo tipo de humus, y cierta independencia de la roca madre. Hay
una gran variadad y entre ellos se incluyen los suelos de bosques templados, los de regiones con gran
abundancia de precipitaciones, los de climas templados y el suelo rojo mediterráneo. En general, si el clima
es propicio y el lugar accesible, la mayoria de estos suelos están hoy ocupados por explotaciones agrícolas.
La erosión fluvial
Las aguas continentales son un agente erosivo de primera magnitud. En forma de rios que discurren sobre la
superficie, o de corrientes subterráneas, el agua desgasta los materiales que hay por donde pasa y arrastra los
restos en dirección al mar, dejándolos depositados en diversos lugares, formando nuevos suelos y, en
definitiva, modelando el paisaje.

El agua crea cascadas, gruras, desfiladeros, meandros y deltas. En ocasiones inunda determinadas regiones,
más o menos amplias, del territorio. La vida se ha desarrollado de forma más prolífera, desde siempre, en los
márgenes de los rios.

La acción erosiva de los rios


La erosión debida a las aguas corrientes sigue las mismas etapas en que se
divide de forma natural el curso de un rio. Hay una primera etapa en que la
erosión mecánica provocada por el agua y los materiales que arrastra es muy
intensa en el curso alto del rio. En la segunda etapa, de transporte, la erosión
mecánica sigue activa pero empieza a actuar la erosión química. Esta tiene
lugar en el curso medio. Finalmente, en el curso bajo predomina la
sedimentación de los materiales transportados, la acción mecánica se reduce
muchísimo y prácticamente sólo actua la erosión química.

La acción erosiva de un rio se debe a la energía del agua. Es capaz de arrancar


trozos de roca que, al ser arrastrados por la corriente, actuan como un martillo
sobre el cauce del rio, desprendiendo nuevos fragmentos. Como el cauce no es regular, se suelen producir
remolinos que arrastran arenas y gravas, puliendo el fondo del rio y creando cavidades.

Otras veces, la pendiente elevada hace el agua forme saltos, cascadas o cataratas, algunas de las cuales llegan
hasta los 1000 metros de altura. La zona de salto retrocede gradualmente aguas arriba a medida que se
desgasta. En otros casos, cuando el curso se encuentra con grandes obstáculos, el agua "busca" las zonas más
frágines, las desgasta y forma desfiladeros o cañones.

En terrenos calcáreos es frecuente la aparición de cuevas subterráneas causadas por la erosión química del
agua, que transforma el carbonato insoluble en bicarbonato soluble.

Inundaciones
Durante las temporadas de lluvias intensas o cuando se produce el deshielo, el
caudal de un rio puede aumentar tanto que no quepa dentro de su cauce.
Entonces el agua se desborda por las riberas. Este fenómeno se produce a
veces de forma gradual, pero otras lo hace de forma violenta, provocando una
gran erosión en todo el territorio.

Meandros
El resultado de la erosión consiste en materiales más o menos finos que el agua arrastra a lo largo del curso
del rio. En el curso medio empiezan a depositarse cuando la fuerza de la corriente no es capaz de mantener
estas partículas en suspensión.

Pero la fuerza erosiva actua después sobre estos depósitos y los desgasta más por la zona en que la velocidad
del agua es mayor, mientras deposita nuevos materiales donde es más débil. El resultado final son unos
depósitos de forma sinuosa que llamamos meandros. Con el tiempo y las crecidas, el rio puede volver a
abrirse paso en línea recta, dejando en sus márgenes lagunas en forma de media luna.

Los deltas
El final del proceso erosivo fluvial tiene lugar en la desembocadura del rio, aunque en algunos casos la fuerza
de la corriente es capaz de seguir erosionando el fondo de la plataforma continental y formar un valle
submarino.

En muchos casos, sobre todo en grandes rios con mucha erosión, los materiales más finos se depositan en la
desembocadura formando un delta.. Los deltas son, pues, terrenos sedimentarios extensos en los cuales hay
un equilibrio constante entre la fuerza destructiva de la corriente y el depósito de nuevos materiales.
La erosión eólica
Comparado con el agua, el viento resulta un agente erosivo menos intenso,
pero en las regiones secas adquiere una importancia muy especial. En estas
zonas áridas el viento ha formado los desiertos, que constituyen una
superficie muy extensa a lo largo y ancho de la Tierra.

El viento constante forma estructuras tan conocidas como las dunas, pero
también produce otras formas muy particulares y, a veces, espectaculares, en
las rocas de las regiones donde actua con mayor intensidad.

La acción erosiva del viento


El viento, por sí mismo, no tiene suficiente fuerza para producir efectos de
meteorización. Lo que sí puede hacer es transportar partículas que, cuando
chocan con el terreno, lo van desgastando. Este tipo de erosión suele ser lento y, para que se produzca, el
territorio debe estar desnudo, ya que la vegetación disminuye o anula el efecto.

La erosión eólica se produce, pues, en zonas áridas, como los desiertos y la alta montaña. Estos tienen
además otra característica imprescindible: las grandes diferencias de temperaturas. Esto hace que la roca se
rompa y la erosión eólica pueda actuar con mayor eficacia.

La corrosión es la abrasión sufrida por las rocas al ser friccionadas por los impactos de las partículas arenosas
que son transportadas por el viento. Cuando estas partículas golpean las rocas sufren a su vez una
transformación, tomando un aspecto redondeado. Cuando el viento pierde fuerza va depositando los
materiales transportados de forma gradual, lo que habitualmente da lugar a la acumulación de partículas de
similar tamaño y peso.

Desiertos y dunas
Generalmente se llama desierto a un área cuya precipitación media anual es inferior
a 250 mm y donde, en la mayoría de los casos, la evaporación excede a la
precipitación como resultado de una temperatura media alta. Debido a la falta de
humedad en el suelo y en la atmósfera, los rayos del Sol inciden con fuerza. Las
temperaturas durante el día pueden alcanzar los 55 °C a la sombra; durante la
noche, el suelo del desierto irradia el calor a la atmósfera y las temperaturas pueden
descender hasta el punto de congelación.

Las dunan son como montaña de arena que se forman en los desiertos, aunque
también lo hacen en el borde de los lagos y del mar, donde los vientos son fuertes y
tienden a soplar en una sola dirección. Los campos de dunas se extienden a lo largo
de miles de kilómetros cuadrados en los desiertos del norte de África, en la península Arábiga y en Asia
central.

El viento, al mover los granos de arena, causa el crecimiento en altura de las dunas, así como su traslado.
Una duna en crecimiento puede desplazarse hasta 30 m por año. La cara que opone al viento es siempre más
larga y menos empinada que la cara contraria.
Los depósitos de dunas antiguas que quedan enterrados se transforman en arenisca, la cual presenta una
estratificación asimétrica, llamada estratificación cruzada, que revela la dirección del viento que la originó.

Desierto Continente Lugar Superficie (km2)


Sahara África Mitad septentrional 9.100.000
Libia África NE del Sahara 1.680.000
Australiano Australia Región central 1.550.000
Arábigo Asia Península Arábiga 1.300.000
Gobi Asia Centro 1.040.000
Sonora América México 310.000
Kalahari África Botswana 260.000
Thar Ásia India-Pakistan 260.000
Atacama América Chile 180.000
Namibia África Namibia 162.000
La erosión glacial
Los glaciares son agentes erosivos de gran importancia que, en el pasado,
modelaron una buena parte de los paisajes que ahora conocemos en latitudes
medias y altas de todo el planeta.

Las enormes masas de hielo desplazándose lentamente por efecto de la


gravedad llevan a término una tarea de desgaste implacable sobre los terrenos
en que se deslizan, que se puede observar fácilmente en aquellas regiones
donde los glaciares han desaparecido. El hielo es capaz de cortar o arrancar
enormes rocas que otros agentes erosivos no podrían.

Partes de un glaciar
A medida que un glaciar desciende por un valle o avanza a través de una amplia zona, en el caso de las
grandes extensiones de hielo, va modelando el terreno. Desplaza las rocas que encuentra a su paso y el hielo
rompe y arrastra las subyacentes. Las rocas inmersas en el fondo del glaciar actúan como partículas
abrasivas, al lijar y pulir la piedra del lecho sobre el que se desplaza.

En la cabecera del valle de un glaciar, las paredes quedan erosionadas con una forma semicircular
denominada circo glaciar. La erosión progresiva y simultánea de estas paredes en distintos lados de una
montaña puede dar lugar a lo que se conoce como un cuerno (horn) o pico piramidal. Los valles por los que
ha pasado un glaciar tienen forma de U en vez de la forma de V, típica de la erosión de los valles fluviales.

Con frecuencia, el valle glaciar está excavado tan profundamente que las bocas o desembocaduras de los
valles tributarios quedan a un nivel superior con respecto al fondo del canal glaciar, originando los llamados
valles colgados. Los fiordos son valles glaciares parcialmente inundados por el mar.

Aludes
Una forma de erosión distinta de los glaciares, pero también provocada por la
acumulación de agua en estado sólido, son los aludes. Un alud es el
desprendimiento de grandes masas de hielo y nieve que desciende desde las
cumbres hacia los valles. A su paso, un alud arrastra la vegetación, dejando
una estela de terreno desnudo donde puede actuar más fácilmente la erosión.

Los aludes se producen cuando se acumula mucha nieve en una zona de


pendiente elevada, especialmente cuando se deposita sobre otra capa de
consistencia distinta que le pueda servir como superficie de deslizamiento,
quedando en un equilibrio inestable.

El desencadenante del alud puede tener origen diverso. Se puede producir de


forma espontánea cuando el propio peso de una capa supera la fuerza de
rozamiento que la mantenía en reposo. También se producen aludes en la época del deshielo, al disminuir la
fuerza de fijación. Incluso por el paso de esquiadores o por vibraciones de cualquier tipo.

Una pequeña masa de nieve inicia el descenso. Al apoyar su peso sobre otra hace que también se desprenda.
Así, a medida que desciende se van incorporando nuevas masas hasta que puede llegar a adquirir un gran
volumen. Es, por tanto una de las pocas formas de erosión que actuan de forma violenta, en poco tiempo.
Erosión marina
La costa es la zona limítrofe entre la tierra firme y el mar. Se encuentra
constantemente sometida a la acción erosiva del agua, por lo cual adquiere
formas muy diversas, dependiendo del tipo de terreno y de la actividad de las
olas, mareas y corrientes marinas.

Tiene acantilados y playas, deltas y estuarios, y, a veces, aparece recortada en


antiguos valles inundados. Las corrientes marinas se llevan parte del material
erosionado hacia el mar en unos lugares y lo deposita, desgastado, en otros.
Así se forma un acantilado en un lugar y una playa en otro.

Acantilados y playas
Las costas acantiladas son aquellas que terminan abruptamente en la línea de la costa. Por debajo del
acantilado en sí mismo, de fuerte pendiente o vertical, están el punto de inflexión, justo encima de la línea de
costa, y la plataforma suavemente inclinada hacia el mar, que puede ser arenosa o de cantos o rocosa.

La acción del oleaje y las corrientes marinas arranca material rocoso, lo acumula al pie del acantilado y
forma un depósito que, al principio, queda bajo el agua pero después puede emerger formando una pequeña
playa. La acción de las mareas también es importante, ya que durante un tiempo introduce agua entre las
rocas, reblandeciéndolas, y durante el resto del dia las deja a la intemperie para que actuen los agentes
atmosféricos. Además, proporciona varios niveles de actuación de las olas.

El material aportado al océano por los ríos y retrabajado por la erosión del oleaje es distribuido a lo largo de
las costas, donde forman playas, o transportado por corriente marinas hacia la plataforma continental y las
parte más profundas del océano.

Las playas son la expansión del balance entre la erosión marina producida por las olas, mareas y corrientes
marinas y los aportes suministrados por la propia erosión marina desde otras zonas y por los ríos. Los agentes
del modelado costero son las olas, las corrientes y las mareas.

Formas del litoral


Además del propio relieve de la plataforma continental, las diferencias en las
formas de erosión marina hacen que las formas litorales sean muy variadas.

Cabos: Son partes de la costa que se adentran de forma aguda en el mar.

Golfos: Un golfo es una penetración de grandes dimensiones del mar en la


costa formando una curva. En cada extremo suele tener un cabo.

Bahías: Una bahía es como un golfo de dimensiones más reducidas y, en


general, más abierto.

Ensenadas: Se llama así a una bahía o un entrante de mar reducido y protegido.

Calas: Una cala es una ensenada estrecha y de paredes escarpadas.

Albuferas: Cuando una bahía queda convertida en un lago, al ser cerrada su unión con el resto del mar por
un cordón litoral, se forma una albufera.

Estuarios: Es la zona de la desembocadura de un rio en la que penetra la erosión del mar.

Deltas: La zona amplia de la desembocadura de un rio donde se depositan sedimentos por encima del nivel
del agua. Estos materiales pueden proceder de la erosión fluvial, marina o de ambas.

Rías: Son las zonas de antiguos valles fluviales inundada por aguas marinas. La costa adquiere una
morfologia que puede llegar a ser muy abrupta.

Fiordos: Es como una ría, excepto que en este caso el valle ocupado por las aguas marinas es de origen
glaciar. Dado que los valles glaciares tienen forma de U, las paredes de los fiordos suelen ser muy inclinadas
o verticales.
Erosión biológica

También los seres vivos modifican el paisaje, a veces, de forma lenta y casi
imperceptible y, otras, de forma rápida y violenta. Las plantas superiores, que
tenen raíces, ejercen una labor intensa se excavación mecánica del sustrato, en
busca de agua. Pero, aunque menos visible, también es importante la erosión
provocada por pequeños vegetales y organismos, como los líquenes.

Tambien erosionan los animales. Pequeños invertebrados, como los gusanos,


airean el terreno y permiten la entrada de agua en la roca madre. Existen
microorganismos cuyas secreciones atacan químicamente las piedras. Por
último, los animales superiores pueden excavar y erosionar de muy distintas
maneras.

La acción de los vegetales


Las plantas superiores, que tienen raíces, ejercen una labor intensa de excavación mecánica del suelo, en
busca del agua que necesitan para su subsistencia. Algunas de estas raíces son capaces de atravesar sustratos
de rocas blandas o, incluso, romper otras más duras.

Pero, aunque menos visible, el trabajo de otros vegetales y organismos, como los líquenes, es quizás todavía
más importante, hasta el punto que se les considera los verdaderos indicadores o pioneros de la formación de
los suelos. En efecto, los líquenes actuan sobre las rocas desnudas, empiezan su descomposición y permiten
que otros organismos mayores continuen la tarea.

La acción de los animales


Pequeños invertebrados como los gusanos y algunos insectos airean el suelo,
pero también contribuyen al proceso de meteorización de la roca madre al
permitir la entrada de aire y agua, así como de microorganismos productores
de secreciones que reaccionan químicamente con la roca, transformándola y
erosionándola.

La labor que llevan a cabo los animales es, en general, complementaria de la


que realizan otros agentes erosivos en las etapas primarias del proceso de
meteorización. Sin embargo, tiene una especialísima importancia en la
formación de los suelos.

Los animales ejercen una erosión mecánica con la escavación o construcción


de nidos y madrigueras, así como por el paso de grandes manadas por las
mismas sendas. También ejercen un control sobre la población vegetal de la que se alimentan. Finalmente,
producen secreciones y excreciones de materiales que tienen un alto poder corrosivo y pueden descomponer
las rocas, facilitando la acción de otros agentes.
El impacto humano en el medio
Todos los organismos alteran, en cierta medida, el entorno en el que viven,
modelando el paisaje. El ser humano no es una excepció, al contrario. Posee
una elevada capacidad de alteración gracias a sus progresivos avances
técnicos.

Los paisajes surgidos por la influencia humana ocupan una extensión cada
vez mayor de la superfície del planeta. Básicamente, la erosión humana se
puede clasificar en dos tipos: de explotación (tierras agrícolas, forestales,
minas, ... ) y de construcción (ciudades, vías de comunicación, ... ). En los
últimos años, además, las actividades industriales no sólo alteran la superfície
de la Tierra, sino que están poniendo en peligro la supervivencia del planeta.

Sin la intervención humana, las pérdidas de suelo debidas a la erosión probablemente se verían compensadas
por la formación de nuevos suelos en la mayor parte de la Tierra.

En terreno sin alterar, los suelos están protegidos por el manto vegetal. Cuando la lluvia cae sobre una
superficie cubierta por hierba u hojas, parte de la humedad se evapora antes de que el agua llegue a
introducirse en la tierra. Los árboles y la hierba hacen de cortavientos y el entramado de las raíces ayuda a
mantener los suelos en el lugar, frente a la acción de la lluvia y el viento.

La agricultura y la explotación forestal, la urbanización, la instalación de industrias y la construcción de


carreteras destruyen parcial o totalmente el dosel protector de la vegetación, acelerando la erosión de
determinados tipos de suelos. Ésta es menos intensa en zonas con cultivos como el trigo, que cubren
uniformemente el terreno, que en zonas con cultivos como el maíz o el tabaco, que crecen en surcos.

El exceso de pastoreo, que a la larga puede transformar la pradera en desierto, y las prácticas agrícolas poco
cuidadosas, han tenido efectos desastrosos en determinadas regiones del mundo.

Algunos historiadores piensan que la erosión del suelo ha sido un factor determinante en el conjunto de
causas que han provocado algunos desplazamientos de población, debidos a la sequía, y en la decadencia de
algunas civilizaciones. Las ruinas de pueblos y ciudades encontradas en regiones áridas, como los desiertos
de Mesopotamia, indican que hubo un momento en el que la agricultura fue una actividad generalizada por
toda la zona.
La Luna

La Luna es el único satélite natural de la Tierra. Su diámetro es de unos 3.476 km,


aproximadamente una cuarta parte del de la Tierra. La masa de la Tierra es 81 veces mayor
que la de la Luna. La densidad media de la Luna es de sólo las tres quintas partes de la
densidad de la Tierra, y la gravedad en la superficie es un sexto de la de la Tierra.

La Luna orbita la Tierra a una distancia media de 384.403 km y a una velocidad media de
3.700 km/h. Completa su vuelta alrededor de la Tierra, siguiendo una órbita elíptica, en 27
días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos. Para cambiar de una fase a otra similar, o mes
lunar, la Luna necesita 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos.

Como tarda en dar una vuelta sobre su eje el mismo tiempo que en dar una vuelta alrededor
de la Tierra, siempre nos muestra la misma cara. Aunque parece brillante, sólo refleja en el
espacio el 7% de la luz que recibe del Sol.

Después de la Tierra, la Luna es el cuerpo espacial más estudiado.


El origen de la luna
Hay, básicamente, tres teorias sobre el origen de la luna:
1.- Era un astro independiente que, al pasar cerca de la Tierra, quedó
capturado en órbita.
2.- La Tierra y la Luna nacieron de la misma masa de materia que giraba
alrededor del Sol.
3.- La luna surgió de una especie de "hinchazón" de la Tierra que se
desprendió por la fuerza centrífuga.

Actualmente se admite una cuarta teoría que es como una mezcla de las otras
tres: cuando la Tierra se estaba formando, sufrió un choque con un gran
cuerpo del espacio. Parte de la masa salió expulsada y se aglutinó para formar
nuestro satélite. Y, aún, una quinta teoría que describe la formación de la
Luna a partir de los materiales que los monstruosos volcanes de la época de formación lanzaban a grandes
alturas.

Hipótesis de fisión
La hipótesis de fisión supone que originariamente la Tierra y la Luna eran un sólo cuerpo y que parte de la
masa fue expulsada, debido a la inestabilidad causada por la fuerte aceleración rotatoria que en aquel
momento experimentaba nuestro planeta. La parte desprendida se "quedó" parte del momento angular del
sistema inicial y, por tanto, siguió en rotación que, con el paso del tiempo, se sincronizó con su periodo de
traslación.

Se cree que la zona que se desprendió corresponde al Océano Pacífico, que tiene unos 180 millones de
kilómetros cuadrados y con una profundidad media de 4.049 metros. Sin embargo, los detractores de esta
hipótesis opinan para poder separarse una porción tan importante de nuestro planeta, éste debería haber
rotado a una velocidad tal que diese una vuelta en tan sólo 3 horas. Parece imposible tan fabulosa velocidad.
porque con ella la Tierra no se hubiese formado al presentar un exceso de momento angular.

Hipótesis de captura
Una segunda hipótesis denominada 'de captura', supone que la Luna era un astro planetesimal independiente,
formado en un momento distinto al nuestro y en un lugar alejado.

La Luna inicialmente tenía una órbita elíptica con un afelio (punto más alejado del Sol) situado a la distancia
que le separa ahora del Sol, y con un perihelio (punto más cercano al Sol) cerca del planeta Mercurio. Esta
órbita habría sido modificada por los efectos gravitacionales de los planetas gigantes, que alteraron todo el
sistema planetario expulsando de sus órbitas a diversos cuerpos, entre ellos, nuestro satélite. La Luna viajó
durante mucho tiempo por el espacio hasta aproximarse a la Tierra y fue capturado por la gravitación
terrestre.

Sin embargo, es difícil explicar cómo sucedió la importante desaceleración de la Luna, necesaria para que
ésta no escapara del campo gravitatorio terrestre.

Hipótesis de acreción binaria


La hipótesis de la acreción binaria supone la formación al mismo tiempo
tanto de la Tierra como de la Luna, a partir del mismo material y en la misma
zona del Sistema solar. A favor de esta teoría se encuentra la datación
radioactiva de las rocas lunares traídas a nuestro planeta por las diversas
misiones espaciales, las cuales fechan entre 4.500 y 4.600 millones de años la
edad lunar, aproximadamente la edad de la Tierra.

Como inconveniente tenemos que, si los dos se crearon en el mismo lugar y


con la misma materia: ¿cómo es posible que ambos posean una composición
química y una densidad tan diferentes?. En la Luna abunda el titanio y los compuestos exóticos, elementos no
tan abundantes en nuestro planeta al menos en la zona más superficial.
Hipótesis de impacto
La hipótesis del impacto parece la preferida en la actualidad. Supone que nuestro satélite se formó tras la
colisión contra la Tierra de un cuerpo de aproximadamente un séptimo del tamaño de nuestro planeta. El
impacto hizo que bloques gigantescos de materia saltaran al espacio para posteriormente y, mediante un
proceso de acreción similar al que formó los planetas rocosos próximos al Sol, generar la Luna.

Lo más dudoso de esta teoría es que tendrían que haberse dado demasiadas coincidencias juntas. L
probabilidad de impactar con un astro errante era muy alta al inicio del Sistema Solar. Más dificil es que la
colisión no desintegrase totalmente el planeta y que los fragmentos fuesen lo suficientemente grandes como
para poder generar un satélite.

La teoría del impacto ha sido reproducida con ayuda de ordenadores, simulando un choque con un objeto
cuyo tamaño sería equivalente al de Marte, y que, con una velocidad inferior a los 50.000 km/h, posibilitaría
la formación de un satélite.

Hipótesis de precipitación
Últimamente ha aparecido otra explicación a la que dan el nombre de 'Hipótesis de precipitación' según la
cual, la energía liberada durante la formación de nuestro planeta calentó parte del material, formando una
atmósfera caliente y densa, sobre todo compuesta por vapores de metal y óxidos. Estos se fueron extendiendo
alrededor del planeta y , al enfriarse, precipitaron los granos de polvo que, una vez condensados, dieron
origen al único satélite de la Tierra.
Movimientos de la Luna
La Luna es el único satélite natural de la Tierra. La luna gira
alrededor de su eje (rotación) en aproximadamente 27.32 días
(mes sidéreo) y se traslada alrededor de la Tierra (traslación)
en el mismo intervalo de tiempo, de ahí que siempre nos
muestra la misma cara. Además, nuestro satélite completa una
revolución relativa al Sol en aproximadamente 29.53 días
(mes sinódico), período en el cual comienzan a repetirse las
fases lunares.

Los instantes de salida, tránsito y puesta del Sol y de la Luna están relacionados con las fases. La Luna se
traslada alrededor de la Tierra en sentido directo, en dirección Este. Como el Sol se mueve 1° por día hacia el
Este. La Luna atrasa diariamente su salida respecto a la del Sol unos 50 minutos.

Rotación y traslación de la Luna


La Luna gira alrededor de la Tierra aproximadamente una vez al mes. Si la Tierra no girara en un día
completo, sería muy fácil detectar el movimiento de la Luna en su órbita. Este movimiento hace que la Luna
avance alrededor de 12 grados en el cielo cada día.

Si la Tierra no rotara, lo que veríamos sería la Luna cruzando la bóveda celeste durante dos semanas, y luego
se iría y tardaría dos semanas ausente, durante las cuales la Luna sería visible en el lado opuesto del Globo.

Sin embargo, la Tierra completa un giro cada día, mientras que la Luna se mueve en su órbita también hacia
el este. Así, cada día le toma a la Tierra alrededor de 50 minutos más para estar de frente con la Luna
nuevamente (lo cual significa que nosotros podemos ver la Luna en el Cielo.) El giro de la Tierra y el
movimiento orbital de la Luna se combinan, de tal suerte que la salida de la Luna se retrasa del orden de 50
minutos cada día.

Libración lunar
Para notar el movimiento de la Luna en su órbita, hay que tener en cuenta su
ubicación en el momento de la puesta de Sol durante algunos días. Su
movimiento orbital la llevará a un punto más hacia el este en el cielo en el
crepüsculo cada día.

El movimiento propio de la Luna se traduce en un desplazamiento de oeste a


este, pero su movimiento aparente se produce de este a oeste, consecuencia
del movimiento de rotación de la Tierra.

La máxima superficie de la Luna visible desde la Tierra no es exactamente el


50% sino llega hasta el 59%, por un efecto conocido como libración. La
excentricidad de la órbita lunar hace que la velocidad orbital no sea constante y que, por tanto, puedan
resultar visibles en el curso de un mes partes normalmente escondidas en los bordes este y oeste. En este caso
se habla de una libración en longitud. De forma similar se tiene una libración en la latitud como efecto de la
inclinación de unos 5 grados de la órbita lunar sobre el plano de la eclíptica.
Las fases de la luna
Según la disposición de la Luna, la Tierra y el Sol, se ve iluminada una mayor o menor porción de la cara
visible de la luna.

La Luna Nueva o novilunio es cuando la Luna está entre la Tierra y el Sol y por lo tanto no la vemos.

En el Cuarto Creciente, la Luna, la Tierra y el Sol forman un ángulo recto, por lo que se puede observar en el
cielo la mitad de la Luna, en su período de crecimiento.

La Luna Llena o plenilunio ocurre cuando La Tierra se ubica entre el Sol y la Luna; ésta recibe los rayos del
sol en su cara visible, por lo tanto, se ve completa.

Finalmente, en el Cuarto Menguante los tres cuerpos vuelven a formar ángulo recto, por lo que se puede
observar en el cielo la otra mitad de la cara lunar.

Las fases de la luna son las diferentes iluminaciones que presenta nuestro satélite en
el curso de un mes.

La órbita de la tierra forma un ángulo de 5º con la órbita de la luna, de manera que


cuando la luna se encuentra entre el sol y la tierra, uno de sus hemisferios, el que
nosotros vemos, queda en la zona oscura, y por lo tanto, queda invisible a nuestra
vista: a esto le llamamos luna nueva o novilunio.

A medida que la luna sigue su movimiento de traslación, va creciendo la superficie


iluminada visible desde la tierra, hasta que una semana más tarde llega a mostrarnos
la mitad de su hemisferio iluminado; es el llamado cuarto creciente.

Una semana más tarde percibimos todo el hemisferio iluminado: es la llamada luna
llena o plenilunio.

A la semana siguiente, la superficie iluminada empieza a decrecer o menguar, hasta


llegar a la mitad: es el cuarto menguante.

Al final de la cuarta semana llega a su posición inicial y desaparece completamente de nuestra vista, para
recomenzar un nuevo ciclo.
Los eclipses
Un eclipse es el oscurecimiento de un cuerpo celeste por otro. Como los cuerpos celestes no están quietos en
el firmamento, a veces la sombra que uno proyecta tapa al otro, por lo que éste último se ve oscuro.

En el caso de la Tierra, la Luna y el Sol tenemos dos modalidades: eclipses de Sol, que consisten en el
oscurecimiento del Sol visto desde la Tierra, debido a la sombra que la Luna proyecta; y eclipses de Luna,
que son el oscurecimiento de la Luna vista desde la Tierra, debido que ésta se situa en la zona de sombra que
proyecta la Tierra.

Si colocamos una pelota entre la luz y la pared se observará sobre la pared una
sombra circular intensa y otra mayor, pero más débil. De igual manera, la luna
y la tierra proyectan en el espacio gigantescos conos de sombra producidos por
la iluminación del sol.

Cuando la luna se interpone entre la tierra y el sol, el cono de su sombra se


proyecta sobre una zona de la tierra, y las personas que habitan en esa zona
quedan en la oscuridad, como si fuese de noche, porque la luna eclipsa, tapa al
sol. Este astro se ve como cubierto, que no es otra cosa sino la luna. Esto es un
eclipse de sol.

Del mismo modo, cuando la luna cruza el cono de sombra de la tierra,


desaparece a la vista de los habitantes del hemisferio no iluminado (noche) los cuales pueden presenciar, en
su totalidad, el eclipse de luna.

El eclipse de sol se produce solamente sobre una pequeña faja de la tierra, porque la luna, por su menor
tamaño, no oculta completamente al sol para la totalidad de la tierra.

Los eclipses de luna pueden ser de dos tipos: Totales: cuando están en el cono de sombra de la tierra, y
parciales: cuando sólo se introduce parcialmente en la sombra.

Por su parte, los eclipses de sol pueden ser de tres tipos:

Totales: Cuando la luna se interpone entre el sol y la tierra, Y los habitantes no ven la luz solar durante
algunos minutos.

Parciales: Cuando la penumbra abarca una extensión de tierra y los habitantes que están en ella sólo ven una
porción de sol.

Anulares: Cuando el cono de sombra de la luna no llega hasta la tierra porque se encuentra demasiado lejos
del planeta para ocultar el disco solar.

El cono de sombra se divide en dos partes: umbra o sombra total, y penumbra o sombra parcial. Para las
personas que se encuentran en la zona de la umbra, el eclipse será total, mientras que para las personas que se
encuentran en la penumbra el eclipse será parcial. La faja de sombra o umbra es de 270 Km. Y la penumbra
alcanza hasta 6400 Km de anchura. En un año puede haber un máximo de 7 eclipses y un mínimo de 2.
La superficie lunar
La Luna es un mundo lleno de montañas, cráteres y otras formaciones. Los
cráteres lunares se formarons por el impacto de meteoritos. En general tienen
forma de anillo, una base y un pico central. Su tamaño varía desde pocos
centímetros hasta 260 kilómetros. Se conocen picos centrales de hasta 4000
metros y anillos del mismo tamaño.

Los "mares" de la Luna son zonas llanas de color oscuro. Se deben a la salida
de lava basáltica durante el periodo de formación de la luna. Las montañas
pueden estar aisladas o formando grandes cadenas. También hay grietas, con
profundidades de hasta 400 metros y varios kilómetros de longitud.

Cómo se formó el suelo de la Luna


Los científicos han estudiado la edad de las rocas lunares provenientes de regiones con cráteres y han podido
determinar cuándo se formaron los cráteres. Al estudiar las zonas de color claro de la Luna conocidas como
mesetas, los científicos encontraron que, desde hace aproximadamente 4.600 a 3.800 millones años, restos de
rocas cayeron sobre la superficie de la joven Luna y formaron cráteres muy rapidamente. Esta lluvia de rocas
cesó y desde entonces se han formado muy pocos cráteres.

Algunas muestras de rocas extraídas de estos grandes cráteres, llamados cuencas, establecen que
aproximadamente hace 3.800 a 3.100 millones de años, varios objetos gigantescos, similares a los asteroides,
chocaron contra la Luna, justo cuando cesaba la lluvia rocosa.

Poco tiempo después, abundante lava llenó las cuencas y dió origen a los obscuros mares. Esto explica por
qué hay tan pocos cráteres en los mares y, en cambio, tantos en las mesetas. En estas no hubo flujos de lava
que borraran los cráteres originales, cuando la superficie de la Luna estaba siendo bombardeada por restos
planetarios durante la formación del Sistema Solar.

La parte más lejana de la Luna tiene solo un "mare", por esto que los científicos creen que esta área
representa cómo era la Luna hace 4.000 millones de años.

Geografía lunar
Lo que vemos de la Luna es una combinación de cráteres, crestas de montañas, valles estrechos y profundos,
y llanuras niveladas o mares. El más grande de los mares es el Mare Imbrium (Mar de Lluvias), con
aproximadamente 1120 kilómetros de diámetro.

Hay unos 20 mares importantes en el lado de la Luna encarado a la Tierra. Entre ellos están el Mare
Serenitatis (Mar de la Serenidad), Mare Crisium (Mar de Crisis) y Mare Nubium (Mar de Nubes). Aunque
son considerados llanuras , los mares no son completamente planos. Son atravesados por riscos, están
plagados de cráteres y son interrumpidos por precipicios y paredes.

Los mares lunares están rodeados por grandes montañas, a las que se puso nombres como Alpes, Pirineos y
Cárpatos, de acuerdo a las cordilleras terrestres. La cordillera lunar más alta es Leibnitz, con crestas de hasta
9.140 metros.

Decenas de miles de cráteres están esparcidos por la superficie de la Luna, a menudo solapándose entre si.
También hay más de mil valles profundos, llamados fisuras lunares, que tienen de 16 a 482 kilómetros de
largo y alrededor de 3 kilómetros o menos de ancho. Se cree que estas fisuras son hendiduras en la superficie
que se formaron a lo largo de las zonas de debilidad causadas por algún tipo de calor y expansión interior.
La observación de la Luna
Observar la luna no es difícil, ya que es el cuerpo astronómico más cercano a la
Tierra. Con un pequeño telescopio o unos buenos prismáticos, y una base de
apoyo (un trípode, por ejemplo) se pueden apreciar muchos detalles,
inimaginables en la observación de cualquier otro cuerpo del Sistema Solar.

Cuando la Luna comienza su período creciente, podemos aprovechar para


observar detalles sobresalientes de su superficie, sobre todo, en el Terminador,
zona que delimita la luz y la oscuridad. Las luces y sombras que se producen
muestran los diferentes accidentes selenográficos y señala la profundidad de los
cráteres y la altura de las montañas.

Cuando Galileo se convirtió en el primer humano en ver la Luna a través del


telescopio, nuestro conocimiento sobre la Luna cambió para siempre. Nunca más
sería un objeto misterioso en el cielo, sino un mundo hermano lleno de montañas
anulares y de otras formaciones.

Giovanni Riccioli en 1651 bautizó los rasgos más prominentes con los nombres de astrónomos famosos; a las
grandes áreas oscuras y lisas las llamó "mares" o "maria" (singular "mare"). Algunos de los nombres que usó
para los cráteres de la Luna fueron de personas abordadas en "Astrónomos" Tycho (singular por las bandas
brillantes que irradian desde allí), Tolomeo ("Ptolemaeus"), Copérnico, Kepler, Aristarco, Hiparco,
Eratóstenes; Metón y Pitágoras están en el borde, cerca del polo norte.

Posteriormente gentes que vivieron después del siglo XVII hicieron lo mismo con los restantes: los cráteres
Newton y Cavendish están en el borde sur del disco visible, Goddard y Lagrange también están cerca del
borde. También, "Galilaei" es un crater pequeño y poco distinguido (¿Debido al
destierro de Galileo?). Sin embargo, desde que los rusos fueron los primeros en
observar la cara oculta de la Luna, un importante cráter allí, lleva el nombre de
Tsiolkovsky, quien al final del siglo XIX auspició la idea de los vuelos
espaciales.

El primer objeto al que suele apuntar el aficionado es la Luna. En el telescopio


es posible disponer oculares de distancias focales cortas para obtener
ampliaciones de la superficie, al ser un objeto sumamente brillante es posible
utilizar grandes aumentos. Los principales rasgos a observar son los múltiples
cráteres de impacto (producto del choque de objetos de diferentes tamaños
contra la superficie lunar) y las grandes extensiones llanas llamadas mares.

El mejor momento de observación no es la Luna llena, sino los cuartos crecientes y menguantes y en los días
cercanos a ellos. En el día de Luna llena los rayos solares alcanzan la superficie lunar de forma
perpendicular, de tal manera que las formaciones en la superficie no producen sombras, en cambio los días
anteriores y posteriores las sombras son mas pronuncias (lo son mas cuanto mas cerca se encuentre el día de
Luna nueva).

No es necesario un telescopio de grandes dimensiones para realizar observaciones lunares de calidad, por
ejemplo con un reflector newtoniano de 114 mm (4,5 pulgadas) de diámetro se pueden distinguir marcas en
la superficie de menos de 10 Km. Mediante la utilización de binoculares se pueden observar muchas
características superficiales como los mares y numerosos cráteres de impacto. Es muy recomendable, sobre
todo para los que utilizan telescopio, poseer mapas detallados de la superficie que le ayuden a identificar los
cráteres y demás zonas.

Al hacer una observación es conveniente seleccionar una zona especifica, especialmente elegida según la fase
y posición de la misma. La zona mas interesante para observar es siempre la del terminador (la división entre
la sección iluminada y la oscura, día y noche lunar). Una vez ubicada se puede hacer un dibujo a lápiz y en
positivo (no como en el caso de otros objetos los cuales se suelen dibujar en negativo por ser mas
conveniente) de esa zona. Se deben identificar los rasgos superficiales, los cráteres de impacto, las cadenas
montañosas, ect. Se debe detallar la edad de la Luna en ese instante (los días, horas y minutos transcurridos
desde la Luna nueva) y la ampliación utilizada.
Humanos en la Luna
Los alunizajes con éxito de las sondas espaciales no tripuladas de la serie americana Surveyor y de la
soviética Luna en la década de 1960 y, finalmente, los alunizajes tripulados en la superficie lunar del
programa Apolo, hicieron realidad un viejo sueño: pisar la Luna.

Los astronautas del Apolo recogieron rocas lunares, sacaron miles de fotografías y colocaron instrumentos en
la Luna que enviaron información a la Tierra por telemetría de radio. Había una gran euforia, pero ésta se fue
apagando lo que, unido a la falta de presupuesto, llevó a abandonar las expediciones lunares después del
Apolo 17.

Desde los comienzos de los vuelos espaciales, la Luna fue el primer destino.
Los primeros vehículos espaciales que alcanzaron la Luna fueron los Luna 1,
2 y 3 de la antigua Unión Soviética , en 1959. De estos, el Luna 3 rodeó la
Luna, tomó fotografías del lado oscuro, que no se ve desde la Tierra, y
posteriormente escaneó y transmitió esas imágenes (a la derecha);
desgraciadamente su calidad era pobre. En la década que siguió, otras 19
misiones tuvieron como meta la Luna.

En 1970 un vehículo soviético aluniza y vuelve con una muestra de roca y


más tarde ese mismo año alunizó un vehículo con control remoto el
"Lunokhod", que exploró su alrededor durante casi un año. Retornó con
muestras y siguieron otros Lunokhods; la serie finalizó en 1976. Sin embargo,
las pruebas fallidas de grandes cohetes desarrollados para vuelos humanos tripulados, finalizaron cualquier
plan de exploración lunar tripulada por parte de la Unión Soviética.

Los primeros intentos por los EE.UU. para enviar un vehículo espacial no tripulado a la Luna (1958-64)
fallaron ó enviaron escasos datos. No obstante, en Julio de 1964, el Ranger 7 envió imágenes de TV claras de
su impacto sobre la Luna, como lo hicieron también los Rangers 8 y 9. De los 7 "alunizajes suaves" de la
serie "Surveyor" (1966-8), 5 se ejecutaron bien y enviaron datos y fotos. En Noviembre de 1969, después el
Apollo 12 alunizó a 500 pies (160 metros) del "Surveyor 3", los astronautas recuperaron su cámara y la
trajeron de vuelta a la Tierra. Además del proyecto Surveyor, 5 orbitantes lunares fotografiaron la Luna y
ayudaron a hacer mapas precisos de su superficie.

El 25 de Mayo de 1961, aproximadamente un mes después de que el ruso Yuri Gagarin se convirtiera en el
primer humano en orbitar el globo terrestre, el presidente de los EE.UU. John F. Kennedy propuso al
Congreso "que esta nación deberá trabajar para conseguir el objetivo, antes de finalizar esta década, de poner
un hombre en la Luna y traerlo de vuelta a la Tierra".

Siguieron las misiones Apollo, con el Apollo 8 rodeando la Luna en 1968 y, finalmente, alunizando allí el
Apollo 11 el 20 de Julio de 1969. Siguieron otros cinco alunizajes, el último en Diciembre de 1972. Solo
falló en el alunizaje el Apollo 13, su tripulación estuvo cerca de la muerte debido una explosión abordo de su
nave en el camino hacia la Luna

La Luna no ha vuelto a ser visitada por los humanos desde 1972, pero algunas misiones orbitales han
estudiado el campo magnético de la Luna, así como las emisiones de rayos X y gamma, de lo que se pueden
deducir algunas variaciones de la composición de su superficie.
Historia de la Astronomía
La Astronomía nació casi al mismo tiempo que la humanidad. Los hombres
primitivos ya se maravillaron con el espectáculo que ofrecía el firmamento y
los fenómenos que allí se presentaban. Ante la imposibilidad de encontrarles
una explicación, estos se asociaron con la magia, buscando en el cielo la
razón y la causa de los fenómenos sucedidos en la Tierra. Esto, junto con la
superstición y el poder que daba el saber leer los destinos en las estrellas
dominarían las creencias humanas por muchos siglos.

Muchos años de observación sentaron las bases científicas de la Astronomía


con explicaciones más aproximadas sobre el universo. Sin embargo, las
creencias geocentristas apoyadas por los grupos religiosos y políticos impusieron durante muchos siglos un
sistema erróneo, impidiendo además el análisis y estudio de otras teorías.

Hoy, la evolución y difusión de las teorías científicas han llevado a la definitiva separación entre la
superstición (astrología) y la ciencia (Astronomía). Esta evolución no ha ocurrido pacíficamente, muchos de
los primeros astrónomos "científicos" fueron perseguidos y juzgados.

En esta sección buscamos las bases y las claves que han conducido a la humanidad hasta los conocimientos
astronómicos actuales:

• Astronomía: ¿magia, religión, ciencia?


• La Astronomía en la antigüedad
• La Astronomía en la Europa Antigua
• La Astronomía en el antiguo Egipto
• Astronomía en Babilonia

• Astronomía clásica
• Astronomía en la antigua Grecia
• La Astronomía se traslada a Alejandría
• La Astronomía en Roma
• La Astronomía en la corte Visigoda
• La Astronomía Árabe
• La Astronomía en la Edad Media

• La Astronomía en otras culturas


• La Astronomía en la antigua China
• La Astronomía Maya
• La Astronomía Inca
• La Astronomía Azteca

• La Astronomía científica
• La Astronomía en el Renacimiento
• La astronomía moderna
• La Astronomía en el siglo XVIII
• La Astronomía del siglo XIX
• La Astronomía en el siglo XX (I)
• La Astronomía en el siglo XX (II)
• Internet y la astronomía

• Vuelos y viajes espaciales


• La carrera hacia la Luna
• La llegada a la Luna
• La Estación Espacial Internacional. El Proyecto
• Construcción de la Estación Espacial Internacional
Astronomía: ¿magia, religión, ciencia?

El cielo resultaba mágico e incomprensible para los hombres primitivos. Contemplaron el


cielo con admiración y, convencidos de su influencia en la vida humana, constituyó la base de
las primeras creencias religiosas.

Pronto advirtieron la diferencia entre las simples estrellas (que creyeron fijas) y los astros en
movimiento visibles a simple vista, como la Luna, el Sol, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
Agruparon las constelaciones a las que impusieron nombres: Géminis, Cáncer, etc.

La periodicidad en la sucesión de las fases de la Luna condujo a la institución del mes lunar;
la regularidad en la salida y la puesta del Sol, así como su trayectoria de levante a poniente,
desembocó en la noción del día solar y condujo al establecimiento de un horario.

La observación de los movimientos solares con relación a las estrellas fijas reveló que el Sol
recorre las doce constelaciones del Zodíaco (se dividió la esfera celeste en doce sectores de
30º cada uno) en un largo lapso de tiempo, con lo que se obtuvo la noción de año y la
distribución de éste en doce meses. De estas observaciones derivan las actuales divisiones
sexagesimales de los ángulos y el tiempo.

En este capítulo damos un repaso a los primeros conocimientos astronómicos. Lo que


sabemos es escaso, pero ahí va:
La Astronomía en la antigüedad
La curiosidad humana con respecto al día y la noche, al Sol, la Luna y las
estrellas, llevó a los hombres primitivos a la conclusión de que los cuerpos
celestes parecen moverse de forma regular. La primera utilidad de esta
observación fue, por lo tanto, la de definir el tiempo y orientarse.

La astronomía solucionó los problemas inmediatos de las primeras


civilizaciones: la necesidad de establecer con precisión las épocas adecuadas
para sembrar y recoger las cosechas y para las celebraciones, y la de orientarse
en los desplazamientos y viajes.

Para los pueblos primitivos el cielo mostraba una conducta muy regular. El Sol
que separaba el día de la noche salía todas las mañanas desde una dirección, el
Este, se movía uniformemente durante el día y se ponía en la dirección opuesta,
el Oeste. Por la noche se podían ver miles de estrellas que seguían una
trayectoria similar.

En las zonas templadas, comprobaron que el día y la noche no duraban lo mismo a lo largo del año. En los
días largos, el Sol salía más al Norte y ascendía más alto en el cielo al mediodía. En los días con noches más
largas el Sol salía más al Sur y no ascendía tanto.

Pronto, el conocimiento de los movimientos cíclicos del Sol, la Luna y las estrellas mostraron su utilidad para
la predicción de fenómenos como el ciclo de las estaciones, de cuyo conocimiento dependía la supervivencia
de cualquier grupo humano. Cuando la actividad principal era la caza, era trascendental predecir el instante el
que se producía la migración estacional de los animales que les servían de alimento y, posteriormente,
cuando nacieron las primeras comunidades agrícolas, era fundamental conocer el momento oportuno para
sembrar y recoger las cosechas.

La alternancia del día y la noche debe haber sido un hecho explicado de manera obvia desde un principio por
la presencia o ausencia del Sol en el cielo y el día fue seguramente la primera unidad de tiempo
universalmente utilizada.

Debió de ser importante también desde un principio el hecho de que la calidad de la luz nocturna dependiera
de la fase de la Luna, y el ciclo de veintinueve a treinta días ofrece una manera cómoda de medir el tiempo.
De esta forma los calendarios primitivos casi siempre se basaban en el ciclo de las fases de la Luna. En
cuanto a las estrellas, para cualquier observador debió de ser obvio que las estrellas son puntos brillantes que
conservan un esquema fijo noche tras noche.

Los primitivos, naturalmente, creían que las estrellas estaban fijas en una especie de bóveda sobre la Tierra.
Pero el Sol y la Luna no deberían estar incluidos en ella.

Del Megalítico se conservan grabados en piedra de las figuras de ciertas constelaciones: la Osa Mayor, la
Osa Menor y las Pléyades. En ellos cada estrella está representada por un alvéolo circular excavado en la
piedra.

Del final del Neolítico nos han llegado menhires y alineamientos de piedras, la mayor parte de ellos
orientados hacia el sol naciente, aunque no de manera exacta sino siempre con una desviación de algunos
grados hacia la derecha. Este hecho hace suponer que suponían fija la Estrella Polar e ignoraban la precesión
de los equinoccios.
La Astronomía en la Europa Antigua
Antiguos pueblos que habitaron Europa tuvieron conocimientos avanzados de
los movimientos de los astros, matemática y geometría. Realizaron grandes
construcciones para la practica de la astronomía observacional, determinaron
los solsticios y equinoccios y pudieron predecir los eclipses.

Los astrónomos de las culturas megalíticas tuvieron unos conocimientos


realmente sorprendentes de los movimientos de los astros y de la geometría
práctica. Nos demuestran que poseyeron ese gran saber los grupos de grandes
piedras erectas (megalitos, algunos de más de 25 toneladas de peso),
dispuestas de acuerdo con esquemas geométricos regulares, hallados en
muchas partes del mundo.

Algunos de esos círculos de piedras fueron erigidos de modo que señalasen la salida y la puesta del Sol y de
la Luna en momentos específicos del año; señalan especialmente las ocho posiciones extremas de la Luna en
sus cambios de declinación del ciclo de 21 días que media entre una luna llena y la siguiente.

Varios de estos observatorios se han preservado hasta la actualidad siendo los mas famosos los de
Stonehenge en Inglaterra y Carnac en Francia.

Stonehenge ha sido uno de los mas extensamente estudiados. Se construyó en varias fases entre los años
2200 y 1600 a.C. Su utilización como instrumento astronómico permitió al hombre del megalítico realizar un
calendario bastante preciso y predecir eventos celestes como eclipses lunares y solares.

Stonehenge fue erigido a 51º de latitud norte y se tuvo en cuenta el hecho de que el ángulo existente entre el
punto de salida del Sol en el solsticio de verano y el punto más meridional de salida de la Luna es un ángulo
recto. El círculo de piedras, que se dividía en 56 segmentos, podía utilizarse para determinar la posición dc la
Luna a lo largo del año. Y también para averiguar las fechas de los solsticios de verano e invierno y para
predecir los eclipses solares.

Los círculos de piedras le dieron al hombre del megalítico en Europa un calendario bastante seguro, requisito
esencial para su asentamiento en comunidades organizadas agrícolas tras el ultimo periodo glacial, unos
10.000 años a.C.

Pero, aunque el europeo primitivo aprendió a servirse del firmamento para regular su vida, siguió adorando
los astros, considerados como residencia o incluso como manifestación de poderosos dioses que lo
controlaban todo.
La Astronomía en el antiguo Egipto
Los egipcios observaron que las estrellas realizan un giro completo en poco
más de 365 días. Además este ciclo de 365 días del Sol concuerda con el de
las estaciones, y ya antes del 2500 a.C. los egipcios usaban un calendario
basado en ese ciclo, por lo que cabe suponer que utilizaban la observación
astronómica de manera sistemática desde el cuarto milenio.

El año civil egipcio tenía 12 meses de 30 días, más 5 días llamados


epagómenos. La diferencia, pues, era de ¼ de día respecto al año solar. No
utilizaban años bisiestos: 120 años después se adelantaba un mes, de tal
forma que 1456 años después el año civil y el astronómico volvían a coincidir
de nuevo.

El Nilo empezaba su crecida más o menos en el momento en que la estrella


Sothis, nuestro Sirio, (el Sepedet de los egipcios), tras haber sido mucho tiempo invisible bajo el horizonte,
podía verse de nuevo poco antes de salir el Sol.

El calendario egipcio tenía tres estaciones de cuatro meses cada una:


-Inundación o Akhet.
-Invierno o Peret, es decir, "salida" de las tierras fuera del agua.-Verano o Shemú, es decir, "falta de agua".

La apertura del año egipcio ocurría el primer día del primer mes de la Inundación, aproximadamente cuando
la estrella Sirio comenzaba de nuevo a observarse un poco antes de la salida del Sol.

De finales de la época egipcia (144 d.C.) son los llamados papiros de Carlsberg, donde se recoge un método
para determinar las fases de la Luna, procedente de fuentes muy antiguas. En ellos se establece un ciclo de
309 lunaciones por cada 25 años egipcios, de tal forma que estos 9.125 días se disponen en grupos de meses
lunares de 29 y 30 días. El conocimiento de este ciclo permite a los sacerdotes egipcios situar en el
calendario civil las fiestas móviles lunares.

La orientación de templos y pirámides es otra prueba del tipo de conocimientos astronómicos de los egipcios:
las caras de Se construyeron pirámides como la de Gizeh, alineada con la estrella polar, con la que les era
posible determinar el inicio de las estaciones usando para ello la posición de la sombra de la pirámide.
También utilizaron las estrellas para guiar la navegación.

El legado de la astronomía egipcia llega hasta nuestros días bajo la forma del calendario. Herodoto, en sus
Historias dice: "los egipcios fueron los primeros de todos los hombres que descubrieron el año, y decían que
lo hallaron a partir de los astros".

La perspicaz observación del movimiento estelar y planetario permitió a los egipcios la elaboración de dos
calendarios, uno lunar y otro civil. El calendario Juliano y, más tarde, el Gregoriano - el que usamos
actualmente -, no son más que una modificación del calendario civil egipcio.
Astronomía en Babilonia
Los babilonios estudiaron los movimientos del Sol y de la Luna para
perfeccionar su calendario. Solían designar como comienzo de cada mes el
día siguiente a la luna nueva, cuando aparece el primer cuarto lunar. Al
principio este día se determinaba mediante la observación, pero después los
babilonios trataron de calcularlo anticipadamente.

Las primeras actividades astronómicas que se conocen de los Babilonios


datan del siglo VIII a.C. Se conoce que midieron con precisión el mes y la
revolución de los planetas.

La observación más antigua de un eclipse solar procede también de los


Babilonios y se remonta al 15 de junio del 763 a.C. Los babilonios calcularon
la periodicidad de los eclipses, describiendo el ciclo de Saros, el cual aun hoy se utiliza. Construyeron un
calendario lunar y dividieron el día en 24 horas. Finalmente nos legaron muchas de las descripciones y
nombres de las constelaciones.

Hacia el 400 a.C. comprobaron que los movimientos aparentes del Sol y la Luna de Oeste a Este alrededor
del zodíaco no tienen una velocidad constante. Parece que estos cuerpos se mueven con velocidad creciente
durante la primera mitad de cada revolución hasta un máximo absoluto y entonces su velocidad disminuye
hasta el mínimo originario. Los babilonios intentaron representar este ciclo aritméticamente dando por
ejemplo a la Luna una velocidad fija para su movimiento durante la mitad de su ciclo y una velocidad fija
diferente para la otra mitad.

Perfeccionaron además el método matemático representando la velocidad de la Luna como un factor que
aumenta linealmente del mínimo al máximo durante la mitad de su revolución y entonces desciende al
mínimo al final del ciclo. Con estos cálculos los astrónomos babilonios podían predecir la luna nueva y el día
en que comenzaría el nuevo mes. Como consecuencia, conocían las posiciones de la Luna y del Sol todos los
días del mes.

De forma parecida calculaban las posiciones planetarias, tanto en su movimiento hacia el Este como en su
movimiento retrógrado. Los arqueólogos han desenterrado tablillas cuneiformes que muestran estos cálculos.
Algunas de estas tablillas, que tienen su origen en las ciudades de Babilonia y Uruk, a las orillas del río
Éufrates, llevan el nombre de Naburiannu (hacia 491 a.C.) o Kidinnu (hacia 379 a.C.), astrólogos que
debieron ser los inventores de los sistemas de cálculo.
Astronomía clásica

Los griegos relacionaron los movimientos de los astros entre sí e idearon un cosmos de forma
esférica, cuyo centro ocupaba un cuerpo ígneo y a su alrededor giraban la Tierra, la Luna, el
Sol y los cinco planetas conocidos; la esfera terminaba en el cielo de las esferas fijas: Para
completar el número de diez, que consideraban sagrado, imaginaron un décimo cuerpo, la
Anti-Tierra.

Los cuerpos describían, según ellos, órbitas circulares, que guardaban proporciones definidas
en sus distancias. Cada movimiento producía un sonido particular y todos juntos originaban
la música de las esferas.

También descubrieron que la Tierra, además del movimiento de rotación, tiene un


movimiento de traslación alrededor del Sol, sin embargo esta idea no logró prosperar en el
mundo antiguo, tenazmente aferrado a la idea de que la Tierra era el centro del Universo.

Eudoxio y su discípulo Calipo propusieron la teoría de las esferas homocéntricas, capaz de


explicar la cinemática del sistema solar. La teoría partía del hecho de que los planetas giraban
en esferas perfectas, con los polos situados en otra esfera que a su vez tenía sus polos en otra
esfera. Cada esfera giraba regularmente, pero la combinación de las velocidades y la
inclinación de una esfera en relación a la siguiente daba como resultado un movimiento del
planeta irregular, tal como se observa. Para explicar los movimientos necesitaba 24 esferas.

Calipo mejoró sus cálculos con 34 esferas. Aristóteles presentó un modelo con 54 esferas,
pero las consideraba con existencia real propia, no como elementos de cálculo como sus
predecesores. Hiparco redujo el número de esferas a siete, una por cada planeta, y propuso la
teoría geocéntrica, según la cual la Tierra se encontraba en el centro, mientras que los
planetas, el Sol y la Luna giraban a su alrededor.

Claudio Tolomeo adoptó y desarrolló el sistema de Hiparco. El número de movimientos


periódicos conocidos en aquel momento era ya enorme: hacían falta unos ochenta círculos
para explicar los movimientos aparentes de los cielos. El propio Tolomeo llegó a la
conclusión de que tal sistema no podía tener realidad física, considerándolo una conveniencia
matemática. Sin embargo, fue el que se adoptó hasta el Renacimiento.
Astronomía en la antigua Grecia

En Grecia comenzó a desarrollarse lo que ahora conocemos como astronomía occidental. En los primeros
tiempos de la historia de Grecia se consideraba que la tierra era un disco en cuyo centro se hallaba el Olimpo
y en torno suyo el Okeanos, el mar universal. Las observaciones astronómicas tenían como fin primordial
servir como guía para los agricultores por lo que se trabajó intensamente en el diseño de un calendario que
fuera útil para estas actividades.

La Odisea de Homero ya se refiere a constelaciones como la Osa Mayor y Orión, y describe cómo las
estrellas pueden servir de guía en la navegación. La obra "Los trabajos y los días" de Hesíodo informa sobre
las constelaciones que salen antes del amanecer en diferentes épocas del año, para indicar el momento
oportuna para arar, sembrar y recolectar.

Las aportaciones científicas giegas más importantes se asocian con los nombres de los filósofos Tales de
Mileto y Pitágoras, pero no se conserva ninguno de sus escritos. La leyenda de que Tales predijo un eclipse
total de Sol el 28 de mayo de 585 a.C., parece ser apócrifa.

Hacia el año 450 a.C., los griegos comenzaron un fructífero estudio de los movimientos planetarios. Filolao
(siglo V a.C.), discípulo de Pitágoras, creía que la Tierra, el Sol, la Luna y los planetas giraban todos
alrededor de un fuego central oculto por una ‘contratierra’ interpuesta. De acuerdo con su teoría, la
revolución de la Tierra alrededor del fuego cada 24 horas explicaba los movimientos diarios del Sol y de las
estrellas.

El más original de los antiguos observadores de los cielos fue otro griego, Aristarco de Samos. Creía que los
movimientos celestes se podían explicar mediante la hipótesis de que la Tierra gira sobre su eje una vez cada
24 horas y que junto con los demás planetas gira en torno al Sol.

Esta explicación fue rechazada por la mayoría de los filósofos griegos que contemplaban a la Tierra como un
globo inmóvil alrededor del cual giran los ligeros objetos celestes. Esta teoría, conocida como sistema
geocéntrico, permaneció inalterada unos 2.000 años. Sus bases eran:
- Los Planetas, el Sol, la Luna y las Estrellas se mueven en orbitas circulares perfectas.
-La velocidad de los Planetas, el Sol, la Luna y las estrellas son perfectamente uniformes.
-La Tierra se encuentra en el centro exacto del movimiento de los cuerpos celestes.

Bajo estos principios Eudoxo (408 - 355 a.C) fue el primero en concebir el universo como un conjunto de 27
esferas concéntricas que rodean la tierra, la cual a su vez también era una esfera. Platón y uno de sus mas
adelantados alumnos Aristóteles (384 - 322 a.C.) mantuvieron el sistema ideado por Eudoxo agregándole no
menos de cincuenta y cinco esferas en cuyo centro se encontraba la Tierra inmóvil.

Pero el centro de la vida intelectual y científica se trasladó de Atenas a Alejandría, ciudad fundada por
Alejandro Magno u y modelada según el ideal griego.
La Astronomía se traslada a Alejandría

En el siglo II d.C. los griegos combinaban sus teorías celestes con observaciones trasladadas a planos. Los
astrónomos Hiparco de Nicea y Tolomeo determinaron las posiciones de unas 1.000 estrellas brillantes y
utilizaron este mapa estelar como base para medir los movimientos planetarios.

Al sustituir las esferas de Eudoxo por un sistema más flexible de círculos, plantearon una serie de círculos
excéntricos, con la Tierra cerca de un centro común, para representar los movimientos generales hacia el Este
alrededor del zodíaco a diferentes velocidades del Sol, la Luna y los planetas.

Para explicar las variaciones periódicas en la velocidad del Sol y la Luna y los retrocesos de los planetas,
decían que cada uno de estos cuerpos giraba uniformemente alrededor de un segundo círculo, llamado
epiciclo, cuyo centro estaba situado en el primero. Mediante la elección adecuada de los diámetros y las
velocidades de los dos movimientos circulares atribuidos a cada cuerpo se podía representar su movimiento
observado. En algunos casos se necesitaba un tercer cuerpo.

Ptolomeo compiló el saber astronómico de su época en los trece tomos del «Almagesto». Expuso un sistema
en donde la Tierra, en el centro, estaba rodeada por esferas de cristal de los otros 6 astros conocidos. La tierra
no ocupaba exactamente el centro de las esferas y los planetas tenían un epiciclo (sistema creado por
Apolonio de Pergamo y perfeccionado por Hiparco) cuyo eje era la línea de la órbita que giraba alrededor de
la tierra llamada deferente.

Como el planeta gira alrededor de su epiciclo se aproxima y se aleja de la tierra mostrando a veces un
movimiento retrogrado. Este sistema permitía realizar predicciones de los movimientos planetarios, aunque
tenía una precisión muy pobre. A a pesar de esto fue popularizado y aceptado mas que como modelo
verdadero como una ficción matemática útil. Se calcula que el universo ptolemaico solo media 80 millones
de kilómetros.

Otra pensadora que, como Tolomeo, mantuvo viva la tradición de la astronomía griega en Alejandría en los
primeros siglos de la era cristiana, fue Hipatia, discípula de Platón. Escribió comentarios sobre temas
matemáticos y astronómicos y está considerada como la primera científica y filósofa de Occidente.

Otros logros de la Astronomía en Alejandría fueron el cálculo de la circunferencia de la tierra por Eratóstenes
y las primeras mediciones de las distancias al Sol y la Luna. Se diseñaron catálogos estelares como los de
Hiparco de Nicea y el descubrimiento de la presesión de los equinoccios.
La Astronomía en Roma

El imperio Romano, tanto en sus épocas paganas como cristiana, dio poco o ningún impulso al estudio de las
ciencias. Roma era una sociedad práctica que respetaba la técnica pero consideraba la ciencia tan poco útil
como la pintura y la poesía.

Los conocimientos astronómicos durante este período son los que ya se conocían en época helena, es decir,
algunas teorías geocéntricas (Aristóteles) y la existencia de los planetas visibles a simple vista Venus, Marte,
Júpiter y Saturno, con especial mención a nuestro satélite natural, la Luna conocida desde siempre y
considerada como un Dios.

No podemos dejar de mencionar al filósofo romano Lucrecio, del siglo I a.C., y su famosa obra De Rerum
Natura, en la que encontramos una concepción del Universo muy cercana a la moderna, en algunos sentidos,
y extrañamente retrógrada, en otros.

Según Lucrecio, la materia estaba constituida de átomos imperecederos. Éstos se encuentran eternamente en
movimiento, se unen y se separan constantemente, formando y deshaciendo tierras y soles, en una sucesión
sin fin. Nuestro mundo es sólo uno entre un infinito de mundos coexistentes; la Tierra fue creada por la unión
casual de innumerables átomos y no está lejano su fin, cuando los átomos que la forman se disgreguen.

Pero Lucrecio no podía aceptar que la Tierra fuera redonda. En realidad, cuando Lucrecio hablaba de un
número infinito de mundos se refería a sistemas semejantes al que creía era el nuestro: una tierra plana
contenida en una esfera celeste. Pero indudablemente, a pesar de sus desaciertos, la visión cósmica de
Lucrecio no deja de ser curiosamente profética.

Se cree que los cristianos fanáticos destruyeron la Biblioteca de Alejandría en donde se concentraba el saber
de la humanidad hasta ese momento, la academia de Platón fue cerrada, el Serapetum de Alejandría, centro
del saber, fue destruido y fueron asesinados muchos de los sabios que se encontraban en sus campos.

Los estudiosos huyeron de Alejandría y Roma hacia Bizancio y la ciencia tuvo una nueva etapa de desarrollo
en el ámbito del Islam.
La Astronomía en la corte Visigoda

San Isidoro de Sevilla (560-636) escribió un tratado científico titulado "De rerum natura" (Sobre la
naturaleza), a inicios del siglo VII, a petición del rey Sisebuto, que reinó en la Hispania visigoda entre los
años 612 y 621.

Este libro, que pronto fue conocido en toda Europa, trataba de sintetizar el conocimiento científico en su
tiempo, y abarcaba diversas materias, con un especial hincapié en la divulgación de la astronomía.

El propio rey Sisebuto, en la respuesta a San Isidoro tras recibir el libro, trató de dar una explicación a los
eclipses de Luna y de Sol. A partir de entonces, el libro de Isidoro y la carta de Sisebuto fueron conocidos de
forma conjunta.

Pese a que hay discusiones, en el caso de Sisebuto, su creencia en una tierra esférica, parece desprenderse de
la lectura de su texto, ya que habla de umbra rotae (sombra redonda) y de globus. El proceso de un eclipse en
su conjunto (un Sol que al girar ocasiona siempre una forma igual en la sombra que es cortada por la Luna)
también implica una tierra en forma de esfera.

Pese a su admiración al sabio hispalense, Sisebuto no siguió al pie de la letra sus teorías, y así su creencia en
la luminosidad propia de las estrellas y de los planetas contradice a San Isidoro, que pensaba que éstas no
tenían luz propia y que eran iluminadas por el Sol, al igual que lo era la Luna.
La Astronomía Árabe

Los Árabes fueron quienes después de la decadencia de los estudios Griegos y la entrada de occidente en una
fase de oscurantismo durante los siglos X a XV, continuaron con las investigaciones en astronomía dejando
un importante legado: tradujeron el Almagesto y catalogaron muchas estrellas con los nombres que se
utilizan aun en la actualidad, como Aldebarán, Rigel y Deneb.

Entre los astrónomos árabes mas destacados se encuentran Al Batani, Al Sufi y Al Farghani, una autoridad en
el sistema solar que calculó que la distancia a Saturno era de 130 millones de kilómetros (su distancia es 10
veces mayor).

Los omeyas, una de las tribus fronterizas árabes, que habían servido como soldados auxiliares romanos y se
habían helenizado, constituyen la punta de lanza para la introducción de la actividad científica en el mundo
árabe.

En el año 700 los Omeyas fundaron en Damasco un observatorio astronómico. En 773 Al-Mansur mandó
traducir las obras astronómicas hindúes, los Siddhantas.

En el año 829 Al-Mamúm fundó el observatorio astronómico de Bagdad, en donde se desarrollaron estudios
sobre la oblicuidad de la Eclíptica. Por su parte, Al-Farghani confecciona, poco después, "El libro de reunión
de las estrellas", un extraordinario catálogo con medidas muy precisas de las estrellas.

Al-Battani, uno de los genios astronómicos de la épocs, trabajó en su observatorio Ar-Raqqa, a orillas del río
Eufrate,s para determinar y corregir las principales constantes astronómicas. Sus mediciones sobre la
oblicuidad de la Eclíptica y Precesión de los Equinoccios, fueron más exactas que las de Claudio Ptolomeo.

En 995 Al-Hakin fundó en la ciudad de El Cairo, la "Casa de la Ciencia" y, poco después, alrededor del año
1000, Ibn Yunis recopiló las observaciones astronómicas de los últimos 200 años y publicó las "Tablas
Hakenitas", llamadas así por su protector, Al-Hakin. Al mismo tiempo, Avicena o Ibn Sina elaboró su
"Compendio del Almagesto" y un ensayo sobre "la inutilidad de la adivinación astrológica".

En 1080 Azarquiel elaboró las "Tablas Toledanas", utilizadas durante más de un siglo para establecer el
movimiento de los planetas.

Los astrónomos árabes comenzaron a rechazar la concepción de los Epiciclos de Ptolomeo mucho antes del
renacimiento en Europa, ya que según sus estudios, los planetas debían girar alrededor de un cuerpo central y
no en torno a un punto. En esta concepción jugaron especial papel Averroes, Abúqueber y Alpetragio.

En 1262 Nasir al-Din al-Tusi (Mohammed Ibn Hassan), asistido con astrónomos chinos, culminó con éxito la
construcción del observatorio de Maragheh. Modificó el modelo de Ptolomeo, realizando trazados de gran
precisión de los movimientos de los planetas.
La Astronomía en la Edad Media

La astronomía griega se transmitió hacia el Este a los sirios, indios y árabes después de la caida del Imperio
Romano. Los astrónomos árabes recopilaron nuevos catálogos de estrellas en los siglos IX y X y
desarrollaron tablas del movimiento planetario. El astrónomo árabe Azarquiel, máxima figura de la escuela
astronómica de Toledo del siglo XI, fue el responsable de las Tablas toledanas, que influyeron notablemente
en Europa.

En 1085, año de la conquista de la ciudad de Toledo por el rey Alfonso VI, se inició un movimiento de
traducción del árabe al latín, que despertó el interés por la astronomía (entre otras ciencias) en toda Europa.

En la Escuela de traductores de Toledo se tradujeron las Tablas toledanas y el Almagesto de Tolomeo y, en


1272, se elaboraron las Tablas alfonsíes bajo el patrocinio de Alfonso X el Sabio; estas tablas sustituyeron a
las de Azarquiel en los centros científicos europeos.

Junto a la obra histórica y jurídica, Alfonso X fomentó la traducción de libros astronómicos y astrológicos, en
especial de procedencia árabe y judía, traducidos por lo general al latín y de esta lengua al castellano. Entre
éstos pueden citarse los Libros del saber de astronomía. La crítica ha aceptado que su labor se redujo, en la
mayoría de las ocasiones, a la de organizador, director e inspirador del trabajo.

Los trabajos de investigación y traducción de esta admirable escuela permitieron que obras fundamentales de
la antigua cultura griega fueran rescatadas del olvido y transmitidas a la Europa medieval a través de España.
A partir de estas versiones, y gracias a las mismas, España transmitió a Europa todos aquellos saberes que
cubrían campos como la geografía, la astronomía, la cartografía, la filosofía, la teología, la medicina, la
aritmética, la astrología o la botánica, entre otros. Esta escuela fue el origen y la base del renacer científico y
filosófico de las famosas escuelas de Chartres y, más tarde, de la Sorbona.

Durante este periodo en Europa dominaron las teorías geocentristas promulgadas por Ptolomeo y no se
presentó ningún desarrollo importante de la astronomía. Solamente Johannes Müller (llamado
Regiomontanus) comenzó a realizar y reunir nuevas mediciones y observaciones.

En el siglo XV comenzaron a surgir dudas sobre la teoría de Tolomeo: el filósofo y matemático alemán
Nicolás de Cusa y el artista y científico italiano Leonardo da Vinci cuestionaron los supuestos básicos de la
posición central y la inmovilidad de la Tierra. Había empezado el Renacimiento.
La Astronomía en otras culturas

Estudios realizados por paleontólogos y antropólogos en diferentes tribus parecen demostrar


la necesidad de las sociedades por guardar un registro de los sucesos del firmamento, a fín de
obtener conocimiento acerca de sucesos tales como las estaciones de migración de las aves, la
recursión de los períodos menstruales o la necesidad de orientación.

Se han encontrado cientos de rudimentarios calendarios, con una antiguedad de unos 30.000
años, en lugares tan distantes como América, África, Europa o el extremo oriente.

Mientras las astronomías europeas y árabes evolucionaban léntamente, en otros remotos


lugares lo hacia de diversas formas. Sin conocimiento mútuo y, por lo tanto, sin
comunicación, la astronomía de esas culturas tuvo un desarrollo distinto del occidental, en la
mayoria de los casos totalmente ligada a la religión y puesta al servicio de reyes,
emperadores, magos y sacerdotes.
La Astronomía en la antigua China
Sabemos poco la astronomía en la antigua China. Sin embargo, se sabe que es
más antigua que la astronomía occidental y que, por estar tan alejada de ella,
tuvo un desarrollo totalmente independiente.

Los chinos consideraban al universo como una naranja que colgaba de la


estrella polar ubicando sus 284 constelaciones en 28 segmentos o casas en
que dividían el universo. La antigua astronomía estelar china difiere mucho
de la babilónica y de la occidental. El ecuador celeste se dividía en 28
«casas» y el número de constelaciones ascendía al final a 284.

Al igual que en Babilonia, el antiguo calendario chino de principios del siglo


II a. C. es un año lunisolar, con ciclos bisiestos de 19 años. La obra
"Calendario de tres ciclos", aparecida hacia el principio de nuestra era y cuyo autor es Liu Hsin, describe la
historia de la astronomía china desde el tercer milenio.

Los astrónomos de la corte imperial china observaron fenómenos celestes extraordinarios cuya descripción
ha llegado en muchos casos hasta nuestros días. Estas crónicas son para el investigador una fuente
valiosísima porque permiten comprobar la aparición de nuevas estrellas, cometas, etc. También los eclipses
se controlaban de esta manera.

Por el contrario, el estudio de los planetas y de la Luna no estuvo hasta el siglo I a. C. en condiciones de
proporcionar predicciones suficientemente exactas de los fenómenos celestes.

Se cuenta la historia de los desdichados astrónomos de la corte, Hsi y Ho, que fueron ejecutados por haber
puesto en peligro la seguridad del mundo, al dejar de predecir un eclipse de Sol.

La concepción del Universo en la China antigua se encuentra expuesta en el "Chou pei suan ching", un
tratado escrito alrededor del siglo IV a.C. Según la teoría del Kai t'ien (que significa: el cielo como cubierta),
el cielo y la Tierra son planos y se encuentran separados por una distancia de 80 000 li (un li equivale
aproximadamente a medio kilómetro). El Sol, cuyo diámetro es de 1.250 li, se mueve circularmente en el
plano del cielo; cuando se encuentra encima de China es de día, y cuando se aleja se hace noche.

Posteriormente, se tuvo que modificar el modelo para explicar el paso del Sol por el horizonte; según la
nueva versión del Kai t'ien, el cielo y la Tierra son semiesferas concéntricas, siendo el radio de la semiesfera
terrestre de 60.000 Ii. El texto no explica cómo se obtuvieron las distancias mencionadas; al parecer, el
modelo fue diseñado principalmente para calcular, con un poco de geometría, la latitud de un lugar a partir de
la posición del Sol.

El Kai t'ien era demasiado complicado para cálculos prácticos y cayó en desuso con el paso del tiempo.
Alrededor del siglo II d.C., se empezó a utilizar la esfera armilar como un modelo mecánico de la Tierra y el
cielo. Al mismo tiempo surgió una nueva concepción del Universo: la teoría del hun t'ien (cielo envolvente),
según la cual: "... el cielo es como un huevo de gallina, tan redondo como una bala de ballesta; la Tierra es
como la yema del huevo, se encuentra sola en el centro. El cielo es grande y la Tierra pequeña."

Posteriormente, las teorías cosmogónicas en China girarán alrededor de la idea de que el Universo estaba
formado por dos sustancias: el yang y el yin, asociadas al movimiento y al reposo, respectivamente. De
acuerdo con la escuela neoconfucionista, representada principalmente por Chu Hsi en el siglo XII, el yang y
el yin se encontraban mezclados antes de que se formara el mundo, pero fueron separados por la rotación del
Universo. El yang móvil fue arrojado a la periferia y formó el cielo, mientras que el yin inerte se quedó en el
centro y formó la Tierra; los elementos intermedios, como los seres vivos y los planetas, guardaron
proporciones variables de yang y yin.
La Astronomía Maya
En América durante la época precolombina se desarrolló un estudio
astronómico bastante extenso. Algunas observaciones Mayas son bien
conocidas, como el eclipse lunar del 15 de Febrero de 3379 a.C. Tenían su
propio calendario solar y conocían la periodicidad de los eclipses. Inscribieron
en monumentos de piedra fórmulas para predecir eclipses solares y la salida
heliaca de Venus.

Si los distintos pueblos del Méjico antiguo llegaron hasta la fase jeroglífica, los
mayas lograron la fase silábico-alfabética en su escritura. La numeración
iniciada por los olmecas con base vigesimal, la perfeccionan los mayas, en los
siglos III y IV a. C.

Los mayas conocieron desde el tercer milenio a. C. como mínimo un desarrollo


astronómico muy polifacético. Muchas de sus observaciones han llegado hasta
nuestros días (por ejemplo un eclipse lunar del 15 de febrero de 3379 a. C.) y se conocían con gran exactitud
las revoluciones sinódicas de los planetas, la periodicidad de los eclipses etc. El calendario comienza en una
fecha cero que posiblemente sea el 8 de junio de 8498 a. C. en nuestro cómputo del tiempo, aunque no es del
todo seguro. Los mayas tenían además un año de 365 días (con 18 meses de 20 días y un mes intercalado de
5 días).

Los estudios sobre los astros que realizaron los mayas siguen sorprendiendo a los científicos. Su obsesión por
el movimiento de los cuerpos celestes se basaba en la concepción cíclica de la historia, y la astronomía fue la
herramienta que utilizaron para conocer la influencia de los astros sobre el mundo.

El calendario solar maya era más preciso que el que hoy utilizamos. Todas las ciudades del periodo clásico
están orientadas respecto al movimiento de la bóveda celeste. Muchos edificios fueron construidos con el
propósito de escenificar fenómenos celestes en la Tierra, como El Castillo de Chichén Itzá, donde se observa
el descenso de Kukulkán, serpiente formada por las sombras que se crean en los vértices del edificio durante
los solsticios. Las cuatro escaleras del edificio suman 365 peldaños, los días del año. En el Códice Dresde y
en numerosas estelas se encuentran los cálculos de los ciclos lunar, solar, venusiano y las tablas de
periodicidad de los eclipses.
La Astronomía Inca
En América del Sur, en los andes Centrales, culturas preincaicas realizaron
obras como las Líneas de Nazca, o la Puerta del Sol en Tiahawanaco. En
realidad, aún es mucho lo que falta por investigar en este aspecto y en la
actualidad científicos de diferentes partes del mundo han vuelto a mirar a
América, porque sin duda, a pesar del saqueo realizado por los
conquistadores europeos, se pueden descubrir muchas cosas más.

Sin duda alguna, los Incas es el imperio más representantivo de América del
Sur. Es precisamente en Cuzco, en donde muchos investigadores han
encontrado documentos de colonizadores españoles que describen el Templo
del Sol, del cual irradiaban cuarenta y un ejes llamados ceques, cuya
disposición implicaba lineamientos geománticos o astronómicos, que definian
el valle en 328 huacas las cuales cumplian funciones rituales y políticas.

Los Incas conocían la revolución sinódica del los planetas, Construyeron un calendario Lunar para las fiestas
religiosas y uno solar para la agricultura. Utilizaron elementos como mojones alrededor de los pueblos para
realizar astronomía observacional. Los Chibchas conocían la constelación de Orión y reconocían la relación
entre la salida heliacal de Sirio con el comienzo de la temporada de lluvias.

El calendario consistía en un año solar de 365 días, repartidos en 12 meses de 30 días y con 5 días
intercalados. Se sabe que el calendario era determinado observando al sol y a la luna. Para fijar las fechas
exactas del año y meses, Pachacútec dispuso la edificación de 12 torres o pilares localizados al Este de la
llacta del Cusco, llamados sucangas.

Los Incas daban mucha importancia a las constelaciones y estaban muy interesados en la medición del
tiempo para fines agrícolas. Poseían sus propias constelaciones entre las cuales, se destacan la Cruz del Sur y
el Centauro. Para ellos las vía láctea era oscurecida por sacos de carbón. La Astronomía jugó un papel muy
importante para la construcción de sus ciudades.
La Astronomía Azteca
La civilización Azteca surgió a partir del siglo X. Su máximo esplendor lo
obtuvo entre los siglos XIV al XVI. Los aztecas no solo desarrollaron la
astronomía y el calendario, sino que estudiaron y desarrollaron la
meteorología, como una consecuencia lógica de la aplicación de sus
conocimientos para facilitar sus labores agrícolas.

La representación del cielo (masculino) y Tierra (femenino) estaban


determinados por Ometecuhtli y Omecíhuatl, respectivamente. Las eras en la
cosmología azteca están definidas por soles, cuyo final estaba marcado por
cataclismos. El primer Sol, Nahui-Oceloti (Jaguar) era un mundo poblado por
gigantes, que fue destruido por jaguares. El segundo Sol, Nahui-Ehécati
(Viento) fue destruido por un huracán. El tercer Sol, Nahuiquiahuitl, por una lluvia de fuego. El cuarto Sol,
Nahui-Ati (agua) fue destruido por un diluvio. Y el quinto, Nahui-Ollin (movimiento) está destinado a
desaparecer por movimientos de la Tierra.

El calendario azteca, o piedra del Sol, es el monolito más antiguo que se conserva de la cultura prehispánica.
Se cree que fue esculpido alrededor del año 1479. Se trata de un monolito circular con cuatro círculos
concéntricos. En el centro se distingue el rostro de Tonatiuh (Dios Sol), adornado con Jade y sosteniendo un
cuchillo en la boca. Los cuatro soles o eras anteriores, se encuentran representados por figuras de forma
cuadrada que flanquean al quinto sol, en el centro. El círculo exterior está formado por 20 áreas que
representan los días de cada uno de los 18 meses que constaba el calendario azteca.

Para completar los 365 días del año solar, los aztecas incorporaban 5 días aciagos o nemontemi.

Para los aztecas, la sucesión del día y la noche se explicaba por las constantes luchas entre los astros
principales. Dado que durante el día es muy difícil observar la Luna e imposible a las estrellas, los aztecas
interpretaban que el sol naciente (Huitzilopochtli) mataba a la Luna (Coyolxauhqui) y a las estrellas.

Para los aztecas, la astronomía era muy importante, ya que formaba parte de la religión. Construyeron
observatorios que les permitieron realizar observaciones muy precisas, hasta el punto que midieron con gran
exactitud las revoluciones sinódicas del Sol, la Luna y los planetas Venus y Marte.

Al igual que casi todos los pueblos antiguos, los aztecas agruparon las estrellas brillantes en asociaciones
aparentes (constelaciones). Los cometas fueron denominados "las estrellas que humean".
La Astronomía científica

Copérnico rechazó el universo geocéntrico y propuso la teoría heliocéntrica, con el Sol en el


centro del Sistema Solar y la Tierra, al igual que el resto de los planetas, girando en torno a
él. Seguía utilizando circunferencias y simplificaba los cálculos de las anteriores teorías.

Por su parte, Tycho Brahe pasó su vida recopilando datos referentes al movimiento de los
planetas en el mayor laboratorio astronómico de aquel tiempo. Sus medidas eran de una
precisión extraordinaria a pesar de no contar con la ayuda del telescopio.

Johannes Kepler fue ayudante de Brahe y utilizó sus datos, junto con la teoría de Copérnico,
para enunciar las leyes que llevan su nombre y que describen cinemáticamente el movimiento
de los planetas.

Galileo Galilei, al mismo tiempo que Kepler desarrollaba sus leyes, estudió los astros con
telescopio. Descubrió los cráteres y montañas de la Luna, los cuatro grandes satélites de
Júpiter y defendió el sistema copernicano. Había comenzado la astronomía científica.

A partir de entonces, los descubrimientos se han ido sucediendo de manera continuada y a un


ritmo cada vez mayor. Cuatro siglos después, con la llegada de los ordenadores, los viajes
espaciales, Internet y las nuevas tecnologías, se ha logrado un conocimiento profundo sobre
el Universo que crece día a día.
La Astronomía en el Renacimiento
En 1492 se descubrió América y se amplió de gran forma la navegación, lo que
empezó a requerir mejores instrumentos navales, así como una mejoría en las
técnicas de cartografía terrestre y estelar, lo que significo un importante
estimulo para el estudio de la geografía, la astronomía y las matemáticas.

El siglo XVI supuso un giro drástico en todas las áreas del conocimiento, la
literatura y el arte. Después de un milenio oscuro y bastante inculto, Europa
volvió su mirada hacia los clásicos, sobre todo, de la antigua Grecia. Es el
Renacimiento.

En astronomía, las aportaciones de Nicolás Copérnico supusieron un cambio


radical y un nuevo impulso para una ciencia que estaba dormida. Copernico
analizó críticamente la teoría de Tolomeo de un Universo geocéntrico y
demostró que los movimientos planetarios se pueden explicar mejor
atribuyendo una posición central al Sol, más que a la Tierra.

En principio no se prestó mucha atención al sistema de Copérnico (heliocéntrico) hasta que Galileo descubrió
pruebas sobre el movimiento de la Tierra cuando se inventó el telescopio en Holanda. En 1609 construyó un
pequeño telescopio de refracción, lo dirigió hacia el cielo y descubrió las fases de Venus, lo que indicaba que
este planeta gira alrededor del Sol. También descubrió cuatro lunas girando alrededor de Júpiter.

Convencido de que estos planetas no giraban alrededor de la Tierra, comenzó a defender el sistema de
Copérnico, lo que le llevó ante un tribunal eclesiástico. Aunque se le obligó a renegar de sus creencias y de
sus escritos, esta teoría no pudo ser suprimida.

Desde el punto de vista científico la teoría de Copérnico sólo era una adaptación de las órbitas planetarias, tal
como las concebía Tolomeo. La antigua teoría griega de que los planetas giraban en círculos a velocidades
fijas se mantuvo en el sistema de Copérnico.

El observador mas importante del siglo XVI fue Ticho Brahe, quien tenía el don de la observación y el dinero
para construir los equipos mas avanzados y precisos de su época. Desde 1580 hasta 1597, Tycho observó el
Sol, la Luna y los planetas en su observatorio situado en una isla cercana a Copenhague y después en
Alemania.

Sus observaciones, que eran las mas exactas disponibles, darían después de fallecido las herramientas para
que se pudieran determinar las leyes del movimiento celeste, dadas por su ayudante y uno de los mas grandes
científicos de la historia: Johannes Kepler.

Pero el hecho más trascendente del Renacimiento no fueron estos descubrimientos, sinó el cambio de actitud
y mentalidad en los científicos. La experimentación empezó a hacerse filosóficamente respetable en Europa,
y fue Galileo quien acabó con la teoría de los griegos y efectuó la revolución.

Galileo era un lógico convincente y genial publicista. Describía sus experimentos y sus puntos de vista de
forma tan clara y espectacular, que conquistó a la comunidad erudita europea. Y sus métodos fueron
aceptados, junto con sus resultados.

Galileo fue el primero en realizar experimentos cronometrados y en utilizar la medición de una forma
sistemática. Su revolución consistió en situar la inducción por encima de la deducción, como el método
lógico de la Ciencia. Galileo puede considerarse, por tanto, el padre de las ciencias modernas ya que sus
ideas se basaban en experimentos.
La astronomía moderna
Utilizando los datos recopilados por Brahe, su ayudante, Johannes Kepler,
formuló las leyes del movimiento planetario, afirmando que los planetas giran
alrededor del Sol y no en órbitas circulares con movimiento uniforme, sino en
órbitas elípticas a diferentes velocidades, y que sus distancias relativas con
respecto al Sol están relacionadas con sus periodos de revolución.

Kepler trabajó durante muchos años tratando de encontrar un modelo que


permitiese explicar los movimientos planetarios utilizando para tal efecto los
pensamientos neoplatónicos y el sistema heliocéntrico de Copérnico.

Después de probar, sin éxito, con infinidad de formas geométricas "perfectas",


lo intentó con variaciones del circulo: las elipses, con las cuales concordaban
exactamente los datos obtenidos durante las observaciones. Esto contradecía uno
de los paradigmas pitagóricos que seguían siendo considerados como ciertos
después de 2000 años.

Las leyes de Kepler se pueden resumir así:


1.- Los planetas giran alrededor del Sol en orbitas elípticas estando este en uno de sus focos.
2.- Una línea dibujada entre unl planeta y el sol barre áreas iguales en tiempos iguales.
3.- El cubo de la distancia media de cada planeta al Sol es proporcional al cuadrado del tiempo que tarda en
completar una órbita.

Pero la victoria de la Ciencia moderna no fue completa hasta que se estableció un principio más esencial: el
intercambio de información libre y cooperador entre los científicos. A pesar de que esta necesidad nos parece
ahora evidente, no lo era tanto para los filósofos de la Antigüedad y para los de los tiempos medievales.

Uno de los primeros grupos en representar tal comunidad científica fue la «Royal Society of London for
Improving Natural Knowledge» (Real Sociedad de Londres para el Desarrollo del Conocimiento Natural),
conocida en todo el mundo, simplemente, por «Royal Society». Nació, hacia 1645, a partir de reuniones
informales de un grupo de caballeros interesados en los nuevos métodos científicos introducidos por Galileo.
En 1660, la «Society» fue reconocida formalmente por el rey Carlos II de Inglaterra. Sin embargo, todavía no
gozaba de prestigio entre los eruditos de la época.

Esta mentalidad cambió gracias a la obra de Isaac Newton, el cual fue nombrado miembro de la «Society». A
partir de las observaciones y conclusiones de Galileo, Tycho Brahe y Kepler, Newton llegó, por inducción, a
sus tres leyes simples del movimiento y a su mayor generalización fundamental: la ley de la gravitación
universal.

El mundo erudito quedó tan impresionado por este descubrimiento, que Newton fue idolatrado, casi
deificado, ya en vida. Este nuevo y majestuoso Universo, construido sobre la base de unas pocas y simples
presunciones, hacía palidecer ahora a los filósofos griegos. La revolución que iniciara Galileo a principios del
siglo XVII, fue completada, espectacularmente, por Newton, a finales del mismo siglo.

Newton además modificó los telescopios creando los telescopios reflectores Newtonianos que permitieron la
observación mas claras de objetos muy tenues. El desarrollo de este y otros sistemas ópticos, dieron a la
astronomía un vuelco fundamental y se comenzaron a descubrir, describir y catalogar miles de objetos
celestes nunca observados.

En el Siglo XVII esta gran revolución dio a conocer a grandes astrónomos que fueron construyendo la
astronomía moderna y actual: Simon Marius (detectó de la Nebulosa de Andrómeda en 1612), Christoph
Scheiner (Estudió las las manchas solares 1630), Johannes Hevelius (Realizó precisas observaciones de la
luna y cometas desde su observatorio en Dantzing), Christian Huygens (descubrió el anillo de Saturno y su
satélite Titán), Giovanni Domenico Cassini (descubridor de 4 satélites de Saturno), Olaus Römer (determinó
la velocidad de la luz a partir de los eclipses de los satélites de Júpiter en 1676) y John Flamsteed (fundó el
Observatorio de Greenwich en 1675 y realizó un gran catálogo celeste).
La Astronomía en el siglo XVIII
Tras la época de Newton, la astronomía se ramificó en diversas direcciones.
Con la ley de la gravitación universal, el viejo problema del movimiento
planetario se volvió a estudiar como mecánica celeste. El perfeccionamiento
del telescopio permitió la exploración de las superficies de los planetas, el
descubrimiento de muchas estrellas débiles y la medición de distancias
estelares.

El sistema de medición mas adecuado era el de triangulación o paralaje, que


consiste en realizar dos observaciones del mismo objeto en lugares diferentes
y a la misma hora. El objeto observado parecerá desplazarse con respecto al
fondo estrellado de acuerdo a su distancia. Al calcular el ángulo de
desplazamiento y conociendo la distancia que separa los dos puntos de
observación se puede encontrar la distancia al objeto.

La realización del paralaje requirió la utilización de sistemas de medida de tiempo precisas, así como de
medición exacta de las distancias geográficas, esto solo se logró cuando las necesidades principalmente
navieras llevaron al desarrollo de cronómetros mas exactos y de la ciencia de la cartografía.

En 1718 el astrónomo inglés Edmund Halley (que ya había calculado la órbita elóptica de "su" cometa, en
1682), descubrió que tres de las estrellas más brillantes - Sirio, Proción y Arturo - no se hallaban en la
posición registrada por los astrónomos griegos. Halley llegó a la conclusión de que las estrellas no se
hallaban fijas en el firmamento, sino que se movían de una forma independiente. El movimiento es muy lento
y tan imperceptible que, hasta que pudo usarse el telescopio, parecían encontrarse fijas.

En 1785, Herschel sugirió que las estrellas se hallaban dispuestas de forma lenticular en el firmamento. Si
contemplamos la Vía Láctea, vemos un enorme número de estrellas; pero cuando miramos el cielo en
ángulos rectos a esta rueda, divisamos relativamente menor número de ellas. Herschel dedujo de ello que los
cuerpos celestes formaban un sistema achatado, con el eje longitudinal en dirección a la Vía Láctea. Hoy
sabemos que, dentro de ciertos límites, esta idea es correcta, y llamamos a nuestro sistema estelar Galaxia,
otro término utilizado para designar la Vía Láctea (galaxia, en griego, significa «leche»).

Herschel intentó valorar el tamaño de la Galaxia. El recuento de muestras de estrellas en diferentes puntos de
la Vía Láctea permitió a Herschel estimar que debían de existir unos 100 millones de estrellas en toda la
Galaxia. Y por los valores de su brillo decidió que el diámetro de la Galaxia era de unas 850 veces la
distancia a la brillante estrella Sirio, mientras que su espesor correspondía a 155 veces aquella distancia.

Por su parte, el matemático y astrónomo francés Joseph Louis Lagrange dirige la comisión para el
establecimiento de un nuevo sistema de pesos y medidas, el Sistema métrico decimal). En 1788 publica
"Mecánica analítica", que servirá de base para futuras investigaciones astronómicas. Entre sus
investigaciones en astronomía también destacan los cálculos de la libración de la Luna y los movimientos de
los planetas.

También durante este siglo, Charles Messier publica el valioso catálogo de objetos celestes con aspecto
nebuloso que recopiló desde 1758 hasta 1784. Kant atribuye en 1755 la génesis del sistema solar a un
proceso mecánico. Lagrange estudia en 1788 el conocido problema de los tres cuerpos y algunos casos
especiales con solución. Laplace publica en 1799 su Mecánica Celeste y descubre la invariabilidad del eje
mayor de las órbitas planetarias.
La Astronomía del siglo XIX
Giuseppe Piazza descubrió en la noche de fin de año 1800/1801, en el espacio
entre Marte y Júpiter, el primer pequeño planeta bautizado con el nombre de
Ceres. Numerosos pequeños planetas (asteroides, planetoides) se
descubrieron a continuación.

Se realizaron los paralajes de los planetas exteriores y de los interiores


durante los tránsitos y posteriormente se realizaron los paralajes de las
primeras estrellas como fue 61 del Cisne por Fiedrich Bessel en el año de
1838, dando como resultado una distancia de 11 años luz. Después se estudió
Alfa Centauro desde el hemisferio sur, con una distancia de 4.3 años luz. De
esta manera el tamaño del universo se extendió hasta el infinito.

El interés de los astrónomos por los cometas y al cálculo de sus órbitas


aumenta con el regreso, entre otros, del famoso cometa de Halley y en el año
1835. Schiaparelli, en Milán, descubre la conexión entre los enjambres
meteoríticos y los cometas. Así, avanzan paso a paso la comprensión de nuestro sistema planetario y de las
estrellas fijas.

Friedrich Bessel consigue medir por primera vez la distoncia de una estrella fija, 61 Cygni, en la constelación
del Cisne. Bessel calcula una distancia de 9,3 años luz lo que se acerca a la realidad. Con ello se consigue
poco a poco una imagen de la distancia de las estrellas fijas. Bessel deduce en 1844, por las perturbaciones
del movimiento propio de Sirio, la existencia de su compañera desconocida, que efectivamente es observada
en 1862.

Friedrich Argelander, director del observatorio de Bonn, elabora el «Bonner Durchmusterung», un meritorio
inventario estelar del hemisferio norte (con Atlas) y da a la investigación de las estrellas variables una base
científica.

Leverrier y Adams predicen la existencia de Neptuno por las perturbaciones que sufre Urano y el planeta es
descubierto en 1846 en el Observatorio de Berlín.

Joseph Fraunhofer, vidriero de mucha inteligencia y de gran agudeza visual, llegó a fabricar los espejos de
telescopios mas perfectos para su época. Hacia 1814 en experimentos dirigidos a corregir las aberraciones
cromáticas de sus telescopios utilizó las líneas espectrales de la luz y pronto se sintió fascinado por ellas.
Detectó centenares de rayas verticales en el espectro del Sol e idénticas irregularidades en los espectros de la
Luna y los Planetas.

También, la técnica instrumental maduró en el siglo XIX, lo mismo que las técnicas y métodos de medida
experimentan un avance continuo. Con las investigaciones sobre el espectro solar y las rayas oscuras, con la
creación del análisis espectral y con la introducción de los métodos de fotografía y los fotómetros en la
segunda mitad del siglo XIX, se funda la astrofísica.
La Astronomía en el siglo XX (I)
Los avances en astronomía (en realidad, en todas las ciencias) durante el siglo
XX superan con creces las de todos los siglos anteriores. Se construyeron
telescopios de reflexión cada vez mayores. Los estudios realizados con estos
instrumentos revelaron la estructura de enormes y distantes agrupamientos de
estrellas, denominados galaxias, y de cúmulos de galaxias.

Al llegar a este siglo varias de las creencias precopernicanas habían resurgido


al hablar de las galaxias, se consideraba que el Sol se encontraba cerca del
centro de la Vía Láctea, que constituía el universo entero. mas allá de los
confines de la galaxia se consideraba que no existía nada mas que un vacío
infinito.

El estudio bajo espectroscopia de las nebulosas elípticas a principios de siglo,


demostró que no tenían características de ser nubes de gases sino mas bien
características estelares, lo que señaló que al menos algunas nebulosas
espirales estaban constituidas por estrellas.

El estudio de estrellas variables por parte de Harlow Shapley lo llevo a descubrir variables cefeidas, estrellas
que pulsan cambiando de brillo. El ciclo de variación de brillo de las cefeidas esta dilectamente relacionado
con su brillo intrínseco, descubrimiento realizado por Henretta Swan Leavitt. Esta propiedad de las cefeidas
permitió conocer su magnitud absoluta.

Shapley al estudiar las variables de los cúmulos globulares se dio cuenta que su distancia era mucho mayor
de la que se creía y que se hallaban hacia el centro de la galaxia, al calcular su distancia al Sol, este debería
estar localizado en la periferia de la Vía Láctea. de esta manera se desplazo el Sol del centro del universo
conocido a una periferia de el.

Aunque varios astrónomos defendían la teoría de los Universos Islas expuesta por Kant y seguida por
Herschel, no se tenía pruebas confirmatoria del hecho. Esta prueba provendría de las observaciones de Edwin
Hubble, quien el 19 de Febrero de 1924 escribió a Shapley: "Seguramente le interesará saber que he hallado
una variable cefeida en la nebulosa de Andrómeda". de esta manera se reabatió la idea de Shapley de una
única galaxia, la nuestra, como constituyente del universo entero y reveló la presencia de otras galaxias en el
espacio.
La Astronomía en el siglo XX (II)
En trabajos independientes a principios del siglo XX Albert Einstein propuso
su Teoría de la Relatividad General en la que se deduce que el universo no
debe ser estático sino que se encuentra en expansión, sin embargo, esto no
coincidía con lo que se creía era realmente un universo estático, de esta
manera Einstein introdujo en su formula la constante cosmológica para
adecuarla a las teorías vigentes.

Vesto Slipher, miembro del observatorio Lowell bajo las ordenes del celebre
Percival Lowell, fue encargado de estudiar el movimiento circular de las
nubes de gas durante la formación de estrellas, teoría que era defendida por su
jefe. Encontró aparte de la rotación de dichas nebulosas un corrimiento al rojo
persistente en sus espectros, este hallazgo se debió a que el efecto Doppler
indica que las longitudes de onda emitidas por un objeto que se aleja del observador, se alargan corriéndose
hacia el rojo en el espectro estudiado. Sin embargo Slipher no encontró la explicación a su hallazgo.

Fue nuevamente Hubble quien al medir las distancias de 25 galaxias encontró una correlación directa entre su
distancia y el grado de corrimiento o en otras palabras la velocidad en que se alejan. Acababa de descubrir la
expansión del Universo.

El Hombre que unió los hallazgos de Slipher, Hubble y Einstein fue un matemático sacerdote llamado
Georges Lemaitre, quien en 1927 publicó un articulo donde desarrollaba la relación del corrimiento al rojo
con un universo en expansión.

Posteriormente cuando su articulo se promulgo entre la comunidad científica se comenzó a pensar que si el
universo se encuentra en expansión alguna vez todo debió estar unido en un punto de luz al cual llamó
singularidad o "átomo primordial" y su expansión "Gran Ruido". Mas tarde el astrónomo Fred Hoyle, quien
era opuesto a esta propuesta, la llamo despectivamente "Big Bang". Así es como se conoce a la teoría mas
aceptada actualmente como origen del universo.

En la segunda mitad del siglo XX los progresos en física proporcionaron nuevos tipos de instrumentos
astronómicos, algunos de los cuales se han emplazado en los satélites que se utilizan como observatorios en
la órbita de la Tierra. Estos instrumentos son sensibles a una amplia variedad de longitudes de onda de
radiación, incluidos los rayos gamma, los rayos X, los ultravioletas, los infrarrojos y las regiones de radio del
espectro electromagnético.

Los astrónomos no sólo estudian planetas, estrellas y galaxias, sino también plasmas (gases ionizados
calientes) que rodean a las estrellas dobles, regiones interestelares que son los lugares de nacimiento de
nuevas estrellas, granos de polvo frío invisibles en las regiones ópticas, núcleos energéticos que pueden
contener agujeros negros y radiación de fondo de microondas, que puede aportar información sobre las fases
iniciales de la historia del Universo.

En la actualidad conocemos que vivimos en un sistema solar localizado en la periferia de la vía Láctea
compuesta por miles de millones de soles, la cual hace parte de un conjunto galáctico llamado grupo local, el
cual, a su vez, se localiza en un supercúmulo de galaxias distribuidas por un universo de mas de 15 mil
millones de años luz que se encuentra en expansión.
Internet y la astronomía
Los astrónomos han utilizaron Internet desde sus orígenes, mucho antes de
que llegara al gran público, cuando era una forma rudimentaria de
comunicación, hace más de veinte años. Posteriormente, con la explosión de
la "web", se ha potenciado y extendido su uso en esta y en todas las ciencias.

Generalmente, los observatorios astronómicos están situados en lugares


remotos, por lo que la comunicación es esencial. Por otro lado, los elevados
costes de los proyectos requieren la colaboración de varios paises, y los
medios proporcionados por Internet lo hacen posible. Además, el elevado
número de imágenes digitales tomadas por telescopios terrestres y espaciales,
ha permitido la creación de archivos accesibles a través de la red,
especialmente, el contenido proporcionado por las agencias espaciales NASA
y ESA.

La divulgación de imágenes y datos astronómicos se justifica plenamente por la curiosidad que suscita la
astronomía. Además, la calidad de las fotos contribuye de forma decisiva a su popularidad. Por ejemplo, la
campaña de observaciones que tuvo lugar en julio de 1994, con motivo del impacto del cometa Shoemaker-
Levy con Júpiter fue impresionante. Nunca un acontecimiento astronómico había sido divulgado de forma
tan rápida y eficaz. Después, la distribución de imágenes de Marte proporcionadas por la misión Pathfinder
saturó ciertos servidores de información por el elevado número de accesos.

Los aficionados, en solitario o formando grupos y asociaciones, han sido siempre muy relevantes en
Astronomía. Astrónomos aficionados han descubierto multitud de nuevos objetos estelares, como novas y
supernovas, y continuamente proporcionan observaciones de estrellas variables. Internet es importante para
estos grupos de aficionados, ya que permite la coordinación de campañas de observación, así como el
intercambio de ideas, proyectos, datos, y programas astronómicos.

Por otra parte, hay unos 12.000 científicos y técnicos especializados, localizados fundamentalmente en
centros de investigación y universidades de Europa, Estados Unidos y Japón.

Prácticamente todos los observatorios tienen sistemas de información sobre Internet. En ellos es posible
encontrar una descripción detallada de los instrumentos, los planes de observación y las observaciones
realizadas. Se está investigando sobre nuevas formas de observación remota, que permitan cierta interacción
con el telescopio en tiempo real.

Con todos los datos circulando por Internet se han llenado muchos archivos y bases de datos astronómicas
que son herramientas fundamentales de investigación. Las técnicas de almacenamiento masivo, junto con el
desarrollo actual de Internet, hacen posible su realización a bajo coste. Temas actuales de investigación son
los nuevos métodos de análisis estadístico para aplicación en cosmología, evolución estelar, o clasificación
de objetos.

También las principales revistas astronómicas, tanto profesionales como de divulgación, publican los
artículos de forma electrónica en el red. Además, existen multitud de "sitios", más o menos independientes,
que ofrecen información detallada sobre aspectos concretos o bien organizan esta información de distintas
formas y en todos los idiomas.

Existen otros servicios de información interesantes, como el canal de televisión de NASA, que proporciona
continuamente imágenes de las misiones espaciales a través de Internet; los servicios de información de
sociedades astronómicas, desde la Unión Astronómica Internacional a las innumerables asociaciones
amateurs; los relativos a Historia de la Astronomía; y otros centros que almacenan y distribuyen imágenes
para divulgación.

Para intentar poner un poco de orden, a mediados de la década de 1990 se creó AstroWeb, un consorcio que
intenta mentener una lista unificada. Sin embargo, el vertiginoso crecimiento de Internet hace que sea
imposible mantenerla al día. Hoy contiene unas 3.000 direcciones dedicadas a Astronomía, clasificadas de
acuerdo con una o más categorías temáticas.
En el área de divulgación, hay un problema debido a que la mayor parte de la información disponible en
Internet está escrita en inglés. Afortunadamente, las asociaciones astronómicas están haciendo contribuciones
fundamentales en este campo, y no podemos olvidar la creciente presencia en Internet de museos de ciencias
y planetarios, que les permite realizar una excelente labor de divulgación.

En este sentido, AstroMía aporta una visión de la astronomía "para todos los publicos", con vocación
educativa y, por supuesto, en español.
Vuelos y viajes espaciales

Se llama astronáutica a la navegación realizada entre los astros, es decir, realizada fuera del
ámbito de la Tierra. También es conocida como cosmonáutica, ya que también se realiza en el
cosmos.

El término astronáutica ha sido más utilizado en occidente, de ahí que los tripulantes de naves
espaciales occidentales sean conocidos como astronautas, mientras que en la antigua URSS
eran conocidos como cosmonautas, o navegantes del cosmos.

A la hora de plantearse la posibilidad de salir de la atmósfera terrestre, tanto para orbitar


alrededor de la Tierra como para navegar en el cosmos, se ha de tener siempre presente la
fuerza de la gravedad. La gravedad es la fuerza que mantiene la cohesión del universo y la
que rige su mecánica. Los vehículos o artefactos que vuelan por el espacio no son ajenos a
esta fuerza.

En la segunda mitad del siglo XX se obtuvieron los medios y conocimientos necesarios para
contruir naves capaces de superar la gravedad terrestre y viajar por el Espacio.
La carrera hacia la Luna
El año 1955 fue crucial para los vuelos espaciales. Proclamado por la
comunidad científica internacional como año geofísico internacional, tanto la
Unión Soviética como los EE.UU. anunciaron su voluntad de lanzar satélites
artificiales.

La Unión Soviética pensó utilizar como cohetes espaciales sus grandes misiles
balísticos intercontinentales; los EE.UU., al no poseer misiles de la potencia de
los rusos, prepararon el Proyecto Vanguard. La idea era emplear un cohete a
combustible líquido ya existente, el Viking, como primera sección y, como
segunda y tercera, pequeños cohetes a combustible sólido.

Pero había demasiada prisa: el Proyecto Vanguard fue un desastre, una serie de
lanzamientos frustrados con los vehículos que se destruían a veces sin siquiera
alzarse de la rampa de lanzamiento. El fracaso del Vanguard fue acrecentado
por los éxitos soviéticos: el 4 de octubre de 1957 se puso en órbita el Sputnik 1, un satélite artificial con un
peso de 184 libras que realizaba una vuelta alrededor de la Tierra cada 95 minutos. El cohete empleado por
los soviéticos habia sido un misil balístico oportunamente readaptado.

Un mes más tarde, los rusos lanzaron el Sputnik 2, un satélite con un pasajero a bordo, una perra de nombre
Laika. Los EE.UU. por lo tanto se vieron obligados a actuar de prisa. Abandonado el desastroso Proyecto
Vanguard, se pensó en otro cohete. Bajo la guía de Werner von Braun, un equipo de ingenieros construyó el
Júpiter, una versión ampliada del cohete Redstone, que preveía el empleo de una segunda sección formada
por cohetes de combustible sólido.

El 31 de enero de 1958, exactamente 84 días después de aprobado el proyecto de von Braun, el primer Júpiter
puso en órbita al Explorer 1, el primer satélite artificial americano. Entusiasmados por el éxito, los políticos
americanos se dieron cuenta que era necesario crear un ente espacial civil que se encargaría de todas las
actividades espaciales de carácter pacífico, dejando al Ejército, la Marina y la Aviación las empresas
exclusivamente militares.

Nace así, el 1 de octubre de 1958, la NASA (National Aeronautics and Space Administration) que sustituyó a
la ya existente NACA (National Advisory Committee por Aeronautics). En los años siguientes, gracias a la
NASA, el primitivo liderazgo ruso en cohetes espaciales, fue mitigado.

En abril de 1961, los soviéticos emplearon un cohete Vostok para poner en órbita al primer hombre, Juri
Gagarin. La tecnología espacial americana, en lo relativo a cohetes, fue más diversificada: hubo diversas
familias de vehículos. El cohete Júpiter de von Braun fue reelaborado y se convirtió en el cohete Juno, un
vehículo de cuatro secciones capaz de generar 150.000 libras de potencia.

Otras dos importantes familias de cohetes americanos fueron las de los Atlas y de los Titan. Gracias a un
Atlas D en 1962 el astronauta John Glenn se convirtió en el primer americano en órbita.

Desde 1957 von Braun soñó con un cohete capaz de desarrollar más de un millón de libras de potencia. Y
desde 1959 trabajó en el proyecto Saturno. Cuando el primer cohete Saturno estuvo preparado, todos
aclamaron al prodigio y la carrera hacia la Luna se volcó en favor de los americanos.
La llegada a la Luna
20 de julio de 1969. Por las pantallas de los televisores conectados por
mundovisión con el espacio, van a llegar imágenes de un sueño que se está
convirtiendo en realidad: la conquista de la Luna.

Para el primer "alunizaje" de la historia se ha elegido un lugar situado en la


parte centro-occidental del Mar de la Tranquilidad. Y es en este perdido
"cráter" selenita, donde se encuentra el LEM con sus cómicas y largas patas
de araña, desde donde se lleva a cabo el diálogo con la base de Houston, la
"radiocrónica" de la conquista de la Luna.

Neil Armstrong ha descendido apenas sobre suelo lunar, ha dejado la primera


huella y ha pronunciado, al descender de la escalerilla, la histórica frase
(preparada, claro): "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gigantesco salto para toda la humanidad".

Aldrin fue el segundo astronauta en pisar suelo selenita. En un momento de la transmisión comenta: "Desde
aquí se aprecia un panorama bellísimo. Es un poco parecido a algunos desiertos de los Estados Unidos". El
diálogo continúa, naturalmente, hasta el momento de subir de nuevo a bordo. Han transcurrido más de
catorce horas, todas utilizadas para realizar importantes experimentos y recoger muestras, cuando el LEM
"Eagle", el águila, vuelve a su nido, al módulo de servicio "Columbia" en el que se ha quedado esperando
Michael Collins.

La conquista de nuestro satélite natural fue la lógica conclusión de un programa iniciado en mayo de 1961,
cuando el entonces presidente de los Estados Unidos John Kennedy anunció la decisión del país de impulsar
con todas sus fuerzas este proyecto.

Las etapas tecnológicas que hicieron posible la conquista de la Luna habían sido superadas aun antes de
1961, y fueron cubiertas por dos programas: "Mercury" y "Géminis". Iniciado en 1958, el proyecto
"Mercury" era un programa terminado y, en el contexto de la empresa "Apolo-Luna", representó el primer
paso para realizar un vehículo espacial capaz de llevar un hombre a la superficie selenita.

El segundo escalón, representado por el programa "Géminis", permitió llevar a cabo un vehiculo mucho más
avanzado, capaz de transportar a dos hombres. Durante las 10 misiones "Géminis" enviadas al espacio entre
marzo de 1965 y noviembre de 1966, los astronautas aprendieron a realizar actividades extra-vehiculares, a
efectuar maniobras de "rendez-vous" en órbita y a llevar a cabo experimentos científicos limitados.

La verdadera prueba de que el hombre podía soportar la ausencia de gravedad, sin efectos negativos durante
un período suficiente que permitiera realizar el viaje Tierra-Luna, surge de la misión "Géminis 7" que se
prolongó catorce dias: del 4 al 18 de diciembre de 1.965.

El proyecto Apolo siguió llevando astronautas a la Luna hasta que fue abandonado, después del Apolo 17,
por razones económicas.
La Estación Espacial Internacional. El Proyecto
La Estación Espacial Internacional es el proyecto espacial más ambicioso
desde el programa Apolo. Siendo un proyecto internacional, de su éxito
dependen la mayor parte de los programas espaciales tripulados. La
estación espacial es toda una aventura por lo sofisticado del proyecto y es
una aventura por ser una expriencia de colaboración entre diversas
naciones.

El uno de Noviembre de 1993, se firmó en Moscú un acuerdo entre la


NASA y la Agencia Espacial Rusa para llevar a cabo un proyecto conjunto
de estación espacial, fusionando los respectivos programas en este campo,
Freedom y Mir 2. Este histórico acuerdo fue propiciado por el clima
político de distensión resultado de la desintegración de la URSS y los problemas económicos a los que se
enfrentaba Rusia, incapaz de afrontar por sí sola un proyecto de estas características.

Los americanos, por su parte, también tenían importantes problemas en sacar adelante su estación Freedom,
cuyo costo se había incrementado espectacularmente en los últimos años, poniendo el proyecto en serio
peligro de cancelación por parte del Congreso americano.

La URSS tenía una gran experiencia en este campo, no en vano en 1971 fue lanzada la Salyut 1, la primera
estación espacial de la historia. Otras seis estaciones Salyut la siguieron en los años siguientes (entre ellas
dos estaciones militares Almaz). En 1986 se lanzó el primer módulo de la Mir, culminación de quince años
de experiencia, que sería la única estación espacial de la humanidad por más de una década, así como la
primera en estar habitada permanentemente. En su interior varios cosmonautas han batido el récord de
permanencia en el espacio tres veces, estando el actual en posesión de Valeri Polyakov, con 14 meses.

En los estados Unidos, por su parte, el proyecto originario de la estación Freedom, nacido bajo los auspicios
de la administración Reagan, había visto reducido su tamaño cada año, al tiempo que los costes se disparaban
y los retrasos se acumulaban. Las dificultades experimentadas por los americanos se debían por un lado a su
poca experiencia en el manejo de estaciones espaciales, que se limitaba al Skylab a principios de los setenta,
y a la gran complejidad de la Freedom, que requería decenas de lanzamientos del transbordador para ser
completada. La incorporación de Japón y la Agencia Espacial Europea (ESA) al proyecto, que se
comprometieron a añadir un módulo de investigación cada uno, no mejoró sustancialmente la viabilidad de la
estación.

Con el programa al borde de la cancelación por sus altos costes, la NASA empezó a considerar diversas
opciones de participación con Rusia para mejorar la Freedom (por ese entonces ya denominada como
Estación Espacial solamente). En un principio se pensó en usar naves Soyuz TM rusas, utilizadas para llevar
y traer cosmonautas de la Tierra a la Mir, como vehículos de emergencia para la Freedom, ya que en el
diseño original de la estación no existía una nave de este tipo, pero las estrictas medidas de seguridad
impuestas tras el accidente del Challenger obligaban a su utilización. El proyecto de un vehículo americano
de emergencia (CRV, Crew Return Vehicle) había multiplicado sus costes, resultando por tanto inaceptable.
Construcción de la Estación Espacial Internacional
En 1992 se produce un avance fundamental en el acercamiento entre los
programas espaciales ruso y americano con la firma del acuerdo para la
realización de una misión conjunta entre el transbordador americano y la Mir.
El año después se firma el acuerdo ya mencionado para la construcción
conjunta de la Estación Espacial Internacional o ISS, fusionando los
proyectos de la Freedom y la Mir 2. En el marco de la llamada Fase 1, el
transbordador espacial se acopla con la Mir en nueve ocasiones y siete
astronautas americanos permanecen en ella varios meses entre 1995 y 1998.

Además nueve cosmonautas rusos viajan en el transbordador en varias


misiones. Durante esta fase, ambos países adquieren experiencia en coordinar
sus respectivos programas espaciales, así como en la construcción de la ISS: se prueban procedimientos
críticos como el acoplamiento del transbordador a una estación, el ensamblaje de módulos, actividades
extravehiculares conjuntas, prueba de nuevas tecnologías, etc.

En un principio la primera pieza de la estación debía ser el módulo de servicio ruso (SM), similar al módulo
central de la Mir, que proporcionaría un lugar de trabajo y vivienda para tres astronautas. El primer módulo
americano debía ser el Nodo 1, concebido como punto de atraque para módulos americanos posteriores.

Sin embargo, la NASA no vio con muy buenos ojos el que el primer módulo, y el más importante en la
primera etapa, fuese ruso. Además, consciente de las deficiencias de la parte americana en cuanto a
almacenamiento de combustible y propulsión, propuso que la primera pieza fuese un módulo de servicio de
construcción rusa, muy similar a los módulos acoplados a la Mir. De esta forma, la parte americana ganaba
en capacidad logística.

Pese a todos estos contratiempos, el 20 de Noviembre de 1998, dos años más tarde de lo previsto, fue lanzado
desde Baykonur el módulo Zaryá mediante un cohete Protón. En Diciembre, el transbordador Endeavour
acopló Unity con éxito durante la misión STS 88.

A pesar de este buen comienzo, la NASA es consciente de la dependencia de la ISS de la participación rusa,
imprevisible a largo plazo, por lo que ha aumentado sus esfuerzos para reducirla. De este modo, ha
fomentado la construcción por parte de la ESA de un vehículo de carga automático (ATV, Ariane Transfer
Vehicle) que pueda sustituir a las Progress M, y ha creado el programa X-38 destinado a proveer a la NASA
con un vehículo para la evacuación de la tripulación en caso de emergencia, eliminando la dependencia de las
Soyuz.

En vista de los problemas económicos, la Agencia Espacial Rusa decidió vender a la NASA la participación
científica en los laboratorios rusos por 60 millones de dólares, a cambio de ayuda financiera para terminar el
SM a tiempo, con lo que Rusia abandona cualquier implicación en la ciencia desarrollada en la ISS.

La ISS es el laboratorio espacial más caro y complejo de la historia de la humanidad. A bordo se llevan a
cabo experimentos de biología, dinámica de materiales, observación de la Tierra o astronomía entre otros. A
parte de Rusia, EE.UU., Japón y la ESA, también participan Canadá, Brasil y Ucrania, convirtiendo a la ISS
en un proyecto global.
Lecturas de Astronomía
La Astronomía es la ciencia que se ocupa del estudio de los astros del cosmos, especialmente de las leyes que
rigen su movimiento. En la antigüedad, la astronomía y la astrología eran dos ciencias inseparables.

Los astrónomos estudian la estructura y evolución de las estrellas, planetas, galaxias y otros objetos estelares.
Aunque empezó con la simple observación visual de planetas y estrellas, en la actualidad la astronomía
comparte con otras áreas de la ciencia sus técnicas experimentales y objetos de estudio, de entre los cuales
cabe destacar la geología y climatología planetaria, la física nuclear, la electrónica y la astronáutica.

En esta sección encontrarás una selección de artículos y relatos que te ayudarán a entender el apasionante
mundo de la astronomía:

• Artículos sobre el Universo


• Nuestra galaxia, la Vía Láctea
• Planetas en otros sistemas solares
• El polvo cósmico
• La energía de las estrellas
• Novas y supernovas
• Nebulosas
• ¿Qué son los pulsares?
• ¿Qué es un agujero negro?

• Artículos sobre el Sistema Solar


• Origen del Sistema Solar
• Origen del Sistema Solar (II)
• Origen del Sistema Solar (III)
• Las manchas solares
• Los planetas del Sistema Solar
• Las órbitas de los planetas
• ¿Podemos viajar al planeta Marte?
• Asteroides rozadores de la Tierra y objetos Apolo
• Sedna, ¿el décimo planeta del Sistema Solar?
• Cometas en el cielo
• Cometas: La nube de Oort

• Artículos sobre la Tierra y la Luna • Artículos sobre astronáutica


• ¿Cuál será el fin de la Tierra? • El oficio de astronauta
• La formación del aire • Saturno y las sondas Voyager
• La cara visible de la luna • Cohetes Rusos y Americanos
• Eclipses • El proyecto Mercury en órbita
• ¿Qué es el efecto «invernadero»? • Primeras mujeres astronautas
• La formación de los océanos • Planeadores propulsados por cohetes
• Primer viaje del Columbia
• Artículos sobre la vida en el Cosmos • Primer vuelo del Shuttle
• El inicio de la vida • Nace la Agencia Espacial Europea
• El Sol y la vida
• ¿Hay vida extraterrestre?

• Leyes y teorías astronómicas


• Isaac Newton y la ley de la gravitación universal
• La teoria del Big Bang y el origen del Universo
• Albert Einstein y la relatividad
• La teoría inflacionaria
• La Paradoja de Olbers
• Fuerzas fundamentales del Universo

• Técnica y tecnología
• Pioneros de la misilística
• El Telescopio espacial Hubble
• Radioastronomía: las ondas del espacio
• ¿Cómo medir las distancias?
• Primeras mediciones astronómicas
Artículos sobre el Universo

En 1929 el astrónomo Edwin Hubble descubrió que las velocidades de alejamiento o recesión
de las galaxias aumentaban con el crecimiento de sus distancias.

Este descubrimiento dio origen a la teoría cosmológica del Big Bang, que parte de la
hipótesis de que toda la materia del Universo estaba concentrada en una esfera indefinida y
que, tras la explosión de ésta, comenzó a expandirse, creando el binomio espacio-tiempo.
Hoy, esta teoria, aunque con matices, es generalmente aceptada por la comunidad científica.

La expansión continuaría actualmente y es la que los astrónomos miden bajo la forma de


desplazamiento hacia el rojo de las bandas espectrales de los lejanos objetos galácticos.

Los físicos ordenan el Universo en una jerarquía de escalas o tamaños cada vez menores. La
descripción de los procesos en cada nivel es una generalización de los procesos que tienen
lugar en su nivel inferior. Las leyes fundamentales de la Física son válidas (o deberían serlo)
para todas las escalas de organización de la materia.

En este capítulo se explican, en forma de artículo, algunos aspectos del Universo.


Nuestra galaxia, la Vía Láctea
La Vía Láctea es la proyección, sobre la esfera celeste, de uno de los brazos
espirales de la galaxia de la cual nosotros formamos parte, que toma, por
extensión, el mismo nombre. Es una agrupación de unos 100.000 millones de
estrellas en forma de espiral o girándula, cuyas dimensiones se estiman en torno
a los 100.000 años-luz y cuyo disco central tiene un tamaño de 16.000 años-luz.

La Vía Láctea, también llamada Camino de Santiago, puede observarse a simple


vista como una banda de luz que recorre el firmamento nocturno, que
Demócrito ya atribuyó a un conjunto de estrellas innumerables tan cercanas
entre sí que resultan indistinguibles. En 1610 Galileo, usando por primera vez el
telescopio, confirmó la observación de Demócrito. Hacia 1773 Herschel,
contando las estrellas que observaba en el firmamento, construyó una imagen de
la Via Láctea como un disco estelar dentro del cual la Tierra se encuentra
inmersa, pero no pudo calcular su tamaño. En 1912 la astrónoma H. Leavitt
descubrió la relación entre el periodo y la luminosidad de las estrellas llamadas variables cefeidas, lo que le
permitió medir las distancias de los cúmulos globulares.

Varios años después Shapley demostró que los cúmulos están distribuidos con estructura más o menos
esférica alrededor del centro del disco, en lo que denominó el halo galáctico. También mostró que éste no
está centrado en el Sol, sino en un punto distante del disco en la dirección de la constelación de Sagitario,
donde situó correctamente el centro de la galaxia.

Esta estructura quedó confirmada cuando se observó desde el observatorio de Monte Wilson en California
que el objeto espiral llamado Andrómeda estaba constituido por estrellas individuales y no era una mera
nebulosa de gas como hasta entonces se creía. Hacia 1930 Trumpler descubrió el efecto de oscurecimiento
galáctico producido por el polvo interestelar, con lo que se logró corregir tanto el tamaño de la Galaxia como
la distancia a la que se encuentra el Sol a los valores hoy en día aceptados. De acuerdo con estos datos, el
sistema Solar se encuentra a una distancia entre 8.000 y 10.000 parsecs de distancia del centro galáctico,
aproximadamente a dos tercios de distancia.

Todas las estrellas que componen la Vía láctea están rotando alrededor del núcleo, que se cree que puede
contar en su interior con un agujero negro. Las observaciones astronómicas referidas a galaxias distantes
muestran que la velocidad de rotación del Sol alrededor de la galaxia es de unos 250 km/s, empleando
aproximadamente 250 millones de años en realizar una revolución completa. Las estrellas próximas al Sol
realizan una órbita relativamente parecida, pero las más cercanas al centro de la galaxia giran más rápido,
hecho que se conoce como rotación diferencial.

La edad de la Vía Láctea se estima en unos 13 mil millones de años, dato que se desprende del estudio de los
cúmulos globulares y que concuerda con el resultado obtenido por los geólogos en su estudio de la
desintegración radiactiva de ciertos minerales terrestres.

La observación del mapa estelar ha permitido reconstruir los brazos espirales de la Galaxia, zonas en las
cuales es abundante el número de cúmulos estelares o zonas de formación estelar. Éstos se nombran por las
constelaciones que en ellos se encuentran. El brazo más cercano al centro galáctico es llamado de Centauro o
de Norma-Centauro. El siguiente brazo hacia el exterior es el de Sagitario. El brazo de Orion es nuestro brazo
local, también llamado del Cisne, y el brazo contiguo hacia el exterior se conoce como el de Perseo.

Las estrellas que se encuentran en la Galaxia suelen agruparse en dos grandes grupos, llamados comúnmente
poblaciones. El grupo llamado de población I está integrado por estrellas de composición solar, relativamente
jóvenes, que se distribuyen en órbitas aproximadamente circulares en el disco galáctico, dentro de sus brazos.
Las estrellas de población II son ricas en hidrógeno y helio, con escasez de elementos pesados, son de mayor
edad, y tienen órbitas que no se encuentran dentro del plano galáctico.
Planetas en otros sistemas solares
Saber si estamos o no solos en el universo ha sido uno de los objetivos de
muchos filósofos y científicos a lo largo de la historia. Hasta hace poco, los
únicos planetas conocidos formaban parte del Sistema Solar. El
descubrimiento de planetas extrasolares es un acontecimiento bastante
reciente. Aunque la búsqueda sistemática comenzó en 1988, el primer
planeta extrasolar o exoplaneta fue detectado en 1995.

Pero observar planetas directamente no es fácil. La existencia de planetas


extrasolares se ha deducido en primera instancia a partir de pruebas
indirectas. No obstante, existen varios proyectos futuros que permitirán
observar estos planetas en el visible o en el infrarrojo. A partir de ahí se
podrían obtener algunos datos que permitan deducir si dichos planetas alojan vida o no.

Hasta hace poco tiempo los científicos no han dispuesto de técnicas e instrumentos capaces de detectar
planetas extrasolares, es decir, sistemas planetarios en torno a otras estrellas. Pero la existencia de nuestro
sistema planetario ha fomentado la búsqueda. Así, uno de los primeros pasos hacia el descubrimiento de
planetas más allá de nuestro Sistema Solar se produjo en 1983, cuando se descubrió un disco en torno a la
estrella Beta Pictoris. Pero durante mucho tiempo ésta ha sido la única prueba disponible.

La llegada del telescopio espacial Hubble permitió realizar observaciones detalladas de regiones de
formación de estrellas, como la existente en la constelación de Orión. Así se detectaron discos
protoplanetarios en torno a estrellas jóvenes en formación, y se comprobó que una gran parte de las estrellas
que se estaban formando tenían discos que podrían dar lugar a planetas en el futuro.

Al principio de la década de 1990, se anunció el descubrimiento de planetas girando alrededor de púlsares.


Los púlsares son estrellas muy compactas y que giran muy rápidamente, emitiendo radiación
electromagnética que, si el eje de rotación está orientado convenientemente, puede detectarse desde la Tierra.
Más tarde se vio que existían errores en el análisis de los datos y que dichos planetas no existían. Luego, no
obstante se ha confirmado la existencia de planetas girando en torno a púlsares.

Finalmente, en 1995, se anunció el descubrimiento del primer planeta extrasolar girando en torno a una
estrella de tipo solar, 51 Pegasi. A partir de ese momento, los anuncios de nuevos planetas extrasolares se han
ido sucediendo sin pausa hasta llegar a la actualidad. Ahora ya se conocen varias decenas de planetas
extrasolares, y el número de planetas conocidos crece cada año.

Dada la dificultad que presentan las observaciones directas, los primeros intentos de búsqueda de planetas
que han dado resultado se han basado en observaciones indirectas. Los métodos utilizados se basan en las
perturbaciones gravitatorias causadas por los planetas sobre las estrellas y en el tránsito del planeta por
delante de la luz de la estrella.

La mayor parte de los planetas orbitan su estrella a una distancia bastante menor que la distancia Tierra-Sol.
Además, la masa observada es del orden de la masa de Júpiter. Esto es, en parte, consecuencia de los
métodos de detección empleados. Los planetas de masa mayor y que giran más cerca de la estrella tienen más
posibilidades de ser detectados por las técnicas empleadas.

No obstante, el refinamiento de dichas técnicas y la utilización de otras nuevas debe permitir en un futuro
cercano detectar también planetas de tipo terrestre, es decir, planetas con una masa equivalente a la de
nuestro planeta. En el futuro, gracias a nuevos telescopios situados en tierra y a nuevos observatorios
espaciales, seremos capaces de recoger luz procedente directamente de los planetas para obtener imágenes. A
partir de ahí, con la ayuda de la espectroscopía, podremos conocer cuáles son los componentes principales de
las atmósferas o las superficies de los planetas.
El polvo cósmico
Según las teorías astronómicas actuales, las galaxias fueron en origen grandes
conglomerados de gas y polvo cósmico que giraban lentamente,
fragmentándose en vórtices turbulentos y condensándose en estrellas. En
algunas regiones donde la formación de estrellas fue muy activa, casi todo el
polvo y el gas fue a parar a una estrella u otra. Poco o nada fue lo que quedó
en el espacio intermedio. Esto es cierto para los cúmulos globulares, las
galaxias elípticas y el núcleo central de las galaxias espirales.

Dicho proceso fue mucho menos eficaz en las afueras de las galaxias
espirales. Las estrellas se formaron en números mucho menores y sobró
mucho polvo y mucho gas. Nosotros, los habitantes de la Tierra, nos
encontramos en los brazos espirales de nuestra galaxia y vemos las manchas
oscuras que proyectan las nubes de polvo contra el resplandor de la Vía Láctea. El centro de nuestra propia
galaxia queda completamente oscurecido por tales nubes.

El material de que está formado el universo consiste en su mayor parte en hidrógeno y helio. Los átomos de
helio no tienen ninguna tendencia a juntarse unos con otros. Los de hidrógeno sí, pero sólo en parejas,
formando moléculas de hidrógeno (H2). Quiere decirse que la mayor parte del material que flota entre las
estrellas consiste en pequeños átomos de helio o en pequeños átomos y moléculas de hidrógeno. Todo ello
constituye el gas interestelar, que forma la mayor parte de la materia entre las estrellas.

El polvo interestelar (o polvo cósmico) que se halla presente en cantidades mucho más pequeñas, se compone
de partículas diminutas, pero mucho más grandes que átomos o moléculas, y por tanto deben contener
átomos que no son ni de hidrógeno ni de helio.

El tipo de átomo más común en el universo, después del hidrógeno y del helio, es el oxígeno. El oxígeno
puede combinarse con hidrógeno para formar grupos oxhidrilo (OH) y moléculas de agua (H2O), que tienen
una marcada tendencia a unirse a otros grupos y moléculas del mismo tipo que encuentren en el camino, de
forma que poco a poco se van constituyendo pequeñísimas partículas compuestas por millones y millones de
tales moléculas. Los grupos oxhidrilo y las moléculas de agua pueden lforman parte del polvo cósmico. En
1965 se detectó por primera vez grupos oxhidrilo en el espacio y se comenzó a estudiar su distribución.
Desde entonces se ha informado también de la existencia de moléculas más complejas, que contienen átomos
de carbono así como de hidrógeno y oxígeno.

tiene que contener también agrupaciones atómicas formadas por átomos aún menos comunes que los de
hidrógeno, oxígeno y carbono. En el espacio interestelar se han detectado átomos de calcio, sodio, potasio y
hierro, observando la luz que esos átomos absorben.

Dentro de nuestro sistema solar hay un material parecido, aportado quizás por los cometas. Es posible que
fuera de los límites visibles del sistema solar exista una capa con gran número de cometas, y que algunos de
ellos se precipiten hacia el Sol (acaso por los efectos gravitatorios de las estrellas cercanas). Los cometas son
conglomerados sueltos de diminutos fragmentos sólidos de metal y roca, unidos por una mezcla de hielo,
metano y amoníaco congelados y otros materiales parecidos. Cada vez que un cometa se aproxima al Sol, se
evapora parte de su materia, liberando diminutas partículas sólidas que se esparcen por el espacio en forma
de larga cola. En última instancia el cometa se desintegra por completo.

A lo largo de la historia del sistema solar se han desintegrado innumerables cometas y han llenado de polvo
el espacio interior del sistema. La Tierra recoge cada día miles de millones de estas partículas de polvo. Los
científicos espaciales se interesan por ellas por diversas razones; una de ellas es que los micrometeoroides de
mayor tamaño podrían suponer un peligro para los futuros astronautas y colonizadores de la Luna.
La energía de las estrellas
Las estrellas emiten energía de diferentes maneras:

1. En forma de fotones de radiación electromagnética carentes de masa, desde


los rayos gamma más energéticos a las ondas radioeléctricas menos
energéticas (incluso la materia fría radia fotones; cuanto más fría es la
materia, tanto más débiles son los fotones). La luz visible es parte de esta
clase de radiación.

2. En forma de otras partículas sin masa, como son los neutrinos y los
gravitones.

3. En forma de partículas cargadas de alta energía, principalmente protones,


pero también cantidades menores de diversos núcleos atómicos y otras clases de partículas. Son los rayos
cósmicos.

Todas estas partículas emitidas (fotones, neutrinos, gravitones, protones, etc.) son estables mientras se hallen
aisladas en el espacio. Pueden viajar miles de millones de años sin sufrir ningún cambio, al menos por lo que
sabemos.

Así pues, todas estas partículas radiadas sobreviven hasta el momento (por muy lejano que sea) en que
chocan contra alguna forma de materia que las absorbe. En el caso de los fotones sirve casi cualquier clase de
materia. Los protones energéticos son ya más difíciles de parar y absorber, y mucho más difíciles aún los
neutrinos. En cuanto a los gravitones, poco es lo que se sabe hasta ahora.

Supongamos ahora que el universo sólo consistiese en estrellas colocadas en una configuración invariable.
Cualquier partícula emitida por una estrella viajaría por el espacio hasta chocar contra algo (otra estrella) y
ser absorbida. Las partículas viajarían de una estrella a otra y, a fin de cuentas, cada una de ellas recuperaría
toda la energía que había radiado. Parece entonces que el universo debería continuar inmutable para siempre.

El hecho de que no sea así es consecuencia de tres cosas:

1. El universo no consta sólo de estrellas sino que contiene una cantidad importante de materia fría, desde
grandes planetas hasta polvo interestelar. Cuando esta materia fría frena a una partícula, la absorbe y emite a
cambio partículas menos energéticas. Lo cual significa que en definitiva la temperatura de la materia fría
aumenta con el tiempo, mientras que el contenido energético de las estrellas disminuye.

2. Algunas de las partículas (neutrinos y gravitones, por ejemplo) emitidas por las estrellas y también por
otras formas de materia tienen una tendencia tan pequeña a ser absorbidas por éstas que desde que existe el
universo sólo han sido absorbidas un porcentaje diminuto de ellas. Lo cual equivale a decir que la fracción de
la energía total de las estrellas que pulula por el espacio es cada vez mayor y que el contenido energético de
las estrellas disminuye.

3. El universo está en expansión. Cada año es mayor el espacio entre las galaxias, de modo que incluso
partículas absorbibles, como los protones y los fotones, pueden viajar por término medio distancias mayores
antes de chocar contra la materia y ser absorbidas. Esta es otra razón de que cada año sea menor la energía
absorbida por las estrellas en comparación con la emitida, porque hace falta una cantidad extra de energía
para llenar ese espacio adicional, producido por la expansión, con partículas energéticas y hasta entonces no
absorbidas. Esta última razón es suficiente por sí misma. Mientras el universo siga en expansión, continuará
enfriándose.

Naturalmente, cuando el universo comience a contraerse de nuevo (suponiendo que lo haga) la situación será
la inversa y empezará a calentarse otra vez.
Novas y supernovas
Antes de la era de la astronomía, a una estrella que aparecía súbitamente
donde antes no se había visto nada, se le llamaba nova, o "estrella nueva".
Éste es un nombre inapropiado, ya que estas estrellas existían mucho antes de
que se pudieran ver a simple vista. Los astrónomos consideran que quizá
existan una docena de novas en la Vía Láctea, la galaxia de la Tierra, cada
año, pero dos o tres de ellas están demasiado lejos para poder verlas o las
oscurece la materia interestelar.

En efecto, a las novas se las observa con más facilidad en otras galaxias
cercanas que en la nuestra. Se les llama novas de acuerdo con el año de su
aparición y la constelación en la que surgen. De forma característica, una nova
incrementa en varios miles de veces su brillo original en cuestión de días o de
horas. Después entra en un periodo de transición, durante el cual palidece, y
cobra brillo de nuevo; a partir de ahí palidece poco a poco hasta llegar a su nivel original de brillo.

Las novas son estrellas en un periodo tardío de evolución. Se puede considerar que son un tipo de estrellas
variables. En apariencia se comportan así porque sus capas exteriores han formado un exceso de helio
mediante reacciones nucleares y se expande con demasiada velocidad como para ser contenida. La estrella
despide de forma explosiva una pequeña fracción de su masa como una capa de gas y entonces se normaliza.
La estrella restante es típicamente una enana blanca y por lo general se cree que es el miembro más pequeño
de un sistema binario, sujeto a una continua disminución de materia de la estrella más grande. Quizá este
fenómeno suceda siempre con las novas enanas, que surgen una y otra vez a intervalos regulares de unos
cientos de días.

Las novas en general muestran una relación entre su máximo brillo y el tiempo que tardan en palidecer en
una cierta cantidad de magnitudes. Mediante mediciones de las novas más cercanas de las que conocemos la
distancia y el brillo, los astrónomos pueden utilizar las novas de otras galaxias como indicadores de la
distancia de esas galaxias.

La explosión de una supernova es mucho más espectacular y destructiva que la de una nova y mucho más
rara. Estos fenómenos son poco frecuentes en nuestra galaxia, y a pesar de su aumento de brillo en un factor
de miles de millones, sólo unas pocas se pueden observar a simple vista. Hasta 1987 sólo se habían
identificado realmente tres a lo largo de la historia, la más conocida de las cuales es la que surgió en 1054 d.
C. y cuyos restos se conocen como la nebulosa del Cangrejo.

Las supernovas, al igual que las novas, se ven con más frecuencia en otras galaxias. Así pues, la supernova
más reciente, que apareció en el hemisferio sur el 24 de febrero de 1987, surgió en una galaxia satélite, la
Gran Nube de Magallanes. Esta supernova, que exhibe algunos rasgos insólitos, es hoy objeto de un intenso
estudio astronómico.

Los mecanismos que producen las supernovas se conocen menos que los de las novas, sobre todo en el caso
de las estrellas que tienen más o menos la misma masa que el Sol, las estrellas medias. Sin embargo, las
estrellas que tienen mucha más masa explotan a veces en las últimas etapas de su rápida evolución como
resultado de un colapso gravitacional, cuando la presión creada por los procesos nucleares dentro de la
estrella ya no puede soportar el peso de las capas exteriores. A esto se le denomina supernova de Tipo II.

Una supernova de Tipo I se origina de modo similar a una nova. Es un miembro de un sistema binario que
recibe el flujo de combustible puro al capturar material de su compañero.

De la explosión de una supernova quedan pocos restos, salvo la capa de gases que se expande. Un ejemplo
famoso es la nebulosa del Cangrejo; en su centro hay un púlsar, o estrella de neutrones que gira a gran
velocidad. Las supernovas son contribuyentes significativos al material interestelar que forma nuevas
estrellas.
Nebulosas
Una nebulosa es una nube de gas o polvo en el espacio. Las nebulosas pueden
ser oscuras o, si se iluminan por estrellas cercanas o estrellas inmersas en
ellas, pueden ser brillantes. Generalmente son lugares donde se produce la
formación de estrellas y discos planetarios, por lo que se suelen encontrar en
su seno estrellas muy jóvenes.

Existe gran variedad de nebulosas acompañando a las estrellas en todas las


etapas de su evolución. La gran mayoría corresponden a nubes gaseosas de
hidrógeno y helio que experimentan un proceso de contracción gravitatoria
hacia un estado de protoestrella. Así, las llamadas nebulosas capullo cuentan
en su interior cuentan con una estrella recién formada. La nebulosa no es, en
este caso, sino los restos de gas que no ha colapsado. El gas en cuestión, que
puede, mediante colisiones atómicas, formar moléculas y pequeñas partículas
sólidas de mayor o menor complejidad, se calienta por la radiación emitida
por la nueva estrella lo suficiente como para enmascarar su presencia, y lo que se observa es una imagen
parecida a la de un capullo de oruga.

Otro tipo de nebulosas, llamados glóbulos de Bok, son nubes de gas muy condensado, en vías de formar una
protoestrella. Se revelan, cuando están situadas sobre un fondo claro, como por ejemplo la Galaxia, como un
oscurecimiento del fondo, por ejemplo la nebulosa llamada Saco de carbón, junto a la constelación Cruz del
Sur, y la nebulosa llamada de Cabeza de caballo.

Los llamados objetos de Herbig-Haro son nebulosas pequeñas, variables, que aparecen y desaparecen en un
periodo de pocos años, que parecen consistir en grumos de materia gaseosa eyectados en los polos de una
estrella en formación, principalmente en la fase de capullo. Su luminosidad se produce por colisión con la
nube circundante de gas, pues producen una característica onda de choque debido a la gran velocidad con que
se expulsan.

Otro tipo de nebulosas, con una composición química rica en elementos químicos pesados (helio, carbono y
nitrógeno principalmente) son restos de materia estelar expulsada por las estrellas gigantes y supergigantes a
gran velocidad (1000 Km/s) en un tipo de estrellas llamadas de Wolf-Rayet. semejantes a éstas se producen
también en las últimas etapas estelares, tras la formación de novas y supernovas.

A las nebulosas planetarias se les llama así porque muchas de ellas se parecen a los planetas cuando son
observadas a través de un telescopio, aunque de hecho son capas de material de las que se desprendió una
estrella evolucionada de masa media durante su última etapa de evolución de gigante roja antes de
convertirse en enana blanca. La nebulosa del Anillo, en la constelación de Lira, es una planetaria típica que
tiene un periodo de rotación de 132.900 años y una masa de unas 14 veces la masa del Sol.

En la Vía Láctea se han descubierto varios miles de nebulosas planetarias. Más espectaculares, pero menores
en número, son los fragmentos de explosiones de supernovas, y quizás la más famosa de éstas sea la nebulosa
del Cangrejo. Las nebulosas de este tipo son radiofuentes intensas, como consecuencia de las explosiones que
las formaron y los probables restos de púlsares en que se convirtieron las estrellas originarias.
¿Qué son los pulsares?
En el verano de 1967 Anthony Hewish y sus colaboradores de la Universidad
de Cambridge detectaron, por accidente, emisiones de radio en los cielos que
en nada se parecían a las que se habían detectado hasta entonces. Llegaban en
impulsos muy regulares a intervalos de sólo 1 1/3 segundos. Para ser exactos,
a intervalos de 1, 33730109 segundos. La fuente emisora recibió el nombre de
«estrella pulsante» o «pulsar» en abreviatura (pulsating star en inglés).

Durante los dos años siguientes se descubrieron un número bastante grande de


tales pulsares, y el lector seguramente se preguntará por qué no se
descubrieron antes. El caso es que un pulsar radia mucha energía en cada
impulso, pero estos impulsos son tan breves que por término medio la
intensidad de radioondas es muy baja, pasando inadvertida. Es más, los
astrónomos suponían que las fuentes de radio emitían energía a un nivel constante y no prestaban atención a
los impulsos intermitentes.

Uno de los pulsares más rápidos fue el que se encontró en la nebulosa del Cangrejo, comprobándose que
radiaba en la zona visible del espectro electromagnético. Se apagaba y se encendía en perfecta sincronización
con los impulsos de radio. Aunque había sido observado muchas veces, había pasado hasta entonces por una
estrella ordinaria. Nadie pensó jamás en observarlo con un aparato de detección lo bastante delicado como
para demostrar que guiñaba treinta veces por segundo. Con pulsaciones tan rápidas, la luz parecía constante,
tanto para el ojo humano como para los instrumentos ordinarios.

¿Pero qué es un pulsar? Si un objeto emite energía a intervalos periódicos es que está experimentando algún
fenómeno de carácter físico en dichos intervalos. Puede ser, por ejemplo, un cuerpo que se está expandiendo
y contrayendo y que emite un impulso de energía en cada contracción. O podría girar alrededor de su eje o
alrededor de otro cuerpo y emitir un impulso de energía en cada rotación o revolución.

La dificultad estribaba en que la cadencia de impulsos era rapidísima, desde un impulso cada cuatro segundos
a uno cada 1/30 de segundo. El pulsar tenía que ser un cuerpo muy caliente, pues si no, no podría emitir tanta
energía; y tenía que ser un cuerpo muy pequeño, porque si no, no podría hacer nada con esa rapidez.

Los cuerpos calientes más pequeños que habían observado los científicos eran las estrellas enanas blancas.
Pueden llegar a tener la masa de nuestro sol, son tanto o más calientes que él y sin embargo no son mayores
que la Tierra. ¿Podría ser que esas enanas blancas produjesen impulsos al expandirse y contraerse o al rotar?
¿O se trataba de dos enanas blancas girando una alrededor de la otra? Pero por muchas vueltas que le dieron
los astrónomos al problema no conseguían que las enanas blancas se movieran con suficiente rapidez.

En cuanto a objetos aún más pequeños, los astrónomos habían previsto teóricamente la posibilidad de que
una estrella se contrajera brutalmente bajo la atracción de la gravedad, estrujando los núcleos atómicos unos
contra otros. Los electrones y protones interaccionarían y formarían neutrones, y la estrella se convertiría en
una especie de gelatina de neutrones. Una «estrella de neutrones» como ésta podría tener la misma masa que
el Sol y medir sin embargo sólo diez millas de diámetro.

Ahora bien, jamás se había observado una estrella de neutrones, y siendo tan pequeñas se temía que aunque
existiesen no fueran detectables.

Con todo, un cuerpo tan pequeño sí podría girar suficientemente rápido para producir los impulsos. En ciertas
condiciones los electrones sólo podrían escapar en ciertos puntos de la superficie. Al girar la estrella de
neutrones, los electrones saldrían despedidos como el agua de un aspersor; en cada vuelta habría un momento
en que el chorro apuntase en dirección a la Tierra, haciéndonos llegar ondas de radio y luz visible.

Thomas Gold, de la Universidad Cornell, pensó que, en ese supuesto, la estrella de neutrones perdería
energía y las pulsaciones se irían espaciando cada vez más, cosa que resultó ser cierta. Hoy día parece muy
probable que los pulsares sean esas estrellas de neutrones que los astrónomos creían indetectables.
¿Qué es un agujero negro?
Para entender lo que es un agujero negro empecemos por una estrella como el
Sol. El Sol tiene un diámetro de 1.390.000 kilómetros y una masa 330.000
veces superior a la de la Tierra. Teniendo en cuenta esa masa y la distancia de
la superficie al centro se demuestra que cualquier objeto colocado sobre la
superficie del Sol estaría sometido a una atracción gravitatoria 28 veces
superior a la gravedad terrestre en la superficie.

Una estrella corriente conserva su tamaño normal gracias al equilibrio entre


una altísima temperatura central, que tiende a expandir la sustancia estelar, y
la gigantesca atracción gravitatoria, que tiende a contraerla y estrujarla.

Si en un momento dado la temperatura interna desciende, la gravitación se


hará dueña de la situación. La estrella comienza a contraerse y a lo largo de ese proceso la estructura atómica
del interior se desintegra. En lugar de átomos habrá ahora electrones, protones y neutrones sueltos. La estrella
sigue contrayéndose hasta el momento en que la repulsión mutua de los electrones contrarresta cualquier
contracción ulterior.

La estrella es ahora una «enana blanca». Si una estrella como el Sol sufriera este colapso que conduce al
estado de enana blanca, toda su masa quedaría reducida a una esfera de unos 16.000 kilómetros de diámetro,
y su gravedad superficial (con la misma masa pero a una distancia mucho menor del centro) sería 210.000
veces superior a la de la Tierra.

En determinadas condiciones la atracción gravitatoria se hace demasiado fuerte para ser contrarrestada por la
repulsión electrónica. La estrella se contrae de nuevo, obligando a los electrones y protones a combinarse
para formar neutrones y forzando también a estos últimos a apelotonarse en estrecho contacto. La estructura
neutrónica contrarresta entonces cualquier ulterior contracción y lo que tenemos es una «estrella de
neutrones», que podría albergar toda la masa de nuestro sol en una esfera de sólo 16 kilómetros de diámetro.
La gravedad superficial sería 210.000.000.000 veces superior a la que tenemos en la Tierra.

En ciertas condiciones, la gravitación puede superar incluso la resistencia de la estructura neutrónica. En ese
caso ya no hay nada que pueda oponerse al colapso. La estrella puede contraerse hasta un volumen cero y la
gravedad superficial aumentar hacia el infinito.

Según la teoría de la relatividad, la luz emitida por una estrella pierde algo de su energía al avanzar contra el
campo gravitatorio de la estrella. Cuanto más intenso es el campo, tanto mayor es la pérdida de energía, lo
cual ha sido comprobado experimentalmente en el espacio y en el laboratorio.

La luz emitida por una estrella ordinaria como el Sol pierde muy poca energía. La emitida por una enana
blanca, algo más; y la emitida por una estrella de neutrones aún más. A lo largo del proceso de colapso de la
estrella de neutrones llega un momento en que la luz que emana de la superficie pierde toda su energía y no
puede escapar.

Un objeto sometido a una compresión mayor que la de las estrellas de neutrones tendría un campo
gravitatorio tan intenso, que cualquier cosa que se aproximara a él quedaría atrapada y no podría volver a
salir. Es como si el objeto atrapado hubiera caído en un agujero infinitamente hondo y no cesase nunca de
caer. Y como ni siquiera la luz puede escapar, el objeto comprimido será negro. Literalmente, un «agujero
negro».

Hoy día los astrónomos están buscando pruebas de la existencia de agujeros negros en distintos lugares del
universo.
Artículos sobre el Sistema Solar

El Sol es una estrella vulgar, ni grande ni pequeña, ni caliente ni fría, ni joven ni vieja. Se
calcula que su edad es de 5.000 millones de años y que seguirá brillando con la misma
intensidad otros tantos.

Cuando el sol alcance la edad de 11.000 millones de años habrá agotado todo el hidrogeno
que está utilizando como combustible, y empezará a consumir helio en sus reacciones
nucleares.

Entonces el sol pasará de ser una estrella normal a convertirse en una gigante roja. El
volumen del Sol crecerá hasta las proximidades del actual planeta Mercurio, todos los
planetas hasta Marte serán atraídos y englobados en la masa del Sol.

Nuevas transformaciones convertirán al Sol en una estrella pulsátil, y después en una enana
blanca, en la que toda su masa se concentrará en un tamaño similar al de nuestra Tierra. Los
planetas más lejanos se contraerán o se extinguirán, alterándose toda la mecánica de nuestro
sistema solar y posiblemente influyendo en el de las estrellas próximas.

Pero, mientras tanto, ahí está, y es el centro de nuestra casa. El Sistema Solar, inmenso según
nuestra escala, es, sin embargo, una parte muy pequeña del Universo. ¿Cómo se formó? ¿De
qué está hecho? ¿Cómo funciona?

Este capítulo contiene diversos artículos sobre nuestro Sistema Solar.


Origen del Sistema Solar
Desde los tiempos de Newton se ha podido especular acerca del origen de la
Tierra y el Sistema Solar como un problema distinto del de la creación del
Universo en conjunto. La idea que se tenía del Sistema Solar era el de una
estructura con unas ciertas características unificadas:

1. - Todos los planetas mayores dan vueltas alrededor del Sol


aproximadamente en el plano del ecuador solar. En otras palabras: si
preparamos un modelo tridimensional del Sol y sus planetas, comprobaremos
que se puede introducir en un cazo poco profundo.

2. - Todos los planetas mayores giran entorno al Sol en la misma dirección, en


sentido contrario al de las agujas del reloj, si contemplamos el Sistema Solar
desde la Estrella Polar.

3. - Todos los planetas mayores (excepto Urano y, posiblemente, Venus) efectúan un movimiento de rotación
alrededor de su eje en el mismo sentido que su revolución alrededor del Sol, o sea de forma contraria a las
agujas del reloj; también el Sol se mueve en tal sentido.

4. - Los planetas se hallan espaciados a distancias uniformemente crecientes a partir del Sol y describen
órbitas casi circulares.

5. - Todos los satélites, con muy pocas excepciones, dan vueltas alrededor de sus respectivos planetas en el
plano del ecuador planetario, y siempre en sentido contrario al de las agujas del reloj. La regularidad de tales
movimientos sugirió, de un modo natural, la intervención de algunos procesos singulares en la creación del
Sistema en conjunto.

Por tanto, ¿cuál era el proceso que había originado el Sistema Solar? Todas las teorías propuestas hasta
entonces podían dividirse en dos clases: catastróficas y evolutivas. Según el punto de vista catastrófico, el Sol
había sido creado como singular cuerpo solitario, y empezó a tener una «familia» como resultado de algún
fenómeno violento. Por su parte, las ideas evolutivas consideraban que todo el Sistema había llegado de una
manera ordenada a su estado actual.

En el siglo XVI se suponía que aun la historia de la Tierra estaba llena de violentas catástrofes. ¿Por qué,
pues, no podía haberse producido una catástrofe de alcances cósmicos, cuyo resultado fuese la aparición de la
totalidad del Sistema? Una teoría que gozó del favor popular fue la propuesta por el naturalista francés
Georges-Louis Leclerc de Buffon, quien afirmaba, en 1745, que el Sistema Solar había sido creado a partir
de los restos de una colisión entre el Sol y un cometa.

Naturalmente, Buffon implicaba la colisión entre el Sol y otro cuerpo de masa comparable. Llamó a ese otro
cuerpo cometa, por falta de otro nombre. Sabemos ahora que los cometas son cuerpos diminutos rodeados
por insustanciales vestigios de gas y polvo, pero el principio de Buffon continúa, siempre y cuando
denominemos al cuerpo en colisión con algún otro nombre y, en los últimos tiempos, los astrónomos han
vuelto a esta noción.

Sin embargo, para algunos parece más natural, y menos fortuito, imaginar un proceso más largamente
trazado y no catastrófico que diera ocasión al nacimiento del Sistema Solar. Esto encajaría de alguna forma
con la majestuosa descripción que Newton había bosquejado de la ley natural que gobierna los movimientos
de los mundos del Universo. El propio Newton había sugerido que el Sistema Solar podía haberse formado a
partir de una tenue nube de gas y polvo, que se hubiera condensado lentamente bajo la atracción gravitatoria.
A medida que las partículas se aproximaban, el campo gravitatorio se habría hecho más intenso, la
condensación se habría acelerado hasta que, al fin, la masa total se habría colapsado, para dar origen a un
cuerpo denso (el Sol), incandescente a causa de la energía de la contracción.

En esencia, ésta es la base de las teorías hoy más populares respecto al origen del Sistema Solar. Pero había
que resolver buen número de espinosos problemas, para contestar algunas preguntas clave. Por ejemplo:
¿Cómo un gas altamente disperso podía ser forzado a unirse, por una fuerza gravitatoria muy débil?
Origen del Sistema Solar (II)
En años recientes, los astrónomos han propuesto que la fuerza iniciadora en la
formación del Sistema Solar debería ser una explosión supernova. Cabe
imaginar que una vasta nube de polvo y gas que ya existiría, relativamente
incambiada, durante miles de millones de años, habría avanzado hacia las
vecindades de una estrella que acababa de explotar como una supernova. La
onda de choque de esta explosión, la vasta ráfaga de polvo y gas que se
formaría a su paso a través de la nube casi inactiva a la que he mencionado que
comprimiría esta nube, intensificando así su campo gravitatorio e iniciando la
condensación que conlleva la formación de una estrella.

Si ésta era la forma en que se había creado el Sol, ¿qué ocurría con los
planetas? ¿De dónde procedían? El primer intento para conseguir una respuesta
fue adelantado por Immanuel Kant en 1755 e, independientemente, por el
astrónomo francés y matemático Fierre Simón de Laplace, en 1796. La descripción de Laplace era más
detallada.

De acuerdo con la descripción de Laplace, la enorme nube de materia en contracción se hallaba en fase
rotatoria al empezar el proceso. Al contraerse, se incrementó su velocidad de rotación, de la misma forma
que un patinador gira más rápido cuando recoge sus brazos. Esto es debido a la «conversión del momento
angular». Puesto que dicho momento es igual a la velocidad del movimiento por la distancia desde el centro
de rotación, cuando disminuye tal distancia se incrementa, en compensación, la velocidad del movimiento.

Según Laplace, al aumentar la velocidad de rotación de la nube, ésta empezó a proyectar un anillo de materia
a partir de su ecuador, en rápida rotación. Esto disminuyó en cierto grado el momento angular, de tal modo
que se redujo la velocidad de giro de la nube restante; pero al seguir contrayéndose, alcanzó de nuevo una
velocidad que le permitía proyectar otro anillo de materia. Así, el Sol fue dejando tras sí una serie de anillos
(nubes de materia, en forma de rosquillas), que se fueron condensando lentamente, para formar los planetas;
con el tiempo, éstos expelieron, a su vez, pequeños anillos, que dieron origen a sus satélites.

A causa de este punto de vista, de que el Sistema Solar comenzó como una nube o nebulosa, y dado que
Laplace apuntó a la nebulosa de Andrómeda (que entonces no se sabía que fuese una vasta galaxia de
estrellas, sino que se creía que era una nube de polvo y gas en rotación), esta sugerencia ha llegado a
conocerse como hipótesis nebular.

La «hipótesis nebular» de Laplace parecía ajustarse muy bien a las características principales del Sistema
Solar, e incluso a algunos de sus detalles. Por ejemplo, los anillos de Saturno podían ser los de un satélite que
no se hubiera condensado ya que, al unirse todos, podría haberse formado un satélite de respetable tamaño.
De manera similar, los asteroides que giraban, en cinturón alrededor del Sol, entre Marte y Júpiter, podrían
ser condensaciones de partes de un anillo que no se hubieran unido para formar un planeta. Y cuando
Helmholtz y Kelvin elaboraron unas teorías que atribuían la energía del Sol a su lenta contracción, las
hipótesis parecieron acomodarse de nuevo perfectamente a la descripción de Laplace.

La hipótesis nebular mantuvo su validez durante la mayor parte del siglo XIX. Pero antes de que éste
finalizara empezó a mostrar puntos débiles. En 1859, James Clerk Maxwell, al analizar de forma matemática
los anillos de Saturno, llegó a la conclusión de que un anillo de materia gaseosa lanzado por cualquier cuerpo
podría condensarse sólo en una acumulación de pequeñas partículas, que formarían tales anillos, pero que
nunca podría formar un cuerpo sólido, porque las fuerzas gravitatorias fragmentarían el anillo antes de que se
materializara su condensación.

También surgió el problema del momento angular. Se trataba de que los planetas, que constituían sólo algo
más del 0,1% de la masa del Sistema Solar, ¡contenían, sin embargo, el 98% de su momento angular! En
otras palabras: el Sol retenía únicamente una pequeña fracción del momento angular de la nube original.

¿Cómo fue transferida la casi totalidad del momento angular a los pequeños anillos formados a partir de la
nebulosa? El problema se complica al comprobar que, en el caso de Júpiter y Saturno, cuyos sistemas de
satélites les dan el aspecto de sistemas solares en miniatura y que han sido, presumiblemente, formados de la
misma manera, el cuerpo planetario central retiene la mayor parte del momento angular.
Origen del Sistema Solar (III)
A partir de 1900 perdió tanta fuerza la hipótesis nebular para explicar la
formación del Sistema Solar, que la idea de cualquier proceso evolutivo
pareció desacreditada para siempre. El escenario estaba listo para la
resurrección de una teoría catastrófica.

En 1905, dos sabios americanos, Thomas Chrowder Chamberlin y Forest Ray


Moulton, propusieron una nueva, que explicaba el origen de los planetas
como el resultado de una cuasicolisión entre nuestro Sol y otra estrella. Este
encuentro habría arrancado materia gaseosa de ambos soles, y las nubes de
material abandonadas en la vecindad de nuestro Sol se habrían condensado
luego en pequeños «planetesimales», y éstos, a su vez, en planetas. Ésta es la
«hipótesis planetesimal».

Respecto al problema del momento angular, los científicos británicos James Hopwood Jeans y Harold
Jeffreys propusieron, en 1918, una «hipótesis de manera», sugiriendo que la atracción gravitatoria del Sol
que pasó junto al nuestro habría comunicado a las masas de gas una especie de impulso lateral (dándoles
«efecto», por así decirlo), motivo por el cual les habría impartido un momento angular. Si tal teoría
catastrófica era cierta, podía suponerse que los sistemas planetarios tenían que ser muy escasos. Las estrellas
se hallan tan ampliamente espaciadas en el Universo, que las colisiones estelares son 10.000 veces menos
comunes que las de las supernovas, las cuales, por otra parte, no son, en realidad, muy frecuentes. Según se
calcula, en la vida de la Galaxia sólo ha habido tiempo para diez encuentros del tipo que podría generar
sistemas solares con arreglo a dicha teoría.

Sin embargo, fracasaron estos intentos iniciales para asignar un papel a las catástrofes, al ser sometidos a la
comprobación de los análisis matemáticos. Russell demostró que en cualquiera de estas cuasicolisiones, los
planetas deberían de haber quedado situados miles de veces más lejos del Sol de lo que están en realidad. Por
otra parte, tuvieron poco éxito los intentos de salvar la teoría imaginando una serie de colisiones reales, más
que de cuasicolisiones.

Durante la década iniciada en 1930, Lyttleton especuló acerca de la posibilidad de una colisión entre tres
estrellas, y, posteriormente, Hoyle sugirió que el Sol había tenido un compañero, que se transformó en
supernova y dejó a los planetas como último legado. Sin embargo, en 1939, el astrónomo americano Lyman
Spitzer demostró que un material proyectado a partir del Sol, en cualquier circunstancia, tendría una
temperatura tan elevada que no se condensaría en planetesimales, sino que se expandiría en forma de un gas
tenue. Aquello pareció acabar con toda la idea de catástrofe.

A pesar de ello, en 1965, un astrónomo británico, M. M. Woolfson, volvió a insistir en el tema, sugiriendo
que el Sol podría haber arrojado su material planetario a partir de una estrella fría, muy difusa, de forma que
no tendrían que haber intervenido necesariamente temperaturas extremas.

Y, así, una vez se hubo acabado con la teoría planetesimal, los astrónomos volvieron a las ideas evolutivas y
reconsideraron la hipótesis nebular de Laplace.

Por entonces se había ampliado enormemente su visión del Universo. La nueva cuestión que se les planteaba
era la de la formación de las galaxias, las cuales necesitaban, naturalmente, mayores nubes de gas y polvo
que las supuestas por Laplace como origen del Sistema Solar. Y resultaba claro que tan enormes conjuntos de
materia experimentarían turbulencias y se dividirían en remolinos, cada uno de los cuales podría condensarse
en un sistema distinto.
En 1944, el astrónomo alemán Cari F. von Weizsácker llevó a cabo un detenido análisis de esta idea. Calculó
que en los remolinos mayores habría la materia suficiente como para formar galaxias. Durante la turbulenta
contracción de cada remolino se generarían remolinos menores, cada uno de ellos lo bastante grande como
para originar un sistema solar, con uno o más soles. En los límites de nuestro remolino solar, esos remolinos
menores podrían generar los planetas. Así, en las uniones en las que se encontraban estos remolinos,
moviéndose unos contra otros como engranajes de un cambio de marchas, se formarían partículas de polvo
que colisionarían y se fundirían, primero los planetesimales y luego los planetas.
La teoría de Weizsácker no resolvió por sí sola los interrogantes sobre el momento angular de los planetas, ni
aportó más aclaraciones que la versión, mucho más simple, de Laplace. El astrofísico sueco Hannes Alfven
incluyó en sus cálculos el campo magnético del Sol. Cuando el joven Sol giraba rápidamente, su campo
magnético actuaba como un freno moderador de ese movimiento, y entonces se transmitiría a los planetas el
momento angular.
Tomando como base dicho concepto, Hoyle elaboró la teoría de Weizsácker de tal forma, que ésta - una vez
modificada para incluir las fuerzas magnéticas y gravitatorias - sigue siendo, al parecer, la que mejor explica
el origen del Sistema Solar.
Las manchas solares
Si la temperatura de la superficie solar es tan alta que está al blanco, ¿por qué
las manchas solares son negras? Para ser negras tendrían que ser frías, y
¿cómo puede haber algo frío en el Sol?

La pregunta, tal como está formulada, parece una verdadera pega. De hecho,
a principios del siglo pasado el gran astrónomo William Herschel concluyó
que las manchas solares tenían que ser frías porque eran negras. La única
manera de explicarlo era suponer que el Sol no era caliente en su totalidad.
Según Herschel, tenía una atmósfera incandescente, pero debajo había un
cuerpo sólido frío, que es lo que nosotros veíamos a través de una serie de
grietas de la atmósfera solar. Estas grietas eran las manchas solares. Herschel
llegó incluso a pensar que el frío interior del Sol podía estar habitado por seres vivientes.

Pero esto es falso. Hoy día estamos completamente seguros de que el Sol es caliente en su totalidad. Es más,
la superficie que vemos es la parte más fría del Sol, y aun así es ya demasiado caliente, sin lugar a dudas,
para los seres vivos. Radiación y temperatura están estrechamente relacionadas. En 1894, el físico alemán
Wilhelm Wien estudió los distintos tipos de luz radiada a diferentes temperaturas y concluyó que, en
condiciones ideales, cualquier objeto, independientemente de su composición química, radiaba una gama
determinada de luz para cada temperatura.

A medida que aumenta la temperatura, la longitud de onda del máximo de radiación se hace cada vez más
corta, del mismo modo para todos los cuerpos. A unos 600º C se desliza en la porción visible suficiente
radiación para conferir al objeto un aspecto rojo mate. A temperaturas aún mayores, el objeto se hace rojo
brillante, anaranjado, blanco y blanco azulado. (A temperaturas suficientemente altas, la radiación se hallaría
en su mayor parte en el ultravioleta, y más allá aún. ) Midiendo con cuidado la longitud de onda del máximo
de radiación solar (que se halla en la región del color amarillo) es posible calcular la temperatura de la
superficie solar: resulta ser de unos 6.000º C.

no se hallan a esta temperatura. Son bastante más frías y su temperatura en el centro hay que situarla en los
4.000º C solamente. Parece ser que las manchas solares representan gigantescas expansiones de gases, y tales
expansiones, ya sean en el Sol o en un frigorífico, dan lugar a una importante caída de temperatura. Qué duda
cabe que para mantener fría una gigantesca mancha solar durante días y semanas contra el calor que afluye
de las zonas circundantes, más calientes, hace falta una enorme bomba térmica, y lo cierto es que los
astrónomos no han dado aún con un mecanismo completamente satisfactorio para la formación de esas
manchas.

Incluso a 4.000º C, las manchas solares deberían ser muy brillantes: mucho más que un arco voltaico, y un
arco voltaico es ya demasiado brillante para mirarlo directamente. Lo que ocurre es que las manchas solares
son, efectivamente, más brillantes que un arco voltaico, y de ello pueden dar fe los instrumentos. El quid está
en que el ojo humano no ve la luz de un modo absoluto, sino que juzga el brillo por comparación con el
entorno. Las zonas más calientes de la superficie solar, las que podríamos llamar normales, son de cuatro a
cinco veces más brillantes que las regiones más frías en el centro de una mancha solar, y comparando éstas
con aquéllas, nos parecen negras. Ese negro es una especie de ilusión óptica.

Que esto es así puede demostrarse a veces durante los eclipses. La Luna eclipsante, con su cara oscura vuelta
hacia la Tierra, es realmente negra contra el globo brillante del Sol. Cuando el borde de la Luna pasa por
encima de una gran mancha solar, de modo que el «negro» de la mancha contrasta con la Luna, entonces se
ve que la mancha, en realidad, no es negra.
Los planetas del Sistema Solar
Esencialmente, un planeta se diferencia de una estrella en su cantidad de masa,
mucho menor. A causa de este déficit, los planetas no desarrollan procesos de
fusión termonuclear y no pueden emitir luz propia; limitándose a reflejar la de
la estrella entorno a la cual giran. Históricamente se han distinguido nueve:
Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón; sin
embargo, existen otros cuerpos planetarios que por sus grandes dimensiones
podrían ser considerados también como planetas. Éste es el caso de Ceres que
con un diámetro superior a los 1. 000 km es empero, clasificado como un
asteroide.

Todos los planetas recorren sus órbitas alrededor del Sol en sentido contrario al
de las agujas del reloj, fenómeno que se conoce como traslación directa. Los
Planetas tienen órbitas prácticamente circulares, según las leyes de Kepler son
elipses o círculos achatados. La desviación de la forma circular está cuantificada por el valor de la
excentricidad.

La distancia media Tierra-Sol se usa como unidad de longitud y se denomina Unidad Astronómica (UA). Las
distancias medias entre el Sol y los Planetas aumentan en progresión geométrica desde Mercurio hasta
Plutón.

Cada Planeta realiza una revolución completa alrededor del Sol en un tiempo denominado Periodo Sideral.
Este periodo aumenta geométricamente con la distancia al Sol según la tercera ley de Kepler. Los períodos
siderales van desde los 88 días de Mercurio hasta los 248 años de Plutón. Las velocidades orbitales de los
planetas disminuyen con la distancia (desde 45 km/s para Mercurio hasta 5 km/s para Neptuno), pero son
todas del mismo sentido.

Los Planetas tienen un movimiento de rotación entorno a su propio eje y en el mismo sentido que el de su
traslación alrededor del Sol. Los períodos de rotación van desde los 243 días de Venus hasta las 10h que
tarda Júpiter en dar una vuelta sobre si mismo. Los ejes de rotación de los planetas muestran diversas
inclinaciones respecto de la eclíptica. La mayor parte del los Planetas poseen numerosos satélites, que
generalmente orbitan en el plano ecuatorial del planeta y en el mismo sentido de su rotación. Las órbitas de
los diferentes satélites de un planeta siguen a su vez la ley de Titus-Bode.

Los planetas ligeros o gigantes se localizan en la parte externa del Sistema Solar. Tienen densidades
pequeñas, que reflejan su pequeña cantidad de silicatos. Son planetas constituidos básicamente por hidrógeno
y helio, reflejo de la composición de la nebulosa solar primigenia. Tienen importantes actividades
meteorológicas y procesos de tipo gravitacional en los que el planeta se va compactando, con un pequeño
núcleo y una gran masa de gas en convección permanente. Otra característica común, es el poseer anillos
formados por pequeñas partículas en órbitas más cercanas que las de sus satélites. A este tipo pertenecen
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Los grandes planetas, Júpiter y Saturno, poseen sistemas de satélites, que en cierto modo, son modelos en
miniatura del Sistema Solar. Aunque no disponen de fuentes termonucleares de energía, siguen liberando
energía gravitatoria en cantidad superior a la radiación solar que reciben.

Los planetas densos o terrestres, están situados en la parte interna del Sistema Solar, zona que comprende
desde la órbita de Mercurio hasta el cinturón de asteroides. Tienen densidades entre tres y cinco gramos por
centímetro cúbico. Se ha producido una selección muy alta de la materia, dando lugar a productos como
uranio, torio, y potasio, con núcleos inestables que acompañan fenómenos de fisión radiactiva. Estos
elementos han desarrollado el suficiente calor como para generar vulcanismo y procesos tectónicos
importantes. Algunos son todavía activos y han borrado los rasgos de su superficie original. Son ejemplos la
Tierra, Io, y Venus.

No obstante, existen otros cuerpos planetarios que han sufrido una intensa craterización de su superficie
(Luna, Marte, Fobos, Demos, Venus, en parte, Mercurio e incluso los asteroides). La presencia de cráteres en
las superficies planetarias indica cómo ha variado la abundancia de objetos en el espacio interplanetario a lo
largo de su evolución, proporcionando una clave para comprender la historia de cada uno de los planetas
interiores.
Las órbitas de los planetas
¿Por qué todos los planetas ocupan aproximadamente el mismo plano
orbital? La mejor conjetura astronómica es que todos se mueven en el
mismo plano orbital porque nacieron de un mismo y único disco plano de
materia.

Las teorías sugieren que el sistema solar fue en origen una enorme masa
de gas y polvo en rotación, que acaso fuese esférica en un principio. Bajo
la influencia de su propia atracción gravitatoria fue condensándose, con lo cual tuvo que empezar a girar cada
vez más deprisa para conservar el momento angular.

En un cierto momento de este proceso de condensación y rotación cada vez más acentuadas, el efecto
centrífugo acabó por desgajar una porción de materia del plano ecuatorial. Esta porción de materia desgajada,
que representaba un porcentaje pequeño del total, formó un gran disco plano alrededor de la porción central
principal de la nube. De un modo u otro (pues sobre los detalles no hay ni mucho menos un consenso
general) se condensaron una serie de planetas a partir de ese disco, mientras que el grueso de la nube se
convirtió en el Sol. Los planetas siguieron girando en la región antes ocupada por el disco, y por esa razón
giran todos ellos más o menos en el mismo plano del ecuador solar.

Por razones parecidas, los planetas, a medida que se fueron condensando, fueron formando satélites que
giran, por lo general, en un único plano, que coincide con el del ecuador del planeta.

Según se cree, las excepciones a esta regla son debidas a sucesos violentos ocurridos mucho después de la
formación general del sistema solar. El planeta Plutón gira en un plano que forma un ángulo de 17 grados
con el plano de revolución de la Tierra. Ningún otro planeta tiene una órbita tan inclinada. Algunos
astrónomos han conjeturado que Plutón quizá fuese en otro tiempo un satélite de Neptuno y que logró
liberarse gracias a algún cataclismo no determinado. De los satélites actuales de Neptuno, el principal, que es
Tritón, no gira en el plano ecuatorial de Neptuno, lo cual constituye otro indicio de algún cataclismo que
afectó a ese planeta.

Júpiter posee siete satélites pequeños y distantes que no giran en el plano de su ecuador. El satélite más
exterior de Saturno se halla en el mismo caso. Es probable que estos satélites no se formaran en su presente
posición, en el momento de nacer el sistema solar, sino que sean asteroides capturados mucho después por
esos planetas gigantes.

Muchos de los asteroides que giran entre las órbitas de Marte y Júpiter tienen planos orbitales muy
inclinados. Una vez más, todo parece indicar una catástrofe. Es muy posible que en origen los asteroides
fuesen un solo planeta pequeño que giraba en el plano general. Mucho después de la formación del sistema
solar, una explosión o serie de explosiones puede que fragmentara ese malhadado mundo, colocando los
fragmentos en órbitas que, en muchos casos diferían grandemente del plano orbital general.

Los cometas giran en todos los planos posibles. Ahora bien, hay astrónomos que creen que muy en las
afueras del sistema solar, como a un año-luz del Sol, existe una nube dispersa de cometas. Estos cometas
puede que se hayan condensado a partir de las porciones más exteriores de la nube esférica original, antes de
comenzar la contracción general y antes de formarse el disco ecuatorial.

En tales circunstancias, cuando de vez en cuando un cometa abandona esa capa esférica y se precipita en las
regiones interiores del sistema solar (quizá como resultado de la influencia gravitatoria de estrellas lejanas),
su plano de rotación alrededor del Sol puede ser cualquiera.
¿Podemos viajar al planeta Marte?
La NASA tiene un misterio que resolver: ¿Podemos mandar personas a
Marte, o no? Es una cuestión de radiación. Conocemos la cantidad de
radiación que hay ahí afuera, esperándonos entre la Tierra y Marte, pero no
estamos seguros del modo en que reaccionará el cuerpo humano frente a
ella.

Los astronautas de la NASA han estado en el espacio, ocasionalmente,


desde hace 45 años. Salvo durante un par de rápidos viajes a la luna, nunca
han permanecido lejos de la Tierra durante un largo período de tiempo. El
espacio profundo está repleto de protones originados por las llamaradas
solares, rayos gamma que provienen de los agujeros negros recién nacidos y
rayos cósmicos procedentes de explosiones estelares. Un largo viaje hasta
Marte, sin grandes planetas en las cercanías que actúen como escudos
reflectores de esa radiación, va a ser una nueva aventura.

La NASA mide el peligro de la radiación en unidades de riesgo cancerígeno. Un norteamericano saludable de


40 años, no fumador, tiene una probabilidad (enorme) del 20% de morir eventualmente a causa del cáncer.
Eso si permanece en la Tierra. Si viajase a Marte, el riesgo aumentaría. La pregunta es ¿cuánto?

Según un estudio del año 2001 sobre gente expuesta a grandes dosis de radiación - p. e. los supervivientes de
la bomba atómica de Hiroshima, e irónicamente, los pacientes de cáncer que se han sometido a radioterapia -,
el riesgo inherente a una misión tripulada a Marte que durase 1. 000 días, caería entre un 1% y un 19%. La
respuesta más probable es un 3,4%, pero el margen de error es muy amplio. Lo curioso es que es aún peor
para las mujeres. Debido a los pechos y ovarios, el riesgo en astronautas femeninas es prácticamente el doble
que el de sus compañeros varones.

Los investigadores que realizaron el estudio asumieron que la nave a Marte se construiría principalmente de
aluminio, como la cápsula del Apolo. La "piel" de la nave espacial absorbería casi la mitad de la radiación
que impactase contra ella.

Si el porcentaje del riesgo adicional es de sólo un poquito más... estará bien. Podríamos construir una nave
espacial usando aluminio y de cabeza a Marte. El aluminio es el material favorito en la construcción de naves
debido a su ligereza y fortaleza, y a la larga experiencia que, desde hace décadas, tienen los ingenieros con su
manejo en la industria aeroespacial. Pero si fuese del 19% nuestro astronauta de 40 y pico años se enfrentaría
a un riesgo de fallecer por cáncer del 20% más el 19%, es decir, el 39% tras su retorno a la Tierra. Eso no es
aceptable. El margen de error es amplio, por una buena razón. La radiación de espacio es una mezcla única
de rayos gamma, protones altamente energéticos y rayos cósmicos. Las ráfagas de explosiones atómicas y los
tratamientos contra el cáncer, que es en lo que se basan muchos estudios, no son un sustituto fiable para la
radiación "real".

La mayor amenaza para los astronautas en ruta a Marte es la de los rayos cósmicos galácticos. Estos rayos, se
componen de partículas aceleradas a casi la velocidad de la luz, provenientes de las explosiones de
supernovas lejanas. Los más peligrosos son los núcleos ionizados pesadamente. Una oleada de estos rayos
atravesaría la coraza de la nave y la piel de los humanos como diminutas balas de cañón, rompiendo las
hebras de las moléculas de ADN, dañando los genes y matando a las células.

Los astronautas se han visto expuestos muy raramente a una dosis completa de estos rayos del espacio
profundo. Consideremos la Estación Espacial Internacional (ISS): que orbita a sólo 400 Km. sobre la
superficie de la Tierra. El cuerpo de nuestro planeta, pareciendo grande, solamente intercepta un tercio de los
rayos cósmicos antes de que alcancen a la ISS. Otro tercio es desviado por la magnetosfera terrestre. Los
astronautas de la lanzadera espacial se benefician de reducciones similares.

Los astronautas del proyecto Apolo que viajaron a la luna absorbieron dosis mayores - cerca de 3 veces la de
la ISS - pero solo por unos pocos días durante su travesía de la Tierra a la luna. En su camino a la luna, las
tripulaciones del Apolo informaron haber visto destellos de rayos cósmicos en sus retinas, y ahora, muchos
años más tarde, algunos de ellos han desarrollado cataratas. Por otro lado no parecen haber sufrido
demasiado. Pero los astronautas que viajen a Marte estarán "ahí afuera" durante un año o más. No podemos
estimar aún, con fiabilidad, lo que los rayos cósmicos nos harán cuando nos veamos expuestos a ellos durante
tanto tiempo.

Averiguarlo es la misión del nuevo Laboratorio de Radiación Espacial de la NASA (NSRL), con sede en las
instalaciones del Laboratorio Nacional Brookhaven, localizado en Nueva York, dependiente del
Departamento de Energía de los EE. UU y que fue inaugurado en Octubre del 2003. En el NSRL hay
aceleradores de partículas que pueden simular los rayos cósmicos. Los investigadores exponen células y
tejidos de mamífero a haces de partículas, y luego inspeccionan los daños. El objetivo es reducir la
incertidumbre en las estimaciones de riesgo a sólo un pequeño porcentaje para el año 2015.

Una vez que conozcamos el riesgo, la NASA puede decidir que clase de nave espacial ha de construirse. Es
posible que los materiales de construcción ordinarios, como el aluminio, no sean lo bastante buenos. ¿Qué tal
fabricar una nave de plástico?

Los plásticos son ricos en hidrógeno, un elemento que hace un gran trabajo como absorbente de rayos
cósmicos. Por ejemplo, el polietileno, el mismo material con el que se hacen las bolsas de basura, absorbe un
20% más de rayos cósmicos que el aluminio. Cierta forma de polietileno reforzado, desarrollado por el
Centro de Vuelo Espacial Marshall, es 10 veces más fuerte que el aluminio, y también más ligero. Este
podría convertirse en el material elegido para la construcción de la nave espacial, si podemos fabricarlo lo
suficientemente barato.

Si el plástico no fuese lo bastante bueno, entonces podría requerirse la presencia de hidrógeno puro. Litro a
litro, el hidrógeno líquido bloquea los rayos cósmicos 2, 5 veces mejor que el aluminio. Algunos diseños
avanzados de nave espacial necesitan grandes tanques de hidrógeno líquido como combustible, de modo que
podríamos proteger a la tripulación de la radiación envolviendo los habitáculos con los tanques.

¿Podemos ir a Marte? Puede que si, pero antes, debemos resolver la cuestión del nivel de radiación que
puede soportar nuestro cuerpo, y qué clase de nave espacial necesitamos construir.
Asteroides rozadores de la Tierra y objetos Apolo
Si los asteroides penetran más allá de la órbita de Júpiter, ¿no habría otros que
penetrasen más allá de la órbita de Marte, más cerca del Sol? El primero de
tales casos se descubrió el 13 de agosto de 1898 por parte de un astrónomo
alemán, Gustav Witt. Detectó el asteroide 433 y vio que su período de
revolución era de sólo 1,76 años, es decir, 44 días menos que el de Marte. Por
lo tanto, su distancia media del Sol debe ser menor que la de Marte. Al nuevo
asteroide se le llamó Eros.

Eros demostró tener más bien una elevada excentricidad orbitaria. En el


afelio, está dentro del cinturón de asteroides, pero en el perihelio, se halla a
sólo 170 millones de kilómetros del Sol, no mucho más de la distancia de la
Tierra al Sol. Dado que su órbita está inclinada respecto de la de la Tierra, no
se aproxima a ésta tanto como lo haría si ambas órbitas estuviesen en el
mismo plano.

De todos modos, si Eros y la Tierra se encuentran en los puntos apropiados de sus órbitas, la distancia entre
ambos será sólo de 23 millones de kilómetros. Esto es un poco más de la mitad de la distancia mínima entre
Venus y la Tierra, y significa que, si no contamos a nuestra propia Luna, Eros era, en el momento de su
descubrimiento, nuestro más próximo vecino.

No es un cuerpo muy grande. A juzgar por los cambios en su brillo, tiene forma de ladrillo, y su diámetro
medio es de unos cinco kilómetros. De todos modos, no es una cosa despreciable. Si colisionase con la
Tierra, ocurriría una catástrofe.

En 1931, Eros se aproximó a un punto distante tan sólo 26 millones de kilómetros de la Tierra, y se
estableció un vasto proyecto astronómico para determinar con exactitud su paralaje, por lo que las distancias
del Sistema Solar podrían determinarse con mayor exactitud que nunca. El proyecto tuvo éxito, y los
resultados no fueron mejorados hasta que los rayos del radar se reflejaron desde Venus.

Un asteroide que se aproxime a la Tierra más que Venus, es denominado (con cierta exageración) rozador de
la Tierra. Entre 1898 y 1932, sólo se descubrieron tres rozadores más de la Tierra, y cada uno de ellos se
aproximó a nuestro planeta menos que Eros.

Sin embargo, esta marca fue rota el 12 de marzo de 1932, cuando un astrónomo belga, Eugéne Delporte,
descubrió el asteroide 1.221, y vio que, aunque su órbita era regular respecto de la de Eros, conseguía
aproximarse a 16 millones de kilómetros de la órbita de la Tierra. Llamó al nuevo asteroide Amor (el
equivalente latino de Eros).

El 24 de abril de 1932, exactamente seis semanas después, el astrónomo alemán Karl Reinmuth descubrió un
asteroide al que llamó Apolo, porque era otro rozador de la Tierra. Se trataba de un asombroso asteroide
puesto que, en su perihelio, se halla sólo a 95 millones de kilómetros del Sol. Se mueve no sólo en el interior
de la órbita de Marte, sino también dentro de la Tierra, e incluso de la de Venus. Sin embargo, su
excentricidad es tan grande que en el afelio está a 353.000.000 de kilómetros del Sol, más lejos de lo que le
ocurre a Eros. El período de revolución de Apolo es, por tanto, 18 días más largo que el de Eros. El 15 de
mayo de 1932, Apolo se aproximó dentro de los 10.725.000 kilómetros de la Tierra, menos de 30 veces la
distancia de la Luna. Apolo posee menos de dos kilómetros de anchura, pero es lo suficientemente grande
para que no sea bien venido como «rozador». Desde entonces, cualquier objeto que se aproxime al Sol más
de como lo hace Venus, ha sido llamado objeto Apolo.

En febrero de 1936, Delporte, que ya había detectado a Amor cuatro años antes, avistó otro rozador de la
Tierra al que llamó Adonis. Exactamente unos cuantos días antes de su descubrimiento, Adonis había pasado
a sólo 2.475.000 kilómetros de la Tierra, o únicamente poco más de 6, 3 veces la distancia de la Luna a
nosotros. Y lo que es más, el nuevo rozador de la Tierra tiene un perihelio de 65 millones de kilómetros, ya
esa distancia está muy cerca a la órbita de Mercurio. Fue el segundo objeto Apolo descubierto.

En noviembre de 1937, Reinmuth (el descubridor de Apolo), avistó un tercero, al que llamó Hermes. Había
pasado a 850. 000 kilómetros de la Tierra, sólo un poco más de dos veces la distancia de la Luna. Reinmuth,
con los datos de que disponía, calculó una órbita grosso modo, según la cual Hermes podía pasar a sólo
313.000 kilómetros de la Tierra (una distancia menor de la que nos separa de la Luna), siempre y cuando
Hermes y la Tierra se encontrasen en los puntos apropiados de su órbita. Sin embargo, desde entonces no se
ha vuelto a detectar a Hermes.

El 26 de junio de 1949, Baade descubrió el más desacostumbrado de los objetos Apolo. Su período de
revolución era de sólo 1, 12 años, y su excentricidad orbitaria resultaba la mayor conocida en los asteroides:
0,827. En su afelio, se encuentra a salvo en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter pero, en su
perihelio, se aproxima a 28.000.000 de kilómetros del Sol, más cerca que cualquier planeta, incluido
Mercurio. Baade llamó a este asteroide Ícaro, según el joven de la mitología griega que, volando por los aires
con las alas que había ideado su padre Dédalo, se aproximó demasiado al Sol, con lo que se le fundió la cera
que aseguraba las plumas de las alas en su espalda, y se cayó produciéndole la muerte.

Desde 1949, se han descubierto otros objetos Apolo, pero ninguno se ha acercado tanto al Sol como Icaro.
Sin embargo algunos poseen período orbitario de menos de un año y, por lo menos, uno está más cerca, en
cada punto de su órbita, del Sol que la Tierra.

Algunos astrónomos estiman que hay en el espacio unos 750 objetos Apolo, con diámetros de un kilómetro y
más. Se cree que, en el transcurso de un millón de años, cuatro respetables objetos Apolo han alcanzado la
Tierra, tres a Venus, y uno tanto a Mercurio, como a Marte o a la Luna, y siete han visto sus órbitas alteradas
de tal forma que todos han abandonado el Sistema Solar. El número de objetos Apolo, sin embargo, no
disminuye con el tiempo, por lo que es probable que se añadan otros de vez en cuando a causa de
perturbaciones gravitatorias de objetos en el cinturón de asteroides.
Sedna, ¿el décimo planeta del Sistema Solar?
Investigadores auspiciados por la NASA han descubierto el objeto más
distante en órbita del Sol. Es un misterioso cuerpo tipo planeta en los
confines del Sistema Solar, que está tres veces más alejado de la Tierra que
Plutón.

El Sol aparece tan pequeño desde esa distancia que podría tapársele por
completo con la cabeza de un alfiler. El objeto, llamado Sedna por la diosa
Inuit de los océanos, se encuentra a 13 mil millones de kilómetros (8 mil
millones de millas) de distancia, en los confines del sistema solar.

Esta es, muy probablemente, la primera observación de la hipotética "nube


de Oort", un sitio súper alejado donde se encuentran pequeños cuerpos helados que proporciona los cometas
que cruzan por la Tierra. Otras características notables de Sedna son su tamaño y su color rojizo. Después de
Marte, es el segundo objeto más rojo en el sistema solar. Se calcula que Sedna es aproximadamente tres
cuartas partes del tamaño de Plutón.

Sedna es en definitiva el objeto más grande encontrado en el sistema solar desde el descubrimiento de Plutón
en 1930. Brown, junto con Drs. Chad Trujillo del Observatorio Gemini, Hawaii, y David Rabinowitz de la
Universidad de Yale en New Haven, Conn. , encontraron al objeto tipo-planeta, o planetoide, el 14 de
Noviembre del 2003. Los investigadores utilizaron el Telescopio de 48 pulgadas Samuel Oschin en el
Observatorio de Caltech en Palomar cerca de San Diego.

A los pocos días, telescopios en Chile, España, Arizona y Hawai observaron al objeto. El nuevo Telescopio
Espacial Spitzer de la NASA también lo buscó. Sedna se encuentra extremadamente alejado del Sol, en la
región más fría de nuestro sistema solar, donde las temperaturas nunca alcanzan los 240 grados Celsius bajo
cero. El planetoide es aún más frío porque solo se acerca brevemente al sol durante su órbita solar de 10, 500
años. En su distancia mayor Sedna se encuentra a 130 mil millones de kilómetros (84 mil millones de millas)
del Sol, 900 veces la distancia de la Tierra al Sol.

Los científicos utilizaron el hecho, de que incluso el telescopio Spitzer fue incapaz de detectar el calor de un
objeto tan extremadamente distante y frío, para determinar que debe de tener menos de 1,700 kilómetros de
diámetro, lo cual es menor que Plutón.

Combinando los datos disponibles, se calculó el tamaño de Sedna en un punto medio entre Plutón y Quaoar,
un pequeño planetoide descubierto por el mismo equipo en el 2002. La órbita elíptica de Sedna no es
parecida a nada visto anteriormente por los astrónomos. Se asemeja a las órbitas predichas para objetos que
se encuentran en la hipotética nube de Oort, una reserva lejana de cometas.

Pero Sedna está 10 veces más cerca que la distancia pronosticada para la nube de Oort. Los astrónomos
consideran que esta "nube interna de Oort" podría haberse formado miles de millones de años atrás cuando
una estrella coloreada pasó por el Sol, arrastrando hacia adentro algunos de los cuerpos tipo cometas. La
estrella habría estado lo suficientemente cerca para ser más brillante que la luna llena y habría sido visible
durante el día en el cielo por 20,000 años. Peor aún, habría desplazado a cometas más allá en la nube de Oort,
conduciendo a una intensa lluvia de cometas que podrían haber hecho desaparecer algunas o todas las formas
de vida que existieron en la Tierra en esa época. Existe una evidencia indirecta de que Sedna tenga una luna.
Los investigadores esperan comprobar esta posibilidad con el Telescopio Espacial Hubble de la NASA.

Sedna se acercará a la Tierra en los años venideros, pero aún en su máximo acercamiento, dentro de unos 72
años, estará muy lejano, mucho más que Plutón. Después comenzará su viaje de regreso de 10,500 años a los
confines del sistema solar. La última vez que Sedna fue vista tan cerca del Sol, la Tierra estaba saliendo
apenas de la última era glacial. La próxima vez que regrese, el mundo puede ser un lugar completamente
diferente.
Cometas en el cielo
Los antiguos, observando que los cometas aparecían y desaparecían de
manera imprevisible, rodeados de una pálida cabellera y seguidos por una
cola extremadamente cambiable, no tuvieron dudas: eran algo que venía a
trastornar el orden celeste.

El hecho mismo de que los cometas no seguían el movimiento de los planetas,


no hacía más que fortalecer esta creencia que llevó a considerar los cometas
como responsables de acontecimientos históricos generalmente graves. De
este modo, durante siglos se consideró que los cometas eran mensajeros de
infortunios y la aparición de un cometa era causa de grandes preocupaciones
en los pueblos.

En el siglo I a. JC. el escritor Plinio atribuyó la causa de la sangrienta guerra entre Julio César y Pompeyo al
paso de un cometa. Lo mismo sucedió en muchas otras ocasiones; también en el año 1066, cuando el duque
de Normandía Guillermo el Conquistador desembarcó en Inglaterra y mató al Rey Harold ll proclamándose
nuevo rey, fue visto otro cometa. Hoy sabemos que se trataba del cometa Halley, el representante más ilustre
de esta categoría de astros, que regresa de manera periódica.

Dejando a un lado las supersticiones, la opinión científica sobre la naturaleza de los cometas, que nuestros
antepasados compartieron, era la que Aristóteles estableció alrededor del 350 a. JC. El gran filósofo griego
formuló la teoría que tanto los cometas como los meteoros no eran otra cosa que fenómenos atmosféricos
causados por vapores en ebullición que se desprendían de la Tierra y eran impulsados hacia la parte superior
de la atmósfera.

La convicción de Aristóteles sobre los cometas sobrevivió durante siglos y el propio Galileo no logró
resolver el enigma de las trayectorias de los cometas, aunque Tycho Brahe ya había lobrado calcular casi con
total precisión sus enormes distancias de la Tierra.

Sólo en la segunda mitad del siglo XVII, gracias a los estudios de Newton y de Halley, se logró saber que los
cometas están bajo la influencia de la fuerza de atracción del Sol, pero que, al contrario de los planetas,
siguen trayectorias extremadamente alargadas.

Halley calculó que las apariciones de un cometa producidas en 1531, en 1607 y en 1682, debían atribuirse a
un mismo objeto celeste y predijo que el cometa volvería en 1758. Halley no vivió tanto como para poder ver
con sus propios ojos confirmarse la predicción. El cometa se presentó puntualmente a la cita y desde
entonces se conoce con su nombre.

Pero llegamos a nuestros días. Hasta hace pocos años se pensaba que los cometas eran cuerpos celestes
formados por residuos cósmicos, muy similares a los meteoritos, que vagan sin meta por el sistema solar.
Hoy nuestros conocimientos sobre los cometas han experimentado una revolución.

El astrónomo americano Fred Whipple ha formulado una hipótesis que concuerda perfectamente con la
mayor parte de las observaciones astronómicas. Según Whipple, los cometas son como "bolas de nieve
sucia", es decir que estarían formados por un conglomerado de hielos (agua, amoníaco, dióxido de carbono)
y por granos sólidos constituídos por carbono y silicatos.

Los núcleos así compuestos, debido a su pequeño tamaño, livianos y compactos, son capaces de resistir la
fuerza gravitacional del Sol y de los planetas, pero ai mismo tiempo son bastante volátiles como para
justificar ia enorme nube de la cual se rodean por efecto del calor solar. Esta hipótesis explicaría también por
qué los cometas no son visibles cuando carecen de cabellera y de cola.
Cometas: La nube de Oort
La nube de Oort es una gran concentración de cometas sometidos a las
fuerzas del Sol y otras estrellas. En el artículo La nube de Oort, Paul R.
Weissman, experto en dinámica cometaria, habla sobre estos cometas que
orbitan más allá de Plutón. Aquí se reproduce un fragmento de este artículo
en el que el autor comienza planteando la cuestión del número de cometas
que forman esta inmensa nube.

¿Cuántos cometas se alojan en la nube de Oort? La cifra depende de la


frecuencia con la que los cometas de la nube escapan al espacio
interplanetario. Conforme a la cifra observada de cometas de largo período,
los astrónomos ahora calculan que contiene seis billones de cometas; son,
pues, los cuerpos de algún tamaño más abundantes del sistema solar. Sólo una
sexta parte pertenece a la nube externa y dinámica que describió Oort; el resto están en el núcleo, más denso.
Si se aplica la mejor estimación realizada hasta el momento de la masa media de un cometa - 40.000 millones
de toneladas métricas -, resulta que la masa total de los cometas de la nube de Oort es en el momento actual
unas 40 veces la de la Tierra.

¿Dónde se originaron los cometas de la nube de Oort? No se formaron en su posición actual, pues el material
existente a esas distancias es tan escaso, que no podría agregarse. Tampoco nacieron en el espacio
interestelar; la captura de cometas por parte del Sol es ineficaz. El único lugar que nos queda es el sistema
planetario. Oort conjeturó que los cometas se crearon en el cinturón de asteroides y fueron expulsados por los
planetas gigantes durante la formación del sistema solar. Pero los cometas son cuerpos helados, bolas
enormes de nieve sucia; en el cinturón de asteroides la temperatura es demasiado elevada para que se
condensen fragmentos de hielo.

Transcurrido un año tras el artículo de Oort de 1950, Gerard P. Kuiper, de la Universidad de Chicago,
propuso que la materia se agregaba formando cometas más lejos del Sol, en las cercanías de los planetas
gigantes. (El cinturón de Kuiper fue bautizado con el nombre de este investigador porque sugirió que algunos
cometas se constituyeron allende las órbitas planetarias más distantes). A buen seguro, se originarían cometas
por toda la región de los planetas gigantes, pero se sostenía que los que se crearon cerca de Júpiter y Saturno
(los dos planetas de mayor masa) debieron de ser expulsados al espacio interestelar; no era probable, en
cambio, que Urano y Neptuno, con masas inferiores, diesen trayectorias de escape a tantos cometas.

La investigación en dinámica acaba de arrojar una sombra de duda sobre esta hipótesis. Júpiter y, sobre todo,
Saturno conducen una parte importante de sus cometas a la nube de Oort, en una cuantía menor quizá que
Urano y Neptuno, lo que pudo haberse compensando con la cantidad mayor de material que al principio
poblaba las zonas de los planetas mayores.

Cabe, pues, que los cometas de la nube de Oort provengan de un amplio intervalo de distancias solares y, por
tanto, de intervalo notable de temperaturas de formación. Ese fenómeno podría explicar la diversa
composición de los cometas. En un trabajo reciente con Harold E. Levison hemos puesto de manifiesto que la
nube podría contener asteroides procedentes de la región de los planetas interiores. Compuestos de roca, más
que de hielos, estos objetos constituyen de un 2 a un 3 por ciento de la población total de la nube de Oort.

La clave de estas ideas es la presencia de los planetas gigantes, que arrojan los cometas hacia el exterior y
modifican sus órbitas si alguna vez vuelven a introducirse en la región planetaria. Otras estrellas con planetas
gigantes podrían contar con sus nubes de Oort. Si todas las estrellas tienen nubes de Oort, cuando pasen cerca
del Sol éstas atravesarán la nuestra. Aun así, no menudearán las colisiones entre cometas, pues el espacio
interpuesto viene a ser de una unidad astronómica o más.

Las nubes de Oort que rodean a cada estrella podrían estar liberando paulatinamente cometas hacia el espacio
interestelar. De pasar cerca del Sol, estos cometas interestelares deberían reconocerse, porque se
aproximarían al sistema solar a velocidades mucho mayores que los procedentes de nuestra nube de Oort.
Hasta la fecha no se ha detectado ningún cometa interestelar, lo que no debe sorprendernos ya que el sistema
solar es un blanco muy pequeño en la inmensidad del espacio interestelar y la probabilidad de que alguna vez
se haya visto uno es del cincuenta por ciento.

La nube de Oort sigue fascinando a los astrónomos. Gracias a la mecánica celeste, la naturaleza ha
preservado en ese lejano almacén una muestra de material que data de la formación del sistema solar. Su
estudio, y el de las pistas cosmoquímicas que han quedado congeladas en cada uno de sus helados
componentes, permite a los investigadores conocer valiosos datos sobre el origen del sistema solar.
Artículos sobre la Tierra y la Luna

La Tierra se considera como un sistema físico, de modo que todos sus fenómenos se
investigan y descomponen en aspectos físicos y químicos para llegar a una mejor
comprensión de su estructura, su exacta composición y evolución a lo largo de la historia.

Ciencias o ramas que se dedican a la descripción y comprensión de nuestro planeta, estudian


todos sus procesos con el objeto de entenderlos y determinar su evolución.

El ser humano, desde su aparición, tiene la necesidad de comprender los fenómenos


medioambientales que lo rodean. La necesidad de realizar extracciones de minerales
metálicos para la realización de utensilios (herramientas y armas), son indispensables en el
desarrollo de las civilizaciones.

Por otra parte, las observaciones de fenómenos atmosféricos y el conocimiento de sus


variaciones tiene una gran importancia en los comienzos de la vida humana; y el afán por
encontrar y aprovechar los recursos hídricos brindados por la naturaleza (ríos y aguas
subterráneas), permite el establecimiento de las civilizaciones en lugares antes inhóspitos.

Estos tres aspectos, geológico, atmosférico, hidrológico y biológico son los aspectos que en la
actualidad agrupan todas las disciplinas que constituyen las ciencias de la Tierra. Tales
aspectos son estudiados respectivamente por la Geología, Meteorología, Hidrología y
Biología.

Este capítulo contiene artículos que hablan sobre nuestro planeta y su satélite, la Luna.
¿Cuál será el fin de la Tierra?
El primero en intentar hacer un estudio detallado de la historia pasada y
previsiblemente futura de la Tierra sin recurrir a la intervención divina fue el
geólogo escocés James Hutton. En 1785 publicó el primer libro de geología
moderna, en el cual admitía que del estudio de la Tierra no veía signo alguno
de un comienzo ni perspectivas de fin ninguno.

Desde entonces hemos avanzado algo. Hoy día estamos bastante seguros de
que la Tierra adquirió su forma actual hace unos 4.600 millones de años. Fue
por entonces cuando, a partir del polvo y gas de la nebulosa originaria que
formó el sistema solar, nació nuestro mundo tal como lo conocemos hoy. Una
vez formada, y dejada en paz como colección de metales y rocas cubierta por
una delgada película de agua y aire, la Tierra podría existir para siempre, al
menos por lo que sabemos hoy. Pero ¿la dejarán en paz? ¿Como y cuando
será el fin del mundo?

El objeto más cercano, de tamaño suficiente y energía bastante para afectar


seriamente a la Tierra es el Sol. Mientras el Sol mantenga su actual nivel de actividad (como lleva haciendo
durante miles de millones de años), la Tierra seguirá esencialmente inmutable. Ahora bien, ¿puede el Sol
mantener para siempre ese nivel? Y, caso de que no, ¿qué cambio se producirá y cómo afectará esto a la
Tierra?

Hasta los años treinta parecía evidente que el Sol, como cualquier otro cuerpo caliente, tenía que acabar
enfriándose. Vertía y vertía energía al espacio, por lo cual este inmenso torrente tendría que disminuir y
reducirse poco a poco a un simple chorrito. El Sol se haría naranja, luego rojo, iría apagándose cada vez más
y finalmente se apagaría.

En estas condiciones, también la Tierra se iría enfriando lentamente. El agua se congelaría y las regiones
polares serían cada vez más extensas. En último término, ni siquiera las regiones ecuatoriales tendrían
suficiente calor para mantener la vida. El océano entero se congelaría en un bloque macizo de hielo e incluso
el aire se licuaría primero y luego se congelaría. Durante billones de años, esta Tierra gélida seguiría girando
alrededor del difunto Sol.

Pero aun en esas condiciones, la Tierra, como planeta, seguiría existiendo.

Sin embargo, durante la década de los treinta, los científicos nucleares empezaron por primera vez a calcular
las reacciones nucleares que tienen lugar en el interior del Sol y otras estrellas. Y hallaron que aunque el Sol
tiene que acabar por enfriarse, habrá períodos de fuerte calentamiento antes de ese fin. Una vez consumida la
mayor parte del combustible básico, que es el hidrógeno, empezarán a desarrollarse otras reacciones
nucleares, que calentarán el Sol y harán que se expanda enormemente.

Aunque emitirá una cantidad mayor de calor, cada porción de su ahora vastísima superficie tocará a una
fracción mucho más pequeña de ese calor y será, por tanto, más fría. El Sol se convertirá en una gigante roja.
En tales condiciones es probable que la Tierra se convierta en un ascua y luego se vaporice. En ese momento,
la Tierra, como cuerpo planetario sólido, acabará sus días. Pero no os preocupéis demasiado. Echadle todavía
unos ocho mil millones de años.
La formación del aire
La opinión de los astrónomos es que los planetas nacieron de torbellinos de
gas y polvo, constituidos en general por los diversos elementos presentes, en
proporciones correspondientes a su abundancia cósmica. Un 90 por 100 de
los átomos eran hidrógeno y otro 9 por 100 helio. El resto incluía todos los
demás elementos, principalmente neón, oxígeno, carbono, nitrógeno, carbón,
azufre, silicio, magnesio, hierro y aluminio.

El globo sólido de la Tierra en sí nació de una mezcla rocosa de silicatos y


sulfuros de magnesio, hierro y aluminio, cuyas moléculas se mantenían
firmemente unidas por fuerzas químicas. El exceso de hierro fue hundiéndose
lentamente a través de la roca y formó un núcleo metálico incandescente.

Durante este proceso de aglomeración, la materia sólida de la Tierra atrapó una serie de materiales gaseosos
y los retuvo en los vanos que quedaban entre las partículas sólidas o bien mediante uniones químicas débiles
Estos gases contendrían seguramente átomos de helio, neón y argón, que no se combinaron con nada; y
átomos de hidrógeno, que o bien se combinaron entre sí por parejas para formar moléculas de hidrógeno
(H2), o bien se combinaron con otros átomos: con oxígeno para formar agua (H2O), con nitrógeno para
formar amoníaco (NH3) o con carbono para formar metano (CH4).

A medida que el material de este planeta en ciernes se fue apelotonando, el efecto opresor de la presión y el
aún más violento de la acción volcánica fueron expulsando los gases. Las moléculas de hidrógeno y los
átomos de helio y neón, al ser demasiado ligeros para ser retenidos, escaparon rápidamente.

La atmósfera de la Tierra quedó constituida por lo que quedaba: vapor de agua, amoníaco, metano y algo de
argón. La mayor parte del vapor de agua, pero no todo, se condensó y formó un océano.

Tal es, en la actualidad, la clase de atmósfera que poseen algunos planetas como Júpiter y Saturno, los cuales,
sin embargo, son bastante grandes para retener hidrógeno, helio y neón.

Por su parte, la atmósfera de los planetas interiores comenzó a evolucionar químicamente. Los rayos
ultravioletas del cercano Sol rompieron las moléculas de vapor de agua en hidrógeno y oxígeno. El hidrógeno
escapó, pero el oxígeno fue acumulándose y combinándose con amoníaco y metano. Con el primero formó
nitrógeno y agua; con el segundo, anhídrido carbónico y agua. Poco a poco, la atmósfera de los planetas
interiores pasó de ser una mezcla de amoníaco y metano a una mezcla de nitrógeno y anhídrido carbónico.
Marte y Venus tienen hoy día atmósferas compuestas por nitrógeno y anhídrido carbónico, mientras que la
Tierra debió de tener una parecida hace miles de millones de años, cuando empezó a surgir la vida.

Esa atmósfera es además estable. Una vez formada, la ulterior acción de los rayos ultravioletas sobre el vapor
de agua hace que se vaya acumulando oxígeno libre (moléculas formadas por dos átomos de oxígeno, O2).
Una acción ultravioleta aún más intensa transforma ese oxígeno en ozono (con tres átomos de oxígeno por
molécula, O3). El ozono absorbe la radiación ultravioleta y actúa de barrera. La radiación ultravioleta que
logra atravesar la capa de ozono en la alta atmósfera y romper las moléculas de agua más abajo es muy
escasa, con lo cual se detiene la evolución química de la atmósfera..., al menos hasta que aparezca algo
nuevo.

Pues bien, en la Tierra apareció de hecho algo nuevo. Fue el desarrollo de un grupo de formas de vida
capaces de utilizar la luz visible para romper las moléculas de agua. Como la capa de ozono no intercepta la
luz visible, ese proceso (la fotosíntesis) podía proseguir indefinidamente. A través de la fotosíntesis se
consumía anhídrido carbónico y se liberaba oxígeno. Así, pues, hace 500 millones de años, la atmósfera
empezó a convertirse en una mezcla de nitrógeno y oxígeno, que es la que existe hoy.
La cara visible de la luna
La atracción gravitatoria de la Luna sobre la Tierra hace subir el nivel del
océano a ambos lados de nuestro planeta y crea así dos abultamientos. A
medida que la Tierra gira de oeste a este, estos dos bultos (de los cuales uno
mira siempre hacia la Luna y el otro en dirección contraria) se desplazan de
este a oeste alrededor de la Tierra.

Al efectuar este desplazamiento, los dos bultos rozan contra el fondo de los
mares poco profundos como el de Bering o el de Irlanda. Tal rozamiento
convierte energía de rotación en calor, y este consumo de la energía de
rotación terrestre hace que el movimiento de rotación de la Tierra alrededor
de su eje vaya disminuyendo poco a poco. Las marcas actúan como un freno
sobre la rotación de la Tierra, y como consecuencia de ello los días terrestres se van alargando un segundo
cada mil años.

Pero no es sólo el agua del océano lo que sube de nivel en respuesta a la gravedad lunar. La corteza sólida de
la Tierra también acusa el efecto, aunque en medida menos notable. El resultado son dos pequeños
abultamientos rocosos que van girando alrededor de la Tierra, el uno mirando hacia la Luna y el otro en la
cara opuesta de nuestro planeta. Durante este desplazamiento, el rozamiento de una capa rocosa contra otra
va minando también la energía de rotación terrestre. (Los bultos, claro está, no se mueven físicamente
alrededor del planeta, sino que, a medida que el planeta gira, remiten en un lugar y se forman en otro, según
qué porciones de la superficie pasen por debajo de la Luna. )

La Luna no tiene mares ni mareas en el sentido corriente. Sin embargo, la corteza sólida de la Luna acusa la
fuerza gravitatoria de la Tierra, y no hay que olvidar que ésta es ochenta veces más grande que la de la Luna.
El abultamiento provocado en la superficie lunar es mucho mayor que el de la superficie terrestre. Por tanto,
si la Luna rotase en un período de veinticuatro horas, estaría sometida a un rozamiento muchísimo mayor que
la Tierra. Además, como nuestro satélite tiene una masa mucho menor que la Tierra, su energía total de
rotación sería ya de entrada, para períodos de rotación iguales, mucho menor.

Así, pues, la Luna, con una reserva inicial de energía muy pequeña, socavada rápidamente por los grandes
bultos provocados por la Tierra, tuvo que sufrir una disminución relativamente rápida de su período de
rotación. Hace seguramente muchos millones de años debió de decelerarse hasta el punto de que el día lunar
se igualó con el mes lunar. De ahí en adelante, la Luna siempre mostraría la misma cara hacia la Tierra.

Esto, a su vez, congela los abultamientos en una posición fija. Uno de ellos mira hacia la Tierra desde el
centro mismo de la cara lunar que nosotros vemos, mientras que el otro apunta en la dirección contraria desde
el centro mismo de la cara que no vemos. Puesto que las dos caras no cambian de posición a medida que la
Luna gira alrededor de la Tierra, los bultos no experimentan ningún nuevo cambio ni tampoco se produce
rozamiento alguno que altere el período de rotación del satélite. La Luna continuará mostrándonos la misma
cara indefinidamente; lo cual, como veis, no es ninguna coincidencia, sino consecuencia inevitable de la
gravitación y del rozamiento.

La Luna es un caso relativamente simple. En ciertas condiciones, el rozamiento debido a las mareas puede
dar lugar a condiciones de estabilidad más complicadas. Durante unos ochenta años, por ejemplo, se pensó
que Mercurio (el planeta más cercano al Sol y el más afectado por la gravedad solar) ofrecía siempre la
misma cara al Sol, por el mismo motivo que la Luna ofrece siempre la misma cara a la Tierra. Pero se ha
comprobado que, en el caso de Mercurio, los efectos del rozamiento producen un período estable de rotación
de 58 días, que es justamente dos tercios de los 88 días que constituyen el período de revolución de Mercurio
alrededor del Sol.
Eclipses
Un eclipse solar consiste en el oscurecimiento total o parcial del Sol que se
observa desde un planeta por el paso de un satélite, como por ejemplo el paso
de la Luna entre el Sol y la Tierra. Un eclipse de Sol sólo es visible en una
estrecha franja de la superficie de la Tierra. Cuando la Luna se interpone entre
el Sol y la Tierra, proyecta sombra en una determinada parte de la superficie
terrestre, y un determinado punto de la Tierra puede estar inmerso en el cono
de sombra o en el cono de penumbra.

Aquellos que se encuentren en la zona en la cual se proyecta el cono de sombra


verán el disco de la Luna superponerse íntegramente al del Sol, y en este caso
se tendrá un eclipse solar total. Quienes se encuentren en una zona interceptada
por el cono de penumbra, verán el disco de la Luna superponerse sólo en parte
al del Sol, y se tiene un eclipse solar parcial.

Se da también un tercer caso, cuando la Luna nueva se encuentra en el nodo a


una distancia mayor con respecto a la media, entonces su diámetro aparente es
más pequeño con respecto al habitual y su disco no alcanza a cubrir
exactamente el del Sol. En estas circunstancias, sobre una cierta franja de la
Tierra incide no el cono de sombra sino su prolongación, y se tiene un eclipse
solar anular, pues alrededor del disco lunar queda visible un anillo luminoso.

Según se produzca una de estas situaciones en los eclipses, se habla de zonas de totalidad, de parcialidad o de
anularidad, haciendo referencia con ello al tipo de eclipse que se puede observar desde cualquier punto de la
superficie terrestre. A causa del movimiento de la Luna alrededor de la Tierra y del movimiento de la Tierra
alrededor de sí misma, la sombra de la Luna sobre la superficie terrestre se mueve a unos 15 km/s. La fase de
totalidad para un determinado punto geográfico no supera por tanto los ocho minutos. Esta zona puede tener
anchura y longitud máxima de 200 y 15.000 km respectivamente.

Un eclipse lunar consiste en el paso de un satélite planetario, como la Luna, por la sombra proyectada por el
planeta, de forma que la iluminación directa del satélite por parte del Sol se interrumpe. Tienen lugar
únicamente cerca de la fase de luna llena, y pueden ser observados desde amplias zonas de la superficie
terrestre, particularmente de todo el hemisferio que no es iluminado por el Sol, siempre que la Luna esté por
encima del horizonte.

Normalmente la desaparición de la Luna no es total; su disco queda iluminado por la luz dispersada por la
atmósfera terrestre y adquiere un halo rojizo. La sombra total o umbra producida por la tierra queda rodeada
por una región de sombra parcial llamada penumbra. En las etapas iniciales y postreras del eclipse lunar, la
Luna entra en penumbra.

Dependiendo de si la luna entra o no completamente en zona de umbra se pueden distinguir los eclipses
totales de Luna, cuando el satélite se sumerge completamente en umbra, los eclipses parciales de Luna,
cuando penetra sólo en parte en umbra y sólo una parte de la superficie lunar es visiblemente oscurecida, y
los eclipses de penumbra, cuando la Luna pasa sólo a través del cono de penumbra, difícilmente perceptibles
a simple vista y únicamente evidentes mediante adecuadas técnicas fotográficas.

La duración máxima de los eclipses totales de Luna es de 3, 5 horas. Se define la magnitud de un eclipse
lunar como la longitud del camino lunar a través de la umbra dividido por el diámetro aparente de la Luna.

El estudio de los eclipses de Luna, además de permitir medidas astronómicas como la verificación de los
momentos de contacto entre el disco de nuestro satélite natural y el cono de sombra, es útil para analizar de
forma indirecta las condiciones de la atmósfera terrestre, pues la densidad y coloración de los conos de
umbra y penumbra están muy influidos por la presencia de ozono y polvo en suspensión en los diversos
estratos de la atmósfera.
¿Qué es el efecto «invernadero»?
Cuando decimos que un objeto es "transparente" porque podemos ver a través
de él, no queremos necesariamente decir que lo puedan atravesar todos los
tipos de luz. A través de un cristal rojo, por ejemplo, se puede ver, siendo, por
tanto, transparente. Pero, en cambio, la luz azul no lo atraviesa. El vidrio
ordinario es transparente para todos los colores de la luz, pero muy poco para
la radiación ultravioleta y la infrarroja.

Pensad ahora en una casa de cristal al aire libre y a pleno sol. La luz visible del
Sol atraviesa sin más el vidrio y es absorbida por los objetos que se hallen
dentro de la casa. Como resultado de ello, dichos objetos se calientan, igual
que se calientan los que están fuera, expuestos a la luz directa del Sol.

Los objetos calentados por la luz solar ceden de nuevo ese calor en forma de radiación. Pero como no están a
la temperatura del Sol, no emiten luz visible, sino radiación infrarroja, que es mucho menos energética. Al
cabo de un tiempo, ceden igual cantidad de energía en forma de infrarrojos que la que absorben en forma de
luz solar, por lo cual su temperatura permanece constante (aunque, naturalmente, están más calientes que si
no estuviesen expuestos a la acción directa del Sol).

Los objetos al aire libre no tienen dificultad alguna para deshacerse de la radiación infrarroja, pero el caso es
muy distinto para los objetos situados al sol dentro de la casa de cristal. Sólo una parte pequeña de la
radiación infrarroja que emiten logra traspasar el cristal. El resto se refleja en las paredes y va acumulándose
en el interior.

La temperatura de los objetos interiores sube mucho más que la de los exteriores. Y la temperatura del
interior de la casa va aumentando hasta que la radiación infrarroja que se filtra por el vidrio es suficiente para
establecer el equilibrio.

Esa es la razón por la que se pueden cultivar plantas dentro de un invernadero, pese a que la temperatura
exterior bastaría para helarlas. El calor adicional que se acumula dentro del invernadero - gracias a que el
vidrio es bastante transparente a la luz visible pero muy poco a los infrarrojos -, es lo que se denomina
"efecto invernadero".

La atmósfera terrestre consiste casi por entero en oxígeno, nitrógeno y argón. Estos gases son bastante
transparentes tanto para la luz visible como para la clase de radiación infrarroja que emite la superficie
terrestre cuando está caliente. Pero la atmósfera contiene también un 0,03 por 100 de dióxido de carbono, que
es transparente para la luz visible pero no demasiado para los infrarrojos. El dióxido de carbono de la
atmósfera actúa como el vidrio del invernadero.

Como la cantidad de anhídrido carbónico que hay en nuestra atmósfera es muy pequeña, el efecto es
relativamente secundario. Aun así, la Tierra es un poco más caliente que en ausencia de dióxido de carbono.
Es más, si el contenido en dióxido de carbono de la atmósfera fuese el doble, el efecto invernadero, ahora
mayor, calentaría la Tierra un par de grados más, lo suficiente para provocar la descongelación gradual de los
casquetes polares.

Un ejemplo de efecto invernadero a lo grande lo tenemos en Venus, cuya densa atmósfera parece consistir
casi toda ella en anhídrido carbónico. Dada su mayor proximidad al Sol, los astrónomos esperaban que
Venus fuese más caliente que la Tierra. Pero, ignorantes de la composición exacta de su atmósfera, no habían
contado con el calentamiento adicional del efecto invernadero. Su sorpresa fue grande cuando comprobaron
que la temperatura superficial de Venus estaba muy por encima del punto de ebullición del agua, cientos de
grados más de lo que se esperaban.
La formación de los océanos
A principios del siglo XX se pensaba que la Tierra y los demás planetas
estaban formados de materia arrancada del Sol. Y circulaba la imagen de una
Tierra en gradual proceso de enfriamiento, desde la incandescencia hasta el
rojo vivo, para pasar luego a un calor moderado y finalmente al punto de
ebullición del agua. Una vez enfriada lo bastante para que el agua se
condensase, el vapor de agua de la atmósfera caliente de la Tierra pasó a
estado líquido y empezó a llover, y llover, y llover.

Al cabo de muchos años de esta increíble lluvia de agua hirviendo que saltaba
y bramaba al golpear el suelo caliente, las cuencas de la accidentada
superficie del planeta acabaron por enfriarse lo bastante como para retener el
agua, llenarse y constituir así los océanos.

Muy espectacular..., pero absolutamente falso, podríamos casi asegurar.

Hoy día, los científicos están convencidos de que la Tierra y demás planetas no se formaron a partir del Sol,
sino a partir de partículas que se conglomeraron hacia la misma época en que el Sol estaba gestándose. La
Tierra nunca estuvo a la temperatura del Sol, pero adquirió bastante calor gracias a la energía de colisión de
todas las partículas que la formaron. Tanto, que su masa, relativamente pequeña, no era capaz en un principio
de retener una atmósfera ni el vapor de agua.

O lo que es lo mismo, el cuerpo sólido de esta Tierra recién formada no tenía ni atmósfera ni océanos. ¿De
dónde vinieron entonces?

Desde luego había agua (y gases) combinada débilmente con las sustancias rocosas que constituían la porción
sólida del globo. A medida que esa porción sólida se fue empaquetando de forma cada vez más compacta
bajo el tirón de la gravedad, el interior se fue haciendo cada vez más caliente. Los gases y el vapor de agua se
vieron expulsados de esa su anterior combinación con la roca y abandonaron la sustancia sólida.

Las pompas gaseosas, al formarse y agruparse, conmocionaron a la joven Tierra con enormes cataclismos,
mientras que el calor liberado provocaba violentas erupciones volcánicas. Durante muchísimos años no cayó
ni una gota de agua líquida del cielo; era más bien vapor de agua, que salía silbando de la corteza, para luego
condensarse. Los océanos se formaron desde arriba, no desde abajo.

En lo que los geólogos no están de acuerdo hoy día es en la velocidad de formación de los océanos. ¿Salió
todo el vapor de agua en cosa de mil millones de años, de suerte que el océano tiene el tamaño actual desde
que comenzó la vida? ¿O se trata de un proceso lento en el que el océano ha ido creciendo a través de las eras
geológicas y sigue creciendo aún?

Quienes mantienen que el océano se formó en los comienzos mismos del juego y que ha conservado un
tamaño constante desde entonces, señalan que los continentes parecen ser un rasgo permanente de la Tierra.
No parece que fuesen mucho más grandes en tiempos pasados, cuando era el océano supuestamente mucho
más pequeño.

Por otra parte, quienes opinan que el océano ha venido creciendo constantemente, señalan que las erupciones
volcánicas escupen aún hoy cantidades ingentes de vapor de agua al aire: vapor de agua de rocas profundas,
no del océano. Además, en el Pacífico hay montañas submarinas cuyas cimas, planas, quizá estuviesen antes
al nivel del mar, pero ahora quedan a cientos de pies por debajo de él.

Acaso sea posible llegar a un compromiso. Se ha sugerido que aunque el océano ha ido efectivamente
creciendo continuamente, el peso del agua acumulada hizo que el fondo marino cediera. Es decir, los océanos
han crecido constantemente en profundidad, no en anchura. Lo cual explicaría la presencia de esas mesetas
marinas sumergidas y también la existencia de los continentes.
Artículos sobre la vida en el Cosmos

Según el diccionario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España


la vida se define como:

Una forma de organización de la materia caracterizada por determinados procesos físicos y


químicos, cuya conjunción le permite autoorganizarse, realizar funciones de relación y
reproducción, y evolucionar.

A simple vista se hace difícil dar una adecuada definición de vida, pues cuando se mira a
nuestro alrededor abruma la gran abundancia y diversidad de organismos que pueblan la
Tierra. Se habla del origen de la vida, de la evolución de la vida o de las posibilidades de vida
en otros planetas, pero no existe una definición simple de vida.

En realidad, la vida en sentido abstracto tampoco existe, lo que existen son seres vivos, y
resulta muy difícil establecer el límite entre lo vivo y lo no vivo. En este aspecto, la vida es el
ente abstracto común a los seres vivos y para poder definir el concepto de vida es preciso
primeramente aclarar las características que deben cumplir los seres vivos.

Este capítulo contiene una serie de artículos relacionados con las formas de vida, su origen,
su evolución y las condiciones para su desarrollo.
El inicio de la vida
¿Cómo empezó la vida? Una respuesta clara y rotunda no la hay, porque cuando
empezó la vida no había nadie allí que sirviese de testigo. Pero se pueden hacer
análisis lógicos del problema.

Los astrónomos han llegado a ciertas conclusiones acerca de la composición


general del universo. Han encontrado, por ejemplo, que un 90 por 100 de él es
hidrógeno y un 9 por 100 helio. El otro 1 por 100 está constituido principalmente
por oxígeno, nitrógeno, neón, argón, carbono, azufre, silicio y hierro.

Partiendo de ahí y sabiendo de qué manera es probable que se combinen tales


elementos, es lógico concluir que la Tierra tenía al principio una atmósfera muy
rica en ciertos compuestos de hidrógeno: vapor de agua, amoníaco, metano,
sulfuro de hidrógeno, cianuro de hidrógeno, etc. Y también habría un océano de
agua líquida con gases atmosféricos disueltos en ella.

Para que se iniciase la vida en un mundo como éste es preciso que las moléculas elementales que existían, al
principio se combinaran entre sí para formar moléculas complejas. En general, la construcción de moléculas
complicadas de muchos átomos a base de moléculas elementales de pocos átomos requiere un aporte de
energía. La luz del: Sol (sobre todo su contenido ultravioleta), al incidir sobre el océano, podía suministrar la
energía necesaria para obligar a las moléculas pequeñas a formar otras mayores.

Pero ¿cuáles eran esas moléculas mayores?

El químico americano Stanley L. Miller decidió en 1952 averiguarlo. Preparó una mezcla de sustancias
parecida a la que, según se cree, existió en la primitiva atmósfera terrestre, y se cercioró de que era
completamente estéril. Luego la expuso durante varias semanas a una descarga eléctrica que servía como
fuente de energía. Al final comprobó que la mezcla contenía moléculas algo más complicadas que aquéllas
con las que había comenzado. Todas ellas eran moléculas del tipo que se encuentran en los tejidos vivos y
entre ellas había algunos de los aminoácidos que son los bloques fundamentales de unos importantes
compuestos: las proteínas.

Desde 1952 ha habido muchos investigadores, de diversos países, que han repetido el experimento,
añadiendo detalles y refinamientos. Han construido diversas moléculas por métodos muy distintos y las han
utilizado luego como punto de partida de otras construcciones.

Se ha comprobado que las sustancias así formadas apuntan directamente hacia las complejas sustancias de la
vida: las proteínas y los ácidos nucleicos. No se ha hallado ninguna sustancia que difiera radicalmente de las
que son características de los tejidos vivos.

Aún no se ha conseguido nada que ni por un máximo esfuerzo de imaginación pudiera llamarse viviente,
pero hay que tener en cuenta que los científicos están trabajando con unos cuantos decilitros de líquido,
durante unas cuantas semanas cada vez. En los orígenes de la Tierra, lo que estaba expuesto al Sol era un
océano entero de líquido durante miles de millones de años.

Bajo el azote de la luz solar, las moléculas del océano fueron haciéndose cada vez más complejas, hasta que
en último término surgió una que era capaz de inducir la organización de moléculas elementales en otra
molécula igual que ella. Con ello comenzó y continuó la vida, evolucionando gradualmente hasta el presente.
Las formas primitivas de «vida» tuvieron que ser mucho menos complejas que las formas más simples de
vida en la actualidad, pero de todos modos ya eran bastante complejas. Hoy día los científicos tratan de
averiguar cómo se formó esa singular molécula que acabamos, de mencionar.

Parece bastante seguro que la vida se desarrolló, no como un milagro, sino debido a la combinación de
moléculas según una trayectoria de mínima resistencia. Dadas las condiciones de la Tierra primitiva, la vida
no tuvo por menos de formarse, igual que el hierro no tiene por menos que oxidarse en el aire húmedo.
Cualquier otro planeta que se parezca física y químicamente a la Tierra desarrollaría inevitablemente vida,
aunque no necesariamente inteligente.
El Sol y la vida
Uno de los pocos puntos sobre el cual los científicos actuales están de
acuerdo con los de la antiguedad es que el Sol es la fuente de toda forma de
vida sobre la Tierra. El continuo fluir de energía radiante que baña la
superficie de nuestro planeta, y que proviene de aquél auténtico infierno
termonuclear que es el Sol, ha permitido a la vida desarrollarse y prosperar.

Los estudios más precisos sobre el Sol han revelado que nuestro astro rey no
posee zonas verdaderamente sólidas. Aparece como una enorme bola de gas,
en cuyo centro la presión gravitacional es tan alta como para hacer que el gas
se convierta en semisólido.

El Sol tiene una superficie amarilla luminosa, conocida como fotosfera, con una temperatura variable entre
los 10.000O ºC y los 4.400O ºC en la parte más externa. Son temperaturas extremadamente altas, pero casi
sin valor en comparación con las de su núcleo que, se estima, superaría los 15 millones de grados
centígrados. Sobre la fotosfera existe una cobertura de gas de color rosado que tiene temperaturas que oscilan
entre los 4.400 y el millon de grados centígrados. Es conocida como cromosfera.

La región del Sol más externa y extensa que se conoce es la corona, compuesta de vapores, filamentos y
rayos de luz blanca. El gas que la alimenta está a unos dos millones de grados centígrados y, precisamente a
causa de estas altísimas temperaturas, el gas ionizado de la corona (llamado plasma), es impulsado desde la
superficie del Sol hacia el espacio. Estas partículas de la corona solar constituyen el viento solar, que llega
hasta la Tierra.

Las manchas solares, uno de los fenómenos más conocidos de nuestro astro, son probablemente vórtices de
gas provocados por complicadas corrientes gaseosas del Sol. Cuando la actividad solar es muy intensa, se
observan las llamadas protuberancias, lenguas luminosas que salen de la cromosfera, y las famosas
erupciones.

Existen muchas relaciones entre los fenómenos solares y la vida sobre la Tierra. Una relación evidente es la
que hay entre actividad solar y crecimiento de las plantas. El espesor de los anillos de los árboles es mayor
durante la época de máxima actividad del Sol.

Uno de los fenómenos básicos en la evolución de los seres vivos sobre nuestro planeta es la fotosíntesis,
proceso en virtud del cual los organismos con clorofila, como las plantas verdes, las algas y algunas
bacterias, capturan energía en forma de luz y la transforman en energía química. Prácticamente toda la
energía que consume la vida de la biosfera terrestre procede de la fotosíntesis y, sin el Sol, esta sería
imposible.

Incluso se especula que la historia de la humanidad puede estar influenciada por ella. En 1789, el año de la
Revolución Francesa, se tuvo el máximo de actividad solar. Tal vez fue sólo un caso, porque otros
acontecimientos históricos importantes se produjeron en períodos de baja actividad.

Las interrogantes aún existentes sobre nuestra estrella son muchas. La primera entre todas es la relativa a su
vida: ¿por cuanto tiempo continuará el Sol proporcionando a la Tierra la energía vital? El proceso vital del
Sol es el mismo que proporciona la energía para una bomba H y el propio Sol es comparable a la explosión
controlada de millones y millones de bombas de hidrógeno que estallan ininterrumpidamente. Sólo puede
decirse una cosa: cuando este ciclo se interrumpa y el Sol se apague, habrán transcurrido miles de millones
de años.
¿Hay vida extraterrestre?
Si en torno a la mitad de las estrellas de nuestra galaxia semejantes al Sol
orbitase un planeta, en el lugar preciso como para tener una temperatura
favorable a la aparición de la vida, entonces en la Vía Láctea habría diez mil
millones de planetas semejantes a la Tierra.

Ahora bien, para conocer en cuántos de ellos puede haber vida inteligente y con
habilidad tecnológica, con la cual pudiésemos comunicarnos por radio, habría
que saber cuán probable es que esta surja cuando las condiciones de un planeta
son las adecuadas; cuán factible es que evolucione hasta generar seres
inteligentes y, por último, cuán posible es que estos formen una sociedad de
orientación tecnológica.

La consideración de todos estos factores escapa al dominio de la astronomía y es


de competencia de ciencias como la bioquímica, la biología o la sociología. Sin
embargo, según estimaciones de varios científicos, es posible que en uno de cada cien planetas surja una
civilización técnicamente avanzada. Por lo tanto, en la Vía Láctea habría cien millones de planetas en los
que, en algún momento de su desarrollo, surgió una civilización tecnológica.

No todas las civilizaciones evolucionan forzosamente hacia sociedades tecnológicas. En el Universo puede
haber muchas integradas por poetas (que posiblemente sobrevivan mejor), muy respetables por cierto.
Desgraciadamente, con ellas nunca podremos comunicarnos utilizando las ondas de radio. Por eso, nuestra
atención se centra en las civilizaciones tecnológicas no porque las consideremos "las más avanzadas" o las
mejores del cosmos, sino porque solo con ellas podemos entrar en contacto.

Más urgente que conocer cuántas civilizaciones esperamos estén ahí, en algún lugar de la Vía Láctea, a la
espera de comunicarse con nosotros, es importante resolver un problema crucial: saber cuál es la longevidad
de una civilización técnicamente avanzada. ¿Cuánto vive una civilización de esta naturaleza antes de
autodestruirse o de sucumbir frente a problemas provocados por ella misma y que es incapaz de resolver?

La única civilización tecnológicamente avanzada que conocemos es la nuestra, y ha vivido como tal (es
decir, con capacidad para comunicarse mediante ondas de radio con otros puntos del espacio) unos 60 años.
Esto es, un lapso muy pequeño comparado con la vida de la galaxia.

Si las civilizaciones avanzadas carecieran de la sabiduría suficiente como para superar los problemas que trae
consigo el avance tecnológico, y solo vivieran (por ejemplo) cien años, los cien millones de civilizaciones de
nuestra galaxia ya estarían extinguidos.

Para saber cuántas están vivas hoy, basta con averiguar qué porcentaje representa cien años en relación con la
edad de la galaxia, una vida del orden de los diez mil millones de años. La proporción es uno a cien millones.
Eso significa que hoy estaría viva solo una de los cien millones que hayan existido en la Vía Láctea: la
nuestra.

Pero no seamos tan pesimistas. Supongamos que una civilización técnicamente avanzada viviese mucho
tiempo, unos cien millones de años, por ejemplo, y que solucionase todos los problemas que se le presentan.
En ese caso habría en toda la galaxia un millón de civilizaciones que estarían vivas hoy y con las cuales
podríamos, en principio, establecer contacto mediante ondas de radio.

Este número (un millón de civilizaciones) puede parecer muy grande, pero las posibilidades de comunicación
son menores si se recuerda que la distancia típica entre dos estrellas es de unos cuatro años-luz. Aún si
lográsemos saber exactamente cuál estrella contiene al planeta donde está la civilización más cercana a la
nuestra, la posible conversación con sus miembros no sería fácil. Si en este momento dijésemos ¡Hola!,
nuestro llamado demoraría algo más de cuatro años en llegar a ellos; si respondiesen de inmediato pasarían
otros 4 años antes de que su respuesta a nuestro saludo llegase de vuelta. Por lo tanto, es una posibilidad
bastante poco excitante la de hablar por teléfono de ida y vuelta, en vivo y en directo, con nuestros vecinos
más próximos.

Las comunicaciones deberían ser en una sola dirección. Nosotros podríamos mandar una gran cantidad de
información en mensajes especialmente codificados para que ellos comprendieran, y tener la esperanza de
que algún día, alguien que los escuche, sepa de nuestra existencia en el cosmos y aprenda algo de nosotros.

De igual modo, deberíamos escuchar con antenas adecuadas las bandas de radio, para saber si alguien, desde
algún punto de la galaxia, ha radiado ya un mensaje dando a conocer su presencia y contando cómo es la
civilización a la que pertenece. Es como practicar la actividad de los radioaficionados, pero a escala cósmica
Leyes y teorías astronómicas

Desde los griegos hasta la teoría de Newton el hombre se esforzaba por dar unas leyes que
rigieran el movimiento de la Tierra y de los planetas. La observación fue el único método del
que se servían y al que planteaban diversas soluciones matemáticas cada vez mas
complicadas.

Pero hasta la publicación de la ley de gravitación de Newton no se dio respuesta a todos los
problemas en conjunto. A partir de su publicación y su extensión la ciencia se convirtió en
determinista, pues todo lo que ocurría se debía a la ley de gravitación universal y tenía
carácter de reversibilidad temporal. Sirvió de modelo sobre el cual se empezó a construir las
leyes sobre la electricidad y magnetismo.

A partir del siglo XIX, el descubrimiento de los fenómenos ondulatorios de la luz empezó a
demostrar que no todos los fenómenos naturales se regían por la ley de gravitación universal.
El gran rebatimiento de esta ley se produjo ya en el siglo XX con la teoría de la relatividad de
Einstein, que demostraba la imposibilidad de que las interacciones se propaguen
instantáneamente y la necesidad de considerar un cuarto eje con el tiempo como magnitud.

El abandono del determinismo científico (que ahora se conoce como la física clásica) se
realiza tras el surgimiento de la teoría cuántica, formulada por Einstein, Bohr, Heisenberg y
otros, que demostró que para sistemas microscópicos las propiedades ondulatorias de la
materia se ponen de manifiesto y la ley de Newton no es aplicable.

Este capítulo contiene lecturas sobre estas y otras leyes y teorías acerca del Universo.
Isaac Newton y la ley de la gravitación universal
La gravitación es la fuerza de atracción mutua que experimentan los cuerpos
por el hecho de tener una masa determinada. La existencia de dicha fuerza fue
establecida por el matemático y físico inglés Isaac Newton en el s. XVII,
quien, además, desarrolló para su formulación el llamado cálculo de fluxiones
(lo que en la actualidad se conoce como cálculo integral).

Isaac Newton nació el 25 de diciembre de 1642, en Woolsthorpe,


Lincolnshire. Cuando tenía tres años, su madre viuda se volvió a casar y lo
dejó al cuidado de su abuela. Al enviudar por segunda vez, decidió enviarlo a
una escuela primaria en Grantham. En el verano de 1661 ingresó en el Trinity
College de la Universidad de Cambridge, donde recibió su título de profesor.

Durante esa época se dedicó al estudio e investigación de los últimos avances en matemáticas y a la filosofía
natural. Casi inmediatamente realizó descubrimientos fundamentales que le fueron de gran utilidad en su
carrera científica. También resolvió cuestiones relativas a la luz y la óptica, formuló las leyes del movimiento
y dedujo a partir de ellas la ley de la gravitación universal.

La ley formulada por Newton y que recibe el nombre de ley de la gravitación universal, afirma que la fuerza
de atracción que experimentan dos cuerpos dotados de masa es directamente proporcional al producto de sus
masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa (ley de la inversa del cuadrado
de la distancia). La ley incluye una constante de proporcionalidad (G) que recibe el nombre de constante de
la gravitación universal y cuyo valor, determinado mediante experimentos muy precisos, es de:

6,670. 10-11 Nm²/kg².

Para determinar la intensidad del campo gravitatorio asociado a un cuerpo con un radio y una masa
determinados, se establece la aceleración con la que cae un cuerpo de prueba (de radio y masa unidad) en el
seno de dicho campo. Mediante la aplicación de la segunda ley de Newton tomando los valores de la fuerza
de la gravedad y una masa conocida, se puede obtener la aceleración de la gravedad.

Dicha aceleración tiene valores diferentes dependiendo del cuerpo sobre el que se mida; así, para la Tierra se
considera un valor de 9,8 m/s² (que equivalen a 9,8 N/kg), mientras que el valor que se obtiene para la
superficie de la Luna es de tan sólo 1,6 m/s², es decir, unas seis veces menor que el correspondiente a nuestro
planeta, y en uno de los planetas gigantes del sistema solar, Júpiter, este valor sería de unos 24,9 m/s².

En un sistema aislado formado por dos cuerpos, uno de los cuales gira alrededor del otro, teniendo el primero
una masa mucho menor que el segundo y describiendo una órbita estable y circular en torno al cuerpo que
ocupa el centro, la fuerza centrífuga tiene un valor igual al de la centrípeta debido a la existencia de la
gravitación universal.

A partir de consideraciones como ésta es posible deducir una de las leyes de Kepler (la tercera), que relaciona
el radio de la órbita que describe un cuerpo alrededor de otro central, con el tiempo que tarda en barrer el
área que dicha órbita encierra, y que afirma que el tiempo es proporcional a 3/2 del radio. Este resultado es
de aplicación universal y se cumple asimismo para las órbitas elípticas, de las cuales la órbita circular es un
caso particular en el que los semiejes mayor y menor son iguales.
La teoria del Big Bang y el origen del Universo
El Big Bang, literalmente gran estallido, constituye el momento en que de la
"nada" emerge toda la materia, es decir, el origen del Universo. La materia,
hasta ese momento, es un punto de densidad infinita, que en un momento
dado "explota" generando la expansión de la materia en todas las direcciones
y creando lo que conocemos como nuestro Universo.

Inmediatamente después del momento de la "explosión", cada partícula de


materia comenzó a alejarse muy rápidamente una de otra, de la misma manera
que al inflar un globo éste va ocupando más espacio expandiendo su
superficie. Los físicos teóricos han logrado reconstruir esta cronología de los
hechos a partir de un 1/100 de segundo después del Big Bang. La materia
lanzada en todas las direcciones por la explosión primordial está constituida
exclusivamente por partículas elementales: Electrones, Positrones, Mesones, Bariones, Neutrinos, Fotones y
un largo etcétera hasta más de 89 partículas conocidas hoy en día.

En 1948 el físico ruso nacionalizado estadounidense George Gamow modificó la teoría de Lemaître del
núcleo primordial. Gamow planteó que el Universo se creó en una explosión gigantesca y que los diversos
elementos que hoy se observan se produjeron durante los primeros minutos después de la Gran Explosión o
Big Bang, cuando la temperatura extremadamente alta y la densidad del Universo fusionaron partículas
subatómicas en los elementos químicos.

Cálculos más recientes indican que el hidrógeno y el helio habrían sido los productos primarios del Big
Bang, y los elementos más pesados se produjeron más tarde, dentro de las estrellas. Sin embargo, la teoría de
Gamow proporciona una base para la comprensión de los primeros estadios del Universo y su posterior
evolución. A causa de su elevadísima densidad, la materia existente en los primeros momentos del Universo
se expandió con rapidez. Al expandirse, el helio y el hidrógeno se enfriaron y se condensaron en estrellas y
en galaxias. Esto explica la expansión del Universo y la base física de la ley de Hubble.

Según se expandía el Universo, la radiación residual del Big Bang continuó enfriándose, hasta llegar a una
temperatura de unos 3 K (-270 °C). Estos vestigios de radiación de fondo de microondas fueron detectados
por los radioastrónomos en 1965, proporcionando así lo que la mayoría de los astrónomos consideran la
confirmación de la teoría del Big Bang.

Uno de los problemas sin resolver en el modelo del Universo en expansión es si el Universo es abierto o
cerrado (esto es, si se expandirá indefinidamente o se volverá a contraer).

Un intento de resolver este problema es determinar si la densidad media de la materia en el Universo es


mayor que el valor crítico en el modelo de Friedmann. La masa de una galaxia se puede medir observando el
movimiento de sus estrellas; multiplicando la masa de cada galaxia por el número de galaxias se ve que la
densidad es sólo del 5 al 10% del valor crítico. La masa de un cúmulo de galaxias se puede determinar de
forma análoga, midiendo el movimiento de las galaxias que contiene. Al multiplicar esta masa por el número
de cúmulos de galaxias se obtiene una densidad mucho mayor, que se aproxima al límite crítico que indicaría
que el Universo está cerrado.

La diferencia entre estos dos métodos sugiere la presencia de materia invisible, la llamada materia oscura,
dentro de cada cúmulo pero fuera de las galaxias visibles. Hasta que se comprenda el fenómeno de la masa
oculta, este método de determinar el destino del Universo será poco convincente.

Muchos de los trabajos habituales en cosmología teórica se centran en desarrollar una mejor comprensión de
los procesos que deben haber dado lugar al Big Bang. La teoría inflacionaria, formulada en la década de
1980, resuelve dificultades importantes en el planteamiento original de Gamow al incorporar avances
recientes en la física de las partículas elementales. Estas teorías también han conducido a especulaciones tan
osadas como la posibilidad de una infinidad de universos producidos de acuerdo con el modelo inflacionario.

Sin embargo, la mayoría de los cosmólogos se preocupa más de localizar el paradero de la materia oscura,
mientras que una minoría, encabezada por el sueco Hannes Alfvén, premio Nobel de Física, mantienen la
idea de que no sólo la gravedad sino también los fenómenos del plasma, tienen la clave para comprender la
estructura y la evolución del Universo.
Albert Einstein y la relatividad
Según las leyes del movimiento establecidas por primera vez con detalle por
Isaac Newton hacia 1680-89, dos o más movimientos se suman de acuerdo
con las reglas de la aritmética elemental. Supongamos que un tren pasa a
nuestro lado a 20 kilómetros por hora y que un niño tira desde el tren una
pelota a 20 kilómetros por hora en la dirección del movimiento del tren. Para
el niño, que se mueve junto con el tren, la pelota se mueve a 20 kilómetros
por hora. Pero para nosotros, el movimiento del tren y el de la pelota se
suman, de modo que la pelota se moverá a la velocidad de 40 kilómetros por
hora.

Como veis, no se puede hablar de la velocidad de la pelota a secas. Lo que


cuenta es su velocidad con respecto a un observador particular. Cualquier
teoría del movimiento que intente explicar la manera en que las velocidades
(y fenómenos afines) parecen variar de un observador a otro sería una
«teoría de la relatividad».

La teoría de la relatividad de Einstein nació del siguiente hecho: lo que funciona para pelotas tiradas desde un
tren no funciona para la luz. En principio podría hacerse que la luz se propagara, o bien a favor del
movimiento terrestre, o bien en contra de él. En el primer caso parecería viajar más rápido que en el segundo
(de la misma manera que un avión viaja más aprisa, en relación con el suelo, cuando lleva viento de cola que
cuando lo lleva de cara). Sin embargo, medidas muy cuidadosas demostraron que la velocidad de la luz
nunca variaba, fuese cual fuese la naturaleza del movimiento de la fuente que emitía la luz.

Einstein dijo entonces: supongamos que cuando se mide la velocidad de la luz en el vacío, siempre resulta el
mismo valor (unos 299.793 kilómetros por segundo), en cualesquiera circunstancias. ¿Cómo podemos
disponer las leyes del universo para explicar esto? Einstein encontró que para explicar la constancia de la
velocidad de la luz había que aceptar una serie de fenómenos inesperados.

Halló que los objetos tenían que acortarse en la dirección del movimiento, tanto más cuanto mayor fuese su
velocidad, hasta llegar finalmente a una longitud nula en el límite de la velocidad de la luz; que la masa de
los objetos en movimiento tenía que aumentar con la velocidad, hasta hacerse infinita en el límite de la
velocidad de la luz; que el paso del tiempo en un objeto en movimiento era cada vez más lento a medida que
aumentaba la velocidad, hasta llegar a pararse en dicho límite; que la masa era equivalente a una cierta
cantidad de energía y viceversa.

Todo esto lo elaboró en 1905 en la forma de la «teoría especial de la relatividad», que se ocupaba de cuerpos
con velocidad constante. En 1915 extrajo consecuencias aún más sutiles para objetos con velocidad variable,
incluyendo una descripción del comportamiento de los efectos gravitatorios. Era la «teoría general de la
relatividad».

Los cambios predichos por Einstein sólo son notables a grandes velocidades. Tales velocidades han sido
observadas entre las partículas subatómicas, viéndose que los cambios predichos por Einstein se daban
realmente, y con gran exactitud. Es más, sí la teoría de la relatividad de Einstein fuese incorrecta, los
aceleradores de partículas no podrían funcionar, las bombas atómicas no explotarían y habría ciertas
observaciones astronómicas imposibles de hacer.

Pero a las velocidades corrientes, los cambios predichos son tan pequeños que pueden ignorarse. En estas
circunstancias rige la aritmética elemental de las leyes de Newton; y como estamos acostumbrados al
funcionamiento de estas leyes, nos parecen ya de «sentido común», mientras que la ley de Einstein se nos
antoja «extraña».
La teoría inflacionaria
De acuerdo con la teoría de la Gran Explosión o del Big Bang, generalmente
aceptada, el Universo surgió de una explosión inicial que ocasionó la
expansión de la materia desde un estado de condensación extrema. Sin
embargo, en la formulación original de la teoría del Big Bang quedaban varios
problemas sin resolver. El estado de la materia en la época de la explosión era
tal que no se podían aplicar las leyes físicas normales. El grado de
uniformidad observado en el Universo también era difícil de explicar porque,
de acuerdo con esta teoría, el Universo se habría expandido con demasiada
rapidez para desarrollar esta uniformidad.

Según la teoría del Big Bang, la expansión del universo pierde velocidad,
mientras que la teoría inflacionaria lo acelera e induce el distanciamiento, cada
vez más rápido, de unos objetos de otros. Esta velocidad de separación llega a
ser superior a la velocidad de la luz, sin violar la teoría de la relatividad, que prohíbe que cualquier cuerpo de
masa finita se mueva más rápido que la luz. Lo que sucede es que el espacio alrededor de los objetos se
expande más rápido que la luz, mientras los cuerpos permanecen en reposo en relación con él.

A esta extraordinaria velocidad de expansión inicial se le atribuye la uniformidad del universo visible, las
partes que lo constituían estaban tan cerca unas de otras, que tenían una densidad y temperatura comunes.

Alan H Guth del Instituto Tecnológico de Massachussets (M.I.T.) sugirió en 1981 que el universo caliente,
en un estadio intermedio, podría expandirse exponencialmente. La idea de Guth postulaba que este proceso
de inflación se desarrollaba mientras el universo primordial se encontraba en el estado de superenfriamiento
inestable. Este estado superenfriado es común en las transiciones de fase; por ejemplo en condiciones
adecuadas el agua se mantiene líquida por debajo de cero grados. Por supuesto, el agua superenfriada termina
congelándose; este suceso ocurre al final del período inflacionario.

En 1982 el cosmólogo ruso Andrei Linde introdujo lo que se llamó "nueva hipótesis del universo
inflacionario". Linde se dió cuenta de que la inflación es algo que surge de forma natural en muchas teorías
de partículas elementales, incluidos los modelos más simples de los campos escalares. Si la mayoría de los
físicos han asumido que el universo nació de una sola vez; que en un comienzo éste era muy caliente, y que
el campo escalar en el principio contaba con una energía potencial mínima, entonces la inflación aparece
como natural y necesaria, lejos de un fenómeno exótico apelado por los teóricos para salir de sus problemas.
Se trata de una variante que no requiere de efectos gravitatorios cuánticos, de transiciones de fase, de un
superenfriamiento o también de un supercalentamiento inicial.

Considerando todos los posibles tipos y valores de campos escalares en el universo primordial y tratando de
comprobar si alguno de ellos conduce a la inflación, se encuentra que en los lugares donde no se produce
ésta, se mantienen pequeños, y en los dominios donde acontece terminan siendo exponencialmente grandes y
dominan el volumen total del universo. Considerando que los campos escalares pueden tomar valores
arbitrarios en el universo primordial, Andrei Linde llamó a esta hipótesis "inflación caótica".

La teoría inflacionaria, predice que el universo debe ser esencialmente plano, lo cual puede comprobarse
experimentalmente, ya que la densidad de materia de un universo plano guarda relación directa con su
velocidad de expansión.

La otra predicción comprobable de esta teoría tiene que ver con las perturbaciones de densidad producidas
durante la inflación. Se trata de perturbaciones de la distribución de materia en el universo, que incluso
podrían venir acompañadas de ondas gravitacionales. Las perturbaciones dejan su huella en el fondo cósmico
de microondas, que llena el cosmos desde hace casi 15 mil millones de años.
La Paradoja de Olbers
La paradoja de Olbers es la contradicción aparente que existe entre que el
cielo nocturno sea negro y que el Universo sea infinito. Si lo es, cada línea de
visión desde la Tierra debería terminar en una estrella. Por tanto, el cielo
debería ser completamente brillante.

Pero los astrónomos saben que durante la noche el cielo que hay entre las
estrellas es negro. Una paradoja ocurre cuando se llega a dos resultados
opuestos utilizando dos métodos de razonamiento en apariencia válidos. La
paradoja de Olbers recibe el nombre del físico y astrónomo alemán Wilhelm
Olbers, que escribió sobre la paradoja en la década de 1820.

La paradoja existente entre una noche oscura y un universo infinito se


conocía antes de que fuera discutida por Olbers. A principios del siglo XVII,
el astrónomo alemán Johannes Kepler utilizó la paradoja para respaldar la
idea de que el Universo es infinito. En 1715, el astrónomo británico Edmund
Halley identificó en el cielo algunas zonas brillantes y propuso que el cielo no brilla uniformemente durante
la noche porque, aunque el Universo es infinito, las estrellas no están distribuidas de manera uniforme.

El astrónomo suizo Jean-Philippe Loys de Chéseaux comenzó a estudiar la paradoja basándose en el trabajo
de Halley. Al final de un libro que trataba del brillante cometa que estudió en 1743, Chéseaux discutió la
paradoja de forma explícita. Sugirió que o bien la esfera de las estrellas no era infinita o bien la intensidad de
la luz disminuía rápidamente con la distancia, quizás debido a cierto material absorbente presente en el
espacio.

En 1823 Olbers planteó la solución de que el cielo era oscuro de noche porque algo en el espacio bloqueaba
la mayor parte de la luz estelar que debía llegar a la Tierra. Los científicos actuales se han dado cuenta de que
la solución de Olbers no funcionaría, ya que la materia en el espacio que bloqueara la luz se calentaría con el
tiempo y, finalmente, radiaría con tanto brillo como las estrellas. Las traducciones de los artículos de Olbers
al inglés y al francés hicieron que su trabajo fuera bastante conocido. Durante los cien años siguientes la
paradoja no fue discutida.

En 1948, el astrónomo británico Hermann Bondi se refirió a la paradoja de Olbers como una parte de la
teoría del estado estacionario. La solución de Bondi era que la expansión del Universo provocaba que la luz
percibida desde la lejanía fuera rojiza y, por tanto, con menor energía en cada fotón o partícula de luz. Esta
solución es igualmente válida para la teoría del Big Bang.

En la década de 1960, el astrónomo estadounidense Edward Harrison llegó al entendimiento y solución


actuales de la paradoja de Olbers. Harrison mostró que el cielo es oscuro de noche porque nosotros no vemos
las estrellas que están infinitamente lejos. La solución de Harrison depende de que el Universo tenga una
edad infinita. Dado que la luz tarda cierto tiempo en alcanzar la Tierra, mirar lejos en el espacio es como
mirar en el pasado. Cada línea de visión desde la Tierra no termina en una estrella porque la luz de las
estrellas más lejanas que se necesitan para crear la paradoja de Olbers todavía no ha alcanzado la Tierra.

Durante el tiempo de existencia del Universo, las estrellas no han emitido energía suficiente para hacer que el
cielo nocturno brille. El efecto del desplazamiento hacia el rojo, por el que la energía de las estrellas más
lejanas disminuye, es un efecto menor en este modelo.
Fuerzas fundamentales del Universo
Fuerzas fundamentales son aquellas fuerzas del Universo que no se pueden
explicar en función de otras más básicas. Las fuerzas o interacciones
fundamentales conocidas hasta ahora son cuatro: gravitatoria,
electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil.

La gravitatoria es la fuerza de atracción que un trozo de materia ejerce sobre


otro, y afecta a todos los cuerpos. La gravedad es una fuerza muy débil y de
un sólo sentido, pero de alcance infinito.

La fuerza electromagnética afecta a los cuerpos eléctricamente cargados, y es


la fuerza involucrada en las transformaciones físicas y químicas de átomos y
moléculas. Es mucho más intensa que la fuerza gravitatoria, tiene dos sentidos (positivo y negativo) y su
alcance es infinito.

La fuerza o interacción nuclear fuerte es la que mantiene unidos los componentes de los núcleos atómicos, y
actúa indistintamente entre dos nucleones cualesquiera, protones o neutrones. Su alcance es del orden de las
dimensiones nucleares, pero es más intensa que la fuerza electromagnética.

La fuerza o interacción nuclear débil es la responsable de la desintegración beta de los neutrones; los
neutrinos son sensibles únicamente a este tipo de interacción. Su intensidad es menor que la de la fuerza
electromagnética y su alcance es aún menor que el de la interacción nuclear fuerte.

Todo lo que sucede en el Universo es debido a la actuación de una o varias de estas fuerzas que se
diferencian unas de otras porque cada una implica el intercambio de un tipo diferente de partícula,
denominada partícula de intercambio o intermediaria. Todas las partículas de intercambio son bosones,
mientras que las partículas origen de la interacción son fermiones.

En la actualidad, los científicos intentan demostrar que todas estas fuerzas fundamentales, aparentemente
diferentes, son manifestaciones, en circunstancias distintas, de un modo único de interacción. El término
"teoría del campo unificado" engloba a las nuevas teorías en las que dos o más de las cuatro fuerzas
fundamentales aparecen como si fueran básicamente idénticas.

La teoría de la gran unificación intenta unir en un único marco teórico las interacciones nuclear fuerte y
nuclear débil, y la fuerza electromagnética. Esta teoría de campo unificado se halla todavía en proceso de ser
comprobada. La teoría del todo es otra teoría de campo unificado que pretende proporcionar una descripción
unificada de las cuatro fuerzas fundamentales.

Hoy, la mejor candidata a convertirse en una teoría del todo es la teoría de supercuerdas. Esta teoría física
considera los componentes fundamentales de la materia no como puntos matemáticos, sino como entidades
unidimensionales llamadas "cuerdas". Incorpora la teoría matemática de supersimetría, que sugiere que todos
los tipos de partícula conocidos deben tener una "compañera supersimétrica" todavía no descubierta. Esto no
significa que exista una compañera para cada partícula individual (por ejemplo, para cada electrón), sino un
tipo de partícula asociado a cada tipo conocido de partícula. La partícula hipotética correspondiente al
electrón sería el selectrón, por ejemplo, y la correspondiente al fotón sería el fotino. Esta combinación de la
teoría de cuerdas y la supersimetría es el origen del nombre de "supercuerdas".
Técnica y tecnología

El primer instrumento de observación astronómico fue el ojo humano, cuyas posibilidades


son limitadas. El desarrollo de una astronomía observacional sufrió estas limitaciones hasta
principios del siglo XVII, cuando Galileo construyó el primer telescopio astronómico.

Los telescopios astronómicos pueden ser de dos tipos: refractores y reflectores. Un telescopio
refractor está básicamente compuesto por un objetivo, una lente y un ocular. Estos
instrumentos presentan el problema de la aberración cromática y de la aberración esférica.
Los telescopios reflectores utilizan espejos como objetivo. Fueron construidos por primera
vez en Inglaterra en el siglo XVII; el más famoso fue construido por Newton.

Otra forma de conocer el Universo es mediante el estudio de otras radiaciones, además de la


luz. La radioastronomía es la ciencia que estudia los objetos celestes mediante la detección y
el análisis de la radiación electromagnética que emiten en el rango de longitudes de onda, que
van desde 1 milímetro hasta los 30 metros.

Evidentemente, si nos acercamos a los objetos de estudio o, como mínimo, podemos mejorar
las condiciones de observación, obtendremos mejores resultados. El desarrollo de la
misilística ha supuesto que podamos enviar instrumentos y personas más allá de la atmósfera
terrestre.

Este capítulo contiene textos sobre las técnicas y tecnologías que se utilizan para conocer
mejor el Espacio.
Pioneros de la misilística
En el periodo que va de finales del siglo XIX a la segunda guerra mundial, por
lo menos cuatro pioneros de la misilística y de la astronáutica deben
recordarse: Konstantin E. Tsiolkovsky, en Rusia; Robert H. Goddard, en
EE.UU.; Hermann Oberth, en Alemania; Robert Esnault-Pelterie, en Francia.

Tsiolkovsky nació en Izev en septiembre de 1857. Matemático y físico, en


1898 propone por primera vez el empleo de combustibles líquidos en
sustitución de los sólidos empleados hata el momento, adelantando la idea de
que los cohetes pudieran ser accionados por hidrógeno y oxígeno licuificados,
o bien por oxígeno líquido e hidrocarburos (precisamente como sucede en la
actualidad).

En sus estudios revolucionarios, Tsiolkovsky indicó también las líneas fundamentales de la ley por la cual la
velocidad final de los cohetes depende de la reserva de combustible y de la velocidad de expulsión de los
gases de combustión. Sus escritos fueron publicados en 1923, pero en aquellos años Rusia estaba agitada por
gravísimos problemas económicos, sociales y políticos, por lo cual sus geniales investigaciones cayeron en la
indiferencia general de científicos y profanos.

Sólo después de la Revolución de Octubre Tsiolkovsky encontró estímulos de las autoridades para continuar
sus estudios y experimentos hasta 1935, año en que murió. Además de haber realizado en 1930 un modelo de
cohete de combustible líquido, el científico ruso logró elaborar los cálculos para lanzar un satélite en órbita
terrestre.

También más allá del océano, en EE.UU., otro pionero de la misilística no encontró mucha acogida a sus
estudios: Robert Hutchings Goddard. Nacido en 1882 en Worcester, Massachusetts, Goddard fue profesor en
la Clarke University y hasta 1920 se ocupó de cohetes de combustible sólido. A partir de aquel año, el
científico se dedicó a los cohetes con combustible líquido y, en el histórico día del 16 de marzo de 1926,
lanzó el primer vehículo con motor de cohete accionado por oxígeno y petróleo ardiente.

A este primer experimento siguieron muchos otros y Goddard inventó el sistema para la estabilización
automática de los misiles, empleando giróscopos y guías montadas a la salida de las toberas de descarga.
Goddard con sus misiles logró alcanzar la altura de 2.750 m. y una velocidad máxima de 880 km/hora. Sus
trabajos, como se ha dicho, no suscitaron gran entusiasmo en sus contemporáneos y sólo después del
comienzo de la segunda guerra mundial pudo ver la aplicación práctica de los principios que había propuesto
muchos anos antes. Goddard murió en agosto de 1945.

Hermann Oberth, nacido en Hermannstadt en 1894, llevó muy adelante la investigación científica y
tecnológica en la misilística. En 1917 propuso al ministro de guerra alemán usar cohetes con combustible
líquido de largo alcance como arma de guerra, pero su idea no es escuchada. De sus estudios salieron los
primeros verdaderos cohetes, las V2 de las cuales, después de la guerra, nacerían los vehículos espaciales
rusos y americanos.

Contemporáneo de estos tres pioneros fue el francés Robert Esnault-Pelterie. Nacido en París en 1881,
graduado en ciencias, con sus estudios estableció serias bases científicas para la aviación considerándola
como un hecho de transición para la astronáutica. En 1930 publicó "La astronáutica", en la cual recogió todos
los conocimientos adquiridos hasta entonces en este campo. Pelterie murió en diciembre de 1957. Los sueños
de la astronáutica que había preconizado en sus obras estaban comenzando a convertirse en realidad: poco
antes, el 4 de octubre de 1957, los rusos habían puesto en órbita el Sputnik, el primer satélite artificial.
El Telescopio espacial Hubble
El Telescopio espacial Hubble está situado en los bordes exteriores de la
atmósfera, en órbita circular alrededor alrededor de la Tierra a 593 kilómetros
sobre el nivel del mar, que tarda en recorrer entre 96 y 97 minutos. Fue puesto
en órbita el 24 de abril de 1990 como un proyecto conjunto de la NASA y de
la ESA. El telescopio puede obtener resoluciones ópticas mayores de 0,
segundo de arco. Tiene un peso en torno a 11.000 kilos, es de forma cilíndrica
y tiene una longitud de 13,2 m y un diámetro máximo de 4,2 metros.

El telescopio es reflector y dispone de dos espejos, teniendo el principal 2, 4


metros de diámetro. Para la exploración del cielo incorpora varios
espectrómetros y tres cámaras, una de campo estrecho para fotografiar zonas
pequeñas del espacio (de brillo débil por su lejanía), otra de campo ancho para
obtener imágenes de planetas y una tercera infrarroja. Mediante dos paneles solares genera electricidad que
alimenta las cámaras, los cuatro motores empleados para orientar y estabilizar el telescopio y el equipos de
refrigeración de la cámara infrarroja y el espectrómetro que trabajan a -180 ºC.

Desde su lanzamiento, el telescopio ha recibido varias visitas de los astronautas para corregir diversos errores
de funcionamiento e instalar equipo adicional. Debido al rozamiento con la atmósfera (muy tenue a esa
altura), el telescopio va perdiendo peso muy lentamente, ganando velocidad, de modo que cada vez que es
visitado, el transbordador espacial ha de empujarlo a una órbita ligeramente más alta.

La ventaja de disponer de un telescopio más allá de la atmósfera radica principalmente en que ésta absorbe
ciertas longitudes de onda de la radiación electromagnética que incide sobre la Tierra, especialmente en el
infrarrojo lo que oscurece las imágenes obtenidas, disminuyendo su calidad y limitando el alcance, o
resolución, de los telescopios terrestres. Además, éstos se ven afectados también por factores meteorológicos
(presencia de nubes) y la contaminación lumínica ocasionada por los grandes asentamientos urbanos, lo que
reduce las posibilidades de ubicación de telescopios terrestres.

Desde que fue puesto en órbita en 1990 para eludir la distorsión de la atmósfera - históricamente, el problema
de todos los telescopios terrestres -, el Hubble ha permitido a los científicos ver el Universo con una claridad
jamás lograda. Con sus observaciones, los astrónomos confirmaron la existencia de los agujeros negros,
aclararon ideas sobre el nacimiento del Universo en una gran explosión, el Big Bang, ocurrida hace unos
13.700 millones de años, y revelaron nuevas galaxias y sistemas en los rincones más recónditos del cosmos.
El Hubble también ayudó a los científicos a establecer que el sistema solar es mucho más joven que el
Universo.

En principio se pensó traer el telescopio de vuelta a la Tierra cada cinco años para darle mantenimiento, y
que además habría una misión de mantenimiento en el espacio en cada periodo. Posteriormente, viendo las
complicaciones y riesgos que involucraba hecer regresar el instrumento a la Tierra y volver a lanzarlo, se
decidió que habría una misión de mantenimiento en el espacio cada tres años, quedando la primera de ellas
programada para diciembre de 1993. Cuando al poco tiempo de haber sido lanzado, se descubrió que el
Hubble padecía de una aberración óptica debida a un error de construcción, los responsables empezaron a
contar los días para esta primera misión de mantenimiento, con la esperanza de que pudiera corregirse el
error en la óptica.

A partir de que en esa primera misión de mantenimiento se instaló un sistema para corregir la óptica del
telescopio, sacrificando para ello un instrumento (el fotómetro rápido), el Hubble ha demostrado ser un
instrumento sin igual, capaz de realizar observaciones que repercuten continuamente en nuestras ideas acerca
del Universo.

El Hubble ha proporcionado imágenes dramáticas de la colisión del cometa Shoemaker-Levy 9 con el planeta
Júpiter en 1994, así como la evidencia de la existencia de planetas orbitando otras estrellas. Algunas de las
observaciones que han llevado al modelo actual del universo en expansión se obtuvieron con este telescopio.
La teoría de que la mayoría de las galaxias alojan un agujero negro en su núcleo ha sido parcialmente
confirmada por numerosas observaciones.

En diciembre de 1995, el telescopio fotografió el campo profundo del Hubble, una región del tamaño de una
treinta millonésima parte del área del cielo que contiene varios miles de galaxias. Una imagen similar del
hemisferio sur fue tomada en 1998 apreciándose notables similitudes entre ambas, lo que ha reforzado el
principio que postula que la estructura del Universo es independiente de la dirección en la cual se mira.
Radioastronomía: las ondas del espacio
La radioastronomía, importante rama de la astronomía, estudia los cuerpos
celestes a través de sus emisiones en el dominio de las ondas de radio.

A finales de los anos 1920, un joven ingeniero americano. Karl Jansky estaba
trabajando en Holmdel (New Jersey) en la investigación de las causas de
perturbaciones de radio de origen atmosférico que intervienen con las
transmisiones de larga distancia. Jansky construyó una antena formada por
una estructura metáíica en forma de jaula y la suspendió sobre las ruedas de
un viejo Ford, de manera que un motor pudicra hacer girar la antena en
diferentes direcciones. Después comenzó un largo y paciente trabajo de
recopilación de datos, que consistía en el registro de los diferentes tipos de
ruidos de radio captados en diferentes longitudes de onda, pero sobre todo en
las ondas cortas y desde varias direcciones del cielo.

Los resultados de este trabajo indicaron la existencia de tres tipos de interferencias: descargas breves
procedentes de temporales locales; descargas análogas correspondientes a temporales muy lejanos: silbidos
persistentes procedentes de una misteriosa fuente en movimiento regular a través del cielo.

Después de meses de intensa investigación Jansky llegó, en la primavera de 1932 a la conclusión de que la
fuente de aquel ruido estaba localizada en la constelación de Sagitario: en la dirección del núcleo de nuestra
Galaxia.

La noticia causó gran conmoción entre el público y se hicieron múltiples conjeturas sobre el origen de
aquellas señales: sin embargo el propio Jansky, que no era un astrónomo, se dio cuenta que no había nada de
misterioso en ellas comprendió que muchos cuerpos celestes, además de irradiar energía, bajo forma de luz
visible, lo hacen también bajo forma de ondas de radio.

Nacía un nuevo instrumento de investigación astronómica. que ofrecía la posibilidad de estudiar los cuerpos
celestes no sólo a través del telescopio, sino también a través de las antenas de radio: aquellas que más tarde
se llamaron Radiotelescopio.

Tal vez los tiempos no estaban lo suficientemente maduros para que la nueva ciencia pudiera desarrollarse,
pero lo cierto es que la solicitud de Jansky para construir una nueva antena con forma de Paraboloide para
profundizar en los estudios no fue atendida.

Las investigaciones del joven ingeniero de la Bell Telephone fueron tomadas por otro americano, Grote
Reber, que puede definirse como el primer y auténtico radioastrónomo del mundo.

No obstante, sólo después de la segunda guerra mundial, gracias también a los desarrollos de las tecnologías
del Radar, la radioastronomía pudo despegar definitivamente llevando a los astrónomos al descubrimiento de
un nuevo Universo.

Los mecanismos físicos que están en la base de las emisiones de radio por parte de los objetos celestes, son
diferentes de aquellos que hacen brillar a los mismos objetos con luz visible. Mientras casi todas las ondas
electromagnéticas comprendidas en el espectro visible tienen un origen térmico (es decir son consecuencia de
la elevada temperatura a la que se encuentra la materia de objetos celestes como las estrellas), las ondas
electromagnéticas comprendidas en el espectro radio se deben, sobre todo, al movimiento de partículas
elementales cargadas de energía; uno de los mecanismos típicos de la emisión de radio-ondas celestes es, por
ejemplo, la llamada radiación de Sincrotón: el movimiento en espiral de los haces de electrones que se
desplazan a la velocidad de la luz a través de los campos magnéticos estelares o galácticos.

No todos los cuerpos celestes que son potentes emisoras de ondas visibles lo son también de ondas
electromagnéticas. Por ejemplo el Sol y las estrellas, que vemos fácilmente a simple vista, son debilísimas
fuentes de radiación electromagnética. Si nuestros ojos fueran sensibles a las ondas de radio en lugar de a la
luz visible, el cielo cambiaría de aspecto. El Sol se convertiría en una débil fuente, la Luna y los planetas
serían casi invisibles, casi todas las estrellas desaparecerían de la escena y el cielo estaría dominado por una
franja intensa, la Vía Láctea (correspondiente al plano ecuatorial de nuestra Galaxia). Aquí flujos de
partículas componentes de los rayos cósmicos producen la radiación de sincrotón.

Además de esta franja desmesurada que ocuparía la íntegra bóveda celeste, veríamos también fuentes
aisladas en el interior de nuestra Galaxia, correspondientes a Supernovas, Púlsar, Nebulosas. Podríamos
incluso divisar objetos muy lejanos que se encuentran más allá de nuestra Galaxia, como galaxias externas
del tipo de Andrómeda, y también los Quásar, es decir los misteriosos núcleos de galaxias que parecen
encontrarse en los confines del Universo.

La radioastronomía ha incrementado notablemente los conocimientos del Universo a todos los niveles. En la
escala planetaria, por ejemplo, ciertos mecanismos de interacción entre campos magnéticos locales partículas
se han conocido gracias a las observaciones radio, como en el caso de Júpiter, que emite radiación de
sincrotrón precisamente en virtud del potente campo magnético que lo rodea.

Del Sol se podido estudiar algunos fenómenos como las manchas y las erupciones, que son sedes de
emisiones de radio. Incluso las lluvias anuales de meteoros se han convertido en un objeto de investigación
radioastronómica, gracias a que las trazas de las partículas que se queman en la atmósfera ionizan los átomos
por lo tanto, pueden captarse con técnicas de radio, incluso en pleno día.

En una escala más amplia se ha descubierto que nuestra Galaxia no sólo está compuesta de un conjunto de
estrellas, sino que también hay, entre ellas, grandes cantidades de hidrógeno frío e invisible a la observación
con instrumentos ópticos. La distribución de este gas, y el hecho de que él le confiere a nuestra Galaxia la
característica configuración de disco espiraliforme, son un resultado de la investigación del cic lo por medio
de las ondas de radio. El hidrógeno frío es visible en el dominio de las radio-ondas, porque tiene una emisión
característica en la longitud de on da de los 21 cm., que se debe a espontáneas inversiones de rotación de sus
electrones como consecuencia de la absorción de energía.

Uno de los logros de la radioastronomía consiste en la individualización de numerosas especies de Moléculas


interestelares. En una escala extragaláctica, la radioastronomía ha hecho importantes confirmaciones de la
teoría cosmológica del Universo en expansión después de un Big Bang inicial, gracias al descubrimiento de
radiofuentes lejanas que muestran un fuerte Desplazamiento hacia el rojo y gracias al descubrimiento de la
Radiación de fondo.

También las radiofuentes están catalogadas con criterios análogos a los de los catálogos estelares.
Originariamente se solían indicar las fuentes que estaba dentro de una misma constelación con una letra de
alfabeto a partir de la A, respetando el orden de magnitud. Por ejemplo, la radiofuente más potente de la
constelación de Tauro, la famosa nebulosa del Cangrejo, fue denominada Taurus A. Sin embargo, el número
de radiofuentes se ha incremento tanto en los últimos años, que esta simple catalogación se ha de mostrado
insuficiente.
¿Cómo medir las distancias?
Uno de los más grandes descubrimientos del siglo XX en el campo de la
física fue el de la expansión del Universo. La cosmología y la cosmogonía
se vieron particularmente beneficiadas con el trabajo del astrónomo
estadounidense Edwin Hubble (1889-1953).

Mientras trabajaba en el observatorio del Monte Wilson, California, Hubble


logró descubrir una relación entre la velocidad con que se desplazan las
galaxias en sentido radial y la distancia a que se encuentran.

La velocidad radial de las galaxias se determina estudiando su espectro y


viendo si él se encuentra desplazado hacia el azul o hacia el rojo y en
cuánto. En física este fenómeno se llama efecto Doppler y consiste en que un observador que recibe luz de
una fuente que se acerca, verá las líneas de su espectro desplazadas hacia el azul. En cambio, si la fuente
luminosa se aleja de este, su espectro se verá corrido hacia el rojo.

Valiéndose de esta propiedad, Hubble estableció que el espectro de la mayoría de las galaxias está
desplazado hacia el rojo, y que la magnitud del desplazamiento es proporcional a la distancia: las galaxias
más lejanas tienen un espectro más corrido hacia el rojo.

Toda la información anterior coincide con la teoría del Universo en expansión. El espacio entre las galaxias
se dilata, por lo que todas se alejan de todas. Incluso nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Para una mejor comprensión del problema es preciso remitirse a una imagen más conocida. Supongamos, por
ejemplo, que el radio de la Tierra comenzara a aumentar. Al mismo tiempo, la superficie empezaría a crecer
y todas las distancias aumentarían.

Todas las ciudades se alejarían de Madrid, cuanto más lejanas, más rápido. Pero también todas las ciudades
se alejarían de Barcelona, de Bilbao, de Sevilla o de Valencia. Todas las distancias aumentarían, por lo cual,
si nos situáramos en cualquier punto de la Tierra, veríamos que todos los otros puntos se alejan de nosotros y
que lo hacen a mayor velocidad cuanto más alejados se encuentran. Como puntos dibujados sobre la
superficie de un globo que se hincha.

El que el Universo esté expandiéndose implica que en el pasado las distancias eran menores. Al calcular el
ritmo de expansión actual y proyectarlo al pasado, se llega a la conclusión que hace 14 mil millones de años
todo el Universo estaba concentrado en un punto; todas las galaxias reunidas; toda la materia confinada a un
pequeño volumen de gran densidad y mucha temperatura.

Es preciso reiterar que este cálculo se hace suponiendo que el ritmo actual de expansión es el mismo que
existió en el pasado. Sin embargo, los astrónomos saben que esto no es real, pues el viaje de las galaxias es
paulatinamente frenado por la fuerza de gravedad que ejerce la materia.
Primeras mediciones astronómicas
La primera medición científica de una distancia cósmica fue realizada, hacia
el año 240 a. de J. C. , por Eratóstenes de Cirene - director de la Biblioteca de
Alejandría, por aquel entonces la institución científica más avanzada del
mundo -, quien apreció que el 21 de junio, cuando el Sol, al mediodía, se
hallaba exactamente en su cénit en la ciudad de Siena (Egipto), no lo estaba
también, a la misma hora, en Alejandría, unos 750 km al norte de Siena.
Eratóstenes concluyó que la explicación debía de residir en que la superficie
de la Tierra, al ser redonda, estaba siempre más lejos del Sol en unos puntos
que en otros.

Tomando por base la longitud de la sombra de Alejandría, al mediodía en el


solsticio, la ya avanzada Geometría pudo responder a la pregunta relativa a la
magnitud en que la superficie de la Tierra se curvaba en el trayecto de los 750 km entre Siena y Alejandría. A
partir de este valor pudo calcularse la circunferencia y el diámetro de la Tierra, suponiendo que ésta tenía una
forma esférica, hecho que los astrónomos griegos de entonces aceptaban sin vacilación.

Eratóstenes hizo los correspondientes cálculos (en unidades griegas) y, por lo que podemos juzgar, sus cifras
fueron, aproximadamente, de 12.000 km para el diámetro y unos 40.000 para la circunferencia de la Tierra.
Así, pues, aunque quizá por casualidad, el cálculo fue bastante correcto. Por desgracia, no prevaleció este
valor para el tamaño de la Tierra. Aproximadamente 100 años a. de J. C, otro astrónomo griego, Posidonio de
Apamea, repitió la experiencia de Eratóstenes, llegando a la muy distinta conclusión de que la Tierra tenía
una circunferencia aproximada de 29.000 km.

Este valor más pequeño fue el que aceptó Ptolomeo y, por tanto, el que se consideró válido durante los
tiempos medievales. Colón aceptó también esta cifra y, así, creyó que un viaje de 3.000 millas hacia
Occidente lo conduciría al Asia. Si hubiera conocido el tamaño real de la tierra, tal vez no se habría
aventurado. Finalmente, en 1521-1523, la flota de Magallanes - o, mejor dicho, el único barco que quedaba
de ella - circunnavegó por primera vez la Tierra, lo cual permitió restablecer el valor correcto, calculado por
Eratóstenes.

Basándose en el diámetro de la Tierra, Hiparco de Nicea, aproximadamente 150 años a. de J. C. , calculó la


distancia Tierra-Luna. Utilizó el método que había sido sugerido un siglo antes por Aristarco de Samos, el
más osado de los astrónomos griegos, los cuales habían supuesto ya que los eclipses lunares eran debidos a
que la Tierra se interponía entre el Sol y la Luna. Aristarco descubrió que la curva de la sombra de la Tierra
al cruzar por delante de la Luna indicaba los tamaños relativos de la Tierra y la Luna. A partir de esto, los
métodos geométricos ofrecían una forma para calcular la distancia a que se hallaba la Luna, en función del
diámetro de la Tierra. Hiparco, repitiendo este trabajo, calculó que la distancia de la Luna a la Tierra era 30
veces el diámetro de la Tierra, esto significaba que la Luna debía de hallarse a unos 348. 000 km de la Tierra.
Como vemos, este cálculo es también bastante correcto.

Pero hallar la distancia que nos separa de la Luna fue todo cuanto pudo conseguir la Astronomía griega para
resolver el problema de las dimensiones del Universo, por lo menos correctamente. Aristarco realizó también
un heroico intento por determinar la distancia Tierra-Sol. El método geométrico que usó era absolutamente
correcto en teoría, pero implicaba la medida de diferencias tan pequeñas en los ángulos que, sin el uso de los
instrumentos modernos, resultó ineficaz para proporcionar un valor aceptable. Según esta medición, el Sol se
hallaba unas 20 veces más alejado de nosotros que la Luna (cuando, en realidad, lo está unas 400 veces más).

En lo tocante al tamaño del Sol, Aristarco dedujo - aunque sus cifras fueron también erróneas - que dicho
tamaño debía de ser, por lo menos, unas 7 veces mayor que el de la Tierra, señalando a continuación que era
ilógico suponer que el Sol, de tan grandes dimensiones, girase en torno a nuestra pequeña Tierra, por lo cual
decidió, al fin, que nuestro planeta giraba en torno al Sol.

Por desgracia nadie aceptó sus ideas. Posteriores astrónomos, empezando por Hiparco y acabando por
Claudio Ptolomeo, emitieron toda clase de hipótesis acerca de los movimientos celestes, basándose siempre
en la noción de una Tierra inmóvil en el centro del Universo, con la Luna a 384. 000 km de distancia y otros
cuerpos situados más allá de ésta, a una distancia indeterminada. Este esquema se mantuvo hasta 1543, año
en que Nicolás Copérnico publicó su libro, el cual volvió a dar vigencia al punto de vista de Aristarco y
destronó para siempre a la Tierra de su posición como centro del Universo.
Artículos sobre astronáutica

La ley de la gravitación universal, enunciada por Isaac Newton, dice que cualquier partícula
de materia atrae a cada una de las demás con una fuerza directamente proporcional al
producto de sus masas respectivas e inversamente al cuadrado de la distancia que las separa.

Como los astros están en movimiento constante, la fuerza centrífuga provocada por ese
movimiento contrarresta en parte la atracción gravitacional, creándose una complejísima
maraña de interacciones entre unos cuerpos y otros.

La gravedad que nos interesa en este caso, la de la Tierra, es muy poderosa. Nos mantiene
sobre su superficie y da forma a todo nuestro mundo. A nivel intuitivo sabemos que todo
cuerpo dejado en libertad en el aire caerá en dirección al centro de gravedad de la Tierra con
una aceleración, es decir, su movimiento será cada vez más rápido según pasa el tiempo.

Vencer esta fuerza fue el primer reto de la astronáutica. Pero no el único. Las condiciones que
debían soportar tanto los materiales utilizados como los eventuales seres vivos son extremas.
Aún así, desde mediados del siglo XX se han dedicado muchos esfuerzos para conseguir
viajar por el espacio, más allá de la atmósfera terrestre.

Este capítulo contiene una serie de artículos sobre astronáutica.


El oficio de astronauta
¿Cómo se llega a astronauta? ¿Qué requisitos es preciso tener para ser elegido
como protagonista de una misión orbital o, incluso, planetaria? Era difícil
responder a estas interrogantes cuando la NASA, en el ahora ya lejano 1959,
invitó al ejército americano a proporcionarle los primeros candidatos a
astronautas. Faltaba experiencia, faltaban precedentes: los únicos astronautas
eran los descritos en los libros de ciencia ficción o en las tiras de Flash
Gordon y Buck Rogers.

En la difícil búsqueda de los hombres adecuados para ser los primeros en ir al


espacio, la NASA tuvo presente algunas características indispensables para
garantizar su aptitud espacial: un título técnico, una larga experiencia como
piloto de aviones militares y una estatura no muy alta que le permitiera entrar
en la pequeña cabina de la cápsula Mercury. Se calificaron más de 500 hombres, que fueron sometidos a
pruebas técnicas y psicológicas por un personal médico especializado. Finalmente, muchos candidatos fueron
eliminados y otros decidieron no continuar.

Los que sobrevivieron fueron siete: M. Scott Carpenter, Gordon Cooper, Virgil Grissom, Donald Slayton,
John Glenn, Walter Schirra, Alan Shepard. Cada uno de ellos voló en una cápsula Mercury, con la excepción
de Slayton que permaneció en tierra a causa de no ser satisfactorias sus condiciones cardiacas. Sin embargo,
Slayton se reincorporó en 1975, participando en la misión Apolo-Soyuz.

A esta primera hornada de astronautas, naturalmente, siguieron otras que la NASA ha seleccionado en los
años siguientes para los programas Géminis , Apolo y Shuttle. Sustancialmente, los requisitos exigidos a los
primeros astronautas no han cambiado hasta el día de hoy, aunque para el Space Shuttle en particular se ha
bajado la edad a treinta y cinco años. No es esencial pertenecer al ejército, la altura no debe ser taxativamente
baja y, novedad, las mujeres han podido formar parte de la selección de los candidatos a las misiones
orbitales.

Sin embargo, el programa de adiestramiento sigue siendo tan duro y agotador como en los primeros tiempos.
Sustancialmente, cuando se es elegido para ser astronauta es como volver a los bancos de la escuela: a pesar
del título ya adquirido, los candidatos deben estudiar nuevamente matemáticas, meteorología, astronomía,
física, adquirir familiaridad con las computadoras y estudiar navegación espacial.

Sin embargo, el entrenamiento físico representa el obstáculo más duro. Para habituar ante todo a los
astronautas a la ausencia de gravedad que encontrarán en el espacio, se comienza a entrenarlos a bordo de un
avión, un C-135 adecuadamente modificado en su interior, donde se recrea artificialmente la ausencia de
gravedad por períodos superiores a medio minuto. Durante los momentos de gravedad cero, los astronautas
deben practicar diversos tipos de actividad, manipular aparatos, comer y beber. Y no es nada fácil entrenarse
a comer y beber en ausencia de gravedad.

En los tiempos de John Glenn se obviaba con un tubo similar al de la pasta de dientes, en el cual estaban
contenidos los alimentos precisamente en pasta. En cambio, a bordo del Shuttle, la tecnología espacial
permite el milagro de una verdadera comida liofilizada rehidratada en el momento del consumo.

El entrenamiento de los astronautas, obviamente es mucho más complejo de lo hasta aquí descrito: para
ejercicios más largos en condiciones simuladas de ausencia de peso se utiliza una piscina especial, donde los
astronautas pueden entrenarse incluso con el modelo de la lanzadera espacial. No faltan después las
cotidianas manipulaciones en los simuladores de vuelo y cursos de especialización con ordenadores. Y es que
la informática ha tomado un protagonismo importante, como en muchos otros aspectos de nuestra vida.
Saturno y las sondas Voyager
Saturno, el sexto planeta del Sol, está en órbita a una distancia de 1.430
millones de kilometros y es el segundo en tamaño de nuestro sistema solar.
Muchos misterios relativos al señor de los anillos han sido desvelados
gracias a las sondas espaciales Voyager 1 y 2, que han convertido en
obsoletos hasta algunos datos enviados en 1979 por la sonda Pioneer 11.

Saturno, como su gigantesco vecino Júpiter, posee, con toda probabilidad,


un núcleo rocoso e incandescente. Sin embargo esto no significa que sea un
planeta caliente: el corazón candente de Saturno está rodeado por una
densa cubierta de hidrógeno sólido, alrededor del cual hay una capa de gas
líquido y hielo que provocan, en la nubosa atmósfera que envuelve su superficie, temperaturas muy bajas.

En cuanto a su atmósfera, un mortífero combinado de hidrógeno, helio, amoníaco y metano, puede decirse
que es menos turbulenta que la de Júpiter, pero no por esto completamente tranquila. La notable velocidad de
rotación de Saturno alrededor de su eje (el día saturniano sólo dura diez horas y catorce minutos) hace que
esté recorrida por cinturones de gases multicolores, cuyo único valor es el de convertir al planeta en
variopinto a los ojos de los astrónomos.

No obstante, lo que más ha fascinado y llamado la atención de los estudiosos por más de trescientos años, son
los famosos anillos. A medida que eran descubiertos, los anillos han sido bautizados con las primeras letras
del alfabeto por lo que no indican, en la sucesión, su posición real con respecto al planeta. Su secuencia,
partiendo del planeta y yendo hacia afuera es, en efecto: D, C, B, A, F y E. La sonda Voyager 1, durante su
cercano encuentro con Saturno, envió espléndidas imágenes de los anillos, poniendo en evidencia que, en
realidad, otros centenares de pequeños anillos estaban comprendidos entre los viejos anillos A, B y C,
invalidando así la teoria que consideraba a estos tres anillos como un único disco de materia.

El Voyager 1 ha revelado, además, que el anillo F, descubierto en 1979 por el Pioneer 11, está a su vez
fraccionado en tres partes, recorridas por pequeños anillos, y ha confirmado la existencia del anillo D al que
ha fotografiado durante su paso a través de la sombra de Saturno. También el tenue anillo E, visible desde la
Tierra cada quince años, cuando Saturno está en una determinada posición con respecto a nuestro planeta, ha
sido observado por el Voyager 1.

En lo que respecta a la composición de los anillos, con un ancho total de 65.000 km. y con un grosor de sólo
algunos km. , se piensa que están formados por bolas de nieve heladas o por rocas recubiertas de hielo, cuyas
dimensiones varían desde algunas micras a un metro de diámetro.

Pero los descubrimientos del Voyager 1 no terminaron aquí. También en lo relativo a los satélites de Saturno
la sonda de la NASA nos ha enviado excepcionales informaciones. Hasta el día de su encuentro con Saturno
se sabía que el planeta de los anillos tenía una decena de lunas, de las cuales la más próxima era Jano, la más
distante Febo y la más interesante, por las dimensiones y atmósfera, Titán.

En sólo doce horas de observación del Voyager, los satélites de Saturno se han convertido en 15. La sonda
había fotografiado, efectivamente 6 pequeñas lunas, algunas de las cuales eran observadas por primera vez.
Dos de ellas, los satélites número 10 y 11, están situados en la misma órbita a 91.000 km. de Saturno. En
cambio, poco se sabe todavía de los satélites número 12, 13, 14 y 15, excepción hecha de la trayectoria de sus
órbitas.
Las sondas gemelas Voyager 1 y 2, fueron hechas en tiempo útil para aprovechar la "ventana de lanzamiento"
de 1977. En aquel año, gracias a la alineación de los planetas externos, fue posible aprovechar su fuerza de
gravedad para enviar sondas espaciales en misión a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. El campo gravitatorio
de un planeta habría impulsado a la sonda hacia el planeta sucesivo, supliendo así la necesidad de una gran
reserva de combustible, indispensable para llevar a cabo un viaje tan largo.
Completamente automáticas, las sondas Voyager debían estar en contacto con tierra a través de monitores,
pero también debían ser notablemente autónomas y tener la capacidad de modificar por sí mismas si fuera
necesario, su propia ruta. Cada sonda funciona con 400 vatios de energía eléctrica proporcionada por
generadores nucleares, mientras la transmisión de los datos a través de los millones de km. que separan a los
Voyager de la Tierra, está asegurada por un transmisor de sólo 25 vatios, la potencia de una pequeña
bombilla familiar.
Un dato anecdótico: el encuentro del Voyager 1 con Saturno comenzó el 22 de agosto de 1980 y se concluyó
el 12 de noviembre del mismo año, cuando la fuerza gravitatoria de Saturno modificó la trayectoria de la
sonda impulsándola fuera del plano elíptico. El Voyager 1, que también ha explorado los satélites internos de
Saturno (Mimas, Encéladus, Tetis, Dione, Rhea), mostrando que casi todos tienen una superficie similar a la
de nuestra Luna, entró en una trayectoria hacia fuera de nuestro sistema solar. En cambio, el Voyager 2,
siguió su trayectoria para un encuentro con Urano.
Cohetes Rusos y Americanos
Los desarrollos tecnológicos, conjuntamente a consideraciones políticas
interesadas, influyeron inmediatamente después de la Segunda Guerra
Mundial en la evolución de los cohetes. Los últimos meses de guerra, por otra
parte, habían demostrado el evidente potencial destructivo de los misiles.

Cuando las tropas soviéticas y americanas entraron en Berlín, todos los


ingenieros misilísticos de Peenemunde terminaron por ser raptados, en parte
por los americanos y en parte por los rusos. En sus nuevas patrias los
ingenieros alemanes construirían más tarde una generación de nuevas armas
que convertirían a los EEUU y a la URSS en superpotencias.

Los soviéticos, temerosos de la potencia americana en los convencionales


bombarderos de amplio radio de acción, se dedicaron de inmediato a un
programa que, a través del desarrollo de los cohetes a combustible líquido,
llevaría a la creación del primer misil balístico intercontinental. Bajo la guía de los ingenieros alemanes, los
rusos lanzaron su primer V2 en octubre de 1947 y más tarde, en 1949, lograron realizar un misil más
avanzado que llamaron T1.

Cinco años más tarde, en 1954, los rusos construirán ya vehículos de varias secciones, los primeros de una
generación de misiles de largo alcance, capaces de llevar sus cabezas atómicas a las bases enemigas a miles
de quilómetros de distancia.

También los expertos americanos utilizaron la V2 como punto de partida para desarrollar una nueva
tecnología militar. Baste recordar que entre 1946 y 1951 unos sesenta y seis V2 fueron lanzados de la base de
White Sands en New Mexico.

A diferencia de los rusos, los americanos, confiando en la potencia de sus bombarderos de gran autonomía, al
principio no construyeron grandes misiles y prefirieron concentrar sus esfuerzos en el diseño de pequeños
cohetes tácticos. Sin embargo, en 1947, también los americanos se dedicaron al estudio de misiles balísticos
intercontinentales para estar preparados, en caso necesario, a combatir a los soviéticos.

Surgieron tres proyectos diferentes. El primero fue llamado "Teetotaler" porque no se utiliza alcohol en el
carburante; el segundo fue bautizado "Old Fashioned" (viejo estilo) porque se basaba en la vieja V 2; el
tercero se denominó Manhattam porque el cohete transportaría una bomba atómica, la criatura del llamado
proyecto Manhattan.

Aparecieron así una serie de cohetes. El primero, simple reelaboración de una V 2, fue llamado Bumper: se
había logrado acoplando la primera sección de una V 2 con la segunda sección de un misil Wac Corporal. El
vehículo presentó de inmediato muchos problemas y pronto fue abandonado.

Después del programa Bumper el ejército americano construyó el primer misil operativo. El grupo de trabajo
estaba dirigido por el ingeniero alemán Werner von Braun, que más tarde se convertiría en ciudadano
americano. Los estudios para el nuevo cohete se basaron en la vieja V 2 y el misil fue bautizado ~Redstone~.
El primer lanzamiento se realizó con éxito en 1953.

Pero los americanos advirtieron su error en el desarrollo de misiles militares. Para superarlo, nace el
programa Atlas. Comparado con el Redstone, el nuevo cohete era un gigante. Había comenzado así la era de
los grandes cohetes americanos que tendría un posterior e importante desarrollo a finales de 1955, cuando
comenzaron los trabajos sobre dos misiles de alcance intermedio: el Thor y el Júpiter.
El proyecto Mercury en órbita
EI 12 de abril de 1961 los soviéticos lanzaron el primer hombre al espacio. La
respuesta americana se produce menos de cuatro semanas más tarde con el
primer vuelo del proyecto "Mercury", el programa iniciado con el fin de
paliar la ventaja adquirida por los soviéticos en el vuelo espacial humano.

El 5 de mayo de 1961 el comandante Alan B. Shepard, un oficial de la


Marina, se convierte en el primer astronauta americano propiamente dicho.
Aunque Shepard no estuvo en órbita alrededor de la Tierra, alcanzó con su
cápsula la altura de 186 km., una cota más que suficiente para ganarse el
"título" de astronauta que, según una valoración de la NASA, corresponde a
quien haya superado la altura de 80 km.

Con su "Mercury 3", rebautizada "Freedom 7" y colocada en la cima de un


misil Redstone modificado para este propósito, Shepard permaneció en vuelo
15 mintuos y 22 segundos antes de amerizar en el Atlántico: un tiempo relativamente corto, pero suficiente
para demostrar que el hombre podía controlar manualmente una astronave en condiciones de ausencia de
peso.

El vuelo suborbital de Shepard fue repetido el 21 de julio de 1961 por su colega Virgil Grissom, un mayor de
la aviación que con la cápsula "Liberty Bell 7" alcanzó la altura de 190 km.

Para llegar al primer vuelo orbital del proyecto Mercury fue preciso esperar hasta el año siguiente cuando, el
20 de febrero de 1962, los EE.UU. pusieron su primer astronauta en órbita. La astronave era la "Mercury 6",
colocada sobre un misil Atlas, adecuadamente modificado.

El primer americano en volar en órbita fue el teniente coronel de los Marines, John Glenn. Glenn, con la
cápsula "Friendship 7", permaneció en órbita cuatro horas cincuenta y cinco minituos, completando 3 órbitas
alrededor de la Tierra antes de descender sin problemas y alcanzar el objetivo de la misión: poner a prueba
las bondades de la cápsula "Mercury", como astronave orbital.

Como había sucedido con Shepard, el vuelo orbital de Glenn es repetido el 24 de mayo de 1962 por su colega
Scott Carpenter, que con la cápsula "Aurora 7" realizó una misión prácticamente idéntica.

El 11 de agosto de 1962 los soviéticos volvieron al espacio con la "Vostok 3" pilotada por el mayor Andrian
Nikolaev, quien al día siguiente fue alcanzado en órbita por el coronel Pavel Popovic a bordo de la "Vostok
4". Las dos astronaves pasaron a una distancia de 6 km. una de otra. El "rendez-vous" no fue posible porque
las "Vostok" (como por otra parte también las "Mercury") no tenía motores a cohete y el sistema de control
necesario para la reunión orbital. Sin embargo la empresa de los soviéticos tuvo pleno éxito: Nikolaev realizó
64 órbitas y Popovic 48, lo que, naturalmente, impulsó a los americanos a proseguir con gran ímpetu el
programa "Mercury".

El 3 de octubre de 1962, el comandante de la Marina, Walter M. Schirra fue puesto en órbita con la
"Mercury-Atlas 8". Su misión tenía la finalidad de demostrar que el hombre y la cápsula "Mercury" podía
trabajar juntos por un período más largo que el totalizado en las empresas precedentes. Schirra lo logró
permaneciendo en el espacio 9 horas y 13 minutos, y realizando 6 vueltas alrededor de la Tierra. Bien poco
en comparación a las 64 órbitas de Nikolaev, una diferencia en parte cubierta con la última misión del
proyecto, la "Mercury 9" cuando, el 15 de mayo de 1963, el mayor Gordon Cooper realizó 22 órbitas
permaneciendo en el espacio treinta y cuatro horas y veinte minutos.

La batalla por la supremacía en el espacio apenas había comenzado y sólo seis años después, con el primer
descenso americano en la Luna, puede decirse que concluyó a favor de los EE.UU. Al menos, de momento ...
Primeras mujeres astronautas
El 16 de junio de 1963 es una fecha histórica para la astronáutica y la
humanidad: Valentina Tereshkova, de 26 años, ciudadana soviética, se
convierte en la primera mujer cosmonauta del mundo. A poco más de
dos años de otro histórico vuelo, el de Juri Gagarin que en la mañana
del 12 de abril de 1961 abrió al hombre el camino del espacio, los rusos
se apuntan otro triunfo en la carrera espacial.

Y este de la Tereshkova es también un record destinado a durar en el


tiempo, mucho más que el de su colega Gagarin. Será preciso esperar
unos veinte años para que otra mujer vuelva al espacio. Es otra
soviética, Svetlana Savitskaja, en agosto de 1982, quien repitió la
experiencia de Tereshkova.

Sin embargo, como tiempos y medios han cambiado (los rusos han inaugurado a partir de 1971 el sistema del
llamado "tren espacial" y en muchas misiones envían al espacio tripulaciones de tres o más cosmonautas para
ocupar las estaciones espaciales), Svetlana Savitskaya en su "Soyuz T-7" no viaja sola como Valentina
Tereshkova en la "Vostok 6". junto a ella están el comandante Leonid Popov y el ingeniero de a bordo
Alecsandr Serebrov.

Esta presencia masculina hizo correr rios de tinta en los periódicos de todo el mundo. Inmediatamente
después del vuelo espacial del terceto ruso, se corrió la voz de que Svetlana, en nombre de la ciencia, habría
sido protagonista del primer amor espacial. Los rusos desmintieron repetidas veces un hecho semejante,
aunque en realidad con poca convicción.

Por otra parte, de las dos primeras cosmonautas de la histora sabemos bien poco. De Tereshkova se sabe que
proviene de una familia modesta, que sedivorció del cosmonauta Adrian Nikolaev, que tiene una hija y que
después del histórico vuelo se convirtió en una especie de mito en Rusia. Esto es así hasta el punto que,
abandonada la actividad espacial, se dedicó a la política con gran éxito, entrando incluso a formar parte del
presidium del Soviet Supremo.

Svetlana Savitskaya era, en cambio, "hija de especialistas". Su padre fue el mariscal del aire Evgeni
Savitskja, dos veces héroe de la Unión Soviética por los méritos acumulados durante la segunda guerra
mundial; y como "de tal padre tal astilla", Svetlana desde niña jugaba con aviones en lugar de hacerlo con
muñecas. Su gran pasión era el paracaidismo, hasta el punto que a los 17 años había ya conquistado tres
records mundiales con más de 500 lanzamientos en su haber.

A diferencia de las cosmonautas rusas, de Sally Ride, la primera americana que a bordo de la lanzadera
"Challenger" voló en el espacio en junio de 1983, se sabe todo o casi todo. Sally Ride nació en Encino, un
suburbio algo burgués de Los Angeles Simpática, de ojos azules y cabello oscuro, 1,63 metros de estatura y
52 kg. de peso. Parecía una niña que llegó por equivocación al aséptico mundo del organismo espacial
americano. Pero esto es sólo en apariencia. En realidad, Sally siempre deseó ser astronauta: "Desde que tenía
12 ó 13 años y era la época de las naves Mercury y Géminis" dice. "Y así cuando leí en un periódico de la
Universidad (Sally Ride se licenció en Stanford con una tesis en astrofísica) que la NASA buscaba
candidatos astronautas para el "shuttle", abandoné todo y corrí a presentarme".

Junto con ella se presentaron, como puede verse en los archivos de la NASA, 8.079 candidatos, de los cuales
1.544 eran mujeres. "Todos", continúa Sally, "me decían que estaba loca y me preguntaban cuáles podían ser
mis posibilidades. Sin embargo yo estaba firmemente decidida a lograr mis propósitos".
Planeadores propulsados por cohetes
La idea de un planeador impulsado por cohetes es tan antigua como las
primeras máquinas voladoras. Los intentos de construir algo similar, incluso
con otros fines, se remontan a los años 1920, cuando la moda de los cohetes
invadió Europa.

En 1928 Friedrich Stamer logró volar a lo largo de un kilometro en un


pequeño planeador impulsado por dos minúsculos cohetes. Un año después
Fritz von Opel, el magnate de los coches, voló en un planeador casi igual un
kilómetro y medio en las cercanías de Frankfurt. El planeador, impulsado por
16 cohetes a combustible sólido, alcanzó la velocidad de 153 km. horarios y
logró permanecer en el aire durante 75 segundos.

A mediados de los años 1930 Werner von Braun, un joven científico alemán destinado a convertirse en uno
de los padres de la astronáutica, estudiaba la posibilidad de realizar un planeador con propulsión por cohetes.
Los estudios estaban sobre todo dirigidos al desarrollo del motor-cohete para realizar misiles balisticos.

Dos fueron los planeadores que se experimentaron: el Heinkel 176, el primer aeroplano impulsado por
cohetes, y la famosa V2. Pero el grupo de científicos que trabajaba con von Braun fue más allá: proyectó un
cohete de dos secciones capaz de atravesar el Atlántico. La primera sección fue llamada "A10", la segunda,
"A9" y estaba provista de alas. La A9 había sido ideada para llegar a Nueva York llevando en su bodega una
mortífera carga de una tonelada de explosivo de alta potencia.

Aunque este cohete transatlántico nunca llegó a ser realidad, el proyecto fue, en la práctica, un primer intento
para realizar una aeronave impulsada por cohetes.

Un desarrollo más ambicioso y sofisticado de esta idea fue propuesto en los años 1940 por el ingeniero
vienés Eugen Sanger, que proyectó otro bombardero planeador impulsado por cohetes. La aeronave habría
debido alcanzar una altura de 161 km. a una velocidad de 6 km/seg., y habría entrado en la atmósfera bajando
como un planeador. Gracias al cálculo de un determinado ángulo de planeo, habría logrado recorrer algo así
como 15.000 km.

Este estudio, nunca llevado a la práctica, sirvió de inspiración al proyecto de la Air Force denominado "Dyna
Soar", más adelante rebautizado "X-20". Se trataba de un planeador con una longitud de 10 m., con pequeñas
alas delta y dos alerones gemelos verticales en los extremos de las alas. Puesto en órbita por un transportador
"Titan lll", el "X-20" debía volver a entrar en la atmósfera y planear horizontalmente.

A comienzos de los años 60, el proyecto "Dyna Soar" fue abandonado porque la NASA llevó adelante el
programa espacial con hombres a bordo. De todos modos la aeronave supersónica "X-20" quedó como el
prototipo para los sucesivos experimentos y, en la práctica, es el punto de partida de la idea que llevará a la
realización del Space Shuttle y los sucesivos transbordadores espaciales.

Los proyectos preliminares de la lanzadera espacial también sufrieron la influencia de otra vieja propuesta: el
avión de pasajeros intercontinental ideado por Aalter Dornberger y Kraft Ehricke. Se trataba de un planeador
formado por dos aeroplanos con alas delta. La primera sección, más grande, era impulsada por 5 cohetes; la
segunda, que debía albergar a los pasajeros, por 3 cohetes; 130 segundos después del lanzamiento, las
secciones se separarían: el cohete auxiliar volvería a tierra, mientras la segunda sección continuaría el viaje a
una velocidad de 13.500 km/h. y a una altura de 44 km., para después empezar a planear.

En el transbordador espacial, después de haber despegado como un cohete, la nave se separaba del
transportador para seguir su viaje orbitar alrededor de la tierra y retornar planeando sin utilizar motores.

Los tests sobre el prototipo del Shuttle Orbiter Enterprise (la lanzadera fue llamada así en homenaje a los
millones de fans de la serie televisiva de ciencia-ficción Star Trek) comenzaron en febrero de 1977 en el
Dryden Flight Research Center de la NASA, en la base de Edwards, California. El Enterprise fue colocado en
el dorso de un Boeing 747, especialmente modificado para realizar una serie de ensayos de vuelo, primero sin
tripulación y después con hombres a bordo.

El primer ensayo de vuelo libre con tripulación fue realizado el 12 de agosto de 1977, cuando los astronautas
Fred W. Haise y C. Gordon Fullerton, abandonaron el avión-madre, planearon y aterrizaron sin problemas
después de un vuelo iniciado a unos 7.000 metros de altura.
Primer viaje del Columbia
Cuando en octubre de 1977 los astronautas Haise y Fullerton dieron por
terminadas la serie de pruebas de vuelo planeando y el Enterprise fue
retirado, los científicos de la NASA pensaron que la primera misión orbital
del shuttle Columbia podría realizarse en marzo de 1978.

Como estaba programado, a esta seguirian otras misiones orbitales de prueba,


necesarias para poner a punto el Columbia hasta el más minimo detalle antes
de llegar a la quinta misión, la primera con objetivos operativos. Pero
surgieron no pocos problemas técnicos en los motores y en el escudo térmico
que hicieron aplazar unos tres años la fecha del primer lanzamiento que,
finalmente, fue fijada para el 10 de abril de 1981.

El mando del Columbia había sido confiado a John W. Young, de 50 años,


astronauta de San Francisco, auténtico veterano del espacio, después de haber participado en dos misiones
Géminis y dos Apolo. Ypung iría acompañado por el piloto Robert C. Crippen, de 43 años, de Texas, un
novato del espacio.

Todo estaba preparado para la partida del Columbia. La cuenta atrás había comenzado en el Kennedy Space
Center, donde habían acudido decenas de miles de espectadores para asistir al histórico despegue.
Aproximadamente 20 minutos antes de la hora cero, los cuatro ordenadores primarios indicaron la presencia
de un desperfecto. La cuenta atrás se detuvo y, aunque el problema fue rápidamente diagnosticado y
solucionado, se tuvo que posponer la partida dos días.

Finalmente, el 12 de abril de 1981, algunos segundos después de las siete de la mañana locales, el Columbia
se alzaba entre dos enormes lenguas de fuego y dejaba la rampa para iniciar su primer viaje orbital. La tierra
tembló a su alrededor, sacudida por la potencia de los cohetes, que proporcionaban 3.400.000 kg. de empuje,
y el ruido de este auténtico proyectil pudo oirse a muchos kilometros de distancia.

La separación de los dos cohetes booster se produjo con perfecta regularidad y también el gran depósito
exterior se separó de la lanzadera después de que el Columbia se hubiera colocado en la órbita circular
preestablecida de 241 km.

Durante esta primera misión, el Columbia viajó prácticamente vacío. En su amplia bodega no había ninguna
carga especial, sin tener en cuenta los instrumentos para medir los sistemas de protección del vehiculo por las
altas temperaturas.

Una vez en órbita, Young y Crippen debieron experimentar por dos veces la maniobrabilidad de las puertas
de la bodega y fue precisamente al realizar esta simple operación cuando los astronautas se dieron cuenta de
una avería: algunas de las placas de protección térmica que recubren gran parte del Shuttle se habían caido.

Young y Crippen indicaron a Tierra el desperfecto y los técnicos de la NASA examinaron inmediatamente el
caso. Después de precisos cálculos, establecieron que, afortunadamente, las láminas que faltaban no estaban
colocadas en lugares criticos y que la avería no comprometería la vuelta del Columbia, cuando todo el
fuselaje y las alas del shuttle se pusieran candentes a causa del rozamiento con la atmósfera. Estas
previsiones se revelaron exactas cuando Young y Crippen comenzaron la maniobra de retorno.

El aterrizaje para esta primera misión debía efectuarse manualmente por los pilotos, pero esto no perjudicó el
resultado: a las 10 de la mañana, hora local, el Columbia descendió con sorprendente precisión en la pista 23
del lago salado Rogers de la base Edwards, en California.
Primer vuelo del Shuttle
El programa de la lanzadera espacial Shuttle preveía que los primeros cuatro
vuelos del Columbia en el espacio servirían exclusivamente para ensayar la
lanzadera y comprobar su eficiencia y funcionalidad. Y así fue.

Después del bautismo en el espacio del Columbia 1, del 1 al 12 de abril de


1981, le tocó el turno al Columbia 2 (Joe Engle y Richard Truly; del 12 al 14
de noviembre de 1981) luego al Columbia 3 (entre el 22 y el 30 de marzo de
1982, con Jack Lousma y Gordon Fullerton) y finalmente al Columbia 4,
(Thomas Mattingly y Sherry Harsfield) con el cual, en junio de 1982, se
concluyeron los vuelos de prueba.

Ahora el Shuttle estaba preparado para la primera misión operativa: el


Columbia 5. A las 7,19 horas local, de la mañana del 11 de noviembre de
1982, el Shuttle partía hacia su quinto viaje en el espacio, el primero en el cual
se conviertiría en esa especie de autobús espacial que los proyectistas habían concebido desde el comienzo.

La nave llevaba en su amplia bodega una carga importante: dos satélites de compañías privadas de
telecomunicaciones, la Satellite Business y System Inc. y la Telesat Canadá, que la lanzadera pondría en
órbita con un simple sistema de muelles.

El quinto vuelo llevaba a bordo cuatro personas de las cuales dos erann pilotos, Vance Brand, un veterano del
espacio que participó en 1975 en el rendez-vous Apolo-Soyuz y a quien se confió el mando, y Robert
Overmyer, y dos especialistas, William Lenoir y Joseph Allen, dos astronautas especializados en satélites de
telecomunicaciones, capaces de reparar eventuales desperfectos producidos en los satélites después del
despegue.

Lenoir y Allen tenían entre sus funciones también una salida al espacio de alrededor de dos horas, durante la
cual estarían fuera de la lanzadera espacial, se ejercitarían en el uso de diversos utensilios varios y pondrían a
prueba un costosísimo nuevo tipo de traje espacial.

El lanzamiento de los dos satélites se llevó a cabo normalmente: el SBS 3 sde puso en órbita ocho horas
después del lanzamiento y, pocas horas más tarde, el Anik 3 canadiense fue tirado desde la bodega del
Columbia. Sin embargo, no se puede decir lo mismo en lo relativo a la actividad extravehicular de los dos
especialistas, que hasta ese momento permanecieron inactivos porque los dos satélites, afortunadamente, no
requirieron su intervención.

Primero la salida espacial fue postergada porque Lenoir padecía el llamado "mal del espacio" y existía el
riesgo de comprometer el paseo. Al día siguiente, cuando el astronauta se restableció, fueron los costosísimos
trajes de la United Technologies los que causaron problemas. En el traje de Allen no funcionaba un
ventilador para la circulación del aire, mientras en la de Lenoir había un defecto en el dispositivo de
presurización. La misión de salida debió ser, por tanto, definitivamente suspendida y se dispuso todo para el
regreso, que se llevó a cabo con un aterrizaje perfecto en la pista 22 de la base Edwards a las 6,34, hora local,
del 16 de noviembre de 1982.

El Columbia 5 realizó un vuelo de 5 días, 2 horas y 17 minutos. El primer vuelo comercial del Columbia, a
pesar de las dificultades, se consideró un gran éxito. El transporte de los satélites y su puesta en órbita se
demostró factible y a un precio bastante razonable.
Nace la Agencia Espacial Europea
En diciembre de 1960 algunos científicos europeos decidieron formar una
comisión para promover las investigaciones espaciales en Europa. Este fue el
comienzo de la European Space Research Organization (ESRO), un
organismo cuyas actividades estarían vinculadas al desarrollo de satélites.

Casi en el mismo período, algunos gobiernos europeos quisieron iniciar


actividades en el campo de la construcción de transportadores para satélites.
Esto dio lugar al nacimiento de otra organización, la European Space Vehicle
Launcher Development Organization (ELDO) que tenía la finalidad
primordial de desarrollar el proyecto del gran transportador Europa.

Las dos organizaciones se hicieron operativas a comienzos de 1964. La


ELDO reunía a los estados miembros de la Unión Europea Occidental y
Australia, y otros paises europeos como España y Dinamarca, mientras
quedaban excluídos países neutrales como Suiza y Suecia. La ESRO
reagrupaba a todos los países de Europa occidental con pocas e insignificantes excepciones.

Durante los primeros años de actividad (1966-68), la ESRO llevó adelante un programa de inversiones para
equipar laboratorios, centros de investigación, centros de control, etc. Surgieron así dos grandes
establecimientos técnicos. Por una parte, el ESTEC (European Space Research and Technology Centre) en
Noordwijk, Holanda, que sería el responsable del estudio, desarrollo y control de los satélites y vehículos
espaciales construídos por la industria europea. Por otro lado, la ESOC (European Space Operations Centre)
en Darmstadt, Alemania, era responsable del control de las operaciones de los satélites en órbita.

En el mismo período, con la ayuda de la comunidad cientifica europea, la ESRO desarrolló sus primeros
satélites científicos: el ESRO II (misión: rayos cósmicos y rayos X solares), el ESRO I (ionosfera y auroras
polares) y el HEOS A1 (viento solar y espacio interplanetario), que fueron lanzados por transportadores
americanos: el Scout y el Thor-Delta.

A finales de 1968 la ESRO tenía 3 satélites en órbita y 22 experimentos en curso, que sirvieron como test de
calificación para la organización. Sin embargo habian existido dificultades. Un corte del presupuesto obligó a
la ESRO a cancelar las dos misiones más grandes programadas (un gran observatorio astronómico orbital y
una misión-cometa) y el proyecto del satélite TD2.

El TD1, en cambio, se convierte en el primer proyecto espacial facultativo del ESRO y consiste en un satélite
para el estudio de los rayos ultravioletas. Una solución, la de la participación facultativa en los proyectos por
parte de los estados miembros, se convertiría después en una de las bases de las cuales surgiría la ESA.

A finales de 1970 la ESRO llegó a una conclusión: proporcionar pruebas de la madurez tecnológica cuidando
más el aspecto práctico que el científico de la investigación. Esto creó cierta confusión en la cooperación
espacial en Europa: algunos estados miembros del ESRO no quisieron financiar nuevos proyectos.

Se tuvo que recurrir al presidente del Consejo del ESRO, el profesor Puppi, quien intentó una solución
logrando un compromiso. Sus propuestas, después de una minuciosa discusión, se reunieron en lo que se
convirtió en el acuerdo global de 1971, un paquete de propuestas que fue aceptado por unanimidad.

Esta práctica fue adoptada también en 1973, año en que el acuerdo global puso en marchatres nuevos
proyectos: (el Spacelab, el Ariane, y el Marots (un satélite para las comunicaciones maritimas). También este
año se tomó una decisión fundamental para el futuro de la colaboración espacial en Europa: la de crear una
única Agencia Espacial Europea (ESA).
Personajes famosos de la Astronomía
La Astronomía es la ciencia que se ocupa del estudio de los astros del
cosmos, especialmente de las leyes que rigen su movimiento. En la
antigüedad, la astronomía y la astrología eran dos ciencias inseparables y,
desde entonces, la astronomía ha tenido muchos personajes famosos.

Los astrónomos estudian la estructura y evolución de las estrellas, planetas,


galaxias y otros objetos estelares. Aunque empezó con la simple observación
visual de planetas y estrellas, en la actualidad la astronomía comparte con
otras áreas de la ciencia sus técnicas experimentales y objetos de estudio, de
entre las cuales cabe destacar la geología y climatología, la física, la
electrónica y la astronáutica.

En esta sección encontrarás las biografías de algunos personajes famosos cuyo trabajo ha sido fundamental
en la historia de la astronomía.

Biografías:

• Antiguedad y Edad Media


• Tales de Mileto y los sabios de la antigüedad • Hubble y la expansión del Universo
• Pitágoras y el geocentrismo • Heisenberg y el principio de incertidumbre
• Eudoxo de Cnido y las esferas • George Gamow y la energía atómica
• Aristóteles: filosofía y Tierra redonda • Clyde Tombaugh y el descubrimiento de Plutón
• Aristarco: magnitudes y distancias del Sol y la Luna • Joan Oró y el origen de la vida
• Eratóstenes y la medición de la esfera terrestre • Arno Penzias y la radiación cósmica de fondo
• Hiparco, la medida del año y el primer catálogo de estrellas • Carl Sagan y la divulgación científica
• Claudio Ptolomeo y la teoría de las esferas • Stephen Hawking, agujeros negros y la historia del tiempo
• Al-Battani y la astronomía àrabe de la Edad Media • Susan Jocelyn Bell y los púlsares
• Regiomontanus y la reforma del calendario

• El Renacimiento de la Astronomía • Otros científicos


• Nicolás Copérnico y la teoría heliocéntrica. • Arquímedes, la geometría y las máquinas
• Tycho Brahe y las medidas del firmamento • Al-Khwarizmi, el álgebra y los algoritmos
• Giordano Bruno, mártir de las ideas heliocéntricas • Blaise Pascal, la presión y las calculadoras
• Galileo y el telescopio: la nueva astronomía • Gottfried Wilhelm Leibniz, un genio universal
• Kepler y las órbitas de los planetas • Leonhard Euler y las matemáticas puras
• Christopher Scheiner y las manchas solares • Carl Friedrich Gauss y las matemáticas aplicadas
• Giovanni Battista Hodierna y el espacio profundo • John von Neumann, energía nuclear y ordenadores
• Johannes Hevelius y las posiciones estelares
• Cassini, Júpiter y las distancias en el Sistema Solar
• Christian Huygens y la teoría ondulatoria de la luz

• La astronomía moderna
• Newton y las leyes de la dinámica (mecánica celeste)
• Halley y las órbitas de los cometas
• Messier y los catálogos de nebulosas y cúmulos estelares
• Lagrange y la Matemática en la Astronomía
• William Herschel y la astronomía estelar
• Laplace y los movimientos de los planetas
• Olbers, cometas, asteroides y una paradoja
• Bessel y las distancias a las estrellas
• Anders Jonas Angstrom y la espectroscopía solar
• Percival Lowell y los canales de Marte

• Astrónomos del siglo XX


• Max Planck y la teoría cuántica
• Annie Jump Cannon y las clases espectrales de estrellas
• Henrrietta Swan Leavitt y las estrellas variables (cefeidas)
• Walter Adams y la espectroscopia
• Einstein, la relatividad y la naturaleza de la luz
• Arthur Eddington y la energía de las estrellas
• Erwin Schrödinger y la mecánica ondulatoria
Antigüedad y Edad Media

Diversos pueblos antiguos, como los egipcios, mayas y chinos desarrollaron interesantes
mapas de las constelaciones y calendarios de gran utilidad. Se construyeron observatorios en
distintas partes del mundo y se obtuvieron muchos datos, teneiendo en cuenta que partían de
cero. Pero no hay datos sobre personajes famosos, o son muy imprecisos.

Por tanto, empezamos con los antiguos griegos. Creían que los movimientos celestes se
podían explicar mediante la hipótesis de que la Tierra gira sobre su eje una vez cada 24 horas
y que junto con los demás planetas gira en torno al Sol. Esta teoría, conocida como sistema
geocéntrico, permaneció inalterada unos 2.000 años.

La astronomía griega se transmitió por el imperio romano y también hacia el Este a los sirios,
indios y árabes. Los astrónomos árabes recopilaron nuevos catálogos de estrellas en los siglos
IX y X y desarrollaron tablas del movimiento planetario.

En el siglo XV comenzaron a cuestionarse los supuestos básicos de la posición central y la


inmovilidad de la Tierra.

Este capítulo presenta las biografias de personajes famosos de esta época, cuando la Tierra
era el centro del Universo.
Tales de Mileto y los sabios de la antigüedad
Se le llamó Tales de Mileto (o Thales) porque vivió en la ciudad de Mileto, entre 624
a.C. - 546 a.C. Fue uno de los "siete sabios" de la antigüedad. No se tiene información
sobre sus escritos y su vida se conoce fraccionadamente por las referencias de otros
autores. Filósofo de la Escuela Jónica, autor de una cosmología de la que sólo nos han
llegado algunos fragmentos.

Se destacó principalmente por sus trabajos en filosofía y matemáticas. En esta última


ciencia, se le atribuyen las primeras "demostraciones" de teoremas geométricos
mediante el razonamiento lógico y, por esto, se la considera el Padre de la Geometría.

Según Tales, el principio original de todas las cosas es el agua, de la que todo procede
y a la que todo vuelve otra vez. Se atribuye a Tales el uso de sus conocimientos de geometría para medir las
dimensiones de las pirámides de Egipto y calcular la distancia desde la costa hasta barcos en alta mar.

Son seis sus teoremas geométricos:


1.- Todo diámetro biseca a la circunferencia.
2.- Los ángulos en la base de un triángulo isósceles son iguales.
3.- Los ángulos opuestos por el vértice son iguales.
4.- Dos triángulos que tienen dos ángulos y un lado respectivamente iguales son iguales.
5.- Todo ángulo inscrito en una semicircunferencia es recto.
6.- El famoso "teorema de Tales": los segmentos determinados por una serie de paralelas cortadas por dos
transversales son proporcionales.

En astronomía fue observador de la Osa Menor e instruyó a los marinos para guiarse con esta constelación.
Predijo el eclipse solar del año 585 a.C., utilizando el Saros, un ciclo de 18 años, 10 días y 8 horas.

Thales fue el primero en sostener que la Luna brillaba por el reflejo del Sol y además determinó el número
exacto de días que tiene el año.

Tales también fue el famoso sabio de la historia que cayó en un pozo por mirar las estrellas y una anciana le
dijo: "pretendes observar las estrellas y ni siquiera ves lo que tienes a tus pies". También se le atribuye a
Tales la historia del mulo que cargaba sal y que se metía en el río para disolverla y aligerar su peso; Tales le
quitó esa mala costumbre cargándolo con esponjas.

Cuando le preguntaron la recompensa quería por sus descubrimientos, contestó: "me consideraría bien
recompensado si los demás no se atribuyeran mis hallazgos, sino que reconocieran que son míos".
Pitágoras y el geocentrismo
Se dice de que es el primer matemático puro y también uno de los primeros
astrónomos de quien se tiene información. Vivió entre los años 569 a 475 a.C., en
Samos, y dedicó su vida al estudio de la ciencia, filosofía, matemáticas y música.

Se educó adecuadamente estudiando la lira, la poesía y recitó a Homero. Los filósofos


que influenciaron el pensamiento de Pitágoras fueron Tales y Anaximandro,ambos de
Mileto. Tales contribuyó al interés matemático y astronómico. Por recomendación
suya viajó a Egipto para estudiar con Anaximandro y, años después, regresó a Mileto.

En la guerra de Egipto contra Persia, fue apresado y enviado a Babilonia, en donde


perfeccionó sus conocimientos en aritmética y música. Hacia 520 a.C. regresó a
Samos. En esta ciudad creó una escuela llamada el semicírculo, donde se sostenían reuniones políticas.

Viajó al sur de Italia alrededor del 518 a.C. Se cree que este viaje lo realizó escapando de compromisos
políticos que había adquirido en sus reuniones del semicírculo. Fundó una escuela en Crotona que llegó a
convertirse en una asociación parcialmente religiosa, científica y filosófica, que se apoyaba en la
inmortalidad del alma y la doctrina de la reencarnación.

Su sistema de educación se basaba en la gimnasia, las matemáticas y la música. Los pitagóricos creían que el
mundo conocido podía ser explicado a partir de las matemáticas. A sus seguidores se les llamó mathematikoi,
eran vegetarianos y no tenían posesiones personales, aunque también existían otros que tenían su propia casa
y no eran vegetarianos, se recibían hombres y mujeres.

En su escuela se pregonaba que el mas profundo nivel la realidad es de naturaleza matemática. Creían que la
filosofía puede ser utilizada para la purificación espiritual, que el alma puede elevarse para unirse con lo
divino y que ciertos símbolos tienen significancia mística. A todos los hermanos de la orden deben observar
estricto secreto y lealtad.

Se interesó por el concepto de número, triángulo y otras figuras matemáticas así como la idea abstracta de
probar. De esta manera dio a los números un valor abstracto que puede aplicarse a muchas circunstancias.
Sostuvo que todas las relaciones podían ser reducidas a relaciones numéricas: las cuerdas vibrantes poseen
tonos armoniosos cuando la relación de sus longitudes son números enteros.

Actualmente se recuerda mucho a por su Teorema: "Para un triangulo rectángulo el cuadrado de la


hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de sus catetos".

En astronomía planteo tres Paradigmas:


1.- Los planetas, el Sol, la luna y las estrellas se mueven en órbitas circulares perfectas.
2.- La velocidad de los astros es perfectamente uniforme.
3.- La Tierra se encuentra en el centro exacto de los cuerpos celestes.

Estos paradigmas fueron seguidos fielmente por sus discípulos Platón y Sócrates, y significaron el punto de
partida las teorías geocéntricas. También reconoció que la orbita de la luna estaba inclinada y fue uno de los
primeros en establecer que Venus es la misma estrella de las mañanas y tardes.

fue a Delos hacia el año 513 a.C. para cuidar a su amigo Phekerides, quien se hallaba enfermo. Después de su
muerte regresó a Crotona. Esta ciudad fue invadida por los Sibaritas y se rumoreaba que estaba envuelto en
este ataque. Enel 508 a. C la sociedad pitagórica fue atacada por Cylon, por lo que huyó a Metaponte, donde
murió años después sin que se conozca su causa.
Eudoxo de Cnido y las esferas
Eudoxo (408-355 a.C.) fue un matemático y astrónomo griego que nació y murió en
Cnido, hijo de Esquines y discípulo de Platón. Su familia estaba compuesta por
médicos y por su influencia realizó los estudios de medicina, profesión que ejerció
durante algunos años en Grecia.

A los 23 años se fue a Atenas e ingresó en la academia de Platón, donde estudió


filosofía. Años después conoció los estudios astronómicos que se estaban llevando a
cabo en Egipto. Organizó su traslado a la ciudad de Helipopolis patrocinado y
recomendado por el rey Ageliseo. Allí tuvo acceso a los estudios de las observaciones
y teorías de los sacerdotes de esta ciudad.

De regreso a Grecia fundó una escuela de Filosofía, Matemáticas y Astronomía. Años después escribió su
primera obra llamada Fenómenos, donde describió la salida y ocultación de los astros. Fue el primer
Astrónomo que estableció que la duración del año era mayor en 6 horas a los 365 días.

En su segundo libro, "Las Velocidades", explicó el movimiento del Sol, la Luna y los Planetas e introdujo un
ingenioso sistema en el que asigna 4 esferas a cada astro para explicar sus movimientos.

En este modelo de sistema solar la Tierra esférica se encontraba en el centro, alrededor de ella rotaban 3
esferas concéntricas, la mas exterior llevaba las estrellas fijas y tenia un periodo de rotación de 24 horas, la
de en medio rotaba de este a oeste en un periodo que completaba 223 lunaciones, la esfera interna poseía la
luna y rotaba en un periodo de 27 días 5 horas 5 minutos. Cada uno de los 5 planetas requería de 4 esferas
que explicaban sus movimientos y el sol y la luna 3 esferas cada uno.

En geometría influyó de manera importante sobre Euclides con su teoría de las proporciones y el método
exhaustivo, por lo que está considerado como el padre del cálculo integral. La primera fue la solución mas
antigua a los números irracionales, que no pueden ser expresados como cociente de dos números enteros. El
método exhaustivo le permitió abordar el problema del cálculo de áreas y volúmenes, como el de la pirámide,
cuyo volumen es un tercio del un prisma que tenga la misma base.

Hacia el año 350 a.C. Eudoxo se trasladó a la ciudad de Cnido. Allí se encontró con un régimen democrático
recién establecido y recibió el encargo de escribir la nueva constitución.

Eudoxo trazó un mapa del cielo desde un observatorio construido por él mismo a orillas del Nilo. También
estudio diversos calendarios y el registro de los cambios estaciónales, estudios meteorológicos y crecientes
del Nilo.

Combatió ardientemente los horóscopos diciendo que: "Cuando se creen hacer previsiones acerca de la vida
de un ciudadano con sus horóscopos basados en la fecha de su nacimiento no debemos dar crédito alguno,
pues las influencias de los astros son tan complicadas de calcular que no existe hombre en la faz de la tierra
que lo pueda hacer".

Eudoxo nunca escribió sus conclusiones geométricas y solo las trasmitió oralmente, estas fueron pasando de
generación en generación hasta hoy.
Aristóteles: filosofía y Tierra redonda
Aristóteles (384-322 a.C.), filósofo y científico griego, considerado, junto a Platón y
Sócrates, como uno de los pensadores más destacados de la antigua filosofía griega y
posiblemente el más influyente en el conjunto de toda la filosofía occidental.

Nació en Estagira (actual ciudad griega de Stavro, entonces perteneciente a


Macedonia), razón por la cual también fue conocido posteriormente por el apelativo de
El Estagirita. Hijo de un médico de la corte real, se trasladó a Atenas a los 17 años de
edad para estudiar en la Academia de Platón. Permaneció en esta ciudad durante
aproximadamente 20 años, primero como estudiante y, más tarde, como maestro. Tras
morir Platón (c. 347 a.C.), Aristóteles se trasladó a Assos, ciudad de Asia Menor en la
que gobernaba su amigo Hermias de Atarnea.

Tras ser capturado y ejecutado Hermias por los persas (345 a.C.), Aristóteles se trasladó a Pela, antigua
capital de Macedonia, donde se convirtió en tutor de Alejandro (más tarde Alejandro III el Magno), hijo
menor del rey Filipo II.

En el año 336 a.C., al acceder Alejandro al trono, regresó a Atenas y estableció su propia escuela: el Liceo.
Debido a que gran parte de las discusiones y debates se desarrollaban mientras maestros y estudiantes
caminaban por su paseo cubierto, sus alumnos recibieron el nombre de peripatéticos.

La muerte de Alejandro (323 a.C.) generó en Atenas un fuerte sentimiento contra los macedonios, por lo que
Aristóteles se retiró a una propiedad familiar situada en Calcis, en la isla de Eubea, donde falleció un año más
tarde.

Fue uno de los filósofos y científicos griegos más importantes. Su influencia fue tal que algunas de las teorías
que elaboró se mantienen vigentes todavía, dos mil años después de su muerte.

En el campo astronómico, adelantó los primeros argumentos sólidos contra la tradicional teoría de la Tierra
plana, haciendo notar que las estrellas parecen cambiar su altura en el horizonte según la posición del
observador en la Tierra. Este fenómeno puede explicarse partiendo de la premisa que la Tierra es una esfera;
pero resulta incomprensible suponiendo que sea plana.

Aristóteles notó además que durante los eclipses lunares, cuando la sombra de la Tierra se proyecta sobre la
Luna, la línea del cono de sombra es curva. Elaboró también un modelo propio del Universo que se
fundamentaba en el sistema geocéntrico propuesto por Eudoxio de Cnido y sucesivamente modificado por
Calipo. En el sistema de Eudoxio, llamado de las esferas homocéntricas (que tienen un centro común), la
Tierra era imaginada inmóvil en el centro del Universo y los cuerpos celestes entonces conocidos, fijados a
siete grupos de esferas de dimensiones crecientes desde la más interna a la más externa: tres esferas
pertenecían a la Luna, tres al Sol y cuatro a cada uno de los planetas entonces conocidos (Mercurio, Venus,
Marte, Júpiter y Saturno), con un total de 26 esferas celestes.

Más tarde Calipo, discípulo de Eudoxio, con la finalidad de hacer funcionar mejor todo el conjunto, llevó a
33 el número total de esferas. Sin embargo, parece que Eudoxio y Calipo pensaban en sus esferas como un
recurso geométrico, carente de consitencia física, inventado sólo para explicar y prever el movimiento de los
cuerpos celestes.

En cambio Aristóteles considera que las esferas, constituídas por una sustancia purísima y transparente,
rodeaban realmente a la Tierra, teniendo engarzados como diamantes a todos los cuerpos celestes visibles. En
el intento de explicar el origen de los movimientos planetarios, Aristóteles pensó en una "fuerza divina" que
transmitía sus movimientos a todas las esferas desde la más externa, o esfera de las estrellas fijas, a la más
interna, o esfera de la Luna. Sin embargo esta idea se tradujo en una enorme complicación de todo el sistema,
ya que elevó de 33 a 55 el número total de esferas, todas relacionadas entre sí.

La teoría descrita en su obra "Metafísica", fue sustituida por el sistema de Tolomeo (ll siglo d. J.C.), siempre
geocéntrico, pero que tenía en cuenta de manera más precisa los movimientos celestes y que fue
universalmente aceptado hasta Copérnico. Entre las obras científicas del filósofo griego dedicadas al cielo, es
preciso recordar la "Metereología" y el "De Coelo".
Aristarco: magnitudes y distancias del Sol y la
Luna
Aristarco nació en Samos - Grecia - en el año 310 a.C. y murió en el 220 a.C. Fue
discípulo de Estratón de Lampsacos jefe de la escuela peripatética fundada por
Aristóteles. Años después Aristarco sucedería a Teofrasto como jefe de esta
institución entre años 288 y 287 a.C.

Fue un hábil geómetra pero es poco lo que se conoce de su vida. Sus hipótesis sobre el
universo se han extraído a partir de las referencias hechas por otros autores después de
su muerte. Ptolomeo en el Almagesto lo nombra como un concienzudo observador de
los solsticios y equinoccios. Parece haber interpretado estas observaciones
correctamente, atribuyendo estos fenómenos al movimiento de la Tierra alrededor del
Sol. Dedujo por esto que era necesario que la órbita terrestre estuviera inclinada para
explicar los cambios de estación.

Arquímedes, en el Arenario - El contador de Arena - explica que Aristarco publicó un libro basado en ciertas
hipótesis y en el que parece que el universo es mucho mayor de lo que se cría. Sus hipótesis son que las
estrellas fijas y el Sol permanecen inmóviles, que la tierra gira alrededor del Sol siguiendo la circunferencia
de un círculo con el Sol en medio de la órbita, y que la esfera de las estrellas fijas también con el Sol como
centro, es tan grande que el circulo en el que supone que la tierra gira guarda la misma proporción a la
distancia de las estrellas fijas que el centro de la esfera a su superficie.

Plutarco también hace referencia a Aristarco resumiendo su idea geocéntrica en que el cielo es inmóvil y la
Tierra se mueve sobre una órbita inclinada rotando al mismo tiempo sobre su propio eje. En el mismo texto,
Plutarco relata que Cleantes (alrededor de 260 a.C. ) denunció a Aristarco por impío, basándose en que
desplazó la Tierra del centro del universo.

Aristarco consideraba al Sol como una estrella y probablemente que las estrellas eran soles. De lo que se
conoce de los pensamientos de sus sobre el cosmos se puede resumir que fue uno de los primeros en
promulgar la teoría Heliocéntrica.

Comenzó a medir la distancia y comparar los tamaños relativos en la cosmología utilizando la trigonometría.
Explicó los movimientos de rotación y traslación terrestres. Dedujo que la orbita de la tierra se encuentra
inclinada. Amplio el tamaño del universo conocido - aunque con un gran margen de error ya que calculó que
el Sol era 19 veces mas grande que la Luna y se encontraba 19 veces mas lejos, actualmente se sabe que es
400 veces mas grande y esta 400 veces mas lejos.

Aristarco pudo asumir que el Sol era una estrella más de las que se observan en el cielo. Desafortunadamente
solo una de las obras de Aristarco nos ha llegado a los tiempos modernos, "Sobre las magnitudes y las
distancias del Sol y de la Luna", y aunque la mayoría de sus ideas se conocen a través de terceros ,se puede
decir que fue uno de los que se ha presentado más avanzado a su época.

Es probable que de no ser por ausencia de sus escritos y por los ataques que se empezaron a sentir por grupos
guiados por las creencias y la fe religiosa, la historia de la cosmología hubiera sido diferente y que Aristarco
"El geómetra" tuviera el reconocimiento que se merece.
Eratóstenes y la medición de la esfera terrestre
Eratóstenes nació en Cyrene (Libia) en el año 276 a. C. Fue astrónomo, historiador,
geógrafo, filósofo, poeta, crítico teatral y matemático. Estudió en Alejandría y Atenas.
Alrededor del año 255 a. C fue el tercer director de la Biblioteca de Alejandría. Trabajó
con problemas de matemáticas, como la duplicación del cubo y números primos.
Escribió muchos libros de los cuales sólo se tienen noticias por referencias
bibliográficas de otros autores.

Una de sus principales contribuciones a la ciencia y a la astronomía fue su trabajo sobre


la medición de la tierra. Eratóstenes en sus estudios de los papiros de la biblioteca de
Alejandría, encontró un informe de observaciones en Siena, unos 800 Km. al sureste de
Alejandría, en el que se decía que los rayos solares al caer sobre una vara el mediodía
del solsticio de verano (el actual 21 de junio) no producía sombra.

Eratóstenes entonces realizó las mismas observaciones en Alejandría el mismo día a la misma hora,
descubriendo que la luz del Sol incidía verticalmente en un pozo de agua el mismo día a la misma hora.
Asumió de manera correcta que si el Sol se encontraba a gran distancia, sus rayos al alcanzar la tierra debían
llegar en forma paralela si esta era plana como se creía en aquellas épocas y no se deberían encontrar
diferencias entre las sombras proyectadas por los objetos a la misma hora del mismo día, independientemente
de donde se encontraran. Sin embargo, al demostrarse que si lo hacían, (la sombra dejada por la torre de
Sienna formaba 7 grados con la vertical) dedujo que la tierra no era plana y utilizando la distancia conocida
entre las dos ciudades y el ángulo medido de las sombras calculó la circunferencia de la tierra en
aproximadamente 250 estadios (40. 000 kilómetros, bastante exacto para la época y sus recursos).

También calculó la distancia al Sol en 804. 000. 000 estadios y la distancia a la Luna en 780. 000 estadios.
Midió casi con precisión la inclinación de la eclíptica en 23º 51' 15". Otro trabajo astronómico fue una
compilación en un catálogo de cerca de 675 estrellas.

Creó uno de los calendarios mas avanzados para su época y una historia cronológica del mundo desde la
guerra de Troya. Realizó investigaciones en geografía dibujando mapas del mundo conocido, grandes
extensiones del río Nilo y describió la región de Eudaimon (actual Yemen) en Arabia.

Eratóstenes al final de su vida fue afectado por la ceguera y murió de hambre por su propia voluntad en 194
a. C. en Alejandría.
Hiparco, la medida del año y el primer catálogo de
estrellas
Hiparco de Nicea (c. 190-120 a. C. ), también conocido como Hiparco de Rodas, fue
un matemático y astrónomo griego, el más importante de su época. Hiparco nació en
Nicea, Bitinia (hoy Iznik, Turquía). Se le considera el primer astrónomo científico.
Fue muy preciso en sus investigaciones, de las que conocemos parte por comentarse
en el tratado científico Almagesto del astrónomo alejandrino Tolomeo, sobre quien
ejerció gran influencia. Sus cálculos del año tropical, duración del año determinada
por las estaciones, tenían un margen de error de 6, 5 minutos con respecto a las
mediciones modernas. Murió en Rodas, Grecia en el año 120 a. C.

Sólo ha sobrevivido uno de sus trabajos, llamado Commentary on Aratus and


Eudoxus el cual no es precisamente de sus principales labores. Fue escrito en tres
libros: en el primero nombra y describe las constelaciones, en el segundo y tercero publica sus cálculos sobre
la salida y entrada de las constelaciones, al final del tercer libro da una lista de estrellas brillantes. En
ninguno de los tres libros Hiparco hace comentarios sobre matemáticas astronómicas. No utilizó un solo
sistema de coordenadas sino un sistema mezclado de varios tipos de ellas.

Realizó importantes contribuciones a la trigonometría tanto plana como esférica, publicó la tabla de cuerdas,
temprano ejemplo de una tabla trigonométrica, cuyo propósito era proporcionar un método para resolver
triángulos. También introdujo en Grecia la división del círculo en 360 grados.

En astronomía descubrió la presesión de los equinoccios y describió el movimiento aparente de las estrellas
fijas cuya medición fue de 46', muy aproximado al actual de 50. 26". Calculó un periodo de eclipses de 126.
007 días y una hora; calculó la distancia a la luna basándose en la observación de un eclipse el 14 de marzo
de 190 a. C. Su cálculo fue entre 59 y 67 radios terrestres el cual está muy cerca del real (60 radios).
Desarrolló un modelo teórico del movimiento de la luna basado en epiciclos.

Hiparco elaboró el primer catálogo celeste que contenía aproximadamente 850 estrellas, diferenciándolas por
su brillo en seis categorías o magnitudes, clasificación que aun hoy se utiliza. Probablemente este trabajo fue
utilizado por Ptolomeo como base para su propio catálogo celeste. Sobre este último tuvo gran influencia y,
al rechazar la teoría heliocéntrica de Aristarco de Samos, fue el precursor de los trabajos geocéntricos de
Ptolomeo.
Claudio Ptolomeo y la teoría de las esferas
Claudio Ptolomeo (o Tolomeo) es uno de los personajes más importantes en la
historia de la Astronomía. Astrónomo y Geógrafo, Ptolomeo propuso el sistema
geocéntrico como la base de la mecánica celeste que perduró por más de 1400 años.
Sus teorías y explicaciones astronómicas dominaron el pensamiento científico hasta el
siglo XVI.

Nació en Egipto aproximadamente en el año 85 y murió en Alejandría en el año 165.


Aunque se sabe muy poco de él, por lo que nos ha llegado puede decirse que fue el
último científico importante de la antigüedad. Aunque debe su fama a la exposición de
su sistema ptolomaico, su saber fue mucho más allá; recopiló los conocimientos
científicos de su época, a los que añadió sus observaciones y las de Hiparco de Nicea,
y formó 13 volúmenes que resumen quinientos años de astronomía griega y que dominaron el pensamiento
astronómico de occidente durante los catorce siglos siguientes. Esta obra llegó a Europa en una versión
traducida al árabe, y es conocida con el nombre de Almagesto (Ptolomeo la había denominado Sintaxis
Matemática).

El tema central de Almagesto es la explicación del sistema ptolomaico. Según dicho sistema, la Tierra se
encuentra situada en el centro del Universo y el sol, la luna y los planetas giran en torno a ella arrastrados por
una gran esfera llamada "primum movile", mientras que la Tierra es esférica y estacionaria. Las estrellas
están situadas en posiciones fijas sobre la superficie de dicha esfera. También, y según la teoría de Ptolomeo,
el Sol, la Luna y los planetas están dotados además de movimientos propios adicionales que se suman al del
primun movile. Ptolomeo afirma que los planetas describen órbitas circulares llamadas epiciclos alrededor de
puntos centrales que a su vez orbitan de forma excéntrica alrededor de la Tierra. Por tanto la totalidad de los
cuerpos celestes describen órbitas perfectamente circulares, aunque las trayectorias aparentes se justifican por
las excentricidades. Además, en esta obra ofreció las medidas del sol y la luna y un catálogo de 1. 028
estrellas.

La teoría ptolomaica es insostenible porque parte de la adopción de supuestos falsos; sin embargo es
coherente consigo misma desde el punto de vista matemático. A pesar de todo, su obra astronómica tuvo gran
influencia en la Edad Media, comparándose con la de Aristóteles en filosofía.

Publicó unas tablas derivadas de las teorías del Almagesto pero independientemente llamadas Tablas de
mano las cuales sólo se conocen por referencias escritas. También se encargó de escribir y publicar su
Hipótesis Planetaria en lenguaje sencillo para disminuir la necesidad de entrenamiento matemático de sus
lectores.

Uno de sus mayores trabajos fue Geografía, en donde realizó mapas del mundo conocido dando coordenadas
a los lugares mas importantes con latitud y longitud, los que por supuesto, contenían graves errores; se dice
que esta obra fue lo que llevó a Colon a creer que podía llegar a las indias por el oeste, ya que en ellos
parecían estar mas cerca.

De esta manera, a pesar de todos los errores que Claudio Ptolomeo cometió en sus trabajos, fue uno de los
Astrónomos que cambió la visión del universo e intentó explicar científicamente la mecánica de los astros. El
hecho de que su equivocada teoría haya permanecido tanto tiempo no depende de él mismo, sino de las
comunidades principalmente religiosas que se encontraron muy cómodas con la teoría geocéntrica y la
compatibilidad con sus creencias.
Al-Battani y la astronomía àrabe de la Edad Media
Abu Abdullah Al-Battani, conocido también como Albategnius, fue un astrónomo y
matemático reconocido durante la edad media. Nació en 858 cerca a Battan, estado de
Harran.

Fue educado por su padre, también un reconocido científico llamado Jabir Ibn Sin'an
al-Battani. Posteriormente viajó a Raqqa para recibir educación superior.

A finales del siglo IX se trasladó a Samarra, en donde vivió y trabajó el resto de su


vida. Realizó muchos y muy importantes trabajos en astronomía: corrigió cálculos
orbitales realizados por Ptolomeo usando la trigonometría, calculó con gran precisión
la duración del año solar, con solo una diferencia de 2 minutos y 26 segundos con
respecto a la medición actual y describió la inclinación de la eclíptica y su relación con las estaciones.

Al-Battani también realizó excelentes observaciones de los eclipses lunares y solares, descubrió la existencia
de los eclipses solares anulares y comprobó que el apogeo solar - distancia máxima entre la tierra y el Sol -
no es constante.

En el campo de la Matemática y Trigonometría aportó soluciones muy ingeniosas para algunos problemas
trigonométricos usando los métodos de proyección ortográfica. Ganó gran fama con el uso de relaciones
trigonométricas que todavía hoy se encuentran en uso y fue el primero en reemplazar las cuerdas griegas por
los senos. También desarrolló el concepto de Cotangente.

Escribió muchos libros de Astronomía y Trigonometría.

El más famoso de sus libros sobre astronomía fue "De Scienta Stellarum - De Numeris Stellarum et
motibus", que fue utilizado durante toda la edad media como libro de referencia y estudio. Su nombre fue
dado a una región de la Luna: Albategnius. Murió el año 929.
Regiomontanus y la reforma del calendario
Johann Regiomontanus, cuyo nombre verdadero fue Johann Müller de Königsberg
(Regiomontanus es la versión latina del mismo Königsberg = "King's mountain"),
nació el 6 Junio de 1436 en Königsberg, Arzobispado de Mainz (ahora Alemania).

A los 11 años ingresó a la Universidad de Leipzig y a los 16 se marchó a Viena en


donde estudió con Georg von Peurbach. En 1461 fue nombrado profesor de
astronomía en la Universidad de Viena, ocupando el puesto de su profesor y, en 1468,
trabajó como astrónomo real del rey Matthias Corvinus de Hungría.

Regiomontanus realizó importantes contribuciones a la trigonometría y la astronomía.


De hecho, se le considera como el iniciador de la trigonometría moderna. Su libro De
Triangulis Omnimodis (1464) es un resumen sistemático de los métodos para estudiar los triángulos.

Gran conocedor de los textos griegos, y estudioso de Euclides y Ptolomeo, realizó una rigurosa traducción
latina del Almagesto iniciada por su maestro Peuerbach, y expuso el sistema tolemaico en una obra titulada
"Epitome in Almagestum", publicada en 1496.

Regiomontanus construyó un observatorio en Nuremberg en 1471, patrocinado por Bernard Walther. Fundó
una imprenta en la que publicó uno de los primeros calendarios completos, con datos astronómicos, sobre las
posiciones del Sol y de la Luna, eclipses y fiestas móviles. También construyó muchos instrumentos.

En Enero de 1472 realizó observaciones de un cometa el cual, 270 años después, fue descrito por Halley y
acabó llevando su nombre, el cometa Halley. Regiomontanus observó eclipses de Luna, eclipses totales de
Sol. como el de 3 Septiembre 1457, 3 de Julio de 1460 y 22 de Junio de 1461.

Estudió los movimientos de la Luna y describió un método para calcular la longitud de los mares con su
observación, muchos años antes de que pudiera ser usada con la aparición de instrumentos para medir con
precisión la posición lunar.

Escribió sobre la reforma del calendario en "Kalendarium and De Reformatione Kalendarii". Fue llamado por
el Papa a Roma en 1475 para participar en la reforma del calendario y fue nombrado Obispo de Ratisbona.
Pero murió antes de emprender el trabajo, aún no se sabe si a causa de un envenenamiento por parte de sus
enemigos o si fue víctima de una plaga.

Murió el 8 Junio de1476 en Roma, Italia.


El Renacimiento de la Astronomía

La astronomía dio un giro drástico en el siglo XVI. La teoría geocéntrica fue sustituida por el
sistema heliocéntrico, con el Sol en el centro. La invención del telescopio permitio
observaciones mucho más precisas que corroboraron esta nueva teoría.

El renacimiento cultural i cientifico aceleró los cambios y se produjeron multitud de


descubrimientos importantes. El largo letargo medieval se acabó. Los nuevos astrónomos
usaban instrumentos cada vez mejores, aplicaban métodos científicos y, sobre todo, podían
difundir sus estudios gracias a la difusión de la imprenta.

Los astrónomos renacentistas descubrieron cómo fuciona el Sistema Solar, describieron las
órbitas de los planetas, analizaron la luz, conocieron el espacio profundo, observaronn las
estrellas, ... La astronomía avanzó como antes nunca lo había hecho.

Este periodo está plagado de nombres ilustres. Aquí presentamos algunos de los más
relevantes.
Nicolás Copérnico y la teoría heliocéntrica.
Nicolás Copérnico (1473-1543), astrónomo polaco, conocido por su teoría
Heliocéntrica que había sido descrita ya por Aristarco de Samos, según la cual el Sol
se encontraba en el centro del Universo y la Tierra, que giraba una vez al día sobre su
eje, completaba cada año una vuelta alrededor de él.

Copérnico nació el 19 de febrero de 1473 en la ciudad de Thorn (hoy Toru), en el seno


de una familia de comerciantes y funcionarios municipales. El tío materno de
Copérnico, el obispo Ukasz Watzenrode, se ocupó de que su sobrino recibiera una
sólida educación en las mejores universidades. Copérnico ingresó en la Universidad
de Cracovia en 1491, donde comenzó a estudiar la carrera de humanidades; poco
tiempo después se trasladó a Italia para estudiar derecho y medicina. En enero de
1497, Copérnico empezó a estudiar derecho canónico en la Universidad de Bolonia.

En 1500, Copérnico se doctoró en astronomía en Roma. Al año siguiente obtuvo permiso para estudiar
medicina en Padua (la universidad donde dio clases Galileo, casi un siglo después). Aunque nunca se
documentó su graduación como Médico practicó la profesión por seis años en Heilsberg. A partir de 1504 fue
canónigo de la diócesis de Frauenburg. Durante estos años publicó la traducción del Griego de las cartas de
Theophylactus (1509), estudió finanzas y en 1522 escribió un memorando sobre reformas monetarias.

Sus trabajos de observación astronómica practicados en su mayoría como ayudante en Bolonia del profesor
Domenico María de Novara dejan ver su gran capacidad de observación. Fue gran estudioso de los autores
clásicos y además se confesó como gran admirador de Ptolomeo cuyo Almagesto estudió concienzudamente.
Después de muchos años finalizó su gran trabajo sobre la teoría heliocéntrica en donde explica que no es el
Sol el que gira alrededor de la Tierra sino al contrario.

Esta teoría sin embargo también requería de complicados mecanismos para la explicación de los
movimientos de los planetas, debido a la perfección de la esfera. Estimulado por algunos amigos Copérnico
publica un resumen en manuscrito, en sus comentarios establece su teoría en 6 axiomas, reservando la parte
matemática para el trabajo principal que se publicaría bajo el título "Sobre las revoluciones de las esferas
celestes".

A partir de aquí la teoría heliocéntrica comenzó a expandirse. Rápidamente surgieron también sus
detractores, siendo los primeros los teólogos protestantes aduciendo causas bíblicas. En 1616 La iglesia
Católica colocó el trabajo de Copérnico en su lista de libros prohibidos.

La obra de Copérnico sirvió de base para que, más tarde, Galileo, Brahe y Kepler pusieran los cimientos de la
astronomía moderna.
Tycho Brahe y las medidas del firmamento
Astrónomo danés (1546-1601). Tycho Brahe ha sido considerado como el más grande
observador del periodo anterior a la invención del telescopio e innovador en los
estudios astronómicos. De familia noble, carácter intrépido, e intolerante de las
convenciones sociales, tuvo una vida muy aventurera: viajó mucho, prosiguiendo
siempre los estudios de astronomía que había comenzado siendo joven, impresionado
con el eclipse solar de 1560.

En 1565, a causa de una diferencia de opinión con otro estudiante por un problema
matemático, se batió en duelo y quedó mutilado de la nariz, debiendo llevar el resto de
su vida una postiza de oro, plata y cera. Gozaba del favor del rey de Dinamarca
Federico I quien, en 1576, le cedió la pequeña isla de Hven, en el estrecho de Sund,
hoy territorio sueco. Aquí, Tycho hizo construir el observatorio más grande de su época, al que llamó
Uraniborg, es decir, "ciudad del cielo". Dotó el observatorio de monumentales y perfeccionados
instrumentos, algunos de los cuales fueron ideados por él mismo: cuadrantes murales, sextantes, esferas
armilares, escuadras y gnomones con gigantescas escalas graduadas para obtener la mejor precisión entonces
posible en la determinación de las coordenadas celestes y de las otras medidas astronómicas.

En 1572 una estrella muy luminosa apareció en la constelación de Casiopea, alcanzando la luminosidad de
Júpiter y después se fue apagando lentamente, aunque permaneció visible hasta marzo de 1574. Tycho la
observó durante un año y medio, tratando de calcular con sus instrumentos y conocimientos la distancia con
el método del paralaje. El astrónomo se dio cuenta que la estrella nova carecía de paralaje, lo que equivalía a
admitir que se encontraba a una distancia infinita, o sea que pertenecía a la esfera de las estrellas fijas. Tycho
Brahe publicó los resultados de su trabajo, provocando con él una verdadera revolución en el campo de las
creencias astronómicas: por primera vez se demostró que las esferas superlunares no eran en absoluto
inmutables, contrariamente a la opinión de Aristóteles.

En 1588, el astrónomo desmintió, no con simples disertaciones, sino con pruebas basadas en sus
observaciones y medidas, otra teoría que en aquel tiempo era universalmente aceptada: la de la naturaleza
atmosférica de los cometas. Siguió con sus instrumentos al cometa aparecido el 13 de noviembre de 1577,
midió su paralaje y, por lo tanto, la distancia, y concluyó que se encontraba a aproximadamente 230 radios
terrestres, es decir, más allá de la Luna, que está a 60 radios terrestres.

Tycho rechazó el sistema copernicano no por ignorancia, sino por coherencia con sus observaciones. Él
razonó de esta manera: si la Tierra girara a lo largo de una órbita alrededor del Sol, como pensaba Copérnico,
el observador debería notar un desplazamiento anual (paralaje) en las posiciones de las estrellas fijas. Como
Tycho nunca pudo medir ese desplazamiento, se convenció de que Copérnico estaba en un error. El
razonamiento de Tycho era inaceptable: fue la insuficiente precisión de sus instrumentos lo que no le
permitió apreciar el pequeño paralaje de las estrellas.

Después de la muerte del rey de Dinamarca, acaecida en 1588, abandonó la isla de Hven y se instaló en el
castillo de Benatky, próximo a Praga, convirtiéndose en matemático oficial del emperador Rodolfo ll. Aquí
se le une en 1600 el joven J. Kepler, con el cual tuvo una fructífera colaboración en los últimos años de su
vida. Al morir dejó a Kepler las observaciones realizadas a lo largo de años y años de estudio, con la
esperanza de que éste pudiera demostrar su teoría del Universo. Kepler se sirvió de los trabajos de Tycho
para formular sus famosas leyes sobre los movimientos planetarios, que, en cambio, sirvieron como
confirmación de la teoría de Copérnico sobre el sistema solar.
Giordano Bruno, mártir de las ideas heliocéntricas
Giordano Bruno (1548-1600) fue un filósofo y poeta renacentista italiano cuya
dramática muerte dio un especial significado a su obra. Nació en Nola, cerca de
Nápoles. Su nombre de pila era Filippo, pero adoptó el de Giordano al ingresar en la
Orden de Predicadores, con los que estudió la filosofía aristotélica y la teología
tomista.

Pero Giordano era un pensador independiente de espíritu atormentado. Abandonó la


orden en 1576 para evitar un juicio en el que se le acusaba de desviaciones doctrinales
e inició una vida errante que le caracterizaría hasta el final de sus días.

Visitó Génova, Toulouse, París y Londres, donde residió dos años, desde 1583 hasta
1585, bajo la protección del embajador francés y frecuentando el círculo del poeta inglés sir Philip Sidney.
Fue el periodo más productivo de su vida ya que durante estos años escribió "La cena de las cenizas" (1584)
y "Del Universo infinito y los mundos" (1584), así como el diálogo "Sobre la causa, el principio y el uno"
(1584).

En Londres se dedicó también a enseñar en la Universidad de Oxford la nueva cosmología Copernicana,


atacando al tradicional sistema aristotélico. En 1585 retó a los seguidores del Aristotelismo a un debate
público en el College de Cambrai, donde fue ridiculizado, atacado físicamente y expulsado del país.

En los cinco años siguientes vivió en diversos sitios del centro y este de Europa como Marburgo, Mainz,
Wittenberg, Praga, Helmstedt, Frankfurt y Zurich. Se dedicó a escribir muchos trabajos en latín sobre
cosmología, física, magia y el arte de la memoria. Demostró, aunque con un método equivocado, que el Sol
es más grande que la Tierra.

En 1591 recibió una invitación para ir a Venecia de parte de Zuane Mocenigo, quien lo requería para
aprender sobre el arte de la memoria. Las relaciones entre profesor y alumno no fructificaron, en parte porque
Mocenigo tenía una idea de Bruno como un mago y no como el pensador que era. Al tratar de abandonarlo,
Monciego lo denunció a la inquisición por las, según él, ideas herejes que le había transmitido. Bruno fue
apresado por la inquisición e interrogado en Venecia, sin embargo, al ser solicitado por Roma fue trasladado
a esa ciudad.

Estuvo prisionero en Roma durante siete años. En muchas ocasiones Bruno ofreció retractarse de sus
acusaciones, sin embargo no le fueron aceptadas. Finalmente decidió no retractarse, aunque no se sabe por
qué tomó esta decisión.

El 20 de Enero de 1601 el Papa Clemente VIII ordenó que Bruno fuera llevado ante las autoridades seculares,
el 8 de febrero fue leída la sentencia en que se le declaraba herético impenitente, pertinaz y obstinado. Fue
expulsado de la iglesia y sus trabajos fueron quemados en la plaza publica.

Durante todo el tiempo fue acompañado por monjes de la iglesia, antes de ser ejecutado uno de ellos le
ofreció un crucifijo para besarlo, el cual rechazó y dijo que moriría como un mártir. Ha sido convertido en
mártir de la ciencia por la defensa de las ideas heliocentristas, aunque hay que decir que la causa principal de
su juicio fue la teología neognóstica, que negaba el pecado original, la divinidad especial de Cristo y ponía en
duda su presencia en la eucaristía.
Galileo y el telescopio: la nueva astronomía
El físico y astrónomo italiano Galileo Galilei (1564-1642) sostenía que la Tierra giraba
alrededor del Sol, lo que contradecía la creencia de que la Tierra era el centro del
Universo. Se negó a obedecer las órdenes de la Iglesia católica para que dejara de
exponer sus teorías, y fue condenado a reclusión perpetua. Junto con Kepler, comenzó
la revolución científica que culminó con la obra de Isaac Newton. Su principal
contribución a la astronomía fue el uso del telescopio para la observación y
descubrimiento de las manchas solares, valles y montañas lunares, los cuatro satélites
mayores de Júpiter y las fases de Venus. En el campo de la física descubrió las leyes
que rigen la caída de los cuerpos y el movimiento de los proyectiles. En la historia de
la cultura, Galileo se ha convertido en el símbolo de la lucha contra la autoridad y de la
libertad en la investigación.

Nació cerca de Pisa el 15 de febrero de 1564. Estudió con los monjes en Vallombroso y en 1581 ingresó en la
Universidad de Pisa para estudiar medicina. Al poco tiempo cambió sus estudios por la filosofía y las
matemáticas, abandonando la universidad en 1585 sin haber llegado a obtener el título. En 1589 trabajó como
profesor de matemáticas en Pisa, donde se dice que demostró ante sus alumnos el error de Aristóteles, que
afirmaba que la velocidad de caída de los cuerpos era proporcional a su peso, dejando caer desde la torre
inclinada de esta ciudad dos objetos de pesos diferentes.

Otros importantes descubrimientos de Galileo en aquellos años son las leyes péndulo (sobre el cual habría
comenzado a pensar, según la conocida anécdota, observando una lámpara que oscilaba en la catedral de
Pisa) y las leyes del movimiento acelerado, que estableció después de trasladarse a enseñar en la Universidad
de Padua en 1592. En Padua, sin embargo, y después en Florencia, Galileo se ocupa sobre todo en
astronomía y lo hará intensamente hasta 1633.

En 1609 oyó decir que en los Países Bajos habían inventado un telescopio. En diciembre de 1609 Galileo
había construido un telescopio de veinte aumentos, con el que descubrió montañas y cráteres en la Luna.
También observó que la Vía Láctea estaba compuesta por estrellas y descubrió los cuatro satélites mayores
de Júpiter. En marzo de 1610 publicó estos descubrimientos en El mensajero de los astros. Su fama le valió el
ser nombrado matemático de la corte de Florencia, donde quedó libre de sus responsabilidades académicas y
pudo dedicarse a investigar y escribir. En diciembre de 1610 pudo observar las fases de Venus, que
contradecían la astronomía de Tolomeo y confirmaban su aceptación de las teorías de Copérnico.

A principios de 1616, los libros de Copérnico fueron censurados por un edicto, y el cardenal jesuita Roberto
Belarmino dio instrucciones a Galileo para que no defendiera la teoría de que la Tierra se movía. Galileo
guardó silencio sobre el tema durante algunos años y se dedicó a investigar un método para determinar la
latitud y longitud en el mar basándose en sus predicciones sobre las posiciones de los satélites de Júpiter.

En 1624 Galileo empezó a escribir un libro que quiso titular Diálogo sobre las mareas, en el que abordaba las
hipótesis de Tolomeo y Copérnico respecto a este fenómeno. En 1630 el libro obtuvo la licencia de los
censores de la Iglesia católica de Roma, pero le cambiaron el título por Diálogo sobre los sistemas máximos,
publicado en Florencia en 1632. A pesar de haber obtenido dos licencias oficiales, Galileo fue llamado a
Roma por la Inquisición a fin de procesarle bajo la acusación de "sospecha grave de herejía". Galileo fue
obligado a abjurar en 1633 y se le condenó a prisión perpetua (condena que le fue conmutada por arresto
domiciliario). Los ejemplares del Diálogo fueron quemados y la sentencia fue leída públicamente en todas las
universidades.

La última obra de Galileo, Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos ciencias nuevas
relacionadas con la mecánica, publicada en Leiden en 1638, revisa y afina sus primeros estudios sobre el
movimiento y los principios de la mecánica en general. Este libro abrió el camino que llevó a Newton a
formular la ley de la gravitación universal, que armonizó las leyes de Kepler sobre los planetas con las
matemáticas y la física de Galileo.
Kepler y las órbitas de los planetas
Johannes Kepler (1571-1628). Nació en Leonberg, Alemania, donde comenzó a
estudiar en el colegio latino. En 1584 ingresó en el seminario protestante de Adelberg
y en 1589 comenzó su educación universitaria en teología en la Universidad
Protestante de Tübingen. Allí le influenció un profesor de matemáticas, Michael
Maestlin, partidario de la teoría heliocéntrica del movimiento planetario desarrollada
en principio por el astrónomo polaco Nicolás Copérnico. Kepler aceptó
inmediatamente la teoría copernicana al creer que la simplicidad de su ordenamiento
planetario tenía que haber sido el plan de Dios.

En 1594 marchó a Graz (Austria), donde elaboró una hipótesis geométrica compleja
para explicar las distancias entre las órbitas planetarias, que se consideraban circulares
erróneamente. Kepler planteó que el Sol ejerce una fuerza que disminuye de forma inversamente
proporcional a la distancia e impulsa a los planetas alrededor de sus órbitas. Publicó sus teorías en un tratado
titulado Mysterium Cosmographicum en 1596. Esta obra es importante porque presentaba la primera
demostración amplia y convincente de las ventajas geométricas de la teoría copernicana.

Excepto por Mercurio, el sistema de Kepler funcionaba de manera muy aproximada a las observaciones.
Debido a su fama como matemático, Kepler fue invitado por Tycho Brahe a Praga para que trabajara con él
como asistente y calculara las nuevas órbitas de los planetas basándose en sus observaciones. Al morir
Tycho, en el año 1601, fue nombrado su sucesor en el cargo de matemático imperial, puesto que ocupó hasta
1612.

Una de sus obras más importantes durante este periodo fue Astronomía nova (1609), la gran culminación de
sus cuidadosos esfuerzos para calcular la órbita de Marte. Este tratado contiene la exposición de dos de las
llamadas leyes de Kepler sobre el movimiento planetario. Según la primera ley, los planetas giran en órbitas
elípticas con el Sol en un foco. La segunda, o regla del área, afirma que una línea imaginaria desde el Sol a
un planeta recorre áreas iguales de una elipse durante intervalos iguales de tiempo. En otras palabras, un
planeta girará con mayor velocidad cuanto más cerca se encuentre del Sol.

En 1612 Kepler se hizo matemático de los estados de la Alta Austria. Mientras vivía en Linz, publicó su
Harmonices mundi Libri (1619), cuya sección final contiene otro descubrimiento sobre el movimiento
planetario (tercera ley): la relación entre el cubo de la distancia media (o promedio) de un planeta al Sol y el
cuadrado del periodo de revolución del planeta es una constante y es la misma para todos los planetas.

Hacia la misma época publicó un libro, Epitome astronomiae copernicanae (1618-1621), que reúne todos los
descubrimientos de Kepler en un solo tomo. Igualmente importante fue el primer libro de texto de astronomía
basado en los principios copernicanos, y durante las tres décadas siguientes tuvo una influencia capital para
muchos astrónomos.

La última obra importante aparecida en vida de Kepler fueron las Tablas rudolfinas (1625). Basándose en los
datos de Brahe, las nuevas tablas del movimiento planetario reducen los errores medios de la posición real de
un planeta de 5° a 10'. Isaac Newton se basó en las teorías y observaciones de Kepler para formular su ley de
la gravitación universal.
Christopher Scheiner y las manchas solares
Nació en Wald, cerca a Mindelheim, en Swabia, el 25 de Julio de 1575. Ingresó a la
sociedad de Jesús en 1595 y después estudió matemáticas en Ingoldstadt,
convirtiéndose en profesor de la materia en Dillingen. En 1610 regresó a Ingoldstadt
donde enseñó hebreo y matemática, además comenzó con sus primeros trabajos en
investigación científica.

Para esta época inventó el "pantógrafo", dispositivo con el cual es posible dibujar un
objeto a escala. También comenzó la construcción de telescopios y empezó a realizar
observaciones solares. Al principio colocó lentes coloreadas, pero después comenzó a
usar la técnica de proyección que, si bien había sido descrita por Kepler, fue Scheiner
el primero en utilizarla.

En Marzo de 1611 descubrió las manchas solares, un fenómeno que contrariaba la idea de la perfección del
sol y, por este motivo evitó su publicación. Comunicó su hallazgo a un amigo, quien lo publicó en 1612 bajo
un pseudónimo. En trabajos posteriores describió la rotación de las manchas y la aparición de faculas.

Galileo Galilei emprendió una disputa con Scheiner sobre quien había descubierto primero las manchas
solares, lo que parece ser es que no fue ninguno de los dos, sino David Fabricius.

Scheiner continuó con el estudio del Sol otros 16 años antes de la publicación de su trabajo más importante,
titulado "Rosa Ursina". Contiene el informe de numerosas observaciones y la descripción de múltiples
equipos de observación. Uno de sus resultados más valiosos es la descripción del plano de rotación de las
manchas solares.

Aclaró el fenómeno de la forma elíptica del Sol cerca al horizonte, debida a la refracción atmosférica. En
1616 el archiduque Maximiliano de Tyrol lo llevó a trabajar a Innsbruck, donde realizó estudios sobre el ojo
publicando "Oculus", obra en que describe correctamente que es en la retina donde se percibe la luz.

Regaló un telescopio al archiduque, pero este en realidad estaba mas interesado en la observación terrestre
que en las estrellas, y al observar todo invertido, Scheiner insertó otra lente para corregir la imagen, creando
así el primer telescopio terrestre.

Construyó diferentes tipos de telescopios, en particular uno con 2 lentes convexas, lo que mejoró de manera
significativa la calidad de las imágenes. Fue director de la universidad de Neisse en 1623 y, posteriormente,
profesor de matemáticas en Roma. Realizó trabajos sobre los relojes de sol y su construcción.

Scheiner organizó debates públicos sobre astronomía en donde se discutían temas tales como el sistema
geocéntrico vs. heliocéntrico. Murió el 18 de julio de 1650.
Giovanni Battista Hodierna y el espacio profundo
Giovanni Battista Hodierna nació el 13 de abril de 1597 en Ragusa, Sicilia. En sus
años de adolescencia observó tres cometas entre 1618 y 1619, con un telescopio de
tipo galileano. Se ordenó como clérigo católico en Siracusa, donde dictó clases de
matemáticas y astronomía. Fue un seguidor entusiasta de Galileo.

En 1628 escribió el "Nunzio del secolo cristallino", una evaluación del "Siderius
Nuntius". Se impresionó particularmente en la resolución de estrellas en la vía Láctea
y en los cúmulos como el pesebre. Sus trabajos se enfocaron de manera especial al
estudio del Sistema Solar.

En 1637 se trasladó a la recién fundada Palma di Montechiaro. Vivió y comenzó a


hacer sus publicaciones y sirvió como clérigo para la comunidad. En 1644 se doctoró en teología. En 1645
fue nombrado arzobispo y en 1655 matemático de la corte.

Hodierna practicó otras ciencias como la filosofía natural, la física y la botánica. Estudio la fragmentación de
la luz al pasar por un prisma y se acercó a la explicación del Arco Iris. Desarrolló un microscopio con el cual
estudió los ojos de una gran variedad de insectos. También fue un estudioso de los fenómenos
metereológicos.

Sus estudios en astronomía tuvieron poco impacto debido a que sus publicaciones fueron locales y también
porque mezcló la astronomía con la astrología. Por eso su lugar en la historia no está en el sitio que se
merece.

En 1646 y 1653 Hodierna observó y dibujó Saturno mostrando su anillo correctamente y publicó "Protei
caelestis vertigines sev. Saturni systema", en 1657 que es, tal vez, una de sus obras más conocidas.

En 1652 observó los movimientos de las lunas de Júpiter dando pie a su trabajo "Medicaeorum
Ephemerides", probablemente el mejor producido por él, mejorando la teoría de los movimientos de estos
satélites.

En 1656 publico "De Admirandis Phasibus in Sole et Luna visis", estudios de la Luna y el Sol incluyendo
manchas solares y eclipses. Uno de sus trabajos más interesantes fue el titulado "De systemate orbis
cometici; deque admirandis coeli characteribus", publicado en 1654.

Hodierna pensaba que existian grandes diferencias entre cometas y nebulosas debido principalmente a que
con el tiempo los cometas cambiaban su forma, así creía que los cometas estaban constituidos por material
terrestre y las nebulosas por material de estrellas.

Describió una lista de 40 nebulosas las cuales clasifica de acuerdo a la capacidad de resolverlas en estrellas
en: Luminosas (vistas al ojo desnudo), Nebulosas (Resueltas con telescopios) y Ocultas (no resueltas aun con
telescopio).

Sus descubrimientos del espacio profundo quedaron compilados en el atlas, "Il Cielo Stellato Diviso in 100
Mappe", trabajo que quedó inconcluso. El catalogo de Hodierna de objetos nebulosos incluye
redescubrimientos independientes de la galaxia de Andrómeda, la nebulosa de Orión, y probablemente
descubrimientos independientes de muchos otros objetos astronómicos.

Hodierna Murió el 6 de Abril de 1660 en Palma di Montechiaro, Sicilia.


Johannes Hevelius y las posiciones estelares
Nació el 28 de enero de 1611 en Gdansk, Polonia. Estudió derecho en Leiden en 1630
y, más tarde, pasó varios años, de 1632 a 1643, viajando entre Suiza, Londres y Páris.
En la capital de Francia entró en contacto con varios astrónomos incluyendo a Pierre
Gassendi.

En 1634 regresó a Gdansk donde se cuidó del negocio familiar, una cervecería, y
completó sus estudios de leyes. Se dedicó por completo a la astronomía en 1639,
construyendo un observatorio en el techo de su casa. Su trabajo fue en parte
patrocinado por el Rey Polaco Jan III Sobieski, a través de una generosa pensión.

Siempre se ha dicho que Hevelius estaba dotado de una capacidad visual


impresionante que lo llevaba a observar estrellas de hasta séptima magnitud con el ojo desnudo. Siguiendo
las tareas de Tycho Brahe, Hevelius construyó grandes instrumentos de observación y mejoró de manera
significativa la precisión de las posiciones estelares vistas con el ojo desnudo con factor de error de menos de
un grado.

Ayudado de su segunda esposa Elisabetha, realizó un catálogo estelar de gran precisión de 1564 estrellas,
desafortunadamente gran parte de el se perdió por un incendio en su casa en el año de 1679. Este catalogo fue
finalmente editado y publicado por Elisabetha en 1690.

En la década de 1670 Hevelius tuvo una acalorada controversia con John Flamsteed y posteriormente con
Robert Hooke quienes defendían el telescopio con micrómetros para realizar mediciones estelares precisas.
El debate se definió en 1679, cuando Edmund Halley, comisionado por la Royal Society, visitó a Hevelius en
Gdansk. Halley no pudo confirmar que las determinaciones de posición de Hevelius fueran tan precisas como
las que se realizaban con estos dispositivos.

Hevelius fue elegido en la Royal Society en 1664, y en 1666 rechazó el ofrecimiento de dirigir el
observatorio de Paris que fue posteriormente ofrecido a Giovanni Domenico Cassini.

Llevó a cabo numerosas observaciones lunares, planetarias y solares. Descubrió 4 cometas, en 1644 observó
las fases de Mercurio, también confirmó la variabilidad de la estrella Mira Ceti. Publicó sus observaciones
solares y en 1647 en Selenographia un mapa de la Luna, en 1668 Cometographia, y tambien en 1679
Machinae Coelistis.

Hevelius utilizó las manchas solares para determinar la rotación solar, acuñó el nombre de fácula para las
regiones brillantes alrededror de las manchas. Sus observaciones solares cubrieron el tiempo entre 1642-
1679, y fueron de mucha importancia para definir el comportamiento de los ciclos solares.

Murió en Gdansk en Enero 28 de 1687, el día que cumplía 76 años.


Cassini, Júpiter y las distancias en el Sistema Solar
Cassini, Giovanni Domenico (1625-1712). Famoso astrónomo nacido en Italia cuyo
nombre está principalmente unido a la llamada división de Cassini. En 1650, con sólo
veinticinco años de edad, fue profesor de Astronomía en la Universidad de Bolonia,
llegando a ser catedrático. En esta ciudad, en la catedral de San Petronio, hizo trazar
el inmenso cuadrante que atraviesa oblicuamente el suelo de la iglesia y por medio
del cual corrigió las tablas del movimiento del Sol.

En 1665 descubrió el movimiento de rotación de Júpiter alrededor de su propio eje y


midió su duración, haciendo lo mismo en 1666 con el de Marte. Calculó los períodos
rotacionales de Júpiter, Marte y Venus, y en 1668 elaboró las tablas de los
movimientos de los cuatro satélites de Júpiter descubiertos por Galileo (Olaf Roemer
utilizó los resultados para calcular la velocidad de la luz).

En 1669 fue nombrado director del Observatorio Astronómico de París invitado por el ministro francés
Colbert. Aquí descubrió, entre 1671 y 1674 , cuatro satélites de Saturno hasta entonces desconocidos (Japeto,
Rhea, Tetis y Dione), bautizados por él como "Ludovici" en honor del "Rey Sol"; y en 1675, observó una
discontinuidad (detectada 10 años antes por William Balle) que ahora se la conoce como división de Cassini.

Observó durante varios años, junto con su discípulo Fatio, la luz zodiacal y por primera vez, en 1683, puso de
relieve su naturaleza extraterrestre y no meteorológica. Halló que el eje de rotación de la tierra no estaba
situado perpendicularmente a la eclíptica, como se había creído hasta entonces, y que sus posiciones
sucesivas en el espacio no eran paralelas entre sí; añadió al satélite de Saturno descubierto por Huygens
cuatro más, y presentó a la Academia sus investigaciones sobre el calendario indio.

Su logro más importante fue establecer el primer cálculo ajustado a los datos de hoy día (sólo un 7% por
debajo del valor actual) de la distancia existente entre la Tierra y el Sol. A tales resultados llegó mediante la
observación de Marte desde París (al tiempo que Richter hacía lo mismo desde la Guayana francesa a 10000
km. de distancia). Calculó la distancia de Marte a la Tierra y determinó las distancias de los otros planetas al
Sol (basándose en la tercera ley de Kepler). Murió ciego, probablemente debido a los largos años dedicados a
la observación del cielo, después de haber dictado su autobiografía.

Como director en París, le sucedieron una dinastía de Cassinis: su hijo Giacomo, llamado Cassini II, después
de él su sobrino Cesare Francesco, Cassini III, y por último su sobrino-nieto Giacomo Domenico, Cassini IV.
Sus obras se han publicado con el título de "Opera Astronómica".
Christian Huygens y la teoría ondulatoria de la luz
Físico y astrónomo holandés cuyos grandes aportes los realizó en el campo de la
dinámica y la óptica. Inventó el reloj de péndulo y realizó la primera exposición de la
teoría ondulatoria de la luz. Fue descubridor de los anillos de Saturno y de Titán su
satélite mayor.

Nació en 1629 en La Haya, hijo de Constantin Huygens, una de las más importantes
figuras del renacimiento en Holanda. Educado en la universidad de Leyden, Christian
fue un amigo cercano de René Descartes, un invitado frecuente al hogar del científico
holandés. Su reputación en los trabajos sobre óptica y dinámica se difundió por toda
Europa y en 1663 fue elegido socio fundador de la Royal Society. Por invitación de
Luis XIV vivió en Francia desde 1666, y mientras permaneció en esa nación, Huygens
fue uno de los fundadores de la Academia de Ciencias de Francia.

En 1655 encontró un nuevo método para pulir las lentes, con lo que obtuvo una imagen más nítida que le
permitió descubrir el mayor satélite de Saturno, Titán, y dar la primera descripción precisa de los anillos de
este planeta. También estudió las estrellas de la nebulosa de Orión y las características de la superficie de
Marte que lo llevaron a concluir la rotación de este planeta sobre su eje. En 1656 inventó un ocular de
telescopio que lleva su nombre.

En 1673, en París, publicó la obra "Horologium Oscillatorium", donde describió una solución al problema
del péndulo compuesto, para el cual calculó la longitud del péndulo simple equivalente. En la misma
publicación obtuvo también una fórmula para calcular el periodo de oscilación de un péndulo simple y
explicó sus leyes de la fuerza centrífuga para movimiento uniforme en un círculo.

De regreso en Holanda en 1681, construyó algunas lentes de grandes longitudes focales e inventó el ocular
acromático para telescopios. Poco después de regresar de una visita a Inglaterra, donde se encontró con
Newton, publicó su tratado sobre la teoría ondulatoria de la luz. Para él, la luz era un movimiento vibratorio
en el éter, que se difundía y producía la sensación de luz al tropezar con el ojo. Con base en su teoría, pudo
deducir las leyes de la reflexión y la refracción, y explicar el fenómeno de la doble refracción.

Después de Newton se encuentra entre los más grandes científicos de la segunda mitad del siglo XVII, fue el
primero en avanzar en el campo de la dinámica más allá del punto al que llegaron Galileo y Descartes. Fue
Huygens quien resolvió en esencia el problema de la fuerza centrífuga. Hombre solitario, no atrajo
estudiantes o discípulos y tardó mucho en publicar sus descubrimientos. Después de una larga enfermedad
murió en 1695.
La astronomía moderna

El físico británico Isaac Newton adelantó un principio sencillo para explicar las leyes sobre el
movimiento planetario: la fuerza de atracción entre el Sol y los planetas. A este
descubrimiento matemático se le denomina ley de la gravitación universal.

La astronomía tomó diversas direcciones. Con la ley de gravitación el viejo problema del
movimiento planetario se volvió a estudiar como mecánica celeste. El perfeccionamiento del
telescopio permitió la exploración de las superficies de los planetas, el descubrimiento de
muchas estrellas débiles y la medición de distancias estelares.

En el siglo XIX, un nuevo instrumento, el espectroscopio, aportó información sobre la


composición química de los cuerpos celestes y nuevos datos sobre sus movimientos

Este capítulo expone la biografía de algunos astrónomos famosos desde Newton hasta la
aparición de la teoría quántica.
Newton y las leyes de la dinámica (mecánica
celeste)
Isaac Newton nació en Woolsthorpe, Lincolnshire, Inglaterra el 4 de Enero de 1643.
Su vida infantil fue prácticamente la de un huérfano, debido a la muerte de su padre y
el nuevo matrimonio de su madre, viviendo con sus tíos. Este cambio de vida le
convirtieron en un hombre difícil de carácter y solitario. Sus primeros años de estudio
no dieron muy buenos frutos, sus informes destacaban poca atención en las
actividades escolares.

Ingresó después en la Trinity College Cambridge, donde la instrucción estaba


dominada por la filosofía de Aristóteles. Sin embargo, también estudió a Descartes,
Gassendi, Hobbes y Boyle. El estudio de la descripción algebraica del movimiento de
Descartes llevó a Newton a elaborar una dinámica escrita en una forma alternativa del
álgebra, la geometría. y después puso la geometría en movimiento con el desarrollo del cálculo infinitesimal.
Recibió su grado de bachiller en abril de 1665.

Cuando la Universidad de Cambridge fue reabierta después de una peste, Newton fue nombrado profesor
menor en Trinity College y después de su grado de maestro fue elegido profesor mayor. En 1669 fue
recomendado para ocupar la cátedra lucasiana. Su primer trabajo en la cátedra fue sobre óptica. Diseñó y
construyó el primer telescopio reflector. Concluyó que la luz blanca no es una única entidad después de
observar la aberración cromática de su telescopio y de realizar el experimento del prisma en donde pudo
observar el espectro - de spectrum, fantasma - de los componentes individuales de la luz blanca y
recomponerlo con un segundo prisma. Descubrió los anillos de Newton, una serie de franjas claras y oscuras
debidas a la interferencia luminosa, que aparecen cuando se unen dos superficies de vidrio una plana y la otra
convexa.

En 1666 Newton imaginó que la gravedad de la tierra influenciaba la Luna y contrabalanceaba la fuerza
centrífuga. Con su ley sobre la fuerza centrífuga y utilizando la tercera ley de Kepler, dedujo las tres leyes
fundamentales de la mecánica celeste: Ley de la inercia. Todo cuerpo tiene a mantener su estado de
movimiento mientras no actue sobre él otra fuerza externa. Ley fundamental de la dinámica. La fuerza es
igual a la masa por aceleración. Ley de la acción y la reacción. A toda fuerza siempre se le opone una
reacción de la misma magnitud pero de sentido contrario.

Newton demostró que la fuerza gravitatoria disminuye según el cuadrado de la distancia y que esto da origen
a las leyes de Kepler del movimiento planetario. Expuso la Ley de la gravitación universal: Entre dos cuerpos
se ejerce una fuerza de atracción directamente proporcional al producto de sus respectivas masas e
inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que separa sus centros de gravedad.

En 1687 Newton publicó Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, donde estableció los principios
básicos de la mecánica teórica y la dinámica de los fluidos. Aplicó el primer tratamiento matemático al
movimiento ondulado, dedujo las leyes de Kepler a partir de la ley de cuadrados inversos de la gravitación y
explicó las órbitas de los cometas; calculó las masas de la Tierra, el Sol y los planetas con sus satélites,
explicó la forma aplastada de la Tierra y utilizó esta idea para explicar la presesión de los equinoccios,
además de que estableció la teoría de las mareas.

Después de sufrir una crisis nerviosa en 1693, Newton se retiró de la investigación. Viajó a Londres en donde
se posesionó como guardián custodio de la casa de la moneda y director en 1699. En estas posiciones Newton
se convirtió en un hombre muy rico. En 1703 fue elegido presidente de la Royal Society y fue reelegido cada
año hasta su muerte. Fue nombrado caballero por la reina Ana en 1705. Murió el 31 de marzo de 1727 en
Londres.
Halley y las órbitas de los cometas
Edmund Halley (1656-1742), astrónomo británico, fue el primero en calcular la órbita
de un cometa. Halley se interesó por las teorías de Isaac Newton y le animó para que
escribiera los Principios, que Halley publicó en 1687 haciendo frente a los gastos.

Es conocido principalmente por su estudio sobre la periodicidad de los cometas, pero


también realizó otras importantes aportaciones como el catálogo de los cielos del sur
(Catalogus stellarum australium, 1678), los métodos para medir la distancia al Sol a
través del tránsito de los planetas, el establecimiento del movimiento estelar y la
aceleración secular de la Luna.

Nació el 8 de Noviembre de 1656 en Hargerston, Middlesex. Estudió en Oxford y se


convirtió en miembro de la Royal Society a la edad de 22 años. Sus actividades también incluyeron las
publicaciones de Apolonio y de otros antiguos geómetras como también estudios de matemáticas puras.

Desde la isla de Santa Helena catalogó las posiciones de 341 estrellas del hemisferio sur y observó un
tránsito de Mercurio a partir de lo cual hipotetizó que estos eventos podrían ser utilizados para determinar la
distancia al Sol.

El tratado científico más importante de Halley fue la Synopsis astronomiae cometicae. En esta obra, Halley
aplicó las leyes de Newton a todos los datos disponibles sobre los cometas y demostró matemáticamente que
éstos giran en órbitas elípticas alrededor del Sol. Su acertada predicción del regreso de un cometa en 1758
(hoy conocido como cometa Halley), refrendó su teoría de que los cometas son cuerpos celestes que forman
parte del Sistema Solar.

Es considerado el padre de la Geofísica. Estudió el magnetismo de la Tierra y desarrolló una teoría acerca de
él; determinó la ley de los polos magnéticos, la relación entre la presión barométrica y el clima, publicó
ensayos sobre óptica y navegación, fue uno de los pioneros en la realización de estadísticas sociales y publicó
en 1693 los cálculos anuales de mortalidad en Breslau.

En 1710 comparó la posición de las estrellas con las del catálogo de Ptolomeo y dedujo de debían tener
movimiento propio y lo detectó en tres de ellas. En el observatorio de Greenwich diseñó el método para
determinar la longitud por medio de observaciones lunares. En 1686 publicó el primer mapa metereológico
del mundo. Entre 1698 y 1700 estudió la declinación magnética en distintos puntos del Océano Atlántico con
lo que recogió los datos necesarios para publicar un mapa magnético en el año de 1701.
Messier y los catálogos de nebulosas y cúmulos
estelares
Charles Messier (1730-1817). Astrónomo francés conocido sobre todo por haber
recopilado el primer catálogo de nebulosas y cúmulos estelares y por haberse dedicado
sistemáticamente a la búsqueda de cometas, descubriendo unos 13.

Habiendo entrado con veinte años en el observatorio de París en calidad de


escribiente, Messier se apasionó por la astronomía y estudiando bajo la guía del
director Joseph Nicholas de l'lsle (1686-1768), se convirtió en su asistente. Se dedicó
de inmediato a la investigación sistemática de los cometas, descubriendo en 1759 el
cometa de Halley y al año siguiente un nuevo cometa, al que se le dio su nombre.

La recopilación del famoso catálogo de nebulosas y cúmulos estelares surgió,


precisamente, de la necesidad de conocer exactamente posiciones y formas de estos objetos difusos, para no
confundirlos con los cometas que iba descubriendo. El catálogo, que contiene un centenar de objetos, es aún
hoy consultado por los astrónomos y constituye un punto de referencia fundamental para los aficionados.

El primer objeto que incluyó en la lista fue la Nebulosa del cangrejo, catalogada como objeto Messier 1
(M1). En 1764 se hizo miembro extranjero de la Royal Society. En 1765, encontró el cúmulo globular M41.
Para el año de 1769 fue aceptado como miembro de la Academia de Berlin por el Rey de Prusia y por
recomendación de La Harpe, fue nombrado en la Academia St. Petersburg en Rusia. En 1769 toma la
decisión de publicar su catálogo que ya contaba 45 objetos. Ingresó a la Academie Royale des Science de
París en 1770.

Durante 1771 localizó cuatro objetos nebulosos M46 a M49. Mas tarde en ese mismo año descubrió M62. En
los años siguientes la búsqueda de objetos nebulosos disminuyó en intensidad describiendo sólo M50 en
1772, y en 1773 encontró una segunda compañera brillante de Andrómeda M110 pero, por alguna razón no
documentada, no la incluyó en el catálogo. Dos objetos más fueron descritos e incluidos como M51 a M52 en
1774.

Después de tres años de poca productividad, en 1777 incluyó M53. En 1778 se catalogaron M54 y M55, que
habían sido registradas previamente por Lacaille. En 1779, siguiendo el cometa 1779 Bode a través del
cúmulo galáctico de Virgo, observó nueve objetos (M56 a M63) y M64 en 1780. En 1780 encontró M65 y
M66 y pocos meses después M67 y M68 con los cuales completó la segunda versión del catálogo que fue
publicado en 1780 en el almanaque Francés Connaissance des Temps.

Messier y Mechain, amigos desde hacía años, emprendieron la búsqueda conjunta consiguiendo, en 1781,
una lista de 100 objetos. Posteriormente Mechain añadió tres objetos más a la lista (Messier M101 a M103) y
lanzó la tercera publicación. Poco después Charles Messier adicionó M104 y probablemente también
posiciones para los objetos descritos posteriormente como M102 y M103, como también la nebulosa
mencionada como M97.

En noviembre de 1781, su trabajo fue interrumpido por un accidente al caer en una grieta de hielo, sufriendo
un politraumatismo que lo incapacitó durante un año. En ese tiempo, en abril de 1782 Mechain descubrió otra
nebulosa que se convirtió en el último objeto Messier encontrado M107.

El Catálogo fue finalmente corregido al identificar al menos tres de los cuatro que se habían perdido y
adicionando los últimos descubrimientos de Messier y Mechain (M104, M109). Un descubrimiento no
catalogado le fue adicionado ya en el siglo XX, la M110.

En sus últimos días Napoleón le impuso la Cruz de la Legión de Honor en 1806. A su vez, un Messier
anciano destruyó mucha de su reputación científica dedicando el gran cometa de 1769 a Napoleón, quien
había nacido ese año. En 1815, sufrió un infarto cerebral. Después de una larga convalecencia, murió el 12 de
abril de 1817, en París. Ha sido honrado póstumamente por la comunidad astronómica al colocar su nombre
en un cráter de la luna.
Lagrange y la Matemática en la Astronomía
Joseph Louis de Lagrange nació el 25 de enero de 1736 en Turín y falleció el 10 de
abril de 1813 en París. Pasó sus primeros años en Turín, su madurez en Berlín, y sus
últimos años en París, donde logró su mayor fama. Como Newton, pero a una edad
aún más temprana, llegó al conocimiento matemático en un tiempo increíblemente
corto. A los dieciséis años de edad fue nombrado profesor de matemáticas en la
Escuela Real de Artillería de Turín. Su encantadora personalidad atraía su amistad y
entusiasmo. Pronto condujo un joven grupo de científicos, que fueron los primeros
miembros de la Academia de Turín.

A los diecinueve años de edad, obtuvo fama resolviendo el llamado problema


isoperimétrico, que había desconcertado a los matemáticos durante medio siglo.
También inventó un nuevo método para el cálculo de variaciones, que sería el tema central de la obra de su
vida. El principio condujo a los resultados aún más fructíferos de Hamilton y Maxwell y, posteriormente,
continuó en la obra de Einstein y en las últimas fases de la mecánica ondulatoria.

Después de varios años del mayor esfuerzo intelectual, sucedió a Euler como director de la Academia de las
Ciencias de Berlín. De vez en cuando estaba gravemente enfermo, debido al exceso de trabajo. En Alemania,
el rey Federico, que siempre le había admirado, pronto comenzó a gustar de sus modales modestos, y le
reprendía por su intemperancia en el estudio, que amenazaba con desquiciar su mente. Siguió residiendo en
Prusia durante veinte años, produciendo obras de alta distinción, que culminaron en su Mécanique
Analytique, que se publicó en Francia.

En 1787 se trasladó a París. Los matemáticos acudieron en tropel a recibirle y a rendirle todos los honores,
pero se desanimaron al encontrar que su talento para las matemáticas había desaparecido. Los años de
actividad producían su efecto, y Lagrange estaba desgastado matemáticamente. Durante dos años, no abrió ni
una sola vez su Mécanique Analytique; por el contrario, dirigía sus pensamientos a cualquier otro punto, a la
metafísica, la historia, la religión, la medicina, . . etc. Lagrange siguió durante dos años en este estado
filosófico y no matemático, cuando de pronto el país se vio precipitado a la Revolución. En años posteriores,
su habilidad matemática volvió nuevamente, y produjo muchas joyas de álgebra y análisis.

Lagrange realizó estudios de dinámica de los cuerpos del sistema solar, estudiando en particular los
movimientos de la Luna y de los satélites de Júpiter. Entre los descubrimientos de Lagrange es notable el de
los llamados puntos de libración de un cuerpo celeste, que tienen importantes aplicaciones astronáuticas.

Durante el periodo de la Revolución Francesa, estuvo al cargo de la comisión para el establecimiento de un


nuevo sistema de pesos y medidas (véase Sistema métrico decimal). Después de la Revolución, fue profesor
de la nueva École Normale y con Napoleón fue miembro del Senado y recibió el título de conde. Fue uno de
los matemáticos más importantes del siglo XVIII; creó el cálculo de variaciones, sistematizó el campo de las
ecuaciones diferenciales y trabajó en la teoría de números.
William Herschel y la astronomía estelar
William Herschel nació en Hannover, Alemania, el 15 de Noviembre de 1738, pero
vivió la mayor parte de su vida en Inglaterra. Estudió música, profesión en la cual tuvo
éxito trabajando en diversas orquestas. Fue profesor y organista en la iglesia Octagon
en Bath, Inglaterra, compuso y dio muchos conciertos. Sus horas libres, sin embargo,
las dedicaba al estudio de la matemática, lenguas y filosofía. A los 35 años empezó a
interesarse por la astronomía.

Hacia 1773, Herschel construyó un telescopio e inició sus trabajos de investigación.


Comenzó con la observación de estrellas dobles en busca de su paralaje, de esta
manera descubrió que las estrellas binarias se mueven una alrededor de la otra
alrededor de un centro común. Observó cerca de 1000 estrellas dobles y realizó su
primer catálogo.

El 13 de Marzo de 1781, realizó un histórico descubrimiento, con un telescopio de 18 cm de apertura: el


planeta Urano. Este descubrimiento lo llevó a la fama internacional y a ganarse el favor del Rey Jorge III,
quien lo nombró caballero de la corte y se convirtió en "Astrónomo del rey", cargo que le permitió dedicarse
totalmente a la astronomía.

Otro descubrimiento importante realizado por Herschel fue el movimiento del sol en el espacio, tomando
como referencia el movimiento propio de trece estrellas, encontró que el Sol se mueve en el espacio con
respecto de sus vecinos estelares hacia un punto localizado en la constelación de Hércules, cerca de la estrella
Vega.

Realizó observaciones de las manchas solares y confirmó la naturaleza gaseosa del sol. Instaló un telescopio
en Slough (Berkshire) con un espejo de 1, 22 m y una distancia focal de 12, 2 m. Con este telescopio
descubrió dos satélites de Urano y los satélites sexto y séptimo de Saturno. Concluyó que la Vía Láctea tiene
forma de disco más grueso en su centro y colocó al sol cerca del centro del disco. También analizó las
nebulosas, aportando nuevas informaciones sobre su constitución y aumentando el número de nebulosas
observadas aproximadamente de 100 a 2. 500. Herschel fue el primero en formular que estas nebulosas
estaban compuestas de estrellas.

Su mayor proyecto fue el de estudiar la estructura de la Vía Láctea. Realizó un conteo de estrellas en el
campo de vista de su telescopio. Cuando terminó el proyecto, 20 años después, había contado mas de 90. 000
estrellas en 2400 áreas de muestra. Durante estas observaciones descubrió muchos objetos interesantes como
cúmulos, nebulosas, estrellas variables y estrellas dobles.

Años después, en 1864, su hijo John realizó observaciones del hemisferio sur y recolectó gran cantidad de
objetos celestes reuniéndolos en una sola base con los descubrimientos de Herschel padre, y lo publicó bajo
el título: "The General Catalogue of Nebulae". En 1888 esta catálogo fue revisado por L. E. Dreyer, quien le
agregó varios objetos más, publicando el famoso catálogo "New General Catalogue" (NGC).

William Herschel fue elegido miembro de la Sociedad Real en 1781 y nombrado Sir en 1816. Se le considera
el fundador de la astronomía estelar. Murió el 25 de Agosto de 1822 en Slough, Inglaterra.
Laplace y los movimientos de los planetas
Pierre Simon Laplace (1749-1827), astrónomo y matemático francés, es famoso por
haber aplicado con éxito la teoría de la gravitación de Newton a los movimientos
planetarios en el Sistema Solar. Demostró que los movimientos planetarios son
estables y que las perturbaciones producidas por la influencia mutua de los planetas o
por cuerpos externos, como los cometas, solamente son temporales. Trató de dar una
teoría racional del origen del Sistema Solar en su hipótesis nebular de la evolución
estelar.

Nació el 28 de Marzo de 1749 en Normandia. A los dieciocho años ya se distinguía


como maestro y matemático en la escuela militar de Beaumont. Consiguió cartas de
recomendación y, en 1767, partió hacia París para solicitar la ayuda del distinguido
matemático francés D’Alembert. Con su ayuda, obtuvo más tarde el nombramiento de profesor de
matemáticas en la escuela militar de París, y quedó asegurado su ingreso en el mundo de la ciencia.

El primer trabajo científico de Laplace fue su aplicación de las matemáticas a la mecánica celeste. A Newton
y otros astrónomos les fue imposible explicar las desviaciones de los planetas de sus órbitas, predichas
matemáticamente. Así por ejemplo, se determinó que Júpiter y Saturno se adelantaban a veces, y otras se
retrasaban con respecto a las posiciones que debían ocupar en sus órbitas. Laplace ideó una teoría, que
confirmó con pruebas matemáticas, que las variaciones eran normales y se corregían solas en el transcurso de
largas etapas de tiempo. Se consideró que esta teoría tenía gran importancia para entender las relaciones de
los cuerpos celestes en el Universo, y ha soportado la prueba del tiempo sin sufrir apenas correcciones.

Aclaró los conocimientos científicos sobre las fuerzas elementales de la Naturaleza y el Universo. Escribió
artículos acerca de la fuerza de gravedad, el movimiento de los proyectiles y el flujo y reflujo de las mareas,
la precesión de los equinoccios, la forma y rotación de los anillos de Saturno y otros fenómenos. Estudió el
equilibrio de una masa líquida en rotación; también ideó una teoría de la tensión superficial que era
semejante al moderno concepto de la atracción o cohesión molecular dentro de un líquido.

Trabajando con Lavoisier, estudió el calor específico y la combustión de diversas sustancias, y puso los
cimientos para la moderna ciencia de la termodinámica. Inventó un instrumento, conocido con el nombre de
calorímetro de hielo, para medir el calor específico de una sustancia. El calorímetro medía la cantidad de
hielo fundido por el peso dado de una sustancia caliente cuya temperatura se conocía. Entonces, podía
calcularse matemáticamente su calor específico.

Al estudiar la atracción gravitacional de un esferoide sobre un objeto externo, ideó lo que se conoce hoy
como ecuación de Laplace, que se usa para calcular el potencial de una magnitud física en un momento dado
mientras está en movimiento continuo. Esta ecuación no sólo tiene aplicación en la gravitación, sino también
en la electricidad, la hidrodinámica y otros aspectos de la física.

Entre 1799 y 1825, Laplace reunió sus escritos en una obra de cinco volúmenes, titulada Mecánica Celeste,
en la que se proponía dar una historia de la astronomía, sistematizando la obra de generaciones de
astrónomos y matemáticos, y ofreciendo una solución completa a los problemas mecánicos del sistema solar.
Más tarde publicó un volumen titulado El sistema del mundo. En 1812 publicó su Teoría analítica de las
probabilidades, que es un estudio sobre las leyes de probabilidad.
Olbers, cometas, asteroides y una paradoja
Heinrich Wilhelm Matthäus Olbers (1758-1840), fue médico de profesión y
astrónomo de afición. Nació en Arbengen, cerca de Bremen, en Alemania. Estudió
Medicina en la Universidad de Gottingen donde, además, dedicó mucho tiempo al
estudio de las matemáticas y la física. Practicó la Medicina en Bremen hasta 1823.

En 1779 creó el primer método, todavía utilizado por los astrónomos, para calcular la
órbita de los cometas. El 1 de enero de 1802 Olbers localizó, en la posición prevista
por Karl F. Gauss, el primer asteroide, Ceres, que ya había sido descubierto
exactamente un año antes por Giussepe Piazzi, y después perdido de vista.

Poco tiempo después, siguiendo la pista de Ceres, Olbers descubrió otro asteroide,
Palas, y se convenció de que ambos estaban relacionados con los fragmentos de un cuerpo más grande; por lo
tanto buscó otros fragmentos y en 1807 descubrió Vesta.

En el año 1811, época en la que no se conocía la existencia de la presión de radiación, Olbers formuló la
hipótesis de que la cola de los cometas está siempre dirigida en la dirección opuesta al Sol. Hoy se sabe que
este es un efecto de la radiación solar.

Postuló la teoría, hoy reevaluada, de que los asteroides por su órbita y posición derivaban de un cataclismo
planetario, es decir, son fragmentos de un planeta desintegrado, que anteriormente giraba alrededor del Sol.

Descubrió cinco cometas y calculó la órbita de 18. Es recordado principalmente por la Paradoja de Olbers, en
la cual se pregunta por qué el cielo es oscuro en la noche si existen miles de millones de estrellas que podrían
iluminarlo a plena luz, como si fuese de día.

Esta paradoja se ha resuelto muchos años después tras descubrirse que el universo observable tiene una
extensión limitada, probablemente no mayor de un radio de 20.000 millones de años luz.
Bessel y las distancias a las estrellas
Friedrich Wilhelm Bessel (1784-1846). Astrónomo y matemático alemán, conocido
principalmente por realizar la primera medición precisa de la distancia de una estrella.
Bessel supervisó la construcción del observatorio de Königsberg y fue su director
desde 1813 hasta su muerte. Estableció el sistema uniforme para calcular las
posiciones de las estrellas que todavía se utiliza actualmente.

Nació el 22 de julio de 1784 en Minden, Westphalia (ahora Alemania). Desde joven y


durante su trabajo en Bremen comenzó a interesarse por la geografía y navegación,
considerando el problema de la ubicación de los barcos en el mar. Estos interrogantes
lo llevaron a estudiar astronomía, matemáticas y a comenzar a realizar observaciones
para determinar la longitud geográfica.

En 1804 Bessel escribió un trabajo sobre el cálculo de la órbita del cometa Halley y lo envió a Heinrich
Olbers, quien en ese momento era la persona más experta en cometas. Este trabajo impresionó a Olbers,
quien lo publicó y recomendó a Bessel convertirse en astrónomo profesional. En 1806 comenzó a trabajar en
el observatorio Lilienthal, cerca de Bremen. En este sitio adquirió gran experiencia en la observación
planetaria, especialmente de Saturno, sus anillos y satélites.

En 1809 se convirtió en director del Nuevo Observatorio Königsberg de Prusia y profesor de astronomía.
Previamente había recibido el doctorado en astronomía de la universidad de Göttingen por recomendación de
Gauss. Mientras el observatorio de Königsberg terminaba su construcción, él continuó su trabajo y le fue
otorgado el premio Lalande del instituto de Francia por sus investigaciones sobre refracción. Bessel
emprendió el trabajo de determinar la posición y el movimiento de más de 50. 000 estrellas, lo cual lo llevó a
la determinación del paralaje de la estrella 61 Cygni, el primero de la historia, y calculó su distancia en 10, 3
años-luz.

Bessel diseñó un sistema de referencia de la posición de las estrellas y planetas, dedujo los errores dados por
la refracción atmosférica de la luz, la presesión de la tierra y otros efectos. En 1830 calculó la posición media
y aparente de 38 estrellas para un periodo de 100 años. En 1841 anunció que Sirio tenia una estrella
compañera, lo que se confirmó diez años mas tarde, al calcularse la órbita de Sirio B. Esta estrella fue
observada en 1862 por Alvan Graham Clark.

Bessel también señaló las irregularidades en el movimiento de Urano, lo que abrió las puertas al
descubrimiento de Neptuno. En 1817 introdujo las funciones de Bessel o funciones cilíndricas, que utilizó en
la mecánica gravitatoria, pero que se aplican en otros campos como la propagación de ondas
electromagnéticas y de calor. Las funciones de Bessel aparecen como coeficientes en las series de expansión
de la perturbación indirecta de un planeta causada por el movimiento del Sol.
Anders Jonas Angstrom y la espectroscopía solar
Anders Jonas Angstrom nació el 13 de agosto de 1814 en Lodgo, Suecia. Estudió en la
Universidad de Upsala. Después de graduarse, enseñó física en esa misma universidad
desde 1839 hasta su muerte. Desde 1867 fue secretario de la Real Sociedad de
Ciencias de Upsala. Trabajó en los observatorios de Upsala y Estocolmo.

Su trabajo más importante lo realizó en el tema de la espectroscopia. Fueron sus


investigaciones las que lo llevaron a descubrir que las longitudes de onda absorbidas
por un cuerpo son las mismas que emite al calentarse.

La combinación de la espectroscopía y la fotografía fue la clave de su éxito. En 1862,


estudiando el espectro solar, encontró hidrógeno en su atmósfera. Angstrom fue el
primero en analizar el espectro de la aurora boreal, en 1867. Después, en el año 1868, publicó un completo
mapa espectrográfico del sol: "Recherches sur le spectre solaire", que incluye medidas detalladas de más de
1000 líneas espectrales.

En un escrito presentado a la Academia de Estocolmo en 1853, no sólo señaló que una chispa eléctrica
produce dos espectros sobrepuestos, uno del metal del electrodo y el otro del gas en que ocurre, sinó que
dedujo, a partir de la teoría de la resonancia de Leonhard Euler, que un gas incandescente emite rayos
luminosos con la misma capacidad refractiva que los que puede absorber. Esta declaración de Anders
Angstrom contiene uno de los principios fundamentales del análisis de espectros.

Para expresar las longitudes de onda utilizó como unidad de medida la diezmillonésima parte de un
milímetro y que, como homenaje a él, se le conoce como Angstrong. Se utiliza en las medidas atómicas y
para las longitudes de onda de la radiación electromagnética. El símbolo del ángstrom es Å.

Estudió la conductividad térmica de los cuerpos y la correlacionó con su conductividad eléctrica. Realizó
múltiples trabajos de medición de fuerzas geomagnéticas en diferentes lugares de Suecia.

Murió en Upsala en 1874.


Percival Lowell y los canales de Marte
Percival Lowell (1855-1916), astrónomo estadounidense que realizó observaciones
significativas de los planetas. Es conocido por propugnar la existencia de canales en la
superficie de Marte, y convertir estos supuestos canales en la prueba evidente de que
había vida inteligente en el planeta.

Nació en Boston, Massachusetts, y estudió en la Universidad de Harvard. Viajó a


Japón y Corea desde 1877 hasta 1893 y posteriormente escribió libros sobre Asia
oriental. En 1894 fundó y fue director del Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona.

Tuvo conocimiento de los estudios realizados en Italia por el astrónomo Giovani


Schiaparelli (1835-1910) sobre la geografía de Marte, estudios que habían llevado a la
determinación de la existencia de un reticulado de líneas con una longitud de miles de kilómetros, los
llamados canales.

Lowell interpretó tales estructuras como excavaciones construidas por los habitantes de aquel planeta para
transportar el agua de las zonas polares a las áridas tierras del ecuador. Estas deducciones fueron
consideradas bastante fantásticas por la mayoría de los científicos de la época.

Desde 1902 hasta su muerte fue profesor no residente de astronomía en el Instituto de Tecnología de
Massachusetts. Lowell se dedicó también a analizar el movimiento de los dos planetas extremos conocidos:
Urano y Neptuno. De la irregularidad de sus órbitas dedujo que allí debía haber un noveno planeta. Lo buscó
activamente desde su observatorio, pero sin resultado.

Catorce años después de la muerte de Lowell, el planeta fue descubierto por Clyde Tombaugh, en el mismo
observatorio que Lowell había fundado y dirigido. Sin embargo, su masa es tan pequeña que no podía
provocar las presuntas perturbaciones observadas por Lowell. Por lo tanto, hoy se considera que el
descubrimiento de Plutón debe atribuirse más a la casualidad que a una previsión científica.

Entre sus obras se encuentran Mars and Its Canals (Marte y sus canales, 1906) y The Genesis of the Planets
(Génesis de los planetas, 1916).

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