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PROPUESTA PARA EL PERFECCIONAMIENTO DE PRÁCTICAS

PROFESIONALES Y ESTRATEGIAS CONCIENTIZADORAS ORIENTADAS


A LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD INSTITUCIONAL

I. ANALISIS DE LA SITUACIÓN EDUCATIVA


En el desarrollo de elaboración del Proyecto Curricular Institucional, en la
etapa de diagnóstico se han detectado y observado diversos problemas que la
han afectado en el servicio educativo y no le permite responder exitosamente a
las propuestas pedagógicas actuales. Ante esta realidad institucional
preocupante, analizada críticamente, que merma la calidad tanto profesional
como educativa, de alguna manera se encuentran involucradas toda la
comunidad educativa, surge la necesidad de proponer alguna solución que
provoque cambios importantes en uno de los principales problemas detectados
en nuestro diagnóstico:
Falta de identificación con la institución e indiferencia para
actualizarse profesionalmente
II. OBJETIVO GENERAL
LOGRAR NUESTRA IDENTIDAD INSTITUCIONAL DEMOSTRADA A TRAVÉS DE
EL CUMPLIMIENTO EFICIENTE DE NUESTRAS FUNCIONES Y DE UNA
PERMANENTE ACTUALIZACIÓN.
III. OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Motivar la participación docente en jornadas de motivación y sensibilización
de su trabajo profesional.
- Desarrollar estrategias para involucrar la participación plena de la comunidad
educativa en las actividades propuestas
- Realizar actualización docente a través de jornadas de capacitación técnico –
pedagógica.
IV. JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO
IDENTIDAD PROFESIONAL
La identidad profesional es el punto de partida para la profesionalización y
capacitación del docente de la Gloriosa 329
La construcción de la identidad profesional del docente con la I.E.
La identidad no es una esencia o una propiedad intrínseca del sujeto, sino que
tiene un carácter subjetivo y relacional. La identidad se transforma
constantemente, pues requiere de la función integradora que nos permite
vincular sin problemas el pasado, el presente y el futuro. Tiene que ver con la
definición que una persona elabora de sí misma, pero que implica vínculos
constantes con otros actores sociales, sin los cuales no puede definirse ni
reconocerse (Gimenez, 2002). El contexto escolar es uno de los ámbitos en
donde el maestro construye su identidad profesional y le permite reafirmar y
consolidar la imagen de él mismo.
Se puede partir de algunos elementos para la construcción de la identidad
profesional de los docentes de la I.E, a partir de tres referencias: La referencia
del ser, es decir, de lo que es la identidad actual de los docentes, la referencia
del hacer es decir, de la práctica y de las tareas propias de los docentes, y por
último del deber ser, es decir de los retos, deberes y funciones de los
docentes. Estos elementos, orientan nuestra propuesta que se resume en
nuestro proyecto.
Partir de la noción de identidad profesional, no es un planteamiento neutro. En
primer lugar, le sale al paso a la noción de perfil profesional, y, en segundo
lugar, implica una concepción de la profesión como “construcción- y no como
“estado” preestablecido al que se llega imperiosamente. La concepción de
identidad supone que los sujetos que ejercen o que aspiran a ejercer,
establecen una relación de apropiación progresiva de su oficio y de su
profesión, como resultado de su proyecto personal, de las exigencias
institucionales de la función que ejercen, de los aprendizajes que ofrece la
experiencia y del intercambio con otros docentes que permite convertirse en
“sujeto colectivo”.
LA IDENTIDAD ACTUAL DE LA DOCENCIA
Al hablar de la docencia, cabe la reflexión acerca de si lo que existe es una
identidad profesional. No es posible negar que el origen de la profesión esta
íntimamente ligado a varios procesos. Es decir, al sistema educativo nacional,
concepciones pedagógicas, organización y de los contenidos, la misión de la
escuela y las funciones de los docentes, etc. Para cumplir con la misión
pedagógica, es necesario dominar competencias, es decir, conocimientos,
capacidades, habilidades, métodos, técnicas, contenidos que constituyen las
herramientas conceptuales y metodológicas para el trabajo docente. Sin
embargo, muchas veces, al tratar de justificar por qué esta misión no se
cumple, se plantean generalmente dos argumentos: Uno que es necesario
también un cambio de actitud, y otro, que para el logro de tal misión, es
necesario tomar en consideración el contexto social y económico de los
alumnos y sus familias. En otras palabras, sin cambio de actitud, no hay
profesión que valga y sin el mejoramiento de las condiciones sociales y
económicas, los docentes no pueden hacer nada.
Con respecto al primer “obstáculo” es decir, el supuestamente necesario
cambio de actitud del docente, es necesario aclarar que sobre esto no hay
recetas claras. El cambio de actitud no se logra mediante una formación
especialmente destinada al cambio de actitud, en base a talleres de tilde
psicológica, por ejemplo, como los que tanto abundan. Se trata es de un
cambio en la acción institucional y en la formación general y profesional de los
docentes.
Cada docente “da” su materia o su grado, de manera aislada, sin articulación
explícita con el resto de colegas que trabajan con otras asignaturas o en otros
grados. Si esta situación cambiara y se propusiera dar lugar al intercambio
colectivo institucional, quizás las actitudes cambiarían como resultado de los
procesos de discusión colectiva, de intercambio, de análisis compartido, de
conflicto y de negociación seria y responsable. La eficacia de la institución sería
mucho más que la sumatoria de las capacidades de los docentes aislados.
En cuanto al "obstáculo” que se supone que constituye el contexto de pobreza
económica y de los bajos niveles educativos de las familias de los alumnos en
las instituciones educativas del estado, es necesario considerar algunos
aspectos. Si bien nadie puede negar que el entorno social y familiar es y ha
sido factor esencial para explicar el éxito escolar de ciertos alumnos, y en
particular de muchos que cursan sus estudios en colegios privados, y el fracaso
de una gran mayoría que cursa en planteles estatales, no menos cierto es que
tal situación es inaceptable. No sólo es inaceptable que existan diferencias
sociales tan marcadas causadas por desigualdades económicas, sino que es
inaceptable sobre todo que la escuela sólo sea aprovechable por una clase
social y no lo sea por el resto. Y justamente porque la misión de la escuela es
garantizar, en su interior, el máximo de equidad. Ésta sólo se alcanza cuando
esa gran mayoría de alumnos cuyo contexto familiar no contribuye a su éxito
escolar, pueda contar con la escuela para aprovechar los aprendizajes que ella
ofrece, ejerciendo así un derecho cívico, social y humano, que no tiene
equivalente.
La responsabilidad profesional del docente es la de añadir cierto “valor
agregado”, en términos de aprendizaje, a la experiencia y a los aprendizajes
cotidianos de los niños, y adolescentes cuya riqueza impulsa con potencia el rol
de la escuela, pero no la exonera de responsabilidad. Los docentes deben ser
profesionales capaces de lograr el aprovechamiento escolar por parte de
quienes menos disponen del capital socialmente heredado. Y para ello su
especificidad profesional es la pedagogía. Y tales deben constituir las bases de
la construcción de la identidad profesional.
El docente ejerce la pedagogía, ésta a su vez, se fundamenta en la
educabilidad del niño y de uno mismo. Y el principio de “educabilidad” no tiene
ningún sentido si cada docente no está convencido, de que cada alumno sujeto
de aprendizaje puede aprovechar y tener éxito en aquello que la pedagogía le
propone aprender. No tiene sentido si cada maestro o profesor no está
convencido de que él y solo él por su especialidad profesional, es capaz de
contribuir a que cada sujeto lo logre. El principio de educabilidad que rige la
pedagogía, se desintegra si los docentes no se lo apropian totalmente, frente a
sujetos concretos, y si no cree que éstos lograrán con éxito realizar lo que
tienen como misión enseñarle, y que él, en su profesión, es el único
responsable de tales aprendizajes .
Eficacia pedagógica y responsabilidad social son las bases desde las cuales
construir la identidad profesional de los docentes, para que en la Institución
Educativa se formen ciudadanos que, a su vez, construirán al país y a su
identidad.
CONCLUSION
Lo aquí planteado se fundamenta en investigaciones y en experiencias reales,
al mismo tiempo que asume la cualidad de proyecto. Se orienta por nociones
que ubican a los sujetos como autores de sus iniciativas e innovaciones, y no
apunta hacia un estado preestablecido ideal o modelizado, sino más bien
apunta hacia una construcción progresiva, dialéctica y colectiva de una
identidad institucional.
Por tal razón, hemos asumido la responsabilidad de presentar una proyecto a
modo de propuesta. La identidad profesional de los docentes es
responsabilidad y asunto que ellos deben construir.
El objetivo es compartir responsabilidades. También se trata de que no se
convierta un proyecto de identidad en un fin en sí y para sí. Se trata de que los
docentes asuman sus funciones.
La propuesta intenta empezar a trabajar sobre lo que más urge en la
institución: el reforzamiento de lo pedagógico, los saberes y el saber hacer que
permiten hablar de la docencia como una profesión. Con saberes y técnicas
especializados, con responsabilidades específicas. Para ello se plantea un
sistema de formación, no tradicional. Es decir, no centrado en cursos
terminales con un número determinado de (pocas) horas y luego a multiplicar
como bien se pueda. La modalidad de formación propuesta permite que la
teoría, la práctica y la evaluación, se organicen de manera articulada y
continua durante todos los meses del año escolar. Permite también que los
cambios se realicen con flexibilidad suficiente y de manera negociada entre lo
que sucede en la práctica y lo que se sustenta en la teoría.
Proceso, producción y proyecto son todos términos que obligan a pensar en
positivo, a mirar hacia adelante. A ser optimistas haciendo y no diciendo
solamente. Pero no hay duda de que el camino no está hecho y eso hace la
tarea difícil. El optimismo es la antítesis del fatalismo que dice que aquello que
no se ha hecho nunca, no se puede hacer. Y un proyecto sólo permite saber
hacia donde se desea ir. Pero el camino se hace al andar, como dijo el poeta.

V. ANALISIS DE LA SOLUCIÓN
Es necesario plantearse las posibles soluciones del problema.
• Ser una respuesta probable al problema objeto de investigación. Si bien es una
conjetura, ésta debe tener probabilidades de ser verídica.
• Debe ser innovadora.
• Debe contemplar el uso de las tecnologías de la información y comunicación.
• Relacionar dos o más indicadores.
• Debe ser conceptualmente clara; es decir estar redactada sin ambigüedad. Expresiones
abstractas, de múltiples interpretaciones no proporcionan la corrección necesaria para
determinar el objeto de estudio.
• Ser factible de comprobación.
• Que su resolución ha de ser factible, con los conocimientos que se posee y los recursos
técnicos y económicos que se dispone.
6. Planificación de las acciones (cronograma de trabajo)
El diseño de la solución al problema consiste en estructurar una propuesta de trabajo o una
secuencia de actividades que permita el desarrollo y logro de la meta propuesta: ejemplo:
Tiempo (meses)
Actividad Responsable
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

1. Análisis de la situación educativa

2. Selección y definición del problema

3. Definición de los objetivos del


proyecto

4. Justificación del proyecto

5. Análisis de la solución

6. Planificación de las acciones


(Cronograma de trabajo)

7. Especificación de los recursos


humanos, materiales y económicos

8. Producción de medios del proyecto

9. Ejecución del proyecto

10. Evaluación

11. Informe final

7. Especificación de los recursos humanos, materiales y económicos


Identificar los recursos humanos, materiales y económicos que se requerirán para su
desarrollo.
7.1 Recursos Humanos
• Es muy importante especificar el número de personas que se necesitará para poder
Ilevar adelante Io planificado y la tarea o tareas que cada uno deberá cumplir.
7.2 Recursos Materiales
• Se debe definir todos los materiales y medios tecnológicos que se prevé se necesitarán
para el desarrollo del proyecto.
7.3 Recursos Económicos
Consiste fundamentalmente en asignar valores monetarios a cada uno de los materiales a
utilizar.
8. Evaluación
Es la forma en que se constata el cumplimiento de los objetivos. Es importante determinar la
forma en que el proyecto se evaluará y determinar si las actividades propuestas realmente
cumplieron con los objetivos. Es necesario describir los instrumentos y procedimientos que se
utilizarán para la evaluación de proceso y de resultados.
9. Informe final

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