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Pérez Garfias Daniel Alberto (oyente)

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Reflexión: Libro “Empowerment”
En mi opinión este libro me pareció de mucha importancia y con una buena redacción, clara y
entendible. Me pareció principalmente como un manual que, a través de la historia de Marvin
Pitts, nos ofrece las pautas para cambiar el tradicional ambiente de gerentes controladores y
empleados controlados por empleados facultados que benefician a la organización y se benefician
a sí mismos.
Este libro nos guía para seguir los pasos que deben de dar los gerentes para descubrir cuáles son
las tres claves para facultar el personal. Presenta conceptos prácticos y sencillos que los
administradores y gerentes en todos los niveles pueden aplicar a situaciones particulares.
El libro puede ser de gran ayuda con los problemas en empresas de actualidad, ya que la forma
tradicional de administración en la que los gerentes controlan y los empleados son controlados no
es exitosa en el mundo actual, porque los empleados no pueden desenvolverse en su ambiente de
trabajo, demostrando sus opiniones y siendo más creativo respecto a sus actividades especificas,
habiendo de ésta forma un tipo de retroalimentación entre el empleado y el gerente. El proceso
para cambiar la forma de administrar una empresa no puede iniciarse si la gerencia no cambia su
modo de pensar.
Nos menciona que para asegurar que una empresa o compañía no se quede atrás ante la
competencia, todos sus conceptos, estructura, procesos y acción deben ajustarse a cuatro
requisitos organizacionales: Orientada hacia los clientes, eficiente en costos, rápida y flexible y por
último mejorar continuamente.
Trata también sobre las facultades, nos dice que facultar no quiere decir darle poder a la gente. La
gente ya tiene suficiente poder para desempeñar magníficamente sus oficios. Facultar es liberar
ese poder. Iniciar el proceso de facultar a los empleados es como emprender el viaje al “país de las
facultades”. Se puede tardar mucho tiempo en llegar y hay muchas pruebas que superar por el
camino.
Independientemente de lo que pase, se tardará algún tiempo en llegar al “país de las facultades” y
ese viaje pondrá a prueba a todos en la organización. Los gerentes se impacientarán por la falta de
resultados rápidos. Lo único que los sostendrá en su marcha es la fe y confianza en el viaje. Es
decir, facultar no es una cosa que se haga súbitamente. Hay que ser perseverante.
Las empresas se han orientado tradicionalmente a la producción dónde las posiciones gerenciales
se encargan de la toma de decisiones y los empleados simplemente de llevarlas a cabo.
Hoy en día, el panorama es diferente: los clientes son sofisticados y existe una gran variedad de
productos. La ventaja competitiva en la actualidad está determinada por la calidad del servicio.
Cualquier organización que no tome en cuenta los deseos y necesidades de los clientes, está
condenada a ser desplazada del mercado. Los clientes no quieren respuestas futuras, sino
soluciones inmediatas a sus problemas. El empleado debe estar facultado para tomar decisiones,
resolver problemas y actuar de manera rápida.
Esto se logra a través del empowerment (empoderamiento). Empoderar ofrece el potencial de
explotar una fuente de capacidad humana que tiene que utilizarse para que las compañías
sobrevivan en el mundo cada vez más complejo de hoyen día. El proceso de facultar a los
empleados puede ser largo ya que se enfrentan diversos obstáculos, tales como: el miedo de los
gerentes a ser desplazados, la inseguridad de los empleados y el miedo a tomar decisiones
incorrectas.
Este proceso tiene diferentes etapas y está basado en tres pautas claves: Compartir la información
con todos, crear autonomía por medio de fronteras y reemplazar la jerarquía con equipos
autodirigidos.

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