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Cichello, Guillermo
Función del dinero en psicoanálisis - 1 º ed. - Buenos Aires - Letra Viva, 2010.
105 p. ; 23 x 16 cm.
CDD 150.195
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier método, inclui
dos la reprografía, la fotocopia y el tratamiento digital, sin la previa y expresa auto
rización por escrito de los titulares del copyright.
A mi padre,
por el goce de leer.
Agradecimientos 11
Prólogo . . . . 13
Primer capítulo
Segundo capítulo
Tercer capítulo
Cuarto capítulo
Quinto capítulo
Sexto capítulo
GC
11
PRÓLOGO
Según pasen los años, este breve libro habrá tenido -entre sus muchos mé
ritos- el de que algunos psicoanalistas argentinos abran por fin El Capital.
Existen también en el Sur, en efecto -el Sur también es chiste-, mu
chos admiradores de Lacan que pueden repetir el credo de los cuatro dis
cursos, y creen poder ilustrarnos sobre el discurso del capital sin haber
se molestado en leer un poco a Marx; y habrá algunos incluso que teman
que tal cosa los vaya a volver comunistas!
Insistimos desde hace años1 en la modesta tesis de que un análisis -"di
dáctico", por así decir (al menos ese)- no puede considerarse haber sido
llevado a buen término si no se han develado en él, en toda su arbitraria
contingencia, lo que el materialismo histórico llama "determinaciones de
clase". iCosa difícil para un "didacta" que no sepa que existen!
Guillermo Cichello ha logrado, en estos seis capítulos, una excelente
síntesis de la instrucción básica en economía que un analista debería po
seer -comenzando por saber lo que el dinero es, antes de habérselas con
lo que significa . Pero no sólo eso. Ha también señalado estupendamente
la identidad de la acumulación capitalista, objetivada en el dinero -fetiche
supremo del capital- con la infinitización mortífera del anhelo de goce,
asimilable a otros tantos "trastornos clínicos de actualidad" (si no es que
son diversas caras de lo mismo) : "trastornos narcisistas" de un individua
lismo (acéfalo) que es el correlato ideológico del capitalismo, gula toxicó
mana, debilidad mental (agregaría yo). Y ha mostrado de manera brillante
13
GUILLERMO CICHELLO J FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
GUSTAVO ARANDA
Sociedad Psicoanalítica de Paraná
14
Primer capítulo
INTRODUCCIÓN
ARISTÓTELES, La política
Intentemos, primero, una fundamentación del título del libro, título que
es aproximativo, en tanto hablaremos del dinero en un sentido amplio y en
un contexto semántico en el que incluiremos asuntos tales como �L.12.MQ
de un gsicoan_;!fü;_is , la inserción_del dinero <;..D_�n_..e_§.�9.!19.!illªJibjginé!-.l ql1e
Freud ligó tan estrechamente, desde su génesis misma, ªla dialéc:;ti�ª-d�l
olJW9.J1.J1ªl y los int_eri:-ªillhlQ�.. d�_9Q
. ries, su_ m!ine jo eJ1JAsit@ci<2n.trnn?f e
__
17
GUILLERM'.0 C!CHELLO ! FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
Los tres epígrafes que encabezan este capítulo señalan una paradoja,
una tensión entre abundancia, riqueza y, por otro lado, el hambre. ¿cómo
puede llevamos a la más radical de las carencias algo que promete tanto?
Con esa orientación intentaremos seguir la huella que deja esa paradoja
de nuestra relación con el dinero, dando un primer paso en la lectura del
discurso capitalista, porque nospregunt.éllJlº�-�i se.ría p<:>_�i�le habI.�. ��l Qi
nero..en psicoan;:ílisis, prescinc:liendo cli:;l.�e.1JtiqQ .!1º.�Ji_�D�.J!..!l_@_rngg9_1:l.e
producción económico tan particular como el modo. de. producción capi
tzji,sta, q-y_�_ lo elev.q a la. categoría de "soberano y dios" 1 y lo rodeó de un
__
18
lNTRODUCC!ÓN
para el psicoanálisis, sin por eso situar este primer capítulo como una for
ma de interdisciplina, sino más bien como un trabajo de lectura analítica
de los textos de Marx.
Dos razones son las que nos orientan, de entrada, en esta dirección:
una, por ser quien desentrañó la estructura del capital del modo más pre
ciso (Lacan, c.QU!�rta ironía, decía que Marx "fundó el capitalismo"2);
la noción de1capítal'1es P.IQY��h2..�ª_pa , rª'_tl2._�c_;_oa nálisis porque muestra e
u.n..ma.!!�iQ_ffiJ:!Y.P-élrt . -lfü: fi�l_diI}�JQ._@� r�Jélc;!9n mu.y_��p�c;.fft.<::.?:. c;:9n
. Ü;!! __ ..
19
GUILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL Dli'iERO EN PSICOANÁLISIS
20
lNTRODuccióN
4. Esto introduce el concepto de "división del trabajo" que, por razones de extensión y
de terna, no trataremos.
21
GUILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLI SIS
5. De hecho la palabra pecuniario proviene del latín pecus (ganado) y hoy seguimos nom-
brado al Ministerio de Economía como Palacio de Hacienda.
6. El capital, Tomo 1, pág. 81. Siglo XXI editores.
7. !bid.
8. Ver el capítulo 2 de La estrudura libidinal del dinero (Siglo XXI editores, México),
donde Horst Kumitzky realiza un erudito seguimiento sobre la génesis del dinero, des
de Moneta -que además del noble banquero argentino, es otro nombre de la diosa ru
mana Juno, en cuyo templo se acuñaba la moneda-, remontándose hasta sus oríge
nes ligados al culto sacrificial, tema que se abordará en los capítulos siguientes. Se su
pone que hacia el 600 a C. se acuñó en Lidia la primera moneda verdadera: una pie
za esta ndarizada de oro y plata con valor de cambio fijo, el talento (cf. Jacques Attali,
Los judíos, el mundo y el dinero. Historia económica del pueblo judío, pág. 58. Fon
do de Cultura Económica -2005-).
9. De hecho, las denominaciones del patrón de peso son también los nombres origina
rios del patrón dinerario, vg. la libra (16 onzas o 460 grs.).
22
lNTROOUCCIÓN
VALOR, PLUS-VALOR
23
GUILLERMO CICHELLO i FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
algo parecido a un "pagaré", es lo que resta, lo que sobra, lo que está más
allá de la palabra, del trabajo significante, un vo_to_pQt..más...gn.c_e_que_r,e_a
viva inm�d_@tamente la insatisfacción Pt'.Í.!!!9!:<:!i9-.1_de _bas�_, yg _ ue se c_Q.11.VÍ
da.como...cons.uelo._p_orJu!!JJ.!!!1�@ p_�lsional que el Otro exige a un ser ha
blante. A ese objeto,a_e_seenigm.�,.L_¿_¡cªnlo Üamó�96]eto'q,�y-evocaTa1<lea
de__UILObjeto que no tiene valor de uso -para servimos-de las categorías
marxistas-, sino_q_ue. .es.'ia.lor.de_c�bio .en.estado_pur:o;.no_p_ue _ .e...s�_go
_d
zado...filn..q como prome�a; con él está completamente impedida la descar
ga parcial de energía -como diría Freud-, ya que es un objeto que respon
de a otra lógica, está más allá del régimen del "buen goce, el burdo, el sim
ple goce, el goce que se realiza en la cópula pura y simple ..." -según La
can15-, está más allá de los valores de uso, de los goces parciales que cada
quien se dispensa. Y aquí podemos evocar al r_ey Midas, a quien la exal"
tación por haber recibido de Dionisia el don de transformar todo lo que
tocara en oro, se le esfuma al intentar infructuosamente comer un simple
pedazo de pan, devenido un trozo de oro. ''En medio de tanta abundan
cia -refiere Ovidio16- no podía satisfacer su hambre ni aplacar la sed que
lo devoraba", lo cual hace que termine suplicándole a Dionisia que lo li
bre de "un estado que no es bueno sino en la apariencia". El 1!!!!.<?._.E�E!:lit�
expLor.ªr,_e.ntonces,_l?. Jde-ª_de.J.lD .. .1tbieto. .deslumbranteme1. 1te.Yali_osQ_Qe _ _ro
que..n.o.es_go.zahle_,_q.recJ!_Q._�y_ª x r;I,!! µ_s9, .!:l!LQ.l;ü�i.Q _qµ�"rnc_ l!��f! g
lo e g e bri -
Jlo._p_en:>_�Qn_eJJJµ�_ e.� per:{��t.<tm�riJe posibJe_morirse de hamhre,_ya que _el
go_ce_es_t.á_p_mmetiq.Q.-9ifer _ ido, imp��fü!9,_ii:iAefi!].iciªrnc::11te.
¿se advierte que el dinero n.Q.Lt;.Q@rogta, entonces, c_gn clQS figui:� gel
_g,_g_fe? Pero volvamos Marx, a Lacan y al objeto a.
¿Dónde lee_.Lacan,_en JQs_pl&.IJJ�Qs !Ilarx:ist�, JC!jg�_r;l,� u1)_.9lü�o.,_Ji.o
__
14. Seminario fl. El reverso del psicoanálisis, clase del 11 de marzo de 1970.
15. Lacan, op. cit. ,pág. 103 donde comenta j ustamente la metáfora freudiana del capita
lista del sueño.
16. Las metamorfosis, Libro undécimo, pág. 191 -Editorial Edicomunicación-.
17. "El salario no es más que un nombre especial con que se designa el precio de la
24
INTRODUCCIÓN
fuerza de trabajo ( ... ) el nombre especial de esa peculiar mercancía que sólo toma
cuerpo en la carne y sangre del hombre". Marx, Trabajo asalariado y capital, pág.
76. Ed. Sarpe.
..
18. El capital, pág 225. Ver, en esa obra, el capítulo Sto .. de la sección tercera.
25
Segundo capítulo
DINERO , CAPITAL, PLU S DE GOCE
RAccoNTo
Ya desde los epígrafes con los que iniciamos el capítulo anterior, inten
tamos delimitar una diferencia que el dinero permite establecer entre la
satisfacción alcanzada y la satisfacción diferida, aplazada, prometida al fu
turo. Por eso invocamos las nociones de valor de uso y valor de cambio y
procuramos plantear cómo el discurso del capitalismo había extraído un, ., :
ohj.eto_muy__especia.l.JJarnadu_p_o�pli.g¡_ valor'..'.--º.2ohis valía",_�1:!.º .,
_era_exactamente_un_obj_eto_de_goce��_o_=-ciigam,Qs así-.f..Qn�l�g- ,�.
ciar determin.adas_ap_eten.cias_s_µb_iªiy_q,s_,Jiino . u@_fuen_ta abi�I1-ª-'ªLi11fini
to, l!D objeto,_.c.omo_LQ.Uª1Jlªlá I�,<!.,�<µ}, g�_·P.Fís�degoct: un objeto que prq
mete j!jmjtadamepte goce yque incita,_ª-C.Ü;:_��a, poniendo en movimiento
e.s_aJnáglli:r:g jmp_ª'-f.;;J:?_l�_fi�9-_P.!:.QQJA�.iQ.11_��itali��ª'-9:!.Yª l.Qgifi_i_yer�giQ_s
que..guar.daJlila..con:espondencia_muy_signific.ativ..a_c_on.la.lógic.a_p.ulsiom1.l.
El dinero se prest� -en tales condiciones- p���_xpresar esa relación del
�l!i�to_<;.QD. lQ_ilimitado. gue es una de las figuras del goce.
Como el pasado capítulo planteamos que el capitalismo introdujo trans
formaciones específicas con respecto al valor, en general, y al dinero, en
l. Memorando interno de la empresa Cargill del 19171 1999, citado por Brewster Kneen,
en Gigante invisible -Cargill y sus estrategias transnacionales- ed. G RAIN y RE
D E S-AT (2005).
29
GUILLERMO CICHELLO j FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLI SIS
30
SEGUNDO CAPÍTIJLO 1 ÜINERO, CAP ITAL, PLUS DE GOCE
6. !bid. pág. 180 y 182. Quizá por eso Lacan dice que "el rico lo compra todo ( . . . ) com
pra mucho. Pero quisiera que mediten lo siguiente, es que no paga" (Seminario 17,
pág. 87 -editorial Paidós-). No paga, sólo se desprende temporariamente del dinero , .
.
pero "con la astuta intención" de recobrarlo luego, acrecentado. N_pJ1ªY. .cJ;�.i9.D..e!g]l
..og, como se ve. Es probable que acuda a nosotros y pretenda "invertir" en un psicoa
nálisis: obtener plus valía del trabajo analítico. Retomaremos esta cuestión más ade
lante, cuando interroguemos justamente qué implica el pago en un psicoanálisis.
7. El capital, Tomo 1, pág. 162/163. "Fetiche del oro" y "apetitos carnales" son dos ma
neras de aludir al plus de goce y al "buen" y "burdo" goce fálico, repectivamente.
31
GUILLER.M:O CICHELLO i FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
M-D-M
M-D-M valor de uso
M-D-M, etc.
32
SEGUNDO CAPÍTULO [ DINERO, CAPITAL, PLUS DE GOCE
10. "Considera que el dinero es fecundo y provechoso -decía Benjamfu Franklin en 1748-
El dinero puede engendrar dinero, los sucesores pueden engendrar aún más y así unos
a otros. Si c inco chelines son bien colocados, se convertirán en seis, éstos a su vez en
siete, que asimismo, podrán devenir en tres peniques y llegar en sumas sucesivas hasta
constituir un todo de cien libras esterlinas" (Consejos a un joven comerciante, citado
por Max Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo -pág. 38 Ed. Pro
meteo Libros). Franklin, uno de aquellos que forjaron la conciencia norteamericana
al fuego de la moral ascética y utilitarista del calvinimo, le otorga al dinero ese poder
creador, situándolo como mágico objeto generador de valor, al precio de desconocer,
rechazar, la dimensión del trabajo contenido en él. A Franklin debemos la equivalen
cia expresada en el apotegma "time is money".
1 1 . K Marx, Trabajo asalariado y capital, pág. 76. Ed. Sarpe. Ver, en este contexto, el ex
celente trabajo de Juan Carlos Indart, Esbozos de economía política y psicoanálisis,
publicado en la Revista lacaniana de psicoanálisis, Nro. 1 -septiembre de 2003-, al
que debemos mucho de lo planteado en este capítulo.
33
GUILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL D I N E RO EN PSlCOANÁL!S l S
za, que la orienta. Y que simboliza la l�n de goce, es una de las ca
ras del goce al que llamamos fálico: gog__@li.�9:·
Representa una descarga
parcial y un alivio relativo de la tensión pulsional, dentro de un cierto lí
mite que Freud denominó principio de placer.
LaJó.gi.ca_del_má.s-ªllá_dd principi.o .delpla�er, en cambio, no se conten
ta con subrogados, e insiste..frenéticamente en el hallp.zgo defuútivo -llá
mese felicidad absoluta, relación sexual incestuosa o muerte-, �se soporta _ __
enJa_cre.e.ncia .de.que hay_ ese objeto. Así, la pulsión, sin cauce, sin ley que
regule su devenir, retoma sobre el sujeto de manera completamente des
tructiva. Obviamente esta estructura no es producto del capitalismo -ilu
sión en la que podríamos precipitarnos anotando toda esperanza de me
joría subjetiva en la sola eliminación de este modo de producción econó
mica-. Lo que sí proponemos es que la lógica del capital -que tan preci
samente reveló Marx-, está guiada por: los mismos principios que la Jóg!
ca pulfil!&l, que .el d�sc;.w�C> _Qe l capital!smo en.c;ªbalg-ª._�rfec1q.mente_�
hilirnitado. deJa.húsque.da..plJ.!.si9nal. Aquello que obliga a tener constan�
temente en tensión la fuerza del trab ajo, la ley que no deja sosiego y susu
rra. incesantemente: iAdelante! iAdelante! -como describe Marx- ¿no es
acaso idéntica al constant kraft, a la presión constante, de la pulsión? 12).
12. ''.La pulsión. reprimida nunca_cesa_de.aspirar a su satisfacción plena, que consistióa .en
la..repetición..de .una .viyeu.c;ja pi;iroaria..9.e_.satisfac_c:ión; todas las formaciones sustitu
tivas y reactivas, y todas las sublimaciones, son insuficientes para cancelar su tensión
acuciante, y la diferencia entre_ �J pl_ac.�r.c:l�.-�9.tisfacci_Qn hallado y el pre.tendido eng_!'.11_
drael factor pµlsionante, que no admite aferrarse a ninguna de las situaciones estable
cidas, sino que, en las palabras del poeta, «acicatea, indomeñado, siempre hacia ade
lante». El camino hacia atrás, hacia la satisfacción plena, en general es obstruido por
las resistencias en virtud de las cuales las represiones se mantienen en pie; y entonces
34
SEGUNDO CAPÍTULO i DINERO, CAPITAL, PLUS DE GOCE
Por eso resultaban tan ingenuas aquellas demandas dirigidas a las em
presas multinacionales de servicios, cuando se les cuestionaba la legitimi
dad del aumento de sus tarifas, basado en el hecho de que en la Argenti
na de la década de 1 990 "ya habían ganado lo suficiente". Esta idea de "lo
SJJficjente" está directamente abolida en la lógica del capital. Nunca algo
en materia de ijCUWUlaciQn de wue�a ¡;¡uede Ser "sJA';is;i�¡;¡t�" §Íe!li;Qt� §e ..
no queda más que avanzar por la otra dirección del desarrollo, todavía expedita, en ver
dad sin perspectivas de clausurar la marcha ni de alcanzar la meta . . . " (Freud, Más allá
del principio del placer, Tomo XVIII, pág. 42. Trad. Echeverri - Amorrortu editores) .
"El psicoanálisis nos enseña también en casos de distinto orden que aquellos elemen
tos que actúan en lo inconsciente como algo insustituible suelen exteriorizar su activi
dad provocando la formación de series inacabables, puesto que ninguno de los subro
gados proporciona la satisfacción anhelada"(Freud, Sobre un tipo particular de elec
ción de objeto en el hombre; Trad. López Ballesteros. Ed. Biblioteca Nueva).
13. El capital, pág. 236.
14. K Marx, lbid. , Tomo I, pág. 335.
15. En el sermón de la montaña -después de instar a vender todo lo que se posee y repar
tir el dinero entre los pobres, Jesús lanza la célebre declaración: "El que es rico entrará
muy difícilmente en el Reino de los Cielos. Les aseguro: es más fácil para un camello
pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el Reino de los Cielos" (Ma
teo 19:23; Marcos 10:23 ; Lucas 18:24) En el mismo sentido -además de la bienaven
turanza a los pobres de espíritu o al espíritu del pobre (Mateo 5:3): "Nadie puede ser
vir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará a otro, o bien cuidará al pri
mero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Di
nero" (Mateo, 6:24; Lucas 16:13).
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GUI LLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
1 6. Es, a grandes trazos, la tesis de Max Weber en La ética protestante y el espíritu del ca
pitalismo. Idea que Marx ya había entrevisto: "El protestantismo, simplemente con su
conversión de casi todas las festividades tradicionales en días laborales, desempeña
un importante papel en la génesis del capital" (El capital, Tomo I, pág. 333, nota 124
-siglo XXI editores). Cf., asimismo, a Lacan : "No creo que sea privilegio del calvinis
mo producir ricos, pero no carece de importancia dar esta indicación, porque de to
das formas se puede advertir que I.a teología calvinjsta tuv:o como._efe�to que se_plan
teara...como uno.deJos elementos de la dirección mora,!, qge es en esta tierra donde
- - -
il��e 3_1H_a,_Ef1���� paj� p �l
__
36
. SEGUNDO CAPÍTULO i Ü I N ERO, CAPITAL, PLUS DE G O C E
cobo Fugger, en plena discusión con un socio que estaba decidido a dejar
el _negocio y lo incitaba a retirarse también -alegando que ya era suficien
te lo ganado y debía ceder el campo para que los demás se beneficiaran
contestó a su interlocutor que 'su opinión difería por completo y que ganar
cuanto le fuera posible era su aspiración', dando por pusilánime la postura _
19. La ética protestante. . . , op. cit. pág. 40. La familia Fugger, recuérdese, representó un
símbolo eminente del nuevo poder que, en el seno de la Edad Media, comenzaba a
forjarse con el hierro -o, habría que decir, el oro- caliente del crédito abierto al im
perio español. Los Fugger muestran, quizá por primera vez, a los reyes yendo a pe
dir plata para su nueva expedición a la casa del antiguo tejedor devenido empresario
triuruante. Se dice que Jakob Fugger, el rico, repetía como lema: "Quiero ganar dine
!"o..mig_n_tras pJ.,t,eda'.'�Jº ql!� m�estJ:!l.. !eml:>.i�_l), e_! �q._c:!pj_ent'?-!!.e..� búsg_�da��.1ª--r.i
qi,teza_s;!�@.�sióndeterm.ir@.a .q . Ya no se trata del teje
dor próspero o del médico exitoso, cuya riqueza se encuentra acotada por los lúnites
de lo que esa actividad puede brindar; los Fugger, lanzados a saciar su búsqueda, em
prenden todo tipo de negocios: la explotación de las minas de oro y plata, el comer
cio de especias, el financiamiento de aventuras militares, etc. Repetimos, no es el pro
fesional que gana dinero con su trabajo, sino el que hace de la búsqueda de dinero su
profesión, s.in...ideal que funcione como límite a ese emprendimiento.
20. Lacan, El saber del psicoanalista (charl.as en Saint Anne), clase del 6 de enero de 1972.
21. Lacan alertaba sobre la amenaza, que calificaba de "catastrófica", que implica rechazar
esa dimensión de pérdida. "No serán los perversos quienes la desencadenarán, sino los
burócratas, acerca de los cuales ni siquiera habrá que saber si serán bien o mal inten
cionados. Será desencadenada por una orden, y ésta se perpetrará según las reglas, los
engranajes, los escalones, las voluntades doblegadas, abolidas, encorvadas por una ta
rea que pierde aquí su sentido. Esa tarea será la reabsorción de un desecho insonda
ble. . . " (Seminario 7, La ética del psicoanálisis, pág. 280/281, editorial Paidós).
22. lntl:.odujo.este.quintó..discursoen unaconferencia.pronunciada en.Milán.el.12.de_!lla;<,,:o
dU912...® .titJ.M ...QeL4is'-Urso psü;oanqlitic.o. Fue publicada por primera vez en caste
llano por la revista Psyche en su número 22 Uulio de 1988).
37
GuiLLERMO C!CHELLO 1 FUNCIÓN DEL DlNERO EN PSICOANÁLJSlS
Sl S2 $ S2
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$ 11 a Sl
X -l a
CODA
23. Debeñamos hacer la lista -si es que no está hecha- de las consignas publicitarias que
nos ordenan, como un imperativo categórico, "/Disfrutar más . . . !".
38
SEGUNDO CAPÍTULO 1 DrNERO, CAPrTAL, PLUS DE GOCE
no se verifica en el uso, ya que el uso del dinero limita ese goce, muestra
sus posibilidades, sus restricciones; el dinero . gas.t�dQ,_JJ�ado ..d�.s..v.<!..IJ � � _
24. Elementos fundamentales . . . , op. cit., pág. 157 (el destacado es nuestro).
25 . Manuscritos económicos . . . , op. cit, pág. 1 3 1 .
39
Tercer capítulo
LA PASIÓN DE L AVARO
RAccoNTO
poniendo. en.marcha\'el1:iginosala.maquinaria..de.g_mducción_y_,consumo,
para el discurso del capitalismo_e1u1,kan...zfilJ.k_�a..Q.e g._o.s;.e_es._p.o ..
43
GUILLERMO C!CHELLO j FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
PAUL McCARTNEY
"Hegel dice �afirma Marx en un pasaje clásico- que todos los grandes
hechos de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces.
Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa"1•
En este capítulo nos propondremos remedar esta idea: a nuestro capita
lista -que tan en serio lo presentamos hasta ahora-, lo tomaremos en far
sa, leyéndolo según las leyes que propone la comedia.
Moliere no teoriza -como Marx- sobre el dinero ; él escribe comedias.
"Una buena forma de corregir un vicio consiste en exponerlo ante la irri
sión pública -decía-. Las críticas se soportan con relativa facilidad, pero
no sucede lo mismo con las burlas. Hay gente a la que no le importa pa
sar por mala, pero no soporta que se la ponga en ridículo"2•
Nos pareció bien, para entrar tema, evocar en el epígrafe a Marx, en
tanto allí muestra una de las funciones del dinero, aquella en la que, como
tesoro, impide cierto tipo de satisfacción ("que se disuelva en medios de
disfrute" -dice), situándose fuera de la circulación y justamente a resguar
do de esa disolución. Lacan dice que en estos casos "el objeto revela su
función de prenda del deseo, por no decir de rehén del deseo"3. Entende
mos que esa particular relación entre deseo, objeto y goce es la que mues
tra Moliere en esta comedia. (Más adelante trataremos la noción del ob
jeto como prenda o como rehén del deseo).
Invitamos a remitirse a la comedia a quienes no la han leído todavía, o
a releerla, en su caso, pero transcribiremos a continuación un breve resu
men, tan sólo para tener a mano la trama que comentaremos.
44
TERCER CAPITULO j LA PASIÓN DEL AVARO
sarse con Mariana, una joven huérfana sin fortuna. A Cleanto no le gus
ta nada que la avaricia de su padre pueda contrariar sus proyectos senti
mentales. Harpagón por su parte vive en el terror de que alguien le pueda
robar un cofre con diez mil escudos que ha escondido en el j ardín. Sus
picaz, desconfía de todo el mundo, incluyendo a sus hijos, y llega inclu
so a despedir a Flecha, criado de Cleanto. Al final del acto revela a todo
el mundo sus inten ciones: desea casarse con Mariana, Elisa será entrega
da (sin dote) a un anciano, Anselmo, y Cleanto está destinado a casarse
con una viuda. La joven se niega con vehemencia, y su padre pide a Va
lerio que interceda para convencerla. Éste acepta, pero piensa en huir si
es necesario con su amante.
Acto II: Cleanto, que no puede contar con su padre, tiene la necesidad
urgente de contar con quince mil francos para sus planes matrimoniales.
Flecha, su criado, se encarga de buscarle un prestamista, un intermedia
rio le informa de las condiciones que resultan ser de una usura feroz. In
dignado, acaba descubriendo que dicho usurero es, en realidad, su padre;
tienen una violenta discusión. La intrigante Frosina entra en escena y con
vence a Harpagón de que Mariana es una mujer que prefiere a los hom
bres mayores y que estaría dispuesta a casarse con él. El avaro se muestra
contrariado por la ausencia de fortuna de la joven, pero Frosina lo con
vence de que se trata de una mujer que no gasta, y esto es muy conve
niente para él. Frosina pretende cobrar por los servicios prestados, pero
Harpagón se escabulle .
Acto IV: Los dos enamorados piden a Frosina que intervenga ante Har
pagón para que renuncie a su insensata boda. Harpagón sorprende a su
hijo besando la mano de Mariana, y empieza a sospechar. Decidido a con
firmar sus temores, para sondear a su hijo y saber qué desea, finge ha
ber cambiado de opinión y haber renunciado a esa boda. El ingenuo hijo
45
G U l LLERMO CtCHELLO i FUNClÓN DEL D l NERO EN PSICOANÁLISIS
frecito_donde .se.dice. que_ guar.c:l_aJ-1,I,l� grCJ,Q �1.gµ_� �e_Q�Il.e..r.9 (diez mil escu
dos de oro). Se dice que los guarda, pero e1Lfilda la CQ_f1!'!_cli 1 a -y esto no
es un dato irrelevante- se alude aLconte.niQ._Q d._el.c;:ofte__, _pe.r_ojªm.;ís se lo
_ _ __
4. Cf. Wtlcipedia.
5. J. Lacan, Seminario 5, Las fonnaciones del incondente, clases del 18/12/57 y del
5/3/58.
46
TERCER CAPÍTULO i LA PASIÓN DEL AVARO
Hasta.casi.eLfin.ªLdeJé!,.C.9.m..�_!ijª, tº<i.9�.lgp.__g_[_
aI]_::Q_�onful!��I!.-:..J.�.P!�
tensiones. deLotro_�sostenid..o...en.esos.malent.e.ndid.os, en esos "él no lo sa
bía'', eLobjeto.. des.eabkse.p.as.ea_entre.JodosJo_s_pJ�.rsonajes, pero a Harpa
gón -por fuera de todos ellos- no le interesa otra cosa más que la ence
rrada en su amado cofre, objeto que exige todo y no da nada.
Elavam e_s_p_r_es�n.t.ªd.Q.�_n_la_QQI-ª..GP.illº "ci_menos hurn_füJ_o_Q_�J9_g9§JQ�
humanos� .de. .tod.os. los..mortales el más dw:o_y_el.m�o", a quien "no
..
hay servicio que pueda hacerle abrir la mano", quien "ama el dinero más
que la reputación, el honor y la virtud . . "6. S_�Jor como su�-su dig
.
47
GUILLERMO C!CHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
"HARPAGÓN: Es una ocasión que hay que cogerla por los pelos. Encuen
tro en esto unas ventajas que no encontraría por otra parte; y
se compromete a tomarla sin dote . . .
VALERIO: ¿ sin dote?
HARPAGÓN: Sí ( . . . ) Es para mí un ahorro considerable.
VALERIO: Seguramente; es innegable. Pero vuestra hija puede alegar que
el matrimonio es un negocio mucho más importante de lo que
puede creerse; que va en él la felicidad o la desdicha para toda
la vida, y que un compromiso que ha de durar hasta la muerte
no debe efectuarse nunca sino con gran precaución.
HARPAGÓN: -iSin dote!
VALERIO : iAh! Bien sabemos que eso no admite réplica. ¿ Quién demonios
puede oponerse a ello? No quiero decir que no existan muchos
padres que prefieran atender a la satisfacción de sus hijas más
que al dinero que pudieran entregar; que no quieren sacrificar
las al interés, y que procuran, más que nada, crear en un matri
monio esa tierna conformidad que mantiene en él sin cesar el
honor, la tranquilidad y la alegría, y que . . . "
48
TERCE R CAPITuLO i LA PASIÓN DEL AVARO
VALERib: Es cierto. EsO Cierra la boca en absoluto iSin dote! No hay modo
de resistir tal razón"7.
49
GUILLERMO C!CHELLO ! FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
el dine�o se puedan co.mprar ciertas cosas, hay que cambiarlo por esas cosas,
esto es: sacarlo del lugar único e insustituible, e ingresarlo en un circuito ma
yor donde ocupa un lugar más, entre otros, donde es equivalente a otros.
Pero H�_llgQ_JJ hªl:;ii.tª _!.!!1._a e_c:g_i:i.q_�él -�p. l;:i. q1:1_�_�L�!Q.f!E�- �s I!! U no ; _ su
__ __ __
9. Segundo acto, primera escena. Esta incompatibilidad la resume Lacan al decir que
todo discurso qu e se entronca con el capitalismo -Harpagón, desde l uego, habita ese
suelo- deja de lado "las cosas del amor" (El saber del psicoanalista, 611172).
10. Cf. El banquete, donde dice que "en lo que toca al amor, has reconocido que su in
digencia de c.osas_b1,1enª§. Y.J:tajl¡¡.s le hac�_Q�se<lf_� m�?_§.S_�.Jk_qye_está1ª!_t<?"
(parágrafo 202 d).
11. Cl, entre otros lugares, La dirección de la cura y los principios de su pode'', punto 9,
en Escritos 2, Siglo XXl editores.
50
TERC E R CAPÍTULO 1 LA PASIÓN DEL AVAAO
g
No Ilª <!,.�ó l o ..sedde. spJ:.en_d.e_�porariamente del dinero, pero con la M..íY
cia de recobrar lo cqlocado, acrecentad9_,_Moliere lo retrata cómicamente:
¡ma.B.ru1mgQn _"ctéi.tJ!�.!J.11ª. P-ªlª-t>rn_p9r_1ª.i:íµi����ntetafavérSfóñ-=._gµ�_n()
dice nunca_�_g� _d_gy,__s_ip.Qps P.J��t QJQ�_P1J�JlQ§_tlÍas"15 ••
51
GU ILLERl'V!O CICHELLO i FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
que el avaro cree pode_r -�_I_l._c;�nar�_e_l_ _sgfre__e_§ �UªLo, que como significan
__
La comedia torna el lado ridículo de esa posición, pero es -con las sin
gularidades de cada caso- la posición neurótica, y lo_ qtJe._gy_ª-1'.da. Hatp..a:
gón es lo que retie�_ª..fill.JnfüJet_a,, J9_q9_ .n_e.µr..Q.tü::.Q, _ gu_a,rdá!'ldos�_�'el des e.o
· en el bolsillo.. Lo que nos revela la experiencia analítica es que más pr.e
c i.Q.s.Q_ql.l�_e.l ..pr_opjp_d�seQ..�S . G.Qm!:.rY_a.I. filUÍIJ!RQlQ.._qld.e._��- �JjaJo '' 19 . Re
petimos: más precioso que el deseo es conservar el falo como símbolo,
como esa fastuosa vajilla de porcelana fina que, sin uso, aguarda eterna
mente en la vitrina.
En cambio, Sé1J:_a clQ d_el_ pqls,_illp, liperaqo del cofre, el�I9 circula y se di
_$
s.uehi:e y. �e tr.é!nsfQrwa e.11 J a diyer:s,ic:laci di lqs_ITTiCf{9�:��-:�n¡früt ..pero aqlis:l
modo..de retenerlo,. lo degr9-da. y lo fija_ a la categ�:r,:í� cieCfetiche¡ t_é!-pqn�
díLasi.eLaguie.uuie..la..c.a�ti::a.ción. Es que el precio del goce real es preci
samente esa disolución imaginaria: el dinero se gasta, pierde esa totalidad
mortificada que asume mientras está encerrado en el cofre.
Recordemos el chiste que se le suele hacer a quienes no quieren des
prenderse del dinero, que lo atesoran indefinidamente, denegándose el
goce resultante de perderlo, de cederlo en pos de otros objetos que repre
senten la falta, y aplazan dicha satisfacción para más adelante (chiste que
muestra justamente ese cariz mortificante de la retención) . Se les recuerda
que la mortaja no tiene bolsillos. En esa lógica, .s:lQ!.l1.i!.t9 ;:¡.cti!.é!-..c.mno .un
__
52
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. TERCER CAPÍTULO j LA PAS !Ói'i DEL AVARO
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- en el de e�-��..�-�!;r:�rs�· ���.?:,<¡i_e o a ru�era, �Íi:l.._�r-
a "2 1 . Esa con ición me díu ar de su vida, Har-
·a
pagón cree haberla encerrad� en su cofre; la sustrae, así, a una circulación
vital en la que se paga con pérdida de goce, deterioro, disolución, las satis-
20. De guerra y muerte, Obras Completas, tomo XIV, pág. 291 -Arnorrortu editores-.
21. Lacan, Seminario 6, El deseo y su interpretadón (clase del 13 de mayo de 1959) .fue .
53
GUILLERMO C!CHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
facciones reales. " Es...p_a.¡:a, gyardar su vida -c oncluye Lacan- que el ava
rq_e.,nc;ie.JrE- en-ª1gQ,_�f.1 .!J._.Q.J�C:!DJQ, al_gJ;>j�tQ_d�_ckseq,__y donde ustedes v�
a ver . ,qy.e,_Jli fil.J:.S e_h.e.G.bQJJJ.�lJlQ.,.J�$e_ .QQj_eto. .se yµelxe p_p_p_hieJo_mor.tifi
__
cb._Q.Jlásjncierta" 24.
54
TERCER CAPÍTULO 1 LA PAS IÓN DEL AVARO
EL POTLATCH
1972).
26. Ensayo sobre los dones. Razón y forma del cambio en las sociedades primitivas, en su
libro Sociología y Antropología. Editorial Tecnos. Madrid.
'
55
�-- 1 ;
GUILLER.i'>I O CrCHELLO i FUNCIÓN DEL DlNERO EN PSICOANÁLISIS
cosa son los dones) . S.e...da,..eilJ:onces, nada -:-P_l!!:Q .�ign9-::- , por na,da, porque
.
56
TERCER CAPÍTU LO i LA PASIÓN DEL AVARO
31. Seminario 5, Las formaciones del inconciente (clase del 5 de marzo de 1958).
57
GUILLERMO C!CHELLO 1 FUNCIÓN DEL DIN ERO EN PSICOANÁLISIS
iAl lad_rón! -grita desesperado- iAl asesino ! iAl criminal! iJusticia, justo
Cielo! iEstoy perdido ! i Muerto ! iMe han cortado el cuello! iMe han roba
do mi dinero ! ( . . . ) Mi ánimo está trastornado, no sé dónde me encuentro,
ni quién soy, ni lo que hago. iAy! i Pobre de mí! i Mi pobre dinero! iMi más
preciado amigo ! Me han privado de ti, y puesto que me has sido arreba
tado, he perdido mi sostén, mi consuelo, mi alegría; se ha acabado todo
para mí, y ya no tengo nada más que hacer en el mundo. Sin ti no puedo
vivir. Se acabó. No puedo más. Estoy muerto y enterrado. ¿ No hay nadie
que quiera resucitarme, devolviéndome mi dinero?" 32.
Cuanto más plena es laúd�irtificiie!Oma ese significante cuanto.In�- te
nª�- -�§J-ªilijad�dinal a ese obi�to, cuanto menos distancia existe el)
tre ese elemento y el sujeto, la caída de uno implica la del otro. Sin embar
go, como se trata de una comed.i�:Ta sarigre -digamos así- no llega al río,
el cofre reaparece y la posición final del héroe cómico no sufre alteración
alguna: cada uno de los personajes sigue bailando al compás del objeto
que lo desvela. Porque en la comedia -a diferencia de la tragedia- el hé
roe mantiene inalterable su posición. Nada de arrancarse los ojos -símbo
lo mayor del impacto trágico que arrastra al héroe a la conclusión final-;
por el contrario, la trama de la comedia en nada modifica la relación del
protagonista con el objeto que lo fascina. Si bien Harpagón termina con
sintiendo el matrimonio de su hija Elisa con Valerio, la condición que im
pone para su conformidad -no correr con ningún gasto y que le regalen
un traje nuevo para la boda-, demuestra cómicamente que todo lo suce
dido no le movió un pelo : él sigue siendo el mismo avaro de siempre, "el
sujeto_cómic.o,..se.a. cual.fuer.e,. sale .de. eUQ. s.iemp.r.e_ªb_s.qlutéUTlente intáC
to; tqdQ.1Q..ill!.�.l1ª.P-ª�9:Q9 9ill-ª.D1�Ja.:_c;..Qr.ri.�_9.ia.J:i-ª. p_ª?-ª.clº- §o_l;>r� _él .G º mq__el
..
agua sobre las ph.u:ne.� d� 1:1n p;:iJo, sean cual e§ fuere11 los paroxismos ajos
que él hayaJlegado_e.n..la_c_om�.dia" 33.
58
TERCER CAPÍTULO ! LA PASIÓN DEL AVARO
59
Cuarto capítulo
DIALÉCTICA DEL OBJETO ANAL
l. Sobre las trasposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal ( 1 9 17), Tomo
XVII, pág. 1 1 8. Amorrortu.editores.
(\ 63
GUILLERMO CICHELLO j FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
tra..enJa subjetirida_d_y: _c;:ppra. valor. La_ de_J].él!l__ Ci_i! _9d _QtL Q_-:-l<! .cJi�gplina
deL aseo, del.contro.Lde..esfín.teres- .C:�!n-!:>lª_ _tl.Y.é!lor_que.ha,_st a entonce� .��
..
64
CUARTO CAPÍTU LO 1 Ü!ALÉCT!CA DEL OBJETO ANAL
FANTASMA
""
E_sªJoc;a.li:z;a,c;iqn de_Jm� d.emau.da..do por eLOJ¡Q__es _cmcÜÜJ:nJa
constitución .subjetiv.a�_tiene.un.carácter.inaugu¡al . "Por primera vez -dice
Lacan- els!:!_i��()_ !��-t:_ QC_�ajó!J.. q� reC()!l�ce�se_ en �n opjet9 a,lrn.��PQ.L.d!;l
cuaLgira la demanda de la madre" 5. El §:gjeto recol!-ª.P.Pr.pr.iwera.vez_un
ohieN_�lo r_�P-JS!Senta_yjQ_�\;!ge.�l.OJro . Este car.ác.tecinªug1,1..nilini<::i.9-l ,
originario, como decíamos antes, :fu�_i_���!.�_f!t�_.!!!�.�!� ��E����E!.!��1::,�
("es...el.prime;:_cas.cLde.reru.i.ru::ifl a una parte. del cue[p..Q_Br.QP.io"7, "eJ .Primer
_regalo" 8, "la primera ofrenda de la ternura del niño"9) ,_y su fundón que- :
da. liga_d_ª_ ªU\l.ivio_ deJ&._a.ngy.gjª, ,su�}:itada �tes..tle.�e.s_a.c.e_sión, ,al�no,,sa
ber qué _QQ�ill..r.e_cJªmª_ el Qtro . El J5-1?.i�.t2 anaf �S el_.Q!:.�JEer ()bjeto,_$g�o n- ·••
4. Lacan, Seminario 10, La angustia, clase del 19 de junio de 1963. Aquí Lacan trabaja
la función agalmática del objeto mierda.
S. Seminario 8, La transferencia, cap. XIV "Demanda y deseo en los estadios oral y anal".
Ed. Paidós.
6. ldem.
7. El hombre de los lobos -capítulo VII, Erotismo anal y complejo de castración -pág.
78, Tomo XVII, Amorrortu editores.
8. Sobre las trasposiciones . . . pág. 120.
9. lbid., El hombre de los lobos, pág. 75.
65
GUILLERMO CICH ELLO i FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
66
CUARTO CAPÍTU LO 1 Ü!ALÉCT!CA DEL OBJETO ANAL
67
G UILLERMO ÜCHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
Intercalemos aquí un relato clínico escrito por Fabián Schejtman 16, que
a la vez de mostrar claramente la posición fantasmática de una paciente,
indica la eficacia de una afortunada intervención sobre la transferencia:
«Hace unos años llega a mi consultorio una empresaria. ¿ A qué viene esta
mujer de treinta y pico, esta mujer de negocios, solera, envuelta ese día de
lluvia con ese piloto un tanto masculino, y casi sin poder soltar su male
tín ? A contarme sus dificultades con los hombres.
Vacilando en un comienzo, aunque más decidida luego, me relata en sus
primeras entrevistas en qué consisten esos percances. X -así voy a lla
marla- se mueve en un mundo de varones. Su ambiente, su hábitat natu
ral son las oficinas y allí por lo general los conoce. Los hombres con los
que se relaciona son siempre jóvenes. Hombres de negocios o profesiona-
les, artistas o desocupados, a veces extranjeros, otras provincianos, pero
constantemente jóvenes. Esto es, más jóvenes que ella. Y algo más. Estos
jóvenes invariablemente cuentan con recursos económicos menores a los
de X. Eso la conduce, inevitablemente según dice, a tener que mantener-
los. "Soy -me asegura con tristeza- una vieja-manti ene-pendex". ,
Su desazón consiste en volver a toparse extrañamente tras cada encuen
tro amoroso, con esta única intención de su partenaire: sacarle algo de
dinero. Está claro para ella que sólo la quieren por su dinero. Y qué va a
hacer . . . ? X. es una mujer de negocios, acepta esta situación a cambio de
amor. ¿ Quieren su dinero? Pues bien, ella quiere que la amen. Precisa que
satisfagan sus necesidades; sexuales, se entiende.
Así se presenta esta mujer de negocios, relatando en los comienzos de su
análisis sus desventuras amorosas. Quejándose de la desgracia de no en
contrar más que j ovencitos interesados en sus billetes, pero aceptando la
situación a cambio del trueque expuesto. Por qué no lo iba a hacer, si en
estos tiempos todo se compra y se vende.
Ahora bien, en estos primeros meses en que la queja y cierta resignación
por la desdichada situación se pasea por sus entrevistas, ¿qué de su rela
ción con ese otro joven que es su analista? Porque conviene destacar que
este rasgo de juventud no fue descuidado por X. en la elección de su psi
coanalista, al contrari o. Como se puede adivinar, ni corta ni perezosa, la
sujeto inserta a su analista en la serie de estos "jóvenes-saca-billetes", por
medio de un procedimiento tan sencillo como bien dispuesto.
Habíamos acordado por entonces que X pagaría sus sesiones mensualmen
te. Por cierto que para ella esto no sería una dificultad, itan desbordante de
dinero que decía estar! Sin embargo, llegado el día de pago, muy acongoja-
16. Extractado del artículo Los negocios de la señorita X, incluido en su libro La trama
del síntoma y el inconciente, págs. 101/104; editorial Factoría Sur, 2004.
68
CUARTO CAPÍTULO i D t ALECTICA DEL OBJ ETO ANAL
69
GUILLERN!O CICHELLO j FUNCIÓN DEL Dli'iERO EN PSICOANÁLISIS
Demos, antes de concluir, un rodeo sobre el tema del sacrificio para ex
plorar qué nos puede aportar en nuestra investigación sobre el dinero.
SACRIFICIO
r
! es experiencia común que no vivamos nuestra
...
17- Horst Kumitzky, La estructura libidinal del dinero -Contribución a la teoría de la fe
mineidad (1978, Siglo XXI editores).
70
CUARTO CAPÍTuLO ¡ D lALÉCT!CA DEL OBJETO ANAL
18. Las múltiples formas de esta antigua dívinidad evocan todas ellas al gran Otro mater
no. Incluyen la Juno Lucina, la diosa del alumbramiento y ayuda de las parturientas
(en su honor se celebraban las matronalias); la Juno Caprotina, diosa de la fecundi
dad femenina, que guardaba la castidad de las mujeres, amparaba la menstruación y
era adorada como diosa del matrimonio; la Juno Regina, la gran madre que protege la
ciudad y el Estado (op. cit. págs. 32 y 33).
19. /bid, pág. 41. Ofrece múltiples y variados hechos como prueba: el puerco consagra
do a Démeter en las monedas de Eleusis; el óbolo griego, con su varilla de hierro usa
da en la comida sacrificial; el cerdo, grabado en los lingotes de bronce de las aes sig
natum -una de las primeras monedas romanas-; el trípode con cáliz de ofrenda, gra
bado en la moneda de Crotona; la doble hacha, en el escudo amonedado de Ténedos;
la vaca de Hera en las diadracmas de Eretria; las imágenes de un hombre arrodillado,
con las manos amarradas a un poste y un cuchillo en su garganta, en las más antiguas
monedas egipcias; el hacha de piedra precolombina, que circulaba como dinero, etc.
Asimismo, para situar a las monedas en la serie de las ofrendas, véanse las monedas
acuñadas por Simón -el tercer hermano Macabeo del reino de Judea- en el año 141
aC., que portaban imágenes de los siete principales productos agrícolas (trigo, avena,
uva, higo, granada, oliva y dátil) -cf. Jacques Attali, Los judíos, el mundo y el dinero.
Historia económica del pueblo judío, pág. 68. Fondo de Cultura Económica (2005)-
20. /bid. pág. 52.
71
G UILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PS!COANÁLISJS
cesorio, posterior y pro_fano; dice: " . . . la acción sagrada por excelencia (sa
crificium) significaba en su origen algo diverso de lo que en épocas poste
riores se entendió por él:Ja ofrenda a la divinidad para reconciliarse con
ella o granjearse su simpatía. (De su sentido accesorio de autodespojo par
te luego el empleo profano de la palabra) [ . . . ] Se puede demostrar que en
su comienzo el sacrificio no era otra cosa que <<an act of social fellows
hip between the deity and his worshippers», un acto de sociabilidad, una
comunión de los creyentes con su dios . . . "2 1 . Un acto de compañerismo,
de camaradería, sociabilizar con los dioses, sentarse a la mesa con ellos
y darles de comer lo que les gusta (según, claro, nuestro gusto) es aproxi
marlos, domesticarlos; es tratar con Dios como con un good fellow. Todos
los que estudiaron el asunto señalaron la pacificación que este acto sacri
ficial genera en el grupo ; si quisiéramos reconducir la situación a su tra
ducción laica podríamos imaginar un dicho así: "Tranquilos muchachos,
que este es uno de los nuestros y ya le dimos lo que le gusta", ensayando
así una respuesta al enigma que plantea el Otro, respuesta que reduce al
mínimo la perplejidad de su radical, insondable ajenidad 22. Distinto es lo
que se encuentra en juego en la.angy_stlli._qy_�Se. -ªPLe.C.füJJ.in$:LcuandoJlo
sé qué soypara el de��º _del .9.1!°.º t P�':l:-��� 9_!rc: _r��!����E�9ist!!1to, cu
yas formas evocativas van de aquella "mantis religiosa de voraz deseo a la
cual ningún factor común me une" 23, pasando por el camello endiablada
mente enamorado de Cazotte que lanza la inquietante pregunta Che voi?,
hasta esa oscura y terrible divinidad del Antiguo Testamento -antes, cla
ro, de su mansa personificación en Cristo-.
Lo que primordialmente está en juego en el sacrificio es, entonces, de
ducir una lógica para apresar al Otro ; antes que ofrendarle algo, primero
hay que suponerle un deseo: los dioses quieren tal cosa, misión interpre
tativa reservada al sacerdocio24. Pero, insistimos, antes del don, antes de
saber qué quieren, es necesario suponer que quieren algo. Así entendemos
lo que Lacan dice en el seminario 10:
21. Ver El retomo del totemismo en la infancia, punto 4 de Tótem y tabií. (Torno XIII,
Amorrortu editores), y el segundo capítulo de El porvenir de una ilusión, donde Freud
plantea lo que implica "humanizar la naturaleza" como tratamiento de la angustia (pág.
16 y ss. Tomo XXI, Amorrortu editores) ..
22. Hablamos de " . . . ese otro prehistórico e inolvidable que nunca pudo llegar a ser igua
lado . . . :'. Freud, carta 52 a Fliess, Tomo I, Amorrortu editores.
23. Jacques Lacan, Seminario 10, La angustia, clase del 3 de julio de 1963.
24. Quienes recibían como pago por su intervención en la ceremonia sacrificial una par
te de la víctima.
72
CUARTO CAPITuLO 1 Ü!ALÉCTICA DEL OBJETO ANAL
ted del deseo ( . . ;) En cuanto a nosotros, sin duda hemos perdido a nues
tros dioses en el gran tumulto civilizador, pero un período bastante prolon
gado en el origen de todos los pueblos muestra que disputamos con ellos
como con personas de lo real; no con dioses omnipotentes sino con dio
ses potentes allí donde estuviesen. Todo el problema era saber si esos dio
ses deseaban algo. El sacrificio consiste en hacer como si desearan como
deseamos nosotros; por lo tanto el objeto a tiene la misma estructura. Esto
no quiere decir que ellos vayan a embucharse todo lo que se les sacrifica,
ni tampoco que esto les pueda servir para algo; pero lo importante es que
lo desean y, diré más, que no les angustia ( . . . ) Es esencial domesticar a los
dioses en la trampa del deseo y no despertar la angustia . . . " 25 .
¿Qué bien se obtiene pagando con la sangre del sacrificio? Antes que
la benevolencia divina y sus derivados -riqueza, fertilidad, etc-, lo que se
obtiene es asociarse a Dios y mantener asL a raya la aparición de la angus
tia. Es un tratamiento por lo simbólico de lo insondable de lo �igm.áfo; o
del Otro. de lo real (los dioses pertenecen al campo de lo real 26, y la doc
trina atribuye a Dios designios que se denominan insondables) .
Entonces, una vez establecida la premisa lógica del deseo del Otro -de
gradado en demanda, objetivo mayor del sacrificio- hay que seleccionar,
codificar, catalogar qué objetos se le ofrendan, dónde, en qué circunstan
cias y de qué modo. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, la institución
sacrificial está reglamentada en uno de los cinco libros de la ley, el Leví
tico 27, donde se detallan las diferencias que especifican el holocausto, la
ofrenda, el sacrificio de comunión, el sacrificio por el pecado, el sacrificio
por los delitos, el sacrificio por los pecados de malicia, el sacrificio de re
paración, y se detallan los objetos a ser entregados con un diligente cuida
do que no deja afuera consideraciones sobre el sabor, el aroma28, la presen
tación de las ofrendas o el vestuario de los sacerdotes encargados de ins-
25. Clase del 5 de junio de 1963. En igual sentido, en el seminario 1 1 : " .. .la ofrenda a los
dioses oscuros, de un objeto de sacrificio es algo a lo que pocos sujetos pueden no su
cumbir, en una monstruosa captura. La ignorancia, la indiferencia, la desviación de la
mirada, puede explicar bajo qué velo sigue todavía oculto este misterio. Pero para cual
quiera que sea capaz de dirigir, hacia ese fenómeno, una valerosa mirada -y, una vez
más, poco hay de seguro para no sucumbir a la fascinación del sacrificio en sí mismo
el sacrificio significa que, en el objeto de nuestros deseos, intentamos encontrar el tes
timonio de la presencia del deseo de ese Otro que aquí llamo el Dios oscuro. Ese es el
sentido eterno del sacrificio . .. ". Tesis que Lacan ya había esbozado
en La familia: "La
angustia es ocultada mediante un sacrificio mutilador", pág. 24, editorial Argonauta.
26. Lacan, Seminario 1 1, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, clase del
5 de febrero de 1964.
27. Capítulos 1 al 7.
28. En el primer capítulo, dedicado a los holocaustos -esto es, a los sacrificios de víctimas
73
GUILLER.!"1 0 CJCHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
tituirlo. En fin, qu,eda claro que a Yavé no le gusta cualquier cosa, ni pre
sentada de cualquier manera.
Aunque en todos ellos se mencionan ofrendas no humanas -novillos,
cameros, ovejas, machos cabríos, las primicias de las cosechas o la canas
tilla de panes sin levadura-, la inmolación de cuerpos humanos sobrevue
la la densa atmósfera sacrificial, y la supone como antecedente, sea bajo
el modo de la prohibición (" . . . tratándose de personas, todo primogéni
to será rescatado . . " .
29) o de la tentativa, claro, como en la célebre prue
ba a la que es sometido Abraham al serle requerido el sacrificio de su pri
mogénito, Isaac. Aquí volvemos a encontrar el mismo pasaje: en vez de la
entrega del cuerpo (del hijo), se paga con riqueza, se da a cambio una de
las posesiones (un camero) : " . . . No toques al niño ni le hagas nada, pues
ahora veo que temes a Dios, ya que no me has negado a tu hijo, el único
que tienes. Abraham miró a su alrededor y vio cerca a un camero que te
nía los cuernos enredados en un zarzal. Fue a buscarlo y lo ofreció en sa
crificio en lugar de su hijo" 30•
La entrega de riqueza evita el sacrificio humano. "La riqueza en forma
de rebaños, de oro o de p lata es el mejor sustituto de la violencia. Mil y
una veces se encontrará este lazo entre dinero y sangre ( . . . ) Al imponerse
a sí mismo el reemplazo del sacrificio por la ofrenda, el pueblo judío anun
cia todo su destino: utilizará el dinero como medio de reparar los daños y
detener el mecanismo de las represalias. El dinero se convertirá para él en
un medio de negociar en vez de combatir, de hacer la paz . . . " 31.
La noción del animal sacrificado en lugar del cuerpo humano encuentra
otro eco, por ejemplo, en la historia mítica de Ifigenia, hija de Agamenón
y Clitemestra. La fanfarronería de Agamenón causó la cólera de Ártemis,
quien le paralizó su flota en el mar. Perplejos, consultaron al adivino Cal
can te quien dijo -¿cómo podía ser de otro modo?- que la diosa sólo po
dría aplacarse con el sacrificio de Ifigenia. Agamenón consiente en la en
trega, por ambición personal o por presión de la opinión pública, pero en
totalmente quemadas- se repite que "es un sacrificio por el fuego, cuyo suave olor
apacigua a Yavé".
29. Por ejemplo, "consagrarás a Yavé todos los primogénitos. Todo primer nacido de tus
ganados, si es macho pertenece a Yavé. Todo primer nacido de burro ha de ser cam
biado por un cordero; si no, lo matarás. Tratándose de personas, todo hijo primogéni
to será rescatado". (Éxodo, 13:12-13) . "Voy a mandar una calamidad tal ( . . . ) por ha
ber llenado este lugar de sangre inocente y por construir santuarios altos a Baal para
quemar a sus hijos, siendo que yo jamás lo había prescripto u ordenado, ni se me ha
bía pasado por la mente" (Jeremías, 19:5).
30. Génesis, 22:12-13. El destacado nos pertenece.
3 1 . Jacques Attali, Los judíos, el m undo y el dinero. Historia económica del pueblo judío,
pág. 22. Fondo de Cultura Económica (2005).
74
CUARTO CAPITULO 1 D IALÉCTICA DEL OBJETO ANAL
nific_�J.lJ.��JJ.L§llmªg�ll�s.
En la dimensión anal el sujeto cree saber y estar en posesión de aque
llos objetos que supone que el Otro demanda: no se presenta en el altar del
32. En El malestar en la cultura, Freud dice que la propiedad reconoce "una forma anal
primordial (que), constituye el trasfondo de todos los vínculos de amor y ternura en
tre los seres humanos", pág. 1 10, Tomo XXI -Amorrortu editores-.
33. Evoquemos aquí la ya mencionada etimología de pecuniario (pecus, en latm, ganado).
34. Aquí la etimología nos vuelve a dar una mano: hacia 1 140 el significante "pagar" remi
te a "contentar, satisfacer al acreedor", por remisión latina a pacare, "apaciguar", pro
piamente " pacificar''. Todos los romances -todas las lenguas modernas derivadas del
latín- presentan desde el principio el sentido "contentar, satisfacer", de donde se pasa
a "satisfacer al acreedor, pagarle". En latín clásico pacare sólo se emplea para "apaci
guar, someter'', pero en la baja época ya se encuentra la acepción "apaciguar, calmar,
aquietar'' -cf. J. Corominas, J. Pascual, Diccionario Critico Etimológico Castellano e
Hispánico, pág. 337 -editorial Gredas-. Igualmente, en la lengua hebrea la palabra
leshalem (pagar) se vocaliza también shalom (paz). Dicho de otro modo, saldar las
deudas es un medio de lograr la paz (cf. Jacques Attali, op. cit, pág. 35).
35. Seminario de La angustia, clase del 23 de junio de 1963. Noción que retorna, entre
otros lugares en el Seminario 17, El reverso del psicoanálisis : . . . Acá está el hueco la
"
75
GUILLERMO CICHELLO i fU1'CIÓN DEL DIN ERO EN PSICOANÁLISIS
Otro "con las manos yacías"; construye esta premisa: sólo quiere esa parte,
ese trozo de iní, que ofrendo en sacrificio o gozo con su retención.
Para terminar, volvemos al principio ¿cómo leer, entonces, aquella exi
gencia freudiana, de de.SJll:iar...d..e to_d.Qinfl_ill2Jfüi.9i�qs9 la.s relaciones..c.on
el dinero y reglar éstas sefil!DJ!!i_pllIJ.�I!tos_gpj(!ti':1.q�IJ).�spejar es _<::.9.n:er
se el velo de los ojos -como se dice en el Génesis-, d§�.Q�.1:l:P.�t ..tl1.i:!g�-�
objeto-tapón que el dinero gu�de U�g�-ª-�n§"; _qe_s_I:J�j_� -�s atr'!V:f:'.Sar,_y�
qy�e.trás_���-�-mªntP. 1�1J i9JI?:ª-l Q. _Qt!.f!t.!<;ul�.-e�.�-c;:gfr�. -ªgaJmªJ!�o_y
_ _
el poeta36- que-no...resuelvela..enigrnática_e.omple.ji.dad_ck...e.sta_yjg?.
76
Quin to capítulo ·
EL DINERO EN LA TRANSFERENCIA. 1
80
QUINTO CAPÍTULO 1 EL DINERO EN LA TRANSFERENCIA l
gando, entonces, el valor del análisis al dinero instituido como pago de ho
norarios. No es una respuesta, naturalmente, que merezca desecharse ya
que roza la verdad, pero lo hace incidentalmente ya que el dine� -en sen
tido estricto y como planteamos en el primer capítulo-,- no crea valor. Pero
.�-� --,..._ _,,, __,
l. Osear Masotta, Introducción a la lectura de /acques Lacan, pág. 24, n.14 -editorial
Corregidor-.
2. Obras Completas, Torno XII, pág. 133. Arnorrortu editores.
81
. GUILLERMO CICHELLO j FUNCIÓN DEL DINE,RO EN PSICOANÁLISIS
cia, por el dinero de nuestro personaje. Está claro que Dupin no! resuelve
enigm¡:¡.s para ganarse el sustento. Tampoco Sherlock Holmes, de !A.C. Do
yle, �l candoroso padre Brown, de Chesterton, ni et paródico Isidro Paro
.di, de Borges y Bioy Casares, son tipos que realicen su: "trabajo" de inves-
tigadores de enigmas a cambio de un puñado de billetes: 1
Sin embargo, dentro de ese gran conjunto de relatos del polici� clásico
inglés, donde el dinero -reiteramos- no es un elemento gravitafite en la
intriga, en La carta robada, en cambio, sí juega un papel importante para
lo que a nosotros nos interesa, en tanto nuestro Dupin está aquí excepcio-
1
nalniente interesado en recibirlo.
Pasemos a consignar las dos escenas importantes del cuento,fprecedi
das de una, no menos relevante que las antecede: aquella donde d1 robo es
contado. Esta se desarrolla en "la decrépita y grotesca mansión" de Dupin
y se hallan presentes éste, el narrador de la historia y el prefecto tle la po
licía de París. El prefecto acudió a "pedir la opinión de Dupin solJre cierto
asunto oficial que lo preocupaba grandemente ( . . . ) Un asunto ..fagrega
muy sencillo que no dudo que podremos resolverlo perfectamdnte bien
por nuestra cuenta; de todos modos pensé · que a Dupin le gustatía saber
los detalles, puesto que es un caso muy raro" 6• Poe contrasta cohvenien
temente la doble actitud del prefecto de "pedir consejo" y de jabtarse de
poder "resolverlo perfectamente bien por nuestra cuenta". 1
Relata que "cierto documento", una carta precisamente, le ha! sido ro
bada a la reina en el dormitorio -real, por el ministro D., quien retjene aún
la carta en su poder. El robo se ha producido con la siguiente pahiculari
dadi el ministro la sustrajo ante los ojos mismos de la reina, quidn si bien
lo vio hacerlo no pudo interponerse, ya que eso hubiese importado admi
tir la existencia de la carta ante el rey, presente también en la alcoba, aun
que 1ignorante de la situación. La naturaleza ocultable de esa c�a ponía
en cuestión el honor de la reina, cosa que inmediatamente el min�stro per
cibió al notar la desesperación de aquella ante la posibilidad de qili.e
'
la .car-
ta se hiciese pública o, lo que es lo mismo, llegara a conocimient0 del rey.
De modo que el ministro cometió el robo de una manera "tan i:hgeniosa
como audaz", alcanzando sobre la reina el máximo dominio iln�ginable,
al saber ella quién es el ladrón sin poder denunciarlo, y saber el [ministro
que la reina es plenamente conciente de esta circunstancia. [
Por supuesto que la casa del ministro ha sido minuciosa, micrdscópica
mente registrada por la policía -por falsos ladrones también fue �evisado
i
citas de la presente edición, con la traducción del inglés de Julio Cortázar, �on las que
seguiremos de aquí en adelante.
·
83
e
0
GUILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
84
QUINTO CAPITuLO 1 EL DINERO EN LA TRANSFERENCIA l
85
GUILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
te cuánto, pero eso sí, afirmo que estaría dispuesto a firmar un cheque por
cincuenta mil francos a cualquiera qui;: me consiguiera esa carta. El asun
to va adquiriendo. día a día más importancia, y la recompensa ha sido re
cientemente doblada. Pero aunque ofrecieran tres veces esa suma, no po- ·
Es una escena extraordinaria, sobre todo muy útil para nuestro pro
pósito -que no es, como se vio, desplegar las muchas lecturas del cuen
to, como hace 'Lacan, sino sólo tensar la línea que implica la interven
ción del dinero-. Esta escena permite, al menos, dos lecturas sobre sus
efectos: unos involucran la posición del prefecto de policía; otros, la de
Dupin.
lQué es lo primero que hace Dupin con el prefecto en esta escena? ·
Obligarlo, por así decir, a que reconozca su demanda, que la articule,
que la formule con todas las letras, sacándolo de aquella falsa suficien
cia que lo· nevó a decir que podía "resolverlo perfectamente bien por su
cuenta". Directamente le dice "pida consejo" ; lo disuade de aquellas pe
tulaneias en que se expresan las formas degradadas de autoconciencia
narcisistas, del tipo "quién me conoce mejor qi.ie yo", o -como diría La
Rochefoucauld- "no puedo aceptar el pensamiento de ser liberado por
otro que por mí mismo", o cualquier otra forma derivada de la "autoayu-
da". Pida consejo, no presuma, y, luego, pague por él. Pero pague efecti
vamente, firme el cheque, nada de "en el caso de recobrar la '.carta, da
ría algo", propósito aplazado a las generosidades de un futuro incierto,
· potencial, sino que lo ubica decididamente ante esta disyuntiva: si quie
re la carta, págueme ahora. En ese momento, la maniobra de Dupin ca
libra hasta qué punto el prefecto quiere la carta y, desde luegol está dis
puesto a pagar el precio de su acceso. Pero para entregársel�, primero
Dtipin se la hace pedir, lo ubica como demandante, lo insta á articular
su pedido ante él; sólo entonces, sanciona y pareciera decirle: 'entregue (
esa libra de carne, el objeto, el bien, con que se paga por la satisfacción
1
del deseo" 13•
¿Qué lectura permite la escena del lado de Dupin? Midamos sus efec
tos. Hay un momento en el que Dupin, en posesión de la cart�, todavía
no'la entregó y no recibió, por ende, el dinero de la recompensa� Momen
to marcado desde el instante de su apoderamiento en el ministerio, has
ta la segunda conversación con el prefecto. Insistimos, Dupin ¡es duran
te este tramo "parte interesada", como dice Lacan, en el drama intrigante
1
que envuelve al resto de los personajes, toma partido por la rei,na, o sea,
adopta una de las dos opciones en que se reparten los interese� del con
flicto. Recobrar la carta pero sin recibir hasta ese momento la r'ecompen
sa lo deja completamente preso en la pasión de la .comedia phlaciega y
su bipartidismo, captura que lo llevó -como vimos- a adoptar 61 partido
de la reina contra el ministro y a escribir los versos fraticidas ep la carta
sustituí�. ¿cómo sale de la lucha a muerte, de la tensión desafiante, del
amor y el odio, propios del registro imaginario, sino es porque permane
ce atento a la existencia del dinero de la recompensa y exige su parte? Si
tuación singular en un personaje como Dupin, tan desaprensivq sobre las
necesidades materiales de la existencia, pero que de pronto se v� precisa
do a pedir -casi a exigir- que le entreguen sus cincuenta mil francos. Con
ellos en su libreta de cheques, se da por satisfecho: entrega la carta y sale
de la dualidad del drama. El comentario que Lacan hace de estcl instante,
pone en analogía el episodio de la entrega de la recompensa c0n el acto
que instituye cobrar en dinero en la experiencia analítica. Lo prbpusimos
como epígrafe: "¿No estaremos en efecto justificados para sentimos alu
didos cuando se trata tal vez para Dupin de retirarse por su parte del cir
cuito simbólico de la carta, nosotros que nos hacemos emisario de todas $
las ,cartas robadas que por algún tiempo por lo menos estarán ¿on noso
tro� «en souffrance» (a la vez, "en espera" y "en sufrimiento") e la trans 4
ferencia? ¿Y no es la responsabilidad que implica su transferenfia la que
. 1
. 1
13. J. Lacan, Seminario 7, La ética del psicoanálisis, clase del 6 de julio de 19p0.
87
e >
GUILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
14, Lacan; El seminario sobre La carta robada, en Escritos I, pág. 30. Siglo XXI editores.
15. Evoquemos acá a Marx, cuando señala el carácter "nivelador'' del dinero: ''Así como
en el dinero se ha extinguido toda diferencia cualitativa de las mercancías, él a su vez,
en su condición de nivelador radical, éxtingue todas las diferencias" (El capital, Tomo
I, pág. 161, Siglo XXI editores).
16. "Muchas de las resistencias del neurótico se acrecientan enormemente por el trata
miento gratuito; as� en la mujer joven, la tentación contenida en el vfuculo transferen
cia!, y en el hombre joven, su renuencia al debf!r del agradecimiento, renuencia que
provi,ime del complejo paterno y se cuenta entre los más rebeldes obstáculos de la asis
tencia médica La ausencia de la regulación que el pago al médico sin duda estable
ce se hace sentir muy penosamente; la relación toda se traslada fuera del mundo real,
88
QUINTO CAPÍTULO j EL DINERO EN LA TRAi'<SFERENCIA l
terno -punto de resistencia que, una vez superado, permite situar al suje
to en su relación a la ley de la deuda simbólica-.
y el paciente pierde un buen motivo para aspirar al término de la cura". Freud, Sobre
la iniciación del tratamiento, págs. 133/134. Obras Completas, Tomo XII. Arnorrortu
editores. En otro lugar nos hemos ocupado de este punto resistencia! de los varones,
cf. G. Cichello, La posición femenina frente al padre, en revista "Sócrates" Nº 5 Gunio
de 1996).
89
EL DINERO EN LA TRAN SFERENCIA I I
RA.CCONTO
93
GUILLERMO C!CHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOAl"<ÁLISIS
MEDIOS DE PAGO
2. Génesis, 22:7.
3. Sobre la iniciación del tratamiento, Tomo XII, pág. 134. Amorrortu editores.
94
SEJCTO CAPITuLO 1 EL DINERO EN LA TRANSFERENCIA Il
lados al centavo, tienen por función affiorti.Zar aigo infÍnltamente más pe- \ r
hgrnso qtie- el pagar con moneda: debérle i:ilgo a.algul.en" 4• ¿J?or q_µlesoi)
..
!
qué
manera satisfacer una obligación? Corrió-excesiv�úúi.ñgre-liasfa en:contrar
.... . . . · .· · - . __ __ , __,__ _ -- - . ...... , .....,... , . • _.,. ... ... . .. . ........ .. - ;e - • ._ ... .. . .. . .. ._. -- - - - ��
¡
5. iDe hecho, en la nodón de obligación vive la atadura, la ligazón con otro; la1obligatio
deriva de ligare, ligazón de constreñimiento incluso jurídico entre dos sujetqs.
6. Cf; Enrique Aftalión, José Vtlanova, Historia de las ideas jurídicas en Introducción al
derecho, Abeledo Perrot (Buenos Aires, 1988).
95
. o GUILLERMO CICHELLO j FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
A esta primera temperación de la venganza (es sólo ojo por ojo), le siguió
una institución más benigna, si se quiere; según la cual la falta -en cambio
de ser vengada- debía ser resarcida, con el auxilio de un arbitraje predeter
minado que fijara un sistema de tarifas, un quantum 7; con .lo cual comien
za una distinción entre un derecho penal, en el que se paga con una pena
corporal -;::-el encierro del cuerpo, el supplicium de los romanos-, y uno ci
vil, en el que se salda monetariamente al ofendido -mediante un pago obli
gatorio o damnum- y en el que volvemos a encontrar el mismo problema
que dejamos en el primer capítulo, el problema del valor: con qué medir,
cómo cuantificar el resarcimiento de una falta, la satisfacción de una deu
da, la indemnización de un crimen. Pasamos así del ojo por ojo, mano por
' mano, a una compleja mediación en razón de la cual no se paga con el mis
mo bien agraviado, sino con un equivalente general de todos los bienes: el
dinero, que tiende a mitigar la violencia, el furor de la represalia 8•
7. "Si.un buey cornea a un esclavo o esclaya, se pagarán treinta siclos de plata al dueño
de ellos y el buey morirá apedreado" -establece el Código de la Alianza con Moisés
·
(Éxodo, 21:32).
8. En el derecho germánico encontrarnos varias nociones que intentan responder esta
controversia: desde la Blutrache, la "venganza de sangre': esto es, el derecho que tie
ne el ofendido a poner mano sobre el ofensor o su grupo; la Friedenslosigkeit, o "pér
dida de la paz", por medio de la cual se privaba al reo de la protección de la ley colec
tiva, abandonándoselo al poder del ofendido -algo parejo a lo que el derecho roma
no instituyó corno la "expulsión de la paz"-, hasta el Wergeld (literalmente "hombre
dinero") : una suma pagada al perjudicado para sustraerse de la venganza, que obra
ba corno satisfacción a la parte lesionada o a sus herederos; derivada de esta noción,
se podía pagar el Friedensgel o fredum, el "precio de la paz", por el cual el delincuente
hacía composición con el Estado y recuperaba su protección (cf. Sebastián Soler, De
recho Penal Argentino, pág. 81, ed. TEA).
96
y sólo por el empuje de una actividad económica floreciente que deman
da crédito, Enrique VIII -antecesor del trono y padre de Isabel I- lo au
toriza recién en 1571, a pesar de la repulsa general reservada a los agen
tes de esa actividad. La Venecia en la que transcurre la acción bien pue
de ser una metáfora ·del Londres de esa época: un puerto rebosante de ac- ·
tiVidad mercantil.
La presencia de judíos se toma económicamente necesaria y se los tole
ra con la condición de vivir marginados en minúsculos barrios insalubres,
denominados, desde 1516, guettos, y de llevar una indumentaria especial
que los identifique como tales (un sombrero cónico, un círculo amarillo o
una estrella de David en su camisa).
Ese es, a grandes trazos, el clima cultural de la obra, la atmósfera en
la que se moverán los personajes que Shakespeare pone en escena en El
mercader de Venecia.
El drama nos muestra al capitalismo aventurero del mercader real, An
tori.io; a su amigo Basanio -aspirante a la rica y hermosa Porcia, pero ca
rente de medios económicos para hacerle la corte- (ambos cristianos) y
al judío prestamista, Shylock, algo así como un representante del capita- ·
lismo financiero.
Sintetizo la trama que nos interesa seguir: Basanio necesita dinero para
cortejar a Porcia 9; como no lo tiene acude a su próspero amigo Antonio,
quien tiene toda su disponibilidad económica invertida en las tablas de
sus barcos mercantes; en consecuencia, se ven precisados a recurrir a los
oficios del judío Shylock. Humillado en razón de su raza y por desempe
ñar una tarea que ahora, sin embargo, se le requiere (Antonio lo trató de
perro callejero, lo afrentó, escupió su levita hebrea), Shylock establece las
condiciones del préstamo, en las que se dibujan los filos de una vengan
za con la que busca saciar su "antiguo odio". En este contexto establece
el famoso contrato : si los tres mil ducados requeridos no)e son devueltos
en el tiempo acordado, a manera de fianza, de garantía corporal, se reser
va el derecho de extraer una libra de carne, "lo más cerca del corazón" 10,
del fiador, Antonio.
Esta cuestión introduce la posible conmensurabilidad, la equivalencia
entre hombres y dinero. Shakespeare no inventa la salida shylockiana, sino
que recoge el tratamiento por el que se satisfacían las deudas o las faltas
9. Recuérdese que por el palacio de Porcia desfilan ricos príncipes de regiones recóndi
tas, que son sometidos a la prueba de los tres cofres -el que elige correctamente des
posa a Porcia-. Freud trabajó esa escena en diversos partes de su obra; El motivo de
la elección del cofrecillo es el texto específico, pero también en Psicopatología de la
vida cotidiana y en la conferencia sobre Los actos fallidos.
10. Acto cuarto, escena primera.
97
GUILLERMO CrCHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
en la antigüedad clásica: era legítimo tomar la vida del deudor ante la au
. senda de dinero.11
Como se ve, no es una idea novedosa, un invento de Shylock, sino un
medio posible de saldar las deudas o las ofensas. Por ejemplo, en el élere
cho romano para hacer cumplir, para ejecutar una decisión judicial que
había declarado que fulano debía pagarle a zutano cierta suma de dinero
que adeudaba, el acreedor podía aplicar una disposición legal -la manus
iniectio (echar mano a alguien)- que le permitía encadenar al deudor y
llevarlo a la plaza pública y, si no satisfacía la deuda -u otro lo hacía por
él-, tenía derecho a venderlo como esclavo o matarlo y su cuerpo repar
tirlo entre los acreedores, sin importar que alguien retirara un pedazo ma
yor que el proporcional a su crédito 12• Entonces : se pagaba la deuda con
dinero, o se pagaba con un pedazo de cuerpo, real y literalmente.
Esa es la situación planteada entre Shylock y Antonio, y aquí el prime
ro se mostrará intransigente. Los barcos de Antonio naufragan y con ellos
la posibilidad de pagar en el tiempo acordado. Shylock lleva el caso al tri
bunal de justicia; no quiere otra cosa que la ejecución de la famosa cláu
sula: rechaza todo pedido de misericordia, rechaza incluso el doble de la
suma prestada, que le es ofrecida ahora por Basanio (quien mientras tan
to, y gracias al dinero del crédito, ha devenido el rico esposo de Porcia) .
Sólo quiere su libra de carne, se muestra inflexible y, mientras afila su cu
chillo, rehúsa toda otra forma de satisfacción.
,
"¿Qué bien ves en eso?; -lo interroga Salerio, amigo de Antonio.
"Como cebo para los peces. Aunque no sirva para nada más, saciará mi
venganza" 13 -contesta Shylock-.
Esa pregunta sobre el sentido de su acción vuelve una y otra vez: lpor
qué quiere Shylock "la carne de Antonio antes que veinte veces el valor de
la suma que debía" 14 ? lPor qué no se trata de una "insignificante deuda" 15,
como ingenuamente piensa Porcia? l Cuál es la razón de su obstinación?
"Me preguntaréis por qué prefiero la carroña a recibir mis tres mil duca
dos. No contestaré eso. Pero digamos que es lo que me apetece ( . . . ) No
puedo daros yo una razón, ni lo haré; sólo diré que un cargado odio y una
11. Como reza la sentencia latina: "Expendere pcenas capite": "pagar con su cabeza la fal
ta cometida".
12. Alfredo Di Pietro y Ángel Enrique Lapieza Elli, Manual de Derecho Romano, pág.
112/173 -ed. Depalma-. ·
13. Acto tercero, escena primera.
14. Acto tercero, escena segunda.
15. lbid.
98
SEXTO CAP.ITuLO j EL DINERO EN LA TRANSFERENCIA II
segura aversión siento por Antonio, y por eso sigo contra él un ptoceso
1
del que yo también saldré perdedor'' 16.
Quizá una clave. nos la proporcione el lugar en el que Shylock queda fi
jado en la injuria de Antonio. Procederá, entonces, en función d� esa sig
nificación, como un "perro callejero". Esa injuria la repetirá. una fy mil ve
ces ("perro de mala raza" JJ; "me llamasteis perro sin que tuviera.S motivo,
pero ya que soy un perro, tened cuidado con mis colmillos" 18) , y ile devol
verá a Antonio los rastros de su propio mensaje: "La vileza que :µie ense
ñasteis yo la llevaré a cabo y será dura; quizá supere a mis maes1jros" 19•
Hasta aqw el dinero carece de valor corno instrumento de pago; Shylock
lo desestima corno tal; sólo quiere despedazar el cuerpo de su ofe:p.sor, con
la misma saña con la que fue tratado. La obra muestra los persona]es de un
modo paradojal; dilicilrnente se prestan a una reducción simplista del tipo
semitismo-antisemitismo o dualismos similares, sino que cada urio exhibe
los rasgos más aborrecibles o más nobles de la condición humana, de la ma
nera que sólo el genio. de aquel que llamamos Shakespeare pudo !hacerlo.
En el tribunal de justicia interviene Parcia -disfrazada de joven juris
consulto- quien analiza la expresión "una libra de carne"; autoriza la eje
cución de la cláusula, con la condición de que Shylock corte prei::isamen
te, ni más ni menos, una libra de carne exacta, y que en tal corte "no de
rrame una gota de sangre cristiana" -puesto que la letra del con!trato au
toriza la extracción de una libra de carne, sola,rnente-. En caso cbntrario,
si Sluylock realiza el corte en desmedro de la exactitud perderá �u vida, y
!
su patrimonio será confiscado por el Estado veneciano.
Shylock, finalmente, cede. ,
¿Qué introduce Parcia con su argumentación, con su ficción jurídica?
Un avance de lo simbólico por sobre la vengativa pasión imaginana20; bus
ca impedir que una deuda sea pagada con el despedazamiento del cuerpo
e instituye que entre la falta, la deud1l> la ofensa -por un lado-, y el cuerpo
-por otro- no hay conmensurabilidad, no hay medida común d valor. �
En esto debemos reconocer una :f@.J;:.i.ón � legislafu¡:a_del
---
dinero. Media-
-�-�---¡----· � ·- ···� · �----�
�·
99
GQ"1LLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
21. Cf. Beatriz Castillo, La función del dinero, en reV:ista Conjetural Nro. 26.
22. Psicopatología de la vida cotidiana, Tofuo VI, pág. 156, nota 43 -Amorrortu edito
res-.
100
SEXTO CAPITuLO 1 EL DINERO EN Lt\ TRANSFERENCIA Il
101
GUILLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
con él no se puede hablar -se queja- porque está contestando muy mal.
Además, como yo lo ayudo económicamente a pagar el tratamiento quie
ro saber cómo va . . . " Reiteré mi negativa. Este diálogo telefónico lo intro
.·
lugar del muerto en el juego del bridge; por qué interviene en la empre
sa aportando sus pagos (paga con palabras -mediante sus inteljpretacio
nes-, con su persona -la presta como soporte de los fenómenos transfe
renciales- y con un juicio sobre su propia acción28), por qué se niega a
consentir toda apetencia amorosa de sus pacientes. lQuién querría "gra
tuitamente': arbitrariamente, ocupar ese lugar que no parece siho impli-
car ;renuncias personales? i
Freúd aborda una respuesta por el sesgo del dinero: si acepta ocupar
1
i
� 23. J. Lacan, Tesis 3 de La agresiiJidad en psicoanálisis, en Escritos 1, Siglo $
editores.
24. Tomo XII, pág. 133 -Amorrortu editores. : ·
25. S. Freud, Puntualizaciones sobre el amor de transferencia. Tomo XII, pág.! 169. Amo-
·
rrortu Editores.
·
103
'" ,, G�!LLERMO CICHELLO 1 FUNCIÓN DEL DINERO EN PSICOANÁLISIS
-- - - -- ---------
CODA
Ji
)1
Hemos . intentado desplegar las consecuencias derivadas de conside-
Ir rar al dinero como aquel significante que porta el privilegio de ser el más
!; aniquilador de toda significación. No sólo porque· ániquila la significación
29. lCuándo una prostituta no cobra? Cuando lo hace por amor. De lo contrario, la apa
rición del dinero tras la relación sexual aniquila de un plumazo cualquier ilusión acer
ca de intensidades amorosas.
104
SEXTO CAPITuLO 1 EL DINERO EN LA TRANSFERENCIA Il
105
Esta obra se terminó de imprimir durante marzo de 2010
en los Talleres Gráficos ''Planeta Offset", Saavedra 565,
Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
GUILLERMO CICHELLO
[ . . . ] Según pasen los años, este breve libro habrá tenido -entre sus
muchos méritos- el de que algunos psicoanalistas argentinos abran por
fin El Capital.
Existen también en el Sur muchos admiradores de Lacan que pueden
repetir el credo de los cuatro discursos, y creen poder ilustramos sobre el
discurso del capital sin haberse molestado en leer un poco a Marx; y habrá
algunos incluso que teman que tal cosa los vaya a volver comunistas !
1
9 789506 492762