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COLEGIO DE LA PRESENTACIÓN DE FÁTIMA

“EN COMUNIDAD CRECER COMO PERSONAS HACIA LA


PLENITUD DE CRISTO PARA EL SERVICIO DE LOS DEMAS”

ENSAYO FILOSÓFICO

¿Y LA FELICIDAD QUÉ?

KAREN NATHALIA ALVAREZ ARDILA

10-A

BOGOTÁ D.C

2015
¿Y LA FELICIDAD QUÉ?

Una incógnita muy común entre los seres humanos es “¿Qué es la


felicidad?”, tal vez muchos vean esta pregunta como la más
importante de la existencia del ser humano y así mismo una de las
más difíciles de resolver, tal vez el inconveniente no radique en cómo
conseguirlo sino la definición como tal. Entonces, ¿Qué es la felicidad?
Las personas a veces llegan a darle un concepto a la felicidad
dependiendo de la edad, la comunidad o cultura a la que pertenezcan,
incluso teniendo en cuenta las creencias.

En algunas culturas la felicidad es vista como el objetivo final de todo,


pero en otras creen que la felicidad trae consecuencias negativas.
Podemos entender esto como que para algunas personas la felicidad
no tiene un valor supremo como para otras sí. Según estudios se pudo
evidenciar que en las culturas occidentales la felicidad tiene un valor
mucho más mayor que para las orientales, estas últimas suelen tener
conflicto entre tradición y la búsqueda de valores personales, donde se
encontraría la felicidad; podemos decir que existe esta diferencia ya
que en las culturas occidentales se trata de erradicar al máximo la
tristeza llevando esto al estudio de la felicidad y todos sus medios de
alcance mientras que en las culturas orientales se trata de mantener la
tradición pero de cierta manera ellos podrían encontrar su felicidad en
eso.

Otro modo de definir la felicidad es teniendo en cuenta las edades, así


como se va aumentando de edad, se van cambiando los ideales que
se tienen acerca de la felicidad, entre más joven sea, va haber menos
experiencia y por lo tanto menos conocimiento por lo que se
encontrará la felicidad en pocas cosas, pero cuando se tiene más
edad, se tendrá mayor experiencia y conocimiento lo que hará más
amplio el concepto de felicidad y por consecuente esta se encontrará
en una mayor variedad de cosas.

Por otra parte está la religión, Platón reconoce que no se puede ser
feliz sin ver la obra de Dios en el mundo, muchas religiones predican
que sin una creencia –preferiblemente la suya- no se puede ser feliz.
Pero remontándonos a los inicios de la humanidad nos damos cuenta
que el ser humano puesto que necesitaba buscar una explicación a su
origen y el origen de todo lo que lo rodeaba empezó a crear mitos
alrededor de esto donde muchas religiones se empezaron a
desarrollar -aunque esto no haya sido probado-, según mi opinión la
religión es un apoyo moral que tiene el ser humano, así sea verdad o
no , es cuestión de fe, pero la religión para mí no es un agente
fundamental en la búsqueda de la felicidad simplemente porque puedo
estar basando mi felicidad en algo tanto real como irreal y así mismo
esta podrá ser tanto real como no real, lo que la haría débil.

Aunque parezca a simple vista un concepto muy fácil de explicar y de


entender, es un tema muy complicado y subjetivo. La felicidad siempre
la relacionamos con un estado o con una sensación y si nos remitimos
a la relación que guardan estas dos palabras nos daremos cuenta que
pueden cambiar constantemente entonces, ¿es posible llegar a la
felicidad completa?

Según la filosofía, la felicidad es uno de los objetivos principales al que


tiende llegar el ser humano como ser racional. “La parte mejor del
hombre es la razón o como quiera que llamemos a aquella parte de
nosotros que por naturaleza parece ser la más excelente y principal, y
poseer la intelección de las cosas bellas y divinas; pues la razón es o
algo divino o, ciertamente, lo más divino que hay en nosotros. Por
tanto, su actividad -según la capacidad que le es propia, será la
felicidad completa.” Esta es una de las frases pertenecientes a la obra
de Aristóteles, la cual se opone mucho a la de Platón la cual expone
que “La felicidad, esa sensación de plenitud, paz y serenidad que nos
llena de alegría interior, y nos permite disfrutar de la vida, parece ser
una quimera inalcanzable para la mayoría de la gente.”, mientras uno
encuentra la felicidad en el constante movimiento, el otro reconoce la
falta de movimiento como una vía de alcance a la felicidad, bastante
opuestos.
Pero mirando desde una perspectiva un poco más cercana y parecida
a la de nuestros días podemos encontrar filósofos que también
dedicaron una parte de su obra a la felicidad, como es el caso de José
Ortega y Gasset, quien fue un filósofo español contemporáneo que se
interesó por el tema de la felicidad y su conclusión fue: “Si nos
preguntamos en qué consiste ese estado ideal de espíritu denominado
felicidad, hallamos fácilmente una primera respuesta: la felicidad
consiste en encontrar algo que nos satisfaga completamente. Mas, en
rigor, esta respuesta no hace sino plantearnos en qué consiste ese
estado subjetivo de plena satisfacción. Por otra, qué condiciones
objetivas habrá de tener algo para conseguir satisfacernos.”; para este
filósofo la felicidad puede ser producida cuando coincide lo que según
él es “nuestra vida proyectada”, que es lo que queremos ser, con
“nuestra vida efectiva” que sería lo que somos en realidad.

Esto lo podemos relacionar con el momento que próximamente vamos


a vivir, la decisión de estudiar algo en lo que nos vamos a desempeñar
por el resto de nuestras vidas, cuando nos estamos refiriendo a
felicidad estamos hablando de un grupo de elementos que garantizan
un sentimiento de satisfacción.

Seguramente muchos de nosotros deseamos llegar a ser algo y muy


probablemente algunas personas inconscientemente se encargan de
erradicar ese deseo simplemente por la falta de oportunidades que
han llegado a ver y muy factiblemente en un futuro próximo llegamos a
ser personas que en un principio no queríamos ser, finalmente
llegamos a un estado en el cual la sociedad nos convenció de que
queríamos estar allí y cuando nos damos cuenta somos seres infelices
a causa de que esa “vida proyectada” con esa “vida efectiva” no
coincidió.

Todo esto nos lleva a cuestionarnos si en realidad estamos buscando


la felicidad en el lugar correcto, como San Agustín decía “la verdad
reside en el interior del hombre”, lo único de lo que nos debemos
encargar es de encontrar esa forma de buscar esa verdad.
Actualmente es muy probable que muchos de nosotros encontremos
la felicidad en cosas, artefactos u objetos, somos demasiado
materialistas y superficiales, debemos darnos cuenta que algún día
estos artefactos se acabaran y así mismo la felicidad se acabará con
ellos.

De igual manera muchos de nosotros buscamos felicidad en


momentos, en experiencias que serán momentáneos, que no los
veremos venir cuando ya habrán pasado.

Pienso que la felicidad no es material, es mucho más que eso,


tampoco creo que sea algo que se pueda llegar a reconocer por los
sentidos, así como las personas se equivocan, los sentidos pueden
fallar, muy probablemente los sentidos sean un puente o un medio
para que aquello que produce felicidad se transmita, pero la verdadera
felicidad es una sensación, una sensación que así como puede ser
producida por el interior de la persona, puede ser producida gracias al
exterior y ahí es donde actúan los sentidos como anteriormente lo
nombré, pero en realidad todo vuelve a llegar al interior del ser.

En conclusión, pienso que el hombre siempre ha tenido la felicidad


(aunque no completa) a su alcance pero simplemente trata de
buscarla en lugares incorrectos, descubriendo y creando cosas para
garantizar satisfacción como es el caso de los artefactos tecnológicos
que solo nos llevaran a momentos temporales de felicidad, que ni
siquiera los notamos pasar, tal vez algunas de esas creaciones o
descubrimientos si hayan servido para acercar al hombre a la felicidad,
como es el caso de la literatura, la música o el arte en sí y otros
medios de expresión o placeres, pensaría, propios del ser humano,
una teoría un poco hedonista; pero básicamente creo que la felicidad
radica en el ser, pienso que seremos realmente felices si llegamos a
ser lo que en realidad queremos ser.

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