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EL ROL DEL
PSICÓLOGO
DENTRO DEL
SISTEMA JUDICIAL
IMPARTEN:
1. INTRODUCCIÓN
2. DESARROLLO HISTÓRICO
A. EVOLUCIÓN INTERNACIONAL
B. DESARROLLO EN ESPAÑA
3. CONCEPTOS Y FUNDAMENTOS
A. CONDUCENCIA
4. RESUMEN
1. INTRODUCCIÓN
Esta diversidad en su terminología denota tanto una cierta ambivalencia, como una
gama de posibilidades de desarrollo. Hoy día el término más utilizado y extendido es el de
Psicología Jurídica, aunque la denominación de Psicología Forense es muy empleada en
la bibliografía.
"El estudio del comportamiento de las personas y de los grupos, en cuanto tienen la necesidad de
desenvolverse dentro de ambientes regulados jurídicamente, así como la evolución de dichas regulaciones
jurídicas o leyes en cuanto que los grupos sociales se desenvuelven en ellos” (Clemente, M.; 1997.).
Se puede decir que gran parte de su fundamento se basa en la Psicología Social, cuyo
discurso supone la articulación de lo psicológico y lo sociológico, es el ámbito desde donde
quizás mejor se puedan explicar algunos de los problemas propuestos.
Pero también podemos establecer un elemento diferenciador con el resto de campos
aplicados de la Psicología, y es la confluencia existente en su seno entre dos marcos bien
diferenciados:
• El marco jurídico: este incluye la Ley, la teoría legal y los diferentes procedimientos
judiciales.
• El marco psicológico: este incluye teorías clínicas y sociales, la práctica psicológica y
aspectos éticos.
2. DESARROLLO HISTÓRICO
En la primera, desde comienzos del siglo hasta los años 30, destacan los trabajos
pioneros de Stern, Binet y Münsterberg sobre los procesos psicológicos del testimonio.
Münsterberg, en su libro On the Witness Stand, de 1907, propuso la utilización de un Test de
Asociación de Palabras que ayudará a establecer la culpabilidad o no de los acusados, lo que le
valió durísimos ataques entre los juristas.
Hay un hecho clave ocurrido en Estados Unidos en 1962: el caso Jenkins versus
EEUU. El testimonio sobre la enfermedad mental esquizofrénica de un sujeto inculpado,
elaborado por tres psicólogos peritos, fue rechazado en primera instancia por los
Tribunales. Junto a ella la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) elevó su protesta en forma
y su oposición a la admisión del psicólogo como perito. En el recurso de casación se
admitió la pericia psicológica que se comprobó acertada. Desde ese momento el rechazo
del psicólogo como experto en su campo de especialización es considerado como un error.
B. Desarrollo en España
Las primeras anotaciones aparecen con la Ley de Sanidad de 1885, la cual crea el
cuerpo llamado “Facultativos Forenses” y que es desarrollado y reorganizado por el
decreto-Ley de 1891 creando tres secciones: Sección de Medicina y Cirugía; Sección de
Toxicología y Psicología, y la Sección de Medicina Mental y Antropología.
Dentro de las dos últimas secciones es donde podemos situar a autores como el Dr.
Esquerdo y el Dr. Maestro, discípulos y/o contemporáneos de Lombroso y Mandsley. Sus
trabajos fueron conocidos por la opinión pública por su implicación en peritajes de
famosos criminales de su época.
Otro hecho histórico digno de mención no aparece hasta 1932 cuando Emilio Mira y
López publica el "Manual de Psicología Jurídica" donde esboza lo que él intuye que puede ser
el futuro de la Psicología en esta área.
Pero hasta la década de los 70 no aparecen los dos primeros precursores de esta
área. Por una parte la denominada Escuela de Barcelona de Psicología Jurídica, donde los trabajos
de Ramón Bayés, Muñoz Sabaté y Munné Matamala (1980), que con su recopilación de trabajos
aparecidos en años anteriores, bajo el epígrafe de Introducción a la Psicología Jurídica,
influyeron notablemente en los psicólogos forenses del momento.
3. CONCEPTOS Y FUNDAMENTOS
Derecho: Conjunto de leyes, preceptos y reglas a que están sometidos los hombres en su vida
social. Ciencia que estudia las leyes y su aplicación.
Psicología: Ciencia que estudia el comportamiento humano en el más vasto sentido, abarca
todas las actividades, sentimientos y razones de las personas.
Definidos en dos líneas Derecho y Psicología, resulta cierto que el hecho de ser
persona conlleva poseer bienes jurídicos. Así lo ratifican la Constitución Española en su
artículo 10º: "La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, y el libre
desarrollo de la personalidad", y la declaración Universal de los Derechos Humanos en su
artículo 62: "Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad
jurídica".
La Psicología y el Derecho tienen en común su objeto de intervención, que no es
otro que la conducta de la persona, por ende son ciencias humanas y sociales. Es manifiesto
que fueron los cambios especiales los que impulsaron modificaciones políticas que
cristalizaron en el Derecho.
Los dos entienden que la estabilidad y el bienestar social tienden a ser alcanzados en
cuanto es mayor la adaptación de cada persona; pero no olvidan que el flujo de esta
vehiculación es en ambos sentidos, y, por esto, consideran la intervención ecológica, grupal
y de entorno para entender la decisión individual.
Como dice el autor citado, "el Derecho es algo multidimensional y omnipresente. El caso más
insospechado puede presentar algún problema de prueba susceptible de ser tratado con métodos psicológicos”.
Por ello, los juristas han de conocer los avances de la Psicología y sus aportaciones,
para optimizar la comprensión de los hechos delictivos, las etiologías, motivaciones y
refuerzos que los sostienen; para apreciar el valor testifical de un testigo; para captar los
detalles del informe psicológico que le eleva el perito.
La Psicología ha de aportar conocimientos a quien incide en la práctica judicial
(jueces, fiscales, abogados, policías, etc.), participando en la elección de los mismos,
mejorando su clima laboral, analizando su rol, etc.
Muñoz Conde diferenció una Psicología del Derecho, que explica la esencia jurídica, de
la Psicología en el Derecho, que se refiere al hecho de que las leyes están impregnadas de
comportamientos psicológicos. Y, además, la Psicología para el Derecho, que supone la
intervención del experto asesorando al juez.
A. La Conducencia
La finalidad del Derecho debe ser considerada como la de facilitar que los hombres de una
sociedad concreta -en el espacio y en el tiempo- se comporten de una manera e impedir o
dificultar que se comporten de otra. Si el derecho cumple esta misión facilitadora, resultará
un derecho conducente.
Conducencia significa la aptitud de una norma jurídica para provocar una reacción de
cumplimiento en los sujetos destinatarios de la misma. El grado de esta aptitud, que podría medirse
por la frecuencia de dicho cumplimiento, depende de la adecuación de la norma a las leyes
científico-naturales de la conducta.
1.- La conducta puede consistir en movimientos del cuerpo, expresiones faciales, lenguaje escrito o
hablado, y respuestas fisiológicas. El derecho suele pasar por alto y sobrentender, cuando
no menospreciar, esta visión elemental y molecular de la conducta. Sin embargo, y
como señala el jurista Joaquín Costa, la primera actividad que interesa al derecho y
que obliga a dirigir nuestro estudio por "senderos distintos de los trillados hasta
aquí en la ciencia jurídica" es una actividad física o anímico-corporal.
2.- Una unidad de conducta puede abarcar muchos actos sucesivos. Esto viene a ser una
consecuencia de lo dicho anteriormente, pero si allí el análisis era vertical o en
profundidad, aquí la descomposición de la conducta debe hacerse en forma
longitudinal. Hemos podido experimentar que este tipo de análisis brinda
incuestionablemente ventajas para el tratamiento semiótico de la prueba, pues
facilita enormemente la búsqueda de signos o indicios.
3.- Lo que diferencia a las unidades de conducta es que pueden ser observadas, registradas y
descrita en forma objetiva y fiable, por personas diferentes. En el campo del derecho esto
debería significar, por ejemplo, que el estándar jurídico "buen padre de familia"
podría ser capaz de interpretación coincidente por cualquier juez o tribunal que lo
aplicase.
4.- Es conveniente huir de etiquetas como "inmaduro", "buena fe", "honradez", etc. Pues
apenas nos dicen nada sobre la conducta real del individuo. La conducta, por si misma,
es neutral, y no admite juicios de valor.
5.- Los acontecimientos del entorno generan y mantienen la conducta. Todas las conductas
tienen lugar en un contexto ambiental, en el cual hay estímulos y sucesos que
preceden y siguen a la conducta.
6.- La conducta cambia como resultado de las consecuencias generadas por ella en
el ambiente y que siguen a la misma. Es decir, si bien la conducta de cualquier
persona tiende a producir efectos sobre el ambiente, los efectos producidos en el
ambiente, a su vez, pueden determinar la frecuencia o intensidad de la conducta. A
tales efectos o consecuencias se les denomina reforzadores o refuerzos.
Dentro del área del derecho se suele tener una especial propensión a hablar del castigo
como el principal refuerzo jurídico, por supuesto de carácter aversivo.
7.- Lo que llamamos personalidad del sujeto operante constituye también un estimulo variable
aunque se trata de la menos independiente o manejable, ya que la personalidad es algo que no se
puede alterar en cada momento o para algún fin determinado. La personalidad tampoco es algo
simple, unitario y estático, sino que se halla integrada por una serie de rasgos.
4. RESUMEN