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es una proteína del sistema sanguíneo que se encarga de transportar oxígeno desde los
pulmones, a todos los tejidos del organismo y sobre al sistema respiratorio, además, regula el
ph de la sangre y recauda el dióxido de carbono para enviarlo a los pulmones. Forma parte de
los glóbulos rojos, y es quien se encarga de pigmentar las células y darle el color a los glóbulos
rojos.
Esta proteína nace en la médula ósea. Forma parte de los eritocritos, de los cuales cada uno
debe tener aproximadamente 32 picrogramos de hemoglobina. Existen 3 tipos de
hemoglobina:
Tipo de
Glóbulos rojos
célula
Clase Proteína
Nombre
Glob (globo o célula sanguínea) y ina (sustancia)
en latín
Nombre
Hemoglobin
en inglés
Valores
Entre 13,8 y 17.2 g/dl en hombres; 12.1 a 15,1 g/dl en mujeres
normales
¿Qué función tienen?
La hemoglobina es una importante proteína que habita en el sistema
sanguíneo. Su función principal es llevar el oxígeno y el dióxido de
carbono a los tejidos, los pulmones y el sistema respiratorio. Se encarga
de darle el color rojo a la sangre, dependiendo de dicho color, podemos
reconocer problemas de salud derivados de los niveles de
hemoglobina.
Valores recomendados
Los valores recomendados tras realizar un análisis de sangre, son los
siguientes:
Valores
Anemia
Qué es
La anemia es una afección por la cual la cifra de hemoglobina está
disminuida en los glóbulos rojos. Estos glóbulos son los que se
encargan de suministrar el oxígeno a los tejidos. Esta hemoglobina es
la proteína rica en hierro que le da a la sangre el color rojo y al mismo
tiempo permite a los glóbulos rojos transportar el oxígeno de los pulmones
al resto del cuerpo.
Causas
Existen tres causas principales de la anemia:
Pérdida de sangre (hemorragia).
Falta de producción de glóbulos rojos.
Mayor velocidad de destrucción de los glóbulos rojos.
Estas causas pueden ser consecuencia de varias enfermedades,
problemas de salud o factores de otro tipo: en el caso de la pérdida de
sangre, puede estar causada también por la disminución de las plaquetas
o de algún factor de coagulación; la falta de producción de glóbulos rojos
puede venir motivada por una enfermedad crónica o renal y, en el caso de
la destrucción rápida de estos glóbulos, la causa puede ser, entre otras,
una esferocitosis hereditaria, enfermedad en la cual los glóbulos rojos
son demasiado frágiles debido a un problema genético en una proteína de
su estructura.
Aunque los glóbulos rojos se producen en varias partes del cuerpo, la
mayor parte de su producción la lleva a cabo la medula ósea, tejido
blanco que se encuentra en el centro de algunos huesos y que genera las
células sanguíneas.
Los glóbulos rojos que se consideran sanos duran entre 90 y 120 días,
periodo después del cual algunas partes del cuerpo se encargan de
eliminar las células sanguíneas. La eritropoyetina es
la hormona producida en los riñones que se encarga de dar la señal a la
medula ósea para que produzca más glóbulos rojos.
El cuerpo necesita vitaminas, minerales y nutrientes como el hierro, la
vitamina B12 o el ácido fólico para producir glóbulos rojos. La falta de
ellos viene motivada por cambios en el estómago o los intestinos en
el proceso de absorción de los nutrientes (celiaquía, por ejemplo),
alimentación insuficiente, pérdida lenta de sangre o una cirugía en la que
se extirpe parte del estómago o los intestinos.
Las posibles causas de anemia también pueden ser:
Determinados medicamentos: En algunos casos, un medicamento
puede hacer que el sistema inmunitario crea erróneamente que los
glóbulos rojos son agentes extraños y peligrosos. El cuerpo responde
creando anticuerpos para atacar a sus propios glóbulos rojos. Dichos
anticuerpos se adhieren a estos glóbulos rojos y hacen que se destruyan
demasiado temprano. Los fármacos que pueden causar anemia son
las cefalosporinas(un tipo de antibióticos), la penicilina y sus derivados,
algunos antiinflamatorios no esteroideos o la quinidina.
Desaparición de los glóbulos rojos antes de lo habitual, consecuencia que
se suele producir por problemas en el sistema inmunitario.
Síntomas
Síntomas comunes de la anemia:
Fatiga.
Falta de energía.
Debilidad.
Dificultad al respirar.
Mareos.
Palpitaciones.
Palidez.
Síntomas de la anemia severa:
Dolor de pecho.
Angina de pecho.
Infarto de miocardio.
Signos que pueden indicar que el paciente tiene anemia:
Cambios en el color de la piel.
Presión arterial baja.
Respiración acelerada.
Piel fría y pálida.
Si la anemia se debe a una disminución de los glóbulos rojos: ictericia
(hace que la piel y las partes blancas se pongan amarillas).
Soplo cardiaco.
Prevención
Para prevenir episodios de ciertos tipos de anemia, especialmente los que
se deben a la carencia de hierro y vitaminas, se pueden llevar a
cabo cambios en la alimentación o recurrir a los suplementos
alimenticios.
Tipos
Anemia por deficiencia de B12: causada por una bajada del número de
glóbulos rojos debido a una falta de esta vitamina.
Diagnóstico
Los médicos diagnostican la anemia en función a los antecedentes
médicos y familiares del paciente, el examen médico y los resultados de
pruebas y procedimientos.
Antecedentes médicos y familiares: el medico preguntará al paciente si
tiene algún signo o síntoma de la anemia. Además, consultará si ha tenido
alguna enfermedad o problema de salud que pueda causar dicha
afección. El paciente deberá informar de las medicinas que toma, el tipo
de alimentación que sigue y si alguno de sus familiares tiene anemia o
antecedentes de dicha enfermedad.
Tratamientos
El tratamiento de la anemia depende del tipo, la causa y la gravedad de la
enfermedad. Los tratamientos pueden consistir en cambios en la
alimentación, la administración de suplementos nutricionales, medicinas o
intervenciones quirúrgicas para hacer frente a la pérdida de sangre.
Cambios en la alimentación o suplementos adicionales: aumentar el
consumo de hierro (a través de alimentos como las espinacas u
hortalizas similares, lentejas, garbanzos, frutos secas o cereales y
pan), de vitamina B12 (presente en los huevos, carnes y pescados), de
ácido fólico (gracias al pan, la pasta, las judías o los plátanos) o
de vitamina C (que se encuentra en los kiwis, las fresas o el melón).
Otros datos
Posibles complicaciones
En casos de anemias graves, los pacientes tendrán problemas para que
su organismo transporte la cantidad de oxígeno necesaria para que todos
los procesos se realicen de forma habitual y, por tanto, el paciente puede
llegar a sufrir un infarto.
En el caso de las mujeres embarazadas, si la anemia ha estado presente
durante la gestación, en algunos casos los niños pueden nacer con
peso bajo y más pequeños.
Por último, si se producen hemorragias muy fuertes que no están
controladas, el paciente puede llegar a morir.
Hemograma
En nuestra sangre circulan tres tipos básicos de células, todas producidas en la médula
ósea. Son estas las células que estudiamos a través del hemograma:
ERITROGRAMA
El eritrograma es la primera parte del hemograma. Es el estudio de los glóbulos
rojos, o sea, de los hematíes, también llamados de eritrocitos.
Ver el ejemplo ficticio abajo. Recuérdese que los valores de referencia pueden
variar entre los laboratorios.
Los tres primeros
datos, cuantificación de hematíes, hemoglobina y hematocrito, son analizados en
conjunto. Cuando están reducidos, indican anemia, esto es, bajo número de glóbulos
rojos en la sangre. Cuando están elevados, indican policitemia, que es el exceso de
hematíes circulantes.
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Dicho dato ayuda a diferenciar los varios tipos de anemia. Por ejemplo, anemias
por carencia de ácido fólico se presentan con hematíes grandes, mientras que
anemias por falta de hierro se presentan con hematíes pequeños. Existen también
las anemias con hematíes de tamaño normal.
Así como el VCM, la HCM y la CHCM también se usan para diferenciar varios
tipos de anemia.
LEUCOGRAMA
El leucograma es la parte del hemograma que evalúa los leucocitos. Estos son
también conocidos como serie blanca o glóbulos blancos. Son las células de
defensa responsables por combatir agentes invasores.
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El valor normal de los leucocitos varía entre 4000 y 11000 células por ml.
Existen cinco tipos de leucocitos, cada uno con sus particularidades, a saber:
Neutrófilos
Segmentados y bandas
Por otro lado, los neutrófilos segmentados son los neutrófilos maduros. Cuando
el paciente no está enfermo o ya está en fase final de enfermedad, prácticamente
todos los neutrófilos que circulan en la sangre son segmentados, es decir, células
maduras.
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Linfocitos
Los linfocitos son el segundo tipo más común de los glóbulos blancos.
Representan entre el 15% al 45% de los leucocitos en la sangre.
Los linfocitos son las principales líneas de defensa contra las infecciones por
virus y contra el surgimiento de tumores. Son ellos también los responsables por
la producción de los anticuerpos.
Cuando tenemos un proceso viral en curso, es común que el número de
linfocitos aumente, a veces sobrepasando el número de neutrófilos y tornándose
el tipo de leucocito más presente en la circulación.
Los linfocitos son las células que hacen el reconocimiento de los organismos
extraños, iniciando el proceso de activación del sistema inmunológico. Los
linfocitos son, por ejemplo, las células que inician el proceso de rechazo en los
transplantes de los órganos.
Los linfocitos también son las células atacadas por el virus VIH. Este es uno de
los motivos por el cual el SIDA causa inmunodeficiencia y causa cuadros de
infecciones oportunistas.
Monocitos
Eosinófilos
Los eosinófilos son los leucocitos responsables por el combate de parásitos y por
el mecanismo de la alergia. Apenas entre del 1% y el 5% de los leucocitos
circulantes son eosinófilos.
Conclusión
Grandes elevaciones pueden ocurrir en las leucemias, que no es otra cosa que el
cáncer de los leucocitos. Mientras procesos infecciosos pueden elevar los
leucocitos hasta 20.000-30.000 células/ml, en la leucemia estos valores
sobrepasan fácilmente los 50.000 cel/ml.
PLAQUETAS
Las plaquetas son las células responsables por el inicio del proceso de
coagulación. Cuando un tejido de cualquier vaso sanguíneo es lesionado, el
organismo rápidamente encamina las plaquetas al lugar de la lesión. Las
plaquetas se agrupan y forman un trombo, una especie de corcho o tapón, que
inmediatamente estanca el sangramiento. Gracias a la acción de las plaquetas, el
organismo tiene tiempo de reparar los tejidos lesionados sin que haya mucha
pérdida de sangre.
El valor normal de las plaquetas varía entre 150.000 a 450.000 por microlitro
(uL). No obstante, hasta valores próximos a 50.000, el organismo no presenta
dificultades en iniciar la coagulación.
Cuando los valores se encuentran debajo de las 10.000 plaquetas/uL hay riesgo
de muerte, una vez que puede haber sangramientos espontáneos.
Consideraciones finales
Si las mediciones de estas tres áreas son menores que lo normal, tienes
anemia. La anemia causa fatiga y debilidad. La anemia tiene muchas
causas, tales como valores bajos de ciertas vitaminas o de hierro, pérdida
de sangre o una enfermedad no diagnosticada.