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Rosalén C, Marisa*
5. Una vez que se han identificado las metas, que no deben ser muy
numerosas si el cliente aún no está familiarizado con el proceso (a veces habrá
que centrarse solamente en una o dos), y medida que se vaya incrementando
el número de ellas, es muy útil llevar un registro por escrito y tenerlo al alcance
para recordarlas y visualizarlas. ¡Las cosas han de ser soñadas y recreadas en
la mente antes de hacerlas realidad! Así que hay que procurar que la
descripción de la meta se haga clara, vívida y detalladamente, para producir
una imagen potente en el subconsciente. También es recomendable que el
cliente use algún cuadernillo donde anote además del registro de metas, las
estrategias de consecución de metas y los progresos de metas, basándose claro
está, en datos diarios o semanales. Así mismo, puede hacerse necesario que el
coach aporte al cliente formación básica sobre el proceso de establecimiento de
metas.
6. Planificación. El proceso estratégico y de planificación comienza en el mismo
momento en que se define el objetivo, por ello, el coach debe dar tiempo al
coachee para reflexionar. Si cliente y coach quieren ser eficaces en este
proceso de establecimiento de objetivos deben invertir un tiempo considerable
en la planificación, detectando necesidades, evaluando las capacidades del
sujeto y sus prioridades, estableciendo no solo las metas y submetas sino
también la estrategia para la consecución de las metas, las formas en que
pueden lograrse, es decir, las acciones y conductas concretas a realizar,
además de los criterios de evaluación, sin los cuales el proceso no sería eficaz.