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Jesús, el Exaltados___________________

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Estructura del Contenido:
1:1-2………………………………………..……….………….Prescripto
1:3-8…………..…………………………….…...…….……..…..Proemio
I. El señorío de Cristo sobre el mundo: 1:9-2:23:
1:9-11……...…..….……….Petición en pro del conocimiento de Dios
1:12-20……………….………..Cristo, Creador y Salvador del mundo
1:21-23………………...Exhortación a mantenerse en este evangelio
1:24-2:5..El Apóstol como servidor del evangelio y de la comunidad
2:6-23………………………...………Advertencia frente a los herejes:
a) La exclusividad del señorío de Cristo: 2:6-15
b) La libertad frente a las «prescripciones»: 2:16-23
II. Parénesis: 3:1-4:6:
3:1-4………………………………………Fundamento de la parenesis
3:5-17……………………………………………………….Parte general
3:18-4:1………………………………Cuadros de deberes domésticos
4:2-6……………………………………………….Exhortaciones finales
III. Final de la carta: 4:7-18:
4:7-9………………………………………….Notificaciones personales
4:10-17……………………………………………...Saludos y encargos
4:18…………………………………………………….Saludo autógrafo

Teniendo un amplio contexto, en base a lo establecido por la Estructura


del Contenido de la Carta a los Colosenses, ahora debemos delimitar
nuestro estudio, el cual está concretado por 1:15-20. Pero, y antes de
proseguir, es honesto explicar cómo se ha estado en la investigación
neotestamentaria en los últimos tres siglos, tomando en consideración
todo este extracto de la Carta a los Colosenses.

1
___________________Oscar R. Williams.
Col. 1:15-20 ¿Un Himno Cristológico?

El aporte de uno de los teólogos en el área del Nuevo Testamento y más


sobresaliente de este siglo y finales del pasado, sería muy significativo
aquí: «Un elemento clave en la presentación de Cristo en Colosenses es
el texto poético que describe su papel en la creación y reconciliación,
pasaje comúnmente considerado como un himno. Esta composición ha
sido objeto de una extensa bibliografía, la mayor parte de ella en [la
teología y exégesis] alemana» [cursiva añadida].1 Estaríamos muy claros,
en el hecho de que por ser muy extenso el tema debemos demarcarlo en
este escrito, por lo tanto, lo que daremos es un breve esbozo, y esto, sólo
para familiarizarnos:
Muchos piensan que el autor de la carta utiliza un himno ya
existente conocido por los colosenses y quizá por toda la
región evangelizada desde Éfeso. El autor de Col, que halló
ideas en él que le eran útiles para corregir la falsa doctrina, lo
perfiló haciéndole correcciones menores.
Se debate cuál es la estructura del himno. Si dejamos
aparte las hipótesis que reordenan los versículos hasta formar
un perfecto equilibrio, las divisiones propuestas del texto que
tenemos son entre otras: 1) tres estrofas (vv. 15-16: creación;
17-18a: conservación; 18b-20: redención; 2) dos estrofas de
desigual longitud (15-18a: creación; 18b-20: reconciliación); o
3) dos estrofas de aproximadamente la misma longitud (15-16
y 18b-20) separadas por un estribillo.2

Cito a continuación la correspondencia entre Plinio el joven y Trajano el


Emperador. En medio de la persecución romana hacia los cristianos al
principio del siglo II., el joven Plinio les da unas indicaciones al
Emperador de lo que hacían los cristianos, en lo que hoy por hoy,
llamaríamos culto: Tenían «el hábito de reunirse en cierto día, antes de
que hubiera luz, cuando ellos cantaban en versos alternados un himno a
Cristo, como si fuera un dios, y se comprometían por un solemne
juramento, a no hacer nada malo, a no cometer nunca ningún fraude,
robo o adulterio, a nunca faltar a su palabra, nunca negar una promesa
cuando se les pidiera que la llevaran a cabo; después de lo cual

1
Raymond E. Brown. Introducción al Nuevo Testamento, II. Cartas y otros escritos. Biblioteca de
Ciencias Bíblicas y Orientales, dirigida por Julio Trebolle Barrera (Madrid: Editorial Trotta, 2002),
p. 781.
2
Ibíd., p. 782.

2
Jesús, el Exaltados___________________
acostumbraban separarse, y se volvían a reunir para compartir los
alimentos —pero comida de tipo sencillo—[Cursiva añadida].»3

Nosotros como Adventistas del Séptimo Día, no tenemos ningún


problema en aceptar que el texto bajo estudio es un Himno [de hecho las
pruebas son irrefutables], en lo que no estamos de acuerdo es que se
arrincone4 la Cristología en ella expuesta, para solo hablar del Himno
desde la perspectiva de la Alta Critica.
A todo lo expuesto, debemos medir el grado tan elevado del
paralelismo de esta cristología, la cual está centrada en la primogenitura
del Cristo Exaltado.

Cristo, el Exaltado

Ciertamente, Dios nos «ha librado de la potestad de las tinieblas, y


trasladado al reino de su amado Hijo» 1:13, pero ahora, el Apóstol Pablo,
nos traslada desde el Padre, a su Cristo, el Exaltado. Desde el v. 13 el
foco de atención cambia del Padre hacia el Hijo. Así, en el v. 14 aparece
el pronombre relativo «en quien» que se conecta con «Hijo» en el v. 13b.
También en el v. 15 encontramos otro pronombre relativo «El», y luego
en el v. 18 otro «El»; todos se conectan con «Hijo» del v. 13b. La
importancia del cambio de enfoque simplemente es para exaltar a Cristo,
colocarlo tal como es en la actualidad cristológica del Apóstol.
Cristo es el Exaltado por los siguientes motivos:

[1] Como primer motivo, nos encontramos con un predicado, en el


cual, Cristo aparece como la «imagen del Dios invisible» (15a). Parece
que este predicado está relacionado con la cuestión de la cognoscibilidad
de Dios, tanto más que 2 Cor 4:4 hace observar.
La palabra eijkw;n [Cuyo significado es: imagen, similitud,
semejanza, prototipo, arquetipo, icono, estampa, cuadro, estatua, efigie,
ídolo, comparación, símil, trasunto, dependiendo del contexto], tiene un
uso muy peculiar en Mt. 22:20, en donde «La imagen del Emperador
romano en las monedas antiguas era llamada eijkw;n.»5

3
Josh McDowell. Hill Wilson. El anduvo entre Nosotros. Evidencias del Cristo Histórico (Miami:
Editorial Unilit, 1996), p. 46.
4
Es lo que percibo cuando examino documentos de la magnitud de Eduard Schweizer, el cual
invierte en su libro (La Carta a los Colosenses), veintitrés páginas explicando la tal estructura.
5
Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo 7 (Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1996), p. 196.

3
___________________Oscar R. Williams.
En el sentido o uso profano del antiguo pensamiento griego es que
«la imagen participa de la realidad de la cosa representada. En la imagen
se nos muestra la esencia de la cosa. Así p. ej. en el ídolo está presente
y operante el mismo dios.»6
Es muy peculiar el uso del término en el Antiguo Testamento, ya
que desde el inicio en que el Dios veterotestamentario se dispuso a dar
leyes del comportar de su Pueblo Israel, es decir, el Decálogo, en este
está «La rigurosa prohibición de fabricar imágenes…» (Ex. 20:4; Dt.
27:15).7
«En efecto, la imagen no es la realidad total (Sal 39:6; 73:20) Y
sólo contribuiría a perturbar la relación de Israel con el Dios verdadero
(Dt 4:16; 2 Re 11:18). … En el exilio aprendió Israel a burlarse de los
ídolos, fabricados por mano de hombre (Is. 40:19s), pero también a
temerles (Ez. 7:20; 8:5; 16:17; 23:14). Ambas cosas pueden rastrearse
fácilmente hasta en Dn. 2 y 3.»8
«En cambio, en su relación con Dios, Israel es remitido únicamente
a su poderosa palabra. Ningún ser de la naturaleza ni ninguna imagen
puede revelarnos el ser de Dios (eivjdwlon). Sólo el hombre es la auténtica
imagen (en hebreo Selem) de Dios (Gn 1:26s; 5:1ss; 9:6). La meta y el
sentido de esta condición del hombre es su dominio sobre el mundo.
«Dios puso al hombre en el mundo como signo de poder soberano, para
vigilar y hacer respetar sus reivindicaciones como único Señor del
universo» (GvRad Teología del AT 1, 19784,196). El AT no dice si el
hombre ha perdido su condición de imagen de Dios por el pecado (cf. Gn
5:1). Tampoco el judaísmo tardío duda fundamentalmente de la condición
del hombre como imagen de Dios, pero surgen ciertas reflexiones a
propósito de que esta condición podía ser menoscabada o incluso
perdida por el pecado del individuo.»9

El término eijkw;n aparece 23 veces en el NT y se cuenta, por


tanto, entre los vocablos que aparecen con mediana
frecuencia en el NT. En los Sinópticos se encuentra una sola
vez en triple versión paralela (Mr. 12:16 par. 2: 20; Lc 20: 24),
mientras que Pablo y Colosenses muestran una frecuencia
mayor: en Romanos aparece 2 veces, en 1 Corintios 3, en 2

6
Otto Flender. eijkw;n, en Lothar Coenen. Erich Beyreuther. Hans Bietenhard. Diccionario
Teológico del Nuevo Testamento, vol. II (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1990), p. 341.
7
Ibíd.
8
Ibíd.
9
Ibid.

4
Jesús, el Exaltados___________________
Corintios 2, en Colosenses 2; Hebreos tiene una sola
referencia (10: 1). Apocalipsis, con sus 10 referencias,
muestra la mayor frecuencia absoluta y también la mayor
frecuencia relativa en el empleo de este término.10

La pregunta de gran valor acá, es: ¿Qué significado tiene la imagen


en este contexto?
Lightfoot, involucra dos ideas: «representación» y «manifestación».
Primero: El es la «representación» del Padre. A distinción de otra
palabra oJmoivwma [Cuyo significado se relaciona con semejanza, Cf Ro.
1:23]. eijkw;n implica, «representación de un prototipo», que en el
contexto presente, es Dios el Padre. Se puede utilizar, por consiguiente,
para expresar semejanza en algún carácter esencial. Lo más
sorprendente de todo el asunto, es el hecho de que Cristo es «imagen
del Dios Invisible». ¿Cómo se puede ser imagen de lo invisible? Estamos
bien claros en que, no se trata de lo físico de Dios, ya que él es invisible,
y tampoco, podemos caer en el error de pensar, que Cristo es imagen de
Dios sólo después de la Encarnación. «La antigüedad cristiana siempre
ha considerado la expresión «la imagen de Dios» para denotar la
igualdad perfecta del Hijo eterno con el Padre, con respecto a su
sustancia, poder y eternidad. [Esto quiere decir], que El Hijo es la Imagen
del Padre en todas las cosas excepto sólo en ser el Padre.»11
Segundo: El es la «manifestación» del Padre. Siendo que Dios
[Padre] es «invisible» (v. 15b), en Jesús vemos la manifestación del
Padre. «Imagen» puede entenderse por la palabra «estampa», como
dice Robertson: «Jesús es la misma estampa de Dios el Padre, como lo
era antes de la Encarnación (Jn. 17:5) y lo es ahora (Fil. 2:5-11) ».12
A continuación, lo que sí debe quedar bien claro, es que La
Encarnación de Cristo, es la posibilidad de nosotros poder saber y ver a
Dios. Peake lo expresa así: «Como imagen de Dios, el Hijo posee tal
semejanza a Dios como lo que conviene para ser la manifestación de
Dios a nosotros». Nicholson dice: «No fue la encarnación lo que lo hizo
imagen de Dios; sino que lo presentó a El, como aquella imagen dentro
de nuestro alcance». Y Moule añade: «Así, el Señor Cristo, en el misterio

10
Horst Kuhli. eijkw;n, en Horst Balz-Gerhard Schneider. Diccionario Exegético del Nuevo
Testamento (a-k), volumen I (Salamanca: Ediciones Sígueme, 2005), p. 1181.
11
Dr. Carlos C. Belch. Tesoros Escondidos. Comentario Gramatical y explicativo de: 1Juan,
Filipenses, Colosenses, Efesios (London EUA: Publicaciones Evangélicas, 1998), p. 284.
12
Ibíd. p. 285

5
___________________Oscar R. Williams.
de su Persona y Naturaleza, no solamente es un Ser que se asemeja a
Dios, sino que es Dios Manifestado».13
«No se habla aquí del Jesús terreno, sino del mediador
preexistente de la creación. ¿Cómo puede ser este mediador «imagen de
Dios»? «Imagen» en este sentido no es sólo la manifestación visible del
Invisible, y desde luego no lo es en sentido platónico, en el que la imagen
es concreción, materialización y, por tanto, implica una limitación de la
«idea» celeste.»14

Aplicación

2 Cor. 3:18: «Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta


como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en
gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.»

[2] Como segundo motivo:

El Primogénito de toda la creación: (v. 15b)

13
Ibíd.
14
Eduard Schweizer. La Carta a los Colosenses (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1987), p. 62.

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