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INSTITUTO TECNOLÓGICO SUPERIOR DE ÁLAMO TEMAPACHE

CARRERA:
INGENIERÍA AMBIENTAL
GRUPO:
102ZA
ASIGNATURA:
PROBABILIDAD
TRABAJO:
PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS
NOMBRE DEL PROFESOR:
OSCAR EDUARDO RIVAS AGUILAR
NOMBRE DEL ALUMNO:
SAUL ELIAS FLORES NOGUERA
NUMERO DE CONTROL:
182Z0615
PRINCIPIOS O LEYES DE LA ECOLOGIA

1. Todo está conectado con todo lo demás. Hay una sola ecosfera para todos
los organismos vivos y lo que afecta a uno, afecta a todos.

Ecosistemas y organismos tienen un funcionamiento interno que mantiene la


Entropía en equilibrio. En termodinámica, la Entropía mide la parte de la energía
que no puede ser aprovechada por un sistema para generar trabajo (física); es
energía no recuperable. El peso de la acción humana sobre el ecosistema planeta
Tierra está causando un crecimiento acelerado de la Entropía, lo que se traduce en
mayores pérdidas de energía utilizable por la naturaleza, es decir, en un incremento
del malgaste energético.
Este desequilibrio entrópico en el que estamos inmersos/as en la actualidad está
aumentando los niveles de óxidos y contaminantes en la Tierra.
La oxidación es un proceso bioquímico de descomposición molecular aeróbica
producida por determinados microorganismos orgánicos que emite elevadas
cantidades de sustancias inorgánicas, energía calorífica y dióxido de carbono.
Según algunos especialistas, la superabundancia de oxidación está
desencadenando el deterioro ambiental global, la aparición de plagas y el progresivo
desgaste de las superficies cultivables.

«Todo está relacionado con todo lo demás». La biosfera terrestre, como envoltura
orgánica del planeta, es un complejo entramado de interrelaciones ecológicas entre
seres vivos, comunidades y ecosistemas, cuyas interdependencias conllevan que
lo que ocurre a uno de sus componentes afecta al resto. Nuestro modelo productivo
y de consumo afecta negativamente al planeta, arrastrándolo a un caos
medioambiental. Conseguir que la especie humana tenga una coexistencia
sostenible que garantice su propia supervivencia y la del planeta implica conservar
sincrónicamente el equilibrio biótico y el social, restableciendo la interacción
ecológica entre cuatro elementos: población, recursos naturales, tecnología
inmaterial o cultura y tecnología material o artefactos (Robert E. Park). Para ello, es
necesario un cambio tecnológico que desacelere la oxidación del planeta y reserve
entropía.
2.- Todo debe ir a parar a alguna parte. No hay "residuos" en la naturaleza y no
hay un "afuera" adonde las cosas puedan ser arrojadas.

Dicha ley está relacionada con la ley de la conservación de Lavoisier y con la


primera de la termodinámica: “la energía ni se crea ni se destruye, solo se
transforma”; incluso se relaciona con el tercer postulado de Newton: “toda acción
tiene una reacción”. A partir del presente enunciado, es posible entender por qué
agroquímicos que son utilizados en sembradíos de Chiquimula, departamento de
Guatemala, terminan en pescados o mariscos de la costa de los departamentos de
San Vicente o de Usulután, en El Salvador; también ayuda a entender la razón de
por qué la tala de un bosque desmejora la calidad del clima, no solo del lugar que
ha sufrido el descuaje, sino también de zonas aledañas.

Como consecuencia de lo anterior, ningún proceso productivo, ni siquiera las


actividades más simples, como pudieran ser las labores domésticas, puede
afirmarse que tengan cero impacto ambiental o cero forma de contaminación. Ello
contradice las leyes que se expresaran anteriormente (de hecho la naturaleza
genera contaminación); la gran diferencia radica en que este tipo de contaminación
sí puede ser asimilada o depurada por ella misma, siempre y cuando su capacidad
depuradora no haya sido agotada, que es lo que sucede con la contaminación
producida por el ser humano.

En los diferentes países centroamericanos se define a la EIA como un proceso


mediante el cual se puede hacer un análisis comparativo, científico-técnico, biótico
y abiótico, social, cultural, económico, legal, de costos ambientales e
interdisciplinarios, de los efectos de una actividad, obra o proyecto, a partir de su
interrelación con el entorno; es decir, a partir de su interacción con el medio
ambiente.
3.- La naturaleza es la más sabia. La humanidad ha creado tecnología para
mejorar la naturaleza, pero tales cambios en el sistema natural, usualmente
han sido en deterioro de tal sistema.

Cualquier actividad que desarrollemos sobre la tierra para nuestro sustento,


bienestar o capricho, tiene un costo. Esto también se ha tratado de ignorar.
El resultado es que los costos ambientales no los paga quien los produce,
sino que se repercuten a todos en general y a quienes resultan directamente
afectados en particular. Inclusive se han dicho frases tan necias como "la
contaminación somos todos" que sólo tratan de enmascarar las verdaderas
responsabilidades. Gran parte de nuestras actividades productivas de la
tecnología moderna serían antieconómicas si los costos ambientales se
interiorizaran, a más de que muchos de estos costos ambientales son
impagables: la pérdida de suelos agrícolas, la contaminación irreversible de
los mares, el sufrimiento de la gente dañada con enfermedades etc. Por
ejemplo, Barry Commoner calcula que si la industria química de los Estados
Unidos hubiera tenido que pagar la destrucción de todas las sustancias
tóxicas que produjo en 1990, habría pagado un monto diez veces mayor que
sus propias utilidades. Es decir la industria química de los EUA habría sido
incosteable si esta hubiera cumplido sus obligaciones ambientales.
4. No existe eso de la "Barra Libre". En la naturaleza, ambos miembros de
la ecuación deben estar equilibrados, para cada ganancia hay un coste, y las
deudas al final se pagan.

El hombre dijo que dominaría la naturaleza y en esta lucha de poder y antagonismo


-así lo planteó el hombre- quien ha vencido es la naturaleza. Porque si el hombre
deteriora la ecosfera a tal grado que no pueda sostener la vida humana (y otras
formas de vida, como ya ha sucedido), la especie humana desaparecerá del
planeta, pero la ecosfera recuperaría su salud en algunos millones o miles de
millones de años para seguir su vida sin nosotros o nuestros descendientes.
Tenemos que tornar a una forma más sabia de producción y de convivencia entre
nosotros y en la ecosfera. Una forma más sensible, compleja y simbiótica con
respecto al resto de la naturaleza. Llevamos 28 años pregonando esto desde la
cátedra universitaria, en los medios, con las organizaciones civiles, con las
autoridades y los industriales y las cosas no han mejorado. Si acaso se han tornado
más complicadas. Los avances han sido apenas formales y conceptuales. Pero
como somos incurablemente optimistas y propositivos, seguiremos intentando (pero
sobre todo porque en ello nos da la vida).
BIOGRAFIA.

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