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Examen final de Filosofía Medieval

1. Exponga brevemente y haga una crítica coherente a los argumentos del capítulo
III del texto de Sto. Tomás, La naturaleza de Dios. Agregue a su respuesta un
esquema (mapa conceptual, cuadro sinóptico, mapa mental, etc.)
En la primera parte del texto se aborda el tema de la simplicidad de dios y se le atribuye
a este que no es compuesto debido a que todo compuesto es posterior a sus componentes,
pero Dios es primero, de ahí que este sea lo más simple. Además, que no es un cuerpo
físico. De ahí el tema que toma Tomás es acerca de la presencia de Dios en las cosas,
argumenta diciendo que Dios no divide su esencia en las cosas, sino que está ‘‘como el
agente está presente en lo que hace’’. De ahí que todo en cuanto exista participa del ser,
o sea, de Dios. A continuación se aborda el tema sobre la inmutabilidad de Dios, se dice
acerca de este que no puede mutar, debido que se aceptaría la relación acto-potencia,
contradiciendo a Dios que es acto puro, además que lo que muta adquiere algo que antes
no poseía y ese movimiento es respecto a algo, de ahí que estos dos sean imposibles. Entra
después a tratar el tema acerca de los nombres de Dios y las bestias, y si estos se dan de
manera unívoca. Nos damos cuenta que en este punto la respuesta es más complicada,
debido a que no se puede dar de manera unívoca, ya que expresaría lo mismo tanto para
las bestias como para Dios; pero tampoco de manera equívoca, ya que, no podría
conocerse nada de Dios. El método al cual Tomás hace referencia es al método analógico,
y de manera proporcional.

Retomando la cuestión acerca de la naturaleza de Dios, Tomás habla de la providencia y


si esta impone algún tipo de necesidad. Nos dice que esta no solo impone necesidad a
todas las cosas, sino que también impone su contingencia, cada cual con su causa
correspondiente. Además, también hace referencia al tema de la ciencia de Dios y si este
conoce lo distinto a él. Tomás asegura que sí siguiendo este razonamiento: se conoce
perfectamente, si es así, conoce sus capacidades de manera perfecta, de esto se deduce
que sabe hasta dónde pueden llegar estas; debido a su divinidad sabes que se extiende
hasta todas las cosas, de ahí que dios conozca todas las cosas y nada es ajeno, en ese
sentido, a él. Toca también el tema de la verdad, y si esta es inmutable. Tomás relaciona
de manera muy estrecha la verdad con el entendimiento y la hace dependiente de esta. Si
existe un entendimiento inmutable, pues hace una verdad inmutable. Y solo es el
conocimiento divino, de ahí que ahí resida la verdad inmutable.
Con respecto a la voluntad divina, Tomás dice que a esta nada la determina. Dios nos dice
que la voluntad encierra en sí, en un solo acto el fin con los medios. Luego, al tratar sobre
el amor de Dios, nos dice que Dios ama todo lo que existe, ya que debido a si existencia,
es bueno. Luego Tomás hacer una aclaración con respecto a amar, nos dice que es desear
el bien a alguien. A los pecadores los ama como hombres, pero en tanto pecadores no
existen, ya que les falta ser y por ende son odiados.

Podemos decir del primer argumento, que si bien Dios es simple, sería lo menos complejo,
y por ende lo más cognoscible, pero vemos que esto no procede de este modo. Con
respecto al segundo punto, aquello que carece de ser, o lo tiene a medias, como el pecador.
¿También estaría Dios en él? Ya que dijimos que participa de todo en tanto ser. Acerca
de la inmutabilidad el acto de la creación no supone movimiento, y de alguna manera,
mutabilidad, y su interacción con el mundo, como cuando se le presentó a Moisés, ¿No
supone cierto movimiento de Dios respecto al hombre? Con respecto a los nombres de
Dios, la analogía siempre estará más próximo a lo equívoco. Y su relación con este no
podrá ser evidente para aquellos que no conocen esta metodología. Si tiende hacia lo
equívoco inevitablemente, podríamos decir que no hay una nominación próxima a Dios.
Cuando hacemos referencia a la ciencia de Dios. Dios no puede autodestruirse porque
esta sería una impotencia, en contraposición a la potencia absoluta que es, si esto es así,
hay algo ajeno a él, que es la ‘‘autoaniquilación’’. ¿Puede Dios conocerse en este estado?
Con respecto a la providencia divina, si el hecho establecer necesidad y contingencia
¿Puede Dios saber de qué manera actuará la contingencia o se ve privado de aquello?
2. Explique la cuestión 85, Sobre el conocer: modo y orden, en relación el concepto
de analogía abordado en la última clase y en comparación con el esquema del
conocimiento de Averroes. Agregue a su respuesta un esquema (mapa conceptual,
cuadro sinóptico, mapa mental, etc.)

Con respecto al primer punto, el que pone el cuestión si nuestro conocimiento conoce lo
corporal o lo material abstrayendo especies de las imágenes, Tomás empieza su
exposición de manera ordenada. Nos dice, para empezar, que el objeto cognoscible está
dado a la facultad cognoscitiva. Una vez hecha esta aclaración, entra a clasificar tres
grados dentro de la facultad mencionada anteriormente: la primera hace referencia a esta
facultad, pero relacionada con un órgano sensitivo y su objeto es la forma en tanto
presente en una materia, de esta decimos que solo conocemos lo concreto, ya que no
podemos elevarnos a un concepto más abstracto. La segunda menciona una facultad que
no es sensitiva, sino que se desprende de lo corporal. A esta se le denomina entendimiento
angélico y su objeto es la forma carente de materia. La última, o sea, la tercera, Tomás
hace referencia la forma del conocimiento del hombre y dice que esta ocupa un lugar
entre las ya mencionadas gradualidades anteriores. Esto quiere decir, y en palabras del
mismo Tomás, ‘‘es una facultad del alma que es forma del cuerpo’’. Ambas están unidas
dentro del acto cognoscitivo, de ahí que le corresponde el conocimiento de la forma que
está en la materia corporal, pero no exactamente como esta se encuentra en ella. De esto
es concluye que abstraer la forma de la materia, pero no siendo la misma, significa que
nuestro entendimiento conoce las realidades materiales abstrayendo de las imágenes.

Con respecto al segundo artículo, Tomás defiende la idea de que estas especies abstraídas
de las imágenes no se relacionan con nuestro entendimiento como objeto. Esto quiere
decir que Tomás no ven en las ideas un objeto mismo del conocimiento, aquello que es
conocido, sino que ve en estas un medio para conocer el objeto real. La idea aquí, o la
especie inteligible, no es el objeto del conocimiento en sí mismo. Debido a esto, Tomás
da dos ejemplos de por qué aquello que abstraemos no son los objetos mismos del
conocimiento: El primero se relaciona con las ciencias, si fueran las ideas (especies
inteligibles) aquello único que entendemos, se seguiría que no hay ciencia que trate o
haga referencia a alguna realidad exterior, sino que estas solo tratarían de aquellas que
están en el alma. Una segunda crítica vendría a decirnos que si se procede de la manera
ya dicha, caeríamos en el error que cometieron los filósofos antiguos, y para ser más
exactos, los sofistas. Esto se debe a que si no conocemos más que nuestra propia
impresión, esto es hacer de ella el objeto del conocimiento, se puede seguir que todo lo
aparente tenga carácter de verdad. Y esto mismo valdría, dice Tomás, para cualquier
precepción.

Con respecto a esta última, debido al conocimiento de las cosas no se dan en virtud de las
ideas, sino que remitiéndose a las cosas materiales, y siguiendo el primer punto, que no
hay un conocimiento radical de las cosas, debido que aquello que abstraemos no es tal
que es la forma exacta de la materia; podríamos decir que hay cierta distancia, o cierta
prudencia por parte de Tomás al decirnos que el hombre no es un ser que su conocimiento
tome por completo lo real. En la misma Suma contra gentiles, responde a aquellos que
dicen que Dios es incognoscible, diciendo que cómo algunos pueden atentar contra su
existencia si no pueden ni conocer la realidad natural en toda su completitud. De ahí que
podremos decir que el acto cognoscitivo también hace uso de métodos analógicos para
afirmar el conocimiento natural. Ya lo decía Aristóteles, en el libro IX de la Metafísica,
diciendo que no todo se puede explicar de manera precisa y que es sabio también el que
entiende a través de las analogías.

En un contraste con el esquema del conocimiento en Tomás de Aquino, un elemento clave


que resalto en Averroes es la exterioridad del intelecto, y que esta no es propia del alma,
sino que tiene una existencia independiente. Ya que el intelecto no podría estar dentro del
ser humano, ya que el intelecto es perfecto y no puede yacer dentro de una criatura
imperfecta. El intelecto es eterno, incorruptible y podríamos decir que dentro de Averroes
este intelecto pertenece a otro tipo de alma.
Bibliografía

- Kreeft, P .(2014) Suma teológica mínica. España: Editorial Tecnos


- Gilson, E. (1951) El Tomismo. Buenos Aires: Editorial Desclée
- Martinez, A. (2004). Sobre el intelecto. Madrid: Editorial Trotta

Alejandro Jesús Pérez Quiñones - 16030160


- Martinez, T. (1998) Metafísica. España: Editorial Gredos

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