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Tópicos fundamentales de filosofía política.

Dr. Fernando Huesca Ramón.


Reflexión y breve ensayo en torno a la pregunta: ¿Es deseable o necesario el Estado?

Ari Lázaro Maya Dávila

¿La política ha sido el arte fallido de la humanidad?

Una manera de responder a la pregunta anterior es estudiar la historia de la política, sus


diversos planteamientos a lo largo de los tiempos y contrastarlos con los resultados que
produjeron en los distintos momentos y lugares de la historia. Otra forma de responder a la
pregunta inicial es recorrer cualquier ciudad y observar a conciencia el entorno. Cualquiera de
los dos ejercicios nos van a permitir llegar a la misma afirmación: Sí, la política es el arte
fallido de la humanidad. Y lo que sucede es que la complejidad del hombre siempre rebasa las
conceptualizaciones que se le hacen. Es difícil hacer ciencia sobre un ser que no es una
realidad definida, cerrada, sino que es ante todo posibilidad. ¿Cómo organizar y regular todas
estas potencias?, ¿Cómo conciliar el bien individual con el bien común? La forma en que la
libertad de cada uno debe ser regulada y ejercida es la pregunta y el punto de partida de la
reflexión política. La experiencia histórica nos dice que si queremos vivir en sociedad
necesitamos que exista algún orden, ya que si se tiene derecho a hacer todo, paradójicamente
se termina por no poder hacer nada. Es en este contexto desde donde surge la pregunta, ¿Es
deseable o necesario el Estado?

El poder siempre juega un papel esencial en la convivencia política. Y es el Estado la


forma de personificar ese poder que ordena jurídica y políticamente la convivencia en una
sociedad. ¿Es realmente deseable o necesario tal regulador supremo? Me parece que esta
pregunta obliga a la reflexión a dirigirse hacia lo que sería el causante de la necesidad de
dicha regulación: el estado de naturaleza humana.

De las teorías sobre el estado de naturaleza, me parece que Hobbes proporciona la tesis
más realista de acuerdo a la experiencia histórica que tenemos sobre lo que los seres humanos
somos capaces de ser y de hacer. Me explico. El ser humano ha demostrado históricamente
con su libertad la capacidad de destruir y hacer mal a los otros por encima de su capacidad de
hacer el bien. Será el planteamiento hobbeano del estado de naturaleza el que permitirá
entender la necesidad y justificación del Estado en las sociedades humanas. Si bien, la
concepción absolutista del poder del soberano que plantea Hobbes no es tampoco una vía que
ha demostrado ser positiva para las sociedades, muchas de sus tesis no dejan de ser acertadas.
Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Wesport, Inglaterra y murió en Derbyshire en
1679. Fue un notable pensador que incursionó en campos como la Geometría, la Astronomía,
el Derecho, la Política y la Literatura. Estaba familiarizado con los trabajos de Descartes y
conoció personalmente a Francis Bacon y a Galileo Galilei. Como conocedor del latín,
publicó algunas de sus obras en esta lengua y otras tantas en inglés. Es mayormente conocido
por el Leviatán, así como por ser uno de los precursores del utilitarismo y el materialismo
inglés.1

La igualdad de capacidades entre los hombres —dice Hobbes— es la causa de que


lleguen a enfrentarse, pues cada uno aprecia para sí las mismas posibilidades de éxito en la
obtención de un mismo bien deseado. Dado que en múltiples circunstancias dos o más
individuos pueden desear lo mismo pero no tenerlo simultáneamente, ocurre que se convierten
en enemigos. Es en la búsqueda de hacerse de ese objetivo que consideran necesario
aniquilarse.2

Por ello, Hobbes considera que en el estado de naturaleza los individuos estaban
obligados a competir entre sí por la búsqueda de su supervivencia. Esto los llevó a desarrollar
un sentimiento de desconfianza de los unos hacia los otros. Por ello, este estado de naturaleza
es de conflicto permanente; es decir, de guerra. Esta actitud egoísta estaba permitida en tanto
que era necesaria para asegurar el bien primordial de la autoconservación. Y sin una autoridad
común para los hombres, eventualmente éstos terminarán por aniquilarse o sólo los más
fuertes serán los que sobrevivan.

En las condiciones críticas del estado de naturaleza planteado por Hobbes, es natural
imaginar que los primeros hombres y mujeres vivían en una situación de miedo. Tales
motivos fueron los que llevaron al fin del estado de naturaleza y a la búsqueda de la
autoconservación por medio de un nuevo modelo de organización política en donde los
individuos transfiriesen su derecho natural a una nueva autoridad política. Dice Hobbes:

“La causa última fin o designio de los hombres, que


naturalmente aman la libertad y el dominio sobre los
demás, al introducir esta restricción sobre sí mismos, en
la que los vemos vivir formando Estados, es su propia
conservación y, por añadidura, el logro de una vida más

1 1
HOBBES, Leviatán, México, Publicaciones Cruz, Colección Prometeo, 1981 , p. 1.
2
Cfr. Ibíd., p. 8.
armónica; el deseo de abandonar esa miserable
condición de guerra que es consecuencia necesaria de
las pasiones naturales de los hombres, cuando no existe
poder visible que los tenga a raya y los sujete, por
temor al castigo, a la realización de sus pactos y a la
observancia de las leyes de naturaleza.”3

Hobbes pensaba que la protección efectiva de la seguridad de una colectividad exigía


que los miembros que la conformaban cedieran su fuerza y poder a otro agente. De esta
manera, el Estado surge como resultado del acuerdo mutuo entre los miembros de una
colectividad, con el objetivo asegurar y preservar la vida y el derecho a la propiedad privada.

“Dícese que un Estado ha sido instituido cuando una


multitud de hombres convienen y pactan, cada uno con
cada uno, que a cierto hombre o asamblea de hombres
se le otorgará por mayoría, el derecho de representar a
la persona de todos, es decir, de ser su representante.
Cada uno de ellos, tanto los que han votado en pro
como los que han votado en contra, debe autorizar
todas las acciones y juicios suyos propios, con el
objetivo de vivir apaciblemente entre sí y ser protegidos
contra otros hombres.”4

Dados, pues, los impulsos y las acciones destructoras a las que por naturaleza y
voluntad somos proclives, este sometimiento hacia la autoridad soberana es un acto racional,
debido a que significa el establecimiento de un orden sin el cual no sería posible alcanzar la
paz y la seguridad.

Si partimos del planteamiento hobbeano del estado de naturaleza, se hace evidente que
el Estado, primeramente, es necesario, ya que es la forma racional de someter las pasiones y
los impulsos destructores humanos a una autoridad reguladora y custodia de la sana
convivencia. Ahora, si nos preguntamos si el Estado es deseable, sería importante hacer la
distinción entre gobierno y Estado. Ya que desde el análisis hobbeano estos dos aspectos
parecen fusionarse y desembocar en un indeseado autoritarismo.

3
Ibíd., p. 17.
4
Ibíd., p. 23.
En términos muy generales, podemos decir que un Estado es un conjunto de
instituciones públicas que regulan la vida de un país; es la organización política soberana de
una colectividad en un determinado territorio, con jurisdicción y cultura propias. Un gobierno,
en cambio, es el conjunto de instituciones y de funcionarios que están temporalmente bajo la
dirección del Estado. Una forma de gobierno puede ser deseable o indeseable, mejor o peor
que otra, pero el Estado es el primer escalón de la vida civilizada.

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