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De las teorías sobre el estado de naturaleza, me parece que Hobbes proporciona la tesis
más realista de acuerdo a la experiencia histórica que tenemos sobre lo que los seres humanos
somos capaces de ser y de hacer. Me explico. El ser humano ha demostrado históricamente
con su libertad la capacidad de destruir y hacer mal a los otros por encima de su capacidad de
hacer el bien. Será el planteamiento hobbeano del estado de naturaleza el que permitirá
entender la necesidad y justificación del Estado en las sociedades humanas. Si bien, la
concepción absolutista del poder del soberano que plantea Hobbes no es tampoco una vía que
ha demostrado ser positiva para las sociedades, muchas de sus tesis no dejan de ser acertadas.
Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Wesport, Inglaterra y murió en Derbyshire en
1679. Fue un notable pensador que incursionó en campos como la Geometría, la Astronomía,
el Derecho, la Política y la Literatura. Estaba familiarizado con los trabajos de Descartes y
conoció personalmente a Francis Bacon y a Galileo Galilei. Como conocedor del latín,
publicó algunas de sus obras en esta lengua y otras tantas en inglés. Es mayormente conocido
por el Leviatán, así como por ser uno de los precursores del utilitarismo y el materialismo
inglés.1
Por ello, Hobbes considera que en el estado de naturaleza los individuos estaban
obligados a competir entre sí por la búsqueda de su supervivencia. Esto los llevó a desarrollar
un sentimiento de desconfianza de los unos hacia los otros. Por ello, este estado de naturaleza
es de conflicto permanente; es decir, de guerra. Esta actitud egoísta estaba permitida en tanto
que era necesaria para asegurar el bien primordial de la autoconservación. Y sin una autoridad
común para los hombres, eventualmente éstos terminarán por aniquilarse o sólo los más
fuertes serán los que sobrevivan.
En las condiciones críticas del estado de naturaleza planteado por Hobbes, es natural
imaginar que los primeros hombres y mujeres vivían en una situación de miedo. Tales
motivos fueron los que llevaron al fin del estado de naturaleza y a la búsqueda de la
autoconservación por medio de un nuevo modelo de organización política en donde los
individuos transfiriesen su derecho natural a una nueva autoridad política. Dice Hobbes:
1 1
HOBBES, Leviatán, México, Publicaciones Cruz, Colección Prometeo, 1981 , p. 1.
2
Cfr. Ibíd., p. 8.
armónica; el deseo de abandonar esa miserable
condición de guerra que es consecuencia necesaria de
las pasiones naturales de los hombres, cuando no existe
poder visible que los tenga a raya y los sujete, por
temor al castigo, a la realización de sus pactos y a la
observancia de las leyes de naturaleza.”3
Dados, pues, los impulsos y las acciones destructoras a las que por naturaleza y
voluntad somos proclives, este sometimiento hacia la autoridad soberana es un acto racional,
debido a que significa el establecimiento de un orden sin el cual no sería posible alcanzar la
paz y la seguridad.
Si partimos del planteamiento hobbeano del estado de naturaleza, se hace evidente que
el Estado, primeramente, es necesario, ya que es la forma racional de someter las pasiones y
los impulsos destructores humanos a una autoridad reguladora y custodia de la sana
convivencia. Ahora, si nos preguntamos si el Estado es deseable, sería importante hacer la
distinción entre gobierno y Estado. Ya que desde el análisis hobbeano estos dos aspectos
parecen fusionarse y desembocar en un indeseado autoritarismo.
3
Ibíd., p. 17.
4
Ibíd., p. 23.
En términos muy generales, podemos decir que un Estado es un conjunto de
instituciones públicas que regulan la vida de un país; es la organización política soberana de
una colectividad en un determinado territorio, con jurisdicción y cultura propias. Un gobierno,
en cambio, es el conjunto de instituciones y de funcionarios que están temporalmente bajo la
dirección del Estado. Una forma de gobierno puede ser deseable o indeseable, mejor o peor
que otra, pero el Estado es el primer escalón de la vida civilizada.