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de la Compañía de Jesús
Instrucción sobre la
administración de bienes
Roma 2005
I. Proemio
–Sobre la Instrucción misma–
2. Su objetivo.................................................................................................... 13
3. A quién se dirige........................................................................................... 14
4. Norma y discernimiento............................................................................... 14
[2]
6. Cómo se administra...................................................................................... 30
6.1. Consejos prácticos para la buena administración en la Compañía..... 31
6.1.1. Planificación............................................................................... 31
6.1.2. Organización.............................................................................. 31
6.1.3. Coordinación.............................................................................. 32
6.1.4. Ejecución.................................................................................... 33
6.1.5. Control........................................................................................ 34
8. Instrumentos administrativos...................................................................... 36
8.1. Documentos de la administración........................................................ 36
8.1.1. Documentos jurídicos................................................................ 36
8.1.2. Documentos de planificación.................................................... 37
8.1.3. Documentos contables y financieros........................................ 38
8.1.3.1. Principios que deben inspirar la contabilidad en la
Compañía..................................................................... 38
8.1.3.2. Documentos contables y financieros en particular.... 39
8.2. Asesorías y otras ayudas........................................................................ 41
8.3. Archivos.................................................................................................. 41
[3]
3. Responsables ............................................................................................... 52
3.1. Responsables de la administración de comunidades: funciones y
facultades............................................................................................... 52
3.1.1. Superior local (o de comunidad)............................................... 52
[4]
[5]
[6]
3. El FACSI......................................................................................................... 117
[7]
[8]
6. Construcciones.............................................................................................. 158
6.1. Normas generales.................................................................................. 158
6.2. Conservación y modificaciones substanciales...................................... 159
[9]
[ 10 ]
[ 11 ]
[2] La presente Instrucción participa de este doble significado: por una parte, con-
tiene normas o reglas2 y, por otra, consejos3 y advertencias o aclaraciones4,
para ayudar en la adecuada administración de los bienes de la Compañía.
La diferencia entre unas y otras se puede percibir claramente por el lenguaje
usado en cada caso (mandato o prohibición, recomendación, consejo o escla-
recimiento).
[3] La Compañía ejerce su misión alrededor del mundo en medio de una gran di-
versidad de situaciones culturales, sociales, económicas, legales y de prácticas
económicas y administrativas, a través del trabajo de jesuitas y de colaboradores
laicos con muy diversos niveles de conocimiento y experiencia en el campo ad-
ministrativo. Por eso:
1
Código de Derecho Canónico (CIC), can. 34 §1.
2
Es decir, algo que se manda o se prohíbe hacer.
3
Es decir, algo que se recomienda hacer, o se propone como útil o conveniente.
4
Es decir, algo que simplemente se explica o sobre lo que se informa.
[ 12 ]
2. Su objetivo
[4] Esta Instrucción tiene por objeto ayudar a administrar del mejor modo posible
los bienes de la Compañía y los que a ella o a algún jesuita están confiados,
conforme a las exigencias de nuestro Instituto6, del derecho canónico en gene-
ral7 y del propio de cada país.
5
Dados los diversos niveles de conocimientos, puede bien suceder que lo que es necesario o útil para unos no lo sea
para otros.
6
Sin embargo, la instrucción no pretende recoger todo el derecho y régimen de bienes propio de la Compañía, sino
sólo lo relativo a los temas de que trata. Por su contenido y utilidad práctica, son de tener en cuenta especialmente
los “Estatutos de la pobreza religiosa de la Compañía de Jesús” (Est pob), Roma 2003.
7
Este derecho está contenido en el Código de Derecho Canónico, promulgado el 25 de enero de 1983.
[ 13 ]
4. Norma y discernimiento
8
Est pob, 43 §5.
9
Cfr. NC 394.
10
Los llamados “distritos” no tienen en la Compañía una entidad jurídica propia (cfr. NC 387), sino que son considera-
dos como parte de la Provincia a la que pertenecen.
11
NC 13 §3.
[ 14 ]
[10] Es recomendable que cada Provincia / Región complemente esta Instrucción con
un manual práctico local con referencia a las normas civiles y las prescripciones
de ámbito local / regional que sean necesarias o útiles para llevar adelante una
recta administración conforme al modo de proceder de la Compañía.
12
Ordenaciones del General son normas generales dadas por él, con su propia autoridad, a toda la Compañía o a parte
de ella. Cfr. NC 334 §1; 13 §1.
13
Cuando la fuente es aducida en forma compendiada, lo dicho ha de entenderse conforme al sentido original.
14
Cfr. [2].
15
Cfr. NC 15.
16
Cons [547, 602].
[ 15 ]
1. Punto de partida
[11] Los bienes temporales de la Compañía deben ser considerados como bienes
propios de Nuestro Señor Jesucristo y patrimonio de sus pobres; de ellos de-
penden en gran manera los bienes espirituales y el buen ser de la Compañía,
y sin ellos difícilmente se podrían ejercitar nuestros ministerios espirituales2.
1
El objetivo de este capítulo es presentar, en términos generales y sin descender a mayor detalle, algunos aspectos de
lo que significa e implica la administración económica en la Compañía: principios, conceptos, legislación aplicable,
actividades principales, algunos consejos prácticos, relaciones a que da lugar, documentos y técnicas auxiliares. Mu-
cho de lo que aquí se anticipa será tratado después más en concreto y detalladamente.
2
Est pob, 43 §1.
3
Cons [3, 156, 258, 307, 308, 360, 446, 603, 813].
4
Cfr. CIC can. 635 §2.
5
Cfr. CG 34 d.2 n.1.
[ 16 ]
[17] Debe ser realizada con toda seriedad y competencia, “con el cuidado que exige
la caridad y la razón”11, y con todo el rigor técnico posible –tanto en el proce-
so de la toma de decisiones como en la confección y custodia de los soportes
documentales que le sirven de apoyo– en el cumplimiento de las normas pres-
critas y en la puesta en práctica de los controles necesarios.
6
Cfr. Est pob, 43 §3.
7
Cfr. Est pob, 9-10.
8
Cfr. Cons, passim.
9
Cfr. Cons [727].
10
Cfr. Cons, passim.
11
Cons [305]; cfr. [424].
[ 17 ]
[18] Los que tienen a su cargo la administración de los bienes de la Compañía son
responsables no sólo de los aspectos económico-financieros de la misma, sino
también de los aspectos jurídico-legales implicados en ella. De ahí que sea
sumamente necesario tener en cuenta lo que sigue.
[21] Las obras apostólicas de la Compañía, como distintas de las comunidades (por
ejemplo, una universidad, un colegio, un centro de espiritualidad, un centro
social, una editorial o una revista) no tienen, de por sí, personalidad jurídica
canónica propia, sino que actúan bajo la personalidad jurídica de la comu-
nidad a la que pertenecen. Para tener personalidad jurídica canónica propia
independiente de una comunidad, es necesario que la obtengan de la autori-
dad competente por un acto especial.
[22] Las entidades canónicas actúan de hecho en el ámbito civil (porque en el mun-
do civil viven): compran, venden, contratan servicios, están sometidas a im-
12
En esta sección se resumen algunos aspectos jurídicos que aquellos que administran los bienes temporales de la
Compañía deberán tener en cuenta en el desarrollo de sus funciones.
[ 18 ]
[23] Para que las personas jurídicas canónicas puedan actuar en el ámbito civil,
necesitan tener personalidad jurídica reconocida por el derecho civil de los
respectivos países; si no la tuvieran, serían como entes civilmente inexistentes,
es decir, no podrían actuar.
[24] Las personas jurídicas canónicas pueden adquirir la personalidad jurídica civil
de dos modos:
[25] En ambas situaciones, las personas jurídicas canónicas (en nuestro caso, las de
la Compañía) quedan sometidas simultáneamente al derecho canónico y a los
derechos civiles de los estados respectivos, debiéndose observar ambos de-
rechos, según corresponda en cada caso. Es más, en algunos países el derecho
civil exige –al menos en la práctica administrativa– que se cumpla también el
derecho canónico (por ejemplo, en las enajenaciones).
[ 19 ]
[28] El incumplimiento del derecho civil puede tener diversas consecuencias, según
los asuntos de que se trate: posible nulidad o invalidez de los actos realizados;
no conseguir los efectos que se podrían haber conseguido; incurrir en res-
ponsabilidad con posibles sanciones administrativas o judiciales e incluso –en
ciertos casos– penales; posibles daños a terceros y obligación de resarcimien-
to; y en general, todo lo que puede implicar situarse y actuar fuera de la ley.
[29] Las consecuencias del incumplimiento del derecho canónico no siempre son
tan visibles, (porque la Iglesia no tiene una policía judicial que investigue y
persiga las infracciones); pero puede haberlas: posible nulidad o invalidez de
actos realizados; no conseguir los efectos que se podrían haber conseguido, e
incluso posibles consecuencias penales14.
13
En cuanto a las relaciones entre derecho civil y derecho canónico, téngase en cuenta lo siguiente:
– “Las leyes civiles a las que remite el derecho de la Iglesia, deben observarse en derecho canónico con los mismos efec-
tos, en cuanto no sean contrarias al derecho divino ni se disponga otra cosa en el derecho canónico” (CIC can. 22).
– “Lo que en cada territorio establece el derecho civil sobre los contratos tanto en general como en particular, y sobre
los pagos, debe observarse con los mismos efectos en virtud del derecho canónico, en materias sometidas al régimen
de la Iglesia, salvo que sea contrario al derecho divino o el derecho canónico prescriba otra cosa” (CIC can. 1290).
– “La Iglesia recibe, tal como está regulada en la legislación civil de la nación respectiva, la prescripción como modo
de adquirir o perder un derecho subjetivo, así como de librarse de obligaciones, quedando a salvo las excepciones que
determinan los cánones de este Código” (CIC can. 197).
– “Respecto a los bienes temporales, la Iglesia acepta la prescripción como modo de adquirirlos o de liberarse de una
obligación” (CIC can. 1268).
14
Un administrador de la Compañía que descuidara el cumplimiento del derecho canónico en su administración,
estaría obrando en contra de lo que la misma Compañía pide y espera de él, y podría perjudicar a ella y a terceras
personas.
[ 20 ]
[30] Como principio, “todos aquellos, clérigos o laicos, que participan por un título
u otro en la administración de los bienes eclesiásticos, deben cumplir sus fun-
ciones en nombre de la Iglesia, y conforme al derecho”15.
[33] Cuando haya lugar a ello, según los casos, se han de observar también las
normas particulares impuestas por el fundador (de una institución) o por el
donante (de los bienes administrados) o por la legítima autoridad (según los
estatutos)17.
15
CIC can. 1282.
16
Cf. CIC can. 635 §1. Can 1257 §1: “Todos los bienes temporales que pertenecen a la Iglesia universal, a la Sede
Apostólica o a otras personas jurídicas públicas en la Iglesia son bienes eclesiásticos, y se rigen por los cánones cor-
respondientes, así como por los propios estatutos”. Cfr. can. 1282.
17
CIC can. 1284 §1, 3º.
[ 21 ]
[35] La Compañía, las provincias y regiones (misiones), las casas y comunidades, como
personas jurídicas que son de derecho propio, tienen capacidad de adquirir po
seer, administrar y enajenar bienes temporales, conforme al derecho de la Igle-
sia18 y de la Compañía. Las obras apostólicas tendrán o no personalidad jurídica
propia, según les haya sido concedida por un acto especial o no19.
18
Cfr. CIC can. 634 §1; Est pob, 55-57 (para las comunidades apostólicas), 58 (para las casas de formación y enferme-
rías), 61 (para las instituciones apostólicas), 71-73 (para las provincias y regiones y para la Compañía). Lo dicho en el
texto se refiere a la capacidad jurídica y patrimonial, y no al adecuado nivel de pobreza real de las personas en la
Compañía, de las comunidades y de las instituciones apostólicas (cfr. Est pob, 31-36, 59-60, 62-63).
19
Cfr. [21-23].
20
Cfr. CIC can. 1256.
[ 22 ]
[38] La administración ordinaria comprende todos los actos que normalmente son
necesarios o útiles para la conservación y fructificación de los bienes y para la
aplicación de sus frutos22.
[40.1] Para los actos de administración ordinaria bastan las facultades que,
por razón de su cargo, tienen quienes administran.
3.2. Cifra-Límite
[41] El P. General tiene como límite máximo de valor del que puede disponer en
las enajenaciones, el que le ha sido fijado por la Santa Sede25. Este límite ha
21
Esta finalidad requiere procurar mantener los bienes de la Compañía en buen estado –tanto material como jurídi-
co–, y hacerlos rendir (fructificar) según su naturaleza.
22
Cfr. CIC can. 1281 §§1 y 2.
23
Cfr. CIC cann. 638 §1, 1277, 1281 §2.
24
Cfr. CIC can. 1281 §1.
25
Cfr. CIC can. 638 §3.
[ 23 ]
[42] Esta ‘cifra-límite’ está establecida para las enajenaciones en doble sentido:
[42.1] Enajenaciones en sentido estricto; esto es, la transmisión del derecho
de propiedad sobre una cosa (como sería una venta o una donación).
[42.2] Enajenaciones en sentido amplio; esto es, todo acto por el que pue-
da sufrir perjuicio el patrimonio de una persona jurídica (como se-
ría: constitución de hipoteca, de servidumbre, de derecho real de uso,
contracción de deudas, cesión en arrendamiento, comodato o cesión
en uso, leasing, etc.).
26
En la práctica, el P. General viene delegando, tanto para enajenaciones (en sentido amplio y en sentido estricto)
como para otros actos administrativos (p. e., gastos no presupuestados, aplicación de donaciones, etc.), facultades
hasta la misma cifra-límite que él tiene concedida por la Santa Sede.
27
Es muy recomendable que cada Provincial comunique por escrito el límite que juzgue conveniente delegar a cada
uno de sus superiores locales y directores de obras propias y encomendadas.
[ 24 ]
[46] Enajenaciones:
[47] Todo gasto que se salga del presupuesto ordinario y que supere la cifra-límite
que un sujeto puede legítimamente gastar, ha de tratarse como un gasto ex-
traordinario y requerirá siempre el permiso del Superior inmediato29.
[48] En principio, se entiende por “excedente” (de un fondo, de una obra apostólica
o de una comunidad) el superávit neto anual de la cuenta de resultados; esto
equivale a un aumento del patrimonio que no está vinculado a un fin específi-
co. Es “bien sobrante” todo dinero o bien (mueble o inmueble), no necesario o
muy útil para cubrir las necesidades razonablemente previsibles de un fondo,
una obra apostólica o una comunidad30.
28
Cfr. [431.1].
29
Cf. [375].
30
Respecto de los bienes que las comunidades pueden poseer, se ha de tener en cuenta lo dispuesto en Est pob 55-57.
[ 25 ]
[49.4] Las donaciones vinculadas, pues son recibidas para ser destinadas a
fines precisos, determinados por los donantes.
31
La depreciación ha de contabilizarse según las normas contables de cada país. Normalmente el activo fijo no se
carga a gastos sino que se va depreciando anualmente según los porcentajes permitidos por cada país; en este caso,
sólo el porcentaje anual de depreciación se carga a gastos. Sin embargo en algunos países se permite cargar a gastos
todo el valor de un activo fijo (v. g. el costo de un automóvil); en estos casos no se contabiliza la depreciación.
[ 26 ]
[52] Son aquellos que pertenecen a alguna persona jurídica canónica de la Compa-
ñía32. Estos son:
[52.2] Los de las provincias y regiones (misiones), como distintas de las casas-
comunidades y de las obras apostólicas.
[53] Son bienes ajenos cuya administración está confiada a la Compañía en cuanto
tal. El modo de administración, según los casos, puede estar determinado por
la naturaleza y finalidad de la obra (p. e., una obra educativa, una parroquia),
o dejado a la libre determinación de la Compañía. En todos estos casos la
persona jurídica canónica a la que ha sido confiada esta administración (pro-
vincias o casas) es responsable directa de ella ante la institución (eclesiástica o
civil) que se la ha confiado.
32
Recuérdese que, por pertenecer a personas jurídicas públicas en la Iglesia, los bienes propios de la Compañía, de
las provincias y de las casas y obras propias son bienes eclesiásticos (cfr. CIC can. 1257 §1), sometidos a la legislación
canónica (cfr. CIC can. 635; supra [19].
33
Cuando la comunidad es titular jurídica de una institución apostólica, los bienes y derechos de ésta son propiedad
de la comunidad, aun cuando no pueda usar de ellos en beneficio propio y estén al servicio de la institución (cfr. Est
pob, 52 §2, 53).
[ 27 ]
34
Cfr. CIC can. 1256.
35
A este propósito tiene particular significación la distinción, al menos en el ámbito administrativo y contable, que se
ha de establecer entre comunidades e instituciones apostólicas; cfr. Est pob, 49 §1.
36
Est. pob, 65-70.
37
CIC can. 1279 §1. “Ordinarios” en la Compañía son los superiores mayores (cfr. CIC can. 134 §1).
[ 28 ]
5.1. Colaboradores
38
La jerarquía y consiguiente subordinación es un principio general del gobierno de la Compañía (cfr. Cons [666]).
39
Todo esto se concretará más pormenorizadamente en los capítulos siguientes, al tratar de los diversos ámbitos y
niveles de la administración de la Compañía.
40
Form. Inst. de Paulo III y Julio III, n.8; Cons [326, 419, 815].
41
Cfr. NC 391 §1.
[ 29 ]
[60] En las relaciones con nuestros colaboradores laicos se han de cumplir todas las
exigencias de la justicia; ha de establecerse una cordial relación con ellos y ha
de abrírseles ampliamente las puertas a la coparticipación, la corresponsabili-
dad y la codirección por medio de los cauces adecuados, supuesta de su parte
la identificación con los principios que inspiran nuestra misión, y reservándose
la Compañía la decisión final cuando sea suya la última responsabilidad43.
6. Cómo se administra
42
“A estas personas se les deberá ofrecer los medios apropiados para proporcionarles un mayor conocimiento de la
tradición y la espiritualidad ignacianas” NC 307 §2.
43
Cfr. NC 307 §3.
44
Cfr. Cons [305].
[ 30 ]
6.1.1. Planificación
[64] Un primer aspecto a tener en cuenta para una buena administración es la pre-
visión (planificación, proyección); es decir, ir más allá del momento presente y
anticipar y prevenir, en cuanto sea posible, el futuro (necesidades, costos, re-
cursos con que cubrirlos, etc.). La previsión se ayuda de los planes y proyectos
(provinciales, comunitarios, apostólicos), y se concreta en la confección de los
presupuestos.
[65] Es conveniente tener en cuenta que, en la práctica, la mayor parte de las de-
cisiones de gobierno, aunque no versen directamente sobre asuntos económi-
cos, tienen consecuencias económicas; en concreto, frecuentemente dan lugar
a gastos y / o inversiones. Es, pues, necesario tomar conciencia de ello y prever
unos y otras, y ver si se les puede hacer frente y cómo.
6.1.2. Organización
[66] A cada Administrador se le deben dar, por su mismo cargo o por delegación de
autoridad, todas las facultades necesarias para desempeñar adecuadamente
las funciones y responsabilidades que le han sido encomendadas.
[66.1] Ya se haga mediante la descripción general del perfil del cargo o por
delegaciones concretas, ayuda mucho determinar las funciones de
cada administrador en función de los objetivos que debe realizar; así,
[ 31 ]
6.1.3. Coordinación
[68] Como las decisiones que tome una administración de importancia (p. e., de
una casa u obra grande y compleja) pueden afectar económicamente a la Pro-
vincia, es muy recomendable que dichas administraciones nunca dependan de
las decisiones de una sola persona, por muy capaz que sea45; sino que, para
decisiones mayores, se apoye en el consejo (consulta) de otros y se coordine
adecuadamente con sus superiores inmediatos, y de manera particular, con el
Administrador provincial.
[68.1] Para las decisiones, principalmente en el campo laboral y fiscal, toda ad-
ministración deberá apoyarse en asesoramientos adecuados y consultar
previamente con quienes se podrían ver afectados con tales decisiones
45
Cfr. AR XV 489; III 843.
[ 32 ]
[69] Como norma general, no es conveniente que los gastos ordinarios superen
a los ingresos ordinarios. Por el contrario, se debe poner empeño en que los
ingresos superen a los gastos.
[70.4] Si no se cuenta con fondos de libre disposición para cubrir los gastos
no ordinarios (o una razonable seguridad en las ayudas prometidas),
y se hace necesario endeudarse (cumpliendo con las debidas formali-
dades y permisos), mayores han de ser las razones de necesidad y de
provecho pastoral y religioso para asumir tales gastos.
[ 33 ]
[71] Se dispondrá de los excedentes de cada ejercicio económico, cuando los haya,
según lo establecido en nuestro Instituto46. En particular, dichos excedentes se
emplearán en reducir o saldar deudas, cuando según el buen criterio econó-
mico así convenga, en fundar o dotar los fondos o arcas47, en reforzar las pro-
pias obras y ayudar a las comunidades que lo necesiten, y en la comunicación
de bienes dentro y fuera de la Compañía48.
[73] Todo acto de administración que, según el buen sentido, es de una cierta im-
portancia, debe ser consignado por escrito; y, en caso necesario, incluso con las
legalidades formales pertinentes.
6.1.5. Control
[74] Toda buena administración, ejercida en nombre ajeno, debe estar sometida a
un control y a una revisión o auditoría (interna y / o externa)50. Por eso,
46
Est pob 60; 65-66; 79.
47
Cfr. Est pob, 77.
48
Est pob, 65-67.
49
Cfr. CIC can. 133; 1281 §1. Hay que tener en cuenta que aunque un acto sea canónicamente inválido, puede ser
civilmente válido.
50
Cfr. [99-102].
[ 34 ]
[74.2] Los mismos superiores no dispongan con tal libertad del dinero y de
otros bienes, que no den cuenta alguna al provincial52.
[75] A la obligación de dar cuenta corresponde, por parte del Superior que la reci-
be, la obligación de revisar atentamente la administración por sí o por medio
de otra persona.
51
Cfr. Est pob, 43 §2; CIC can. 1287 §1.
52
Est pob, 43 §2.
[ 35 ]
8. Instrumentos administrativos
[ 36 ]
55
Conviene recordar que no se deben firmar documentos jurídicos definitivos sin haberlos leído cuidadosamente.
56
Bien sea un programa general para un período de tiempo determinado –el llamado ejercicio económico o año
fiscal–, o un programa de una acción concreta.
57
Según los casos, cfr. [503], nota 2.
58
Acerca del modo de proceder, cfr. [494-513].
[ 37 ]
[83] Los documentos contables sirven para registrar todas las operaciones econó-
micas de las provincias, casas y obras; mientras que los documentos finan-
cieros sirven para reflejar su estado financiero y patrimonial en un momento
dado59.
[84] Conformidad con las normas contables básicas generalmente aceptadas, a fin de
que lo fundamental de la contabilidad sea fácilmente inteligible aun en áreas
geográficas y culturales diversas del lugar en que ha sido confeccionada.
[86] Veracidad, sencillez y realismo al registrar los datos contables de todas las ope-
raciones económicas que se realizan60.
[87] Rigurosidad para registrar con diligencia toda entrada y salida de dinero y
cualesquiera operaciones contables. Será necesario contar con un soporte con-
table adecuado, a fin de que cada asiento de la contabilidad esté debidamente
justificado con su comprobante u orden respectiva61.
[88] Transparencia, de forma que la contabilidad que se siga sea capaz de dar cuen-
ta de la real y completa situación económico-financiera de la provincia, casa u
obra, a quien necesite y deba conocerla.
59
Los estados financieros permiten conocer la situación y marcha económica de la provincia, casa u obra, y ayudan en
la toma de decisiones, en la proyección adecuada del futuro, en la supervisión y en la información sobre ellas. Para la
confección de todos estos documentos se recomienda el uso de programas informáticos conocidos y confiables.
60
Teniendo en cuenta que no es preciso dar igual tratamiento a la contabilidad de comunidades e instituciones com-
plejas y de gran volumen, y a la misma Administración Provincial, que a otras realidades más modestas y simples.
61
Soporte que habrá que conservar el tiempo que exijan las leyes de cada país - cfr. [97; 98.2].
[ 38 ]
[91] Inmuebles. Deberá llevarse un registro actualizado de todos los inmuebles pro-
pios de la Compañía, en donde conste claramente, para cada uno, quién es
el propietario canónico, el propietario en el fuero civil, el fondo o arca al que
está internamente asignado (cuando proceda), el origen de la propiedad y toda
otra información que sea conveniente conservar para futuras enajenaciones o
exigencias fiscales63.
62
Cfr. CIC can. 1283, 2º-3º.
63
P. e., el notario que extendió el documento de adquisición, las posibles cargas, la descripción catastral o del registro
de la propiedad de cada finca y edificio, así como el tipo de éstos y sus características, etc..
[ 39 ]
[94] Hay documentos financieros auxiliares que sirven para conocer mejor la situa-
ción económico-financiera de una provincia, casa u obra, y ayudan a la toma
de decisiones; p. e., en donde sea posible, se sugiere la confección de estados
financieros en los que se compare el presupuesto con su realización, estados de
flujo de caja y estados que indiquen la procedencia (origen) y la aplicación de los
fondos67.
64
Unos países exigen que la contabilidad de valores se exprese a valor de mercado (dando lugar a cambios patrimonia-
les contables debido a fluctuaciones en el valor de las inversiones); en cambio otros países exigen que la contabilidad
de valores se exprese a valor de compra; si es así, conviene indicar en una nota su valor a precios de mercado, si se
conoce.
65
Si la contabilidad de las comunidades o instituciones apostólicas es llevada por la Administración provincial, a ésta
incumbe confeccionar los balances de que se habla en el texto.
66
Los actuales programas de contabilidad permiten disponer de esta información contable, si se desea, incluso dia-
riamente.
67
Asimismo, es recomendable confeccionar anexos en los que aparezca el detalle de las cuentas y la lista de acreedo-
res y deudores a largo plazo, indicando en cada uno de ellos lo que hay que devolverles o recibir de ellos en el año
siguiente y el saldo remanente para los años sucesivos.
[ 40 ]
[96] Puede también ser útil que la Administración provincial ofrezca, al menos a las
casas y obras más pequeñas o con menos recursos (económicos y de personas),
un servicio común de contabilidad que las ayude en la confección de la misma.
8.3. Archivos
68
Véanse las “Indicaciones sobre los archivos de las provincias y de las casas e instituciones apostólicas”, AR, 2003
XXIII, pp. 363-408.
69
Se recomienda que los títulos de propiedad originales, copia de las erecciones canónicas y un juego completo de los
planos finales de las construcciones mayores se guarden siempre en la Oficina provincial.
[ 41 ]
9.1. Su necesidad
70
Cuando existan soportes electrónicos de estos documentos, es recomendable conservarlos.
71
En cuanto sea posible, es mejor entregar, cuando proceda, una copia o fotocopia del original en vez de éste.
[ 42 ]
[101] Algunos de éstos pueden ser: a) elegir personas competentes y honestas, que
se sientan discretamente supervisadas; b) dividir funciones y responsabilida-
des especialmente entre contabilidad y tesorería; c) rotación del personal en
ellas; d) periódicos arqueos de caja; e) doble firma conjunta para determinadas
operaciones bancarias y para determinados actos y contratos; f) que alguien
personalmente cualificado y realmente independiente sea auditor interno o
revisor ordinario que vigile la observancia de los procedimientos administra-
tivos de control y que haga verificaciones en las diversas secciones, según los
principios de auditoría generalmente vigentes.
[ 43 ]
[104] Las oficinas de desarrollo, los organismos de ayuda a otras provincias ([295-
299]) y las ONG bajo responsabilidad de la Compañía deben también informar
al Provincial de sus cuentas, de sus diferentes campañas y programas de reco-
lección de fondos (‘fund raising’) y de los proyectos que financian73.
72
Cfr. CIC can. 636 §2. Acerca del modo práctico de proceder, cfr. [589-598].
73
No sólo por razones de dependencia y control, sino también por conformidad con el espíritu y modo de proceder
de la Compañía y por transparencia con nuestros bienhechores, con el debido respeto de la confidencialidad y otras
consideraciones de orden privado.
[ 44 ]
1. Conceptos básicos
1.1. Comunidades
[106] Para los efectos aquí contemplados, por “comunidades” se entienden todos los
grupos de jesuitas legítimamente constituidos bajo la autoridad de un mismo
Superior local1.
1
Est pob, 46 §1. En adelante, se usará indistintamente el término “comunidad” o el término canónico de “casa”, para
designar la misma realidad.
2
Cfr. Est pob, 46 §2.
[ 45 ]
[110] Son obras apostólicas que pertenecen a la Compañía, por ser ésta su titular y
propietaria; siendo, normalmente, también propietaria de los medios mate-
riales aplicados a ellas.
[112] Son obras cuya titularidad no pertenece a la Compañía, pero cuya dirección y
gestión le han sido confiadas por sus titulares o promotores, mediante un con-
venio o en virtud de los estatutos de la obra y la aceptación de la Compañía3.
3
Por ejemplo, parroquias, seminarios, colegios bajo convenios, etc.
[ 46 ]
[114] Obra ‘dependiente’ es una obra apostólica de la Compañía, que depende inme-
diatamente de una comunidad, por estar vinculada canónicamente a ella4.
4
Esta era la situación tradicional de las obras propias de la Compañía, y es actualmente una situación frecuente;
posiblemente la más frecuente en perspectiva de Compañía universal.
[ 47 ]
[116] La naturaleza, estructura y funcionamiento de estas obras será definida por los esta-
tutos correspondientes, de acuerdo con el derecho civil y canónico, según los casos.
[117] Son obras, inicialmente creadas por la Compañía y promovidas por ella para
la realización de su apostolado, mediante la colaboración con otras entidades,
[ 48 ]
[118] Son obras con personalidad jurídica propia, canónica o civil5, promovidas o
asumidas por la Compañía, sin ser titular de ellas, pero en cuyo gobierno y
dirección se le asegura algún poder especial.
[119] Sin ser propiedad de la Compañía, ésta tiene sobre ellas solamente el poder y
la responsabilidad que le concedan los estatutos, que generalmente se concre-
ta en la facultad de nombrar y remover a las personas que ocupan los órganos
de gobierno de las obras, sin más responsabilidad directa sobre ellas6.
[120] Son obras o instituciones apostólicas, distintas de las de las categorías ante-
riores, en las que la Compañía no tiene ninguna autoridad ni responsabilidad
verdaderas, aunque tenga alguna relación con ellas.
5
Generalmente bajo forma de sociedad o asociación o fundación.
6
Los estatutos de la obra deberán especificar claramente la responsabilidad de la Compañía en cada caso.
[ 49 ]
[121.3] Obras ajenas, en las que la Compañía simplemente colabora con otros;
de modo que esta colaboración y posiblemente la presencia de jesui-
tas en ellas hacen pensar que son obras suyas, aunque en realidad no
lo sean.
[122] En estos casos es preciso tener la claridad necesaria sobre la posición real de la
Compañía en cada uno de ellos, y sobre la responsabilidad (o no responsabili-
dad) y autoridad (o no autoridad) que le corresponde, y atenerse a ello; hacien-
do además lo posible para que la imagen social corresponda a la realidad8.
7
Por ejemplo, a alguna asociación, corporación o fundación que no depende de la Compañía.
8
Dada la diversidad de situaciones, no es posible dar más reglas generales sobre ellas.
[ 50 ]
9
Por ejemplo, una parroquia o una escuela confiadas personal y directamente a un jesuita, a título personal.
10
Sobre el régimen económico de las comunidades, cfr. Est pob, 54-57.
11
Sobre el régimen económico de las instituciones apostólicas propias, cfr. Est pob, 61-64.
12
Est pob, 49 §1.
[ 51 ]
3. Responsables
[127] Debe administrar los bienes que le corresponda con diligencia y fidelidad, con-
forme a las leyes de la Iglesia y de la Compañía, siguiendo las directrices de
los superiores competentes y ‑en cuanto se deba‑ según las leyes civiles y los
estatutos legítimamente aprobados de las obras que dependan de él. Por tanto
13
Est pob, 49 §2.
[ 52 ]
[129] Hará que cada año los administradores y sus colaboradores preparen el presu-
puesto anual de su comunidad y de las obras que dependen de él, que serán
sometidos, por su medio, al conocimiento y aprobación del Provincial. Asimis-
mo, por lo menos una vez al año, hará preparar el balance de situación y las
cuentas de resultados que ha de enviar al provincial15.
[130] Ha de cumplir con toda diligencia las normas establecidas por el Provincial y
aprobadas por el General, relativas a la distribución del dinero y de los bienes
sobrantes de las comunidades al final de cada año16.
14
Para esto ayudan muy especialmente los Estatutos de la pobreza religiosa de la Compañía.
15
Est pob, 59, 63.
16
Est pob, 60 §1. En cada Provincia el Provincial deberá definir una política de distribución de los excedentes comuni-
tarios tomando en consideración lo que se dice en Est pob, 65-66.
17
Cfr. Manual, 301 §2.
[ 53 ]
[136] Dará cuenta al Superior de todas las cosas de la casa, en particular de las que
le hayan sido especialmente encomendadas.
18
Cfr. Manual, 298 §1.
19
Cfr. Manual, 298 §3.
20
A él corresponde cuidar del orden, razonable confortabilidad, decoro y limpieza de la casa y mirar por las necesida-
des de todos en lo que toca al comer, vestir y otras cosas necesarias para la vida, proporcionándoles cuanto necesiten;
supervisar los diversos oficios, dejando a los encargados suficiente libertad y fomentando la unión y cooperación
entre ellos. Es peculiar misión suya hacer que los huéspedes sean atendidos con toda caridad, y cuidar con especial
solicitud del bienestar material y espiritual de los empleados. En coordinación con la Administración provincial de-
berá cuidar de las sepulturas de los jesuitas de la casa y de los documentos de inhumación (en algunas provincias
puede ser más conveniente que esta tarea pase a cargo de la Administración provincial). En las comunidades de cierta
complejidad ayudará confeccionar un manual práctico o sumario de las cosas que tiene que hacer.
[ 54 ]
[142.4] Hacer las compras de mayor importancia ‑en especial, las provisiones‑
cuidando su calidad y precio conveniente, y viendo que se adquieran
en el momento oportuno.
21
CIC can. 636 §1.
22
Manual, 272, 5º.
23
Manual, 301 § 1.
[ 55 ]
[14.6] Cuidar que se hagan debidamente los contratos de trabajo con los
empleados, de acuerdo con las leyes.
[144] Para poder ejercer debidamente su cargo, conviene que conozca, en cuanto
le sea posible, las leyes civiles, y las de la Iglesia y de la Compañía relativas al
ámbito de su competencia26, y las partes de esta Instrucción que le afectan,
asesorándose debidamente cuando tenga necesidad.
24
Cfr [98]. El Superior deberá tener copia de las llaves de su caja y archivos.
25
NC 222.
26
Cfr. CIC can. 1284; [26].
[ 56 ]
[148] Si el Administrador local es a la vez director de una obra apostólica, llevará las
contabilidades de las entidades bajo su cargo, de forma separada y distinta de
la contabilidad de la comunidad.
[149] Tenga un catálogo de las personas a quienes la casa deba favores de impor-
tancia, a fin de que ésta pueda mostrarles su agradecimiento, según nuestro
modo de proceder28. Se recomienda que este catálogo sea revisado anualmen-
te por el Superior.
27
A no ser que la Administración de la Provincia sea la que lleve la contabilidad de la casa.
28
Cfr. NC 413.
[ 57 ]
[150] Es conveniente que las comunidades mayores cuenten con una comisión seme-
jante a la Comisión económica de la Provincia29, en la que podrán tomar parte
‑algunas veces‑ el Administrador provincial y el Revisor de casas y obras.
29
Cfr. [68; 223-232].
30
El cuadro de responsables de la administración de obras que aquí se presenta corresponde a instituciones apostóli-
cas de cierta envergadura y complejidad; en otras más pequeñas y sencillas –hoy frecuentes– se aplicará esto mismo
adaptándolo a cada caso concreto.
31
Cuando el Director de una obra propia de la Compañía o confiada a ella es un no-jesuita, el Provincial discernirá
con sus Consultores si es oportuno asignarle como asistente-consultor a un jesuita, sin menoscabo de su autoridad y
de la confianza puesta en él.
32
Los poderes y responsabilidades de ambos deben armonizarse de forma que la autoridad del Superior se salve, y
también se salve la autonomía del Director; cfr. “Orientaciones para las Relaciones entre el Superior y el Director de
obras”, AR XXII, p. 411-421.
[ 58 ]
[156] Cada año preparará el presupuesto anual de la obra, junto con el balance de
situación y las cuentas de resultados, que serán sometidos por medio del Su-
perior local, al conocimiento y aprobación del Provincial.
[158] El Director de obra propia de la Compañía –en cuanto las leyes del país lo per-
mitan– realice generosamente las comunicaciones de bienes que el Provincial,
con la aprobación del General, establezca para la obra apostólica, atendidas
las necesidades de ésta y ‑si es el caso‑ lo mandado en sus estatutos y la volun-
tad de los bienhechores34.
33
Deberá conocer bien el régimen de nuestra pobreza religiosa; cfr. Estatutos de la pobreza religiosa de la Compañía.
34
Cfr. Est pob, 67.
[ 59 ]
[163] Es conveniente que también las obras cuenten con una comisión económica
semejante a la Comisión económica de la Provincia, como se dice en [150].
[164] Hay situaciones en las que una obra es regida –según sus estatutos‑ por un
‘Consejo de Administración’ (Board of Trustees), compuesto por laicos y / o
jesuitas.
35
Cfr. NC 404 §2.
[ 60 ]
[167] Deberá haber una colaboración concordada y coherente entre los superiores
y los directores de obra, también en lo que se refiere a la administración eco-
nómica, conforme a las orientaciones generales dadas por el P. General37 y a lo
que concreten los respectivos estatutos.
[168] Cuando los cargos de Superior y Director de una obra apostólica coincidieran
en una misma persona, ésta deberá ser consciente de los diversos cargos que
desempeña, y no confundirlos entre sí.
[169] Ambos sepan de su Superior hasta dónde llegan sus respectivos poderes en los
asuntos ordinarios, y ayúdense mutuamente, en todo lo posible, en el desem-
peño de sus cargos.
36
Debido a que algunas Provincias tienen obras importantes regidas por estos ‘Consejos de Administración’, conven-
drá que hagan una mención explícita a la labor de estos Consejos y a sus relaciones con el Provincial y el Director de
la obra en un manual práctico complementario a esta Instrucción (cfr. [10]).
37
Cfr. “Orientaciones para las Relaciones entre el Superior y el Director de obras”, AR XXII, p. 411-421.
[ 61 ]
38
Manual, 301 §2.
39
Cfr. [68].
[ 62 ]
[ 63 ]
[179] El jesuita que tiene este permiso además de responder ante sus mandantes,
está obligado a facilitar información completa de su administración a su Supe-
rior inmediato y, una vez al año, al Provincial.
[181] En caso de extinción de una obra apostólica, los superiores, según sus respec-
tivas competencias, tomarán las providencias necesarias para que sus bienes
sean destinados a otra obra apostólica o al Fondo de obras apostólicas de la
Provincia o de la Compañía, respetando, si es el caso, las leyes civiles a las que
la obra pueda estar sometida, los estatutos de la misma y la voluntad de los
41
Cfr. CIC can. 129; Manual 291.
[ 64 ]
[182] El Obispo diocesano, puede confiar una parroquia a la Compañía, por acuerdo
con el Provincial, previa aprobación del P. General, y también erigirla en una
iglesia nuestra, a perpetuidad o por un tiempo determinado, mediante un
convenio escrito, en el que, entre otras cosas, se deberá expresar con precisión
todo lo relativo al servicio que se va a prestar, a las personas que van a colabo-
rar y a los asuntos económicos43.
[183] El convenio que el Provincial firme con el Obispo diocesano se ajustará sustan-
cialmente al modelo en uso en la Compañía, contenido en Practica Quaedam,
1997, n. 20244; y en el caso en que la parroquia utilice iglesias y locales nues-
tros, se hará constar en el convenio que no se dispondrá de ellos para otro fin
mientras dure el compromiso de llevarla, sin nuevo acuerdo con el Obispo
diocesano.
42
Cfr. Est. pob 64.
43
Cfr. CIC can 520; NC 274 §1-2.
44
La administración de los bienes de la parroquia seguirá lo indicado en Practica Quaedam n. 202. 8.
45
Cfr. CIC can. 1281 §1.
[ 65 ]
46
Cfr. Practica Quaedam n. 202. 8., h.
[ 66 ]
[188] Las provincias y regiones (misiones), aun las dependientes, en cuanto distintas
de las casas e instituciones apostólicas pertenecientes a ellas –como personas
jurídicas que son de derecho público–1 pueden poseer y administrar legíti-
mamente bienes propios, incluso productivos, pero únicamente para los fines
determinados en nuestro Instituto; quedando siempre garantizado que tales
bienes o rentas no se apliquen nunca al sustento de los profesos y coadjutores
formados, fuera de los casos previstos en el mismo Instituto2.
[189] Los fines para los cuales las provincias y regiones pueden poseer y administrar
bienes propios son, únicamente:
1
Cfr. CIC can 634 §1.
2
Cfr. Est pob, 71.
[ 68 ]
[190] Las provincias y regiones también pueden administrar, además de los bienes
que les pertenecen, otros bienes cuya administración les haya sido confiada;
ya sean de las casas y obras apostólicas pertenecientes a ellas, o de otras pro-
vincias y regiones o, en algunos casos, hasta de terceros4.
2.1. El Provincial
3
Cfr. Est pob, 73.
4
Cfr. [274-279].
5
Además de los mencionados, el Provincial podría considerar conveniente contar con otros colaboradores que lo ayu-
den en la administración de los bienes de la Provincia; si esto es así, deberá definir con mucha claridad las funciones
y responsabilidades que competen a cada uno (cfr. Manual 287 §3).
[ 69 ]
[193] El Provincial tiene –por razón de su cargo– las facultades necesarias para la
administración ordinaria de estos bienes, bajo la dependencia del General y
conforme a nuestro Instituto6.
[194] Para los actos de administración extraordinaria7 debe obtener el permiso del
Superior competente (P. General o Santa Sede), según los casos8.
6
Cfr. NC 391 §1. Según el Derecho Canónico, por razón de su cargo, el Provincial es el representante legal de la Pro-
vincia. Se habrá de tener en cuenta el derecho civil de cada país para ver cómo se tendrá que actuar, en la práctica,
en este punto.
7
Cfr. [39 ; 40.2].
8
Cfr. [46-47].
9
Est pob, 59, 63. Cfr. [503] con su nota.
[ 70 ]
[195.7] Velar para que la remuneración o asignación que reciban los jesuitas
en las obras apostólicas propias por el trabajo que realizan, sea la con-
veniente12.
10
Est pob, 59, 63. El Provincial deberá recibir una copia de los informes de las auditorias que se hicieren en las casas
y obras propias y encomendadas.
11
Est pob, 60 §1.
12
Est pob, 53. Cuando en las instituciones apostólicas propias y encomendadas no existan los consejos de administra-
ción legalmente responsables de cuidar que las leyes con respecto a sueldos sean observadas para todos los trabaja-
dores, es deber del Provincial preocuparse de que la remuneración que reciban los nuestros no sea ni tan baja que
perjudique a sus comunidades ni tan alta que se deje de dar testimonio de pobreza.
13
Est pob, 61.
14
Est pob, 62.
15
Est pob, 67.
[ 71 ]
16
Est pob, 79.
17
Est pob, 28-36.
18
Est pob, 35.
19
Cfr. “Directrices para los provinciales”, n. 56 (Roma) 2003; Cons [820].
20
‘Hechos consumados’ son acciones que se deberían haber sometido al juicio del Provincial antes de realizarse
21
Le ayudará tener cerca alguien que le asesore adecuadamente.
[ 72 ]
[197] Por lo menos una vez al año revisará, junto con sus Consultores, el Administra-
dor provincial y el Revisor de la administración provincial, y con la ayuda de
la comisión económica, la situación económica de la Provincia y considerará
cómo ha cumplido y cómo va a cumplir en el futuro con la obligación de dis-
poner de los bienes sobrantes de sus fondos23. En la misma consulta conside-
rará también cómo se observa en general la pobreza religiosa en la Provincia,
y las disposiciones de esta Instrucción.
[199] Cuidará de que haya siempre en la Provincia personas (jesuitas o laicos) ca-
pacitadas y preparadas para la adecuada administración económica de los
bienes de la Compañía. En este sentido, es muy importante proveer a la prepa-
ración oportuna de algunos jóvenes jesuitas que, en el futuro, puedan prestar
eficientemente este servicio a la Compañía.
22
Cfr. [329-331].
23
Est pob, 79.
[ 73 ]
[201] Dicho Administrador provincial deberá ser siempre un jesuita, nombrado por
el Provincial, con la aprobación del General25.
24
Cfr. CIC can. 636 §1.
25
Cfr. NC 358 §1; Manual, 272, 3º.
26
Se sugiere fijar, de común acuerdo, tiempos frecuentes de encuentro e intercambio.
[ 74 ]
27
Cf. [295-299].
28
Por ejemplo, con los Asistentes para la formación, educación, jóvenes, pastoral, etc.; estos deberán ser conscientes
de la situación económico financiera de la Provincia, pues ella afecta sus responsabilidades, metas, presupuestos y
obligaciones.
29
Cfr. CIC 1284 §1, 3º.
[ 75 ]
[203.11] Administre con esmero los fondos de la Provincia, vele por los ingresos
y gastos de la unidad de Gestión común, y procure gestionar adecua-
damente los otros patrimonios o fondos patrimoniales que pueda te-
ner confiados.
[203.12] Lleve o haga llevar la contabilidad con tal cuidado, transparencia y cla-
ridad, que en cualquier momento –incluso en su ausencia– no haya la
menor duda de la situación económica y financiera de la Provincia y
demás administraciones que tenga confiadas.
30
En algunas Provincias a esta contribución se le llama cuota comunitaria o tasa provincial; en otras Provincias
hay una asignación de gasto que determina el Provincial. En todo caso, es deber del Administrador recomendar al
Provincial la cantidad y el modo como las comunidades (y en algunos casos las obras propias) han de hacer esta
contribución.
[ 76 ]
[203.18] Póngase de acuerdo con los Administradores locales para que los bie-
nes muebles e inmuebles de las casas y obras queden conveniente-
mente cubiertos contra riesgos de posibles infortunios y calamidades,
y de responsabilidad civil por daños a terceros.
31
Cuando se justifique una póliza de seguros, revise o haga revisar anualmente si ésta cubre el valor del bien asegu-
rado.
32
Es útil que el Administrador provincial tenga unas pautas o una especie de ‘manual’ de las diversas políticas y procedi-
mientos dispuestos por el Provincial con respecto a la relación económica con jesuitas, con empleados y con terceros.
[ 77 ]
[204] Regularmente –por ejemplo, cada mes– dará cuenta al Provincial, de la situa-
ción de la unidad de Gestión común y de todas los fondos que él administra33.
Se podrán aprovechar estas reuniones para tratar con el Provincial los diversos
objetivos, políticas y programas de la administración provincial, a fin de pre-
venir el futuro y adaptarse mejor a las necesidades pastorales y económicas de
la Provincia.
[205] En los plazos previstos según el uso aprobado de la Provincia (al menos una
vez al año), envíe a todas las provincias, casas, instituciones y terceros con
quienes se mantienen relaciones económicas (inversiones, depósitos, fondos
confiados, cuentas corrientes, etc.) un breve informe del estado de sus cuentas
con la Administración provincial.
[206] Todos los años presentará al Provincial un informe escrito de la situación eco-
nómica de la Provincia y de los hechos más significativos que han ocurrido
durante el año y que requieren mayor explicación, y preparará los documentos
que éste deberá enviar cada año al P. General, acerca de la situación económi-
ca de la Provincia.
33
Supuesto que se lleva la contabilidad actualizada, y dada la ayuda de los actuales programas informáticos, esta
información habitual queda muy facilitada.
[ 78 ]
34
Cfr. NC 413. Esta tarea podrá realizarla la Oficina de Desarrollo, en los casos en donde la Provincia cuente con una
tal oficina.
[ 79 ]
35
Si se hicieron los necesarios y se evitaron los no necesarios o inconvenientes.
[ 80 ]
36
Según lo indicado en [99-102].
37
Si se conservan ordenada y adecuadamente: escrituras públicas, contratos, documentos importantes, etc., según lo
indicado en [97-98].
38
En algunas Provincias podría ser conveniente separar este cargo en dos: un Revisor de casas (en este caso es pre-
ferible que sea un jesuita) y un Revisor de obras (que en este caso podría ser un comité de jesuitas-laicos, un laico
competente o incluso una firma auditora).
[ 81 ]
[217.1] El Revisor realizará su función, más que como una fiscalización sobre la
administración de casas y obras, como un servicio fraterno de ayuda y
consejo a sus responsables, a fin de que administren mejor sus recursos.
[218] Serán objeto de su revisión los puntos indicados en [212], con las debidas
adaptaciones. Además, examinará en particular:
[ 82 ]
[219] En cuanto a los edificios, compruebe si necesitan ser reparados; si reúnen las
debidas condiciones de seguridad y cobertura de riesgos (seguros); si todo está
conforme a las leyes (instalaciones de todo orden, medidas contra incendios y
para casos de emergencia, etc.)40.
[222] Cuando se trate de enajenar bienes y de contraer deudas por parte de las casas
y obras, el Revisor deberá dar su parecer sobre la conveniencia de tal opera-
ción. Si por sobrepasar la cifra-límite concedida al Provincial para este tipo de
operaciones es necesario recurrir al General, el Revisor le escribirá ‑en carta y
sobre cerrado‑ dándole su parecer.
39
Cfr. [97-98].
40
Si él no es entendido en estas materias, recurra a alguna persona competente y de confianza.
41
Este informe no tiene más valor normativo que el de las prescripciones a que eventualmente haga referencia o en
que se base y el que quiera darle el Provincial.
[ 83 ]
[224] Tiene dos tareas principales que podrían determinar –dependiendo de cada
Provincia– que esta Comisión se divida en dos subcomisiones:
[224.2] Una más restringida, técnica, de expertos, referida a las consultas fre-
cuentes sobre asuntos más prácticos y puntuales que le pueda hacer
el Administrador provincial42.
[225] Son miembros de esta Comisión por razón de su oficio: el Administrador pro-
vincial, que ordinariamente la convocará y presidirá, y los revisores de la Ad-
ministración provincial y de las casas y obras de la Provincia.
42
Como por ejemplo lo referente a inversiones, manejo de las haciendas y propiedades, etc.
[ 84 ]
[227] Se recomienda que los miembros de esta Comisión, que no lo son por oficio,
participen en ella por un período de tres años prorrogables; sin embargo, cada
año considere el Provincial con sus consultores si conviene cambiar a alguno
de ellos.
[228] Cuando la Comisión trate asuntos de una casa o de una obra, se invitará a
participar de la consulta al respectivo Superior o director, y si se juzga conve-
niente, al Administrador local.
[229] Conviene que ocasionalmente, cuando los asuntos lo requieran, se invite al Di-
rector de desarrollo y a los asistentes de formación y de salud, donde existan.
[230] Por derecho propio el Provincial puede convocar la Comisión y asistir a sus
sesiones; e incluso ‑para ciertos asuntos‑ puede decidir si conviene tener una
reunión conjunta con sus Consultores, a fin de que todos puedan informarse e
intercambiar pareceres en su presencia.
[231] Además de reunirse cuando sea necesario tratar asuntos de importancia eco-
nómica para la Provincia, la Comisión Económica se habrá de reunir: a) para
discutir el presupuesto anual de la Provincia y de aquellas casas y obras que el
Provincial le quiera consultar; y b) para discutir el informe económico anual
de la Provincia.
[232] De todas las sesiones de esta Comisión se deberá dejar actas escritas que se
conservarán en el archivo de la Administración provincial.
[ 85 ]
3.1. Planificación
[235.1] En cuanto sea posible y las leyes del país lo permitan, y a fin de facili-
tar el análisis y la comparación de la información, se recomienda que
el plan de cuentas que la Provincia diseñe coincida, al nivel de títulos
mayores, con el que propone el Economato General en los formularios
de rendición de cuentas44.
[236] El cálculo del costo diario medio de cada persona en la Provincia o ‘per diem’.
Como ayuda a la planificación económica de la Provincia se recomienda que
ésta fije una cifra provincial que sirva para diversos cálculos, proyecciones y
43
Cfr. [81-82]. Acerca del modo de proceder, cf [494-513].
44
Cfr. [89]; Form 28.1-3, pp. 199-201.
[ 86 ]
3.2. Organización
3.2.1.1. En general
[237] Para la administración interna de los bienes de la Provincia y de los que están
bajo su responsabilidad, la Administración provincial se habrá de organizar
sobre la base de seis unidades administrativas. Estas unidades son:
45
Por ejemplo, para determinar la pensión diaria de los huéspedes que pasan por la Provincia, o para fijar el estipen-
dio que el Provincial y los miembros de la Curia reciben para llevar a sus comunidades, o para establecer las contribu-
ciones del Fondo de salud a favor de aquellas comunidades que tienen ancianos que dependen de tal Fondo, etc..
46
El per diem que se establezca ha de tomar en consideración un estilo austero de vida en el país en el que la Provincia
se encuentre.
47
Cfr. Est pob, 76.
[ 87 ]
[240] Por determinación del derecho de la Compañía48, los bienes de las Provincia
deben estar aplicados ‑por razón de los fines a que sirven‑ únicamente a cua-
tro Fondos básicos o Arcas que son:
[241] Sólo el P. General puede transferir bienes de un fondo a otro o ‑por justas e
importantes razones‑ refundir varios de ellos en uno solo, quedando siempre
a salvo la voluntad de los donantes49.
[242] Estos Fondos básicos no tienen personalidad jurídica canónica propia; su titu-
lar jurídico es la Provincia.
48
Cfr. Est pob, 73.
49
Cfr. Est pob, 76.
50
Cfr. Est pob, 77.
[ 88 ]
[244] Cuando en el ejercicio anual los fondos generen excedentes en relación con lo
presupuestado, el Provincial los dedicará a fortalecer los fondos respectivos, en
cuanto sea necesario, pudiendo pasar dinero o bienes de unos fondos a otros52,
excepto de los fondos de formación y salud, para lo que necesitará permiso
expreso del P. General.
[245] Si todos los fondos llegaran a estar dotados por encima de lo requerido por las
necesidades presentes y razonablemente previsibles de la Provincia, el Provin-
cial pondrá el sobrante a disposición del P. General para ayuda de la Compañía
universal o de provincias más necesitadas, respetando, en cuanto se deba, la
voluntad de los donantes.
51
Cfr. Est pob, 60.
52
El General tiene facultad de “transferir bienes de un fondo a otro” (cfr. Est pob 76); y en virtud de ella concede esta
facultad a los Provinciales.
[ 89 ]
[247] Este Fondo está constituido por los bienes destinados al sustento y formación
de los que están en probación o dedicados a los estudios, y para el sustento de
los que están a su servicio.
[248] Los bienes de este Fondo y sus rendimientos sólo se pueden aplicar54:
[248.3] Al sustento –en la medida que sea necesario, a juicio del provincial–
de los que están preparándose para entrar en la Compañía (candida-
tos o pre-novicios)56.
[248.4] Al sustento de los que están al servicio de los que están en formación
o probación.
53
Cfr. Est pob, 79 §2.
54
Cfr. NC 205, 1º.
55
El FF no podrá sostener ni subsidiar a no-jesuitas que estudien en un centro de formación de la Compañía.
56
A este Fondo no le corresponde cubrir los gastos de la promoción vocacional; la cobertura de estos gastos es más
propia del Fondo de obras apostólicas.
[ 90 ]
[249] Con aprobación del General, los bienes de este Fondo y sus rendimientos tam-
bién pueden ser aplicados –siempre que no existan otros medios ni se oponga la
voluntad de los donantes– a mantener Seminarios menores de la Compañía.
[250] Los bienes y rendimientos de este Fondo no se pueden prestar a otro fondo
ni a ninguna comunidad, obra apostólica o provincia, sin permiso expreso del
Padre General58.
[251] Cuando las casas de formación están erigidas canónicamente, tienen persona-
lidad jurídica propia y pueden poseer bienes propios, distintos de los bienes
del Fondo de formación.
[252] Los bienes inmuebles destinados a las casas de formación y probación, aun
cuando hubieran sido adquiridos o construidos con recursos de este Fondo,
deben pertenecer normalmente a las mismas casas, canónicamente erigidas, y
no a la Provincia, a través del Fondo59.
57
Cfr. NC 197, Julius III, “Sacrae Religionis”.
58
Est pob, 78. Si el P. General concede este permiso, se deberán observar las normas previstas para los préstamos en
la Compañía - cfr. [401-404].
59
Ello no obsta para que, por motivos de seguridad o cuando el Provincial lo juzgue conveniente, sea el Administrador
provincial quien se encargue de gestionar todo lo relativo a esos bienes.
[ 91 ]
[253] Si una casa común de formación (en donde participan varias provincias) está
erigida canónicamente, sus bienes han de pertenecerle. En caso de no estar
erigida canónicamente, el P. General, oídos los provinciales afectados, deter-
minará a quién pertenecen.
[254] Este Fondo está constituido por los bienes destinados al sustento y atención de
los ancianos60 y enfermos de la Provincia.
[255] Los bienes de este Fondo y sus rendimientos sólo se pueden aplicar:
60
Corresponde al gobierno paterno y personal del Provincial determinar qué personas ‑por su edad o por la disminu-
ción de sus fuerzas‑ se encuentran en esta situación, y en qué medida.
61
Cfr. Est pob, 73, 2.
62
Para determinar el monto de esta subvención, puede ayudar, como cifra de referencia, el ‘per diem’ de la Provincia;
pero, dependiendo de cada caso, esta ayuda podrá ser igual, mayor o menor, según lo determinare el Provincial.
[ 92 ]
[256] Los bienes de este Fondo no pueden ser prestados a otro fondo ni a comuni-
dades o instituciones apostólicas u otras provincias, sin el permiso expreso del
General63.
[257] Además del Fondo de salud, las provincias pueden proveer también de otros
modos a la cobertura de los gastos ocasionados por sus ancianos y enfer-
mos64:
63
Est pob, 78; cfr. [250] nota 58.
64
Cfr. NC 206.
65
Se ha de tener presente que entre la Compañía y sus miembros no existe relación laboral, sino vínculo religioso; por
lo que no está permitido a los jesuitas simular en el fuero civil una relación laboral con comunidades e instituciones
de la Compañía para disfrutar de los beneficios de entidades estatales o privadas que aseguran contra vejez y enfer-
medad sobre la base de un contrato laboral. Cuando los jesuitas que trabajan en instituciones ajenas o aun propias
se vean obligados por la ley civil al pago de los seguros sociales, se someterán a esa ley, quedando a salvo en el orden
canónico el principio aquí formulado.
66
Este procedimiento puede estar especialmente indicado cuando en una Provincia no exista un Fondo de salud ni
otro sistema suficiente; y si este sistema coexiste con el Fondo de salud, sus aportaciones y gastos se deberán contabi-
lizar dentro de la ‘unidad administrativa Fondo de salud’, como un sub-fondo o una sub-cuenta de ésta.
[ 93 ]
[258] Este Fondo está constituido por bienes destinados a promover y subsidiar de-
terminadas obras apostólicas.
[259] Los bienes de este Fondo y sus rendimientos pueden ser aplicados a promo-
ver obras o actividades apostólicas que de otro modo no dispondrían de me-
dios suficientes para mantenerse69, proporcionando –ocasionalmente y no de
modo permanente– ayuda económica para su funcionamiento.
[260] Los bienes y rendimientos de este Fondo se puede utilizar también para hacer
obras de caridad; por ejemplo para completar la aportación que las comuni-
dades hacen a FACSI o para ayudar a otras provincias o para ayudar, en casos
de necesidad, a algunos familiares de los nuestros70 o a aquellos que dejan la
Compañía71.
[261] Si en la Provincia existen otros fondos cuyos fines son apostólicos (p. e., fondos
de solidaridad, fondos de educación, fondos para obras determinadas, etc.),
todos ellos deberán contabilizarse como sub-fondos de la unidad administra-
tiva Fondo apostólico.
67
Cuando el número de jesuitas es significativo, usualmente es más conveniente organizar un seguro interno de sa-
lud. Por tanto, se recomienda ponderar bien las ventajas e inconvenientes de los seguros externos de salud antes de
comprometerse con ellos.
68
Es posible también coordinarse con otras congregaciones religiosas para, por ejemplo, concertar seguros o estable-
cer enfermerías comunes.
69
Cfr. Est pob, 73, 3.
70
Cfr. [474].
71
Cfr. [473].
[ 94 ]
[263] No es propio del Fondo apostólico prestar dinero a las comunidades o institu-
ciones apostólicas74, pero en casos particulares y a discreción del Provincial, se
podría hacer.
[264] Este Fondo está constituido por bienes destinados, principalmente, a poner en
marcha o terminar casas, y a dotar obras apostólicas.
[265.1] A sufragar los costos de un nuevo edificio, incluida la adquisición del solar,
del mobiliario, del ajuar y de la biblioteca de las comunidades u obras
apostólicas, y a remodelar sustancialmente edificios ya existentes.
[265.3] A ayudar por medio de préstamos a bajo interés, o incluso alguna vez
sin él, a casas e instituciones apostólicas.
72
Por causas pías se entienden las obras de piedad, apostolado o caridad, tanto espiritual como temporal (cfr. CIC
can. 114 §2).
73
Si se han de invertir en una fundación autónoma (p. e. creando una escuela, un orfelinato, etc.), los bienes pasarán
a ser propiedad de ésta (cfr. CIC can. 1303 §1, 2º), siendo entre tanto la Provincia solamente titular fiduciaria de los
mismos, obligada a darles ese destino.
74
Esta forma de ayuda corresponde al Fondo para dotaciones.
[ 95 ]
[266] En caso de grave necesidad, a juicio del General, y si consta o se puede presu-
mir razonablemente el consentimiento de los donantes, los jesuitas podrán
sustentarse con el patrimonio y los rendimientos de este Fondo75.
[268] Esta unidad de Gestión común no es un fondo o arca adicional; por lo tanto,
no puede acumular excedentes ni capitalizar77. Se trata únicamente de una
unidad administrativo-contable con las siguientes dos funciones:
75
Est pob, 75.
Junto con las otras funciones que se le atribuyen en el texto, esta unidad administrativa incorpora lo que tradicional-
76
mente se ha venido conociendo como “sumptus comunes” (gastos comunes). En algunas Provincias de lengua inglesa
podría equivaler a lo que se denomina “Current”.
77
Si hubiera excedentes, habrá que disponer de ellos en el siguiente ejercicio económico (p.e. tal vez pidiendo menos
contribuciones a las comunidades).
78
Esto es, hacer de banquera o tesorera de la Provincia.
[ 96 ]
79
Tradicionalmente (en la IAT), al registro de estos ingresos y gastos se le llamaba “Gastos comunes - cf. IAT 208-210.
80
Est pob, 81.
[ 97 ]
81
Cfr. [195.5; 203.14]. Es de notar que el asentimiento del P. General se requiere para empezar a poner contribuciones
pero no para determinarlas o modificaras.
82
Cfr. Est pob, 77.
83
Cfr. NC 208-209.
84
El sustento del Provincial y sus colaboradores comprende gastos como: alimentación, ropería, aseo, vacaciones y
descansos, gastos personales y otros semejantes. A esto se puede hacer frente de dos maneras, según las circunstan-
cias: en caso de unión Curia-comunidad, estos gastos se cargan directamente a la unidad de Gestión común; y en
casos de separación Curia-comunidad, se atribuirá al Provincial y colaboradores una asignación económica con la que
[ 98 ]
[272.8] Viajes de los Consultores a las consultas; de los que van a las Congre-
gaciones de provincia, de Procuradores y General.
[272.11] Otros gastos comunes a la provincia: p. e., las contribuciones a los gas-
tos de la Curia General; los gastos de las diversas comisiones provincia-
puedan cubrirlos en sus comunidades. Como referencia de esta remuneración adecuada se puede tomar el per diem
de la Provincia. Acerca de los modos como se puede organizar una Curia provincial, cfr. p. 215 nota 13.
85
Limosnas regulares y significativas han de hacerse a través del Fondo apostólico.
[ 99 ]
[275] Se sugiere que las donaciones con obligación de renta vitalicia (annuities), si
el donante no dispone lo contrario, se consideren ‘Fondos confiados’ mientras
dure la obligación de pagar la renta88.
86
Es de recordar que estos fondos no son de la Provincia ‑en cuanto persona jurídica canónica‑ sino de aquellos que
se los han confiado.
87
En la actualidad, dada la abundancia de sociedades de gestión de patrimonios, no hay mayor razón para que las
administraciones provinciales se hagan cargo de administrar patrimonios ajenos, si no es en casos muy especiales.
88
Si bien normalmente estos fondos serían de la provincia, los rendimientos de lo invertido podrían ser, en algunos
casos del benefactor, hasta su muerte, según el contrato hecho con éste al momento de la donación.
89
Aunque la Administración provincial no es un banco, por motivos de organización es conveniente que acuerde
previamente con (o informe a) los depositantes de estos fondos el modo como invertirá estos dineros y el tipo de
rendimientos que espera obtener. También conviene que se acuerde con los depositantes que ellos participarán de
los resultados (positivos o negativos) de las inversiones que se hagan; de forma que si se invierte en acciones que no
producen, la Administración provincial no se obligue a devolver rendimiento alguno; o si disminuye la tasa de interés
del mercado, la Administración provincial pueda entregar menores rendimientos.
[ 100 ]
[278] Se sugiere también que la Administración provincial acuerde con los deposi-
tantes el modo de retirar estos fondos, a fin de no verse con dificultades de
liquidez90.
[280] Si bien todos los activos de la Provincia han de ser contabilizados dentro de
los únicos cuatro fondos aprobados en la Compañía (Fondos básicos), ya sea
por razones históricas o legales o por circunstancias particulares de cada país o
situaciones especiales o por otros motivos, algunas provincias de hecho tienen
bienes (bajo una o varias contabilidades) que no están registrados dentro de
los cuatro fondos aprobados.
[281] Estos activos provinciales pueden estar administrados ya sea por la Administra-
ción provincial o por una organización diversa (con una contabilidad comple-
ta), dependiente del Provincial.
90
Por ejemplo en fechas fijas previamente determinadas o avisando con cierta anticipación.
[ 101 ]
[283] Si existe en la Provincia más de una contabilidad fuera de los cuatro Fondos
básicos aprobados, para efecto de los informes anuales que hay que enviar
al P. General, esta columna presentará una suma horizontal de los estados
financieros de estas diversas contabilidades, debiéndose anexar los balances y
resultados de cada una de ellas.
91
La unidad de gestión ‘Otros fondos’ no pretende legalizar una situación que pueda estar al margen de lo que norma
la Compañía, sino más bien busca ofrecer la posibilidad de informar de la existencia de bienes que son de la Provincia
y que no están registrados en los 4 Fondos básicos aprobados, mientras dure esta irregularidad.
92
Cfr. Form 28.1-2, pp. 199-200.
93
En esta columna sólo se registrará algo si ‑debido a circunstancias del momento‑ no es posible asignar estos bienes
de la Provincia a los cuatro Fondos básicos aprobados.
[ 102 ]
3.3. Coordinación
[286] Los Administradores locales de las casas y obras propias y encomendadas de-
berán tener comunicación fluida con el Administrador provincial, y deberán
coordinarse con él en temas legales, laborales y fiscales que puedan afectar a
toda la provincia. En estos temas, los administradores locales deberán seguir
las orientaciones dadas por la Administración provincial94.
94
Cfr. [68].
95
En la medida en que se juzgue oportuno se podrá convocar también a los Ministros de las comunidades.
[ 103 ]
[291] Cada año, terminado el ejercicio económico ‑en lo posible dentro del trimestre
siguiente y no más allá del semestre‑ el Provincial deberá rendir cuentas al P.
General de la situación económica y financiera de su Provincia101; es decir:
96
Cfr. [204; 206].
97
Cfr. [213].
98
Cfr. [214].
99
Cfr. [221].
100
Cfr. [222].
101
Cfr. [597-598].
[ 104 ]
[293] Cada vez es más frecuente que provincias de la Compañía se ayuden mutua-
mente en recursos humanos, apostólicos, de formación y materiales. Estas
ayudas se hacen a través de convenios de hermanamiento, o de intercambios
puntuales o de otras formas de colaboración.
102
Cfr. [280-283].
103
Si se considera conveniente se podrán enviar los informes de auditoría a Roma, como anexo a los formularios de
informes.
[ 105 ]
[296] Estas oficinas y organismos deberán tener siempre unos estatutos, aprobados
por el Provincial, en los que queden claramente definidos: su estado legal ‑ca-
nónico y civil‑, su relación con la provincia, su organización, la pertenencia de
la propiedad de sus activos y de los recursos que colectan, el modo como los
deben administrar, la vigilancia y control a que han de estar sujetos, y el modo
como rendirán cuentas, conforme a esta Instrucción106.
[297] Sea cual sea su forma de organización, deberán tener siempre una relación
especial con el Administrador provincial107 y estar sometidos al control del Re-
visor de las casas y obras108, ya sea por formar parte de la organización econó-
mica de la Provincia misma, ya sea por la responsabilidad económica real que
ésta siempre tiene sobre ellas y sus actuaciones.
104
Cfr. NC 398 §2.
105
Tales organismos pueden depender inmediatamente de la Provincia o tener una autonomía formal mediante
personas jurídicas civiles creadas con este fin (fundaciones, asociaciones sin fines de lucro, organizaciones no guber-
namentales para el desarrollo).
106
Cfr. [104].
107
Cfr. [68; 172].
108
Cfr. [216-222].
[ 106 ]
[300] Cuando se trate de recolectar fondos en una provincia diferente, es preciso que
los provinciales interesados definan la manera de proceder111.
[301] A fin de mantener las buenas relaciones con los benefactores, la presencia de
jesuitas en el trabajo de recolección de fondos es muy importante; sin embar-
go, una parte de este proceso puede ser muy bien llevada por laicos.
109
Cfr. [173].
110
Cfr. [291].
111
Cfr. NC 214. La razón de ello son las dificultades que por estas acciones se pueden presentar: diferencias culturales,
recurso a los mismos benefactores, desconocimiento y desatención a las expectativas y deseos de los benefactores,
conflictos con obras de la Provincia original, etc..
[ 107 ]
[303] El Administrador Provincial deberá colaborar estrechamente con los laicos que
trabajan en la recolección de fondos, a fin de desarrollar prácticas administra-
tivas en el manejo adecuado de los fondos recogidos y coordinar el modo de
proceder con respecto a contratos a largo plazo y a obligaciones que puedan
surgir de la actividad de recolección.
[304] Si varias provincias se unen formando una sola, ésta hace suyos los bienes
y derechos patrimoniales de las anteriores, y asume las cargas que pesaban
sobre ellas, quedando a salvo, sobre todo en cuanto al destino de los bienes y
cumplimiento de las cargas, la eventual voluntad de los fundadores y los dere-
chos adquiridos112.
[305] Dividida una provincia, ya sea porque una parte suya queda incorporada a
otra o es erigida en Provincia distinta, el General ha de dividir también equi-
tativamente los bienes y derechos de la Provincia anterior y las cargas que
pesaban sobre ella, respetando lo dicho en el párrafo precedente113.
[306] En todos estos casos los bienes inmuebles se inscribirán civilmente a nombre
de los nuevos titulares, siempre que sea posible, procurando evitar más gastos
de los estrictamente necesarios; para lo que será muy conveniente pedir los
asesoramientos oportunos.
112
Cfr. CIC can. 121.
113
Cfr. CIC can. 122.
[ 108 ]
[308] Cada Conferencia se rige por sus propios Estatutos, aprobados por el P. General115.
[309.1] Sus ingresos principales han de ser las contribuciones de las provincias
y regiones que las conforman. Estas contribuciones se han de fijar con
la autorización del P. General, en común acuerdo y de manera equita-
tiva, teniendo en cuenta las posibilidades económicas de las diversas
provincias, conforme a los Estatutos de cada conferencia.
[309.2] Pueden también financiar sus gastos con ayudas y donaciones que se
consigan para ese fin; y, si las oficinas interprovinciales forman una
unidad con una comunidad, también se podrán aplicar a cubrir sus
gastos, los estipendios de misas y ministerios y otros ingresos que reci-
ban los nuestros.
114
Cfr. NC 398-400.
115
Cfr. NC 398 §3.
[ 109 ]
116
Cf. [291; 597-598].
[ 110 ]
1. Competencias y responsabilidades
[ 111 ]
[316.4] Aplicar los bienes de las casas, obras apostólicas y Provincias suprimi-
das y dividirlos, en caso de división de éstas, conforme a [180-181] y
[304-305].
[316.6] Determinar lo que se debe hacer sobre las donaciones con carga8.
6
Cfr. Est pob, 9, 65, 67.
7
Cons. [740]; Cfr. Est pob, 94 §2.
8
Cfr. [363-373].
[ 112 ]
[316.11] Aprobar las ayudas económicas con las que cada provincia contribuirá
cada año a cubrir los gastos de la Curia general.
[316.13] Pedir a la Santa Sede por medio del Procurador General13, a favor de
la Compañía y de las provincias, regiones, casas y obras propias, los
permisos que sean necesarios.
9
Cfr. Cons [743].
10
Cfr. CIC can 638 §3; también can 1292 §1.
11
Cfr. CIC can 1308 §§3-5.
12
Manual, 392.
13
Cfr. NC 383 §2.
14
NC 383 §1.
15
Cfr. NC 383 §3.
[ 113 ]
[319.4] Confeccionar cada año los presupuestos de la Curia general para su apro-
bación por el P. General, y controlar periódicamente su realización.
[319.6] Atender todo proceso legal en el ámbito civil a fin de proteger el patri-
monio de la Compañía.
16
Estas contribuciones se determinarán, habida cuenta del número de miembros de cada Provincia y de la situación
económica de ésta y del país.
[ 114 ]
[ 115 ]
[327] La principal tarea de esta Comisión es estudiar los asuntos económicos más
importantes, de incumbencia del P. General y del Administrador general, y dar
su parecer sobre ellos.
17
Por ejemplo: a) en el examen de problemas administrativos concretos, económicos y financieros, sea de la Provincia,
o de alguna casa o institución apostólica importante; b) en la instrucción de los nuevos Administradores provinciales
o locales; c) en la implantación de sistemas de trabajo uniformes en toda la Provincia y coordinados con el modo de
trabajo de la Administración (Economato) General; d) en la información sobre entidades internacionales de ayuda; e)
en el fomento de la comunicación fraterna de bienes, tanto dentro como fuera de la Compañía; f) en general, en la
mejora de la administración económica y de la práctica personal, comunitaria e institucional de la pobreza religiosa,
propia de la Compañía.
18
Cfr. [211-215].
[ 116 ]
[330] La administración de este Fondo, así como la adjudicación de sus ayudas co-
rresponde al P. General, asistido por el Administrador general y por una comi-
sión especial constituida por aquél, formada por miembros de diversas partes
de la Compañía20.
[331] Todo el funcionamiento del FACSI se rige por sus propios Estatutos, aprobados por
el P. General21, cuyos puntos principales se recogen en los números que siguen.
19
Cfr. NC 213 §1.
20
Cfr. NC 213 §2.
21
Cfr. AR XVII 786-798.
22
Esta contribución mínima de las comunidades es obligatoria (cfr. Estatutos del FACSI, 9); y si en algún caso excepcio-
nal esto no fuera posible, infórmese de ello al P. General.
[ 117 ]
[335] Cada año el P. General dará cuenta a la Compañía de los ingresos del Fondo y
de su empleo, de los programas y peticiones que recibieron ayuda, del estado
de los mismos, y de los programas y peticiones recibidas que no pudieron ser
atendidos por falta de recursos o por otros motivos.
23
Cfr. Estatutos del FACSI, 8.
24
Para solicitar una ayuda de FACSI y para posteriormente rendir cuenta, cfr. [599-602].
[ 118 ]
[337.1] En tales casos, bien ponderada la conveniencia de actuar así con los
debidos asesoramientos técnicos, se ha proceder de acuerdo a las le-
yes de cada país, eligiendo siempre figuras jurídicas –a poder ser– las
más sencillas y en las que no quede implicada la responsabilidad eco-
nómica de la Compañía.
1
Este capítulo trata de las principales operaciones administrativas; cómo se entienden y cuáles son las líneas básicas
de su régimen. El modo práctico de proceder en ellas se tratará en el capítulo siguiente.
[ 121 ]
[339] En general, por derecho común, la Iglesia y las personas jurídicas eclesiásticas
pueden adquirir bienes temporales por todos los modos justos, de derecho
natural y positivo, que estén permitidos a otros2.
2
Cfr. CIC can. 1259.
3
Est pob, 38 §1. Fuentes de ingresos prohibidas serían, por ejemplo, las rentas fijas para las comunidades apostólicas,
cfr. Est pob, 54.
4
Est pob, 39 §1.
5
Est pob, 53.
6
Est pob, 39 §2 ; cfr. NC 186.
[ 122 ]
[344] El Provincial debe cuidar que las disposiciones de la Iglesia sobre los estipen-
dios de misas se observen cuidadosamente12.
[345] En cuanto al importe del estipendio, los religiosos deben atenerse al que está
en vigor en el lugar en que se celebra la Misa13, y ha de evitarse siempre hasta
la apariencia de negocio o comercio14.
[ 123 ]
[347] Si no está legítimamente establecida otra cosa, todo lo que los jesuitas adquie-
ran por estos títulos, lo adquieren para la comunidad a la que pertenecen, y el
Superior local no puede conceder que alguno de modo habitual proceda de otro
modo, ni siquiera en beneficio de la propia obra o institución apostólica16.
[348] En lo que se refiere a los derechos de autor, en cada provincia haya normas co-
nocidas sobre el destino de los mismos; a falta de ellas, durante la vida de éste,
se destinarán a la comunidad a la que pertenezca; y, después de su muerte, al
Fondo de obras apostólicas17.
[349] A fin de asegurar el destino debido de todos los ingresos de un jesuita, aun
después de muerte, hágase testamento civilmente válido prescrito por el de-
recho universal y propio. Este testamento se conservará en el archivo de la
Provincia18.
2.2.1. En general
[351] Toda actividad productiva que lleve la Compañía, y cuyo producto termine
siendo comercializado, obliga a cumplir con todas las normas legales e impo-
sitivas de cada país y región sobre la actividad que se esté desarrollando.
16
Est pob, 41.
17
Cfr. Est pob, 84 §§1-4, 88 §§3-4.
18
Cfr. Manual, 71; Est pob, 88 §4.
19
Cfr. CIC cann. 286, 672; NC 215.
[ 124 ]
[352] Estas disposiciones se han de tener en cuenta, de modo particular en las acti-
vidades editoriales de cualquier tipo (p. e. edición de libros y otros materiales
audiovisuales, emisoras de radio y televisión, etc.) y en la gestión de librerías
comerciales (bookstores), aun de libros y material religioso.
[354] Si, con los debidos permisos, se ejerce una actividad productiva y / o comercial,
se deberá mantener frecuentemente informado al Provincial de la situación
económica de la misma, y será necesario contar con la debida competencia,
técnica y económica, para evitar posibles quebrantos.
20
En cuanto a las ventas de artículos en colegios, universidades, iglesias, casas de ejercicio, etc., cfr [444-447].
[ 125 ]
[356] Las donaciones sin cargas anexas, ofrecidas al Provincial pueden ser aceptadas
por él, y aplicadas de acuerdo con la voluntad de los donantes.
[358] Las donaciones sin cargas anexas, ofrecidas a comunidades y obras apostólicas
propias y encomendadas, en principio pueden ser aceptadas por el Superior /
Director respectivo –oídos sus consultores–, pero no pueden ser rechazadas sin
permiso del Provincial.
[359] Las donaciones sin cargas anexas ofrecidas a jesuitas particulares son recibi-
das, en principio, para su comunidad u obra apostólica, según la voluntad del
donante22.
21
Conforme a [271.1; 243.2; 470-475].
22
Est pob, 41-42.
[ 126 ]
[361] Cuando se trate de donaciones hechas con los requisitos formales exigidos por
el derecho (p. e., escritura en documento público), se requiere la aprobación
del Provincial, que hará las oportunas consultas a expertos.
[363] Son aquéllas donaciones cuya aceptación lleva consigo la obligación de realizar
una obra o acción determinada24, ya sea de una sola vez (carga instantánea) o
repetidamente y por largo tiempo (carga duradera). A ellas se equiparan aque-
llas donaciones con obligación de pagar al donante o a la persona o personas
designadas por él, una renta vitalicia.
23
Cfr. Est pob, 89 §2.
24
Esta carga generalmente consiste: a) en celebrar algunas Misas; b) en ejercitar ciertos trabajos pastorales o ministe-
rios; o c) en pagar ciertas prestaciones financieras.
[ 127 ]
[365] Las donaciones con carga aneja instantánea pueden ser aceptadas según las
reglas dadas para las donaciones sin carga26, pero avisando siempre al Supe-
rior inmediato para que éste determine lo que procede hacer, en cuanto a su
aplicación.
[366] Como norma general, no se admitan sin consultar al P. General27, a no ser que
la obligación asumida sea de escasa importancia, de fácil cumplimiento28 o
de corta duración (no más de diez años), tomando siempre las necesarias ga-
rantías y previsiones para poder cumplirla o para poder librarse de ella, si su
cumplimiento se hiciera imposible o resultara excesivamente gravoso29.
[367] Se aceptarán siempre por escrito para que conste con certeza la obligación
asumida y se pueda verificar su cumplimiento.
25
Cfr. Cons [442, 762].
26
Cfr. [356-362].
27
En principio, lo propio de nuestro Instituto es ejercitar los ministerios y hacer el bien para gloria de Dios y ayuda de
los prójimos, mucho más que por acuerdos positivos con bienhechores; cfr. Cons [324, 325, 442, 762].
28
Cfr. Cons [325]. De fácil cumplimiento pueden considerarse, por ejemplo, la ayuda a la formación de los jesuitas, los
subsidios de alumnos en nuestros centros educativos o de ejercitantes en nuestras casas de ejercicios.
29
Cfr. Cons [324, 325, 589, 590].
[ 128 ]
[368] Las donaciones con carga duradera pueden adoptar en ocasiones la figura
canónica de “fundaciones pías no autónomas”30. Para ellas valen las disposi-
ciones precedentes sobre donaciones con carga duradera [366-367] y las que
siguen.
[369] En general, estas fundaciones pías no autónomas (i. e. bienes recibidos con
la obligación de ejercitar ciertos ministerios o trabajos pastorales) se han de
evitar, en cuanto sea posible31. Tales compromisos en todo caso deberán ser
siempre por corto tiempo (no más de diez años)32.
[370] Para que una persona jurídica de la Compañía pueda aceptar válidamente
una fundación pía no autónoma, se requiere la licencia del Superior mayor
competente dada por escrito; que no se dará sin haber comprobado legítima-
mente que la persona jurídica puede cumplir tanto la nueva carga como las
anteriormente aceptadas33.
[371] Las fundaciones, aun las hechas y aceptadas de viva voz, se han de consignar
por escrito, y la escritura de fundación se conservará en el archivo del Superior
que concedió la licencia para ella y en el de la persona jurídica, a cuyo favor se
constituyó34.
30
Cfr. CIC can. 1303. Bajo el nombre de fundaciones pías se comprenden en derecho: 1º las fundaciones pías au-
tónomas, es decir, los conjuntos de cosas destinados a fines de culto, apostolado o caridad, erigidos como personas
jurídicas por la autoridad eclesiástica competente; y, 2º las fundaciones pías no autónomas, es decir, los bienes tempo-
rales dados a una persona jurídica eclesiástica pública con la obligación de aplicar las rentas anuales de los mismos
‑durante un largo período de tiempo‑ a los fines que se determinen en el acto de fundación.
31
Cfr. [366], nota 27.
32
Más allá de este tiempo, la voluntad del donante pasaría a ser un simple deseo votivo que la Compañía trataría de
cumplir con atención, pero sin obligarse a ello; y así se debe hacer saber a los bienhechores. Cfr. Cons [442].
33
CIC can. 1304 §1.
34
Cfr. CIC can 1306.
[ 129 ]
[373] Las fundaciones de misas36 no se deben admitir, aunque sean en favor de las
casas o de los fondos que pueden tener rentas estables Se puede admitir, sin
embargo, la obligación de celebrar un cierto número de misas una sola vez
dentro de un período breve de tiempo o de celebrar un cierto número de mi-
sas cada año, pero por corto tiempo (a lo más, diez años).
2.4. Compras37
[375] Toda compra de bienes inmuebles, cuyo valor esté por encima de la cifra-lími-
te concedida al Provincial, requiere el permiso del P. General; y toda compra
de bienes inmuebles cuyo valor esté por encima de la cifra-límite concedida al
Superior Local, requiere el permiso del Provincial.
[376] Para compras mayores de bienes de uso y consumo conviene que en cada co-
munidad y obra apostólica ‑según su volumen y complejidad‑ haya una sola
35
CIC can. 1303 §2.
36
Las fundaciones de misas son un tipo de fundaciones pías no autónomas. Cfr. [366], nota 27.
37
Acerca del modo práctico de proceder, cfr. [529-534].
[ 130 ]
[377] En las comunidades, los jesuitas podrán realizar personalmente compras me-
nores, particularmente de objetos de uso y consumo personal.
3. Administración de bienes
3.1.1. En general
38
Acerca del modo práctico de proceder, cfr. [535-543].
39
Cfr. CIC can. 1294 §2.
40
Cfr. CIC can. 1284 §2, 6º. Los recursos financieros disponibles pueden ser destinados a cubrir necesidades inmediatas,
y / o a cubrir necesidades mediatas previstas y / o a acrecentar el patrimonio.
41
Est pob, 58, 61, 71-73.
[ 131 ]
[380.1] Los Administradores, tanto provinciales como locales (de casas y obras),
tienen –por razón de su cargo– facultades habituales para realizar las
inversiones financieras necesarias o convenientes para una buena ges-
tión de los bienes cuya administración tienen encomendada.
42
Cfr. Est pob, 54.
43
Est pob, 57.
44
Cfr. Est pob, 60 §1.
45
Cfr. CIC can. 1277. Para estimar la importancia de la inversión no se pueden dar reglas universales, dado que hay
que medirla en relación con la entidad concreta de que se trate, atendiendo al riesgo que comporte para ella. Sin
embargo, es práctica de la Compañía considerar como “de mayor importancia” toda inversión cuyo valor supera el 5%
del total de las inversiones de la entidad –entendiendo que este cálculo se refiere a cada uno de los actos aislados de
inversión o de cambio de la misma.
[ 132 ]
[382] Tres son los objetivos de inversión que han de tener en cuenta quienes ad-
ministran en la Compañía: a) la seguridad (el patrimonio no debe correr más
riesgos que los inherentes a una administración sensata); b) la rentabilidad
(una rentabilidad mayor usualmente lleva consigo un mayor riesgo)46; c) la
conveniente liquidez (las inversiones deben ser fácilmente convertibles en di-
nero, cuando se necesite).
[385] No es conforme a nuestro modo de proceder, para hacer una inversión renta-
ble y segura, prestar dinero a personas o entidades de fuera de la Compañía,
aunque sean familiares o bienhechores49.
46
Habría que desconfiar seriamente de todas aquellas inversiones que ofrecen un rendimiento notablemente mayor
que el promedio del mercado, y evitarlas.
47
Por ejemplo, dada la complejidad de operaciones con “options” y “hedges” se ha de proceder en ellas con mucha
cautela y contar con una muy buena asesoría profesional.
48
No producen renta; no es fácil custodiarlos y resulta caro asegurarlos; no son fáciles de tasar y vender adecuadamente.
49
Cfr. [401-404].
[ 133 ]
[387] Las inversiones en bienes inmuebles pueden ser en fincas rústicas (en explo-
tación o no), en solares urbanos (actual o previsiblemente edificables) y en
edificios urbanos de renta (dedicados a vivienda, a oficinas o al ejercicio del
comercio - tiendas).
50
Hay además otros inconvenientes, según las diversas clases de bienes inmuebles: La explotación de fincas rústicas
no es especialmente aconsejable, pues implica no pocas dificultades, requiere especial competencia técnica y frecuen-
temente es poco rentable. Las viviendas alquiladas pueden tener una rentabilidad baja y no es siempre fácilmente
ajustable a las circunstancias económicas, debido a las políticas generales de alquileres; y por la misma razón, no
siempre es fácil recuperarlas. Los solares urbanos pueden estar sometidos, para bien y para mal, a los vaivenes de las
políticas urbanísticas.
[ 134 ]
[392] En principio, los valores mobiliarios pueden ser de renta fija52 y de renta va-
riable53. Los primeros aseguran un rendimiento fijo, pero no están a cubierto
de los efectos de la inflación; los segundos no aseguran un rendimiento cierto,
pero pueden tener importantes ganancias por un aumento en el valor de los
títulos y en algunos casos por dividendos distribuidos54.
51
Cf. [434-437; 544-546].
52
Como son las obligaciones, bonos, cédulas, letras del tesoro, letras bancarias, etc.
53
Como son las acciones de participación en sociedades.
54
Usualmente a este tipo de inversión se le llama ‘capital de riesgo’, porque el accionista asume, en la medida de
su participación, el riesgo de la empresa; esto es, se puede cobrar o no cobrar dividendos, y se puede aumentar o se
puede perder parcial o totalmente el patrimonio invertido. Hay que tener en cuenta, simultáneamente, la calidad
económica y financiera de las sociedades concretas y la índole de la actividad que desarrollan.
[ 135 ]
[394] Para poder planificar a mediano y largo plazo y presupuestar los gastos co-
rrientes del ejercicio, sin perjudicar el capital invertido a largo plazo sino más
bien protegerlo de la inflación, se podrá retirar anualmente una parte de él,
que no debería superar un determinado porcentaje58.
55
Actualmente hay ‘fondos de inversión’ y una serie de ‘productos financieros’ mixtos, que mezclan características de
inversión de renta fija y renta variable, en distintas proporciones y niveles de riesgo. Se sugiere la asesoría de expertos
financieros antes de participar en este tipo de inversiones.
56
Una estructura de riesgo más bien conservadora aconseja ‑para aquellas Provincias o instituciones que dependen
de ingresos fijos para cubrir sus gastos‑ un 40% en renta variable y un 60% en renta fija.
57
No se debe invertir: en valores que no tengan cotización en bolsa; en sociedades familiares (ni de jesuitas ni de otros);
en acciones que nos conviertan en socios mayoritarios o en participaciones en comandita; ni en lugares donde la
regulación de sociedades y de valores no es suficientemente rigurosa.
58
Esta recomendación presupone una inversión a largo plazo en donde se espera que las oscilaciones del valor de
mercado se compensarán favorablemente a lo largo del mismo. La determinación del porcentaje que se podrá re-
tirar dependerá de varios factores (p. e. estructura del portafolio, economías de escala, monto invertido, y otros). Se
recomienda asesorarse adecuadamente a fin de no retirar sino sólo lo necesario a fin de no perjudicar el capital. Por
ejemplo, para un capital invertido a largo plazo, con un 65-70% invertido en renta variable y un 30-35% invertido en
renta fija, la recomendación sería no retirar anualmente más del 5%. Otras estructuras de portafolio y otras estrategias
de inversión seguramente recomendarán otro porcentaje.
[ 136 ]
59
CIC can 1284 §1.
60
Cfr. [400].
61
En cuanto esto puede ser controlado por inversionistas, en definitiva, pequeños (al menos, comparativamente) y sin
capacidad plena de controlar el destino final de sus inversiones.
62
Est pob, 44.
[ 137 ]
[399] Como religiosos, tenemos prohibido, por el derecho común63, hacer negocio
o comercio sin licencia de la legítima autoridad eclesiástica64; en esta prohi-
bición se incluye también el negocio financiero. Para infringir la norma, se
requiere una pluralidad de actos, conectados entre sí, de tal modo que quien
los realiza pueda ser considerado como negociante o comerciante habitual65.
[400] Como consecuencia, nos están prohibidos los juegos de bolsa o contratos alea-
torios, i. e.:
[400.3] Comprar títulos, a recibir después de cierto tiempo, por un precio pac-
tado ahora, con la esperanza de que después se puedan vender a un
precio mayor.
Según el derecho de la Compañía: “Debemos evitar diligentemente aun la apariencia de negocio y ánimo de lucro”,
63
NC 215 §1.
64
Cfr. CIC cann. 286, 675. Los que contravienen esta disposición “deben ser castigados de acuerdo con la gravedad del
delito”, CIC can. 1392.
65
Así, la doctrina canónica comúnmente aceptada.
[ 138 ]
3.2. Préstamos
[402] Si alguna vez, por razones importantes, pareciere que se deba prestar dinero
de la Compañía a alguien (p. e., para ayudar a nuestros empleados67), no se
haga sin esperanza cierta de cobrarlo y sin el permiso expreso del Superior
competente (según la cuantía del préstamo), documentándolo por escrito en
todos sus pormenores.
[404] Tampoco nos está permitido prestar fianza en favor de los de fuera sin permiso
expreso del Superior competente (en función de la cuantía del préstamo ga-
66
Cfr. además [385].
67
Puede suceder que los convenios laborales estipulen ayudas que en determinadas ocasiones hay que dar a los cola-
boradores en forma de préstamo, a cuenta de su salario (o no). En esos casos el Administrador correspondiente podrá
prestar las cantidades establecidas con todas las garantías previstas.
[ 139 ]
[407] Este fondo podría dar a los depositantes un interés semejante a la tasa de
interés del mercado, y hacer préstamos internos con una tasa de interés algo
inferior a la comercial70.
[408] Este fondo, de crearse, se deberá contabilizar como un sub-fondo del Fondo de
dotaciones o del de obras apostólicas.
68
Est pob, 26 §3.
69
Teniendo en cuenta que no se puede prestar dinero de los Fondos para la formación y para la previsión, sin permiso
expreso del General.
70
Se debe cuidar que la constitución y funcionamiento de este fondo no dé lugar ‑ni apariencia de ello‑ a la existencia
de una responsabilidad solidaria de los depositantes ante terceros.
[ 140 ]
[409] Está permitido tomar en alquiler una casa para vivienda de una comunidad o
un edificio para una obra apostólica, siempre y cuando, por motivos de pobre-
za religiosa y de eficacia apostólica, pareciere más conveniente.
[410] No se puede tomar en alquiler una finca agrícola o ganadera para explotarla
con ánimo de lucro, pero se puede hacer para aprovechar mejor la explotación
de fincas propias.
[412] Los superiores locales no admitan de los de fuera depósitos de dinero efectivo
o de títulos al portador, si no es por causas muy graves, usando las debidas
cautelas y después de haber conseguido el permiso del Provincial. Este permi-
so se puede presumir en caso urgente, pero con la obligación de informarle a
continuación71.
[413] Sólo con muchísima cautela se admitirán otras cosas en depósito, y sólo de
aquellas personas a las que se debe mucho o a las que no se pueda negar este
servicio sin que se sientan justamente ofendidas. Se documentará cuidado-
samente por escrito el depósito recibido y sus condiciones. Al devolver tales
depósitos, se obtendrá un recibo firmado por el depositante, en el que conste
el hecho de la devolución y todos los extremos relativos a la misma.
71
NC 219.
[ 141 ]
[414] Establecer relaciones laborales con ‘no jesuitas’ es asunto delicado; no sólo por-
que a un ‘no jesuita’, al contratarlo, se le está invitando a colaborar en las acti-
vidades de la Compañía, sino, además, porque en no pocos países, debido a la
legislación laboral en vigor, puede resultar muy difícil dar por terminada una
relación laboral, cuando ello pudiera ser conveniente o incluso necesario74.
[416] Las personas serán contratadas sobre la base de sus cualidades personales y de
su capacidad y competencia para el trabajo que se les pide, sin dejarse llevar
por otras consideraciones75.
[417] Según las funciones concretas que habrá de realizar la persona que se va a
contratar, habrá que evaluar si asume, o por lo menos respeta, los objetivos y
orientaciones de la obra, y si, en general, es apta para trabajar en equipo para
los fines que pretende la casa o institución.
72
Acerca del modo práctico de proceder, cfr. [581-584].
73
Acerca del modo práctico de proceder, cfr. [585-588].
74
En algunas situaciones puede ser más conveniente, cuando ello es posible, contratar servicios de otras empresas
(outsourcing), aunque sean algo más costosos.
75
Como sería la pura caridad, la amistad o los vínculos familiares con jesuitas.
[ 142 ]
[420] El futuro trabajador deberá saber exactamente para qué se le contrata; por
ello, se le habrá de dar una descripción clara de las funciones que realizará.
[421] Celébrense contratos justos, conforme a las leyes civiles con los no jesuitas que
trabajan en nuestras comunidades u obras apostólicas76. Si las leyes civiles del
país no llegan a tutelar suficientemente los derechos de los colaboradores con-
tratados, se habrá de ir más allá de tales disposiciones, conforme a la justicia
y la caridad.
76
Est pob, 45.; cfr. CIC can. 1286.
77
Se deberá, por tanto, precisar con exactitud los términos del contrato de cada persona: prestaciones a realizar,
sueldo, duración, vacaciones, promociones, etc. Todo ello es una materia suficientemente complicada como para
proceder siempre con los asesoramientos técnicos oportunos.
[ 143 ]
[427] En general, en cualquier otro tipo de contratos (realización de una obra, con-
tratos con editores, transporte, seguros, etc.) se observarán las prácticas habi-
tuales y equitativas de la región.
[428] En donde sea posible, y a fin de evitar el uso no autorizado o inadecuado, por
terceras personas, de bienes inmateriales que nos pertenecen, es sumamente
recomendable proteger nuestros nombres de marca78 y otros bienes y derechos
inmateriales (p. e. derechos de autor) en los debidos registros de cada país.
78
Nombres de la Compañía y de sus santos, de la Provincia y de nuestras principales instituciones apostólicas.
[ 144 ]
[431] Es todo acto realizado sobre bienes, en que pueda sufrir perjuicio la situación
patrimonial de una persona jurídica; ya sea porque se le limita el dominio de
sus bienes (comodato o préstamo de uso, constitución de prenda, hipoteca,
servidumbres, enfiteusis, cesión de uso y usufructo, cesión en alquiler, etc.) o
porque la endeuda en mayor o menor medida (contracción de deudas).
79
CIC cann. 1295, 638 §3; cfr. [42].
80
Porque el bien transmitido no sale del ámbito patrimonial general de la Compañía.
[ 145 ]
[432] Principio básico: Los bienes eclesiásticos que constituyen el patrimonio esta-
ble82 de una persona jurídica eclesiástica ‑ya sea por su propia naturaleza o
ya sea por legítima asignación de la autoridad competente‑ y que se pueden
conservar, no deben ser enajenados, salvo en los casos permitidos por la legis-
lación eclesiástica y con las formalidades requeridas para ello83.
[433.1] Los bienes inalienables en virtud de un contrato firmado con los debi-
dos permisos.
[433.2] Sin permiso del P. General, los bienes muebles e inmuebles que él
haya mandado conservar; aunque se puede cambiar la modalidad de
su inversión, guardando las normas pertinentes.
[434] A tenor de los cann. 1293 y 638 § 3, para la licitud de la enajenación de bienes
de la Compañía, se exigen los siguientes requisitos:
[434.1] Causa justa para la enajenación, que puede ser: a) la necesidad ur-
gente de la persona jurídica; b) la utilidad manifiesta y evidente de la
misma; c) la piedad o toda obra de religión o misericordia cristiana; d)
la caridad u otra razón pastoral grave.
81
En lo que respecta al modo de proceder, cfr. [544-546].
82
Forman el “patrimonio estable” de una persona jurídica los bienes que constituyen la base económica necesaria para
que pueda subsistir y realizar los fines y servicios que le son propios, y los que le han sido legítimamente asignados
en tal concepto. No siempre es fácil determinar cuáles son, en concreto, estos bienes. En la práctica, puede servir el
criterio del Código de Derecho Canónico de 1917 (can. 1530 § l), que se refiere a “inmuebles o muebles que se pueden
conservar”.
83
La razón es que la Iglesia entiende que dichos bienes los tiene precisamente para el cumplimiento de su misión.
[ 146 ]
[434.3] Otras cautelas que la legítima autoridad eclesiástica crea oportuno de-
terminar84.
84
Tal es, p. e., en la práctica actual de la Santa Sede, la información al Obispo diocesano en caso de venta de bienes
de los institutos religiosos, hecha antes de pedir el permiso para enajenar.
85
Cfr. can. 1294.
86
Comisión de intérpretes del Código de Derecho Canónico, resolución del 20 de julio de 1929 (AAS XXI, 574).
87
CIC can. 1294 §2.
88
Cfr. CIC cann. 1291 y 638 §3.
[ 147 ]
[436.2] El P. General:
[436.2] El Provincial, según las facultades que el General le haya delegado, con
las mismas condiciones que el General.
89
De hecho, esta cantidad, determinada por la Congregación para los institutos de vida consagrada y las sociedades
de vida apostólica, es la misma que las Conferencias Episcopales fijan para su territorio. Cfr. [41].
90
Cfr. CIC cann. 1292 §2, 638 §3.
91
Can. 1190 §2.
92
En la práctica esto depende de la cantidad que el P. General haya delegado a los provinciales; cfr. [44; 46].
[ 148 ]
[442] Quedando a salvo lo dicho en [350-351], está permitido vender, aun a precio
más caro, las cosas que se han comprado para el propio uso o consumo y luego
resulten sobrantes.
93
Tales serían, por ejemplo, el arrendamiento, la cesión en comodato, constitución de hipoteca, endeudamientos, etc.
94
CIC can. 1292 §3.
95
Cfr. CIC can. 1292 §4.
96
CIC can. 1295.
[ 149 ]
[444] Por lo que toca a libros y otras cosas que se venden a los alumnos se han de
observar fielmente las disposiciones civiles vigentes.
[445] Para evitar, además, toda apariencia de negocio y de búsqueda de lucro97, ob-
sérvense las normas siguientes:
[447] De modo semejante se procederá en las pequeñas ventas propias de las iglesias,
casas de ejercicios, etc. En general, en caso de duda, consúltese al P. General.
97
Cfr. NC 215 §1.
98
Manual, 195 §2.
[ 150 ]
[448] El alquiler o arrendamiento es un contrato por el que una de las partes se obli-
ga a dar a la otra el goce o uso de una cosa por tiempo determinado y precio
cierto.
[451] Para precaver los prejuicios derivados de una ocupación precaria, no se con-
ceda a nadie el derecho a usar bienes inmuebles de la Compañía, si no es
mediante un contrato regular de alquiler o de trabajo que incluya ese derecho,
o por medio de otro acto jurídico con las formalidades del caso, válido en el
fuero civil.
99
CIC can. 1297.
[ 151 ]
4.4.1.2. Comodato
[453] El comodato es un contrato, por el que una de las partes entrega a la otra una cosa
determinada y no sustituible por otra igual (cosa no fungible), para que use de ella
por cierto tiempo y se la devuelva. El comodato es esencialmente gratuito.
[454] Objeto del comodato pueden ser bienes muebles e inmuebles, que no perecen
con el uso, (en concreto, también algunas colecciones p. e., de objetos de arte,
bibliotecas, etc.).
4.4.2.1. En general
[ 152 ]
[460] En todo caso, cuando el valor de la deuda a contraer o del bien que se preten-
de gravar (hipotecar o dar en prenda) supere la suma de que puede disponer
el Superior de la persona jurídica que contrae la obligación, se ha de pedir
permiso a la autoridad superior competente.
[461] Adquirir (o construir) inmuebles, a pagar en varios años con la garantía hipote-
caria de esos mismos bienes, requiere permiso del Superior competente para
efectuar gastos extraordinarios; pero no requiere permiso para endeudarse;
porque en ese caso no ha empeorado la condición de la persona jurídica, ya
que tales inmuebles no se poseían antes.
[462] Obtener dinero prestado de una entidad bancaria para operaciones financie-
ras de funcionamiento ordinario de la casa, obra o provincia –por necesidad
de liquidez– cuando con toda certeza se pueda devolver en el espacio de pocos
meses (doce como máximo), no requiere permiso del Superior mayor mediato
o inmediato; pero se deberá hacer con los debidos asesoramientos y consultas,
informando oportunamente a dicho Superior.
104
Se debe tener claro que los Fondos de la Provincia, en cuanto tales, no tienen capacidad para contraer deudas; es
ésta quien las contrae, aunque lo recibido pueda ser aplicado a los diversos fondos.
[ 153 ]
[464] Si una persona jurídica de la Compañía contrae deudas, aunque sea con licen-
cia de los superiores, y aunque fuera para favorecer a una obra o institución
que no pertenece a la Compañía, debe responder de ellas la misma persona
jurídica que las ha contraído105.
[465] Si las contrae un miembro de la Compañía sobre sus propios bienes, con licen-
cia del Superior competente, responde aquél personalmente con ellos106; pero
si realizó con sus propios bienes un negocio de la Compañía, por encargo del
Superior, debe responder ésta107.
[466] Si las contrae un religioso sin ninguna licencia de los superiores, –cosa que, ya
sea para sí ya sea para emplearlo en usos píos, está severamente prohibida a
todo jesuita–,108 responde él personalmente y no la persona jurídica109.
[467] Siempre se puede entablar acción legal contra aquél que aumentó su patrimo-
nio a causa del contrato realizado110.
[468] Cuando la Santa Sede, el P. General o el Provincial dan permiso para contraer
deudas a una persona jurídica de la Compañía o a un miembro de la misma,
105
CIC cfr. can. 639 §1.
106
Se entiende obviamente sólo de los miembros de la Compañía que conserven la propiedad de sus bienes: novicios
y escolares o hermanos aprobados.
107
Cfr. CIC can. 639 §2.
108
Est pob, 23, 1º.
109
CIC can. 639 §3.
110
Cfr. CIC can. 639 §4.
[ 154 ]
[469] Cuando se haya de constituir una garantía real para asegurar el pago de obli-
gaciones, se recurre normalmente a la hipoteca sobre inmuebles, para la que
se requieren los permisos necesarios como si se tratase de una enajenación de
los bienes hipotecados.
[470] En general, no se pueden hacer donaciones de los bienes de la casa, obra apos-
tólica, Provincia o Región, a no ser a título de limosna o por otra causa justa,
con licencia del Superior y según la norma de las Constituciones. Pero todas las
comunidades deben dar limosna a los pobres, según determine el Provincial,
de acuerdo con la situación económica de cada una111.
[471] El Provincial cada año, p. e., durante la visita anual, después de haber oído el
parecer del Revisor de la administración de las casas y obras y de la Comisión
económica de la Provincia, establezca con el Superior la cuantía de las limos-
nas que dará la comunidad112, y que será, como mínimo el uno por ciento de
los gastos ordinarios, debiendo figurar esta cifra en el presupuesto de la mis-
ma. Si la suma superara la cantidad de que puede disponer el Provincial para
gastos, acuda al General.
111
Est pob, 69.
112
Cfr. Est pob, 70.
[ 155 ]
[473] Ayuda económica a los que dejan la Compañía: Los superiores mayores deter-
minarán la ayuda económica de equidad y caridad, que se ha de dar a los que
dejan la Compañía113. Es preferible que tal donativo se dé de una sola vez y no
en ayudas periódicas, y conforme a las circunstancias de cada persona. Tales
subsidios se cargarán a los gastos del gobierno provincial (Unidad administra-
tiva de Gestión común), y si esto no fuera posible, al Fondo apostólico.
[475] Estas donaciones se regirán por las normas generales sobre comunicación de
bienes115.
113
Cfr. NC 36. La Compañía no está obligada, en justicia, a ayudar a los que salen de ella; sin embargo, por caridad
fraterna con quienes la dejan, se les dará una ayuda conveniente.
114
Un jesuita no está obligado a ayudar económicamente a sus familiares, por el hecho de pertenecer a la Compañía;
pero puede suceder que por razones particulares algún familiar próximo (padres o hermanos) de los nuestros necesite
ser ayudado ocasionalmente por un cierto período de tiempo. En esta delicada materia se ha de proceder con verda-
dera caridad, pero al mismo tiempo con suma prudencia, de forma que no se cree la impresión de que la Compañía
ayuda habitualmente y sin una razón especial, a las familias de sus miembros.
115
Est pob, 65.
[ 156 ]
[478] Penas canónicas contra las enajenaciones ilegítimas: Quien enajena bienes
eclesiásticos sin la licencia prescrita, debe ser castigado con una pena justa117,
a discreción de la autoridad que debería haber dado la licencia.
5. Litigios judiciales
[479] Ningún jesuita puede iniciar un pleito o litigio judicial sin la aprobación del
Provincial o de aquel en quien él haya delegado, a no ser que se trate de un
asunto tan urgente que no permita esperar su respuesta; en cuyo caso se le
habrá de informar lo antes posible. El Provincial debe hacer cuanto pueda por
resolver la cuestión antes, por medio de una transacción118.
116
CIC can. 1296.
117
CIC can. 1377.
118
NC 220 §1.
119
En caso de que se trate de una persona jurídica ajena, habrá que acudir a la autoridad competente; p. e., en el caso
de una parroquia, al Ordinario correspondiente.
120
Cfr. CIC can. 1288.
[ 157 ]
[483] Con frecuencia se pueden prevenir y evitar litigios y controversias, si los asun-
tos se ponderan bien y con tiempo, según los dictados de la justicia y de la
caridad, se piden los debidos consejos y asesoramientos de consultores y de
personas competentes, y se determinan por escrito mediante contratos elabo-
rados con toda precisión.
6. Construcciones123
[484] Conforme a nuestro Instituto, los edificios de la Compañía deben ser aptos
para nuestros ministerios, habitables, sanos y sólidos, pero en modo tal que
se vea que tenemos presente la pobreza; por eso, no deben ser suntuosos ni
llamativos. Sobre todo en la parte destinada a los jesuitas, y en obras nuestras,
evítese la ornamentación demasiado escogida y todo cuanto sea lujoso y llame
la atención124.
121
Cfr. Cons [572].
122
NC 220 §2.
123
Acerca del modo práctico de proceder, cfr. [554-580].
124
Est pob, 34 §1.
[ 158 ]
[486] En las casas de los jesuitas debe haber una parte reservada para ellos, donde
se guarde una clausura adaptada a nuestra misión. Esto se debe observar cla-
ramente en los edificios de nueva construcción, y procurar, en lo posible, en
los ya construidos126. Las salas de visita y los despachos donde se recibe a otras
personas se colocarán fuera de esa zona, con las condiciones que requieran las
costumbres de las diversas regiones, de suerte que se mire por la edificación
de todos127.
[487] Cada casa, aun las de las comunidades pequeñas, ha de tener al menos un
oratorio, en el que se celebre y esté reservada la Eucaristía128.
[489] Compete al Superior local / Director de obra cuidar, con la ayuda de sus cola-
boradores, de la conservación de los edificios129.
125
NC 327 §1.
126
NC 327 §2.
127
Cfr. NC 147 §3 y 327 §3.
128
Cfr. CIC can. 608; NC 227 §§1-2.
129
Estos se conservarán en buen estado si a su debido tiempo se reparan averías y defectos, se vigilan techumbres y
ventanas, se pintan las paredes, se rehace el enlucido protector de los muros, etc.. Cfr. [578-580].
[ 159 ]
[492] Procédase con prudencia y sensatez al hacer cambios en los edificios, aunque
sean menores; por los gastos que implican, sólo se han de hacer, si son nece-
sarios o claramente convenientes, y respetando siempre las normas acerca de
los límites de que cada Superior puede disponer y los consiguientes permisos.
[493] En los gastos que se realicen para la adaptación de edificios para comunidades
e instituciones de formación los Provinciales tendrán especialmente en cuenta
nuestra pobreza131.
130
Cfr. [47].
131
Cfr. CG. 32 d. 6 n. 34.
[ 160 ]
1. Presupuestos [81-82]
1.1. Elaboración
1.1.1. Responsables
[497] Durante el tiempo de preparación del presupuesto, se han de revisar los planes
y proyectos comunitarios. Es conveniente que participe toda la comunidad a
fin de indicar los tiempos y montos de los ingresos y gastos que se prevén.
1
En este capítulo se presentan los procedimientos que hay que seguir en la confección de algunos documentos y otras
operaciones de la administración económica. En cada epígrafe general se indican los números de esta Instrucción en
que se tratan las materias correspondientes a él.
[ 161 ]
[ 162 ]
1.2. Aprobación
[506] Normalmente todo presupuesto, para poder ser aprobado, deberá estar de-
bidamente financiado. Esto no significa que necesariamente los gastos deban
estar inicialmente cubiertos por los ingresos o que deba haber un excedente,
sino que, si se espera una pérdida, el presupuesto deberá indicar de qué ma-
nera se la piensa cubrir.
2
Hay instituciones grandes cuya organización cuenta con estructuras aprobadas en sus estatutos para confeccionar,
revisar y aprobar el presupuesto. En tales casos, la institución enviará al Provincial el presupuesto aprobado, para su
conocimiento y para las observaciones que éste crea necesario hacer.
3
Durante este tiempo de preparación, se han de revisar los planes y proyectos plurianuales, ajustándolos para los
años sucesivos.
[ 163 ]
[508] El Provincial aprobará los presupuestos durante el último mes del ejercicio
económico precedente.
[509] El presupuesto, una vez aprobado, entra en vigor el primer día del ejercicio
económico para el que ha sido confeccionado.
[ 164 ]
[514] Quien recibe encargos de misas para celebrar con estipendio, los comunicará
sin demora al Administrador de su comunidad, a no ser que las celebre él
mismo.
[516] A nadie es lícito aceptar tantos estipendios para celebrar misas personalmen-
te, que no pueda satisfacerlos en el plazo de un año5. Lo mismo vale propor-
cionalmente para las comunidades y Provincias.
[517] Los encargos de misas que no puedan ser cumplidos en las comunidades se
entregarán al Administrador provincial, y las excedentes en éstas, al Adminis-
trador general, de modo que se puedan celebrar en el plazo debido6.
5
CIC can. 953.
6
Cfr. CIC can. 954.
[ 165 ]
[521] Quien traspasa a otros encargos de misas con estipendio debe darles el estipen-
dio recibido completo, a no ser que conste la intención diversa de quien lo dio8.
[522] Los encargos de misas con estipendio deben ser distribuidos lo antes posible9,
cuidando que las misas sean celebradas dentro del plazo debido, e.d.:
[522.1] Lo más pronto posible, si han de ser ofrecidas por una intención ur-
gente.
[523] Quienes transmitan a otros Misas que han de ser celebradas, anoten sin de-
mora en un libro tanto las Misas que recibieron como las que han encargado
a otros, anotando también sus estipendios11.
7
Cfr. CIC can. 954.
8
Cfr. CIC can. 955 §1.
9
Cfr. nota precedente.
10
Cfr. CIC can. 955 §2.
11
CIC can. 955 §3.
[ 166 ]
[525] Los sacerdotes anoten con cuidado los encargos de Misas que hayan recibido y
cuáles de ellas han celebrado12; y cada mes den cuenta de las celebradas.
[526] Los que administran causas pías, o quienes de cualquier modo están obligados
a cuidar de que se celebren Misas, entregarán a sus Ordinarios (Provincial o
Superior Regional) las cargas de Misas que no se hubieran cumplido dentro del
año, según las normas del número anterior13.
[527] El párroco y el rector de una iglesia o de otro lugar piadoso, donde suelen re-
cibirse estipendios de Misas, han de tener un libro especial en el que tomarán
diligentemente nota del número de misas que se han de celebrar, de la inten-
ción, del estipendio recibido y del cumplimiento del encargo14.
[528] El Provincial tiene obligación de revisar cada año esos libros, personalmente o por
medio de otros15, y verificar si se han cumplido las disposiciones que preceden.
3. Compras [374-377]
12
Cfr. CIC can. 955 §4.
13
Cfr. CIC can. 956.
14
CIC can. 958 §1.
15
CIC can. 958 §2.
[ 167 ]
[530] Si se han de comprar objetos de gran valor o en los que sea preciso asegurar-
se de la calidad de los mismos y de las condiciones de su mantenimiento, es
muy conveniente pedir precios y presupuestos a diversos proveedores, a fin de
poder elegir la oferta más ventajosa, tanto en calidad como en precio y condi-
ciones de pago.
[534] Siempre se han de pedir facturas o comprobantes de pago por las compras que
se hagan. Dichas facturas o comprobantes se pasarán al Administrador respon-
sable para que, si no han sido pagadas en el acto, se paguen en el tiempo y
modo convenido, y se contabilicen debidamente.
16
Puede ser muy útil compartir información entre compradores (administradores y ministros de las comunidades e
instituciones apostólicas) a fin de obtener ventajas para nuestras comunidades y obras.
[ 168 ]
[535] La norma general es hacer las inversiones, tanto mobiliarias como inmobilia-
rias, a nombre de la persona jurídica de la entidad propietaria de las mismas
(Provincia, casa, eventualmente institución apostólica), utilizando en el fuero
civil el nombre legal de la misma, según las leyes de cada país.
[535.1] En tal caso, varios jesuitas, con firmas solidarias o mancomunadas se-
gún parezca mejor, tendrán poderes en el fuero civil sobre los depó-
sitos, bienes y derechos en que se concretan las inversiones, de modo
que en caso de ausencia, enfermedad, muerte o abandono de la Com-
pañía de alguno de ellos, se pueda disponer de todo fácilmente.
[536] Si, y únicamente por razones de fuerza mayor, los títulos de las inversiones
mobiliarias o sobre inmuebles se hubieren de inscribir en algún caso a nombre
de personas físicas, se emplearán las cautelas que dicte la prudencia y consejo
de personas experimentadas; en concreto:
[536.1] En cuanto sea posible, sean varios quienes tengan poderes para dispo-
ner de tales inversiones, bienes y derechos.
17
Cfr. Est pob, 88 §4.
[ 169 ]
[537] La contabilidad de las operaciones con títulos seguirá los criterios y métodos
generalmente aceptados, de modo que en todo momento se sepa cuántos
títulos se tienen de cada clase, su costo promedio, sus rendimientos, etc.
[538] Es preferible, y donde la normas contables del país o región lo permitan, que
la información contable se consigne a precio de mercado. Si las normas conta-
bles del país o región exigen que se lleve la contabilidad de valores a precio de
costo, se deberá indicar, en nota aparte, su valor a precio de mercado.
[539] Se deberán conservar debidamente los documentos legales que acrediten que
los títulos en cartera son propiedad del ente o entes civiles, bajo cuyo nombre
están reconocidas la Compañía, sus casas e instituciones en el fuero civil.
[541] La Provincia y las obras apostólicas que poseen bienes inmuebles deberán
llevar un inventario siempre actualizado de dichos bienes, con todos los datos
necesarios para su identificación y la de sus propietarios18.
[542] En donde sea posible y fácil de realizar, es aconsejable que los bienes inmue-
bles sean contabilizados a su valor real; y en los casos en que esto no sea po-
sible ni fácil de saber, dichos bienes podrán ser contabilizados por su valor de
catastro o por auto-avalúo.
18
Las Provincias deberán asignar todos sus bienes inmuebles a alguno de los cuatro Fondos aprobados; dicha asigna-
ción deberá contar con la aprobación del P. General.
[ 170 ]
5. Enajenaciones [429-441]
[544] Para toda enajenación que se vaya a realizar y que requiera de la autorización
del P. General se ha de rellenar, con precisión y por completo, el Formulario 2619.
[545.1] Enviar los originales o copia de la o las tasaciones del bien a enajenar.
[546] El Formulario 26, junto con todos los documentos indicados en el mismo, se
han de enviar al P. General con una antelación al menos dos meses con respec-
to a la fecha en que se proyecta efectuar la operación.
6. Deudas [456-468]
19
Cfr. p. 195. El mismo formulario da indicaciones suficientes sobre el modo de rellenarlo.
[ 171 ]
[551] Para toda deuda que se vaya a contraer y que requiera de la autorización del
P. General (o de la Santa Sede), se ha de rellenar, con precisión y por completo,
el Formulario 2722.
20
Cfr. CIC can. 639 §5.
21
Cfr. p. 197; [552-553].
22
Cfr. p. 197. El mismo formulario da indicaciones suficientes sobre el modo de rellenarlo.
[ 172 ]
[552.1] Cuando se pide permiso para contraer una deuda a favor de una obra
que depende jurídicamente de una comunidad, además de incluir el
parecer del Superior de la comunidad y de sus Consultores y el del
Administrador, se debe dar cuenta de las deudas y obligaciones que
gravan a ambas.
[553] Este modo de proceder se seguirá también cuando se trata de contraer deudas
entre personas jurídicas de la Compañía, con la particularidad de que el P. Ge-
neral, cuando sea necesario, puede conceder siempre el permiso sin necesidad
de recurrir a la Santa Sede.
7. Construcciones [484-493]
[554] Se recomienda, en cuanto sea posible, que las Provincias tengan una “Comi-
sión de construcciones” con la función de ayudar a las distintas casas y obras a
elaborar y llevar adelante sus proyectos de construcción.
[555] El fin de esta comisión es velar por la calidad, funcionalidad y austeridad del
proyecto, de acuerdo al estilo propio de la Compañía.
[556] Esta comisión puede estar formada por jesuitas y por laicos expertos.
23
I.e. los pareceres del Administrador de la Provincia y del Revisor de la administración de las casas e instituciones o
del Revisor de los Fondos, según sea una comunidad / institución o la misma Provincia quien contraerá la deuda.
[ 173 ]
[557.1] Si hay fondos libremente disponibles para sufragar todos los gastos;
cuáles serán las futuras consecuencias económicas de la obra (dismi-
nución de réditos e incremento de los gastos ordinarios); y, si será
necesario pedir un préstamo24.
24
Cfr. [456-463; 547-553].
25
Cfr. Cons [826, 827].
[ 174 ]
26
Lo que aquí se dice del arquitecto en algunas partes puede ser también función de un ingeniero civil.
[ 175 ]
[ 176 ]
[566] Una vez que el proyecto y el presupuesto previos hayan sido estudiados del
modo dicho, y se hayan determinado las modificaciones que se han de intro-
ducir, se preparará un nuevo proyecto, ya sea por el mismo arquitecto o inge-
niero o por otros.
[566.1] Aunque no se tengan los fondos necesarios para hacer de una vez la
obra completa que se desea y se vaya a completar en etapas sucesivas,
háganse los planos de toda la obra, o por lo menos unos croquis de
lo que quede por hacer (considerando también la posibilidad de una
ampliación futura, necesaria o útil).
[568] Por delegación del P. General, el Provincial está facultado para aprobar los pla-
nos definitivos para la construcción de un nuevo edificio o para la ampliación
o renovación de un antiguo, con la obligación, sin embargo, de observar todas
las normas de esta Instrucción28.
[569] Si la estimación previa de gastos, que debe ser aprobada por el P. General,
fuera superada en más de un veinte por ciento, sea en el último presupuesto
según los planos definitivos, sea por las modificaciones introducidas durante
28
Cfr. AR 14 (1961-66) 756 s.
[ 177 ]
[569.1] Sin embargo, cuando el exceso sobre la estimación previa sea debido
solamente a incremento de precio de los materiales previstos o a un
aumento de la remuneración de los trabajadores o a mayores impues-
tos, siempre que no sea necesario endeudarse, no se requiere acudir
de nuevo al P. General.
[573] Generalmente tiene ventajas construir de una sola vez, y no por partes, todo
lo proyectado. Sin embargo, si por falta de dinero o por otras razones de im-
portancia no se puede construir el edificio de una vez, se respetará el proyecto
[ 178 ]
[578] Para cumplir con su responsabilidad de mantener los edificios en buen estado de
conservación, el Superior local / Director de obra hará inspeccionar todo el edifi-
29
Cfr. [557-576].
[ 179 ]
[581] Antes de establecer una relación laboral permanente con un ‘no jesuita’, es
necesario ponderar la real necesidad de los servicios que prestará y contar con
una asesoría legal adecuada.
[582.1] Es necesario conocer bien los derechos y deberes del trabajador (e. j.
períodos de prueba, remuneraciones, leyes sociales, gratificaciones,
descansos, ascensos etc.), y las obligaciones legales de quien lo emplea
(e. j. pagos a la seguridad social, retención de impuestos, etc.).
[ 180 ]
[585] Hágase siempre un convenio o contrato claro con quien ha de realizar una
obra o un trabajo por cuenta propia, de manera que haya común acuerdo
sobre lo que se ha de realizar y sobre el modo como ello se hará; si el asunto
es de cierta importancia, hágase el contrato por escrito.
[ 181 ]
9.1.1. Ordinariamente
[589] Como medio ordinario de gestión, regularmente (p. e. una vez al mes), el Ad-
ministrador, en presencia del Ministro (o si es el caso, del consultor de asuntos
económicos)30, ha de dar cuenta precisa al Superior de todos los ingresos y gastos
de la comunidad, y le mostrará la situación de las cuentas de activo y pasivo de
modo que tenga un perfecto conocimiento de toda la administración de la casa.
[590] Para la previsión y corrección de rumbo es conveniente que, con cierta perio-
dicidad (p. e. cada trimestre), el Administrador de la casa u obra se reúna con
el Superior / Director para examinar la marcha del ejercicio y controlar la eje-
cución presupuestaria, a fin de ver si hay desviaciones de importancia y poder
poner remedio a tiempo31.
[591] En estas reuniones conviene tratar todas las cosas de importancia en el ámbito
de la administración32, de modo que el Superior / Director, adecuadamente
informado. pueda tomar las decisiones oportunas.
30
Manual 301 §2.
31
Cuando en una casa haya alguien nombrado Consultor de asuntos económicos, conforme al n. [171.2], se le convo-
cará a esta rendición periódica de cuentas.
32
Tales pueden ser: compras grandes, previsiones de artículos necesarios, reparaciones, diversos contratos, contrata-
ción o despido de colaboradores, deudas a contraer, enajenaciones de bienes, etc.
[ 182 ]
[592] En las comunidades, una vez al año (normalmente, al final del año contable)
téngase una reunión con la consulta de la casa y trátese en ella ‑además de la
suma anual que se debe dar a los pobres y enviar al FACSI‑ sobre la distribución
del dinero y de los bienes sobrantes, conforme a las normas establecidas por el
Provincial33.
[593] Asimismo, terminado el año contable, las obras propias y encomendadas ha-
brán de reunirse para analizar el año transcurrido y preparar la información
que deben enviar al Provincial.
33
Cfr. Est pob, 60.
34
Es muy recomendable fijar un período razonable de transición a fin de que el nuevo Administrador se haga cargo
adecuadamente de los compromisos, deberes y responsabilidades de su nuevo cargo. En caso de que esto no sea
posible, se deberán tomar las necesarias medidas para no descuidar actividades críticas, vencimiento de inversiones
y compromisos adquiridos.
35
Cfr. NC 222. Se recomienda encarecidamente que se facilite al sucesor un balance o estado de situación completo
con todas las cuentas de activo y pasivo, con las cuentas de resultados (ingresos y gastos) y con los anexos y notas
necesarias o convenientes para una perfecta interpretación de esos documentos y para hacerse cargo lo mejor posible
de la situación económica de la unidad de que se trate.
36
V. g.., por razón de enfermedad u otras causas semejantes.
[ 183 ]
[595] Con la regularidad que el Provincial establezca, los Administradores de las ca-
sas y de las obras propias y encomendadas habrán de enviar al Administrador
provincial sus cuentas de situación (Balances) y sus cuentas de movimientos
(Resultados), según los formularios que requiera la Administración provincial.
9.3. Al P. General
[597] Para preparar el informe anual del Provincial al P. General sobre la situación eco-
nómica de la Provincia y de las principales comunidades y obras apostólicas37:
37
Cfr. [291].
[ 184 ]
38
Se recomienda enviar información complementaria si es útil para aclarar puntos.
[ 185 ]
[599] Los programas o peticiones se enviarán al P. General por medio del respectivo
Superior mayor, que añadirá su propio parecer sobre la importancia apostólica
y/o caritativa del proyecto o de la petición, y su inserción en el conjunto de la
acción apostólica y de la planificación pastoral de la Provincia o Región indi-
cando su nivel de importancia.
[601] Una vez que el proyecto ingresa en las oficinas de FACSI, se le pondrá un nú-
mero de referencia para identificarlo. Para comunicaciones ulteriores es con-
veniente hacer referencia al número del proyecto.
[602] Al final del año que sigue a la recepción de la ayuda, quienes la hubieren reci-
bido, darán cuenta al P. General, por medio del Provincial, con el parecer del
Administrador de la Provincia o Región, acerca del modo como se ha emplea-
do el subsidio recibido; ello se hará según lo indicado en el Formulario 2340.
A.M.D.G.
39
Cfr. p. 191.
40
Cfr. p. 193.
[ 186 ]