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PROPUESTA METODOLÓGICA PARA LOS TALLERES DE MURALISMO COMUNITARIO

“MEMORIA, PAZ Y TERRITORIO”

Brevemente explicaré la metodología que el Colectivo Cultural Wipala aplica en los talleres con
comunidades o grupos (de víctimas del conflicto, por ejemplo), con gran éxito. La base de esta
metodología es una adaptación, realizada por el equipo del CC Wipala, de los talleres que utilizó el
Modelo Utz K´aslemal (Buena vida o vida equilibrada en lengua quiché) para el trabajo de salud mental
comunitaria aplicada con comunidades golpeadas por la violencia relacionada con la guerra interna que
vivió Guatemala durante más de treinta años.

Objetivos de la metodología:
Ejercicio sobre la memoria personal y colectiva
Transformar el quebranto en principios de dignidad
Fortalecer la resiliencia
Fortalecer las organizaciones comunitarias

Materiales: (Para un grupo de 20 personas)


3 vasijas pequeñas de barro
1/8 de pegante para madera (Colbón, Ega, etc.)
6 cajas de témperas
6 cajas de lápices de colores
20 pinceles
20 lápices normales o HB
6 borradores de nata
3 sacapuntas
30 cuartos de pliego de cartulina blanca
10 liegos de papel bond.
3 tijeras escolares.
20 tizas de diferentes colores.

ASPECTOS GENERALES
Durante el proceso de diseño y construcción comunitaria del mural se utilizará la vieja y
trajinada metodología “aprender- haciendo”, posibilitando espacios permanentes de
reflexión y dialogo que aporten a la transmisión de la memoria y al diálogo
intergeneracional.

La propuesta de elaboración de pinturas murales colectivas es un diálogo artista-obra-


comunidad, una dinámica de interacción comunitaria que posibilita elementos de discusión
y análisis sobre técnicas, estilos y contenidos enfatizando especialmente en los aspectos
culturales, de la memoria, la solidaridad y de la celebración de la vida.

A continuación, se expondrán las temáticas centrales de cada uno de los talleres de


formación.

Taller 1: APRESTAMIENTO (Duración mínima: 4 horas)


Los participantes se dividen en tres grupos; puede ser contando de 1 a 3, o por veredas, si
hay participantes de diferentes lugares.

A cada grupo se entrega una pequeña vasija de barro generándose una discusión sobre su
significado; para unos la vasija puede representar el territorio, para otros la
comunidad, el municipio, etc.

Luego cada grupo eleva su vasija a la altura de la cabeza y, a la orden del tallerista, la
dejan caer al piso; cada grupo recoge los trozos en que se rompió y procede a decorar
cada parte con témperas, pintando individualmente imágenes del territorio, de sus
memorias de sus vivencias en el territorio, etc.
Una vez se hayan pintado todas las piezas, cada grupo debe rearmar la vasija uniendo las
partes con pegante. Esta metodología introductoria nos permite recolectar pensamientos
y sentires de la comunidad en torno a su región y, en el sentido simbólico, genera una
experiencia grupal que invita a unir lo que está roto. Durante este proceso se generan
interesantes diálogos y reflexiones grupales en torno a las rupturas que el territorio y las
comunidades han sufrido durante el periodo en que el conflicto armado se ensañó en el
territorio.

Al finalizar el taller cada persona participante expresa sus opiniones sobre la experiencia,
siendo este el espacio para compartir la memoria individual y para que aflore la memoria
colectiva.

Será un espacio fundamental en la construcción del proceso participativo de la propuesta


artística. Es un momento para compartir las experiencias de las personas participantes,
desde un ejercicio vivencial y de reconstrucción oral de sus memorias y experiencias. Como
emprendedores de la memoria, las mujeres y hombres tendrán el espacio para darle voz a
sus ideas, que otorguen sentido y contenido a la puesta en escena del mural cómo un
vehículo que permitirá que estos relatos sean alegórica y simbólicamente expuestos,
también será un espacio para reflexionar acerca de los sueños y esperanzas como agentes
transformadores, en unos escenarios cambiantes en búsqueda de la paz, la armonía, la
tolerancia y un territorio digno. Todo esto para la dignificación y reconocimiento de las
capacidades y potencialidades que poseen las personas de reconstruir sus proyectos de
vida individuales, familiares, comunitarios.

Este primer momento del proceso será un insumo fundamental para los talleres prácticos,
en los que ya se puntualizarán los aspectos alegóricos y simbólicos que contendrá el mural
para la construcción del boceto grupal.
Taller 2: QUE QUIERO PINTAR? (Duración: 4 horas)
Durante esta jornada se solicita a los asistentes dibujar y pintar las cosas más
representativas de la comunidad y sus vivencias o de la vereda, incluyendo las ideas del
taller anterior. Se pide a cada participante que se identifique con un elemento del
territorio. Para este ejercicio se entregan materiales como: cartulinas, lápices HB, lápices
de colores, juegos de temperas y pinceles. La actividad se realiza conservando los grupos,
quienes pueden conversar sobre las ideas que tiene para el mural.

Al finalizar los participantes exponen sus trabajos y explican las diferentes


representaciones, porqué se identifican con un determinado elemento; en este espacio se
inicia la prevalencia de la memoria colectiva sobre la individual.

Taller 3: DE LO INDIVIDUAL A LO COLECTIVO (Duración 4 horas)


Se solicita a cada grupo realizar una composición colectiva a partir de los elementos que
han dibujado en los talleres anteriores y que se consideran representativos del territorio o
la comunidad, para tratar de diseñar en el papel las ideas que se quieren pintar en el mural,
sintetizando a nivel compositivo una propuesta e investigando imágenes de contexto que
deben estar presentes en la obra (Por ejemplo, la fotografía de un líder importante, un
sitio, etc.).

Al finalizar la jornada se realiza una exposición de las tres propuestas para analizar
colectivamente los contenidos que, en su conjunto, servirán de base para el diseño final del
mural. Para ganar tiempo en la construcción de los bocetos se recortan las figuras que a lo
largo de los talleres han venido elaborando para pegarlas en los lugares que consideran
convenientes para definir un diseño final.

PINTURA MURAL (Duración: 2 0 3 días dependiendo del tamaño del muro)


Con estas ideas un grupo compuesto por personas de la comunidad, que tengan
habilidades para el dibujo y la pintura, realizarán en papel el boceto del mural y lo pasarán
al muro.
Durante el acto propiamente dicho de pintar (fondear, dibujar, pintar pequeños detalles,
etc.) podrá intervenir toda la comunidad participante, bajo la dirección del grupo más
experimentado.

También se solicitará la colaboración de los participantes, incluidos los curiosos, para la


adecuación de los espacios públicos circundantes a la obra con el fin de mejorar su aspecto
general, por ejemplo, limpieza del terreno aledaño, siembra de plantas ornamentales,
recolección de basuras, etc.

EVALUACIÓN Y MOMENTO CELEBRATIVO


Se realizará una reunión con los participantes y curiosos para evaluar la actividad,
analizando los aspectos positivos, negativos y recomendaciones para mejorar en las
próximas intervenciones artísticas comunitarias.

Como actividad de cierre se propone un momento celebrativo que nos permita el


intercambio de saberes. Donde esté presente la palabra, la danza, la música entre otras, a
manera de acto simbólico que fortalezca la integración entre el proceso de muralismo, la
memoria y los saberes propios.

TIEMPO DE DURACIÓN
Los tres primeros talleres pueden durar dos días, que es lo correspondiente al diseño
comunitario del mural; la pintura del mural puede durar entre 3 y 4 días dependiendo del
tamaño del muro a intervenir.

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