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3 Cosas Que Un Hombre

Jamás Te Dirá

…pero necesita que sepas para seguir


conquistándote

Enrique Delgadillo
Voy a iniciar con una advertencia.

En una época en donde los términos “feminista” y “machista” salen volando a la menor
provocación, es difícil hablar acerca de las diferencias entre hombres y mujeres y cómo
percibimos la vida, el amor, el sexo, las relaciones y mil cosas más.

Sobre todo cuando te encuentras con personas que han sido lastimadas por un miembro del sexo
opuesto en el pasado.

Entonces, sabemos que aprender estos secretos de la mente de nuestras parejas es clave para
tener paz mental, confianza y emocionarnos por la experiencia del amor.

Pero escucharlas, observarlas y analizarlas desde un lugar neutro e imparcial no siempre es fácil
ya que:

- Nuestra naturaleza humana es experta en buscar culpables fuera de nosotros


- A veces estamos rodeados de hombres culpando mujeres y mujeres culpando hombres de sus
desgracias
- En general no existe una educación sobre estos temas… simplemente no nos enseñan en la
escuela a tener buenas relaciones.

Entonces quiero que esta mini guía te sirva para entender mejor cómo funciona esa persona
especial, te va a llevar no más de 10 minutos leerla… pero sí pido una mente amorosa y abierta,
que podamos salirnos de nuestra propia película en donde somos protagonistas, para poder
entrar en la película de él, donde él se siente el protagonista. Que por cierto, es una de las claves
para entender e influir en cualquier persona en tu vida.

¿Porqué es tan difícil entendernos?

Cuando se trata de hablar de temas de relaciones, hombres, mujeres, atracción, el amor, y demás
cosas que nos interesan, es complicado por tres cosas:

• 1. Todos creemos que tenemos la razón… basado en lo que hemos vivido, visto y escuchado
en el mundo, y defendemos esas creencias con nuestras vidas.

• 2. Todos experimentamos la vida a través de nuestro propio lente manchado por nuestra
educación, sentimientos y pensamientos particulares.

• 3. Todos venimos pre programados con un “software” que produce nuestras tendencias,
nuestras preferencias y la forma en que nos comportamos.

Un hombre jamás sabrá lo que se siente experimentar más de 20 cambios de estado emocional a
lo largo del día. Si te soy 100% honesto, incluso yo que llevo gran parte de la última década
desarrollando programas y cursos de empoderamiento, desarrollo personal y prosperidad para
mujeres, y como consecuencia he podido ayudar a miles de mujeres a recuperar su confianza, su
poder de atracción y mejorar su relación con parejas, con la abundancia, y con ellas mismas,
jamás voy a experimentar esas cosas en carne propia.

De la misma forma, una mujer jamás va a experimentar lo que un hombre experimenta, desde su
punto de vista particular, desde las hormonas que lo hacen funcionar y los activadores sociales a
los que respondemos. Por eso me gusta abrir este tipo de “ventanas” a la mente masculina, para
que puedas observar y utilizar nuestra psicología para que tú puedas tener más influencia y poder
de atracción en tus relaciones.
Mujeres enseñando a mujeres cómo entender a hombres siempre carecen de ese elemento
crítico, la perspectiva masculina… pero hombres enseñando estas cosas carecemos totalmente
de vivir la experiencia de ser mujer.

Es un dilema que he podido resolverlo con algunas soluciones creativas que ya te enseñaré…
pero no hay que desviarnos del tema…

Entonces cuando ignoramos que existen diferencias esenciales y que tu pareja percibe el mundo,
la relación y las personas de forma radicalmente distinta, lo que sucede es que creemos que
nuestra pareja debería de pensar y comportarse como nosotros, o que deberían de importarle las
mismas cosas que nosotros…

…y si no, significa que no nos ama o que no congeniamos.

No hay nada más alejado de la realidad.

Tenemos diferentes tendencias, ambiciones, incluso fantasías (estoy casi seguro de que mi pareja
no se excita pensando en mí besando a otro hombre… casi).

Eso sí, parece que una de sus fantasías es que tomemos clases de spinning juntos por alguna
razón.

Cuando llego a la casa después de un día separados, ella quiere contarme TODO lo que le pasó
en su día… con lujo de detalle.

Yo lo que menos quiero en ese momento es hablar… quiero silencio sagrado, para resolver todas
las cosas que yo viví en el día.

Esa es una diferencia crucial entre nosotros… hombres cuando nos estresamos, tendemos a
cerrarnos para resolver las cosas con nosotros mismos. Mujeres cuando se estresan tienden a
querer externar sus conflictos.

Por eso es que muchas mujeres lo primero que hacen al enfrentar un conflicto es agarrar el
teléfono y llamar a su amiga confidente.

Un hombre no hace eso.

Esto es importante porque a veces una mujer cuando percibe a un hombre “callado y distante” o
que “no la hace parte de su vida” en realidad es un hombre estresado. Esto no significa que su
pareja tenga que adaptarse a él, sino que para establecer comunicación requiere de comprensión
de ambas partes.

Ella quiere comunicar y conectar para resolver lo que le sucede.

Él quiere aislarse y resolver internamente lo que le sucede.

Ella quisiera que él fuera más expresivo, más comunicativo.

Él quisiera que ella fuera menos emocional y más directa y al grano cuando se expresa.

¿Cómo resolvemos esto?

Bienvenida a mi mundo.
Ningun está bien o mal, ninguna significa que uno ame menos al otro. Sólo significa que
requerimos de un poco de comprensión y acuerdos de ambas partes.

Otro ejemplo para dejar este tema bien claro…

Mujeres cuando conversan tienden a querer saber, y dar detalles: ¿Cómo sucedió? ¿Qué te dijo?
¿Quién dio el primer paso? ¿Cómo estuvo? ¿Qué tal besa?

Hombres vamos directo al grano: ¿Cogieron o no cogieron? Sí? High five. No? Ni modo.
Siguiente tema.

Mujeres dirán que hombres somos robots insensibles y fríos. Hombres diríamos que mujeres
parecen urracas que no dejan de hablar de sus vidas y sus relaciones.

Nadie tiene la razón. Sólo que nadie está en la cabeza del otro ni experimenta las mismas
hormonas en la misma dosis.

Mujeres responden más a la oxitocina, la hormona del amor, que nos hace querer cuidar de otros,
nutrir, acompañar, crear relaciones profundas y socializar.

Hombres respondemos más a la dopamina, un neurotransmisor que se activa cuando


experimentamos el reto y la novedad.

Esto no quiere decir que una mujer no busque novedad y reto, o que un hombre no quiera
conectar profundamente con su pareja… sólo que experimentamos estos deseos en diferente
medida.

Mujeres tienen un cerebro que les permite una habilidad muy particular… el pensamiento en red.
Pueden dividir su atención en múltiples tareas.

Hombres tenemos que bajarle el volumen al radio para poder echar el carro en reversa y no
desconcentrarnos.

Esto fue diseñado así por nuestra evolución. Hace miles de años, hombres cazadores
necesitaban todo su enfoque y atención para derribar al mamut. Aquellos hombres que dividían
su atención, no comían o morían en la cacería. El enfoque al cien por ciento era no negociable
para un hombre.

Mientras que mujeres recolectoras no sólo estaban al pendiente de recolectar, sino de sus hijos y
la seguridad de la tribu, si se llegara a asomar algún peligro.

Era una necesidad poder poner tu atención en diferentes cosas a la vez.

Ambos, jugaban un rol crítico en la supervivencia de la tribu. Ninguno más ni menos importante.

Al final, ninguno es mejor que el otro. Cada género tiene distintas habilidades que lo hacen mejor
para ciertas cosas. Mujeres son mejores para comunicar, tienen mejores habilidades sociales y
son excelentes para tratar con personas.

Esto no significa que un hombre no pueda ser bueno para esas cosas, ni que el 100% de las
mujeres van a ser súper hábiles socialmente, simplemente que mujeres tienen esa tendencia pre
programada.
Hombres somos mejores para tareas mecánicas y la realización de objetivos, aventar una lanza a
un mamut (o aventar y atrapar un balón), desde pequeños nos interesan cosas como coches,
ruedas, puertas, cosas que tienen mecanismos y se mueven.

Esto no significa que una mujer no pueda ser excelente en estas cosas (muchas lo son), sólo que
nosotros vemos casi predispuestos para ello.

Esto no es bueno ni es malo, es sólo un efecto de causas de hace millones de años.

Mujeres tienden a ser mejores con personas, hombres tendemos a ser mejores con cosas.

No es casualidad que en el mundo de la medicina, la mayoría de hombres prefieren el campo


mecánico (la cirugía) y mujeres prefieren el campo humano (la enfermería). Hey, existen mujeres
cirujanos formidables… pero no son la mayoría. Existen hombres enfermeros excepcionales, pero
nuevamente, no son la mayoría. Ni por mucho.

Podríamos creer que estas son tendencias sexistas o resultado de una sociedad machista que
limita a mujeres de ser cirujanos (o una sociedad feminista que no quiere hombres enfermeros).
Pero al final si preguntad a todas esas mujeres que se dedican a cuidar y esos hombres que se
dedican a diagnosticar y reparar, te van a decir que ellos PREFIEREN hacer lo que hacen, y que
les gusta.

Una mujer puede ser tan buen cirujano como un hombre, pero PREFIEREN estar en el área
donde cuidar, nutrir y conectar es la prioridad.

Hombres pueden ser igual de buenos enfermeros como mujeres, pero PREFIEREN el aspecto
funcional y mecánico… abrir personas y reparar sus partes dañadas.

Lo mismo hacemos con carros y televisiones, y mientras que hay mujeres mecánicos y corredores
de coches fantásticas, vas a encontrar que la mayoría no prefiere estas cosas.

¿Quieres más ejemplos?

Observa cómo las niñas pequeñas tienden a tratar a sus juguetes como personas, mientras que
los niños tienden a tratarlos como cosas.

Eso explica por qué las niñas tratan a sus muñecas como bebés, pero los niños les quitan la
cabeza y los brazos para ver qué tienen adentro.

Y todos, te aseguro, podemos pensar en un ejemplo que sea la excepción… el niño que juega a la
casita y trata a las muñecas como su bebé, la niña que quiere jugar a los coches y más grande se
vuelve piloto de carreras.

Pero simplemente no son la mayoría.

Incluso en sociedades donde se promueve la igualdad, vemos mujeres preferir la conexión y las
relaciones sobre las tareas mecánicas.

Está programado en nuestro ADN. Y si podemos verlo como el efecto de una causa, y no el
resultado de una sociedad sexista, sólo así podremos entendernos y recuperar la atracción y la
emoción en nuestras relaciones.
Enrique, probaste tu punto pero…
¿Por qué debería de confiar en ti para recuperar mi poder de atracción, mi confianza, y mi
abundancia como mujer?

¿Cómo sé que no eres un hombre machista que sólo dice cosas bonitas para hipnotizar y engañar
a indefensas mujeres para someternos y crecer el imperio machista de los hombres machistas
machos?

Buena pregunta.

Y honestamente no sé si deberías seguir leyendo o no.

…porque para saber quién va a usar las cosas que enseño para bien y quien lo va a usar para
manipular y engañar a otros es un poco difícil.

Yo soy de la creencia de que la ciencia de la influencia, la persuasión y el poder social es algo que
todos los líderes y personas buenas en general debemos aprender.

Nos ayuda a convertirnos en mejores parejas, padres, líderes, jefes, compañeros y amigos.

Pero igualmente puede ser utilizado para el mal.

Yo llevo buena parte de una década enseñando no sólo a mujeres, sino a hombres también a
empoderarse, buscar relacionarse desde el amor, desde la abundancia del “quiero aportarte” y no
desde la carencia del “tú me debes, necesito de ti y quiero quitarte”.

Yo utilizo esta ciencia este arte para crear relaciones excelentes en mi propia vida, y más allá de
eso, para servir a más de dos millones de personas que siguen mi trabajo en YouTube, Redes
Sociales, y suscriptores en mi sitio web…

Más bien yo te preguntaría a ti si estás dispuesta a hacer este trabajo de introspección, convertirte
en tu versión más irresistible, y darle buen uso a este trabajo. Ser buena influencia para los
demás.

…la pregunta es, ¿qué harías tú si tuvieras ese tipo de poder de influencia, persuasión y
atracción?

Por eso la información que tengo para ti aquí te va a servir mucho, pero sólo si sabes aceptarlo
como verdadero, y utilizarlo para mejorar tus relaciones con hombres.

En corto, tienes tres opciones…

…y cada una de ellas te llevará a diferentes circunstancias (y vas a ver que tus amigas y
conocidas caen en una de estas tres):

a) Puedes ser la mujer que no acepta estos conceptos, que rechaza la idea de que somos
diferentes, y opina que los hombres son patanes malintencionados infieles ratas de dos
patas… es la mujer que nos amarga las reuniones sociales y familiares quejándose sobre
cómo los hombres llegaron a arruinarle la existencia (ya sabes cuáles).

b) Puedes ser la que quisiera tener buenas relaciones con hombres, pero que ignora estos
conceptos y sigue haciendo lo que una y otra vez no le ha funcionado… esta es la que aún
cree que el amor de película de Disney es posible si tan sólo llegara su príncipe azul a
rescatarla.

c) Puedes ser la mujer empoderada que toma control, que decide conocerse, conocer cómo
funciona su psicología, desenredar sus inseguridades, entender la mente de las demás
personas, y se da cuenta de que realmente no somos complicados si analizas el por qué de
nuestros mecanismos de atracción, nuestras hormonas y procesos de pensamiento. A esta
mujer la encontramos en relaciones excelentes, es independiente emocionalmente y sabe
cómo mantener su poder de atracción a largo plazo. Los hombres se mantienen en “modo
conquista” cuando están en una relación con ella. Conoce los secretos, tanto de su propia
mente como la de él, y ella es el tipo de mujer que otras consideran que tiene toda la suerte, o
la que le “llegan” los hombres buenos.

Cabe mencionar que hay más de las primeras dos, por una razón muy sencilla…

…es la misma razón por la que también hay más hombres que opinan que las mujeres son
complicadas, conflictivas, y difíciles de complacer que sólo quieren arrancarles el corazón y verlos
sufrir.

La razón es que es demasiado incómodo tomar responsabilidad y tener que hacer algo para
cambiar nuestras creencias y nuestra forma de actuar.

Así que antes de comenzar, quiero felicitarte porque eres de las que deja de escuchar la sabiduría
de la tía Juanita y sus cuarenta gatos, y sabes que hay formas de conseguir lo que quieres en tu
vida romántica.

Entonces te dejo con estas 3 cosas que un hombre jamás te va a decir, pero que realmente
necesita de que sepas, sobre todo si quieres mantenerlo enamorándote constantemente (más un
tip ninja al final).

Algunas de estas cosas se te van a hacer lógicas, algunas otras absurdas, pero son las cosas que
un hombre necesita que sepas para mantenerlo en lo que yo llamo el “estado de conquista
permanente” que es tan necesario para llevar relaciones emocionantes a largo plazo.

Esto es lo que a veces muere por decirte… pero no lo hará. Y bueno, si aún no has conocido a
ese hombre especial, imagina que te lo está diciendo desde el futuro.

3 cosas que un hombre jamás te dirá… pero necesita que sepas para
seguir conquistándote.

1. Tiene sus propias heridas pero no te lo va a decir.

Creció en una sociedad donde le dijeron que llorar es de niñas, que era menos hombre si
expresaba sus emociones.

La televisión y las redes dicen que si no tiene un yate y un Lamborghini no es mejor que los
demás, y no es suficiente.

¿Todo ese machismo que ves allá afuera? Te voy a contar un secreto…
Está basado en la inseguridad colectiva de hombres que se sienten débiles y amenazados. Lo
sabemos porque la psicología nos indica que una persona que tiene verdadera seguridad en él o
ella, no siente necesidad de someter a nadie ni hacerlo menos.

Es reflejo de una sociedad donde hombres que están compitiendo por estatus y supervivencia
buscan mostrar su “dominancia” cuando en realidad en el fondo son débiles.

A veces por las experiencias en las que lo han lastimado, pero sobre todo por un estúpido temor
social a que mujeres pueden lastimarnos, que lo engañarán a la menor provocación cuando pase
un hombre más hombre que él.

Una persona muy cercana a mí, cuando yo tuve mi primera novia (y con toda la intención de
protegerme) me dijo que no confiara en las mujeres, porque podían esta hablando por teléfono
contigo y al mismo tiempo estar con “el otro” sin que te des cuenta.

Esa conversación dejó huella en mi mente, como adolescente tuve mucho miedo del daño que
una mujer me podía hacer.

Cuando un hombre siente celos, es porque no se siente suficientemente atractivo, o divertido, o


exitoso como la persona que le produce los celos. Se siente amenazado.

Cuando a un hombre le cuesta decir “te quiero” o mostrar cariño, se está protegiendo del daño
que esa persona podría ocasionarle si se muestra vulnerable.

…entre muchas cosas que podría contarte.

Entonces ¿cuál es el secreto?

Es fácil de entender, pero no fácil de implementar en el momento de un conflicto (y a él le serviría


muy bien en hacer lo mismo contigo):

Escuchar para comprender, y no para responder y defendernos.

En lugar de crear estas batallas enormes de ego donde cada quien está luchando por tener la
razón… tratar de entender cómo es que la otra persona también tiene la razón, igual que tú.
Porque en el fondo, todos sentimos que la tenemos.

Lo peor que podemos hacer a una persona (pareja o quien sea) es invalidar sus motivos, sus
razones y decirle simplemente que está “mal” o que su pensamiento es “incorrecto”. Incluso
cuando así lo percibimos nosotros.

Hacer esto, detenerte y preguntarte en medio de un argumento, ¿cuáles serán las causas de que
mi pareja esté sintiendo lo que siente? ¿cómo podré mostrarte que lo comprendo para que me
cuente más al respecto y se abra conmigo?

Es un ejercicio mágico que hace relaciones contentas y ayuda a esa persona a abrirse contigo
para mostrar sus heridas.

Sólo te voy a decir esto para terminar este punto… cuando tú puedes lograr que cualquier
persona se abra, te muestre sus heridas del pasado con la confianza de que no lo vas a juzgar,
has dado uno de los pasos más grandes para crear una conexión que puede durar años, si no es
que toda la vida.
2. No te lo dice porque lo haría muy vulnerable… pero las palabras que eliges a veces
lastiman su percepción que tiene de él mismo como hombre

Naturalmente por nuestra psicología evolutiva, y propiciado por una sociedad que espera que un
hombre sea exitoso, proveedor y protector de su familia, hay ciertas cualidades con las cuáles nos
gusta ser asociados los hombres.

Inteligencia, destreza, fuerza, agilidad, vigor, etc.

Queremos que nuestros amigos vean lo exitosos que somos cuando tenemos algún logro,
queremos impresionar mujeres con nuestras habilidades, nuestros músculos, nuestro dinero y
nuestro chistes astutos (que muchas veces no lo son).

Nos sentimos más hombres cuando lo hacemos y cuando surte efecto.

¿Cómo sabemos que surte efecto?

La gente nos admira. Nuestra pareja nos admira. El mundo nos admira!

Desafortunadamente, esa admiración viene en cantidades muy pequeñas para algunos hombres.

Hey, hoy es fácil decir esto cuando millones de personas ven tus videos y te siguen en redes
sociales… pero te cuento un secreto? Yo crecí con una enorme necesidad de ser validado y
admirado, sobre todo por mi padre. Porque casi nunca lo recibía.

Mi papá es un papá excelente… lo amo con todo mi corazón, me enseñó y me dio tanto que
nunca tendré cómo agradecerle. Pero también fue estricto en el sentido de señalarte siempre que
habías tenido un error, y casi nunca decirte lo que hiciste bien, si es que algún día hacías algo
bien.

Crecí con esa carencia de autoestima, nada de lo que yo hacía era suficiente.

¿Sabes qué hace la vida cuando no aprendes una lección? Te la repite más adelante.

Nunca superé esa necesidad de validación y aceptación… y más adelante se manifestó en una
relación que tuve. Buscaba complacer y agradar a la persona, cambiaba cosas de mí, valores
que yo tenía, para tratar de ser validado. Y al final siempre contaban más las cosas que no había
hecho que las cosas que sí.

Está de más decir que esa relación no tuvo un final muy feliz… pero regresando a ti, a veces a
algunas mujeres se les olvida lo importante que es para nosotros sentirnos hombres. Verdaderos
hombres capaces de proveer, cuidar y crear. Pero sobre todo la importancia que tiene para ti
despertar esta masculinidad en él.

A veces frases como “tú ya no me quieres” o “tú ya no me llamas” o “a ti no te importa lo que yo


quiero”… que son por naturaleza acusativas, tienden a dañar el ego de un hombre, ya no es el
inteligente, guapo, hábil, buen amante que te vuelve loca… ahora es un olvidadizo inútil que no es
capaz de complacer a su pareja.

Básicamente es como si pasaras toda el mes cuidando tu cuerpo, vistiéndote guapa,


coqueteándole y que te diga “no me gustan tus nalgas”.

Así sentimos los hombres cuando se nos cuestiona nuestra capacidad de proveer, proteger, y dar
satisfacción en nuestra pareja. Básicamente nos dice “no estás siendo suficiente para mí”.
Y si eres de las que está pensando “¿entonces tengo que aplaudirle cuando haga algo que me
moleste?”. No. Dios mío, no. Por supuesto que no.

Vamos a hablar de eso.

Mira, si has leído hasta aquí y has entendido estos conceptos eres una mujer súper lista (no
cualquiera). Y es justo lo que vamos a utilizar para resolver situaciones de conflicto y que salgas
ganando lo que quieres, sin tener que hacer a un hombre sentirse menos hombre.

Porque además, un hombre que se siente menos hombre, es más propenso a aferrarse, cerrarse,
defender su punto de vista y distanciarse como mecanismo defensivo. Ninguno son efectos
deseables para tu relación con él.

Te voy a enseñar una técnica de influencia que hace que las personas quieran escucharte, que las
hace más propensas a darte lo que quieres, y todo el tiempo mientras nutres tu relación con ellos.
Ah, y es particularmente efectiva con hombres.

Es sólo un patrón de lenguaje que te recomiendo uses en tus interacciones sociales más allá de tu
relación de pareja. Y es sólo uno de muchos que puedo enseñarte.

No tenemos tanto tiempo ni espacio en esta corta guía, pero si quieres aprender mucho más me
encantaría que estuvieras en nuestra siguiente generación de La Máxima Conquista.

El patrón de lenguaje es el siguiente…

“Tú que eres tan (cualidad deseable), ¿podrías (acción requerida) por favor?”

Ejemplo…

En lugar de decirle a tu pareja “es que tú nunca me entiendes, y nunca me escuchas” (porque y
sabemos que “algunas veces” se convierte en “nunca” o “siempre” cuando estamos de
dramáticos), intenta esto…

“Mi amor, tú que me conoces y eres listo para estas cosas, ¿te puedo contar un conflicto que
tengo?”

Boom. Tienes su atención al 100%.

Sólo porque le asignaste una calificativo deseable antes de pedir lo que querías: Le dijiste que es
buena pareja y que es inteligente.

Lo que sucede en nuestra mente es que al asignársenos un calificativo que nos gusta, y luego se
hace una petición congruente con una persona con esa cualidad, es muy difícil resistirnos a
cumplir el deseo de la persona que hizo la petición. Si tan sólo porque negarnos o no hacerlo con
la mayor habilidad que podamos sería incongruente con ese calificativo.

Es más, inténtalo con algo muy sencillo… dile a un hombre “tú que estás fortachón, me ayudas a
cargar estas cosas a mi auto?”. No podrá resistirse, por el simple hecho de que no quiere
decepcionar cuando alguien le asigna una cualidad deseable.

3. Le vuelve loco una mujer que no lo necesita (para bien y para mal)

Este es uno de los grandes.


La independencia emocional.

Allá afuera hay mujeres que te van a contar (y han experimentado) cómo hombres les huimos a
mujeres independientes y seguras de sí mismas.

Y no estarían equivocadas, en algunos casos.

Lo que sucede es que mujeres seguras de sí mismas espantan a hombres con baja autoestima.
Un hombre con demasiadas inseguridades, que no se siente suficiente para ella, que se siente
amenazado por otros hombres, por supuesto que va a tener miedo.

Ella representa sufrimiento para él, desde tener que lidiar con el temor a perderla (por que lo
necesita) hasta que un hombre que percibe como superior la conquiste y él quede en ridículo.

Muchas mujeres experimentan esto al revés. Están con alguien que admiran mucho, y eso les
produce inseguridades cuando lo ven tratar con otras mujeres o ven que alguien le da “like” a sus
publicaciones en redes sociales.

Y cuando brotan esas inseguridades, perdemos, porque empezamos a mostrar nuestros vacíos
emocionales.

Una mujer segura es un reto para un hombre seguro, y vice versa. Y ese reto es necesario para
crecer.

Si tu pareja no es un reto para ti seguir conquistando (incluso después de años de relación) y tú


no eres un reto para él, eventualmente alguien se va a aburrir.

Y ojo, con “reto” no me refiero a que sea difícil o que tengas que ganártelo… me refiero a que su
forma de ser te inspira a ser tu mejor versión, a seguir trabajando en ti, en tu autoestima.

No existen autoestimas 100% perfectas o personas libres de ego (y las personas que te dirán que
sí, son las que más ego y falta de autoestima tienen).

Todos somos trabajos en progreso, pero si no podemos crecer juntos como parejas, alguien va a
despegar y la otra se va a quedar.

Es una ilusión la idea de llegar a un punto en el que todo es “perfecto” y no existe el conflicto entre
dos personas. Yo creo que nuestra pareja es un espejo que nos muestra nuestros vacíos y que
en el mejor de los casos, nos apoya y nos entiende mientras los llenamos… al igual que nosotros
somos un espejo para los suyos.

El llenar estos vacíos junto con nuestra pareja para poder relacionarnos desde la abundancia del
“quiero aportarte” en lugar de la carencia del “tú tienes que darme”, es crítico.

La independencia emocional es lo más atractivo que existe.

Imagínate esto…

El hombre más guapo del planeta para ti, con un físico de dios griego, inteligente, mega exitoso,
detallista, atento, buen papá…

…pero no deja de celarte, intensearte, preguntarte donde estuviste, revistar tu teléfono, reclamarte
por qué no respondiste sus llamadas a la primera, haciendo que adivines a ver qué tiene porque
te dice que “no tiene nada” a pesar de poner su cara de indignado, reclamándote por qué no lo
amas como antes, prohibiéndote ver a ese amigo de toda la vida porque según él “le gustas”, que
se pelea contigo cada vez que sales con tus amigas, tus amigas están hartas de verte tolerar sus
berrinches, y te termina cada vez que se pelean, para luego rogarte que regreses con él porque
no puede vivir sin ti, y si no regresas se va a suicidar.

¿Sigue siendo atractivo?

Ahora imagínate esto…

Un hombre de físico promedio, le va bien pero no es millonario, le haría bien un poco de gimnasio
pero tampoco está mal, no es el más detallista pero hace sus méritos para estar contigo, y pues,
en general un cualquiera si lo ves por fuera…

…pero ya que lo conoces es divertido, te da tu espacio, se siente seguro de quién es, se lleva
increíble con tu amigo de toda la vida, se abre contigo cuando tiene un conflicto y no tiene miedo
de mostrarte sus heridas y como se siente, tus amigas te piden que lo invites, tu familia lo adora,
te entiende cuando estás hormonal y sabe cómo hablarte para ponerte contenta, y sabes perfecto
que no te necesita tóxicamente, sino que está contigo por que prefiere y quiere, no porque seas
su vida entera.

¿Qué tan atractivo se volvió don promiedio?

Eso hace la independencia emocional… el que una persona esté contigo, no porque espera que
tú lo hagas feliz, sino porque sabe crear la felicidad dentro de sí mismo y quiere compartirla
contigo.

Nos vuelve irresistibles.

Todos crecemos con dependencias emocionales, y tenemos el reto de trascenderlos para


aprender a ser felices y relacionarnos dese esa felicidad, no desde la necesidad.

En La Máxima Conquista vas a aprender exactamente las herramientas que sanan tus heridas y
dependencias emocionales y te vuelven libre para conectar, amar y crear experiencias increíbles.

Pero si tuviera que darte un sólo tip para lidiar con la dependencia emocional a una persona, sería
esto…

Pregúntate, “¿que creo que estoy recibiendo de esta persona, que creo que no puedo darme a mí
misma si no estuviera esa persona conmigo?”

Escucha las respuestas y vas a aprender un montón sobre ti.

No es difícil entendernos

Bien, pues ahí tienes tan sólo algunas cosas que nos suceden en la cabeza a los hombres, que
probablemente sean difíciles de entender o descifrar cuando eres una mujer tratando de llevar una
relación emocionante con un hombre.

Dale chance… no lo juzgues tanto. Mejor aprende cómo utilizar sus mecanismos masculinos a tu
favor.

Tip ninja extra… recuerda esto:


Si estás enamorada de un hombre, no es por decisión consciente tuya… sino que él está
haciendo su trabajo para activar esos sentimientos en ti. Y vice versa, si él esta enamorado, te
procura, te quiere cuidar, es porque estás jugando bien tus cartas ;)

Cuando tomamos responsabilidad y control de estos mecanismos, podemos crear la relación que
queremos y amarnos hasta el fin de la historia.

¿Quieres aprender cómo hacer esto mucho mejor?

Checa mi programa para mujeres La Máxima Conquista cuando esté disponible!

Al final, jamás vamos a poder conquistar en nuestras relaciones como podríamos si no:

1. Conquistamos nuestra mente y emociones


2. Conquistamos nuestra influencia, comunicación y atracción en relaciones
3. Conquistamos nuestros sueños, nuestro éxito y la forma en que cautivamos al mundo

Me encantaría ser tu guía en este proceso.

Hablamos pronto,

Enrique Delgadillo

Fundador de Vive Increíble Intl y La Máxima Conquista

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