El texto que reseñamos es una obra colectiva escrita por un grupo de
profesores adscrito en algún momento al Departamento de Escritura y Ciencias Teatrales de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). En concreto, los autores son Fernando Doménech Rico, que también hace las funciones de editor, José Cruz, Julio Escalada, Ana Isabel Fernández Valbuena, Ignacio García May, María Nieves Martí- nez de Olcoz, Yolanda Mancebo, Itziar Pascual Ortiz, Yolanda Pallín, Daniel Sarasola Anzola y Juan Antonio Vizcaíno Carreño. Todos ellos tienen una larga experiencia docente y una probada actividad de autores teatrales y dramaturgistas, es decir, escriben sus textos desde el aula y desde la práctica escénica. Esta combinación de docencia y oficio, de pedagogía y profesionalidad es, sin duda, la primera nota destacada del libro. El segundo acierto que convierte este texto en un manual de gran calidad son los temas que forman parte de su contenido. De hecho, el lector no encontrará otro texto equiparable en español, pues práctica- mente toca todas las cuestiones y todos los retos profesionales a los que puede enfrentarse un dramaturgista. Como es natural, ese contenido no es más que una decantación del plan de estudios de la Especialidad de Dramaturgia y de los cambios que dicho plan ha sufrido en casi 25 años de implantación en la RESAD. Incluso podríamos señalar que si hay algunas lagunas se deben, precisamente, a que ciertas asignaturas han desaparecido o bien ciertos profesores ya no están en el centro. Por ejem- plo, una aproximación al texto teatral y el pensamiento, que con tanta profundidad abordaba Juan Mayorga, o el tema de la “ciencia” teatral (la crítica y el ensayo), donde se contaba con Ricardo Doménech. Pero casi las mismas razones que llevaron a la desaparición de ciertos conte- nidos en el plan de estudios (límites de tiempo y espacio, excedencia o
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RESEÑAS jubilación de ciertos profesores, menos teoría y más práctica escénica, etc.) podrían aducirse aquí para explicar por qué el contenido del libro es el que es. Naturalmente, esto no quiere decir que sea un manual solo para alumnos de la RESAD. Es lo que la práctica docente y profesional de los profesores de la RESAD aporta a cualquier lector interesado en los múltiples retos que afronta el dramaturgista. En concreto, el manual se estructura en dos partes: «El texto dra- mático» y «El dramaturgista y el trabajo dramatúrgico». La primera parte se abre con un estudio de las poéticas del texto, denominación que se emplea para describir la técnica de escritura de obras de teatro que va de los griegos al siglo XVIII y que tiene la Poética de Aristóteles como eje vertebrador. Se describe la técnica de escritura de la fábula, del personaje, del conflicto, del espacio, del tiempo o del lenguaje. Pre- cisamente, dada la importancia de Aristóteles en esta parte, echamos de menos un epígrafe dedicado al «pensamiento» y otro al «espectáculo», aunque sí se aborda la cuestión de los géneros y de la puesta en escena en otros epígrafes. El siguiente capítulo del libro parte de la renovación que supone la revolución romántica y estudia los cambios que introduce la dramaturgia contemporánea: el adelgazamiento de la fábula en el drama simbolista, la aniquilación de la fábula con la parodia y el collage, la fábula intermitente de la poética del absurdo, la fábula brechtiana, la destrucción del personaje psicológico, el juego con el tiempo... El teatro postdramático y el teatro oriental tienen también sus capítulos específi- cos. Finalmente, esta primera parte se cierra con un estudio de los géne- ros y el análisis de tres poéticas al margen: el teatro para la infancia, la dramaturgia para cine y televisión y el teatro musical. La segunda parte, «El dramaturgista y el trabajo dramatúrgico», comienza con la labor de Lessing y termina con la dramaturgia de la danza contemporánea y del teatro de objetos. En medio de estos capítu- los, se estudia la relación entre texto y espectáculo, el método de trabajo del dramaturgista y el trabajo dramatúrgico con el texto clásico y con textos no dramáticos, como la novela, la poesía y el teatro documento. Dado el panorama bibliográfico español, esta parte es la más novedosa y donde el manual se convierte en pionero. En fin, dice Luis Racionero en su libro El arte de escribir que la escri- tura es inspiración encauzada por la técnica. La primera se vive, se des- tila al enfrentarse el escritor consigo mismo, con la realidad o, como en muchas ocasiones hace el dramaturgista, con otros textos. La segunda
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RESEÑAS se aprende en manuales como este. Si el goce de la escritura deriva de convertir en lenguaje lo que solo es intuición, aquí están algunos de los secretos de una de esas dos claves del proceso artístico.